martes, 16 de agosto de 2022

Carta LXXI. Viaje a Solsona. Conjeturas sobre la situación de esta ciudad, y origen de su nombre.

Carta LXXI. 

(No es igual el texto que en el índice)

Viaje a Solsona. Conjeturas sobre la situación de esta ciudad, y origen de su nombre. Memorias de su iglesia y canónica; la cual primero fue Aquisgranense y después Agustiniana. Mujeres canónigas. Dos dedicaciones de su templo. No fue en lo antiguo sede episcopal. Códices notables que allí quedan.  

Mi querido hermano: En la santa iglesia de Solsona hallé también hecho en gran parte mi trabajo. Y es que uno de sus últimos prelados, el Sr. D. Fr. Rafael Lasala, de la orden de S. Agustín, trajo consigo un religioso lego de su misma orden, natural de Valencia, llamado Fr. Miguel Llisterri, hombre medianamente instruido en la latinidad, y muy aficionado a la investigación de las antigüedades. Dedicose pues con ahínco al examen de estos archivos, y al cabo de algunos años logró completamente su objeto, que fue averiguar y clasificar en todos sus ramos la historia de esta iglesia. Por su muerte, acaecida aquí mismo a 5 de Mayo de 1789, dejó su trabajo en borrador, repartido en tres tomos, los cuales puso en limpio y aumentó en alguna parte D. Domingo Costa y Bafarrull (no Bofarull), cura de Castellnou de Seana, ya difunto. Esta obra es la que yo decía que ha aliviado en gran parte mi trabajo, no sólo porque presenta al golpe digeridos los puntos más curiosos de la antigüedad, sino porque regularmente se funda y bien en escrituras existentes aquí mismo; de lo cual he hecho pruebas repetidas. No entiendas por eso que me he dispensado de examinar por mí mismo los archivos, que me han franqueado los ilustrísimos señor obispo y capítulo; antes eso mismo me obligó a poner en su escrutinio mayor esmero y atención. Pero ya se sabe la diferencia que hay entre andar un camino trillado por otro, y tener que abrirlo de nuevo. Mayormente que yo no busco en cada iglesia y monasterio lo que a ellos solos toca, sino lo que hace para otras corporaciones y varios ramos sueltos de la anticuaria. Así es que de esta iglesia he copiado algunas docenas de escrituras, de que no se hará mención en su historia; pero andando el tiempo ellas saldrán. Supuesto esto, vamos en nombre de Dios a nuestra labor.

Solsona se cree ser la Setelsis romana, perteneciente a los pueblos Jaccetanos, (Jacetania, Jaca) como la pone López en su mapa de 1786. Esta opinión de Marca y otros debe ser preferida a la que hace a esta ciudad sucesora de la Celsa antigua, que está a las orillas del Ebro, cerca de Zaragoza. Y aunque este y otros puntos semejantes no pueden averiguarse por las escrituras modernas, suelen sin embargo algunas de ellas conservarnos algún vestigio de los nombres desusados. Y esto sucede con una de este archivo, y del año XXXI de Carlos el simple, 928 o 29 de Cristo; la cual es una venta ad domum Sancta Maria de una tierra sita in castro Setelisona, que es casi la misma palabra Setelsis, con la terminación ona, propia de los godos. Si alguno repara en que no consta que ese castrum Setelisona sea la misma ciudad de Solsona; yo responderé que ya que no sea la misma, no podrá a lo menos negarse que hubiese en su distrito algún castillo a quien corresponda este nombre godo, y por consiguiente el antiguo romano. (N. E. por ejemplo, Barcino, Barchinona, Barcelona, etc) Va copia de este documento (a: Apend. n. IV), tomada de la que sacó el sobredicho religioso, porque no me ha sido posible encontrar el original que él cita y dice haber visto. Lo que sí aseguraré es que en el siglo XI todas las escrituras llaman a esta ciudad Celsona (aquí se parece más a Lepida Celsa, asentamiento romano, actual Velilla de Ebro, o a Gelsa de Ebro, que está a 4,6 km a pie), Solsona, Sulsona, y también Sulsuna.

Otros dicen que estaba en los pueblos Lacetanos (si no son los mismos que los Jaccetanos) (N. E. con I, Iacetanos, Iacetania, Jacetania, jacetanos, Jacca, Iacca, Jaca, etc), y que fue su presidio o capital. Los que esto dicen se fundan en que algunas escrituras de los siglos XI y XII llaman monte Lacetano al que hoy es conocido con el nombre de S. Bartolomé, el más vecino a Solsona. Yo no he topado con estos documentos; sólo he hallado una escritura que va copiada para este efecto (b: Apend. n. V), de donación hecha el año 1003 de cierta posesión, entre cuyos límites se expresa in monte Lecitano, que según me han dicho los prácticos en este terreno, miradas bien las restantes afrontaciones, corresponde al sobredicho monte de San Bartolomé. Mas dejando esto a los indagadores de la geografía antigua, paso a ordenar las memorias eclesiásticas que nos quedan de esta ciudad; la cual (porque no se me olvide) pinta en su escudo de armas un sol, en alusión a la primera sílaba de su nombre; unos cardos y una cruz, divisas de la casa de Cardona y del obispo, ambos conseñores de ella.

La primera memoria que nos queda de iglesia existente en Solsona, es la que ya dije del año 928 (XXXI del rey Carlos el simple), es a saber, la donación que hicieron Exibiro y su mujer Doteleva ad domum Sancta Maria, terra in castro Setelisona, in loco vocitato Sancti Gervasii. En otra escritura del año 965 suena junto con la iglesia de S. Pedro, y de ambas se dice en ella: qui sunt fundati prope castro Celsona. En otra del 970 se dice fundada subtus castro Celsona: en el 980 subtus urbe Celsona, y en 984 prope civitate Celsona. Todo conviene a la actual iglesia de Santa María, que está en la parte baja del castillo, y entonces fuera de la ciudad. La iglesia de S. Pedro que se nombra junto con ella, era sin duda la capilla de S. Pedro, incluida ahora en la misma, y que ya en lo antiguo fue como hoy titular de su parroquia. Esta iglesia existente ya en el siglo X fue construida por Suñer (o Seniofredo), conde que fue de Urgel desde el año 911 hasta el de 929, y desde entonces juntamente de Barcelona hasta el de 950 en que murió. Dícelo su nieto y sucesor en Urgel Ermengol I, en una escritura muy importante para la historia de esta iglesia, fecha VI. Idus Aprilis, anno IIII. regnante Rodebertus rex, que es el 999 o 1000 de Cristo. Estando el sobredicho conde Ermengol en su castillo y palacio de Olius con su corte, compareció ante él Raimundo prior de esta iglesia, pidiendo le concediese carta de franqueza, o licencia para adquirir bienes. Concediola el conde, añadiendo la donación de una franqueda suya llamada Muntada; y de la iglesia dice: quam avus meus construxit in sua propria dominicatura. Va copia de este documento (a: Apend. n. VI), no sólo por lo dicho, sino también porque es la primera noticia de prior de esta casa, lo cual supone canónica ya formada en el año sobredicho. Y para mí tengo que lo estaba desde que construyó la iglesia el conde Suñer. A lo menos la escritura que antes cité del año 928 de Cristo, da a entender que había entonces comunidad o congregación de muchos en una casa o claustro para el servicio de la iglesia; que esto significa, como en otras partes he dicho, el hacerse aquella donación ad DOMUM Sancta Maria. Y cierto que si había prior en el año 1000, no constándonos que fuese el primero, hemos de suponer precisamente canónica anterior. En todo el siglo XI suenan ya constantemente en las escrituras los nombres de canónica y canónigos. En una del año 1036 constan los nombres de tres de ellos: Ubi, dice, residebat (en esta iglesia) sacerdos nomine Mironi, et Wifredus iudex, et Dalmacio, canonici. ¿Y de qué especie era esta canónica? 

Yo no hallo que fuese otra más que la Aquisgranense, que era la única conocida entonces por acá, y la que regía en las catedrales antiguas de este principado, como he demostrado, y aún se demostrará varias veces. Particularmente consta esto de la de Urgel, a quien estaba sujeta, y era muy principal después de ella la iglesia de Solsona. Y así es verosímil que se conformase con ella en la regla de vida clerical. Esta conjetura tiene mucha fuerza, si advertimos que existe en esta catedral un códice, en que después del calendario se halla escrita de letra de principios del siglo XI la sobredicha regla canonical Aquisgranense con la carta de Ludovico Pío que le sirve de prólogo, y su epilogo final después del último capítulo 143. Ya sabes la costumbre de las canónicas que leían diariamente después del martirologio un trozo de su regla, de lo cual quedan vestigios en algunas órdenes religiosas, y yo lo sé de la mía. Es pues evidente que en ese tiempo la canónica que aquí regía era la Aquisgranense. Verdad es que al fin del mismo códice se halla la regla de S. Agustín; mas también lo es que es de escritura posterior, lo menos de fines de ese mismo siglo XI. Lo cual sólo probará que en este tiempo se introdujo la canónica Agustiniana, como es así la verdad, aunque es también muy dificil fijar exactamente su época. Yo sospecho que debió ser hacia el año 1070, en que como veremos, se hizo la primera consagración y dotación solemne de la iglesia; porque esta era ocasión muy oportuna, según lo que aparece de otras iglesias y monasterios. Antes de ese año el obispo Eriballo de Urgel en el testamento que hizo el año 1040, hace algunas mandas a los individuos de esta iglesia, y los llama solamente clericos. Cincuenta años después en el de 1090, Guitardo, restaurador de la canónica de Orgañá, convocó para ello a los canónigos de Urgel, de Cardona y de Solsona; y siendo así que a los primeros los llama la escritura (que se verá en su lugar) simplemente canonicos sedis Urgelli, a los restantes los nombra así: canonicos religiosos Sanctae Mariae Celsonae, et religiosos canonicos Cardonae; notando con la palabra religiosos la diferencia de estas canónicas de la de Urgel que siempre permaneció Aquisgranense. Esta es la primera noticia, y para mí harto cierta, de canónica Agustiniana en esta iglesia. Y digo que es la primera, porque otra que suponen del año anterior 1089, y es una sentencia a favor de esta canónica y su prepósito Bernardo (lib. donat. eccl. Celson. fol. 26 b. n. 40.) está notoriamente equivocada, y le falta a su fecha una nota de C., de modo que deba pertenecer al año 1189. La razón de esto es, que uno de los jueces se llama Petro de Tavarteto Ausonense sacrista electo in iudicem a domino rege. En 1089 no había rey que mandase en Cataluña (N. E. revisa la segunda carta puebla de Cardona, 986, https://viaje-literario-iglesias-espana.blogspot.com/2022/08/charta-populationis-cardonae-anno-986-carta-puebla-cardona.html que tú mismo copiaste, anda, y verás quién era el rey franco que mandaba en Cataluña; “et sub iussione magno imperio nostro Leudovico rege obediente, filio Leutarii regi, anno I eo regnante, et misericordia Dñi postulante: Ego Borrellus gratiâ Dei comes et marchio facio preceptum et securitatem adque liberacionem in castro vocitato Cardona...” ), ni le hubo hasta casi un siglo después, tiempo en que me consta que vivía ese Pedro de Tavartet, sacrista de Vique, tío del obispo de aquella iglesia Guillermo de Tavartet, que lo fue hasta casi la mitad del siglo XIII (a: V. tom. VII. pag. 14). Además en esta escritura alegó el prepósito que poseía el honor de Jonqueres, sobre que se disputaba, ex donatione domini regis, et comitis eius patris. ¿Quién no ve que se habla aquí del rey D. Alfonso II, hijo del conde de Barcelona Ramón Berenguer IV, que murió en 1162, (N. E. lo parió la reina Petronila, que siempre la olvidáis o ninguneáis, hija del rey de Aragón Ramiro II “el monje”) y que de ningún modo se verifica esta locución en el siglo XI? Es cierto pues que la escritura pertenece al año 1189, en que de otras memorias consta que era prepósito el citado Bernardo. La segunda memoria cierta que hay de canónica Agustiniana es la bula del papa Urbano II fecha el año 1097, que va copiada (a: Apend. n. VII). En ella aprueba la vida canónica que el prior Raimundo y sus hermanos profesaban en esta iglesia, y confirma la posesión de todos sus bienes. Es verdad que el papa no dice expresamente que la canónica sea de S. Agustín; pero claramente la designa diciendo: statuimus ut nemini inter vos, professione exhibita, proprium quid habere... licitum sit; dando además al prior total y completa jurisdicción sobre sus súbditos: que cierto son caracteres propios de la canónica Agustiniana. Esta aprobación de Urbano II se halla después confirmada por los papas Eugenio III en 1150, Alejandro III en 1180 y Clemente III en 1188, los cuales todos expresan que era canónica Agustiniana. Sólo advierto que aun en los principios del siglo XII se llama tal cual vez prior el superior de la casa; mas desde el año 1120 se llama constantemente prepósito (prior : primero; pre posito : puesto el primero) hasta el de 1409, en que erigida su abadía se llamó abad (abbas; abún, aíta, padre o abuelo en otras lenguas) hasta su secularización y erección en catedral en los tiempos de Clemente VIII. 

En todo el siglo XII hay varias escrituras, con las cuales algunos legos se ofrecían en canónigos de la iglesia. Las hay también de mujeres que prometían obediencia al prepósito, y vivir y comer en la canónica. Ego Adalaidis (dice una de dichas escrituras de 1156) dono et delibero me ipsam Domino Deo, et Sanctae Mariae Celsone, ut vivam ibi omnibus diebus vitae meae, et habeam meum victum in ipso loco. En otra de 1180 se lee: Ego Sancia de Ivorra dono &c... in manu Bernardi eiusdem loci praepositi, et aliorum canonicorum, ut vivam ibi sub obedientia Domini Bernardi praepositi, et sim soror illius loci, et particeps... sicut una aliarum sororum &c. Dos dedicaciones o como decían consagraciones se hicieron de esta iglesia en la antigüedad: la una en el año 1070, y la otra en el de 1163. De la primera no nos queda escritura auténtica, y sólo se halla en el tomo III de papeles varios del archivo episcopal un extracto del instrumento original de aquel suceso, el cual se dice allí que estaba muy roto, y que solo pudieron leer en él que dicha consagración fue hecha por el arzobispo de Narbona Guifredo, y por el obispo de Urgel el año de Cristo 1070, era 1108, indicción VIII, año VIII del rey Felipe, a 6 de los idus de Diciembre. Aquel templo debía ser ya distinto del primitivo que construyó el conde Suñer; y así lo da a entender un leccionario del siglo XV propio de esta iglesia en las lecciones del día VIII de la fiesta de la segunda dedicación; parte de dichas lecciones se ingirió en el breviario de la misma, impreso en Zaragoza año 1514 por Jorge Coci. En su copia adjunta (a: Apend. n. VIII) verás que aquel templo del siglo XI fue construido a expensas y con los desvelos del obispo de Urgel Guillermo Guifredo, y con el auxilio de los vecinos: y que el día 25 de Agosto de 1069 en que se concluyó su fábrica (que no fue viernes como dice sino martes) sucedieron todos los portentos extraordinarios que allí se refieren, y por los cuales, como indican algunas donaciones de los años siguientes, vino a ser aquel templo tan famoso, que aun de tierras apartadas era visitado con frecuencia. Algunos artículos pueden salir para nuestro Glosario de las lecciones sobredichas. 

Menos dudosa es la noticia que tenemos de la segunda consagración y dedicación hecha por el obispo de Urgel Bernardo Roger en 1163, acompañado de los obispos Pedro de Zaragoza, Raimundo de Pamplona y Guillermo Torroja de Barcelona, y también del conde de Urgel Ermengol VII, de Raimundo Folch, vizconde de Cardona, y de otros nobles. Después de consagrada la iglesia cada obispo de por sí fue confirmándole la posesión de lo que tenía en sus respectivas diócesis, y añadiendo donaciones nuevas. Lo mismo hizo el conde (a quien llaman illius ecclesiae ex magna parte fundatorem) y a su ejemplo otros magnates. El obispo y clero de Urgel hablan de esta manera: ego Bernardus Urgellensis episcopus, et clerici Urgellensis ecclesiae Celsonensem ecclesiam, quae ad nostram diocesim sive regimen pertinet, concedimus esse canonicam regularium clericorum; et volumus ut Bernardus, eiusdem ecclesiae praepositus, et eius successores, custodiant clericos ibidem Deo servientes sub regula et habitu beati Augustini &c.: concédenle territorio para cementerio, asilo &c. Todo lo verás en la copia de la escritura original (a: Apend. n. IX) y que es muy importante para el episcopologio de Urgel. Su fecha entera, unido el exordio con el remate, es esta: anno incarnati verbi C.° LX.° III.° post millesimum, era M.a CC.a I.a, Indictione XI. epacta XXV. ciclo decemnovenali quinto, IIII. Idus Novembris, pontificatus dompni Bernardi Urgellensis episcopi anno primo. La exacta consonancia de todas estas notas cronológicas entre sí dan a esta escritura todo el peso de certidumbre que la historia necesita. La fiesta de esta dedicación se ha celebrado siempre y aún hoy se celebra en el mismo día 10 de Noviembre en que se verificó. Los códices propios de la iglesia no traen para el oficio otras lecciones más que las del común, y sólo en el día octavo ponen las que antes dije de los portentos obrados en 1069. Otra prueba de haberse celebrado en dicho día y año esa consagración es la escritura separada que hizo el citado conde Ermengol de la misma donación que indica brevemente la escritura sobredicha de consagración; en la cual dice: dono ecclesiae beate Marie, in cuius consecratione praesens assisto: y su fecha es la misma que la otra. La he visto copiada en un cartoral de esta iglesia, fol. 33. Muy poco queda de aquel templo antiguo. El actual es todo obra de los siglos XIV y XV, a excepción del testero exterior de la iglesia, que sin duda es de lo construido en el siglo XII. Algunos han querido decir que la iglesia de Solsona fue en lo antiguo catedral, o por lo menos consede (co-sede) de la de Urgel, de modo que el obispo residiese aquí alguna parte del año. Fúndanse en que algunas escrituras la llaman Sancta Maria sedis Celsonae. Cuan poco vale esto lo conocerá quien sepa que otras muchas iglesias se llaman sedes (seu) sin haber tenido ni ahora ni antes sede episcopal. Manresa llama la seu a su colegiata, lo mismo Gandía a la suya; y a buen seguro que ninguna de las dos ciudades se atreva a decir que tuvo en la antigüedad obispo propio. Este es un título de principalidad en un partido, o condado o distrito, adoptado por imitación de la catedral, primera iglesia de la diócesi. Otro argumento toman de un testamento que aquí he visto (arch. episc. tit. de Figueras) hecho el año XL del rey Felipe (1100 de Cristo) por un Pedro Arlovino, que dice entre otras cosas: Dimitto ad Sanctam Mariam de Celsona, et ad episcopum, meum habere... et episcopus cantet missam pro anima mea, et solvat meum monumentum. Es de notar que dispuso ser enterrado en esta iglesia; de modo que parece indicar que aquí había obispo propio y permanente. Mas yo no infiero tal cosa; y cuando no hay documento alguno de los que con tanta abundancia se conservan en las catedrales, y prueban que lo fueron, ¿qué he de decir sino que esas cláusulas deben entenderse del obispo territorial, que atendida la principalidad de la iglesia y lo poblado de esta parte de su diócesi, residiría aquí con frecuencia, o bien huyendo de la mayor aspereza de la Seo de Urgel, o de guerras que por allí hubiese? En las lecciones que envié de la dedicación de esta iglesia, la llaman sedes, ut vetustiores dicunt, ab Urgellensi sede secunda. Mas como este códice, y creo que las mismas lecciones, son obra del siglo XV, de aquí sólo puede inferirse la tradición y opinión común en aquel tiempo, y nada más. Dejando ya esto aparte, voy a concluir la carta con la noticia de los pocos códices que conserva esta iglesia. 

1.° El primero es el que ya dije MS. del siglo XI, que contiene las canónicas Aquisgranense y Agustiniana para el uso diario en la pretiosa.

2.° Otro hay de mucho valor. Es un vol. fol. que sólo contiene el necrologio de la iglesia, del que se servían también diariamente a la misma hora, leyendo el óbito correspondiente después de leer un trozo de la regla canonical. Cada llana (plana) está dividida en dos columnas, en lo alto de las cuales se halla escrito el día del mes y uno o dos de los santos que a él pertenecen, dejando en blanco todo lo restante para ir escribiendo los óbitos que ocurriesen, no sólo de los individuos de la iglesia, sino también de otros personajes ilustres y bienhechores de ella. Es monumento precioso por acotar los años de su fallecimiento, con lo cual desaparecen muchas dudas, particularmente sobre el remate de los pontificados de Urgel, que a pesar de la diligencia en registrar otros archivos, no había podido fijar en gran parte. Se escribió indubitablemente antes de la mitad del siglo XIII; pero entrado ya él. Vese esto en que faltan las fiestas de Santo Domingo, S. Francisco y S. Pedro mártir; pero se halla la de la Concepción y otras poco anteriores. Otra prueba es que los óbitos hasta el siglo XIII se hallan por la mayor parte al margen, sin haber casi ninguno en el centro de la columna. Parece pues que se escribió entonces, como dejando a la posteridad todo el lugar desocupado. Adjunto va un extracto de los artículos más notables para la historia (a: Apend. n. X), digno de publicarse ilustrado con notas, como otros que han ido e irán de esta especie, cuando llegue la hora de la colección general.

3.° Breviarium secundum ritum insignis ecclesiae Celsonae. Es un volumen en 8.° 

Al fin se lee: Requisitus per venerabilis capituli Dominos insignis ecclesiae Celsonae ob plurimorum laborum relevationem ille Georgius Coci (Jorge Coci) imprimendi breviarium hoc onus ut assumerem: Quod summa cura assumens impressi ea certe qua decens erat solicitudine, divino adiutus favore feliciter in inclita civitate Cesaraugustana consumavi. Anno 1514 nono Kal. Novembris.

4.° Ordinario propio de dicha iglesia MS. hacia el año 1480, como aparece por las tablas de cómputo. De este códice y del anterior se han tomado varias notas para la historia de nuestros ritos. 

5.° Para lo mismo y con mayor abundancia ha servido una consueta ordenada a fines del siglo XV por Pedro Juan de Lobera, bachiller en derechos, canónigo de esta iglesia, y juntamente de la de Tortosa y la de S. Juan de las Abadesas. Otra hay también del siglo XVI.

6.° Leccionario MS. a fines del siglo XV, del cual se han copiado algunas actas de santos que saldrán a su tiempo.

Y no hay más códices, ni otra cosa que decir por hoy. A Dios &c.

lunes, 15 de agosto de 2022

CARTA LXX. Examen de los documentos en que se apoya el famoso milagro llamado la santa duda de Iborra.

CARTA LXX. 

Examen de los documentos en que se apoya el famoso milagro llamado la santa duda de Iborra. Inscripción romana existente en aquella parroquia.

Mi querido hermano: A cuatro horas de Cervera hacia el norte se halla un lugar llamado Iborra, a donde me llevó la curiosidad de ver los documentos coetáneos, según me dijeron, de un portento acaecido a principios del siglo XI, en el pontificado del papa Sergio IV, hacia el año 1010. El caso se reduce a que celebrando el santo sacrificio en la iglesia de Santa María su párroco llamado Bernardo Oliver, dudó después de la consagración si había faltado en algo, y si realmente estaba en el cáliz la sangre de Cristo; y que en el momento comenzó esta a crecer dentro de él, y a rebosar y derramarse sobre los corporales y ara y suelo, de modo que se pudieron empapar de ella muchas estopas y lienzos. Esta es la substancia del hecho que yo no contradigo, antes venero su tradición, la cual a principios del siglo XV en documentos originales ya se llama antigua. Sólo diré que si con el tiempo se imprime alguna historia de este suceso, no hagas gran cuenta de los documentos que se citarán acaso como coetáneos, sacados del archivo de dicha parroquia. Tal es una bula del papa Sergio IV, despachada el año II de su pontificado, y dirigida al mismo párroco, en la cual concede a los cofrades de Santa María que puedan elegir confesor saecularem vel regularem, curatum vel non curatum, qui de omnibus peccatis suis et casibus, etiam sedi apostolicae reservatis, eos absolvere et dispensare valeant. ¡Cuánto sabe esto a los tiempos posteriores al año 1010 que es su data! Dejo aparte otros resabios de lo mismo, y el no hallarse de esta bula sino copias modernas en papel y posteriores al siglo XVI. 

Otro documento anda allí en varias copias y escrito con gran variedad, y es la entrega de algunas reliquias y concesión de indulgencias que en nombre y con autoridad de dicho papa Sergio IV hizo Bernardo epus Tholornensis o Tolosanus, que de todo hay, al obispo S. Odón de Urgel para la iglesia de Iborra año 1012. Es cosa graciosa que en este año se diga hecha semejante dádiva a un obispo que no comenzó a serlo hasta el de 1094. Y advierto que en medio de la discrepancia de las copias en otras cosas, todas concuerdan en nombrar a S. Odón. Temo también que producirán las constituciones de la cofradía de Santa María, que suponen hechas por S. Ermengol. Es de notar que algunas escrituras suponen ser esta cofradía anterior al milagro, y otras posterior y efecto de él. Sus capítulos son como los que se establecían en el siglo XIII y siguientes. El único ejemplar que de ellos se halla es en lemosín, y de carácter del siglo XIV o acaso más bajo. Dícense hechos por S. Ermengol a instancias de Jaime Gil; rector de Santa María y S. Cucufat de Iborra. Y pues la bula de 1010 los supone ya establecidos y casi los copia, y S. Ermengol su autor lo más pronto que entró a ser obispo es a principios del 1009, se ha de decir que fueron hechos en ese mismo año 1009: el mismo en que debió verificarse el milagro, y en que era rector Bernardo Oliver. Más es que este nombre y apellido a principios del siglo XI hace sospechar que también se fingieron las otras circunstancias de este suceso. Al pie de dichos capítulos se halla continuado un cartel de indulgencias concedidas a la parroquial de Iborra, con ocasión de este milagro, por Petrus arch. Smirnensis (Esmirna), y los obispos Albertinus Lurmenen. - Rafael Archadien. - Egidius Bannarien. - Cosmas Trapaçonen. - Franciscus Lapracen. - Iohannes Arconen. - Paulus Girapetren. - Iohannes Arimiroten. - Petrus Aiacien. - Thomas Syren. - Philippus Lavacen. - y Ermengoldus Urgellen. La data Avinione anno Dñi millessimo (sic) quinta die mensis Aprilis pontificatus SS. Dñi nri Sergii papae quarti anno primo. ¡Cuántas contradicciones hay aquí! ni el papa Sergio, ni S. Ermengol obispo de Urgel lo eran en el año mil; y sin duda se podrá decir lo mismo de los otros obispos. Mas aun cuando digamos que el copiante omitió el décimo, de modo que la fecha sea del año 1010, ¿quién creerá tal reunión de prelados en Aviñón en ese tiempo? y ¿cómo es posible que entre las fiestas en que se habían de ganar las indulgencias señalasen la de Santa María Magdalena y la conmemoración (en el original sin n antes de m) de los difuntos, que en nuestra provincia no comenzaron hasta entrado el siglo XII, como se ve en los calendarios antiguos? Estas incoherencias no hacen favor alguno a la piedad. En resolución, cuanto se cuenta sobre esto anterior al siglo XV, todo es dudoso y lleno de nulidades. En ese tiempo hay ya documentos ciertos y originales que suponen entonces viva la tradición. Tal es la comisión que el cardenal Pedro de Fox, hallándose en Orgañá día 16 de Marzo de 1426, dio al abad de Cardona para que se informase de la verdad de la petición de Juan, conde de Cardona, acerca de confirmar las indulgencias concedidas a Iborra. Va copia de este documento, en que se cuenta el milagro y otras circunstancias (a: Apend. n. III). 

A consecuencia de esta averiguación el obispo de Urgel D. Francisco de Tovía, con facultad del mismo cardenal aprobó las dichas cofradía e indulgencias a 22 de Junio de 1430, y él mismo las publicó visitando personalmente esta parroquia día 15 de Agosto de 1433. Del mismo y otros prelados de aquel tiempo hay varios decretos de licencia para cuestuación, y también del conde de Pallás y del rey D. Alfonso V de Aragón, en todos los cuales se refiere el hecho con más o menos circunstancias, aunque concordando en la substancia de él. Omito hablar de las indulgencias y confirmaciones de los tiempos siguientes, particularmente de las concedidas por los obispos de Solsona, a cuya diócesi pertenece hoy el lugar, los cuales han autorizado este hecho en sus visitas. Esta parroquialidad estaba en lo antiguo dividida en dos poblaciones, que se llamaron por eso las Iborras. En la una situada en terreno más bajo había dos pequeñas iglesias, una de S. Gervasio y Protasio, que todavía existía en el año 1670, y ahora está ya del todo arruinada; y otra de Santa María. En la historia de los condes de Urgel hallarás una donación hecha a estas iglesias. Esta última es donde se supone acaecido aquel portento; en cuyo lugar se ha construido una iglesia de bastante capacidad, servida de dos clérigos, y visitada de las gentes comarcanas. En uno de sus altares laterales se ve el retablo de madera que debió ser el mayor en el siglo XV, que es cuando se pintó. En uno de sus cuadros está representado el lance de mostrar el sacerdote vestido con planeta cerrada los corporales ensangrentados al obispo S. Ermengol. No queda ya allí población alguna. De dicha iglesia dicen que se subieron los restos de aquel portento a la otra iglesia de la principal población, que es donde estaba el castillo, en el año 1096: intitulábase como ahora de S. Cucufate. En Urgel se venera un trozo de los corporales o lienzo de este milagro. Aquí queda otro en que realmente se ven muchas manchas de sangre añeja. Está colocado en el centro de un relicario plano, dividido en varios nichos o casillas al rededor, en las cuales se ven otras reliquias insignes, que son puntualmente las que en el documento de Bernardo, obispo de Tolosa del año 1012 se suponen entregadas como regalo del papa Sergio IV, expresadas así: unum trocium verae crucis, unum crinem Virginis Mariae, trocium modicum digiti beati Andreae, de lapide sancti sepulcri Dñi nri J. C., de veste inconsuptili Dñi nri J. C, de capitibus beatorum martyrum Gervasii et Protasii. 

Además de estas hay allí pelos de la barba de S. Pedro, un trozo de la porta daurada, que es un pedacito de cristal, y no sé de qué puerta se habla: item medio anillo o sortija de Santa Catalina; pero es de tamaño irregular: un dedo de Santa Bárbara: un trozo de espina de la corona de Cristo. La piedra que decía del sepulcro de él, es mármol. Con esto se guarda un cofrecito viejo atestado de estopas y tierra y serrijo de madera (serrín), que dicen ser lo que se recogió cuando el milagro. 

Esto hay de la llamada Santa Duda de Iborra. 

(N. E. Si Boccaccio hubiese tenido este texto a mano, lo hubiese plasmado en la novelita décima de la jornada sexta del Decamerón. Fray Cipolla; algunas reliquias; una pluma del ángel o arcángel Gabriel, y carbones de las brasas donde asaron a san Lorenzo.)

Al lado del relicario, en el mismo camarín y sobre una mesita se halla una piedra romana, de que se puede hablar con más certidumbre. Es una tabla de mármol de más de dos cuartas, hallada en las ruinas de la iglesia vieja, porque la actual es obra casi de nuestros días. La inscripción sepulcral que en ella está bien conservada, dice así sin quitar ni poner: (pongo espacios)

L. CAECILIO

AGIDILLO

L. CAEC. AGILIO 

PATRI. PIENTISSIMO

ET.  SEVERIANO. FILIO

KARISSIMO. AN. XVI. 

Nada más. A Dios. 

Carta LXIX. La parroquia de Cervera, antes sujeta a Ripoll; mas no fue monasterio de Benedictinos.

Carta LXIX.

La parroquia de Cervera, antes sujeta a Ripoll; mas no fue monasterio de Benedictinos. Su titular, fábrica de tu templo, inscripciones, arquitectos, torre de campanas, consagración de su altar mayor. Priorato de S. Pedro: monasterio doble de los Hospitalarios: conventos antiguos y modernos, sus reliquias, códices etc. Noticias del lignum crucis, que llaman el sant misteri.  

Mi querido hermano: La primera memoria que nos queda de la iglesia parroquial de Cervera va junta con la noticia de estar sujeta al monasterio de Ripoll. Es verosímil que el autor de esta sujeción fuese Guillermo Raimundo de Cervera; así como lo fue de la de otra iglesia intitulada de S. Pedro, de que hablaré después; el cual junto con su mujer Arsendis la dio a aquella casa en el año 1081. Lo cierto es que diez y seis años después expidió el papa Urbano II la bula confirmatoria de todas las posesiones de Ripoll (Marca Hisp. apend. n. CCCXIV.) y entre ellas pone: In castro Cervariae ecclesiam Sancti Martini. Y que esta iglesia fuese la parroquial intitulada ahora de Santa María, dícelo el monje de Ripoll que compuso en 1147 la historia de aquel monasterio (ibid. n. CCCCIV.) donde entre las donaciones confirmadas por el papa Urbano, la cuenta con estas palabras: In castro Cervariae PARROCHIAM Sancti Martini, quae NUNC EST Mariae. De donde debe inferirse que la jurisdicción que el abad de Ripoll tenía en esta parroquia, en virtud de la cual consta que nombraba el párroco, los cuatro domeros y el sacrista, y que percibía de aquí pingües rentas, no le vino como algunos creen de haberle dado la otra iglesia de S. Pedro, sino esta de Santa María. Sobre este derecho de presentación comenzaron a hacerse varias concordias con el obispo de Vique desde el año 1284: y como viste en el episcopologio de aquella iglesia aún duraba esta sujeción en 1406, cuando el obispo Diego de Heredia y Raimundo abad de aquella casa, aprobaron de consuno las constituciones que entonces se hicieron para este clero, las cuales existen en el archivo de aquel monasterio. Así es que el Hugo cardenal, que suena rector de Santa María de Cervera en varias escrituras de acá de los años 1345 hasta 1361, y en cuyo nombre regentaba esta parroquia Bernardo de Ulugia, obtuvo el curato por presentación del abad de Ripoll. Esta sujeción de la parroquia a aquel prelado, se confirma con la tradición vulgar, la cual llega hasta creer que antes hubo en ella monasterio de benedictinos. Y para prueba alegan el hallazgo de algunos esqueletos de los enterrados con cogulla, la existencia de un libro coral de aquella orden, de que aún se sirve este clero, la de un altar de S. Benito y de un cuadro del bautismo de Cristo en el Jordán, donde los que lo vieron dicen que había retratado un sacerdote con hábito benedictino. Tan pocas cosas han bastado para acreditar y radicar una opinión contra la verdad de la historia; como si todas esas reliquias de monacato no pudiesen tener otro origen. Y yo lo hallo no más que en la sujeción sobredicha, y en la coexistencia del priorato de S. Pedro extramuros. Porque ¿quién extrañará que se introdujera acá la devoción al patriarca S. Benito, cuyos hijos eran los patronos de la iglesia? Y esta devoción pudo hacer que muchos se enterrasen con su hábito; o digamos que esos cadáveres pudieron ser de los monjes de S. Pedro, a los cuales el clero cediese su sepultura, como hoy día lo está ejecutando con los religiosos de Monserrate que mueren en la granja de los Condales, que aquel monasterio posee en el territorio de esta ciudad. El libro y los cuadros que dije pudo adquirirlos el clero en 1450 cuando el prior de S. Pedro Fr. Bartolomé Benet vendió varios de estos muebles, según consta de un memorial de quejas que acerca de esto se dio ese año al consejo general, el cual he visto en el archivo de la ciudad. Estas conjeturas pesan tanto por lo menos como las en que se funda aquella tradición. Y no es menester andar ahora examinando pruebas. La historia dice que la parroquia estuvo sujeta a la jurisdicción de Ripoll, y no más: y que aquel monasterio no tenía aquí más casa que la de S. Pedro extramuros. 

Vengamos otra vez al titular. Ya dije que en el siglo XI era S. Martín, y en el año 1147 era ya el de Santa María. Tiempo era este en que ya se comenzó a construir el templo actual, como se dirá; de manera que tengo para mí que el primer título fue solamente del templo antiguo. En memoria de lo cual todavía se conserva sobre la puerta de la iglesia que da al cementerio una imagen de relieve de S. Martín a caballo, y en ademán de partir su capa con el pobre. El citado señor marqués de Capmany conjetura que la mudanza del titular pudo nacer de que para el templo actual se tomó en el siglo XII una capilla contigua, donde se veneraba una imagen de nuestra Señora llamada de las Sabinas, por las muchas que producía el colladito pequeño donde estaba. Imagen que todavía se guarda, y tiene todas las señas de antigüedad que vemos en las de Ripoll, Monserrate &c. 

Como quiera que sucediese esta mudanza, lo cierto es que el templo se fue construyendo lentamente desde el siglo XII hasta mucho después del XIV. A fines del cual hay varias resoluciones del consejo general aplicando algunos fondos para su conclusión. En ella entendía aún en 1403 el arquitecto Pedro Perull, vecino de Monblanc, el cual tomó a su cargo algunas de sus bóvedas por precio de 4 (símbolo) mil florines. Concluyó toda la obra el maestro Juan Barrufat en 1487, cuya visura mandó hacer el consejo general en resolución del día 5 de Marzo de ese año, y juntamente que se celebrase una solemne procesión de gracias. En las capillas se hallan algunos sepulcros de sus respectivos patronos con inscripciones; una de las cuales copiaré aquí para muestra, y por la gracia que me hizo la manía de su autor en conservar la consonancia. Está en la capilla de S. Martín, hoy de S. Isidro, y dice de esta manera: 

Tú hom, quem guardes á mí, 

Hom era axi com tú, e morí; 

E tú morás, e seras axi com mí. 

Di I. pater noster per anima de mí 

Ramon Sera, qui iach ací 

En la capela mia de Sent Martí, 

E desta present vida lo dia de Tots Sants 

lan M.CCC.LXXX dos pasí. 

Fe bones obres, e faras bona fi, 

E nostre Seyor Deus perdonarnos a nostres 

pecats á tú e mí. Amen. 


Otro letrero hay al lado de la capilla de nuestra Señora de Monserrate, en el pedestal de una estatua de S. Miguel, que dice: Fuy fet el mes Desgost del an de M.CCC.LX. e III. Lo cual se refiere sin duda a aquella parte de edificio, no a la estatua. En el presbiterio, al lado del evangelio, se halla en el pavimento el entierro del obispo de Urgel D. Pedro de Luna, donde entre algunas roturas se lee: 

Anno M.CCC.LXX. vicesima... decessit nobilis Petrus de Luna... doctor, episcopus Urgellensis, et in crastin... sepultus... (a: En la renovación del templo que según me avisan se está haciendo ahora, levantada la losa sobredicha, no se ha encontrado rastro de huesos ni de sepulcro.) 

La torre de las campanas es hermosa y bien construida. Concluyose hacia el año 1431 por el arquitecto Pedro de Vall-llebrera, maestro de la villa. En 1377 se hallaba ya en estado de poderse colocar en ella el seny mayor, llamado Tibaud (Teobaldo) el cual resolvió el consejo en 1403 que no se tocase por el funeral de ninguna persona que no fuese paher, oficial real u obispo. Esta campana ya no existe. En su lugar se fundió otra pocos años después, cuya inscripción he leído por mí mismo con no pequeño riesgo, en que aseguro que no me volveré a poner, aunque se ignore la alcurnia de todas las campanas del mundo. Dice así: Ihs. Mateus de Ulmo magister cimbalorum ville Cervariae me fecit anno a nativitate domini millesimo quadringentesimo vigesimo quarto. Si ergo me queritis, sinite os habire. Vense algunos escuditos de la villa y del artífice. Sin peligro leí el letrero de otra campana llamada la Carranca, que dice: + Barbara nos serva, Christi sanctissima serva. Christus, Ave Maria gratiâ &c. En otra dicha la Onzena, se lee: Iesus autem transiens per medium illorum ibat. En la cuarta que queda no hay cosa notable. Es singular la armonía de estas cuatro campanas, cuyo tono es exactísimo subiendo desde E hasta A. ¿Entiendes lo que digo? de palabra no sé explicarlo mejor. El altar mayor de la iglesia se consagró en 1358. A lo menos del consejo general de 5 de Marzo de ese año consta que se mandó pagar un paño blanco fabricado para esa solemnidad, y que costó 90 sueldos poco más o menos. Consérvase el ara, que es una pieza enorme de piedra común algo cenicienta, y tiene mas de 20 palmos de larga, 8 de ancha y 2 de espesor. El retablo es posterior, de varios cuerpos de buen gusto, al modo de los del tiempo de Carlos V. 

El archivo no contiene grandes antiguallas. Sin embargo no fue perdido el trabajo de examinarlo. Quedan memorias de obispos auxiliares desconocidos, y algunas tocantes a los de Vique, de cuya diócesi era esta iglesia, y otras cosillas que quedan ahora por decir, y saldrán a su tiempo. Un misal hay también propio de dicha diócesi MS. en el siglo XIV; del cual formé varios extractos y apuntes, y va el adjunto para muestra (a: Apend. n. I). 

Entre las cosas sujetas por Urbano II al monasterio de Ripoll en la bula de 1097 se lee:  capellam S. Nicholai. No tengo a mano que decir de esta capilla, que debía estar separada de la de S. Martín. Lo que sé es que en 1319 se erigió en honor de S. Nicolás de Bari una cofradía compuesta de solos los individuos del clero, en la cual los años siguientes fueron admitidos los seglares. Hay de dicho santo obispo un dedo, el cual en 1432 fue cedido por el consejo general a dicha cofradía, con tal que le labrasen un brazo de plata, y que no pudiesen extraer esta reliquia de la  villa. La otra iglesia que el papa dio a Ripoll es la que dije de S. Pedro, sita extramuros de Cervera, de la cual queda una pequeña rotunda de paredes gruesas, y con hartos indicios de ser la iglesia del siglo XI, aunque ciertamente está desfigurada con adornos posteriores. El vulgo la llama Sant Pere el Gros. Diéronla a aquel monasterio y a Bernardo su primer abad marsellés, Guillermo Raimundo de Cervera y su mujer Arsendis, cediéndole también el cementerio de 30 pasos, secundum quod illud ordinavit Amatus Ellorensis episcopus, romane sedis legatus. Esto dice la escritura que vi en aquella abadía, fecha a III de las calendas de Octubre del año XXII del rey Felipe, 1081 de Cristo. Tomóla el monasterio como su cellula, y ocho años después del que digo habitaban ya aquí los monjes Fredolo, Guillermo, Bernardo y Pedro, a los cuales una señora llamada Ilia dio una viña, como consta de la escritura que vi original (ibidem). Hizo también mención de esta casa el conde R. Berenguer III de Barcelona en su testamento de 1131 (Marca Hisp. col. 1272). Y ya que hicimos mención de este monasterio, continuaré la noticia de los demás de esta villa. El que entre ellos merece particular atención es el que tenían ya los hospitalarios de Jerusalén en el siglo XII, cuyas memorias comienzan desde el año 1174. Muy poco después en 1191 comparece como monasterio doble, cuando fue admitida por religiosa de la misma casa Ermesendis de Biosca. Más claramente consta esto de una escritura de 17 de Agosto del año 1245, cuyo extracto he visto hecho por el infatigable premonstratense D. Jaime Pascual, sin que se sepa dónde halló el original. Se reduce a que Fr. Geraldo Amich, lugar-teniente del Castellán de Amposta, de acuerdo con Fr. Guillén de Jorba, comanador (comendador) de S. Juan de Cervera, y con aprobación del capítulo general celebrado en Huesca, dio a Marquesa de Çaguardia, viuda del noble Guillermo de Çaguardia, la sobredicha casa de S. Juan cum tota baiulia ipsius domus, para que de sus réditos diese el sustento fratribus, donatis, et sororibus nostris in ipsa baiulia commorantibus, quos et quas vos volueritis retinere ad servitium vestrum, et domus praedictae, dándole además facultad para expeler fratres, donatos, et sorores que le pareciese, y con la condición de tener consigo sex dominas sorores de ordine Hospitalis. Concluye que dicha señora, tamquam provida et discreta commendatrix (comendatriz, comendadora), cuide de todo junto con el comendador actual. En el año 1248 las siete religiosas que aquí había, es a saber: Marquesa Çaguardia, comendadora, Geralda Çaguardia, Ermesendis de Castellnou, Marquesa de Rajadell, Ermesendis d'Odena, Elicsendis de Alentorn y Ermesendis de Offegat, prometieron la encomienda, muerta la comendadora, a su hija Geralda Çaguardia. Poco permanecieron aquí. Las dos madre e hija acudieron dos años después en 1250 al capítulo general (ge- salta página + ral) de Huesca, pidiendo la fundación del convento de Alguaire, que ya tenía preceptor. Concediola el capítulo, y pasaron allá las dos con las otras religiosas de Cervera, cuya casa quedó con solos los religiosos. Sin embargo de esta traslación, y de haber confirmado la nueva casa de Alguaire el papa Clemente IV en 1264, la Marquesa conservó algunos años el título de commendatrix de Cervaria et de Alguayre, o al revés.

Otro monasterio había de Cistercienses, dependiente del de Santas Cruces, del cual he visto en los libros del consejo general de 1405 que se mandó reparar para que pudiesen celebrarse en él los oficios divinos.

Otra encomienda había aquí de la orden de S. Antonio, cuya iglesia se conserva, y en ella la inscripción siguiente: Anno domini M.CCC.LXX.IIII. in ecclesia Santi Antoni villae Cervariae reverendus pater dñus frater Franciscus Dei gratiâ episcopus Cimaviensis, fratre Guillermo Baroni comendatore existente, altare B. Virginis Mariae, et B. Antoni, et altare Virginis Mariae desperanse, necnon altaria beatorum Georgii (Jorge, Jordi, Giorgio, George, etc), Luciae, Marchi, Lucae, Mariae Magdalenae, Victoriae, et ciminterium, diebus VI.VII...X... consecravit. De Santa Victoria la de Córdoba poseen allí mismo la cabeza. En lo alto del coro cerca de la bóveda se lee en una piedra: Petrus... dona me fecit fieri.

El convento de mi orden se fundó a principios del siglo XIV en el mismo sitio que hoy ocupa, pero en mayor profundidad. Consérvase todavía el templo primitivo, sobre el cual entrado el siglo siguiente se construyó el actual con los claustros que son de bastante buen gusto, y están llenos de urnas sepulcrales sin inscripción alguna. Habitó por algunos días en este convento S. Vicente Ferrer, convidado para predicar en esta villa por sus paheres con cartas que le escribieron a 10 de Junio, 1.° de Agosto, 9 y 27 de Octubre de 1409, las cuales existen en los registros del ayuntamiento (N. E. interesante buscarlas para ver en qué lengua le escribieron). También vivió en él de asiento el célebre Fr. Jaime Gil, natural de Xátiva, maestro del sacro palacio, y autor según se dice del oficio de la Transfiguración en los días del papa Calixto III. Entre otros varones insignes que honran a esta casa, debo hacer mención del S. D. Fr. Domingo Romeu, obispo titular de Utica, del cual cuando no lo esperaba hallé en Gerona varias noticias que pondré aquí. 

Consta de los documentos que allí existen que era natural de Cervera, hijo de Antonio Romeu, notario: y que después de haber sido muchos años lector de teología de aquella catedral, y prior de su convento en la misma ciudad, fue hecho obispo en 1544. Por lo menos en las actas capitulares de ese año se lee lo siguiente: “Die iovis XIX Iunii 1544. R.mus D. episcopus Uticensis Fr. Dominicus Romeu, magnus theologus, de ordine praedicatorum, qui multos annos verbum Dei in hac urbe evangelizavit, octavo die Corporis Xpi fecit processionem vestibus episcopalibus et mitra ornatus. Sit ad laudem altissimi, et ad multos et iocundus annos; quia hic dies primus, quo ipse incepit officium pastorale exercere." 

En 1559 fundó en la misma catedral sermón para todos los domingos del año, con limosna de seis sueldos. Permaneció siempre en Gerona, donde murió a 5 de Enero de 1563 en la casa llamada del arcedianato mayor. La nota del registro de la curia de ese año le llama sufragáneo de Gerona, con no pequeña impropiedad de la palabra, habiendo sido no más que auxiliar con el título in partibus. Obtuvo en encomienda el priorato de S. Pedro de Cercada desde el año 1551 hasta su muerte. 

Volviendo a lo que estábamos del convento de dominicos de Cervera, en su biblioteca vi buenos libros castellanos, y una edición de Virgilio con los comentarios de Servio Honorato, Venetus, dice, impressa per Antonium Bartolamei impressorum discipulum M. CCCC.LXXXVI, mense Octobris. Es un volumen fol. muy bien conservado. En el altar mayor de la iglesia se venera gran parte del cuerpo de S. Felipe presbítero y M., traído desde Cáller en Cerdeña a instancias de Don Juan Pablo Grau y Montfalcon (Montfalcón, monte halcón, Montfalco, Montfalcó, Montfaucon, etc), el cual pensó con esta dádiva ennoblecer la capilla que sus mayores ya tenían en este templo. El arzobispo de aquella iglesia extrajo estas reliquias de la subterránea de S. Lucífero (N. E. un santo con nombre diabólico), que está situada prope basilicam constantinianam S. Saturnini M. extra muros praesentis civitatis (Cáller). Así lo expresó él mismo en la auténtica fecha a 3 de Enero de 1629, la cual he visto original guardada en la urna de las reliquias que es magnífica, y lo que queda del cuerpo son huesos hechos trozos, y poco menos que desmenuzados. Algún crítico ha querido decir que no es este S. Felipe M., sino San Hipólito; pero además de la autenticidad del instrumento citado, su fiesta se celebra a 19 de Noviembre, día en que el martirologio hace de él memoria, aunque supone la traslación de su cuerpo desde Cáller, donde padeció, a Roma.

El convento de PP. Franciscos observantes está tenido en el vulgo por fundación de su santo patriarca; y esa antigüedad le suponía el rey D. Fernando el Católico, cuando por estar arruinada la casa con las guerras del príncipe Carlos de Viana (N. E. ver levantamiento y guerra de Cataluña contra Juan II de Aragón, padre de Carlos, primogénito, y de Fernando), pidió licencia en 1497 al papa Alejandro VI para reedificarla, alegándose en las preces y suponiéndose en la licencia dicha tradición. Yo tengo por cierto lo que dice Wadingo analista de aquella orden, y también P. de Marca (M. Hisp. col. 530), que no se fundó hasta 19 años después de la muerte del patriarca, en el de 1245, en el cual el rey D. Jaime I hizo a la nueva casa donación de un huerto. Los de aquella tradición alegan una ápoca (primera a con tilde, apoca, apocha) o recibo de 96 lib. 2 sueld. 4 din. (libras, sueldos, dineros; lliures, sous, diners, denarios, etc) ante Juan Montaner, notario de Cervera, firmó Juan Benphet albañil, confesando haber recibido dicha cantidad de Juan de Gelabert, señor de Tudela y caslano (castellano, castlán, castlá o castlà, castellán, etc) de la villa de Ager, uno de los obreros de la fábrica de dicho convento, cuya escritura está fecha en 1226; de donde infieren que en ese año estaba ya concluida la fábrica, y que por consiguiente es del tiempo de S. Francisco. 

Mas habiendo buscado con curiosidad este documento, lo hallé en el archivo de la misma casa (let. DD. n. 26), y visto por mis ojos y por los de los que me acompañaban, encontramos que no es como dicen de 1226 sino de 1526: tiempo en que hay varias memorias del notario Juan Montaner, y algunas verás otro día cuando se hable del Sant Misteri. Como ya dije se reedificó la casa en el mismo sitio que la antigua, no ya para los claustrales que antes la ocupaban, sino para los observantes que hoy día permanecen en ella. Los claustrales viendo la casa arruinada por las guerras sobredichas, lograron hacia el año 1465 que en lugar de ella se les diese sitio para edificar otra dentro de la villa, junto al hospital llamado de Castell-tort (como salta linea después del guión : Castelltort). Allí levantaron un magnífico edificio, cuya iglesia consagró dentro de poco Gonzalo, obispo Auguriense, es a saber, día II de Agosto de 1468, con facultad que para ello le dio el metropolitano D. Pedro de Cardona, encargado del gobierno de la diócesi de Vique, cuyo obispo y capítulo como fautores de la rebelión contra el rey D. Juan II, estaban inhibidos por el papa (N. E. los deputats del General de Barchinona fueron los que manejaron todo el cotarro, véanse muchas cartas en la colección de los Bofarull respectiva al levantamiento y guerra). El día siguiente al de la consagración de la iglesia bendijo el mismo obispo el sitio destinado para construir los claustros. Un siglo permanecieron allí los claustrales, hasta que suprimidos hacia el año 1567, veinte años después fue cedida toda la casa a los PP. de S. Francisco de Paula, que allí permanecen. 

Creí no tener hoy lugar para hablarte del Sant Misteri; pero lo hay, y no quiero dejarlo para el correo siguiente. Llaman así a uno de aquellos portentos con que sabe Dios de tiempo en tiempo dispertar (despertar, se encuentra mucho en todos los tomos, no sólo en dispierta fierro) la fe de los buenos, para que de ellos no se apodere la incredulidad de los malos. Fue así que en el año 1540 un presbítero llamado Jaime Albesa (como mi amigo de Fuentespalda, Fondespala, hijo de Jeremías, del que lleva el mote), queriendo dar al cura del lugar de Tarrós, diócesi de Urgel, parte del lignum crucis que él había adquirido de un soldado que se halló en el saco de Roma (saqueo), y depositado en esta parroquial de Cervera, no pudiendo partirlo con un cuchillo, y probando por último con los dedos, se desprendieron algunas gotas de sangre sobre un papel que quedó teñido de ellas. Fue esto a 6 de Febrero de dicho año: y a otro día se dio cuenta de todo al consejo general de la ciudad, cuya copia va para más cumplida noticia del hecho, con algunas otras resoluciones posteriores sobre lo mismo (a: Apend. n. II). Recibiose además información jurídica de todo, cuyos procesos se guardan en archivo particular. Si todos los sucesos extraordinarios que de esta clase se cuentan en otros lugares, tuviesen como este documentos coetáneos y originales en que poderse apoyar, cierto no tendrían tanta cabida las dudas y mucho menos la burla de los que no los creen, teniéndolos por invención muy posterior a la época que se les atribuye. Este Santo Misterio es aquí venerado con adoración de latría, como la Santa Eucaristía; sobre lo cual me acuerdo que el dominicano catalán Fr. Bernardo Ribera en su Echo fidei (obra que escribió estando en Rusia, y cuyas palabras no puedo copiar ahora) hace una censura teológica poco favorable. El relicario de plata es precioso y de tres palmos de altura, regalado a la iglesia por la familia de Copons de la Manresana; está adornado de mucha pedrería y de varias sortijas y medallones y cadenas sueltas. En lo más alto de él están los tres pequeños fragmentos del lignum; en el cuerpo por la una parte se ve el cuchillo con que quisieron cortarlo, y por la otra el papel teñido de la sangre que destiló. Hácese anualmente solemne fiesta autorizada por la sede apostólica y por los obispos diocesanos; y aun se ha solicitado rezo propio, que he visto MS. con los himnos que se rezan en la diócesi de Valencia para la fiesta de la sangre de Cristo; pero esto no se pudo lograr. Tiene esta reliquia su capilla particular, y en el día se está construyendo en ella un magnífico altar de varios mármoles. En honor suyo se fundó una cofradía, que se agregó a la antigua que dije de S. Nicolás. Además de este trozo pequeño de la cruz del Señor, poseía otro esta misma iglesia desde el año 1415 por dádiva de Francisco Daltillo, ciudadano de Barcelona, como consta de los libros manuales del consejo general del día 27 de Marzo de ese año. Nada más. A Dios.