martes, 2 de agosto de 2022

CARTA LVI. Noticias de la ciudad de Manresa

CARTA LVI. 

Noticias de la ciudad de Manresa, y de su iglesia antigua. Época de la canónica Agustiniana en ella. Calidad y catálogo de sus prelados. Descripción de su templo actual, claustro, sepulcros y reliquias. Monasterios de esta ciudad. Memorias de S. Ignacio de Loyola. Sucesos portentosos de los siglos XIV y XV. 

Mi querido hermano: De la ciudad de Manresa habló difusamente el P. Roig y Jalpí en su historia impresa en 1692. El P. M. Flórez (Esp. sag. tom. XXVIII) dijo también lo suficiente de su antigüedad y vicisitudes, extendiéndose en impugnar la pretendida catedralidad que Roig defendió y que el pueblo cree, y aun algunos que debían saber algo más en la materia, y no dar con sus palabras más peso a hablillas y fábulas sin apariencia de verdad. Manresa no necesita de glorias fingidas. El dictado de ciudad con que la distinguen cuantas escrituras hablan de ella, y la actividad e industria de sus naturales desde el siglo XIV acá, la hacen célebre y respetable entre todos los pueblos de Cataluña. En 1339 abrieron con privilegio real una copiosa acequia tomada del río Llobregat cerca del lugar de Balsareny, distante cuatro horas de esta ciudad, la cual concluyeron en poco tiempo, conduciéndola por rodeos de siete leguas, y gastando en su construcción más de 180 mil sueldos. Al par de la utilidad que sacan de estas aguas para el riego de sus hermosos y fértiles campos, se aprovechan también de las de otro río que baña la ciudad, llamado Cardener, para muchas fábricas de hilados de algodón y seda, que son de grande utilidad a todo el vecindario. No sé si el río debiera más bien llamarse Cardoner, en alusión a los montes y territorio de Cardona, por donde pasa. Una escritura original de Bages del año XXXI de Lotario, que es 985 de Cristo, le llama Cardasnario, y así es nombrado en otras del siglo XI. De este último siglo y siguiente hay varias memorias de haber tenido esta ciudad moneda propia, es a saber, sueldos y dineros; las cuales no es necesario acotar. La primera noticia eclesiástica que tenemos de Manresa, es la dotación de la sede de Vique hecha por el rey Odón año 889, en que nombra a Godmaro obispo Ausonense y Manresense, y la iglesia de Santa María que allí se expresa, ya dije que a mi entender no era la Rotunda de Vique, sino esta de Manresa que siempre tuvo este título. Debió construirse de nuevo su templo, puesto que poco después lo consagró y dotó el obispo Ausonense Jorge, que como vimos lo fue desde el año 914 hasta todo el 947. Con motivo de la nueva invasión de los árabes a fines de ese siglo X pereció la escritura que de ello se hizo. Pero del hecho nos conservó noticia la que se formó el año 1020, cuando el obispo Oliva, acompañado de la condesa de Barcelona Ermesindis, y del hijo de ella Berenguer, restauró la iglesia, confirmándole la posesión de sus derechos, que justificaron ser ciertos algunos testigos. Esta escritura trae la Marc. Hisp. (Apend. n. CXCIII.) Hasta fines del siglo XI suben las memorias de la canónica de esta iglesia; y no dudo que sería la Aquisgranense, como es cierto que lo fue la de Vique según dijimos. El año XXXVIIII del rey Felipe, día 6 de Noviembre, Ponce Raimundo dotó de nuevo esta canónica con la condición que abrazase la regla de San Agustín, sujetando el nuevo establecimiento a Bernardo prior del monasterio del Estany durante su vida, pero con facultad de que pudiesen elegirse prior propio cuando aquel muriese. Da razón de ello la copia adjunta (a: Apend. n. X), que lo es de un traslado coetáneo escrito en un códice de los evangelios de la misma iglesia, que llamaban Textum argenti. El año 39 de Felipe debe reducirse al de 1098; porque habiendo confirmado este establecimiento el obispo Berenguer Rosanes, que como demostré murió a principios del 1099, la escritura de que tratamos, que cierto debe ser anterior, no podía hacerse en Noviembre del mismo. Esta disputa jamás se podrá terminar por la cuenta de los años del rey Felipe, en que tan varios anduvieron los escribanos; y así se ha de buscar un documento que sea original, y su data de mayor certidumbre. Tal es la bula de Urbano II que cité en el episcopologio de Vique, la cual a la mitad del año 1099 supone ya muerto al obispo Berenguer. Por consiguiente el origen de la canónica Agustiniana de Manresa debe fijarse en el día 6 de Noviembre de 1098. La causa de sujetar la nueva planta a la dirección de Bernardo prior del Estany, no fue otra más que la práctica que él tenía en aquel género de vida, por ser su canónica anterior. Mas luego que él murió, ya se eligieron priores propios de la nueva casa; y en este derecho los confirmó el papa Celestino II, y más adelante Celestino III en el año 1194 con su curiosa bula que va copiada (a: Apend. n. XI). Padeció esta canónica los daños que otras por causa de las reservas pontificias y encomiendas. Al fin la secularizó Clemente VIII en 1592, erigiéndola en colegiata servida de un prepósito y doce canónigos como hoy permanece. Volvamos otra vez al origen de la canónica. Es notable que aquel mismo Ponce Raimundo que la reformó y sujetó al prior del Estany, en la misma escritura que de ello se hizo, firma el primero con estas palabras: Poncius abba + ego qui hanc electionem facio &c. Casi no puede dudarse la identidad de la persona, y que él mismo fue luego electo abad de la casa que restauró, siendo cierto como lo es, que trece años después la gobernaba, esto es, en 1111, cuando Guillermo Isarno firmó escritura de reconocimiento de todo lo que poseía en Apierola por la iglesia de Manresa, in praesentia, dice, de domnus Poncius Raimundi abbas ecclesiae Sanctae Mariae urbis Minorissae (Manresa), y de los otros canónigos. Facta... VII. Kal. Novembris anno IIII. Leodoci regis. Este es el único abad y aun prelado de esta iglesia, de quien he hallado memoria en todo el siglo XII. Los que lo fueron desde principios del XIII hasta nuestros días, suenan siempre con el dictado de prepósitos, cuyos nombres y serie, aunque interrumpida y falta en muchos puntos por la escasez de documentos, pondré aquí.

Principio. Existencia. Muerte. 

Pedro 1210.

Arnaldo 1225. 

Bernardo 1246. 1275. 

Dalmacio 1291. 1306. 

Guillermo 1313. 1341. 

Romeo 1348. 1364. 

Bernardo 1364. 1381 

Valentino Çatorre 1403. 1410 

Guillermo           1428. 

Este era juntamente abad del Estany, y firma con los dos títulos Manresensis et Stagnensis. 

Mateo Mercer 1445.

Pedro Calbo 1445. 

Juan Pedro 1455.

Miguel Guitardes 1471. 1489.

Lucas Gerona 1490. 1499.

Bernardo Alumgaver. 1499. 1531. 

Miguel Pou 1535.

Vicente Gener. 1535. 1538.

Juan de Cordellas. 1538. 1552.

Fue obispo de la Guardia en Italia. 

Vicente Gener (segunda vez). 1552. 1556.

Juan Oriol 1556. 1560 

Vicente Gener (tercera vez) 1564. 

Existente en el concilio provincial de ese año 

Rafael Casanoves 1591 1596. 

Último prepósito regular. Su vacante proveyó el papa en el primero secular

Juan de Aimerich 1596. 1602. 

Asistió al concilio provincial de este último año, cuyo proceso original le llama Juan, y no Francisco como dicen aquí.

De los siguientes prepósitos bastará apuntar los nombres cual los he hallado en los procesos de los concilios provinciales, es a saber: Valentín Paratge, Jaime Llagostera, Juan de Vilades, Juan Garriga, Francisco Nogués, Nicolás Barrera, N. Estalella, Mariano Lladó y Dalmases, Bonifacio Oller, Jacinto Romanya y Castells, Isidro Oliver, Juan Agustín García y la Casa, actual.

Creen aquí que la antigua iglesia parroquial de Manresa, fue la que aún se 

conserva, intitulada de S. Miguel. Yo puedo asegurar que existen varias memorias suyas desde el año 1050 en el archivo del monasterio de Bages y en otras partes, y en ninguna hay indicio de que fuese parroquial. Por otra parte sabemos que a fines de ese siglo XI se instituyó la canónica en el templo de Santa María, que ya desde principios del siglo X era el principal de Manresa, y el único que nos consta haber merecido el honor de ser dedicado por el obispo Jorge. El templo actual de Santa María, que aquí llaman la Seu, se comenzó a construir en 1328: es edificio de los más recomendables de aquel tiempo por su elevación y proporción ajustada de las columnas que dividen las tres naves. Los altares por lo común están llenos de mala talla. Debajo del mayor, en una capilla subterránea, o digamos confesión, se veneran las reliquias, y aun dicen los cuerpos de Santa Inés V. y M. y de S. Mauricio M., traídos a España desde Viena del Delfinado a instancias de un arzobispo, hermano del rey de Castilla D. Alonso el emperador, en tiempo del conde de Barcelona R. Berenguer III. Añaden que detenidos en su viaje los conductores en un lugarcillo cercano a esta ciudad, llamado de S. Fructuoso (Sant Fruitós de Bages), con ocasión de varios portentos tuvieron que dejar allí las santas reliquias, donde permanecieron hasta el año 1372, en que con autoridad de Guido obispo Portuense y legado apostólico, que se hallaba en Barcelona, fueron trasladadas a esta iglesia día 30 de Agosto, y finalmente depositadas en la sobredicha capilla a 29 del mismo mes del año 1578. Juntamente se veneran en el mismo lugar una porción de cenizas de los Santos Fructuoso, Augurio y Eulogio, que lograron los enviados por aquel arzobispo en su tránsito por Tarragona. Esto se cuenta, y esto escribió el P. Fr. Juan Germes, dominico, en la historia de estos santos mártires que imprimió en Barcelona 1607, en 8.°

En la torre de las campanas, dicen algunas memorias no auténticas, que trabajaron a fines del siglo XVI los arquitectos franceses Juan Font y Giralt Cantarell, comenzándola en 1572 y concluyéndola en 1590. 

En el pequeño claustro pegado a la iglesia hay algunas urnas sepulcrales con inscripciones de poca monta; mas porque no digas que lo dejo por pereza, copiaré para muestra la que está en un ángulo sobre la puerta llamada del Pavordre. Dice así: 

Anno Dñi M.° CC.° LXX.° VIII° V. Idus Iunii obiit B. de Minorissa miles. 

Prudens, et sobrius extitit, atque pius:

Miti, prudenti, largo, belloque... (f. potenti)

Ergo, Deus, tua regna des equiti sine tegna. 

Intus in hac fossa clauduntur pulvis et ossa 

Bernardi dicti, factis, dictis benedicti. 

Christus ditavit, hunc celi sede locavit. 

En el mismo claustro se halla la capilla de S. Agustín, en cuya pared lateral hay un sepulcro de mármol construido con sencillez, y sobre él una estatua bien ejecutada del canónigo de esta iglesia Francisco Mulet, muerto violentamente en ella por Francisco Blanes, procurador fiscal, día 8 de Septiembre de 1438. El motivo de tan honorífica sepultura es el prodigio que de él se cuenta, y es que a las tres horas de difunto resucitó para detestar la opinión que hasta su muerte había tenido de que la santa virgen María fue concebida en pecado original. De esto se formó proceso 61 años después, en el de 1489: en el cual deponen como testigos los que al tiempo del suceso eran niños de poca edad, y aun de ellos no hay uno que diga que lo vio con sus ojos u oyó con sus oídos. Lo malo que hay en esto es que se venda al pueblo este suceso por los oradores cristianos como una verdad histórica en que no cabe duda, lo que aun dejado en el grado ínfimo de tradición es harta tolerancia. Tuve por inútil copiar aquel proceso. Y como es fácil abultar y añadir en estas cosas, hállanse en varios cuadros de dicha capilla algunas que no constan del proceso. Por la misma capilla se entra al aula capitular y archivo, pobre de antiguallas, y en que ha medrado muy poco mi viaje. En la sacristía se guarda el códice que dije de los evangelios (Textus argenti), el cual conducían en las procesiones, y aún hoy sacan para cantar la calenda de Navidad. Al fin de él están copiados dos instrumentos importantes para esta iglesia: uno el que ya dije de la dotación de su canónica por Ponce Raimundo, y el otro su confirmación por el obispo Berenguer, publicado por el M. Flórez. En algunos archivos de esta provincia tomé algunos apuntes de los monasterios que hubo antes en Manresa; mas no me detuve en copiar todo lo que pudiera, contando con que Roig diría de esto muy de propósito. Mas hállome ahora burlado; que ni siquiera menciona lo poco que puedo decir del monasterio de la orden de S. Pablo primer ermitaño fundado aquí en 1412, para el cual cedieron los jurados la ermita de S. Marcos y Santa Bárbara en el arrabal. Duró poco; y en 1472 lo cedieron al prior de Valldaura ya destruido. Este de Valldaura era originariamente el de monjas que se fundó hacia el 1241 cerca del de la Portella, en el sitio llamado Tabar, por Geralda de Valldaura. Y como las monjas no quisiesen trasladarse a Berga, según se lo rogaban por los años 1336, de una parte de sus rentas se fundó en esta última villa un monasterio intitulado Montis benedicti (mont beneit, mons Benet; monte bendito). Ambas casas permanecieron poco tiempo; y el de las monjas fue trasladado a Manresa en 1399 a la capilla Sancti Spiritus: cuyo priorato fue dotado con el otro de S. Pablo. Esto es lo único que he podido sacar de mis apuntes. El convento de PP. carmelitas es el más antiguo de esta ciudad, fundado en 1308. Su iglesia es de una nave muy capaz, y con algunos altares de buen gusto del siglo XVI. En el arco del presbiterio se lee de letra moderna: Lux orta est eis anno 1345. Dijéronme que aludía a un milagro que acaeció ese año en que vino una estrella o luz desde el vecino Monserrate, y entrando por una ventana en este templo se dividió en tres, y reunida repitió otras dos veces esa separación, de modo que se tuvo por una clara significación del augusto misterio de la Trinidad (a). (a) Pueden verse sobre esto Lezana: cron. de la ord. del Carm. Fr. Josef Elías Estrug: Fenix catalana 1644. y Roig: historia de Manresa. 

Sea de esto lo que fuere, a los historiadores quedó poca luz de un hecho tan singular; porque no tienen allí sino una relación en lemosín, que cuenta varias revelaciones y circunstancias, y una copia hecha en el siglo XVI del proceso y sumaria de más de cien testigos. Tiempo era aquel en que las bagatelas más despreciables se autorizaban por los notarios públicos; y no sé cómo pudieron andar tan descuidados en cosa tan grande. La cual es aquí tanto mejor creída, cuanto aseguran que por este medio descubrió Dios la inocencia de esta ciudad, que sufría un largo entredicho, puesto por el obispo de Vique, en castigo del tesón con que proseguían la acequia que dije. Esta calumnia es muy grosera y sin pruebas en la historia. Instituyose entonces una cofradía en honor de la SS. Trinidad, cuyas constituciones confirmó el rey D. Pedro IV en 1379, y a cuyos individuos tenía concedidas varias indulgencias el papa Clemente VI para diferentes fiestas del año: specialiter, dice, qui dictam capellam XXI. die mensis Februarii devote visitaverint propter miraculum seu prodigium, quod de coelo illa die in capella praedicta apparuit, pluribus videntibus. La fiesta se celebra ese día, y el pueblo gusta de oír desde el púlpito las circunstancias honoríficas a la causa de la acequia. Dícese la misa de Trinitate; mas el subdiácono canta la epístola: Surge, illumirare Ierusalem, y el diácono el evangelio: In principio erat. En Roma ya se sabe que suelen dejarse correr con disimulo y tolerancia las tradiciones del vulgo que no se oponen a la piedad. Y el de Manresa estaba en ese siglo acostumbrado a oír y creer otros portentos semejantes de luces extraordinarias, divididas y vueltas a unir: cosas que se tuvieran por más verosímiles en los tiempos del concilio Niceno. Y para que veas que esta especie de milagros era entonces común en este país, copiaré aquí la relación de otro casi igual acaecido en Monserrate, tal cual está en un cod. fol. max. de aquella casa, escrita a mitad del siglo XIV. Dice así fol. 2: 

“Cum quadam die vigilantes peregrini et romipetae numero centum et amplius ex diversis regionibus et locis , in die festi passionis domini, essent in ecclesia S. Mariae de Monteserrato, facta hora noctis media factum est quoddam lumen multum lucidum, et splendens, sed non comburens a coelo missum. Et descendit in praesentia omnium vigilantium praedictorum per rectitudinem desuper altari in praedicta ecclesia S. Mariae; et disposuit seipsum in uno tantum radio in capite seu corona imaginis SS. Virginis Mariae; quae ibi est multum devota et sancta, et non invenitur esse manibus hominum factam. Afflato tamen aliquantulum ex lumine ipso capite seu corona, ex radio ipsius luminis tres per Dei gratiam, et ipsius piissimae matris facti sunt radii. Qui tres radii totam ipsam imaginem infra clamidem eius divinis flamis et ignibus repleverunt. Dicti vero romipetae et peregrini territi et mirantes de iisdem quae viderunt, timebant ne forte combureretur ipsa imago, et omnia quae ibidem aderant. Pulsaverunt cimbala, et monachos cunctos, et alios dicti loci servitores ad videndum dictam visionem excitarunt; maxime ut darent operam ne dicta imago sancta combureretur. Et omnibus admirantibus et conspicientibus, eodem tempore et hora, de tribus radiis ipsius luminis unus factus est. Quod lumen eandem sanctam imaginem illesam, et incorruptam, imo potius a sancto famine afflatam, dimissit, et in celestibus nubibus, a quibus venerat, exarsit. Quod fuit actum in die passionis praedictae imaginis domini, quo die (9 de Noviembre) festum S. Salvatoris celebratur per totam dioecesim Barchinone." 

No dice el año en que sucedió este portento; pero su carácter muestra que es uno de los del siglo XIV, cuando ya se había generalizado la fiesta de passione imaginis, que es la del Cristo de Berito. Y el códice en su epígrafe final dice haber sido escrito in urbe Valentina anno ab incarnatione Domini M.CCC.XXVII. in mense Aprilis qui fuit inchoatus in mense Martii. Existe en el archivo de dicho monasterio (caj. 4). De paso advierte en esas últimas palabras del epígrafe, que en 1327 todavía se contaba en Valencia por años de la Encarnación, comenzándolos en Marzo; pero esa misma nota que puso el escribiente indica que no estaba desusado el contarlos a Nativitate, o del día 1.° de Enero. De esto se ha dicho ya otras veces, y otras muchas se ofrecerá hablar. El convento de Santo Domingo es fundación del año 1318. Su primer prior fue Fr. Juan Llotger, inquisidor de esta provincia, que se hizo famoso en la causa de los Templarios y de Arnaldo de Vilanova. La iglesia del mismo tiempo que la del Carmen, fue consagrada en 1438 por Fr. Gonzalo, obispo Auguriense, cuya acta he copiado por especificarse en ella todas las ceremonias que en esta función se hicieron, y por sernos tan útil para la historia de ritos (a: Apend. n. XII). En su claustro hay una capilla, donde es tradición que vivió algunos meses S. Ignacio de Loyola, cuando vino acá desde Monserrate hacia el año 1522, y comenzó en dicho convento su carrera de la perfección, dirigido por un religioso dominico llamado Fr. Gabriel Perellós, el cual le enseñó también las primeras letras. En memoria de esto hay en la iglesia un cuadro que representa al santo en actitud de recibir limosna e instrucción de un fraile dominico. Reparé que pintándose allí la portería de este convento, dibujaron un escudo de armas diferente del actual. Diéronme a esto una solución cabal, mostrándome la piedra antigua que quitaron con ocasión de remiendos posteriores, y guardan en un rincón de la casa. En la misma capilla del claustro y en su único altar se venera una cruz grande, la cual es tradición que cargaba sobre sí el santo patriarca algunas noches, paseando los claustros en ejercicio de penitencia. Un letrero que se escribió en ella, conserva la memoria de esto. De lo dicho puedes inferir que Manresa debe gloriarse de haber sido la cuna de la vida espiritual de S. Ignacio. También se conserva la cueva donde se escondía para entregarse a la contemplación; sino que no se sabe si es una que tomaron bajo su custodia los PP. capuchinos, o la que después incluyeron dentro de su casa los jesuitas. Mientras esta cuestión no se decide, ambas están miradas por el pueblo con la debida veneración. Más memorable es la iglesia del hospital de Santa Lucía, donde tuvo este santo el famoso rapto de ocho días. He estado en la capillita que se fabricó con ese título. En el hueco de la mesa del altar hay una estatua del santo enajenado y tendido como muerto. Sobre la mesa en una urnita de cristal se guarda un dedo suyo; y con él atado un librito, que los que me acompañaban dijeron ser el original de los Ejercicios. Considera tú si podría dormir la curiosidad sin hacer las diligencias posibles para ver una alhaja que tanto ruido ha hecho en el mundo literario y místico. Vilo (lo vi) en efecto, y vi que era otra cosa, y que no debía estar expuesto a la veneración de los fieles junto con la otra reliquia; y que uno y otro debía estar mejor custodiado de lo que allí está. 

Es pues un librito en 16.° con cubiertas de plata, adornadas de primorosa filigrana, todo ello donosísimo sobre manera. Contiene un devocionario o colección manual de oraciones diarias, y lo que decimos Ejercicio cotidiano, escritas en vitela finísima, y con singular esmero y buenas miniaturas. 

Lo escribió un canónigo de Lieja llamado Roberto Chesneau para uso de D. Gastón Espínola año 1583. He aquí el principio de su dedicatoria: 

“Generoso ac nobili viro D. Gastoni Espinolae Robertus Chesneau scriptor S. D. P. = Magno quidem desiderio, Ill. D. pro tua in Deum pietate, ac religiosa quadam devotione exoptasti, ut iste orationum libellus cito à me conscriberetur... fin. Leodii scribebat Robertus Chesneau, Cameracenus, collegii S. Ioannis evangelistae Leodien. canonicus, anno 1583." 

En el principio y fin del libro se halla repetido de letra corriente Joseph Maria Russo, que debió ser el dueño del librito por algún tiempo.

Nada más. Mañana paso al monasterio vecino de Bages. Allá nos veremos. 

A Dios. 

CARTA LV. Del monasterio de Santa Cecilia de Monserrate. Abad Cesario.

CARTA LV. 

Del monasterio de Santa Cecilia de Monserrate. Memorias de su abad Cesario, y de haber sido reconocido por arzobispo Tarraconense. 

Mi querido hermano: Todavía estoy en Monserrate, y todavía me queda que decir de él, porque a este monasterio de Santa María pertenece y está hoy incorporado el llamado de Santa Cecilia, que antes era el principal y la única abadía independiente de toda esta montaña, cuando ni aún como priorato existía el de Santa María. Su sitio era el castillo llamado Marró, a una hora de distancia de esta casa en el mismo monte hacia levante. Hay ya memorias de este castillo y de la iglesia de Santa Cecilia en el año 871, del cual es la escritura original que existe en este archivo con algunas copias antiguas de ella, todas conformes en la fecha. Es una venta que hizo Rodulfo a Ansulfo y a su mujer Druda del castrum Marre in latere Montisserrati positum... propter precium V. librarum optime plate... Advenerunt autem, dice el vendedor, prefata hec omnia ob largitionem Domini mei gloriosissimi regis Karoli (el Calvo)... simul cum, ipso loco in quo edificata est ecclesia nuncupata Sancta Cecilia... Actum est hoc anno incarnationis Christi DCCCLXXI. indictione IIII. IIII. Kal. Maii anno III. regnante Ledoycus rex. 

En la Marca Hisp. (col. 388 y 853) se pone este documento en el año 941, y al margen de la última de estas páginas, a la par de la fecha se lee: Haec sunt corrupta. En efecto debe haber alguna equivocación respeto de los años del rey Luis, que cualquiera que sea de este nombre, no vienen bien con el de Cristo 871, que constantemente se escribe en el original y en las copias, y con él cuadra también la Indicción IV. La coherencia de estas dos notas obliga a creer que la escritura es de ese año y no del 941, al cual la atrasó Balucio (ibid.); que en todo caso, si quería reducirla al año III de Luis Ultramarino, debió ponerla en 939. A pesar de estas dudas, la noticia de la venta de dicho castillo es cierta y consta además de otras escrituras posteriores. De la compradora Druda era primo el presbítero Cesario, que tanto ruido hizo y hace aún ahora con su pretensión de metropolitano Tarraconense; el cual adquirió dicha posesión por donación de su prima y del hijo de ella Ansulfo en el año 942. Que Druda casada ya en 871 viviese todavía setenta y un años más, alguna dificultad es; pero no tan grave que nos obligue a desmentir la fecha de la primera escritura original.

Puesto pues Cesario en posesión de este lugar, reunió algunas personas que profesasen allí la vida solitaria, y tan pronto que en el año 945 estaba ya plantificado el monasterio, y en estado de que Jorge obispo de Vique confirmase la fundación o restauración, dándole además algunos bienes ad restaurationem, dice, huius cenobii. En la escritura fecha indictione III. VIII. Kal Iulii anno VIIII. regnante Ludovico gloriosissimo filio Karoli (épocas que cuadran bien entre sí), se da por sentado que dicha restauración fue hecha por los condes de Barcelona Suñer y su esposa Richildis; lo cual está bien dicho, aunque sólo diesen para ello su permiso. Doce años después en el de 957 el obispo Wadamiro de Vique dio a Cesario y a sus monjes la regla de S. Benito, consagró su iglesia y confirmó sus posesiones. De esta escritura que está original en Santa María, aunque muy maltratada, y de las otras anteriores, se habló ya en el episcopologio de Vique. Otras memorias hay de este monasterio en el mismo siglo X; de algunas de ellas se hará mención más adelante. Ya vimos al principio que la montaña de Monserrate con todas sus iglesias se había adjudicado al monasterio de Ripoll, como su propio alodio. Parece ser que con la erección de abadía en la de Santa Cecilia se había hecho esta independiente de aquella casa. Pues consta que el abad de Ripoll Oliva, siendo ya obispo de Vique, reclamó esta posesión ante el conde de Barcelona Berenguer Borrell, el cual finalmente declaró sujeta a aquella abadía la de Santa Cecilia, el año XXVII del rey Roberto, que es el 1023 de Cristo. El cardenal Aguirre publicó esta escritura en su colección de concilios, con la equivocación notable de reducirla al año 990, cuando aún no existían el conde ni el obispo. Andando el tiempo hallo otra cuestión suscitada por Rolando, abad de S. Cucufate del Vallés, de la cual se habló en el episcopologio de la iglesia de Vique, donde en resolución viste que el año 1103 se dio este monasterio por independiente del de S. Cucufate, y en 1108 se declaró judicialmente que debía estarle sujeto. No me consta con claridad como se reunió después al de Santa María de este monte, de cuyo patronato es hoy día. De esta antigua casa no quedan sino algunos trozos del edificio, entre ellos el cascarón del altar mayor, donde hoy invertido el orden se halla la puerta de la iglesia que está remendada con obra posterior. Algunas memorias se conservan de sus abades antiguos, parte en escrituras y parte en un necrologio manuscrito en el siglo XIV propio de aquella casa, que está hoy en la de Santa María. Las apuntaré aquí, porque no perezcan del todo, ya que me vinieron a mano.

Cesario, primer abad y fundador de esta casa desde antes de 945. No me consta la época de su muerte; pero debió acaecer hacia el año 981, en cuyo tiempo se sabe que estaba gravemente enfermo, según se ve en una escritura de que hablaré después. El citado necrologio pone su óbito de esta manera: VIII. idus Augusti: obiit Cesarius, qui primo fuit archiepiscopus Terracone, secundo vero abbas, qui istam domum edificavit. De la especie de haber sido arzobispo de Tarragona diré luego de propósito.

Existencia. Muerte. 

Ferreolo 994. 996. 

Fochearo (f. Folcher) 999 

Bonifilio 1026. 1031. 

Guillermo 1040. 1043. 

A este abad y a su monasterio dio un alodio Miró Geribertí, que se intitula a sí mismo princeps Olerdole, y el alodio también estaba junto a la ciudad de Olérdola. Vi la escritura original en Santa María de Monserrate (caj. 19. leg. 9. n. 3.) fecha III. nonas Iulii anno XI. regnante Henrici regis, 1042 de Cristo. No es esta la única memoria que tenemos de Olérdola, de cuyo lugar se hablará acaso otro día.

Pedro 1056. 

Dalmacio 1088. 1103. 

Geraldo 1120. 

Arnaldo 1122.

Mirón 

Pertenece a este siglo. El necrologio pone su óbito a 18 de Octubre. 

Guillermo 1143 

Guillermo 1200.

Geraldo 1219. 1220. 

Arnaldo de Calders 1220. 

Raimundo 1281.

A esta época pertenece la nota siguiente del necrologio: VII. Kal. Martii: eodem die fuit diruptum castrum de Castelleto, et Guillermus domus eiusdem fuit interfectus anno M.CC.LXXVII. 

Raimundo 1290.

El necrologio menciona estos Raimundos, apellidando a uno de ellos de Briz. (Bricii). 

Bartolomé de Castelloli 1327. 1343.

El necrologio: III. Kal. Maii. Ob. Fr. Bartholomeus de Castro eulino, qui fuit monachus S. Benedicti (de Bages) et abbas istius monasterii: fecit multa bona: anno M.CCC.XLIII.

Bernardo de Castelloli, electo en 1347. Cuya elección confirmó Hugo, obispo de Vique.

Andrés 1381.

Pedro Andrés 1399.

El necrologio: XIIII. Kal. Octob. Ob. ora vesperorum rev. D. Fr. Petrus Andreas abbas istius monasterii, qui huic monasterio multa bona fecit: anno à Nativ. Dñi. M.CCC.XC.IX.

Berenguer March, electo en 1399.

Conjeturo que aquí cesó la serie de estos abades, con la introducción de ellos en el monasterio próximo de Santa María en el año 1410, cuyo engrandecimiento debió influir mucho en la decadencia del nuestro.

Volvamos ahora a ver lo que decíamos del abad Cesario, digo de haber sido arzobispo de Tarragona. Es constante que los obispos de Cataluña posteriores a la invasión de los árabes, y en los cuatro siglos de cautiverio de su metrópoli Tarragona, reconocieron por metropolitano al Narbonense. En esta época tal cual vez sucedió que algunos o resentidos de esta dominación extranjera, o por ambición, o por la perturbación y revueltas de aquellos tiempos, se proclamaron legítima o ilegítimamente arzobispos de Tarragona. Del primer modo lo fueron con autoridad del papa los obispos de Vique Atón en el siglo X y Berenguer Rosanes a fines del XI. Mas entre los no reconocidos por la provincia se cuenta nuestro Cesario, a quien se le dio este título y cargo en un concilio de Compostela, celebrado según se supone en el año 938. El P. M. Flórez (Esp. sag. tom. XIX. pág. 159) corrige esta fecha atrasando el suceso hacia el año 962, y se inclina a creer que el Cesario arzobispo es persona distinta del abad de Santa Cecilia. Masdeu, pasando muy adelante como tiene de costumbre, niega la existencia del concilio, del nombramiento de Cesario, y también la de su persona. El necrologio citado de Santa Cecilia dice como ya vimos que Cesario fue arzobispo antes de ser abad. Lo mismo da a entender el privilegio que cité del conde Berenguer a favor de Ripoll y su abad Oliva del año 1023, donde se lee que el conde Suñer y su esposa Richildis dieron el monasterio de Santa Cecilia y sus bienes a Cesario, qui profitebatur se archiepiscopum Tarraconensem esse; y habiéndose verificado esa donación de Suñer en el año 942 antes de la fundación o restauración de la casa, es claro que da a entender que Cesario era ya arzobispo antes de ser abad. Mucho hay que escardar aquí. Sin embargo salimos de este embrollo y pronto y con felicidad, con la simple narración y extracto de los documentos que me han venido a mano, que por ser originales y coetáneos y fuera de toda excepción, valen más que todo el pirronismo de Masdeu, y que las conjeturas del sabio M. Flórez, y las equivocaciones de los MSS. posteriores. Son las siguientes.

1.a Escritura de cambio de Virgilia, llamada Druda, con el monasterio de Santa Cecilia, al cual y a Cesario abba sive archiepiscopus da un alodio en Saltellas. Su fecha: actum XV. Kal. Maii armo VI. regnante Leutario rege, que es el de 959. 

2.a Cesario archipresul y abad de Santa Cecilia junto con sus monjes Barone 

sacer, Galindo mon. Ferrucius mon. Sensudas mon. Geldemirus mon. Ariolo mon. Barone mon., establecen a Comemiro y a su mujer Speciosa un alodio en el castillo de Bonefacio, llamado de la Guardia. Actum V. Kal. Ianuarii anno XX. regnante Leutario rege. Firma original: Cesarius archipresul abba Sancta Cecilia. Es del año 973.

3.a VIII. Idus Aprilis anno XXV. regnante Leutarius rex. Geldemiro sacer da a Santa Cecilia sub manu archipresul Dei gratiâ Domno Cesarius una heredad en el término de castro Gelida: es año 978. 

4.a IIII. nonas Febr. anno XXVII. regnante Leutario rege. Cesarius archipresul, junto con los monjes de Santa Cecilia, vendió a Dadelevo, presbítero, unas tierras junto a Manresa, en el Brugo (burgo) que dicen Pugo. Firma: Cesarius qui propter egritudinem corporis non possum scribere, et digito firmo +. Es del año 980. 

De estas cuatro escrituras que he visto originales en el archivo de Santa María de Monserrate, se infiere con claridad: 1.° que real y verdaderamente Cesario se tuvo por arzobispo, y que por tal le reconocieron sus monjes y las personas con quienes contrataba: 2.° que era una misma persona el Cesario, abad de Santa Cecilia, y el llamado arzobispo de Tarragona; y 3.° que su ordenación en arzobispo es muy anterior al 962, puesto que ya en 959 le hallamos adornado con este título. Y ¿qué época señalaremos a este suceso? Diré lo que resulta de todos los documentos citados. En el año 942 Cesario era solamente presbítero, cuando su prima Druda le hizo donación del castillo Marró. También lo era en 945, cuando Jorge, obispo de Vique, confirmó la fundación de su monasterio; y cuando el obispo sucesor Wadamiro le dio en 957 la regla de S. Benito, y consagró su iglesia de Santa Cecilia. En estas escrituras no se da a Cesario otro dictado que el de abad. 

Y ¿quién podrá creer que si fuese ya entonces y se tuviese por arzobispo, se sujetase a un sufragáneo suyo hasta mendigar de él la consagración de su iglesia y la confirmación de sus bienes? Ni ¿cómo el de Vique ejercería su jurisdicción ordinaria sobre su metropolitano, si lo reconocía como tal? y si no lo reconocía ¿cómo dispensaba estos favores y beneficios pastorales a quien se arrogaba una jurisdicción que no le competía, causando con su pretensión tan graves escándalos en la provincia? Queda pues demostrado que en el año 957 Cesario no era todavía arzobispo, cuando ya muchos años que era abad; porque a serlo, ni se omitiera en las escrituras este dictado, como no se omite en las posteriores, ni el obispo de Vique hubiera tenido tanta consideración con un intruso. Mas como indubitablemente y por escrituras originales nos consta que ya se intitulaba arzobispo en el año 959 (VI del rey Lotario) es imposible no fijar la época de su ordenación buena o mala en el año 958; y acaso es este el error que tiene la carta de Cesario al papa Juan, cuando dice que su provisión fue en 938, época notoriamente equivocada, como demostró el P. Flórez. Yo opino pues por lo dicho, que nombrado Cesario arzobispo de Tarragona en el año 958 por el concilio Compostelano, y viniendo a su provincia, comenzó a experimentar la resistencia que indica de los cuatro obispos de Cataluña mencionados en su carta, la cual dirigió en los años inmediatos al papa Juan, que lo fue hasta el 963. A este periodo de cinco años en que se verifica la coexistencia del papa con los cuatro obispos, pertenece la famosa carta de Cesario. Es verdad que en ella no se intitula abad; mas esta omisión no prevalece contra tantos testimonios auténticos de que lo era. Por último se sabe que hasta su muerte conservó el dictado de arzobispo, aun cuando no era reconocido por ninguno de los prelados que él quisiera fuesen sus sufragáneos. Esto he hallado con que ilustrar esta especie. A Dios; y me paso a la vecina Manresa, y al monasterio de Bages

Birolay de Madona Sancta María. Monserrate.

CARTA LIV. (Viaje literario a las iglesias de España, tomo 7)

Viaje a Monserrate

Mi querido hermano: El monte de Monserrate, sito en el confín de las diócesis de Vique y Barcelona y de la jurisdicción de la primera, es uno de los objetos que llama la atención de naturales y extranjeros, y admira aun a los acostumbrados a ver rarezas y maravillas de la naturaleza. No hay pincel ni pluma que pueda explicar las perspectivas que ofrece al que se interna en él. Grupos continuos de cilindros y conos de varios tamaños, unidos con más o menos estrechez, dejando en su unión las grietas suficientes para que la naturaleza los adorne, y digamos los borde con sus verdes producciones, que ofrecen una labor vistosísima. Es singular la magnitud de uno de estos conos que digo que se eleva solo en la cresta de la montaña, y llaman el Cavall Bernat, cuya descripción hace una historia MS. en hexámetros, por un monje llamado Fr. Antonio Brenach en estos versos:

Ad iactum apparet cautes miranda sagittae 

Cautibus ab reliquis scopulisque, per altum 

Aëra consurgens, ulnisque erecta trecentis.

Las ermitas están como enriscadas en lo alto del monte, y algunas encajadas entre cono y cono. Es muy extraño que no quede memoria de este lugar en los geógrafos antiguos, siendo como es tan oportuno para denominar si importaba una comarca. Algunos historiadores de poca cuenta dicen que se llamó Monte Estorcil. Los notarios y escritores del tiempo medio le llamaron Mons-serratus y Mons-obseratus. En alusión al primer nombre tomó el monasterio por armas un monte a quien corta una sierra.

La vista mejor del monasterio es desde la ermita que llaman de S. Miguel, que es antigua, y ya hay de ella memoria en el año 1042, en una donación que le hizo el obispo de Barcelona Guislaberto, de la cual se hablará en lo de aquella iglesia. En otras donaciones de los años 1059 y 1062 se supone habitaban en esta ermita los monjes Trasvar y Guarín. Puede darse por bien empleado todo el trabajo de subir dos horas por una cuesta muy agria desde el lugar llamado Collvató, por gozar de perspectiva tan graciosa. Éntrase en el monasterio por un claustrito viejo, obra del cardenal Juliano de la Rovere, después Julio II, que era abad comendatario de Monserrat. He visto los capítulos de la obra que en su nombre pactó el prior y monasterio con los arquitectos Mestre Jaime Alfonso y Mestre Pere Baset, ciudadanos de Barcelona. Fue esto en 1476. Consérvase bastante bien esta fábrica con las armas del cardenal, y en el día está llena de presentallas. Subsiste en uno de sus lienzos la portada de la iglesia antigua que se extendía muy poco de poniente a levante. Créese que un arco por donde se entra a la obra nueva sea el lugar donde estuvo la imagen de nuestra Señora. Así lo dice allí la siguiente inscripción: Philippo tertio Hispaniarum rege catholico praesente, Deiparae Virginis imago hinc in templum novum translata fuit V. Idus Iulii anno MDXCIX, cum hic septingentis undecim annis miraculis claruisset. 

Esta antigüedad supone la que comúnmente se le atribuye desde el siglo IX, y la que en globo consta del privilegio del conde Wifredo, dado el año 888 a favor de Ripoll, al cual entre otras cosas concede locum quem nominant Monte-serrato ecclesias, quae sunt in acumine ipsius montis vel ad inferiora eius. La misma posesión confirmó el año siguiente 919 (¿siguiente a 888? 889) el obispo de Vique Jorge en la escritura que he visto aquí original, fecha VIII. Cal. Aprilis anno XXVII quod Karolus rex regnandi sumpsit exordium. Más terminantes son otras dos confirmaciones a la misma casa, una del conde Suñer de Barcelona anno IV. post obitum Caroli regis, y otra del rey Lotario año 982, en las cuales se expresa que se da a Ripoll el Monte Serrato con las iglesias Sanctae Mariae, S. Aciscli, S. Petri, et S. Martini. Estas dos últimas estaban donde ahora es el lugar de Monistrol. La de San Acisclo está separada del monasterio como un tiro de fusil hacia levante: su fábrica es vieja, y hasta estos últimos siglos hubo en ella hospital para peregrinos enfermos. La de Santa María es la que decimos, aunque ni rastro queda del edificio primitivo. Los cimientos de la iglesia actual se pusieron en tiempo del rey D. Fernando el Católico, de quien he visto una carta original, fecha en Medina del Campo a 14 de Marzo de 1489, en que exhorta al abad y monasterio a la empresa de la obra, que cesó a los diez años por las urgencias del estado, y el rey en carta de 1499 cedió a favor del monasterio todos los enseres de aquella fábrica, destinada solamente para habitación de monjes. Mas andando el tiempo el abad Fr. Bartolomé Garriga se aprovechó de lo comenzado para la iglesia, y en 1561 con deliberación de la comunidad aplicó a la fábrica el producto del jubileo que Pío IV había concedido por diez años a los que visitasen este santuario en el día de la Natividad de nuestra Señora. La resolución capitular y las constituciones para el buen gobierno de la fábrica he visto en el archivo. Tardose en concluir hasta el 1592, en el que Domingo de sexagésima a 2 de Febrero la consagró el obispo de Vique Pedro Jaime, con asistencia de Jaime Cassador (cazador), obispo de Gerona, Andrés Capilla de Urgel, y Francisco Robuster y Sala de Elna, y Fr. Plácido de Salinas, abad de este monasterio. Hallose presente el virrey de Cataluña Pedro Galcerán, marqués de Navarrés. Existe en el archivo la escritura fecha en el mismo día. Éntrase a la iglesia por un patio cuadrado. En la portada no he hallado las estatuas que Pons indica en su viaje, aunque están labradas para colocarse. La nave de la iglesia es espaciosa y muy proporcionada; su latitud no incluyendo las capillas, es de 76 palmos catalanes, y su longitud total es de 286 palmos. Tiene seis capillas por lado, y sobre ellas otras tantas, descontadas las del coro, con altares y buena porción de pinturas que se trajeron de Roma en el tiempo del abad Fr. Manuel de Espinosa. En las bajas las hay también, y entre ellas es notable el S. Lorenzo que está en el altar dedicado a este santo. A Pons le pareció de Ribalta, y yo le tengo por tan suyo como el S. Vicente que hay en el salón de dominicos de Valencia. En la capilla de S. Ildefonso hay un cuadro grande del Descendimiento que aquí atribuyen a Rubens; este profesor pintó muchos descendimientos, como Cerezo concepciones y Orrente carneros, y no digo más. También tiene su mérito por la novedad la capilla de la comunión, cuyo altar está colocado dentro de otra capilla que forma un cuerpo dórico con columnas de madera y bases de piedra. La longitud de la iglesia queda cortada en la capilla quinta por una verja de hierro bien labrada hacia el año 1608, por precio de 14 mil ducados, cuya cornisa viene con la primera de las capillas; y como estas están también cerradas con verjas de madera, forman un todo proporcionado, presentándose esta primera pieza como un salón de 184 palmos de longitud. Tengo por averiguado que el origen de semejantes divisiones en los templos debe atribuirse a la costumbre de las vigilias de los fieles, las cuales pasaban en lo llano de ellos, quitado así todo peligro de robos y otros desacatos. Algunas memorias quedan de las vigilias de los peregrinos en este santuario, de lo cual hablaré después. En el recinto cuadrado entre la reja y el presbiterio hay 73 lámparas de plata puestas en alto y muy pegadas entre sí y a las paredes colaterales y a la misma reja: en esta última las sostiene un arco de hierro de tres o cuatro dedos de espesor, cuyo radio es lo ancho de la iglesia, y tan rebajado que apenas se eleva sobre su centro dos palmos. Hízolo un devoto aragonés, según me dijeron. En la sacristía y piezas contiguas está guardado el tesoro que llaman y con razón, por la multitud y preciosidad de alhajas y joyas de gran valor, que más son para vistas que para referidas. Es poca su antigüedad, que no excede a lo que creo a los reyes católicos. Hay siete bustitos de emperadores romanos en mármol y en marfil: seis camafeos de las sibilas Samia, Hellespóntica, Líbica, Eritrea, Frigia y Egipcia. Hay de cristal de roca todo el servicio de un altar, que dicen fue del papa Urbano VIII. Guárdanse allí varios pectorales de obispos, entre ellos el del Ven. Palafox. También vi y tuve en mi mano una espada, cuyo puño está sembrado de flores de lis; dicen que es la que dejó S. Ignacio de Loyola cuando comenzó aquí la carrera de su vocación. En el mismo lugar donde se ofreció en servicio de la Virgen queda la inscripción siguiente: B. Ignatius à Loyola hic multa prece fletuque Deo se Virginique devovit: hic tamquam armis spiritalibus sacco se muniens pernoctavit; hinc ad societatem Iesu fundandam prodiit anno M.DXXII. = Fr. Laurentius Nieto Abbas dicavit ann. 1603. = De aquí debió derivar la costumbre de venir acá los novicios jesuitas de la provincia Tarraconense, como para comenzar la carrera donde la comenzó su santo patriarca, y a esto alude la fórmula con que el abad de este monasterio los despachaba a sus casas, que era la siguiente: “Nos Fr. N. N. Dei gratia humilis abbas regii monasterii B. Mariae de Monteserrato ordinis D. P. N. Benedicti de observantia praesentis Cataloniae principatus, sacrista ac bibliotecarius maior suae regiae maiestatis in regnis et corona Aragonum &c. attestamur per praesentes, et fidem facimus dilectos in Christo Fratres N. N. supra, vel retro scriptos ad Nos dictumque nostrum regium monasterium peregrinationis causâ, ex iniuncto obedientiae praecepto de speciali instituto devenisse, retro scriptasque litteras presentasse, debitamque obedientiam praestasse, atque à nobis paternâ charitate, ut mos est, susceptos esse, et ad noviciatus nostri domum remisisse, ut ibi à reverendo patre magistro novitiorum salutarem admonitionem et disciplinam circa Dei praecepta observanda audirent; omnibusque impletis, ad sacrae poenitentiae, eucharistiaeque sacramenta recipienda accesisse, et ad Terraconensem suae religionis domum remeasse. In quorum fidem facio &c.” 

La sillería del coro es obra del escultor Cristóbal de Salamanca, el cual labró dos sillas por muestra, y en su vista se lucieron las capitulaciones con el monasterio y su abad Fr. Felipe de Santiago a 8 de Mayo de 1578. Estipulose en ellas el precio de cada silla a noventa y cinco ducados, corriendo de cuenta del maestro todo su coste, y aprontando el convento la madera de roble para su construcción. Trabajolas todas en el lugar de Monistrol, no sé si en los cinco años que había ofrecido. Adórnanlas muy buenos relieves de la pasión de Cristo y otros asuntos sagrados. Junto al coro está el aula capitular nueva con el altar y techo artesonado que sirvieron en la sala antigua llamada de la Colación, de la que quedan vestigios de buen gusto. 

La biblioteca es buena en lo material y formal. En un cuarto de ella reservado hallé las curiosidades siguientes: Un misal propio de la iglesia de Tortosa MS. en el siglo XIII, como se ve examinando su calendario; donde es notable que mentando a S. Rufo, sólo dice de él Ruphi martyris; y en el cuerpo del misal nada hay de este santo, siendo así que contiene todas las fiestas principales de la iglesia de Tortosa. Porque veas con cuanta razón dije en mi viaje a aquella iglesia, que en los primeros siglos de su restauración nunca se tuvo a S. Rufo por su primer obispo. En la Dom. II. post Pentecost. facimus, dice, festum sanctarum reliquiarum; y en la oración, sanctorum tuorum, quorum reliquiae in praesenti requiescunt ecclesia.

Otro MS. intitulado: Comensa lo libre de les nativitats compilat de la medulla dels actors de veritat per mans de Bertomeu Tresbens, al Rey en Pere Darago Terç (Pedro III de Aragón). Es decir, obra de fines del siglo XIII. Es un tratado de astrología.

Otro MS. del siglo XV tiene este título: “Comienza el tratado llamado Invincionario, dirigido al muy reverendo é magnífico Señor Don Alfonso Carrillo, arzobispo de Toledo, primado de las Españas, por un su devoto siervo Alfonso de Toledo, bachiller en decretos, vezino de la cibdat de Cuenca, patria de dicho Señor. E el tratado es así llamado, conviene a saber, Invincionario, porque en él se fallaran los primeros inventores de las cosas, así temporales, como espirituales &c." El códice llega hasta el último capítulo que es del Maestro de las sentencias; pero no está completo, y falta el final, en que acaso se notaría fijamente el año en que se escribió. A mí no me queda duda en lo que dice Bayer en la Bibl Vet. de Nicolás Antonio, tom. II, pág. 304, que es anterior a Polidoro Virgilio. 

De Pedro Juan Núñez hay varios fragmentos de exposiciones de Cicerón, y también versiones al lemosín de algunas de sus cartas, hechas en Barcelona, año 1585.

“Libro llamado camino de perfección, hecho por un devoto monje de nuestra Señora de Monserrat, del orden del bienaventurado San Benito." = El autor es Fr. Antonio Alfaig. Consta de 30 capítulos, de excelente lenguaje del siglo XVI. 

De otro monje de esta casa llamado Fr. Bernardo de Hontiveros hay una traducción del libro de amicitia de Cicerón. 

Historia del concilio de Trento en su tercera convocación por el papa Pío IV, escrita por D. Pedro González de Mendoza, obispo de Salamanca. Dícese en el códice que fue copiada por el licenciado Diego de Colmenares el año 1642 del mismo original de su autor, que se guarda en la Cartuja del Paular. En esta copia va al principio la vida del mismo obispo. Bien hubiera querido copiar todo este libro; mas ni lo sufrió la multitud de objetos a que tengo que atender con pocas manos, ni la escasez de auxilios de que puedo disponer en esta expedición para servirme de las ajenas.

Hay otro misal MS. hacia el año 1408, según consta de la tabla de cómputo. Al principio vi esta nota: Aquest missal es dels hermitans de Muntserrat. Mas principalment es dat et fet per la cella de sancta Creu per honor del Senyor quins ha salvat. Algo se ha tomado de él para nuestros ritos. Ahora sólo copiaré una Prosa pro defunctis, para que veas la libertad que cada iglesia y aun monasterio tenía en esto. 

Lux eterna beatorum 

Animabus defunctorum 

Luceat, ut in eternum 

Requiescant in pace. Amen.

Sancte Deus, tu sanctorum 

Miserere miserorum, 

Ut cum sanctis in eternum R. I. P. A.

Sancta virgo virginum, 

Ora semper Dominum, 

Ut defuncti in eternum R. I. P. A.

Sancti quoque spiritus, 

Exorate coelitus, 

Ut vobiscum in eternum R. I. P. A.

Patriarchae cum prophetis 

Oro Deo suplicetis 

Pro defunctis, ut in coelis R. I. P. A.

Apostoli Iesu Christi, 

Hiis solutis loco Christi 

Obtinete ut in coelis R. I. P. A.

Martyrum exercitus, 

Expugnate penitus 

Horum hostes, ut in coelis R. I. P. A. 

Confessores, precibus 

Et vestris virtutibus 

Subvenite, ut in coelis R. I. P. A.

Sanctae prorsus virgines, 

Transcendentes homines, 

Vestrâ prece in eternum R I. P. A.

Omnes sancti pariter 

Supplicate iugiter, 

Ut hii simul et in coelis R. I. P. A. 

Amen, amen dicimus, 

Vota sanctis fundimus: 

Christi passionibus R. I. P. A. 

En la pieza por donde se entra a la biblioteca está colocado un buen cuadro grande del juicio final, cuyo autor o copiante, porque copia parece en algunos lugares, podrá ser el indicado en las letras que se ven escritas en el costado de un sepulcro, y son P. ADL. enlazadas las tres últimas al modo de los monogramas: al otro lado del mismo sepulcro está pintado el año 1578. 

El camarín de nuestra Señora consta de tres piezas pequeñas llenas de cuadritos casi todos de gran mérito, entre los cuales sobresale un S. Pedro de Alcántara, un S. Francisco de Asís y algunos de la Virgen con el niño por el gusto de Rafael. La imagen es venerable por su antigüedad; el color moreno de rostro (moreneta) y manos téngolo por obra del que la encarnó; a lo menos es constante e indubitable que ni el humo de las lámparas que están apartadas más de 30 palmos, ni el incienso la pudieron ennegrecer, como dijo Pons; efecto que igualmente debían experimentar los vestidos y nicho y cuanto hay alrededor. La celebridad y fama de este santuario no es menester que la diga yo. Son innumerables las memorias de los reyes, cardenales y obispos que lo han visitado en todos tiempos, y de las procesiones de penitencia de los cleros vecinos, especialmente de Barcelona, que acudían a él en las calamidades públicas. En el siglo XIII mandó el rey D. Jaime I que los peregrinos se trajesen viandas para sustentarse mientras estuviesen acá, porque lo contrario sería carga insoportable para el monasterio. Del siglo XIV queda en el archivo un códice que contiene varios tratados curiosos, y entre ellos hay esta nota: Quia interdum peregrini, quando vigilant (velan, vigilia) in ecclesia B. Mariae de Monteserrato, volunt cantare et trepudiare, et etiam in platea de die, et ibi non debeant nisi honestas ac devotas cantilenas cantare; idcirco superius ac inferius aliquae sunt scriptae. Et de hoc uti debent honeste et parce, ne perturbent perseverantes in orationibus et devotis contemplationibus, in quibus omnes vigilantes insistere debent pariter, et devote vacare. Pónense igualmente y con canto las canciones latinas y lemosinas que debían cantar durante las vigilias. De las últimas pondré la muestra siguiente:

Birolay de Madona Sancta María.

Rosa plasent, soleyl de resplendor, 

Stela lusent, yohel de sanct amor, 

Topazis cast, diamant de vigor, 

Rubis millor, carboncle relusent.

Lir transcendent, sobran tot altre flor, 

Alba jausent, claredat senes fuscor, 

En tot contrast ausits li pecador; 

A gran maror est port de salvament:

Aygla capdal, volant pus altament, 

Cambre reyal del gran Omnipotent, 

Perfaytament auyats mont devot xant, 

Per tots pyant siatsnos defendent:

Sacrat portal del Temple permanent, 

Dot virginal, virtut sobreccellent, 

Quel occident quins va tots iorns gaytant, 

No puxe tant quens face vos absent. 


Traducción literal del Birolay sin guardar la rima. 


Rosa agradable, sol de resplandor, 

Estrella brillante, joyel de santo amor, 

Topacio casto, diamante de valor, 

Rubí mejor, carbunclo rutilante.

Lirio oloroso que excede a toda flor, 

Alba naciente, claridad sin obscuridad,

En cualquier contraste ayuda al pecador,

En gran tempestad eres puerto de salvamento.

Águila caudal, de vuelo muy remontado, 

Cámara real del gran Omnipotente, 

Perfectamente oye mi devoto canto, 

Por todos rogando sednos defensora.

Puerta sagrada del templo permanente, 

Dote virginal, virtud sobreexcelente, 

Que el occidente que cada día nos amaga, 

No pueda tanto que de vos nos ausente. 


A este tenor hay otras muchas coplas devotas y varias fórmulas de los sermones y exhortaciones que se hacían a los romeros. Hoy persevera el concurso, pero sin aquel orden y piedad. De modo que se hace notable la devoción con que el día 8 de Septiembre vienen los franceses comarcanos a cumplir en nombre de las villas los votos que hicieron los comunes; porque luego que descubren el monasterio se arrodillan y entonan el Ave maris stella, y así entran en procesión y asisten a la fiesta de nuestra Señora con devoción y compostura, sin mezclarse en ninguna de las disoluciones de otros concurrentes. El archivo de este monasterio está bien arreglado: lo registre a mi satisfacción, merced a la franqueza con que me trataron el P. prior y presidente (ya que se hallaba ausente el Sr. abad), y el P. Fr. Millán Hermosilla archivero, quien suplió con ventajas las que yo esperaba lograr con la pericia del P. M. Fr. Benito Ribas que también se hallaba ausente. Tomé algunas noticias acerca de la historia de la casa, y muchas más sin comparación de las tocantes a otras iglesias y monasterios. Este es el gran fruto de los viajes, y por cierto el más sabroso: hallar en un punto cosas que pertenecen a otros en que no se pensaba, y con que se ilustran sus antiguallas. Hay allí algunos martirologios, entre ellos uno Ripollense del siglo XI, donde lo más importante es el necrologio. Allí mismo vi los capítulos de concordia que hizo este monasterio con el impresor Juan Luxaver a 7 de Enero de 1499, obligándose él a imprimir varios breviarios y rituales y otros libros eclesiásticos, como efectivamente se imprimieron para repartir por toda la congregación. De esta oficina portátil salió el año siguiente el Exercitatorium vitae spiritualis del abad Fr. García de Cisneros, libro célebre y buscado por muchos motivos. Rarísimo es también el libro de las colaciones del abad Isaac, traducido al castellano por Fr. Bernardo Boil, monje y ermitaño de Monserrate. Hay de él aquí un ejemplar muy bien conservado, impreso apud S. Cucufatum vallis Aretanae XXIX. Novembris anno Domini M.CCCC.LXXXIX. en 4.° Habló de este libro el P. Méndez en su Tipografía española del siglo XV. Yo no puedo persuadirme que el lugar de esta edición sea el San Cucufat (Cugat) del Vallés; ya por no quedar en aquel monasterio memoria alguna de haber habido allí imprenta, con ser así que se conservan exactas apuntaciones de aquel tiempo, ya principalmente por no convenirle la palabra Vallis Aretanae, que cierto nunca se llamó así el Vallés en lengua alguna. ¿Y quién sabe si sería algún San Cucufat del Val de Aran? Dejemos conjeturas; lo cierto es que este traductor fue hombre de reputación en tiempo de los reyes católicos, quienes le destinaron a la América en calidad de nuncio apostólico, dándole facultad de escogerse doce compañeros sacerdotes, los cuales no consta quienes fuesen. 

Después se dice que volvió y fue abad de Cuxá, y le ocuparon en otros negocios graves. Muchos materiales tengo recogidos de acá y de acullá, hasta de la isla de Mallorca, para escribir la historia de este célebre personaje, de quien algunos escritores han hecho tres, y cuyos hechos han confundido de una manera increíble, atribuyendo a los sobrinos lo que es del tío, y al contrario: y haciendo catalanes a los que no son sino valencianos. En suma este punto biográfico merece una disertación separada.

Ya quedó dicho arriba que desde el siglo X se hizo donación al monasterio de Ripoll de la iglesia de nuestra Señora. Mas de haber habitado en ella monjes no hay memoria hasta el siglo siguiente, en que suena como una de las obediencias sujetas a aquella casa, cuyo abad nombraba aquí un prior para su gobierno. Así permaneció hasta el 1410, en que con autoridad de Benedicto XIII (Luna) salió de aquella dependencia y se erigió en abadía, la cual obtuvo el primero Fr. Marcos de Villalba. Uniose después a la congregación de Valladolid en 1493. Entonces y siempre estuvo sujeto el monasterio al obispo de Vique, de cuya jurisdicción era y es todo el monte; y esto habrás observado en varias cosas que se dijeron en el episcopologio de aquella iglesia, y lo verás todavía más claramente en lo que me queda que decir en el correo inmediato. Había resuelto poner aquí el catálogo de sus priores y abades, que me ha proporcionado el citado P. Hermosilla; pero está tan diferente del que publicó Flórez (tom. XXVIII), que sería menester detenerme a dar las pruebas de su discordancia. Así que quede esto para la historia completa del monasterio, que se está preparando con actividad, y me aseguran que muy en breve se publicará. A Dios.