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domingo, 28 de abril de 2024

4-1, De la venida de los marselleses, fundación de Ampurias, y como dilató su dominio Cartago en España.

Libro 4 de los Anales de Cataluña. 

Entran los cartagineses, y guerra contra los catalanes: entrada de los romanos, hasta sacar a los de Cartago de España: y vuelta a Roma de Publio Cornelio Scipion. 

Capítulo 1.

De la venida de los marselleses: fundación de Ampurias, y como dilató su dominio Cartago en España.

Todavía hasta este tiempo olvidan las historias a Cataluña, puede ser que como no entraban con grande poder los extraños, fuesen poco admitidos (N. E. Y puede ser que, como no existía, no la nombren los autores); y aunque entrasen con poder, si faltó el agasajo, fuesen vencidos; y que solicitasen antes los cartagineses vencedores asegurarse de las otras Provincias, para poder con mayor seguridad dominar la nuestra, dejándola por entonces en su quietud, y gobierno.

Parece que ya Cartago quiso dominar a Cataluña, enviando a España para refuerzo de su ejército 500 ciudadanos de la misma república, y luego Sapho hijo de Asdrúbal para guerrear en la Mauritania, y últimamente Himilco, y Hannon con orden de obligar con el agrado, y destreza: arte que les dio a Mallorca, y de allí solicitaron la amistad de los saguntinos que no alcanzaron; y es cierto era el camino más trillado, y seguro para el dominio de esta Provincia, por ser (estar) Sagunto tan cerca, y tan unida con los pueblos de Cataluña como se refirió cap. 6, lib. 3. (1: Marin. lib. 1, cap. 20. Flor. lib. 2, cap. 44 y 46, y lib. 3, c. 24. Garibay lib. 5, cap. 7. Beuter lib. 1, cap. 13. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, c. 11 y 12.)

Pasaron estas cosas, del año 478 hasta 333 antes de Cristo.

Por este tiempo los de Marsella, buenos amigos de Cataluña (N. E. no van a ser amigos, si les cogen el oro y la plata y los atontados no dicen ni “escolta noi, això és meu”), no se olvidaron, y quisieron venir a buscar la plata de sus minas que habían dejado, armaron su flota en ocho bajeles grandes, y otros pequeños, llenos de pueblo, hombres, mujeres, y niños, intentaron el desembarco en la playa de Rosas: no les pareció a los naturales admitir tanto pueblo, tomaron las armas los lugares vecinos , y los pueblos Indigetes.

Otra causa da Beuter, que era venir esta armada, cuando los pueblos Portusios tenían cruel guerra contra los Laletanos, y Gerundenses por los términos, que había años que duraba, y temiendo los Indigetes que esta armada no viniese a favor de los contrarios en daño suyo, tomaron las armas, y les impidieron el desembarco.

Sea como quisieren, se retiraron los de Marsella, pararon a la isla de las Medas, y la poblaron; pero siendo el lugar corto para tanto pueblo, enviaron a la tierra firme de nuestros Celtas Indigetes, algunas barcas con los más viejos, y autorizados sujetos, llevando ramos de olivo en las manos en señal de paz, que les logró audiencia, en la cual publicaron venir amigos, y de paz, que eran de Marsella, que como había crecido tanto aquel pueblo, el común les enviaba a poblar otras tierras, eligiendo aquella por la unión de los Phocenses, y marselleses que estaban en Alba; y que les suplicaban les concediesen las Medas, sin embargo, ni oposición: a la cortés embajada de los de Marsella, respondieron nuestros catalanes celtas, que les concedían lo que pedían, asegurándolos de su amistad, y protección. (N. E. Las palabras exactas fueron “això està fet.”)   

Se conservaron algún tiempo los de Marsella en las Medas; pero como el lugar era corto, y el pueblo grande, no era fácil mantenerse, y resolvieron participar a sus amigos su intento de mudar terreno: los cuales vista su industria, y buena ley, les concedieron la tierra firme del lugar corto de Alba. El cual con la diligencia, aplicación, y arte creció tanto, que fue lugar nombrado. Viéndose los de Marsella poblados en Alba, con los Indigetes antiguos, les rogaron permitiesen fabricar una muralla para la división de las dos naciones, quedando los de Marsella a la parte del mar, para su trato, y los Indigetes a la de tierra (N. E. Seguramente no sabían nadar ni conocían el pescado de mar): lo concedieron nuestros paisanos; se ensanchó, se dilató; y creció el pueblo, con el comercio, artes, y aplicación, a ser la más frecuentada, y nombrada ciudad de España: acudían de la mayor parte de Europa tratantes con varias haciendas; tenían sus juntas, ferias, y dilatado comercio, y de este comercio mudó Alba su antiguo nombre en Emporium (N. E. me suena a latín), hoy Ampurias. (2: Episc. Gerun. in Par. c. de Urbibus quae fuerunt. Viladamor cap. 13. Flor. lib. 3, c. 23. Garibay lib. 5 c. 9. Beuter lib. 1 c. 12 y 13. Tito Livio dec. 4, lib. 3, cap. 4. D. Antonio Agustín Dialog. 6. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 13, 14 y 15. Marsil. Cris. de Cat. p. 1, c. 9 § 9.)   

De los tratos de aquel pueblo, y en particular del esparto, nació otro mejor pueblo, que fue la gran ciudad de Junquera, después catedral insigne, hoy sólo ejemplo de las injurias del tiempo. 

Fue Ampurias la ciudad de mayor comercio de España, poblada de los catalanes Indigetes, y de los marselleses, y Phocenses, divididos por la gran muralla, y con los romanos que admitieron, se formó de tres naciones tan célebre Emporio: para sus navíos, y contratos fabricaron un puerto muy capaz, del cual se hallan indicios en el convento de los padres Servitas, y para su defensa duplicados muros: para la fertilidad de sus campos las acequias de Ter, Fluvià, y Verges, con ilustres edificios para su adorno, y con buena, y numerosa casería para treinta mil familias que la habitaban: amiga, y enemiga de los romanos, y su colonia, obispado gobernando los Godos; y aunque derruida, es cabeza del condado de Ampurias, (3: Pujades citado, y Cris. de Cat.) hasta nuestro tiempo: desde los años 478 antes de Cristo hasta el de 335 pasaron en Cataluña los referidos sucesos. Por este tiempo enviaron embajada muy cumplida los de Marsella a los Celtas Indigetes, para darles gracias de haber admitido a sus paisanos, y del buen trato, y uniformidad de vida: pasada esta urbanidad por medio de los de Marsella, se tuvo noticia en Cataluña de los romanos. (4: Flor. lib. 3, cap. 11. Beuter lib. 1, cap. 14. Viladam. cap. 14. Garibai lib. 5, cap. 5. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 16.)

Como veremos en el siguiente capítulo.

Ter, riu, río, river, Fluss, fluvium, flum

domingo, 20 de agosto de 2023

III. Oda de Sapho a Phaon. José Joaquín de Ormaechea

III. 

Oda de Sapho a Phaon.

Imitación hecha en lengua euskara por D. José Joaquín de Ormaechea. 

(Dialecto guipuzcoano)

Oda de Sapho a Phaon.

Es verdaderamente grato el ver que nuestros poetas, sin dejar de cantar la naturaleza, el amor, los placeres del hogar, y los sentimientos que no podían menos de nacer en su alma a la contemplación del mundo en que vivían, mundo limitado para casi todos ellos por las titánicas montañas que parecían limitar también su inspiración a la reducida extensión del país euskaro, remontando su vuelo a más altas esferas, hayan bebido en las fuentes clásicas, para buscar en ellas joyas extrañas con que enriquecer su propia especial literatura.

Noticioso hace largo tiempo de que existía en lengua vascongada una versión de una de las más notables odas de Safo, la inmortal poetisa de Lesbos, he hecho diversas diligencias para adquirirla, y al fin me ha cabido la fortuna de que el ilustrado jurisconsulto D. Francisco Manuel de Egaña, muy aficionado al estudio de la literatura euskara y perito en ella, haya tenido la bondad de facilitarme copia de dicha producción, que tengo el gusto de incluir en este tomo del Cancionero.

El trabajo del Sr. Ormaechea, que me cabe la satisfacción de dar a conocer, no es una verdadera traducción de la Oda de Safo, sino una imitación, harto diminuta ciertamente, aunque no por eso exenta de mérito, y que ha debido ser calcada sobre alguna de las infinitas traducciones que se han hecho de la notabilísima inspiración de la celebrada poetisa griega.

El texto que me ha sido facilitado por el Sr. Egaña, y del que me sirvo, fue remitido a aquel por el excelentísimo Sr. D. Joaquín Aldamar en noviembre de 1860, debiendo advertirse, que no pudiendo este insigne patricio vascongado dar con el original que poseía del Sr. Ormaechea, "trasladó de memoria dicha versión", que pudiera quizás por esta causa no ser minuciosa y completamente exacta. Ella es, sin embargo, la única que se conserva, según creo, y juzgo un deber su reproducción, a fin de cooperar a la salvación de esta perla literaria. 

¡Lástima grande que el Sr. Ormaechea, hubiera reducido a tan estrechos límites la versión de esta preciosa oda!

Pequeña y todo, no dudo, sin embargo, que ha de ser leída con verdadero placer por los amantes de la literatura euskara.

Para su mayor ilustración, juzgo oportuna la reproducción de la traducción directa del griego hecha de esta oda, a fines del siglo pasado, por los hermanos Canga-Argüelles, así como de otra versión en lengua castellana, que parece ser la que ha servido de modelo al poeta euskaro.

En cuanto al Sr. D. José Joaquín de Ormaechea los únicos datos que he podido adquirir son que fue un caballero de Deva, tío de nuestro ilustre paisano el Excmo. Sr. General Lersundi, persona de gran talento y de aventajadas dotes de carácter, y muy aficionado al estudio de la literatura vascongada. 


Oda de Sapho a Phaon.

Imitación en lengua euskara por don José Joaquín de Ormaechea.

Zugatic (1) zure ondoan (2) zispiratzen (3) duena (4) 

Milla eta milla bider zorionecoa (5) dá; 

Ezin (6) izanditeque dicha aundiagoric (7)

Zugatic zure ondoan zispiratzia baizic:

Berotazun (8) gozobat, (9) zañetic zañerá, (10)

Nere gorputz barruban (11) orduan (12) pasatzen da;

Gustuaren pasiyoz jartzen (13) naiz icarác (14) 

Casic (15) itzican (16) eciñ asmatu (17) dedalá.


Oda de Sapho a Phaon.

Traducción directa del griego por los hermanos Canga-Argüelles. 

(1798) 

Igual a un dios se me parece en todo

Aquel mortal, que junto a ti sentado,

De cerca escucha cómo dulcemente

Hablas, y cómo 

Dulce te ríes; lo que a mí del todo

Dentro del pecho el corazón me abrasa,

Y un recio ñudo (nudo), en la garganta asido,

Muda me deja.

Se ata la lengua, y por las venas corre

Rápido fuego, que me enciende y quema.

Pierdo la vista, y mis oídos luego

Dentro me zumban.

Toda yo tiemblo: de sudor helado 

Toda me cubro, y desfallezco. Entonces 

Pálido el rostro y sin aliento, casi 

Muerta parezco.


(Sapho de sí misma.)


Oda de Sapho a Phaon. 

He aquí otra versión de la misma Oda, que parece haber servido de modelo para la imitación vascongada. 

¡Feliz quien junto a ti por ti suspira!

Quien goza del placer de oír tu habla; 

Quien ve que te sonríes al mirarlo; 

La de los dioses, ¿a esta dicha iguala? 

Siento de vena en vena sutil fuego 

Discurrir por mi cuerpo al ver tu cara,

Y es tal de mi pasión la fuerza activa,

Que no encuentro la voz para explicarla.

Extiéndese una nube por mis ojos, 

Pierdo el sentir, oprímenme las ansias,

Y pálida, sin pulsos, sin aliento,

Me hielo, me estremezco, exhalo el alma. 


NOTAS FILOLÓGICAS Y GRAMATICALES.

(1) Zuqaz, zugatic, por ti. Es una de las formas del ablativo del pronombre personal zu, tu.

(2) Ondoan, guip., lab., bn., cerca, cerca de... 

(3) Zispiratu, zispiratzen, suspirar.

Larramendi escribe cispiratu, cispuratu, presentando también como sinónimo el verbo asberatu. 

(4) Du. Tercera persona del singular del presente de indicativo del verbo izan, tener, y también ser. Cuando el du va seguido del relativo n, se escribe duen.

(5) Zori, suerte, fortuna. Esta palabra va siempre acompañada de un calificativo. Así zori-ona equivale a dicha, felicidad, buena fortuna; zori-gaistoa, (o kaistoa), a desgracia, mala suerte.

(6) Ezin, (originario probablemente de la negación ez y egin, eguin, contracto ein, hacer), acompañado de las terminaciones auxiliares, corresponde en los diversos dialectos de la lengua euskara a no poder.

El mismo origen reconoce la palabra eziña, imposible, o lo imposible, contracto de ezin-eguiña, lo que no puede hacerse.

(7) Aundiagoric, mayor, de aundi, andi, guip., vizc., handi, lab., bn., grande. (N. E. Handia, película: muy grande, gigante)

El mismo origen reconocen las palabras aunditasun o aunditasuna, grandeza, andiro, andizkiro, guip., handiki, handizki, lab., grandemente, anditu, aunditu, anditzen, crecer, engrandecerse, y andiuste, aundiuste, y aniuste, orgullo.

(8) Berotazun, berotazuna. - Calor, de bero.

(9) Gozo-bat, gozo, gocho, dulce, agradable, sabroso, etc.

(10) Zañ, guip., zain, lab., bn., vena, (y también raíz.) zañetic zañera, de vena en vena.

(11) Barru, barren, guip., lab., barne, bn., dentro.

(12) Orduan, orduban, (ordean, en bn.), entonces, en aquel momento.

(13) Jarri, jartzen, guip., lab., jarri, jasarri, vizc., jar, jarri, jartzen., bn., ponerse.

(14) Icara, ikara, guip. vizc, lab., ikhara, bn., miedo, temor.

(15) Casig, kasik, casi.

(16) Itz, guip., hitz, guip., lab., bn., voz, palabra. De la misma raíz proceden las voces itzeguin, (itz-eguin), hablar, izkuntza, hizkuntza, lenguaje, itz-aurrea, hitz-aurrea, prólogo o prefacio, hitz-ontzi, hablador, itzketa, itz-aldia, peroración o discurso, hitzlanoac, lab., prosa y hitz-neurtua, verso, y la frase hitzez-hitz, de palabra a palabra, o de buenas a primeras. 

(17) Asmatu, asmatzen, adivinar, inventar; de atz, traza, y eman o emon, dar.

sábado, 19 de agosto de 2023

Primera serie. Tomo II. Poesías varias.

Primera serie.

Tomo II.

Poesías varias.

San Sebastián: 

Imprenta de Juan Osés, Constitución 7.

Diciembre de 1877.

Es propiedad – Queda hecho el depósito que marca la ley.


Prólogo. 

Constante en los propósitos que me inspiraron la publicación del Cancionero Vasco, y deseoso de dar a conocer a los lectores de esta obra composiciones de todos los géneros y de los diversos dialectos de la lengua euskara, he reunido en el presente volumen, bajo el título de poesías varias seis trabajos de índole, fecha y asuntos bien distintos, y que, cada cual en su esfera, ofrecen méritos y circunstancias dignos ciertamente de ser tenidos en consideración. 

Ábrese este segundo tomo de la serie primera por un Contrapás, en elogio de la lengua euskara, escrito en dialecto bajo-navarro, a mediados del siglo XVI, por Bernardo de Echepare; composición que forma parte de la primera obra impresa en vascuence, y que reúne a la circunstancia de su asunto, altamente halagüeño a cuantos estiman en lo que vale la hermosísima lengua de nuestros progenitores, el mérito de su antigüedad. Sigue a ella una preciosa dolora de un simpático poeta donostiarra, composición escrita sobre un pensamiento originalísimo, y que ofrece tanto por su asunto como por su forma, todo el sabor y el colorido de las buenas baladas alemanas. Tal es la poesía ¡ay au dolorea! de mi estimado amigo Serafín Baroja.

El tercer trabajo que figura en este tomo del Cancionero es una imitación en lengua euskara de Oda de Sapho a Phaon, imitación que aunque reducida a harto estrechos límites, prueba que los buenos modelos clásicos no han sido extraños a los poetas vascos, y que nuestro prehistórico idioma, a pesar de cuanto se ha dicho en contra de él por quienes no le conocían, se presta perfectamente, como el que más, a todos los géneros de poesía.

Viene inmediatamente una preciosa canción popular suletina, llena de delicadeza, de ternura y de sentimiento; y por último, coronan la serie, dos bellísimas composiciones más en dialecto guipuzcoano.

La una, escrita por Iparraguirre en los primeros días de su regreso de la América, y en la que el popular bardo, todo conmovido, expresa sus impresiones al volver a pisar la amada tierra, y al contemplar nuevamente, después de diez y ocho largos años de ausencia, las nativas montañas; composición que puede colocarse entre las mejores del insigne autor del Guernicaco arbola; la segunda, y como digno contraste de aquella, una hermosa despedida al país de un ignorado poeta zarauzano, llena de magníficos pensamientos y preciosas imágenes, y saturada de un sentido filosófico que rara vez suele hallarse en tan alto grado en las obras de los poetas populares.

Tales son las seis composiciones elegidas para figurar en este volumen, trabajos que no dudo serán leídos con placer, y todos los cuales van ilustrados con sus correspondientes traducciones castellanas, notas y comentarios, siguiendo el plan general adoptado para la obra. 

José Manterola. 


San Sebastián 1.° de Diciembre de 1877.


heuscara ialgui adi canpora contrapás Bernardo Echepare Sautrela

ay au dolorea Serafín Baroja

Oda de Sapho a Phaon, José Joaquín Ormaechea

chori erresiñula udan da khantari

nere etorrera lur maiterá - José-M. Iparraguirre

Agur

Composiciones diversas

Serie 1 tomo 2 Apéndice de música