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sábado, 26 de agosto de 2023

Tomo II. Poesías varias.

Tomo II.

Poesías varias.

1878.

Prólogo. 

Siete composiciones de varia índole y escritas en los diversos dialectos de la lengua euskara forman este tomo del Cancionero.

En él encontrará el lector tres poesías en dialecto guipuzcoano, y una respectivamente en los dialectos bajo-navarro, labortano, suletino y vizcaíno, que ofrecen abundante materia para el examen comparativo y el estudio de las variedades dialécticas de la lengua vascongada, a parte del mérito literario que encierra en su género cada una de estas producciones. 

¡Viva Euskera!, del inspirado bardo Iparraguirre. Es un entusiasta elogio de la antiquísima lengua ibérica y una excitación al país para su conservación, a la vez que un saludo al ilustre vascófilo guipuzcoano D. José Francisco de Aizquibel; Contcezirentzat es una bellísima canción erótica del tierno y sentimental poeta donostiarra Vilinch, llena de encanto como todas las suyas; y **araren canta es una lindísima poesía anónima en dialecto guipuzcoano, a la que acompaña una excelente traducción castellana del distinguido escritor vizcaíno D. Antonio de Trueba.

Zolferinoko ixua es el triste lamento de un desgraciado coblacari de estas montañas que allá en el combate de Solferino, al que asistió como soldado del ejército francés, perdió para siempre la facultad de la visión; es una tierna endecha del pobre ciego, condenado a eterna noche y privado para siempre de contemplar el rostro de su madre y de su amada, los verdes campos en que vio la luz primera, el pueblo natal donde corrieron felices los días de su infancia, y los amigos de la niñez.

Nere etchea, bellísima producción de un veterano de la nación vecina, es una alabanza de la dulce y tranquila vida del campo, llena de dulzura y de sentimiento, e inspirada en el más puro e intenso amor al país natal.

Choriñua kaloian es una delicada canción popular suletina, obra de uno de tantos ignorados bardos que han existido y existen en este país.

Y, por último, ¡Anchinarik ona!, poesía escrita en dialecto vizcaíno por D. Eusebio María Dolores de Azcue, profesor que fue de la Escuela de Náutica de Lequeitio, es un apasionado elogio de los tiempos que fueron, y una entusiasta apología del valor y de la pureza de costumbres de los antiguos hijos del ilustre Señorío de Vizcaya

Completan este tomo una fácil e ingeniosa improvisación en dialecto guipuzcoano del famoso Rector de Amézqueta y el celebrado verzolari Fernando, del mismo pueblo, y varias cantas, entre las que ofrezco una de D. Agustín P. de Iturriaga, y otra de D. Juan Antonio de Moguel.

Todas las composiciones van acompañadas de sus respectivas traducciones castellanas, observaciones críticas, y notas históricas y filológicas, siguiendo el plan general adoptado para la obra, y por último, en el Apéndice que va al final del tomo hallarán los aficionados a la música vascongada el zortzico de Iparraguirre, ¡Viva Euskera!, la popular melodía Contcezirentzat, de J. J. Santesteban, y la canción suletina Choriñua kaloian.

José Manterola. 

San Sebastián 1.° de mayo de 1978.


I.

¡Viva Euskera! 

Poesía por D. José María de Iparraguirre. 

(Dialecto guipuzcoano)

Esta composición, dedicada por su autor al eruditísimo e ilustrado filólogo D. José Francisco de Aizquibel, tiene por objeto ensalzar el nombre de este preclaro azpeitiano, uno de los más laboriosos vascófilos que han existido en España, y levantar a la vez bandera en favor de la lengua euskara, encareciendo la conveniencia de su conservación.

Escrita en Madrid por el popular bardo, publicóse por vez primera en hoja suelta impresa en Tolosa en casa de Andrés Gorosabel en 1856, llevando en su reverso el inmortal canto al roble de Guernica del mismo autor, y posteriormente ha sido reimpresa en varias ocasiones e incluida por Michel en su obra Le Pays Basque, página 275, y por Santesteban en su Colección de aires vascongados, en la que figura con el número 56.

Ambas ediciones adolecen sin embargo de errores, y especialmente la del Sr. Santesteban en la que aparece esta composición con el título cambiado y nada menos que con dos erratas en él de alguna importancia, aparte de otras varias deslizadas en la única estrofa del texto que ha sido copiada (la primera). 

La poesía de Iparraguirre, sin ser de un gran mérito literario ni mucho menos, está llamada a alcanzar larga existencia por la vida que le presta el nombre de Aizquibel, y en este concepto la doy a conocer a los lectores del Cancionero.

Y pues la ocasión se presenta tan propicia debo aprovecharla para dar a mis lectores algunas noticias de este insigne guipuzcoano, tan poco conocido aun entre la mayoría de sus mismos paisanos, rindiendo así este humilde tributo a su memoria.

Hijo de Azpeitia, donde vio la luz primera, ya en sus mocedades, hallando el pueblo nativo estrecho recinto a sus aspiraciones, alejóse de España y fue a dar en Roma, en donde entró al servicio de un canónigo, en calidad según creo de camarero.

Pasó en la capital del mundo cristiano algunos años, y aprovechando las ventajas que le ofrecía su estancia en ella, visitó con asiduidad todos los centros de ilustración y la mayor parte de las bibliotecas, estudiando con fruto las mejores obras, y tomando numerosas notas y apuntes sobre diversas materias, y especialmente sobre filología, a cuya ciencia se sentía muy inclinado. Versado en el conocimiento de varias lenguas, y extendido ya el campo de sus conocimientos entró más tarde a servir como secretario particular al Excelentísimo Sr. Duque de Granada, y en unión con este recorrió la mayor parte de las capitales de Europa, visitando sus principales bibliotecas y academias, y sacando de todas ellas nuevos datos e importantes apuntes para sus estudios.

Verdadero bibliófilo dedicó toda su fortuna a la adquisición de libros, llegando a reunir una excelente biblioteca que contaría sobre 2.000 volúmenes y que legó toda entera a la Provincia de Guipúzcoa, que se hizo cargo de ella poco después de su muerte y que ha permanecido casi ignorada en sus archivos hasta hace escasamente dos meses, en que una buena parte de ella ha sido trasladada por mis gestiones y a solicitud del Ayuntamiento de eta Ciudad a la Biblioteca pública municipal de la misma. Dicha biblioteca basta por sí sola para dar a conocer a Aizquibel y apreciar su amor al estudio, su laboriosidad, su rara constancia y su desprendimiento.

Hombre muy versado en las ciencias naturales, y especialmente en el conocimiento de la agricultura, sobre la que dio diversos dictámenes y conferencias en la Sociedad económica matritense; muy inteligente en las ciencias filológicas a las que mostró siempre preferente atención, llegando a poseer además de su lengua nativa, la griega, latina, árabe, española, francesa, italiana, creo que también la inglesa, y aun algunas otras, encerróse en su edad madura en la casa Munarriz de Toledo, y allí “lejos del mundo y de sus vanidades,” sin más familia que una anciana sirvienta y sin más compañía que sus libros, haciendo la vida de un (beneditino) benedictino, entregóse con verdadero ardor y rara constancia al cultivo de la lengua euskara, y así pasó los veinte o veinticinco últimos años de su existencia, hasta el de 1864 o 1865 en que falleció en su apartado retiro.

De sus obras únicamente han visto la luz las "Observaciones a los refranes (vascongados) de Garibay, que corregidos y arreglados por Aizquibel a la ortografía moderna se publicaron en 1854 en el tomo VII del Memorial histórico español, (páginas 647 a 660), dado a la estampa por la Real Academia de la Historia.

Pero aparte de esto, Aizquibel compuso un Diccionario vasco-castellano, que comprende sobre 120.000 voces euskaras, usadas en los varios dialectos de este idioma, trabajo al que dedicó largas vigilias y del que esperaba alcanzar alto renombre; hallábase escribiendo otro Diccionario castellano-vascuence; un Diccionario de etimologías vascongadas, una versión del Nuevo testamento en griego, latín, francés, español y vascuence, en sus cuatro dialectos guipuzcoano, vizcaíno, labortano y suletino; una Gramática general analítica de la Euskera; un Tratado acerca de los dialectos del vascuence, otro sobre la única declinación vascongada, otro sobre las radicales vascongadas, y tenía reunidos muchos apuntes más para otros varios trabajos de análoga índole.

Los originales de todas estas obras, completas unas, en borradores sin terminar las otras, deben existir en los Archivos de Guipúzcoa, y hora es ya de que la Provincia, designando una persona competente que los examine y los ordene, dé a luz por su cuenta, en obsequio al país y como tributo a la memoria de Aizquibel, aquellas de mayor importancia filológica que como el Diccionario, se hallen terminadas.

Ya en 1857 la provincia de Álava reunida en Junta general en Elciego autorizó a su primer Diputado, a la sazón D. Pedro de Varona, para que gestionase cerca del Sr. Aizquibel, y viera de obtener de este una copia auténtica y correcta de sus escritos con objeto de que fuera colocada en sitio de honor y conservada en sus archivos; pero el ilustrado filólogo, a pesar de las excitaciones que se le dirigieron para que viniera a dirigir personalmente la copia de sus trabajos, negóse a abandonar su retiro de Toledo, y no pudieron por esta causa realizarse los deseos de la Junta de Álava.

Ya pues que Guipúzcoa posee hoy este tesoro, precioso legado de uno de sus preclaros hijos, es un deber que no lo deje perecer en el olvido y más que conveniente que, aun a costa de algunos sacrificios, se rinda este tributo de justicia a la memoria de Aizquibel, dando a luz algunas siquiera de sus varias e importantes obras, en beneficio de la hermosa y prehistórica lengua de nuestros antepasados, harto abandonada para desgracia nuestra por la letal indiferencia con que en nuestro país vienen mirándose hace tiempo estos asuntos.

Mucho han de tener indudablemente que arreglar sus papeles, pues aparte de lo que han podido sufrir en su trasporte desde Toledo hasta los Archivos de Tolosa, posible es que no quedaran tampoco muy ordenados 

a la muerte de su posesor, pues Aizquibel, según tengo entendido, no era en materia de libros y papeles de los que pecan de exceso de orden y método: pero este es trabajo de poca monta dada la importancia que se atribuye a las obras legadas por Aizquibel.

Célibe, alto, de fisonomía seca y severa, vascongado puro en sus rasgos físicos y morales, laborioso hasta la exageración, sobrio en sus costumbres, tal era el diligente filólogo, el caballero guipuzcoano D. José Francisco de Aizquibel, el hijo de Izarraiz, a quien el bardo Iparraguirre dedicó su composición ¡Viva Euskera! 

Esta poesía, como otras varias de su autor, ha sido puesta en música por él mismo, y trascrita para piano ha sido incluida por el Sr. Santesteban en su ya citada Colección de aires vascongados.

En el apéndice de música que va al final de este tomo verán los lectores del Cancionero el zortzico de Iparraguirre ¡Viva Euskera! 


¡Viva Euskera! 

1. 


Españian da guizon bat

Beardeguna (1) maita,

Francisco Aizquibel jauna,

Euskaldunen aita. (2) 

Chit da guizon prestua (3) 

Eta jakinsua, (4) 

Errespeta dezagun

Gure maisua. (5)


2.

Oguei ta aimbeste urtetan

Bizi da Toledon,

Izarraizco semea

Ez da beti lo egon;

Liburuen gañian

Lanean gau ta egun

Gure euskera maitea

Galdu ez dezagun.

3.

Arabe eta hebreo 

Danac danac beera,

Nere adiskideak

¡Viva, Viva Euskera!

Biotzean gurutza (7) 

Eskuan bandera

Esan lotsarik gabe 

Euskaldunac güera.


4. 

Pakean bicitzeco

Gure mendietan.

Euskera itzeguin bearda (8) 

Batzarre (9) danetan;

Ta euskaldunen izena

Gueroco eunkietan (10) 

Famatua izangoda 

Alde guztietan.


TRADUCCIÓN CASTELLANA.

1.

Existe en España un hombre a quien debemos querer; (es) D. Francisco Aizquibel, padre de los bascongados. (2) 

Es hombre muy probo y sabio: respetemos a nuestro maestro.

2.

Veintitantos años hace que vive en Toledo, y no ha estado siempre dormido el hijo de Izarraiz. (I: Izarraiz o Itzarraiz, montaña muy elevada entre las villas de Azpeitia, Azcoitia, Deva y Cestona, riquísima en canteras de mármol de diversas clases y colores.) 

De día y de noche trabajando sobre los libros, para que no perdamos nuestra querida lengua euskara. 

3.

El árabe y el hebreo, (y todas las demás lenguas) abajo. (ab: Es decir: “Cedan su puesto el árabe y el hebreo a la lengua euskara..." ) 

Amigos míos, ¡viva, viva el idioma euskaro!

La cruz en el pecho, la bandera en la mano, digamos muy alto: Somos vascongados.

4.

Para vivir en paz en nuestras montañas es preciso habar en todas las juntas (o reuniones) el euskara; (y así) el nombre de los Euskaldunas gozará de alto renombre por do quiera en los siglos venideros.

(1) Bear, bearra, necesidad: beardeguna, que debemos. 

(2) Euskaldunen aitá (arriba aita), padre de los vascongados. Desígnale con este calificativo por su amor a su país y su lengua, y por su afecto a todos los vascongados.

(3) Prestu-a, probo, honrado.

(4) Jakintsua, jakiña, jakindun-a, sabio.

(5) La edición de Santesteban dice

Bay, gure maisua,

verso que se acomoda mejor a la música, pues en ella no es fácil marcar debidamente como en la lectura la diéresis que debe existir sobre la i, y sin la cual el verso aparece manco.

(6) Beera, abajo.

(7) Gurutza, contracto por gurutzea.

(8) Itzeguin bearda. Es preciso hablar.

(9) Batzarre-a, junta, reunión. 

(10) Eunki-a, (de cien) un siglo. Gueroco eunkietan, en los siglos venideros. 


II.

Zolferinoko ixua!

Poesía por A. Salaberri.

(Dialecto bajo-navarro) 

¡Cuán hermosa es la luz, cuán bello el espectáculo de la naturaleza, cuán consoladora para el espíritu la presencia de los seres amados!

¡Cuán desgraciado es el pobre ciego que no puede conocer los colores del prisma, ni apreciar el azul de los cielos, el verdor de los campos, la extensión infinita del mar, los variados matices de las flores, las bellezas del arte, los ingeniosos productos de la industria, muchos de los más prodigiosos descubrimientos de la ciencia!

Y si ese ciego ha visto antes la luz y ha contemplado las maravillas de la naturaleza y del arte, y ha gozado a la presencia de su madre, de su amada, y de cuantos seres le eran queridos, ¡cuán terrible debe ser la evidencia de los funestos efectos de un desgraciado accidente de la vida que cubre sus ojos de espesa niebla y le condena a la mortal oscuridad de una eterna noche, cuán sombríos sus pensamientos, cuán grande su 

aislamiento, cuán mísera su existencia!

Tales reflexiones me sugiere la vista de uno de esos desgraciados seres, privados de la contemplación del Sol, el más bello de los astros, y ellas han brotado espontáneamente de la pluma a la lectura de la preciosa 

poesía Zolferinoko ixua!, que ofrezco a continuación de estas lineas.

Zolferinoko ixua!, obra de un bardo popular del país vasco, que ha hallado su inspiración en su propia terrible desgracia, es una composición tierna y delicada por su asunto, bellísima por su forma literaria, verdaderamente admirable en un poeta popular, y mereció con justicia ser premiada en el Concurso de Sara de 1864, al que fue presentada por su autor.

¡Cuánto sentimiento hay en ella, con qué melancólica tristeza refiere el poeta su ausencia del pueblo natal, su terrible desgracia y su angustiosa situación!

Cuánta pena reflejan estos dos versos, que describen ya gráficamente su existencia:

Bethico gaua, ¡gau lazgarria! begietara zait jauxi, 

Ene herria, ene lagunak nihoiz ez behar ikhusi!

¡Qué cristiana resignación manifiesta en su última estrofa, mostrándose temeroso de haber ofendido a Dios con sus quejas e implorando su perdón y su clemencia!

Todo esto, unido a la pulcritud de la forma, a la sobriedad de la frase, a la exactitud de la medida, y a la facilidad que se nota en la versificación, hacen que esta poesía me parezca una de las más bellas y más sentidas que he leído en lengua euskara, y que le haya señalado este lugar en las páginas del Cancionero. 

Su autor, el Sr. A. Salaberri, el soldado de Solferino, el pobre ciego, vive aún, según he sabido muy recientemente, y habita no recuerdo si en Sara o en Urrugna (Urruña), su pueblo natal, en la vecina frontera francesa. 

Siguiendo la costumbre casi general en nuestros poetas populares de calcar sus producciones sobre la música de un canto conocido cualquiera, Zolferinoko ixua ha sido escrita sobre el aire de la composición: “Bard'arraxean arnexetarik boz bat entzun dut ederrik..., que no me es conocida.

He aquí ahora la sentida inspiración de M. (A.; M. : Messieur, Monsieur, Mister) Salaberri:

Zolferinoko ixua! (1)

Harmen hartzera deitu ninduen gazterik zorte exayak; (2) Urrundu (3) nintzen, herri alderat (4) itzuliz (5) usu (6) begiak, 

Itzuliz usu begiak.

Zorigaitzean (7) baitut ikusi Zolferinoko hegia! (8) 

Alferretan dut geroztik deitzen iguzkiaren argia, 

Iguzkiaren argia.

Nihoiz (9) enetzat (10) ez da jaikiren (11) goizeko argi ederra, 

Zeru gainetik nihoiz enetzat dirdiraturen izarra, 

Dirdiraturen izarra.

Bethico gaua, (gau laz garria!) (12) begietara zait jauxi; (13) 

Ene herria, ene lagunak nihoiz ez behar ikusi...! 

Nihoiz ez behar ikusi!!

Ene amaren begi samurrak (14) bethiko zaizkit eztali, (15) 

Maiteñoaren begithartea (16) behin bethico (17) itzali... 

Behin bethico itzali!

Ez aipha (18) niri landa hegitan (19) sortzen (20) den lili (21) ederra; Othoi ez aipha, urachalean (22) arinik dohan ainhara, (23) 

Arinik dohan ainhara.

Larrainetako (24) haritz, gaztaina, mendietako ithurri, 

Horiek oro (25) enetzat dire amex histu (26) bat iduri, 

Amex histu bat iduri.

Herriko bestan, (27) gazte lagunak kantuz plazara dohazi, 

Eta ni beltzik, (28) etche zokhoan, (29) irri egiten ahantzi! (30) 

Irri egiten ahantzi!

Oraino gazte, gogoz ez hoztu, eta biziak loxatzen... 

Dohabea! (31) zer eginen dut Jaunak ez banau laguntzen?

Jaunak ez banau laguntzen? 

Ai aski hola! Jainkoa barka! begira (32) zure haurrari; 

Konxolamendu zerbait emozu; (33) noizbat duzun urrikari, (34)

Duzun noizbat urrikari.


El ciego de Solferino.

La suerte adversa llamóme de joven al servicio de las armas, y alejéme (de mi país), volviendo sin cesar los ojos al pueblo natal.

Por mi desdicha he visto la colina de Solferino, (s) y en vano desde entonces (llamo) a la luz del Sol, (o aspiro a contemplarla.)

(s) En dicho punto tuvo lugar el 24 de junio de 1859 la sangrienta batalla entre los ejércitos franco-italiano y el austríaco, a la que asistió como soldado y en la que quedó ciego el autor de esta composición.

Jamás amanece para mí la hermosa luz de la mañana (o el sol del día); jamás llega hasta mí el brillo de las estrellas del cielo.

Noche eterna, ¡horrible noche! ha descendido sobre mis ojos. ¡Ya nunca más podré contemplar mi pueblo ni mis amigos!

Ocultáronse por siempre para mí los tiernos ojos de mi madre; oscurecióse de una vez para siempre el rostro de mi amada.

No me habléis de la hermosa flor que brota al borde de las praderas; por favor, no me habléis de la golondrina que cruza ligera por la orilla de las aguas, (porque yo no puedo contemplarlas.)

no me habléis de la golondrina que cruza ligera por la orilla de las aguas


Los robles y los castaños de los prados, las fuentes de las montañas, todo ello paréceme como (recuerdo de) un sueño que pasó.

El día de la fiesta del pueblo, mis jóvenes compañeros acuden cantando a la plaza, y yo condenado a eterna oscuridad permanezco en el rincón de mi hogar, y (en mi soledad y mi dolor), hasta se me ha olvidado a reírme (N. E. chocará “a reírme”, reír, el reír, cómo reír, la risa &c).

Joven aún, lleno de deseo, y me avergüenzo de la vida. Desgraciado de mí, ¿qué he de hacer si Dios no me ayuda?

Pero... basta ya! Perdóname, Señor. Mira a esta criatura tuya y préstame algún consuelo, si soy digno de tu piedad.

(1) Ixu-a, bn., itsu-a, vizc., lab., bn., itsu-a, ichu-a, g., v., ciego.

(2) Exai, exaya, bn., etsai, etsaya, g., lab., enemigo. Sinónimos: erabea, erarioa, g., v. - Zorte etsaya, la suerte enemiga, el adverso sino.

(3) Urrundu, alejarse. - Sinónimos: urrutiratu, aztandu, aragotu.

(4) Herri-a, bn., l., erri-a, g., v., el pueblo. Herrialdera, hacia el pueblo...

(5) Itzul, itzuli, (y también ichuli, guip.), itzultzen, g., v., l., bn., volver de un lado a otro, tornar, restituirse.

(6) Usú, bn., lab., adv. de tiempo, a menudo, frecuentemente. (N. E. usual, de usu latín) Sinónimos: Sarritan, sarricho, maiz, maizcho, askotan, askitan, anitzetan.

(7) Zorigaitzean, en mal hora.

(8) Hegi-a, bn., colina. En lab. hegi, significa borde, sea del mar, de la ribera, de un bosque, de un campo, etc. Empléase también esta voz para indicar un país o una tierra, y así Zolferinoko hegia, podría traducirse en este dialecto por la tierra o el país de Solferino.

(9) Nihoiz, lab., bn., iñoiz, g., iños, v., alguna vez. Nihoiz ez, nunca, jamás. (N. E. inglés, ever, never; alemán, nie, niemals)

(10) Ene, lab., vizc., bn., mío. Sinón. del guip., nere. Enetzat (o neretzat), para mí.

(11) Jaiki, jaikitzen, lab., bn., g., jeik, jeiki, bn., levantarse.

(12) Lazgarri-a, bn., adj. espantoso, horrible, pavoroso.

(13) Jauxi, jauxten, lab., bn., jachi, jaichten, g., jatsi o jacsi, vizc., bajar.

(14) Samur, samurra, en los div. dial., tierno. 

(15) Eztali o estali, estaltzen, cubrir, ocultar. 

(16) Begitharte, bn., beguitarte, g., v., l., rostro, cara.

(17) Behin bethico, l., bn., bein betico, g., v., de una vez para siempre.

(18) Aiphatu, bn., aipatu, aipatzen, lab., (o como se usa más comúnmente en los dial. g. y vizc., aitatu, aitatzen), mencionar, hablar de algo.

(19) Landa, en los div. dial., prado, pradera. Landa hegitan, al borde de la pradera. (N. E. Del galo landa “tierra”. 1. f. Gran extensión de tierra llana en que sólo se crían plantas silvestres. - Land, Länder, alemán; land inglés; Nederlanden o Niederlanden, tierras bajas (Pays Bas), Holanda; Groenlandia, Greenland, Ireland, England, Scotland, &c.)

(20) Sortu, sortzen, lab., bn., g., nacer, germinar, engendrar. (N. E. surgir; surgere; sortir)

(21) Lili-a, bn., lab., flor. - Sinónimo: Lore-a. (N. E. Lilio, lilium, lirio, Lis, Lys, azucena, cala, muguete; https://dle.rae.es/lirio#A3x7aCT )

(22) Ur achalean, literalmente, en la corteza del agua, o sea, en la orilla. (N. E. En la superficie, “El vuelo bajo de la golondrina augura lluvia”, https://www.lavanguardia.com/participacion/las-fotos-de-los-lectores/20210416/6931342/vuelo-golondrina-augura-lluvia.html)

(23) Ainhara, bn., lab., enada, lab., guip., vizc., golondrina.

(24) Larraina, es abreviación de Larre-gaina. Larre-a significa pradera, y también campo o tierra inculta. (N. E. Como landa, ver nota 19)

Desígnase también con este nombre a los prados o pequeños campos donde se reúnen los días festivos a bailar y a solazarse los muchachos y muchachas de los pequeños pueblos y especialmente de los barrios rurales del país.

(25) Oro, bn., lab., g., todo, cada uno de... 

(26) Hix, histe, histu, lab., marchitarse. Amex histu bat... un sueño o una ilusión marchita.

(27) Herriko bestan, la fiesta local. (N. E. del pueblo, herri, erri, herria, erria; bestan : fiesta)

(28) Beltzik. Creo que esta voz está usada aquí en el concepto de a oscuras.

(29) Zokhо, bn., zoko, g., l., rincón. Eche zokoan, en el rincón de mi casa, o arrinconado en ella. (N. E. Alemán, Ecke, rincón, ángulo)

(30) Ahantzi, l., bn., olvidar.

(31) Dohabe-a, dohakabe-a, desgraciado.

(32) Begira. Es imperativo del verbo begiratu, mirar.

(33) Es 2.a pers. del sing. del presente de imperativo del verbo emon o eman, dar.

(34) Urrikari, l., bn., que excita a piedad o a compasión.

III.

Nere etchea, edo laboraria.

Poesía por D. J. B. de Elizamburu.

(Dialecto labortano)



Encarecer las ventajas que ofrece el cultivo de la tierra, y la satisfacción que se encuentra en acrecentar merced a nuestro propio trabajo el valor de la herencia recibida de nuestros mayores, tal es el fin que se ha propuesto en esta composición el Sr. Elizamburu, autor de otras varias producciones del mismo carácter popular.

Escrita con encantadora sencillez, mostrando un profundo amor al suelo natal santificado por el trabajo de sucesivas generaciones, y el culto a la familia y a los placeres del hogar tal como lo practicaban nuestros austeros antepasados. Nere etchea es un idilio encantador que describe con placenteros colores la tranquila y sosegada vida de los que sencillos en sus aspiraciones, inocentes en sus placeres, y dotados de una gran simpatía hacia la naturaleza, habitan felices en el campo, "ni envidiados ni envidiosos", y gozándose en su propia suerte.

Todo en ella es sencillo y espontáneo, y en su misma sencillez y en su dulzura estriba el principal mérito de esta composición, notable por más de un concepto.

La descripción de la primera estrofa es esencialmente poética: aquella casita blanca situada sobre una colina, rodeada de cuatro grandes robles, con una fuente en sus inmediaciones, y un blanco perro a su puerta, presentada como el poeta la presenta y vista a la tenue luz de la alborada, convida, en efecto, a la tranquilidad y a la sosegada vida del campo.

La estrofa segunda muestra ese amor entrañable al país nativo, que distingue aún a nuestros montañeses, que encuentran mil veces más bella su rústica choza, llena de encantadores recuerdos que hablan sin cesar a sus sentidos y su corazón, al más formidable palacio o a la más deliciosa quinta, que no las cambiaran ellos por su ennegrecida casa ni por sus estériles campos regados por el sudor de sus padres y de sus abuelos.

Las estrofas tres a seis pintan admirablemente la felicidad del labrador que se goza en su tranquila vida y se afana en sus trabajos, recreándose al pensar en sus bienes, producto de su ruda labor, y en los seres que le rodean y a quienes proporciona agradable existencia.

La séptima nos presenta el elocuente ejemplo de la caridad, pura y noble, exenta de toda ostentación mundana: y en las tres estrofas siguientes con que termina la composición se ve el amor a la familia y el orgullo del esposo y del padre a la contemplación de las virtudes de su mujer y de sus hijos, y ante las risueñas esperanzas que vislumbra sobre el porvenir de estos.

Tal es, en resumen, esta lindísima composición, digna ciertamente de estima, no sólo por su fondo sí que también por su bellísima forma, por la pureza de su lenguaje y su correcta versificación, adaptada a uno de tantos característicos cantos vascongados.

Su autor, el Sr. D. J. B. Elizamburu, verdadero poeta popular, pues todas sus composiciones están inspiradas en el amor al país, calcadas en sus costumbres y escritas para solaz y enseñanza del pueblo, es un veterano del ejército francés, en el que ingresó voluntariamente en 1829.

Oficial en 1858, capitán de granaderos de la guardia imperial en 1870, pidió y obtuvo hace poco más de un año por causa del delicado estado de su salud su pase al servicio pasivo en espera de su retiro definitivo, y vive hoy feliz en su país natal, en una modesta posesión de Behovia.

Nació en Sara en 1829 y cuenta por tanto cincuenta años, y aunque ha permanecido durante veintisiete alejado de su país, tan larga ausencia no ha bastado a entibiar su amor al suelo originario ni su cariño a la lengua de sus mayores.

La preciosa composición Nere etchea, que tengo el gusto de dar a conocer a continuación a los lectores del Cancionero, fue escrita por el Sr. Elizamburu allá por los años 1860 a 1865:


Nere etchea, edo laboraria. (1) 

1.

Ikhusten duzu goizean,

argia hasten denean,

menditto (2) baten gainean

etche ttikitto aitzin churi bat -

- lau haitz handiren artean,

ithurritto bat aldean,

chacur churi bat athean?

Han bizi naiz ni bakean.


2.

Nahiz (3) ez den gaztelua

maite dut nic sor-lekhua (4)

aiten-aitec (5) hautatua; (6)

Etchetic campo zait iduritzen -  

- nombait naizela galdua,

nola han bainaiz sortua,

han dut utzico mundua

galtzen ez badut zentzua, (7) 


3.

Ez da lurrean gizonic

Printzeric ez erregeric

ni baino hobeki (8) denic;

Badut andrea, badut semea, -

- badut alaba ere nic,

osasun ona batetic

ontasun aski bertzetic,

zer nahico dut bertzeric?


4.

Goizean hasiz lanean

arraxa heldu denean

nagusi naiz mahainean; (9)

Giristino (10) bat ona dut hartu -

- nic emaztea hartzean,

ez du mehe egunean (11) 

sartuco uste gabean

chingar-hechur bat (12) eltzean.


5.

Etchean ditut nereac

akhilo, (13) haitzur, (14) goldeac, (15)

uztarri (16) eta hedeac; (17)

Jazko (18) bihiaz (19) ditut oraino -

- zoko guziac betheac, 

nola iragan (20) urtheac

ematen badu bertzeac 

ez gaitu hilen goseac.


6.

Landaco hiru behiac

esnez hampatu dithiac, (21)

aratze (22) eta ergiac, (23)

bi idi handi copetazuri - (24)

- bizkar beltz, adar handiac,

zikiro, (25) bildots guriac,

ahuntzac (26) eta ardiac,

nereac dire guziac.


7.

Ez dugu behar lurrean

aise (27) biziric etchean,

utzi laguna gabean;

yende-beharrec (28) ez dute yotzen - 

- gure etcheco athean,

non ez duten mahainean,

othuntz-ordua (29) denean,

lekhua gure aldean.


8.

Piarres nere semea,

nahiz oraino gaztea,

da mutico bat ernea; (30) 

goizean goizic bazken (31) erdira -

- badarama arthaldea; (32)

baitu nere egitea,

segituz nere bidea

ez du galduco etchea.


9.

Nere alaba Cattalin

bere hameca urthekin

ongi doha amarekin;

begiac ditu amac bezala -

- zeru-zola (33) bezain urdin;

oraico itehurarekin (34) 

uste dut demborarekin

andre on bat dion egin.


10. 

Nere emazte Maria

ez da andre bat handia,

bainan emazte garbia;

musu (35) batentzat etchean badut -

- nic nahi dudan guzia;

galdegiten dut (36) grazia

dudan bezala hasia

akhabatzeco bizia.


Mi casa, o el labrador. 

1.

¿Ves al nacer la aurora sobre una colina una pequeña casa muy blanca, rodeada por cuatro grandes robles, con una pequeña fuente al lado y un perro blanco a su puerta? Pues allí vivo yo en santa paz. 

2.

Aunque no es un castillo estimo yo (más que si lo fuera) la casa nativa levantada por mis abuelos. Fuera (o lejos) de ella, paréceme que me hallo perdido, y como allí vi la luz primera desde allí también he de abandonar el mundo, al menos que no pierda el juicio. 

3. 

No hay en el mundo hombre alguno, ni rey ni príncipe, que viva más feliz que yo. Tengo esposa, tengo un hijo y una hija, gozo por un lado de excelente salud, tengo por otro los bienes suficientes: ¿qué más puedo desear?

4.

Comienzo a trabajar de madrugada y al llegar la noche soy el amo en mi mesa. Una buena cristiana tengo por compañera, y a buen seguro que en día de vigilia no entrará en nuestro puchero, ni aun por descuido, un solo hueso de jamón (o de carne.)

5.

Poseo en mi casa (los necesarios) aguijones, azadas, arados, yuntas y correas. Todos los rincones de mi casa se hallan llenos todavía de granos del año anterior, y como la recolección actual sea como su predecesora no ha de matarnos el hambre. 

6.

Las tres vacas que llenas sus ubres de leche se ven en el campo, los terneros y novillos, dos grandes bueyes de blanca frente, de negra espalda y de grandes cuernos, los carneros y los gordos corderos, las cabras y las ovejas, todo, todo ello es mío.

7.

Viviendo tan holgadamente en casa no debemos dejar fuera de noche al prójimo; y así no llama un necesitado a nuestra puerta que no halle puesto a nuestro lado en la mesa a la hora de comer.

8.

Mi hijo Pedro, aunque joven todavía, es un muchacho despejado: por las mañanas muy temprano conduce a pastar el rebaño de ovejas; y como se da a mí, (en sus aspiraciones, en su amor al hogar), a seguir mi camino no ha de perder la casa.

9.

Mi hija Catalina, que sólo cuenta once años, está bien al lado de su madre. Tiene los ojos como ella, azules cual el cielo, y con tal traza creo que con el tiempo hará una buena esposa.

10. 

Mi esposa María no es una mujer de grandes alcances pero es una esposa fiel; con un beso, consigo en mi casa cuanto deseo, y sólo pido a Dios gracia para acabar mi vida tan feliz como la he comenzado.

(1) Laboraria, el labrador. (N. E. laborare, labrar; llaurar, llaurador, llauraor, llauradó; todas vienen de “laburo”, que trajo de Argentina un gran trabajador que se llamaba Mono Mario, alias “ari” G.)

(2) Las dos tt equivalen para la pronunciación a la tch, muy dulce. Así menditto se pronuncia menditcho, sin que se deje oír apenas el sonido de la t; ttikitto, tchiquitcho, etc.

(3) Téngase en cuenta para la medida de este verso que los vasco-franceses conceden verdadero valor prosódico a la h, y que por tanto na-hiz forma dos sílabas.

(4) Sor-lekhua, lugar nativo.

(5) Aiten aitec, los padres de los padres, los abuelos o progenitores.

(6) Hautatu, hautatu-a, elegido. 

(7) Zentzu-a, g., l., zenzu-a, vizc., sentido, juicio. (N. E. De zentzu proviene el latín sensu, y la catalanísima palabra seny. Las tablas de la ley las bajó Karles desde el Puig de Mont Sens, o sea, desde lo alto, podium, podio, pueyo, pui, puy, del Montseny. Algunos traductores lo han traducido por Mont Sinaí y Moisés, Moses, omitiendo el nombre de Carles, CharlesCarlos, Carolus, Karl &c.)

(8) Téngase por repetida la advertencia de la nota 3, y cuídese de que no existe sinalefa en baino hobeki, que constituye cinco sílabas en esta forma bai-no-ho-be-ki.

(9) Mahain-a, lab., bn., mai, maya, g., mesa. 

(10) Giristino-a, lab., cristiano. Sinónimo cristaua.

(11) Mehe egun-a, día de vigilia o de abstinencia de carnes.

(12) Chingar-hechur bat, un solo hueso de jamón, ni un pedacito de jamón o de carne. - Chingarr-a, l., bn., trozo de jamón. - Hechur, hechurra, hueso.

(13) Akilo, akillo-a, lab., akullu-a, akullo-a, akulu-a, en los div. dial. el aguijón que emplean los boyeros para avivar al ganado.

(14) Haitzur, haitzurra, l. achur, achurra y también aitzur, aitzurra, g. v., bn., la azada. (N. E. eixadella, aixadella, eixada, aixada)

(15) Goldea. Desígnase con este nombre en los diversos dialectos de la lengua euskara el arado de un solo hierro o reja. Si consta de cinco hierros recibe el arado los nombres de bostortza y ataillea, y los de nabasaia, tragaltza o dragaltza, y area, cuando consta de más. 

Como sinónimo de goldea úsase también, especialmente en el dial. vizc., la voz eshea.

(16) Uztarri-a, en los div. dial. yunta. (N. E. yugo, uncir, yunto, jou, iunctus-a-um, junto, junta, adjunto, uncido, enlazado, iungere, cónyuge, coyunta, coyunda, &c. https://etimologias.dechile.net/?yunta)

(17) Hede-a, lab., g., v. Desígnase con este nombre la tira de cuero que usan generalmente nuestros labradores para sujetar los bueyes a la yunta.

(18) Jaz por igaz, el año pasado.

(19) Bihi-a, l., bn., grano.

(20) Iragan, adv. anteriormente, el año pasado.

(21) Dithi-a, titi-a, teta, mama.

(22) Aratze-a, aretze, aratche, aretche-a, l., bn., ternero. - Sinón.: Chala, chahala, zecor, checorra.

(23) Ergi-a, lab., utrero, el novillo de dos a tres años.

(24) Copeta, la frente. - Bi idi handi copetazuri, dos grandes bueyes de blanca frente.

(25) Zikiro-a, chikiro-a, (contracto de zikiratua) carnero castrado.

(26) Ahuntz-a, lab., bn., auntz-a, g., vizc., cabra.

(27) Aise, lab. aisa, guip. adv. fácilmente: aquí más bien holgadamente.

(28) Yende-beharra, gente necesitada, los pobres.

(29) Othuntz-ordua: contracción de othuruntz-ordua, la hora de comida

(30) Erne-a, lab., ernai-a, g., listo, despejado.

(31) Bazka, pasto. (N. E. b : p : bazka, pastar, pasturar, pastorear, &c.)

(32) Arthalde-a, rebaño de ovejas.

(33) Zeru-zola, literalmente el fondo del cielo. Zeru-zola bezain urdin, azules como el azul del cielo.

(34) Itchura, l. bn., ichura, g. v., aspecto.

(35) Musu-a, en los div. dial. beso. Musu batentzat echean badut... literalmente para un beso tengo en casa..., es decir, "con un beso, con una sonrisa, logro yo en mi casa cuanto deseo."

(36) Galdegiten dut, pido... 

IV. 


Contzecirentzat.

Poesía por D. Indalecio Bizcarrondo.

(Dialecto guipuzcoano)


Cuéntase esta composición entre las más conocidas del simpático y desgraciado Vilinch.

Escrita el año 1858 obtuvo diversas reimpresiones y alcanzó bien pronto gran celebridad, y puesta en música por el maestro J. J. Santesteban e incluida en su Colección de aires vascongados ha llegado a hacerse 

verdaderamente popular en Guipúzcoa.

Contzecirentzat, como todas las poesías de Vilinch, se distingue por la fuerza del sentimiento, la finura de la frase y la belleza del lenguaje, cualidades que imprimen un sello especial a todas las producciones del 

inspirado vate donostiarra, tan apreciadas por todos los amantes de nuestra propia especial literatura.

En el Apéndice que va al final de este tomo hallarán los lectores la música puesta por el maestro Santesteban a esta lindísima poesía de Vilinch. 


Contzecirentzat.


Cantatutzera indar aundico

Desio batec narama, (1) 

Contzeci zuri nai dizut eman

Mereciya dezun fama:

Gure Provintzi Guipuzcoacuan

Igualic gabeco dama,

Berincatuba izan derilla

Zu eguin zinduben ama.


Cedorrec uste etzenubela

Egon nitzaizun beguira, 

Lembicicuan oñetara ta

Urrena berriz guerrira:

Oñac dituzu chiqui politac

Gustagarriyac chit dira,


(1) En mi humilde opinión estos dos versos hubieran quedado mejor, sin inversión de ningún género, en esta forma:

"Indar aundico desio batec

Cantatutzera narama...


Guerriyan berriz eman litzazque

Cana (2) bat cintac bi gira.


Andic urrena ipiñi nizun

Erreparua (3) pechura,

Ordubanchen bai eman nizula

Aingueru baten ichura: (4)

Jaungoicoac berac deitu izan balit

Iyo (5) nerilla Cerura,

Zure ondotic ara juan biarrac

Emango ciran tristura.


Ondoren jarri nitzan demboran

Beguiratubaz lepora,

Biyotzac sallo eguiten ciran

Irten nayian campora:

Irten ta zuzen badaquit cierto

Juango zan zure colcora,

Nic jaquitera nai cenubela

Utzico nion gustora.


Atentziyua beguiyetara

Paratu nizun seguiran,

Ez daquit cierto beguiyac ero

Eguzqui berri bi ciran:


Ondo icusi ez nizquitzun ta

Nola esango det cer dirán,

Beguiratutzen nizun guziyan

Bista quendutzen ceniran.


Ille beltz eder dizdizariya

Oparo (6) dezu buruban,

Comparatzeco baliyo duben

Sedaric ez da munduban:

Trentzac eguiñic cenecan dana

Erreguiñ baten moduban,

Diamantezco coro eder bat

Falta citzaitun orduban.

Oincho politac, guerriya mia, 

Graciya milla pechuban,

Lepo biribill diruriyena

Eguin berriya tornuban:

Pare gabeco begui arguiyac,

Ille ederra buruban, 

Zu baño aingueru politagoric

Ez da izango Ceruban.


Beti arico naiz Jaunari escaca (7)

Ondo izan zaitecela,

Etzazula uste nere biciyan

Zutzaz astuco naicela:

Escumuñac (8) maiz (9) bigal (10) nazquitzu

Orain artian becela, 

Aimbeste eguin biar dirazu

Penaz ilco naiz bestela.


A Concepción.

Un vivo deseo guíame hoy a cantar (o a pregonar tu belleza): Quiero, Concha, darte la fama (o el nombre) que te mereces.

Dama sin par en Guipúzcoa, bendita sea la madre que te dio a luz. (N. E. que te parió)

Sin que tú lo creyeras estuve contemplando (el otro día), primero tus (lindos) pies, después tu talle.

Tienes los pies pequeñitos y muy agradables, y en tu cintura una vara de cinta puede dar dos vueltas completas.

Púseme después a contemplar tu seno, y entonces sí que creí notar en ti el aspecto de un serafín.

Si Dios mismo me hubiera llamado al Cielo en aquel instante, hubiérame dado pena el abandonarte para marcharme.

Cuando poco después me puse a mirar tu cuello, mi corazón palpitaba (de entusiasmo) queriendo saltar de su sitio.

Yo sé que a haber logrado escaparse hubiera ido derechito a tu pecho, y a saberlo que lo hubieras acogido, le hubiera dejado marchar con mucho gusto.

Inmediatamente después fijé mi atención en tus ojos, y aún no sé de cierto si eran ojos o eran dos nuevos soles, pues no habiéndolos podido ver (bien) no puedo afirmarlo. Cada vez que me fijaba en ellos disipábase mi vista por completo (con su brillo o su hermosura.) 

Ostentas con abundancia en tu cabeza un cabello tan negro y tan brillante que no hay seda en el mundo que pueda compararse con él.

Todo él lo tenías sujeto en grandes trenzas a manera de una reina, y para parecerlo por completo sólo te faltaba en aquel momento una corona de diamantes.

Pies bellísimos, delgado talle, el pecho lleno de (seductoras) gracias, un cuello redondo que parece acabadito de salir de un torno, ojos animados sin par, y hermoso cabello, no es posible que haya en el Cielo un querubín más hermoso que tú.

No cesaré de pedir a Dios por ti, pues en mi vida podré olvidarme de tu belleza; (y por tu parte) envíame a menudo, por favor, recuerdos tuyos como hasta aquí, pues de otro modo me matará el pesar.


(2) Cana, una vara de medida.

(3) Erreparua, la atención. Empléase como sinónima de esta, especialmente en el dial. vizc., la voz arreta.

(4) Ichura, aspecto, apariencia.

(5) Iyo, igo, subir.

(6) Oparó, abundantemente, en abundancia. Sinónimos: Iori, ioriró, ugari, ugariró, naroro.

(7) Escaca, pidiendo.

(8) Escumuñac, (literalmente equivale a besos de manos), memorias, recuerdos.

(9) Maiz, adv. a menudo. - Sinónimos: Maizcho, sarri, sarritan, sarricho, ascotan, askitan, anitzetan, usú.

(10) Bigaldu, bidaldu, bialdu, enviar.

V. 

Choriñua caiolan. (N. E. Más arriba he leído kaloian)

(Canción suletina)


El general Saint-Jon dio a conocer hace ya bastantes años como fragmento de una antigua canción, popular en ambas vertientes del Pirineo, la siguiente bellísima estrofa escrita en dialecto bajo-navarro:

"Choriñoac kaiolan 

Tristeric du cantatcen;

Duelaric cer jan

Cer edan,

Campoa du desiratcen,

Ceren, ceren

Libertatia ain eder den."

Treinta años después, Mr. Sallaberry, de Mauleon, ha reproducido esta canción en su excelente colección de Chants populaires du Pays Basque, notándose en esta versión, no solamente los ligeros cambios motivados por la variedad del dialecto en que era presentada, sino también el aumento de dos estrofas más, que el lector verá reproducidas en la composición que sigue a estas lineas.

La primera de las dos agregadas por M. Sallaberry forma desde luego sin género alguno de duda parte integrante del fragmento dado a conocer por el general Saint-Jon, pues es el mismo no sólo el asunto de ambas, sí que también su tono y su estilo; pero no me atrevo a decir otro tanto respecto a la última estrofa, en la que no encuentro con las dos anteriores toda la debida conexión, aparte de las diferencias que se observan aun en su métrica. Nada se sabe del autor de esta pequeña composición, como sucede a menudo con las obras poéticas de este país, que nacen espontáneamente de un bardo popular cualquiera, y corren de boca en boca, viviendo siglos quizás confiadas a la tradición que acaba al fin las más veces por desfigurarlas cuando no por perderlas. 

En las canciones vascas, compuestas casi siempre para ser acomodadas a la música es muy común cantar y aun escribir sólo la primera estrofa o estancia, y de ahí que a menudo se conserve únicamente esta de gran número de composiciones de mayor extensión.

Así se comprende perfectamente que el general Saint-Jon no conociera más que un solo fragmento de la canción Choria caiolan completada más tarde por Mr. Sallaberry, y que tengo el gusto de reproducir a continuación. 

Choria caiolan es una composición tierna y sentida como casi todas las que posee la literatura euskara.

Su pensamiento capital no puede ser más sencillo: limítase por medio de un breve ejemplo a cantar el amor a la libertad, ingénito, a pesar de cuanto se ha dicho en contrario en nuestros días, en los hijos de la tierra euskara. El desarrollo de la idea es natural y espontáneo, y completamente conforme con la índole de la composición, cuya primera estrofa, que es la que envuelve el pensamiento capital, me recuerda entre otras muchas escritas sobre el mismo tema, una del popularísimo 

cantor vizcaíno D. Antonio de Trueba incluida con el título de Pájaro libre en su excelente libro de las montañas.

A fin de que se comparen ambas composiciones no juzgo inoportuno reproducir a continuación la de Trueba, cuyas obras poéticas sentidas en su mayor parte al calor de estas verdes y abruptas montañas e inspiradas en el amor al pueblo euskaro, son vascongadas por esencia, aunque están escritas en la lengua de Cervantes.

He aquí esta bellísima composición:

Pajarillo enjaulado

canta muy triste,

porque sólo está alegre

quien está libre.

Yo feliz pajarillo

rompí mi jaula,

y a cantar vine 

en estas libres montañas.

Hierro no sirvas nunca

para cadenas:

sirve para martillos

con que romperlas.

De la lindísima composición del Sr. Trueba hice hace algunos meses la siguiente traducción literal en dialecto guipuzcoano, cuya inserción en este lugar no juzgo extemporánea, dada la índole del Cancionero. 

Dice así esta: 


Chori librea.


Triste bere cayolan

Du choriyac canta, 

Ezin liteque alegre-

Egon preso dana.

Chori zorionecoa

Ni, nere cayola

Ausi ta etorrinitzan

Egan nere errirá,

Gure mendi ederretan

Libre cantatzera.

Burniya, etzazula iñoiz

Serbitu catcetacó, 

Mallutaraco serbizazú

Cateac puscatutzecó.


Volviendo a la composición choriñua caiolan, objeto de estas lineas, del debo manifestar que la melodía sobre la que ha sido escrita, "llena de frescura y de sensibilidad, y que bastaría a labrar la reputación de su autor, si este no fuera desconocido...", según manifiesta Mr. Michel, (1: (1) Le Pays Basque..., etc. pág. 436.) ha llegado también a nuestros días con diversas variantes que pueden apreciarse por los aficionados a la música vascongada, cotejando los diversos textos que de ella ofrecen Mr. Pascal Lamazou en sus Chants Pyrénéens Mr. Michel en su obra repetidas veces citada Le Pays Basque; Mr. Sallaberry en sus Chants du Pays Basque, y el Sr. Santesteban en 

su Colección de aires vascongados, (número 63.)

La versión que en el Apéndice a este tomo ofrezco de dicha melodía, de un carácter verdaderamente extraño y original, aunque quizás un tanto vaga, está tomada de Mr. Sallaberry. 

He aquí ya esta pequeña composición: 


Choriñua kaloian. 


Choriñuac (1) kaloian (2) 

Tristerik du khantatzen;

Dialarik (3) han

Zer jan, zer edan,

Kampua desiratzen,

Zeren, zeren, 

Libertatia zuiñen (4) eder den!

Kampoko choria

So'giok (5) kaloiari;

Ahal balin bahedi (6)

Hartarik begir'adi, (7) 

Zeren, zeren,

Libertatia zuiñen eder den!

Barda (8) amets egin dit

Maitia ikhusirik:

Ikhus eta ezin mintza

Ezta phena handia, 

Eta ezin bestia?

Desiratzen nuke hiltzia! (9)


Pájaro enjaulado.


El pájaro enjaulado canta muy triste; y aunque tenga en ella que comer y que beber desea el campo, porque, porque la libertad es cosa muy bella. 

Pájaro del campo, (o pájaro que libre vuelas por el campo), mira la jaula y guárdate si puedes de aproximarte a ella, porque, porque la libertad es cosa muy bella. 


Anoche soñé que veía a mi amada: ¿Verla y no poder hablarla no es una pena grande y sin igual? Desearía morirme. 


(1) Choriñua, chorichua, son en los diversos dialectos diminutivos de chori, pájaro.

(2) Kaloia, sulet, caiola g., v., lab., (y también gaiola), jaula. (N. E. garjola)

(3) Dialarik, sulet., dubelarik, g., teniendo, pues es el verbo izan, tener.

(4) Zuiñen o ceñen, porqué. 

(5) So'giok, por so egior, mira; 2.a pers. del sing. del presente de imperativo del verbo so egin, sulet., bn., mirar conjugado en el trato ordinario o en ik.

(6) Ahal balin bahedi. Equivale a la frase guip. Al baldin badek, si acaso puedes... 

(7) Hartarik begir'adi, guárdate de ella, 

(8) Barda, sulet., bn., bart, guip., anoche.

(9) Esta estrofa aparece en la versión dada por el señor Santesteban con las variantes siguientes:

"Bart nic negar eguin det

Icusirican maitea, 

Icusi eta ezin mintza

Ay, au da pena aundia,

Ecin bertzea,

Desiatudet iltzia." 





VI. 

¡Anchinarik ona! 

Poesía por D. Eusebio M.a Dolores de Azcue.

(Dialecto vizcaíno) 


Esta composición, escrita el año 1860, es una intencionada crítica de los tiempos actuales y de la manera de ser moderna, hecha con vivos colores por un ciego adorador del pasado.

La pintura, exacta en ciertos detalles, adolece de gran exageración en otros, y la idea capital que preside a la composición está, en mi sentir, desarrollada de una manera en extremo apasionada.

Pretender en el estado actual de nuestra sociedad el completo aislamiento, tratar de huir de todo contacto con las demás naciones y pueblos, desechar por peligrosas las vías de comunicación, querer que el hombre viva metido en su concha sin roce alguno con gentes extrañas, y caminando a pie como nuestros mayores cuando la necesidad le obliga al movimiento, es a mi juicio, un absurdo de imposible realización en 

nuestros días. 

Por otra parte, ensalzar todo lo pasado por el solo hecho de serlo y condenar todo lo moderno nada más que por ser moderno, es completamente injusto.

No diré yo que el progreso de los siglos no haya contribuido quizás a hacer más afeminado al hombre al rodearle de mayores placeres y comodidades; no afirmaré que ese afeminamiento y el afán que ha engendrado por los goces materiales no hayan tal vez debilitado algo aquella virilidad y aquella entereza de carácter de que hacían ostentación nuestros mayores; no desconoceré, en fin, los inconvenientes que toda innovación, por buena que sea, trae consigo como necesidad ineludible: pero negar que las carreteras, los ferrocarriles, el telégrafo y otras tantas prodigiosas invenciones de nuestros días constituyen un progreso indudable, y combatirlas sistemáticamente, me parece que es cerrar los ojos a la luz y a la evidencia.

Hecha esta salvedad respecto a la idea capital y al fondo de esta composición, por otros conceptos muy estimable, paso a hacer un ligero análisis de ella. 

El autor comienza su severa crítica desde la primera estrofa evocando al primer señor de Vizcaya, que dice desconociera a los modernos vizcaínos si acaso volviera de nuevo a la vida, tal es el cambio que en concepto del poeta se ha efectuado en estos; acentúa la censura en la estrofa segunda hasta el extremo de afirmar que el Dios a quien rendimos culto no es el mismo Dios de nuestros mayores: elogia en las estrofas 8.a, 9.a y 10.a el valor y la pureza de aquellos vizcaínos que calzaban abarca y caminaban a pie: laméntase en la undécima de la construcción de las carreteras, que juzga perjudiciales para el mantenimiento de las buenas costumbres y combate el ferro-carril como un peligro inminente para las seculares instituciones del solar vascongado, y sigue con el mismo espíritu su apasionada pintura en las estrofas XII al XIV, dirigiendo su crítica en las siguientes hasta la terminación de la poesía al tributo que pagamos al extranjero, y especialmente a la nación francesa, siguiendo ciegamente sus modas e imitando en un todo sus costumbres y hasta sus caprichos y veleidades.

Las estrofas III a VIII, en mi sentir las más importantes de la composición, constituyen una rápida ojeada histórica, en la que el poeta con riqueza de detalles y con gran colorido se ocupa de las luchas sostenidas por Vizcaya primero contra los romanos y más tarde contra los leoneses que en son de guerra invadieron su territorio, y de la gloria alcanzada en aquellos combates.

Como se ve por este ligero análisis, ¡Anchinarik ona!, por más que particularmente esté muy lejos de participar de algunas de las ideas sustentadas por su autor, es una composición literaria de importancia, y 

son de notar en ella la erudición del poeta, y su conocimiento de la historia, la lengua y la poesía vascongadas, y su manejo especial del dialecto vizcaíno.

En cuanto a la ortografía, que es la misma del señor Azcue que he conservado escrupulosamente, observará el lector que éste admitía indistintamente y con el mismo valor la c y la k, la c y z en las combinaciones ce y ci, y la h después de j e y.

He aquí ahora para completar estos apuntes los datos biográficos que he podido adquirir del autor de esta composición:

D. Eusebio María Dolores de Azcue era hijo de un cirujano de la villa de Zamudio, (Vizcaya), en la que nació allá por los años 1818 a 1820.

La primera guerra civil carlista vino a interrumpir sus estudios encaminados al magisterio de la Náutica, y como casi todos los jóvenes vascongados de su edad tomó, o mejor dicho le hicieron tomar las armas en el bando carlista.

Terminada la guerra se estableció en Mundaca, dedicándose a la enseñanza de la Náutica, y permaneció muchos años en dicha villa estimado de todos y muy particularmente de sus discípulos.

Cuando se estableció la Escuela de Lequeitio pasó a ella a encargarse de la asignatura de Cosmografía y pilotaje, cátedra que conservó hasta su fallecimiento ocurrido hace cuatro o cinco años en el mismo Lequeitio. 

“Sólo una vez – me dice mi ilustre amigo D. Antonio de Trueba que ha tenido la bondad de facilitarme estos apuntes, - le vi y conversé con él, y quedé prendado de su trato. 

Era modesto sin afectación 

"Azcue, como habrá V. comprendido por lo que de él conoce, no era de los pájaros que cantan sin saber por qué: había estudiado a fondo la lengua y la poesía euskaras.

"A pesar de que la poesía y las matemáticas parecen hacer malas migas, Azcue era un profundo matemático. 

"Cuéntase, o mejor dicho, es un hecho positivo, que hallándose en Mundaca en 1851 le sucedió un caso muy extraño: le propusieron un problema matemático muy difícil y no habiéndolo podido resolver despierto lo resolvió dormido, es decir, soñando."

Tal era D. Eusebio María Dolores de Azcue, el autor de la composición ¡Anchinarik ona! que tengo el gusto de ofrecer a continuación a los lectores del Cancionero, como muestra del género que cultivaba este 

poeta, perdido también en mal hora para las letras vascongadas. 


¡Anchinarik ona! (1)


1. 


Biztuko (2) balitz ere 

Orain Jaun Zuria (3)

Ezagutuko ez leuke

Vizkaiko gentia.

Ordurik ona (4) eguin dau

Mundu zarrak gira, 

Len goijhan (5) egon zana

Etorri da azpira.


II. 

Erakuzten cirian

Lenago arpeguijhak, 

Orain baña guebiltsas

Maskaraz erdijhak.

Asko guztuz aistu da

Euskera gozoa,

Ez dogo esagotuten

Lengo Jaungoicoa. 


III. 

Erromatar soldadu 

Zar eta gaztiak

Ona (7) etorri zirian

Ezarten (8) catiak. 

Trincherakaz egozan

Gogor Gastilburun, (9)

Baña bota zituzan

Euskaldunak urrun.


IV. 

Ijha milla urte guero

Leongo Infantia (10) 

Etorri zan Vizkaira 

Bota ta plantia;

Ez zala gueldituko 

Libre Vizcaitarrik

Leongo erreguiari

Obedidu barik.


V. 

Orduan Jaun Zuria

Eta Iñigo Estegez,

Guizon biyhotz sendoak

Orain guichi leguez. (11) 

Joan cirian laster

Mutill guizonakaz

Euren armak neurtuten 

Arerichoakaz. (12) 


VI.

Uribe ta Marquina,

Orduña ta Orozko, 

Balmaseda ta Arratia,

Guizon ta morrosko, (13)

Arin (14) eldu cirian

Padura ganera,

Leonesai emoten

Euren aloguera. (15) 


VII. 

An izan zan orduan

Burruka (16) sendoa,

Vizkairako glorijha

Beti betikoa.

Leonesak galdu ta

Euren negosijha

Guichik mendi urrunetan

Gorde evan bicijha.




VIII. 

¡Arek bai mutill fiñak!

¡Arek bai guizonak!

Libertade santua

Vizcaijari emonak.

Errijharen izena 

Guero mudau baga,

Len Padura zana, gaur

Da Arri-gorri-a-ga, (17) 


IX. 

Orducoak cirian

Utzak Vizkaitarrak,

Iñok vencidu bako 

Munduan bakarrak;

Vizkaijan jaijho ta azi,

Euskaldunak danak,

Euren leguiak gaitik

Illgo cirianak.


X. 

¿Nun dira orduko guizon

Gueure Patriarcak,

Jhasten (18) zituezanak

Oñetan abarcak? 

Ez zan mando burdirik (19)

Ibilteko euretan,

Nagozijhak ebiltzan

Zamari ganetan.

XI. 

Vizcaijan eguin dira 

Bide-laun (20) zabalak

Libre sartu deitezan

Ekandu (21) zitalak:

Orain gagoz eguiten

Burdiña bidea (22) 

Fueruak igasteko

Segurua atia.


XII.

Lembici zirianak

Aberats errijhan

Orain bici nai dabe

Zorrakaz (23) urrijhan. (24)

Lengo Tronkal-echiak

Dagoz utzik ta otsak,

Iñor ez dala bici

Ez bada gabontzak. (25) 


XIII. 

Nun dira Vizcaitarren

Jhakechu (26) laburrak?

¿Nora mendijhetako 

Igas dabe egurrak?

Arech (27) ta egurrak saldu

Ta erosi gabana, (28)

Au da gaurko eguneko

Guizonen afaná. 

XIV. 

Gaur dabil Vizcaitarra

Mando burdijhetan, 

¿Certarako da indarra

Euki belaunetan?

Preso gabils burdijhan

Zarrak ta gazteak,

Anchinako Vizcaiko 

Guizonen semiak. 


XV. 

Parisen ernetau da

Moda bat astian 

Sustraijhak (29) dituzana

Laster gueure artian:

Ceimbat diru daroian

Urtian kabuan

Españati modeak,

Ez daukat buruan.


XVI.

Ala francesa berba,

Ala francesa jhan, 

Ala francesa jhantsi,

Ala francesa edan:

Española gorputza

Francesa arima,

Au da len esan dodan

Gueure maskaria.

XVII. 

Guztiz azpiratuta (30)

Inguelesak gaukaz

Guri eguiten dozcuzan

Citalkerijhagaz. (31)

Ogueta sei urtian

Dogu adiskidia

Gueure galtsaigarritsat (32) 

Bere mesedia. (33) 


XVIII. 

Au da bicimodua

Orain daukaguna

Lengo guisaldijhetan (34) 

Etzana esaguna:

Ez da lengoa leguez

Oraino guizona,

Munduak gira eguin dau

Ainchinarik ona.


Eusebio M.a Dolores de Azcue. 


Julio 1860. 



De entonces acá...! 

I. 

Si acaso volviera de nuevo a la vida el señor Zuria, (3) desconociera a la gente de Vizcaya. De tal modo ha cambiado, (la antigua manera de ser), que lo que antes estaba arriba háse (se ha) puesto abajo y vice-versa

II. 

Mostrábanse antes los rostros, (francos, tales cuales eran), hoy andamos la mitad cubiertos de máscara. (6)

Mucho se ha dejado olvidar de motu proprio la hermosa lengua euskara, y ni aun reconocemos hoy al mismo Dios de nuestros mayores.

III.

Los soldados romanos, viejos y jóvenes, (en numeroso tropel), vinieron aquí intentando imponernos sus cadenas. Atrincheráronse y se hicieron fuertes (con tales miras) en los límites del país, pero los Euskaldunas los arrojaron lejos de allí.

IV.

Casi mil años después el Infante de León (10) vino a Vizcaya (en son de guerra) pretendiendo asimismo que no quedaría un solo vizcaíno que no rindiera obediencia al monarca de León. 

V. 

Entonces Jaun Zuria e Íñigo Estéguez, (3) varones ambos esforzados, como existen hoy pocos, marcharon prestos con hombres y mancebos, (es decir, al frente de toda la gente útil), a medir sus armas con el enemigo. 

VI. 

Uribe y Marquina, Orduña y Orozco, Balmaseda y Arratia, hombres y robustos mozos llegaron prestos al valle de Padura, dando a los leoneses su merecido.

VII. 

Hubo allí entonces ruda lucha, de eterna gloria para Vizcaya. Perdida la acción por los Leoneses, pocos de ellos lograron salvar la vida en lejanos bosques. 

VIII. 

¡Aquellos sí que eran bravos muchachos!

¡Aquellos eran hombres, los que dieron la libertad a Vizcaya!

Y si luego, (o desde entonces) cambióse el nombre de aquel memorable sitio, lo que antes se designaba con el nombre de Padura llámase hoy Arrigorriaga. (17) 

IX. 

Aquellos eran vizcaínos puros, únicos en el mundo no vencidos por nadie. Nacidos y criados en Vizcaya, vascongados todos, prontos siempre a morir por sus leyes.

X. 

¿Qué se hicieron aquellos nuestros patriarcales antepasados que calzaban abarca?

No había entonces carros ni machos para andar en ellos, y sólo los señores caminaban en caballerías. 

XI. 

Se han construido en Vizcaya anchas carreteras para que (por ellas) penetren libremente las malas costumbres: ahora estamos haciendo el ferro-carril, puerta segura para que escapen (o se pierdan) nuestros fueros. 

XII. 

Los que antes eran los primeros en el pueblo por su riqueza (y vivían felices en él), prefieren ahora vivir llenos de deudas (o contrayendo deudas) en la Ciudad. Las antiguas casas troncales (o solariegas), hállanse hoy vacías y frías, pues nadie habita en ellas, como no sean las aves nocturnas.

XIII. 

¿Qué se hicieron las airosas chaquetillas de los vizcaínos? A dónde han huido (o qué se han hecho) las leñas (los añosos troncos) de nuestras montañas?

Vender los robles y la leña para comprar gabán (o vestir a la moda), tal es el afán de los hombres del día.

XIV. 

Hoy anda el vizcaíno en machos y en carros: ¿para qué nos ha dado Dios fuerza en las rodillas?

Jóvenes y viejos preferimos los descendientes de aquellos antiguos vizcaínos ir encerrados en un carro (o coche, a caminar a pie como nuestros mayores.)

XV.

Cada semana invéntase en París una nueva moda que halla bien pronto raíces entre nosotros; y no sé cuánto dinero lleva (o arranca) (N. E. se lleva) de España la moda al cabo del año. 

XVI. 

Hablamos a la francesa, comemos, vestimos, bebemos a la francesa. (Somos) Españoles de cuerpo, franceses de espíritu, y esta es la máscara a que aludía antes. (estrofa II) 

XVII. 

El inglés (o la facción inglesa) nos tiene completamente humillados con sus ruindades; hace veintiséis años (o en los veintiséis años que hace) tenemos por amigo a su merced para desgracia nuestra (o para nuestra perdición.) (33)

XVIII. 

Tal es nuestra actual manera de ser, no conocida por las antiguas generaciones. El hombre de hoy en nada se parece al de ayer. Mucho ha cambiado el mundo de aquellos tiempos a estos.

(1) ¡Anchinarik ona!, puede traducirse libremente, dada la letra y el espíritu de la composición, por la frase castellana “¡Lo que va de ayer a hoy, pues refiriéndose el poeta a cantar los tiempos que fueron, ¡Anchinarik ona! equivale propiamente a ¡Aquellos tiempos! y literalmente a ¡lo que va de aquellos buenos tiempos pasados a estos!

Aitzin, ainzin, aitzina, aitzinea, en los div. dial., (anchina en ciertas regiones de Vizcaya), equivale a antes, delante, lo que fue o sucedió hace mucho tiempo.

(2) Biztu, vizc., piztu, g., empléase a veces como en el caso presente en el concepto de resucitar, y la forma vizcaína hace sospechar que este verbo pueda ser quizás una abreviación de bizitu, vivir (o volver a 

vivir.) 

Balitz es 3.a pers. del sing. del verbo izan en forma supositiva. Biztuko balitz, si resucitara...

(3) Jaun Zuria. Desígnase en el país con este nombre, que literalmente significa el Señor blanco, a Don Lope Fortún, primer señor de Vizcaya e hijo del esforzado caballero de Busturia Fruiz López.

D. Lope Fortún, casó hacia el año 888 con D.a Dalda, hija de D. Sancho Estíguez Hortúñez (Fortún : Fortuño, Fortuny : Fortúñez), señor del Duranguesado, y fue vencedor en la batalla de Arrigorriaga, a la que se alude en la estrofa V y siguientes de esta composición. D. Lope Fortún tomó el nombre de Jaun Zuria, a causa de la blancura de su tez que heredó de su madre, hija del Rey de Escocia.

(4) Ordurik ona, de entonces acá...

(5) Debo advertir que en toda esta composición la j es la j vizcaína con su especial sonido, que es preciso escuchar de viva voz, no la j cual se emplea comúnmente en el dialecto guipuzcoano con pronunciación 

exactamente igual a la castellana.

Goijhan, vizc., goyan, g., arriba. 

(6) La ampliación de este pensamiento puede verse en la estrofa XVI en la que lo desarrolla más el poeta.

(7) Ona u onerá, aquí.

(8) Ezarri, ezarten. Empléase este verbo tanto en los dial. vizc. y guip. como en el lab., bn. y sulet. con la significación general de colocar o poner, y como sinónimo de ifini, ipiñi o imini. En guip. y vizc. úsase también a veces en los conceptos de echar, tender, arrojar, impeler, y en lab. suele también traducirse por apostar.

(9) Gastilburun, a la cabeza de Castilla, o sea, en los límites de Castilla y Vizcaya. 

(10) Orduño II, hijo de Alfonso III.

(11) Orain guichi leguez, como se usan pocos hoy...

(12) Arerijo-a, arericho-a, vizc., enemigo. Sinónimo de la voz etsai-a. - Arerichoakaz, con sus enemigos. 

(13) Morrosko, muchachos o mozuelos robustos.

(14) Arin, presto o ligero. 

(15) La voz aloguera, úsase en su sentido propio en el concepto de jornal, alquiler o precio que se da por un servicio cualquiera. Aquí el poeta lo emplea en sentido irónico y queriendo expresar que los vizcaínos dieron su merecido al enemigo en Padura, u obtuvieron la victoria sobre él.

En dicha acción, en la que el derrotado ejército leonés iba mandado, se cree que por Ordoño II (: Orduño), primer rey de León (N. E. fue García I, 870-914, entre 910-914, hijo de Alfonso III de Asturias, el Magno), que herido de muerte Sancho Estiguiz o Estéguez, que falleció poco después en Tabira de Durango, disponiendo en sus postrimerías que su hija Dalda casase con Lope Fortún, confirmado a consecuencia de esta victoria como Señor de Vizcaya, reincorporándose por virtud de este matrimonio el Duranguesado al Estado de que se había desprendido hacía ciento catorce años.

(16) Burruka, riña, lucha.

(17) Palabra que quiere decir lugar de piedras rojas, nombre que se le dio por la mucha sangre que se derramó en aquel lugar en la indicada acción.

(18) Jantzi, jazten, vestir. Calzar, tratándose de calzado.

(19) Burdi-a, vizc., gurdi-a, g., carro, carreta.

(20) Laun, vizc., leun, g., lustroso, liso, dulce. 

Bide-laun-ac, caminos llanos o carreteras.

(21) Ekandu-ac, vizc., usos, costumbres. - Sinón.: oitura, astura, costuma (: Costum, costums; consuetudine), plegua.

(22) Burdiña bidea, vizc., burni-bidea, camino de hierro.

(23) Zor, zorra, en los div. dial., deuda. Zorra-kaz, en o entre deudas.

(24) Urijha, vizc., uria, iria, g., la ciudad, o gran villa. 

(25) En la copia que se me ha facilitado del original de esta composición dice gabortza, palabra que desconozco en absoluto, y que he sustituido por gabontza, que es posible sea la verdadera usada por el autor.

Gabontza, es en mi humilde concepto, voz compuesta de gau-a o gaba, noche, y ontz-a, la lechuza, y expresa por tanto "la lechuza o cualquiera otra ave nocturna."

(26) Jhakechu es un diminutivo de jaka, casaca. (N. E. jaca, jaqueta)

Jhakechu laburra, la corta chaqueta, de uso antiguo en el país.

(27) Arrech-a, arich-a, vizc., aritz-a, g., haritz, l., bn., sulet., roble. (N. E. alemán, Eiche, también la bellota. La ardilla Eichhörnchen; alcina, alzina, encina, quercus ilex, ĭlĭcīna o *ēlĭcīna, derivado de ilex.)

(28) El P. Larramendi afirma que la voz gabana (derivada de gau-a) es euskara, y que de esta lengua pasó a la italiana, francesa y española. Mr. Chaho se inclina no obstante a considerarla de origen latino.

(29) Sustrai-ja, vizc., sustrai-a, g., raíz. 

(30) Azpiratu, coger a uno debajo, humillarlo, vencerlo o dominarlo.

(31) Citalkeri-a, ruindad, villanía, bajeza. - Empléanse como sinónimas las voces dollorkeri-a o dolorkeri-a, landerkeri-a, charkeri-a, chatarkeri-a, leunkeri-a y laburtasun-a. 

(32) Galgarri o galtsaigarri, perdición.

(33) Téngase en cuenta que esta composición fue escrita el año 1860, cuando España estaba empeñada en la guerra de África. 

(34) Guisaldi, guisaldiya o guison-aldija, g., v., generación.

VII. 

Eperraren canta.

Cantar anónimo en dialecto guipuzcoano.


El distinguido escritor D. Antonio de Trueba dio a conocer en la Ilustración española y americana (año XIV, número V), correspondiente al 25 de febrero de 1870, este cantar, muy popular en Guipúzcoa, que con la habilidad que es peculiar al laboriosísimo cronista de Vizcaya, tradujo libremente a la lengua castellana, con el título de Lo que la perdiz dice.

Este cantar, fruto sin duda alguna de uno de tantos bardos populares del país, es una saludable advertencia a las muchachas para que no se dejen engañar demasiado fácilmente por las promesas de los jóvenes mancebos, que pueden conducirlas a terreno resbaladizo.

La advertencia es sana, laudable la intención del poeta, sencillo el cantar, ingeniosa la idea de presentar la lección como dimanada del canto de la perdiz. 

La traducción del Sr. Trueba, revestida ya de ciertas galas poéticas, como obra de un verdadero artista, es bellísima, y será indudablemente leída con gusto. 

En el texto vascongado dado a conocer por el señor Trueba me he permitido alterar ligeramente una que otra palabra, aunque respetando escrupulosamente la esencia y el pensamiento del cantar original. 

He aquí este: 






Eperraren canta.


Epérrac (1) cantatzen du (2)

goicean goicetan (3)

ez azco fiyatzeco

mutillen izquetan. (4) 

Fiyátzen baceráde

mutillen izquetan,

erórico ceráde 

arri labanetan. (5)


(1) Eper, eperra, en los div. dial., perdiz, voz que, según Moguel, equivale etimológicamente a “de hermoso corte”, o tal vez “zarpa hermosa” (de erpe-ederra.)

(2) El texto dado a conocer por el Sr. Trueba dice cantatzen dau, pero el dau es forma esencialmente vizcaína, por cuya razón la he sustituido por la guip. du.

(3) Goicean-goicetan, por las mañanas temprano, o "al despuntar el alba”, como ha traducido muy bien el señor Trueba. 



Lo que la perdiz dice. 


Voy a contaros, niñas

de estas verdes montañas,

lo que la perdiz dice

al despuntar el alba.

Dice: "Inocentes niñas,

no fiéis en palabras

de amorosos galanes,

porque las más son falsas.

Niña que en ellas fía

se expone a dar de espalda,

como niña que en piedras

resbaladizas anda.” 


(4) Izqueta o itzqueta, discurso, conversación.

(5) Arri labanetan, en piedras resbaladizas. De arri, piedra, y labana o labaña, lugar resbaladizo.

Del mismo verbo labaindu, resbalar, (que se usa como sinónimo de limuritu, limurtu, limburtu, lerratú, irristatu o irristau), proceden las voces labaintza, resbaladero, labaincorra, resbaladizo o que resbala fácilmente, y labainqueria, tomada metafóricamente en el concepto de seducción. 


VIII.

Improvisación en dialecto guipuzcoano. 


Entre los coblacaris o improvisadores populares que han dejado grata memoria en Guipúzcoa cuéntanse el famoso Rector de Amézqueta, más conocido con este título que por su nombre propio, y Fernando Amezquetarra. 

Refiérense de ellos un sin número de chistes agudos y de versos improvisados en el calor de la conversación, algunos de los cuales trasmitidos de boca en boca por la tradición, y más o menos alterados en su forma, se conservan todavía en la memoria por gran número de personas. 

Como muestra de este género especial de menuda literatura, que en medio de todo no carece de cierto mérito, voy a trasladar en este lugar los versos que se dicen improvisados por Fernando de Amézqueta, interrogado en cierta ocasión por el Rector de su pueblo acerca del misterio de la Santísima Trinidad, cuando fue a recoger de manos de éste la cédula de comunión.

En verso dirigió su pregunta el famoso Cura, y en verso le dio Fernando acto seguido su ingeniosa contestación.

He inquirido cerca de diversas personas sobre dichos versos, y de los varios textos que he obtenido, más o menos alterados, he podido formar los siguientes que si no son exactamente los mismos que salieron de los 

labios de los dos famosos improvisadores populares, no me cabe al menos duda de que se diferenciarán si acaso poquísimo.

He aquí la pregunta formulada por el Rector:

Esan bear dirazu

Instante batean

Liburutic chartela

Nic atera artean,

Nola sinisten dezun

Zuc cere artean

Daudela iru persona

Jangoico batean.


Contestación de Fernando:


Nola sinisten dedan

Arrazoyarequin,

Orain esango diyot

Sagarcho batequin.

Usai ta saborea

Colorearequin,

Orra iru genero

Gausa bat batequin. (1) 

(1) En dos de las versiones que he recogido dice:

pieza batequin,

verso que me he permitido alterar, tanto por lo incompleto de su medida como por suprimir la palabra pieza que unida a genero me disuena y me hace muy mal efecto.

IX. 

Cantac. 

(Dialecto guipuzcoano)


I.

Empleatzen ez bada

gazte dala nesca,

pasa bearco ditu

maquiñabat quezca; (1) 

burutic zoraturic

novioric ez ta, 

orra azqueneraco

nesca zarren festa.

(Anónima) 


II.

Zure arpeguiyan dituzu arrosak

Ta ausartze (2) ez naiz ukitzera,

Bada arrosaren uzai gozua

Ukitzen bada galtzenda. (3) 


III. 

Ascotan arpeguia

Egon arren farrez, 

Biotza arquitzen da

Barrenen negarrez.

(De D. A. P. de Iturriaga.)


Coplachubat.

(Dialecto vizcaíno.)


Aita semeac edanda dagos, 

Ama alabac jocuan,

Ostera bere egongo dira

Soñeco sarrac cacuan.

(De D. Juan Antonio de Moguel.)


(1) Quezca, g., cuidado, inquietud, solicitud. Sinónimos: izki-a, antsi-a (N. E. ansia). 

(2) Ausartu, g., atreverse. 

(3) Este cantar es traducción del siguiente de Trueba:

“Rosas en la cara tienes

Y no me atrevo a tocarlas,

Porque el olor de las rosas

Si se las toca se marcha.”

(4) Caco-a, cacua, (gaco-a, maco-a, guip., vizc., kako-a, bn., *kraec-a, lab., gancho de hierro o de madera que sirve para colgar la ropa u otros objetos: percha.

Índice de materias. (Se omite)