miércoles, 23 de agosto de 2023

Segunda serie. Tomo I. Poesías inéditas de Vilinch.

Segunda serie.

Tomo I. 

Poesías inéditas de Vilinch

Abril de 1878. 

Prólogo.

Ya que su exagerada modestia había sido constante rémora a que se publicaran muchos de sus numerosos escritos, creemos que es llegada la ocasión de coleccionar todos aquellos cuyos originales puedan ser habidos, rindiendo así este pobre tributo a su memoria, y prestando a la par un señalado servicio a las letras vascongadas, harto abandonadas hoy para desgracia nuestra.

No nacen todos los días poetas como Vilinch, y sus concepciones literarias son harto dignas de estima para que se las deje perder en el olvido o la indiferencia. Ya que no aparecen en el solar euskaro nuevos poetas, rindamos este tributo de justicia a los que se van, y aprendamos en sus obras a conservar vivo el recuerdo de nuestras gloriosas tradiciones.” 

(Diario de San Sebastián, 23 de julio de 1876.)

Tristemente impresionado por la muerte, no por prevista menos sentida, del simpático y malogrado Indalecio Bizcarrondo escribí esas líneas en el citado periódico, de que a la sazón era yo director, al día siguiente de la pérdida de este popular bardo, desgraciada víctima de nuestras fatales discordias intestinas.

Dos años han trascurrido ya casi completos desde aquella fecha, y aunque el recuerdo de Vilinch permanece vivo en la memoria de todos sus amigos y paisanos, sus composiciones poéticas, algunas de ellas completamente desconocidas, yacen todavía durmiendo el sueño del olvido. ¡Triste muestra del abandono y la indiferencia con que desgraciadamente se miran en nuestro país las producciones del ingenio! Deseando por mi parte cooperar en la modesta esfera de mis fuerzas a subsanar pérdida tan sensible para las letras vascongadas, y queriendo ofrecer a la par este cariñoso recuerdo al inspirado poeta easonense, destino este tomo del Cancionero a dar a conocer algunas de sus producciones que aún permanecen inéditas, y que hace algún tiempo tuve el gusto de recoger de maños de la viuda de Vilinch, que conserva los originales como precioso legado del que fue su amante compañero.

En ellas admirarán los lectores la encantadora sencillez, la exquisita delicadeza, las bellísimas imágenes, la corrección de los versos y la finura del lenguaje que tan apreciables hacen las composiciones del malogrado Vilinch, el más tierno y sentido de todos los poetas euskaros.

Además de varias poesías originales incluyo en este tomo una bellísima traducción libre de los conocidos sáficos de Villegas Al Céfiro, y algunas 

breves páginas en excelente prosa, cuyos originales he hallado también al examinar y ordenar los papeles de Bizcarrondo; trabajos que estoy seguro han de ser leídos con vivo interés por todos los amantes de la literatura euskara. 

Que el desgraciado Vilinch, cuya modestia llegaba al extremo de una exageración verdaderamente punible, me perdone la libertad que me tomo al dar hoy al público estas perlas literarias que había ocultado en vida a la curiosidad hasta de sus más íntimos amigos y de sus admiradores. 

José Manterola.

San Sebastián 1.° de abril de 1878.

Indalecio Bizcarrondo.

Vilinch. 

Indalecio Bizcarrondo y Vilinch son dos seres completamente distintos fundidos en una sola personalidad real y verdadera.

Bizcarrondo era uno de los hombres más desgraciados que ha albergado en su seno la tierra. Había nacido sencillamente para sufrir y llorar, y sufriendo y llorando cumplió su fatal destino.

Vilinch era uno de los seres más felices de la creación. Sencillo en sus aspiraciones y dotado de la inspiración divina de la poesía, cantaba sin esfuerzo alguno, inconscientemente, como cantan las aves en el bosque, por un acto espontáneo, por una necesidad de la naturaleza, para endulzar quizás sus pesares, tal vez para olvidarlos.

Perseguido por la suerte impía, cada paso de Bizcarrondo era un tropiezo. Parece que la despiadada parca se había propuesto atormentarle sin cesar, pues su vida entera es una serie de contratiempos y de reveses.

Nació en modestísima esfera, y vivió y murió sin alcanzar a salir de ella

Aún niño, una terrible caída desfiguró su rostro, dando a su fisonomía por naturaleza dulce y cariñosa un sello especial que parecía reflejar la desgracia que por todas partes le perseguía.

Más tarde, y por un azar de su destino, el asta de un cornúpeto taladró uno de sus muslos, poniendo en peligro su vida y obligándole a guardar el lecho durante algunas semanas.

Varios años después, y cuando contra todas sus esperanzas la fortuna parecía comenzar a sonreírle, una mano aleve arrebató de su establecimiento la suma de ocho mil reales, que constituía el preciado caudal de sus ahorros, cuando no la caja de previsión para satisfacer obligaciones pendientes. Y, por último, cuando en aciagos días de lamentables y sangrientas discordias civiles se disponía a estrenar un modesto traje para festejar al Santo patrono de su pueblo, el día 20 de enero de 1876, una granada lanzada por una batería de las que los carlistas tenían en los alrededores de esta ciudad, penetró en su habitación y mutiló horriblemente sus dos piernas, no dejándole ni aun el consuelo de que le privara de la existencia, sino después de seis largos meses de amargos sufrimientos y privaciones que constituyeron el doloroso calvario de su cruel y prolongada agonía.

¡Pobre Bizcarrondo! Su muerte fue tan desgraciada como lo había sido su vida. Amantísimo esposo, bondadoso padre, cariñoso con todos y de todos querido, honrado a carta cabal, siempre amable y resignado, jocoso a menudo, como si pretendiera burlar con su energía de alma la adversidad de su destino, tal era el hombre, tal era Indalecio Bizcarrondo

Veamos ahora al poeta.

Ser dotado de un sentimiento exquisito, de una gran delicadeza, de excelente gusto y de fácil inspiración, había nacido para amar, y, en medio de los pesares que afligían su alma, y quizás por esto mismo, amando y cantando pasó el calvario de su vida.

El amor y la poesía eran el más dulce lenitivo a sus penas. 

Sus composiciones poéticas, la gran mayoría del género erótico, reflejan perfectamente la bondad de su carácter, la sencillez de su alma, la ternura de su corazón, la pureza de sus sentimientos.

Vilinch era un verdadero niño por su candor, y merced a esta circunstancia, el más insignificante detalle venturoso, la más leve esperanza, le hacían feliz. Sus composiciones amorosas afectan por lo general un tinte dulce y melancólico y un carácter ligeramente elegíaco, reflejo de aquella alma lacerada de continuo por el dolor.

Pero había nacido para amar, y al soñarse correspondido su pluma describía admirablemente un mundo de placeres y de felicidad.

¡Con qué fuerza, con qué pasión pinta el amor en todas sus poesías; con qué colorido y con qué delicadeza de toques la soñada dicha de ser comprendido por el ser objeto de esta pasión!

Ella arranca a Vilinch sus más preciadas imágenes, sus más delicados rasgos. Ella le ha inspirado su bellísima composición Contzeciri, su Juramentuba, el Beti zutzas pentzatzen, el ¡Izazu nitzas cupira!, Campuan da, y otras muchas de sus más lindas producciones.

Acosado por la desgracia Vilinch en vez de llorar reía y hacía reír a menudo, prefiriendo como Fígaro acudir a la risa para no verse obligado a tener para siempre abiertos los manantiales del llanto; y en el género satírico, aparte de multitud de chistes, anécdotas y dichos agudos que brotaban continuamente de sus labios, nos ha dejado su inimitable canción Zaldi baten bicitza, su Potagiarena, y algunas otras de menos importancia. Como moralista escribió en los últimos años de su vida su composición Juana Vishenta Olave, de carácter verdaderamente popular, y que llena perfectamente las condiciones que deben exigirse en este género de trabajos. 

El vascuence de Vilinch es el más dulce y agradable que yo conozco: sin ser completamente anticuado dista mucho de ser el vascuence castellanizado de nuestros días; la frase en él es siempre pura, los giros muy naturales, y los símiles que emplea bellísimos, en medio de su sencillez.

Vilinch conocía y hablaba bien la lengua castellana y era aficionado a la lectura de los buenos poetas. Campoamor, Trueba y Aguilera, cuyos escritos saboreaba a menudo, eran sus poetas favoritos.

Hombre de escasa instrucción, era un bardo solitario a quien la poesía se revelaba espontáneamente.

Poeta subjetivo en ocasiones, merced al maravilloso instinto de que se hallaba dotado, entra sin saberlo en el terreno de la psicología; pero, en general, los temas de sus composiciones son sencillos, y a veces hasta vulgares, como todos los que desarrollan los poetas que nacen y se inspiran en el pueblo.

Vilinch “nació seguramente para altos destinos - ha dicho ocupándose de él un distinguido escritor vascongado, (1) - y su funesta suerte le encerró en reducida estancia, desde donde no puede ser escuchado sino por muy pocos.” (1) Mi apreciado amigo D. Antonio Peña y Goñi, en un artículo publicado en el periódico El Tiempo, de Madrid, y en el número correspondiente al 1.° de febrero de 1876. 

“En Francia hubiera sido Musset; en Italia Leopardi; en Alemania, Heine. En Madrid, por tanto, hubiera sido Becquer. En Guipúzcoa no es sino Vilinch. Allí, entre cuatro paredes, sus poesías se espaciarán poco, pero tendrán en cambio recuerdo más duradero, se trasmitirán de generación en generación.”

El defecto capital de Vilinch, defecto bastante común en los poetas euskaros, es su extremada modestia, que nos ha privado de buen número de sus composiciones. Vilinch nunca hablaba de ellas, y cuando alguien se las citaba, parecía como que se avergonzaba de los elogios que se le prodigaban, y procuraba despojarlas de todo su mérito. 

Así es que el número de las que nos ha legado es corto, comparativamente con el de las que ha escrito. 

Allá por los años 1870 al 1871 solicité de él con mucho empeño su colección completa con el propósito de darla a la estampa, pero poseído Vilinch de su eterna manía de que nada valían, como escritas - decía él - en sus ratos de melancolía y con el único fin de endulzar sus pesares, se opuso a la idea de que fueran publicadas.

El escaso valor que la modestia de Vilinch concedía a sus producciones ha sido causa de que ni aun conservara los originales de muchas de ellas, que rasgaba apenas escritas, e indudablemente son muchas las que se han perdido para siempre.

Entre las que han corrido tan triste suerte debe contarse una traducción del poema burlesco La Mierdópolis que había oído a uno de sus amigos había vertido al vascuence de una manera magistral. Ostigué repetidas veces a Vilinch para que me la diera a conocer, pero después de muchas excitaciones sólo obtuve de él la manifestación de que había roto los originales en un acceso de mal humor.

El número de las que he podido reunir, después de mucho trabajo, asciende a unas treinta y cinco, una tercera parte próximamente (aproximadamente) de ellas que creo inéditas, en cuyo caso se hallan todas las incluidas en este tomo, que viene a inaugurar la segunda serie del Cancionero Vasco.

¡Desdichado Vilinch! ¡Que el Cielo haya acogido su alma, y otorgádole una nueva vida más venturosa, justo premio a su bondad y sus virtudes, y digna compensación a las adversidades con que luchó sin cesar con resignación cristiana!


I.

Gaztetan jarriyac dama bati.



Como lo expresa su título, esta composición, hallada entre los manuscritos de Vilinch, de su puño y letra, es una de las escritas por este allá en sus mocedades.

Sin ser de las más notables, ofrece todos los rasgos característicos de las poesías del inspirado bardo del Urumea. Espontaneidad en el pensamiento, dulzura en la frase, belleza en las imágenes y pureza en el lenguaje. Las dos últimas estrofas sobre todo son lindísimas por lo sentidas. ¡Lástima es que la cuarta, la más débil de todas, tenga una consonancia tan pobre! En cuanto al asunto es el mismo de la mayor parte de las composiciones de Vilinch, de quien ha dicho Peña y Goñi, valiéndose de una expresión francesa, "que hace poesía sur des riens."

Dotado de una gran sensibilidad Vilinch necesitaba amar y amar siempre, y daba desahogo a su pasión en raudales de poesía.

Así es que con ser el mismo el asunto de casi todas sus composiciones, todas ellas ofrecen, sin embargo, novedad y deleitable encanto por la delicadeza de su forma y por la pureza del sentimiento que las inspira.

Véase en prueba de ello esta pequeña producción:


Gaztetan jarriyac dama bati.


Arguitasun aundico

Perla garistiya, (1) 

Nere osasuna (2) ta (N. E. Hosanna)

Nere eguzquiya; (3)

Baita ere zu zera,

Maitecho eztiya, (4)

Mundu ontaco nere

Desio guztiya. (N. E. Leo Desío, pero no he puesto tildes en el vasco)


Eciñ (5) fiñago dala

Da chit seguruba,

Zuganaco dacatan

Naitasun (6) puruba;

Beti dauzcat (7) zugatic, (8)

Nere aingueruba,

Sentitzen biyotza ta

Pentsatzen buruba.

Isilic gorde arren

Asco dira penac,

Nere biyotz gasuan

Zugatic daudenac;

Biazuna (9) bañore

Mincatsago (10) denac,

Bañan zuc nai ez *luero (N. E: parece una l invertida, o una p)

Goza litezquenac.

Dauzcatan pena oyec

Isilic gorde ta

Uts biyurtuco (11) dira

Zuc naizazu eta:

Bertatic (12) jarrico naiz

Contentus bete ta.

Neria izatera

Conforma zaite ta.


Ez naiz mutill ederra,

¡au lana, au lana! (13) 

Ez naiz aberatsare, (14) 

¡maitecho laztana!

Bañan biyotz bat badet

Oberic (15) ez dana,

Betia zuganaco

Amoriyoz dana.


Ausen ezqueintzen dizut

Guztizco suabe,

¡Arren eguin nazazu

Zuriaren jabe! (16) 

Bestela penaz ill ta

Lazter naiz lurra bé, (17) 

Bara ni ecin bici

Niteque zu gabe.


Dedicados en mi juventud a una dama.

(1: Según el P. Larramendi, la voz dama es vascongada, y procede de da mea, que significa es delicada, o de da mea, es dulce, sosegada, afable.)

(N. E. Nada que ver con domina, domna latín)

Preciada perla de brillante luz, eres mi salud y mi sol, (es decir, el sol que me alumbra y me vivifica): tú eres, dulce amada, mi único deseo, mi sola esperanza en este mundo.

No es posible que sea más verdadero ni más constante el puro amor que por ti siento; y por ti, ángel mío, se hallan sin cesar palpitando mi corazón, preocupada mi mente.

Aunque las devoro en silencio son muchas las penas que por tu causa afligen mi pobre corazón; penas más amargas que la hiel, pero que todas ellas pudieran endulzarse si tú quisieras.

Los pesares que devoro en silencio se desvanecerían completamente por el solo poder de tu voluntad: decídete a ser mía, y desde el momento me verás feliz y satisfecho.

No soy un buen mozo, (o no es bella mi figura), ¡qué trabajo, qué trabajo”, (13) ni tengo tampoco riquezas que ofrecerte, querida mía, pero poseo, en cambio, un corazón como no le hay igual, que rebosa de amor por ti.

Esto es lo que te ofrezco, con la mayor dulzura: ¡hazme por favor dueño del tuyo!, pues de otro modo, muerto de pesar descenderé bien pronto al sepulcro, porque no puedo vivir sin ti.

(1) Perla garistiya, perla de gran precio.

(2) Osasun, salud; osasun-a, la salud.

(3) Eguzqui, sol; eguzqui-a, el sol. El dial. lab. escribe generalmente iruzki-a; el bn. y sulet. usan, en su lugar, la voz eki-a.

(4) Maitecho eztiya, dulce amada. La voz ezti-a significa miel, pero suele usarse a menudo como adjetivo para expresar la dulzura, principal propiedad de aquel producto. Maitecho es un diminutivo.

(5) Ezin, no poder.

(6) Naitasun-a, la acción de querer, el amor; del verbo Nai, querer.

(7) Es 1.a pers. del sing. del pres. irregular de indic. del verbo euqui, tener. 

(8) Zugatic, por ti.

(9) Biazun-a, beazun-a, guip., beaztun-a, vizc., behazun, behaztun, lab., hiel. Larramendi cita como sinónima de esta la voz ugormiñ-a.

(10) Miñ-a, mincatz-a, adj. amargo; mincatzago, más amargo.

(11) Uts biurtú, convertirse en nada, desvanecerse. 

(12) Bertatic, guip., vizc., bertarik o beretarik, lab., desde luego, desde el momento, en seguida.

(13) Esta exclamación que expresa el sentimiento del poeta por no ser tan bello como quisiera parecer a los ojos de su amada, equivale literalmente a ¡qué trabajo, qué trabajo!, pero puede muy bien traducirse por ¡qué pena o qué desgracia! (N. E. qué tormento, tripalium)  

(14) Aberetsare, contracción de aberatsa ere.

(15) Oberic, es el comparativo irregular de ondo: obia. 

(16) Jabe, dueño. (N. E. Yahvé es uno de los nombres con que se designa Dios en la Biblia de la tradición judeocristiana. Etimológicamente, la palabra proviene del Tetragramaton hebreo YHVH, compuesto por cuatro consonantes hebraicas יהוה - iod, hei, vav, hei, - respectivamente.)

(17) Lurra bé o lur bean, bajo tierra.


II.

Nescacha bati mutil (mutill, muthill) batec jarriac.

Escrita de puño y letra de su autor en diversas e informes cuartillas que me ha costado trabajo ordenar, y con el título incompleto, pues sólo aparecen en el original las palabras Nescacha bati mut..., por haberse 

roto un trozo del papel que lo contenía, he hallado esta composición entre los manuscritos de Vilinch.

Ignoro cuál sea la fecha en que pudo ser escrita, pero el aspecto y el estado de los originales me inclinan a creer cuenta bastantes años de existencia. 

Esta poesía dista mucho de ser de las mejores de Vilinch, que tiene sobre el mimo asunto otras que reúnen sobre ella ventajas no despreciables.

El estilo y el lenguaje son muy suyos; se adivina al poeta donostiarra en la dulzura de la frase, en la sencillez que se nota así en los pensamientos como en la manera de desarrollarlos, en el candor que revela, en la intensidad del sentimiento de que se muestra poseído, en su naturalidad y en la exactitud en la medida de los versos; pero hay cierta amplificación un tanto profusa respecto a algunas ideas, y estrofas que sin esfuerzo alguno y sin que se resintiera en lo más mínimo la composición pudieran haberse suprimido perfectamente, o cuando menos fundido en alguna de las que las preceden, como sucede, por ejemplo, con la décimo cuarta, que por otra parte es defectuosa en la rima, así como también la cuarta, por el abuso en el empleo de la conjunción ta para la consonancia, repetida a veces en varios versos, impropiedad que sería conveniente desterrar en absoluto en nuestra versificación. Defecto es este bastante común en nuestros coblacaris o improvisadores, y si puede perdonarse en ellos, privados en general de toda instrucción, y que hablan en verso puede decirse que casi sin saberlo, a manera del médico de Moliére, no puede pasarse en silencio, 

tratándose de un poeta de las condiciones (ya) de Vilinch.

Sin embargo de estos lunares, la composición que me ocupa ofrece, como todas las de su autor, rasgos muy bellos y reúne circunstancias muy recomendables, dado el carácter popular de la misma.

Hay estrofas lindísimas, y en este caso se cuentan, por ejemplo, la 1.a, 3.a, 5.a, 7.a y 9.a. Esta última que recuerda la composición Juramentuba del mismo Vilinch, que conocen ya los lectores del Cancionero, es notable por su sencillez y su naturalidad.

El pensamiento desarrollado al final de la estrofa 4.a 

"Nai badezu oñetan

belaunicotutá

adoratuco zaitut..." 

pinta perfectamente la idolatría a que puede llegar la pasión amorosa, y es lástima que esta estrofa, por lo demás muy bien desarrollada, adolezca del defecto de rima ya señalado.

La idea que, como complemento de esta, expone en la estrofa siguiente:

"Francotan guertatu zait

gogora etortzia

campantorrian gora

corrica iyotzia,

ta zure alabantzan

campanac jotzia...", 

con todo y ser vulgar no deja de tener cierta originalidad.

Y, por último, la frase final de la estrofa décima

"¡Zuc asco mereci, ta

nic guchi baliyo!,"

es muy de Vilinch, que se halla perfectamente retratado en esta composición, por más que suponga a su terminación que no es el poeta el que habla en la misma. En cuanto a la ortografía, respecto a la que no obedecía a ninguna regla fija Vilinch, me he permitido introducir algunas ligeras variantes, así en esta como en todas las demás composiciones que forman parte de este tomo.

He aquí ya esta nueva producción, inédita hasta hoy:

II. 

Nescacha bati mutil (mutill, muthill) batec jarriac.


Escrita de puño y letra de su autor en diversas e informes cuartillas que me ha costado trabajo ordenar, y con el título incompleto, pues sólo aparecen en el original las palabras Nescacha bati mut..., por haberse 

roto un trozo del papel que lo contenía, he hallado esta composición entre los manuscritos de Vilinch.

Ignoro cuál sea la fecha en que pudo ser escrita, pero el aspecto y el estado de los originales me inclinan a creer cuenta bastantes años de existencia. 

Esta poesía dista mucho de ser de las mejores de Vilinch, que tiene sobre el mimo asunto otras que reúnen sobre ella ventajas no despreciables.

El estilo y el lenguaje son muy suyos; se adivina al poeta donostiarra en la dulzura de la frase, en la sencillez que se nota así en los pensamientos como en la manera de desarrollarlos, en el candor que revela, en la intensidad del sentimiento de que se muestra poseído, en su naturalidad y en la exactitud en la medida de los versos; pero hay cierta amplificación un tanto profusa respecto a algunas ideas, y estrofas que sin esfuerzo alguno y sin que se resintiera en lo más mínimo la composición pudieran haberse suprimido perfectamente, o cuando menos fundido en alguna de las que las preceden, como sucede, por ejemplo, con la décimo cuarta, que por otra parte es defectuosa en la rima, así como también la cuarta, por el abuso en el empleo de la conjunción ta para la consonancia, repetida a veces en varios versos, impropiedad que sería conveniente desterrar en absoluto en nuestra versificación. Defecto es este bastante común en nuestros coblacaris o improvisadores, y si puede perdonarse en ellos, privados en general de toda instrucción, y que hablan en verso puede decirse que casi sin saberlo, a manera del médico de Moliére, no puede pasarse en silencio, 

tratándose de un poeta de las condiciones (ya) de Vilinch.

Sin embargo de estos lunares, la composición que me ocupa ofrece, como todas las de su autor, rasgos muy bellos y reúne circunstancias muy recomendables, dado el carácter popular de la misma.

Hay estrofas lindísimas, y en este caso se cuentan, por ejemplo, la 1.a, 3.a, 5.a, 7.a y 9.a. Esta última que recuerda la composición Juramentuba del mismo Vilinch, que conocen ya los lectores del Cancionero, es notable por su sencillez y su naturalidad.

El pensamiento desarrollado al final de la estrofa 4.a 

"Nai badezu oñetan

belaunicotutá

adoratuco zaitut..." 

pinta perfectamente la idolatría a que puede llegar la pasión amorosa, y es lástima que esta estrofa, por lo demás muy bien desarrollada, adolezca del defecto de rima ya señalado.

La idea que, como complemento de esta, expone en la estrofa siguiente:

"Francotan guertatu zait

gogora etortzia

campantorrian gora

corrica iyotzia,

ta zure alabantzan

campanac jotzia...", 

con todo y ser vulgar no deja de tener cierta originalidad.

Y, por último, la frase final de la estrofa décima

"¡Zuc asco mereci, ta

nic guchi baliyo!," 

es muy de Vilinch, que se halla perfectamente retratado en esta composición, por más que suponga a su terminación que no es el poeta el que habla en la misma. En cuanto a la ortografía, respecto a la que no obedecía a ninguna regla fija Vilinch, me he permitido introducir algunas ligeras variantes, así en esta como en todas las demás composiciones que forman parte de este tomo.

He aquí ya esta nueva producción, inédita hasta hoy:


Nescacha (1) bati mut...il batec jarriac.


1.

Goguan izango det, 

Bay, gaurco eguna,

Berriro (2) biyoc alcar (3)

Icusi deguna:

Ausen da dicha, eta

Ausen da fortuna,

Cergatican zu ceran,

Maitecho cutuna,

Nere asnasia, (4) ta 

Nere osasuna.


2.

Eguiyazco amoriyoz

Nai dizutalaco,

Zugatic (5) pasatzen det

Naibaguia (6) franco:

¡Oraiñ au poza, bistan

Zaucazquitalaco! (7)

Aspaldiyan (8) icusi

Ez zindutalaco,

¡Ura bildurra necan 

Miñ cenubelaco! 


3. 

Nere biyotzac, ¡o cer

Poza duben artú!

Onen golpiac eziñ

Ditut aguantatú:

Bere lecutic dabill

Nayian faltatú.

Campora irten ez dediñ

Biar det calcatú,

Gassuac zuregana

Nai luque saltatú!


4.

Au nere zoramena (9)

Zutzat gustatu ta

Bildur naiz guera nadin

Burutic galdutá:

Aimbesteraño nago

Enamoratutá,

Nai badezu oñetan

Belaunicatuta, (10)

Adoratuco zaitut,

Aguindu zazu ta.


5.

¡Zer ote da graziyan

Norbait erortzia! 

Zucerala meriyo

¡Ay, au erotzia!

Francolan guertatu zait

Gogora etortzia, 

Campantorrian gora 

Corrica iyotzia.

Ta zure alabantzan

Campanac jotzia. 


6.

Nic ezin sinistudet

Zuc esan dezula,

Nere amoriyua

Dudan dacazula:

Arren, orlacorican

Pentsa ez zazula.

Eta nai det seguru

Jaquiñ dezazula,

Beti becela (11) zure

Mende nacazula. (12)


7.

Fiñ nabillen (12) edo ez

Ez zaudezen dudan,

Ara cér juramentu

Eguingo dizuran:

Aiñ amoriyo aundiz

Nola zu zaituran,

Maitatzen baldiñ badet

Besteric seculan, 

Ez dezatala izan 

Parteric ceruban.


8.

Zure graziyetara

Oso zoratuba,

Biyotza sentitzen det

Enamoratubá: 

Ni bici naizen arte, 

¡Baratz loratuba!, (14) 

Dizdizara (15) clarozco

Izar doratuba,

Ez zaizu faltatuco

Norc adoratuba!


9.

Ala dirurizu ta

Zaucazquit loretzat,

Baratzacuac baño

Oraindic obetzat:

¿Norentzaco cera zu,

loria, norentzat?

Ez zenuque izan bear

Beste iñorentzat,

¡Baicican biyotzetic

Nai dizun onentzat!


10. 

Lengo egun batian,

¡Ay, San Antoniyo! 

Doy-doi (16) eguin ceniran

Calian ariyo;

Badaquit, (17) sobra daquit (17) 

Zer dala meriyo, 

Errecibitzen nazun

Orlaco seriyo:

¡Zuc asco mereci, ta

Nic guchi baliyo!


11. 

Aguro ezcontzeco 

Dacat animua,

Bacarric aspertu naiz,

Biat arrimua:

Obran zurequiñ jarri 

Nai nuque asmua, (18)

Bara zumo (19) gozo dun

Marrubi (20) umua, (21)

Zu nere miñarentzat

Cera balsamua. (22)


12. 

Aditzera (23) detanez

Dama begui alai,

Zure ondoren dabill

Maquiñabat galai;

Bañan ayetacoric

Ez omen dezu nai,

Bara ni nai banazu 

Izan zuc senar-gai,

Conformatzen al ceran 

Esan ez edo bai.


13. 

Bañan icusten zaitut

Erantzun (24) nai ecic,

Baietzic esan gabe,

Ain guchi ezetzic;

Orla guelditutzia

Eguin bague itzic,

Ezin pentsanezaque 

Dala beste gauzic,

Senartzaco artu nai

Ez nazula baicic.


14. 

Senartzat nai alnazun

Egon naiz galdez ta,

Ez nazu baietz esan,

Ezetz ere eztá;

Ori zuc ez dirazu

Nai esan itzez (25) tá,

Beste modu batera

Baliya zaitez tá,

Igual da ematia

Cartaz errespuesta.


15.

Baldiñ ez banaitzazu

Sartutzen gogora,

Ez det asco pasaco 

Erriyan dembora: 

Parage abetatic

Juango naiz iñora, 

Egun guchiren barrun 

Betico campora,

Buenos-Aires-a, edo

Montebideora.


16. 

Au nic diyot.


Ez daquit cer esaten

Ciyon errespuestan,

Baña nola mutilla

Donostiyan ez dan... 

Falta zan egunetic

Pasa diranetan,

Onezquero (26) sartu da,

Nere contubetan,

Montebideon, edo

Buenos-Aires-etan.


(1) La a final de Nescacha está de más, en mi concepto, pues como expuse en las advertencias generales a la serie primera, (Apéndice, pág. II), el artículo pospuesto al nombre desaparece cuando se junta a este un numeral que le sirve de tal, como sucede en el caso presente.

Dedicados a una muchacha por un joven.

1.

Conservaré eternamente en mi recuerdo el día de hoy en que nos hemos visto nuevamente.

¡Qué dicha y qué fortuna ha sido (esta) para mí!,

pues tú eres ¡querida mía! (1: No hallo traducción apropiada para la expresiva frase ¡maitecho cutuna! del original) mi aliento y mi salud.

2.

Porque es tan verdadero mi amor hacia ti paso hartos sinsabores.

¡Cuán grande es mi placer ahora que logro verte!

¡Cuántos temores he pasado creyéndote enferma en todo este tiempo que no te veía!

3.

¡Oh! y ¡cuál ha sido (al verte) la alegría de mi corazón! Apenas puedo soportar sus latidos; quiere salirse de su sitio, y para que no lo consiga necesito oprimirle. El pobrecillo quisiera saltar hacia ti. (o salir a buscarte.) 

4.

¡Ah, y cuán grande es mi enloquecimiento desde que me prendé de ti! En ocasiones temo hasta perder el juicio.

Tan apasionado me hallo, que si lo deseas, con sólo que tú me lo mandes, he de postrarme a tus pies para adorarte.

5.

¡Hasta dónde puede conducir a uno el caerle en gracia una persona! 

(2: La traducción de esta estrofa es muy pobre, lo comprendo, pero no hallo medio de darla, sin alterar bastante el texto original, a causa de la diversa índole de ambas lenguas. ) 

Merced a ti estoy loco (de amor), y muchas veces me ha ocurrido el subir a toda prisa al campanario para echar a vuelo las campanas en alabanza tuya. 

6.

No puedo creer que hayas dicho que dudas de mi amor. Por favor, no pienses tal cosa, y sabe, por el contrario, que ahora como siempre me tienes bajo tu poder. 

7.

Y para que no dudes de la pureza de mis intenciones mira qué juramento voy a prestarte: “Si acaso alguna vez llego a querer a nadie con un amor tan intenso como el que te tengo, que no me quepa participación en el Cielo." 

8. 

Mi corazón se halla completamente rendido al hechizo de tus gracias, y mientras viva, jardín florido, estrella de refulgente brillo, no ha de faltarte quien te adore. 

9.

Pareces flor, y por tal te tengo, más bella aun que las del más lindo jardín. ¿Para quién has de ser tú? ¿Para quién?

Para nadie debías (serlo) sino para este que te quiere de corazón.

10. 

En no lejano día, ¡por San Antonio! escasamente me dijiste adiós, (o me saludaste) al pasar por la calle (junto a mí.)

Lo sé, harto sé, cuál es la causa de que me mirases tan seria: ¡Que tú te mereces mucho y que yo valgo muy poco!

11.

Cansado de vivir solo, necesito apoyo, y estoy resuelto a casarme muy en breve, y deseo poner en práctica contigo mi resolución, pues, sazonada fresa de sabroso zumo, (o) tú eres el bálsamo a mis pesares.

(o) Bien sé que estas y otras frases del original han de chocar en la traducción; debo, por lo mismo, advertir que en la poesía euskara son bellísimas, y se hallan completamente en carácter,

12.

Según tengo averiguado, joven de alegres ojos, son muchos los galanes que te cercan, pero dicen que tú los desprecias.

Contéstame, pues, si quieres aceptarme para esposo. 

13. 

Te veo sin saber qué contestarme: sin querer darme una respuesta afirmativa, y sin decidirte tampoco a negármela.

El quedarte así muda sólo puede indicar que no me aceptas para esposo: no puedo interpretarlo de otra manera.

14. 

Te he preguntado si me quieres para marido, y ni me has dicho que sí, ni me has dado tampoco el no. Si no quieres darme la respuesta de palabra, válete de otro medio: lo mismo me da que me hagas saber por escrito tu resolución.

15. 

Si acaso no llego a satisfacer tus aspiraciones, poco tiempo he de pasar en el pueblo, pues muy pronto marcharé para siempre de estos lugares, ya sea a Buenos-Aires, ya a Montevideo, (1: Conducta muy común en nuestros paisanos, sobre todo de la parte rural, que consideran desgraciadamente para ellos, como panacea a todos sus males y centro de todas sus esperanzas las repúblicas del Sud de América. Dígalo sinó la gran emigración a aquellos países que existe continuamente.

16. 

El Poeta. 

Ignoro qué le decía (la joven) en su respuesta, pero como el muchacho falta hace tiempo de San Sebastián, desde aquella fecha ha tenido plazo suficiente, según mis cuentas, para arribar ya a Montevideo, ya a Buenos-Aires.

 

(2) Berriró, adv. nuevamente.

(3) Alcar, elcar, guip., vizc., elkar, lab., elkar, *elk*r, bn., uno y otro, mutuamente.

(4) Asnase, aliento, respiración. (N. E. nas – nariz - : atmos &c.)

(5) Zugaz, zugatic, por ti. Es una de las formas del ablativo del pron. pers. zu, tu. 

(6) Naibague-a, contrariedad; de nai-gabe, sin querer.

(7) Zaucazquitalaco, porque te tengo. Es una de las formas irregulares del presente de indicativo del verbo euqui, tener. 

(8) Aspaldi, aspaldian, en los div. dial., hace mucho tiempo.

(9) Zoramen-a, enloquecimiento.

(10) Belaunicalú o belaunbicalú, arrodillarse con las dos rodillas.

(11) Beti becela, como siempre.

(12) Zure mende nacazula, que me tienes bajo tu poder.

(13) Es el verbo ibilli, andar. 

(14) Baratz loratuba, huerto florido. De baratz-a, huerto, jardín, y loratuba, florido. (De lore o lora, flor.)

(15) Dizdizara, brillo.

(16) Doi-doi, guip., vizc., lab., justamente, escasamente, con dificultad.

(17) Es el verbo jaquin, saber. 

(18) Asmo, asmua, resolución, pensamiento.

(19) En vez de esta palabra, que indudablemente no es euskara, emplea Larramendi en el concepto de zumo o jugo, la voz ezade-a.

(20) Marrubi-a, fresa.

(21) Umo-a, adj., maduro, madura. Empléanse como sinónimas las voces eldu-a, zori-a.

(22) El P. Larramendi pretende que esta voz es puramente bascongada y que de ella derivan las equivalentes latina y castellana. Las raíces originarias son balsa y amua, según el citado lexicógrafo, que explica la etimología en estos términos: “Balsa, significa junta y unión, y el bálsamo es licor que quedándose se junta y une, y sirve para curar las heridas, juntando y uniendo partes divididas. Amua es anzuelo y gancho, (N. E. ham) y el bálsamo traba y como engancha las partes separadas de la herida. Y si se deriva de balsa y mea, también cuadra al bálsamo.” (N. E. Como etimologista, Larramendi era un ceporro. Glosario etimológico etc. de Leopoldo Eguilaz Yanguas: Bálsamo cast. y port., balsam cat., balsem val., balsamúa basc. Aunque esta voz se halla en ár. bajo la forma balsám, se deriva del gr.* lat. balsamum, procedentes a su vez del hebr. báxam. V. Gesenius, Dozy, Supl. y Simonet, Glos.

(23) Es el verbo aditu o aitu, oír. 

(24) Erantzun, contestar, responder.

(25) Itzez, de palabra. 

(26) Onezquero, para ahora, para esta fecha.

III.

¡Izazu nitzaz cupira!


Esta composición, inédita hasta hoy, y encontrada entre los papeles de su autor, escrita de su puño y letra, puede incluirse en el número de las mejores de Vilinch. 

Rica en sentimiento, abundante en imágenes, y engalanada con grandes bellezas de estilo y de dicción, es un suspiro de amor, tierno y delicado, una esperanza y un quejido a la vez de un corazón amante.

Sin entrar en un análisis detallado, merecen desde luego citarse, entre los rasgos más notables de la misma, el símil con que se abre la primera estrofa

“Loriac udan intza becela

maite det dama gaste bat, 

(amo a una mujer como ama la flor el rocío en verano); la imagen

¡Ay, mariñelac gau illunian

izarra baño gueyago! 

(más aun que el marino desea en tenebrosa noche la estrella que le presta luz y le sirve de guía), de la tercera; y el pensamiento expresado en la cuarta estrofa:

Eguzquirican icusi gabe

choriya egoten da triste,

ni ez nau ecerc alegratutzen

zu icustiac aimbeste.

(Así como el pajarillo suele estar triste privado del sol, también yo permanezco triste cuando no te veo.) 

Son asimismo dignos de mención por su sencillez, su delicadeza y su originalidad, estos dos pensamientos, perfectamente desarrollados en las estrofas 6.a y 7.a respectivamente:

“Zu baciñaque arbola eta

Ni baldin banitz choriya,

Nic zu ciñaquen arbol artanchen 

Eguingo nuque cabiya.” 

(Si tú fueras árbol y yo fuera pájaro te elegiría para poner mi nido);

“Beste fortunic mundu onetan

Ez det desiatzen, dama,

Aur batec berac izan gaitzala

Ni aita eta zu ama.”

(No deseo otra dicha en este mundo sino la de que una misma criatura nos tenga a mí por padre y por madre a ti.)

Y por último, son muy sentidas las dos últimas estrofas de la composición, y merecen señalarse asimismo la primera cuarteta de la estrofa 2.a y la última de la 5.a, por la delicadeza con que están hechas.

Una vez indicadas las principales bellezas de esta composición, debo asimismo señalar un defecto garrafal de rima análogo al que he apuntado ya en la composición anterior.

Tal es el que salta desde luego a la vista a la lectura de la estrofa 1.a

El numeral bat, puede como todas las demás palabras emplearse en la rima perfecta, pero no como se ve en las estrofas 1.a y 9.a, en donde realmente se halla repetido sin variante alguna en los ocho versos de que consta cada una de ellas; defecto tan común como de mal gusto, y que creo necesario señalar para que los aficionados al cultivo de la literatura euskara procuren salvarlo.

Debo asimismo hacer notar la anfibología en que incurre el poeta en los versos 3.° y 4.° de la primera estrofa, cuyo pensamiento hay que adivinar, pues no está expresado con la debida claridad.

A pesar de estos lunares, nada extraños en un bardo esencialmente popular, la poesía ¡Izazu nitzaz cupira! puede calificarse desde luego de buena en absoluto y de una de las mejores de su autor.

Esta composición ha sido puesta en música recientemente por el profesor de piano D. Julio Joaquín Santesteban, quien ha dedicado a su amigo el Sr. Conde de Peñaflorida esta melodía, que arreglada para canto y piano se halla de (en) venta en el almacén de música de la calle de Garibay y en el establecimiento de la Viuda de Vilinch.


¡Izazu (1) nitzaz (2) cupira! (3)


Loriac udan (4) intza (5) becela

Maite det dama gazte bat,

Ari aimbeste nai diyotanic

Ez da munduban beste bat:

Iñoiz (6) edo beiñ pasatzen badet

Icusi gabe aste bat.

Biyotz guztira banatutzen (7) zait

Alaco gauza triste bat.

Nescacha gazte paregabia,

Apirilleco arrosa,

Izarra becin dizdizariya,

Choriya beciñ airosa: (8)

Orainchen baño gusto gueiago

Nic eciñ nezaque goza,

Zori onian icusten zaitut,

¡Nere biyotzac au poza!! 

Ez aldirazu antzic einaten (9) 

Nic zaitutala nayago,

¡Ay! mariñelac gau illunian

Izarra baño gueiago:

Nere onduan zauzcatalaco

Pozez zoraturic nago,

Zu icustiac alegratu (16) nau

Triste neguen lenago. (N. E. Leo negüen, pero no escribo la diéresis porque algunas veces está y otras no; no sé si hay diferencia en la pronunciación en vasco.)

Nic aimbat inorc na¡ dizunican

Arren ez zazula uste,

Nere beguiyac beren aurrian

Beti desio (11) zaituzte:

Eguzquirican icusi gabe

Choriya egoten da triste,

Ni ez nau ezere alegratutzen

Zu icustiac aimbeste.

Arpegui *fiha, gorputza berriz

Ez dago cer esanican,

Izquetan (12) ere graci (13) ederra,

Ezer ez dezu charrican:

Mundu guztiya miratutare

Zu becelaco damican,

Aguiyan (14) izan liteque, baño

Ez det sinisten danican, 

Nere betico pentsamentuba,

Nere consolagarriya,

Zu gabetanic eciñ bici naiz.

Esaten dizut eguiya:

Zu baciñaque arbola, eta

Ni baldiñ banitz choriya.

Nic zu ciñaquen arbol artanchen

Eguingo nuque cabiya, (15)

Amoriyuac nere biyotza

Zureganuntza (16) darama, (17)

Erri guziyan ceren dacazun (18) 

Nescach bicañaren (19) fama:

Beste fortunic (20) mundu onetan

Ez det desiatzen, dama,

Aur batec berac izan gaitzala

Ni aita eta zu ama. 

Falta dubenac logratutzeco

Itz eguitia chit on du,

Eta nic ere sayatu (21) biat

Ote guintezquen compondú:

Gaur nagon beciñ atrebituba

Seculan ez naiz egondu, 

Argatic golpez galdetzen dizut:

Nerequin naizun ezcondu.

Ezcondutziac izan beardu

Preciso (22) gauza char embat.

Ala esaten ari zait beti

Nere consejatzalle bat:

Alasen ere aren esanac

Oso utsiric *aldebat (leo al lebat en las dos versiones, pero se vislumbra la d, ya me ha pasado en otros textos anteriores, y en el aspaldi que viene).

Ongui pozican artuco nuque

Zu becelaco andre bat.

Cerrorec ere ongui daquizu (23)

Aspaldi ontan nagola, (24)

Zuregatican penac sufritzen

Bañan ordia au nola:

Alasen ere nigana ecin

Bigundu (25) zaitut iñola, (26)

Ni zuretzaco arguizaya (27) naiz

Zu neretzaco marmola.

 Nere biyotza urtzen (28) dijua

Eta ez da misteriyo,

Penaren cargac estutu (29) eta

Sumua quendutzen diyo:

Beguiyac dauzcat gau eta egun

Eguiñican bi erriyo,

Beti negarra dariyotela (30)

Zu zerarela meriyo. 

Zu zeralaco meriyo baldiñ

Juaten banaiz lur azpira,

Guero damuba (31) eta malcuac (32)

Alperric izango dira:

Beiñ juan esquero oyen birtutez

Berriz ez niteque gira, (33)

Ori guertatu (34) baño lenago

¡Izazu nitzaz cupira!


Ten compasión de mí. 

Amo a una joven como ama la flor el rocío en verano.

No hay nadie en el mundo capaz de querer tanto como yo quiero a ella. (1: La frase original es muy ambigua, pues "Nic ari aimbeste nai diyotanic ez da munduban beste bat” lo mismo puede interpretarse sin gran esfuerzo por "no hay otra en el mundo a quien quiera tanto como a ella"; por "no hay otro en el mundo que quiera a ella tanto como yo la quiero", o en un sentido más lato aun, como lo hago en el texto de la traducción castellana, creyendo adivinar mejor el pensamiento del poeta.

Si alguna vez transcurre una semana sin que la vea, triste melancolía se apodera de todo mi ser. 

Joven sin par, rosa de abril, tan refulgente como una estrella y tan ligera como un pájaro, no puedo gozar mayor placer del que disfruto en este 

momento en que, por dicha mía, te veo.

¡Qué gozo el que siente mi corazón!

¿No adivinas que yo te amo más aún que ama el marinero en tenebrosa noche la estrella, (que le presta luz y le sirve de guía?)

Porque te tengo a mi lado, estoy loco de placer.

Me ha alegrado el verte, pues antes, (o hasta este momento), estaba triste.

No pienses, por favor, que nadie en el mundo te quiere cual yo; mis ojos te desean de continuo delante de sí.

Así como el pájaro suele estar triste cuando no ve el sol, yo también  estoy triste cuando no te veo.

Tienes expresivo el rostro; de tu cuerpo no hay que decir que es lindo: tu hablar es gracioso, nada, en fin, tienes malo, (o todo es bello en ti.)

Puede ser que exista, pero yo no puedo creer que se halle una mujer como tú, aunque se rebusque por todo el mundo. (2: El pensamiento este se halla expresado con gran delicadeza y discreción en el original.)

Mi eterno pensamiento, mi dulce consuelo, te lo digo de veras, no puedo vivir sin ti. 

Si tú fueras árbol y yo fuese pájaro, te elegiría para poner en ti mi nido. (3: Pensamiento desarrollado por el poeta con gran originalidad y gran finura, pero dificilísimo de verter a otra lengua alguna, sin perder una gran parte de su sabor.) (N. E. Lo has repetido demasiadas veces en lo que va de libro. Menos mal que no escribió mis huevos, aunque lo pensara.)

El amor arrastra mi corazón hacia ti, pues en todo el pueblo gozas fama de excelente muchacha; y por mi parte no aspiro a otra dicha que a la de que una misma criatura nos tenga a mí por padre y por madre a ti.

El que de algo necesita justo es que lo solicite y yo también he de ensayarme (a pedir), a ver si de este modo nos entendemos.

Nunca me he sentido tan atrevido (o tan animoso) cual hoy, y por esto te pregunto de buenas a primeras si quieres casarte conmigo.

El matrimonio debe ser cosa muy mala, me dice y repite sin cesar uno de mis consejeros; pero así y todo, dejando a un lado su opinión, tomaría de buena gana una mujer como tú.

No ignoras hace tiempo que estos son mis deseos y que por ti sufro amargas penas, pero ni así y todo puedo ablandarte por ningún medio, pues en tanto que yo soy cera para ti, tú para mí eres mármol. 

Mi corazón va derritiéndose, y no es milagro, pues el peso de las penas le oprime y arranca todo su jugo; y mis ojos se hallan día y noche convertidos en dos arroyos, llorando sin cesar por tu causa.

Si acaso por ti, (o por causa de tu desvío), desciendo a la tumba, inútiles serán después el pesar y las lágrimas, que no tendrán poder bastante para volverme de nuevo a la vida.

Antes pues que esto suceda, ¡ten compasión de mí! 


(1) Es el presente de imperativo del verbo izan, tener, 2.a pers. Del sing. en el trato cortés en zu: izan zazu, contracto en izazu, ten tú. (N. E. en el trato cortés sería tenga usted.)

(2) Es genitivo del pronombre personal ni, yo.

(3) Cupida, guip., vizc., compasión. Se ve a veces escrito gupida. Empléanse como sinónimas de esta las voces errukia, urrikia, errukitasuna y errukimentua, usada esta última especialmente en el dial. vizc.

(4) Uda, estío: uda-n, en el estío; palabra de la que proceden uda-berri, guip., uda-barri, vizc., uda-haste, lab. primavera, y uda-azkena, el otoño.

(5) Intz-a, guip., entz-a, iñotz-a o iñontz-a, vizc., ihitz-a, lab., bn., ihintz-a, lab., el rocío.

(6) Iñoiz, guip., iños, vizc, nihoiz, lab., bn., alguna vez.

(7) Banatú, esparcir, difundir, propagar. 

(8) Esta voz parece desde luego castellana. M. Chaho, se inclina, sin embargo, a creer que la palabra aire-a., de donde procede, ha sido tomada de la lengua euskara por la griega y latina, y de esta a su vez por la castellana. La lengua vascongada emplea además como sinónimas y equivalentes las palabras lirañ-a, guip., larañ-a, vizc., y yaiki-a, vizc. - En Vizcaya es muy común decir guizon yaikia, para señalar un hombre airoso, bien hecho o de garbo.

(N. E: La palabra "airoso" está formada con raíces latinas y significa "que tiene mucho aire". Sus componentes léxicos son: aer (aire), más el sufijo -oso (abundancia) - garboso, gallardo.)

(9) Antz eman, guip., vizc., dar a uno parecido; conocer, adivinar en el caso presente.

(10) Alegratu o alegueratu, como escribe Larramendi, alegrarse. Este ilustrado lexicógrafo supone que de esta raíz, que viene de alai guera, estamos o somos alentados o despejados, "y esto causa la alegría", ha tomado su origen el verbo castellano equivalente. (N. E. Espero que Manterola llame ilustrado y lexicógrafo a Larramendi en sentido irónico, porque de lo contrario, se merece el calificativo puramente euskera de zoquete.)

(11) Desio-a, deseo. Mr. Chaho señala a esta palabra origen puramente cántabro. (N. E. Chaho, otro garrulo como Larramendi. Desiderium, desiderio. Idiot-a, gilipoll-a, tonto-a, lerdo-a, también son puramente cántabras. Igual vinieron los griegos, fenicios, latinos y otros a aprender las palabras en Cantabria o el País Vasco.)

(12) Izquetan, hablando o en el hablar.

(13) Como quiera que una buena parte de los lectores ha de suponer que esta voz ha sido tomada literalmente del castellano, no juzgo ocioso reproducir en este lugar lo que acerca de su origen expone el ilustrado 

filólogo M. Chaho:

“Gracia o Garacia, que es la voz primitiva, - dice - popular y en uso aún hoy, fue formada de gar, fuego, llama (N. E. hogar, fogaril), celo, ardor, amor, fervor: la latina gratia, así como otra multitud de voces latinas análogas, así como también la castellana garbo, buen aire, buena gracia, fueron derivadas de la misma fuente euskara.” 

(N. E. Ya puedo afirmar que Manterola era un perfecto idiot-a, palabra claramente de origen euskara.)

(14) Aguiyan o aguian, en los div. dial., adverbio, acaso, por ventura.

(15) Cabi-a, nido. Úsase esta voz en los varios dial. con gran diversidad: y así se ve abia, habia, cafia, (N. E. como gabia o Käfig, jaula) con la misma significación. La lengua euskara tiene además en el mismo concepto la voz ohatze-a, que significa literalmente camilla, sitio o lugar destinado a dormir, y que expresa perfectamente el concepto de nido.

(16) Zureganuntz, hacia ti.

(17) Es el verbo eraman, llevar.

(18) Es el verbo euqui, tener: ceren dacazun, porque tienes.

(19) He aquí una palabra cuya significación conviene determinar por la vaguedad con que ha sido y es empleada. En mi humilde opinión bicaña no significa propiamente la nata de la leche, (flos lactis o pinguedo lactis), como supone Larramendi, ni la créme, (tomada esta palabra en su significación literal), como dice Mr. Van-Eys.

La natilla o nata de la leche se llama en vascuence eznearen-gaña, (contracto ezne-gana), o mejor aun eznearen-güena, como se dice generalmente en Vizcaya. La voz bicaña, guip., bicaina, vizc., se usa propiamente, en mi sentir, para determinar lo mejor de una cosa, una cualidad o circunstancia de excelencia, la flor y nata, como decimos en castellano, (N. E. la fleur de sel, la crème de la crème en françois) o guztien lorea, como diríamos en vascuence.

En este concepto dicen nuestros aldeanos: dembora bicaña dago, hace un tiempo soberbio o excelente; garia bicañ-bicañecoa dago, el trigo está magnífico o de lo mejor. Nescach bicañ-aren fama daucazu, equivale, pues, a tienes fama de excelente muchacha.

¿Cuál es el origen de esta palabra bicaña? Lo ignoro; creo, sin embargo, que puede ser muy bien una abreviación de bic-aña balio dubena, cosa muy buena, o que vale por dos o tanto como dos." (N. E. bi, dubena : 2, duo, duobus, due, dos, deux, &c vendrán, seguramente, del euskera. La etimología está clarísima, a no ser que provenga de 2 cañas, bi-caña, que te has tomado de más antes o mientras escribías el Cancionero.)

(20) El P. Larramendi supone que la lengua castellana ha tomado de la euskara la voz fortuna, que “viene de sortuna (N. E. suerte, era sortudo o suertudo el P. Larramendi), sortzeduna, el de los sucesos, nacimientos, o sor tu ona, buen nacimiento, suceso:” etimología, que dicho sea con el debido respeto, me parece un tanto traída por los cabellos. (N. E. No sé como Manterola se molesta tanto en citar al tontarra de Larramendi y encima decir con el debido respeto. ¿No tenía otros libros o glosarios sobre etimologías que Larramendi, Chaho, y Van-Eys? - 

Suerte (sort). Relacionada con lote de tierra (o zona para pescar). Latín sortis. División de tierra de trabajo. Unas tierras son más productivas que otras. Sortes, dados, varitas de madera con indicaciones, o huesecillos usados para "echar la suerte", y sus derivados sortilegio, sortija, de sorticula, pequeño objeto para echar la suerte.)

https://etimologias.dechile.net/?suerte#:~:text=La%20palabra%20suerte%20viene%20del,divisi%C3%B3n%20de%20tierra%20de%20trabajo.)

(21) Sayatu, ensayar. (N. E. Aunque es verbo, se parece algo al participio ensayado castellano.)

(22) En vez de esta palabra, tomada literalmente del castellano, (N. E. Qué va, hombre, viene del euskara precisoak), hubiera sido mejor emplear la frase nai la nai ez, (N. E. ze ian al ian en sentido inverso, como el Tacirupeca) o cualquiera otra de las que sin necesidad de acudir a fuentes extrañas suministra la lengua euskara.

(23) Es 2.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo jaquin, en el trato cortés en zu. En el trato ordinario, o en ic, diría dakik, tratándose del hombre, y dakin, tratándose de la mujer.

(24) Nagola, que estoy, pues es 1.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo egon, estar.

(25) Bigundu, ablandar. Téngase presente que va unida al verbo la negación ez de ezin, por lo que equivale a no poder ablandar.

(26) Iñola, de ningún modo, de ninguna manera.

(27) Arguizagui-a, arguizai-a, vizc., arguicai-a, cera. El dial. lab. emplea como sinónima la voz ezko-a, usada también con igual significación en el dial. vizcaíno. Larramendi cita además la voz ezquidea.

(28) Urtu, urtzen, convertirse en agua (N. E. Ur, ur-a &c.), derretirse.

(29) Estutu, oprimir, apretar.

(30) Dariyotela, que les mana. Es el verbo jariyo, manar.

(31) Damuba o damua, arrepentimiento. El dial. vizc. usa además como sinónimas las voces damuri-a, damuts-a y garbai-a.

(32) Malco, guip., vizc., lágrima. Malco-ac, las lágrimas.

(33) Giratú, guip., biradu, vizc., volver. (N. E. girar, virar)

(34) Guertatu, acontecer.


IV.

Imitación en lengua euskara de los sáficos de Villegas “Al Céfiro.” 

Vilinch ha dejado una preciosa muestra de sus aficiones al estudio de los buenos modelos, y de sus felices disposiciones para la poesía, en esta imitación o traducción libre, que bastaría por sí sola a dar un nombre al malogrado bardo easonense, si este no lo hubiera conquistado ya con sus producciones originales.

En efecto, el trabajo hecho por Vilinch sobre los conocidos sáficos del poeta riojano es muy concienzudo y felicísimo; y aunque el elogio parezca quizás exagerado a algunos de los que no pueden saborear la imitación euskara, puedo y debo decir sin temor, que en nada desmerece del modelo castellano, cuyas bellezas ha sabido conservar con gran tino, añadiéndole por su parte nuevos y delicados toques.

Se hace preciso conocer bastante a fondo la lengua vascongada, y estar un tanto enterado de su especial mecanismo, tan diverso del de la lengua castellana, para apreciar cómo ha vencido Vilinch todas las dificultades de la empresa, y estimar en todo su valor el mérito de esta producción, verdadera joya que eleva a Vilinch al nivel de los mejores poetas euskaros.

Vilinch, que ha seguido en su imitación hasta la misma combinación métrica del modelo que copiaba, ha ampliado hasta a diez las cinco estrofas del original, sin que esta ampliación, exigida por la varia índole de las dos lenguas, perjudique absolutamente en nada la sobriedad de esta linda producción.

Cotéjense las estrofas primera y última del original con las mismas de la imitación de Vilinch, y se verá que en ellas el bardo vascongado ha seguido paso a paso el modelo aceptado, con una fidelidad y una delicadeza que revelan en él un gran sentido poético y un conocimiento profundo de las dos lenguas.

Las estrofas 2.a, 3.a y 4.a de la imitación son la segúnda del original; la 5.a y 6.a equivalen a la tercera, y la 8.a y 9.a a la cuarta.

La 7.a, que por cierto es bellísima bajo todos conceptos, ha sido introducida con gran oportunidad por el traductor vascongado, que empleando perfectamente la asíndeton dice al céfiro, lleno de impaciencia, después de mostrarle su pena por el desvío de su ninfa: "Vete al momento, vete corriendo, 

vete deprisa, volando vete,

y di a mi ninfa que yo me muero

si no me quiere.”

Es también preciosa la gradación de la estrofa 3.a

Mendiric-mendi, saroiric-saroy,

Ibarric-ibar.

(De monte en monte, de selva en selva y de valle en valle.)

La versificación toda es notabilísima, por lo fácil, lo correcta y lo armoniosa, el lenguaje puro y bellísimo, y la composición entera en fin puede presentarse como un buen modelo a los aficionados al cultivo de la poesía euskara.

¡Lástima grande que Vilinch, que ha mostrado en esta imitación de cuánto era capaz, no se hubiera dedicado más a esta clase de trabajos!

A continuación de su imitación reproduzco los sáficos de Villegas, para que los que conozcan la lengua vascongada puedan de este modo cotejar detenidamente y establecer un paralelo entre ambas producciones, en la seguridad de que no han de hallar exagerado el juicio que me merece la traducción del inspirado poeta easonense.

No me es posible ofrecer otro tanto a los lectores que no posean la lengua euskara, pues ellos comprenderán muy bien que el darles una traducción literal castellana de la imitación de Vilinch equivaldría a poner ante ojos vascongados la preciosa composición de Villegas en mala prosa y desposeída de todas sus galas poéticas.

IV.

Imitación en lengua euskara de los sáficos de Villegas “Al Céfiro.” 


Apirillaren (1) lagun elcarra, (2)

Saroy (3) berdeco alaitasuna, (4)

Ama Venusen asnase bigun (5)

Aise laguna;

Zuc badaquizu (6) cembateraño

Arquitzen naizen penas beteric,

Ceren ez nazun entzun (7) izandu

Quejac (8) besteric.

Eraman izan dituzu iñoiz

Neriac cembait adi (9) ta negar,

Mendiric-mendi, saroiric-saroy,

Ibarric-ibar (10)

Zuaz (11) ta esan zayozu nere (.)


(1) Desígnase con esta voz en la lengua euskara el mes de abril, conocido también con los nombres de Jorra-illa y Opa-illa.

(2) Lagun elcarra, compañero; voz más expresiva aun que la de lagun-a, pues se halla unido a ella el adjetivo elcarra, procedente del verbo elcartu o alcartu, asociarse, reunirse.

(3) Saroy-a, selva, bosque. Empléanse además como sinónimas de esta las voces baso-a, común a los diversos dialectos, de donde procede indudablemente la voz basco (basotarra, o el montañés), y oihen-a, empleada principalmente en los dial. vizc. y lab. 

(N. E. montañés, aplicado al lobo: (2) Otso, guip., lobo, otsu-a, el lobo, oxo-a, lab., sulet., el lobo. Voz que etimológicamente equivale, según Moguel, a "el montañés, o el de los altos.”)

(4) Alaitasun-a, animación, alentamiento (si así puede decirse), derivado del verbo alaitu, alentar, animar. 

(N. E. Aliento, tiene el significado de "aire expulsado al respirar" y viene del latín anhelitus = "aire expulsado". Ver: alentar, anhelo y también exhalar. / Animar, anima, alma: Voz patrimonial del latín anima "aire, aliento”, "alma", de la raíz indoeuropea and- “respirar”. A la misma familia etimológica latina pertenecen animal, animar, ánimo, exánime, inánime, magnánimo, pusilánime y unánime. Del mismo origen que ánima, como palabra patrimonial ha desarrollado gran número de acepciones y una fraseología muy extensa ya desde los mismos orígenes del idioma a partir de su significado básico “elemento inmaterial de los seres humanos y principio de su vida”.)

(5) Biguñ, biguña, blando, dulce.

(6) Es 2.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo jaquin, saber, conjugado en el trato cortés en zu, y reforzado con la afirmación ba (N. E. bai) antepuesta.

(7) Entzun o enzun, escuchar.

(8) Esta palabra, a pesar de lo que pudiera creerse en contrario, es vascongada, según el P. Larramendi, y procede de quejoa, inquietud, "que es de donde nacen las quejas." (N. E. Si el tontarra de Larramendi viviese, me querellaría con él, ante un juez le pondría una querella, y “que se joa”, de ahí viene “quejoa”.)

La voz queja y queisa significan también en el dial. vizc., fatiga, cansancio. (N. E. queixa en portugués, galego, dialecto occitano catalán)

Como sinónimas de queja, úsanse además las palabras espa, guip., errencura, arrencura, vizc., y arrankura, sulet.

(9) El verbo adi, aditu, aditzen, equivale a oír (N. E. cosa inaudita), atender, entender o comprender, y de él se han derivado las voces aditza, adimendua, entendimiento, adia, intelección, y otras. Aquí el poeta ha debido, en mi opinión, emplear esta palabra en el concepto de queja o lamento.

(10) Mendiric-mendi, saroiric-saroy, ibarric-ibar, “de monte en monte, de selva en selva, y de valle en valle."

(11) Es 2.a pers. Del sing. del pres. De imperativo del verbo joan, ir, conjugado en el trato cortés en zu. En el trato ordinario o en ic, se hubiera dicho oa.


Al Céfiro,

sáficos por D. Esteban Manuel de Villegas. (1: Villegas nació en Nájera, (La Rioja) por los años de 1595. Cursó leyes en Salamanca. Murió el 3 de septiembre de 1669.)

Dulce vecino de la verde selva, 

huésped eterno del abril florido,

vital aliento de la madre Venus, 

Céfiro blando: 

Si de mis ansias el amor supiste, 

tú, que las quejas de mi voz llevaste, 

oye, no temas, y a mi ninfa dile, 

dile que muero. 

Filis un tiempo mi dolor sabía,

Filis un tiempo mi dolor lloraba, 

quísome un tiempo; mas agora temo,

temo sus iras.

Así los dioses con amor paterno,

así los cielos con amor benigno 

nieguen al tiempo que feliz volares,

nieve a la tierra.

Jamás el peso de la nube parda,

cuando amanece en la elevada cumbre,

toque tus hombros, ni su mal granizo

hiera tus alas.


V. 

Doloresi.

Esta pequeña composición, que forma parte de las inéditas de Vilinch, es un juguete, sin pretensiones de ningún género.

Sabido es cuánto gozan los amantes en escribir doquiera el nombre de su amada. Los bancos de los paseos públicos, los troncos de los árboles, y las puertas y fachadas de los edificios, ofrecen a cada momento muestras inequívocas de este inocente desahogo.

pues bien: Doloresi es un capricho que no tiene otro objeto que el de dejar escrito el nombre de una mujer. 

Ni la composición ofrece dificultades de ningún género ni reúne tampoco mérito alguno.

La incluimos, pues, en nuestra colección, por el solo hecho de contarse entre las inéditas de Vilinch, a las que dedicamos por completo este tomo.


Doloresi.

¿Zeiñ (1) dan nai al zenuque

jaquin, daguena, (2)

nere biyotz gassuan

sartuba barrena?

¿Bay? Banequiyen (3) zala

naico zenubena.

Beraz, (4) jaquin dezazun

alic lazterrena, (5)

escribitzera (6) nua

D ta O aurrena.

L eta berriz O

eleberen urrena (7) 

R, ta E ondoren,

S bat azquena. (N. E. esquena, esquinás, parte trasera, zaga, espalda)

Orain letzen (8) badezu

seguiruban dena,

nere maite politac

orla du icena.


TRADUCCIÓN CASTELLANA.

A Dolores.


¿Quisieras saber quién es la que ocupa mi corazón?

¿Sí? Me lo suponía. Pues para que lo sepas lo antes posible escribiré una D y una O, una L y otra O enseguida; después una R, y tras ella una

E, y por último una S.

Ahora, si lo lees seguido, sabrás el nombre de mi bella amada.


NOTAS FILOLÓGICAS Y GRAMATICALES.

(1) Ceñ o Zeñ, zein, guip., vizc., zein, lab., bn. Es el pronombre interrogativo quién o cuál. Úsase a veces también como adverbio, como en zein errez dan, cuán fácil es: Zein ederra! qué hermoso!

(2) Dagüena o dagona, la (o lo) que está. Es el verbo egon.

(3) Es 1.a pers. del sing. del pretérito imp. de indicativo del verbo jaquin, nequien, con la afirmación ba antepuesta.

(4) Beraz, pues, así pues; y también entonces.

(5) Lazter, adv. de tiempo, pronto: alic lazterrena, lo antes posible.

(6) No es escribitu, sino escribatu o izcribatu el verbo vascongado escribir, síncope, según el P. Larramendi de izquirac-batu, juntar o reunir las letras. (N. E. Voz patrimonial del latín scribere. A la misma familia etimológica latina pertenecen adscribir, circunscribir, describir, inscribir, prescribir, proscribir, suscribir y transcribir. Todas ellas son voces de transmisión culta, basadas en la idea de “poner algo por escrito” y sus posibles extensiones.)

(7) Elebea. Es el nombre con que se designa en vascuence a la letra L. 

Eleberen urrena, después de la L....

(8) No hay tal verbo letu, letzen, en vascuence, por más que lo haya introducido el abuso en nuestros días. El verbo en euskara es leatu, leatze, empleado también en ocasiones en la forma leitu, leitze, si bien es más pura la 1.a. Derívase este verbo del primitivo Ele-a, palabra, discurso, y Eleatze-a, (cuya E primera se ha suprimido más tarde como en otras muchas voces de derivados análogos), equivale propiamente a proferir las palabras escritas, que no es otra cosa el leer. De la misma fuente euskara provienen el verbo legere, y buen número de voces latinas.


VI.


Berzolariyen gudua.


Es fenómeno extraño en verdad y digno de notarse, que, siendo el país vasco tan pobre en poetas que hayan cantado sus glorias, legando sus obras a la posteridad, sea a la vez tan abundante en improvisadores 

populares (itz-neurtulariac edo berzolariac), que dotados de un maravilloso instinto poético, aunque desprovistos la mayor parte de las veces de toda cultura, hablan en verso con una facilidad verdaderamente asombrosa y con una espontaneidad, que no puede menos de llamar la atención del que observa las costumbres de este pueblo, tan digno de ser estudiado por el sello de originalidad que en todas las esferas le distingue y caracteriza.

Ciertamente se presta mucho para la poesía, tanto por su dulzura y su flexibilidad, como por su armonía y su estructura especial, la hermosa lengua que conservan desde tiempo inmemorial los descendientes de 

Aitor, pero esta sola circunstancia no basta; es preciso además suponer en la masa del país, de donde salen tantos de estos desconocidos trovadores, un grado mayor de cultura general, un sentimiento más delicado y mejor desarrollado del que por lo común domina en las clases populares, algo, en fin, de más perfecto, que preste materia a su inspiración. 

El número de estos improvisadores abunda, especialmente en Guipúzcoa, de una manera extraordinaria y es muy común hallar en nuestras romerías y fiestas, en cualquier punto donde hay reuniones un tanto numerosas, dos o tres de ellos, que ante un gran concurso y sin preparación alguna disertan horas enteras en verso vascongado, y sostienen largas polémicas, demostrando en ellas un buen sentido y una lógica tal, que no pueden menos de extrañarse en hombres completamente rudos, que no han visitado más aulas que las nativas montañas, donde han aprendido a sentir y a cantar.

Los asuntos del día, la crónica menuda de la localidad, el amor, las virtudes del Santo en cuya memoria se han congregado en la romería, y otros asuntos de análoga índole, son generalmente los que sirven de 

tema en estas luchas; pero no es raro tampoco verles disertar en ocasiones sobre materias más arduas y delicadas, sin que por eso se note en ellos mayor embarazo ni dificultad.

¡Qué pensamientos más ingeniosos salen más de una vez de sus labios! ¡Qué causticidad y gracejo muestran en sus improvisaciones! ¡Qué epigramas más agudos! ¡Cuánta espontaneidad en aquellos versos, a vuelta de una que otra incorrección, y de algún desaliño en su forma!

¡Y cuidado, que muchos de estos improvisadores, por no decir todos, no sólo ignoran que existe un arte poética, sino que no han leído en su vida un solo verso: más que eso, muchos de ellos ni aun conocen una letra 

del alfabeto.

No han visto un solo tratado de lógica, ni saben si existe, y sin embargo, razonan y discuten perfectamente.

No han estudiado más moral que la que contiene el Catecismo; y a pesar de esto, rarísima vez se les oye, - y en esto difieren esencialmente de otros muchos copleros populares, - una sola palabra mal sonante, una 

idea repulsiva o atentatoria al pudor y a las buenas costumbres.

Por eso he dicho y repito que en estos hombres rudos, avezados al trabajo y desprovistos de toda cultura, es preciso suponer, para hacer lo que hacen, además de su inspiración poética, una exquisita sensibilidad, un gran sentido práctico, cierta educación espontánea o ingénita, si así puede decirse, un oído excelente, algún sentimiento musical, y sobre todo eso, una gran dosis de honradez y un gran fondo de moralidad.

El pueblo vasco ha sido siempre muy aficionado a escuchar a estos populares trovadores, y en las fiestas de nuestros pueblos era en tiempo antiguo casi indispensable su presencia para animar las romerías.

El excelente escritor guipuzcoano D. Juan Ignacio de Iztueta refiere que un día del mes de febrero del año 1800 se verificó en la plaza de Villabona uno de estos certámenes, en el que se cruzaban cinco onzas 

de oro por cada parte, y ante un jurado especial nombrado para el caso, y un público de más de cuatro mil personas, improvisaron durante un par de horas, con extraordinario aplauso, dos de estos verzolaris (Zabala, Amezquetarra y Chabalátegui de Hernani), (N. E. Hubo casi 200 años después un conocido Zabala etarra, junto con Lasa) y, en efecto, el fallo dado por los jueces, que declararon igualmente dignos a ambos contrincantes, se hizo tan popular, que ha merecido ser incluido por el maestro Santesteban en su excelente Colección de aires vascongados, donde figura con el título de Iru juecen erabaquia. 

Pintar una de estas luchas entre dos rústicos pastores que se disputan la gloria de ser maestros en el arte de improvisar, tal es el objeto que se propuso Vilinch en su Berzolariyen gudua, cuyo fragmento, hallado entre sus originales, verán los lectores a continuación.

Este trabajo, que se halla incompleto, sin ser de un gran mérito ni mucho menos, presenta al vivo, con su propio lenguaje, con sus mismas maneras, y hasta con su peculiar estilo de versificación, a dos pastores, 

que vanagloriándose de no hallar rival en la improvisación en verso, cruzan una apuesta de diez ovejas, y se disponen a disertar ante testigos y jueces nombrados al efecto y que diriman la contienda. 

Lástima es que de esta composición no nos hayan quedado sino escasísimos fragmentos, pues a pesar de la vulgaridad del asunto y de la rusticidad de la forma, hubiera sido indudablemente leída con gusto, 

dado su carácter popular, por cuantos han asistido alguna vez a estas luchas, tan comunes en otro tiempo en nuestras montañas.

De todas maneras, y aunque valen poco los trozos que he podido conseguir, los ofrezco a los lectores del Cancionero, tal cual he podido salvarlos, por si pueden formarse una ligera idea de este trabajo inédito 

del malogrado poeta donostiarra.

No ofrezco traducción castellana de él, pues ni lo incompleto de los fragmentos, ni la escasa importancia del asunto, merecen la pena de ello, aparte de que la composición, aun completa, había de ofrecer muy poco encanto a los extraños al país y a los desconocedores de nuestro idioma. 


Berzolariyen gudua. (1: Gudu-a, combate, lucha, disputa.) 

(Zatia.) (2: Zatia, parte, trozo o fragmento.)

Peruc. 


Aizac, (3) Chanton, Premiñi 

ic (4) esan al diyoc

ez dicala irabazten (5)

bertsuetan iñorc?

¿Beraz ni contu ortan

ire mende nioc? (6)


Nola itz eguiten decan,

¡ay, mutil, beguiroc! (7)

¿Nai dec jai lenenguan (8) 

proga gaiten biyoc?



Chantonec.


Eguiya dec Premiñi 

esan diyotala

bertsuetan guziyac

chautzen (9) ditutala,

eta esan badiyot (10) 

Premiñi nic ala, 

oraindic nioc itza

mantentzen (11) detala.

¿Uste al dec esana

damutu (12) zaitala?


Peruc.


Ez zaicala damutu

nioc jaquiñian, 

jaquiñ eta alare

sinist eziñian, (13) 

ez dala bersolari

iñor i añian;

abillidade asco

dacac (14) mingañian,

progatu nai induquet

gausa orren gañian.

_____ (15)



Peruc. 


Gauza orren gañian

nai banac progatu,


Chanton aritzpecua, (16)

¿zer nai dec jocatu?

Orra contra norc eguin

aguro topatú.

¿Nai dituc amar ardi (17)

demandan paratú, (18) 

zeñec ederragoco


___ (19)


Chantonec.


Nere amar ardiyac

orra, Peru, emen

esaminatu (20) itzic

mardul ote dauden,

mardularen tartian 

argalic daguen: 

mira itzic banaca (21)

bat bestien urren

oyec ez ditec izan

falta belarraren.


Peruc.


Nere amar ardiyac

ona emen, Anton, 

mira itzic banaca

argalican dagon; 

ezdituc iñoiz ere

belar faltan egon,

ez diyotec tachican

billatuco iñon, 

uste diat daudela

iriac bezin on. 

_____ 


Chanton icusitzendet

onuntz (22) datorrela,


matz-peco Martin jauna

juestzat dubela;

ederqui etorriya

izan deriyela, 

orrec jusgatuco du 

gausa dan becela, 

ero mundu ontaco 

iñorc ez bestela.


Garaico Premiñ dator 

jues Perurentzat,

guizon obiagoric 

ez dala deritzat, (23) 

ondo portatu (24) izanda

orain arte beintzat, 

mundu guziyan dago 

prestu eta fintzat,

orrec ez du jusgatzen

gorriya urdintzat. (25) 


Garaico Premiñentzat

ez da zer esanic, 

seculan ez du eguin 

biar eztan lanic;

guizon fiñago embat

mundu ontan danic 

izan liteque baño 

sinisten ez det nic,

fiya liteque orrengan (26)

quezca (27) gabetanic. *(28) 


Martin mats-pecuaren

fiyatu zaitezte,

guizon oberic iñon

danic ez det uste,

zeoc zeon juesetzat (29)

jarri gaituzute,

gugana (30) confiantza

beráz badezute. 



Chanton, neri ardiyac 

ic irabazi?, ¡ay! 

coitadu (31) triste orrec 

¡ezuque guchi nai!

Desiatzen dec baño 

ezaiz ordia gay, (32) 

guissarajua (33) orrec

etsi (34) ezaquec bay,

alperric egon gabe 

ardiyo oben say. (35-36) 

____

____


(3) Es 2.a pers. del sing. del presente de imperativo del verbo aitu, oír, conjugado en el trato ordinario, o en ic. Si se hubiera dirigido a una mujer hubiera dicho aizan, y aizazu en el trato cortés.

(4) I, ic, es el pron. pers. tú, del trato ordinario, equivalente al cortés zu. Ic esan al dioc, le has dicho tú. (N. E. Alemán Ich, variantes pronunciadas isch, ik, ij)

(5) Irabazi, en los div. dial., ganar. Ez dicala irabazten, que no te gana a ti. 

(6) Nioc, es 1.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo egon, estar, en el trato ordinario: en el cortés hubiera dicho nago. Iñoren mende egon, equivale a estar bajo otro.

(7) Es imperativo del verbo beguiratu, mirar. Nola itz eguiten decan beguiroc, mira cómo hablas.

(8) Nai dec jai lenengoan... Quieres que el primer día festivo...

(9) Chautú, limpiar. Bertzuetan guziyac chautzen ditutala, que en versos (en improvisar) limpio (o venzo) a todos.

(10) Eta esan badiyot, y si se lo he dicho... 

(11) Dudo que esta voz sea euskara. El vascuence emplea preferentemente el giro bereartan egon en el concepto de sustentar o mantenerse en una opinión cualquiera; y el verbo sentegoitú, (que equivale a sendo-egon, mantenerse firme), en el concepto de persistir. 

(12) Damutu, pesar, arrepentirse. ¿Uste al dec esana damutu zaitala? ¿Crees que me arrepiento de haberlo dicho?

(13) Sinist eciñian, no podía creerlo.

(14) Dacac (o daucac.) 2.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo euki, tener. Si se refiriese a hembra diría daucan: en trato cortés daucazu. Abillidade asco dacac mingañian, mucha habilidad tienes en la 

lengua.

(15) Falta aquí indudablemente una estrofa que no existe en el borrador original, de puño y letra de Vilinch.

(16) En nuestra zona rural apenas se conocen las gentes por su apellido, en vez del cual toman generalmente el nombre del caserío respectivo. Vilinch ha seguido en esta composición la costumbre del país designando a sus interlocutores con los nombres de Chanton aritzpecua, (Chanton o Antón el de Aritzpe, o el de bajo la peña, que a tanto equivale esta palabra), Martín matzpecoa, (o el de bajo la viña), y Premiñ Garaicoa, (Fermín, el de Garai, o el de lo alto.) (N. E. San Premiñ de Iruña)

(17) Ardi, oveja.

(18) Demandan paratu (arriba paratú), poner (o apostar) en la empresa. La voz demanda no es euskara desde luego. Larramendi cita como equivalente suya la palabra equigoa.

(19) Falta este verso en el original. Se conoce que al llegar ahí tuvo que suspender el poeta su trabajo por cualquiera causa. Las estrofas que siguen a esta se encuentran en cuartilla separada, sin orden y con algunas enmiendas.

(20) Etsaminatu, etsaminatze, examinar, inquerir, investigar, escudriñar con diligencia y cuidado alguna cosa, etc. Larramendi escribe examinatú. Empléanse como sinónimos de esta voz los verbos billersi, billersitu, billakindu, y el lab. ikartu, ikartzen. (N. E. Examinatio.)

(21) Banaca, uno a uno, o uno por uno.

(22) Onuntz, adv. de lugar, hacia aquí.

(23) Deritzat, me parece. Es el verbo irreg. iritzi. 

(24) El portatu, no es indudablemente voz euskara.

Empléase comúnmente con tal significación el verbo akindu, (ongui edo gaizki.) 

(25) Gorriya urdintzat, lo rojo por azul. 

(26) Orrengan. En ese. Es una de las formas del ablativo del pronombre ori, ese o esa. 

(27) Quezca gabetanic, sin cuidado.

(28) Esta estrofa y la siguiente están indudablemente puestas por el poeta en boca respectivamente de los jueces Martín y Fermín, designados por los interesados para dirimir la contienda.

(29) Zeoczeon jueztzat (arriba zeoc zeon juesetzat). Vosotros para jueces vuestros... 

(30) Gugan, en nosotros, forma del ablativo del plural (gu) del pron. personal ni.

(31) Coitadu, (forma eufónica de coitatu), cuitado. Según el P. Larramendi la palabra castellana cuita procede de la euskara coita, que significa lo mismo. En el dial. sulet. se ve esta voz en la forma Cuñtatsu. 

(N. E. La palabra cuita (aflicción, trabajo) viene del occitano coitar. Hay dos versiones para coitar: Relacionada con la palabra francesa cuite (quemar, castigo del fuego, cocer, cocinar). Ambas vienen del latín coquere.)

(32) Ezaiz ordia gay, pero no eres bastante para ello...

(33) Guissarajua, infeliz, cuitado.

(34) Etsi, etsitu, desesperar de conseguir una cosa. Etsi ezaquec bay, ya puedes desesperar...

(35) Zai egon, estar en (o a la) espera.

(36) Esta estrofa debe suponerse ya la 1.a del certamen, puesta en boca de uno de los contrincantes. En los papeles de Vilinch que he examinado cuidadosamente no he podido encontrar un solo verso más que haga referencia a esta composición.

Páginas en prosa

Prospecto.

Prospecto.

Sacar la literatura euskara, y especialmente la poesía popular vascongada, del injustificable olvido a que se hallan relegadas; llamar sobre ellas la atención de propios y extraños dando a conocer sus bellezas; establecer relaciones de fraternal solidaridad entre los diversos dialectos de la lengua euskara, como hijos de una madre común, facilitando en lo posible el conocimiento de sus relaciones y diferencias; y por último, excitar el cultivo de nuestra hermosa lengua nativa, a fin de evitar perezca este verdadero monumento filológico que tan poderosamente ha llamado la atención de cuantos se han dedicado a su estudio, y que es uno de los signos que mejor reflejan la antigüedad y el carácter original y especialísimo de nuestra raza; tales son los altos fines, a que en la medida de nuestras fuerzas, se propone contribuir el Cancionero vasco. 

Se publica por series de a cuatro tomos de unas 80 a 120 páginas cada uno, en 8.° prolongado, y a razón de un tomo mensual.

Cada tomo contendrá, por término medio, de seis a ocho composiciones, cada una de las cuales irá acompañada de una traducción literal en prosa castellana, ampliada, cuando así lo exija la claridad, con las observaciones necesarias para su cabal inteligencia, y será ilustrada además con numerosas notas gramaticales y críticas, que faciliten la apreciación de sus bellezas, de los giros especiales del idioma, y las dificultades que pueda presentar a los que no conocen nuestra lengua, o sólo tienen de ella escasas nociones.

Acompañarán asimismo a cada composición breves noticias biográficas de su autor, un ligero juicio crítico de la misma, y las correspondientes notas y comentarios.

Y por último, a cada poesía lírica cuya música sea conocida, la acompañaremos, siempre que sea posible, del canto correspondiente, a cuyo efecto añadiremos al final de cada tomo las hojas de música que sean necesarias.

Cada serie formará un hermoso volumen de 450 a 470 páginas, sin perjuicio de que cada tomo, dentro del plan general de la obra, constituya un todo completo y hasta cierto punto independiente.

Cada serie de cuatro tomos cuesta por suscripción cinco pesetas en la Península, haciendo directamente la suscripción en la Administración y acompañándola de su importe en letra o libranza; seis pesetas, si se 

efectúa por medio de comisionado; siete en los Estados comprendidos en la Unión postal, y en Cuba; y ocho en Méjico y las repúblicas del Uruguay y del Paraguay.

La suscripción se hará efectiva en un solo plazo, después de publicarse el primer tomo de cada serie, y si una vez servida aquella quedasen algunos ejemplares, se destinarán a la venta al precio de dos pesetas cada tomo en la Península.

El tomo I de la II serie verá la luz en la última decena del próximo mes de abril, siguiendo con la regularidad acostumbrada la publicación de un tomo mensual hasta julio, en que quedará completa y terminada la nueva serie. 

En esta segunda serie tendrán cabida las principales producciones inéditas y varias de las menos conocidas del simpático y malogrado poeta donostiarra Vilinch; algunas de los famosos plateros de Durango, y diversas poesías de Artola, Azcue, Baroja, Echagaray (Echegaray), Echepare, Iparraguirre, Iturriaga, Iztueta, Moguel, Oihenart, Salaberri (Sallaberry), y otros poetas vascongados, coronando la serie, salvo al menos accidente imprevisto, los Cantos Históricos, entre los que incluiremos el tan controvertido canto de Lelo o de los Cántabros, y el inspiradísimo de Altabiscar. 

Queda cerrada la suscripción a la serie I. Sin embargo, los nuevos señores suscritores que desearen adquirir toda la obra, obtendrán por seis pesetas, enviando su importe a la Administración, el volumen completo de los cuatro tomos que la constituyen, y cuya edición se halla ya próxima a agotarse. 

He aquí el índice alfabético de las composiciones que contiene:

(Se omite)

Todos los señores libreros de la Península quedan autorizados a recibir suscripciones a la II serie del Cancionero, al precio de seis pesetas por ejemplar, debiendo en este caso acompañar a la Administración la nota detallada de los inscritos, las señas de su domicilio y el importe de las suscripciones, con un descuento de 15 por 100, que se les abona por gastos de comisión. No se servirá suscripción alguna sin que sean llenados dichos requisitos.

En las principales librerías se hallan a la venta sueltos al precio de dos pesetas ejemplar, los cuatro tomos ya publicados de la serie I, así como también el volumen completo de la misma serie, encuadernado a la rústica, cuyo precio es de siete pesetas en la Península.

A los señores libreros se cederán ejemplares con una rebaja respectivamente de 25 y 20 por 100.

Se han ocupado en los términos más favorables del Cancionero Vasco los siguientes periódicos, a los que damos las más cumplidas gracias por su favor.

“La Correspondencia de Guipúzcoa, el Irurac-bat, el Noticiero bilbaíno, El Eco de Navarra, La Paz, la Revista de las Provincias, L' Avenir des Pyrenées et des Landes, (de Bayona); La Renommée, Gazette des bains de mer et des estations thermales des Pyrenées; el Diario de Barcelona, La Academia, semanario ilustrado de Madrid; la revista inglesa The Academy, de Londres; el Laurac-bat, de Buenos-Aires, y quizás algunos otros más de que no tenemos noticia.

El Cancionero Vasco ha merecido igualmente la misma favorable acogida de las corporaciones provinciales y municipales del país vasco-navarro, y de sus más autorizados escritores, con quienes tenemos con este motivo una deuda de verdadera gratitud. 

Administración del Cancionero, y punto central de suscripciones Avenida de la Libertad, 26, 2.°, San Sebastián.

Guía geográfico-histórico-descriptiva de la Provincia de Guipúzcoa, y en especial de la Ciudad de San Sebastián, por J. Manterola. Un volumen en 8.° de 336 (N. E. 334) páginas. Se enviará, franco de porte, por una peseta, es decir, por la mitad de su precio, a todos los señores suscritores al Cancionero Vasco, que acompañen al pedido la cantidad indicada.

Administración del Cancionero, y punto central de suscripciones Avenida de la Libertad, 26, 2.°, San Sebastián.

Imp. y Lib. de Juan Osés, Constitución 7.