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lunes, 23 de noviembre de 2020

La ortógrafa Mónica Ros y el catalán «iaia», Ricart Garcia Moya,

http://ricartgarciamoya.com/2020/11/21/la-ortografa-monica-ros-y-el-catalan-iaia/

(Atres imaches a la web orichinal)

iaia, yaya, abuela, agüela, ahuela, agüelo, abuelo, ahuelo, güelo

Las bombas juguete fueron una de las armas más crueles empleadas para matar seres humanos, generalmente niños. Eran bombas de racimo con apariencia de pelotas de tenis, y sus efectos aún se observan en los que fueron menores y ahora son mutilados adultos en Yemen, Laos, Siria, Vietnam, Líbano, etc. El aspecto inofensivo de las bombas las convertía en eficaz artilugio mortal. Aquí, en el Reino, el agresivo expansionismo usa el idioma como arma destructiva y, especialmente, con alumnos de poca edad. En el diario catalán Levante tenemos un ejemplo de inocente bomba-sentimental camuflada de noticia:

«Una ‘iaia’ leyó el cartel que pintaron sus nietos y les respondió con el corazón» (Levante, 17/ 11/ 2020).

Tanta ternura y sensibilidad me provoca llanto, ¡snif, snif!; pero la carga explosiva esta oculta por el empalagoso cóctel lacrimógeno de abuela + nietos + corazón, ¡snif, snif!. La finalidad del maestro que lavó el cerebro a los niños y les enseñó a escribir el catalán «iaia», más la conocida habilidad enredadora del periódico catalán Levante, son los que lanzan al lector la bomba-juguete; pues, ¿quién dudaría de una noticia tan enternecedora? Además, la periodista ortógrafa Mónica Ros adereza el engaño al destacar la perfecta ortografía de estos niños-escudo de 9 y 7 años:

«Eligieron el tamaño, las letras, los colores y el mensaje, con perfecta ortografía: Iaia cúrate pronto’» (Mónica Ros, en Levante, 17/ 11/ 2020).

Huele mal el mensaje-petardo de la petarda Mónica, pues en idioma valenciano se escribe «yaya», aunque los que viven de la inmersión ordenen usar el catalán ‘iaia’. Hay incógnitas sin resolver respecto a la génesis de esta voz valenciana que se extendió hacia Aragón, Cataluña, Albacete y Murcia (como sucedió, p.ej., con ‘baladre’). Corominas propagó el dogma de fe de que «yaya» era un imperfecto vocablo infantil, pues los bebés pronunciaban el cat. «avia» como «iaia»; lástima que no tenga ninguna documentación en manuscritos o impresos de los numerosos observadores y usuarios de la lengua pretérita. En las abundantísimas comedias, sainetes, dramas, novelas y ensayos, siempre surge una situación en que el narrador intenta expresar los balbuceos idiomáticos de un niño, algo que confería realismo a la narración. No hallamos ese eslabón diacrónico perdido que sustentaría el origen catalán de «yaya», palabra relativamente moderna que se documenta abundantemente en valenciano antes que en castellano y catalán:

“pot ser yaya” (Casademunt: Un bateig en Burriana, 1871, p. 12)

“la yaya… vinga la neta” (Colom, J.: El sant del agüelo, 1882, p. 12)

“la veu de ma yaya” (Semanari El Cullerot, Alacant, 15 maig 1898)

“ta muller, vostra mare, vostra yaya” (Urios, Elvira: Día de Pascua, c. 1925)

“¿Vosté sap que ve ma yaya?” (Alberola, E.: L’amo y senyor, 1927)

esta nit soparás en ma casa; y ton yayo, y ta yaya” (Meliá: Els reys dels chiquets, 1927)

“escolta, yaya” (Esteve, Ch.: Els Magos del chiquet, 1928)

“he oit parlar alguna vegá a ma yaya” (Meliá: Al pas del Nasareno, 1928)

“¡Net meu! .-Es la yaya, dónali un bes” (Aznar Pellicer: L´hora tonta, 1929)

“la meua yaya” (Peris: La bolcheviquí del Carme, 1932)

“eixa que parla es la yaya” (Coloma Pellicer: El secret, Alacant, 1933)

El sustantivo no es una simple deformación hipocorística; aunque la voz sí los puede generar, incluso con variable de género:

“Bon dia mos done Deu… es la seua yayeta” (Gayano: Del Tersio…, 1921)

“sentat así, yayet” (Beltrán: Ratolins de casa rica, 1934)

Precaución, amiga conductora Mónica Ros. Ve despacio por el tobogán inmersor y no te pises tu raciocinio por la precipitación en aplaudir aberraciones ortográficas y, por vergüenza deontológica, no te degrades a espoleta de las bombas-juguete del expansionismo.

‘Yaya’, ¿voz guadiana del valenciano?

Parte del léxico de una lengua suele permanecer en la reserva de colectivos aislados, sea por su situación geográfica o social, sin que ello significara que fueran palabras tabúes. Lo cierto es que una voz guadiana emerge cada cierto tiempo. Son atractivas para los etimólogos y provocan castillos de naipes sobre su origen y parentesco; p.ej., el valenciano «torondo» emerge y vuelve a sumergirse periódicamente en la profundidad del tiempo lingüístico. Hacia el 1400 vemos «torondo» (Bib. Univ. Valencia, Ms. 505) en un manuscrito en valenciano caótico, que parece copia de otro del 1300. La palabra vuelve a esfumarse y no tenemos noticia de ella hasta que Covarrubias confirma que era usual en valenciano; y que él, dedicado hacia el año 1600 a recopilar material para su diccionario, lo escuchaba como equivalente al castellano chichón: «chichón… en valenciano torondo» (Tesoro de la lengua, a.1611). En 1887 aparece descrito por Escrig y Llombart: «torondo: bulto o chichón que se levanta en alguna parte del cuerpo, especialmente en la cabeza, de resultas de un golpe. Lo mismo que bony» (Dicc.1887). Según Alcover, «torondo… podría ser forma mozárabe valenciana con -o, procedente del latín tŭrŭndu» (DCVB). Fuera mozárabe o no, hoy nos queda el refrán valenciano: «Sobre bony, torondo«, es decir, la acumulación de un mal, Mónica Ros, encima de otro que padecemos, el diario Levante.

Periodista ortógrafa Mónica Ros: con tus salpimentados catalaneros en el Levante ayudas a indroducir bombas-juguete contra el lector despistado; pero, cuando el pueblo recobre la autoestima y borre de nómina a los profesionales del autoodio, quizá no seas tan vehemente en tu defensa del idioma invasor. Mira, portento de la lingüística, el filólogo y académico Fullana, pese a la tremenda presión ejercida por los colaboracionistas hacia el año 1920, todavía mantenía la morfología valenciana «yaya» (Vocabulari ortográfic valenciá, 1921); algo que también respeta en la actualidad nuestra academia pobre, pero honrada, en su dicc. de la RACV.

La 1ª documentación de «yaya» aparece en el Perú español

Respecto al enigma de «yaya» y su tardía aparición impresa en el 1800, me viene a la memoria algo chocante relativo a las lenguas americanas. Así, en relatos descriptivos del Perú español aparece la voz «yaya» como parental del quechua. El carmelita sevillano Vázquez de Espinosa, autor de un Compendio donde recogía hechos anecdóticos como la erupción del volcán Huaynaputina en el año 1600, también dejó interesantes anotaciones sobre idiomas peruanos:

«para dezir, hombre, runa, padre, yaya… lengua general del Pirù» (Vázquez de Espinosa, Antonio: Compendio y descripción de las Indias Occidentales, año 1629, p.31)

El inca-español Poma de Ayala nos dejó en «El primer coronica» (h.1595) la primera documentación del parental ‘yaya’. Curiosamente, mi cuñada peruana Sofía, que conoce el quechua, me dice que, para ella, sólo significa ‘herida».

Anterior a Vázquez tenemos al inca Felipe Huamán Poma de Ayala, cronista de la sociedad indígena del Imperio y ejemplo de integración en la hispánica. Su valiosa Crónica ofrece una perspectiva del mundo andino y permite conocer aspectos de los peruanos del siglo XVI, con textos en quechua y español. Enviado a España el manuscrito de 1180 páginas, como regalo a Felipe III, no pudo conocerlo el monarca al desaparecer en el viaje. Hoy se custodia en la Biblioteca Real de Dinamarca. El antropólogo Poma de Ayala comentaba que en su lengua, el quechua, la yaya también aludía a la comadre o madrina:

«Y avia bautismo de palabra y se bautizauan y le dauan sus nombres de sus padres a las mugeres, de sus madres a las crias, con ello hazian fiestas, con el que daua el nombre de palabra se hazían parientescos, y conpadre (sic) y comadre, a estos les llamauan yaya» (Poma de Ayala: El primer nueva coronica, c. 1595, p.67)

El parental ‘yaya‘ podía aludir en la antigua lengua quechua al padre, al compadre y la comadre, es decir, al padrino y la madrina que, en ocasiones, era la propia abuela. Los dos historiadores ofrecen acepciones distintas: «yaya» era el padre, según el cronista sevillano; y «compadre y comadre», según el recopilador hispano-inca. Curiosamente, la ambigüedad de género en «yaya», femenino y masculino, recuerda la que existía en el antiguo occitano «l’avi dona» y «l’avi home», del Rosellón. En el mismo folio del manuscrito del inca Poma de Ayala nos hace ver que la comadre o yaya era también la abuela de una unidad familiar que, en aquella sociedad en que a los 13 años se solía ser madre, a los 26 eran yaya, abuela o comadre, y los hijos podían ser de diferentes padres:

«no se consentian pecados que ubiesen adulterio ni con ermanas y tias y comadres y sobrinas y parientas sercanas» (Poma de Ayala: El primer nueva coronica, c 1595, p.67)

Al existir multitud de lenguas en el país andino (quechua, matsigenka, shipibo, ashaninka, aimara….), puede que la alusión a la ‘yaya‘, comadre o madrina, que frecuentemente era la propia abuela del bautizado, para los españoles poco avezados del laberinto idiomático andino la asociaran solamente a abuela. Además, los españoles peruanos que iban y venían embarcados en los grandes galeones de la ruta hispánica de Filipinas, Perú, España, llevarían en sus alforjas léxicas la voz, con ligeros cambios semánticos y sin dejar de ser parental. En las Filipinas españolas, en tagalo se amplió la polisemia de la palabra: «yaya: mujer encargada de cuidar niños»:

tagalo: Dapat magbayad ng yaya o iba pang mga gastusin sa tahanan.

español: Tiene que pagar a una niñera o por otros gastos domésticos.

Los cerca de 40 idiomas del Perú español del 1600 ofrecían matices morfosemánticos que los singularizaban. Así, el jesuita Holguin recogió la voz «paya: abuela». (Holguin: Voc. Lima, 1608)

Paya, abuela, Perú, quechua

Quien escucha o lee un texto tagalo constata la pervivencia de léxico de origen español: tinidor (tenedor), silya (silla), baraha (baraja), baca (vaca), etc. Respecto a ‘yaya’, hay concordancias que conforman campo semántico: abuela que cuida nietos, mujer que cuida niños, madrina que protege ahijados, etc. Hay que valorar que muchos vocablos que ahora son usuales en español, proceden de territorios americanos del Imperio: canoa, tiburón, cancha, puma, caucho, chocolate, etc. En las variables de la lengua quechua, el sust. ‘yaya‘ designaba a quien tenía hijos o descendientes, y no hay duda de que la ‘yaya o abuela los tenía. El jesuita González Holguin compuso otro diccionario quechua en 1608, con morfologías casi homógrafas a ‘yaya’, también con valor parental: el sust. «paya: abuela» y «payap: bisabuela» (Vocabulario de la lengua quichua (sic), año 1608). En fin, el tema no esta claro; y espero sentado que los defensores de la «iaia» catalana nos ofrezcan documentación de su uso en el 1700, para que reconozcamos su prevalencia: pero, por favor, que no aparezca sobre un manuscrito manipulado y falseado, como las ‘Regles ‘esquivar vocables» de 1930.

L’ahuelo vert de la dreta, el del nas jagant, en ulleres y boca mig auberta, soc yo. La sinyora es ma cunyá peruana Sofía, que encá sap paraules quechues de les que parlaven en sa familia. Respecte a «yaya» me diu que asoles es ferida cutánea; y «paya», sinyora en la vellea. Pot ser que’n atra llengua, de les milanta que tenen en Perú, tinguen l’arcaisme com a paraula viva y polisémica. Per sort, les ortógrafes en furor catalaner del periódic Levante no han aplegat dasta Lima.

La ortógrafa Mónica Ros y el catalán «iaia», Ricart Garcia Moya,

http://ricartgarciamoya.com/2020/11/21/la-ortografa-monica-ros-y-el-catalan-iaia/

(Atres imaches a la web orichinal)

iaia, yaya, abuela, agüela, ahuela, agüelo, abuelo, ahuelo, güelo

Las bombas juguete fueron una de las armas más crueles empleadas para matar seres humanos, generalmente niños. Eran bombas de racimo con apariencia de pelotas de tenis, y sus efectos aún se observan en los que fueron menores y ahora son mutilados adultos en Yemen, Laos, Siria, Vietnam, Líbano, etc. El aspecto inofensivo de las bombas las convertía en eficaz artilugio mortal. Aquí, en el Reino, el agresivo expansionismo usa el idioma como arma destructiva y, especialmente, con alumnos de poca edad. En el diario catalán Levante tenemos un ejemplo de inocente bomba-sentimental camuflada de noticia:

«Una ‘iaia’ leyó el cartel que pintaron sus nietos y les respondió con el corazón» (Levante, 17/ 11/ 2020).

Tanta ternura y sensibilidad me provoca llanto, ¡snif, snif!; pero la carga explosiva esta oculta por el empalagoso cóctel lacrimógeno de abuela + nietos + corazón, ¡snif, snif!. La finalidad del maestro que lavó el cerebro a los niños y les enseñó a escribir el catalán «iaia», más la conocida habilidad enredadora del periódico catalán Levante, son los que lanzan al lector la bomba-juguete; pues, ¿quién dudaría de una noticia tan enternecedora? Además, la periodista ortógrafa Mónica Ros adereza el engaño al destacar la perfecta ortografía de estos niños-escudo de 9 y 7 años:

«Eligieron el tamaño, las letras, los colores y el mensaje, con perfecta ortografía: Iaia cúrate pronto’» (Mónica Ros, en Levante, 17/ 11/ 2020).

Huele mal el mensaje-petardo de la petarda Mónica, pues en idioma valenciano se escribe «yaya», aunque los que viven de la inmersión ordenen usar el catalán ‘iaia’. Hay incógnitas sin resolver respecto a la génesis de esta voz valenciana que se extendió hacia Aragón, Cataluña, Albacete y Murcia (como sucedió, p.ej., con ‘baladre’). Corominas propagó el dogma de fe de que «yaya» era un imperfecto vocablo infantil, pues los bebés pronunciaban el cat. «avia» como «iaia»; lástima que no tenga ninguna documentación en manuscritos o impresos de los numerosos observadores y usuarios de la lengua pretérita. En las abundantísimas comedias, sainetes, dramas, novelas y ensayos, siempre surge una situación en que el narrador intenta expresar los balbuceos idiomáticos de un niño, algo que confería realismo a la narración. No hallamos ese eslabón diacrónico perdido que sustentaría el origen catalán de «yaya», palabra relativamente moderna que se documenta abundantemente en valenciano antes que en castellano y catalán:

“pot ser yaya” (Casademunt: Un bateig en Burriana, 1871, p. 12)

“la yaya… vinga la neta” (Colom, J.: El sant del agüelo, 1882, p. 12)

“la veu de ma yaya” (Semanari El Cullerot, Alacant, 15 maig 1898)

“ta muller, vostra mare, vostra yaya” (Urios, Elvira: Día de Pascua, c. 1925)

“¿Vosté sap que ve ma yaya?” (Alberola, E.: L’amo y senyor, 1927)

esta nit soparás en ma casa; y ton yayo, y ta yaya” (Meliá: Els reys dels chiquets, 1927)

“escolta, yaya” (Esteve, Ch.: Els Magos del chiquet, 1928)

“he oit parlar alguna vegá a ma yaya” (Meliá: Al pas del Nasareno, 1928)

“¡Net meu! .-Es la yaya, dónali un bes” (Aznar Pellicer: L´hora tonta, 1929)

“la meua yaya” (Peris: La bolcheviquí del Carme, 1932)

“eixa que parla es la yaya” (Coloma Pellicer: El secret, Alacant, 1933)

El sustantivo no es una simple deformación hipocorística; aunque la voz sí los puede generar, incluso con variable de género:

“Bon dia mos done Deu… es la seua yayeta” (Gayano: Del Tersio…, 1921)

“sentat así, yayet” (Beltrán: Ratolins de casa rica, 1934)

Precaución, amiga conductora Mónica Ros. Ve despacio por el tobogán inmersor y no te pises tu raciocinio por la precipitación en aplaudir aberraciones ortográficas y, por vergüenza deontológica, no te degrades a espoleta de las bombas-juguete del expansionismo.

‘Yaya’, ¿voz guadiana del valenciano?

Parte del léxico de una lengua suele permanecer en la reserva de colectivos aislados, sea por su situación geográfica o social, sin que ello significara que fueran palabras tabúes. Lo cierto es que una voz guadiana emerge cada cierto tiempo. Son atractivas para los etimólogos y provocan castillos de naipes sobre su origen y parentesco; p.ej., el valenciano «torondo» emerge y vuelve a sumergirse periódicamente en la profundidad del tiempo lingüístico. Hacia el 1400 vemos «torondo» (Bib. Univ. Valencia, Ms. 505) en un manuscrito en valenciano caótico, que parece copia de otro del 1300. La palabra vuelve a esfumarse y no tenemos noticia de ella hasta que Covarrubias confirma que era usual en valenciano; y que él, dedicado hacia el año 1600 a recopilar material para su diccionario, lo escuchaba como equivalente al castellano chichón: «chichón… en valenciano torondo» (Tesoro de la lengua, a.1611). En 1887 aparece descrito por Escrig y Llombart: «torondo: bulto o chichón que se levanta en alguna parte del cuerpo, especialmente en la cabeza, de resultas de un golpe. Lo mismo que bony» (Dicc.1887). Según Alcover, «torondo… podría ser forma mozárabe valenciana con -o, procedente del latín tŭrŭndu» (DCVB). Fuera mozárabe o no, hoy nos queda el refrán valenciano: «Sobre bony, torondo«, es decir, la acumulación de un mal, Mónica Ros, encima de otro que padecemos, el diario Levante.

Periodista ortógrafa Mónica Ros: con tus salpimentados catalaneros en el Levante ayudas a indroducir bombas-juguete contra el lector despistado; pero, cuando el pueblo recobre la autoestima y borre de nómina a los profesionales del autoodio, quizá no seas tan vehemente en tu defensa del idioma invasor. Mira, portento de la lingüística, el filólogo y académico Fullana, pese a la tremenda presión ejercida por los colaboracionistas hacia el año 1920, todavía mantenía la morfología valenciana «yaya» (Vocabulari ortográfic valenciá, 1921); algo que también respeta en la actualidad nuestra academia pobre, pero honrada, en su dicc. de la RACV.

La 1ª documentación de «yaya» aparece en el Perú español

Respecto al enigma de «yaya» y su tardía aparición impresa en el 1800, me viene a la memoria algo chocante relativo a las lenguas americanas. Así, en relatos descriptivos del Perú español aparece la voz «yaya» como parental del quechua. El carmelita sevillano Vázquez de Espinosa, autor de un Compendio donde recogía hechos anecdóticos como la erupción del volcán Huaynaputina en el año 1600, también dejó interesantes anotaciones sobre idiomas peruanos:

«para dezir, hombre, runa, padre, yaya… lengua general del Pirù» (Vázquez de Espinosa, Antonio: Compendio y descripción de las Indias Occidentales, año 1629, p.31)

El inca-español Poma de Ayala nos dejó en «El primer coronica» (h.1595) la primera documentación del parental ‘yaya’. Curiosamente, mi cuñada peruana Sofía, que conoce el quechua, me dice que, para ella, sólo significa ‘herida».

Anterior a Vázquez tenemos al inca Felipe Huamán Poma de Ayala, cronista de la sociedad indígena del Imperio y ejemplo de integración en la hispánica. Su valiosa Crónica ofrece una perspectiva del mundo andino y permite conocer aspectos de los peruanos del siglo XVI, con textos en quechua y español. Enviado a España el manuscrito de 1180 páginas, como regalo a Felipe III, no pudo conocerlo el monarca al desaparecer en el viaje. Hoy se custodia en la Biblioteca Real de Dinamarca. El antropólogo Poma de Ayala comentaba que en su lengua, el quechua, la yaya también aludía a la comadre o madrina:

«Y avia bautismo de palabra y se bautizauan y le dauan sus nombres de sus padres a las mugeres, de sus madres a las crias, con ello hazian fiestas, con el que daua el nombre de palabra se hazían parientescos, y conpadre (sic) y comadre, a estos les llamauan yaya» (Poma de Ayala: El primer nueva coronica, c. 1595, p.67)

El parental ‘yaya‘ podía aludir en la antigua lengua quechua al padre, al compadre y la comadre, es decir, al padrino y la madrina que, en ocasiones, era la propia abuela. Los dos historiadores ofrecen acepciones distintas: «yaya» era el padre, según el cronista sevillano; y «compadre y comadre», según el recopilador hispano-inca. Curiosamente, la ambigüedad de género en «yaya», femenino y masculino, recuerda la que existía en el antiguo occitano «l’avi dona» y «l’avi home», del Rosellón. En el mismo folio del manuscrito del inca Poma de Ayala nos hace ver que la comadre o yaya era también la abuela de una unidad familiar que, en aquella sociedad en que a los 13 años se solía ser madre, a los 26 eran yaya, abuela o comadre, y los hijos podían ser de diferentes padres:

«no se consentian pecados que ubiesen adulterio ni con ermanas y tias y comadres y sobrinas y parientas sercanas» (Poma de Ayala: El primer nueva coronica, c 1595, p.67)

Al existir multitud de lenguas en el país andino (quechua, matsigenka, shipibo, ashaninka, aimara….), puede que la alusión a la ‘yaya‘, comadre o madrina, que frecuentemente era la propia abuela del bautizado, para los españoles poco avezados del laberinto idiomático andino la asociaran solamente a abuela. Además, los españoles peruanos que iban y venían embarcados en los grandes galeones de la ruta hispánica de Filipinas, Perú, España, llevarían en sus alforjas léxicas la voz, con ligeros cambios semánticos y sin dejar de ser parental. En las Filipinas españolas, en tagalo se amplió la polisemia de la palabra: «yaya: mujer encargada de cuidar niños»:

tagalo: Dapat magbayad ng yaya o iba pang mga gastusin sa tahanan.

español: Tiene que pagar a una niñera o por otros gastos domésticos.

Los cerca de 40 idiomas del Perú español del 1600 ofrecían matices morfosemánticos que los singularizaban. Así, el jesuita Holguin recogió la voz «paya: abuela». (Holguin: Voc. Lima, 1608)

Paya, abuela, Perú, quechua

Quien escucha o lee un texto tagalo constata la pervivencia de léxico de origen español: tinidor (tenedor), silya (silla), baraha (baraja), baca (vaca), etc. Respecto a ‘yaya’, hay concordancias que conforman campo semántico: abuela que cuida nietos, mujer que cuida niños, madrina que protege ahijados, etc. Hay que valorar que muchos vocablos que ahora son usuales en español, proceden de territorios americanos del Imperio: canoa, tiburón, cancha, puma, caucho, chocolate, etc. En las variables de la lengua quechua, el sust. ‘yaya‘ designaba a quien tenía hijos o descendientes, y no hay duda de que la ‘yaya o abuela los tenía. El jesuita González Holguin compuso otro diccionario quechua en 1608, con morfologías casi homógrafas a ‘yaya’, también con valor parental: el sust. «paya: abuela» y «payap: bisabuela» (Vocabulario de la lengua quichua (sic), año 1608). En fin, el tema no esta claro; y espero sentado que los defensores de la «iaia» catalana nos ofrezcan documentación de su uso en el 1700, para que reconozcamos su prevalencia: pero, por favor, que no aparezca sobre un manuscrito manipulado y falseado, como las ‘Regles ‘esquivar vocables» de 1930.

L’ahuelo vert de la dreta, el del nas jagant, en ulleres y boca mig auberta, soc yo. La sinyora es ma cunyá peruana Sofía, que encá sap paraules quechues de les que parlaven en sa familia. Respecte a «yaya» me diu que asoles es ferida cutánea; y «paya», sinyora en la vellea. Pot ser que’n atra llengua, de les milanta que tenen en Perú, tinguen l’arcaisme com a paraula viva y polisémica. Per sort, les ortógrafes en furor catalaner del periódic Levante no han aplegat dasta Lima.

viernes, 23 de agosto de 2019

Ahuelo, Leo Giménez, humoriste, manchegues

Ricart Garcia Moya

l'ahuelo-leo-gimenez-l'humoriste-de-les-manchegues


No, per supost, no es el ‘Risitas’ de la inmersió, ni el Rey del Cachopo llingüístic, encá que li agrá fer riurer y, a la llengua, chichines; tampoc es el nou Tom Sharpe o Chesterton, ni te més finea que Visanteta la del virgo. Estem davant del Soberá de les Manchegues.



Leo Giménez,manchegues

(Artícul, o lo que siga, no apte pera delicaes de Gandía, putos del catalanisme y valencians que se’l roden en paperet Bambú).


S’ha esgolat, ¡ay!, aquell periódic Levante que fea forum a encarnella1 ensabatá, ahon les mafies de chinetes a bon preu y piloniers de rebaixes feen sa publicitat y aumplíen bolchacons del progresiste Grup Moll catalá. Hui, a cámbit de carchofes, clóchines, chones, boques de rap, parrusos y alficosos, tenim eixemplars com l’ahuelo de les manchegues, bromiste homenet que’s clavá de técnic llingüístic municipardal fa anys y, singo-mansango, ya te un nom dins del clot dels cómics y caricatos per el seu llibre ‘El valencià és fàcil’, recull humorístic sobre llengua‘. ¡Ja, ja,ja, qué graciós es este sinyor, ja, ja, ja! Dasta’l títul te corfa y molla, perque’l llibre está en catalá y diu que’s valenciá, ¡ja, ja, ja!. En el diari (Levante, 19/06/2019) llixc el seu artícul en recolp pera cáurer de tos a carcallaes. El bort humoriste, en sonriseta2 plastificá, fa com a que’s fica a deféndrer el valenciá d’una chiqueta de Bachillerat3; pero, ¡ja, ja, ja!, heu fa asoltant manchegues lléxiques en catalá (la ‘manchega’ o ventositat no te res que vórer en el gentilici. Es derivat del valenciá mancha, cast. ‘fuelle‘).
¡Ja, ja, ja, em muic de risa pensant en la melosa dona d’Enric Morera, y el seu “maricón de España” dit a u del PP, ja, ja, ja!. ¡Son simpátics y tolerants, ja, ja, ja!. En la presentación del llibre del chistós llapisera estava tot el palmit d’urquesos4 que viuen o vólem viurer del cuento5del catalanisme millonari. En llengua fora y cul apretat, aplaudint les llimes idiomátiques del So Giménez, destacaven Ramonet Reversible, Artur Avui, Eduart Mira y Ampoma, Ángel Carpe Diem, el clásic Don Honorato (Norat, en valenciá modern), Abelardo Saragata, Inmaculá Cerdá (¿o no du acent?), el Sifoner Desventat, Pérez Saldaña (ara es Manel, en catalá), Voro de los Verdejos y, en el solaget, u que li diuen Puchades (a lo millor…, no heu crec; pero n’hiavía un Puchades que, segóns me moscá Albert Albert, era valencianiste de cor y corpenta, pero es ficá en Canal 9 y mutá en progresiste de pancha y bolchaca. El machongo no será el mateix dátil de rabosa, clar).
L’humoriste maganto Giménez, seguint el seu método6 de llingüiste bromiste, es tira en els nasos de la chiqueta (a ella va dedicat l’articul) la bufa “assambentada” (Levante, 18/06/2019). ¡Ja, ja, ja, n’hia que enténdrer a este ahuelo y el seu humor, ja, ja, ja!. Ell, que no está taboll, sap que eixe arcaisme desaparegué en el sigle XV y, per cert, en el Tirant ya ix en sibilant simplificá: “asabentat per Plaerdemavida” (c.1460), pero la veu desaparegué totalment del valenciá y quedá soterrá en el malvaret dels arcaismes, frut pera etimólecs y gambaires com a Jaume Massó. Pero en temps de Pompeu Fabra y Mussolini, pera alluntarse més del espanyol de les besties, revixcolaren el verp els magansesos filólecs catalans. Aixina heu conta, en catalá, el furuler Corominas: «Des de c.1920 aquest verb torna a ser molt usat, i si bé encara serva per a bastants algun regust de mot savi, es pot i convé usar-lo sense escrúpol” (DECLLC, VII, p.557). ¡Ja, ja, ja, que ingénit te l’ahuelo gargallós, ja, ja, ja!. Obedint el consell dels catalans, fa cas al ‘convé usarlo sinse escrúpul’.7 La chicona a qui dedica l’artícul creurá que ‘assabentar’ es un verp valenciá de soca y arrail, cuan es un frankenstein catalá reparit per els Jaume Massó (qui falsificá les Regles d’esquivar vocables), Pompeu Fabra y demés llusos expansionistes del 1920. La modernitat de la veu també l’arreplega Alcover: “Aquest mot arcaic ha estat restaurat en el llenguatge literari modern” (DCVB). En arrufaldat sentit de la parodia, l’ahuelet li estampa a la chiqueta la gargallá “esbiaixades” (Levante, 18/06/2019), com si l’haguera escoltat alguna vegá a son yayo o apareguera en algún imprés en valenciá. ¡Ja, ja, ja, este galavardeu vol fer créurer a la gent que la cansalá es de pollastre, ja , ja, ja!. Emparentat en l’antiu verp occitábiaissar, es atre furt al provensal dels tallabolses catalans de la Renaixença.
L’ahuelo Leocadio, Leopoldo o Leovigildo (¿qué amaga baix eixe Leo?) fa lo de no lladrar ni mosegar la ma de qui te pot donar rosegons y, en la mija fulla del artícul, llepa piteus y gorrites a tota la molá de catalanistes sinse llímits (pera Catalunya): Josepet Piera, Abelardo Saragat y tots els sopacaumenboca de l’AVLL y, ¡ja, ja, ja!, dasta fa la pilota al própit diari Levante ahon escriu. Sempre en sentit del humor groc merda de lloca, del morros del bufo de la llengua ixen brafaes y reglots idiomátics pera endenyar de llunt dasta les hienes, y tombar dasta’l jagant Golíes. No vullc fero més llarc, aixina que asoles recorde que’l técnic del valenciá amanchegat y pudent, adorat per amoixamats tiracordetes de l’AVLL y RACV, aufega a la chiqueta8 (que ell escriu “xiqueta”) en bonyigos catalanistes com el verp “emprar”, fugint del valenciá ‘amprar’. ¡Ja, ja, ja, quína ironía eixhibix el robellat9 rabosot Giménez, ja , ja, ja!. En sutilea, per mig de carcallaes y ma de morter en la cara, chafa al valenciá, pos dasta Corominas diu que ‘amprar’ es l’únic que’s diu en valenciá (DECLLC, III, p.305), encá que mosatros, per si la chiqueta llix el paperot, oferim testimonis d’esta familia lléxica, no asoles en temps moderns. Pero, millor, m’arrepentixc y no ficaré el llansol de referencies y obres en valenciá que, desde l’Etat Mija, han usat la morfología valenciana “amprar”10 y els seus derivats. Qui vullga vórelo, en el DHIVAM 2019 d’internet ix la retafila d’eixemples.
Y aplegue al fi d’este homenage al tafarrut catalaniste Leo Giménez, amant del humor a mascletaes y dels fins productes aulorosos de caixetes de música (fesols). La naturalea produix eixemplars pera riurer en totes les situaciones, dasta en les més dramátiques y vergonyoses. En el III Reich, raere de tráurer nyitols a cuansevol desgraciat per no ser ari, els butonis de les SS anaven al teatro11 Scala de Berlín y aplaudíen en mans tacaes de sanc al clown catalá Charlie Rivel. En totes les guerres, siguen d’aniquilació d’humans o idiomes, sempre ha eixistit l’humoriste que ballava els nanos al ranteret dels manyofles. En este cas, l’amoixamat humoriste fa de truchella pera aplanar camí als trampantingos del fascisme expansioniste de Catalunya, els que volen aplegar dasta Oriola. No obstant, com ya diguerem l’atre día, a tots els porcs els aplega el seu Sent Martí, y de tantes manchegues que’l cómic se tira en el, dasta fa poquet, diari de les putes, el Levante, a lo millor s’ampudega ell mateix. No anem a trencar palletes ni manaro a pastar fanc a este paixarell de la carcallá fácil, aixina que li deixe uns versos del pare Mulet que, encá que per l’etat no coincidix, pareix que tenía en la capsana al humoriste de la llengua bruta, perque les manchegues del mal apatuscat Giménez ya son petots més patétics que’ls plors de l’astová Fallera Cantimplora.
Tant creix en fi el forat
y per colar tant de vent,
que’l tro que pega se sent
moltes llegües apartat.
(Mulet: Tratat del pet, c.1650)
En temps forals, en un Reyne en dignitat, a la genteta que viu al servici del catalanisme d’extrema dreta els faríen apóstols de Serrans y Sent Narcís12, sinse cap de ducte. Y al bromiste de la llengua, l’ahuelet Leo, li enviaríen de castic com a tramuser chistós per algún cantó pixat de la Barceloneta. Per cert, al graciós no li agradará el lletrero que han ficat en el carrer més important d’Alacant, el de ‘Alfonso el Sabio’, els foguerers de la Barraca “Lo millor de la terreta”. Guardant tradició, han mantingut la purea del valenciá en el neutre ‘lo’, recurs de construcción sintáctica dels clasics y de tots el valencians, dasta que aplegaren bromistes com l’ahuelo de les manchegues. (Informació de societat: la image es d’este matí, divendres, 21 / 06/ 2019; y lo negre que ix baix la finestra es el cinturó de rebaixes dels chinos, lo mateix que’l desfargalat pantaló; la camisola te més categoria y preu: 5 €, d’Alcampo).
1 En idioma valenciá es lo mateix encarnella que carchofa.
En valenciá: “¿Per qué han de vindre en una sonriseta?” (El Cullerot, Alacant, 19/06/1897); “y sonriseta” (Cubells: Les pantorrilles de Rita, 1919); “una sonriseta” (Meliá, F.: El fills dels vells, 1926)
3 En idioma valenciá tenim ‘bachiller’, encá que’l técnic de les manchegues no heu sapia, perque escriu Batxillerat en catalá. Es cultisme derivat del fr. antiu bacheler > bachelier; orige del ing. bachelor, port. bacharel y val. bachiller, ahon es mantingué la –ch– etimológica, fora en St. Vicent Ferrer (c.1400), Fenollar (a.1497) o la Univ. de Valencia del 1500; cat. batxiller. Hui está prohibit per el fascisme catalaner, que asoles admitix el cat. ‘batxiller’ als sompos valencians: “grans clerguers e bachellers” (Ferrer, St. Vicent: Sermons, c. 1400); “bachiller que sap be” (Fenollar: Lo Procés, 1497); “li ha posat nom el bachiller Cigala” (Milá, Lluis: El Cortesano, 1561); “bachiller en Theologia” (Pou: Thesaurus, Valencia, 1575), etc.
4 En valenciá, del lletí Orcus, infern; emparentat en el cast. antiu huerco (¿y val. huendo?); ser diabólic, eixit del infern o relacionat en lo satánic: “velles urqueses” (Roig: Espill, 1460)
5 En idioma valenciá: “cuento del porch espí” (Milá, Lluis de: El Cortesano, 1561); “Deixes de cuentos y pase a la reixa” (Morla: Del torn de…, c. 1650); “el cuento está acabat” (Serres, M.: Sacro novenario, 1669, p. 398); “unes veus y cuentos que havien corregut” (A. M. Elda. Proc. Joseph Arnau, 1694), etc.
6 En idioma valenciá tenim el cultisme ‘método’, encá que’l greixer de les manchegues tampoc heu sap. Del lletí methŏdus y grec μέθοδος méthodoscat. mètode“ha posat del methodo com qui fa un ramellet” (Nofre: Reportori dels Furs, 1608); “de methodo conforme” (Const. Universitat de Valencia, 1611); “método” (Mas, L. V.: Sermó Cofradia St. Vicent, 1755); “conten prodigis del método de ensenyança” (Gadea: Tipos, III, 1918), etc.
7 En valenciá es cultisme derivat del lletí scrupŭlus, cudolet; doc. en el s. XIV com scrúpul; abanda del traslatici significat moral, també parts chicotetes: “el gran diminutiu, / miquetes y escrupulets” (Paper curiós, pera contrafer… a. 1741); “per qué eixe escrúpul cuant en una…”(Barchino: El cuquet del carinyo, 1932); “les vehines escrupulechaven” (Ballester: Ramellet, 1667), etc.
8 En idioma valenciá tenim la morfología en ch-: “María… chiqueta” (Roig: Espill, 1460);“chiqueta menuda” (Esteve, Joan: Liber elegantiarum, 1472); “fer una cella chiqueta” (La vida de Sant Honorat, Valencia, 1495); “chiqueta” (Pou, O.: Thesaurus, Valencia, 1575), etc.
9 En idioma valenciá es cultisme en –b-, del lletí robīgo, -ĭnis: “robell de hou: yema de huevo” (Ros: Dicc. 1764); “robell: orín” (Pastor Fuster: Voc. val. 1827); “robell: orín, herrumbe” (Lamarca: Dicc. val. 1839) “robellat: oriniento, mohoso” (Lamarca: Dicc. val. 1839); “robellats, cucats, florits” (La Moma, 18 d’abril 1885); “robellat y ple de…” (La Traca, 25 de joliol 1912); “coselet robellat” (Blasco Ibáñez, V.: El últim lleó, 1914); “en oli de cresol robellat” (Martí, L.: Pepe el curandero, 1928), etc.
10 ¿Dels lletins impĕrare > *ad-imperare?; el polisémic valenciá amprar equival als castellans aprovechar, solicitar, emplear, usar, pedir prestado; cat. emprar: “tota persona que… amprar” (Canals: traducció del Valeri al valenciá, 1395); “ampra” (March, A.: Obra, c. 1445); “amprar e pregar (…) amprant e demanant” (Dietari del capellá del Magnánim, 1462, 1468); “amprant totes les ales de vostra voluntat” (Perez, Miquel: Imitació de Iesuchrist, 1491);“deuem amprar” (Villena: Vita Christi, 1497), etc.
11 En idioma valenciá tenim el cultisme teatro, del lletí theātrum. La grafía ‘teatre’ va ser invent de Carlos Ros pera alluntarse del castellá en el sigle XVIII; pero: “lo Teatro desta Universitat” (Const. Universitat de Valencia, 1611); “en lo theatro del studi de Valencia” (BRAH, ms. Dietari Porcar, 20 de maig 1614); “hagué funció… ocupats en apanyar lo teatro” (DECLLC, 1, p. 341, doc. valenciá de 1639); “les empaliades del teatro pera conclusions…” (Const. Univ. de Valencia, 1655); “lo Theatro y feren…” (Bib.Univ. de Valencia, Ms. Joachim Ayerdi, giner 1644); “se li feu… un teatro en alt… el gran concurs de la gent” (BV. Ms. Festes del Centenar a la Verge del Milacre, Cocentaina, 1720), etc.
12 Aixina, en llengua valenciana, els díen als guilopots tancats en els presilis homónims de Serrans y Sent Narcís.


lo millor de la terreta

Ahuelo, Leo Giménez, humoriste, manchegues

Ricart Garcia Moya

l'ahuelo-leo-gimenez-l'humoriste-de-les-manchegues


No, per supost, no es el ‘Risitas’ de la inmersió, ni el Rey del Cachopo llingüístic, encá que li agrá fer riurer y, a la llengua, chichines; tampoc es el nou Tom Sharpe o Chesterton, ni te més finea que Visanteta la del virgo. Estem davant del Soberá de les Manchegues.



Leo Giménez,manchegues

(Artícul, o lo que siga, no apte pera delicaes de Gandía, putos del catalanisme y valencians que se’l roden en paperet Bambú).


S’ha esgolat, ¡ay!, aquell periódic Levante que fea forum a encarnella1 ensabatá, ahon les mafies de chinetes a bon preu y piloniers de rebaixes feen sa publicitat y aumplíen bolchacons del progresiste Grup Moll catalá. Hui, a cámbit de carchofes, clóchines, chones, boques de rap, parrusos y alficosos, tenim eixemplars com l’ahuelo de les manchegues, bromiste homenet que’s clavá de técnic llingüístic municipardal fa anys y, singo-mansango, ya te un nom dins del clot dels cómics y caricatos per el seu llibre ‘El valencià és fàcil’, recull humorístic sobre llengua‘. ¡Ja, ja,ja, qué graciós es este sinyor, ja, ja, ja! Dasta’l títul te corfa y molla, perque’l llibre está en catalá y diu que’s valenciá, ¡ja, ja, ja!. En el diari (Levante, 19/06/2019) llixc el seu artícul en recolp pera cáurer de tos a carcallaes. El bort humoriste, en sonriseta2 plastificá, fa com a que’s fica a deféndrer el valenciá d’una chiqueta de Bachillerat3; pero, ¡ja, ja, ja!, heu fa asoltant manchegues lléxiques en catalá (la ‘manchega’ o ventositat no te res que vórer en el gentilici. Es derivat del valenciá mancha, cast. ‘fuelle‘).
¡Ja, ja, ja, em muic de risa pensant en la melosa dona d’Enric Morera, y el seu “maricón de España” dit a u del PP, ja, ja, ja!. ¡Son simpátics y tolerants, ja, ja, ja!. En la presentación del llibre del chistós llapisera estava tot el palmit d’urquesos4 que viuen o vólem viurer del cuento5del catalanisme millonari. En llengua fora y cul apretat, aplaudint les llimes idiomátiques del So Giménez, destacaven Ramonet Reversible, Artur Avui, Eduart Mira y Ampoma, Ángel Carpe Diem, el clásic Don Honorato (Norat, en valenciá modern), Abelardo Saragata, Inmaculá Cerdá (¿o no du acent?), el Sifoner Desventat, Pérez Saldaña (ara es Manel, en catalá), Voro de los Verdejos y, en el solaget, u que li diuen Puchades (a lo millor…, no heu crec; pero n’hiavía un Puchades que, segóns me moscá Albert Albert, era valencianiste de cor y corpenta, pero es ficá en Canal 9 y mutá en progresiste de pancha y bolchaca. El machongo no será el mateix dátil de rabosa, clar).
L’humoriste maganto Giménez, seguint el seu método6 de llingüiste bromiste, es tira en els nasos de la chiqueta (a ella va dedicat l’articul) la bufa “assambentada” (Levante, 18/06/2019). ¡Ja, ja, ja, n’hia que enténdrer a este ahuelo y el seu humor, ja, ja, ja!. Ell, que no está taboll, sap que eixe arcaisme desaparegué en el sigle XV y, per cert, en el Tirant ya ix en sibilant simplificá: “asabentat per Plaerdemavida” (c.1460), pero la veu desaparegué totalment del valenciá y quedá soterrá en el malvaret dels arcaismes, frut pera etimólecs y gambaires com a Jaume Massó. Pero en temps de Pompeu Fabra y Mussolini, pera alluntarse més del espanyol de les besties, revixcolaren el verp els magansesos filólecs catalans. Aixina heu conta, en catalá, el furuler Corominas: «Des de c.1920 aquest verb torna a ser molt usat, i si bé encara serva per a bastants algun regust de mot savi, es pot i convé usar-lo sense escrúpol” (DECLLC, VII, p.557). ¡Ja, ja, ja, que ingénit te l’ahuelo gargallós, ja, ja, ja!. Obedint el consell dels catalans, fa cas al ‘convé usarlo sinse escrúpul’.7 La chicona a qui dedica l’artícul creurá que ‘assabentar’ es un verp valenciá de soca y arrail, cuan es un frankenstein catalá reparit per els Jaume Massó (qui falsificá les Regles d’esquivar vocables), Pompeu Fabra y demés llusos expansionistes del 1920. La modernitat de la veu també l’arreplega Alcover: “Aquest mot arcaic ha estat restaurat en el llenguatge literari modern” (DCVB). En arrufaldat sentit de la parodia, l’ahuelet li estampa a la chiqueta la gargallá “esbiaixades” (Levante, 18/06/2019), com si l’haguera escoltat alguna vegá a son yayo o apareguera en algún imprés en valenciá. ¡Ja, ja, ja, este galavardeu vol fer créurer a la gent que la cansalá es de pollastre, ja , ja, ja!. Emparentat en l’antiu verp occitábiaissar, es atre furt al provensal dels tallabolses catalans de la Renaixença.
L’ahuelo Leocadio, Leopoldo o Leovigildo (¿qué amaga baix eixe Leo?) fa lo de no lladrar ni mosegar la ma de qui te pot donar rosegons y, en la mija fulla del artícul, llepa piteus y gorrites a tota la molá de catalanistes sinse llímits (pera Catalunya): Josepet Piera, Abelardo Saragat y tots els sopacaumenboca de l’AVLL y, ¡ja, ja, ja!, dasta fa la pilota al própit diari Levante ahon escriu. Sempre en sentit del humor groc merda de lloca, del morros del bufo de la llengua ixen brafaes y reglots idiomátics pera endenyar de llunt dasta les hienes, y tombar dasta’l jagant Golíes. No vullc fero més llarc, aixina que asoles recorde que’l técnic del valenciá amanchegat y pudent, adorat per amoixamats tiracordetes de l’AVLL y RACV, aufega a la chiqueta8 (que ell escriu “xiqueta”) en bonyigos catalanistes com el verp “emprar”, fugint del valenciá ‘amprar’. ¡Ja, ja, ja, quína ironía eixhibix el robellat9 rabosot Giménez, ja , ja, ja!. En sutilea, per mig de carcallaes y ma de morter en la cara, chafa al valenciá, pos dasta Corominas diu que ‘amprar’ es l’únic que’s diu en valenciá (DECLLC, III, p.305), encá que mosatros, per si la chiqueta llix el paperot, oferim testimonis d’esta familia lléxica, no asoles en temps moderns. Pero, millor, m’arrepentixc y no ficaré el llansol de referencies y obres en valenciá que, desde l’Etat Mija, han usat la morfología valenciana “amprar”10 y els seus derivats. Qui vullga vórelo, en el DHIVAM 2019 d’internet ix la retafila d’eixemples.
Y aplegue al fi d’este homenage al tafarrut catalaniste Leo Giménez, amant del humor a mascletaes y dels fins productes aulorosos de caixetes de música (fesols). La naturalea produix eixemplars pera riurer en totes les situaciones, dasta en les més dramátiques y vergonyoses. En el III Reich, raere de tráurer nyitols a cuansevol desgraciat per no ser ari, els butonis de les SS anaven al teatro11 Scala de Berlín y aplaudíen en mans tacaes de sanc al clown catalá Charlie Rivel. En totes les guerres, siguen d’aniquilació d’humans o idiomes, sempre ha eixistit l’humoriste que ballava els nanos al ranteret dels manyofles. En este cas, l’amoixamat humoriste fa de truchella pera aplanar camí als trampantingos del fascisme expansioniste de Catalunya, els que volen aplegar dasta Oriola. No obstant, com ya diguerem l’atre día, a tots els porcs els aplega el seu Sent Martí, y de tantes manchegues que’l cómic se tira en el, dasta fa poquet, diari de les putes, el Levante, a lo millor s’ampudega ell mateix. No anem a trencar palletes ni manaro a pastar fanc a este paixarell de la carcallá fácil, aixina que li deixe uns versos del pare Mulet que, encá que per l’etat no coincidix, pareix que tenía en la capsana al humoriste de la llengua bruta, perque les manchegues del mal apatuscat Giménez ya son petots més patétics que’ls plors de l’astová Fallera Cantimplora.
Tant creix en fi el forat
y per colar tant de vent,
que’l tro que pega se sent
moltes llegües apartat.
(Mulet: Tratat del pet, c.1650)
En temps forals, en un Reyne en dignitat, a la genteta que viu al servici del catalanisme d’extrema dreta els faríen apóstols de Serrans y Sent Narcís12, sinse cap de ducte. Y al bromiste de la llengua, l’ahuelet Leo, li enviaríen de castic com a tramuser chistós per algún cantó pixat de la Barceloneta. Per cert, al graciós no li agradará el lletrero que han ficat en el carrer més important d’Alacant, el de ‘Alfonso el Sabio’, els foguerers de la Barraca “Lo millor de la terreta”. Guardant tradició, han mantingut la purea del valenciá en el neutre ‘lo’, recurs de construcción sintáctica dels clasics y de tots el valencians, dasta que aplegaren bromistes com l’ahuelo de les manchegues. (Informació de societat: la image es d’este matí, divendres, 21 / 06/ 2019; y lo negre que ix baix la finestra es el cinturó de rebaixes dels chinos, lo mateix que’l desfargalat pantaló; la camisola te més categoria y preu: 5 €, d’Alcampo).
1 En idioma valenciá es lo mateix encarnella que carchofa.
En valenciá: “¿Per qué han de vindre en una sonriseta?” (El Cullerot, Alacant, 19/06/1897); “y sonriseta” (Cubells: Les pantorrilles de Rita, 1919); “una sonriseta” (Meliá, F.: El fills dels vells, 1926)
3 En idioma valenciá tenim ‘bachiller’, encá que’l técnic de les manchegues no heu sapia, perque escriu Batxillerat en catalá. Es cultisme derivat del fr. antiu bacheler > bachelier; orige del ing. bachelor, port. bacharel y val. bachiller, ahon es mantingué la –ch– etimológica, fora en St. Vicent Ferrer (c.1400), Fenollar (a.1497) o la Univ. de Valencia del 1500; cat. batxiller. Hui está prohibit per el fascisme catalaner, que asoles admitix el cat. ‘batxiller’ als sompos valencians: “grans clerguers e bachellers” (Ferrer, St. Vicent: Sermons, c. 1400); “bachiller que sap be” (Fenollar: Lo Procés, 1497); “li ha posat nom el bachiller Cigala” (Milá, Lluis: El Cortesano, 1561); “bachiller en Theologia” (Pou: Thesaurus, Valencia, 1575), etc.
4 En valenciá, del lletí Orcus, infern; emparentat en el cast. antiu huerco (¿y val. huendo?); ser diabólic, eixit del infern o relacionat en lo satánic: “velles urqueses” (Roig: Espill, 1460)
5 En idioma valenciá: “cuento del porch espí” (Milá, Lluis de: El Cortesano, 1561); “Deixes de cuentos y pase a la reixa” (Morla: Del torn de…, c. 1650); “el cuento está acabat” (Serres, M.: Sacro novenario, 1669, p. 398); “unes veus y cuentos que havien corregut” (A. M. Elda. Proc. Joseph Arnau, 1694), etc.
6 En idioma valenciá tenim el cultisme ‘método’, encá que’l greixer de les manchegues tampoc heu sap. Del lletí methŏdus y grec μέθοδος méthodoscat. mètode“ha posat del methodo com qui fa un ramellet” (Nofre: Reportori dels Furs, 1608); “de methodo conforme” (Const. Universitat de Valencia, 1611); “método” (Mas, L. V.: Sermó Cofradia St. Vicent, 1755); “conten prodigis del método de ensenyança” (Gadea: Tipos, III, 1918), etc.
7 En valenciá es cultisme derivat del lletí scrupŭlus, cudolet; doc. en el s. XIV com scrúpul; abanda del traslatici significat moral, també parts chicotetes: “el gran diminutiu, / miquetes y escrupulets” (Paper curiós, pera contrafer… a. 1741); “per qué eixe escrúpul cuant en una…”(Barchino: El cuquet del carinyo, 1932); “les vehines escrupulechaven” (Ballester: Ramellet, 1667), etc.
8 En idioma valenciá tenim la morfología en ch-: “María… chiqueta” (Roig: Espill, 1460);“chiqueta menuda” (Esteve, Joan: Liber elegantiarum, 1472); “fer una cella chiqueta” (La vida de Sant Honorat, Valencia, 1495); “chiqueta” (Pou, O.: Thesaurus, Valencia, 1575), etc.
9 En idioma valenciá es cultisme en –b-, del lletí robīgo, -ĭnis: “robell de hou: yema de huevo” (Ros: Dicc. 1764); “robell: orín” (Pastor Fuster: Voc. val. 1827); “robell: orín, herrumbe” (Lamarca: Dicc. val. 1839) “robellat: oriniento, mohoso” (Lamarca: Dicc. val. 1839); “robellats, cucats, florits” (La Moma, 18 d’abril 1885); “robellat y ple de…” (La Traca, 25 de joliol 1912); “coselet robellat” (Blasco Ibáñez, V.: El últim lleó, 1914); “en oli de cresol robellat” (Martí, L.: Pepe el curandero, 1928), etc.
10 ¿Dels lletins impĕrare > *ad-imperare?; el polisémic valenciá amprar equival als castellans aprovechar, solicitar, emplear, usar, pedir prestado; cat. emprar: “tota persona que… amprar” (Canals: traducció del Valeri al valenciá, 1395); “ampra” (March, A.: Obra, c. 1445); “amprar e pregar (…) amprant e demanant” (Dietari del capellá del Magnánim, 1462, 1468); “amprant totes les ales de vostra voluntat” (Perez, Miquel: Imitació de Iesuchrist, 1491);“deuem amprar” (Villena: Vita Christi, 1497), etc.
11 En idioma valenciá tenim el cultisme teatro, del lletí theātrum. La grafía ‘teatre’ va ser invent de Carlos Ros pera alluntarse del castellá en el sigle XVIII; pero: “lo Teatro desta Universitat” (Const. Universitat de Valencia, 1611); “en lo theatro del studi de Valencia” (BRAH, ms. Dietari Porcar, 20 de maig 1614); “hagué funció… ocupats en apanyar lo teatro” (DECLLC, 1, p. 341, doc. valenciá de 1639); “les empaliades del teatro pera conclusions…” (Const. Univ. de Valencia, 1655); “lo Theatro y feren…” (Bib.Univ. de Valencia, Ms. Joachim Ayerdi, giner 1644); “se li feu… un teatro en alt… el gran concurs de la gent” (BV. Ms. Festes del Centenar a la Verge del Milacre, Cocentaina, 1720), etc.
12 Aixina, en llengua valenciana, els díen als guilopots tancats en els presilis homónims de Serrans y Sent Narcís.


lo millor de la terreta