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domingo, 20 de noviembre de 2022

Tomo XIII. Carta XCV. (95) Catálogo de los Obispos de Gerona

TOMO
XIII


VIAJE
A GERONA


PUBLICADO
POR LA MISMA ACADEMIA.


MADRID:


IMPRENTA
DE LA REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA,


A
CARGO DE D. CELESTINO G. ÁLVAREZ, CALLE DE S. VICENTE BAJA, NUM. 74.


1850.


Fungar vice cotis.


ÍNDICE
DE LAS CARTAS QUE CONTIENE ESTE TOMO.





                                                                    Pág.


Carta
XCV. Catálogo de los Obispos de Gerona. 1





DE ERRATAS. (corregido)


Dice.
Debe decir.


Pág.
160, linea 2. Las naves. Las Navas.





CARTA
XCV.


Catálogo
de los Obispos de Gerona.


Mi
querido hermano: Aunque como viajero sólo debo hablar de cosas cuyos
monumentos se conservan, quiero sin embargo comenzar el catálogo de
estos Obispos desde tiempos remotos, aunque sólo sea por modo de
índice, ya que tengo a mano en esta iglesia un códice de concilios,
del cual y de lo que noté en el de Urgel, acaso saldrá alguna luz
en materia tan oscura.





S.
PONCIO


martirizado
por Rufino aquí mismo en 304.





S.
NARCISO


muerto
en la misma persecución en 307.


De
estos dos Santos trató copiosamente el Canónigo Dorca en la obra
que dijimos. Cesa la memoria de los Obispos de esta iglesia hasta
principios del siglo VI. Mas de que no cesó su serie consta del
concilio Toledano I celebrado en el año 400, en el cual los Obispos
de la provincia Tarraconense dieron su queja contra Minicio, Obispo
de sede no conocida, el cual se había arrogado el derecho de ordenar
un Obispo en Gerona contra la voluntad del pueblo. Véase la epístola
de Inocencio I a este concilio. (Aguirre, Colect. Can. Hisp.)





FRONTIANO.


Hallose
en el concilio Tarraconense tenido en la era 554 (año de Cristo
516), anno V. Theoderici Regis (Teodorico), consulatu Petri, sub die
VIII. idus novembris, como dicen los códices Urgelense y Gerundense,
en los cuales firma en cuarto lugar así: Frontianus Episcopus
Gerundensis SS. Sin expresar la sede firma también en otro concilio
celebrado el año siguiente 517 en esta iglesia, y acaso por eso
subscribe en segundo lugar después del Metropolitano, antes de los
que le precedieron en las suscripciones del otro concilio. La del
nuestro dice: Frontinianus in Christi nomine Episcopus SS. La época
es la que comúnmente se señala, y cuadra bien con la era DLV que
señalan nuestros códices; mas no con las otras notas que añaden:
anno VII. Theoderici Regis, VI. idus junii, Agapeto V. C. Consul. La
diversidad del nombre en los códices la aumentan los autores,
llamándole unos Fontiniano, y otros Fortuniano. (Fortuño, Fortuny)


STABILIO
o STAFILO (a).
(a) En el tom. 43 de la España Sagrada, pág. 47,
se le llama también Estéfano.


Así
le llaman nuestros códices en las subscripciones al concilio de
Lérida de la era 584 (año de Cristo 546), donde asistió por su
procurador el presbítero Grato, cuya suscripción se halla en el
último lugar en el códice de Gerona, y en el penúltimo en el de
Urgel. También se halló en el de Barcelona seis años antes, el
cual Diago en su Episcopologio atrasó un siglo.



ALICIO.


Subscribió
en el concilio III de Toledo del año 589.



JUAN.


Abad
de Valclara, conocido por el Biclarense: gobernando esta iglesia
asistió a varios concilios. Supónese que falleció en el año 621.
De él han hablado todos los historiadores. Los eruditos prácticos
del país, dan por cierto, que el monasterio de Valclara, que él
fundó, estuvo entre Tarragona y Monblanc.



NONITO


sucesor
de Juan, pues se halla subscrito en el concilio IV de Toledo del año
633. El códice Urgelense le llama Honnitus: el Gerundense Nonnitus:
otros le dan el nombre de Nonicio y aun de Verito.





TAIO
o TAJÓN.


Asistió
al concilio Toledano VIII, donde firma en nono lugar como antiguo ya
en la sede, aunque en los concilios V, VI y VII no se halla firma de
él ni de otro. El códice Urgelense le llama Dalo; mas nuestro
Gerundense le llama Taio, y esta lección prefiero a la de Talo y
Toila que le dan otros.





AMADOR.


Floreció
en tiempo del Rey Wamba hacia el año 683, cuando le escribió una carta el tirano Paulo que se apoderó por algún tiempo de Gerona, y
robó del sepulcro de San Félix Mártir la corona de oro, dádiva de
Recaredo.


Después
de este Obispo coloca Roig a Sabarico como asistente al concilio
Toledano de 674. Mas yo no hallo tal subscripción en el códice de
Urgel, y ni uno solo de los Obispos de Cataluña que él acota; antes
casi todas ellas están en el concilio llamado en mi códice XVI de
la era 731, año 693, donde no firma ningún Sabarico. Así por ahora
no reconozco de este nombre más Obispo que el que pondré más
abajo, dando por sucesor de Amador a





JAIME,


cuyo
nombre y existencia en el año 683, consta de las subscripciones del
concilio Toledano del año IV de Ervigio, era 721, donde entre los
vicarios firma: Stabilius Abba Jacobi Gerundensis Episcopi SS. Así
en nuestros códices. Donde se ve que el nombre de
 Stabilio
era muy común por acá.


SAVARICO.


Así
escribe el códice Urgelense el nombre de este Obispo, el Gerundense
Labarico: ambos le ponen entre los que asistieron al concilio
Toledano del año 688, donde firma en el lugar 45.


GILIMIRO.


Así
proponen nuestros códices el nombre de este Obispo, hasta ahora
llamado Miro y Miron (Mirón), el cual asistió al concilio Toledano
de la era 731, año 693, y firmó en el lugar 52 (a).
(a) En el
tom. 43 de la Esp. Sag., pág. 67, no se hace mención de esta
diversidad del nombre, y le cuentan por Miro I, con relación a otro
del siglo X. También se dice que subscribió núm. 54. Pequeñas
cosas parecen estas, mas habiendo códices propios de la iglesia de
cuyos Obispos se trata, cierto no lo son.


Después
del Obispo Gilimiro, que es el último cuya memoria consta por las
actas de nuestros concilios, no hay noticia cierta de otro Prelado
hasta fines del siglo VIII siguiente. No es inverosímil que Gilimiro
alcanzase los tiempos de la invasión de los Árabes, ni tampoco que
durante ella continuasen Obispos en esta silla, dejando como dejaban
los Moros a los Cristianos en el libre uso de la religión por el
interés que de ello les resultaba. Mas nada hay de cierto en orden a
los Prelados, hasta que conquistada la ciudad por las armas o en
tiempo de Carlo Magno, se restauró la catedral, y comienza a
hablarse de Obispos desde el año 785 o siguiente. Esta es la común
opinión. Pero es muy posible que en la primera entrada que hizo
Carlo Magno en 778, cuando subyugó a Gerona y dejó tributarios a
los Moros, restaurase entonces la sede poniendo Obispo. Y esta es la
causa porque algunos escritores dicen que en 785, cuando los
Cristianos se alzaron contra los Moros y entregaron la ciudad a Carlo
Magno, había ya Obispo. Mas en señalar su nombre hay ya gran
discordia, nacida de la distancia de los siglos y de la escasez de
documentos. Diago y otros suponen que Carlo Magno incardinó en esta
Sede un Obispo cuyo nombre ignoran; pero aseguran que era Canónigo
de la iglesia de Puy de Velay en Francia, desde cuyo tiempo y por
cuya causa quedó continua hermandad entre ambas iglesias. De esto ya
se habló en las cartas pasadas.


Otros
dicen que este primer Obispo después de la restauración se llamó



PEDRO.


El
primero que dijo esto fue Corbera (Historia de Doña María de
Cervellón, cap. 7.), engañado con una escritura del monasterio de
San Feliu (pone Feliú) de Guixols, que dijo ser la de la fundación
del monasterio y del año 796. En ella se refiere que conquistada
Gerona
 por
Carlo Magno, pasó poco después este Príncipe con el Conde Suniario
y su mujer Resellis (debió decir Richildes o Ricildes), y la Condesa
Ermesendis y Pedro, Obispo de Gerona, a conquistar el castillo
llamado del Abrich, y que edificó y dotó aquel monasterio el año
28 de su reinado (796). Con poco trabajo se ve la falsedad de esta
escritura: 1.° Supone la venida de Carlo Magno en persona tan
sólidamente confutada, y más en el año 796, que sería un nuevo
descubrimiento: 2.° Supone vivir en tiempo de Carlo Magno, y en 796
al Conde Suniario y Richildis, que son todos de la mitad del siglo
siguiente: 3.° Todavía es posterior y de principios del siglo XI la
Condesa Ermesendis, cuyo hermano era un Obispo Pedro, desde 1010
hasta 1050. La verdad es que la escritura no es del año 796, sino de
más de seis siglos posterior, es a saber, del año 1408, en que el
abad de dicho monasterio Galcerán tuvo una junta capitular para
formar un nuevo plan de gobierno, y en ella hablando del oficio del
camarero, pusieron la sobredicha narración sin cuidar siquiera de la
cronología; y este es todo el argumento para poner un Obispo Pedro,
instituido por Carlo Magno. Todavía pasa más adelante Corbera,
dando a Pedro el apellido de Hilmerad o Hilmerado, creyendo que este
es el Obispo de que hace mención el Rey Carlos el Simple en el
diploma de confirmación de los bienes de esta iglesia dado en 922 a
favor del Obispo Wigo, y que trae la Marc. Hisp. núm. LXIX. En el
Libro verde de esta Catedral (fol. 180 b.), el mismo instrumento lo
llama Julmeradus. Mas yo allí no leo sino que el Rey confirma
quidquid Hilmeradus Episcopus prefatae Ecclesiae contulit, es a
saber, en los lugares que allí expresa; mas no dice que lo fuese de
esta iglesia, y cierto es que sin serlo pudo haberle dado cuanto allí
dice y mucho más, de lo cual hay infinitos ejemplares. El Sr. Dorca
conjetura que este Hilmerado era persona distinta y Obispo de Elna,
de quien habla repetidas veces la Marc. Hisp. Así que excluido este
Obispo Pedro, más probable es que el Obispo primero después de la
conquista de Gerona, y acaso ya existente en tiempo de ella fuese


ADULFO
o ADAULFO. (Ataulpho, Ataúlfo, Adolf, Adolfo)


Suena
por documento cierto existente en el año 788, sólo dos o tres
después de la conquista, y siendo tan próximo a ella no hay razón
para fingir el otro, y más con tan débil fundamento. El documento
cierto que digo, es el concilio de Narbona del año 788 presidido por
Desiderio, Legado apostólico, en el cual se trató de la causa de
Félix, Obispo de Urgel, y del estado de la cristiandad de nuestra
Ausona.
A este concilio asistió entre otros nuestro Adulfo, y se
halla su nombre en cuantos tratan de dicho concilio. Por lo mismo es
bien extraño que Diago lo omitiese en su Catálogo. La Gallia Cristiana lo
 pone
al año 791. La Colección de Labbé al 788.




WALARICO.


Diago
le pone Obispo en tiempo de Carlo Magno sin señalar su año. Añade
que a este Obispo restituyó el Conde Ragonfredo la villa de Bascara
con sus términos perteneciente a esta sede a parte S. Felicis
Martyris. Así es la verdad, y consta de una sumaria o declaración
de testigos que se recibió sub die octavo XI. kal. januarii anno
IIII, imperante feliciter gloriosissimo Dompno nostro Lodovico
imperatore
, que es el de 818. En él era ya Obispo el sucesor
Nifridio, el cual para asegurarse de la posesión de la villa de
Bascara, hizo declarar a los mismos que habían sido testigos de la
investidura, o más bien restitución que el Conde Ragonfredo hizo de
dicha villa al Obispo Walarico (que así le llama al fin, y al
principio le nombra Wadarilico). Con lo cual es claro que su
existencia no había de ser muy anterior al año 818, en que vivían
los testigos de su posesión. Y así está bien dicho que vivió en
el reinado de Carlo Magno. Este documento publicó Balucio en los
Capitulares (apén. número XXXIV.), y Dorca pág. 314, sacado del
Libro verde de esta iglesia, fol. 51, de donde yo le he vuelto a
copiar y va adjunto (a: Ap. núm. I.)





NIFRIDIO.


Era
ya Obispo en el año 818, como consta del documento que acabo de
citar en el artículo del Obispo Walarico, y es la única memoria que
hay de él.



WIMER
o GUIMER (WIMERA, WIMARA, w : g : GUIMERA, Guimerá o Guimerà, mi primer apellido)


834.


Después
de Nifridio no hay memoria de sucesor hasta el año 834 en que la
hallamos en Wimer, el cual asistió al concilio o junta de Obispos
que congregó el Emperador Ludovico Pío en su palacio de Attiniaco,
diócesi de Reims, y con cuya ocasión logró de aquel Príncipe un
diploma o praeceptum, en confirmación de los bienes de esta iglesia,
que hallarás publicado ya en la Marca Hispánica (ap. núm. IX).
Expresa la escritura las villas Ulianus, Cacavianus, Celsianum y
Bellosos en el condado de Empurias; las de Molleto, Miliasa,
Castellum fractum y Parietes Rufini en el de Gerona; la de Bascara en
el de Besalú, con algunas otras, y en estos dos últimos condados la
tercera parte de pascuario et teloneo. Diago en el Episcopologio
redujo este diploma al año 836; pero es claro que pertenece al 834,
siendo su fecha de IIII. nonas decemb. anno vicesimo primo de
Ludovico. De paso advierto que estos derechos de pascuario et teloneo
se concedieron en aquellos tiempos a otras Iglesias en sus
territorios, como al Obispo Wisado de Urgel el año 861, al de Elna
en 840, y el de Vique en 888. Que nuestro Obispo estuvo real y
verdaderamente en posesión de estos derechos en los cuatro condados
de que se componía esta diócesi, consta por una sentencia del año
842, que se dirá en el artículo siguiente, en que sólo advierto
por ahora que estos derechos eran generales, tam de terra quam de
mari, y que en los condados de Gerona y Besalú puso en posesión de
ellos a nuestro Obispo el Conde Bernardo (a: La Marc. Hisp. col. 779,
lee: Benedictum quondam, en vez de Bernardus Comes, que es lo que hay
escrito en el Libro verde, fol. 53, de donde él la copió. Más
extraño es que en el tom. 43 de la Esp. Sag., pág. 377, se repita
esa misma equivocación de Marca (que por descontado nos quita la
noticia de Bernardo, Conde de Gerona y de Besalú). Prueba clara de
que el continuador del P. Flórez no vio aquel Cartoral aunque lo
cita en esa página. Que si tal viera como pudo, no hiciera tanto
hincapié en la palabra bendito, aplicándola a nuestro Obispo (pág.
96 sig)).


y
en los de Empurias y Peralada el Conde Suniario. Donde se ve la unión
de aquellos condados hacia el año 834 o siguiente, y quiénes


eran
los Príncipes sus poseedores. Por último advierto, que tal vez
llaman en esta escritura a nuestro Obispo Gimarane, y que de
ella consta que el sucesor fue





GODMARO
o GONDEMARO


desde
antes de 841 hasta después de 850.


La
primera memoria que queda de este Obispo es del año 841, es a saber,
IIII. nonas septembris anno II. post obitum Dmni. Ludovici
Imperatoris, día en que uno llamado Domingo, a consecuencia de la
sentencia judicial dada en presencia del Vizconde Wifredo, reconoció
a Gondebe, agente y abogado de nuestro Obispo, que las tierras que


poseía
en Terradellas eran de la jurisdicción episcopal. A esta
escritura copiada (a: Ap. núm. II.) del Cartoral del Vicariato,
llamado de Carlo Magno, pág. 89, sigue otra del año 842, y es la
sentencia que poco antes decía dada sobre los derechos de teloneo y
pascuario, los cuales parece que le disputaba en los condados de
Empurias y Peralada el Conde Adalarico por medio de su agente
(mandatario) Ansulfo. Los testigos hicieron sus declaraciones juradas
(que llamaban conditiones sacramentorum) en la iglesia de San Martín,
dentro de la ciudad de Empurias, asegurando que el Obispo Wimer,
antecesor de Godmaro, fue puesto en posesión de dichos derechos en
los Condados de Gerona y Besalú por el Conde 
Bernardo,
y en los de Empurias y Peralada por el Conde Suniario, y que hasta su
muerte percibió aquellos frutos. Esto es lo que contiene la
escritura que va adjunta (a: Ap. núm. III), copiada del Libro verde
de esta Catedral, fol. 53, cuya fecha dice así: latae conditiones
sub die duodecimo kal. septembris in anno tertio postquam obiit
Lodovicus Imperator. El modo de contar en ambas escrituras por la
muerte de Ludovico Pío nació de la discordia que siguió entre
Carlos Calvo y su hermano el Emperador Lotario; porque hasta el 843
en que se terminó, hubo territorios en nuestra
Marca en que
no se reconoció por Rey a dicho Carlos. Habiendo pues muerto
Ludovico a 20 de junio de 840, la fecha de nuestra escritura de 21 de
agosto, año tercero después de su muerte, pertenece al 842. Hállase
en la Marc. Hisp. (ap. núm. XVI) la sentencia de los jueces a favor
de Gondemaro, conforme a la declaración que acabo de decir de los
testigos, que es lo único que comprende la escritura que yo envío.

Y con ser así que ambas tienen la fecha de la misma manera, se
halla reducida allí al año 843, en el cual dice Baluzio (Ib. lib.
IV), que se verificó sin dar razón del por qué alteraba una cuenta
tan clara. Alguna diversidad se halla entre ambos instrumentos: tal
es que en el mío Ansulfo suena agente del Conde Adalarico, y en el
de Marca él mismo lo parece ser del Obispo Godmaro, su
competidor. Con todo eso el mío añade varias circunstancias de este
hecho, que no declara el de Marca; propone los nombres de los
testigos y el altar sobre el cual juraron, y el nombre de Bernardus
Comes (de Gerona y Besalú), donde Marca leyó Benedictum quondam.
Por lo demás en la sustancia son coherentes, y ambos ponen existente
a Godmaro en 842. Otra memoria suya hay del año 844, en el que a 11
de junio el Rey Carlos el Calvo, estando en el monasterio de San
Saturnino, en el sitio de Tolosa, expidió un diploma de confirmación
de todos los bienes de esta iglesia a instancias de su Obispo
Gondemaro. Publicó ya este documento Baluzio en el apéndice ad
Capitul. Reg. Franc., n. LXIV. También existe en el libro quinto de
este capítulo, fol. 179; mas no lo he copiado, ya por no añadir
cosa interesante en los documentos de esta clase, ya por el error que
en él hay de poner por antecesor de nuestro Gondemaro a otro
Gondemaro, en lugar de Wimer. Todavía está por publicar, que yo
sepa, la memoria más curiosa e importante de nuestro Obispo; y es la
sentencia que junto con Enrique, Conde Pictaviense, Gacfero, Conde
Burdegalense, Servo Dei, juez y Pedro, Arcediano de San Esteban de
Tolosa, dio de 
orden
del Rey Carlos el Calvo en el pleito del monasterio de San Quirico de
Colera contra el Conde Alarico sobre la posesión del Castro Tolon
(Peralada). Dará razón de este cuento la copia adjunta (a: Ap. núm.
IV.), no quedando yo fiador de la autenticidad de la escritura, la
cual merece sin embargo alguna consideración por hallarse copiada en
un libro de feudos en la curia episcopal, escrito en el siglo XIII,
en cuyo tiempo, como allí se nota, presentó el original el Abad de
dicho monasterio Fr. Br.


Contiene
esta escritura algunas cosas que notaré aquí:

1.° Que aquel
monasterio fue edificado en tiempo y de orden de Carlo Magno.

2.°
Que el nombre de Castro Tolon fue puesto por los paganos como
significando tierra muerta, al cual sucedió el de
Petralata (Petra :
Pera + lata : lada).

3.° Que los monjes construyeron entre otras
iglesias la de Santa Maria in
Reccesvindo (Recesvindo), nombre de un
monte que pudo intitularse del Rey Godo, y que corrompido en
Rechesindo, fue sin duda raíz del de Requesens que hoy tiene:
4.°
Que el citado
Conde Alarico era hijo del Conde que Ludovico Pío
estableció
cuando conquistó a Barcelona:
(https://www.cervantesvirtual.com/obra/la-conquista-de-barcelona-por-ludovico-pio-y-creacion-de-su-primer-conde-bara--en-tres-actos--por-haberse-representado-en-el-teatro-de-la-m-i-ciudad-de-barcelona-en-el-ano-1777/)
5.° Que el tal
Conde primero fue instituido super totam
Cataloniam:


6.°
Que esta es la primera vez en que se cree nombrado Cataluña.
Vuelvo a repetir que no salgo fiador de la autenticidad de esta
escritura, mayormente viendo firmar a todos los testigos con
apellidos de familia, cosa que es mucho más reciente que el diploma,
cuya fecha es de 25 de mayo, año IV del Rey Carlos, y de Cristo 844,
sin poderse equivocar con los reinados de otros Carlos, pues los
testigos dicen que vieron y conocieron a Ludovico Pío,
conquistador de Barcelona.


Por
lo que hace a la antigüedad de la palabra Catalonia, no
quiero dejar de poner aquí, pues se ofreció la ocasión, una
memoria anterior que vi en Perpiñan entre las copias que el sabio M. Fossa tenía preparadas para la historia completa del Rosellón.
Entre ellas del Cartoral de la abadía de la Grassa, cerca de
Carcasona, copió una donación de Carlo Magno a dicho monasterio
data nona aprilis anno sexto Christo propitiante imperii nostri, et
trigessimo nono regni in Francia, atque XXXII. in Italia,
indictione XIII. actum
 apud
Narbonam in Dei nomine, etc., que corresponde al año
806.
Dice pues el Rey: Damus Deo et in dicto monasterio et omnibus
monachis ejusdem loci praesentibus et futuris de rebus nostris quae
sunt in
comitatu Cathaloniae (condado de Cataluña;
Chastelongne) in pago Rossillionensi (Rosselló, Rosellón) S.
Stephani de monasterio nuncupati, S. Felicis de Pedillano... S.
Vincentii de Stagello cum terminis, etc. Basta haber advertido esto
para los curiosos.

Volviendo
a nuestro Obispo continuó en el gobierno de su iglesia y en
asegurarla la posesión de sus bienes: negocio muy importante estando
tan recientes las conquistas. En este género se halla una sentencia
que ganó entre los jueces delegados del Conde Wifredo

sobre
la posesión de la villa llamada Fonsedictus en el condado de Gerona.
Hállase la escritura en el Cartoral de Carlo Magno, folio 96; mas ya
la publicó la Marca Hisp. (ap. n. XXI), su fecha XI kal. februarii
(no XV como dijo Diago), anno decimo regnante Karolo rege, que es el
22 de enero de 850. De modo que hasta ese año es constante la
existencia del Obispo Godmaro, del cual ya no hay noticias
posteriores.



ELÍAS.



Diago
no señala año ninguno de la existencia de este Obispo, y sólo dice
que fue inmediato sucesor de Gondemaro. Roig añadió que le había
ya sucedido a 3 de los idus de junio del año 853, y que esto consta;
mas no dijo de dónde. En esta incertidumbre nos deja en la pág. 267
y en la 314, en que asegura lo mismo. Este escritor reprende con
razón a Argaiz que lo supuso Obispo en 882, tiempo en que, como
veremos, lo era ciertamente Teotario. El diploma en que Argaiz se
fundó a favor del monasterio de San Pablo de marítima, sólo prueba
que antes del año 882 hubo un Obispo Elías que dio algunos bienes a
aquel monasterio, mas no que fuese Obispo Gerundense, ni tampoco que
existiese en 853. Déjolo en esta duda, pues tampoco tengo argumentos
para negar la existencia de este Prelado. Con mayor fundamento puedo
proceder para fijar en la mitad de este siglo IX la noticia de un
Obispo llamado



SENIOFREDO.



Omiten
este Obispo todos los catálogos; mas es cierto que vivía el año
858 cuando consagró la iglesia de Ridaura, cuya escritura, fecha ese
año, he visto en el archivo del monasterio de Camprodon; mas no la
copié por ser ya ella una copia muy estropeada y por estar ya
publicada entre las pruebas de la Historia de Languedoc (a: (a) V.
tom. I. pr. 75.), sacada, como allí se dice, del monasterio de Santa
María de la Grassa (Lagrasse, hoy abadía). Los episcopologios
pusieron más abajo un Obispo Seniofredo entre Servus Dei y Wigo a
principios del siglo X. No es imposible que hubiese dos Obispos
Seniofredos; pero casi lo es que el posterior pueda ocupar el lugar
que le dan, como se dirá; no habiendo por otra parte documento
alguno que nos asegure de su existencia. Más copiosas son las
noticias del Obispo sucesor.


THEOTARIO
O TEUTHERO (a)

desde
875 hasta 886.

Con
tal diferencia de nombres es llamado este Obispo por varios autores,
los cuales, a pesar de ello, reconocen ser una sola persona. La
primera memoria que hay de él es la subscripción a un concilio
Cabilonense del año 875, que refiere la Marca Hisp. (col. 362), y
cuyas actas publicó Chifflet (Hist. Trenorchien). Pero de ellas
mismas se infiere que no asistió al concilio, sino que aprobó lo
resuelto en él como otros Prelados ausentes; y también pudiera
inferirse que para esta aprobación no era necesario que fuese ya
Obispo en ese año. Mas yo le supongo y le debo suponer no habiendo
pruebas en contrario, y constando que lo era en el siguiente 876, en
el cual suscribió a las deliberaciones del congreso que el Emperador
Carlos juntó en Pavia, como se lee en la misma Marca Hisp. (b).

(a)
Este artículo está muy diminuto y equivocado en la España Sagrada,
tom. 43; lo cual advertirá fácilmente el que se tome el trabajo de
cotejarlo con el nuestro.

(b)
V. Baluzio, Capitul. Reg. Francor. Tom. 2. ed. París. 1780, col. 238
seq.

También
se halló en el concilio de Trecas del año 878, junto con Frodoino,
Obispo de Barcelona, a cuya imitación, y para el mismo objeto, logró
un magnífico diploma, como se dirá. Las actas de este concilio con
la subscripción de nuestro Obispo traen Labbé y Baluzio en los
Capitulares, aunque con la variedad que he dicho de su nombre; que
cierto en un mismo año, y aun en un mismo acto, no puede ser sino de
un mismo Prelado. Su asistencia a dicho concilio consta además de
una escritura hallada en el monasterio de Bañolas, de que se hablará
en su lugar. Baste por ahora decir que nuestro Obispo mereció allí
el honor de misso regio para poner al Abad de aquel monasterio
Ansemundo, en posesión de las cellulas que se le habían concedido
en el condado de Peralada.

El
diploma que decía es del Rey Carloman, dado apud Fossianum villam,
quarto kalendarum septembrium, anno tertio regni Karlomanni,
gloriosissimi Regis, indictione XIIII. Existe original en este
archivo (arm. de Priv. reales, leg. I. n. 1.) con el sello de cera
que representa el busto del Rey, a cuyo rededor hay vestigios de
algunas letras. Por esto, y por ser tan importante, lo he copiado de
nuevo (a: Ap. núm. V.), aunque ya lo publicó Baluzio en sus
Capitulares (ap. n. CXVI). Esta es la escritura, como en los correos
pasados apunté, que expresa ser la iglesia de San Félix una misma
cosa con la Catedral, donde dice: Condonamus Sanctae Mariae, et
Sancto Felici, atque rectoribus EJUS, no earum; y sin embargo es
cierto, y lo confiesan los defensores de la catedralidad de San
Félix, que en ese tiempo estaba ya en Santa María. Diago y los
demás redujeron este diploma al año 882; mas debe fijarse en 29 de
agosto de 881: con el cual viene bien la indicción XIIII y el año
III de Carloman, que comenzó a reinar en 10 de abril de 879.

Más
singular por su fecha es otro instrumento que también publicó
Baluzio (ibid. número CXVIII), y del cual habla el mismo escritor en
la Marca Hisp. (col. 364), perteneciente a un juzgado o sentencia que
se dio en Purtos (villa del condado de Empurias) in mallo publico,
sobre unas tierras de la villa de Bedenga, término de Oliana, en
presencia de nuestro Obispo Teotario, las cuales finalmente se
dividieron entre su iglesia, y un tal Andrés que las disputaba. He
copiado de nuevo esta escritura del Libro verde (fol 51 b.) (a: Ap.
núm. VI.).
Su fecha dice: data notitia sub die XVI. kal. junii,
anno III. quod obiit Lodovicus Rex. Baluzio redujo esta época al año
884, contando desde la muerte de Ludovico III, hermano de Carloman,
que acaeció a 3 de agosto de 882. Mas no advirtió aquel sagaz
anticuario que nuestro país y toda la Galia occidental quedó sujeta
a Carloman en la división que concertaron los dos hermanos entre sí,
poco después de 879 en que murió su padre. Y es una verdad
diplomática, que ni en la Aquitania, ni en la Borgoña, ni en
nuestra Marca se hallará una escritura en que el sobredicho
Ludovico III sea reconocido por Rey, ni su calendario cuente los años
por los de su reinado, mucho menos por los de su muerte. Así que se
ha de recurrir precisamente a otro Luis que reinase acá, y este es
el segundo de este nombre, apellidado el Balbo, padre de los dos
hermanos que decía, el cual murió día 10 de abril de 879, y así
esta escritura es del día 17 de mayo de 881. Para prueba de esto
citaré otra escritura original que hallé en Bañolas, de la cual se
hablará otro día, y es una sentencia dada en favor de aquel
monasterio, anno I. quod hovit (obiit) Ludovicus Rex: y que este sea
el Balbo, se colige de que él es de quien se habla en ella, como
autor del diploma que en la sentencia se confirma. Es cierto que poco
después de la muerte de este Príncipe, ya reinaba aquí su hijo
Carloman y era reconocido de todos; ¿mas quién puso puertas al
capricho de un notario y de otros

que
intervenían en la formación de las escrituras, que o por afición
al difunto, o por estar todavía reciente el gobierno del sucesor,
quisieron más bien continuar el calendario de los instrumentos con
el nombre de los muertos que de los vivos? Si reflexionas un poco
hallarás en mis viajes muchos ejemplares de esto en la muerte de
Carlos el Simple, cuya cuenta siguen varias escrituras, no sólo
hasta que entró Luis el Ultramarino, sino aún muchos años después
que reinaba ya pacíficamente. Lo mismo sucedió repetidas veces en
la muerte de Odón, de Roberto y otros. Lo cual se dirá de propósito
en mis Observaciones diplomáticas, que irán al fin de los
Viajes, como uno de los frutos de ellos. Quede pues asentado que la
escritura en cuestión es del año 881.

Del
siguiente publicó hace poco D. Francisco Dorca una donación, o más
bien dotación hecha a esta canónica por nuestro Obispo, sacada de
una copia del siglo XIII que he cotejado con la impresa, y la he
hallado conforme, si no es alguna pequeña variación, señaladamente
en las subscripciones (V. Dorca, pág. 315). Fundado en ella dijo muy

bien
este sabio crítico (pág. 261), que este año 882 debe mirarse como
la época de la canónica Aquisgranense en Gerona: conjetura que está
bien apoyada con el dictado de Canónigos, con que suenan por primera
vez los de esta iglesia cuatro años después, en el decreto de
elección del Obispo Servus Dei. En esto me remito a lo que dije (en)
los correos anteriores. Este loable fin de arreglar y cimentar en su
iglesia la vida clerical, es el que se propuso este santo Obispo en
la consecución del diploma del año antecedente. Porque cierto es
que antes de reformar los cuerpos eclesiásticos y de obligar a sus
individuos a que vivan la vida que deben, menester es quitarles todo
motivo y pretexto de que se distraigan en busca de su sustento. Desde
ese año 882 ya no queda noticia del Obispo Teotario hasta el año
885, en el cual se sabe que por estar enfermo dejó de

asistir
a la consagración de S. Teodardo, Arzobispo de Narbona (Marc. Hisp.
col. 364). Baluzio en los Capitulares (ap. núm. CXIX)

publicó
otra memoria posterior de nuestro Prelado perteneciente al día 1.°
de noviembre de 887, en que el Rey Carlos el Craso le dirigió un
diploma de confirmación y protección a su iglesia de Gerona. Pero
como la primera noticia del sucesor Servus Dei es ya el Concilio de
Nimes, fijado por todos los eruditos a 17 de noviembre de 886, para
salvar la dificultad que resulta, pueden tomarse y adoptarse varios
caminos.

1.°
El diploma presente debe ser anterior al año 887 a que lo redujo
Baluzio. Porque su fecha es kal. novemb., anno secundo imperante
Karolo, piissimo Imperatore, in Galliis indictione sexta. Así se lee
en el Cartoral de esta curia episcopal, llamado de Carlo Magno (fol.
40). Y sabido es que muerto Carloman a 6 de diciembre de 884, como su
hermano Carlos el Simple fuese todavía muy niño, los Franceses
proclamaron por Rey de las Galias a Carlos el Craso, que ya era
Emperador del Occidente desde fines del año 881, y se intitulaba Rey
de Francia desde el 876. De modo que los diplomas que expidió como
Rey de las Galias, según aquí suena, deben contarse precisamente
desde el 6 de diciembre de 884. Y así el de que ahora tratamos,
pertenece al día 1.° de noviembre de 886. Verdad es que no corría
en él la indicción sexta, mas tampoco corría en el 887, si no es
que la mudasen en septiembre, como alguna vez hicieron. En suma, es
más fácil suponer error en el número de la indicción que en la
nota del año del reinado, y este es claro que pertenece al 886.

2.°
Mas como aun así parece increíble que viviese Teotario a 1.° de
noviembre de 886, y que a 17 del mismo mes tuviese ya por sucesor a
Servus Dei, y asistiendo al concilio de Nimes, debiendo mediar su
elección y consagración, la intrusión de Ermemiro, la apelación
al Metropolitano, y la convocación del concilio para juzgar esta
causa; como todo esto, digo, es imposible que pudiese verificarse en
el espacio de diez y siete días, queda todavía el arbitrio de
atrasar el concilio de Nimes al año 887, y de esta opinión es
Clemencet (a: Art de verif. les dates, tom. 1.° pág. 169.), con lo
cual quedan de hueco un año y diez y siete días en que pudo
verificarse aquella serie de operaciones.

3.°
Aunque este medio es el que adopta Dorca (p. 319), y parece en verdad
el más llano para salvar el anacronismo que decía, me atrevo sin
embargo a proponer otra conjetura, y es que este diploma no es del
año 886, sino del 885, en que el notario contó ya el año segundo
de dicho Emperador y Rey de las Galias. Muéveme a esto la fecha de
un diploma que trae Mabillon (a: Lib. VI. tit. 116. pro eccl.
Nivernensi.), en que se nota el año segundo del mismo Rey en la
Galia, y juntamente el año de la Encarnación 885, que aunque
Mabillon y también Campillo (pág. 134) corrigen el año y lo
atrasan al siguiente; mas es cierto que el original pone el de 885.
¿Y quién me probará que el notario no contó por año primero de
aquel Rey todo el 884, aunque sólo comenzó a reinar en 6 de
diciembre? ¿Cuántos ejemplares hay de esto en los Reyes que
comenzando a serlo a fines de un año, lo contaron todo entero por el
primero de sus reinados? Con esto vendría bien que Teotario
alcanzase este praeceptum en 885, estando ya como estaba enfermo ese
año, por cuya causa no pudo asistir a la consagración de S.
Teodardo, Arzobispo de Narbona, y que muriendo luego de esta
enfermedad entrase Servus Dei, y quedase espacio suficiente para la
intrusión de Ermemiro y lo demás que acaeció hasta el 17 de
noviembre de 886, época del concilio de Nimes, que no es necesario

alterar.
De cualquier modo que esto se componga, Teotario no vivió hasta el
890 que dicen nuestros Episcopologios, como se verá en el artículo
siguiente.



SERVUS
DEI.



De
lo dicho en el pontificado anterior, se ve lo difícil que es apurar
los principios de este. Con todo eso se ha de tener por cierto que
era ya Obispo, y como tal reconocido en el concilio de Nimes de 17 de
noviembre de 886 u 887 (V. Labbé y la Gall. Christ. tom. 1.°. col.
7). Estaba ya entonces consagrado por S. Teodardo, Arzobispo de
Narbona, a quien como a Metropolitano reconocido por nuestras
iglesias, lo había ya presentado el clero de esta con el decreto de
su elección, cuyo traslado del siglo XIII existe en este archivo,
según lo publicó Dorca (pág. 317), y según verás en la copia
adjunta (a: Ap. núm. VII.) que es más exacta. Este es el documento
en que por la primera vez se nombran los canónigos de Gerona. En él
se dice el electo terrae prefatae natum et nutritum, expresión que
atendidas las circunstancias de la carta, supone ser natural de esta
ciudad o por lo menos del país. Dícese que era clérigo de la
iglesia de S. Félix, y no hay repugnancia en creerlo. El nombre de
sus padres los expresó él mismo en la escritura de venta que hizo a
Ailberto, Obispo de Bezieres (Beziers), año 888 (Marca Hisp. ap.
núm. XLVIII). Quidquid, dice, genitor meus quondam Ingelbertus vel
genitrix mea Adaltrudis nomine habuerunt, etc. Por grande que fuese
el mérito de este Obispo, le hizo mucho más famoso la contradicción
de Ermemiro, que quiso apoderarse de esta silla arrojando de ella a
nuestro legítimo Prelado. Lo que los historiadores refieren se
reduce a esto. Muerto Sigebodo, Arzobispo de Narbona, y electo su
sucesor Teodardo en 885, no pudo hallarse en su intronización
Ingoberto, Obispo de Urgel, por estar enfermo. Cundió por las partes
de la Galia la noticia de su enfermedad, y se llegó ya a tenerle por
muerto, con lo cual y con el favor del Conde de Urgel tuvo osadía
para apoderarse de aquella silla un presbítero español conocido
hasta ahora equivocadamente con el nombre de Selva, y que debe
llamarse Sclua, como se demostró en el Viaje de Urgel. Este no sólo
arrojó de su silla a Ingoberto, que quedó con vida, sino que
arrogándose los honores de Metropolitano, luego que murió el Obispo
de Gerona Teotario, a pesar de ser electo el sucesor Servus Dei,
intentó y logró introducir en la misma otro Obispo llamado
Ermemiro. Ayudáronle en este atentado los Obispos Frodoino, de
Barcelona, y Godmaro, de Vique. Dieron sus quejas los Obispos
agraviados Ingoberto y Servus Dei, y al cabo fueron depuestos los
cismáticos Sclua y Ermemiro, primero en un concilio de San Ginés de
Fontanis, y finalmente en el que se tuvo en la Catedral de Urgel, año
892. Esta historia se contó más largamente, y se examinó ya de
propósito en el Viaje de Urgel, adonde principalmente pertenece,
porque muchas de las circunstancias con que la adornan algunos
escritores son fabulosas. En el fondo la cosa es cierta; y que
Ermemiro, Obispo intruso disputó a Servus Dei la silla Gerundense,
consta por el testimonio indubitable de la bula del Papa Romano a
nuestro Obispo, en que dice: Veniens, jam dicte Serve Dei venerabilis
Episcope, ad Sedem apostolicam, et eclesia Gerundensi juste et
canonice recepta, expulso inde Hermomiro deposito et excomunicato,
suggesisti, etc. Esta bula está aquí original escrita en papel que
llaman egipcio, fecha en el mes de octubre, indicción primera (a).
Marca corrige esta fecha por otra bula del mismo Papa a la iglesia de
Elna que señala la indicción cuarta, y esta misma dice que debió
escribirse en la nuestra, no primera; de modo que la bula sea del año
900, y a este año queda reducida en el ap. de la Marc. Hisp. No sé
cómo cupo esta equivocación en aquel escritor, que pudo saber con
poco trabajo que el Papa Romano no alcanzó el año 900,

y
que sólo lo fue un año, parte del 897 y del 898; con este último
año cuadra bien la indicción primera que nota nuestra bula, la cual
también pudo anticiparse a los últimos meses del año anterior,
según la costumbre imperial practicada alguna vez en Roma.

(a)
Masdeu se empeñó en demostrar la falsedad de esta bula. Las razones
que alega este crítico están bien contradecidas (contradichas) en
la Esp. Sag., tom. 43, pág. 113. Sólo se embaraza su autor en la
jurisdicción que el Papa concede a Servus Dei sobre las islas
Baleares, lo cual Masdeu no quiere pasar. Mas si se considera que
aquellas islas antes de su conquista no tuvieron Obispo propio,
aunque tuvieron cristiandad; que Gerona era uno de los puntos del
continente más inmediatos a ellas; que por esta razón en el siglo
XI obtuvo esa jurisdicción Guislaberto, Obispo de Barcelona, y sobre
todo, que a esa jurisdicción, como de cosa sin dueño, pedía
aspirar la caridad o la ambición de los Obispos cercanos; si todo
esto se mira, nadie extrañará que el Obispo de Gerona pidiese
aquella jurisdicción, y que el Papa se la concediese. Querer medir
las cosas de aquel siglo por la exactitud del día, no es de buenos críticos.

De
modo que esta bula es del dicho Obispo, y nunca puede ser del año
900. Otra bula en favor del mismo Obispo y su iglesia hay aquí
 y
es del Papa Formoso, la cual publicó Martene (Collect. amplis. etc.
tom. I. col. 239), bien reducida al año 892. Este mismo escritor
(Thesaur. anecdot. tom. I. col. 52) publicó la elección de nuestro
Obispo, reducida al año 888, lo cual es equivocado, como ya vimos.

A
pesar de la intrusión y violencias de Ermemiro, y aun antes de ser
depuesto canónicamente, nuestro Obispo fue acá reconocido por
legítimo. Así lo acredita la consagración de S. Esteban de
Bañolas, hecha en 889, de que se hablará en el Viaje a aquel
monasterio (V. Marc. Hisp., ap. núm. XLIX), y el diploma que alcanzó
del Rey Odón en confirmación de los bienes de su iglesia (ibid.
número LIII), año 891. Del mismo año es su asistencia a un
Concilio celebrado in Magduno (Mehun), cuya noticia dio el Cronic.
Sancti Petri Vivi, en el Spicileg. d' Achery, edic. de París, 1723,
tom. II, pág. 472.

Del
año 893 queda una sentencia a favor de nuestro Obispo sobre la
posesión de la villa de Bascara, la cual publicó Dorca, pág. 323,

copiada
del Libro verde, donde también la he visto. Al mismo año pertenece
una sentencia sobre la posesión del Villare de Abderama,
 en
término de la misma villa de Bascara, de que se había apoderado uno
llamado Revello, su fecha idus novembris, año VI del Rey Odón
(Cartor. de Carlo Magno, fol. 78). Allí mismo en los folios
siguientes hay otras escrituras de la misma naturaleza tocantes a los
años 894 y siguientes, mas de poco interés para la historia.

Carlos
el Simple concedió un gran diploma a nuestro Obispo el año 898.
(Marc. Hisp. ap. núm. LIV). En el de 902 se halló este Prelado en
un concilio Narbonense celebrado por el Metropolitano Arnusto (V.
Martene, Thesaur. anecdot. tom. IV, pág. 70.)

A
27 de noviembre del año 904, indicción VII, año V de Carlos el
Simple, celebró la dedicación de la iglesia de S. Pedro de
Camprodon, la cual irá copiada en el Viaje a aquel monasterio. Ahora
va otra escritura de consagración de la iglesia de Santa María, en
el término de la villa de Fontanet, condado de Gerona, fecha el
mismo año de la Encarnación que el original llamó Era día 8 de
noviembre, año VI. de Carlos el Simple (a: Ap. núm. VIII.).
El
original está en el archivo de S. Pedro de Rodas, cuyo Abad no creo
que fuese el que suscribe en esta escritura así: Modicus Georgius
(Jorge, Jordi) Abba exiguus et Sacerdos indignus, interfui et
subscripsi. Sería de otro monasterio sin duda.

El
proceso de 1239, fol. 25, hace memoria de un establecimiento hecho a
praedicto Servo Dei de quibusdam molendinis in quo nullus ex
Presbyteris se Canonicum apellat anno VIIII. regnante Carolo Rege,
fillio Ledovici. Esta data no cuadra al reinado de Carlos el
Craso, cuyo nombre no se expresaba de esa manera, la cual conviene a
Carlos el Simple; y como es cierto que nuestro Obispo murió el año
907, forzosamente el año VIIII de Carlos debió contarse desde el
898, costumbre aquí general aunque no creída por nuestros
diplomáticos; y así la escritura citada será del 906. De este año
es ciertamente el concilio de Barcelona, cuyas actas envié en el
tomo de Vique, al cual asistió entre otros nuestro Obispo para
tratar de la queja del Obispo de Vique Idalcario sobre el impuesto
anual que le exigía el Arzobispo de Narbona. Este negocio no se
terminó ese año, sino en el siguiente 907, en el concilio de S.
Tiberio, al cual ya no asistió nuestro Obispo, como se ve en las
subscripciones de aquellas actas, donde ya firma el sucesor Wigo. Con
esto es más verosímil que nuestro Obispo muriese el mismo año 906,
conforme se lee en su inscripción sepulcral en el presbiterio de la
iglesia de S. Félix, al lado de la epístola, que está tal cual se
sigue:

+
CESPITE SUB DURO CUBAT SERVVS

DEI
ECCLAE. GERVNDENSIS EPS. VIX.

IN
EPATV. ANNIS XV. OBIIT XV. KL.

SEPT.
AN. DÑI. DCCCCVI. INDIC. (no se ve bien) VII (o XII,
como se dice más abajo).

(Atención
a la ñ mayúscula en 906; domini, dompni, domni)

Los
XV años de pontificado (EPATV : episcopatu) que aquí se le
atribuyen, dieron motivo a nuestros Episcopologios para creer que no
comenzó a ser Obispo hasta el año 891, mas ya vimos que lo era por
lo menos en 887. Otros han dicho que el epitafio, que es coetáneo,
sólo contó los años que Servus Dei gobernó pacíficamente,
depuesto ya Ermemiro en 892. Mas también vimos que aun durante la
intrusión de Ermemiro, nuestro Obispo fue tenido acá por tal y
reconocido en algunos actos jurídicos. Así otra debe ser la causa
de haber puesto los XV años, si ya no fue yerro del cantero, que
también erró la indicción, que en ese año 906 corría la IX.
Acaso por eso la suprimieron, o porque se copiaron unos a otros los
que publicaron esta inscripción (a). Como en el palo derecho de la
V, hay figurado un travesaño, queda la duda si el escultor quiso
indicarnos el número VII o el número XII.

Exclúyese
SENIOFREDO.



Los
Episcopologios ponen aquí este Obispo entre Servus Dei y Wigo, mas
por el remate del uno y principio del otro, se ve que no tiene lugar,
si no se le dan muy pocos días. A lo cual nadie puede obligarnos, no
habiendo escritura alguna ni otro documento que ofrezca el nombre de
Seniofredo en este año.



WIGO
O GUIGO.

(W
: G, Wilhelm Wimara: William : Guillermo Guimerá, mi sobrino más
joven)

Llámese
enhorabuena Hugo como algunos quieren y como suena en copias de
algunas escrituras, mas en dos que he visto originales siempre se
llama Wigo, y en una de ellas firmó él de su propia mano Guigo.
Además, en el Cartoral llamado de Carlo Magno en la curia episcopal,
hay desde el folio 100 más de veinte escrituras en que siempre se
llama Guigo, que es lo mismo que Wigo; por lo que debe ser preferida
esta lección a la de Hugo.

Como
quiera que sea, es una sola la persona de este Prelado, sucesor
inmediato de Servus Dei, y tan inmediato, que habiendo este último
asistido al concilio de Barcelona de 906, en que se propuso la queja
de Idalcario, Obispo de Vique, contra el Metropolitano de Narbona
sobre el censo ánuo de la libra de plata

que
este le había impuesto, y habiéndose suspendido la resolución para
otro concilio más pleno, y verificádose este el año siguiente 907
en el monasterio de San Tiberio, diócesi de Agde, se halló ya en él
nuestro Obispo, y subscribió de su mano a la total definición de
este negocio, así: Guigo Sanctae Gerundensis Ecclesiae SS. En el
archivo de la catedral de Vique están las actas originales que
desmienten la audacia del que ha querido dar por apócrifo este
concilio (Masdeu tenía que ser). Cuya verdad, y la existencia de
nuestro Obispo en ese año, no necesitan otra prueba.

Esta
es la primera memoria de Wigo. Consta que era de muy noble sangre,
educado en el palacio real, nombrado Obispo por el Rey Carlos el
Simple, y consagrado por el Metropolitano de Narbona y Obispos
comprovinciales; y esto se verificó sin duda antes del concilio
citado (a: En la España Sagrada, tom. 43, pág. 120, se duda de la
asistencia de Guigo a este concilio, por no estar todavía
entronizado, y se dice que probablemente firmaría después aquellas
actas. Mas yo no veo que la entronización posterior se oponga a
estar ya consagrado el año antes, y por consiguiente a su asistencia
personal al concilio. Antes bien, si se lee el acta que allí se
publica, pág. 393, se verá que cuando el Metropolitano presentó a
la iglesia de Gerona el nuevo Obispo, dijo de él que estaba ya
consagrado antes de esto. Así que es falso que se suspendiese la
consagración hasta ese tiempo (pág. 121)).
Con todo eso no había
sido entonces aún reconocido por Obispo Gerundense, ni entronizado
en su sede, lo cual se ejecutó día 20 de noviembre del año XI del
citado Rey, indicción XI, que es puntualmente el año 908, expresado
en el exordio de la escritura que voy a citar; y una nueva
demostración de que acá fue reconocido aquel Monarca por Rey desde
el 3 de enero

de
898, en que murió Odón. Porque si contamos desde el año 900, como
quiere Campillo, ni la indicción cuadraría con el año resultante

910,
ni es regular que tardase tanto a entronizarse un Obispo, que ya lo
era en 907. Dicho día pues del año 908 se hizo esta gran fiesta en
la iglesia de San Félix Mártir, citra portam Gerundae civitatis, en
la cual se hallaron con el Arzobispo de Narbona Arnusto, los Obispos
Nantigiso de Urgel y Teuderico de Barcelona, y el Conde Wifredo, con
gran multitud de clero y pueblo. Presentoles el Metropolitano al
nuevo Obispo Wigo con todas las recomendaciones que arriba he
insinuado, y luego fue reconocido por tal y elevado a la cátedra
episcopal. De todo esto da completa razón la preciosa escritura que,

aunque
ya publicada en la Historia de Languedoc, va copiada del original que
existe en este archivo con las subscripciones de los ya dichos, y más
de 67 entre presbíteros, archipresbíteros, abades y diáconos (a:
Ap. núm. IX.). Es notable que no firmó Nantigiso, Obispo de Urgel,
que se dice asistente en el cuerpo de la escritura, y suscribe
Idelhero (o Idalcario), Obispo de Vique, que no se nombra en la
misma. Esta escritura es uno de los grandes argumentos, y sin duda el
mayor que producir puede la iglesia de San Félix para probar que en
ella estaba la sede episcopal. Mas en este punto me remito a lo dicho
en los correos anteriores por no interrumpir la serie de memorias del
Obispo Wigo. Sábese que asistió al concilio de Fontcuberta del año
911, donde se trató la causa de Nantigiso, Obispo de Urgel, contra
Adulfo, nuevo Obispo de Pallás, de lo cual se trata en lo de aquella
iglesia. Basta leer las actas que allí se ingieren para ver que el
Obispo de Gerona que se halló y subscribió en aquel concilio fue
Wigo y no Sonifredo (Seniofredo), como dice Roig corrigiendo a Diago,
que con Mariana y otros pusieron aquel concilio en 940, que cierto
fue mucho errar.

En
un Cartoral del monasterio de Camprodon queda una escritura original
muy maltratada, y es una sentencia que se dio a favor de Witiza, Abad
de la Crasa (La Grassa, Lagrasse), que pedía la posesión de la
iglesia de San Esteban como propia de su monasterio, por aprisión de
Adamundo, monje del mismo, que la obtuvo cuando era inhabitable.
Wigo, Obispo, la había hecho parroquial; y de esto se quejó el Abad
en la Catedral de Gerona ante el dicho Obispo, Teuderico de
Barcelona, el Conde Suñer y muchos personajes, entre ellos algunos
Canónigos de Gerona. Depusieron varios testigos, que había más de
cuarenta años que la poseía el monasterio; y así se la restituyó
el Obispo cum decimis et primitiis de villare que vocant Cannellas
vel de villare Algama usque ad terminos de villa que dicunt Castelet
et usque ad fontem vel Torrentem et terminos de
Ramanano... Por
aquí podrá inferirse el lugar de dicha iglesia. La fecha es: Era
DCCCCLI. anni Domini DCCCCXIII. indictione III. die kalendis martii
anno XVI. (aut XV.) regnante Karulo Rege.
Algún bárbaro cortó
la última C. de la Era y del año de Encarnación.

Más
apreciable es para la historia y gloriosa para nuestro Obispo la
noticia que publiqué en el Viaje de Vique, con la escritura original
de la confirmación de su Obispo Jorge, fecha a 17 de junio del año
914. Allá se podrán ver sus preciosas circunstancias, que son otras
tantas verdades históricas. Por lo que toca a nuestro propósito,
basta decir que electo Jorge por aquel clero, presidido por
Teuderico, Obispo de Barcelona, visitador de la iglesia huérfana, se
tomó la resolución de remitir el electo, y los principales
electores con su decreto a nuestro Wigo, que como más próximo a
Narbona, negociase de aquel Arzobispo la aprobación y consagración,
y habiendo requerido el consentimiento de los comprovinciales, tuvo
el negocio toda la felicidad que se podía esperar. Es de creer que a
la causal que allí se alega de la mayor proporción que Wigo tenía
de ir y venir a Narbona (que cierto no es mucho mayor en Gerona que
en Vique) se añadiese otro motivo para buscar su mediación; y es el
gran valimiento que tenía con el Rey Carlos, con quien acaso se
había criado, y que le había promovido al obispado. Motivo porque
así el Metropolitano como los sufragáneos no repararían y
despacharían más pronto su solicitud. A este gran valimiento con el
Rey atribuye Mabillon (Anal. Benedict. tom. III. Lib. 42. n. 51.); la
consignación de las abadías de San Lorenzo in agro Narbonensi, y de
San Esteban de Bañolas a la Catedral de Narbona, hecha por el Rey
Carlos a instancias de nuestro Obispo Wigo, de cuya protección se
valió el Metropolitano Agio. Más es que el mismo Arzobispo debía a
Wigo su entronización y posesión pacífica de la sede de Narbona
contra las pretensiones de Herardo; porque cierto es que la bula del
Papa Juan X, en que se resuelve a favor de Agio, está dirigida entre
otros Obispos a Wigo nuestro Obispo. Prueba evidente de que él fue
uno de los que negociaron y abogaron por su causa en la corte romana.

En
la sobredicha elección de Jorge, Obispo de Vique, se demuestra que
todo aquel ruidoso suceso estaba ya terminado a 17 de junio

de
914.
Del año 916 se sabe que asistió a la consagración de la
iglesia de Elna, que hizo su Obispo Hilmerado, por la escritura o
actas de ello que publicó la Marca Hispan. (ap. n. LXV). Al mismo
año 916 pertenece la escritura de venta que le hizo Recesinda con su
hijo Manla de una viña en la villa de Fontanet, alias Santa María,
la cual va copiada del Cartoral del vicariato dicho de Carlo Magno
(a: Ap. núm. X.): en ella verás que nuestro Obispo se llama alguna
vez Ugo, y que el Teudesindo que firma es el que fue después Abad de
San Félix. Año 921, XXIIII de Carlos el Simple, a 27 de febrero,
los habitantes de Bascara hicieron de nuevo reconocimiento a nuestro
Obispo sobre su dominio en aquella villa, y que habían obrado contra
él en establecer viñas, casas, etc. Hízose esto en presencia de
Mirón, Conde y Marqués, y a instancias de Optado, agente del Obispo
(Cart. de Carlo M. curia episcop. fol. 77).

Ibid.
fol. 98 se halla la escritura de venta que le hicieron Lupus et Brada
de unas tierras en la villa de Fontaneto, año XXV de Carlos VII,
kalend. maii. En la Marca Hisp. (núm. LXIX) se halla un amplísimo
diploma que le dirigió el Rey Carlos, año 922, estando en la
Flandes, en confirmación de todos los bienes que ya poseía su
iglesia; a los cuales añadió el Rey otros de nuevo, on nimiam,
dice, fidelitatem, quam illum (nuestro Obispo) erga nos cernimus
habere.

Este
es el diploma en que se nombra un Obispo Hilmerado como bienhechor de
esta Iglesia: motivo porque algunos lo tuvieron por Obispo de ella.
Mas no habiendo otra noticia de tal Hilmerado, ni diciéndose aquí
que fuese antecesor de Wigo, no hay por qué reconocerle Obispo
Gerundense; y sin duda fue Elnense, que vivía por entonces, y era
amigo del nuestro, a quien asistió en la consagración de Elna seis
años antes.

Del
mismo año 922 hay en el Libro verde, fol. 181, copia de otro breve
privilegio de protección que el mismo Rey, a ruegos de este Obispo,
que se llama Guido, expidió a favor de su Arcediano Sonifredo, y
otros que verás en la copia adjunta (a: Ap. núm. XI.), sacada de
propósito, porque haya una escritura más con las tres épocas de
sus reinados, que solían notarse raras veces en las fechas del
tiempo de este Rey Carlos el Simple. Esta escritura es distinta de la
que se publicó en la Marca Hisp. (n. LXVIII.) aunque parece la
misma: el cotejo de la fecha, nombres y demás te desengañará.

Del
mismo Cartoral, fol. 55, va otra copia de una deposición de
testigos, hecha en la villa de Espondella, en el condado de Besalú,
en que se declara a favor de Wigo y su iglesia en la posesión que le
disputaban de viñas y otras cosas, las cuales dicen los testigos que

habían
poseído pacíficamente, y por preceptos imperiales, los Obispos
antecesores Wimer, Gondemaro, Teutario y Servus Dei.
Su fecha
pertenece al año 925 (a: Ap. núm. XII.). Otra memoria hay en este
archivo de la existencia de Wigo en el año 930, y I. después de la
muerte de Carlos el Simple, en que a 19 de marzo verificó una
pequeña donación a esta iglesia, de que él y otros marmesores del
difunto Endicone estaban encargados. Va copia del original (b: Ap.
núm. XIII.). Continuaba Wigo en el gobierno de esta silla en 934,
año VI después de la muerte del Rey Carlos, en que el Conde Suiser
(sic, así está escrito: Suñer), hijo de Wifredo, cedió a esta
iglesia la tercera parte de la moneda que se acuñase en Gerona y su
Condado. Hallarás la escritura en la Marca Hisp. (ap. n. LXXI.), la
cual está también en estos Cartorales. Hace el Conde esta donación
por remedio del alma de su padre, ya difunto, y de su hermano
Wifredo, también difunto, y de su hijo Borrell (pone Borell). Digo
que vivía en este año el Obispo, aunque no se expresa su nombre en
la escritura; porque es cierto que lo era a fines de agosto de 936,
como consta en el Libro verde (fol. 145. b.) en escritura de cambio
que hizo él con Ennerado de la iglesia de Faro por la de Mollione,
en la cual subscribió así: Hugo Sanctae Gerundensis ecclesiae
humilis hanc comutationem feci et firmare rogavi, eo tenore ut XII.
denarios ad domum Sanctae Mariae det per singulos annos, crisma et
sinodo custodiat. La fecha está así: Concreta est igitur haec
comutationis scriptura II. kal. septemb. anno I. regnante Ludovico,
filio Karlo, que es el Ultramarino, y comenzó en 20 de junio de 936.
Está también original en el archivo, y conforma en lo dicho con el
Cartoral.

No
sé por ahora otra memoria de la existencia de Wigo, que debió morir
muy pronto. Y así tengo por equivocado lo que en una nota del
Canónigo premonstratense D. Jaime Caresmar al Episcopologio
Gerundense leí, y es que nuestro Obispo Wigo consagró la iglesia de
San Julián de Rivelles en el condado de Besalú, año 944, indicción
V, a XII de las calendas de marzo, porque ni era indicción V en tal
año, y ya en el antecedente 943 existía el sucesor Gotmaro.

Diago
y otros le alargan la vida hasta el 940, creídos en que ese año se
tuvo el concilio de Foncuberta, en que él se halló, y no fue sino
en 911, como se dijo. Aun Roig, que fijó bien la época de este
concilio, y dijo que asistió a él Sonifredo Obispo, al nuestro le
da de vida hasta el año 940 sin prueba alguna de ello, ni yo la
tengo tampoco en contrario. Así que queda en duda el fin de este
obispado y principio del siguiente.



SENIOFREDO.

Obispo
antes de 944, en el que el Conde Suñer con su mujer Richildis dio a
la iglesia de Gerona villare de Rivofredo (Riufred o Riufret, Río
frío), que él dice había comprado de Sonifredo Episcopo. El acto
existe en la Marca Hisp. (ap. núm. LXXX.) He visto la escritura en
el Cartoral de Carlo Magno, fol. 46, b. Baluzio ibid., libro IV,
redondamente le llama Obispo Gerundense; lo cual no dice la
escritura, y pudo serlo de otra parte como el Hilmerado, nombrado en
el diploma de Carlos el Simple (922) al Obispo Wigo. Mas cuando sea
Seniofredo Obispo Gerundense, no hay inconveniente en ponerle

sucesor
de Wigo, cuyo remate no está conocido. Porque cierto es que
Seniofredo debía vivir cuando el Conde Suñer le compró aquel
lugar, y así no puede ser anterior al 900; y constando que el
Seniofredo, que las Sinodales y Roig pusieron desde 907 hasta 922 es
fingido, no hay lugar sino para lo dicho, que digamos que fue sucesor
de Wigo, y que acabó su pontificado antes de 943, en que ya era
Obispo



GOTMARO
O GONDEMARO.

Si
nos hubiéramos de gobernar por documentos apócrifos, era preciso
fijar la existencia de este Obispo antes del año 938, en que se
supone despachada la bula de León VII a favor del monasterio de
Ripoll (Marca Hisp. ap. núm. LXXV), dirigida a varios Obispos de la
Marca y Septimania, y entre ellos a Gondemaro, Obispo de Gerona (a:
Diago le supone electo hacia el año XII de Luis el Ultramarino, que
dice ser el 941. Pudo ser errata de impresión, pues aquel año
corresponde al 947.



En
los viajes a Vique, Ripoll y Urgel, se ha hecho demostración de que
tampoco existían ese año 938, los Obispos Wadamiro de Vique, Wisado
de Urgel, Riculfo de Elna, y lo que es más, ni el Abad Arnulfo de
Ripoll, a quienes va igualmente dirigida. Así que no es menester
otra prueba para creer que no es del año que suena esa bula, ni de
León VII, y por consiguiente no puede servir de argumento para decir
que en 938 había en Gerona un Obispo llamado Godmaro (a).
(a) A
esta bula se da grande importancia en el tomo 43 de la Esp. Sag.,
pág. 126, como también la había dado el P. Flórez en el tomo 28
de la misma obra. En el discurso de mis Viajes se hallarán otras
razones además de lo que en este se dice, para conocer que aquella
bula no es del año 938, sino muy posterior.

Mas
así como los tres Obispos citados y el Abad lo fueron algunos años
después cuando debió expedirse la bula, así también lo debió ser
el nuestro, que por consiguiente se ha de tener por sucesor de Wigo.
Puede formarse este cálculo sobre la época de la bula.

Desde
Hasta

Wadamiro,
Obispo de Vique. 947 957

Wisado,
Obispo de Urgel. 942 978

Riculfo,
Obispo de Elna. 949 ...

Arnulfo,
Abad de Ripoll. 949 956.

Idem,
Abad y Obispo de Gerona.956 970.


La
coexistencia de todos estos Prelados, a los cuales va dirigida la
bula, no se verifica sino desde 949 a 956. En este tiempo pues hemos
de poner a Godmaro Obispo de Gerona, toda vez que Arnulfo, que es el
inmediato, no comenzó hasta 956. Porque decir que la bula habló del
otro Godmaro que no entró hasta la muerte de Miro en 984 cuando ya
no vivía ninguno de los otros Prelados, no parece cosa razonable.
Así que es indubitable que antes de Arnulfo y después de Wigo ha de
haber un Obispo Godmaro, coexistente con los otros Obispos en alguno
de los años desde 949 hasta 956.

Por
otra parte la Marca Hisp. nos supone ya a este Prelado en 943, en que
Tassio, monje de San Pedro de Rodas, instado por varios Condes y por
el Obispo de Gerona Godmaro, logró del Rey Luis el Ultramarino la
independencia de su monasterio que pretendían sujeto a sí los
Abades de Bañolas y de San Policarpo. Otra noticia nos da la misma
obra del año 947 a 15 de octubre, en que este Obispo, a ruegos de
Godmaro lego, y de Mirón, levita (acaso el mismo que después ocupó
esta silla), consagró la iglesia del lugar de Finestres en el
condado de Gerona. Allí mismo se publican las actas de esta
consagración (ap. núm. LXXXIV).

Roig,
pág. 270, hace memoria de haberse celebrado este año un concilio in
Fontanis, en que fueron depuestos nuestro Obispo y

Wisado
de Urgel; nada más dice de ello. En las colecciones de concilios se
dice lo mismo sin explicar más.

Del
año 949 queda aquí en el Cartoral folio 147 b. la permuta que él
mismo hizo con Raynilde, mujer nobilissima, de unas tierras en el
término de Vilamany (Vila magna), condado de Gerona, por otras en el
término de Domeny, en el lugar llamado Brugaria o Monte Eudone. Va
copia de ella (a: Ap. núm. XIV.).

También
la enviaría de una escritura original que he visto en este archivo
(Armario de la Pavordia de Castelló), sino que está muy
comida y gastada, de modo que con dificultad se puede discernir si es
del año VIII o XIIII de Luis hijo de Carlos, aunque más me inclino
a que es el VIII, y así del 943 y del día 3 de octubre. En
resolución es una escritura de cambio que hizo este Prelado con
Rathfredo de ciertas tierras en el término de Torrente. Firma él de
su mano Gondemarus sanctae ecclesiae Gerunden. humilis Episcopus. A
que siguen: Modegarius levita. = Alexander levita. = Teudesindus,
Archipresbiter et Abba. = Petrus, Archipresbiter. = Atto,
Archilevita. = Ervigius, Archipresbiter. = Wadamirus, levita. = Abba,
levita. = Wigo, subdiaconus. = Audesindus, presbiter. = Deila,
levita. = Wigila, sacerdos, y algunos otros. Et Teudesindo y Wadamiro
son los primeros Abades de San Félix, como se dirá. Casi todas
estas subscripciones se hallan originales en otras dos escrituras que
he visto en el monasterio de Santa María de Amer, fechas ambas a 9
de noviembre del año 949, y son la consagración de aquella iglesia
y la elección del Abad Aimerico, de las cuales se hablará en su
lugar.

Del
año siguiente 950 o del 951 queda la escritura de consagración de
la iglesia de Santa Columba en el valle del mismo nombre, condado de
Gerona, en el lugar llamado Ungulis, la cual destruida por los
bárbaros, había sido restaurada por Enego y su hijo Guichafredo. Va
copia de este documento (a: Ap. núm. XV.), de un traslado que se
hizo en el siglo XII, y existe en el archivo de la parroquial de San
Pedro Cercada. No dudes que el mal latín de la copia es también
propio del original. En el cuerpo de la escritura se señala el año
950 y la indicción X (debió decir VIII): al fin tiene la fecha de
31 de enero, año XV de Luis el Ultramarino (que es 951, según la
cuenta regular).

Por
último, este Obispo es de quien el Conde Wifredo de Besalú logró
el permiso para fundar el monasterio de San Pedro de Camprodon, a
cuyo favor obtuvo el mismo Conde un diploma del Rey Luis, año 951
(V. Marc. Hisp. col. 392). Roig adelantó este diploma al año 942.
Nuestro Obispo pudo vivir algunos años más, aunque nos falten
memorias de ello, no siendo tampoco fija la entrada del sucesor.

ARNULFO

de
934 a 970.

Monje
benedictino del monasterio de Ripoll, donde fue Abad desde el año
949 y no antes, porque hasta entonces vivió su antecesor Enego, como
ya se dijo en su lugar. Desde aquel gobierno, sin dejarlo hasta su
muerte, fue promovido hasta esta silla, no sé si por libre elección
del clero, o por algún influjo de la corte de Francia. Puédese
fijar el principio de su obispado por la memoria que se halla de su
óbito en el Martirologio de Adón, que existe en este archivo ms.
del siglo X, donde de mano de aquel tiempo al día XV. kal. maii, se
dice: Que murió el año 970, y que fue Obispo quince años, siete
meses y diez y siete días. Por consiguiente comenzó a serlo el día
1.° de septiembre del año 954. Sin embargo, la primera memoria que
hay de ello está en el archivo de aquel monasterio en una escritura
de cambio que él hizo con un Suniefredo, de un campo que el
monasterio tenía por donación del Conde Sunier en la Valle de
Ripoll, in Valle Palaciolo, por una viña que el otro tenía in
Animancius. La fecha es III. idus marcii anno II. regnante Lothario
Rege, filio Ludovici Regi: que es el 956. Firma él así: Arnulphus
Episcopus vel Abba. Con ambos dictados hay allí otras escrituras:
una del día 26 de diciembre del mismo año, en que Orsendus y
Espusida vendieron a nuestro Arnulfo una viña en la Valle de Ripoll
en la villa de Tendas, y otra del 8 de marzo del 957, en que
Suniefredo y su mujer Emidira vendieron una viña a él y a su
congregación. En el junio inmediato asistió con su consejo al
Obispo de Vique Wadamiro, el cual restauró y dotó la canónica de
Vique.

De
este mismo año 957 produce la Marca Hisp. dos escrituras de
consagraciones de iglesias hechas por nuestro Obispo, ambas en un
mismo día a saber, el 19 de octubre. Una es la del monasterio de San
Esteban de Bañolas, destruido por los Moros y restaurado por su Abad
Hacfredo (Marc. Hisp. apéndice núm. XCIII). La indicción que allí
es I, debe ser según nuestra cuenta XV; mas ya he dicho varias veces
que se usaba mudarla en el septiembre al estilo imperial. La otra es
la de las iglesias de Santa María, y de San Pedro y San Pablo en la
Valle Albiniana, sujetas al monasterio Arulense a instancias de su
Abad Aimerico (ibid. núm. XCIV). Aunque el Obispo no se hallase en
un mismo día en estos lugares diferentes, las escrituras se
extendieron y rubricaron en el mismo; de lo que he producido otros
ejemplares en mis Viajes.

Poco
antes de esto, hacia el 956, había fallecido Wifredo, Conde de
Besalú, hijo de Mirón, Conde de Barcelona y hermano de Mirón,
sucesor en este obispado, como se dirá. El difunto había mandado a
sus testamentarios los Condes Seniofredo de Barcelona, y Oliva
Cabreta de Cerdaña, sus hermanos, y la Condesa Ava su madre, y Servo
Dei, levita, que diesen a la iglesia de Gerona la villa de Calvos,
con la de Balbos, etc. Efectuose así a 13 de enero, año IIII de
Lotario (958), de que va copia adjunta (a: Ap. núm. XVI.).

En
el monasterio de San Pedro de Rodas queda un fragmento de la
escritura original de la consagración que hizo nuestro Obispo de la
iglesia de San Esteban y San Miguel del Valle de Biania, en el
condado de Besalú a la ribera del río Fluviá. El exordio dice, que
esto fue feria I, a 10 de enero del año 958. Va copia (b: Ap. núm.
XVII.).

El
962 se halló en la elección del Abad de Camprodon Teuderico, cuyas
actas publicó la Marc. Hisp. (ap. núm. C).

En
965 consagró la iglesia de Fontanellas, condado de Empurias. Esto
sólo pude leer en la escritura que vi en San Pedro de Rodas.

Después
de esto ya no hay noticias de este Obispo hasta el 968, en que por el
mes de febrero recibió la donación que a su iglesia hizo el Conde
Miro, su sucesor en la silla del lugar de Parets, en el condado de
Besalú. En la Marca Hisp. (ap. núms. CVI y CVII hallarás dos
escrituras tocantes a esto, y la segunda es muy curiosa por contener
la historia de la muerte de Wifredo, Conde de Besalú y hermano de
Miro.

El
mismo año, día de San Pedro, se halló en el monasterio de Rodas,
junto con Guifredo, Conde de Rosellón, y su hijo Suñer, Obispo de
Elna y otros nobles, en cuya junta se dio sentencia a favor del
monasterio y su Abad Heldesindo, contra un Adalberto que les usurpaba
la posesión de un estanque y sus pescas, y la de tres islas de
aquella costa, llamadas las Medas. Trae esta escritura Baluzio en el
apéndice a los Capitulares de los Reyes de Francia, núm. 142.
Hallose suscrito en ella un Miro, Obispo que entiendo es el sucesor
de nuestro Arnulfo que confirmaría después aquella sentencia, como

se
ve en otras ocasiones. Así es que en el cuerpo de la escritura se
expresan los nombres de todos los que subscribieron en ella; mas no
se halla el de Miro, como que no asistió a aquella sesión.

Vivía
todavía este Prelado Arnulfo a 27 de mayo del año XV de Lotario
(969), en que Gotmares con su mujer Spusida le vendieron una tierra
en el Val de Ripoll. Mas era ya muerto a 25 de julio de 970, en que
hay escrituras en aquel monasterio de permutas hechas por el abad
Widisclo, sucesor de Arnulfo. Y no habiendo motivo para creer que
dejó la abadía antes de morir, sonando Obispo y Abad hasta el 969,
se ha de creer que todo lo perdió con la muerte, que por lo dicho se
ha de fijar al 17 de abril de 970. El día consta de todos los
necrologios que he visto: el año está además expresado en el
Martirologio Adoniano de esta iglesia Catedral, y de letra coetánea
con estas palabras: XV kal. maii. = Eodem die obitum Arnulphi
illustrissimi Episcopi Gerundensis anno Domini DCCCCLXX qui rexit
Ecclesiam annis XV mensis VII dies X et VII, et anno XV quod sumpsit
Lotharius Rex Francorum exordium (a). Este año es XV, si atendemos a
nuestra cuenta común; mas ya he dicho varias veces los diferentes
cómputos que siguieron los notarios en este reinado. Lo que no
parece verosímil en esta nota, es que se equivocasen en los años de
la Encarnación.

(a)
En la Esp. Sag., tom. 43, pág. 132, se copió mal esta nota,
quitándole diez días a este pontificado, cuyo principio fijó en 8
de septiembre, y no debe ser sino el 1.°



El
poemita que ya envié del Obispo de Vique y Abad de Ripoll Oliva,
habla del nuestro en estos términos:

Est
hic et Arnulphus harum qui prima domorum

Moenia
construxit primus fundamenta iecit

Sedis
et egregiae presul Rectorque Ierundae.

El
sepulcro que estos versos indican tener en aquel monasterio, no se
halla, ni hay otra noticia del lugar de su entierro.

Cuéntase
de este Prelado que hizo vigorosa resistencia a la pretensión de
Cesario, Abad de Santa Cecilia en Montserrate, creado Arzobispo de
Tarragona en un concilio de Santiago por los Obispos Ermegildo
Ovetense, Wiliolfo Tudense, Rudesindo Dumiense, Gonzalo Legionense,
Adovario Asturicense, Domingo Numantino, Tudemundo Salmaticense,
Eredulfo Auriense, Ornato Lamecense,

y
Diego Portucalense. Ya digo en lo de Tarragona, que aun cuando fuese
apócrifo aquel concilio, es muy cierta la pretensión de Cesario al
título de Metropolitano Tarraconense, cualquiera que fuese el medio
por donde aspirase a él. Porque no se puede negar que usó de este
dictado, suscribiendo a algunas escrituras que todavía se conservan.
Por otra parte, es muy cierta la adhesión con que siempre miraron
nuestros Obispos al Metropolitano de Narbona; prefiriendo reconocer
como tal al de otra provincia que se reputaba por una nación con la
nuestra, que no a un particular u Obispo sufragáneo de la
Tarraconense elevado a aquel título sine re. Cuando Atton, Obispo de
Vique, logró este honor en el siglo X, los Obispos de la
Tarraconense tuvieron la mejor proporción para perpetuarle en ella,
sacudiendo el yugo del extranjero, si le aborrecían como tal. Nada
hubiera podido el Narbonense para recobrarlo, si nuestros Prelados
unidos contra él hubieran querido hacer valer las razones justas que
hubo para aquella momentánea erección. Por donde se hace mas
creíble que la sujeción de nuestras iglesias a aquella metrópoli,
no fue efecto de constitución pontificia, sino de la vicisitud de
los reinos, y del engrandecimiento del de Francia en tiempo de
Pipino; y más de la voluntaria elección de nuestros Obispos, que
hasta la restauración de Tarragona siempre prefirieron reconocer por
Arzobispo a quien ya lo era, que no a un igual suyo y comprovincial
elevado por gracia a aquella dignidad.



MIRO
(a: Es indispensable precaver a los lectores de las equivocaciones en
que incurrió la Esp. Sag., tom. 43, en la historia de este Obispo.
1.a Le llama y supone Conde de Gerona (pág. 85 y 135), no habiéndolo
sido sino de Besalú. 2.a Le llama Arcediano de la iglesia de Gerona,
no habiendo sido en ella más que Canónigo (pág. 136). 3.a Pasa en
silencio el cuento de la vacante de esta iglesia antes de Miro, con
ser cosa tan notable, y con haber hecho tanto hincapié en ello el P.
Flórez (tom. 14, págs. 99 y 252). 4.a Pone el concilio Romano del
Papa Benedicto VII celebrado en 973, siendo así que este Papa no
entró hasta el año 975, ni tuvo aquel concilio hasta el 983, como
lo insinúa el mismo Balucio en el lugar que él cita de Marca. 5.a
Equivoca a nuestro Miro con el otro que fue hermano de Borrell, Conde
de Urgel y de Barcelona, cosa que se aclarará después tratando del
condado de Besalú.


de
970 a 984.


Hijo
cuarto y último de Mirón, Conde de Barcelona, que murió el año
929; porque realmente este Conde tuvo cuatro hijos, es a saber:
Seniofredo que le sucedió en el condado de Barcelona, Wifredo, que
lo fue de Besalú, como se dirá, Oliva Cabreta de Cerdaña y después
también de Besalú, y por último nuestro Miro. En la Historia de
los Condes de Barcelona que se halla en la Marc. Hisp. se dice, col.
541, que el Conde Miro sólo tuvo tres hijos, omitiendo el Wifredo
que he puesto en segundo lugar, y haciendo desde luego a Oliva
Cabreta, Conde de Besalú y Cerdaña. Mas la existencia del segundo
hijo Wifredo se ve clara en la misma obra, col. 853, donde se copia
la donación que Ava, mujer del difunto Miro, y madre de estos otros
Condes, hizo al monasterio de Cuxá año 941, que comienza así:
Ego
Ava Comitissa et filiis meis Seniufredus Comes, et Wifredus Comes, et
Oliva Comes, et Miro levita, nos simul, etc. Y con la madre firman
también los dos primeros hijos. De esto mismo se infiere, que en ese
año el Wifredo se intitula Conde; y que lo fuese de Besalú parece
claro, por lo que se lee en la misma obra col. 862, en el diploma de
Ludovico el Ultramarino del año 950, con que confirma las donaciones
que este Conde Wifredo hizo al monasterio de San Pedro de Besalú,
fundado por él en la villa cabeza del condado. Lo mismo se ve en la
col. 881 en la elección del Abad Teuderico de Camprodon, sucesor del
primero Jaufredo en el año 962; tiempo en que ya había muerto el
Conde Wifredo, y que tenía aquel condado Seniofredo el de Barcelona.
Por último se evidencia con la escritura que dije en el artículo
anterior, en que los marmesores de este Conde dieron al Obispo
Arnulfo algunos lugares de su condado de Besalú.

La
muerte de Wifredo fue violenta en la conspiración que contra él
levantaron Adalberto, presbítero, y algunos otros, matándolo en un
lugar de sus estados llamado Parets, en el Ampurdán, el año 954
(Marc. Hisp., col. 395). Sea porque Oliva Cabreta, Conde de Cerdaña,
no concurrió a vengar la muerte de su hermano, como lo hizo
Seniofredo el de Barcelona, sea por otra causa, el condado vacante de
Besalú pasó a manos de dicho Seniofredo, el cual lo obtenía en 962
como vimos antes. Pero seis años después, en 968, hallamos ya Conde
de Besalú al cuarto hermano Miro, que es el Obispo de esta iglesia,
en la donación que hizo a la misma y su Obispo Arnulfo del lugar de
Parets; el cual, dice, que le correspondía

por
donación de su hermano Seniofredo. Esto dice Baluzio (Marc. Hisp.,
col. 400), y es así que en el Cartoral de Carlo Magno, en la curia
episcopal, fol. 300, se halla esta misma escritura. En la col. 923,
al año 979, se produce una donación al monasterio de Bañolas,
hecha por el mismo Mirón, donde aparece que obraba como Conde, y se
llama a sí mismo Miro Comes, et gratia Dei Praesul. Y para quitar
toda duda véase la escritura de fundación del monasterio de San
Pedro de Besalú (ibid. col. 919), hecha por el mismo Príncipe, año
977, donde en el exordio habla así: Ego Miro nutu Dei Gerundensis
Ecclesiae humilis Epus. ac Comes Bisuldunensis, una cum fratribus
nostris Domno Olivano ac Seniofredo Comitibus, etc.
Y esto solo
basta para desvanecer el supuesto condado de Gerona, que le atribuyen
porque le ven intitularse Miro Comes et Episcopus Gerundensis en
algunas escrituras. En el poema del Obispo Oliva dícese de nuestro
Miro: hic Dominus Patriae, expresión que se verifica a la letra por
el condado que obtuvo de Besalú, a que pertenecía todo el valle de
Ripoll. Baluzio (Mar. Hisp.) conoció la verdad de esto, y así en el
índice le puso con los dictados de Comes Gerundensis, Comes
Bisuldunensis. Acaso tuvo este condado por donación de Seniofredo,
no tocándole por herencia, sino a Oliva, el tercero de los hijos de
Miro, que por serlo obtuvo el de Cerdaña, y el de Besalú se dio al
hijo segundo Wifredo. Obtuvo este Obispo el condado hasta su muerte
en 984, y entonces le sucedió el citado Oliva. De todo esto se
hablará en las Memorias de los Condes de Besalú. Basta lo dicho por
lo tocante a la persona de nuestro Obispo. Vengamos ahora a las
noticias eclesiásticas de su vida.

No
quedándole a este hijo cuarto de Mirón estados que heredar, se
dedicó a la carrera eclesiástica. Llámase ya levita en 941, y que
lo fuese de esta Catedral consta de muchas escrituras que es
superfluo citar. Este dictado no indica que fuese Arcediano de
Gerona, como dijo Baluzio (lib. IV., Marca Hisp., col. 395), sino que
era canónigo de ella. Porque, como ya dije, los canónigos
Gerundenses nunca fueron, ni debían ser, ni aun ahora lo deben, más
que diáconos, siendo para ellos sinónimos los dictados de levita y
canonicus. Baluzio tuviera razón en lo que dijo, si nuestro Mirón
se llamase Archilevita, que así se llamaron los Arcedianos. Tampoco
fue monje benedictino, como dijo Argaiz, engañado sin duda por el
entierro que tuvo en Ripoll, lo cual fue por ser aquella casa el
panteón de los Condes de Barcelona y Besalú en aquellos tiempos.
Levita se llamó constantemente y nunca monacus; y en una donación
que vi en el archivo de dicho monasterio, fecha II nonas Madii, anno
V, regnante Leotario rege, que es 959, previno al mismo Mirón que
quería ser enterrado en el citado monasterio; cosa que no dijera si
fuese monje o en esa o en otra casa de aquella orden. En la Marca
Hisp., col. 401, parece indicarse que en el año 969 era ya Obispo
Mirón. Mas no se ha de inferir tal cosa de lo que allí se le
atribuye con la vaga expresión per ea tempora, constándonos con
evidencia que el antecesor Arnulfo vivió hasta el abril de 970. La
primera memoria cierta que hay del pontificado de Mirón es la cesión
que hizo de la iglesia de San Pedro de las Presas, sita en el
vizcondado de Bas, a favor del monasterio de San Benito de Bages, la
cual vi original en el archivo de aquella casa, fecha a 1.° de enero
del año XVII de Lotario, que es 971. En Ripoll vi otra escritura del
abril de ese mismo año, y es la donación que nuestro Obispo hizo a
aquel monasterio en el valle de Ripoll, en el lugar de Fafilanos vel
de Arzamala. XII kal. Madii, anno XVI, regnante Leutario rege, filio
Leudovici regis. Esta fecha, según la cuenta común de este reinado,
pertenece al año 970, mas como de este modo sucedería que Miro era
ya Obispo a los tres días de muerto su antecesor, y esto no parece
verosímil, háse (se ha) de acudir en la explicación de esta fecha
a la época de aquel reinado, que algunas veces se usó, que es
comenzando por el año 956. Como quiera que esto sea es cierta la
existencia del Obispo Mirón en 971.

De
aquí resulta una gravísima dificultad que desde ahora digo que es
para mí insoluble. El padre Flórez (tom. 28, pág. 99), insinuó ya
que para la sede de Gerona, vacante por muerte de Arnulfo, había
sido nombrado uno que no se había criado en el ministerio de la
iglesia, y que el Papa Juan XIII anuló lo hecho nombrando por
gobernador de dicha sede a Atton, Obispo de Vique y electo Arzobispo
Tarraconense. En prueba de esto produce la bula del Papa (pág. 252),
muy maltratada y sin fecha, pero bien reducida al año 971, porque
realmente de ese año y del mes de enero, indicción XIV, es otra
bula del mismo Papa que está en el mismo archivo de Vique, la que
envié ya copiada en el Viaje de aquella iglesia, donde viste que va
dirigida al Obispo (de Elna) Suniario, y a su padre el Conde
Gaucefredo, y al Arcediano, canónigos y clero de la iglesia de
Gerona, notificándoles que había enviado el palio a Atton, Obispo
de Vique, instituyéndole Arzobispo de Tarragona con facultad de
ordenar Obispos en las iglesias sufragáneas, añadiendo: et quod eum
ad hoc agendum, idoneum reperimus, nostrae auctoritatis praecepto
ejusdem Gerundensis vestrae Ecclesiae PROVISOREM concedimus et
ordinamus, et vos ita ei subjectos sicut filios patri, esse et
obtemperare volumus. La fecha de esta bula es solamente: scriptum...
in mense Januario, indictione XIV, que es cabalmente el 971. Lo que
aquí llama Provisorem, la del P. Flórez añade et Gubernatorem; de
modo que no cabe duda en que sujetó esta iglesia al Obispo,
Arzobispo de Vique, como a Pastor interino por haberse en esta sede
instituido un Obispo contra los cánones y voluntad del clero, y como
dice, un neófito; lo cual no puede verificarse de Mirón, que muchos
años había era levita y canónigo de esta Catedral, y muy digno de
ser elegido en Obispo por su piedad y nobleza. Sólo hay un camino
para salir de esto que parece una contradicción, y es que muerto
Arnulfo en abril de 970, debió entrar algún Obispo cuyo nombre
ignoramos, dotado de todas las nulidades sobredichas, el cual fue
depuesto por el Papa en el enero de 971, sujetando interinamente esta
sede al Arzobispo Atton, y luego debió ser electo Mirón antes del
abril inmediato en que ya le vimos ejerciendo su oficio. Y en este
caso la primera memoria que produje suya del 1.° de enero, año XVII
de Lotario, será del 972.

Yo
no hallo otra salida a esta contradicción de escrituras que no tengo
por fingidas. Vengamos a sus memorias ciertas.

El
año 974 asistió con otros Obispos a la consagración de San Miguel
de Cuxá en el Rosellón, como se lee en la Marca Hisp. Del año 977
existen y se han publicado las escrituras de fundación de dos
insignes monasterios de benedictinos, es a saber: el de Cerrateix
(Serrateix) y el de San Pedro de Besalú (ibid.

ap.
mm. CXXH y CXXIV.) Allí mismo (núm. CXXI) se halla la dotación de
la iglesia de San Ginés y San Miguel de Besalú, dándole la iglesia
de San Vicente, extramuros de la misma villa, que propiamente fue
fundación de otro monasterio de canónigos reglares. Así que este
año 977 formará siempre época en la historia de este Prelado. De
cada uno de estos hechos se hablará en sus respectivos lugares.
También es del mismo tiempo la consagración de la iglesia de
Ripoll, a que asistió con Froya, Obispo de Vique. En 979 hizo al
monasterio de San Esteban de Bañolas una donación notable para
expresar el apuro en que se halló, cuando el Conde Borrell vino con
ejército contra él, del cual se vio libre por intercesión de San
Esteban (ibid. núm. CXXVI).

En
el año siguiente 980 se le ofreció ocasión de ejercitar su
clemencia con algunos vecinos de la villa de Palaz, que habían
negado el señorío episcopal en un alodio de ella, alegando en
juicio una escritura falsa. El Obispo, por respeto al Conde
Gauzfredo, le restituyó la posesión sin otras obligaciones que las
acostumbradas. Es escritura curiosa, cuya fecha se ha de enmendar,
como verás en la copia adjunta (a: Ap. núm. XVIII.). En 980 asistió
al concilio Romano de Benedicto VII, en que se ventiló la causa de
Giselerio, Obispo intruso de Magdebourg, y a que asistió el
Emperador Otón II. La publicación de sus actas encargó el Papa a
nuestro Obispo Mirón (V. Marc. de Conc. Sac. et Imp., lib. VI, cap.
X). En una nota de Baluzio al dicho lugar le llama equivocadamente
hijo del Conde de Besalú. Más cierta es para nosotros la existencia
de Mirón en ese año y acaso el siguiente (porque a ambos puede
pertenecer según el diferente modo de contar los años de Lotario),
por una escritura de donación que un presbítero, llamado
Giscafredo, hizo en el término de la villa de Vulpiliaco, fecha VIII
kal. martii, anno XXVIIII, regnante Lotario rege, filio quondam
Lodovici. Es notable lo que dice el donador: post obitum meum
remaneat ad jam dicta ecclesia (esta Catedral) et Domno Mirone
Episcopo, quem vocant Bonofilio et successoribus suis. (V. Cart. de
Carlo Magno, fol. III.) Este apellido o sobrenombre Bonofilio, ni era
patronímico ni de familia, y si la copia del Cartoral no nos engaña,
pudo ser un apodo o dictado familiar con que fuese conocido desde
niño. A esta época sobrevivió poco el Obispo. Comúnmente se fija
su muerte en el año 984, y en la Marc. Hisp., col. 410, se dice que
fue a principio de él, y así deberá entenderse la donación
publicada allí (ap. núm. CXXXII) hecha al monasterio de Cuxa (Cuxá)
por Teuderico Abad, y Miro presbítero, testamentarios de nuestro
Obispo ya difunto, fecha XII kal. martii, año XXX de Lotario, mas
corresponde infaliblemente al febrero del año 984. La misma cuenta
se ha de seguir en otra donación igualmente testamentaria que
publicó Martene, tom. 1, Anecdot. col. 99, hecha al monasterio
Arulense el día 5 de abril del mismo año. Esto digo porque nadie
hasta ahora ha descubierto documento alguno que contradiga la época
de la muerte de nuestro Obispo. Por lo demás bien pudo suceder que
en ambas escrituras se comenzara a contar los años de Lotario desde
el septiembre de 955, de que no faltan ejemplares, y en tal caso
ambos documentos pertenecerían al año 985. Nuestro Obispo tenía ya
dispuesto su testamento desde el año 979 (VIII. kal. martii, anno
XXV. Francorum rege, Leutario regnante); y en él había prevenido y
ordenado su entierro en el monasterio de Ripoll. Yo puedo decir que
he visto la escritura original en que dio a Ripoll un alodio en
Concas con la iglesia de San Andeolo, Dat. sub die II. nonarum madii,
anno V, regnante Leutario (960): dice: et volo sicut mos est per
universam terram, ut quiescat corpus meum in caenobii Sanctae Mariae
qui est situs in Valle Riopullo juxta flumen Tezero. Así se efectuó
y lo dice expresamente el Obispo Ausonense Oliva en el poemita que
compuso en elogio de aquella casa y ya se envió en aquel artículo.
Hablando allí de las personas ilustres que tienen en ella su
sepulcro dice:

Hic
Dominus patriae, recubans Presulque Ierunde

Abdita
Felicis prodidit ossa pi¡;

Dictus
in hoc euvo patris de nomine Miro:

Aeveat
hunc regnum Christus ad aethereum.

En
el segundo verso se hace memoria de que en tiempo de este Obispo se
descubrió el cuerpo de San Félix Mártir el Africano, que debió
estar desconocido desde la invasión de los Sarracenos. Trata de esto
Dorca (Hist. de los Mártires, pág. 138.); y en la misma época
atribuye también el hallazgo del cuerpo de San Narciso (ibid. pág.
221.): sucesos ambos que bastaban por sí solos para hacer memorable
este pontificado.

Sólo
falta advertir que las actas de concordia que se publican en la Marca
Hisp. (ap. n. CLXXIX.) entre el Obispo de Gerona Miro, y Guifredo,
Obispo de Besalú, son falsas, como ya lo advirtió Baluzio, ibid.
col. 426; y yo diré con más extensión cuando diga del obispado
efímero de Besalú con los documentos que posteriormente he hallado.
Entre las nulidades de aquella escritura, la que toca a nuestro
propósito es la coexistencia que supone de Mirón, Obispo de Gerona,
muerto ya en 984, con Guifredo, Obispo de Besalú, que comenzó a
serlo en 1017, y dejó de serlo antes del 1030, que vendrá a ser
propiamente el año a que pertenece aquella concordia,

en
que pusieron con vida a Miro, muerto ya medio siglo antes. Y no hay
que pensar que podría ser otro Miro que presidiese en la iglesia de
Gerona hacia la mitad del siglo XI, porque sobre no haber memoria
alguna de tal Prelado, al que pusieron en estas actas, añadieron el
dictado de Comes; con que es claro que quisieron indicar el nuestro.
Otra cosa me falta advertir para precaver equivocaciones, y es que en
escritura que he visto en este archivo (arm. de la Canonja), fecha a
XVIII. kal. junii anno XXVIIII. Franchorum Rege Leuthario regnante,
se halla el testamento sacramental de Wigo, jurado por los testigos
ante el altar de San Pedro de Darnius, condado de Besalú, a
instancias de Eldesindus Episcopus, cuya sede no se expresa. Digo
pues que no se ha de creer que lo fuese de Gerona, para lo que no
basta la circunstancia de hallarse aquí la escritura, ni la de haber
muchas mandas a favor de esta iglesia, ni de haberse hecho su
declaración en territorio de esta diócesi. Porque sobre ser como es
la escritura de 983, en que vivía Miro, el sucesor Gondemaro entró
tan pronto que no queda hueco para estotro Eldesindo. Éralo este de
Elna, y de él trae varias memorias la Marca Hisp. desde el año 981.
Con esta ocasión añado que, según he observado, cuando en
escrituras de poca monta, como es esta de que tratamos, se hace
mención de Obispo de otra silla, regularmente no la expresan, como
ya viste con Hilmerado de Elna y con el Guifredo de Besalú, que el
padre Flórez tuvo por Obispo de Vique, y podía añadir otros muchos
ejemplares.






GOTMARO
O GONDEMARO

de
985 a 993.



Si
las dos últimas memorias que cité del Obispo Miro, pertenecientes a
los meses de febrero y abril del año XXX de Lotario, se han de
contar exactamente desde el septiembre del 954, en que comenzó a
reinar aquel Príncipe, es claro que pertenecerán al año 985; y que
medió muy poco entre su muerte y la entrada de Gotmaro, que ya
existía en el junio del mismo año. Mas yo prefiero la cuenta común,
y reduzco aquellas escrituras al año 984, en que debió morir Miro.
Con lo cual hubo espacio suficiente para elegir el sucesor Godmaro,
de cuya calidad nada se sabe, sino que ya era Obispo IIII. nonas
junii anno XXXI. regnante Lothario rege, filio quondam Ludoici (985),
en que firmó la escritura de cambio que hizo con un Guilmundo de
ciertas tierras y viñas en el lugar de Sobreroca. Va la escritura
copiada de la que está original en este archivo (arm. de Obispos.)
(a: Ap. núm. XIX.) y también en el Cartoral, fol. 148. Entre los
canónigos que firman hay cuatro Archilevitas, uno de ellos Arnulfo,
que yo entiendo sea el sucesor. El año siguiente, XXXII de Lotario y
986 de Cristo, le hallamos haciendo donación al monasterio de San
Cucufate del Vallés de varias heredades en los campos de Cerdañolas,
Riusech, Saltells y Vilamayor. Está el instrumento en el Cartoral de
aquel monasterio, núm. 137, y de él habló el Ilmo. D. Benito Moxó
en las memorias que publicó de aquella casa, y yo también en mi
Viaje a ella. A principios de abril del mismo año 986, y en los
primeros días del reinado de Luis V, hijo de Lotario, subscribió
con otros muchos Obispos y nobles la escritura de la Carta puebla, y
privilegios que en ella concedió el Conde de Urgel y Barcelona
Borrell, a los habitadores de la villa de Cardona. En su Viaje
respectivo se dirá más de esto.

Del
año 987 se lee en la Marca Hisp. col. 413, que subscribió en la
donación que el Conde Borrell de Barcelona hizo a la iglesia de
Vique de la mitad del lugar de Mirallas en el condado de Manresa,
IIII. idus octob. anno I. regnante Ludoico rege, filio Lotharii
quondam, hizo donación como testamentario de un Bernardo a San Pedro
de Rodas (ibid. Cartoral 2.° fol. 42.) Esto es el año 986. Allí
mismo, fol. 10, se halla del año 987 la sentencia que se dio por el
mismo Conde Borrell a favor de Hildesindo, Obispo de Elna y Abad de
San Pedro de Rodas contra las hijas de una cierta Gireberga, sobre el
alodio de Olivares en el condado de Gerona. Va copia de este acto, a
que asistió nuestro Obispo (a: Ap. núm. XX.). Es notable la fecha
die VII. kal. junii anno II. Leudevico rege regnante, filius qui fuit
Leutharius regis. Lo cual prueba, o que este Luis no murió a 21 de
mayo ni de junio, como se afirma comúnmente, o que acá tardó, como
es regular, en llegar la noticia algunos días sin que por eso sea
apócrifa la escritura, como alguno podría decir. En 988 le hallamos
autorizando con su presencia y firma una famosa permuta que el Conde
de Barcelona Borrell, con su mujer Aimedruds y su hijo Raimundo,
hicieron con la iglesia de Urgel. La escritura va copiada en aquel
Viaje. En ella firma así el Obispo:

Sig+num
Gondemarus gratia Dei hac si indignus Episcopus sanctae sedis
Gerundensis ecclesiae subscribo.

El
año 993 fue nombrado por el mismo Príncipe, por uno de sus
marmesores en el testamento que ordenó y publicó la Marca Hisp. ap.
núm. CXLI. Esta es la última noticia que hay de nuestro Obispo.



Exclúyese
ARNULFO (a: En la España Sagrada, tom. 43, pág. 143, le llaman
dudoso, por no tener noticia de lo que de él escribimos.).

Todos
los Episcopologios ponen a este Prelado sucesor de Gondemaro, sin dar
de ello una prueba terminante cual se requiere

habiendo
tan poco espacio entre la última memoria del antecesor de 24 de
septiembre de 993, y la primera del sucesor Odón de 5 de febrero de
995. La única prueba que Diago produce es la subscripción del
Obispo Arnulfo a la donación que los Condes de Barcelona, Ramón
Borrell y Ermesindis, hicieron a esta sede de Gerona nonis aprilis,
año VII de Hugo Capeto, que corresponde al 994. En este estado de
duda encontré en uno de los Cartorales del Vicariato llamado de
Carlo Magno, pág. 319, la escritura de donación que Guitardo
Archilevita, en remedio de su alma y de la de su tío Lobatón, hizo
a la canónica Gerundense de unas casas nuevas que tenía y habitaba
en esta ciudad juxta cellarium atque cenaculum episcopale: fecha a
XIII. kal. februarii anno VIII. regnante Hugone Rege, qui Dux fuerat
pridem, que es a 20 de enero del año 995. En esta escritura después
de la firma de Guitardo se halla la siguiente: Arnulfus ac si
indignus gratia Dei Episcopus et Abbas +, a que siguen

otras
dos de los del clero (a: Ap. núm. XXI.). En esta ocasión no es
extraño que firmase el Obispo y canónigos, antes lo es que no se
hallen más. Así se acostumbraba, como se podía hacer ver en muchos
ejemplares, que las donaciones de un canónigo a sus hermanos, y lo
mismo las de los Obispos, están autorizadas con las subscripciones
de todos ellos, que al mismo tiempo que aprobaban el don que
recibían, eran testigos de la liberalidad de sus iguales, lo cual
podía confirmar ahora con infinitos ejemplares de nuestro país.
Mabillon hizo de ello como un Canon diplomático (de re diplom.). Y
así puede inferirse bien de esta escritura que el Arnulfo era Obispo
Gerundense, quedando todavía algunos días de hueco hasta la primera
memoria del sucesor. Mas el no expresar su sede ya que no fuese
omisión del copiante, deja algún lugar para la sospecha de si sería
este el Arnulfo, Obispo de Vique, que como se demostró en aquel
Episcopologio lo era ya desde el año 993. El hallarse aquí pudo
nacer, o de la intrusión y ocupación de aquella silla por Guadallo,
que

no
fue depuesto hasta el 997, o más bien de la obligación que los
cánones imponían a los Obispos, que en caso de fallecer alguno de
ellos, acudiese el más inmediato a su funeral, inventario de los
bienes de la iglesia huérfana, presidencia de la elección del
sucesor, formación de su decreto e intronización, cuando fuese ya
confirmado por el Metropolitano. Este encargo de visitador
practicaron acá nuestros Obispos en todo ese siglo X y más, como
queda visto y expresado en muchos lugares; y esto mismo podía
desempeñar aquí Arnulfo, Obispo de Vique, desde que murió el
antecesor Gondemaro hasta que entró Odón, y en este medio tiempo
pudo firmar las dos escrituras mencionadas. Parece más verosímil
esta conjetura, con lo

que
Argaiz dice que este Obispo fue después trasladado a Vique; porque
siendo cierto, como lo es, que el Arnulfo de Vique ocupaba ya aquella
silla desde el 993, hay motivo para creer que es una misma persona.
Mucho más que el Arnulfo de la escritura que he citado se llama
juntamente Abbas, como se llamó también el de Vique, y lo era de la
Colegiata de S. Félix, y acaso esta fue la causa de hallarse aquí
autorizando la escritura. En resolución, hasta ahora tengo para mí,
que este Obispo Arnulfo no debe ser contado en nuestro catálogo.



OTÓN
U ODÓN

de
995 a 1010.

Es
constante que este Prelado fue monje en el monasterio de San Cucufate
del Vallés, en cuya historia se contarán los bienes que le debió
aquella casa, restaurada por sus cuidados, después de la desgraciada
jornada que padecieron las armas cristianas en el Pla de

Matabous,
vecino a aquella casa el año 993. Era ya entonces Otón su Abad
desde el año 986, y conservó aquella dignidad aun después de
promovido a la silla de Gerona, como consta de varias escrituras (a:
Moxó, Memorias de San Cucufate).

La
primera memoria de su gobierno episcopal nos la dio la Marca Hisp.
(ap. número CXLIV) en la escritura del cambio que hicieron Soniario,
Abad de San Pedro de Rodas, y un Guistrimiro a 5 de febrero del año
VIII de Hugo Capeto (que es 995), en la que subscribe en primer lugar
Odo ac si indignus gratia Dei humilis Episcopus sanctae sedis
Gerundensis. En la escritura siguiente añadió et nutu Dei Abba
caenobii Sancti Cucufati: esta segunda escritura es la de la
consagración que hizo de la iglesia de San Andrés Apóstol, que est
in comitatu Visulunense (Besalú) in locum quem nuncupant collo
aliari, la cual vi original en el archivo de Ripoll (arm. de la
abadía). En su exordio dice: anno dominice Incarnationis DCCCCXCV.
indictione VIII. VI. kal. decemb. = Y al fin dice: Digesta est autem
haec scriptura nonis martii anno VIIII. quod Ugo Rex Francorum
regnandi sumpsit exordium. Entiéndase que la escritura tiene fecha
distinta del día y año de la consagración. Esta se hizo a 26 de
noviembre de 995, en que corría la indicción VIII, y la escritura
se extendió a 7 de marzo de 996, con el cual dice bien el año IX de
Hugo Capeto, que comenzó en el junio de 987.

Del
mismo año 996 a 20 de enero, se sabe que consagró la iglesia de S.
Félix Mártir en el condado de Besalú in pago Sancti Felicis del
Bag, así está en una nota del sabio premonstratense D. Jaime
Caresmar, dirigida al difunto Canónigo D. Francisco Dorca, el cual
añade que también firma con el título de Abad.

No
nos consta si este Prelado se halló en el concilio Romano de 997, en
que fue depuesto Guadallo, Obispo intruso de Vique, y restituido a
aquella sede Arnulfo como su legítimo Prelado. Mas es indubitable,
que o por sí o por otro alcanzó de la Santa Sede la famosa bula que
expidió el Papa Silvestre (pone Silvestro) II confirmando todas las
posesiones de esta iglesia, fecha en el mes de diciembre, indicción
I. Baluzio, que publicó esta bula, apéndice núm. CL, la redujo muy
bien al año 1002, y yo añado en confirmación de su cuenta que
mudaron la indicción en el mes de septiembre según la costumbre
imperial, contando ya en el diciembre la indicción I, que para
nosotros no corresponde sino al año 1003, y que la bula no sea de
este último año, se ve en que Silvestro, muerto en el mayo de 1003,
no pudo expedir bulas en el diciembre siguiente. El mismo escritor
advierte

sabiamente,
col. 418, que este es el monumento más antiguo en que se haga
memoria de iglesia de San Félix y de San Narciso. Y esto hace muy
verosímil que su cuerpo se halló con el de San Félix pocos años
antes en el pontificado del Obispo Miro. Hállase esta bula en el
Libro verde, fol. 198 y 202. El año 1003 consagró la iglesia del
monasterio de San Pedro de Besalú, como se dirá en el Viaje a aquel
monasterio, e irá la escritura, que es de las más graciosas de este
género. También confirmó al mismo tiempo la elección y dotación
de aquel monasterio que tenía hecha el Obispo antecesor Mirón el
año 977, subscribiendo en aquella escritura con estas palabras: Odo
ac si indignus gratia Dei Episcopus sanctae sedis Gerundensis
Ecclesiae in anno septimo regni Rotberti regis. Es de alabar la sabia
cautela del Prelado en esta firma en que notó el año, que por
haberla omitido otros Obispos en semejantes ocasiones, la han tenido
algunos escritores para alterar y equivocar sus épocas. Al 1004
redujo la Marca Hisp., ap. núm. CLI, un juzgado o sentencia que se
dio a favor de esta iglesia en el castillo de Besalú sobre la
iglesia de San Pedro de Montagut y otras, las cuales cedió luego al
Obispo el Conde de Besalú Bernardo, que las tenía usurpadas. Copió
Marca la escritura del Libro verde de este archivo, fol. 186, de
donde va nueva copia, reducida como debe estar al año 1003 (a: Ap.
núm. XXII.); otra va del original que aquí se guarda de otra
sentencia dada en el mismo lugar a 17 de febrero del año VIII de
Roberto (1004), en que abogó por nuestro Prelado Arnulfo, Obispo de
Vique y Abad de San Félix de Gerona; por esta sola razón es
apreciable la copia (b: Ap. núm. XXIII.). También irá otra a su
tiempo de la elección del Abad de Amer Raimundo, que nuestro Prelado
aprobó en el año 1006. En el archivo de esta Catedral (arm. de
Obispos, leg. 10, núm. 41) he visto una escritura original de la
venta que le hizo uno llamado Lomarig de un alodio prope Ierunda ad
ipso Merchadal. La fecha es VIII. kal. martii, anno XI. regnante
Rodberto Rege, que será el 1007 o siguiente. Del año 1009 sabemos
con igual certeza que asistió al concilio o junta de Obispos en
Barcelona, en que se restauró en aquella iglesia la canónica
Aquisgranense. Punto ya dicho varias veces, y cuya escritura está en
la Marca Hisp. (ap. n. CLIX). Allí debió resolverse la expedición
de nuestros Condes y Obispos contra los moros de Córdoba,
envistiéndoles (embistiéndoles) en el centro de su imperio en
venganza de los ultrajes y daños que hicieron en Barcelona y sus
contornos pocos años antes. En esta expedición o de sus resultas
murieron el Conde de Urgel, Ermengol I, y los Obispos Aecio de
Barcelona, Arnulfo de Vique, y nuestro Odón de Gerona, que acudió a
la empresa con innumerable multitud de nobles, etc. La batalla fue el
año 1010; el día anda en opiniones. Lo más común es decir que fue
el 1.° de septiembre, y así se lee en el rótulo que se halla junto
al sepulcro de nuestro Obispo Odón, que existe en una de las naves
colaterales de la iglesia de San Cucufate del Vallés, el cual
publicaron la Marca Hisp., las Sinodales y otros. Lo que de él hace
al caso son los versos siguientes:

Nam
in bello Cordubensi cum pluribus aliis,

Morte
ruit datus ensi, coeli dignus gaudiis
…...

Erant
anni mille decem post Christi presepia,

Quando
dedit isti necem prima lux septembrias,


Mas
yo entiendo que el poeta que en puntos históricos no hace autoridad,
mayormente siendo un rimador que por un consonante venderá la
propiedad y la exactitud de la verdad, digo pues que el poeta no
quiso decir que muriese en la misma refriega, ni que esta fue el día
1.° de septiembre. Diago la anticipa al 21 de agosto, y en este día
la pone uno de los necrologios de esta (pone este) iglesia, cuya
autoridad debe prevalecer a la de aquel epitafio. En mis cartas de
Vique ya demostré que la batalla fue el 21 de junio de ese año 1010
(a). Lo mismo que allí se vio respecto del Obispo Arnulfo se podrá
acaso decir ahora de nuestro Odón, que herido en la refriega del
junio se vino acá, donde murió de las heridas a 1.° de septiembre,
y fue depositado en el monasterio sobredicho.

(a)
En el tomo 43 de la España Sagrada, pág. 147, se halla una larga y
erudita disertación sobre todas las circunstancias de esta batalla:
y en cuanto a la época de ella también comunicaron a su autor en el
archivo de Vique algunos de los documentos que prueban haber acaecido
en el 21 de junio, descubiertos por mí y combinados con otros. Así
nos allanamos unos a otros el camino para encontrar la verdad.







































































































































































(Continúa a partir del 1000)