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miércoles, 17 de agosto de 2022

CARTA LXXVI. Viaje a la santa iglesia de Urgel. Puigcerdá.

CARTA LXXVI. 

Viaje a la santa iglesia de Urgel (a). 

(a) Por varias razones que no es menester expresar aquí, se imprime este viaje después del de la diócesi de Solsona, con ser así que se hizo antes que él más de año y medio, es a saber, desde el Marzo hasta el Junio de 1806. Esta dislocación debe interesar muy poco a los lectores, a cuyo provecho se dirige la noticia de los monumentos de la antigüedad. La preferencia que en ello se advierte, nace de otras causas, y no del aprecio que merezcan unos más que otros. Que si por esta regla debiera medirse su publicación, cierto la iglesia de Urgel debía ser preferida a todas las de Cataluña, y aun de fuera de ella. 

Algunas noticias de la villa de Puigcerdá. Por qué medios vino a desmembrarse del territorio de esta diócesi la Cerdaña francesa: y cómo vino a ser de su jurisdicción el valle de Arán

Mi querido hermano: Los rodeos que he tenido que hacer para llegar a esta ciudad de la Seo de Urgel son la causa de no haber podido escribirte en tanto tiempo. Desde Ripoll pasé a Puigcerdá, atravesando los bajos Pirineos, cubiertos horas enteras de nieve, y sin eso fragosos y de peligro. La llanura de la Cerdaña española en esta estación, es a saber, a principios de Marzo, no ofrecía a la vista sino nieves y hielos. Su capital Puigcerdá (Podio Ceritanie y variantes) nos detuvo muy poco, así por la crudeza del clima, que lo es en extremo, como por las ningunas antigüedades eclesiásticas que allí se conservan; merced a un incendio que acabó con el archivo de aquella iglesia colegial habrá unos 30 años, y al furor de la guerra pasada, que ni aun perdonó a las débiles reliquias que quedaron de aquel depósito, que según noticias era harto respetable. Más feliz fue el archivo de la villa que se ha conservado, aunque con un desarreglo y trastorno increíble, pero muy fácil de remediar. Como por casualidad topé con algunos libros que entre varias memorias civiles que son su objeto, contienen algunas eclesiásticas. Entre ellos merece atención un diario, o sea apuntamiento de las cosas notables acaecidas en la villa, sacado de los manuales antiguos y de algunos documentos sueltos. Lo compuso Juan Onofre de Ortodó hacia el año 1534. En el siglo XII mereció esta villa el honor de ser corte y asiento ordinario de los condes de Cerdaña que antes lo tenían en Hix, villa situada un cuarto de legua más hacia Francia, y hoy dentro de los límites de aquel reino. En el año 835 firmando el conde Fredolo una escritura, de que se hablará en su lugar, decía: sedente me in civitate mea Libia. Esta es la Julia Livia de los romanos, cabeza en su tiempo de los Ceretanos Julianos (Marca Hisp. col. 57 sig.). Constituyeron antes ambas Cerdañas (Cerritaniae, Ceritania y variantes), francesa y española, un solo señorío con el título de condado, unido alternativamente con el de Urgel y Besalú, conforme la suerte de las generaciones, incorporándose tal cual vez con el de Barcelona, con el cual se unió finalmente hacia los años 1117 en tiempo de Ramón Berenguer III. Andando el tiempo fue incorporado al condado de Rosellón, y ambos adjudicados al reino de Mallorca creado por D. Jaime I en uno de sus hijos (N. E. Jaime I conquista el reino moro de Mallorca, y se convierte por lo tanto en Jaime I de Mallorca. Jaime II de Mallorca fue uno de sus hijos). Sabido es como todo ello volvió a la corona (N. E. de Aragón) en tiempo de D. Pedro IV de Aragón. Volviendo a Puigcerdá o Monte Cerdano, como entonces se llamaba (Podio Ceritanie y variantes; podium : podio, pui, puy, puig, puch, pueyo), a la translación de la villa de Hix fue consiguiente la de la parroquialidad, lo cual se verificó en 1177, a 17 de las calendas de Abril, por concesión del rey D. Alfonso y su mujer Doña Sancha hecha al obispo de Urgel Don Arnaldo de Perexens, como dirá el adjunto documento (a: Apend. n. XXVI). La iglesia que entonces se construyó fue consagrada después hacia el 1385. Hasta las guerras pasadas permaneció el altar mayor construido en 1326 por un tal Alomus imaginaire (como pelaire, de piel, de imagen, imaginaire, y otros derivados típicos de la lengua de Òc, dançaire, dansaire) de Carcassona, como dicen las memorias de aquel tiempo. Hoy todo es nuevo, y no ha sido poco repararlo tan pronto. En capilla separada se venera una imagen de nuestra Señora llamada de la Sacristía, y añaden que es la titular antigua de la villa de Hix. El clero de esta iglesia se llama colegio, cuyos estatutos formó el obispo de Urgel Nicolás Capocci (un apellido que me suena al italiano Claudio Chiappucci, gran ciclista, competidor de Miguel Indurain - Ynduráin) en 1350, y aprobó el papa Gregorio XI en 1371. Esto poco sé de aquella villa, que en el día está reducida a 500 vecinos poco más o menos, y en el siglo XIII y siguientes debió ser de mucha consideración, según indica la suntuosidad de las iglesias de padres Dominicos y Agustinos. La de estos últimos era de tanta capacidad, que atendida la cortedad del vecindario han resuelto reedificar el convento destruido dentro de la iglesia, que dando en la área de ella espacio suficiente para templo, claustros, celdas y todas las oficinas regulares. En el pequeño archivo que queda en este convento de Agustinos, hallé una copia coetánea de la representación que en 1568 dirigió a Felipe II nuestro célebre Azpilcueta (hay variantes, como Azpiricueta, siempre que signifiquen lo mismo) en defensa de los Franciscos claustrales. No sé si es conocida esta obrilla. Por si no lo es, trasladaré aquí algo de ella. (ortografía actualizada en gran parte) = "Representación del Dr. D. Martín Azpilcueta al rei Felipe II a favor de los franciscos conventuales. = S. C. R. M. = Lo que debo a Dios, a la santa sede apostólica, y a V. M. y a su gloria y prosperidad tan necesaria y deseada por todos los católicos a una parte, y la importunidad de tantos por orden sacro y sacra profesión al culto divino consagrados a otra, me han persuadido que la magestad apostólica y cristianísima real no me tendrá a mal la osadía de escribir (ossadía; scribir) deste mi tan bajo y scuro lugar a esse su altíssimo y gloriosíssimo, y por ella le suplicar muy humilmente sea servido considerar las verdades infrascritas sobre la perdición espiritual y temporal de más de mil frailes conventuales, entre los cuales habrá, según dicen, cerca de ciento maestros de teología &c. = En Roma y XXI de Noviembre 1568. = S. C. R. M. = Con el debido conocimiento de mi bajo ser para con tal soberano con el possible acatamiento y profunda humildad = besa su real mano a V. M. su indigníssimo criado Martín de Azpilcueta, alias Navarro." 

Y no digo más de Puigcerdá, de donde salí con gran deseo de llegar a esta ciudad de Urgel, tan famosa por la preciosidad de su archivo eclesiástico. Y cierto puedo desde luego asegurarte que no miente la fama, y tú mismo lo verás en los correos siguientes. Ahora antes de engolfarse (engolfarme) en ello, y por llenar un poco más esta carta, ya que me ha tocado viajar por estos países en tiempos tan próximos a la revolución de Francia, te informaré de una consecuencia de aquella mudanza política, tocante al territorio y distrito de la diócesi de Urgel. Hablo de la desmembración de parte de la Cerdaña, que siempre fue de la jurisdicción de este obispo, y de la indemnización que recibió con el valle de Arán, que en los tiempos pasados fue del obispado de Comenge. En el día están los datos frescos, y otras noticias que me ha comunicado el actual señor obispo D. Francisco de la Dueña y 

Cisneros, en cuyo tiempo ha pasado esto; y me es fácil dejar a los que vendrán una noticia exacta de esta novedad, cual ojalá nos hubieran conservado nuestros mayores de otras de igual importancia que acontecían en su tiempo. 

La Cerdaña formaba antiguamente un condado de este nombre, del cual irá otro día la noticia que necesita la parte diplomática. Su territorio es casi de igual suelo, situado entre dos cordilleras de montañas muy elevadas (cerros; Ceritania, Cerritaniae &c.), el cual viene a respirar, como digamos, por la parte de Francia en el campo de la Percha hacia Montluis. Pertenecía por entero a los dominios del rey de España antes de la paz general y de la demarcación que se hizo en los Pirineos en tiempo de Felipe IV y Luis XIV; pero desde entonces quedó dividido en Cerdaña francesa y Cerdaña española, comprendiendo la primera 28 parroquias, que continuaron, sin hacerse novedad en cuanto a la pertenencia espiritual, sujetas al obispo de Urgel. La constitución civil del clero de Francia del año 1791 aplicó a la diócesi de Perpiñán la Cerdaña llamada ya francesa. No era fácil que todos los parroquianos se acomodasen a reconocer como legítimos a sus nuevos obispos. 

Así el primero de ellos fue despreciado por los cerdanes franceses, a excepción de muy pocos patriotas; y murió infelizmente, después de haber tenido que ganar su comida con el oficio de cantero. El segundo, llamado Fr. Domingo Vila, francés, del orden de la Merced calzada, cuando vino a visitar su Cerdaña en 1798, sufrió mil desaires, hasta el de presentarle los muchachos en las calles algunas terneras para que las confirmase. Tampoco tuvo con él comunión sacerdotal el actual señor obispo de Urgel, cuando en el mismo año visitó por primera vez la Cerdaña española, a pesar de haber llegado a Llivia, estando el de Perpiñán en Sallagoza, distante sólo una legua. Viose entonces la Cerdaña francesa con dos obispos: el de Perpiñán, a quien en fuerza de la ley nacional obedecían sus naturales en lo exterior; y el de Urgel, a quien en secreto acudían para todos los oficios de la potestad y consuelos de la religión. Prudentemente se abstuvo el de Urgel de entrar en el territorio francés, no sólo por esquivar los riesgos que son fáciles de conjeturar, sino también porque la paz hecha ya entonces entre España y la república francesa no le permitía comprometerse ni comprometer el ministerio español. El estado infeliz de la Francia en punto a la religión y clero obligo a Pío VII a consentir en el concordato hecho en París a 15 de Julio de 1801, aprobado por S. S. en su bula ecclesia Christi de 18 de las calendas del Septiembre inmediato, publicada en París por el cardenal Caprara a 9 de Abril del año siguiente. Al mismo tiempo mandó el papa por sus letras Tam multa ac tam praeclara, que todos los obispos antiguos y modernos renunciasen sus sillas, declarando vacantes aun las de los que no quisiesen hacer dimisión. Obedecieron todos, a excepción de algunos de los primeros que habían emigrado. Suprimidas en su consecuencia todas las catedrales antiguas y territorios diocesanos de Francia, se crearon de nuevo en toda su extensión 50 obispados y 10 arzobispados por la bula Qui Christi Dñi vices de 3 de las calendas de Diciembre de 1801. El territorio de la Cerdaña francesa con el de todo el obispado de Perpiñán y el de Narbona se adjudicó al de Carcasona. En esta desmembración no podía consentir el obispo de Urgel sin que el rey se lo mandase o le permitiese renunciarla por su conocimiento y regio exequatur de las letras apostólicas, aunque no fuese más que por los derechos que la dicha Cerdaña tenía y tiene pendientes de pertenencia española, mediante la protesta que nuestro gabinete hizo cuando firmó la paz que dije de los Pirineos. Al fin por real decreto de 18 de Noviembre de 1802 se le permitió hacer esta renuncia, comunicándosele en seguida por los señores nuncios Cassoni y Gravina las citadas letras apostólicas. Verificó pues este prelado su dimisión de la Cerdaña francesa en presencia de su capítulo con toda solemnidad y con ciertas protestas, día 18 de Noviembre de 1803; cuya escritura avisó a S. M. y también al papa con carta particular que le mereció una contestación honorífica a 10 de Enero de 1804 firmada por S. S.
Al mismo tiempo y por las mismas causas indicadas quedó sin obispo el valle de Arán (territorio de 32 pueblos en el centro de los más espantosos Pirineos), que pertenecía al dominio temporal de España, pero en lo espiritual y eclesiástico estaba sujeto al obispado francés de Comenge: silla que renunció desde Londres, a donde había emigrado, su obispo Antonio Osmond, promovido después a la de Nancy. En este estado el cardenal Caprara, que había quedado con la administración del valle de Arán, la delegó al obispo de Urgel por su rescripto dado en París a 15 de Agosto de 1803. Representó este prelado al rey, el cual le mandó aceptar la delegación, como lo ejecutó a 28 de Octubre del mismo año. Promovido entonces expediente por la primera secretaría de Estado, sobre la agregación de dicho valle a una de las diócesis de España, resolvió S. M. en 23 de Febrero de 1804 que se uniese a la de Urgel, en recompensa de la Cerdaña francesa que había perdido; y obtenida a este fin la bula correspondiente, que despachó S. S. a 19 de Julio del mismo año, tomó posesión el actual señor obispo de todo el valle de Arán a 14 de Julio de 1805. Esto es lo que pasó, y nada más. 

A Dios. Urgel &c. 

(N. E. No le hubiese ido mal al autor leer textos en aranés. La Vall d'Aran, Vielha - Vieja - Vella - etc, está actualmente en territorio de Cataluña, y su lengua, no casualmente, no la entienden muchos catalanohablantes.)