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sábado, 12 de febrero de 2022

Biblioteca valenciana. Tomo 2, parte 2.

BIBLIOTECA VALENCIANA.

FR. FRANCISCO CABEZAS.

1781.        

Religioso lego recoleto de S. Francisco, hijo de la villa de Enguera, tomó el hábito en el convento de la corona de la ciudad de Valencia, nació por los años de 1714. Desde su primera edad fue muy apasionado al estudio de la arquitectura, y entendió como perito en obras muy principales, con especialidad le hizo ganar mucho crédito el haber dispuesto nuestro autor el modo de cubrir la cúpula de la iglesia de S. Francisco el Grande de Madrid. Murió en su convento de la corona de Valencia en 1781. Escribió:

1. Trisección del ángulo, explicada de cuatro modos: los dos primeros en las proposiciones 11 y 14; los otros dos en el scolio números 33 y 39. Por Fr. Francisco... Valencia, por José Esteban Dolz, 1772, en 4.° con láminas.


D. FELIPE SOLER Y BARGALLO.

1781.

Natural de la ciudad de Orihuela, donde nació, y fue bautizado en 14 de julio de 1710: después de sus estudios en la universidad de su patria, se graduó en leyes y derecho civil en la misma día 15 de septiembre de 1731. En 5 de diciembre de 1737 fue aprobado de abogado, incorporándose en el colegio de Madrid en 31 de diciembre de 1738. Obtuvo varias alcaldías de nombramiento real, hasta que en 1.° de febrero de 1761 fue promovido a alcalde mayor en Granada, y nombrado oidor de la audiencia de Mallorca en 8 de mayo de 1764. En 1767 ascendió a alcalde de casa y corte, en cuya sala fue decano desde 30 de agosto de 1771 hasta que logró un canonicato en la metropolitana iglesia de Valencia en 1780. Se retiró a dicha ciudad, y permaneció hasta que casi de repente falleció en 6 de diciembre de 1781. Escribió:

1. Concordia jurisdictionis ecclesiasticae et secularis. Practicae quaestiones enucleatae saepius ab utriusque in jurisdictionum proelio judicibus controversiae et nunc accurate discussae ad explanationem text. in cap. perniciosam 1. de Offic. Jud. Ord. Madrid, por Francisco Xavier García, 1753. Dos tomos en folio.

2. Genealogía correspondiente por sus cuatro líneas al Sr. D. Felipe Soler y Bargallo, Aledo, Coutiño (Coutinho), Paredes y Gain (Gaín), certificada, firmada y sellada por D. Ramón Zazo y Ortega, rey de armas en Madrid, con fecha de 7 de mayo de 1776. En folio: cuyo papel, aunque sin firma, es de nuestro autor.


D. DOMINGO MORICO.

1782.

Con este apellido se nombra en todas sus obras, aunque el verdadero era el de Morisco y Ten, como así consta en el libro 28, folio 98 de bautismos de la parroquia de los santos Juanes de Valencia, donde recibió la gracia en 7 de marzo de 1728. Se llamó su padre Domingo Morisco, mercader, y fueron padrinos D. Juan Bautista Causa,  y Manuela Verche. Estudió en esta universidad, y en ella se graduó de doctor en teología, después  se dedicó a las matemáticas: pasó a Sevilla, y entró en la congregación de aquella ciudad, de donde vuelto a su patria obtuvo varios empleos, entre ellos el de director del colegio de nobles de Valencia, y secretario de la real sociedad económica de esta ciudad, para cuyo oficio fue nombrado en 25 de junio de 1777; y lo sirvió con tanto zelo e idoneidad, como consta de sus actas y de los muchos escritos que existen en el archivo de aquella corporación sobre varios puntos de economía política y agricultura, a cuyas ciencias al mismo tiempo se dedicó con particular afición. Empezó la obra que tenía proyectada de ilustrar la historia general de España que escribió el P. Mariana, la que no pudo concluir por haberle prevenido la muerte, sin embargo de que se imprimieron unos cuantos pliegos en la imprenta de Monfort; pero no se publicaron, por no haber seguido el plan que se tenía propuesto D: Vicente Noguera, de quien hablaremos en su lugar, que fue quien después tomó sobre sí este encargo. Murió en Valencia, en la parroquia de S. Esteban, en 15 de enero de 1782. Escribió:

1. Carta apologética, en que se explican las verdaderas causas naturales del terremoto del día 1.° de noviembre de 1755, por D. Domingo Morico, matemático de la universidad de Valencia su patria, residente en la villa de Zafra. Impreso en Llerena en 1756, en 4.° Valencia, por José Esteban Dolz, sin año, en 4.° 

2. Advertencia del clero de Francia congregado en París, con permiso del rey, a los fieles del reino, sobre los peligros de la incredulidad, traducida por D. Domingo &c. Valencia, por Benito Monfort, 1771, en 8.° 

3. Oración fúnebre en las exequias hechas por los comerciantes franceses establecidos en la ciudad de Valencia al difunto rey de Francia Luis XV de Borbón el día 29 de junio de 1774 en el convento de mínimos de la misma ciudad. Valencia, por dicho Monfort, 1774, en 4.° 

4. Colección de sermones de (del) Ilmo. Sr. Jacobo Benigno Bossuet, traducidos por dicho Morico. Valencia, por Benito Monfort, 1778 y siguientes. Ocho tomos en 4.° 


FR. JUAN BERNAL.

1782.

Religioso mercenario, nació en Benasal (Benassal), gobernación de Morella, obispado de Tortosa, inclinado desde su juventud al estado religioso, tomó el hábito y profesó en el convento de Teruel, obteniendo en su religión varios cargos y honores, com el de lector, maestro, difinidor general de la provincia de Valencia, y elector general por ella. Falleció en el convento de dicha ciudad día 12 de febrero de 1782, dejando acreditada su instrucción en las obras siguientes:

1. Compendiosa noticia de la ejemplar vida y singulares virtudes de la V. hermana Francisca Badía, beata profesa de la tercera orden de penitencia de nuestra señora de la Merced, redención de cautivos. Valencia, por José García, 1755, en 8.°

2. Oración fúnebre en las reales honras de la reina doña María Amalia de Sajonia, que celebró la real audiencia de Valencia en el convento del Carmen de dicha ciudad. Valencia, por Tomás Santos, 1760, en 4.°

3. Panegírico en honor del mártir S. Fermín, hijo de Pamplona, predicado en el convento de Trinitarios descalzos de Valencia día 9 de julio de 1765. Valencia, dicho año, por José de Orga, en 4.°


FR. FRANCISCO MARTÍNEZ.

1782.

Religiosos de nuestra señora de la Merced, natural de Játiva: obtuvo en su religión los empleos de lector jubilado, y el de regente de estudios en el convento de nuestra señora del Puig: hallándose algo enfermo pasó a su patria a mejorar de salud, y murió en casa de su hermano, Félix Martínez, de oficio tornero, día 28 de noviembre de 1782. Está enterrado en el convento de su orden en Játiva. Escribió:

1. Historia de la imagen sagrada de la virgen santísima del Puig, primitiva y principal patrona de la ciudad y reino de Valencia, reducida a una prudente crítica, con que se comprueban todas sus maravillosas influencias. Valencia, por José Tomás Lucas, 1760, en 4.°

2. Novenario del santo Ecce-Homo, que se venera en el convento de S. Miguel, mercenarios de la ciudad de S. Felipe, antes Játiva, en 8.°

3. Dejó manuscrita la versión al castellano de la muy erudita obra del padre Interian de Ayala, intitulada Pictor Christianus, cuya traducción estaba en el archivo de mercenarios de Valencia.


FR. GABRIEL FERRANDIS.

1782.

Ximeno, tomo 2, pág. 334.

De la orden de predicadores, natural de Paiporta, en la huerta de Valencia, fue un varón apostólico y penitente, infatigable en procurar la salud de las almas. 

Murió en el convento de predicadores de Valencia día 5 de noviembre de 1782, a la edad de 81 años cumplidos. En sus exequias dijo la oración fúnebre el Dr. D. José Faustino de Alcedo, canónigo de la catedral de Valencia, que se imprimió en la imprenta de Manuel Peleguer, 1784, en 4.° 

La obra que cita Ximeno, número 1.° Explicación breve del santísimo rosario &c. Se reimprimió por José Tomás Lucas, 1740, en 16.

Núm. 5. Maná divino, escondido en el santísimo rosario. Lo reimprimió el mismo Lucas, 1749, en 16.

Continuó nuestro venerable autor escribiendo y publicando las obras siguientes:

1. Rosario de María santísima. Valencia, por dicho Lucas, 1748, en 12.°

2. Formulario para la confesión, con una leve insinuación del ejercicio de la virtud. Valencia, por la viuda de Gerónimo Conejos, 1752, en 12.°

3. Método fácil para conciliar la meditación mientras se reza el rosario, con una instrucción y práctica de la oración mental. Valencia, por José Esteban Dolz, 1756, en 12.°

4. Catecismo cristiano, que contiene por mayor solo, y todo lo que necesariamente debe saber el cristiano para salvarse, con algunos ejemplos de nuestra señora, en que van entretejidos muchos puntos con alguna mayor difusión. Valencia, por la viuda de José de Orga, 1767, en 8.°

5. Diálogo entre confesor y penitente. Barcelona, en la imprenta de Teresa Piferrer, 1761, en 12.°

6. Explicación del credo, padre nuestro, mandamientos y sacramentos que hemos de recibir, según que le obliga al cristiano desde que comienza el uso de la razón. Valencia, por la viuda de José de Orga, 1770, en 8.°


D. BERNARDO JOAQUÍN DANVILA.

1782.

Hijo de Valencia y parroquia de S. Nicolás, fue su padre D. Onofre Danvila, regidor de dicha ciudad; hizo sus estudios en la universidad de su patria, empezando la filosofía en 1760, siendo su catedrático el Dr. D. Domingo Castells, presbítero beneficiado de la parroquial iglesia de santa Catalina mártir de Valencia: concluido este curso se dedicó a la jurisprudencia y derecho canónico, graduándose después de bachiller y de doctor en ambos derechos: estudió también el griego, con el fin de lograr mediante oposición la cátedra de esta lengua: regentó la de instituta vacante por ascenso de su catedrático a un canonicato el Sr. D. Antonio Cebrián y Belda. Hizo oposición a la perpetua de cánones, como también a las de instituta y código; pero pasando a la corte de Madrid, logró ser elegido catedrático de filosofía moral y derecho público en el seminario de nobles de aquella villa, donde logró ser nombrado académico de la historia. Murió en Madrid por los años de3 1782. Escribió:

1. Habiendo solicitado D. Benito Monfort licencia para reimprimir los comentarios de Vinio, se le insinuó a nuestro Danvila podría encargarse de hacer algunas correcciones, quitando los lugares inútiles de aquel autor, y sustituir en su lugar los concordantes de nuestro derecho, lo que habiendo ejecutado se publicó la obra en Valencia por dicho Monfort, 1778. Dos tomos en 4.° mayor.

2. Lecciones de economía civil o del comercio, escritas para el uso de los caballeros del real seminario de nobles. Madrid, por Joaquín Ibarra, 1779, en 8.° mayor. 

3. De linguae grecae studio cum jurisprudentia jungendo. Oratio. Manuscrita.

4. De elegantiarum litterarum studio jurisprudentiae praemittendo jungendoque. Oratio. Manuscrita.

Estas dos oraciones trabajó y recitó en el teatro de esta universidad. Hace honorífica mención de este autor, Sempere en el tomo 2 de su biblioteca de los mejores escritores del reinado de Carlos III.


D. JOAQUÍN MARÍN Y MENDOZA.

1782.

Hijo de la villa de Burriana, nació en 1727 a 22 de abril, estudió la filosofía y leyes en la universidad de Valencia: graduado en esta última facultad pasó a la corte de Madrid, donde logró una cátedra de derecho natural y de gentes en los reales estudios de S. Isidro: su erudición le atrajo el honor de ser individuo de la real academia de la historia, y últimamente fue condecorado con ser nombrado alcalde del crimen de la audiencia de Valencia, de cuyo empleo no tomó posesión, por haberle alcanzado la muerte en el campo de S. Roque, donde había ido con el motivo del cerco de Gibraltar para hacer sus observaciones, año 1782. Escribió:

1. Itinerario, en que se contiene el modo de hacer con utilidad los viajes a cortes extranjeras, con dos disertaciones: la primera, sobre el modo de ordenar y componer una librería; y la segunda, sobre el modo de poner en orden un archivo. Obra traducida del latín. Valencia, por Benito Monfort, 1759, en 8.° mayor.

2. Antonius Ajerve de Ayora: De bonorum partitionibus, cum annotationibus Joachimi Marin. Valencia, por el mismo, 1761, en fol. 

3. Historia de la milicia española, desde las primeras noticias que se tienen por ciertas hasta los tiempos presentes. Ilustrada con láminas. El tomo primero contiene tres partes: de los tiempos que precedieron a la dominación de los romanos: de la milicia romana, introducida en los españoles; y de la milicia del tiempo de los Godos. Madrid, por D. Antonio Sancha, 1776, en 4.° mayor.

4. El tomo segundo de dicha obra, que quedó manuscrito en poder de su familia que estaba en Nules, es sensible que no se haya publicado, por ser una historia digna del mayor aprecio.

5. Joan. Gottlich. Heineccii (Heinecio) Elementa Juris Naturae et Gentium, castigationibus ex catholicorum doctrina, et Juris historia aucta, ab Joachimo Marin et Mendoza. J. N. et G. in Regio Matrit. Lyceo Prof. Matriti, ex officina Emmanuelis Martini, 1776, en 4.° 

6. Historia del derecho natural y de gentes. Madrid, por D. Manuel Martín, 1776, en 4.° 

7. Memoria genealógica justificada de la familia de Garcés de Marcilla. Madrid, por dicho Martín, 1780, en folio. Salió sin nombre de autor.


ILMO. D. FELIPE BERTRÁN.

1783.

Nació en el lugar de la Sierra de Engarcerán (En Garcerán, Garceran, Galcerán, Galceran), reino de Valencia, obispado de Tortosa, en 19 de octubre de 1704. Sus padres, aunque simples labradores, eran de linaje limpio y distinguido, teniendo parentesco con S. Luis Bertrán, y aún conservaban en su casa algunas memorias manuscritas de este santo: también lo tuvieron con el doctor Juan Bautista Bertrán, cura que fue de la Alcora, cuya vida escribió el Ilmo. Sr. Sorribas, como puede verse en Ximeno, folio 84 del tomo 2.

Determinaron enviarle a Valencia para que en su universidad siguiese los estudios: en ella se graduó de maestro en artes, y doctor en teología, que obtuvo por su mucha aplicación de sus condiscípulos con el título de pobre, esto es, sin coste alguno. Después de hacer algunas oposiciones logró la cátedra de filosofía, en que sacó discípulos muy aventajados, siéndolo entre ellos el Ilmo. Sr. D. José Tormo, y D. José Blanc, de los que hemos hablado en esta biblioteca. 

Atendiendo a sus méritos y mucha aplicación, el Sr. D. Ginés Rabaza de Perellós, marqués de Dos-Aguas, le presentó el curato del lugar de Bétera, que regentó algunos años; y vacando el de Masamagrell, lo promovió a él el mismo marqués, del que tomó posesión. Hizo varias oposiciones a algunos canonicatos, obteniendo el lectoral vacante por fallecimiento del canónigo D. Vicente Furió. Aquí fue donde manifestó su grande erudición, así en el púlpito, como en los demás empeños que se ofrecieron, siendo examinador sinodal de este arzobispado. Predicó los sermones que se ofrecieron más arduos en su tiempo, exhortando al pueblo y corrigiéndole. Su facundia, doctrina, raras prendas y demás virtudes, le acreditaron de modo, que ganó la voluntad del rey D. Carlos III, el que lo eligió para obispo de Salamanca en 1763, y se consagró en dicha metropolitana juntamente con su discípulo D. José Tormo, obispo Tricomense, y después de Orihuela. No contento con esto el rey, viendo sus grandes prendas, le nombró inquisidor general a últimos de diciembre de 1774, por muerte del Sr. Quintana, siendo el primer valenciano que mereció este distinguido empleo. También en abril de 1778 fue condecorado con la gran cruz de la real y distinguida orden de Carlos III. Murió en la corte de Madrid lunes día primero de diciembre de 1783, de edad de setenta y nueve años, un mes y doce días. Sus escritos y los establecimientos con que mejoró la disciplina en su diócesis, harán eterna su memoria en la nación, y justificarán con la posteridad las demostraciones de dolor y sentimiento con que acompañaron tan gran pérdida todas las provincias del estado. De ella y de sus méritos se dio noticia en la gaceta de Madrid y en el Mercurio de diciembre de 1783, así como de sus obras en la biblioteca de Sempere y Guarinos. Escribió:

1. Carta pastoral a los predicadores de su diócesis sobre el digno ejercicio de este ministerio. Valencia, por Benito Monfort, 1764, en 4.° También está impresa e inserta en la obra del número 6. 

2. Sermón del gran padre y Dr. de la iglesia san Agustín, predicado en el colegio de Agustinos de Madrid. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1777, en 4.° 

3. Sermón en alabanza de santo Tomás de Aquino, predicado en el colegio de santo Tomás, religiosos dominicos de Madrid. Valencia, por dichos, 1777, en 4.° 

4. Historia de los seminarios clericales, escrita en italiano por D. Juan Giovanni (Juan Giovanni es como Juan Juan, el del sompni), canónigo de Palermo, traducida por el M. R. P. Fr. Bernardo Agustín de Zamora, carmelita calzado... de orden del Ilmo. Sr. D. Felipe Bertrán, &c. Salamanca, por Francisco Rico, 1778, en 4.° mayor.

Desde el año 1759 se estuvieron dando varias órdenes por el consejo, y por la vía reservada a los obispos para que propusiesen los medios de establecer seminarios clericales en sus obispados. En 31 de enero de 1778, con el mismo objeto se les exhortó nuevamente al cumplimiento de las órdenes expedidas en 1759 y 1766. El Sr. Bertrán pensó seriamente en el establecimiento del seminario de S. Carlos, para lo cual hizo hacer la traducción referida, y es digna de leerse la pastoral que puso al principio de aquella historia. 

5. Constituciones del real seminario de S. Carlos de Salamanca, 1783, en 8.° mayor.

6. Colección de sus cartas pastorales y edictos. Madrid, por Antonio Sancha, 1783. Dos tomos en 8.° mayor.

En elogio y crédito de la sabiduría de nuestro autor, copiaremos lo que dice el Abate Andrés en el tomo 5, página 484 de su obra: Origen, progresos y estado actual de la literatura, hablando de esta obra: “Tenemos un tomo de cartas pastorales del obispo de Salamanca Bertrán, las cuales están escritas con tanta copia de sentimientos y de cosas, de razones y de sagrada erudición, con una moción tan grande, con un estilo tan fluido y majestuoso, tan suave y penetrante, con una tan noble, dulce y verdaderamente episcopal y paternal elocuencia, que no pueden leerse sin que se sienta en el ánimo una devota y tierna suavidad, y parece que no dejan más que desear en este género de escritos, y elevan a Bertrán al principado de la elocuencia dulce y patética en compañía de Fenelon y de Masillon.” (Fenelón; Masillón, Massillon)


P. TOMÁS SERRANO.

1784.

De la compañía de Jesús, de quien habla Ximeno, tomo 2, pág. 385. Su padre se llamó José Serrano, y su madre María Pérez, labradores acomodados de Castalla, donde estudió las primeras letras. En su religión fue maestro de retórica en Valencia por los años de 1747. Después catedrático de teología en Gandía, y Provando en la casa profesa de Valencia por el año 1756: en ella hizo el cuarto voto, y allí le alcanzó el extrañamiento (expulsión de los jesuitas) llevado a efecto el 3 de abril de 1767: fue trasladado con sus compañeros a Cerdeña, en cuya isla no estuvo ociosa su pluma, ni menos después en los estados del Papa, donde se transfirió. Establecido finalmente en Ferrara, mal avenido con el descanso este incomparable ingenio no cesó de trabajar, dándose a conocer en Italia, y haciendo ver a los italianos lo floreciente que estaba la literatura en España. Fue académico de la de Roveredo, de la Ariostea o del Ariosto, que el mismo nombra en su segunda carta; en cuya academia recitó varias composiciones latinas, aunque esta no fue academia formal, sino una reunión arbitraria de varones doctos, y que por la muerte de uno de ellos, en cuya casa se juntaban, quedó deshecha: con todo por sus producciones se concilió la opinión de hombre verdaderamente docto en todas las ciencias divinas y humanas, y en suma un filólogo consumado, humanista, poeta, histórico y anticuario, añadiendo a todo ello ser muy modesto y moderado, tanto que logró hacerse amar aun de sus mismos émulos. Pero en lo que más sobresalió su brillante ingenio fue en la poesía, siéndolo por naturaleza; y en prueba de esto lo manifiesta él mismo en un epigrama, diciendo:

Me jubat in comptos ex tempore fundere versus.

Sunt quibus à lima laus prope tota venit.

Arti et naturae Pindum divisit Apollo.

Sunt illi vates illius: hujus ego.

En especial lo manifestó en los epigramas, en cuya clase de metro era tan sublime, que sin duda nadie de la antigüedad le excedió, pudiéndose igualar con los que más se adelantaron en ello, como Marcial, Owen, Scaligero, Falcó, Iriarte... pues sobre constar de aquellas tres peculiares circunstancias que se requieren para esta clase de poesía, que son brevedad, agudeza y claridad, le era tan natural, que los componía de repente, sin más detención que pararse suspenso uno o dos minutos, y luego proferirlo, como él mismo confiesa, libro 1, epigrama 4, página 36.

En el género encomiástico no será fácil encontrar poeta superior a él. ¿Qué elogios más bellos e ingeniosos como los suyos?

Por la poesía publicada del Sr. Abate Lasala en alabanza del Sr. Cardenal Boncompagno, originario de Bolonia, en donde se hallaba entonces de Legado, compuso la siguiente:

Dat Rhenus clarum Heroem, dat Turia vatem:

Ille celebrandas res facit, iste canit.

Ingeminat Rhenus meritos, et Turia plausus;

Ille sui Herois; vatis et iste sui.

En prueba de ser tan gran poeta, se cuenta que estando aún maestro de retórica, y leyendo en las aulas el epigrama de nuestro don Jaime Falcó, en alabanza de Felipe II; entonces en celebridad de ambos compuso de repente el epigrama que con el de Falcó se lee libro 2, número 6, página 71 de sus obras, y después de compuesto aquel prorrumpió con el que sigue, hasta ahora inédito:

Qui volet antiquos tollat super astra Poetas

Sic tamen ut nostro det super astra locum.

Su copioso numen fue la causa que infundiera en sus discípulos una afición tan grande, que los inflamaba de manera, que llegó a tenerlos muy aventajados; y aún aquí en estas adiciones se encuentran algunos colocados en la clase de escritores de un sobresaliente mérito, tales son: D. Antonio Eximeno, Raimundo Alafont, Vicente Emperador, y otros que han dado honor a nuestra patria con sus producciones.

Fue tan brillante el ingenio de Serrano, que logró aún en vida el aplauso que suele tributarse a los difuntos, así Cerdá en el prólogo de la reimpresión de la poética de Aristóteles de González de Salas, y en la retórica de Vosio, página 433, le alaba; como también Arévalo sobre Prudencio, tomo 1, página 422.

Las principales calidades de su estilo son la naturalidad, claridad, facilidad, y cierta gracia peculiar suya; añadiéndose a ello la gran pureza y elocuencia en sus producciones latinas: siendo reputado entre los doctos por autor original en su género, quedándonos el dolor de que arrebatado de la muerte dejara incompletas las más de las obras que principió. Murió este célebre literato en Bolonia a 1 de febrero de 1784, de edad de sesenta y nueve años: fue enterrado en la parroquial de santa María ad Templum; y la noticia de su muerte y elogio se insertó en la gaceta de Madrid número 25 del mismo año. Mereció se publicasen sus obras, y escribiese su vida, con docta pluma y pura latinidad, el Abate D. Miguel García. Impresa en Fulgino, 1788, en 4.° mayor. Después de las obras ya relaciona (relacionadas por) Ximeno, se añaden las siguientes: 1. El apóstol de Europa. Fiestas seculares con que la coronada ciudad de Valencia celebró el feliz cumplimento del tercer siglo de la canonización de su esclarecido hijo y ángel protector S. Vicente Ferrer, apóstol de Europa. Valencia, por la viuda de José de Orga, 1762, en 4.° 

2. Thomae Serrani Valentini super judicio Hieronymi Tiraboschii de M. Valerio Martiale, L. Annaeo Seneca (Séneca), M. Annaeo Lucano, et aliis argenteae aetatis Hispanis, ad Clementinum Vannettium Epistolae duae. Ferrarae, per Josephum Rinaldum, 1776, en 8.° mayor. 

3. Thomae Serrani de Civitatibus antiquae Hispaniae feriendae monetae jure usis, ad amicum eruditum Hispaniam cogitantem, et artem in ea ditesendi quaerentem, Hendecasyllabus (endecasílabos). Bononiae 21 Novembris 1781, en 4.° 

Esta obrita se reimprimió en Valencia por Benito Monfort, 1785, en 4.°, corregida en los grados de longitud y latitud de los pueblos, conforme a la fe de erratas de la primera impresión. El abate García al fin de la obra que contiene la vida del P. Serrano, y colección de sus obras, ha vuelto a reimprimir dicho endecasílabo correcto, conforme a  la segunda edición, y agregándole al fin un dístico, en que manifiesta lo mucho que tenía trabajado, y que por desconfianza de sí mismo quedó sin perfeccionarse, y sin salir a la luz pública. Así dice el dístico del escritor de su vida:

Parva, et pauca dedit, Plura et majora daturus:

Si minus ipse sibi displicuisset erat.

Siendo de advertir, que en lo conciso de sesenta y nueve versos endecasílabos, comprendiese setenta y nueve ciudades que acuñaron en España monedas.

4. Thomae Serrani Valentini Carminum lib. IV. Opus posthumum. Accedit de ejusdem Serrani Vita et litteris Michaelis Garciae Commentarium. Fulginae 1788, ex Typographia  Joannis Tomassini, en 4.° 

5. Un librito de tropos y figuras, con apoyos y ejemplos de los mejores poetas castellanos. Este tratado que compuso siendo maestro de retórica y poesía en el colegio de S. Pablo de Valencia, lo dictó para instrucción de sus discípulos, conservándose entre ellos con mucho aprecio manuscrito.

6. Disertación crítica, remitida por un famoso Barbadiñista a un amigo, acerca de los graciosos sentimientos que en materia de poesía y buen gusto tuvo el M. R. P. Fr. Barbadiño, religioso capuchino (como él se firma) de la congregación de Italia. Manuscrita. En ella se hace ver, que este fingido religioso no era el sujeto más a propósito para emprender, como lo hizo en la séptima de sus cartas, la reforma de los poetas españoles y portugueses. La da a luz, para prevención y resguardo de la juventud española, el maestro Juan Pérez de Castro. Quedó inédita por habérsele negado la licencia para su impresión.

7. M. V. Martialis Romae. Se proponía demostrar en esta obra, que quien atentamente leyere a Marcial, nada hallará en él sino a Roma, Roma física, Roma religiosa, Moral política, guerrera &c. &c. Manuscrita.

8. Eridanarum Quaestionum sive de Principatu Epigrammataria. Manuscrito.

Sólo dejó concluido, pero sin limar, el primer libro o diálogo.

9. M. V. Martialis Geographia. Iba formando una geografía universal antigua, más copiosa que la de Plinio y Mela, sacada toda de Marcial, y había ya descrito la España, Francia, Italia, Grecia, Asia y África, no obstante dejó la obra imperfecta.

10. Ethice Martialis. Se proponía formar una filosofía moral completa, compuesta de epigramas de Marcial, colocados con método y comentados por sí.

11. Musaeum Hispanicum. Era una serie de epigramas de un dístico cada uno, que suponía deberse colocar al pie de los retratos de los insignes españoles, puestos por orden cronológico en una grande galería. En cada dístico se expresaba el mérito particular de aquel sujeto a quien era dedicado, y luego se seguía un comentario en prosa que contenía la exposición del epigrama, y el elogio y (donde era necesario) la apología del sujeto. Estaba la obra dividida en dos partes, Musaeum Vetus y Musaeum Novus. Entre las dos se componía una historia de España, porque no se limitaba a sólo los doctos españoles, sino a los demás héroes en cualquiera ramo. 

Algunos epigramas de dicho Museo, que se han podido salvar y recoger, se han comprendido en el libro IV de su obra póstuma ya citada, y publicada por el abate García.

12. Hispania Arabica. El designio y método de esta obra era el mismo que el de la precedente, contraído a los célebres árabes españoles. 

13. Hispania Poetica. Obra la más bien acabada, aun en concepto de su mismo autor. Al partir de España, para que no pereciese, la entregó a no sé qué confidente: su asunto era en prosa castellana historiar el origen de la poesía castellana, sus épocas, defectos y virtudes, explicándolo con urbanidad y gracia. Ignoramos su paradero.

14. Vera Hispanicae effigies ex antiquis numis expressa.

Esta obra si la hubiera acabado sería grande y magistral. Puede considerarse como un comentario del citado endecasílabo, número 3: De civitatibus antique Hispaniae &c. Explicaba en ella todas las medallas publicadas por Flores y otros, así españoles como extranjeros; y con una vasta erudición frecuentemente descubría insubsistentes las interpretadas de los otros, y las subsistuía (sustituía con) otras suyas totalmente nuevas. Dejó concluido el primer diálogo, y mientras iba recogiendo materiales para el segundo le cogió la muerte. 

15. Historia de los venerables religiosos del convento de Gandía, que escribió primero con estilo vulgar e inculto una religiosa, y la exornó y perficionó (adornó, añadió y perfeccionó) el P. Serrano, aumentándola en mucha parte: quedó manuscrita, según el abate García en la vida del autor, página 11.

En la poesía castellana trabajó con igual felicidad que en la latina: a más de la varia clase de versos que pueden verse en su obra siglo III, se halla un romance al principio de la relación de fiestas en Valencia a la proclamación de Fernando VI, compuesto por D. José Vicente Ortí, en cuya alabanza fue dicho romance. Véase el artículo de Serrano en el tomo 5 de la biblioteca de Sempere.


FR. JUAN MORERA.

1784.

Religioso gerónimo, natural de la villa de Carcajente (Carcaixent), vistió el hábito en el convento de nuestra señora de la Murta, en donde después de los estudios fue nombrado prior en 1775, alcanzándole la muerte en dicho monasterio el año 1784.

Escribió: 1. Historia de la fundación del monasterio del valle de Mirallas, hallazgo y maravillas de la santísima imagen de nuestra señora de la Murta, año 1773. Manuscrita, que existía en el referido monasterio.


D. JUAN ANTONIO PASCUAL Y RUBIO.

1785.

Doctor en medicina, valenciano; fue médico titular de las villas del Peral, Iniesta, y después de Belmonte en la Mancha. Escribió:

1. Tratado médico-práctico del garrotillo maligno ulcerado o angina maligna gangrenosa, y su remedio cierto, pronto y seguro, confirmado con autoridad, observación y experiencia: por el Dr.... Valencia, por Benito Monfort, 1784, en 4.° 


D. JUAN BAUTISTA BLANES.

1784.

Natural de Alcoy, reino de Valencia, director y maestro de aritmética y álgebra en Méjico, agrimensor, titulado por el rey, de la Nueva España, perito aprobado por el real tribunal de la minería, y director de la mina Rayas. Dio a luz:

1. Método nuevo de resolver los problemas de proporción por ecuaciones algebraicas. 

2. Tablas para resolver los problemas de la trigonometría. Méjico, 1784, en 4.° 

3. Formulario para entrar en las minas a tomar los datos para la mejor dirección y resolución de problemas. Impreso en Méjico.


D. FRANCISCO CASTELAR.

1785.

Del comercio de la ciudad de Alicante. Escribió: 1. Cambios sobre las más principales plazas de Europa, operados y puestos en práctica, según los cálculos, monedas de cambio, y otros particulares que en cada una de ellas se usan. Madrid, por Andrés de Sotos, 1785, en folio. Expone el autor los cambios más frecuentes en Europa, operados y puestos en práctica, según las costumbres que cada plaza observa en este particular: se vale de un método claro, fácil, y acomodado al uso del comercio, deduciendo las reglas especulativas a la práctica de las operaciones y reducciones sobre cada plaza; añadiendo también instrucciones sobre los resultados y quebrados, según las varias monedas de los reinos. https://www.europeana.eu/de/item/164/40610


LA VENERABLE SOR VICENTA RITA AGUILAR.

1785.

Religiosa agustina de S. Julián, extramuros de Valencia, nació en esta ciudad, en la parroquial de S. Martín, día 23 de abril de 1716. Desde muy niña mostró grande inclinación a la virtud, y entera decisión a abrazar el estado religioso. Queríanla en diferentes monasterios de la ciudad, pero en ninguno tuvo afecto sino en el citado de Agustinas, donde la admitieron sin haberla visto jamás. Cumplióse en ello lo que mucho antes había entendido su espíritu estando en oración; y el tiempo fue desenvolviendo muchas cosas relativas a esta sierva del señor, que por su orden le había anunciado un confesor del convento de Dominicos del Pilar, con quien confesó no más de una vez, mandándola que tomase director de su alma a un religioso de S. Agustín, que por entonces fue el padre lector jubilado Fr. Tomás Candeal, de quien hemos hecho mérito en esta biblioteca. Verdaderamente es admirable la vida de esta religiosa. No hubo virtud que dejase de ejercitar en alto grado. Sin faltar a ninguno de los cargos, hasta el de superiora del convento que desempeñó por obediencia, hallaba tiempo para las más crudas maceraciones de su cuerpo, y para prolijas horas de oración, a más de las de comunidad. Las cosas extraordinarias de su espíritu, que a las veces no era en su mano disimular, pusieron en algún cuidado a los prelados de la orden, obligándoles a ahondar por sí y por otros en el conocimiento de aquellas para el total acierto en su dirección; y como sus confesores la obligaron a escribir varios cuadernos en que diera razón de su interior, pudieron estos en vida de la venerable ser examinados por los más famosos teólogos de Valencia. Aprobó su espíritu el R. P. M. Fr. Juan Bernal, mercenario: lo reconocieron por recto y aun por sublime los padres más doctos de la orden de santa Teresa; y la de S. Agustín, de cuya filiación es el monasterio de S. Julián, le destinó por largo tiempo en calidad de director al R. P. M. Fr. Tomás Pérez, cuya profunda inteligencia en teología mística es bien patente en sus escritos. Este gran práctico animó y confirmó grandemente su buen espíritu, e ilustró en lo necesario a los que prosiguieron en su gobierno. Hay motivos para creer que el señor comunicó a esta su esposa extraordinarios conocimientos, tanto de algunos pasajes de las divinas escrituras, y especialmente de los salmos menos manejados, de los que sin auxilio de libros hacía importantes y delicadas aplicaciones, como de interiores de algunas personas, a quienes para el bien de ellas y gloria de Dios, la patentización particular de su conciencia obligó a mejorar de vida, y también de no pocas de lo porvenir que anunciaba, y literalmente se cumplían. Murió con todos los sacramentos en su monasterio de san Julián, abrazada con un santo crucifijo, que con alguna violencia arrancaron de las manos de su cadáver. Fue su tránsito día 15 de abril de 1785, a los sesenta y ocho años, once meses y veinte y tres días de su edad. Su funeral fue concurrido de gentes de todas clases, empeñadas en tocar rosarios y medallas con su apacible rostro, y llevarse por devoción las hilas de sus hábitos. Se enterró en bóveda aparte, no lejos del altar del comulgatorio de dicho convento. Algunos años después con la debida licencia, y aun a impulsos del excelentísimo Sr. D. Fr. Joaquín Company, arzobispo de Valencia, se publicaron sus virtudes, y se la hicieron solemnísimas exequias. Por mandato del prelado de la provincia fue su elogiador fúnebre el P. Fr. Francisco Hurtado, entonces lector de teología en el real convento de san Agustín de esta ciudad, y en el día catedrático de la universidad literaria. Imprimióse dicho elogio en la oficina de Monfort en 1803, en 4.° Desde luego la parroquial de san Martín colocó en su sacristía entre los retratos de sus ilustres hijos, el de sor Vicenta Rita Aguilar. Escribió:

Varios cuadernos y muchas cartas de orden de su confesor. Estos escritos sólo versan sobre materias de su espíritu, y formarán como un tomo en 4.° regular. Existen originales de mano de la venerable en la librería de su elogiador el P. M. Hurtado. Todos ellos respiran simplicidad evangélica, y están concebidos en un lenguaje candoroso y puro, como puede verse en dicho sermón, donde ocurren casi planas enteras copiadas a la letra de los escritos de la venerable, a cuyo mérito y piedad pensaríamos hacer injuria, si no la diésemos lugar en esta biblioteca.


FRANCISCO VICENTE DE ORELLANA.

1785.

Presbítero, de quien habla Ximeno, tomo 2, pág. 281, colocándolo al año 1744, se añade que nació en Valencia a 3 de abril 1717; y graduado de leyes en la universidad de su patria, obtuvo un beneficio en la parroquial de S. Martín: fue hermano de D. Marcos Antonio de Orellana, de quien hablaremos en su lugar. Murió en 5 de enero de 1785. A más de la obra que cita Ximeno, publicó la siguiente:

1. Tratado de barnices y charoles. Impreso en Valencia, en 4.° Después se reimprimió en la misma por José García, 1756, también en 4.°: con la expresión de enmendado y añadido en esta segunda impresión de muchas curiosidades, y aumentado al fin con otro tratado de Miniatura... traducido del idioma francés.


D. JUAN BAUTISTA ESPLUGUES PALAVICINO Y BERGADÁ.

1785.

Barón de Fignestraní, caballero maestrante de la ciudad de Valencia, de donde era natural, fue regidor y secretario de la real sociedad económica de la misma, sujeto muy aficionado a las bellas artes y poesía que cultivó con buen numen. Murió en dicha ciudad a 23 de agosto de 1785. Publicó:

1. Ifigenia en Aulide: Tragedia en cinco actos, compuesta en idioma italiano por el abate Manuel Lassala y Sangermán, y traducida al castellano por D. Julián Cano y Pau. (Anagrama de su nombre y apellido.) (Esto es forzar mucho un anagrama)

Valencia, por José y Tomás de Orga, 1781, en 4.° 


ILMO. SR. D. FR. JUAN BAUTISTA SERVERA.

1785.

Religioso franciscano descalzo, nació en Gata en 13 de julio de 1707, pueblo situado a 13 leguas de Valencia; aunque sus padres eran del valle de Orba, cerca de Murla, también reino de Valencia. Tomó el hábito en el convento de S. Juan de la Ribera de la ciudad de Valencia en 25 de julio de 1722, haciendo su profesión en 26 del mismo mes del año siguiente. Después de sus estudios obtuvo los grados de lector de filosofía y teología, secretario de provincia, y electo después provincial, difinidor de provincia, y últimamente difinidor general de toda la orden. Fue tal su lucimiento y esplendor, que habiendo llegado a oídos del rey, le promovió a la mitra de Canarias en 1772, de esta le trasladó a la de Cádiz, en cuya ciudad falleció en 1785. Escribió:

1. Sermón fúnebre en las exequias del V. P. Fr. José Servera (su hermano?), religioso descalzo de S. Francisco, hijo de la misma provincia de san Juan Bautista del reino de Valencia, predicador y tres veces maestro de novicios, y guardián muchas veces en varios conventos: predicado en el día de nuestra señora del Orito en 9 de septiembre de 1746. Valencia, por Gerónimo Conejos, dicho año, en 4.° 

Hace mención de este sermón Ximeno, tomo 2, pág. 294, columna 1, hablando de Fr. Joaquín Escuder. 

Escribió también: 2. Algunas pastorales.


D. IGNACIO BONO.

1786.

Presbítero, natural de la villa de Concentaina, donde nació en 9 de diciembre de 1700: fueron sus padres don Francisco (Bono) y doña Antonia Casasus (Casasús). Era buen poeta, y dotado de fértil y copioso numen, y mucha facilidad en componer de repente cualquiera género de versos, aun cuando fueren de pie forzado. Falleció en su patria a 5 de marzo de 1786. Escribió:

1. Los cuatro santos evangelios de la sagrada escritura, vertidos en verso castellano. Manuscritos. Esta obra mereció grande aplauso de las personas inteligentes; y habiéndose solicitado la licencia para su impresión se extravió en la corte su original, quedando frustrado el éxito y publicación de ella. (¡qué cosas pasan en la corte! Se pierde el original de la biblia en verso)

Hállanse poesías de nuestro Bono en la página 64 del libro del siglo III de S. Vicente Ferrer, compuesto por el P. Serrano.


FR. GREGORIO DEMPERE. (D'en Pere) 

1786.   

Religioso gerónimo, nació en Alcalá de Gisbert (alcalá : al kalat : castell de Xivert), diócesis de Tortosa, en 7 de diciembre de 1718, entró en dicha religión, y moró en el monasterio de S. Miguel de los Reyes de Valencia hasta su muerte, acaecida en 26 de mayo de 1786, de edad de 68 años.

Escribió: 1. Tratado del jubileo concedido para todos los monasterios de España de la orden de san Gerónimo en el día de san Matías apóstol. Declárase su origen y estado de firmeza que hoy tiene con otras noticias, y una instrucción muy útil a los fieles que le hayan de ganar. En 4.°, manuscrito. Le dejó su autor a un sobrino suyo, también monje  gerónimo en el mismo monasterio.


D. VICENTE PERÍS Y PASCUAL.

1786.

Presbítero, nació en Valencia, en cuya universidad cursó la filosofía con el Dr. D. José Ferrando, que después fue individuo de la congregación de S. Felipe Neri de esta ciudad, siguió estudiando la teología, y logró una beca en el de santo Tomás de Villanueva, graduándose de bachiller y grado mayor de esta facultad. 

En 1748 fue nombrado catedrático de filosofía, entre sus discípulos, que tuvo de mucho mérito, fue uno de ellos el Dr. D. Jaime Camarasa, que después obtuvo una pavordría en esta escuela. Recibió los sagrados órdenes a título de un beneficio en la parroquial iglesia de san Martín obispo; y en 1761 la muy ilustre ciudad le nombró por su predicador titular en propiedad, empleo que ya antes desempeñaba por la imposibilidad del Dr. y pavordre D. Vicente Albiñana, con mucho aplauso del pueblo que concurría en gran número a oír sus sermones.

En 1764 la misma ciudad le nombró catedrático perpetuo de teología. Hizo varias oposiciones a los canonicatos de esta catedral y pavordías vacantes; y en la que hizo en 1774 fue colocado en primer lugar en la terna con catorce votos de veintidós vocales que eran, que no logró por haber sido agraciado por su majestad el Dr. D. Manuel Miralles y Calbet, cura de la parroquial de S. Bartolomé de esta ciudad; pero en 21 de junio de 1785 fue provisto con esta prebenda, vacante por muerte del pavordre D. Luis Adamdrat, que disfrutó poco más de un año, porque falleció en 20 de septiembre de 1786.

Dio a la estampa:

1. Sermón a la canonización de S. José de Calasanz, predicado en la escuela pía, haciendo la función la muy ilustre ciudad. Valencia, por Benito Monfort, 1767, en 4.° 

2. Sermón en la fiesta que consagró la nobleza de la villa de Alcoy al prodigioso hallazgo del santísimo sacramento, en celebridad de la segunda centuria de este memorable suceso, en 27 de septiembre de 1768. Valencia, por Onofre García, 1769, en 4.° 

3. Sermón de la imagen de nuestra señora de Sales, venerada en la parroquial de la villa de Sueca, día 8 de septiembre de 1771. Valencia, por Benito Monfort, dicho año, en 4.° 

4. Panegírico de santa Catalina mártir en su parroquia de Valencia, día 25 de noviembre de 1770. Valencia, por dicho impresor, 1771, en 4.° 

5. Sermón de santo Tomás de Villanueva en su colegio mayor de la presentación de nuestra señora, día 18 de septiembre de 1772. Valencia, por el mismo, en 4.°

6. Sermón del obispo S. Martín en su iglesia parroquial de Valencia, día 11 de noviembre de 1773. Valencia, por Monfort, 1774, en 4.° 

7. Solemne acción de gracias por el feliz alumbramiento de la princesa de Asturias, y paces con la gran Bretaña, que en el día de nuestra señora de los Desamparados a 9 de mayo de 1784, consagró la muy ilustre ciudad de Valencia, y en oración gratulatoria dijo en la iglesia metropolitana. Valencia, por Monfort, dicho año, en 4.° 

Por una extensa nota puesta al fin de esta oración, se manifiesta que la procesión de nuestra señora de los Desamparados, patrona de Valencia, que todos los años se hace el segundo domingo de mayo, día de su festividad, tuvo principio en 14 de dicho mes de 1684, de resultas de deliberación del Concejo de la ciudad tenido en 2 de marzo de dicho año. 

8. Tractatus de Immaculata B. V. M. Conceptione. Manuscrito, en 8.° que trabajó en 1766.

Este y otros tratados de teología dictados en la universidad a sus discípulos, se guardan con mucha estimación.

JUAN BAUTISTA BRU DE RAMÓN.

1786.

Natural de la ciudad de Valencia, hijo de la parroquia de S. Martín, nació y fue bautizado en 1740; desde niño se dedicó al dibujo y pintura, siendo en esta facultad un mediano artista, como se ve en las pinturas al fresco que hizo en la iglesia de nuestra señora del Rosario, sita en las barracas del Grao. Pero aunque en esto no fue aventajado, trasladado a Madrid, en el gabinete de la historia natural en la clase de disecador adquirió crédito. Allí se ocupó constantemente en disecar y dibujar varios animales, plantas y fósiles &c. con cuyo motivo publicó: 1. Colección de láminas que representant los animales y monstruos del real gabinete de historia natural de Madrid, grabadas de orden superior por D. Juan Bautista Bru, pintor y disecador de dicho gabinete. Madrid, por Andrés de Sotos, 1784 y 1786. Dos tomos en folio.

Constan de once cuadernos de seis láminas cada uno, con la descripción individual de cada animal o monstruo hecha por él mismo.

2. Colección de varias estampas que representan los trajes de las naciones asiáticas, copiados de los que mandó grabar Mr. Ferriol, embajador de su majestad cristianísima en Constantinopla, por D. Juan Bautista Bru. En folio. Son en todo treinta y dos láminas.


D. FRANCISCO JAVIER SOLER.

1786.

Abogado del colegio de Valencia, en donde nació por los años de 1756: estudió la filosofía en la universidad de su patria que empezó en 1771, y después siguió el curso de leyes con el pavordre D. Juan Sala (del que hablaremos en el año 1806), graduándose del grado mayor de dicha facultad en 1777, y recibido de abogado en 1780, fue admitido en el siguiente en el colegio de abogados de Valencia; pero pasando a Madrid, se le creó individuo de número de la real academia del derecho español y público de aquella corte, de que tomó posesión en 22 de noviembre de 1784; pero cuando empezaba a desplegar su talento, manifestando su mucho saber, murió aún joven en el año 1786, dejando en gran sentimiento a los que le conocían, porque esperaban ver en él un literato en su clase consumado. Escribió: 1. Observaciones sobre las ediciones de los comentarios de Arnoldo Vinio, ilustrados con adiciones del derecho de España por los doctores D. Juan Sala y D. Bernardo Danvila. Madrid, por D. Joaquín de Ibarra, 1782, en 4.°          


D. CRISTÓBAL MOLTÓ.

1786.

Valenciano, del que no podemos dar noticia alguna por más diligencias hechas para ello, y lo colocamos con el fin quede memoria que publicó en el año 1787: Observaciones económicas para el Estado Pontificio.

Ignoramos su impresión, y sin ningún reparo insertamos este autor para el curioso que haya tenido la ocasión de saber de él, y yo pueda alargar más este artículo, o comunicarme las noticias oportunas para que en el apéndice que pienso hacer, pueda extenderme más en este y otros autores que trataré. 

   

D. VICENTE ADÁN.

1787.

Natural de la villa de Algemesí, reino de Valencia, ya desde niño mostró la grande afición que tenía a la música, saliendo en ella tan aprovechado, que por su mucha habilidad logró ser organista de la real capilla de nuestra señora de Almudena en Madrid, en donde escribió las obras siguientes:

1. Preludios o formaciones de tonos puestos para salterio, y pueden servir de luz para todos los instrumentos. Madrid, 1781.

2. Documentos para instrucción de músicos y aficionados que intentan saber el arte de la composición. Madrid, por José Otero, 1786, en folio.

3. Respuesta gratulatoria a la carta laudatoria de D. Anacleto de Leta, apoderado de la juventud músico aficionada. Madrid, 1787, en 8.° 

Esta respuesta es a la intitulada: Carta laudatoria a D. Vicente Adán, en acción de gracias por la publicación de su obra intitulada: Documentos &c. Véase el número 2. Madrid, imprenta real, 1787, en 8.° 

4. Demostración de los signos del salterio, y reglas para templarle. Sin año.

5. Varias seguidillas y tiranas de las mejores que se han cantado en los teatros de la corte: van notadas hasta el número de 21.

6. Seis cuartetos de flauta, dos violines, viola y bajo. = Seis para salterio en lugar de flauta, y ocho minuetes para pianoforte, música de diferentes autores para salterio. = La salve a nueve, con todos los instrumentos. = El primer salmo de completas. = Sonatas para órgano son nueve, y varias piezas de música para salterio. = Dos sinfonías concertadas de salterio, flauta, violines, violas, trompas y bajo &c., de que no noto para omitir tanta prolijidad.


FR: NICOLÁS PASCUAL ROIG.

1787.

Religioso agustino calzado, natural del lugar de Ruzafa en la vega de Valencia, tomó el hábito en el convento de Agustinos de dicha ciudad, donde fue organista, y murió en Alcoy en 1787. Escribió:

1. Explicación de la teórica y práctica del canto llano y figurado. Madrid, por D. Joaquín Ibarra, 1778, en 8.° mayor.


D. JOSÉ BERNÍ Y CATALÁ.

1787.

Doctor en leyes, natural de la ciudad de Valencia, del que habla Ximeno en el tomo 2.° página 295, murió en la referida ciudad día 5 de febrero de 1787; se ha de añadir que la obra del número dos que trae Ximeno intitulada: Manual de testar, dividir y partir, se imprimió también en Madrid, en 8.° 

Núm. 3. Instrucción de alcaldes ordinarios, se reimprimió en Valencia, 1763, en 4.° 

Núm. 5. Instituta civil... Valencia, por Cosme Granja, 1760, en 4.°; y por José Esteban, 1775, más aumentada, en 4.° 

Núm. 7. El abogado instruido en la práctica civil de España, se imprimió en Valencia, 1738 y 1763, siempre en 8.° 

Núm. 8. Práctica criminal, lo imprimió en Valencia, 1749 y 1765, en 8.° 

Se adicionan las obras siguientes:

1. Apuntamientos sobre las leyes de partida, al tenor de las leyes recopiladas, autos acordados, autores españoles, y práctica moderna. Valencia, por los herederos de Conejos, 1759. Cuatro tomos en folio de marquilla.

2. Dos cartas al erudito D. Gregorio Mayans, implorando en la primera sus doctas advertencias para la mayor defensa del rey Witiza. Y en la segunda sobre que las leyes de partida fueron hechas en Sevilla por el mismo señor D. Alfonso el sabio, y doce jueces españoles. Valencia, por José Esteban Dolz, 1773, en 4.° 

3. Creación, antigüedad y privilegios de los títulos de Castilla, y todas las creaciones de Grandes, Duques, Condes y Marqueses; tiempo de sus creaciones, traspasos o perpetuidad de sus primeros títulos, y sus actuales poseedores hasta el presente reinado y tiempo de la conclusión de la obra. Valencia, en la imprenta del autor, 1769, en folio mayor, ilustrado con láminas.

Contra esta obra escribió Antonio Ramos un libro intitulado: Aparato para la corrección y adición de la obra que publicó en 1769 D. José Berní y Catalá. Málaga, 1777. Un tomo en folio.

4. Carta al erudito D. Gregorio Mayans sobre la que dicho Sr. ha impreso en Valencia, del reverendo padre fray José Pedro de Alcántara, en asunto de Witiza, rey godo. Valencia, por Dolz, 1773, en 4.° 

5. Carta de advertencias que escribe a los eruditos escritores, sobre el fuero viejo de Castilla. Valencia, por José Esteban Dolz, 1771, en 4.° 

6. Carta dirigida a los pasantes de jurisprudencia, sobre el arte de estudiar el derecho español, ínterin pone en limpio la universal instituta española, que con fácil método demostrará todo el derecho real. Valencia, por Esteban Cervera, 1772, en 4.° 

7. Demostración de los trabajado en la edición del señor Gregorio López. Valencia, por el mismo, 1771, en 4.° 

8. Carta de advertencia a los eruditos autores de las instituciones del derecho civil de Castilla. Valencia, por Dolz, 1771, en 4.° 

9. Carta al Dr. D. Bartolomé Heraud, relator civil de la real audiencia de esta ciudad sobre la carta que D. Miguel Serrano Belezar ha publicado, aconsejando a un discípulo la elección de estado. Valencia, por dicho Cervera, 1773, en 4.° 

10. Carta a los señores Ignacio Jordán de Asso, y D. Manuel Rodríguez, sobre la publicación del ordinamiento de Alcalá. Valencia, por José Esteban, 1774, en 4.° 

11. Disertación que en obsequio de la española latinidad escribe en vista de la nota que publicó D. Juan Noltenio en Lipcia, 1744. Valencia, por Dolz, 1775, en 4.° 

12. Practicarum quaestionum doctissimi et illustrissimi Domini Didaci (Didac, Diego) Covarrubias à Leiba, liber unus in duobus tomis divisus cum locupletissimo indice, elaborato à D. Josepho Berni. Valencia, 1775. Dos tomos en 4.° 

13. Disertación en obsequio de la real academia de Valencia de las tres nobles artes. Valencia, por José Esteban, 1777, en 4.° 

14. Dos cartas por vía de suplemento de códigos, autores y descuidos en la obra librería de jueces. Valencia, 1777, en 4.° 

15. Reglas para la seguridad de los frutos en los campos, insertando el real despacho del consejo que consiguieron los lugares de Campanar y Benimaclet, en 4.° 

16. Disertación en defensa del rey D. Pedro el Justiciero, en folio.

Contra esta escribió, bajo el nombre del bachiller D. Pedro Fernández, D. Tomás Sánchez, bibliotecario del rey. Papel en 8.° 

17. Apuntamientos sobre las leyes de recopilación novísima de Castilla, 1771. Tomo 1.°


P. MIGUEL GARCÍA.

1788.

De la compañía de Jesús, nació en Turís en el año 1737, tomó la sotana en Valencia, donde permaneció hasta la expulsión de su orden, que pasó a Italia, donde falleció.

Publicó: 1. Thomae Serrani Valentini Carmina Libri IV. opus posthumum; Accedit de ejusdem Serrani Vita, et Litteris Michaëlis Garciae Commentarium. Fulginae, 1788, en 8.° mayor. Según el abate Herbás en la historia de la vida del hombre dando noticia de nuestro autor, y alabándole de excelente latino, dice en la página 165 del tomo 2.°, que tenía García traducido del griego al español con notas críticas los dos opúsculos siguientes, para uso de los españoles.

2. Aristophanis Plutus graece ad optimorum codicum cum manuscriptum editorum fidem latine redditus, et annotationibus grammaticis, et eruditis illustratus.

3. Plutarchi quomodo adolescens poetas audire debeat, libellus graece.


D. MANUEL SISTERNES Y FELIU.

1788.

Natural de Castellón de la Plana, nació día 20 de julio de 1728, fue hijo de Félix Sisternes de Boteller, generoso doctor en ambos derechos, y doña María Josefa Feliu. Estudió artes y leyes en la universidad de Valencia, donde recibió el grado de doctor. Pasó a Madrid a ciertas diligencias, y estando en la corte le nombró el rey fiscal de la audiencia de Barcelona, de donde fue ascendido a la plaza de alcalde de casa y corte, y poco después premiado con la plaza de fiscal en el supremo consejo y cámara de Castilla, en cuyo empleo murió día 20 de junio de 1788. Su fallecimiento y elogio se publicó en la gaceta de Madrid, número 59 del mismo año, y en el Mercurio de julio. Don Juan Sempere en su biblioteca se extiende en la alabanza de este sabio magistrado. Escribió:

1. Decreto del parlamento de Apolo que declara al P. Francisco Xavier Mamachi, prefecto de las clases en el colegio de Ruhan (Ruán), acusado y convencido del crimen de plagiato, y como tal le suspende para siempre del ejercicio, y poder enseñar a la juventud en todas las academias de su distrito. Extracto de los registros del Parnaso de 7 de abril de 1759, traducido del francés. Valencia, por Benito Monfort, 1759, en 12.

2. Idea de la ley agraria española. Valencia, por dicho Monfort, 1786, en 4.° mayor.

Entre otras cosas que en alabanza de esta obra, en el análisis de ella, hace Sempere en su biblioteca, sólo copiaré lo siguiente: “Esta obra abunda en excelentes máximas, tanto en el texto de la ley, como en las notas con que explica y extiende sus capítulos.”

3. Memorias de la academia de Chalons, sobre los medios de extirpar la mendicidad. Obra traducida del francés con varias adiciones acerca de los objetos contenidos en ellas contraídos a España. Obra muy útil, que por su muerte quedó manuscrita.

4. Según indica al fin de la dedicatoria de su: Idea de la ley agraria, dirigida a su Majestad, compuso algún proyecto o establecimiento de asistir a los pobres enfermos en sus casas, sin necesidad de ir al hospital, puesto en práctica en el cuartel de palacio.


VICENTE CATALÁ.

1788.

Natural de Valencia, estudió en su universidad, obteniendo en ella el grado de doctor en teología, leyendo después filosofía en la misma, fue nombrado cura de la parroquial del Salvador de esta ciudad. Murió en Valencia día 8 de junio de 1788.

1. Sentimientos tiernos, que en la real pía memoria del descendimiento y entierro de Jesús, manifiesta María Santísima. Exercicio devoto que todos los años en la tarde del Viernes Santo celebra la parroquial iglesia del santísimo Cristo del Salvador de Valencia. En ella, por la viuda de José de Orga, 1766, en 4.° 

2. Explicación del jubileo universal, que por motivo de su exaltación al trono vaticano ha concedido nuestro muy santo padre Clemente XIV, con breve expedido en 12 de diciembre de 1769. Enséñase el modo de practicar las diligencias, y de cuanta estima son sus favores y gracias para mejor disponerse al logro de ellas. Valencia, por José Esteban Dolz, 1771, en 8.° 


V. FR. SILVESTRE LLANSOL.

1788.

Religioso recoleto de la orden de S. Francisco, hijo de Mislata, lugar inmediato a Valencia, vistió el hábito en el convento de la corona de esta ciudad, en donde después de los estudios fue lector jubilado, y difinidor de la recolección en la provincia de S. Francisco de Valencia: murió con muy buena opinión en su convento de la corona en 31 de mayo de 1788 de cincuenta y ocho años y cuatro meses de edad.

1. Oración fúnebre en las exequias que la V. hermandad del santísimo Niño Jesús del Huerto, erigida en el convento de religiosos recoletos de nuestro padre san Francisco de Valencia, en el día 21 de junio de 1769, celebró a la buena memoria de su fundador  el V. Fr. José Cots, religioso lego del mismo convento. Valencia, por José Esteban Dolz, 1769, en 4.° 

2. Novena de la purísima Concepción. Valencia, por Miguel Esteban, en 8.° 


TOMÁS SEVILLA.

1788.

Valenciano, maestro del arte mayor de la seda en Valencia. Publicó:

1. Disertación sobre hilar la seda con perfección, con mayor ventaja que la que se ha observado hasta el presente. Madrid, por José Herrera, 1788, en 4.° 

Convencido este autor de que la buena disposición del torno de hilar hace producir mejor cosecha, así en la bondad y mejoría de la especie como en la cuantidad de ella, prescribe el modo de disponerle con ventajas conocidas al que se acostumbraba practicar, para cuyo efecto pone al fin una lámina demostrativa de todas las operaciones correspondientes al torno.


D. JOSÉ MANUEL GASCÓ Y NAVARRO.

1788.

Nació en el lugar de Foyos en 1706, estudió la medicina en la universidad de Valencia, pasó la práctica con el doctor Tomás Bonet, médico, se graduó en Gandía para poder ejercer su facultad. Después suplicó a esta universidad le admitieran en su concurso, y recibió el grado de doctor de medicina, hizo varias oposiciones a las cátedras vacantes en su facultad, también a la plaza de médico del santo hospital general, por muerte del Dr. D. Juan Bautista Longás, en la que mereció lo colocasen los censores en primer lugar, y a la de anatomía que se dio al Dr. D. Andrés Piquer (lo de Fórnols), logrando finalmente el que en 1743 ser elegido catedrático de botánica (una frase algo mal compuesta): fue tan erudito, que obtuvo el honor de ser nombrado médico titular de la ciudad, y de la junta de sanidad, primer examinador de la subdelegación del protomedicato, siendo por su avanzada edad el decano del claustro de la universidad, sujeto de mucha entereza y probidad: murió en 10 de marzo de 1788, está enterrado en los claustros del convento de la Merced, y tiene puesta sobre su sepultura una lápida, cuya inscripción es la siguiente:

D. O. M.

HIC JACET

DOCTOR JOSEPHVS GASCÓ

QVI OB ABSOLVTISSIMAM

MEDICINAE ET ALIARVM

SCIENTIARVM COGNITIONEM

ET PRO REGIO MATRITENSI

PROTOMEDICATV

PRIMVS APVD VALENTINOS CENSOR

ET PRIMVS NOBILISSIMAE VRBIS

SANCTIQVE FIDEO TRIBVNALIS

MEDCVS

QVVM CHIRVRGIAM ET BOTANICAM

IN VALENTINA ACADEMIA

PER ANNOS XLV EDOCVISSET

ANNOS NATVS LXXXII DECESSIT

DIE X MARTII ANNI MDCCLXXXVIII.

Escribió: 1. Historia verdadera de la enfermedad del Exmo. Sr. Marqués de Wanmark, capitán general del reino de Valencia, y demostración de los errores y equivocaciones de otra que dio al público el Dr. D. Narciso Peirí. Valencia, por José Esteban, 1777, en 4.° 


FR. JOSÉ ANGELO ESPUIG. (Es Puig)

1788.

Así se firmó, no obstante que su hermano D. Gerónimo, del que hablamos en 1775, se apellidaba Despuig; fue hijo de Villarreal, religioso carmelita calzado y maestro en su religión: murió en el convento del Carmen de Valencia en 1788. Escribió:

1. Defensa carmelitana en asunto a que S. Benito no es padre de todos los monjes del occidente, sino solamente de los de su santa regla; contra el desagravio del P. M. D. José de Vera, monje cisterciense. Valencia, por Benito Monfort, en 4.° 


D. NICOLÁS ROCAFULL.

1788.

Presbítero, doctor en sagrada teología, beneficiado en la parroquial de S. Bartolomé de la ciudad de Valencia, hijo de ella, en donde murió en 4 de diciembre de 1788. Imprimió: 1. Dictámenes y sentencias de santa Teresa de Jesús, sacados a la letra de sus obras. Valencia, por José Esteban, 1777, en 8.° 

En esta obrita, que salió anónima, a cada sentencia cita el lugar de la obra o carta donde la escribió la santa.

FR. FRANCISCO BAELLO.

1788.

Valenciano, francisco descalzo, tomó el hábito en el convento de S. Juan de la Ribera de Valencia, y después de su profesión y estudios fue lector de artes y sagrada teología, y pasando a Roma obtuvo los empleos de guardián del de S. Pascual y los cuarenta santos mártires, secretario general de los recoletos y descalzos, vice-procurador general en aquella ciudad, y postulador de la causa del beato Ibernon (Ibernón), la que no pudo ver concluida por su muerte acaecida en aquella capital por los años de 1788. Escribió:

1. Los milagros de la Santa Ciudad. Se imprimió en Roma en 8.° mayor: al fin del tomo lleva el nombre de su autor.


P. D. JOSÉ CARBONELL.

1790.

Cartujo en la de Portaceli, natural de Tibi, murió por los años de 1790. Escribió:

1. Discurso demostrativo contra las infundadas pretensiones de los frailes legos o conversos cartujos, y refutación de algunos errores comunes sobre que intentan apoyarlas. Manuscrito. Esta obra la escribió su autor fundándola en derecho y ciñéndola a las costumbres estatutarias de la religión; en ella rebate las pretensiones de los frailes legos conversos, que en pleito formal pendiente ante el Nuncio de España, intentaron limitar las facultades de los monjes, y apropiarse la autoridad en el manejo y administración de los bienes; y que todos los monjes sin exceptuar el primero ni otro alguno únicamente vivan en vida contemplativa, eximiéndose los legos o conversos de servirles. Dicho escrito tiene varios miembros o capítulos, referiré algunos para dar una idea de lo mucho que abraza esta obra:

Origen de la sagrada orden de la Cartuja, y de los estatutos con que se ha regido.

Punto 1.° Los monjes cartujos jamás han hecho voto de clausura, encerramiento o de perpetua permanencia en el monasterio.

Punto 2.° Los monjes cartujos en su primitiva institución profesaron la vida activa y contemplativa, pero no esta puramente.

Punto 3.° Nuestros frailes conversos o legos desde el origen de la orden hacen voto expreso de permanecer todos los días de su vida en el desierto del monasterio en que profesan.

Pretensiones de los legos o conversos.

1.a Pretenden que no son para servir a los monjes. Se les prueba lo contrario.

2.a Pretenden eximirse de trabajar por sus propias personas y manos. Evidénciase que para esto han sido admitidos en la religión.

3.a Pretenden ser procuradores, y representar a la comunidad, lo cual ha competido siempre al monje procurador.

4.a Presbítero los frailes conversos la solicitud, manejo y cuidado universal de los bienes de los monasterios, lo cual siempre ha pertenecido a los monjes procuradores, y jamás a los conversos.


D. MANUEL ANTONIO MELIÁ Y RIBELLES.

1790.

De la compañía de Jesús, nació en la Valle de Uxó o del Duc, reino de Valencia, (a) seis leguas de su capital, obispado de Tortosa, tomó la sotana de jesuita en la Coruña, y así está contado entre los de la provincia de Castilla; de allí al tiempo de la expulsión se estableció en Bolonia, donde escribió y publicó en 783 una obra que después él mismo tradujo en castellano, a saber:

1. Excelencias de la virginidad evangélica en tres libros, con una breve apología del cristiano celibato contra los filósofos de nuestros días. Madrid, por D. Benito Cano, 1790, en 8.° Esta obra con razón es alabada en las Efemérides Literarias de Roma, número 18 de 1784, día 1 de mayo, y por el célebre Gerónimo Tyraboschi, bibliotecario del duque de Módena, pues dice en una carta suya con fecha de 4 de junio de 1784: “Está la obra primorosamente ideada, y felizmente ejecutada; y tiene todas las buenas cualidades que en los libros de este género se requieren.”

2. El Tucydides (Thucydides) traducido al español con notas. Habla de ella Herbás, historia del hombre, tomo 2, página 165.

3. Las vírgenes necias. Manuscrito. 
https://es.catholic.net/op/articulos/18772/parbola-de-las-vrgenes-necias-y-prudentes.html


LUIS MARTÍN MALO.

1790.

Natural de la ciudad de Valencia, donde nació en 1766; instruido en las primeras letras, entró religioso dominico en el convento de su patria, pero dejó el hábito a los nueve meses de su probación; estudió filosofía y leyes, pero por su genio variable e inconstante abandonó los estudios, y se alistó soldado artillero de mar, pero estando de partida para Madrid murió en 1790. Escribió siendo aún muy joven: 1. La capilla de nuestra señora del Carmen de Valencia: Poema nuevo en que se relata la historia de este santuario, y las fiestas que con motivo de su nueva fábrica se celebraron en Valencia los días 16, 17 y 18 de julio de 1783. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1784, en 4.° de 188 páginas.


ILMO. SR. D. JOSÉ TORMO.

1790.

Nació la noche de Navidad en la villa de Albaida, fueron sus padres don Bartolomé Tormo y doña Magdalena Juliá: empezó la filosofía el año 1735 en la universidad de Valencia, bajo la enseñanza del Dr. D. Felipe Bertrán (del que hablamos año 1783), graduándose de bachiller y maestro en artes por gracia a título de pobre. Estudió la teología con el pavordre D. Vicente Calatayud, obteniendo el grado de doctor de esta facultad en la misma universidad. La fama de su aplicación fue el motivo de que el obispo de Orihuela lo eligiese catedrático de filosofía del real y tridentino colegio de dicha ciudad, en cuyo cargo permaneció poco más de un año, volviendo a Valencia por el deseo de obtener alguna cátedra de dicha facultad en esta universidad, en la que en 1745 fue provisto, nombrándole el Sr. arzobispo maestro de caballeros pajes de su ilustrísima. Hizo varias oposiciones así a canonicatos en esta catedral, como también a las pavordrías, pues en 1748 y 1755 las hizo al lectoral vacante sucesivamente por muerte de los canónigos D. Teodoro Tomás y D. Miguel Furió, y también a la pavordría que este dejó por ascenso a aquel. Obedeciendo la orden del señor arzobispo de esta diócesis, D. Andrés Mayoral pasó a Madrid, donde permaneció veinte meses, procurando asistir con puntualidad a la real biblioteca, y academia de la historia, en la que mereció la aceptación así por la oración gratulatoria que la presentó a su admisión, como por las dos disertaciones eclesiásticas que trabajó sobre el lugar y tiempo en que fue celebrado el famoso concilio Iliberitano, el título de académico honorario.

Vuelto a esta ciudad renunció el beneficio que obtenía en el palacio real de Valencia, por ascenso al curato de la parroquial de S. Andrés de la misma; y atendiendo el Sr. arzobispo Mayoral a los relevantes méritos y prudencia de nuestro Tormo, le propuso a su majestad para obispo auxiliar de esta diócesis; obteniendo la aprobación de su Santidad, fue consagrado en esta catedral, juntamente con su maestro el Sr. Bertrán, dándole el título de obispo de Tricomi, y en 1767 fue provisto para el obispado de Orihuela, en cuya diócesis se hizo recomendable por el gran zelo que manifestó en promover el bien espiritual y temporal de sus feligreses, y aquellos diocesanos le estarán siempre agradecidos por las más seguras prendas de su amor, erigiendo sesenta y cinco curatos y vicarías con la aprobación del Sr. D. Carlos III, de las rentas de los beneficios préstamos, en muchas iglesias edificadas de nuevo y otras renovadas, en seis cleros formados de doce a veinte individuos para la celebración diaria de los oficios divinos, en montes píos fundados para labradores y viudas, en el puente de Rojales, en la presa o azud de Benferri, en la copiosa fuente de agua dulce conducida a la villa de Elche por cañería de tres leguas de distancia, en la casa de educandas, y sesenta escuelas y costuras para ambos sexos, en que empleó dignamente sus rentas. Falleció en Orihuela día 26 de noviembre de 1790, de edad de sesenta y nueve años y veinte y tres de su gobierno en esta mitra. Se sepultó su cadáver en el seminario conciliar, que había sido en todo su pontificado objeto principal de su amor y de sus desvelos. Escribió:

1. Pastoral sobre la disminución de fiestas. SU fecha 31 de enero de 1772, en 8.° impresa sin año ni lugar de impresión.

2. Edicto pastoral sobre la debida veneración a los templos, y providencias para los grandes abusos que en ellos se experimentan. Orihuela 5 de enero de 1773. Murcia, por Felipe Teruel, en 8.° 

3. Edicto con motivo del jubileo del año santo, que nuestro santísimo padre Pío VI se ha dignado conceder a toda la cristiandad, y una breve pastoral instrucción para ganarle las diligencias que en él se previenen, y manda su Santidad en su Breve que va inserto a la letra. Valencia, por Benito Monfort, 1776, en 8.° 

4. Instrucción pastoral dirigida al deán y cabildo de Orihuela, colegial de Alicante, vicarios foráneos, curas &c., en conformidad de la circular de nuestro santísimo Padre Pío VI, enviando a todos los prelados de la iglesia católica, con el justo plausible motivo de su exaltación al sumo Pontificado. Valencia, por Benito Monfort, 1776, en 4.° 


D. VICENTE BRANCHAT.

1791.

Natural de la ciudad de Valencia, hijo de D. Cristóbal Branchat, comerciante de libros; desde muy joven se dedicó a los estudios, y fue tal su afición a leer, que los muchos que su padre tenía continuamente los estaba registrando, cebándose su gusto en todos aquellos que eran pábulo a su inclinación, afición que le duró toda su vida; hizo sus estudios en esta universidad, donde se distinguió entre sus condiscípulos por su aplicación, graduándose de maestro en artes y después en el mayor de leyes. 

Recibido de abogado se incorporó en el colegio de Valencia: una feliz penetración con un gran discernimiento de todo aquello que podía seducir su imaginación, un gusto fino y crítica juiciosa, le adquirieron la reputación de todo el pueblo, siendo la admiración de los que gustan del verdadero mérito; esto le adquirió tal fama, que eran infinitos los que se valían de sus luces: su reputación fue causa de que se le nombrase asesor del real patrimonio, generalidades y amortización, y después en premio de sus trabajos literarios lo nombró su majestad oidor de esta real audiencia, en cuyo cargo le alcanzó la muerte sucedida en 13 de mayo de 1791. Escribió:

1. Tratado de los derechos y regalías que corresponden al real patrimonio en el reino de Valencia, y de la jurisdicción del intendente, como subrogado en lugar del antiguo baile general. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1786. Tres tomos en folio. Se divide esta obra en varios capítulos, tratándose en ellos del principio y progreso del real patrimonio, causas de su decadencia con varias resoluciones para su conservación, de la jurisdicción que ejerció el baile general desde su establecimiento, materia a que se extiende en el día, con varias órdenes y providencias acordadas para aclararla, explicándose con separación los derechos del real patrimonio y jurisdicción concedida en su razón al intendente; y por apéndice van las dos reales cédulas de su majestad de 10 de julio de 1781, y 13 de abril de 1783, que mandan observar las instrucciones formadas para los cabreves (capbreus) que deben practicarse en las bailías del reino de Valencia e instruir los expedientes de establecimientos, con un índice de cosas notables.


D. PASCUAL VICENTE LANSOLA.

1791.

Natural de la ciudad de Valencia, empezó en 1745 la filosofía en esta universidad, contando doce años de su edad, estudió después la teología y lengua hebrea, en ella recibió los grados de bachiller en ambas facultades, y el grado mayor en esta última facultad, que en el año 1755 se le confirió gratuitamente, con el plausible motivo de celebrar la ciudad de Valencia en dicho año, el tercer siglo de la canonización de su hijo y patrón S. Vicente Ferrer. En 1757 fue elegido para catedrático de filosofía, que leyó tres años. Regentó también la cátedra de lengua hebrea en la expresada universidad, desde el año 1722 hasta el de 1776, en que el real consejo anuló la elección que en su persona había hecho el ayuntamiento de la expresada ciudad. Hizo muchas oposiciones a cátedras, pavordrías, y canonicatos. Recibió los sagrados órdenes a título de un beneficio de la catedral de su patria. Fue archivero, racional, y capellán mayor de la real casa-cofradía y hospital de pobres sacerdotes: secretario de visita por el cabildo sede vacante por muerte del Exmo. Sr. arzobispo D. Tomás Azpuru, y subsacrista y magister de la iglesia metropolitana. Fue socio numerario de la real económica de amigos del país de Valencia, y secretario de la misma, y promotor fiscal de la curia eclesiástica castrense. Murió día 14 de mayo de 1791. Imprimió lo siguiente: 1. Sermón de S. Felipe Neri, predicado en la congregación de Valencia año 1767. Impreso por Salvador Faulí dicho año, en 4.° 

2. Sermón del apóstol S. Jaime, predicado en la iglesia metropolitana de Valencia avo 1784. Madrid, por Joaquín Ibarra, 1785, en 4.° 

3. Extracto de las actas de la real sociedad económica de amigos del país de Valencia del año 1785. Lo publicó en la junta general del día 20 de enero de 1786 el Dr. D. Pascual Vicente Lansola, su secretario. Valencia, por Benito Monfort, 1787, en 8.° 

4. Extracto de las actas de la misma del año 1786, publicadas en la junta general de 21 de enero de 1787. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1788, en 4.° 


FREY D. JOSÉ MATAMOROS.

1792.

Presbítero, de la orden de Montesa, hijo de la villa de Onda, obispado de Tortosa, empezó el curso de la filosofía en esta universidad en 1754, siendo su catedrático el Dr. D. Andrés Sanchiz; y en 1758, atendiendo su mérito, se dignó su majestad elegirle para una plaza de la religión de nuestra señora de Montesa.

Trasladado de orden de su majestad al real colegio de S. Jorge para continuar los estudios, frecuentó esta universidad para oír las lecciones de teología, y en 1764 recibió el grado de doctor en esta facultad. Después de algunas oposiciones fue elegido catedrático de filosofía en la universidad de Valencia: rector del colegio de la referida orden en dicha ciudad: literato laborioso y estimado por su grande ciencia y acrisolada sabiduría. Murió en el sacro convento de Valencia día 24 de diciembre de 1792. Dio a luz: 

1. Relación de las funciones y fiestas que se celebraron en el sacro real convento de nuestra señora de Montesa de la ciudad de Valencia, con motivo de la dedicación de su nueva iglesia y traslación del santísimo en los días 8 hasta 12 de noviembre de 1770, con una breve descripción de su fábrica. Valencia, por Benito Monfort, 1771, en 4.° mayor. Aunque no lleva nombre de autor, lo es el expresado Matamoros.

2. Breve instrucción sobre el Santo Sacrificio, con ejercicios de piedad para el tiempo de la Misa, conformes a las oraciones que la Iglesia tiene dispuestas para su celebración. Valencia, por dicho Monfort, 1778, en 8.° 

3. Prefacion a la instrucción pastoral sobre el modo práctico de administrar con fruto el sacramento de la penitencia, escrita por el Ilmo. Sr. D. Pedro Cortés y Larraz, arzobispo de Goatemala, reimpresa por dicho Sr. Matamoros. Valencia, por D: Benito Monfort, 1784, en 4.° 

4. Ejercicios para formar la vida espiritual, escritos en latín por el venerable Nicolás Eschio, y trasladados al romance por dicho Matamoros. Valencia, por José Orga, 1782, en 8.° 


FR. JOSÉ AGUSTÍN FALCÓ, QUE CASTELLANIZANDO EL APELLIDO LLAMAN FALCÓN (halcón).

Valenciano, religioso franciscano recoleto en la provincia de Zacatecas, misionero apostólico y postulador de la causa de beatificación del V. P. Fr. Antonio Margil de Jesús. Publicó:

1. Epistolae ad SS. in Christo Patrem Pium VI. Pontif. Max. ac Sac. Rituum Congregationem pro Causa Beatificat. et Canonizat. Ven. Dei Servi, Antonii Margil à Jesu, Missionarii Apostolici, Ordinis Minorum de Observantia, trium Collegiorum de Propaganda Fide in America Septentrionali Fundatoris. Romae, apud Lazarinos, 1792, en folio.


D. ANTONIO PONZ.

1792.

Hijo de la villa de Begís, obispado de Segorbe, reino de Valencia, nació día 28 de junio de 1725. Estudió filosofía y teología en la universidad de dicha ciudad, graduándose de esta facultad en la de Gandía. Fue muy inclinado a las bellas artes, y concluida la carrera de sus estudios pasó a la corte, haciéndose discípulo (esto es en 1746) de la academia, siendo esta, sólo una junta de individuos, preparatoria para la que después se estableció con el título de S. Fernando. Instruido allí tanto en el diseño, como en los principios de la práctica de la pintura, al cabo de cinco años pasó a perfeccionarse a Roma en el de 1751, allí residió nueve años. Se transfirió a Nápoles por ver las antigüedades de Herculano; visitó otros lugares de Italia, observando las obras de los eminentes pintores escultores y arquitectos. Vuelto a España, y sucedido el extrañamiento de los jesuitas, el consejo extraordinario le comisionó para visitar los colegios que habían tenido en España, con el encargo de informar facultativamente de las mejores obras de las artes que en ellos hallase. En esta comisión pudo conocer prolijamente el estado actual de la nación, por cuyo motivo se determinó a escribir un Viaje de España más completo que cuantos habían parecido (aparecido) hasta entonces en el público. Se propuso incluir en él cuantas noticias fuesen dignas de referirse, como de antigüedades, inscripciones, epitafios, sepulcros, fundaciones piadosas, como también de la economía y gobierno de los pueblos por donde pasó, sus usos y costumbres, agricultura, fábricas e industria, tratando las cosas como eran en sí, esto es, lo bueno como bueno, lo malo como malo: cuyo plan desempeñó con mucha puntualidad y satisfacción de los profesores.

Aprobada su comisión y el proyecto del Viaje de España, salió de Madrid a su primera carrera en el año 1771, y en el siguiente ya publicó el primer tomo, continuando su obra como más adelante se dirá. Para premio de su mérito y servicios, no había destino más a propósito que la plaza de secretario de la real academia de S. Fernando, que se le confirió en 1776, y desempeñó por espacio de catorce años: exonerado por el rey de este encargo, le nombró consiliario de la misma academia, que obtuvo hasta su muerte, acaecida en Madrid el día 4 de diciembre de 1792 (antes de concluir su viaje), y se enterró en la parroquia de S. Luis. Fue nuestro Ponz individuo de la real de la historia, y sociedades vascongada y económica de Madrid. Su sobrino D. José Ponz, a quien debemos la publicación del tomo XVIII del viaje de España, y la noticia histórica de nuestro autor que lo precede, dispuso grabar en su sepulcro este epitafio.

D. O. M.

ANTONIVS PONZ

REGIS

ET BONARVM ARTIVM ACADEMIAE

A SECRETIS

HISPANA PERAGRATA

TEMPLIS, AEDIBVS, VIIS LVSTRATIS

DE VRBIVM DECORE ET CIVIVM VTILITATE

OPTIME MERITVS

ANN. LXVII, M. V. D. VII.

JOSEPHVS PONZ NEPOS

D. S. P.

Estas son sus obras: 

1. Viaje a España, en que se da noticia de las cosas más apreciables, dignas de saberse, que hay en ella. Madrid, por D. Joaquín de Ibarra, desde 1772 a 1794. Diez y ocho tomos en 8.° mayor, algunos se han reimpreso hasta tres veces.

Sería por demás decir los bienes que produjo esta obra a la agricultura, a la economía de los pueblos, a las bellas artes, y en particular a la arquitectura, cuando lo confiesa la nación, y la aprecian los extranjeros que la han traducido en sus idiomas: la lástima es que haya quedado incompleta, pues faltan las descripciones de Granada, Galicia, Asturias y parte de otras provincias que vio de paso. En las Efemérides de Italia se leen repetidos elogios de esta obra. En Leipsick se publicó en 1775 el primer tomo, traducido al francés por D. Juan Andrés Díaz, profesor de historia literaria de Gottingen; y hay otra traducción alemana. El prólogo del tomo trece contiene varias reglas para la siembra, plantío y multiplicación de árboles.

2. Viaje fuera de España. Madrid, por D. Joaquín de Ibarra, 1785, y por la viuda de Ibarra, 1791, en 8.° Dos tomos de marquilla. En el prólogo del tomo primero da noticia y critica varios viajes de España, publicados por algunos extranjeros. En la obra se trata de la provincia de Álava, de Vergara, Bayona, Burdeos, París, San Denís o Dionisio, Amiens, Abbeville, Boulogne, Calais, Douvres, Cantorberi (Canterbury), Real sitio de Windsor, Oxford, Bristol, Bath, Salisburi (Salisbury), Wincester (Winchester), Portsmouth, y otros pueblos y sitios, desde este puerto a Londres. En el tomo segundo se manifiestan los grandes errores en que incurrió Mr. Marson en la Nueva Enciclopedia hablando de España; y en lo restante del tomo trata de Londres, Roterdam (Rotterdam), Delft, el Haya, Leiden, Harlem (Haarlem), Amsterdam, Utrecht, Amberes, Malinas, Bruselas, Lovaina, Gante, Lila, Dovay, Cambray y otros pueblos, y últimamente de Pamplona y Tudela con varias cosas notables observadas en su ruta.

3. Modo fácil para cultivar los almendros en los secanos cerca de Madrid, o en otras partes. Madrid, por la viuda de Ibarra, 1768, en 8.° 

4. Comentarios de la pintura que se publican la primera vez, compuestos por D. Felipe Guevara, gentilhombre de boca del Emperador Carlos V, Rey de España: precede un discurso preliminar y algunas notas de D. Antonio Ponz. Madrid, por D. Gerónimo de Ortega, 1788, en 8.° mayor. Este manuscrito le halló Ponz en la tienda de un librero en Placencia, y no sufriendo su celo que semejante obra quedase en el olvido, se resolvió a publicarla con la ilustración de notas que le agregó. En el Mercurio de febrero de 1793 se dio noticia de su muerte y trabajos académicos, y Sempere en el tomo cuarto de su biblioteca, hizo con mayor extensión memoria de ellos y de sus obras.


D. MARCELO MIRAVETE DE MASERES.

1792.

Nació de nobles padres en Orihuela; era de talento tan despejado, que ya desde su juventud dio muestras de su aplicación, porque a los catorce años de su edad empezó la filosofía, obteniendo por oposición una beca numeral en el seminario del santo concilio Tridentino de su patria, la que sirvió por espacio de tres años, y después de varios actos lucidos logró la beca también de número de teología escolástica en el mismo seminario, que disfrutó por cuatro años. Regentó una cátedra de filosofía, y siguió en su colegio cursando la teología moral y expositiva, defendiendo a los dos años en público un acto general de toda la filosofía de Aristóteles. Fue catedrático de artes en dicho seminario, elegido mediante oposición que para ello hizo. Se graduó en aquella universidad de maestro en artes y de doctor en cánones y sagrada teología. Consiguió una capellanía, con cuyo título se ordenó de sacerdote. Haciendo varias oposiciones en aquella diócesis a curatos, y a los canonicatos en Cartagena, Valencia y Orihuela, y en la última hecha a fines de 1762, al lectoral de la iglesia de Orihuela, fue agraciado por su majestad en la referida prebenda, de que tomó posesión a principios del año 1763, y desempeñó cumpliendo exactamente con las obligaciones de su instituto, empleando sus rentas en favor de la humanidad, y en socorro de los infelices que se ahogaban así en el río Segura como en otras partes, porque miraba con dolor que eran muchas las víctimas, cuando aún se podía restituirles a la vida, para que dando algún señal de ella se les pudiese absolver: deseoso de remediar tan graves daños, y para dar una prueba de amor a sus conciudadanos, formó una junta compuesta de dos médicos, un cirujano director, dos ayudantes, y un sustituto, que tenían a sus órdenes cuatro nadadores para buscar y sacar del agua a los ahogados, y además tres convocadores y conductores, con la obligación de dar aviso cuando sucediera alguna desgracia, y la de llevar a los pacientes a paraje señalado donde poder hacer la operación; extendiéndose esta caridad a los sofocados, acometidos de muerte repentina y demás asfícticos: señaló a los que componían la junta y demás un situado fijo y gratificaciones eventuales, según la ocurrencia de los casos; costeado todo a expensas del benéfico Miravete, quien alcanzó exención de alojamiento y bagajes a favor de los siete subalternos referidos. Para completar tan loable pensamiento hizo venir de Cádiz una excelente máquina fumigatoria que se hizo a todo coste, con los instrumentos necesarios, y además una porción de cigarros habanos, aguardiente y alkali (álcali) volátil; cediéndolo todo para después de sus días al ayuntamiento de aquella ciudad, y durante su vida se encargó de ello con gran generosidad y celo patriótico, publicando una instrucción impresa, previniendo los lances que pudiesen ocurrir, modo de administrar los auxilios, obligaciones de los individuos de la junta, y la que imponía para su cumplimiento.

Enterado de todo el rey por medio del Exmo. Sr. conde de Floridablanca, su primer secretario de estado, le mandó su majestad escribiese en su nombre a Miravete, manifestándole el gusto que había recibido, y lo muy grato que era este rasgo de patriotismo. Falleció este benemérito sacerdote el año 1792. Fue socio de erudición y mérito de la academia médico-gaditana, y numerario de la de amigos del país de Valencia. Su pasión a las letras fue extremada, tratando siempre con los más sabios, con quienes solía tener una correspondencia continua; muy amigo del maestro fray Joaquín Elías Embuena, a quien visitaba con frecuencia, siendo prior del convento de Carmelitas de Orihuela: elogiaba este de continuo a nuestro Miravete, por lo que no podemos dudar de su mérito. Era el dicho padre Embuena hijo de Valencia, nacido en la parroquia de Santa Cruz, maestro en artes por la universidad de su patria, opositor a las cátedras de filosofía, y murió en Turís en septiembre de 1813. Tenía manifestados sus conocimientos literarios ya en su religión, como en el docto sermón que predicó e imprimió en Valencia en casa de Benito Monfort en 1772, en 4.°, cuyo títulos es: El Carmelo renovado con el maternal amor de María en su venerable orden tercera. Sermón que en el día 19 de julio de 1772, en la fiesta de la tercera orden, dijo en la iglesia del convento del Carmen de Valencia. Este sermón está lleno de varias notas eruditas que le ilustran. Escribió Miravete:

1. Junta de piedad... Murcia, por la viuda de Teruel, en 4.°, sin año, pero fue en 1791.

2. El espudeo, o el hombre industrioso y estudioso. Sueños morales y de instrucción física muy notable en beneficio de todos cuantos aparecen muertos sin estarlo, e ilustración al papel de la junta de piedad que ha publicado el Dr. D. Marcelo Miravete etc. Divídese este escrito en las relaciones de dos viajes mentales del autor, el uno al limbo de los niños que mueren sin bautismo, y el otro al infierno de los condenados. Preceden los prólogos del editor, y del viajero a dichas regiones. Murcia, por la viuda de Teruel, en 4.°, creo que en 1792.

3. Paráfrasis de los salmos penitenciales. Manuscrito.


ILMO. SR. D. FR. RAFAEL LASALA Y LOSELA.

1792.

Del orden de S. Agustín, nació en Vinaroz, diócesis de Tortosa, reino de Valencia, en 7 de agosto de 1716; y fueron sus padres don Juan Bautista Lasala y doña Clara Losela; vistió el hábito en el convento mayor de esta ciudad día 23 de agosto de 1731. Después de su profesión y estudios, obtuvo en su religión varios empleos, graduándose en esta universidad de doctor en teología, en la que fue catedrático de filosofía, y después de matemáticas; en cuya cátedra fue provisto en 1757. Lo eligió la religión por rector del colegio de S. Fulgencio, prior del convento del Socorro, y del de S. Agustín de esta ciudad: y la academia de nobles artes, entonces llamada de Santa Bárbara, aún antes que se erigiese la real de S. Carlos, le nombró su académico de honor. A súplica del ilustrísimo señor D. Andrés Mayoral, arzobispo de Valencia, fue electo obispo auxiliar y gobernador de este arzobispado, con nombramiento hecho por su majestad en 7 de agosto de 1767: a los cincuenta y un años de su edad lo preconizó su Santidad el 14 de diciembre del mismo año con el título de obispo Adramitense in partibus, consagrándose en la iglesia de agustinos de S. Felipe el real de Madrid en 20 de marzo de 1768: ya antes la real cámara lo había consultado a su majestad para la mitra de Orihuela. Gobernó esta dilatada diócesis en tiempos y cometidos azarosos con tanto acierto y prudencia, que después de la muerte del señor Mayoral, lo eligió para el mismo empleo de coadjutor y gobernador de la mitra, el ilustrísimo Sr. D. Tomás Azpuru, arzobispo de Valencia, a la sazón encargado de los negocios de la corona en la corte romana, cuyo nombramiento es de fecha de 4 de marzo de 1770; y aunque su majestad pensó en elegirlo para la dirección de los reales estudios de Madrid, juzgando ser este destino muy propio de su ilustrísima, prefirió para bien y utilidad de esta diócesis, dejarlo en el gobierno de ella, anteponiéndolo al deseo que había tenido. Murió el señor Aspuru (Azpuru) día 7 de junio de 1772, y el ilustrísimo cabildo eclesiástico, sede vacante, nombró al Sr. Lasala visitador de una parte del arzobispado; pero su majestad lo promovió para la mitra de Solsona en 30 de octubre de 1772, y su Santidad le preconizó en 15 de marzo de 1773. En esta ocasión la universidad literaria de esta ciudad le nombró catedrático honorario, y colocó su retrato en el teatro entre sus más insignes profesores hijos de ella. Colocado en su iglesia de Solsona, la miró como esposa suya, y señaló el sitio donde habían de enterrarle, sin haber solicitado jamás su traslación a otra sede, aun cuando fue consultado para la iglesia primada de Tarragona, cuyo nombramiento de arzobispo recayó en un tan digno compañero de profesión de nuestro autor, como el ilustrísimo señor D. Francisco Armañá. El señor Lasala en Solsona se condujo con tanto celo por el bien de sus ovejas, que no hubo sitio donde morasen feligreses por áspero y escondido que fuese, que no visitase personalmente, ya fuesen capillas, oratorios, ermitas o cualesquiera parroquias rurales, lo que hizo hasta los últimos años de su vida: sin embargo de su quebrantada salud y avanzada edad, ejercía con risueño semblante las funciones de Pastor en medio de sus más pobres ovejas, examinándolas por sí mismo en los diferentes puntos de religión, manifestando su agradecimiento a los curas fieles a su ministerio, y corrigiendo con suavidad y sin aspereza a los negligentes; siendo tan medido en sus providencias, que rara vez usaba de expresiones que denotasen mandato, por lo que se granjeaba siempre los elogios de sus feligreses, y sin embargo con su dulzura atraía a los extraviados al buen camino. Predicó mientras tuvo fuerzas en la catedral los domingos y fiestas principales del año, e indefectiblemente en los pueblos de la diócesis durante su visita, y siempre con tal interés, unción y celo, que le quedaban sus ovejas enteramente aficionadas. Estableció academias de teología y escritura, las que regularmente presidía, y haciéndose maestro de ellas, disertaba con copia de doctrinas y admirable solidez sobre los puntos de religión, de disciplina y moral. En la semana de la sexagésima hacía concurrir la clerecía a la matriz, y por el adviento a los curas y beneficiados de las villas y lugares a las cabezas de los oficialatos foráneos, donde se partía el tiempo en ejercicios piadosos y conferencias así litúrgicas como de moral. En fin cargado de años enfermó, quedándose en cama el día 11 de junio, y después de recibidos los sacramentos, hincadas sus rodillas en el suelo, no sin edificación y lágrimas de todos los asistentes, entregó su alma al Criador día 17 del referido mes, año 1782, a los setenta y seis años de su edad. Escribió:

1. Elogio histórico de San Luis Rey de Francia. Díjole en su festividad, día 25 de agosto de 1749, en la iglesia de los padres capuchinos de Alicante. Valencia, por Benito Monfort, en 4.°, dicho año.

2. Sermón de san José Calasanz en las fiestas de su canonización. Valencia, por Monfort, 1768, en 4.° 

3. Catecismo mayor de la doctrina cristiana, en el que se comprende el menor, y se da una instrucción más cumplida de las verdades de nuestra santa religión. Cervera, imprenta de la Pontificia y Real Universidad, 1791, en folio. Esta obra le mereció los más completos elogios de los sabios. Ella es sin duda alguna el mejor catecismo que original en lengua española se ha escrito por lo útil y necesario, y porque en todo él reina la sencillez y pureza evangélica, y nada hay disputable ni sospechoso: su plan es sabio, coordinado, sostenido y seguido con unión y enlace de pensamientos, distribución de materias, sustancioso y científico, lleno de sanísima teología, de autoridad sagrada, de juicio, noble gusto y prudencia. Libro ciertamente en su género singular, escrito con admirable maestría de inteligencia e ingenio.

4. Catecismo menor de la doctrina cristiana para la enseñanza en la diócesis. Cervera, en la dicha imprenta, 1791, en 8.° 

Este catecismo lo imprimió también para inteligencia de sus feligreses en la lengua del país (Solsona, Cataluña), esto es, en catalán, y lo imprimió el mismo año, en 8.° 

Entre las varias oraciones fúnebres que se pronunciaron en sus exequias, fueron impresas la del P. Feliu de S. Felipe el Real de Madrid, y la del P. José Mollá en el convento de S. Agustín de esta ciudad. Sempere habla de este sabio y virtuoso obispo en el tomo tercero de su biblioteca.


FR. CASIMIRO IGNACIO IVAÑEZ (Ibáñez).

1792.

Religioso mercenario, natural de Enguera, arzobispado de Valencia, fue en su religión lector jubilado, regente de estudios, doctor teólogo por esta universidad, en la que sustituyó largo tiempo la cátedra de Locis Theologicis, y en la real academia latina matritense socio honorario. Murió siendo comendador del convento del Puig en 1792. Escribió: 1. Oración fúnebre en las exequias celebradas en la parroquial de Santiago de Orihuela, por el regimiento de Dragones del Rey, día 13 de octubre de 1778. Murcia, por Felipe Teruel, en 4.° 

2. Oratio de origine, antiquitate Academicae Valentinae, cl. ejus oratoribus et poëtis. Valentiae, ex praelo Francisci Burguete, 1790, en 4.° 


D. MATÍAS PERELLÓ Y JAUDENES.

1793.

Nació en Ruzafa día 25 de noviembre de 1734, fue hijo del doctor en medicina D. Jorge Perelló y doña Isabel Jaudenes. Estudió en Valencia la gramática en el colegio de S. Pablo de la compañía de Jesús: la filosofía en esta universidad con el Dr. D. Jaime Pastor, bien conocido por sus muchos talentos; y la jurisprudencia con tal aplicación, que en 1761 recibió el grado mayor de esta facultad, haciendo varias oposiciones a las cátedras del código e instituta. Consiguió imponerse en el idioma griego, que lo leía y escribía con facilidad, por lo que la muy ilustre ciudad lo nombró censor en las oposiciones que se hicieron para el obtento de esta cátedra. Fue síndico procurador general de la misma, y ejerció la abogacía con mucho crédito. Murió en Valencia día 4 de diciembre de 1793. Compuso:

1. Lecciones de jurisprudencia práctica. En folio manuscrito.

Esta obra que se quedó en Madrid para su aprobación pensando imprimirla, existe en el día en poder de D. Vicente Emperador, hijo político del autor.


P. JOSÉ DÍAZ.

1793.

Nació en Peñíscola, ciudad del reino de Valencia, y cabeza de partido de su nombre, en el día 5 de mayo de 1713, vistió la sotana de la compañía de Jesús en 12 de febrero de 1729, y profesó en 15 de abril de 1746. Enseñó en Barcelona las humanidades, la filosofía y teología escolástica en Urgel, y la moral en Vique. Fue rector del colegio de Tortosa; dirigió muchos años la administración del colegio regio cesáreo a satisfacción de sus superiores; poseyó la oratoria en sumo grado, y fue un poeta de mucho numen y gran facilidad para la invención.

Habiendo llegado a aquella ciudad cuando vino de Nápoles el Sr. D. Carlos III con su real familia, presentó a su majestad, al tiempo de visitar los alumnos de su colegio, un libro de hermosa letra, que contenía varios cantos en español y latín, compuesto por el padre Díaz, aunque ocultó su nombre. Con el exterminio de los de su religión pasó a Ferrara, donde murió en 1793. Escribió:    

1. Tragedias sagradas. Manuscritas.

La obra intitulada: Operum Scriptorum Aragonensium à Joseph Pontio-Valle-ausetano,     con cuyo nombre ocultó el suyo su verdadero autor el ex-jesuita catalán D. Onofre Prat de Sabá, que murió a 16 de noviembre de 1810. Imprimiendo su obra en Roma en 1803, dice que fueron muchas las tragedias que envió a Barcelona para su impresión, que no se verificó, sin duda por no estar presente el autor a causa del extrañamiento.

FR. JOSÉ DE S. GIL, EN EL SIGLO CAMPOS.

1793.

Religioso agustino descalzo, hijo de la villa de Murviedro, lector jubilado en sagrada teología, fue rector del colegio de Huesca, ex-difinidor general y de provincia, y prior de santa Mónica, convento de agustinos descalzos de la ciudad de Valencia, donde murió en 4 de noviembre de 1793. Imprimió:

1. Oración panegírico-histórica, que en gloria de la concepción en gracia de María señora nuestra, y de su nuevo patronato en España, dijo en el convento de S. Francisco de la ciudad de Valencia el día 8 de diciembre de 1772. Valencia, por Francisco Burguete, 1783, en 4.° 

2. Sermón panegírico del patriarca S. José, que en su día 19 de marzo de 1773 dijo en la iglesia de agonizantes de Valencia. Por Burguete, 1773, en 4.° 

3. Oración fúnebre en las exequias del rey D. Carlos III, celebradas en el colegio de Corpus Christi de la ciudad de Valencia día 11 de agosto de 1789. Zaragoza, por Ibáñez, en 4.° 

D. MANUEL FUSTER Y MEMBRADO.

1793.

Natural de Tolodella (Todolella), gobernación de Morella, nació día 23 de diciembre de 1717, hijo de Alejandro Fuster, y Cristófora Membrado, se educó en Albocácer, y que sobrino del ilustrísimo señor don Gaspar Fuster, arzobispo de Sácer en Cerdeña (del que habla Ximeno, tomo 2, pág. 182), como hijo de un su primo hermano, por falta de medios para su subsistencia, y haberse quedado sin padres en su tierna edad, se vino a Valencia, en donde con su industria vivió decentemente; tuvo mucha afición a leer y poseer libros antiguos, de que resultó juntar una copiosa librería. Los dos Mayans le honraron muchísimo y frecuentaron su trato para hacerse con algunos que consiguieron; a su conocimiento y haber disfrutado de la biblioteca mayansiana, justipreciándola después de la muerte de canónigo D. Juan Antonio Mayans, debo la afición e inclinación a esta especie de libros, y el haberme dedicado al comercio de ellos. Murió nuestro escritor y mi amado padre, miércoles día 6 de noviembre de 1793, dejando en mi poder la obra siguiente:

1. Varios sucesos y memorias de esta ciudad y reino, extendiéndose a algunos del de Aragón. Son tres tomos en folio manuscritos.

No dejan de ser de mucha utilidad a los aficionados a la literatura, al paso que son en parte un extracto de varios de nuestros autores, en que habla de las turbulencias de la guerra de la unión germanía, pestes &c.


D. MANUEL GONZÁLEZ DE LATORRE.

1794.

Nació en Valencia, parroquia de santo Tomás, en 6 de octubre de 1723; instruido en las primeras letras, fue creado notario apostólico en 1741; se aplicó después al estudio de las matemáticas, que cursó en la universidad de Valencia, bajo la enseñanza del Dr. D. Francisco Ballester y marco; después la geografía y cosmografía con el padre Rafael Lassala y Losela (que fue obispo de Solsona), catedrático de vísperas. Salió muy aprovechado de las aulas; pero pasó su vida con suma pobreza, enseñando la aritmética a diferentes particulares, y en este ejercicio le alcanzó la muerte en 8 de agosto de 1794: está enterrado en la parroquia de san Nicolás de Valencia. Escribió:

1. Cartilla aritmética o rudimentos de las cuatro reglas con la reducción de monedas, pesos y medidas de los cinco reinos (Castilla, Aragón, Valencia, Cataluña y Navarra). (Cataluña fue Principado, no reino, ni los reyes de Aragón y los otros reinos ponen en sus títulos rey de Cataluña, sino conde de Barcelona). Valencia, por Gerónimo Conejos, 1749, en 8.° Reimpreso por Agustín Laborda varias veces.

2. Cuentas hechas para la seda, arroz en cáscara, trigo y otras legumbres (el trigo no es legumbre, sino cereal), precios de la vara etc. Valencia, por dicho Laborda, 1752, en 16.°

3. Descanso de comerciantes o cuentas hechas de la seda, desde diez reales valencianos hasta cuarenta, subiendo de cuartillo en cuartillo. Obra compuesta juntamente con Mariano Badelles, y salió a luz a nombre de este. Valencia, por José Tomás Lucas, 1754, en 8.° Después añadida por González se reimprimió en Valencia por Francisco Burguete, 1755, en 8.°, y por José Esteban, 1784, también en 8.° 

4. Instrucción para la cobranza de letras de cambio, y vales de comercio con las monedas de España y treinta provincias extranjeras. Suele ir anexa a la obra antecedente.

5. Cartilla de reglas breves o fragmentos de aritmética. Valencia, por Salvador Faulí, 1765, en 8.° 

6. Libro de cuentas hechas, útil para toda clase de personas. Valencia, por los hermanos de Orga, 1794, en 4.° 

7. Ilustración histórica del lugar de Camañas, con una descripción geográfica de todos los lugares del reino de Aragón actuales o despoblados, y un mapa de dicho reino. Manuscrito.

   

FR. FÉLIX DE ALBAIDA.

1794.

Religioso capuchino, natural de dicha villa, donde nació en 1704. Obtuvo en su religión varios cargos, como el de predicador, misionero apostólico, y ex-difinidor de la provincia de la sangre de Cristo de menores capuchinos de Valencia. Murió en el convento de dicha ciudad en 14 de febrero de 1794. Escribió:

1. Resumen histórico de la vida, virtudes y milagros del beato Lorenzo de Brindis, general del orden de capuchinos, sacado en italiano de los procesos presentados a la sagrada congregación de Ritus, dividido en tres partes por el P. Fr. Buenaventura de Cocaleo, del mismo orden, y traducido por el P. etc. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1784, en 4.° 

2. Sermones varios. Tomos manuscritos.


D. FRANCISCO MARTÍNEZ.

1794.

Presbítero, natural de la ciudad de Játiva, nació en 25 de agosto del año 1736, fueron sus padres Francisco y María Costa. Nada sabemos de sus estudios y tareas literarias, pero nos da bastante luz el papel periódico de Santa Fe de Bogotá, número 167, del viernes 21 noviembre de 1794, donde haciendo honorífica memoria de nuestro autor, dice entre otras cosas lo siguiente: “Su carrera eclesiástica ha sido considerablemente brillante, porque después de haber servido por algunos años un curato rural en el obispado de Cusco (Cuzco), obtuvo en España una dignidad en la catedral de Zamora, de la que fue promovido a otra de la iglesia de Pamplona, y de allí al deanato de la metropolitana de Santa Fe de Bogotá, donde fue provisor y gobernador del arzobispado, comisario del Santo Oficio y de la Cruzada.”

Después de referir muy por extenso dicho periódico sus desvelos en el continuo estudio, concluye así: “En fin este sacerdote que había visto dos veces la ciudad de Roma, que había estado en las cortes de París, Milán, Madrid y otras ciudades populosísimas, ¡quién había de pensar que fuese sepultado en una ermita de campo, sin más acompañamiento que el del dueño de ella, su capellán y sus esclavos! ¡ó providencia eterna! ¿quién puede indagar sus inescrutables designios?

Murió después de una prolija enfermedad en el mes de noviembre de 1794. Escribió:

1. Introducción al conocimiento de las bellas artes o diccionario manual de pintura, escultura, grabado etc., con la descripción de sus dos más principales asuntos: dispuesto y corregido de varios autores así nacionales como extranjeros para el uso de la juventud española. Madrid, por la viuda de Escribano, 1788, en 4.° 

2. Discursos preliminares y notas ilustrativas, que acompañan las traducciones de las dos obras; la una: historia de las ciencias naturales, escrita en francés por Mr. Saverien, la que quedó a medio imprimir; y la otra: 

3. La fuerza de la fantasía, que escribió en italiano el célebre Muratori, y quedó manuscrita: traducidas ambas, lo anuncia el antes expresado periódico.

4. Disertación teológico-crítica sobre la lección de la sagrada Biblia en los idiomas vulgares. Opúsculo el más apreciable de cuantos había trabajado. “Aquí (añade dicho periódico) podemos asegurar se darán muy pocos escritos que igualen el mérito de este, tanto en la belleza de estilo, como en la oportunidad de la erudición, y en la fuerza y energía de los raciocinios.” Continúa más, diciendo: “que el deseo de servir al santuario con una biblioteca eclesiástica, comprensiva de todas las materias propias para la perfecta instrucción de un sacerdote, le obligó a registrar tantos autores, y a coleccionar tantos materiales (escritos de propio puño), que la violenta y continua aplicación al bufete le enfermó el pecho y extinguió enteramente la salud. También tenía recogidos varios materiales selectos para reimprimir y perfeccionar la obra de Introducción al conocimiento de las bellas artes.” De la que hemos hablado al número primero de este artículo.


P. JUAN LLOPIS.

1794.

Jesuita, natural del lugar de Real, nació en marzo de 1727, vistió la sotana en igual mes de 1747; después del exterminio de los de su religión se estableció en Ferrara, donde falleció en 1794: era muy aficionado a la poesía, que cultivó con bastante numen, como lo manifiestan algunas producciones suyas, en especial lo siguiente:

1. Décimas pintando con grande donaire los achaques que en Ferrara y Bolonia padecían los ancianos de su religión. Manuscritas.

2. Una prolongada fábula intitulada: Rebelión de los animales contra los hombres, con el lema de Horacio in Art. Poet. verso 335. Ficta voluptatis causa sint proxima veris. Manuscrito.

El autor de este poema es el P. Lorenzo Ignacio Thiulí, jesuita sueco, que nació en 22 de octubre de 1746, lo compuso en verso italiano, imprimiéndolo en Bolonia, typis Sassi, 1794, en 8.°; y el P. Juan Llopis lo vertió al castellano, imprimiéndose después en Valencia, por Francisco Brusola, 1813, en 8.°, con el mismo título, aunque más explanado e igual epígrafe, pero ocultando su verdadero autor, y atribuyéndolo a J. M. de V. y LL, como suena en su frontis: añadiéndole al fin una nota acomodada a las circunstancias al tiempo en que se imprimió.

3. Carta jocoso-seria en verso a unas sobrinas, refiriendo con mucha puntualidad y gracejo los trabajos que padecía. No hay fecha, sólo se infiere que la escribió en tiempo de invierno, por lo que se queja de mucho frío, y porque concluye así:

Ferrara, a quien felizmente

hoy gobierna el Sexto Pío,

y donde sin piedad reina

el cruel gelasio primo.


D. MANUEL ROVIRA Y SALAFRANCA.

1794.

Natural de la ciudad de Alicante, hijo de D. Esteban Rovira y Torres, caballero maestrante de Valencia, y regidor en clase de noble de aquella ciudad, y de doña Mariana Salafranca y Juan, de igual linaje de la misma.

Tomó el hábito en el monasterio de Valdigna de monjes bernardos en 15 de julio de 1734: se graduó de doctor en teología en la universidad de Huesca, en donde regentó las cátedras de filosofía y teología, y después fue rector del colegio de S. Bernardo en dicha universidad, maestro en su religión, difinidor por el reino de Valencia, abad de Valdigna y vicario general de los reinos de Aragón y Navarra. Murió en el real monasterio de Valdigna día 1 de mayo de 1794. Escribió:

1. Insinuación histórico-canónica del derecho del abad del real monasterio de Valdigna, al uso de la Cruz pectoral dentro y fuera de su territorio, sin que le haya en el obispado de Orihuela para impedirle. Impreso en 1758, en folio, sin nota de lugar ni nombre de impresor.

2. Escribió también un papel sobre no deber el tercio-diezmo del hospital de En-Bou contribuir a la gracia del excusado. Valencia, por Martín Perís, 1792, en folio.

3. Otro papel sobre no ser comprendido, ni sujeto a la gracia del excusado, el tercio-diezmo que perciben los pobres enfermos del hospital de En-Bou. Valencia, por dicho, 1794, en folio. Aunque dice en él que le compone el P. D. Manuel Rovira y Bou, es porque por este apellido tenía la administración del referido hospital, que después pasó a su sobrino D: Esteban Rovira Fernández de Mesa, caballero del orden de San Juan y de la real Maestranza de Valencia, hermano de D. Francisco Javier Rovira, de quien hablaremos al año 1823.

Francisco Pérez Bayer


D. PEDRO CERIS Y GILABERT. (Cerís)

1795.

Nació en Valencia el 13 de abril del año 1743: recibió la primera educación en el seminario de nobles de Cordellas en Cataluña: concluidos sus estudios de humanidades y bellas letras, a impulsos de su vocación que le llamaba al estado eclesiástico, y de la índole de su carácter estudioso, tomó la sotana en 29 de enero de 1759 en la religión de los padres de la compañía, que tanto ha abundado siempre de hombres eminentes en virtud y ciencias. A su expulsión pasó muy joven a Italia, donde se ordenó de presbítero, y adquirió por medio del estudio, que cultivó toda su vida laboriosa, y en el trato de los sabios, tanto italianos como españoles, que en aquella época de hallaban reunidos en Ferrara, donde fijó su residencia, el rico caudal de erudición que desplegó sucesivamente en todos sus escritos. La facilidad, elegancia y propiedad con que manejaba el poema del Tarso se ve en casi todas sus poesías, pero más de lleno en una bellísima composición dedicada al árbol de la Cruz; lo que no impidió satisfaciera el tributo de que es deudor todo hijo reconocido a su madre patria, haciendo brillar las galas del lenguaje de Herrera y Jovellanos, en unión con los conceptos dulcísimos del Petrarca. Entre sus odas se distinguen algunas a Fuseo sobre la educación, atacando el cruel abuso de azotes; y en una de ellas resaltan estos versos.

De los años primeros

La instable voluntad y ligereza, (inestable)

Indicios verdaderos

Son de poca firmeza,

Que a tierna planta dio naturaleza.

Así a palma idumea,

Así al hijo del Andes peruano,

O frente pirenes,

En su verdor temprano

Inclina la cerviz el viento ufano.

Mas al continuo giro

Que darán los dos astros luminosos,

Inmóviles los muro

Contra los poderosos

Esfuerzos de los soplos montuosos.

Respeta mano avara

De agricultor experto la vid tierna,

Ni a la pomposa vara

Que con lujo se externa

La muestra el hierro: cauto la gobierna.

Fue feliz en la elección de nuevos metros, como lo acredita la siguiente estrofa de una oda a la primavera:

O, ninfas, venid al prado,

Matizado

De blancas y azules flores.

O, ninfas, oid los trinos

Matutinos

De los dulces ruiseñores. 

En otra oda sublime a la derrota de los españoles en la jornada de África de 1776 se introduce así:

Iba; y soberbia la española armada

Surcaba el elemento.

Del mundo pez, la proa levantada

Contra el moro sediento.

Los mástiles, mesanas y trinquetes

Y las popas veleras

Desplegaban al aire gallardetes

Y trémulas banderas;

Y los alegres vivas que salían

De tantos corazones,

El árbol de victoria prometían

A los nobles campeones.

Tanto en estas muestras, como en el resto de sus poesías, manifestó la mayor erudición y conocimientos mitológicos, acompañados de las dotes que constituyen un verdadero alumno de las musas, y si se nota alguna descorrección (incorrección) en sus versos, sólo puede atribuirse a estar escritos en una lengua que había dejado de ser la suya, pues a pesar de la preferencia que siempre la dio sobre la italiana, el  hábito que hacía de esta le facilitaba la nuestra para llenar la parte métrica de sus composiciones. Murió en Ferrara día 26 de mayo de 1795. 

Las obras que compuso, y han llegado a nuestra noticia son las que siguen.

1. Valencia: poema en tres cantos por Aglauro Edetano. Un tomo en 8.° mayor, impreso en Italia, sin nombre de impresor, año 1794. Consagró este poema a su Patria, y fue el único que dio a la prensa, dejando otros manuscritos prontos para la impresión, con otras poesías sueltas a varios asuntos, acreditando en ellas un profundo conocimiento de los libros sagrados, y de la lengua del siglo de oro de los latinos.

2. El espíritu de las bellas artes, y letras o entretenimientos domésticos del abate D. Pedro Cerís, desaprobando las investigaciones filosóficas de un moderno autor, sobre las bellezas ideales prototipas. Tres tomos en 8.° 

3. Poesías del abate D. Pedro Cerís, precedidas de una introducción sobre la poesía lírica. Un tomo en 4.° que contiene muchas odas en castellano e italiano a varios asuntos sagrados y profanos.

4. Traducciones de varios salmos de David, de las odas de Horacio y poesías de Propercio: de las elegías de Tibulo; y un gran número de originales sueltos, cuyos preciosos opúsculos, escritos todos de mano del autor, aprecia y conserva en la casa paterna un sobrino suyo, que con el nombre ha heredado el amor a las letras que caracterizó a D. Pedro Cerís, de quien hace mención el libro impreso en Roma en latín el año 1803, con el título: Índice de las obras de los escritores jesuitas de la Corona de Aragón trasladados a Italia, por D. José del Valle.


P. JOSÉ PÍO MIRALLES.

1795.

Nació en la villa de Elche día 7 de mayo de 1725, vistió la sotana de jesuita en 16 de octubre de 1740, hizo su profesión en 15 de agosto de 1758: enseñó la filosofía en Gandía, dedicándose al ministerio del púlpito, teniendo grande aceptación por las muchas prendas de que Dios le había dotado: predicó en Valencia cinco cuaresmas con un concurso extraordinario de oyentes; siguió la suerte de los de su religión, y en su extrañamiento se avecinó en Génova, en donde trabajó varias obras así de humanidades, como de elocuencia y escritura sagrada. Allí murió en el año 1795. Escribió: 1. Orationes aliquot, impresas en España dice Fontio en su Operum Scriptorum Aragonensium, mas no sabemos si en latín o en qué idioma, a no ser que sean entre otros los panegíricos siguientes:

2. Panegírico en honor de S. Esteban, predicado en su día. Valencia, por José de Orga, 1765, en 4.° 

3. Panegírico en honor de la Concepción de María Santísima Señora nuestra, predicado día 10 de diciembre de 1766. Valencia, por la viuda de Orga, 1767, en 4.° 

        

FR. FRANCISCO CAÑES.

1795.

Religioso francisco descalzo, nació en Valencia en 1 de marzo de 1720, fue bautizado en la iglesia parroquial de S. Nicolás obispo (donde yo también tuve la dicha de serlo), hijo de Francisco Cañes (que castellanizado el apellido llaman Cañas) y de María Meri: estudió la filosofía en la universidad de su patria, y en 6 de enero de 1743 vistió el hábito en el convento de S. Juan de la Ribera, profesó a su tiempo, siguiendo la carrera de sus estudios, y en 1755 obtuvo el cargo de predicador; pero deseando pasar a la ciudad de Jerusalén, y morar allí, alcanzó la licencia de sus superiores, embarcándose en Alicante en compañía de otros religiosos para su destino: llegó a él con felicidad día 23 de diciembre del propio año: permaneció en la referida ciudad hasta 2 de febrero de 1757, que pasó al colegio de la conversión de S. Pablo de españoles en Damasco, donde fue morador por tres años; allí se instruyó tanto en la lengua árabe, que fue nombrado lector o catedrático de ella para que la enseñase a los religiosos, cuyo encargo desempeñó con lucimiento por espacio de tres años; del mismo modo cumplió el ministerio de guardián, y párroco en el referido colegio, y en la ciudad de S. Juan de Judea y Rama. Estuvo diez y seis años en aquella santa tierra, y determinándose después retirarse a su patria, se embarcó el 26 de septiembre de 1770 con tanta felicidad, que en el breve tiempo de dos meses llegó a Marsella, desde allí se restituyó a Valencia, donde entró el 11 de enero de 1771.

Prestada la obediencia a sus prelados, le destinaron al colegio de misioneros de la villa de Beniganim; allí permaneció hasta que el gobierno le llamó a la corte por medio del P. comisario general Fr. Antonio Abián: entró en Madrid día 14 de septiembre de 1775; luego se le mandó tomase habitación en el convento de S. Francisco el grande, y enseñase públicamente el idioma árabe, no sólo a los religiosos que hubiesen de pasar a Jerusalén, sino también a todos cuantos quisiesen instruirse en ella. la religión para remunerar su laboriosa tarea, le hito no sólo difinidor, sino padre de provincia: fue individuo de la academia de la historia, y el rey le consiguió una decente congrua para su manutención religiosa. Murió en Madrid en 1795. Escribió:

1. Gramático arábigo-española, vulgar y literal, con un diccionario arábigo-español, en que se ponen las voces más usuales para una conversación familiar, con el texto de la doctrina cristiana en el idioma arábigo. Madrid, por Antonio Pérez de Sotos, 1775, en 4.° mayor.

Otras gramáticas árabes hay de diferentes autores, como son las de Fr. Francisco de Alcalá, Fr. Felipe Guadañoli, Tomás Expenio, Fr. Antonio de Águila, Fr. Agapito de Valleflamarum (valle de las llamas), Fr. Francisco González y otros; pero debe ser preferida la de nuestro autor, ya por ser la postrera, y haber disfrutado de algunas de las demás, como también por la claridad, estilo, y por escrita en nuestro idioma, todo lo cual la hace más recomendable.

2. Diccionario español-latino-arábigo, en que siguiendo el diccionario abreviado de la real academia, se ponen las correspondientes latinas y árabes para facilitar el estudio de la lengua arábiga a los misioneros, y a los que viajaren o contrataren en África y Levante etc. Madrid, por D. Antonio Sancha, 1787. Tres tomos en folio.

3. Diccionario árabe-latino-castellano, manuscrito: trabajaba nuestro autor esta obra, cuando la muerte impidió que la dejase completa.

4. Libro de los evangelios de todo el año, traducido al árabe, manuscrito, en 4.° mayor. Al principio se lee: “Este libro, en que se hallan los evangelios de todo el año, lo escribí yo Fr. Francisco Cañes en la ciudad de Damasco el año 1758, hallándome misionero en la dicha ciudad.”

5. Libro de sermones escrito en arábigo por nuestro autor, manuscrito: contiene treinta y un sermón (sermones), y todos son morales. Un tomo en 4.° que ambos manuscritos he tenido en mi poder. Sempere en el tomo 2 de su biblioteca trata de este escritor.


D. JOSÉ NAVARRO VIDAL.

1795.

Hijo de la villa de Albaida, arzobispado de Valencia, abogado del colegio de Madrid, doctor en leyes, fue oidor de la real audiencia de Valencia, después en 1795 fue promovido a la plaza de alcalde de casa y corte. Escribió:

1. Oración inaugural sobre la historia de la abogacía, premiada por la real academia del derecho español y público, bajo la invocación de santa Bárbara. Madrid, por la viuda de Ibarra, 1785, en 4.° mayor.


D. LEONARDO SOLER DE CORNELLÁ.

1796.

Natural de la villa de Elche, nació en el año 1736, fue colegial en el de la concepción de Orihuela, catedrático de filosofía y teología en el referido colegio, y también regente de estudios, cura de la parroquial de S. Juan del arrabal de Elche y de la de S. Andrés de Almoradí, y después canónigo magistral de la catedral de Orihuela, en cuya dignidad murió en la referida ciudad a 26 de abril de 1796. Escribió:

1. Aparato de la elocuencia para los sagrados oradores, donde juntamente con las reglas fundamentales de la oratoria, se enseña prácticamente el uso y aplicación que de ellas deben hacer los predicadores evangélicos, en los diferentes géneros de causas que por su ministerio han de tratar. Valencia, por Benito Monfort. Seis tomos en 4.° los cuatro primeros en 1784, y los dos siguientes en 1788.

Dio el autor a luz esta obra para utilidad no sólo de aquellos que se contentan con una regular instrucción, sino también para los que quisieren instruirse en un todo en la oratoria; advirtiendo que los que no quieren hacer el estudio completo de toda ella, puedan reducirlo al tomo 2.°, donde se halla el fundamento del arte, y el conocimiento, introducción y manejo de las controversias oratorias; en los demás tomos manifiesta la práctica y aplicación a las causas sagradas de los diferentes artificios de que se valió Cicerón para dar grandeza y majestad a sus oraciones.


D. JAIME RUBIO.

1796.

Nació en la ciudad de S. Felipe, antes Játiva (la sexta vez que pone lo mismo entre los dos tomos, más 4 veces antes Xátiva), en 1753; fueron sus padres Mariano Rubio y Vicenta Pont; estudió la filosofía y leyes en la universidad de Valencia, en la que se graduó; fue abogado de los reales consejos, ejerciendo su facultad en Madrid; le nombró su majestad para la vara de alcalde mayor de Vich, y estando ejerciendo su empleo hizo renuncia de él, queriendo pasar a la corte para que se le oyese por la prohibición de la obra de la Ciencia de la legislación del Filangieri, que había traducido; pero no lográndolo, falleció en el camino por el disgusto que recibió: acaeció su muerte en 1 de abril de 1796. (Escribió)

1. Ciencia de la legislación, escrita en italiano por el caballero Cayetano Filangieri. Madrid 1787, siete tomos en 8.° y en 1814 diez tomos en 8.° más corregida y enmendada, y muy mejorada, Madrid, en la imprenta de Núñez, 1822. Diez tomos en 8.° 


FR. JOSÉ MOLLÁ Y VILLANOVA.

1796.

Natural de Valencia, hijo de la parroquial de los santos Juanes de esta ciudad, nació en 18 de marzo de 1728, empezó en esta universidad el curso de filosofía en 1741, siendo discípulo del P. Fr. Rafael Lassala, vistió el hábito en el real convento de S. Agustín de la misma, siguió con mucho lucimiento la carrera de los estudios, obteniendo en el año 1744 los grados de bachiller y maestro en artes, y en 1749 los de bachiller y doctor de teología, defendiendo para ello en el teatro de esta escuela públicas conclusiones con mucho lucimiento. Obtuvo también los cargos de lector en artes y teología, y el título de maestro en su religión, habiendo adquirido una grande ciencia, selecta erudición y fina crítica. Dedicado a la predicación, juntando a estas apreciables calidades un elegante estilo, buena voz y acción, majestuosa presencia, y sobre todo mucha religiosidad, se elevó a la clase de los más excelentes oradores, y como tal fue estimado en esta y otras capitales de la península: conociendo también la academia de S. Carlos su amor a las nobles artes, le nombró en 26 de octubre de 1795 por su académico de honor. Bien asegurados los religiosos de su talento para el gobierno, le nombraron prior del convento de S. Agustín de esta ciudad, y después para el provincialato de Aragón: y la real cámara en vista de su mucha ciencia y mérito le consultó a su majestad para el obispado de Gerona: murió en 5 de abril de 1796 en su convento de S. Agustín de Valencia; y es digno de ver el elogio que hizo del mismo la academia de S. Carlos, en sus actas impresas en 1799, página 7.

Aunque siempre me ha sido repugnante el dar lugar en este escrito a autores que sólo hayan compuesto o impreso dos o tres sermones, coloco con mucho gusto a nuestro Mollá (como lo haré con otros siguiendo a Ximeno), por haber sido seguramente uno de los mejores oradores de nuestro reino, que junto con el P. Andrés de Valdigna, capuchino, mejoraron en este tiempo el uso de la oratoria sagrada, como poco antes se habían esforzado en ello el Ilmo. Sr. Climent, y el P. Andrés Alcantarino.

Pudiera el público haber disfrutado de los desvelos de este orador, viendo estampada la última cuaresma, que pocos días antes de morir había predicado en la iglesia de S. Esteban. El mayordomo de la parroquia de aquel año, que consiguió del maestro Mollá esta última prueba de su gran saber, que era D. Manuel Monfort, sujeto harto conocido por su delicado gusto, se empeñó en imprimirla; accedió a ello el autor, si antes se le permitía el retocarla: pero como su fallecimiento aconteció ocho días después de la cuaresma, la obra quedó en proyecto, y quedaron los oradores sin modelo que pudieran imitar. El Ilmo. Sr. Mayoral hizo alto aprecio de este religioso, y aún siendo joven le condecoró con el dictado de examinador sinodal del arzobispado, examinatura que antes la había obtenido el Sr. Lasala, cuando fue nombrado para el obispado de Solsona. No menos se servía de las luces de este sabio el tribunal de la santa inquisición, en el que estaba honrado con el delicado cargo de calificador. Hasta el claustro de la ilustre universidad literaria, en algunas dudas difíciles de resolver, gustó de oír el parecer de nuestro autor, y le dio las gracias atentamente por haber extendido su dictamen en apoyo de los derechos de dicha corporación, que entonces otra autoridad intentaba combatir. Debemos esta noticia a un catedrático de teología, en cuyo poder obra original una de estas consultas escrita de mano de nuestro autor.

Imprimió: 1. Sermón en la solemne fiesta que en honra de la canonización de S. José Calasanz, fundador de las escuelas pías, celebró la muy ilustre parroquia de los santos Juanes. Valencia, por Benito Monfort, 1768, en 4.° 

2. Sermón de entierro de nuestro redentor Jesucristo, con motivo de la función que para solemnizar su memoria celebró el reverendo clero de la iglesia parroquial de S. Salvador de Valencia, en la tarde del viernes santo, a devoción del rey. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1786, en 4.° 

3. Elogio fúnebre del Ilmo. Sr. D. Fr. Rafael Lasala, obispo de Solsona, predicado en 15 de noviembre de 1792 en el convento de S. Agustín de Valencia. En dicha, por los hermanos de Orga, 1793, en 4.° 


D. MANUEL ROSELL Y VICIANO. 

1796.

Natural de Castellón de la Plana, hermano del P. Fr. Basilio Rosell, y de D. Antonio, de los que trataremos en su lugar, nació en 25 de marzo de 1735, estudió la filosofía que empezó en 1752 en la universidad de Valencia, siendo discípulo del Dr. D. Carlos Beneito, que después fue pavordre de esta santa iglesia: en 1755 obtuvo el grado de maestro en artes que le concedió la universidad graciosamente, en obsequio de la celebridad del tercer siglo de la canonización de san Vicente Ferrer: cursó la teología y matemáticas por cuatro años con el Dr. D. Vicente Capera, graduándose del grado mayor de aquella facultad. En 1763 hizo oposición a la cátedra de filosofía: las conclusiones que para ello imprimió tienen un mérito particular, pues además de defender por preliminar todo el curso de dicha facultad conforme se dictaba en esta universidad, expuso en seguida con extensión todas las partes de ella, conforme al buen gusto que debía reinar, y estaba ya introducido en otros países fuera la península, defendiendo juntamente el sistema de Newton, pero como hipótesis (pone hipótesi); siendo el primero que en esta universidad lo hizo, aunque en los referidos términos. Viendo también cuan ciegamente erraba el vulgo en atribuir las causas a diferentes efectos naturales de este reino, y que en él se notaban algunos que por su naturaleza merecían la atención de un filósofo, aunque conociéndose incapaz de llenar una obra que pudiera producir estas consideraciones, aplicó todo su cuidado en juntar observaciones y noticias para ir formando una física valenciana.

(Andrés Piquer, lógica, tercera edición: “...En la Universidad de Valencia se guarda en esto una costumbre digna de ser recibida de las demás Escuelas. El que arguye pone silogismos hasta que ha manifestado su dificultad, y hecho esto, resume todo su argumento silogístico en un discurso seguido. El que defiende hace lo mismo, porque primero responde a los silogismos según la forma Escolástica, y luego hace una recapitulación de todo el argumento, como una arenga, en la cual satisface a la dificultad que se le ha propuesto...”          

Con este fin resolvió varios autores regnícolas, manteniendo una larga correspondencia con sujetos hábiles de diferentes partes de este reino, que pudieran informarle de la realidad de los hechos para formar con acierto el juicio de sus causas: con estos auxilios y una continua observación empezó a dar forma a la Física Valenciana, exponiendo en las conclusiones la natural constitución de este reino, sus variaciones y motivos que las han ocasionado, la calidad de sus montes y piedras, su varia generación y raras propiedades; aquellos efectos prodigiosos que el vulgo atribuye a causas no naturales, y para señalar las verdaderas se necesita de una particular inteligencia en las ciencias naturales y matemáticas (la cassalla lo puede explicar). 

Explicó los fenómenos que se notan en nuestro mar, la variedad de peces que cría, los monstruos que ha arrojado a sus costas, como también que no carece de la generación de perlas y de coral; el origen de la Albufera, y propiedades de las fuentes de este reino, y sus efectos particulares. (Artículo de Gazull: “Obra feta sobre un deport de l'Albufera (que es un lago a legua y media de Valencia, delicioso por la caza) per lo reverent Mosen Fenollar prevere i per lo magnifich Mosen Joanot Escriva Cavaller mestre racional del molt alt Senyor Rey en lo Regne de Valencia.”)

Notó la calidad de la atmósfera de esta ciudad, la de los vientos que en ella soplan, los que son más saludables, las lluvias, el modo con que se forman las tempestades, con otros fenómenos que había observado; los que pertenecen a la voz, al sonido, a los fuegos subterráneos, terremotos, y toda especie de fuegos; exponiendo en todo ello varias observaciones y descubrimientos útiles a la física.

Me he dilatado explicando estas teses (tesis), por haber sido el primer valenciano que en el teatro de esta universidad defendió este género de conclusiones hasta entonces tan nuevas, que fueron la admiración de esta ciudad.

Pero el estudio predilecto de nuestro Rosell fue el de las matemáticas que aprendió con el antes nombrado Capera, aplicándose con tal empeño, en especial en la maquinaria, que en otra de sus conclusiones expuso y aun describió un género de barco, que sin velas ni remos, pudiéndose cerrar por todas partes, resistiese la violencia del temporal, y no se sumergiese, e hiciese el viaje con seguridad; lo cual, aunque no haya tenido efecto, nadie le puede quitar la gloria de una invención que tantos bienes acarrearía a la humanidad si por ventura llegase a tener efecto. 

(Primer barco a vapor, John Fitch, 1787, por el río Delaware. La vela que sale en el dibujo parece que actúa como ayuda a la dirección del barco, timón de proa, aleta. https://blog.terranea.es/primer-barco-de-vapor-historia/ )

Ordenóse de presbítero con una capellanía de la catedral de Segorbe, oponiéndose al canonicato lectoral de la metropolitana de Valencia, y después en 1769 a una de las doce capellanías reales que el rey D. Carlos III aumentó en la real iglesia de S. Isidro con bula de su Santidad, y real cédula, gozando el nombre y privilegio de canongías; y aunque no la obtuvo por el pronto, logró ser elegido el año siguiente para la tercera de ellas, de la que tomó posesión en 1770: permaneció en esta prebenda, desempeñando las penosas tareas de asistencia de coro, confesar y predicar (pero picar en la mina no) según se practicaba en dicha iglesia hasta su muerte, que fue en 19 de julio de 1796. La sociedad vascongada se honraba de tenerle por su socio, y Sempere le dio lugar en su biblioteca. 

Ha publicado las obras siguientes:

1. Aurora boreal, observada en Valencia en la noche del día 5 de marzo del año 1764. (fue la cassalla de alguna albada, alborada, albaaurora?). Valencia, por Benito Monfort, dicho año, en 8.° mayor.

2. Tratado de la humildad cristiana: carta de S. León el grande a la virgen de Nutria, traducida del latín. Precede un discurso del traductor. Madrid, por Joaquín Ibarra, 1778, en 8.° 

3. Sermones de S. Agustín, en que se explican los salmos que diariamente se cantan en las horas menores y completas, traducido del latín. Madrid, por D. Joaquín Ibarra, 1780. Dos tomos en 8.° 

Contiene esta obra un sistema completo de educación, dirigido por la observación y conocimiento del hombre, empezando por el origen del género humano hasta el estado actual: hace conocer que la razón natural no es bastante para dirigir al hombre, y es preciso valerse de la revelación, poniéndola a cargo de los padres, repartiendo entre ellos sus oficios; les presenta una idea general de la que deben dar a sus hijos; dice cómo debe ser tratado el cuerpo y ánimo de los niños desde su nacimiento hasta el uso de la razón; explica el régimen de vida, el porte de los padres para con ellos y familias, con otras muchas máximas dignas de que todo el que desea la instrucción de su familia lea esta obra, para sacar el fruto de ella.

5. Disertación histórica sobre la aparición de S. Isidro labrador, patrón de Madrid, a los reyes de Castilla, Aragón y Navarra, y a todo el ejército cristiano, antes de la famosa batalla de las Navas de Tolosa. Madrid, imprenta real, 1789, en 8.° 

6. Apología en defensa de la aparición de S. Isidro en la batalla de las Navas, o demostración de las equivocaciones que D. Juan Antonio Pellicer, bibliotecario real, ha padecido, queriendo oscurecer su verdad. Madrid, imprenta real, 1791, en 8.° mayor.

7. Adiciones a la disertación sobre la aparición de S. Isidro en la batalla de las Navas. Madrid, imprenta real, 1794, en 8.° mayor. 

8. Reglas y observaciones para entender las santas escrituras, especialmente el libro del Apocalipsis, escrito por S. Juan: obra póstuma. Madrid, imprenta real, 1798, en 8.° 


D. TOMÁS MARTÍNEZ.

1796.

Hijo de la villa de Cocentaina, profesor de retórica y poesía en el seminario de educandos, comúnmente llamado de S. Pablo, de la ciudad de Valencia, murió en dicho seminario día 8 de abril de 1796. Escribió:

1. Retórica para uso del real seminario de educandos de la ciudad de Valencia. En dicha ciudad, por don Benito Monfort, 1788, en 8.° Consta de siete libros, en ellos trata de la naturaleza de la retórica, su materia, partes y utilidades; de los medios para conseguir la elocuencia, y del fin y obligación del orador: de la invención, de los afectos en general y particular: de la disposición y de las partes de la oración retórica &c. Contiene también ejemplos prácticos, sacados de los autores latinos, por donde regularmente se estudia en las escuelas.

2. Colección de poemas latinos, escogidos y comentados para uso del referido seminario. Valencia, por dicho, 1791, en 4.° 

3. Prosodia latina, y arte métrica para uso del expresado seminario. Valencia, por el referido Monfort, 1794, en 8.° 

4. Reglas para formar las oraciones gramaticales pertenecientes a menores para uso del nominado seminario. Valencia, por D. Benito Monfort, 1796, en 8.° 

DR. D. FRANCISCO BRUNO SEBASTIÁN.

1796.

Nació en la puebla de Arenoso (La Pobla de o d'Arenós), gobernación de Morella, reino y arzobispado de Valencia, por los años de 1714: estudió la filosofía y jurisprudencia en esta universidad, donde recibió el grado de doctor en leyes, y admitido de abogado, e incorporado en su colegio, del que fue decano. Casó con doña Manuela Gil, hija también del referido pueblo, en cuyo lugar fue su desposorio. Ejerció con crédito la abogacía hasta su muerte, que acaeció día 12 de marzo de 1796. Está enterrado en la capilla del oratorio de la congregación de S. Felipe Neri de Valencia, en la sepultura que para el efecto se le hizo nueva, colocando sobre ella en una lápida la siguiente inscripción:

HIC JACET D. D. FRANC. BRUNO SEBASTIAN

ADVOCATVS

PIETATE ET RELIGIONE INSIGNIS

QVI OBIIT ET ABIIT AD SVPEROS

DIE XII MARTII M.DCC.XCVI

EXPLETIS LXXXIIX (?) AETATIS SVAE ANNIS.

Escribió: 1. Clara y verdadera explicación de la composición del mercurio simple de los filósofos, que enigmáticamente describió el anónimo Aegreneo Philaletha Cosmopolita en el tratado que intituló: La entrada abierta en el cerrado palacio del rey, y del uso que de él se debe hacer para la obra de su elixir, que a ruego de un amigo manifiesta el Dr. D. Francisco Bruno Sebastián. En 8.°, sin año ni lugar de impresión, aunque se hizo en Valladolid, imprenta de Santander, según lo vi notado de letra del mismo autor.


D. JOSÉ MARCH Y BORRÁS.

1796.

Nació en Castellón de la Plana, y avecindado en Valencia, del estado noble, cultivó con bastante numen la poesía; y tan apasionado a la literatura, que poseyó una copiosa librería: a su instancia se imprimieron las trobas de mosen Jaime Febrer. Murió en esta ciudad día 3 de junio de 1796, en la parroquia de S. Nicolás.

Escribió y publicó aunque anónima la obra siguiente:

1. La Rani-Ratiguerra. Poema jocoso, dedicado a Juan Rana, y dado a luz por uno de sus más afectos alumnos. Valencia, por Francisco Burguete, 1790, en 8.° 

Consta de un solo canto, que el autor llamó Cantigruñido único. Está compuesto a imitación de la Batrachomaquia, o la guerra de las ranas y ratones, que se atribuye a Homero. Son muchas las poesías que dejó, así manuscritas como impresas, y que corren sueltas: daremos noticia de las que sabemos.

2. Versos a los terremotos de Orán en 1793, dirigidos al conde de Noroña.

3. Sátira intitulada la opinión.

4. El drama de Ilphis y Zulia, original.

5. Cicides y Pagres: poemita traducido del francés, en prosa.

6. Heroida de Mr. Duch a la muerte de Decio en el campo de batalla: traducida del alemán.

7. La mujer (pone muger): poema traducido del francés.

8. Cantos de una Amazona, por Mr. Weisse: traducción del alemán; son tres, a saber:

1.° Despedida a la abertura de una campaña: 2.° Canto durante el apartado tumulto de una batalla; y 3.° Canto de alegría al volver su amante de la guerra.

9. Égloga a la muerte de la duquesa de Frías. (y tan fría que estaría).

10. Tragedia titulada la Raquel. 

Y finalmente una disertación sobre la literatura española.


D. PASCUAL NEBOT.

1797.

Nació en Valencia día 16 de febrero de 1743, fue bautizado en la parroquial de santa Catalina; desde su juventud manifestó su afición al estudio de las ciencias, saliendo muy aprovechado en los varios ramos de ellas, especialmente en la artillería de marina: sirviendo al rey en esta carrera, obtuvo los grados de teniente de fragata de la real armada, de capitán del puerto de Algeciras, y después del de el Grao de Valencia: había sido antes archivero de la secretaría de estado de marina en la corte.

Era muy curioso e inteligente en el conocimiento de las medallas antiguas, de las que reunió una colección de novecientas noventa y cuatro escogidas, y otra porción menos estimada: todas las cuales en el año 1796 (abril) vendió a D. Francisco Peyrolon, socio comisionado por la real sociedad vascongada con destino a su monetario, donde fueron remitidas y muy apreciadas. Murió en Madrid en 18 de enero de 1797. Escribió:

1. Disertación histórica sobre el origen, etimología y valor de la lengua establecida en los caminos de España.

2. Disertación geográfica de las leguas, de la marítima y de la legal que se usan en España: ilustración sobre la verdadera significación, origen y etimología de los dioses Manes, que se encuentran en las lápidas sepulcrales. Son manuscritas estas disertaciones, que presentó al príncipe de la paz (entonces duque de la Alcudia). 

El motivo que tuvo para ello fue por estar en el conocimiento de no ser justas las leguas que expresan las columnas puestas en los caminos. 

En las actas de la sociedad de amigos del país de Valencia, publicadas en 11 de diciembre de 1799, e impresas el año siguiente, consta a la página 22, que escribió nuestro autor y presentó a la misma:

3. Descripción histórica y geográfica del río Turia; por cuya obra en 1793 fue nombrado socio de mérito; e igual distinción obtuvo de la real sociedad vascongada.


FR. JOSÉ BELLA.

1797.

Religioso agustino, natural de la villa de Onteniente, nació por los años de 1732 de familia distinguida y principal, tomó el hábito de san Agustín, y después de haber estudiado las facultades de filosofía y teología según manda su estatuto, y hecho oposiciones a lectorías, se retiró con otros al desierto del real convento de nuestra señora de Aguasvivas, siendo otro de los que plantificaron, establecieron y consolidaron allí la rigurosa vida común. Desde joven ninguno de sus condiscípulos se le aventajó en talento, aplicación y religiosidad. A fuer de los cargos de Suprior, maestro de novicios que cumplió muchos años en aquella ejemplar casa, y un trienio el de prior, se familiarizó mucho con las obras de los santos padres, y especialmente de S. Agustín; fue muy austero, en extremo humilde y amante de la pobreza de su estado. Se cree que su dichosa muerte fue ocasionada por la heroica conservación de una virtud esencial a su profesión. Verificóse en aquel convento en 16 de octubre de 1793. Escribió: 1. De efformandis sacris concionibus. Obra de Fr. Lorenzo Villavicencio, jeresano. La tradujo al español nuestro autor, haciendo la traducción de la edición latina hecha en España, de la que cuidó el maestro Flórez, separándola de las demás obras de Villavicencio. Esta traducción se hizo por orden de a provincia para el estudio de la oratoria sagrada entre los que tuviesen el cargo de la predicación: quedó en un tomo en folio escrito de mano del traductor en la librería del P. M. Sidro Vilarroig, catedrático de la universidad y provincial de S. Agustín. No se publicó esta traducción, aunque aprobada por comisión del consejo de Castilla.

2. Epistolario de S. Agustín, traducido por dicho P. Bella. Son seis tomos en folio manuscritos que comprenden todo el epistolario, para cuya versión se valió el traductor de la edición veneciana de las obras del santo, publicadas según la de los padres Manurinos. Esta obra encuadernada en tres tomo se halla en poder del padre maestro fray Francisco Hurtado, religioso agustino, que en las vicisitudes de los conventos de las pasadas épocas cuidó de ponerla a salvo del peligro de perderse, como por desgracia se ha experimentado en otras.


FR. LORENZO BOIX.

1797.

Francisco descalzo, natural de la Alcudia de Carlet, donde nació en 1716, tomó el hábito en el convento de santa Ana del monte de la villa de Jumilla día 4 de mayo de 1732, profesando en el siguiente año, y concluidos sus estudios fue nombrado lector de artes y después de teología: también obtuvo los empleos de custodio, provincial y vice-comisario de la provincia de S. Pedro de Alcántara de Granada, y siendo últimamente guardián del convento de Liria murió en 1797. Trabajó mucho en la obra de aquella casa que edificó de nuevo mudándola a terreno más sano. Escribió:

1. Sermón en las exequias de la sierva de Dios María Ana Amat, natural de la villa de Alcudia de Carlet, predicado en el convento de san Pedro de Alcántara de dicha villa en 28 de agosto de 1769. Valencia, por Salvador Faulí, 1771, en 4.° 

2. Vida de la venerable sierva de Dios María Ana Amat, en 4.° manuscrita.


P. VICENTE EMPERADOR Y PICHÓ.

1797.

Hijo de la ciudad de Valencia, nació en agosto de 1730, estudió la gramática, retórica y poesía en las escuelas de la universidad, a cargo entonces de los padres jesuitas; floreció en las letras humanas, y habiendo visto su disposición, no dudaron los padres de la compañía de Jesús de admitirle en su religión, vistiendo la sotana en octubre de 1745. Hizo grandes progresos en la poesía: suyas son unas quintillas que hay en la página 67 del libro del siglo III de S. Vicente Ferrer. Cuando fueron extrañados los jesuitas pasó a Italia, avecindándose en Ferrara, donde murió en 3 de enero de 1797. Escribió: 1. Gibraltar combatido y preservado por la paz del año 1783, o sea: La Carletida: Poema heroico en veinte cantos, en 4.°, manuscrito. Lo compuso en Ferrara, de donde lo remitió a un su amigo de Valencia, de cuyo manuscrito he tenido el original, y para en poder de D. Francisco Borrull. En él celebra las glorias de Carlos III, que prefirió el bien de la paz, al (á el) logro y conquista de Gibraltar próximo ya a rendirse. 


FR. AGUSTÍN CABADÉS Y MAGÍ.

1797.

Religioso del real y militar orden de nuestra señora de la Merced, hijo de Vinaroz, estudió la filosofía en esta universidad, que empezó en 1751, siendo discípulo del doctor don Francisco Jacques, beneficiado en la parroquial de los santos Juanes de esta ciudad. En 1755, obtenido ya el grado de bachiller de filosofía, vistió el hábito de mercenario en el convento de Valencia, y después de su profesión recibió en esta universidad literaria el de maestro en artes. Estudió la teología en su religión: concluido este curso fue nombrado lector de filosofía, graduándose de doctor en teología en la referida universidad: en ella hizo varias oposiciones a las cátedras de artes, y en su convento a las lecturas de teología, consiguiendo una de ellas en 1762, y últimamente la muy ilustre ciudad lo eligió para catedrático de locis, la que disfrutó hasta su fallecimiento: en ella sacó discípulos aventajados, contándose entre estos el Dr. D. Vicente Salabert, el que en el día es catedrático con pavordría anexa de teología.

Fue en su religión comendador del convento de Valencia, maestro en sagrada teología y calificador del tribunal de la santa inquisición. Murió de repente de un insulto apoplético día 27 de septiembre de 1797 en el real convento de Valencia. Sempere en el tomo segundo de la biblioteca del reinado de D. Carlos III habla de este autor y de sus obras. Escribió: 1. Sermón de gracias que por la elección de provincial, celebrada por la provincia de Valencia, del real y militar orden de nuestra señora de la Merced, en el real convento de Valencia, día 13 de junio de 1772, dijo en el día 14 del nominado mes y año. Valencia, por Benito Monfort, dicho año, en 4.° 

2. Institutiones theologicae in usum tyronum adornatae. Valencia, por Benito Monfort, 1784 y siguientes. Cuatro tomos en 4.° mayor. La orden del real y supremo consejo de Castilla, expedida en 28 de enero de 1778 a todas las universidades de España sobre el método de enseñar la teología, alentó a este autor a proseguir esta obra, que ya tenía empezada por mandado de su general; y así habiéndola acabado según la idea que se formó, la publicó siguiendo el método de convencer y vindicar los puntos principales de nuestra religión católica: da una breve noticia de los errores y herejías; pone de manifiesto el sentido e impugnaciones de los santos padres; la historia y disciplina eclesiástica sobre el punto ocurrido; las cuestiones y opiniones escolásticas más útiles y concordes, y en fin añade algunos escolios, corolarios, y apéndices, procurando en todo la pureza del lenguaje latino, propiedad y claridad del estilo.


FR. PEDRO JIMÉNEZ.

1797.

Del hábito de nuestra señora de la Merced, nació el 4 de octubre de 1727, y creemos que en Liria, porque su padre, llamado D. Pedro Jiménez, era administrador de la renta del tabaco en dicha villa. Entró religioso en el convento del Puig a 14 de septiembre de 1741, e hizo su profesión en 5 de octubre de 1743. Fue comendador del convento de Zaragoza y regente de estudios en el de Segorbe, donde murió en 5 de noviembre de 1797 de edad de setenta años. Consta todo del necrologio de la religión de la Merced. Escribió: 1. Florilegium. Son cinco tomos en 4.° manuscritos, que se conservaban en el convento de la Merced de Valencia. Era una miscelánea de dichos y sentencias de los autores clásicos más selectos sobre asuntos políticos y morales, siguiendo el orden alfabético.


D. FÉLIX JOAQUÍN MARTÍNEZ.

1797.

Presbítero, natural de la ciudad de Játiva, después de los estudios se graduó de doctor de teología, estuvo residente en el colegio auxiliar de la ciudad de Orihuela, y habiendo pasado a su patria, murió en marzo de 1797. Escribió: Historia de la antigua Sétabis, (Saetabis) manuscrita.


D. VICENTE GUERAU DE ARELLANO.

1797.

Nació en Torrente (Torrent), lugar cerca de Valencia, en 27 de abril de 1733: fueron sus padres don Gaspar Guerau de Arellano, natural de Logroño, y doña Vicenta Puchades Sisternes de Oblites. Estudió en esta universidad la filosofía y jurisprudencia, graduándose de bachiller en esta facultad: casó con doña Ana Solsona y Soler, natural de Valencia: fue regidor perpetuo por juro de heredad en la clase de nobles del ayuntamiento de esta ciudad, y nombrado en 1776 por el dicho para la corte en calidad de diputado, con el fin de sostener los derechos del patronato de la universidad literaria: en aquella capital permaneció tres años, hasta que logró el objeto de su comisión, y murió en Valencia en 22 de enero de 1797. Siempre estuvo dedicado a los archivos del real palacio y de la ciudad: recopiló todos los procesos que esta seguía en la real audiencia contra diferentes sujetos: hizo un extracto general de todos los pueblos del reino desde la conquista del rey D. Jaime, el número de pobladores, a quienes se les concedieron, y las familias a que han pertenecido en su primer (primera) fundación. Reunió también muchos privilegios pertenecientes a los señoríos de los pueblos, y de sus dueños territoriales. Extractó todos los linajes pertenecientes al reino de Valencia y fuera de él, con los árboles genealógicos, con varias notas de las genealogías y las legitimaciones de las cortes celebradas en Valencia y Monzón, con otros varios manuscritos de los archivos de la ciudad más selectos y preciosos: todo lo dicho lo posee y guarda en su archivo su hijo D. Joaquín Guerau de Arellano Cisternes de Oblites y Puchades, barón de Cenija, continuando la colección de los árboles genealógicos de las familias distinguidas de Valencia y su reino. El ilustre ayuntamiento de esta ciudad le comisionó varias veces para felicitar en su nombre a algún personaje que se hallaba condecorado con alguna prebenda o dignidad, con cuyo motivo nuestro Guerau compuso e imprimió los siguientes:

1. Discurso gratulatorios, que en las visitas públicas y de ceremonia practicadas por la muy noble y leal ciudad de Valencia, cerca de los ilustrísimos y reverendísimos señores don José Climent, obispo de Barcelona, y fray Rafael Lassala, obispo de Adramita, con destino a auxiliar de Valencia, en ocasión del ascenso de ambos prelados a sus citados empleos, dijo... día 30 de septiembre de 1766, y 27 de abril de 1768. Valencia, por Benito Monfort, 1768, en 4.° 

2. Razonamiento al marqués de Albaida, por haber sido creado Grande de España. Impreso por dicho.

3. Otro al ilustrísimo señor don Antonio Despuig en 23 de septiembre de 1795. En la imprenta del diario.

4. Elogio por el ayuntamiento, con motivo de haber nombrado obispo de Canarias al P. Fr. Juan Bautista Cervera, religioso de la reforma de san Pedro de Alcántara. Impreso en la de Monfort, año 1763, en 4.° 

Quedaron manuscritas:

5. Elogio del señor rey don Felipe V, en obsequio de la real academia española. Año 1779.

6. La enhorabuena del ayuntamiento, por haber sido nombrado arzobispo de Valencia don Francisco Fabián y Fuero en el año 1773, y la vida desde su nacimiento hasta que se separó de esta ciudad.

7. Elogio por haber nombrado arzobispo de Valencia a D. Tomás Aspuru.

8. Elogio del mismo al marqués de santa Coloma en el año 1775. 

9. Elogio a la buena memoria de Julio Lorenzo Selvagio, sacerdote ejemplar en virtud y letras, catedrático de la universidad de Nápoles, y autor de unas instituciones canónicas.

10. La oración fúnebre del Sr. Rey Carlos III.

11. Otro elogio en honor del beato Gaspar de Bono.

12. La vida de santa María egipciaca.

Todos estos manuscritos paran en poder del referido su hijo.


D. VICENTE ANTONIO NOGUERA Y RAMÓN.

1797.

Nació en Valencia en 22 de noviembre de 1728, y fue bautizado en la iglesia parroquial de S. Martín: estudió la gramática y retórica con el Dr. D. Cristóbal Coret, y en su universidad la filosofía que entonces se cursaba; el derecho civil con el Dr. D. Juan Claver, después canónigo doctoral de esta iglesia metropolitana; y recibida su borla de doctor se dedicó al derecho español, dirigido por D. José Nebot y Sanz, abogado y literato a un mismo tiempo, a quien siempre confesó deber los cimientos del buen gusto. Fue regidor perpetuo en clase de nobles del ayuntamiento de dicha ciudad; vocal perpetuo en clase de caballero hacendado, en la junta particular de comercio y agricultura establecida en ella por real orden de 15 de febrero de 1762, de la que fue uno de los promotores y fundadores: individuo de la sociedad de amigos del país; académico de honor de las nobles artes de Valencia, e individuo de la academia florentina. Dotóle la naturaleza de una figura interesante, imaginación fecunda, juicio fino y exacto; cuyas cualidades fueron acompañadas de suma religión, piedad, probidad y aplicación. Entregado al estudio privado, se hizo con el caudal de erudición, que después vertió abundantemente en sus escritos, y se granjeó la amistad y correspondencia con los mejores literatos de su país, y aun de fuera. Entre otros lo fue el ex jesuita D. Manuel Lassala, quien invitado por el Sr. Noguera a cantar en una apopeya (epopeya) castellana el grandioso hecho de la conquista de Valencia por D. Jaime I de Aragón, le dedicó y dirigió en respuesta su Canción (1: en el artículo del referido Lassala, insertaremos esta canción y la carta de que hacemos mérito, ambos escritos copiados del original) inédita a la conquista de Valencia, con un soneto en elogio de aquel su amigo, el cual en 2 de enero de 1784 le contestó con una carta llena de erudición y cortesía, según se lee en la Memoria literaria de la vida y escritos de Lassala, impresa en Valencia en 1828. Ni se limitó su celo a solas las ciencias, sino que desde el seno de las corporaciones a que perteneció, dio impulso como hombre público y verdadero amante de su patria a cuanto podía contribuir al aumento de su riqueza, con la mejora de su agricultura, y perfección de su industria fabril y comercio: y entre otros frutos de sus trabajos lo fueron la fábrica de gorros colorados para Berbería establecida en Paterna; la del hilado de la seda a la Vaucanson en Vinalesa; y la prohibición de la cría de arroces en los pueblos de la ribera del Turia, debiéndole con ello su robusta salud, y un aumento prodigioso de población y prosperidad; sin contar otros muchos que existen en los archivos del ayuntamiento, y de la junta de agricultura y comercio. Con tan apreciables circunstancias, acatado de los suyos, estimado del público, excelente patricio y literato, y buen padre de familia, murió en 20 de octubre de 1797. Fue enterrado en la sepultura de los suyos en el convento de Dominicos de nuestra señora del Pilar. Sacó su retrato después de muerto D. Vicente López, pintor de cámara de su majestad, y la academia de S. Carlos anunció su fallecimiento con elogio en sus actas de 1789, impresas en 1799. Escritos:

En su juventud pagó su tributo a los encantos y bellezas de la poesía; y en las fiestas del tercer siglo de la canonización de S. Vicente Ferrer, impresas en Valencia en 1762, se leen bajo su nombre y sin él varias poesías suyas. Tales son la canción: Levanta Turia hermoso, página 25, libro 1: la canción real de la página 58, libro 2: la imitación de la oda de Horacio: Laudabunt alii de la página 419, libro 3, y la que sigue en esdrújulos: suyas son también les copletes de la página 150, libro 3, que empiezan es la mia gloria, y el romance valenciano de la página 153 del mismo libro. Poesías todas del gusto dominante entonces, y cuyos originales con otros frutos de su edad lozana, en la provecta rasgó él mismo por su mano. 

1. Memorias de los sucesos de Veletri del año 1744, escritas en lengua latina por el conde Castruccio Buonamici, oficial de guardias de corps de su majestad napolitana, y puestas en castellano por D. Vicente Noguera y Ramón. En Valencia año de 1766, por Benito Monfort, en 8.° mayor. “El original de estas Memorias, dice Sempere en su Biblioteca española de Escritores del reinado de Carlos III, tomo 4, artículo Noguera, es una de las obras más bien escritas en latín en este siglo; y el traductor ha sabido trasladar al español la elegancia con que la escribió su autor el conde Buonamici.”

2. Paciani Episcopi Barcilonensis opera quae extant. Obras de S. Paciano, obispo de Barcelona, traducidas e ilustradas por D. Vicente Noguera, regidor perpetuo en clase de nobles de la ciudad de Valencia. En Valencia en la oficina de Benito Monfort, 1780, en 4.° mayor. De esta obra he aquí el juicio del citado Sempere: “Pensando el Ilmo. Sr. D. José Climent, obispo de Barcelona, en reimprimir las obras de S. Paciano, su antecesor en la misma silla, en el siglo 4.°, le pareció que sería muy conveniente acompañarla con una traducción al castellano, para cuyo efecto y para el cuidado de la impresión se valió del Sr. Noguera. La elección de aquel sabio y celoso prelado de un lego para esta comisión, pudiendo haberse valido de algún eclesiástico, muestra bien el concepto que le mereció su instrucción y literatura. Pero aunque la confianza del Sr. Climent, quien como todo el mundo sabe, de nada tenía menos que de adulador, podía haber hecho emprender desde luego al Sr. Noguera la edición que se le encargaba, con todo procuró ejercitarse primero en la lectura de los padres de la iglesia que más conducen para la inteligencia de la disciplina antigua, cuyos frutos manifestó muy bien en el discurso sobre la vida y escritos del santo, en la introducción a la parenesi, y las notas con que adornó toda la obra, comparables por cierto con las celebérrimas de Grevio y Gronovio; y para esta se han tenido presentes varias ediciones, y una copia exactísima del manuscrito que fue de la reina Cristina, y existen en la biblioteca Vaticana. No obstante estas circunstancias, el autor se hace cargo el reparo que se le podía hacer, notándole el que tratara de estas materias siendo lego, porque en España es muy común el creer que la ciencia eclesiástica está vinculada al hábito, a la sotana, y a las borlas. Pero satisface con moderación diciendo: “Tal vez el vulgo que frecuentemente equivoca los estudios e inclinaciones de los hombres con sus vestidos y trajes, creerá que una noticia de la religión algo mayor de la que posee el pueblo comúnmente, excede a la capacidad y literatura de un secular, y es muy expuesta para quien desde los primeros años no se ha dedicado al estudio de la teología. No pensaron así los cristianos de los primeros siglos.”...

3. Historia general de España, que escribió el P. Juan de Mariana, ilustrada en esta nueva edición de tablas cronológicas, notas y observaciones críticas, con la vida del autor. En Valencia y oficina de Benito Monfort, en 4.° mayor, año de 1783. “Esta obra, dice el citado Sempere, se está imprimiendo por suscripción con caracteres bellísimos, y en papel muy fino, de suerte que será una de las más bien impresas en España. Van publicados tres tomos. En el primero precede un prólogo, en el cual se da razón de esta edición, y de los motivos que ha tenido el Sr. Noguera para seguir en ella la del año 1608, con la adición al pie de las variantes sustanciales que se hallan en las de 1617 y 1623. Sigue luego la historia de la vida y escritos del P. Juan de Mariana. Pruebas y documentos que justifican la historia de la vida del mismo: tablas cronológicas de los años consulares: observaciones sobre los tres primeros libros de esta historia; en las que se trata con la más delicada crítica y escogida erudición de los principales acaecimientos de los tiempos primitivos de España. En todas las observaciones y notas del Sr. Noguera se manifiesta una crítica muy juiciosa y un gusto muy delicado. La vida del historiador particularmente está escrita con la mayor delicadeza, copia de noticias raras y exquisitas, y análisis exacta de los escritos de Mariana. No se limita solamente a estos, sino que con motivo de las ocurrencias que ocasionaron muchos de ellos, se extiende a referir las circunstancias con que tienen conexión. Es muy notable por lo que contribuye al conocimiento de la historia literaria de España la relación de la causa suscitada contra el doctor Arias Montano, suceso que contribuyó en mucha parte a la decadencia de la literatura española, y en el que trabajó mucho el P. Mariana.” Hasta aquí el Sr. Sempere. Y para hacer la debida justicia al mérito del Sr. Noguera, debe añadirse que emprendió este trabajo con conocimiento y aprobación del consejo real, participadas de su orden por su secretario D. Pedro Escolano de Arrieta en 12 de marzo de 1782, acompañado del canónigo y rector de la universidad literaria D. Vicente Blasco; mas el nuevo plan de estudios que meditó y planificó (pone plantificó) en dicha escuela, absorbieron todos los afanes del Sr. Blasco, y no le permitió distraerse de ello, pesando por este incidente sobre solo el Sr. Noguera tamaña empresa. Asimismo fue tan grato al público este primer tomo, que mereció le manifestase la soberana gratitud y la suya el ministro conde de Floridablanca, en real orden desde S. Lorenzo en 24 de octubre de 1783. En 1785 salió el segundo tomo. En él dio el ilustrador el estado de la península como provincia del imperio romano; delineó el principio y progresos de la religión cristiana en ella, con sus persecuciones y mártires; formó su juicio crítico de la famosa inscripción Neroniana, descubierta y publicada primeramente por Aldo Manucio; presentó la imagen de la primitiva iglesia española según los cánones del concilio Eliberitano, con la división de sus antiguas provincias eclesiásticas, metrópolis y obispados; desechada por apócrifa, como anteriormente lo habían hecho el canónigo Mayans, y el maestro Flores, la distribución de sillas episcopales atribuida al godo rey Bamba (Wamba). Fijó en Valencia y en el año 15 del reinado del godo Tendis, la celebración de un concilio Valentino; y publicó la inédita inscripción sepulcral de un obispo, encontrada en 10 de abril de 1770 en la casa del peso de la harina de Valencia. Las cartas del conde u obispo Bulgarano, y la inscripción del conde Comenciolo, descubiertas poco antes en una torre de Cartagena, recibieron por primera vez su publicación: dio por sospechosas las famosas fuentes de Oset, e interpretada la escabrosa lápida de la Cartuja de las cuevas de Sevilla, según la inteligencia que le comunicó su reciente Edipo el Sr. Pérez Bayer, y la no menos famosa del claustro mayor de la catedral de Toledo: y asignó el martirio del santo rey Hermenegildo al día 13 de abril del año 586 de Cristo. Vio la luz pública el tercer tomo el año 1787, en el cual añadió de suyo el Sr. Noguera un ensayo cronológico de los reinados de los soberanos de España, desde la invasión de los árabes hasta D. Fernando I; y según el referido Sr. Sempere: “Además de la difícil averiguación de las datas de muchos hechos, se trata del origen de algunos usos y costumbres, cuyo conocimiento es muy importante para la historia civil de España, y para aclarar muchas dudas acerca de varias regalías que se han oscurecido con el tiempo.” Tales son el examen de los tributos llamados Peito Burdelo de Asturias, y de los Vasallos de Remensa (pone remeusa) en Cataluña, y el haber borrado del catálogo de los concilios españoles de la edad media con la guía del jesuita Burriel al llamado concilio Obetense. A más de esto en vista del privilegio del rey de Asturias D. Alonso II, llamado el casto, a favor de la iglesia de S. Salvador de Oviedo, publicado entonces íntegro por primera vez, y de otros preciosos documentos que vio y cotejó, establece como indubitable la pérdida de España en el año 711 de Jesucristo, a que se había ya inclinado el marqués de Mondéjar, y que han fijado después como época Ortiz en el capítulo 12, libro 5, tomo 2, de su Compendio de la historia de España, y Conde en la parte 1.a capítulo 10, de su Historia de la dominación de los árabes en España. 

El cuarto tomo salió el año de 1788, y presentado al Sr. D. Carlos III, llenó las medidas de su real benevolencia y la de su ministro el conde de Floridablanca, quien así lo manifestó al ilustrador desde S. Ildefonso en 16 de agosto de dicho año. Diseñó en él un bellísimo cuadro de Valencia y su reino árabe, su división en pequeñas provincias, y entre efímeras y débiles dinastías mahometanas. Dio la correspondencia de muchos nombres de sitios y pueblos árabes con los que actualmente conocemos, las disposiciones del rey conquistador para hacer la de la capital, los premios con que distinguió a los prelados, ricoshombres, caballeros y soldados que le ayudaron, ajustado todo a los apreciables documentos que registró y vació del archivo de la bailía de esta ciudad, del real palacio, del sacro convento de Montesa, y a los escritos de los mejores escritores regnícolas; bosquejando con suma maestría un exacto y hermoso compendio de la historia de su provincia y de la capital hasta su conquista. Continuó el ensayo de los reyes mahometanos de Córdoba, y no se le escapó el examen del célebre fuero de Sobrarbe, el cual, en su concepto, es un antiguo documento: “Que sin mérito propio, y por interés más que por su legítimo valor ha logrado autoridad y crédito en la posteridad, y mirado con indiferencia no parecerá otra cosa que la compilación indigesta de ciertas costumbres antiguas, o llámense fueros, hilvanadas con las consejas de los siglos 11 y 12 por algún curioso aunque mal crítico de aquella edad.”

En 1789 se dio a luz el quinto tomo, precedido de un amenísimo y erudito prólogo del ilustrador, en el que hablando de los principales hechos que contiene el periodo de la historia de aquel tomo, es decir, desde 1238 hasta 1330, derrama sobre ellos una luz clarísima, y presenta los engrandecimientos de la Corona de Castilla y los de la de Aragón con sus conquistas; las famosas expediciones a los mares de Levante de ambas marinas mercante y de guerra (llamada aquella la Catalana); los enlaces de la dinastía reinante con las de Sicilia, Nápoles, Grecia y Constantinopla. El privilegio de la fundación y dotación de la santa iglesia de Toledo; y las vistas de Logroño para los tratados de paz entre Castilla, Aragón, Francia y Sicilia, acaso las primeras de reyes españoles que habían visto la luz pública. Continuación de su ensayo cronológico de los condes de Barcelona. Sobre todo el examen crítico que hace allí del derecho de D. Sancho el IV, llamado el Bravo, para reinar en Castilla y León, llama la atención de nuestros publicistas, y basta para formar una idea competa de su erudición. Sancho el IV sube al trono de San Fernando, excluyendo los hijos de su difunto hermano primogénito el infante D. Fernando de la Cerda: y sabido es con cuanta repugnancia han pasado esta sucesión nuestros historiadores. Así que para justificarla legal y políticamente tuvo que examinar y llamar a juicio, digámoslo así, toda la sucesión de las casas reales españolas desde la restauración; los antiguos fueros, la legislación goda, el fuero viejo de Castilla, el famoso de Sepúlveda, los de Cáceres y Molina: todo, todo fue el objeto de su severo examen, y concluyó que legítimamente el rey D. Alonso el Sabio, acatando el derecho antiguo y la ley de la razón según el fuero de España, convino en que en las Cortes de Segovia fuese su hijo D. Sancho nombrado heredero y sucesor de la corona por los tres estados del reino que allí se juntaron. Por fin llegó a publicarse el sexto tomo del Mariana en 1790, que se extiende hasta el año de 1410. Entre el apéndice y notas eruditas de este tomo, lo más selecto es el Memorial de la historia de España que D. Alonso el IV, padre del rey Ramiro, envió a D. Sebastián, obispo de Salamanca. El extracto del cuaderno de las cortes de Segovia de 1383, en que se abrogó la Era española, y se mandaron contar los años por los del Nacimiento de nuestro Redentor. Documentos preciosos, que debieron al jesuita Marcos Andrés Burriel el haberse libertado del polvo y polilla, y a nuestro ilustrador el haber visto la luz pública. La furiosa irrupción del rey de Marruecos, y la brava resistencia de los españoles bajo Alonso XI de Castilla, el gran cisma de occidente, la venida del Papa Luna al reino de Valencia, último teatro de sus hechos, que recibieron nueva claridad y exactitud; y en muchas notas de las de este y del quinto tomo, vio el mundo justificado completamente en honor de su patria, que en las expediciones marítimas de los tiempos de que se trata, hechas a nombre de los Aragoneses y Catalanes, tuvieron una buena parte los osados y valientes marinos Valencianos, si bien confundidos con el apellido genérico de Catalanes; llegando a contar entonces sólo la ciudad de Valencia nueve almirantes entre sus hijos. En este estado le sobrevinieron algunas desazones, y achaques propios ya de su edad, a que se agregó haberle faltado de su lado su hijo D. José, joven de no comunes esperanzas, y del cual se había servido oportunamente para acopiar y transcribirle noticias dignas doquier que las hallase; por todo ello le fue absolutamente preciso levantar la mano en sus tareas, cediendo la gloria de la continuación y complemento de tan bellísima y útil edición en tres tomos más a D. José Ortiz, bien conocido por su compendio de la historia de España y otras obras que tiene publicadas.

4. Oración dicha a la real academia de S. Carlos de Valencia en 2 de septiembre de 1783, impresa en las actas de la academia de aquel año por Benito Monfort en 1784. Un bellísimo cuadro y ensayo histórico de la escuela valenciana en los dos ramos de arquitectura y pintura, las grandes proporciones que ofrece nuestro hermoso clima a su prosperidad, la fecunda y abundante vena de nuestros felices genios, y el haber vindicado del olvido una porción de nobles artistas, cuyos nombres yacían olvidados y envueltos en la misma abundancia de nuestros más excelentes profesores: todo se ve desempeñado en esta Oración con tal gusto y tal arte, que pareciendo sólo una fina naturalidad, es el resultado de la práctica de las más minuciosas partes de su Orador. Difícil por cierto en la ejecución, pero mucho más difícil en disimularlo.

Inéditos:

5. Tentamen in canonem 17 Concili Toletani vulgo primi. En él se trata con mucha erudición de la calidad de las mujeres que aquel concilio llama concubinas. Aunque el Sr. Sempere en su citada biblioteca supone concluida esta disertación y en estado de publicarse, sin embargo el original que conserva la familia del autor se halla sin concluir, pero escrito en un estilo castizo latino y oportuno a la calidad del asunto, con tal cual borrador de algunas cartas escritas a sus amigos en el mismo idioma e igual estilo.


FR. FRANCISCO RODRÍGUEZ.

1798.

Religioso franciscano descalzo, nació en Callosa de Segura, reino de Valencia, en 25 de septiembre de 1746, estudió la gramática y parte de la filosofía en la universidad de Orihuela, tomó el hábito en el convento de nuestra señora de Lorito en la universidad de Monforte el año 1760, profesó en el siguiente, y obtuvo varios empleos en su religión, como el de regente de estudios, lector de teología en el convento de S. Juan de la Ribera, y cronista de la religión, y últimamente guardián en 1798 del convento de Torrente. Escribió:

1. Compendio histórico de la vida, virtudes y milagros del beato Andrés Ibernón, religioso lego profeso de la orden de S. Francisco de la más estrecha observancia de los menores descalzos de S. Pedro de Alcántara de la provincia de S. Juan Bautista, en el reino de Valencia, sacada de los procesos de su beatificación. Valencia, por Salvador Faulí, 1791, en 8.° Es traducción del italiano.

2. La inoculación del entendimiento, manuscrito, traducido del idioma francés, que no se imprimió por la publicación de otra traducción de distinto autor.

3. El misionero parroquial de Chevasu, manuscrito. Esta traducción paró en poder del arzobispo de Valencia, de orden del cual la había hecho, y que no se publicó por el mismo motivo.


D. FRANCISCO TOMÁS CAPOU.

1798.

Natural de la ciudad de Valencia, nació en 1733, y fue bautizado en la parroquial de S. Juan. En 1750 empezó en su universidad los estudios de filosofía, y en 1754 el de ambas jurisprudencias: tuvo varios actos con mucho lucimiento, graduándose de bachiller de filosofía, después recibió los grados mayores de leyes y cánones. Para el grado de leyes defendió un acto público por todo un día, de varias conclusiones sacadas de los cuatro libros de la Instituta, siendo las cuarenta y ocho problemáticas, y omitiendo otros actos, y muchas oposiciones a cátedras, pavordrías y canonicatos, no sólo en Valencia, si que también en Orihuela, Albarracín, Cartagena de Murcia y Osma: mereció varias veces ser consultado en terna. Ejerció con crédito la abogacía en Valencia, y el de abogado de los pobres por muchos años hasta su muerte, acaecida en su patria día 13 de enero de 1798. Fue de un talento y travesura superior, concurriendo muchas personas de luces a oír sus defensas cuando abogaba por algún reo en los tribunales de esta ciudad. Escribió:

1. Aclamación del pueblo valenciano, con el plausible motivo de la celebridad y fiestas al felicísimo parto de la princesa nuestra señora de los dos reales infantes Carlos y Felipe. Valencia, por Benito Monfort, 1784, en 4.° 

2. Razonamiento dirigido a los caballeros cadetes y alumnos de la real academia militar del Puerto de Santa María, sobre la necesidad de las ciencias y artes para la profesión de las armas en sus diferentes ramos. Valencia, por el mismo, 1785, en 4.° 

3. Discurso sobre la necesidad de la oratoria para la abogacía, con motivo de la reimpresión del epítome de retórica de Vicente Blas García, y del tratado de las controversias oratorias legales de Fr. Juan Ángel de Serra, capuchino de Cesena. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1787, en 8.° 

4. Elogio con que la nación española felicita a su monarca el Sr. D. Carlos IV en su exaltación al trono. Valencia, por la viuda de Agustín Laborda, 1789, en 4.° 

5. Carta gratulatoria dirigida a los jóvenes sargentos del regimiento de Victoria. Valencia, por dicha, 1790, en 4.° 

6. Parabién al Exmo. Sr. Conde de Floridablanca, restablecido de las dos heridas con que fue insultado en el real palacio de Aranjuez. Valencia, por la referida, 1790, en 4.° 

7. El afecto patriótico felicita al reverendísimo P. Fr. Joaquín Company, con motivo de su dignísimo ascenso al generalato de la religión de S. Francisco. Murcia, por la viuda de Felipe Teruel, sin año, en 4.° 

8. Acclamatio Revmo. P. Joachimo Company. Sin año ni lugar de impresión.

9. El Reino de Valencia al Exmo. Sr. Duque de la Roca. Verso endecasílabo. Madrid, 1793. Se reimprimió en el Diario de Valencia de 11 de julio de dicho año.

10. Inscripción latina, día de la bendición de banderas del ejército del estado de voluntarios honrados de esta ciudad y reino, dedicada al Exmo. Sr. Duque de la Roca. Es latina-castellana: sigue un poema. Su fecha 19 de octubre de 1794. Impreso sin lugar ni año. 

11. Parabién con que felicita al Ilmo. Sr. D. Félix Rico, obispo de Teruel, un afecto patriota. Valencia, en el diario de 19 de septiembre de 1795.

12. Etopcia del Rmo. y Exmo. P. Fr. Joaquín Company, ministro general de la religión de S. Francisco. Impreso sin fecha ni nombre.

13. Etopcia del Exmo. Sr. D. Antonio Despuig y Dameto, arzobispo de Sevilla. Impreso sin fecha &c.

14. Juicio del discurso oratorio sobre las obligaciones de los jueces. Madrid, por D. Fermín Villalpando, 1797, en 4.° 

15. Amoris et gratitudinis monumentum. En celebridad y aplauso de D. Francisco Pérez Bayer. Impreso sin fecha, pero lo fue en 1797, en 4.° mayor.


FR. BARTOLOMÉ SANCHO.

1798.

Religioso francisco, natural de Valencia, nació en 26 de enero de 1733, siendo sus padres Bartolomé Sancho y Vergadá (Bergadá), de ejercicio tintorero, y Rosa Pérez y Lobet. Después del estudio de la filosofía en esta universidad, tomó el hábito de la orden de S. Francisco en 12 de octubre de 1753 en el colegio de Sancti Espiritus de misioneros apostólicos. Desde que entró en él, siguiendo su genio laborioso, no cesó de trabajar con afán los ratos que le dejaban de algún modo vacantes las precisas obligaciones de su regla, en los cuales componía pláticas y sermones, así para los religiosos de su convento, como para varios sujetos que se valían de él por su profunda sabiduría. En el referido colegio fue guardián elegido en 8 de julio de 1782, cuyo oficio desempeñó con ejemplar satisfacción. Finalmente lleno de accidentes y con la vista perdida, falleció en su convento en enero de 1798, dejando compuestas las obras que siguen:

1. Historia del real colegio de Sancti Espiritus, seminario de padres misioneros apostólicos de la observancia de N. S. P. S. Francisco en la provincia de Valencia, manuscrito, en 4.° con quinientas veinticuatro planas. Su asunto es el desengaño a la variedad de opiniones que han corrido, pensando unos que dicho convento había sido en sus principios de monjas, y otros que de cartujos. Sobre la misma fundación del referido convento, véase el artículo de D. José Mariano Ortiz.

2. La regla de la seráfica madre santa Clara con notas y exposición, que para sus profesoras y confesores la escribió un padre sacerdote del real colegio de Sancti Espiritus del Monte, seminario de misioneros apostólicos de la provincia de padres menores observantes de Valencia, manuscrita, en 4.° 

La he visto con licencia para la impresión, concedida por el R. P. Fr. Joaquín Company, fecha 22 de octubre de 1793. Dicho libro anónimo consta de ciento noventa y ocho planas. 

3. Epítome de la vida de Fr. Anselmo de Turmeda, manuscrito.


D. JOSÉ MARIANO ORTIZ.

1799.

Escribano de Valencia, donde nació, y fue bautizado en la parroquial de S. Juan del Mercado en 29 de noviembre de 1735: fueron sus padres José Ortiz, también escribano, y María Zaragozá: desde su primera edad era muy inclinado a saber y adquirir noticias, no contentándose solo en instruirse en el arte de Notaría, si que entregado al estudio de la historia, las recogió muchas y muy raras; en especial leyó muchos papeles, documentos, manuscritos, en archivos así públicos como privados, y no menos de protocolos de escribanos antiguos (de que reunió un número muy crecido), entresacando de ellos lo más particular y notable, por lo cual contemplándole tan instruido en especial en la genealogía, se valieron muchísimos de su auxilio para las pruebas de sus entronques, cuando necesitaron comprobar su descendencia o formar algún Nobiliario. Era tan grande su inclinación a leer, que cuando fatigado de un gran destilo y menoscabada su vista no lo podía hacer, lo suplía valiéndose de otro que diariamente le leyese, y se puede decir que murió en medio de sus amados libros, porque repentinamente le quitó Dios la vida en 21 de mayo de 1799. Escribió:

1. Carta familiar sobre la dignidad de notarios o escribanos, sus brillantes circunstancias, cuantiosos goces y privilegios, honoríficos empleos que obtuvieron los condecorados en ella entre lo noble y político, repetidos servicios que prestaron a lo jurídico, desvelos grandes a lo literario, y constante fidelidad a su monarca y patria; glosada con las más particulares y especiales memorias que preserva la antigüedad de sus archivos. Valencia, por Francisco Burguete, 1772, en 4.° 

2. Compendio de la vida de D. Francisco Fernández Pérez de Aranda, ayo y preceptor que fue del infante D. Fernando, hijo del rey D. Juan el primero de Aragón, ilustrado con varias notas históricas sacadas de documentos auténticos, y principalmente con un catálogo cronológico de todas las monedas que corrieron desde el año 1233 hasta el de 1737, expresión de su valor, aumento y baja en cada reinado, referencia a los privilegios, pragmáticas y demás escrituras, y reducción a reales y maravedís de vellón. Madrid, por D. Manuel Martín, 1777, en 4.° 

3. Carta en que se da noticia de algunas antigüedades del real convento de nuestra señora del Carmen de la ciudad de Valencia, que en respuesta a la del M. R. P. M. Fr. Gerónimo Despuig, doctor en sagrada teología etc. le dirige. Valencia, por José y Tomás de Orga, 1779, en 4.° 

4. Disertación histórica de la festividad y procesión del Corpus que celebra cada año la ciudad de Valencia, con explicación de los símbolos que van en ella, ilustrada con varias notas antiguas relativas a este y otros asuntos. Valencia, por los dichos, 1789, en 4.° 

5. Representación a su majestad para la grandeza de España, por D. Vicente Calatayud, conde de Real y Almenara, con notas de ilustración. Madrid, 1766, en folio.

6. Representación por el marqués de la roca al propio fin. Madrid, sin año, en folio.

7. Demostración fidedigna, y legítima justificación del origen y descendencia que deduce el Exmo. Sr. Marqués de Valdecarsana. Madrid, 1776, en folio.

8. Noticias de ciertas monedas de plata de los antiguos reyes de Aragón, nuevamente descubiertas bajo el pavimento de una casa de la ciudad de Valencia, y prueba del valor que en aquellos tiempos tuvieron. Valencia, por Salvador Faulí, 1778, en 4.° 

9. Informe histórico-cronológico legal, que presenta a vuesa majestad, José Mariano Ortiz etc. Escribano de la alcaidía (alcaldía) del palacio real de Valencia, bureo, distrito y jurisdicción: probando cuando adquirió la real corona el palacio, su real capilla, rectorato (rectorado) y capellanías; y como la jurisdicción real eclesiástica y espiritual la han ejercido las personas reales, o sus delegados, en virtud de bulas pontificias, leyes palatinas etc. Madrid, por Andrés de Sotos, 1782, en folio.

Es curioso por las notas que contiene, y raro por haberse impreso muy pocos ejemplares.

10. Representación al rey por don Pascual Mercader, barón de Cheste, sobre la dignidad de barón. Madrid, por Hilario Sánchez, 1783, en folio.

11. En el diario de Valencia hay comprendidas muchas materias históricas del mismo Ortiz, como se ve en los de 7, 8, 9 y 10 de enero de 1793; se encuentra una carta que dirigió a frey don Miguel Molina, prior de san Jorge, sobre la antigüedad de su religión.

En 11 de septiembre de 1795 se halla otra sobre la fundación del monasterio de santa Ursola de Valencia, y otra firmada en 25 de agosto, dirigida al excelentísimo señor don Luis de Urbina, capitán general de Valencia, declarando una lápida que estaba en el real palacio de dicha ciudad en el salón de los generales, sobre la puerta que facilitaba la entrada a su galería principal, cuya lápida era cuadrilonga, de mármol negro, sus caracteres góticos y galicanos, y de ángulo estrecho, el idioma valenciano, y su lectura la siguiente:

Cambra de Uxer del

Senyor Rey.

En el diario de 26 de agosto de 1795 hay un tratadito sobre la dotación, y fundación del convento de Sancti Spiritus, y en el del 6 de septiembre del mismo, otro sobre el de la Puridad de monjas franciscas de Valencia.

En 28 de agosto de dicho año se encuentra otro tratado anónimo (como casi todos los anteriores) en que impugna la opinión de Escolano, de que habitaban el convento de Sancti Spiritus del Monte monjas cartujas, antes que religiosos observantes; y la historia de dicho convento está inserta en los diarios de 13 y 14 de agosto del expresado año 1795, como también en 9 de los mismos la historia y fundación de los conventos de Santa Tecla y la Corona de Valencia. Por lo común son de dicho Ortiz los más de los papeles históricos publicados en su tiempo, que para apoyo de lo que refieren, citan escrituras de escribanos, privilegios de algunos reyes de la Corona de Aragón, o documentos archivados en esta ciudad o en el de Barcelona: en algunos manifestó su nombre, como en el de 10 de agosto y siguientes del año 1797, en que historió la fundación de la parroquial iglesia de san Lorenzo, y de paso la del hospital de Enclapés, monasterio de la Zaidía, y la demarcación de dicha parroquia; pero en los más ocultó su nombre. 

12. Dejó manuscrito un papel fundado en defensa del convento de la Corona, sobre no deber pagar primicia al cura de san Miguel.

13. Argeografía Valentina Española: manuscrito que cita el autor a fojas 42 del descubrimiento de las leyes palatinas.

D. JOSÉ VERGARA.

1799.

Natural de la ciudad de Valencia, nació en 1726, siendo su padre D. Francisco Vergara, célebre escultor, que murió en 1753 dejando dos hijos, el uno nuestro don José, y el otro llamado don Ignacio, también escultor, excediendo al que le dio el ser en crédito. Con esta ocasión haremos memoria de un primo de ambos, pensionado por el rey en Roma, llamado D. Francisco Vergara, que nació casualmente en la Alcudia de Carlet, reino de Valencia, y murió muy joven en el año 1761, dejando insignes testimonios de su mérito,y del honor que cabe a la nación española de las muchas obras suyas, especialmente la célebre estatua de S. Pedro de Alcántara colocada en el vaticano. Aficionado D. José a la pintura, se dedicó a su estudio desde la más tierna edad, logrando mucha opinión en esta profesión: fue uno de los profesores que promovieron con más ardor la fundación de la real academia de las bellas artes, que con el título de S. Carlos sigue hoy día: en ella obtuvo el empleo de director de pintura desde 11 de marzo de 1765, y después dos veces el de director general. La academia de S. Fernando le nombró académico de mérito, y también la real sociedad económica de Valencia individuo en igual clase desde su erección. La memoria de su pincel dura perenne en las obras públicas que hay al fresco en casi todas las iglesias de esta capital y reino, y al óleo en muchas ciudades de España y casas particulares: son del primer género el cascarón y demás pinturas del convento de nuestra señora de Montesa, las de la capilla de S. Vicente Ferrer del convento de predicadores, capilla de comunión de san Juan del Mercado &c: por lo que toca al óleo son de su mano los once cuadros de la metropolitana de Valencia, que representan los martirios de S. Vicente y S. Erasmo, la historia de S. Luis Obispo, S. Martín, S. Narciso, S. Vicente mártir, en la capilla pequeña; la Purísima Concepción, santo Tomás de Villanueva y el descendimiento de la Cruz: esta última y el S. Erasmo, fueron dádiva gratuita al primer templo de Valencia por el grande afecto que le profesaba D. José Vergara, y la devota asistencia, con la que concurría a sus oficios todos los días festivos durante los de su vida. Este genio laborioso jamás cesó de trabajar hasta en su avanzada edad, dejando infinitos cuadros que son apreciados por los amantes de la pintura.

Murió en Valencia, día 9 de marzo de 1799, de setenta y dos años de edad. Está enterrado en la iglesia de la congregación de S. Felipe Neri. Fue muy aficionado a la historia y grandeza del arte, y ejercitó con sana crítica la pluma escribiendo:

1. Discurso académico leído en la junta pública de la real academia de S. Carlos de 24 de julio de 1789, manuscrito.

2. Notas a las vidas de los profesores que publicó Palomino y adiciones para su continuación, mss.

3. Observaciones sobre varios objetos de las nobles artes, manuscritas.

4. Diferentes ideas de las principales obras que pintó o plan de su distribución y alegorías, con citaciones eruditas de la historia eclesiástica y civil, en que se apoyan, o descripciones artísticas explanando su invención, escritas antes de ejecutarlas, manuscritas. Estos opúsculos conserva con aprecio su hijo D. Vicente María de Vergara, abogado de este colegio, secretario actual de la real academia de S. Carlos y de la real sociedad económica, al par de muchos cuadros de varios estilos y géneros, pues D. José Vergara fue un pintor universal. Si las bellas artes le dieron honor y opinión nacional, y le conciliaron la amistad de las personas más distinguidas en ciencia y empleos,  también ennobleció su ejercicio por una conducta, moralidad, afabilidad, fino trato y decoro que nunca desmintió en su vida pública y privada, atrayéndose el respeto y la estimación de cuantos le trataron o conocieron.    

Concluiremos el artículo con citación de lo que en alabanza de este insigne profesor filósofo cantó un poeta en la junta pública de la academia del año 1801.


......... docto Vergara,

cuya memoria durará más años,

que flores cría el Turia en sus riberas

en el hermoso y apacible mayo.


FR. FRANCISCO VIVES.

1799.

Monje gerónimo, nació en Alboraya día 29 de enero de 1742, hijo de José Vives y María Lliso. Dedicado desde sus más tiernos años a la música, fue admitido por monacillo en la catedral de Valencia, en cuyo destino permaneció hasta 21 de febrero de 1756. El Dr. D. Ignacio Monseny, su padrino en el bautismo, le dispensó la mayor protección, llevándoselo en su compañía, en cuya casa estuvo hasta que el ilustrísimo señor don Andrés Mayoral, arzobispo de Valencia, lo nombró en 7 de junio del referido año por su tesorero, y tuvo que vivir en palacio; con este motivo entró Vives maestro de capilla de la iglesia catedral de Segorbe, de donde pasó a vestir el hábito en el monasterio de san Miguel de los Reyes, monjes gerónimos, cerca de Valencia, día 19 de noviembre de 1770, y profesó en 24 del mismo mes del siguiente año. Fue su vida muy ejemplar, tanto que lo eligieron por maestro de novicios en 18 de septiembre de 1794, siéndolo hasta el 13 del mismo mes del año siguiente, que lo nombraron bibliotecario, archivero y arquero mayor, cuyos destinos, sirvió hasta el día en que murió: toda su vida la pasó enterrado (encerrado) dentro no de la cerca del monasterio, sino de los claustros, sin salir jamás de ellos, a excepción del corto intervalo de tres días que por razón de su oficio salió para ser censor de unas oposiciones que se hicieron. Murió en 5 de noviembre de 1799, habiendo recibido los últimos sacramentos con los sentimientos de la piedad más tierna y sólida en presencia de la comunidad, dejando una singular memoria de su piedad y de las excelentes cualidades de su espíritu, que le conciliaron la estimación de las personas ilustradas, y la de todos los religiosos. Está enterrado en el ángulo de la derecha del claustro mayor entrando por la iglesia, inmediato a la escalera de dos ramos: en un cañón de vidrio, que pagó D. Nicolás Laso, inquisidor que fue de Valencia, se puso escrito en pergamino la primera de las cláusulas que anotaré en la inscripción de su sepultura, y se colocó al lado del V. cuerpo día 12 de noviembre, en el que se cubrió la sepultura, y sobre ella la inscripción siguiente:

HIC IACET P. FRANCISCVS

VIVES

HVIVS COENOBII BIBLIOTHECARIVS ARTIS MVSICAE

VALDE PERITVS

REGVLAE S. HIERONIMI OBSERVATISSIMVS

OBIIT DIE V. NOVEMBRIS

AN. M.DCC.XCIX.

Dejó muchos manuscritos que su humildad ocultó, en prueba de ello insertaremos un fragmento de la pastoral que escribió a sus monjes el general de la orden Fr. Joaquín Semper, que dice: “Ha dado más que admirar a los eruditos y justos que otros monjes... como abeja no ha cesado nuestro Vives de administrar flores para que los literatos y escritores de dentro y fuera de nuestra España puedan formar su sabrosísimo panal, y lucir con los materiales de nuestra rica y preciosa biblioteca con que él ha servido al crítico Masdeu, y al erudito Andrés; el tiempo descubrirá el fruto dulce de la amarga semilla de su infatigable trabajo: ¿quién sabe lo que ha escrito? Materiales ricos y preciosos relativos a nuestra España y a la Italia, que los escritores públicos miran y han mirado como tesoros que el señor ha querido descubrir por este su amado siervo, músico de profesión, organista y compositor, se contentó con la composición de su oficio, que llevaba a efecto con la mayor felicidad por la compostura con que gobernaba su capilla... la asistencia continua al coro, como si fuera un novicio y aún más que nuevo, pues en las noches en que se dispensaban, la oración de dos horas diarias a lo menos, la rigidez, las disciplinas extraordinarias que usaba en la cuaresma y demás viernes del año, los cilicios que por mucho que ocultó, aún en vida, se vislumbró... Asimismo en atención a lo útil de los manuscritos que trabajó nuestro difunto, mando al padre prior y a todos los monjes de dicho monasterio, en virtud de la santa obediencia, que ninguno se atreva enteramente a extraer del monasterio y dar a persona alguna manuscrito alguno del difunto, antes bien encargo al padre prior mande encuadernarlos, y así recopilados los custodie en el archivo o biblioteca, según lo exijan ellos mismos. 

Asimismo encargo al padre maestro prior, que el monetario que con suma diligencia formó el difunto, lo mande colocar en la biblioteca; y aún para adornarle, tendré la satisfacción de que se incorporen a él las monedas celtivéricas (celtibéricas, celtíberas)  y romanas que tengo en nuestra celda. = Fecha en San Gerónimo de Jesús a 19 de noviembre de 1799. Por mandado de nuestro reverendísimo padre maestro general, fray Francisco Aberg, secretario general.”


D. IGNACIO MONSENY Y GOYA. (Montseny, como el monte, pero sin la t)

1799.

Presbítero, natural de Valencia, hijo del Dr. D. Juan Bautista Monseny, abogado de los reales consejos, y de doña Francisca Goya; después de sus estudios fue tesorero del señor arzobispo D. Andrés Mayoral, obtuvo el curato de la parroquial del lugar de Campanar, cerca de Valencia, y condecorado por su majestad con un canonicato de la catedral de Segorbe, murió en Valencia día 2 de noviembre de 1799, y está enterrado en el convento de la Corona, franciscos recoletos, en la sepultura que en él tienen sus parientes. Escribió:

1. Nueva zarzuela tragi-alegórica, que se representó en la casa nueva de enseñanza pública de niñas de la ciudad de Valencia el año 1766, intitulada: El ilustre alcázar nuevo. Puesta en concierto por don Juan Acuña, presbítero, maestro de capilla en la de san Martín, y beneficiado en la parroquial de santa Catalina mártir. Su autor el doctor don Ignacio Moyan y Gonesy, presbítero, natural de Valencia (anagrama de Monsey y Goya.) Valencia, por Benito Monfort, 1767, en 4.° mayor.

2. Alegórica zarzuela para el año 1769, intitulada: Taller ilustre de Rosa, y asilo de la inocencia, que se había de representar en el colegio y casa pública de enseñanza de niñas de la ciudad de Valencia &c. &c. puesta en concierto por el anterior maestro de capilla. Su autor el doctor don Ignacio Monseny y Goya, presbítero. Manuscrito.


D. JUAN BAUTISTA BONET DE MARTOU.

1799.

Hijo del lugar y parroquia de Cuartell, donde nació en 25 de abril de 1732. Fue notario apostólico, escribano real y del colegio de Valencia, hombre muy pío y caritativo: murió en dicha ciudad y parroquia de san Esteban a 21 de marzo de 1799. Está enterrado en la iglesia de dominicos. Escribió:

1. Meditaciones de los siete dolores de la virgen santísima, con varias noticias y ejercicios para atraer al más obstinado pecador al servicio de la virgen. Valencia, por Tomás de Orga, 1771, en 8.° Madrid, por Andrés de Sotos, 1782, en 8.° 


ILUSTRÍSIMO SEÑOR D. FÉLIX RICO.

1799.

Nació en Castalla día 20 de noviembre de 1733, hizo sus estudios en la universidad de Valencia, empezando la filosofía en 1749: en 13 de noviembre de 1754 se graduó de bachiller en leyes y doctor en ambos derechos, obteniendo en ella una cátedra de instituta: fue beneficiado en la parroquial de san Andrés de la referida ciudad, con cuyo título se ordenó de presbítero. Habiendo sido hecho obispo de Barcelona el señor Climent, y deseando tener sujetos idóneos para su gobierno, se llevó a nuestro Rico, nombrándole provisor y vicario general de su diócesis, en cuyo tiempo le hizo su majestad la gracia de la dignidad en aquella iglesia, titulada el arcedianato de santa María del Mar; pero habiendo vacado el canonicato doctoral en la metropolitana de Valencia, por medio de oposición que para ello hizo, le agració el cabildo con dicha prebenda, de la que tomó posesión en 2 de diciembre de 1774, siendo esta la segunda que hizo al referido canonicato por haberla hecho en 1759. En 1785 en atención a sus méritos le nombró su majestad canciller del reino de Valencia, y judicatura de competencias, cuya gracia le fue hecha día 18 de enero. Por espacio de tres años ejerció el empleo de vicedirector de la sociedad económica y el de su censor. Últimamente agraciado por su majestad con la mitra de Teruel en 1.° de junio de 1795, fue preconizado, y tomó posesión de ella en 10 de agosto, consagrándose en la metropolitana de Valencia en 13 de septiembre del referido año, siendo su consagrante el excelentísimo e ilustrísimo señor don Antonio Despuig y Dameto, entonces arzobispo de Valencia, que después lo fue de Sevilla, y creado cardenal en julio de 1803, y asistentes los ilustrísimos señores don Lorenzo Gómez de Haedo, obispo de Segorbe, y D. Manuel María Truxillo, de Albarracín. Colocado nuestro Rico en su diócesis, no cesó de trabajar en favor de los pobres haciendo copiosas limosnas, repartiendo granos, y auxiliándolos en sus necesidades. A su instancia mandó el rey se fabricasen en Teruel dos casas de piedad, una para hospicio, y otra para expósitos, con orden que para ello impetró con fecha de tres de abril de 1796; pero por su corta duración en el pontificado, no pudo ver concluida la obra que tanto había deseado: murió en fin en 29 de mayo de 1799, dejando buena memoria en sus feligreses. En la junta pública que celebró la real sociedad económica de Valencia el día 11 de diciembre de 1799, se dijo el Elogio académico de nuestro obispo, escrito y pronunciado por don Tomás Ricord, presbítero, capellán de su majestad, natural de Valencia, y se imprimió en las actas del referido año, a la página 54, y separadamente con este título: Elogio del ilustrísimo señor don Félix Rico, del consejo de su majestad, obispo de Teruel, que en la junta pública, celebrada por la real sociedad económica de amigos del país de Valencia, con motivo del feliz cumpleaños de la reina nuestra señora en 11 de diciembre, dijo. Valencia, por Benito Monfort, 1800, en 4.° 

Escribió nuestro Rico: 1. Carta pastoral. Su fecha 1798, en 4.°, sin lugar ni nombre de impresor.

FR. JAIME SERRANO.

1799.

Religioso mínimo, nació en la villa de Castalla por los años de 1740, tomó el hábito en el convento de S. Sebastián de Valencia, donde estudió artes y teología, pasó a la provincia de Sevilla, allí fue maestro de estudiantes, y leyó hasta jubilarse: tuvo los empleos de padre de provincia, ex-colega general por la nación española de toda su orden mínima, y examinador sinodal del arzobispado de Sevilla y obispado de Cádiz. Murió en Sevilla a 23 de enero de 1799. Publicó:

1. Los salmos de David, y cánticos sagrados, interpretados en una brevísima paráfrasis en sentido propio y literal, escrito en francés por el P. Lallemant, traducidos al castellano. Madrid, 1785, por Benito Cano, 1786; imprenta real, 1796, y por Gerónimo Ortega, 1802, siempre en 8.° mayor. Son infinitas las impresiones que se han hecho de esta obra, tanto ha sido el aprecio en que se ha tenido: en ella hay un prólogo de nuestro Serrano: en que expone los motivos que tuvo para emprender esta traducción, que sirve de fijar más la atención de los que rezan, y no entienden el latín, cuya falta suele distraer la imaginación, que no se liga fácilmente cuando esta no la ayuda a lo que reza, lo cual prueba con gravísimas autoridades y razones, siendo una de ellas, que al que reza sin entender el latín, no participa de las verdades históricas que pronuncia, ni de las máximas morales que sirven para su instrucción, ni de aquellos sublimes afectos de que abundan los salmos, con lo que se fervoriza el corazón del que los lee. Al principio de cada salmo pone el traductor un argumento que sirve de luz y explicación, añadiendo algunas notas útiles.

FR. ANSELMO DEMPERE.

1799.

Religioso mercenario, nació en la villa de Alcalá de Chisvert, reino de Valencia, en 24 de marzo de 1727; tomó el hábito de nuestra señora de la Merced en el convento de Tortosa en 24 de diciembre de 1743, haciendo su profesión en el de Valencia en igual día del año siguiente. Era mucha su afición e inteligencia en leer letras antiguas, por lo que le eligieron archivero del convento de la villa del Puig, donde pasaba su tiempo gustosamente sepultado en su celda o archivo recogiendo noticias, en especial las que concernían a los asuntos de su religión, y a las genealogías de los religiosos que hubo en su orden, los cargos y honores que obtuvieron, o que pertenecían a historiar la vida de cada uno, mirando y registrando para este fin protocolos antiguos, extractando de ellos las cosas más particulares. Murió en dicho convento del Puig año 1799, dejando trabajado lo siguiente:

1. La púrpura mercenaria, manuscrito. Trata de los cardenales ciertos y dudosos que ha tenido su orden.

2. De los asuntos expresados ha dejado escritos cuarenta tomos en folio, que paraban en el archivo del referido convento del Puig.

Juan Bautista Muñoz Ferrandis 


FR. JOSÉ ALAPONT.

1800. 

Nació en Vallada, villa del reino de Valencia, tomó el hábito de religioso observante de la orden de S. Francisco de esta provincia, donde aprendió la filosofía y estudios mayores: era tan perito en la lengua latina, que le destinaron sus superiores para la enseñanza de este idioma; pero llegando a noticia del general de la orden, Fr. Pascual de Varés, se lo llevó a Roma empleándolo por amanuense, encargo que sirvió por más de ocho años, a cuyo empleo añadió el elegirlo por secretario general de todo el orden para la nación española, cuyo empleo ejerció más de doce años, siendo toda la confianza y satisfacción del general, al que asistió hasta la última hora de su vida, sirviéndole de mucho consuelo en la enfermedad tan prolija que padeció. Fue también difinidor y padre de provincia de Valencia, comisario general de tierra santa en todos los dominios de su santidad, y postulador de la causa del beato Nicolás Factor, en cuyo seguimiento trabajó con mucho celo hasta que consiguió verlo puesto en los altares. Vuelto a España, se retiró al convento de S. Felipe, a (en) donde murió por los años de 1800. Escribió:

1. Lecciones del nocturno del beato Nicolás Factor. Valencia, por Martín Perís, 1787: en 8.° 

2. La oración que dijo para la publicación del decreto de beatificación.

3. Vida del beato Nicolás Factor, en italiano.


P. BERARDO GARCÍA.

1800.

Jesuita, natural de Valencia, nació en 12 de noviembre de 1740, tomó la sotana en 25 de enero de 1759, y trasladado a Italia se avecindó en Venecia, acomodándose por director del hijo único de D. Juan Bragadeno, senador veneciano. Murió en dicha ciudad en principios del año 1800. Fue muy aficionado a la poesía, admirando a la Italia con sus composiciones dramáticas, que fueron representadas con grande aplauso. Las obras de este escritor que han llegado a mi noticia son las siguientes:

1. Gonzalo della Riviera, ossia il Giudice del propio onore. Venecia, por Pedro Savion (Savioni), 1789, en 4.° Se representó esta pieza con lucimiento por primera vez en aquella ciudad en el otoño de 1780. En cinco actos, y en prosa.

2. La zíngara. Comedia di caractere in cinque atti in prosa. Venezia, 1791, en 4.° 

3. Elogio del príncipe é Vescovo di Ginebra S. Francesco di Sales detto nella Chiesa de RR. PP. dell' oratorio di S. Felippo Neri. Venezia, apud Iosephum Rosa, 1786, en 8.° 

4. Tarquinio il superbo. Tragedia. Venet. per Petrum Savioni, 1782, en 8.°     

5. Elogio funebre d'un illustre filosofo detto d'un amico dell' uman genere á giusti pensatori. Venezia, per Gaspare Storti, 1778, en 8.° Lo dedicó a Francisco Avogadro, senador de Venecia, de cuyos hijos fue director.

6. Marcella, ossia la innocenza salvata. Venezia, apud Iosephum Rosa, 1786, en 8.° 

7. Discorso academico contro i filosofi moderni. Venezia...

8. Elogio de Hernán Cortés con notas muy eruditas.


P. VICENTE OLCINA Y SEMPERE.

1800.

Jesuita, hijo del lugar de Gorga, reino de Valencia y su arzobispado, nació en noviembre de 1731, entró en la compañía de Jesús en octubre de 1747. En el colegio de Alicante, donde estaba morador, le alcanzó el exterminio de los de su religión. Escribió:

1. Documentos morales contenidos en varias fábulas, cuentos, símiles, casos o ejemplos sacados de varios autores, y an tres parábolas del Evangelio. Valencia, por Salvador Faulí, 1800, en 8.° Son unas fábulas en verso castellano muy ejemplares, y dignas de que la juventud las aprenda de memoria por la moralidad que contienen.


D. FRANCISCO CERDÁ Y RICO.

1800.

Natural de la villa de Castalla, reino de Valencia, como él mismo lo expresa en una nota a la página 289 de la Diana de Gil Polo. Su bella disposición cultivada en las aulas de gramática, retórica y poesía de esta universidad, que estaban a cargo de los padres jesuitas, adelantó su ingenio hasta salir un perfecto humanista, y continuando con mucha aplicación la carrera de los estudios mayores, especialmente el de la jurisprudencia en la misma universidad, se formó un buen abogado, sin perder nunca de vista los estudios amenos, y de la más profunda erudición: trasladóse a Madrid, donde se hizo un lugar muy distinguido en aquella corte, sin dejar de emplear los ratos que le permitían sus ocupaciones en el de la historia civil y literaria; logrando con esto una completa instrucción, la cual le proporcionó la amistad de varios literatos, y los elogios de los mayores sabios de Europa. Los más altos personajes lo buscaban para la defensa de sus derechos, obligándole a viajar por diferentes partes de España para que registrase los archivos en que creían hallarse documentos que favorecían sus pretensiones; y se aprovechó de esta ocasión para tratar a muchos eruditos y examinar cuantas bibliotecas se encontraban. Al cabo de poco tiempo que estaba en la corte, enterado de su mérito el sabio D. Juan de Santander, bibliotecario mayor de su majestad, le buscó para oficial de la real biblioteca en el año de 1766, y valiéndose de sus luces enriqueció la misma de preciosas obras que le faltaban. La academia latina matritense y la de la historia, le admitieron con mucho gusto entre sus individuos: el Sr. D. Carlos III quiso aprovecharse también de sus grandes conocimientos, y le dio en 13 de marzo de 1783 la plaza de oficial de la secretaría de estado y del despacho universal de Gracia y Justicia de Indias, condecorándolo con la cruz pensionada de su real y distinguida orden; y el Sr. D. Carlos IV lo promovió en 30 de agosto de 1795 a la secretaría del consejo y cámara de Indias por lo respectivo a Nueva-España con voto en ambos tribunales, que no pudo disfrutar mucho tiempo por haber muerto en 5 de enero de 1800. Fue académico de honor de la academia de S. Carlos desde 14 de julio de 1793; y en sus actas impresas de 1800, hizo digna mención del fallecimiento y literatura de este insigne valenciano, quien también mereció elogios de nuestro paisano Sempere. La Gazeta número 4 del mismo año anunció su muerte, dando una idea breve de sus eruditas tareas.

Viendo la injusticia con que los extranjeros atribuían a España la fea nota de barbarie, determinó vindicarla, publicando las obras de muchos españoles que se habían hecho raras y podían desengañarlos; procuró ilustrarlas con eruditas notas y apreciables discursos, que han merecido la aprobación de los sabios, y transmitirán con singular aprecio su digna memoria a la posteridad.    

Debemos a su diligencia y estudio las siguientes:

1. Alfonsi Garciae Matamori et Rhetoris primarii Complutensis, opera omnia nunc primum in unum corpus coacta. Accedit commentarius de vita et scriptis auctoris. Matriti, 4.° mayor un tomo. Se imprimió a expensas de la biblioteca real. El comentario es de nuestro Cerdá. 

2. Io. Christ. Calveti Stellae de Aphroditio expugnato quod vulgo Aphricam vocant, commentarius, cum scholiis Bartholomaei Barrienti Illiberitani. Editio latina VIII. Accedunt eiusdem Calveti Carmina varia. Matriti, apud Antonium Perez de Soto, 1771, en 12.° Se imprimió a expensas de la biblioteca real. En el prólogo pone todas las notas que se han podido recoger acerca de la vida del autor, siendo muy apreciables, particularmente las de dos obras cuyo paradero se ignoraba, y que descubrió la diligencia de nuestro Cerdá, esto es, la de los siete libros de Rebus Vaccae Castri, que se conservan manuscritos en la librería del Sacro Monte de Granada; y el intitulado: Exul, que se hallaba en la del marqués de los Trujillos.

3. Obras que Francisco Cervantes de Salazar ha hecho, glosado y traducido. Madrid, por D. Antonio Sancha, 1772, en 4.° Precede un discurso en que se trata de las piezas contenidas en este libro, y de su autor, cuya patria descubrió después nuestro Cerdá, y la publicó con algunas cartas del mismo en la Noticia crítica de varios libros impresos por Sancha, en 8.° Era antes rarísima esta obra, por haberse sólo impreso una vez en Alcalá de Henares, 1546, en 4.° La primera de las piezas contenidas en esta colección es un discurso del maestro Ambrosio de Morales sobre la lengua castellana. La segunda es el diálogo de la dignidad del hombre por el maestro Fernán Pérez de Oliva: ambas están ilustradas con notas de Cerdá.

4. Expedición de catalanes y aragoneses contra turcos y griegos, dirigida a D. Juan de Moncada por D. Francisco de Moncada, conde de Osona, su sobrino. Madrid, por dicho Sancha, 1772, en 8.° mayor. Cuidó de la impresión Cerdá, y pensó añadirle notas, el mapa de la expedición, y la vida de Boccio (Boecio?), no menos rara y preciosa, del mismo Moncada: la lástima es que no tuvo efecto, habiéndose reimpreso dicha obra por el mismo Sancha en 1777, en 8.° mayor.

5. Colección de las obras sueltas, así en prosa como en verso, de D. frey Lope Félix de Vega Carpio (Lope de Vega, Félix y fénix de los ingenios). Madrid, por Sancha, 1776, 1778. Veinte y un tomos en 4.° 

Cuidó Cerdá de esta impresión, poniendo prólogos en algunos tomos.

6. Memorias históricas del rey D. Alonso el sabio, y observaciones a su crónica: obra póstuma de D. Gaspar Ibáñez de Segovia Peralta y Mendina, caballero del orden de Alcántara, marqués de Mondéjar, de Valdehermoso etc. Madrid, por D. Join de Ibarra, 1777, en folio. Esta preciosa obra estaba manuscrita en la librería de D. Gregorio Mayans, quien la franqueó. El editor en el prólogo, al mismo tiempo que da a conocer su mérito, corrige algunas pequeñas equivocaciones del autor.

7. La Mosquea, poética invectiva en octava rima, compuesta por D. José de Villaviciosa. tercera impresión. Madrid, por dicho Sancha, 1777, en 8.° mayor.

Escribió Cerdá el prólogo de esta nueva edición, y la vida del autor.

8. La Diana Enamorada, por Gaspar Gil Polo. Nueva edición con notas al Canto del Turia. Madrid, por Sancha, 1778 y 1802, en 8.° mayor. Las eruditas notas de Cerdá ilustran mucho la historia literaria de los poetas lemosines, naturales del reino de Valencia (y los de Limoges qué son?), celebrados por Polo en el canto del Turia, y me han ayudado infinito para esta biblioteca. El abate D. Juan Andrés alaba mucho estas notas.

9. Nueva idea de la tragedia antigua o ilustración última al libro singular de poética de Aristóteles Estagirita, por D. José Antonio González de Salas. primera parte. Tragedia práctica, y observaciones que deben preceder a la tragedia española, intitulada: Las troyanas. Parte segunda. Madrid, por Sancha, 1778. Dos tomos en 8.° mayor. Al principio del tomo segundo se lee una noticia de la vida y escritos de Salas, y otra de Séneca el trágico, con el juicio de sus tragedias, escritas por nuestro Cerdá.

10. Obras en verso de D. Bernardino de Rebollado (Rebolledo). Madrid, por dicho Sancha, 1778. Cuatro tomos en 8.° mayor. Juntó y recogió las obras de dicho autor, cuidando de su impresión.

11. Poesías espirituales, escritas por el P. M. Fr. Luis de León, del orden de S. Agustín, y Diego Alfonso Velásquez de Velasco; Fr. Paulino de la Estrella, del orden de S. Francisco; de Fr. Pedro de Padilla, del orden de nuestra señora del Carmen, y fraz Lope Félix de Vega Carpio. Madrid, por Andrés de Sotos, en 12.°

Da nuestro Cerdá noticia de los autores de estas poesías (que se habían hecho rarísimas) al principio del referido libro.

12. Doctrina política civil, escrita en aforismos, por el doctor Narbona, natural de Toledo. - El consejo y consejeros del príncipe, por Fadrique Furió Ceriol. Madrid, por dicho Sotos, 1779, en 8.° Precede una noticia de ambos escritores, con advertencias que ilustran sus escritos.

13. Cartas filológicas, es a saber, de letras huma, varia erudición, explicación de lugares, lecciones curiosas, documentos poéticos. Su autor el licenciado Francisco Cascales: segunda impresión. Madrid, por Sancha, 1779, en 8.° mayor. 

14. Tablas poéticas del mismo. Madrid, por dicho, 1779, en 8.° mayor.

En esta reimpresión se ha añadido la epístola 9.... Horatii Flacci de Arte poetica in methodum redacta, versibus Horatonis stantibus, ex diversis tamen locis in diversa loca translatis. Novae in Grammaticam observationes: y un discurso de la ciudad de Cartagena, el cual prueba el editor ser distinto del veinte, y último de los que componen la historia de Murcia; y que cuando lo escribió su autor estaba libre de los vicios en que incurrió después, por haber dado crédito a los falsos cronicones.

15. Coplas de D. Jorge Manrique, hechas a la muerte de su padre D. Rodrigo Manrique, con la glosa en verso de Francisco de Guzmán; del P. D. Rodrigo de Valdepeñas, monje cartujo; del protonotario Luis Pérez, y del licenciado Alonso de Cervantes. Madrid, por Sancha, 1779, en 8.° mayor.

Cuidó también Cerdá de esta edición, colocando en el principio una exposición algo larga, en que da noticia de todos los comentadores, y de algunas otras poesías que compuso Manrique.

16. De vita et scriptis Jo. Genesii Sepulvedae Cordubensis, Commentarius. Se halla al principio de la edición que se hizo en 1780 de las obras de aquel sabio español a expensas de su majestad. Cuatro tomos en 4.° mayor.

17. Sacra themidis Hispanae arcana, jurium lengume ortus, progressus, varietates et observantias cum praecipuis glossarum commentariorumque, quibus illustrantur, auctoribus, et fori hispani praxi hodierna publicae luci exponit D. Ger. Ernestus de Franchenau (Franckenau). Editio secunda novis accessionibus locopletata à Francisco Cerdano et Rico. Matriti, apud Antonium Sancha, 1781, en 8.° mayor. 

Se han añadido en esta edición un pasaje de la vida de Ramón del Manzano, escrita por Mayans, y publicada en el tomo quinto del Thesaurus Jur. Civ. et Can. de Meerman, donde se prueba que el autor de esta obra, y de la Bibliot. Hisp. Heráldico-genealógica, no fue Franchenau, sino D. Juan Lucas Cortés. También se ha añadido en est reimpresión la carta del mismo Mayans al doctor Berní, puesta al principio de la Instituta de este, y traducida al latín por dicho Cerdá.

18. Clarorum Hispanorum opuscula selecta, et rariora, tum latina, tum hispana, magna ex parte nunc primum in lucem edita, collecta, et illustrata à Francisco erdano et Rico Valentino. Matriti, apud Antonium Sancha, 1781, en 4.° Tomo primero, que no continuó. Viendo Cerdá lo expuestas que están a perecer las obras de poco volumen, pensó en hacer una colección de las que fuesen de corta y mediana extensión, que en todo género de literatura dejaron escritas los españoles, en especial en el siglo XVI, las cuales por raras o por inéditas eran poco conocidas de los nacionales, y mucho menos de los extranjeros, en perjuicio de la utilidad pública; y así por este medio pudo lograr dar a conocer el mérito de muchos escritores que estaban oscurecidos, publicando muchos opúsculos que hubieran quedado en el olvido.         

19. Ger. Jo. Vosii (Vosio) Rhetorices contractae, sive partitionum oratoriarum libri V. Praemissus est Francisci Cerdani J. V. C. commentarius de praecipuis rhetoribus Hispanis. Matriti, apud Antonium de Sancha, 1781, en cot mayor. En esta reimpresión ha añadido Cerdá tres apéndices: 1.° De rhetoribus antiquis, cum graecis tum latinis. 2.° De Hispanis purioris latinitatis cultoribus. 3.° De iis qui Hispane tersius et elegantius sunt loquuti. El segundo de estos dos lo trabajó viendo la poca exactitud de Walchio y otros, quienes al tratar de los españoles que han escrito con pureza en latín, apenas nombran seis o siete, y nuestro Cerdá pone más de sesenta, sin embargo que se le pasaron por alto otos muchos que merecían un lugar en su catálogo. 

20. Crónica del rey D. Alonso el VIII, llamado el noble y el bueno. Parte primera, que contiene las memorias históricas de la vida y acciones de este rey, recogidas por el marqués de Mondéjar, e ilustradas con notas y apéndices por D. Francisco Cerdá. Madrid, por dicho Sancha, 1783, en 4.° mayor.

A este tomo debía seguirse otro, en el que pensaba nuestro Cerdá poner los fueros, cortes y privilegios de este rey, muchos de los cuales se le franquearon al editor por la biblioteca del Escorial de orden de su majestad.

21. Baronía de los Ponces de León, señores de Villagarcía, marqueses de Zahara, y después duques de Arcos, conservada únicamente en la casa de D. Francisco José Pablo Ponce de León y de la Cueva. Madrid, por Sancha, 1783, en folio.

22. Crónica del rey D. Alonso el onceno de este nombre, de los reyes que reinaron en Castilla y en León, escrita por Juan Núñez de Villasán, segunda edición, ilustrada con apéndices y varios instrumentos. Madrid, por Sancha, 1787. Tres tomos en 4.° mayor.

El tomo primero contiene el texto de Villasán, impreso en Medina del Campo en 1563, corregido por un excelente manuscrito del Escorial, y por otro de la librería que fue de D. Gregorio Mayans. En el segundo y tercero van colocados por orden cronológico los fueros, cartas y órdenes de aquel rey.

23. Libro de la montería que publicó Argote de Molina, corregido por otros dos manuscritos.

24. Cartas de Ambrosio de Morales y de otros españoles, existentes en varios manuscritos de la biblioteca Vaticana, recogidas por la diligencia de nuestro Cerdá, que las franqueó para la impresión de la obra, en continuación de las de Ocampo y Morales, intitulada: Noticias históricas, sacadas del archivo de Vélez (pone Veléz). Madrid, por Benito Cano, 1793, en 4.° Desde el folio 247 hasta el de 317 del tomo segundo se hallan contenidas.

25. Emmanuelis Martini Ecclesiae Alonensis Decani, Epistolae ad Carolum Regium Hispanarum classium trierarcham secundarium, in qua plura ad rem nummariam spectantia pertractantur, è lingua hispana in latinam conversa et notis uberioribus illustrata. Madrid, 1768. Dos tomos en 8.° mayor. Cuya obra después de impresa tardó mucho en publicarse.

Por muerte de nuestro autor quedaron manuscritas las obras siguientes:

26. Principios para montar e instruir los caballos de guerra, escritos en francés por el barón de Bohan, traducidos por nuestro Cerdá. Un tomo en 8.° marquilla con seis estampas. Se imprimió y publicó en la gaceta de Madrid de 28 de julio de 1827.

27. Clarorum Hispanorum orationes et conciones habitae ad Sacram Tridentinam Synodum: itemque opuscula varia, eodem loci ab Hispanis exarata. Praecedit commentarius de rebus Hispanorum gestis apud Sanctam Tridentinam Synodum. Esta obra se imprimió en Madrid en dos tomos.    

https://www.cervantesvirtual.com/obra-visor/ensayo-de-una-biblioteca-espanola-de-los-mejores-escritores-del-reinado-de-carlos-iii-tomo-segundo--0/html/ff18ada2-82b1-11df-acc7-002185ce6064_2.htm

28. Historia del reinado de los Godos en España. Historias de los reyes de Asturias y León, desde D. Pelayo en adelante.


https://www.muyhistoria.es/curiosidades/preguntas-respuestas/iquienes-fueron-los-reyes-godos

29. Discurso sobre las antigüedades de España, del maestro Ambrosio de Morales, con notas.

30. Oratio genethliaca in natali Caroli Clementis Hispaniarum Principis, dicata Caroli III. Regi P. F. A.

31. Bibliotheca Juris Canonici. Praecedit Dissertatio de Juris Canonici studio recte instituendo. 


D. VICENTE MARTÍNEZ.

1800.

Valenciano, estudió en esta universidad, en la que fue catedrático de filosofía; pasó a la corte, y logró ser racionero de la catedral de Orihuela, donde murió por los años de 1800. Escribió:

1. Retrato del hombre de honor, compuesto en francés por el abate Goussault, y traducido por.... Madrid, oficina de D. Gerónimo Ortega e hijos de Ibarra, 1791, en 8.° 

2. La llave de las ciencias y bellas artes o la lógica, traducido del francés. Madrid, en la oficina de D. Gerónimo Ortega y herederos de Ibarra, 1792, en 8.°