Mostrando entradas con la etiqueta Londres. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Londres. Mostrar todas las entradas

miércoles, 18 de octubre de 2023

V, Un sirventes fatz dels malvatz barons,

V.


Un sirventes fatz dels malvatz barons,

E jamais d' els no m' auziretz parlar;

Qu' en lor ai fraiz mais de mil agulions,

Anc non puoic far un correr ni trotar;

Ans se laissen ses clam deseretar.

Maldiga 'ls dieus! e que cuian doncs far

Nostre baron? C' aissi com us confraire

No i es uns no 'l poscatz tondr' e raire,

O ses congrenz dels quatre pes ferar.

Lous e 'N Aimars, N Aquenbautz e 'N Guions 

Degran oimai lor joven demostrar,

Quar joves rics cui non platz messios,

Cortz ni guerra, non po en pretz montar,

Ni s fai temer ni grazir ni onrar;

Que de Londres tro qu' a la ciutat d' Aire

Non i a un qu' en la terra son paire

No ill faisson tort, senes tot caloingnar.


Bertrand de Born.

martes, 4 de octubre de 2022

Tomo XI. Viaje a Urgel. (Continuación) índice + Carta LXXXV. Concluye el Episcopologio Urgellense.

TOMO XI.

Viaje a Urgel. (Continuación)

Cuando en 1823 las circunstancias políticas obligaron a expatriarse al laborioso y docto autor del Viaje literario, dejó los borradores de esta obra acreditada en poder de D. Ignacio Herrero, religioso secularizado de su misma orden, que le había acompañado para reconocer los archivos de las iglesias visitadas con este objeto. 

D. Jaime Villanueva murió en Londres en 14 de noviembre de 1824, y Herrero conservó estos mss. a disposición del Gobierno, con cuya protección y auxilios se había emprendido y publicado aquel viaje. Así es que en cuanto llegó a su noticia que S. M. se había servido encargar a la Academia de la Historia la continuación de la España Sagrada, se dirigió a ella para suplicarla que acudiendo al Gobierno de S. M. reclamase aquel rico depósito, haciendo que se comunicase la Real orden correspondiente al que le custodiaba. Esta solicitud halló buena acogida en la Academia y después en el Gobierno, a quien esta se dirigió: y en su vista, D. Ignacio Herrero, ayudado con una corta pensión que le concedió S. M., empezó a coordinar, poner en limpio y remitir los tomos inéditos. Pero le sorprendió la muerte en medio de esta tarea el primer día del año de 1844, y sus testamentarios entregaron todos los papeles relativos al Viaje, los cuales obran en poder de la Academia. Privada esta de recursos, no ha podido realizar sus deseos de publicar la continuación de esta obra hasta ahora que la inagotable generosidad del Excmo. Sr. D. Manuel López Santaella, Comisario general de Cruzada, se ha prestado a ello ofreciendo los fondos necesarios. La Academia pues se complace en poner en manos del público el tomo XI y siguientes, llenos de noticias de sumo interés, y ricos de documentos de la mayor importancia, con que se ilustrará la historia de las iglesias de Urgel, Gerona, Lérida, Barcelona, Tarragona y Mallorca. Tiene sin embargo el sentimiento de no poder publicar alguna carta y unos pocos diplomas que perecieron en vida del autor, como él mismo lo dice en este tomo (pág. 9). También nos persuadimos de que no hubiera dado a luz esta continuación sin retocarla, en cuyo caso hubiera puesto al documento núm. XXIV las notas que prometió (pág. 84), y no se hubiera lamentado de que yaciese inédita en el olvido desde el siglo VIII la Exposición del Apocalipsis, escrita por el presbítero de Liébana S. Beato (pág. 171); porque la publicación de esta obra, hecha en 1770, es uno de los servicios prestados a nuestra literatura eclesiástica por el Maestro Flórez

También supone (pág. 176) inédito el tratadito de regalia soni emissi, esto es, del somatén (so metent), que escribió a principios del siglo XV Jaime Callís, llamado en latín Jacobus de Callericio, o Calleyicio, o más bien de Callicio. Pero esta equivocación es excusable, a pesar de decir lo contrario D. Nicolás Antonio, porque el expresado tratadito, dado a luz en el mismo siglo sin lugar ni año de impresión, es obra rarísima, y así es que también la supone inédita Torres Amat en sus Memorias para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores catalanes

Por eso se hace preciso dar una razón puntual de la obra con presencia del ejemplar que se conserva en la Biblioteca episcopal de Vich. Es un volumen en folio que empieza con otro tratado del mismo autor, cuya portada dice así: Solempnissimi aureique tractatus excell. utriusque iuris doctoris et equitis Dni. Jacobi de Callicio: videlicet de pace et treuga: et de sono emisso. La primera hoja empieza con estas palabras: Quoniam humana natura semper, etc. Tiene ciento y cuatro folios, y concluye del modo siguiente: Finis. Explicit reportorium directorii pacis et treuge et constitucionum de earum materia loquencium solempnissimi aureique tractatus excell. utriusque iuris doctoris et equitis Dni. Jacobi de Callicio. Deo gratias. En seguida va el otro opúsculo, que sólo consta de siete folios, y cuyo título dice así: Tractatus processus soni emissi per me Jacobum de Callicio utriusque juris doctorem et impleti. Anno Dni. m.ccccvj vigesima die februarii, quem Tractatum Lucidarium soni emissi intitulare decrevi. Empieza con las palabras copiadas por el padre Villanueva, y concluye con las siguientes: Et hic est finis hujus Tractatus soni emissi per me Jacobum de Callicio iurisperitum civitatis Vicensis, nunc in augusta et felici civitate Barchinonensi actu residentem editi et compilati et pro impleti currentibus Anno Dni. m.ccccvj, xx. die februarii: quem Tractatum Lucidarium soni emissi, si placet, intitulare decrevi, quem subicio correctioni cuiusvis iurisperiti melius me in hac regalia sentientis, et specialiter viri multum honorabilis et acutissimi ingenii et alte speculationis viri, Dni. mei Sperantis in Deo Cardona, iurisperiti et Vicecancellarii clementissimi Principis Dni. Regis Martini Dei gratia Regis Aragonum nunc regnantis, etc. Entre los manuscritos de la Biblioteca del Escorial existen dos códices del Tractatus soni emissi, igualmente que las obras siguientes del mismo autor:

Privilegia militum et praerrogativa militaris.

Lectura in Usatica Barchinonensia. 

Liber monetarum seu Alcaldorum, hoc est, officinae civitatis Barchinonensis. 

Tractatus super Usatica de guerra.

Tractatus monetae. 

Tractatus Regaliarum quas Princeps habet in jure Romano. 

Resoluae juridicae.

Additiones ad titulum Usaticorum pacis et treguae: necnon apostillae, quaestiones et conclusiones doctorum super idem.

Collectio modorum arguendi.

Commentaria in Usatica Barchinonensia. 

De todas estas noticias referidas con tanta extensión pueden aprovecharse los que con el tiempo se dediquen a publicar una buena biblioteca de escritores del Principado de Cataluña, como deseaba el P. Villanueva.

En el presente tomo cita este también sus Memorias sobre los Condes de Urgel, obra que miraba con particular cariño por encerrar muy curiosas investigaciones. No tiene la Academia la satisfacción de poderlas dar a la imprenta como era justo; pero tampoco la cabe el sentimiento de decir que hayan perecido en los trastornos y convulsiones políticas que amargaron los últimos días de su autor. Porque aparecen en el catálogo de libros de D. Vicente Salvá, impreso en Londres en 1829, pág. 217, señalado con el núm. 4198; aunque muerto este en París en 5 de junio de 1849, no podemos actualmente señalar su paradero. Tampoco podemos señalar el de la Colección diplomática, y el del Tratado de los ritos de la iglesia española, que el P. Villanueva cita en sus cartas repetidas veces, si llegó a componerlos, siendo lo más sensible que estos fueron los dos objetos que movieron a emprender este viaje literario. 


ÍNDICE DE LAS CARTAS QUE CONTIENE ESTE TOMO. 

Carta LXXXV. Concluye el Episcopologio Urgellense.

Carta LXXXVI. Noticia de códices de Cánones y otros manuscritos muy notables que se conservan en el archivo de la iglesia de Urgel. 


APÉNDICE DE DOCUMENTOS. 

FE DE ERRATAS 

Dice.

Pág. 114, lin. 12. Nicolás Hugo y Dezbach.

Debe decir. 

Nicolás, y Hugo Desbach. (corregida)


CARTA LXXXV. 

Concluye el Episcopologio Urgelense. 

Mi querido hermano: Vamos a continuar esta tarea, que todavía me ocupará algunos correos. 

BERNARDO GUILLEM 

desde 1076 o 1077 hasta 1092. 

Este fue el inmediato sucesor del Obispo Guillermo Guifredo. Dícelo la escritura ya citada del año 1080, en que el Conde Ermengol habla así: Ipso in tempore, quo presul Guillermus suorum manu persecutorum est interemtus, istius antistis (sic) Domni Bernardi antecesor. 

Es así que el nuestro estaba ya electo Obispo a 15 de enero del año siguiente a la muerte de Guillermo, que será el 1076 o 1077. Hablo con esta duda porque no sé 

qué cuenta debió seguirse en la escritura a que me refiero, la cual vi original en el archivo de la catedral de Solsona, y es una donación hecha por Sclua a aquella iglesia de un alodio in termino de Bello Vecino, fecha XVIII. Cal. februari, anno XVI Regis Philippi regni, y firmada por nuestro Obispo de este modo: Bernardus ac si indignus electus presul. Cualquiera que fuese la cuenta que siguiese el notario en el año XVI de Felipe, no podemos dudar de que el Obispo estaba ya electo en uno de los años sobredichos. 

Este dictado, que se da a sí mismo, prueba claramente que todavía no había hecho el viaje a Roma, donde fue consagrado por el Papa, cuya circunstancia consta de la escritura (que luego extractaré), sobre la restauración del monasterio de Santa Cecilia en el valle de Elins, e introducción de monjas en él. Dícese en este documento, que Bernardo había sido Pater et Procurator ac Propagator, de aquella antigua casa, es decir, su Abad cuando era de monjes. Añádese en su elogio lo siguiente: Virum egregium ac undique catholicum, non simoniace, sed absque ulla contagione simoniace haeresis in Urgelitano episcopatu intronizatum, et à Papa Romano, specialiter apud Romam unctum, et consecratum, et kannonice cum suis apicibus ad Urgelicam Sedem ab eo remissum. En esto se ve que fue electo por el clero de esta iglesia, y sin mediar en ello simonía, que tan frecuente era aquí y en otras partes. No hablaría así la escritura, si su provisión hubiera sido del Papa. Por otra parte, como ya vimos, estaba aquí electo Obispo antes de ser consagrado especialmente por el mismo. El apicibus sería la carta que S. S. escribiría a esta iglesia, cuando se lo volvió a enviar ya consagrado. Cuanto tiempo debió gastar el Prelado en este viaje, puede conjeturarse por una donación que él mismo, intitulándose ya absolutamente Obispo, y hallándose aquí, junto con su canónica, hizo a Brocardo, hijo de Guillermo, y a su mujer Caritas (Cartor. 1. fol. 33. b.) el día 5 de noviembre del mismo año XVI, que antes decía del Rey Felipe, el cual, por la cuenta que entonces hice, debe ser el 1076 o 1077. 

Desde esos años hay varias memorias suyas de poca entidad que pueden verse en la Marca Hispánica. Yo diré otras más principales. 

Al concilio que celebró en Gerona el año 1078 Amato, legado del Papa, asistió nuestro Obispo por su procurador el Arcediano Fulco, que era el sobrino del Obispo Erivallo, y hermano de Raimundo, Vizconde de Cardona, y el que luego fue también Obispo de esta iglesia.

Del año 1079 nos queda una insigne escritura original en el archivo de Solsona, la cual copié y va adjunta (a: Ap. n.° I.), y es la consagración de la iglesia de San Esteban de Olius. In era (así comienza) millessima centessima septima decima, ab incarnatione nostri Redemptoris crona millessima septuagessima nona, de adventu Domini ebdomada ultima, ante nativitatem Domini, die quinta per beatissimi apostoli Thomae veneranda sollempnia, etc... Esta es la única fecha del documento en que no se halla nota del reinado del Rey de Francia, cosa de que habrá pocos ejemplares. Venit (continúa) Domnus Bernardus Sanctae Urgellensis ecclesiae Episcopus katholice, et non symoniace in episcopali honore intronizatus, et à Papa Romano apud Romam honorifice ac strenue signatus et unctus. Tan frecuente debía ser el vicio de la simonía, cuando tal interés se ponía en dejar memorias repetidas y auténticas de la pureza y legitimidad de la elección de nuestro Prelado. La iglesia que se consagró era la recién construida de San Esteban de Olivis (de Olius). Descríbense todas las ceremonias usadas entonces en semejantes consagraciones; y luego la de dos altares, uno alto en honor de San Esteban, tenetque primatum totius asili, y otro debajo de él (in confessione), en honor del Santo Sepulcro y Santa María. Después de lo cual el Obispo cantó la misa y predicó al pueblo concluido el Evangelio. Entre las confirmaciones de la dotación de esta iglesia notarás lo siguiente: Dedit omnes ecclesias quae sunt aut erunt in omni Dioecesi sua, id est, ecclesiam Sancti Justi, etc. Donde es claro el sentido que se da a la palabra dioecesis por partido o distrito parroquial. A lo mismo se da el nombre de episcopatus en otra escritura que trae la Marca Hispánica (Ap. num. CCC.), y es la donación que el Conde Ermengol IV y su segunda mujer Adalais hicieron a este Obispo y su iglesia de omni episcopatu castri Forensis sive Barberani. Cuan cierto es lo que ya otras veces he dicho que en aquel tiempo eran sinónimos, y se usaban indistintamente los nombres episcopatus, dioecesis, parrochia, provincia, comitatus. 

Del mismo año 1079 es la donación que el Conde Ermengol IV hizo ad obcedam ecclesiae Sanctae Dei genitricis Mariae Sedis, de lo cual hablamos ya otro día (a: V. Tom. IX. pág. 195.). 

Del año siguiente 1080 nos quedan otras dos buenas escrituras. Una es la que ya he citado para probar la muerte violenta del Obispo antecesor, y es la cesión o evacuación, como decían, que hizo el Conde Ermengol IV de todos los castillos que tenía del Obispo y canónica de esta iglesia. Habíales rogado este Príncipe, luego que fue asesinado el Obispo Guillermo, que pusiesen bajo su dominio dichos castillos para que, estimulados con este ejemplo, hiciesen lo mismo con los suyos los próceres de todo el condado, ofreciendo restituir y evacuar los de la iglesia, luego que aquello se verificase. Cumpliólo ahora el Príncipe, como dice la escritura que va copiada (b: Ap. n.° II.), la cual nos calla el por qué de aquella demanda. Su fecha, unido su exordio y final, es del día 23 de octubre, año XXI del Rey Felipe, de Cristo 1080, era 1118, indicción IV. Todo concuerda menos la indicción, que era 3; mas el notario siguió la costumbre imperial introducida en Francia de mudar la indicción en el mes de septiembre; y esta es una prueba más de que en Cataluña se estiló lo mismo algunas veces. 

Hecho este bien a su iglesia pasó nuestro Obispo con el mismo Conde y su mujer Lucía a consagrar la iglesia y confirmar el nuevo monasterio de Santa Cecilia del valle de Elins, que ocho o diez años antes, de casa de monjes Benedictinos, había pasado a serlo de monjas de la misma orden: cosa de que se dirá con más puntualidad en la historia de los monasterios suprimidos de esta diócesis. Este documento, que es el que cité al principio para probar las circunstancias de la elección y consagración de nuestro Obispo, es uno de los que he copiado con más gusto por la singularidad de su fecha, que entre otros cómputos usa del de los lustros, y cuenta 216 desde la Encarnación; número que corresponde bien al año 1080 a razón de cinco años por lustro, según la opinión común; que a buena cuenta, si este cómputo sucedió al de las Olimpiadas, debían sólo contarse cuatro en cada uno, como muchos críticos quieren. Lo cierto es que el uso de este dato cronológico sería de grande utilidad en el examen de las escrituras, donde la multiplicación de ellos descubre las equivocaciones de los notarios o afianza su veracidad y exactitud. En fin, irá la copia con algunas notas que todo lo dirá por mí. Se me olvidaba el decir que el original existe en el archivo de la colegiata de Castellbó, y que el notario contó en él el año XX del Rey Felipe, con ser más de dos meses posterior al otro que ya dije, en que se contó bien el XXI.

En el archivo del monasterio de Monserrate (cax. I. leg. 37. n.° 11.) vi la escritura original de la consagración de la iglesia de Santa María, opidum Foritense (hoy Castellfollit de Riubregós, junto a Torá), que hizo nuestro Obispo, hallándose presentes Dalmacio ejusdem ecclesiae et opidi principe, y Fulcon, Arcediano (que es el Obispo sucesor), y otros varios nobles. La fecha es de 22 de septiembre, ano XXIV del Rey Felipe, 1083 de la Encarnación, indicción V (era la VI.) 

Otra consagración hizo el mismo Prelado, II nonas julii (así decían en lugar de pridie nonas) año 1085 de la Iglesia de San Saturnino de Llordá, cuya escritura he visto en el archivo de la Colegiata de Ager, número 2078.

A 9 de abril, año XXVII del Rey Felipe (1087), aceptó la donación que Artal, Conde de Pallás, con su madre Lucía y su hermano Otón (el Obispo sucesor) hizo a esta Iglesia de la villa de Lesereto en indemnización de los daños que su padre Artal, Conde también de Pallás, había causado a la misma, por cuya causa había muerto excomulgado. Ya dos años antes, a 31 de mayo, el mismo Artal hijo, había ajustado una concordia con nuestro Obispo, haciendo algunas donaciones por el alma de su padre, con tal que el Prelado le diese sepultura eclesiástica en el cementerio. Va copia de estas dos escrituras (a).

Del mismo año 1087 a 7 de diciembre produce el padre Pascual en la Disertación del obispado de Pallás la memoria de la confirmación que este mismo Obispo hizo de todas las donaciones hechas a la iglesia de Santa María de Tremp, concediéndole que pudiese presidir un Abad en ella, si con el tiempo creciese en rentas y prosperidad. También es del mismo año la donación testamentaria hecha a esta Iglesia por su Arcediano Guillermo Arnal, que poco después fue su Obispo. 

(a) No ha sido posible hallar estas copias, aunque es muy cierto que se sacaron; acaso perecieron para siempre con algunas otras con motivo de las emigraciones y trastornos que tuve que sufrir en el año 1808 y siguientes. 

En el año 1090 a 5 de junio autorizó y confirmó la restauración, dotación y nueva forma de la canónica de Orgañá (hoy colegiata) hecha por Guitardo y Gebelina, Señores de Cabó y su valle. Habíase fundado esta iglesia en tiempo del Obispo Salla, y en el de San Ermengol se comenzó su fábrica, que consagró Guillermo Guifredo. Mas con el largo concubinato del perverso Adalbertino se hallaba todo en pésimo estado. El modo como esto se verificó, se dirá de propósito otro día cuando enviare el precioso documento que sobre ello he copiado. Baste saber por ahora la existencia del Obispo Bernardo en este año, del cual no quedan ya más memorias sino la de su muerte, y aun esta muy dudosa. Lo más común en los cronicones y necrologios de este país, y en las notas antiguas de esta catedral, es fijarla en el día 1.° de julio del año 1092; y yo me inclino mucho a ello, aunque no dejan de causarme alguna dificultad las primeras noticias del Obispo Fulco que sigue; de modo que en todo caso puede adelantarse al año 1091. Esto es de poca monta.

De mayor importancia es, y ocasión de no poco trabajo, la noticia que nos conserva un necrologio breve de esta iglesia, el cual, referido el óbito del Obispo, dice: 

Post cujus mortem electi sunt duo episcopi: expresión que debe entenderse precisamente de los dos Obispos inmediatos Fulcon y Guillermo, cuyos pontificados examinaremos sucesivamente.

Pero antes quiero, ya que lo trae la materia, vindicar a esta iglesia del borrón que le puso el padre Don Jaime Pascual en su Disertación del obispado de Pallás, donde hablando de lo frecuente que era por estos tiempos y países el vicio de la simonía, dice pág. 98: es cierto que en la Sede de Urgel desde cerca del año 1060 hasta el de 1113, se hallaban dos sujetos que pretendían sentarse en ella, pues ambos se titulaban Obispos de Urgel por el mismo vicio de la simonía. No acabo de admirarme de una proposición tan avanzada en la pluma de un anticuario natural del país, y que vio varios archivos (menos el de esta catedral); mayormente no alegando prueba ninguna de lo que dice, ni habiendo yo encontrado entre sus papeles y apuntes que he registrado nota alguna tocante a esto. Yo me atengo a los documentos que he producido desde el año 1060, en los cuales, ni en otra parte alguna, no encuentro la coexistencia de dos Obispos Urgelenses hasta la noticia que nos da el necrologio citado en el año 1092. Simonía pudo haber en la elección de los Obispos (esto era por desgracia harto frecuente hasta en la misma Roma) pero cisma de dos Obispos en Urgel, yo no lo hallo hasta el tiempo dicho. Tres años después ya fue electo San Odón que gobernó solo esta Iglesia, no solamente hasta el año 1113, sino hasta el 1122. De modo que no hay más cisma en esta diócesis, que el que comenzó en 1092 y duró dos años y medio. Mi viaje no me permite impugnar las opiniones de los escritores; mas la autoridad que este tiene en el país, me obligó a hacer esta advertencia.

Vamos ahora a ver como podremos salir de estos dos años de cisma, cuyo triste estado aun a mí me alcanza. Hablemos de cada uno de los Obispos competidores en particular. 

FULCO (Folch)

desde 1092 hasta 1095, intitulado Obispo de Urgel. 

De la familia de los Vizcondes de Cardona, sobrino del Obispo Erivallo, por ser hijo segundo de su hermano Fulco y de Guisla. 

Era todavía de poca edad en el año 1040, cuando muerto ya su padre, estaba bajo la tutela de Bonifilio de Falcs. Dícelo su tío Erivallo en el testamento que dispuso ese año: altero autem filio fratris sui Fulchonis (acaso Fulchoni en dativo) qui minor est quem nutrit Bonifillius de Falcs dimisit castrum de colonico cum castellania, etc. En la concordia o convenientia, que dije entre el Obispo Guillermo Guifredo y Raymundo Folch, Vizconde de Cardona, hermano de nuestro Fulco, se lee lo siguiente: et convenit praedictus Episcopus ad praedictum vicecomite ut donet ad predictum fratrem ejus Fulconem ipsa primera onore que adaperta fuerit in ipsa sede de Santa Maria, de ipsos clericos que laudaverit predictus Reymundus cum suos omines excepto ipsas sacristanias, et ipsa onore qui est de Reymundo Bernardi, etc. No sé si cumplió el Obispo Guillermo esta promesa. Sólo sé que en el año 1068 suena ya Fulco Arcediano, con cuyo título asistió diez años después al Concilio de Gerona como procurador del Obispo Bernardo Guillem, y en 1083 a la consagración de Castellfollit de Ruibregós (Riubregós antes), como ya dejamos apuntado en sus respectivos lugares. Digo que no sé si cumplió su promesa aquel Obispo, porque tampoco me consta que el arcedianato que tuvo Fulco, fuese alguno de los de esta iglesia. Antes por lo contrario, tengo datos demasiado ciertos para afirmar que fue arcediano de San Vicente de Cardona. En aquella iglesia no se introdujo la canónica Agustiniana hasta poco antes del año 1090, y fue Fulco el autor de esta grande obra allí y en Calaf. Hasta esa época se gobernó aquel clero por la canónica Aquisgranense (a: V. Tom. VIII. pág. 171 y s¡g.), con la cual eran compatibles los Arcedianatos y otras dignidades propias de iglesias seculares. Y que Fulco fuese allí Archilevita, aparece por tres documentos originales que vi en su archivo. 

I. Una escritura de venta hecha a 13 de junio del año XXV del Rey Felipe (1085), dice: Vindimus ad domum Sancti Vincentii, atque ad canonicis ejusdem eclesie, videlicet Fulchoni Archilevita, et ceteris fratribus ibidem Deo servientibus. 

= II. En otra de 27 de diciembre del año XXVIII del mismo Rey (1087), se lee: Ego Arnallus proli Mironi, donator... sum eclesie Sancti Vincentii Cardone, vel Fulcho Archilevite, et Ugo Abba, ceterisque fratribus ibidem Deo servientes. 

= III. Finalmente en otra de reconocimiento hecho a 1.° de noviembre de 1092, se dice: Juro ego Chedbaldus... ad te Fulcho Archidiacono, et ad omnes canonicos Sancti Vincentii.

A vista de estos tres documentos nadie podrá dudar que vivía y que pertenecía a la canónica de San Vicente de Cardona como su Arcediano; y siendo de la diócesis, y persona tan principal, no es maravilla que el Obispo Bernardo Guillem, prefiriéndole a los Arcedianos de esta catedral, lo enviase como su procurador al Concilio de Gerona de 1078 como se dijo.

El hallarle nombrado expresamente en las citadas escrituras y antes que el Abad de aquella casa, es porque juntamente era Vizconde de Cardona, señorío que heredó de su hermano Raymundo Folch, a quien, según dicen (porque de esto no tengo pruebas), mataron los moros en el castillo de Maldá el año 1086. Sólo sé que dicho Vizconde difunto, en el testamento que dejó ordenado el año 1084 (VIII kal. julii anno XXIII. regni Regis Philippi), decía: Volo pergere in oste cum comite Barchinonensi (esta sería la expedición en que murió): instituyó albaceas a Ermesindis su mujer, et Fulchoni archidiacono fratri meo; y después de dejar a ambos varias cosas, añade: ut habeant in servitio comitum seniorum meorum Raymundi atque Berengarii (los dos hermanos Condes de Barcelona). Está la escritura en Cardona en el archivo abacial. Como quiera que esto fuese, es constante que desde el 1088 son harto frecuentes las escrituras en que lo nombran, Vicecomes o Procónsul Cardonae; añadiéndose en algunos el dictado religiosus sin duda, como para designar su estado eclesiástico.

Con el mismo dictado suena también hecho ya Obispo de esta Iglesia, de cuyo pontificado es muy poco lo que nos queda. Recuerdo lo que se dijo en el artículo anterior, es a saber, que este Prelado fue electo por el capítulo en discordia con Guillermo Arnal, de quien diremos luego. Y aunque de esto ignoremos las circunstancias, ni tengamos otra prueba más que el citado necrologio de esta catedral, debe tenerse por cierto, siéndolo por documentos, la coexistencia de ambos Obispos en estos dos años.

La época de esta elección ruidosa parece que debe fijarse a fines del año 1092, o principios del siguiente, no sólo porque el antecesor se supone muerto a mitad del primero de estos años, sino porque el competidor de Fulco, que murió a fines del 1095, obtuvo la prelacía dos años y medio, como veremos, y es regular decir lo mismo del nuestro. Mas como aun la cuenta de este remate es dudosa, por la variedad de contar los años del Rey Felipe, única nota cronológica de estas escrituras, también es dudosa la época de la elección. Vamos, pues, a decir a secas las memorias que hay de Fulco como Obispo.

En el año XXXI del Rey Felipe a 12 de marzo, cedió en feudo a Guillem Ramón, Conde de Cerdaña, el castillo de Cardona, recibiendo de él mil onzas de oro, el castillo de Tollo y la villa de En. Hallarás esta escritura en la Marca Hispánica (App. número CCCV) reducida el año 1090. Balucio, en el libro IV de la misma obra, la extracta y reduce al año 1091. Yo añado que puede pertenecer al año siguiente, siendo como es la fecha del 12 de marzo, suponiendo, lo que no sé, que el notario contase los años de aquel Rey, como los de la Encarnación. Pero el caso es que ninguna de las tres cuentas debe valer, si es cierto que el antecesor murió a mitad del año 1092. Por ventura hubo yerro en la copia que vio o sacó Marca, y esta creo que es la verdadera solución y acabose. A lo menos servirá este documento para probar que Fulco fue Obispo de Urgel en algún tiempo.

Con más seguridad puedo hablar de otra escritura (porque la he visto original en el archivo del Abad de Cardona) fecha VIII idus januarii, anno XXXIV, regni Regis Philipi, que según la cuenta regular es del 6 de enero del 1093. En ella un Guillermo Bernardo cede o evacua como decían, el Castro Aleny a San Vicente de Cardona y a su Abad Ugo, en virtud del juicio y sentencia que se dio cuando astiterunt, dice, ante presentiam domni Fulconis Urgellensis Pontificis atque Vicecomitis Cardonensis.

Otra hay allí mismo también original del día 1.° de mayo del año XXXVI de Felipe (1095 o 1096) que empieza así: Ego Fulchoni procónsul Vicecomite et Hermessindis Vicecomitisa mulier Raymundi Fulchoni (su hermano). Es una donación a San Vicente y San Pedro de Caserras. En las suscripciones está la del Obispo así: Fulchone Episcopus et Vicecomite. 

Aunque en esta escritura no se expresa la Sede de Urgel, consta que era su Obispo por otra escritura original (ibid) fecha pocos días después a 25 de junio del mismo año XXXVI de Felipe. Pateat cunctis, dice, quod Fulcho Episcopus Urgellensis, idemque vicecomes Cardonensis. Está también su firma original así: Fulchone gratia Dei, Urgellensis Episcopus. Va copia de esta escritura (a: Ap. núm. III.).

Estas son las únicas memorias ciertas que hasta ahora he visto, por las cuales consta que real y verdaderamente, Fulco fue Obispo de Urgel. Pero es de notar que ninguna de ellas pertenece ni a los intereses ni a otra cosa que toque a esta iglesia, como ciertamente pertenecen las memorias que quedan de su competidor Guillermo, según veremos. Por donde me doy a entender que este último fue el que residió en la Sede, y fue reconocido por el Conde y por la mayor parte de la diócesi, y que nuestro Fulco mantuvo el título de Obispo Urgelense, permaneciendo siempre en Cardona. Y a esto debe atribuirse el silencio del catálogo de Gerri, que sólo cuenta por Obispo a su competidor Guillem Arnal.

Verificada a fines del 1095 la muerte de Guillermo, lejos de continuar Fulco en el gobierno y título de la Sede, cesan del todo sus memorias, y comienzan a hallarse, y las he visto en el mismo archivo en grande abundancia, en que se intitula Obispo de Barcelona y juntamente Vizconde de Cardona; prueba evidente de que era una misma persona, que cediendo en la muerte del competidor el derecho que pensaba tener al obispado de Urgel, dio lugar con ello a que fuese elegido San Odón pacíficamente, y él fuese no trasladado (porque esto no se conocía entonces), sino electo por el capítulo de Barcelona Obispo de aquella Iglesia. En resolución, el cómo, yo no lo sé; pero me consta esto que digo, que el mismo Fulco, que aquí mantuvo el título de Obispo Urgelense hasta por los años 1095, es el que pone el padre Flórez Obispo de Barcelona desde el 1096 hasta el 1099, y aun puedo añadir aquí la época fija de su muerte, tomada de un necrologio de Cardona, que dice: 

IV idus decembris Barchinone depositio recolende memorie Fulchonis Episcopi eiusdem Urbis atque Vicecomitis Cardonensis, cujus industria clerici hujus loci, regularibus sunt documentis edocti, quibus et ipse humiliter subiectus postremo adepto culmine episcopatus, apud prephatam urbem quievit beato fine, sepultus anno Dni. MXCIX. 

GUILLERMO ARNAL DE MONTFERRER. 

Desde 1092 hasta 1095. 

Este pontificado es una de las pruebas del desconcierto del Episcopologio impreso que lo hace Obispo desde el año 1076 hasta el 1082, tiempo en que, como vimos, gobernaba la iglesia Bernardo Guillem. El nuestro era todavía Arcediano de ella en el año 1087 cuando hizo testamento, y en él donación a la canónica de varios alodios, VI. kal. aprilis anno XXVII. regni Philippi Regis, al cual suscribió con su nombre y apellido el ya dicho Obispo Bernardo (Cartor. I. fol. 24. b.). También se nombra Arcediano en el año 1090 en la restauración que ya indiqué de la iglesia de Orgañá. 

Su elección en Obispo debió ser a fines del año 1092, cuyas circunstancias ignoramos; sólo se supone que hubo en ella discordia, y que le disputó esta dignidad Fulco, Vizconde de Cardona. Mas ya vimos que aunque este se intituló Obispo de Urgel vivió fuera de esta catedral, en donde nuestro Guillermo residió y murió reconocido como Obispo. Así le hallamos con el dictado de electo en el año 1093, cuando, como dijeron después sus testamentarios, apenas hecho Obispo, ratificó en pleno capítulo la donación que tenía hecha a la canónica en su testamento, lo cual dicen aquellos testigos que fue in era MCXXXI. indictione IIII. anno Philippi Regis XXXIII. que yo juzgo ser el ya dicho 1093 a quien corresponde la era y el año XXXIII de Felipe, contando desde la muerte de su padre en agosto de 1060. En la indicción hay yerro, que fue la I, no la IV. En esta donación menciona a dos hermanos suyos, Petrus Arnalli y Tedballus (ibid. fol. 21. b.). 

Los dos mismos, añadiendo también el segundo el apellido Arnalli, hicieron escritura de homenaje a su hermano el Obispo en razón de ciertos feudos, XV kal. martii anno XXXI regnante Philippo Rege. Está en el archivo episcopal. ¿No ves cuán poco acordes andaban los notarios en la cronología del Rey Felipe? El año XXXIII le supone sólo Obispo electo, y en el XXXI ya no le dan este dictado. ¿Qué diremos? Lo que otras veces, que contaron como quisieron. Y al cabo, si así parece bien, redúzcanse ambos años a los fines del 1092 o principios del siguiente; y hágase lo mismo con otra escritura de 22 de abril del año XXXIII del mismo Rey que he visto original, donde firma el Obispo de su mano sin nombrarse electo: y con otra también de 26 de junio del mismo año en que firma: Petrus Episcopi Guillelmi Cancellarius. Poco importa esta cuestión de cómputo, para cuya solución no hay dato fijo con tal que se me conceda lo que de ello resulta, que el Obispo estaba ya electo y confirmado, y reconocido como tal por este clero a pocos meses de la muerte del antecesor Bernardo. 

Confírmase esto mismo con la donación que el Conde de Urgel Ermengol V hizo luego a este Obispo y su iglesia del Castro de Gerb, dado antes en feudo por el Conde su padre. Dióles además omnes meschitas, quae sunt infra muros civitatis Balagarii... ut sicut sunt domus orationis paganorum, sint annuente Domino domus orationis omnium fidelium Christianorum. La data es XVII kal. januarii, era I. C. tricesima II, anno ab Incarnatione Domini nostri Jesuchristi I. XCIIII annoque XXXV Philippi Regis. No se tenga por equivocada la cuenta de la era; que ya algunas veces he advertido que los notarios parecían darle 39 años de exceso a la era cristiana, porque la mudaban con la indicción en el mes de septiembre, tomando ya desde entonces la del año siguiente, como sucedió en esta escritura, fecha en el mes de diciembre.

Dejo de hablar de otros documentos que he visto del mismo año XXXV de Felipe, que sólo sirven para probar la existencia de nuestro Obispo en ese tiempo. 

Uno más sobrevivió a la expresada donación. Existe original y copiada también (ibid. fol. 23) la publicación de su testamento, o sea la declaración jurada de los testigos, o testamento sacramental, fecho a 26 de abril del año 1096. En este documento juran los testigos supra altare Sancte Eulalie Virginis quod est fundatum intra satis parvam eclesiolam ad obcedam (a: V. Tom. IX, pág. 195.) almae Dei genitricis Urgellensis Sedis; y aseguran lo que ya dijimos que ya tenía hecho muy de antemano su testamento, y que lo ratificó en público capítulo cuando fue electo Obispo. Deinde, añaden, post spatia duorum annorum ac dimidium accidit ei furiosa nimisque perniciosa egritudo, quae nimis urgebat eum; et iterum mandavit sibi afferri praefatum suum testamentum... et invalescente gravi à quo detinebatur languore, qui valde estimulabat eum acris doloribus, post diem tertium miserrime exalavit spirituum in mense novembrio, ebdomada II, feria III, anno Philippi Regis XXXVI. De esta declaración jurada y original, hecha antes de cumplirse los seis meses de la muerte del testador, como estaba mandado, resulta que el Obispo murió el martes de la segunda semana de noviembre (día 13) del año 1095, en que regía la let. dom. G., al cabo de dos años y medio de pontificado. Con ella se evidencia también la equivocación con que algunas notas antiguas de esta iglesia le dan cinco años de Sede; y la falsedad de la especie que refieren de nuestro Obispo las actas de la vida del sucesor San Odón: "Accidit autem, dicen, eo tempore (el de la elección de este Santo) quod quidam qui Urgellensi Ecclesiae praeerat episcopus, gravissimo languore detinebatur. Ipse vero considerans gravitatem suae infirmitatis, futurae mortis praenuntiam et suam in episcopatu consecrationem à canonibus deviam, advocato fratrum et populi conventu, coram omnibus Episcopi officium et honorem, et nomen deseruit. De honore vero patrimonii sui, ecclesiam Sedis Urgellensis magnifice ditavit. Illo denique defuncto, etc." Porque ni es creíble que en el citado testamento sacramental dejase de hacerse memoria de esta renuncia; ni la dotación de la iglesia fue hecha por él con este motivo y en esta ocasión, sino mucho antes de ser Obispo y confirmada en el momento de su elección; ni el clero para elegir al sucesor hubiera aguardado a que muriese el antecesor que ya había renunciado la Sede y hasta el nombre de Obispo. 

Salimos ya del breve cisma de esta iglesia. En el cual es indubitable que el verdadero Obispo era este Guillermo, que residió aquí, y fue reconocido por el clero, y sólo por su muerte se eligió el sucesor San Odón. Así que hizo muy bien el catálogo impreso en ponerle entre los Obispos Urgelenses, excluyendo de él a Fulco y ni aun mentándole. 

SAN ODÓN U OTÓN. 

desde 1095 hasta 1122. 

Comúnmente es llamado Sant Ot. Era hijo de Artal, Conde de Pallás y de su mujer Lucía o Luciana, según dicen todas las actas antiguas de su Vida y consta de varias escrituras. Una que he visto en este archivo lo supone también hermano del Conde de Urgel, Ermengol V, apellidado de Molleruza (Molleruca, Molleruça, pero no la de Cataluña, sino la de Castilla): cosa que no acabo de entender. Es la cesión que dicho Conde hizo a la iglesia de Urgel del Castrum Carchovite (Karchobite en otros textos) año XL del Rey Felipe, 1100 de Cristo; la cual empieza así: "Notum sit... quia frater meus domnus Odo Urgellensis Episcopus venit... ante me Ermengaudum Comitem Urgellensem et uxorem meam, nomine Mariam, et ibi in praesentia fratris mei et ejusdem Episcopi fratris, domni Artalli Pallariensium Comitis, etc." 

¿Cómo pudo Armengol llamarse hermano de los que lo eran Artal y San Odón, siendo estos últimos hijos de distintos padres, que el primero? De esto se hablará detenidamente en las Memorias de los Condes de Urgel. En tanto no hallo otra solución más que dar a la palabra fratris un sentido lato, con el cual alguna vez se han llamado los parientes en cualquier grado. Más adelante veremos también como el Obispo sucesor Bernardo Roger llama hermano suyo al Conde Ermengol VII. 

Dícese de este Santo que nació en la villa de Sort, y aun señalan allí la casa de su nacimiento. Añaden que en su juventud siguió la carrera militar, y que pasando después a la clerical llegó a ser Arcediano de esta iglesia; y que siéndolo fue electo Obispo por la renuncia de su antecesor Guillermo Arnal. Mas ya vemos que la Sede no vacó sino por muerte de este Prelado.

Como quiera que esto sea, nuestro Santo suena ya electo día 9 de agosto del año XXXV del Rey Felipe, cuando Artal, Conde de Pallás, junto con su mujer Alonsa y su hermano Otón, Obispo electo de Urgel, dieron al monasterio de Labax (Labaix) la villa y honor de Ertá. Esta noticia tomé del índice del archivo real de Barcelona (Arm. de Cataluña, saco B, núm. 464), donde no pude hallar la escritura que después vi copiada en el Cartoral de dicho monasterio, folio XI. Como los años del Rey Felipe se contaron alguna vez excluyendo los pocos meses del año 1060 en que comenzó a reinar, y poniendo por primero el 1061, es fácil que su año XXXV corresponda al 1095 en que murió el antecesor Guillermo por el noviembre, y que luego pudiese ser electo San Odón en lo que restaba hasta el 25 de marzo siguiente, que es cuando se acababa dicho año 1095.

Las virtudes pastorales de este Prelado no son por ahora el objeto de mi trabajo, sino la parte histórica de su vida, en cuyo género lo primero que ocurre es la bula que el Papa Urbano II le dirigió en 1098 confirmando todas las posesiones de esta Sede. Publicáronla el Cardenal Aguirre (Coll. concil.) y Baluzio en el apéndice de la Marca hispánica (n. CCCXVII) atrasándola al año 1099, sólo porque en la copia que él debió tener se leía ese año en la fecha de la bula. Pero muy claro es que debió esta nota corregirse por las otras de la misma fecha. Porque en 6 de abril de 1099, ni corría la indicción VI, sino la VII, ni el año XI, sino el XII del pontificado de Urbano, que comenzó a 12 de marzo de 1088, no me maravilla tanto esta inadvertencia de Baluzio como la advertencia con que se pone (ib. col. 475) a reflexionar admirado de que el Papa Urbano se intitule a sí mismo sucesor de San Pedro y San Pablo; como si esta fuera la primera vez o la única en que los Papas hayan dicho que están in excelsa apostolorum principum Petri et Pauli specula positi: o como si no estuvieran a miles por ese mundo los diplomas pontificios con los sellos que representan a los dos Apóstoles y unas letrazas que dicen SPA SPE o S. Pa. S. Pe. Dejo lo demás en que allí se entretiene el escritor francés. Día vendrá en que estas y otras cosas se reúnan en un punto de vista: que bien lo necesita el honor de la historia y de las iglesias de España. 

En la misma obra (ap. n. CCCXXII) está ya publicada la escritura de consagración de la iglesia de Santa María de Guisona hecha por nuestro Obispo, con asistencia de Fulcon de Barcelona y Ponce de Roda y de los Condes de Pallás y de Urgel. Con lo cual excuso el decir más. 

Desconocida es y curiosa la noticia de la cofradía que instituyó el santo Prelado en el monasterio de Benedictinos de Santa María, in valle Lilitense. Donde, según creo, es la pobla de Lillet, célula u obediencia, o priorato del de Ripoll, y hoy iglesia secular gobernada por un Prepósito (Pavordre), cuya consagración en 1397 tengo notada y no sé dónde. Pues digo que en el año 1100 instituyó allí una hermandad (fratriam), cuyos individuos se reuniesen todos los años en la fiesta del titular, y para celebrar la vigilia de su altar cada uno diese una candela: y para la limosna y comida, que se llamaba caridad fraternal, la cual debían comer todos juntos, contribuyese cada uno con un sextario de trigo y otro de cebada, y con una medida de vino que decían cannada, de donde aún en vulgar se llaman canadellas los vasitos en que se sirve el vino y agua en el Santo Sacrificio. Mándales además que hagan cantar una misa por todos los fieles difuntos, y que después de haber comido juntos vuelva cada uno a su casa: y que si algún cofrade muriese acudan todos a su sepultura, y hagan cantar una misa por su alma y ofrezcan por él oblaciones. A los que se alistaron en esta hermandad perdona la mitad de la penitencia que ya estuvieren haciendo por sus culpas pequeñas: y aun de los ocho vicios capitales, cuya penitencia no recibieron, les perdona la mitad. Este extracto te hará acudir volando a leer el documento que va copiado (a: Ap. n. IV.), en el cual notarás que el que instó al santo Obispo a que fundase esta congregación era Guillermo Bernardo, Prior de aquel lugar; y el notario que lo escribió otro Guillermo, monje; motivos por los que dije que aquella iglesia era monasterio. Ya ves que esta es una reliquia de los Ágapes primitivos, sin otra diferencia más que aquí hacía la esperanza del perdón e indulgencia canónica, lo que allá obraba el fervor de la caridad. Hoy día hay parroquias en este país donde en las fiestas del titular, concluida la misa mayor, todavía se ponen algunas mesas delante de la puerta de la iglesia en que se reparte a los concurrentes pan y vino, y a esto llaman la Caritat. Y aun en las ciudades los panes que las cofradías reparten a sus individuos en sus fiestas, se llaman vulgarmente Pa en caritat. Porque veas cómo duran los usos y como nos parecemos los nietos a los abuelos. La fecha de esta escritura es del día 9 de febrero del año de Cristo 1100, era 1138, indicción VIII, epacta VII, concurrente V: épocas que cuadran entre sí; sólo al fin lo echó a perder el notario, poniendo año XXX de Felipe en lugar de año XXXX. 

Ya que hablamos de indulgencias y hermandades allá va copia de un decreto de ambas cosas, que por no tener fecha no sabremos a qué año pertenece del obispado de San Odón (a: Ap. n. V.). Mas yo creo que sea de los principios de él. Dice pues este Santo Obispo, que para cumplir con su ministerio y librar las almas de sus ovejas de las garras del demonio, juntó sínodo de sus Arcedianos, Abades y los clérigos más sabios de la diócesi (parrochiae), con los cuales determinó perdonar duas partes penitentiae quam corporaliter facturi erant, a los que habiendo confesado los pecados de su vida y recibido por ellos la penitencia, y prometiendo confesar cada año sus culpas y abstenerse de las cosas prohibidas, contribuyesen anualmente, según su posibilidad, ad instaurationem Beatae Mariae Sedalis ecclesiae quae pene fracta videbatur, dando aun los más pobres unum manchonem a lo menos. Esta moneda era sin duda la llamada mancusos. En seguida parece instituir con el mismo objeto una hermandad, cuyos individuos se 

congregasen en esta catedral al otro día de la fiesta de San Ermengol para asistir a la misa que debía cantar el Obispo por la salud de todos ellos, vivos y difuntos, diciendo la suya cada sacerdote de la diócesi para el mismo fin, absolviendo de tertia residua parte poenitenciae corporalis a los que alistados en esta hermandad diesen para la restauración de la iglesia unum sextarium frumenti, vel unam eminam cumulatam frumenti et aliam sigile, et unam kannatam plenam puro vino. He aquí una indulgencia plenaria concedida por un Obispo a principios del siglo XII. 

Erigióse por estos tiempos, quiero decir, hacia el 1101, la Sede episcopal de Barbastro, trasladándose a ella la de Roda por la voluntad de los Reyes de Aragón y con autoridad pontificia. Hacíase esto por aproximarla más a Lérida, reputada por Sede originaria de aquellas, y para aumentar en el pueblo la esperanza y deseo de sacar del poderío de los moros una ciudad tan insigne. Con este motivo los Obispos de Barbastro y de Roda miraban como pertenecientes a su territorio los lugares cercanos a Lérida que hasta aquí habían sido de la jurisdicción de Urgel. A esto se opuso San Odón, y acaso renovó la queja de su antecesor Eriballo, viendo que los territorios que tan de antiguo estaban adjudicados a su iglesia, cuando no había otra que los gobernase, tan fácilmente se daban a otro pastor. Que aunque este santo Prelado prefiriese el bien común de aquellas tierras al engrandecimiento de su Sede; sin embargo no era bien visto que callase en esta ocasión, ni tampoco justo que dejase de definirse legítimamente el rebaño que a cada pastor pertenecía. La reclamación que con este motivo hizo nuestro Santo dio ocasión a los tres breves que le dirigieron los Papas Urbano II y Pascual II, publicados ya por el P. D. Jaime Pascual (Dis. del Ob. de Pallás, pág. 61) en los cuales está reprendido nuestro Santo por haber pretendido la jurisdicción de Metropolitano sobre aquellas Sedes. Cosa que no acabo de entender, ni creo que nadie diga haber hecho ni pretendido nuestro Obispo, estando como estaba ya entonces restaurada la metrópoli de Tarragona a que pertenecían todas las iglesias de Aragón. De esto se dirá más en el viaje a la Iglesia de Roda. Tampoco se sabe fijamente a qué año pertenece la escritura que publica la Marca Hispánica (Ap. n. CCCXXXIII.), por la cual Raimundo, Conde de Pallás, restituyó a nuestro Obispo algunas de las iglesias que estaban sujetas a la de Barbastro y de Roda. Prometiole también el diezmo de todas las décimas que el Conde u otro por él percibía; y que los que las pagaban hiciesen cada año en los meses de abril o de mayo una cabalgada de diez días en tierras de moros, donde el Obispo les mandase, amén de asistirle con todo su poder si aquellos enemigos infestasen su diócesis. Acaso esta concordia será una de las consecuencias y resultados que tuvo la queja que decíamos.

A estos documentos de época incierta pertenece la carta que el Cardenal Boso, legado del Papa en España, escribió a nuestro Santo acerca de la canónica de la iglesia de Cardona. En el viaje a aquella villa se habló ya de este documento (a: V. Tom. VIII. pág. 174.), que es curioso. 

Vengamos a las memorias de época conocida. En 1102 el Conde de Urgel Ermengol V hizo una copiosa donación a esta Sede y Obispo, la cual está copiada en el lib. I. Dotal. fol. 24. b. Fue esto a 7 de junio de ese año, era MCXL, indicción X. Entre varios alodios le da uno de los dos castillos de Balaguer, Gerundellam scilicet vel Alchoraz (Alcoraz). 

En 1105, era 1143, consagró la iglesia de San Julián Mártir en el monasterio de San Lorenzo de la villa Cerdañola, a ruegos de su abad Guillermo, con el censo a esta catedral de tres pernas et modios II de blat (bladum), unum de for. (forment) (frumentum), et aliud de ord. (ordeo) (ordi); et decem et VIII cannadas vini: et clerici ejus semper solvant synodales redditus. Es copia lo que he visto de esta escritura, donde hay yerro en el año 48 del Rey Felipe, mas esto no quita la sustancia del hecho.

Del mismo año es la concordia de nuestro Obispo con un Raimundo Ermengol de Isla, que se hizo vasallo suyo, recibiendo de él en feudo dos partes de la décima de Salagosa, Angastrina y Cortals. (Marca Hispánica, ap. n. CCCXXXVI.) 

Año 1109, era M.C.XLVII. VIII idus novembris, a instancia de nuestro Santo Obispo, los Condes de Pallás Pedro Raimundo y Arnaldo, hermanos, restituyeron a la iglesia de Tremp lo que ya le habían concedido sus padres los Condes Raimundo y Valencia.

En 1119 Leudovico Rege regnante in mense marcio XIII. kal. aprilis, se presentó a nuestro Obispo y a su capítulo Berenguer, Prior de la iglesia de Serrabona, pidiendo la posesión de la de San Martín de Urg. Concediósele solamente de por vida con la correspondiente sujeción a la Sede de Urgel.

Sábese que este Santo Obispo gobernó, aunque por poco tiempo, el monasterio de Santa María de Gerri, loco abbatis. Dícelo una escritura original que hay allí, cuyo exordio es: "Ego Odo, gratia Dei Urgellensis Episcopus, qui sum in loco abbatis, simul cum cuncta congregatione Santae Mariae Gerrensis cenobi, facimus cartam, etc... Facta carta in mense madio, die pridie kalendas junii anno ab incarnatione Domini CXXII, post millessimum.” Acaso por esa razón le llaman en aquel monasterio ordinis nostri. Otra escritura del mismo año, y con el mismo dictado, anuncia entre sus apuntes el citado padre Pascual, Premonstratense, en la cual manda restituir al monasterio algunas parroquias que le tenían usurpadas, e instituye una congregación de monjes y seglares, la cual aprobaron los Santos Obispos Olaguer de Barcelona, y Ramón de Roda. Añade que en el exordio, dice San Odón, que su potestad episcopal desciende inmediatamente de Dios.

La muerte de este Santo Prelado acaeció pocos días después de esa fecha, es a saber; a 7 de julio del mismo año 1122, sin que se oponga a esto la equivocación con que en la copia de una escritura del año 1124 (Cax. de Cerdaña) se halla también la firma del mismo. Lo preciosa que fue a los ojos de Dios mostró el Señor en varios portentos que obró por su intercesión. Tales y tantos fueron que a los once años de su fallecimiento se le decretó culto público y fiesta eclesiástica por el Obispo sucesor Pedro Bernardo, junto con su capítulo, con estatuto particular que para ello hicieron a 21 de junio de 1133, el cual he visto aquí original y se halla copiado en la Marca Hispánica (Ap. n. CCCLXXXIV.) 

Mandan en él natalem ejus diem annuatim canonizari... quatenus semper deinceps inter ceteras precipuas anni festivitatis hec procul dubio digne et laudabiliter, uti Domini ac Patroni nostri Sancti Pontificis Ermengaudi divinis veneranda mysteriis observetur. Salta a los ojos la singularidad de este decreto, hecho sin contar con la Sede Apostólica, ni aun con el sínodo diocesano, en un tiempo en que era ya común el recurso al Romano Pontífice para semejantes negocios, o a lo menos no se resolvían sin el acuerdo y consejo de todo el clero de la diócesi, abades, etc. 

En este acto no se halla que interviniese otra persona de fuera del capítulo más que Benedicto, abad de San Saturnino de Tabernoles, cuyo monasterio distaba no más que media legua de esta ciudad. Desde esa época se ha celebrado sin interrupción en esta iglesia la fiesta de San Odón el día 7 de julio con octava. En lo antiguo tuvo todo el oficio propio, conforme se ve en el único Breviario que hasta ahora he hallado de esta iglesia, impreso en Venecia año 1487, del cual lo he copiado (a: Ap. n. VI.). Con él están conformes uno o dos que he visto en Gerri y Solsona. Cesó el uso de este rezo con motivo de la reforma de San Pío V en 1568, sin que jamás haya podido recobrarle esta iglesia a pesar de sus repetidas instancias, señaladamente en el pontificado del ilustrísimo Señor Guinda hacia el año 1730. Así que ahora todo el oficio es del común de Conf. Pontif.

Las lecciones del rezo antiguo eran tomadas de la legenda de su vida, cual se halla en el Santoral M. S. de la catedral de Barcelona, de la cual va copia (a: Ap. núm. VII.). Diferentes son, y para mí mejor digeridas las actas que trae un leccionario de esta iglesia, donde al fin verás el epitafio que se puso sobre el sepulcro del Santo con otras cosas que me ahorro repetir aquí (b: Ap. núm. VIII.). Debió destruirse el arca donde primero fue depositado con motivo de trasladarse sus huesos a la que hoy tiene de plata en el primer altar del crucero a la parte de la epístola, que es de pésimo gusto. Púsose su nombre ya muy de antiguo en las letanías, y en el día se dice dos veces como el de San Ermengol, respondiendo en la segunda el coro: Intercede pro nobis. 

PEDRO BERENGUER 

desde 1123 hasta 1141. 

El catálogo impreso y cuantos escritores hablan de este Prelado, le llaman Pedro Bernardo. Mas la autoridad de los documentos que citaré al fin de este artículo, me obliga a abandonar esta opinión, dando a este Obispo el apellido de Berenguer. Ignórase la patria, calidad y demás circunstancias de su persona. Por algunas memorias de poca entidad se sabe que era ya Obispo en 1123. Dos años después confirmó a todo su clero la facultad de poder testar libremente de sus bienes como ya lo hacían, imponiéndoles en cambio de ello y por derecho de luctuosa, la cesión de la cuarta parte de todos los muebles que reservaba para sí y sus sucesores. 

Carga pesada que más adelante alivió el Obispo Bernardo de Villamur (o Vilamur).

Del 1126 a 18 de agosto es la donación que a él y a su iglesia hizo el Conde de Urgel Ermengol VI, apellidado el Castellano (no hay mejor apellido para un catalán, ya que castlán y derivados significan eso), con su mujer Arsendis en indemnización de algunos daños, cediéndoles el señorío de un hombre en cada una de las ciudades y villas de sus estados. Hállase esta escritura en la Marca Hispánica (Ap. n. CCCLXXII.) Los hombres así cedidos se llamaban homo dominicus, los cuales con sus bienes entraban a ser vasallos de aquel a quien se cedían. También logró nuestro Obispo que el Conde de Barcelona, R. Berenguer III, indemnizase a esta iglesia de los daños que le había ocasionado, apoderándose del señorío de Aiguatebia (agua tibia, calentica), en el Rosellón, que poseía por donación de San Ermengol. Para esto vino el Conde a Urgel día 15 de agosto de 1130, y entonces se hizo la escritura que he visto aquí original, y no contiene más que esto. 

Otras donaciones recibió del citado Conde de Urgel en el testamento que hizo al emprender un viaje a Castilla, día 8 de febrero de 1133, en el cual además instituyó a nuestro Obispo uno de sus albaceas. Es documento curioso, e irá copiado en lo de los Condes. Con estas y otras donaciones crecieron las rentas de la iglesia, de modo que el Obispo tuvo por conveniente aumentar hasta 45 el número de Canónigos que su antecesor Eriballo había fijado en el de 40. Fue esto en el año 1134, en el cual trabajó no poco porque se verificase la reunión del monasterio de monjas de Santa Cecilia de Elins al de San Saturnino de Tabernoles, instando junto con el citado Conde para que fuesen arrojadas de allí las devotas. Mas trabajó en vano, y esta reunión no se verificó hasta el siglo XV. De esto se dirá de propósito otro día.

En el mismo año consagró la iglesia de Santa Cecilia de Figols. Consta esto por la 

cedulita que dejaron en el altar junto con las reliquias, la cual hallada en su renovación, se conserva en la sacristía de dicha parroquia, y también la arquilla que para ello sirvió. Comienza así: Audi Israel: Dominus Deus tuus Deus unus est. Sigue el decálogo, algunos trozos de los Evangelios, y luego la nota de la dedicación por nuestro Obispo. Esta era la costumbre general, dejando la mayor expresión de la fecha de aquellas solemnidades para las escrituras que se hacían en todas ellas.

Poco después de esto vino a estos países como legado de la Sede apostólica Guillermo, Arzobispo de Arlés, con cuya autoridad y la mediación de los Conde de Pallás y de otras personas, se ajustó el pleito que nuestro Obispo traía con Gaufredo, Obispo de Roda y Barbastro, sobre la jurisdicción de varias parroquias. Esta concordia, que sólo había de durar mientras viviesen los dos Prelados, se firmó día 2 de mayo de 1140. Va copiada de su original, y ella dirá por mí (a: Ap. núm. IX.), porque no es prudencia alargar esta narración analizando escrituras que puedes ver por ti mismo, enterándote de la parte que le tocó a Urgel en esta división. El Obispo Gaufredo se llama asimismo exul al tiempo de firmar; lo cual, a que aludiese, se tratará en lo de Roda. Advierto que este fue ya el último golpe que la Sede de Urgel recibió sobre sus pretensiones antiguas en el territorio de Ribagorza y el inmediato de Pallás. El aumento de la cristiandad trajo consigo el aumento de las Sillas episcopales, y la desmembración de los territorios a que por estar solas se extendían las primeras Sedes. Así es que todo cede a la necesidad.

Ya no quedan más noticias de este Obispo si no es la de su muerte, que comúnmente fijan las memorias de esta Iglesia en el año 1141, como también el necrologio de Solsona, señalando el día 18 de marzo. Un cronicón de Ripoll inédito la alarga a 1142. Queda en este archivo una carta original del Obispo de Elna Udalgario, escrita al clero de esta iglesia, al parecer en contestación a la noticia que le dieron de la muerte de su pastor; consuélale con graves palabras, y le exorta a que proceda a la elección de sucesor con espíritu de paz, y se ofrece a ayudarles en cuanto pudiere en negocio de tanta importancia. No sólo he copiado este documento por lo que él es, sino principalmente porque llama a nuestro Obispo difunto Pedro Berenguer, y no Pedro Bernardo. Y como es coetáneo y original debe ser preferido a todos los posteriores, que sin saberse cómo, equivocaron este apellido (a: Ap. núm. X.). 

Confírmase esto con la nota que hallé en el monasterio de Cerrateix (Serrateix), el cual visitó en 1586 Pedro, Obispo de Elna, como subdelegado del Nuncio de su Santidad César, Obispo de Novara. Pues en el inventario que formó este visitador, notó la escritura de consagración de la iglesia hecha por el Arzobispo San Olaguer día 29 de septiembre de 1126, a instancias de Pedro Berenguer, Obispo de Urgel.

Olvidóseme poner en su lugar la noticia de haber asistido el Obispo Pedro al Concilio de Narbona de 1128 o 29, donde se estableció la cofradía de los contribuyentes al menos con doce dineros para la restauración de la iglesia de Tarragona, señalándose los sufragios para los bienhechores. He copiado este documento del archivo de la colegiata de Ager, donde se verá lo que ello es y para lo que vale. 

BERNARDO SANZ o SANCHO 

desde 1142 hasta 1162. 

En Cataluña nunca se dio a los apellidos patronímicos la terminación adoptada en Castilla. Y así a los que en latín vemos apellidados N. Dominici, Martini, Sancii, no dijeron en vulgar, como allá, Domínguez, Martínez, Sánchez; sino que conservaron sin alteración los apellidos de la familia Domenech, Marti (Martí), Sanz (Sanç y Sans). Esto es sabido, y basta haberlo apuntado aquí para dar la razón por qué a este Obispo, apellidado Sancii en los instrumentos latinos no le llamo yo Sánchez, como algunos han hecho, sino Sanz o cuando más Sancho. 

El catálogo impreso pone a este Prelado después del Bernardo Roger, que es el que yo le doy por sucesor; para seguir mi cronología y apartarme de la impresa, tengo las razones siguientes. En primer lugar hay varios instrumentos de fines de este siglo XII y principios del XIII, en que con ocasión de confirmar algunas concordias sobre las desavenencias que hubo entre esta iglesia y los Condes de Foix en tiempo de estos dos Obispos Bernardos, siempre los nombran por este orden: Bernardus Sancii et Bernardus Rogerii. Alguna de estas escrituras irá copiada más adelante. Item, es cierto que el segundo de estos Bernardos que gobernaron la iglesia desde 1142 hasta 1168, comenzó su gobierno en 1163, según se dirá. Con esto no es menos cierto que el segundo se llama a sí mismo de apellido Rogerio, expresando frecuentemente este nombre patronímico, como deseoso de ser distinguido del antecesor Sanz, el cual por haber sido el primer Obispo del nombre de Bernardo en esta iglesia, no tuvo esa necesidad de especificar su apellido. Por último, en el archivo de Ager hay (núm. 150) un proceso sobre cierta causa que se ventilaba entre el abad de aquel monasterio y el Obispo de Urgel en 1164, donde muchas veces se nombra el Bernardo Sanz, como ya difunto en este año. Quede, pues, sentado que el sucesor del Obispo Pedro Berenguer fue Bernardo Sanz. Sin embargo no hallo memorias de los primeros años de su pontificado, que sin duda debió comenzar en 1142. Diré por su orden las que he podido hallar.

Y la primera de todas es anterior al año 1143, y pertenece a su elección en Obispo y a las circunstancias de ella. Es un breve del Papa Inocencio, sin más fecha que Dat. Lateranni II. kal. maii, y sólo lo he visto copiado en un Cód. de la biblioteca de R¡poll (n. 273). No hay otra guía para conocer si es de Inocencio II o III que las iniciales y nombres de las personas a quienes va dirigido, que son el Arcediano de esta iglesia P. Guillermo, B. Sacrista y B. Abad de San Saturnino. Estas tres personas son las únicas que se leen en la copia del breve; y de ellas la primera y tercera son de este tiempo, es a saber: Benedicto Abad de San Saturnino, y el Arcediano, cuyo nombre y apellido se ve en otros documentos, y después le veremos acusando a nuestro Obispo. Así que el breve es de Inocencio II, no verificándose esas circunstancias en el pontificado de Inocencio III. Dice pues el Papa, que el Conde de Urgel Ermengol no agradándose de la elección de nuestro Obispo encarceló a los electores y al electo, permitiendo a los primeros que se redimiesen con dinero, y deteniendo y afligiendo en la cárcel al segundo; por lo cual excomulga al Conde y pone entredicho en todos sus estados, y encarga el cumplimiento de ello hasta que dé satisfacción. Va copia de este documento, que tal cual es, abre campo a nuevas investigaciones en la historia de los Condes de Urgel (a: Ap. núm. XI.). 

Debió producir buen efecto el breve, puesto que en 1145 hallamos ya libre a nuestro Obispo, y celebrando la consagración de la iglesia de San Martín de Cardós, en cuyo altar depositó reliquia de San Germerio, y algunas partículas de la cruz de Cristo y del pan de la Cena. Item, concedió 20 días de indulgencia a los que acudiesen con luces a aquella dedicación, la cual se verificó el jueves 4 de enero de ese año, era MCLXXXIII, indicción VIII. Algunas otras curiosidades advertirás en la copia de este documento que vi original en el monasterio de Gerri (b: Ap. núm. XII.). 

Otra memoria es la donación que le hizo el Conde de Urgel Ermengol VI de unas casas en Lérida día 27 enero de 1148 (que es nuestro 1149). Era esto como un estímulo de que se valió aquel Príncipe para excitar la atención y liberalidad de nuestro Obispo a que contribuyese a la importante conquista de aquella plaza, que todavía poseían los moros. Hízolo así el Prelado, el cual se hallaba personalmente en el sitio de ella en el Puig de Gardeny, montecito cercano a aquella fortaleza, donde está hecha otra donación que le hizo de otras casas el Conde de Barcelona Ramón Berenguer IV. nonis julii anno C.XL. VIIII. post. M. ab incarnatione Domini, residente supra monte Garden in obsidione Ilerdae. Ambas escrituras he visto en este archivo episcopal.

A 25 de septiembre del mismo 1149 se hallaba en Gerri, asistiendo a la consagración de la iglesia de aquel monasterio, que celebró el Arzobispo de Tarragona Bernardo Tort, según se dirá en su lugar.

VIII. kal. novemb. anno Incarnationis Domini nostri Jesuchris MCLI. era MCLXXXVIIII. Indiccione XIIII asistió con el Obispo de Elna Artaldo, a la consagración de la iglesia de Serrabona en el Vallespir, a la cual confirmó la donación hecha por sus antecesores de las iglesias de Urg y de Ur, cuya confirmación aprobó el Obispo sucesor Arnaldo en 1174. Todo esto es del Cartoral de Serrabona que está en el archivo de Solsona.

A estos años 1150 o por ahí, debe reducirse un breve que le dirigió el Papa Eugenio III. dat. Ferentini XVI. kal. aprilis, en que le manda comparecer ante el Arzobispo de Enbrun (Embrun) W. para purgarse de no sé qué errores de que le había acusado el sobredicho Arzobispo de Tarragona, y del crimen de simonía que le achacaban su Arcediano Pedro Guillermo y B. Pedro, clérigo de su misma iglesia. 

Va copia (a: Ap. núm. XIII.). La distancia de aquellos tiempos y la pérdida de documentos, obligan muchas veces a los que recogen las memorias de los Obispos antiguos, a dejar en descubierto la opinión de alguno de ellos, acusado tal vez sin razón por los que no saben sufrir una corrección de los superiores. De esto hay muchos ejemplares en el mundo. Veremos si hallo algo más sobre este negocio. Lo que ahora puedo asegurar es que nuestro Obispo debió justificarse cumplidamente, sin lo cual no continuara pacíficamente en su gobierno, según vamos a ver.

En 1154 a 23 de febrero consignó a la iglesia de Aiguatebia y al capellán que la servía, varias décimas de trigo y los espigaderos. En 1157 suscribió con otros Obispos a la famosa donación que el Conde de Barcelona hizo de muchas de nuestras iglesias reglares a la de San Rufo de Aviñón, que era su casa favorita. Tráela la Marca Hispánica (ap. CCCCXXVI). Dos años después, a 5 de julio, hallo que hicieron juramento de fidelidad en manos de este Obispo los dos hermanos Pedro y Guillermo de San Juan por el feudo del valle de San Juan. Está en el archivo episcopal.

A estos años pertenece otro breve del Papa Adriano IV. Dat. Lateranni II idus decembris, en que le exhorta a la concordia con el Conde de Urgel Ermengol VII, a quien supone dispuesto para satisfacer algunos agravios que no expresa, y deseoso de salir de la excomunión que sobre sí tenía. Alude esto sin duda a la oposición que el Conde desde el principio había hecho a nuestro Obispo, no queriéndole reconocer por su Prelado hasta ahora. Va copia (a: Ap. núm XIV.).

Efectuose sin duda la concordia que el Papa quería, puesto que en 1160 a 11 de mayo hizo el Obispo con su capítulo un préstamo importante al Conde, y a su mujer Dulcia y al hijo de ellos Ermengol, todavía niño. Las urgencias del Estado obligaron a estos Príncipes para prenda y fianza de otras deudas a pedir de thesauro Beatae Mariae quandam ferratam argenteam et quemdam calicem aureum cum lapidibus preciosis. Obligáronse en caso de extravío a pagar a la iglesia quadraginta libras argenti purissimi XXX duas pro argento quod ibi est, et VIII pro ipso opere salomoniquo: et CC. morabatinos obtimos pro ipso calice et lapidibus et auro. 

Qué era la ferrada, no es fácil averiguarlo. Ducange dice que puede significar chlatrum y situlam. Yo me inclino a que era esto último un vaso grande, o digamos calderilla, como para agua bendita. Lo cierto es que en 1167 aún no estaban redimidas estas alhajas, como verás en las Memorias de estos Condes. 

Muy poco más vivió este Prelado, constando que en 1163 tenía ya sucesor, como se dirá. Por otra parte, es un indicio de estar vacante esta Sede el día 12 de enero de 1162 (1163), la escritura con que el sobredicho Conde, sin mentar Obispo alguno, renuncia lleno de piedad a la costumbre que llama orribilem et male consuetam rapinam, con la cual sus antecesores, luego que moría un Obispo de Urgel se apoderaban de todas las posesiones de la Sede. Estas y otras curiosidades dirá por sí la copia adjunta (a: Ap. núm. XV.), aunque ya quizá la hayas leído en el Cardenal Aguirre; pero merece repetirse. Diremos pues, según lo que indica el contenido de ese documento, que el Obispo Bernardo Sanz había ya fallecido a 12 de enero de 1163. 

Con esta cuenta está conforme un martirologio del monasterio de Cerrateix, escrito en el siglo XI, en el cual al margen del día VI kal. novemb. se halla esta nota de letra del siglo XII: VI kal. novemb. obit (hasta ahora obiit) Bernardus Episcopus anno ab incarnatione Xpi. MCLXII (pone Ml.CLXII), era M.a CC.a epacta XIIII... concurrente séptima. Están conformes estos cómputos con el año en que también era el concurrente VII por ser la let. dom. G. Y como este monasterio era de la diócesi de Urgel, es claro que el óbito es de nuestro Obispo, que murió a 27 de octubre de 1162. 

BERNARDO ROGER, 

desde 1163 hasta 1166. 

Con este apellido se distingue a sí mismo el Obispo Bernardo, que gobernó esta iglesia desde 1163 hasta 1166, según consta de algunas escrituras de que se hablará. Debió ser promovido a fines del 1162 o principios del siguiente, constando que se llamaba todavía electo a 30 de marzo de 1163; día en que recibió la obediencia canónica del Prepósito de la iglesia de Solsona, según se había transigido y concordado con el Obispo antecesor. Ambas cosas dice la escritura que de ello se hizo y se halla en este archivo (lib. I. Dotal. fol. 10.) 

"Juro ego (decía el de Solsona) Bernardus de Pampa, Celsonensis Prepositus tibi 

Domino meo Bernardo Urgellensi electo quod de sententia excomunicationis quam predecesor vester Bernardus Urgellensis Episcopus in me promulgavit et de omni controversia que vertitur inter Celsonensem et Urgellensem ecclesiam, faciam pro posse... Actum est hoc anno ab incarnati verbi C.LXIII post millesimum III kal. aprilis." 

En consecuencia de esta concordia y reconocimiento pasó el Obispo a celebrar la 

consagración de la iglesia de Solsona en el mismo año a 10 de noviembre; solemnidad a (la) que asistieron los Obispos Pedro de Zaragoza, R. de Pamplona, Guillermo de Barcelona, el Conde Ermengol VII y varios nobles del país. Esta escritura envié ya desde Solsona, donde está el original (a: V. Tom. IX, pág. 53 y 228.). También se halla en este archivo (loc. laud. fol. 8.) su fecha es: anno ab incarnatione verbi C.LX.III post millesimum indictione XI, epacta XXV. ciclo decemnovenali V. III idus novembris, cómputos muy exactos. En la suscripción (pone subscricion) señala nuestro Obispo el anno primo de su pontificado.

De ese mismo año nos queda la constitución que hizo con su capítulo, reduciendo entre otras cosas a cuarenta y cinco el número de Canónigos (sin contar los de las Sedes vecinas y los de los monasterios) conforme lo tenía fijado el antecesor Pedro Berenguer en 1134; porque con la abundancia de los frutos habían excedido notablemente de ese número. Va copia de esta constitución que dirá lo demás (a: Ap. num. XVI.). Con este auxilio alivio el trabajo del día ya que lo puse en trasladar documentos. 

De los dos años siguientes hay algunas memorias de poca entidad, y sólo es notable en ellas el apellido de Rogerio.

Del 1165 es la bula de Alejandro III en confirmación de los bienes de esta Iglesia, fecha in Monte Pesulano (Montpellier), año VI de su pontificado, indicción XIII, a 6 de agosto. Más notable es ese año por el privilegio que como señor de esta ciudad concedió nuestro Obispo a los vecinos de ella, dejándoles en libertad para testar y disponer a su arbitrio de todos sus bienes, de manera que ya en adelante nadie se llamase estéril, o como decían vulgarmente Exorch. En los intestados, pagadas las deudas y el funeral, los muebles solamente eran del Señor, heredando los hijos y parientes los bienes raíces. Este es uno de los primeros pasos que dieron los hombres caminando a la justa libertad civil; tan cautiva so el tirano yugo de los malos usos que introdujo el feudalismo. Va copia de esta curiosa escritura, que es una de las pocas que guarda el Ayuntamiento de esta ciudad, fecha a 25 de junio 1165 (a: Ap. núm. XVII.). En ella dice el Obispo que era hermano del Conde Ermengol VII. De San Odón ya vimos que era también llamado así por el Conde Ermengol V. Estas hermandades, o eran obra del cariño, o si no lo eran, que eso no cabía en escrituras tan serias, nacerían de algún desliz, por donde, digamos, que nuestro Obispo fuese hijo bastardo de Ermengol VI. Donde no hay luz, no se palpan sino tinieblas. (N. E. ¿y cómo empezaba p. ej Pedro apóstol sus epístolas?)

Muy poco más vivió este Prelado, constando que en el mayo de 1167 ya tenía sucesor. Así que debe seguirse la cuenta de un Cronicón inédito de Ripoll, que fija su muerte en el año 1166. Un necrologio de Solsona la pone a 25 de enero de 1166, que era el 1167. 

ARNALDO DE PEREXENS O PEREXELS O PEREXENE

Desde 1167 hasta 1195. 

Era uno de los Arcedianos de esta iglesia, y fue electo su Obispo muy poco después de la muerte del antecesor, como consta de la donación del lugar de Mirambell, hecha por Guillen de Rocha a este Prelado y a su iglesia, día 15 de mayo de 1167, cuya escritura está en el archivo episcopal. Otra memoria hay más notable de él en el mismo año día 5 de agosto; y es el testamento que ordenó el Conde de Urgel Ermengol VII, estando en Ciudad Rodrigo, en que además de instituir su albacea a nuestro Obispo Arnaldo, le nombra también tutor y ayo del niño Conde Ermengol. De esto se dirá más en las Memorias de estos Condes, donde irá copiado este precioso documento. 

En 1168 a 1.° de julio recibió el homenaje de A. de Moset por el honor de Aiguatebia, y a 14 del mismo mes lo que Berenguer de Ur y su mujer Jordana poseían en Alb, y Mossol y otras villas; lo cual dieron ellos en dote a su hijo Berenguer, ofrecido in Canonicum, in manu Domni A. Urgellensis Episcopi. 

Del 1169 a 10 de enero es la consagración de la iglesia de San Esteban de Eriganno en el condado de Pallás: y la cesión final que le hizo P. de Puigvert de la iglesia de San Pedro de Ponts, después de varios tratados con sus antecesores Bernardo Sanz y Bernardo Roger. Va copiada no más que para hacer constar la sucesión cierta de estos dos Obispos Bernardos, de la manera que la dejo arreglada (a: Ap. núm. XVIII.).

En 1171 a 7 de septiembre firmó una concordia con R. Vizconde de Castellbó, sobre ciertos derechos, en la cual fue juez árbitro G. Jordán, electo Obispo de Elna. Del año siguiente es el testamento de un hermano suyo, llamado Bertrando, (lib. I. Dotal. folio 8.) En los correos pasados he dicho ya lo que hizo en 1175 para concluir la fábrica de su catedral, contratando con el arquitecto R. Lombardo: y lo que negoció con el Rey Don Alfonso II en 1177 sobre la traslación de la iglesia de Hix a la villa de Puigcerdá (a: V. Tom. IX, pág. 153 y 191.).

Se halló en el concilio Lateranense del Papa Alejandro III del año 1179; y al mismo Papa dirigió también una carta sobre la sujeción del Prepósito de Solsona al Obispo de Urgel, y sobre otros puntos tocantes al gobierno de su iglesia. Va copiada (b: Ap. núm. XIX.). 

También irán a su tiempo sacadas del archivo de Ager las Constituciones pacis et treguae, propias del condado de Urgel, publicadas en 1187, si no me engaño, por el Conde Ermengol VIII de acuerdo con el Arzobispo de Tarragona Berenguer de Vilademuls y con nuestro Obispo. Es buen documento entre los de esta clase. En él se ve mejor que en los publicados hasta aquí que esto no era un nuevo título de inmunidad que inventó el clero, sino la protección que dispensaban los Príncipes a la agricultura y comercio, renovando de acuerdo con los Señores particulares del país la prohibición de los daños y violencias que podían cometerse en los campos, animales, ganado, bosques, caminos, mercados, etc. 

El cuidado con que el concilio que decía procuró fomentar la literatura de los eclesiásticos, estimuló a nuestro Obispo a tomar algunas medidas relativas a la de los de esta diócesi; entre las cuales merece lugar el estatuto que hizo con el capítulo para que a los canónigos que fuesen a estudiar a las Universidades se les diese entre otras cosas por cada uno de los doce Prepósitos, en cada un año durante su ausencia, unum aureum boni auri vel VIII solidos publicae monetae. 

Fue esto a 19 de mayo de 1193. 

A este mismo pontificado pertenece un breve del Papa Lucio, que debe ser el III, 

Dat. Veronae XVII kal. augusti, en que da comisión al Arzobispo de Tarragona y al Obispo de Barcelona para que procedan en la causa de haber admitido el Abad de San Saturnino en su iglesia a los que estaban excomulgados por nuestro Obispo. 

Incierto es el año a que pertenece la consagración que hizo él mismo del altar de San Salvador en el lugar de la Aguda, en el cual puso reliquias et corpus Domini et multas alias reliquias plurimorum martyrum. Esto dice la escritura, de la que vi un traslado en el archivo episcopal de Solsona, sino que está rota en el final de la fecha, de quien sólo se lee: VIII. kal. marcii anno M.C.XC...

Día 12 de octubre de 1194 firmó una concordia de poca importancia con Raimundo de Castells y su mujer Ermesinda. Y hago mención de esto por ser la última memoria de su gobierno y permanencia en esta iglesia. De la cual se separó, no por la muerte, sino porque con la carga de sus años pensó en retirarse al monasterio de Premonstratenses de Bellpuig de las Avellanas. Para esto pidió y logró la renuncia del Papa Celestino III, la cual publicaron Aguirre y la Marca hispánica, como también otra carta del mismo Papa a este capítulo, dándole facultad para elegirse nuevo Pastor, y en caso de discordia, autorizando para su nombramiento al Arzobispo de Tarragona y Obispo de Lérida. La data es de 29 de marzo año IV de su pontificado, que es puntualmente el año 1195. Así que por la renuncia de este Prelado y no de Bertrando de Villamur, como dijo equivocadamente Baluzio (Marca hispánica, col. 516) eligió el capítulo y muy pronto al sucesor. 

BERNARDO DE CASTELLÓ, 

desde 1195 hasta 1198. 

Su elección se verificó tan pronto, que ya en escritura que he visto del 21 de junio de ese mismo año 1195 suena ya este nuevo Obispo, aunque con el dictado de electo. Poco tiempo gobernó esta iglesia, y aun ese con grande inconstancia de ánimo. Fue así que a pocos meses de obtenida la prelacía la dejó, retirándose al monasterio de Santa María de Aspirano, en la diócesi de Elna; y esto sin despedirse de su capítulo, al cual envió desde allí la renuncia, fundándola en su insuficiencia y en cierta enfermedad oculta que le impedía regentar el oficio episcopal. Arrepintiose muy pronto de esta resolución, y movido por el consejo de algunos se restituyó a su iglesia antes que procediesen a nombrarle sucesor. En efecto, se hallaba aquí día 8 de mayo de 1196 en que autorizó el arriendo de un molino propio de la catedral, y también a 30 del junio siguiente en que suscribió una donación que hizo a la iglesia el sacrista de ella Bernardo de Vilamur, su sucesor en el obispado. 

Por estos tiempos se había sufrido aquí la invasión de los llamados Aragones et Brabanzones que asolaron el país, y robaron la iglesia y sus bienes. Esta era sin duda la calamidad que quiso remediar por medio de las penas espirituales el Concilio Lateranense III del año 1179, en cuyo cap. XVII de heraeticis (haereticis : herejes), se lee lo siguiente: "De Brabantionibus et Aragonensibus, Navariis, Bascolis, Cotevellis et Triaverdinis qui tantam in Christianos immanitatem exercent, ut nec eclesiis nec monasteriis deferant, non viduis et pupillis, non senibus et pueris, nec cuilibet parcant aetati aut sexui, sed more paganorum omnia perdant et vastent, similiter constituimus ut qui eos conduxerint vel tenuerint vel foverint per regiones, in quibus taliter debachantur in dominicis et aliis solemnibus diebus, per Ecclesias publice denuncientur... nec ad communionem recipiantur Ecclesiae, nisi societate illa pestifera et haeresi abjuratis." 

A esto alude también el Papa Inocencio III en la carta de que luego hablaré; y más claramente la queja que dio al Arzobispo de Tarragona, Bernardo Obispo de Urgel (que es el actual o el sucesor), la cual he hallado en este archivo escrita en papel de algodón y sin fecha (armario de la Cerdeña), y dice: Ego B. Dei patientia Episcopus Urgellen. conqueror Sanctitati vestrae, Pater Archiepiscope... de M. P. de Vilel, de P. de Sancta Cruce, de M. Ferrandis et aliis Aragonensibus quorum nomina ignoro quos Domina Regina Aragonum misit in subsidium R. de Cervaria, qui ceperunt et combusserunt mihi et Eclesiae de Gurb, etc. (Este lugar de Gurb está en la Conca de Tremp.) Sigue refiriendo otros varios robos y daños, y concluye pidiendo que los obligue con excomuniones a la restitución. He dicho con duda que este Bernardo es el actual o el sucesor; acaso será alguno de los otros dos que dijimos Sanz o Roger, que alcanzaron el tiempo de aquel Concilio.

Como quiera que esto sea, nuestro Obispo volviendo a su primer propósito, y retirándose otra vez al sobredicho monasterio, solicitó la admisión de su renuncia del Papa Celestino III, y por muerte de este, del sucesor Inocencio III, sirviendo en ello de medianero el Arzobispo de Tarragona. Todas estas idas y venidas pasaron desde fines de 1195 hasta 1198. Al cabo logró lo que pedía, mas no de la manera que lo deseaba. Porque el Papa Inocencio le escribió una terrible carta fecha a 8 de diciembre, año I de su pontificado (1198) en la cual le absolvió à pontificali onere, pariter et honore; quae secundum traditionem canonicam, non sunt ab invicem regulariter separanda, sicut tu minus provide facere satagebas qui rejecta oneris sarcina, honorem tibi retinere volebas. Hállase esta carta en la Colección de concilios de Aguirre, con otras dos del mismo Papa. 1.° al capítulo de Urgel, dándole facultad para elegir sucesor. 2.a al Arzobispo de Tarragona, mandándole velar sobre la concordia y paz de la elección.

Tan breve e inconstante pontificado forma época en la historia de esta iglesia, cuya vida común se disolvió con la ocasión de los males y ruinas de la sobredicha invasión: viéndose precisados sus individuos a procurar su sustento con el cuidado peculiar de las tierras y frutos que desde entonces comenzaron a señalarse a cada uno. Porque esta clase de edificios, una vez arruinados, no se reparaban tan fácilmente. 

Este Obispo es sin duda alguna el de quien habla el necrologio del monasterio de Serrateix, en este artículo escrito de mano de aquel tiempo: VIII idus marcii Obiit Bernardus Episcopus Urgelli, qui, relicto episcopatu, apud Magolonam obiit. Más claramente constan algunas de las cosas sobredichas del decreto de elección del Obispo sucesor, y de lo que en él dice este capítulo al Arzobispo de Tarragona de esta manera: Quoniam vestram non credimus latere discretionem angustias, tribulationes, persequtiones rerum et possessionum ammissiones quas Urgellensis eclesia hactenus sustinuit ob insufficientiam et desidiam B. quondam Episcopi, qui eamdem ecclesiam desolatam et fere ad extremam exinanitionem deductam, fratribus insalutatis, et Domini Papae non expetita licentia, occulte dimissit; singulorum narrationi, ad praesens supersedemus. Verum Sanctitati vestrae notificandum duximus quod adepta Domini Papae per Dei gratiam eligendi licentia et dicti Episcopi renunciatione ab eodem recepta et confirmata sicut per literas suas jam nobis plene innotuit, etc." Continúan diciendo que eligieron al sucesor. 

BERNARDO DE VILAMUR 

desde 1199 hasta 1203. 

Cosa es ciertamente para admirar, que siendo tal la abundancia de documentos que se conservan en el archivo de esta santa iglesia desde los principios del siglo IX, no se hallen entre ellos los pertenecientes a elecciones de los Obispos antiguos, como se hallan en otras catedrales, con lo cual se ayuda a maravilla la historia. El primer instrumento de esta clase es el que habla de la elección de este Obispo, y aun ese no está aquí, sino en el archivo de la metropolitana de Tarragona donde vi la copia adjunta (a: Ap. núm. XX.), y es la carta con que pedían al Arzobispo la confirmación. Por él consta que el electo era Sacrista de esta iglesia, lo cual vimos también en el artículo anterior, y que su elección fue a 20 de febrero del año de la Encarnación 1198, que es el 1199, lo cual digo, no sólo porque sé que esa era la costumbre de contar, sino porque a no ser así, resultaría que la elección había sido antes de la licencia que para ello dio el Papa, que ya vimos fue en el diciembre de 1198. En las subscripciones hay que notar algunas curiosidades. El Prior lo era el que correspondía a la canónica Aquisgranense: el Abad lo era de la iglesia o monasterio de San Miguel: dos se intitulaban decanos, y eso mismo prueba que no eran lo que después se significó por esta palabra, sino lo que llamamos ahora Vicarios foráneos, que solían añadir cada uno el nombre de su distrito, y aquí lo callan. Firman además el Prior de Guisona y el capellán de Camarasa, los cuales serían oficios que estarían anexos al capítulo. Déjolo.

Electo nuestro Obispo a los dos meses y medio de haber sido admitida por el Papa la renuncia del antecesor, fue confirmada por el Metropolitano Raimundo de Rocaberti, a quien prestó y juró la obediencia canónica, día 25 de julio del mismo año, como consta de escritura original que está en aquel archivo.

Tuvo un pontificado muy breve, pero muy trabajado con las resultas del anterior, y con el despojo de bienes que sufrió su iglesia. A lo cual aludía el citado Arzobispo de Tarragona en la carta que dirigió en 1202 a todos los Obispos de su provincia, exhortándoles a que exhibeant justitiam ecclesiae Urgellensi propter angustias et tribulationes. Por esta misma causa sin duda, anduvo nuestro Prelado tan liberal con su clero, a quien absolvió de pagar al Obispo la cuarta parte de sus bienes en caso de muerte: luctuosa insoportable que les había impuesto el antecesor Pedro Berenguer. Fue esto a 10 de septiembre de 1201. He visto y copiado (a: Ap. núm. XXI.) la escritura, en la cual entre otras cosas que les concede, confirma la facultad antigua de testar in articulo mortis, y la de que los canónigos, parientes o amigos del difunto ab intestato, dispusiesen por él de todos sus bienes. En este documento, además del Abad de San Miguel, firma también el de San Martín, ambos canónigos. 

El año anterior 1200 a 9 de diciembre, el Conde de Urgel Ermengol VIII con su mujer Alvira hizo donación a nuestro Obispo del castillo de Asfa en la ribera del Segre, para cuya construcción había dado licencia diez años antes el mismo Conde a Arnaldo, Vizconde de Castellbó.

Vivía todavía este Prelado a 14 de octubre de 1203, en que firmó un debitorio que he visto original. Pero debió morir dentro de pocos días, si se ha de creer lo que dice un cronicón de Ripoll de esta manera: Anno M.CC.III obiit Bñ. Urgellensis Episcopus qui pro Ecclesia sua multis hostium se obiiciens periculis omnes devicit et quae juris erant ecclesiae, viriliter recuperavit: dein religiose vitam finivit. 

El necrologio de Solsona dice algo más de esta manera: II. kal. decem. anno Dni. 

M.CC.III Bernardus de Vilamur, Episcopus Urgellensis, genere nobilis, moribus decoratus, eloquentia preditus, qui antecessores suos resistendo hostibus Eclesiae, et in opprimendo, et in devincendo devincens, fatali casu ab hac luce eodem die substractus est. 

PEDRO DE PUIGVERT 

desde 1204 hasta 1230. 

(El 3 y el 5 se confunden mucho en el tipo de texto de estos tomos. Después sale M.CC.L obiit Petrus de Podioviridi, o sea, Pedro de Puigvert, 1250.) 

Sábese que era ya Obispo a fines del año 1204. De los veinte y seis que le duró la prelacía nos quedan muy pocas memorias, aunque bien se puede inferir, según era grande su piedad, que algunos bienes debió acarrear a su iglesia, de cuya clase sería la licencia que alcanzó del Rey Don Pedro II que estaba en Cervera a 26 de noviembre de 1207, para construir una fortaleza en Montellá. He visto la escritura original. También hallo que en 1223 Geraldo de Cabrera, Conde de Urgel, cedió a este Obispo y a su iglesia la décima de la moneda de Agramunt en caso de que se alterase o acuñase de nuevo. De este y de otros documentos me serviré en las Memorias de estos Condes, para desmentir la fábula de que Gerardo (Guerau) murió en 1213. En 1215 asistió con otros sufragáneos a la elección que hizo la iglesia de Tarragona de su Arzobispo Sparago de Barca, y subscribió la carta con que se pidió la confirmación a Inocencio III. Asimismo se halló en el Concilio de Lérida de 1229, presidido por el Cardenal Sabinense.

Finalmente, sabemos que el remate de su gobierno no fue por muerte, sino por renuncia obtenida de la Santa Sede. El día y la hora y otras circunstancias constan en la escritura que se hizo de ello y he visto aquí (lib. II. Dotal.) donde dice: "Pateat universis... quod nos Petrus Dei gratia Urgellensis Episcopus, a Beatissimo Patre Summo Pontifice postulavimus humiliter et devote quod nobis cedendi licentiam, concedere dignaretur. Qui nostris postulationibus inclinatus, venerabilibus patribus Dei gratia Terraconensi Archiepiscopo et Episcopo Illerdensi vices suas comissit, ut pontificali dignitate retenta, nostram reciperet cessionem, facta nobis ab eisdem provisione congrua, de qua valeamus debito moderamine sustentari. Quare non coacti, non circumventi, sed spontanei et devoti, in manu venerabilium Patrum predictorum sub anno millesimo ducentesimo tricesimo, III nonas aprilis, ante tertiam cedimus regimini episcopatus Ecclesiae Urgellensis.” Fue, pues, esta renuncia día 3 de abril, miércoles Santo, del año 1230. 

Los comisionados apostólicos, Sparago, Arzobispo de Tarragona, y Berenguer Obispo de Lérida le consignaron trecentos aureos de las rentas de esta Silla. 

Parece que esta renuncia se hizo ya con la resolución de hacerse monje. Así hallo que el Papa Gregorio IX en su breve dat. Lateranni XVIIII. kal. julii pontific. nri. anno septimo (1233) mandó al Abad de Poblet y al Arcediano Y Prepósito de Tarragona que obligasen al Obispo de Urgel a pagar la pensión señalada a su antecesor Pedro, con la cual pudiese satisfacer sus deudas y ser menos gravoso al monasterio donde ya había entrado. La ejecución de este breve es del Prepósito de Tarragona Ferrer de Pallarés (primer Obispo de Valencia), y de A., su Arcediano. 

Los cuales en la carta dirigida al Obispo de Urgel, Ponce de Vilamur, dicen que el antecesor Pedro de Puigvert había tomado la cogulla en el monasterio de Cistercienses de Santas Cruces. Confirma esto mismo el necrologio de Solsona, que dice: Kal. junii. Anno M.CC.L. obiit Petrus de Podioviridi olim Urgellensis Episcopus et monachus Sanctarum Crucum et frater noster. Pero no se ha de confundir con otro Pedro de Puigvert que fue allí Abad hacia el año 1158. La renuncia de este Obispo en el día que se dijo es la causa porque en el concilio de Tarragona de 1.° de mayo del mismo año 1230, no se halló el Obispo Urgellense, que aún no estaba elegido como se dirá. 

PONCE DE VILAMUR 

desde 1230 hasta 1257. 

A los cuarenta y un días de la renuncia del antecesor, es a saber, día 14 de mayo, martes antes de la Ascensión, fue electo por escrutinio Ponce de Vilamur. Era de la familia de los Vizcondes de Vilamur, y sobrino del actual Obispo de Lérida Berenguer de Eril, y también del de esta iglesia Bernardo de Vilamur, quien le había admitido por su canónigo (a) 

(a) Creo que sea este mismo Ponce de Vilamur el que en 1219 suena Sacrista de Lérida, a quien Pedro, Obispo de Urgel confirma en la posesión de la iglesia y villa de Tremp, cuyo señorío le había cedido Bernardo, Obispo de Urgel, su tío, como he visto en escritura de ese año en el archivo de dicha villa. En varias escrituras que he visto copiadas en el libro verde de la catedral de Lérida desde los años 1212 hasta 1226 suena Sacrista de Lérida, y juntamente Arcediano de Tremp, que era uno de los de esta iglesia de Urgel. No sé si será el mismo Ponce el bachiller en cánones, a quien su maestro dedicó un tratado de esta facultad que vi en la biblioteca del monasterio de Ripoll (Ms. del Sig. XIII). Empieza así: Carissimo filio suo ac socio  speciali Domino Poncio de Villamuro, in iure canonico bachallario excellenti G. de Monte Laudano (f. Monllao) salutem. 

cuando apenas tendría cuatro o cinco años de edad; pues el Obispo Bernardo murió en 1203, y Ponce fue electo Obispo muy joven, que pasaba muy poco de los 34 años. Acaso fue este uno de los motivos porque le disputó con tanto ardor el obispado el actual Sacrista de la iglesia; pero prevaleció el respeto a la necesidad que tenían sus intereses de un Obispo como este, que por la nobleza de su linaje, y los enlaces con otras familias principales del país, fuese capaz de recobrar cuanto el Conde de Fox había usurpado, y de resistir al torrente de herejías que iba inundando la diócesi. Todas estas circunstancias me constan del fragmento que hay en este archivo de un proceso que se formó después para examinar la legitimidad de su elección. Allí mismo se ve que al tiempo de ella era todavía diácono.

En una escritura de concordia de 3 de septiembre del mismo año 1230 suena todavía Obispo electo. Estaba aún sin confirmar a 6 de abril de 1231, que es la fecha del decreto de su elección dirigido por este Capítulo al Arzobispo Don Sparago de Barca, el cual he visto original en el archivo de Tarragona. La resistencia insinuada fue la causa de haberse tardado un año en pedir su confirmación. Obtúvola sin duda muy pronto, puesto que en el testamento que hizo la Condesa de Urgel Aurembiaix a 11 de agosto del mismo año, nombra entre sus albaceas a nuestro Obispo sin el dictado de electo. Este fue el principio de un pontificado, que por lo ruidoso de su remate forma época en los de esta iglesia, como veremos en su lugar. A 1.° de enero del año siguiente 1232 está fecha la cesión que hizo a B. (de Prades), Prior y Capítulo Urgelense de las iglesias de San Félix de Areo y Santa María de la Torre (Cart. núm. 1008), documento notable por la facultad que juntamente les concede y confirma de poner excomuniones, entredichos, etc., en ellas y sus rectores. "Et licet habeatis (dice), de generali consuetudine ecclesiae Urgellensis potestatem interdicendi ecclesias vestras, seu personas earum excomunicandi et interdicendi cum culpa exegerit; specialiter tamen autoritate presentis instrumenti istam potestatem, in sepe dictis ecclesiis vel rectoribus, seu vicariis earum vobis concedimus.” Como deba entenderse esto, y si de esa facultad nace el título de Prelados que tienen los canónigos de esta iglesia, lo dijimos ya en los correos anteriores (a: V. Tom. IX. pág. 201.). 

En el viaje de Mallorca verás también como el Papa Gregorio IX le dio en 1232 facultad para elegir y consagrar el primer Obispo de aquella isla: cosa notable de que no puedo hablar más por ahora.

También dije (a: Ibid.) como este Prelado confirmó a 1.° de mayo de 1234 la costumbre antigua en que ya estaban los sobredichos canónigos de testar libremente de sus bienes, reservando al Capítulo su disposición respecto de los que morían ab intestato. En 1241 a 8 de septiembre concedió permiso a la noble señora Geralda de Portela para que fundase un monasterio de monjas Cistercienses en el lugar Vallislaura (Valldaura), qui est in decanatu nostro Berguitani juxta monasterium de Portela (de Benedictinos) in parrochia de Olvain (;) la abadesa debía prestar obediencia canónica al Obispo y recibir de él la confirmación, crisma et caetera officia episcopalia. Existe la escritura original en el archivo del Obispo. Quedan bastantes vestigios de dicho monasterio.

También concedió en 1248 licencia para fundar otro monasterio de monjas Agustinas, in loco qui dicitur Sancta Maria de Taula dels in territorio castri de Graa (Gra.) En el día es de la parroquia de Guisona, a cuya mensa capitular se agregaron las rentas del monasterio cuando se suprimió: época que no he podido averiguar. He oído que se conserva la iglesia antigua, aunque casi abandonada.

Del mismo año nos queda original la escritura con que de consentimiento de su capítulo concedió al monasterio de canónigos Premonstratenses de Bellpuig de las Avellanas, la libre posesión de cuantos legados se hicieren a dicha casa, dispensándole de pagar a la mensa episcopal la cuarta parte, como mandaba el derecho, e imponiéndole sólo la obligación de pagar la décima únicamente de los muebles que adquiriese, a excepción de las camas, tapices, o paños de púrpura y bestias de cualquiera clase; todo lo cual dejaba por entero al uso libre del monasterio. En cambio de esta concesión, su Abad Juan Cerdán con todos sus canónigos admitió al Obispo y capítulo de Urgel a la hermandad y sufragios de la casa. La escritura (que es una de las primeras de este país en que se halla notado el lugar donde se hizo) está fecha apud Sedem (Seu de Urgel) septimo idus madii, anno Dni. M.CC. quadragessimo octavo. Tiene las firmas originales del Obispo y de todos los canónigos de Urgel, entre las cuales hay una de Juan de Tormeda (y lo advierto para que vean que este es apellido catalán, los que dudaron que lo fuese el poeta Fray Anselmo de Turmeda (N. E. mallorquín, pues nació en Mallorca), del orden de San Francisco); hállanse en seguida las firmas originales de los Obispos Abril y Pedro de Urgio, que confirmaron después esta misma concesión, el primero a 19 de mayo de 1258 y el segundo a 25 de marzo de 1270. Va copia de esta escritura (a: Ap. n. XXII.).

En el jueves después de la octava de Pentecostés, esto es, día 15 de junio de 1252, se hallaba en Serrateit (Serrateix) purificando aquella iglesia violada por algunos homicidios, como se dijo en aquel viaje (b: V. Tom. VIII. pág. 140 y 274).

De los Concilios provinciales celebrados en su tiempo hallo que asistió personalmente a los de 1239 y 1242. Al de 1247 envió como su procurador al maestro Mateo (acaso el que en la escritura citada firma Sign. M. Prioris Gissone et decani Urgellen.): al de 1248 envió a B. de Pradis, Prior (de dicha catedral). En los restantes intermedios no hay memoria suya. Tampoco la hay en el de 1253, tiempo en que se hallaba ya metido en los terribles cuentos que perturbaron los siete últimos años de su gobierno, y de que voy a dar alguna razón por los documentos que he descubierto; que aunque son tan curiosos como ignorados, mas por estar cada uno sin fecha no presentan el enlace de los hechos que desearíamos. Así que para no exponer a que se equivoquen los lectores los extractaré aisladamente, acomodando a cada uno la época que me parece convenirle. 

Fue así que este Prelado alcanzó tiempos de gran perturbación. La herejía de los Albigenses se derramaba por estos países, singularmente en el vizcondado de Castellbó, sujeto al Conde de Fox. Yo no sé si realmente este Príncipe era fautor de aquellos herejes; pero sé que nuestro Obispo le trató como tal, procediendo contra él con admoniciones, excomunión y denuncia jurídica y pública del delito y del castigo. Esta sentencia contra el Conde fue en 1237 de resultas de un Concilio que se tuvo ese año en Lérida, en el cual fueron comisionados varios inquisidores Dominicos y Franciscanos para proceder contra los herejes del vizcondado de Castellbó, que era del señorío de dicho Conde, el cual apelando al Arzobispo electo de Tarragona Guillermo de Mongri, dio sentidas quejas contra nuestro Obispo Ponce, las cuales interpretó dicho Metropolitano con algunas postillas. Estos documentos publicó ya la Historia de Languedoc (Tom. III. prueb. CC.XX.III.), aunque equivocando el nombre de nuestro Obispo llamándole Pedro. También está allí mismo (Prueb. CC.XX.IX.) la absolución dada a dicho Conde por nuestro Obispo y la promesa de tenerle por buen católico, fecha a 4 de junio de 1240. Lo cual hace ver que cierto el Conde había sido excomulgado. Pues estos cuentos con aquel Príncipe fueron una de las causas de la gravísima persecución justa o injusta que padeció el Obispo. Otra fue la ojeriza con que siempre le miraron algunos individuos de su capítulo desde el momento de su elección, a la cual resistieron con vigor, y cuya confirmación retardaron cuanto les fue posible. Estos pues, aprovechándose de las revueltas de los tiempos, con verdad o sin ella, acusaron a su Prelado ante la Sede Apostólica de crímenes horribles. Arreció esta tempestad con el proceso que hizo a Geraldo, Prepósito de Solsona, el cual sé que apeló también a la Sede Apostólica. Guerras domésticas y extrañas cuya causa sólo fue conocida de Dios, mas los efectos para su mal experimentó esta iglesia. A estos asuntos pertenecen los documentos siguientes. 

1.° En el año 1243 a 12 de julio hizo el Conde de Fox extender la escritura en que apeló del juicio episcopal a la Sede Apostólica, poniendo bajo la protección del Papa su persona, sus tierras y amigos. Motivó la recusación en la notoria enemistad del Obispo y sus canónigos contra él, en el despojo injusto que sufría de sus feudos, y en el riesgo que le amenazaba si acudía a la curia eclesiástica de Urgel, donde a pesar de las treguas había sido tratada hostilmente su comitiva y asesinados dos de sus individuos. Va copia de esta escritura, que existe y vi en el archivo episcopal (a: Ap. n. XXIII.). 

2.° Carta en lemosín del procurador que el Obispo envió a la curia Romana, fecha en Perusa la vigilia de Navidad. Documento precioso pero de difícil inteligencia en algunos puntos. Dícele que había llegado a aquella ciudad (corte entonces del Papa), diez días antes de las Carnestolendas de Adviento (así llamaban la abstinencia de este tiempo), (N. E. carnis + tolere : carn + toldre o tolre) que sólo se le habían anticipado dos días los tres individuos del capítulo que iban allá para acusarle ante S. S. Eran estos Ricardo de Cervera, Arcediano de Urgel, Guillermo Bernardo de Fluvia (o de Foliano), Arcediano de Gerb y Arnaldo de Querol, canónigo. Estos tres, cuyos nombres constan igualmente de la escritura que antes dije del 1248 y de otros documentos, acusaron a su Prelado de homicidio, simonía, perjurio, estupro, incesto, falsificación de moneda, malversación de los bienes de la iglesia, a quien añadían que era más perjudicial que el mismo Conde de Fox. Refiere que aunque al pronto no fue oída ni admitida su querella, al fin, apoyados en el valimiento del Obispo de Valencia (a), y de los Templarios y de los frailes Predicadores, lograron se le señalase por auditor a P. Capoci. Aconséjale que por medio de sus amigos y sobrinos haga el daño posible al maestre del Temple G. de Cardona, que había también escrito al Papa contra él: que procure concordarse con sus enemigos y tomar luego y enviarle dos caballos buenos que había prometido a un sobrino del Papa para que les ayudase. Sigue dando otras instrucciones y pidiendo algunos documentos. 

(a) No sé de qué Valencia sería este Obispo; pero es cierto que no era el de la del Cid, de quien no consta que dejase su silla por estos tiempos. 

(N. E. Valence de Francia)

Todo lo verás en la copia adjunta, y su traducción castellana (a: Ap. n. XXIV.), que he procurado ilustrar con algunas notitas. Entiendo que este documento es de fines del año 1250, o lo más del siguiente; a lo menos es sin disputa anterior al 1252, en que sintió ya su efecto la instancia de los canónigos acusadores, que fue el 

3.° Breve del Papa Inocencio IV, dat. Perusii idibus martii pontific. anno IX. (15 de marzo de 1252), dando comisión a San Raimundo de Peñafort y al ministro (provincial) de los Menores en Aragón y Cataluña para que inquieran en los delitos del Obispo de Urgel, acusado quod simonía, incestu, adulterio, aliisque criminibus inretitus, bona Urgellensis Ecclesiae dilapidat enormiter et consumit. Proeterea cum idem Episcopus diversis sit excomunicationum sententiis innodatus, divina celebrare officia immo verius profanare presumit, alia enormia commitere non formidans. Hállase publicado este breve en el Bullario de Predicadores (Tom. 1. pág. 204). 

Allí dice el Papa expresamente que los acusadores del Obispo eran los tres ya sobredichos, y además Raimundo de Angularia (Anglesola) y Arnaldo de Muro, también canónigos de esta iglesia, a los cuales no hallo expresados en otra parte ni tampoco suscritos en la escritura que dije de 1248.

No parece que debió hacerse con gran diligencia esta inquisición, puesto que a 27 de noviembre de 1255 todavía estaba por verificarse, día en que algunos canónigos de esta iglesia prometieron no separarse de sus compañeros por causa de la inquisición impetrada contra el Obispo. Existía antes esta escritura en el archivo, como he visto en algunas notas que la extractan. Así que, o el breve del año 1252 no se puso en ejecución, o se impetró otra posteriormente. Sospecho que dicho breve fue revocado, por lo que diré luego.

4.° Carta segunda en latín del mismo procurador al Obispo sin fecha, pero posterior al 19 de abril (día en que dice haber sido entregada al Papa en Perusa una carta del Conde de Fox, de que luego diremos), y sin duda del mismo año 1252, porque habla del citado breve de S. S. como de una cosa reciente que él pudo lograr, que se reformase. 

Litteram, dice, quam Ricardus de Cervaria, Guillermus de Fluviano, Arnaldus de Carrol contra vos apud Sedem Apostolicam impetrarunt, per fratrem Guillelmum et Raymundum ordinis Catholicorum, vobis consimilem destinamus sub bulla Dni. Papae ac tenorem... procurabant quem corrigi fecimus eis rennitentibus. Si el original no estuviera aquí roto veríamos claro lo que sólo podemos rastrear de lo que nos queda. ¿Y cuál era el ordo Catholicorum? Yo no lo sé por ahora. El procurador exhorta al Obispo a que trate de componerse con sus enemigos por ser la causa que se ventilaba muy grave, que al fin había de parar en cortar cabezas (in qua ad diminutionem capitis agitur). Pídele poderes en la debida forma con otras cosas. Señaladamente encarga que le remitiesen testimonios de los daños y perjuicios que el Conde de Fox había causado a la iglesia para poder así desvanecer la ilusión que pudo causar la súplica de aquel Príncipe al Papa, cuya copia literal inserto, como lo verás en la adjunta (a: Ap. n. XXV.), y es la siguiente.

5.° Carta del Conde de Fox al Papa, entregada como dice el citado procurador, a 19 de abril de (de 1252) en Perusa. En ella, después de quejarse de que el Obispo Ponce (verus pater, utinam pius) le hace una guerra cruel (me injuste utroque gladio persequitur), suplica a S. S. que escriba e interceda con su Prelado para que le admitiese a la concordia que tantas veces había solicitado, a juicio de árbitros componedores nombrados por ambas partes. Es notable la especie del parentesco que el Conde dice tener con el Papa por descender ambos de los Condes de Barcelona (cum de illius magnitudine generis Comitis Barchinonae ut vestrum, descendit genus meum). Los que tengan a mano el Chacón o el Oldoino podrán ver si esto conviene al Papa Inocencio IV, que es a quien se dirigió la súplica, según yo conjeturo por lo que queda dicho.

6.° Carta de nuestro Obispo al legado que el Papa envió a las tierras de Tolosa, sin duda para atender y remediar los daños que causaba la herejía. Ni sé quién era el legado, ni el año en que vino, porque ni uno ni otro notó la carta que va copiada (a: Ap. n. XXVI.), mas debe ser muy posterior al 1251, por lo que diré de su contenido. Informando el Obispo al legado de todo lo sucedido con el Conde de Fox le dice, que los frailes Predicadores y Menores, y otros encargados de la Inquisición en el territorio de dicho Conde y de su hijo B., le avisaron que había muchos herejes y fautores de ellos en la villa de Castellbó: que habiendo amonestado varias veces al citado Conde para que los presentara en juicio y halládole continuar en esto, le había excomulgado y publicado después la sentencia en que le denunciaba como tal por ser defensor de los herejes y su fautor: que posteriormente, allanándose el Conde, permitió que fuese visitado su territorio, y en su consecuencia entraron en él el Arzobispo electo de Tarragona y los Obispos de Lérida y Vique, y otros muchos varones religiosos y discretos y hallaron más de sesenta herejes, los cuales en presencia del Conde y de su hijo fueron condenados en juicio por los sobredichos Prelados. Añade que no sabía por qué causa seguían comunicando con el citado Príncipe los Obispos de Carcasona y Tolosa y el Arzobispo de Narbona, y Fray F. (de Villarubea) y Fray G. A., frailes Dominicos, estando, como estaban, sabedores de la excomunión. Por último, le dice que si el Arzobispo de Tarragona hubiera sabido su venida, le hubiera escrito antes de marchar a Navarra y a Castilla a visitar la provincia, y que por si acaso había dejado prevenido se avisase al Legado, que no procediese sin su consentimiento a la absolución del Conde. La carta no tiene más fecha que Datum in Sede (Seu de Urgel) IIII. kalendas januarii. Mas haciendo memoria de un Arzobispo electo de Tarragona, que juzgó a los herejes del vizcondado de Castellbó, ha de ser la carta posterior, o al 1238 en que fue electo Arzobispo Don Pedro de Albalat, o al 1251 en que lo fue Don Benito Rocaberti (no hay por entonces otras épocas de Arzobispos electos); y yo me inclino más a esto segundo por el modo de hablar de la carta. Mas el Obispo supone que fray F. de Villarubea, inquisidor Dominico estaba en dicho condado, puesto que se queja de que no evitaba la comunicación del Conde, y por los documentos siguientes veremos que entendía en el negocio de aquellos herejes por los años 1255 y siguientes. A estas conjeturas, que Dios sabe lo que valdrán, obliga la costumbre de aquellos tiempos de no poner en las cartas más fecha que la del mes. 

7.° A la historia de las cosas pasadas que refiere el Obispo en la carta anterior, pertenecen las noticias que da otra cartita de San Raimundo de Peñafort dirigida a nuestro Ponce años atrás, a lo que entiendo, en que le da su dictamen sobre el modo de proceder contra algunos presos por herejes, y la penitencia que debía imponerles. Es muy breve y no deja de ser curiosa, y así va copiada (a: Ap. núm. XXVII.).

En todos los documentos citados hasta aquí, no consta suspensión ni deposición de nuestro Obispo. Antes bien vimos que en 1255 todavía no se había verificado la inquisición jurídica sobre sus delitos, y conducta personal y episcopal. Así que tengo por indubitablemente posteriores a este año los documentos siguientes, que ya le suponen suspenso del obispado y también depuesto de él.

8.° Carta del Arzobispo Don Benito de Rocaberti a San Raimundo de Peñafort y al prior de los frailes Predicadores de Barcelona, fecha en Tarragona a 1.° de diciembre. En ella les dice, que debiendo reunirse en Berga el día de San Nicolás con el que hacía las veces del Obispo de Urgel para concluir el negocio de la inquisición hecha contra los herejes por fray Pedro de Thenes, Dominico, al tiempo de partir de Tarragona para dicho punto, se le había hecho saber de parte de la iglesia de Urgel, que su Obispo estaba suspenso de la administración del obispado en lo espiritual y temporal, de modo que ni por sí ni por otro podía entender en ello, según constaba del traslado de la sentencia que le habían enviado. En este caso creía el Arzobispo que ni él, ni el procurador del Obispo, podían proceder en dicho negocio, ni tampoco el capítulo de Urgel, no estando vacante la Sede; y que sólo el citado religioso que tuvo la autoridad del Obispo confirmada por el Metropolitano podía continuarlo; pero que habiendo sabido que su provincial le inhibió de entender en él, suplicaba se le diese de nuevo el permiso para ello, y dijesen además qué es lo que se debía hacer en tales circunstancias.

9.° Contestaron dichos religiosos al Arzobispo, que no sólo era cierta la suspensión del Obispo de Urgel, sino también su deposición verificada por sentencia del Papa en el sábado 1.° de octubre, según les constaba por la relación de algunos testigos oculares. Y que estando por consiguiente vacante la iglesia de Urgel, podía el Metropolitano o el capítulo, o ambos unidos proceder en el negocio. Y que aun cuando aquel Prelado no estuviera depuesto ni suspenso, podía el Arzobispo dar la sentencia final junto con los procuradores del Obispo o con su capítulo, puesto que como Metropolitano era juez ordinario, y en ello no se atentaba a la autoridad y jurisdicción del de Urgel; y que en esto podía intervenir fray Pedro de Thenes, por vía de consejo, y no más en virtud de la comisión que le tenía dada el Obispo de Urgel.

10. Conforme al contenido de esta carta escribieron los mismos religiosos a fray Pedro de Thenes y fray Ferrer de Villarroya, no dándoles una respuesta clara sobre si debían ir o no a Berga, sino dejando esto a su arbitrio y discreción, como también la restante conducta hasta la conclusión del negocio, encargándoles que no se entrometiesen a dar sentencia, y que sólo cuidasen por una parte que los herejes no se escapasen y quedase a salvo el negocio de la fe; y por otra, que así ellos como la orden no quedasen comprometidos con aquellas personas nobles. 

11. Segunda carta de San Raimundo al citado Arzobispo, en que de nuevo le exhorta a continuar su viaje y concluir el negocio comenzado de los herejes, por dos razones: 1.a El metropolitano puede ejercer su jurisdicción en los súbditos de sus sufragáneos, siempre que estos fuesen negligentes en corregirlos, como lo había sido el de Urgel. 

2.a  Según enseña una opinión solemne, esto es, corriente, aunque el Metropolitano no deba entrometerse en juzgar a los súbditos de los sufragáneos; mas si lo hiciere, su proceso es válido por ser el juez ordinario de toda la provincia. Aunque esto le aconseja que no lo verifique, sino en un caso sumamente apurado en que peligrase la fé. 

Va copia de estas cuatro cartas (a: Ap. núm. XXVIII.), que están en el archivo Archiepiscopal de Tarragona. Estos son todos los documentos que yo decía haber recogido, relativos a la tribulación que sobrevino a esta iglesia en los últimos años de su Obispo Ponce de Vilamur. De todos ellos consta, que o sea la perversidad de sus costumbres o la ojeriza y malignidad de algunos de sus canónigos, o la prepotencia del Conde de Fox, o todo junto; después de haber perturbado su gobierno por espacio de quince y más años, al fin le ocasionaron la sentencia pontificia, con que ciertamente fue suspendido de él y aun depuesto, según noticias particulares. Esto es lo que consta, y nada más por ahora. Cuando se descubran nuevos documentos, se podrá ilustrar y poner en su verdadero punto de vista todo este negocio y el remate que tuvo. Los episcopologios de esta iglesia no dicen otra cosa sino que este Prelado murió hacia los años 1257. Mas constándome que en febrero de este año era ya Obispo y reconocido como tal el sucesor, es preciso decir si es que la Sede vacó por muerte de Ponce, que murió a fines del año anterior. 

ABRIL

desde 1257 hasta 1269. 

Era Arcediano de Salamanca, y capellán del Papa Alejandro IV, el cual le eligió Obispo, como consta de la carta que dirigió al capítulo Urgellense, mandando le reconociesen por su pastor, y también de la que escribió al electo. Ambas publicó el Cardenal Aguirre (Collect. Concil. Hisp.) sus fechas son de Viterbo III. idus Augusti pontificatus anno III: que según el modo regular de contar los años de este Pontífice desde su coronación, corresponden a 11 de agosto de 1257. Pero siendo cierto que este Obispo estaba ya en posesión de su iglesia siete meses antes, como consta de la resignación de una capellanía de Gavarra que se hizo III nonas februarii, año de la Encarnación 1256, que es nuestro 1257 según verás en la copia adjunta (a: Ap. núm. XXIX.) sacada del original: siendo esto cierto, como lo es, se ha de creer, o que en la copia que Aguirre tuvo de aquellas cartas había yerro de fecha, o que los años de aquel Pontífice se contaron de otra manera.

Baluzio (lib. IV. de la Mar. Hisp.) conjetura que nuestro Obispo es el mismo que habla en el diálogo de Gaufrido y Abril publicado por Mabillon (Tom. IV. Analect.) donde Abril dice: 

… Studui lustris ter quinque, nec ulla

Respondet meritis philosophia meis. 

Papa meos solus poterit relevare labores, 

Et removere sitim fonte perennis aquae. 

Credo quod urbis apex, santissimus ille virorum,

Si me cognoscat non neget ista mihi. 

Ditat eos, qui pauca sciunt, vir Sanctus; et à me

Forsitan escuciet pulveris istud onus.

En algunas notas del siglo XVII he visto aquí que le tienen por francés. Lo que más me admira es que Baluzio lo creyese también. Pues aun cuando no hagamos caso ni del nombre Abril, ni de la dignidad de Arcediano de Salamanca, que más favorecen para que sea tenido por español, pudiera este escritor haber salido de la duda sólo con advertir dos dísticos del mismo diálogo, de quien copio los versos citados. Yo los pondré aquí, tomados de un cód. manuscrito de Ripoll (núm. 169). Dicen así: 

Nuper apostolica Gaufridus Sede relicta, 

In patriam rediit cuncta peracta tenens: 

Obviat Aprilis yspana gente profectus, 

Obviat, inque vicem verba salutis agunt. 

Para mi el yspana gente profectus significa origen de naturaleza o nacimiento; y más teniendo las pruebas que voy a referir, que son las que valen, aun cuando lo dicho hasta aquí no valga nada. En el archivo de esta iglesia (Cax. del Bisbe) se conserva una porción de cartitas en pergamino, dirigidas a nuestro Obispo, originales, y tal cual él las recibió. Las he leído todas, y de ellas resulta que tenía un tío canónigo de Compostela, llamado Alfonso Pérez (Petri), y allí mismo una hermana llamada Sancia Pelagii (Peláez). También había aquí un Johannes Pelagii Urgellen. Salaman. Canonicus, el cual estaba en compañía del Obispo en el monasterio de las Avellanas en 1258, y con él firmó allí un privilegio concedido a aquella casa. Hay también una carta de P. Aprilis, tesorero de Compostela, y otra de M. Aprilis, canónigo de la misma iglesia. ¿Quién quita que fuesen sus hermanos? 

El último de los dos se queja de que viva tan distante y separado de él, y así le dice: utinam in terra vestra assumamini in Episcopum vel in Archiepiscopum. Palabras y cosas son estas, que bien consideradas convencen que el Obispo era natural de Galicia, o muy cerca de aquel reino. A esto mismo alude otra carta de J., tesorero de Salamanca, que va copiada; porque de ella además se infiere que no vivía en Roma, cuando le hicieron Obispo, sino en Salamanca, donde servía su arcedianato. El bueno del tesorero no sólo se queja de que repentinamente le hubiesen arrancado de su compañía a su amigo el Obispo, sino también de que le hubiesen como desterrado a esta diócesi, y en seguida ruega a Dios quatinus vos ad parles istas dignetur reducere, vos in episcopatum, seu in archiepiscopatum aliud assumendo. Háblale también de las casas que habitaba en Salamanca, y de su sucesor en aquella dignidad. Adjunta va copia de otra cartita del Deán de la misma iglesia, en que le participa el viaje de su Obispo a Roma, sin pedir consejo a los Gallegos, y la sospecha de que iba a resignar el obispado que había logrado por malos medios (en Salamanca se sabrá a qué alude esto), en cuyo caso pide a nuestro Obispo que se interese y trabaje con sus amigos de Roma, ne aliquis estraneus nobis in nostra ecclesia supplantetur. ¿Cómo es posible que tales cosas se escribieran al Obispo Abril, si él fuera francés? Por último, va la copia de una cartita preciosa de su madre Aurcana Pérez, en que le refiere sus cuitas y miseria en que vivía; y le habla de un Don Alfonso que la trataba con dureza, que para mí es el padre del Obispo, miradas bien sus expresiones, y sobre el casamiento de su sobrina Aurcana, a quien por serlo, pretendían algunos (a: V. las tres cartas sobredichas, ap. núm. XXX.). A todas estas menudencias me ha obligado el deseo de apurar la patria de nuestro Obispo, de quien por otra parte debemos creer que el nombre de Abril es apellido, como lo es de los dos canónigos que cité de Compostela, y que la letra A. inicial de nuestro Obispo a quien se dirigen las cartas citadas no lo es de Abril, sino del nombre que ni su madre ni amigos ignorarían, y acaso sería el de Alfonso, como se llamaba el que yo creo que es su padre. 

Lo mismo hallo en otros documentos de su tiempo; sin embargo en otros posteriores y hasta nuestros días es conocido sólo con el nombre de Abril, y él mismo se llama así con todas sus letras, cuando confirmó la concesión de los legados que se hicieron al monasterio de Bellpuig de las Avellanas, hecha por su antecesor Ponce de Vilamur en 1248, donde firma así de su mano: Nos Aprilis Dei gratia, etc. Fue esto estando en aquel monasterio a 19 de mayo de 1258. 

Sábese que este Prelado celebró algunos sínodos; mas también se sabe que no existe ninguna de las constituciones que hizo en ellos. Dícelo muy claro un códice ms. de sinodales que vi en la biblioteca de Ripoll (núm. 164), y empieza así: 

incipiunt Constitutiones sinodales editae per Dominos Aprilem et Petrum bonae memoriae, Episcopos Urgellenses. Sed est verum quod nulla constitutio reperitur dicti Dni. Aprilis. Lo mismo repiten varios códices de esta iglesia. 

Con la estimación que se merecía del Papa, logró de él la bula para suprimir el deanato de la iglesia de Tremp, quedando sus rentas incorporadas a la mensa episcopal. Existe esta bula en el lib. II. Dotal. fol. 22, su publicación se hizo a 27 de enero de 1257 (1258). De 26 de marzo del mismo año queda original la constitución que hizo con su capítulo, en que se da a todos sus individuos facultad para testar de la anata post mortem, reservando la mitad para aniversarios; estableciendo que en caso de morir ab intestato, el capítulo dispusiese por el difunto. Así hallo que se hizo poco después en la muerte del canónigo Pedro Draper en 1272 y en otras ocasiones. En 1268 terminó por concordia con el monasterio de San Saturnino de Tabernoles un ruidoso pleito sobre la iglesia de Santa Cecilia y algunas otras adjudicadas muy de antiguo a dicho monasterio. Una sentencia he visto sobre ello en el archivo del Seminario Episcopal, dada el año anterior por Bernardo Hispano, auditor pontificio. El proceso lo vi en el del monasterio de Bages, y de él tomé algunos apuntes para la historia de aquel tiempo. De la escritura original de elección del sucesor consta que fue enterrado este Obispo a 22 de octubre de 1269. Por otra parte consta que vivía a 20 de dicho mes y año, cuando en sus manos y las de todo el capítulo renunció Bernardo de Torayla a todas las usurpaciones que había hecho en la villa de Elins, que era del señorío de esta iglesia. Con esto es claro que murió el día 21 de dicho mes y año. Vamos al sucesor. 

PEDRO DE URG (DE URGIO) 

desde 1269 hasta 1293. 

Era Arcediano de Prats en esta misma iglesia, donde fue elegido Obispo por aclamación uniforme de su capítulo, día 3 de noviembre del mismo año 1269. Con la misma fecha se pidió la confirmación al Prepósito y capítulo de Tarragona, sede vacante, el cual confirmó la elección, y de su autoridad fue consagrado el nuevo Obispo en aquella metropolitana por el de Vique, Raimundo de Anglesola, a 29 del diciembre siguiente, prestando al mismo tiempo la obediencia canónica Domino meo futuro Archiepiscopo. Existen allí y aquí las escrituras originales de estos actos, en los cuales el Obispo consagrante suscribió de esta manera: Ego Raimundus Vicensis Episcopus qui auctoritate Ecclesiae Terrachonensis, sede vacante, praedictum Episcopum consecravi, assistentibus mihi Dominis A. Barchin. et B. Dertusen. Episcopis.

Las principales memorias que quedan de su gobierno son las siguientes. Hallándose en el monasterio de Bellpuig de las Avellanas confirmó la donación de todos los legados que se hiciesen a aquella casa, como ya se lo tenía concedido su antecesor Ponce de Vilamur en 1248. El nuestro firmó de su mano en aquella escritura, día 25 de marzo de 1270, la cual he visto. Pocos días después compró ciertos campos en el término de esta ciudad a Berenguer, Obispo de Elna, el cual los había adquirido del antecesor en aquella Silla, Bernardo de Berga. Fue esto en mayo de 1270. 

Hallóse en el concilio provincial de 1273, y también en el de 1279 en que se trató de pedir y se pidió en efecto al Papa la canonización de San Raimundo de Peñafort, que falleció cuatro años antes. Dos sínodos celebró nuestro Obispo, uno a 19 de octubre de 1276, cuyas constituciones existen, y las más importantes se hallan publicadas en el sínodo del Obispo Victoria, 1747: y esto quede dicho para casi todos los que citare en adelante. El otro fue a 21 de marzo de 1286, en el cual entre otras cosas dio facultad a los curas para testar de los bienes muebles adquiridos intuitu Ecclesiae, dejando al Obispo duos aureos, y uno al patrono del beneficio en reconocimiento o derecho de luctuosa. Así quiso cortar respecto de los eclesiásticos la corruptela consiguiente a uno de los malos usos, llamado de Exorquia, con el cual los Barones y demás señores civiles se apoderaban de todos los bienes muebles de todos los que morían sin sucesión. Véanse las Constituciones sinodales de varios Obispos Urgelenses puestas en el último apéndice.

El Conde de Fox Bernardo traía guerra con nuestro Obispo sobre la posesión del valle de Andorra, que se reputaba como una dependencia del Vizcondado de Castellbó, del que era señor el Conde. La disputa cesó conviniéndose en lo que sentenciaron Jazperto de Botonac, Obispo de Valencia, un canónigo de Narbona y el Arcediano de Tarragona. Estos árbitros dieron su sentencia en presencia del Rey de Aragón, día 8 de septiembre de 1278, por la cual Andorra quedó del señorío de los dos litigantes, poseyéndolo alternativamente un año cada uno en cuanto a las exacciones, con tal que las que llevase el Obispo no pasasen de cuatro mil sueldos melgoreses, y las del Conde fuesen sin límite. Item, que los Bayles que ambos pusiesen, administrasen la justicia de mancomún, y de sus emolumentos la cuarta parte fuese del Obispo y las tres del Conde; y que este tuviera aquel señorío como feudo del Obispo, haciéndole por el homenaje (Hist. de Languedoc lib. XXVII. c. 50). De aquí el señorío de los Obispos en Andorra alternando con los Reyes de Francia, a cuya corona se unió el Condado de Fox. De esto ya se dijo.

A los cuentos del Rey Don Pedro III sobre el reino de Sicilia se siguió, como saben todos, la excomunión pontificia de este Príncipe y de sus fautores. Nuestro Obispo la intimó en 1284 de orden especial del Papa a los vasallos del Conde de Fox y del Vizconde de Castellbó que alegaban la ignorancia de esta sentencia.

De los capítulos pascuales a que asistió el Prelado nos quedan varias constituciones. En el de 1287 se estableció que en lugar de los sesenta sueldos que pagaban en su ingreso los canónigos para una comida a todo el capítulo, se pagasen en adelante ciento para una capa procesional. En el del año siguiente se concedió a los canónigos que quisiesen ir a los estudios generales de las Universidades, la porción canonical por espacio de diez años. Otras disposiciones económicas y edictos suyos quedan del año 1291, lo cual todo existe copiado en el libro antiguo de estatutos de la iglesia. Año 1292, a 15 de marzo, se halló en Tarragona en el concilio provincial que celebró el Arzobispo Don Rodrigo Tello, cuyas constituciones verás a su tiempo. Un año sobrevivió el Obispo. He visto aquí original el testamento que hizo estando enfermo a 12 de enero de 1292 (1293); y debió morir de aquella enfermedad, porque cuantas memorias me han venido a mano fijan su óbito en ese año. Descansan sin duda sus cenizas en una de las dos urnas que hay al extremo del crucero de la catedral a la parte del Evangelio, junto a la capilla llamada del Salvador, la cual me consta que construía a sus expensas por los años 1284, y que dotó con escritura que he visto de 1.° de diciembre de 1286, fundando en ella dos capellanías y su fiesta en el día de la Transfiguración; todo lo cual se conserva. Expresa en ella que lo hacía por sufragio de su alma y de la de su antecesor Abril, cuyos sepulcros supone que habían de estar allí juntos. Efectivamente, están las dos urnas sobredichas de piedra levantadas en la pared, sin letrero alguno y harto maltratadas, pertenecientes indudablemente a estos dos Prelados; los cuales, con otro que hay del siglo XVI, son los únicos que tengan su entierro patente y separado en este templo. No sé a qué podrá aludir un breve que he hallado aquí de la Penitenciaria Romana para absolver al Obispo Pedro, dado en Viterbo a 23 de febrero, año I del pontificado de Juan XXI (1277). Acaso pertenecerá al mismo asunto otro breve que se halla de Nicolao III, fecha también en Viterbo a 23 de agosto del año I de su pontificado (1278), dirigido al Arzobispo de Tarragona, en que le encarga que remedie como pueda los males que padeció esta diócesi con las guerras del Conde de Fox, saqueos y demolición de sus iglesias, irreverencias a la Eucaristía, etc., etc., etc. 

FRAY GUILLERMO DE MONCADA 

desde 1293 hasta 1308. 

Muerto el Obispo anterior dicen algunas notas antiguas que vacó la Sede por espacio de dos años. Mas el Bullario de la orden de Predicadores (Tom. 2. pág. 38.) dice que en ese mismo año 1293 fue electo este religioso Dominico, y consagrado en el año siguiente. Y yo no tengo duda en ello, puesto que en esos años inmediatos le hallo absolutamente nombrado Obispo Urgelense. Con esto no es menos cierto que tardó a prestar la obediencia canónica al Arzobispo Rodrigo Tello hasta el 15 de marzo de 1298 (1299), porque así lo dice la escritura original de Tarragona, y que juró super altare Beatae Teclae. 

Era de la ilustre familia de este nombre en Cataluña, y él por su persona muy a propósito para graves negocios. Así el Papa Bonifacio VIII le nombró luego su embajador al reino de Sicilia; hacia el año 1295 Oderico Rainaldo publica tres documentos tocantes a esta legacía. Hallábase ausente en el año 1296; y lo digo por no hallarse memoria de él en el capítulo Pascual de ese año, como la hay de los siguientes. En el de 1298 renovó la constitución de sus predecesores sobre lo concedido a los canónigos que cursasen en las Universidades, mandando además que los Prepósitos de febrero, marzo y abril dent diebus Dominicis quadragessimae, loco torronum, unum quartonem nectaris et viginti nebulas pro conductu. En 1306 ordenó que se conservase perpetuamente el cirio Pascual que se había fabricado de cincuenta libras de cera, renovándose en él cada año lo que se iba consumiendo (a: V. Tom. VII, pág. 54.). Otras muchas cosas estableció tocantes al buen gobierno de las preposituras, etc. La más principal y donde mostró su celo y prudencia fue la que hizo para reforma y dotación de su clero. Estaban todavía en pie las funestas resultas de los robos y saqueos padecidos a fines del siglo anterior; de donde se originó la disolución de la vida común, la pobreza de los ministros y otros males fáciles de entender. Para su remedio hizo con su capítulo un nuevo plan a 2 de agosto de 1299, que forma época en la historia de esta iglesia. En él quedó suprimida la dignidad u oficio de prior, que hasta entonces suena en varias escrituras, por no estar ya en uso en las Catedrales seculares de este país, sustituyendo en su lugar el Deanato, cabeza numeral y primera dignidad del capítulo. Igualmente se suprimieron los títulos de los arcedianatos de Aristot, Cerch, Ars, Her y Prats y la Abadía de San Miguel, y se trocaron en los de Urgel, Andorra, Solsona, Berga, Pallás y Lliminiana, erigiendo además el de Cerdaña y consignando a cada uno, como también a todos los canonicatos, las rentas proporcionadas en varias iglesias. Con esto, si bien se radicó la vida propietaria y secular, a lo menos proveyó al decoro del clero y remedió su pobreza en un tiempo en que había venido a ser imposible la restauración de la canónica antigua. A estas disposiciones siguieron otras conducentes al mismo objeto.

Hallábase también aquí el Obispo en 1300 cuando el Rey Don Jaime II le escribió prohibiéndole erigir escuelas en esta ciudad y diócesi, donde se enseñasen la filosofía y otras ciencias mayores, que podían perjudicar a la Universidad de Lérida recién fundada. Nada más sé de este Obispo sino que visitando su diócesi, murió en la villa de Guisona, que ahora es de la mensa episcopal, día 3 de noviembre de 1308, y que fue enterrado allí mismo. Hablan de él Diago (Historia Prov. Arag. pág.  270) y Echard (Biblioteca scrip. O. Pred. Tom. I, pág. 379). 

FRAY RAIMUNDO TREBAYLLA,

desde 1309 hasta 1326. 

Era benedictino y suena ya electo Obispo en 1309 a 21 de octubre, día en que todo el capítulo puso en sus manos la deliberación y establecimiento de las constituciones que debían hacerse para la reforma del culto y buen régimen de los oficios divinos. Llámanle Dei gratia electo ecclesiae Urgellensis ac ex provisione Sedis Apostolicae confirmato. Este modo de hablar indica que su nombramiento no fue del Papa. Existe el acta de dicha comisión y las constituciones que hizo en virtud de ella, todo copiado en un libro de aquel tiempo. Del mismo modo se intitulaba a 17 del noviembre inmediato, y seguramente no se consagró hasta el 30 de noviembre de 1310. Dígolo porque regularmente se hacía al mismo tiempo la consagración de los Obispos y su obediencia al Metropolitano, y esta consta que la prestó nuestro Obispo en Tarragona super altare Beatae Teclae en dicho día, como he visto en la escritura original que está en aquel archivo, la cual acaso es de las primeras en que el último día del mes se llama pridie kalendas, como antes fuese común llamarlo secundo kalendas. En 1311 publicó un edicto de indulgencias a favor de los que contribuyesen a la obra del pavimento de esta catedral. En el siguiente hizo varios reglamentos y estatutos para la de Tremp, de los cuales publicó algunos fragmentos el padre Pascual (Disertación del obispado de Pallás). Fue uno de los Padres que asistieron al famoso concilio de Tarragona del mismo año para el examen de los Templarios del reino de Aragón. También se halló en el de 1317. Queda memoria de su existencia en los capítulos pascuales de esos años y siguientes hasta el de 1325 en que renovó la hermandad de esta iglesia con la de Palencia de que hablé en los correos anteriores (a: V. Tom. IX, pág.  196.). Finalmente murió a 23 de mayo (o como dice un necrologio del monasterio de Serrateix a 12 de mayo) de 1326 en la villa de Berga, donde fue enterrado. 

Ponía por armas un ala de ave al reverso del sello, en cuyo anverso estaba la imagen acostumbrada de Obispo. Sábese que celebró uno o más sínodos; mas no nos queda noticia de lo mandado en ellos. 

ARNALDO DE LORDATO 

desde 1326 hasta 1341. 

Arnaldo de Lordato, a quien algunas memorias añaden el segundo nombre de Guillem, fue electo muy poco después de la muerte del antecesor, puesto que ya en abril de 1328 se halla que tuvo sínodo en esta ciudad, cuyas constituciones existen y nada nos enseñan de nuevo sobre lo que se sabe de la disciplina de aquel tiempo (Véanse las constituciones sinodales de varios Obispos Urgelenses puestas en el último apéndice). Era Deán de esta iglesia en 1315 y también había sido su sacrista, y siéndolo había acompañado a un Cardenal Sabinense, legado apostólico en España, en cuyo séquito llegó a Palencia, donde aquella iglesia le trató conforme a la hermandad que profesaba con esta de Urgel. Y esta fue la ocasión de renovar aquí el estatuto de fraternidad que hizo su antecesor. Con esto es también fácil de entender que su provisión, o a lo menos su confirmación en Obispo, sería obra del Romano Pontífice. En el septiembre del mismo año 1328 hizo constitución sobre el rito con que debía celebrarse el oficio minoritatis Beatae Mariae V. En el siguiente se halló en el Concilio provincial que celebró en Tarragona su Obispo el Patriarca Don Juan de Aragón. En los registros del archivo episcopal quedan muchas memorias de su existencia en esta silla hasta el año 1338, en que por el mes de julio consagró y recibió la obediencia canónica de Guillermo de Rovira, electo abad del monasterio de la Portella, por muerte de Bernardo. Allí mismo consta que en el año 1333 Roger Bernardo, Conde de Fox, hizo algunas hostilidades contra esta iglesia que obligaron al Obispo a ausentarse de esta ciudad. Por desgracia faltan muchas hojas en el libro de esos años, y con ellas las noticias siguientes al año 1338. Pero por las de la iglesia de Tortosa consta que fue trasladado allá a 2 de octubre de 1341. Y esta es la cuenta que debe seguirse mientras no se demuestre otra cosa. Sucediole 

PEDRO DE NARBONA, 

desde 1341 hasta 1350. 

Diéronle este apellido por ser hijo de Amalrico, Vizconde de Narbona, segundo de este nombre, y canónigo y abad de la iglesia de San Pablo de aquella ciudad, según se lee en el Lib. XXX. de la Hist. de Languedoc. Que este fuese el inmediato sucesor de Arnaldo de Lordato consta de un sínodo que celebró en 1362 el Obispo Guillermo Arnaldo Patau, en cuyo exordio se lee que no se habían celebrado sínodos desde los que tuvo el citado Obispo Lordato, con ser así que después de él gobernaron esta Silla Pedro de Narbona, Nicolás, y Hugo Dezbach (corregida la errata). Era ya Obispo a 31 de enero de 1342, día en que concedió ciertas indulgencias para ayudar a la obra del retablo de Santa María de Puigcerdá. En los primeros días de su pontificado escribió a Don Jaime, último Rey de Mallorca, sobre los intereses de esta iglesia acerca de la posesión de Aiguatebia en el condado de Rosellón, sujeto entonces a aquel Príncipe (y rey, Jaime III). Quédanos y va copiada (a: Ap. núm. XXXI.) su contestación, en la cual además de llamar a nuestro Obispo su consanguineo, hay la curiosidad de la fecha, que es esta: Datum in obsidione prope Insulam (Illa, isla), ubi nostros tenemus inimicos obsessos tricesima die septembris, anno Dni. M.CCC.XL. tertio. 

En las pocas hojas que quedan de estos años en el citado registro de la Curia episcopal, sólo hay memorias de la existencia de este Prelado en el de 1344. 

Cuatro o cinco años más pudo vivir y gobernar esta iglesia, constando que en 1350 tenía ya sucesor. 

NICOLÁS CAPOCI

año 1350. 

Era italiano y acaso natural de Perusa. Este Prelado es enteramente ignorado y omitido en el catálogo impreso, sin duda por no hallarse memoria suya en el citado registro, en que falta lo tocante desde el año 1344 hasta 1354. Ayudó también a esta omisión la brevedad de su pontificado, que fue de muy pocos meses. Para (evitar) no ser creído sobre mi palabra, alegaré las pruebas que tengo de su existencia. 

1.° En primer lugar consta del sínodo que cité en el artículo antecedente de 1362, donde como viste, se cuenta entre los Obispos que gobernaron esta Silla y que no tuvieron sínodo.

2.° El sucesor Pedro de Luna confirmó en 1367 los estatutos para el régimen de la iglesia de Puigcerdá, que había hecho en 1350 Dominus Nicolaus Tusculanus Episcopus Cardinalis, olim Episcopus Urgellensis.

3.° Estos mismos estatutos, como hechos por el mismo Obispo Nicolás en el año 1350, los confirmó también el Obispo Don Juan Pérez García de Oliván en 1557, cuyo auto original he visto en el archivo episcopal.

4.° Consta de dos instrumentos que he visto originales de poca monta, que a 24 de abril y 21 de mayo de 1351 vacaba esta Silla ob assumptionem in Cardinalem Episcopi Nicolai.

5.° El Arzobispo de Tarragona Don fray Sancho López de Ayerbe, mandó en uno de sus concilios provinciales que en las Curias eclesiásticas no se exigiese por derecho de sello más que lo que habían acostumbrado varios Obispos de la provincia coetáneos suyos, entre los cuales nombra a Nicolaus Urgellensis. Hállase esta constitución ya publicada al fin de la colección que ordenó el Arzobispo Téres (Terés), entre las inútiles. Tit. de officio Vicarii (V. Colección del Cardenal Aguirre, edición de Catalani. Tom. VI. p. 355). Con estos datos no puede dejar de tenerse por cierta la existencia de este Obispo, y aun conjeturo que residió en su iglesia.

El Papa Clemente VI que le había creado Cardenal, tit. S. Vitalis in termis, con su bula dat. nonas martii pontific. anno IX (7 de marzo de 1351) le dio un canonicato en la iglesia de Lérida, del cual, como vi en su archivo, tomó posesión a 20 de mayo siguiente. A las rentas de esta prebenda pertenecerá la apoca de cuentas que allí mismo vi del 1374, firmada por Capdevila Calvo al procurador olim (dice) reverendissimi bonae memoriae Domini Cardinalis Urgellensis. Esta raja se llevó de España al tiempo de dejar su silla. Mas en cambio y en memoria de haberla gobernado, dotó dos becas para otros tantos pobres estudiantes oriundos de la diócesi de Urgel en el colegio que fundó en Perusa intitulado Sapientia vetus. Consta esto en la Curia episcopal en los registros del sucesor Galcerán de Villanova, donde además se hallan los nombramientos que con este objeto hicieron el Obispo y capítulo de dichos candidatos en 1390 y 1396 (V. ibid. lib. 7). Continuó esta costumbre, y habiéndose interrumpido por descuido en enviar los colegiales a fines del siglo XVI, el rector o prefecto de aquel colegio escribió al capítulo con fecha desde Roma a 31 de abril (ahora sólo tiene 30 días) de 1610, exhortándolo a que elija las dos becas sobredichas. Está la carta en este archivo (cax. del Bisbe), en la cual se lee: Nicolaus Cardinalis Capocius, olim Sapientiae veteris Perusine fundator. 

Oldoino y los demás que escribieron de los Cardenales hicieron mención del obispado Urgellense del nuestro. Sin duda era este el Cardenal de Urgel, por cuyo medio estando en Aviñón, se trató de que el Rey de Aragón enviase una persona de autoridad que compusiese los negocios de Cerdeña, de lo que habla Zurita (Anal. lib. VIII, c. 55). Porque no aparece por estos tiempos otro que pudiese llamarse Cardenal de Urgel; y es que conservó entre los naturales de este país el título del obispado que ya no tenía. 

FRAY HUGO DESBACH (DE BACHO)

desde 1351 hasta 1361. 

Era benedictino y Abad de Ripoll desde el año 1326, donde en algunas escrituras se llama a sí mismo Huguetus. Fue sin duda provisto en esta Silla por el Papa que promovió al antecesor. Mas no se hallan aquí memorias suyas hasta el 28 de enero de 1352, en que publicó un decreto de indulgencias a favor de los que contribuyesen a la fábrica de la iglesia y campanario de Santo Domingo de Puigcerdá. En su sello al reverso de la imagen del Obispo, usada en todos regularmente, ponía una concha o pechina. Hay algunas memorias de su existencia y nada más hasta 20 de febrero de 1361, que es la última. Debió sobrevivir muy poco, como aparece de la entrada del sucesor. 

GUILLERMO ARNALDO DE PATAU 

desde 1361 hasta 1364. 

El Episcopologio impreso omite el primer nombre de Guillermo, de lo cual nació alguna confusión. Y es así que el mismo Prelado se llamaba indiferentemente con las iniciales G. o A. Pero los dos nombres constan de la carta con que el capítulo de esta iglesia lo pidió para su Obispo al Papa Inocencio VI, fecha a 4 de noviembre de 1361, la cual va copiada (a: Ap. núm. XXXII.). Por ella se ve que fue sucesor de Hugo, y que era doctor en derechos y Deán de esta iglesia, y por lo mismo más a propósito para el gobierno de ella que algunos otros extraños que no conocían su constitución, y sus males y el remedio de ellos. Había sido también Vicario general del Obispo antecesor; y siéndolo, procedió junto con el inquisidor de Valencia fray Guillermo Anglés en el año 1351 contra Salomonem Alatzar judeum et medicum Muriveteris (Murviedro : muro viejo). Existe el proceso en el convento de mi orden de Barcelona. Tengo por cierto que el Papa nombró al postulado, constándome que en 1362 a 9 de junio, un Obispo llamado Guillermo celebró aquí sínodo, cuyas constituciones existen. En su exordio, después de pedir el subsidio caritativo à prelatis et clericis civitatis et dioecesis Urgellensis, que era una décima, añade: attendentes quod in dicta ecclesia non fuerunt celebratae synodi à tempore Domini Arnaldi (de Lordato) bonae memoriae Episcopi Urgellensis, à quo tempore fluxerunt XXXIIII anni, licet post ipsum fuissent D. Petrus de Narbona, D. Nicolaus qui fuit Cardinalis Urgellensis et D. Ugo, en consecuencia de esto mandó que se tuviese sínodo todos los años. Sin embargo ni él mismo lo celebró hasta dos años después a 3 de abril, al cual añadió un tratado completo de Sacramentis, que con las constituciones de ambos sínodos, existe en un códice de esta iglesia, y en la biblioteca de Ripoll, núm. 164. Véanse las Constituciones sinodales de varios Obispos Urgelenses puestas en el último apéndice.

Del mismo año 1264 (1364) a 29 de junio, es la deliberación que tomó con su capítulo de trasladar el convento de Dominicos dentro de la ciudad. Estaba antes extramuros a la parte del norte, en el campo ahora dicho de les Tombes, donde se temía que pudiese perjudicar a la ciudad en las guerras que infestaban varias provincias, entre las cuales cuentan la lingua Occiana (el Languedoc) (la lengua de Oc, occitana, occitan). El padre Mariana (lib. XVII, cap. 18) habla también de lo mucho que por estos años sufrió el condado de Urgel con la entrada que en él hizo el Infante Don Jaime, hijo del último Rey de Mallorca. Resolvieron pues ceder para la nueva fundación, la iglesia parroquial de San Miguel, que era la canónica fundada por San Ermengol, como dijimos. Al párroco que quedó en lugar del Abad, consignaron para sus funciones la iglesia de San Pedro contigua a los claustros de la Catedral, mandando que sólo durante su vida subsistiese esta parroquia, y en muriendo él se incorporase con la de San Odón. Cosa que no se verificó. Va copia de este documento (a:Ap. núm. XXXIII.).

Muy poco más vivió este Obispo, que ya en el año siguiente tenía por sucesor a 

PEDRO DE LUNA 

desde 1365 hasta 1370. 

El catálogo impreso lo pone muy atrasado y con el desconcierto que acostumbra. Suena ya Obispo electo y confirmado a 30 de junio de 1365 en un documento de poca importancia, que vi original en el archivo de Dominicos de Puigcerdá. En 1367 confirmó como ya dije los estatutos de la parroquia de aquella villa, hechos por su antecesor Nicolás Capoci. Ninguna otra memoria nos queda de él más que la de su muerte, y esta la adquirí por casualidad en Cervera, donde buscando con no poco trabajo el sepulcro de un Obispo titular del siglo XVI, que según tradición estaba allí enterrado, me encontré con la inscripción de nuestro Pedro Luna. Es pues una losa en el plano de la capilla mayor de aquella parroquial, donde estaba esculpida la figura de un Obispo y varios escuditos con media luna, que son las armas de su familia. Al rededor se lee entre mil roturas lo siguiente: anno MCCCLXX vicessima... decesit nobilis Petrus de Luna... doctor Episcopus Urgellensis, et in crastin... sepultus. Con esto solo se ve que es una fábula la especie que algunos quisieron persuadirme, que este Obispo fue el célebre Pedro de Luna, electo Papa en 1394 

(a: Posteriormente me ha hecho saber mi erudito amigo, Don José Vega y Senmenat, que con motivo de la renovación de aquel templo que se ha concluido en este año 1821, levantada la losa sobredicha no se halló rastro alguno del sepulcro del Prelado. Yo conjeturo que su cadáver debió depositarse en medio del presbiterio, de donde apartaron la lápida por la incomodidad que ocasionarían sus relieves.)  

BERENGUER DE ERIL

desde 1371 hasta 1387. 

Según consta en los registros de la Curia episcopal, gobernaba ya esta silla a 19 de febrero de 1371, y a 7 de octubre próximo estaba en su palacio de Puigcerdá, donde firmó el cartel de indulgencias que concedió a aquella iglesia de Santa María y a los que ayudasen a la obra del hospital. También sé de cierto que a 19 de enero de 1376 pagó a la Cámara Apostólica 124 florines de oro por sí y por sus predecesores Guillermo y Pedro. En 1378, a 27 de junio, mandó que la fiesta de San Odón, que se celebraba al otro día de San Pedro Apóstol, para que no se confundiese su solemnidad con la de aquella octava, se celebrase en adelante el día 7 de julio (Reg. curiae eo anno). Nada más hallo de este pontificado ni de su remate; sólo sé que le duró diez y seis años, llegando sus providencias en el citado registro hasta el 3 de mayo de 1387. Le sucedió 

GALCERÁN DE VILANOVA 

desde 1388 hasta 1415. 

Era Arcediano de Besalú en la iglesia de Gerona desde el año 1375, y se hallaba ya en posesión de esta silla el año 1388, como que a 25 de mayo del mismo año prestó personalmente el juramento acostumbrado en la entrada de los Obispos; según he visto en la escritura original que de ello se hizo. A 1.° de junio próximo le prestaron el homenaje que debían como vasallos los de Urgel, Tremp y Guisona. Con esto dicen bien las memorias que quedan de su gobierno en los registros de la curia episcopal desde el julio de ese mismo año. En una de ellas hace él mismo mención del arcedianato que dije. En 1396 auxilió con armas y dinero a los Condes de Pallás y de Urgel, que se oponían a las hostilidades de Mateo, Conde de Fox, que aspiraba a ser Rey de Aragón y Conde de Barcelona por haber casado con Doña Juana, hija de Don Juan I de Aragón: de lo cual se hablará en mis Condes de Urgel. Del mismo año es la escritura que se hizo con motivo de la entrega del misal que regaló a su iglesia: códice precioso que se conserva casi en el mismo ser en que salió de las manos del bienhechor. Puso en la primera hoja el escudo de sus armas, que son ocho escaques de oro atravesados de una faja azul, los cuales sirven de orla a un escudo todo de oro sin insignia alguna. En los sellos de sus pastorales no usaba de estas armas de familia sino de la imagen de nuestra Señora, y a sus pies en escudito pequeño la del Obispo con báculo, según la costumbre. En dicha escritura llama a su misal mixto, de lo cual ya dije meses pasados (a: V. Tom. VI. pág. 86.) 

En 1397, a 13 de junio, consagró en la iglesia de San Miguel de Cardona varios altares (Ibid arm. abacial). Trabajó en el arreglo interior de la iglesia, que se resentía mucho de las hostilidades sobredichas, y otros males de aquellos tiempos. Para ello quiso suprimir algunos arcedianatos y canonicatos, reduciendo su número para más cómoda dotación de los que quedasen. Mas nada pudo lograrse por entonces. En 1400 hallo que ordenó con su Capítulo que la fiesta de la Concepción de nuestra Señora fuese colenda por toda la diócesi. Asistió al concilio de Perpiñán del Papa Luna en 1408, y fue uno de los que suscribieron en los decretos originales que existen en Tortosa. También se halló en Caspe al acto de la elección del Rey de Aragón, como embajador del parlamento de Cataluña. En 1413 renovó en el Capítulo Pascual la constitución de su antecesor Fray Raimundo Trebaylla, en que se acordó entregar mutuamente los malhechores que se refugiasen en las villas del señorío del Obispo y dignidades de esta iglesia.

He visto acá el testamento que ordenó a 8 de abril de 1415, en el cual dispuso se le enterrase en la capilla de la Anunciata con el escudo de sus armas esculpido en la losa. No existe en el día memoria de tal cosa. Y por otra parte se dice que fue enterrado en el aula capitular, donde instituyó dos beneficios. Sábese ciertamente que murió a 15 de abril de 1415. De este tiempo hay memoria de que Juan, Obispo Otthonense, año 1395, consagró algunos altares en Guardia, lugar de la Conca de Tremp, con licencia del Prepósito de Santa María de Mur, y con la de nuestro Obispo la iglesia y altares del monasterio de la Puebla de Lillet de esta diócesi, jueves a 8 de agosto de 1397, sino que en esta última memoria se llama Fray Juan. El que desee noticias más completas de esto podrá ver los Anales de Feliu (Tom. 2, fol. 345, 390 y 408, y los de Zurita, tom. 2, fol. 317, tom. 3, fol. 68, 71 y 78. 

Le sucedió 

FRANCISCO DE TOVÍA 

Desde 1416 hasta 1436.

De su persona y calidades sólo sé que en 1396 era ya en esta iglesia Arcediano de Cerdaña, y que poco después, en 1404, a 17 de febrero, tomó posesión de un canonicato en la Catedral de Lérida, donde residía años adelante, y que obtenía otro en Gerona desde el año 1406. La primera memoria que hay de su pontificado es el sínodo que celebró en su ingreso a 17 de mayo de 1416, el cual he hallado posteriormente en un códice de la iglesia de Solsona con este título: Anno M.CCCC.XVI. die XVII Madii. Constitutiones synodales D. Francisci, Urgellensis Episcopi in prima synodo per eum celebrata, in qua fuit concessum caritativum subsidium à prelatis, scilicet, duos solidos pro libra. - Princ. Considerantes quod in ecclesia Urgellensi non fuit celebrata synodus à reverendissimo Patre et Domino Domino Guillermo memoriae recolendae Episcopo Urgellen., à quo efluxerunt anni quinquaginta duo, etc. Cuenta cabal con el segundo sínodo que celebró en 1364 Guillermo Arnaldo de Patau, cuyo tratado de Sacramentis mandó nuestro Obispo que tuviesen todos, junto con la colección de Sinodales.

Muy pronto se ausentó de su iglesia, la cual me consta que a 4 de septiembre inmediato ya gobernaban por él sus vicarios generales. Acaso acudió al concilio de Constanza, donde se hallaron varios de nuestros Obispos, negada ya la obediencia a Pedro de Luna (Benedicto XIII). En 1418 entendía nuestro Obispo con el Abad de San Pedro de Ager, como comisionados apostólicos en la supresión de los arcedianatos de Prats, Solsona y Llimiana, y también de cuatro canonicatos, lo cual estuvo para verificarse, mas no sé por qué se retardó casi un siglo. Del 1424 nos queda la constitución que hizo en el Capítulo Pascual, con que confirmó la antigua de no admitir para canónigo, sino al que fuere bachiller en derecho, teología o medicina, o del estado militar o noble, imponiendo a los primeros en su ingreso la carga de leer sobre algún punto del decreto o del Maestro de las sentencias, cosa que todavía se practica. En 1430, a 22 de junio, confirmó con autoridad del legado Cardenal Pedro de Fox, la cofradía (con sus indulgencias) de la parroquial de Ivorra; y en la misma iglesia le hallo tres años después visitando el famoso misterio, como aquí llaman, del Sant Dupte (o dubte : santa duda), Finalmente, sé que murió a 14 de abril de 1436. Dícelo así la carta que el capítulo escribió a 30 del mismo mes a un canónigo ausente, citándole para elegir o postular el futuro Obispo el día 1.° de junio próximo. Mas ni uno ni otro se verificó tan pronto, y todo aquel año suena vacante la Sede, sin saberse cuándo comenzó a gobernarla el sucesor. 

ARNALDO ROGER DE PALLÁS 

desde antes de 1443 hasta 1461. 

Era hijo de Hugo, Conde de Pallás y Arcediano de Empurias, en la iglesia de Gerona, el año 1420, cuando el Papa Martino V le proveyó de un canonicato en la Catedral de Lérida y de otro en la de Valencia, y tenía sólo doce años de edad. Dícelo todo esto la bula pontificia que vi en Lérida. No consta cuándo comenzó aquí su pontificado ni tampoco cuándo lo acabó. En los registros episcopales de su tiempo no se halla memoria de él hasta el día 3 de enero de 1443, y aun entonces estaba ausente de su iglesia (acaso con motivo de los concilios Basileense y Florentino), a la cual por ventura no volvió hasta los principios de 1448, que es cuando comienza a sonar su nombre en los citados registros. Uno de los vicarios generales que gobernaron por él en ese tiempo medio, se llamaba Juan Soler, canónigo de esta iglesia y Arcediano de Cerdaña; el cual tengo para mí que es el docto Obispo de Barcelona, que lo fue años adelante. También es cierto que a 1.° de junio de 1440 Gonzalo, Obispo titular Auguriense, consagró de licencia de nuestro Obispo la iglesia de los padres Dominicos de Puigcerdá. En 1450, a 12 de marzo, concedió al capítulo el privilegio que llaman de Conjudices, el cual he visto original aquí. Mas no por eso diré que estuviese presente, antes me consta su ausencia desde el abril de ese año hasta todo el 1455. En el de 1457 sé que estaba en Nápoles. Dícese que fue Patriarca de Alejandría, y que murió a 16 de agosto de 1461. Esto podría acaso averiguarse en el Oriens Christianus de Lequien y otros. Por ahora no tengo con qué contradecir la época de su muerte, a pesar de que Diago (Hist. prov. Arag. fol. 144.) dice: que Fray Miguel de Épila, Dominico, hijo del convento de Zaragoza y Obispo de Urgel, murió estando en la corte del Rey de Aragón, a 14 de diciembre de 1457, como se lee en el necrologio de aquel convento. Para mí esta es una equivocación, no ya porque en nuestras sinodales falta la memoria de tal Obispo (que esto no me haría mucha fuerza), sino porque en documento cierto del archivo de Urgel consta que el Obispo Arnaldo vivía en Nápoles en mayo de ese mismo año 1457. Y cierto, para saberse acá su muerte posterior a ese mes, elegir al otro Fray Miguel, y morir en 14 de diciembre inmediato hay poco tiempo. Dudas a cada paso que no pueden soltarse, faltando como faltan en la curia episcopal todos los registros desde 1455 hasta 1464. Mientras no haya pues otros documentos aténgome a la opinión común de que el sucesor del Obispo Arnaldo fue 

JAIME DE CARDONA

desde 1462 hasta 1466. 

Después de haber sido Abad de Solsona, Obispo de Vique, y actualmente de Gerona (a cuyos viajes me remito), fue hecho Obispo de Urgel hacia el mes de febrero de 1462. Dudo si antes de dejar la Silla de Gerona obtuvo su dignidad de Cardenal. Lo que aquí consta es, que a 21 de marzo de 1464 en un decreto de indulgencias que concedió a los contribuyentes a la fábrica de la iglesia de Santo Domingo de esta ciudad, se llama Cardenal Tit. SS. Marcelini et Petri. También suena con el de San Pedro ad Vincula a 11 de abril de 1466, cuando hizo con su capítulo algunas constituciones que no merecen particular mención. Dentro del mismo año, día 1.° de diciembre, murió en Cervera, y fue depositado en el convento que los padres claustrales de San Francisco tenían recién fundado junto al hospital llamado de Castelltort, donde hoy están los padres Mínimos, a cuya fábrica había contribuido mucho el difunto. Dícese que desde allí lo trasladó en los años siguientes a Tarragona su deudo el Arzobispo Pedro de Cardona, y que lo enterró en aquella catedral en la primera capilla, entrando a mano izquierda. En efecto, en el comedio de las dos capillas de Santa María Magdalena y de la Anunciación, se leen dos inscripciones puestas por dicho Arzobispo a sus dos tíos Don Jaime y Doña Timbor. Mas estos propiamente serán cenotafios; porque el verdadero sepulcro de nuestro Cardenal está en Cardona, a donde fue traído su cadáver, y enterrado al mismo tiempo que el de su sobrino, primer Duque de Cardona, y el padre de este, último Conde del mismo título. Vese esto en el martirologio antiguo de aquella colegial, que dice: IIII. kal. februarii anno M.D.XIII. eodem die obiit ilustris Joannes Fulchonis, primus Dux Cardonae inter primam et secundam horam post meridiem; fuit sepultus in Ecclesia praesentis monasterii VI. die februarii. Atque eodem die et eadem hora sepulti fuerunt, scilicet Comes Cardonae pater supradicti Ducis, et illustrissimus Dom. Jacobus de Cardona, Cardinalis et Episcopus Urgellensis. 

Su sepulcro estuvo antes junto al altar mayor de la iglesia de San Vicente con el capelo cardenalicio pendiente. Mas convertida en fortaleza aquella iglesia en estos últimos años, debieron sepultarse aquellos cadáveres en algún vaso común. Las cajas de su depósito las vi hacinadas en la ermita de la Trinidad, entre las cuales queda una, donde sobre el escudo de armas se ve entallado de relieve el galero cardenalicio. Anda también suelto por allí un capelo con un trozo de borla, y además un mantón de grana. Cosas que acaban de persuadir, que allí y no en Tarragona está su entierro. Volviendo ahora a nuestra iglesia de Urgel, a los dos meses de haber muerto este Prelado, entrado ya el año 1467 se juntaron los canónigos para elegir o postular Obispo sucesor. He visto la convocatoria que para ello se dirigió a los ausentes; pero no he podido averiguar en qué pararon aquellos deseos. El catálogo impreso dice, que la Silla vacó siete años y medio. Mucho se acerca esto a la verdad, según veremos en el sucesor. Otros cuentan que fue provisto en ella Rodrigo de Borja, el que años adelante vino a serlo de Barcelona. Aquí nada consta de esta provisión. En este tiempo, es a saber, a 3 de septiembre de 1469 el capítulo resolvió que se hiciese una solemne procesión de rogativa por la ciudad en todos los sábados por la mañana, prohibiendo durante ella todo género de comercio, y orando, dice, pro pace et ne veniamus ad manus inimicorum, maxime illius infidelissimi Salasart (sic) qui nos hodie (f. odio; hodie : hoy) habet et destruxit in magnam partem presentem civitatem. Así se lee en las actas capitulares de aquel año. Esto alude sin duda a las guerras civiles que había entonces en Cataluña con motivo de las desavenencias del Rey Don Juan II de Aragón con su hijo el Príncipe Carlos. A las cuales siguió el levantamiento de los colonos (rustics de remença) contra sus señores. Según refiere en su cronicón coetáneo Juan Buada, cura de Sant Iscle de Colltort (a), uno de los capitanes que se hicieron entonces más temibles en las inmediaciones del valle de Hostoles, se llamaba Verntelát (Verntallat en Bofarull, levantamiento y guerra ...). Lo he dicho por si era el que aquí llaman Salasart. 

(a) Este cronicón se publicará en el Viaje de Gerona, a donde pertenece. 

En las mismas actas capitulares se halla también memoria de que en 1471 corría en 

esta ciudad una moneda de oro llamada Enrich, la cual por estar maleada sólo valía de doce a catorce sueldos. (Fue cuando proclamaron rey de Cataluña a Enrique de Castilla)

Por último, es de advertir la equivocación con que en el sínodo de Tarragona del Arzobispo Llinás impreso en 1704 en el Catálogo de varones ilustres (pág. 46) se dice, que nuestro Obispo pasó de la Silla de Urgel a la de Valencia, donde fue creado Cardenal. Además de que nos consta que murió siendo Obispo de Urgel, sábese que la iglesia de Valencia estuvo gobernada por Rodrigo de Borja desde 1458 hasta 1492. Acaso equivocaron a nuestro Cardenal con el Don Jaime de Aragón, que fue Obispo de Valencia en el siglo anterior.

También quiero dejar aquí notado lo que leí en un papel suelto del archivo real de Mallorca sin fecha alguna; pero de letra de mitad del siglo XV, y son las instrucciones dadas a Luis Lull, alias Baco, para que informase a la Reina, que no dice cuál es, sobre los desórdenes y guerra que los Pagesos hacían a la ciudad de Palma; en las cuales se hace mención de que su gobernador trató con el Obispo de Urgel acerca de conceder algunas cosas a los descontentos, y que dicho Obispo estaba en aquella isla. No sé si esto pertenecerá a nuestro Obispo o al antecesor. 

PEDRO DE CARDONA

desde 1472 hasta 1515. 

Por varias casualidades y medios he conseguido reunir una noticia harto completa de este Prelado. No es creíble que sea este el Pedro de Cardona, hijo de Juan Ramón Folch de Cardona, el cual no teniendo más que cinco años de edad, logró en el de 1418 un breve del Papa Martino V que existe en Lérida fecho XVII kal. februarii, pontific. anno I. concediéndole que en llegando a la edad de nueve años completos pueda obtener un canonicato en Lérida y otro en Valencia. Porque de nuestro Obispo consta que en 1515 pasó a la Silla de Tarragona, donde murió en 1530; y si fuere el mismo que aquel niño canónigo, diríamos que murió de edad de 117 años: cosa de que, aun siendo tan extraordinaria, no tenemos memoria alguna, como era regular. Lo que sí consta de cierto es que fue hijo del último Conde de Cardona, y hermano del primer Duque del mismo título. Dícelo Juan Rollano Tamaritense en las notas que puso a los epigramas latinos de Martín de Ivarra, de que luego hablaré, con estas palabras: Fuit filius Joannis illius qui Comes (ut ita dicam) de Pratis erat, cuius minores Duces (ut ait vulgus) de Cardona maluerunt appellari quum utraque regio esset illis haereditaria. También le llama hijo del Conde de Prades el Cardenal Don Rodrigo de Borja en una carta que escribió desde Segovia al Rey Don Juan II de Aragón a 2 de febrero de 1473, la cual vi original el año pasado 1807 en poder del señor D. N. de Casaus, Abad de Ripoll, de la cual pondré ahora las palabras que hacen para fijar la época de este pontificado. 

Dice así: “S. M. ab humil recomendacio precedent. - Ara en aquest punt hé rebudes letres de Roma quim signifiquen nostre Sant Pare ha transferit mon cosi germa en Bisbe de Barcelona, é ha pronunciat D. Pedro lo fill del Comte de Prades en Bisbe de Urgell... segons vostra Altesa habia scrit, é declarada sa intenció a la Sua Beatitud... (sigue dándole gracias). De Segovia á dos de febrer M.CCCC.LXXIII. 

De vostra Mtat. devot servidor, R. Cardenal Valentin. Vicecancill. electus." 

Por este documento se ve que Don Pedro fue promovido a esta Silla por el Papa Sixto IV a instancias del Rey de Aragón a fines del año 1472. A principios del 1474 escribió desde Barcelona a este capítulo, anunciándole que estaba para venir a su iglesia, y pidiendo que le enviasen algún auxilio de gente armada con que poder llegar a Guisona. He visto la carta. Llámase en ella electo; dictado único con que suena hasta por los años 1493 en las pocas memorias que de él nos quedan. Una de ellas es el viaje a Castilla que emprendió desde Guisona el año 1479, como enviado del Conde su padre, para tratar con el Rey Don Fernando (II de Aragón, el católico) algunos negocios de su familia. De lo cual nada más he podido rastrear. Otra es un cabreo que vi en la colegiata de Balaguer hecho en 1487, en que consta que juntamente era Abad comendatario del monasterio de Labaix, dignidad que según las memorias de aquella casa, disfrutó hasta el 1502. 

Más notable para esta iglesia es la constitución que hizo en 1488, en que verificó la supresión de arcedianatos intentada inútilmente por sus antecesores Vilanova y Tovía, reduciendo el número de dignidades y canonicatos al de 21, y estableciendo además el derecho de opción. Este número persevera hoy día, mas no suprimidos como quiso el Obispo los arcedianatos de Andorra y Cerdaña, en cuyo lugar debieron suprimirse dos statorias. También sabemos que en 1492 a 27 de marzo, estando en Barcelona escribió al Rey sobre el derecho que llamaban de Maridaje, y que junto con el Obispo de Gerona y el Abad de Bages, fue nombrado por Inocencio VIII defensor de los bienes que algunos usurpaban al monasterio de Santa Cecilia de Monserrat, cuyo Abad era Don Jaime Filella, Deán y canónigo de Barcelona. 

En su tiempo y de su orden se imprimió un misal propio de esta iglesia, que él mismo había ordenado y dispuesto. Sólo he visto de él un ejemplar en el archivo de la villa de Tremp. Su epígrafe final dice así: Impressit Venetiis D. Bernardinus de Tridino expensis Calminii Ferrerii Barchinon. Bibliopolae anno à puerperio Virginis M.D.IX. die vero XV. mensis januarii. Antes de esto había ya publicado el Breviario Urgellense que existe en este archivo impreso Venetiis arte Magistri Andreae de Thoresanis de Asula: anno M.CCCC.LXXXVII. die XXV. mensis junii. Ambos códices he registrado para lo de ritos. En el año 1515 fue trasladado este Obispo a la metrópoli de Tarragona, y dícese que esto fue a 23 de marzo. Lo que yo he visto en los registros de la Curia episcopal, es que los poderes que él dio para notificar al capítulo la renuncia de esta Silla, están fechos en Barcelona a 16 de ese mismo mes y año; y que el día 23 siguiente el capítulo como en Sede vacante dio facultad para celebrar órdenes en esta catedral a Don Juan Martínez (Martini) canónigo de la misma y Obispo Gabulense. De otro Obispo titular de Hippona (ahora que hablamos de ellos) llamado Bernardo Serrati, hay memoria que existía en Tremp reconciliando su cementerio con licencia de este diocesano a 24 de diciembre de 1482. También celebró órdenes en su tiempo y de su licencia en Solsona Don Fray Vicente Trilles, Franciscano, Obispo Hieropolitano en los años 1507, 1508 y 1510. Por algunas memorias que se han citado se ve que residía ordinariamente en Barcelona, y del proceso original del concilio que siendo ya Arzobispo celebró en aquella capital año 1517 consta que hospitabatur in ortis, in vico ramblae situatis. Otros dos concilios provinciales celebró, de que se hablará en su lugar. Martín Ivarra, hijo del conocido ya como escritor en la Biblioteca de Nicolás Antonio (de quien se distingue con el dictado de Cántabro), escribió varios epigramas latinos en elogio de las personas ilustres de principios del siglo XVI, los cuales explicó con notas curiosas Juan Rollano Tamaritense, y publicó en Barcelona en 1512 por Carlos Amorós. He disfrutado esta obrita desconocida, y tomado de ella las copias y extractos que pueden servir a la historia y bibliografía de aquel tiempo. Ivarra la dedicó a nuestro Obispo Don Pedro, y entre otras cosas, excusándose porque dedica poesías a un Obispo, le dice con esta ocasión: Porro tibi bibliotheca est quam in palatio maritimo novimus (Rollano glosa: quod habitas vicinum maris littoribus.) Haec angulum tamquam parvulum sacellum Alexandrinorum regum, bibliothecis haud cessurum, musis indulget. Testis Navarra meus (Vicente Navarra, secretario del Obispo) qui totos dies noctesque non alia colit antra, non aliunde sacros potat fontes. Más adelante en elogio del Prelado y de sus jardines y biblioteca se halla este epigrama: 

AD PETRUM CARDONIANUM.

Pompilius Christi Numa, necnon Julia virtus, 

Et Regum genus, et, Cardoniane, Ducum. 

Rure suburbano Phoeacum despicis hortos, 

Aurea quod nullo tempore mala negat. 

Scrinia Niliacas tutantur eburna papyros;

Nec pascit tineas bibliotheca domi. 

Illud, Petre, bonos solet oblectare sodales: 

Haec didicit tetricos rara docere viros. 

Ergo errant tantum quibus ingens dicere Caesar

Quum sit grata sacro sylva Capena Numae. 

El objeto del poeta fue hacer a nuestro Obispo superior a Numa y a César en huertos y en biblioteca. La Sylva Capena se llamó así, por la proximidad a la puerta Capena de Roma, la cual Numa había consagrado a las musas.

Por último, de los mismos epigramas y sus notas consta que este Obispo fue tío de Don Fernando de Cardona, almirante de mar, y de Don Enrique de Cardona, Obispo de Barcelona y luego Arzobispo de Monreal. 

Volvamos a la serie de nuestros Obispos. 

JUAN DESPÉS

desde 1515 hasta 1530. 

Había ya sido Obispo de Gerona, Silla que renunció hacia el 1508 después de dos años de gobierno. De esta de Urgel me consta que tomó posesión a 16 de junio de 1515. Quedan de su liberalidad pastoral algunas memorias; tal es el aumento de las distribuciones de este clero, cuyo fondo dotó en 10.000 libras barcelonesas. Dio otras 2.000 a cada una de las iglesias de Sanahuja, Guisona y Tremp. En los procesos de los tres o cuatro Concilios provinciales que se celebraron en su tiempo, no hay memoria de haber asistido ni por sí ni por procurador. Sábese por último que murió en la villa de Pons, a las doce del día 24 de octubre de 1530. Su cadáver fue traído a esta catedral, y depositado en el crucero a la parte de la epístola en una arca de madera clavada en la pared, que hoy se conserva y cubren en los días clásicos con un paño bordado. En su tiempo, esto es, en 1522 hallo existente en esta diócesi al Arzobispo de Tesalónica Don Juan Miralles, que también se llama canónigo y Sacrista de esta iglesia. Acaso era su auxiliar, como parece que después lo fue en la diócesi de Barcelona en 1530, según se dirá en su lugar. La Sede vacó más de año y medio, y a 19 de julio de 1532, ya se hallaba en posesión de ella el sucesor. 

PEDRO JORDÁN DE URRÍES

desde 1532 hasta 1533. 

Su breve pontificado fue sin duda la causa porque no llegó a consagrarse. Y así hallo que murió con el dictado de electo en Reus, día 10 de enero del año siguiente 1533. Consta además su existencia por la bula del Papa Clemente VII que trasladó al sucesor. 

FRANCISCO DE URRÍES 

desde 1534 hasta 1551. 

Era Obispo de Patti, en Sicilia, con cuyo título se hallaba en este obispado celebrando órdenes en 1532. La bula de su traslación está aquí original, fecha a 8 de junio de 1534. De los primeros años de su prelacía nos queda un Ordinario propio de esta diócesi, impreso en Zaragoza por Jorge Coci, año 1536. De todos los concilios provinciales que se celebraron en los diez y ocho años de su pontificado, sólo hallo en los procesos originales que vi en Tarragona que asistiese este Obispo a los de los años 1536 y 1546, y aun eso por procurador. Nada más sabemos de él sino que murió en Huesca a 26 de octubre de 1551, y que la Sede estuvo vacante hasta fines de enero de 1553. A esta época pertenece la memoria de dos Obispos auxiliares españoles. Uno es fray Baltasar de Heredia, de mi orden, hijo del convento de San Pablo de Sevilla, de quien dice Bremod (Bullar. Ord. Praed. Tom. IV), que fue electo Obispo Cirenense a 24 de febrero de 1535, y destinado auxiliar de esta diócesi. Es cierto este dato, y también que era Vicario general de nuestro Prelado en los dos años siguientes, como he visto en un registro original que existe en Ripoll. El otro Obispo titular es Don Juan Punyet, que con el mismo título de Obispo Cirenense era Vicario general de nuestro diocesano en los últimos días de su vida, es a saber a 12 de octubre de 1551. Esto me consta por escritura que he visto en el archivo de esta ciudad. 

MIGUEL DESPUIG (d'es puig : del pueyo : podio)

desde 1553 hasta 1556.

Tomó posesión de esta Silla a fines de enero de 1553, y luego ajustó como árbitro elegido por el capítulo y los beneficiados, las diferencias que entre ambos cuerpos había sobre derechos funerales. En 1556 a 4 de junio fue trasladado a la iglesia de Lérida 

JUAN PÉREZ GARCÍA DE OLIVÁN 

desde 1556 hasta 1560. 

En las bulas de su promoción que he visto le llama el Papa clérigo Cesaraugustano; y así en ellas como en otros documentos, se omite el primer apellido Pérez que aquí le dan comúnmente. Tomó posesión a 25 de junio de 1556. En el año siguiente confirmó los estatutos que en 1350 había ordenado para la iglesia de Puigcerdá su antecesor el Cardenal Nicolás Capoci. En el mismo año 1557 mandó imprimir un Misal propio de esta iglesia. Y acabáronse con esto sus memorias, no quedándonos otra que la de su muerte acaecida en Balaguer entre cuatro y cinco de la tarde del día 23 de septiembre de 1560, en la casa de la ermita del Santo Cristo. Fue enterrado delante de las rejas del altar de la misma imagen. El registro de lo actuado en su vacante, comienza en 3 de octubre de ese año. Uno pasó hasta que tomó posesión el sucesor 

PEDRO DE CASTELLET 

desde 1561 hasta 1571. 

Verificóse su posesión a 13 de septiembre de 1561. Era de familia noble, y canónigo y Sacrista de Tarragona, con cuyos dictados le hallo asistiendo a algunos Concilios provinciales como síndico de su capítulo desde el que se celebró en 1543. 

Pocas memorias quedan de su prelacía. A 28 de octubre de 1562 se hallaba en Balaguer tratando de la traslación de los beneficios y oficios de la iglesia de San Salvador a la recién construida de Santa María. Asistió al famoso Concilio de 1564 y siguiente, sobre la admisión de los decretos del Tridentino, y a otro que se tuvo en Barcelona en 1569 y duró los dos años siguientes. Esta fue la ocasión de morir en aquella capital día 1.° de febrero de 1571. Una nota coetánea que he visto al fin de la consueta de Santa María del Mar de la misma ciudad, nos conservó esta noticia puntual; y también la de que le administró el viático el Obispo de Elna, fray Pedro Mártir Coma, Dominico, y de que su cadáver fue llevado al entierro de su familia en Altafulla. Llámale Don Perot (Perót en el original). 

El citado Obispo de Elna, siendo Prior del convento de Puigcerdá en 1566, compuso en lemosín una obrita (que después se tradujo al latín, intitulada: Directorium Curatorum) a instancias de nuestro Obispo, a quien también la dedicó. En la dedicatoria hace el autor mención de un sínodo tenido pocos meses antes por nuestro Prelado, en el cual se admitió el Concilio Tridentino. 

JUAN DIMAS LORIS

desde 1572 hasta 1576. 

Entró en el gobierno de esta iglesia a 11 de octubre de 1572, mas no vino acá hasta el febrero de 1574. Esto consta en los registros episcopales. El concilio provincial de 1572 y 1573, le concedió licencia día 29 de abril de este último año para no residir en su diócesi por espacio de seis meses, puesto que según declaraban varios testigos, tenía orden del Rey para estar en su corte (Proceso original de dicho Concilio de Tarragona.) Consta que ya asistió al que se tuvo a fines del 1574. En el registro 38 de los episcopales que decía, quedan firmadas de su mano varias y oportunas instrucciones que dio a los visitadores de su diócesi. Continuó en su gobierno hasta el día 6 de septiembre de 1576, en que fue trasladado a la Silla de Barcelona. La nuestra estuvo vacante hasta el 28 de abril de 1578, en que tomó posesión el sucesor. 

MIGUEL GERÓNIMO MORELL 

desde 1578 hasta 1579. 

Pontificado breve en el cual sólo queda la memoria de haber dado este Obispo el monasterio de los claustrales de San Francisco de Puigcerdá a los padres Agustinos y a su Prior fray Ambrosio Sicard, día 4 de octubre del mismo año 1578. Esto sabemos, y que murió en Balaguer en el convento de Santo Domingo entre siete y ocho de la mañana del día 23 de agosto del año siguiente, y que fue enterrado en el mismo. Las actas capitulares de aquella colegiata, que nos conservaron esta puntual noticia, añaden que era natural de Valencia y le llaman Hierónymo Miquel Morell. 

FRAY HUGO AMBROSIO DE MONCADA 

desde 1580 hasta 1586. 

Era de la casa de Aytona y monje Camaldulense. Tomó posesión a 9 de julio de 1580. Es reparable que en las escrituras que se conservan en los registros de su tiempo se llama a sí mismo constantemente: Nos Hugo Frater Ambrosius de Montecatheno (hay variaciones como Montecateno, Montechateno, etc) o de Moncada, poniendo el Frater entre sus dos nombres. Esto mismo se observa cuantas veces le nombra el proceso original del Concilio provincial de 1584, a que asistió por procurador. Y en el cabezal de sus poderes, que están allí originales, se llama Dnus. Ugo Frater Ambrosius de Moncada. Y en la firma Frater Ambrosius Ep. Urgellen. Dos sínodos se encuentran celebrados por él en el primer año de su pontificado: uno en Urgel y otro en Sanahuja. Sábese finalmente que falleció a 8 de diciembre de 1586 en el lugar del Pla de San Tirs (llano de san Tirso), distante una legua de esta ciudad, cuando caminaba hacia Cerós (Serós) para recobrar su salud. Más de un año vacó esta Sede hasta que le sucedió 

FRAY ANDRÉS CAPILLA

desde 1588 hasta 1609. 

Fue monje Cartujo de Scala Dei, de quien escriben con el debido elogio Nicolás Antonio en la Biblioteca española, y el canónigo de Tarragona José Vallés en la Historia de las Cartujas de España. A mí sólo me toca hablar de él como Obispo de esta iglesia, la cual comenzó a gobernar día 12 de abril de 1588. Puso luego los ojos en la erección de un seminario conciliar, objeto de la primera necesidad en una diócesi, para lo cual le ofreció la providencia de Dios una ocasión oportuna. Que como el Papa Clemente VIII tratase de suprimir varios monasterios de Cataluña que habían decaído de su primitiva observancia, logró de S. S. que gran parte de las rentas del de San Saturnino de Tabernoles se destinase a la dotación de tan útil establecimiento. Así se efectuó, fundándose la casa. Con las rentas pasaron, como era consiguiente, una buena porción de escrituras antiguas, de las cuales me he aprovechado a maravilla. Hoy ocupa el seminario el colegio que fue de los padres Jesuítas, cuya fundación también se atribuye a nuestro Obispo. 

En 1593, a 11 de octubre, dio licencia a los cónsules de la villa de Solsona y al célebre padre Fray Ambrosio Sicard para la fundación de Agustinos calzados en dicha ciudad. Nada más sé de los hechos de este Obispo, sino que murió en Sanahuja día 22 de septiembre de 1609, y que fue enterrado allí mismo en la capilla mayor. 

Durante su gobierno parece haber sido invadida parte de esta diócesi por algunos sectarios. Y de una carta que vi en la colegiata de Balaguer consta que en 1591 había en Urgel grandes temores de los Luteranos, que ya se habían apoderado de Arcavell, lugar distante media legua de esta ciudad. 

FRAY BERNARDO DE SALVÁ 

desde 1610 hasta 1620. 

Era religioso de San Francisco. Durole el gobierno desde 7 de julio de 1610 hasta 24 de febrero de 1620, en que murió en el convento de su orden, llamado de Jesús,  extramuros de Barcelona. Celebró dos sínodos, uno en su entrada y otro en el año 1616. Le sucedió 

FRAY LUIS DÍAZ AUX DE ARMENDÁRIZ 

desde 1622 hasta 1627. 

Era natural del Perú, de la familia de los Marqueses de Cadreyta: religioso Cisterciense y Abad del monasterio de la Oliva, y posteriormente Obispo de Jaca, de donde fue trasladado a esta silla por el Papa Gregorio XV a 9 de agosto de 1622, y tomó de ella posesión a 20 del octubre siguiente. Del mismo año se halla un sínodo que celebró en esta ciudad, de la cual y de toda la diócesi arrojó a los clérigos franceses que la inundaban, como también verás que se hizo en Barcelona por el mismo tiempo. Era debido que los ministros del altar se mantuviesen a expensas de los fieles, a cuyo servicio se habían obligado en su ordenación. Tras esto sabemos que fue nombrado Virrey de Cataluña, y últimamente Arzobispo de Tarragona, de cuya silla no pudo tomar posesión, muriendo en esta ciudad de Urgel a 3 de enero de 1627. Depositose su cadáver delante de la capilla de San Ermengol, y a pocos años fue trasladado a la sepultura de su familia, en Navarra. Sucediole a 3 de septiembre del mismo año 1627. 

FRAY ANTONIO PÉREZ 

desde 1627 hasta 1633. 

Docto Benedictino, el cual tuvo sínodo luego que entró en esta ciudad, y otro en Balaguer en 1630. Por decreto de este último se recogieron las constituciones de los cuatro Obispos sus inmediatos antecesores, y se imprimieron en Barcelona en 1632. Fue trasladado a Lérida a 18 de febrero de 1633, y después a Tarragona, a cuyo Archiepiscopologio me remito. 

PABLO DURÁN

desde 1634 hasta 1651. 

Catalán, oriundo de la casa de Esparraguera, auditor de la Rota Romana, tomó posesión de esta Silla a 7 de mayo de 1634. A principios de 1639 se hallaba en Lérida con encargo del Rey para visitar aquella Universidad. En la entrada de los Franceses de 1641 se ausentó de su iglesia, siguiendo el partido de Felipe IV, el cual le dotó con algunas rentas y luego le promovió al arzobispado de Tarragona. Mas por el pésimo estado de esta provincia en aquella época no pudo tomar posesión de la nueva dignidad, quedando privada la metrópoli de un Prelado que tenía también sentado su crédito en la doctrina y prudencia pastoral. Después de su residencia en Madrid se retiró a la villa de Areny de Aragó, diócesi de Urgel, donde murió a 18 de febrero de 1651, y fue enterrado en el presbiterio de la iglesia de San Martín de la misma villa. Por causa de dichas guerras vacó esta Sede nueve años. En cuyo tiempo, según se lee en las Actas Capitulares, vino a esta ciudad a ejercer las funciones episcopales el Obispo de Orange a principios del año 1658. Porque también parte de los canónigos de esta iglesia siguieron el partido francés; los cuales en la paz del año 1652 tuvieron que ausentarse de ella por ser reputados enemigos de España. Uno de ellos se llamaba Lorenzo Barrutell, a quien el Rey de Francia, cuando mandaba en este país, nombró Obispo de Urgel, y debió ser hacia el año 1651. No se verificó esto, como es fácil de entender, y compuestas finalmente las cosas volvió a la iglesia a residir su prebenda, donde en 1656 optó el arcedianato de Cerdaña. Y murió de allí a tres años. Además había sido honrado con la dignidad de Canciller de Cataluña. Todo esto consta de las Actas Capitulares de aquel tiempo, y de la inscripción que se puso sobre su entierro a la entrada de la capilla de San Ermengol, que dice: Hic jacet nobilis et illustris D. Laurentius Barrutell, Cancellarius Cathaloniae, Canonicus et Archidiaconus Ceritaniae, necnon à Rege Christianisimo episcopus electus Urgellensis. Obiit Octub. 16... aetatis 63. 

La vacante de esta Silla duró hasta el año 1660, en que a 23 de junio tomó de ella posesión 

FRAY JUAN MANUEL DE ESPINOSA 

desde 1660 hasta 1664. 

Sevillano, monje y abad de Monserrate, y después General de toda su orden, durante cuyo gobierno fundó el monasterio de Monserrate de Madrid. En los tres años de su pontificado mostró su gran misericordia con los pobres con ocasión de las nieves extraordinarias que acabaron con los sembrados. Fue trasladado a Tarragona en el enero del 1664. 

MELCHOR PALAU 

desde 1664 hasta 1670. 

Natural de Mataró, Arcediano mayor de Vique e Inquisidor de Barcelona, y después Arcediano de la misma iglesia, durante cuyos empleos mostró su talento pacificador en las turbulencias que agitaron este Principado. Promovido a esta iglesia tomó de ella posesión a 9 de septiembre de 1664. Quedan de él dos sínodos celebrados en Urgel. Uno en 1665 y otro en 1670. En el mismo año murió a 29 de abril, dejando otras varias muestras de su celo. 

DON PEDRO DE COPONS 

desde 1671 hasta 1681. 

Natural de Villafranca, tomó posesión a 5 de mayo de 1671. Luego tuvo sínodo en Urgel, y murió en Balaguer a 16 de marzo de 1681. Sucediole 

DON JUAN BAUTISTA DESBACH (d'es Bach, Dezbach) 

desde 1682 hasta 1688.

Mallorquín y canónigo de Palma. Tomó posesión a 13 de junio de 1682. En el siguiente tuvo sínodo, y al cabo de seis años, visitando su obispado murió en la villa de Areny a 16 de agosto de 1688. Quedan de él varios sínodos. Sucediole 

DON OLAGUER DE MONSERRAT

desde 1689 hasta 1694. 

Fue cura del Vilar, diócesi de Vique, arcediano mayor de Tarragona y Canciller de Cataluña. Entró en esta Silla a 8 de julio de 1689. En el mismo año juntó sínodo en Guisona, otro tuvo allí mismo más adelante. No es poca muestra de su celo ilustrado el opúsculo que escribió sobre la solicitud y vigilancia pastoral que deben tener los Obispos en el ordenar, publicado por Don fray Gerónimo Blanco, abad del monasterio de la O, Zaragoza, 1693. Murió en Guisona a 19 de octubre de 1694, y su cadáver fue trasladado a la iglesia de San Felipe Neri de Barcelona. Sucediole en el mismo año 

DON FRAY JULIÁN CANO 

desde 1694 hasta 1714. 

Carmelita, natural de Valdemoro, diócesi de Toledo. Celebró sínodo en 1696. En las turbulencias sobre la sucesión de la corona de España, siguió el partido de Felipe V, y ausentándose por esta razón de su iglesia, fue trasladado a la de Ávila a 17 de enero de 1714. En el mismo año le sucedió 

DON SIMEÓN DE GUINDA Y APEZTEGUI 

desde 1714 hasta 1737. 

Natural de Esparza, en Navarra, canónigo de Ronces-valles y abad de San Isidro de León. Puesto ya en su iglesia, mandó imprimir los rituales y otros libros para el régimen de curas. Fundó un convento de monjas para la enseñanza de las niñas de esta ciudad. En 1736 visitó la iglesia catedral, certificándose por sí mismo de la identidad de los cuerpos Santos que en ella están depositados, y hallándose en el año siguiente en la villa de San Julián de Loria del valle de Andorra en acto de visita, murió día 27 de agosto. Sucediole 

DON JORGE CURADO Y TORREBLANCA 

desde 1738 hasta 1745. 

Natural de Lucena e inquisidor de Granada. Promovido a esta Silla en 1738, la cual dejó por renuncia en 1745 con retención de mil escudos de pensión. Murió finalmente en su patria a 5 de julio de 1749. 

DON FRAY SERASTIÁN DE VICTORIA EMPARÁN Y LOYOLA 

desde 1747 hasta 1756.

Del orden de San Gerónimo, promovido a esta Silla después de varios cargos en su orden en 1747. A 10 de noviembre del mismo año tuvo sínodo, en el cual recogió las principales constituciones de todos sus antecesores, y las mandó imprimir en Barcelona el año siguiente en un vol. en 4.°, con un apéndice de varias bulas pontificias. Murió en Guisona a 2 de octubre de 1756. Le sucedió 

DON FRANCISCO JOSEPH CATALÁN DE OCÓN

desde 1757 hasta 1762. 

Tomó posesión en 6 de mayo de 1757. Murió a 8 de septiembre de 1762. Enterrado en Tremp

DON FRANCISCO FERNÁNDEZ DE JÁTIVA

Tomó posesión en 10 de mayo de 1763. 

DON JOAQUÍN DE SANTIYÁN Y VALDIVIESO

Posesionado en 7 de enero de 1772, y promovido después a la Silla de Tarragona. 

DON JUAN GARCÍA MONTENEGRO.

Por traslación del antecesor al arzobispado de Tarragona, tomó posesión en 27 de 

noviembre de 1780, pasando a esta iglesia desde la parroquia de Santa Cruz de Madrid, donde era cura. 

DON FRAY JOSÉ DE BOLTAS, 

Natural de Orán, de la regular observancia de San Francisco. Tomó posesión en 31 de marzo de 1785. 

DON FRANCISCO ANTONIO DE LA DUEÑA Y CISNEROS. 

Por muerte del antecesor le sucedió, y tomó posesión en 29 de octubre de 1797. 

Es natural de Villanueva de la Fuente, y ha sido doctoral de Salamanca. 

Basta ya de Obispos, y Dios te guarde, etc.