Una nit maravillosa va acabá en tragedia; dingú podíe entendre cóm de un momén a un atre se va passá de tanta alegría a tan gran doló y tristesa.
Tot estabe
mol tranquil, normal, enriénmon mol, passánu be; y de repén tot va
cambiá.
No hay parat de plorá desde entonses, un doló tan gran
no lo vull torná a patí may mes.
A dingú li dessicho vore
alló, escoltá eixos crits de temó, de pánic:
AGÁRRALA! QUE
NO CAIGUE! NO LA SOLTOS!
Y no vam pugué fé res. Me va caure la milló botella de vi negre que teníem an terra, y cap dels que estáem la vam pugué salvá.
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