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domingo, 20 de agosto de 2023

I. Zaldi baten bicitza. Indalecio Bizcarrondo, Vilinch.

I.

Zaldi baten bicitza. 

Poesía por don Indalecio Bizcarrondo, 

Vilinch. 

(Dialecto guipuzcoano) 


Zaldi baten bicitza.


Entre las poesías festivas y satíricas del país vasco, no habrá quizás una que haya alcanzado mayor popularidad que esta del malogrado vate donostiarra Vilinch. Había allá por los años 1860 - si mi memoria no me es infiel, - un carro tirado por un jamelgo blanco, destinado a la limpieza de las calles de San Sebastián. El pobre penco, encargado de tan penosa tarea cotidiana, había enflaquecido hasta lo imposible, a fuerza de palo y de trabajo, y quizás también de la no sobra de alimento.

Aquella arpa viviente, aquella sombra de caballo, que recorría sin cesar las calles de la ciudad uncido a su carro, inspiró al pobre Vilinch esta composición, llena de gracia, conocida vulgarmente con el nombre de Zaldi zuriyarena.

Esta poesía, una de las pocas festivas de Vilinch, acreditó más y más el nombre de este desgraciado poeta, e inmortalizó a aquel infeliz caballo blanco, casi tan popular en nuestro país como lo es en Castilla el famoso Rocinante del celebérrimo Don Quijote de la Mancha

Zaldi baten bicitza, con todo y estar escrita sobre un asunto tan pobre y vulgar, sobrevivirá mientras se hable la lengua euskara como una de las mejores composiciones satíricas escritas en dicho idioma, por la espontaneidad que revela, por lo gráfico de la pintura, la viveza del colorido, y la pureza del lenguaje. 

Algunos versos hay, (el 1.° y 14.° de cada estrofa), que, leídos, quedan cortos en buena ley métrica; sin embargo, yo no sé cómo, pero la verdad es que ajustan perfectamente a la música especial a que se hallan acomodados, sin que quepa introducir en ellos reforma ni cambio alguno.

Solamente debe exceptuarse de este juicio mío el verso noveno de la tercera estrofa, Zaldi orri nic, que es muy corto a todas luces, y que en mi humilde concepto, quedaría mejor corregido en esta forma:

Zaldi gaiso orri, el José-Mari, a quien se alude, era el dueño o encargado del caballo en cuestión.

A los pocos meses de escrita la composición de Vilinch, hubo necesidad de dar muerte a aquel pobre penco, viejo, enfermo, e inútil para todo trabajo, y entonces añadió Bizcarrondo a dicha poesía las dos estrofas que aparecen a su final, destinada la primera a lamentar el triste fin de aquel pobre caballo blanco, y la segunda que constituye su Epitafio, (!) las cuales en nada desmerecen del resto de la obra. 

El asunto, manejado por Vilinch con tanta gracia y habilidad, es muy común a los poetas vascos, y son varias las composiciones de análoga índole que he visto escritas en los diversos dialectos, pero en ninguna encuentro el mérito ni la perfección que en la del malogrado Bizcarrondo, por más que la mayor parte de ellas ofrezcan rasgos aislados, especialmente en la descripción, que no carecen de gracia.

Recuerdo, entre otras, las poesías tituladas Ikhazketaco mandoa, escrita en un dialecto mixto, (alto y bajo-navarro), dada a conocer por los ilustrados filólogos MM. Michel y Sallaberry, en sus respectivas colecciones; Ampleren Zamaria é Ichkerraren zamaria, que sin más cambio que el nombre del título y una que otra ligera diferencia son la misma composición en dialecto suletino; otra anónima, en el mismo dialecto, denominada Asto zahar bat; otra más, anónima también, que comienza con el verso Behor bat erosi dut, adin onecua..., reproducida también por M. Michel; otra de un modesto pero laboriosísimo artesano de esta ciudad, que lleva el título de Erdaldun baten zaldiyari, escrita en dialecto guipuzcoano, y de fecha muy reciente; unos Verso berriac, en el mismo dialecto, impresos en Tolosa, en casa de la viuda de Mendizábal, en 1867, sin otro título, y que comienzan así:

Zaldi ecuscarri bat 

Irunen saldu da..., 

y por último, otros, anónimos también, impresos en la misma casa y forma, sin fecha de impresión, y que principian:

Marcos Lasartecuac

Saldu du zaldiya..., 

pero ninguna de dichas producciones me satisface en conjunto, ni con mucho, lo que la afortunada inspiración de Vilinch, que tengo el gusto de ofrecer en este tomo a los lectores del Cancionero.

Si siempre es difícil la traducción de cualquiera composición de una lengua como la euskara, tan original y tan diversa en su construcción de todas las demás conocidas, esta dificultad crece de punto cuando se trata, en general, de poesías satíricas, y mucho más cuando éstas tienen el colorido local especial de la de Vilinch.

En vez de ofrecer, pues, una versión literal de ella, completamente desnuda de galas, y que había de carecer necesariamente de toda la gracia del original, prefiero reproducir en su lugar la traducción hecha 

ad libitum en romance castellano por mi amigo Serafín Baroja, que aunque inferior indudablemente al original, no carece de cierto mérito.

Zaldi baten bicitza ha sido puesta en música por D. Juan José Santesteban, y arreglada para canto y piano por su hijo J. A. forma parte de la notable Colección de Aires Vascongados de dicho Maestro, en la que figura con el núm. 18.

He aquí ahora la composición original de Vilinch:

Zaldi (1) baten bicitza. (2)


Orra (3) sei berso cale-

Garbitzalleari, (4)

Ceña (5) bere icenez (6) 

Dan José Mari:

Erreza (7) lezazquique

Iru Ave Mari,

Indarra etortzeco

Zaldi zuriari,

Animali ori 

Urriqui (8) zait neri,

Falta du ugari (9)

Egoteco guri, (10)

Cartoyaquiñ eguiña

Dala diruri. (11)


Goizero (12) bear diyo,

Eraso (13) lanari,

Ciquiñac (14) bildu arte

Erri danari:

Berriz ere obeto (15) 

Bici ez danari,

Nabarbenduco zaizca (16) 

Ezurrac (17) ugari:

Ez naiz chanchaz ari 

Eta Joshé Mari,

Zaldi gaisoari, (18)

Nai aña janari (19)

Eman zayozu, ea 

Jartzen dan lodi. (20)


Dago (21) esqueletuen

Ichurac arturic; (22)

¡Diña (23) jan ezac dauca

Orrela galduric!

¿Nola ez da egongo 

Oso argalduric, (24) 

Iruquitzen (25) badute 

Ascotan barauric? (26) 

Zaldi orri nic (a: Véase la observación de la página 4.a)

Ez det esperoric 

Ecer icusteric 

Ezurrac besteric,

Ez du beintzat izango 

Odol golperic.


Lana sobra du bañan 

Janaria falta,

Urriquigarria da

Dacarren planta:

Gaisoac ez lezaque 

Luzaro (27) aguanta, 

Flaquiarequin (28) ecin 

Muguitu (29) du anca, (30) 

Pentsu guchi jan ta

Calean giraca, (31)

Gaizqui bici da ta

Indarric ez daca,

Ecin carriatu du (32) 

Carro bat caca.


Munduan ez liteque 

Zaldiric arquitu, (33) 

Duenic orrec aña 

Pena sufritu:

Biotzic gogorrena, 

Lezaque cupitu, (31) 

Ez du zartzera (35) charra 

Gaisoac achitu, (36) 

Pausua naguitu, (37) 

Ecin da muguitu,

Zaldi orrec ditu

Zazpi espiritu,

Bestela bicirican

Ecin guelditu. 


Guisagaisoaz (38) danac 

Pena artzazute,

Baldin biotz biguñac

Badituzute:

Asi zan egunetic

Eta orain arte,

Serbitzuba eguin du 

Errian bastante,

Igande ta aste

Jayarequin (39) naste (40)

Maquiñabat (41) urte 

Pasa dizquitzute:

Orain erretirua

Mereci luque.


Zaldiaren eriotza. (42)


Indarra cecan arte 

Ciquiña carrayo, 

Eraguiten (43) cioten 

Maquiñabat zayo: 

¡Bañan miñez (44) jarri da! 

¡Indarra (45) juan zayo!

¡Nequearen (46) pagua

Balaz eman zayo! 


Obizdea. (47)


Azquenac (48) emen daude 

Zaldi argal baten, 

Ceñac ez zuen iñoiz

Pentzu on bat jaten.

¡Guelditu zaizcan mami (49) 

Puzcac eramaten,

Beliac (50) lan ascoric

Apenas daucaten.

R. I. P. Amen.


La vida de un caballo.


José-Mari, si no tienes

De pórfido el corazón,

Reza tres Ave-Marías

Al cristo de tu fervor

Por si recobra las fuerzas

Tu penco blanco, sinó

Te se muere el mejor día

Al uncirlo al carretón.

Entre las gentes no se habla

De otra cosa, créelo:

¿Sabes tú lo que se dice?

Que el caballo es de cartón.


Con el alba ya comienza

A recorrer todo el pueblo

Arrastrando las basuras

Que José va recogiendo.

¡Qué animal fuera capaz 

De resistir tal trecheo

Sin quedarse en cuatro días

Tan sólo con el pellejo! 

Sin bromas, José María,

No le niegues el sustento,

Y con el susto le matas,

Que quizá gane con ello.


Tiene ya de un esqueleto

La triste, horrorosa pinta;

¿Cómo no, si es almanaque

Que apunta siempre vigilia,

Mientras que el pobre trabaja 

Sin cesar de noche y día?

Me temo que se le vayan

Desarmando las clavijas

Y amojone las callejas

Con puntos de sus costillas.

De fijo que no se muere

De ataque de apoplejía.


Sóbranle palo y trabajo,

Fáltanle paja y cebada,

Lastimosísima y lúgubre

Es ya su estirada estampa;

El infeliz ya no puede

Sobrellevar tantas cargas,

Pues de puro flaco y débil

Se le entumecen las ancas.

Perdidas las fuerzas todas,

A pesar de lo que alampa,

No le es posible, no puede,

Con un carretón de ca... (caca) 

En el universo mundo

No existe ningún caballo

Que haya sufrido como este

Los rigores de su esta...blo (establo).

A su presencia se ablanda

El corazón más ingrato.

¡Vaya una vejez tranquila 

La que al pobre le ha tocado!

Encogidos los tendones

Le sale a calambre el paso,

Debe tener siete espíritus,

De fijo, como los gatos.


Señores, es necesario

Compadecernos de él ya,

Si todavía tenemos

Amor a la.... humanidad.

Desde que vino a este valle

De llanto y de votovás. 

Sin pretexto de Domingos

Ni de fiestas de guardar,

Ha prestado sus servicios

A toda la vecindad.

¿No merece con justicia

Que se le jubile ya? 


La muerte del caballo. 


Mientras conservó las fuerzas,

Uncido siempre a su carro, 

A la sociedad sirvió

Su suciedad ahuyentando.

Pero al fin no pudo más:

¡El pobrete cayó malo!

¡Y el premio de sus servicios

A balazos se le ha dado!


Epitafio. 


Yacen aquí los mortales

Restos de un pobre corcel,

Quien no consiguió en su vida 

Un pienso bueno comer.

¡Chasco se llevan los cuervos

Que se abalancen sobre él!

R. I. P. Amen.


NOTAS FILOLÓGICAS Y GRAMATICALES. 

(1) Zaldi, zaldia, zaldiya o zaldija, en los div. dial., caballo.

De esta palabra proceden las voces zaldiz, a caballo, zaldun, zalduna, (Zaldi-dubena o duena), caballero, zaldi-dun, zaldi-duna, (como se dice por la parte de Guethary), y zaldizcoa, de a caballo. Empléase también para expresar el caballo, especialmente en los dial. sulet., lab. y bn., la voz zamaria, que expresa mejor la idea de bestia de carga, de zama, carga, fardo, etc., derivándose de ella las voces zamaldun, bn., caballero, y zamariz, lab., bn., sulet., a caballo.

(2) Bicitza, bizitza, guip., bizitze, bizitzea, vizc. vida. 

(3) Orra, guip., vizc., horrá, lab., bn., he aquí.

(4) Garbitzallea, el que limpia una cosa, de garbi, limpio, puro, propio, y garbitu, garbitzen, limpiar. Cale-garbitzallea, es, pues, el encargado 

de la limpieza de las calles. (Cale : kalea)

(5) Ceña, zeña o zeina, en los div. dial., pronombre relativo, que, el cual, de zeñ, zein, que, cual.

(6) Icen o izen, en los div. dial., nombre. De ahí la voz izengoiti, izengoitia, guip., vizc., lab., izen-goith*, a, bn., sobre-nombre, apodo, y los verbos izendatu, izendatzen, guip., lab., bn., nombrar, e izendau, vizc., designar.

(7) Erreza, errezatu, errezatzen. Rogar a Dios, rezar. Mr. Chaho opina que este verbo procede del latino recitare, leer en alta voz, recitar, etc.

(8) Urriquitu, urriquitzen, guip., vizc., urrikaltu, urrikaltzen, lab., bn., tener compasión, excitar compasión.

(9) Ugari, guip., vizc., abundante.

(10) Guri, guria, guriya, en los div. dial., grueso, mantecoso. En el dial. guip., empléase también, en la misma acepción, la voz mardul, mardula.

(11) Dirudi, es 3.a pers. del pres. de indic. del verbo irudi, iruditzen, guip., vizc., iduri, iduritzen, lab., bn., iduri, iduritu, bn., parecer, parecerse, asemejar. De los irregulares de este verbo colige el P. Larramendi que es irudi y no iduri, aunque es más usado en esta última forma, "pues no se dice didurit sino dirudit, etc." El mismo origen reconocen las voces iduripen, iduripena, suposición, figuración, e idurikoz, por conjetura.

(12) Goizero, cada mañana, de goiz, guip., lab., bn., goich o gox, vizc., temprano, goiza o goicha, la mañana.

(13) Eraso, erasotzen, acometer.

(14) Ciquin o ziquiñ, ziquiña, guip., vizc., lab., zikhin, bn., sucio, suciedad, porquería.

(15) Obeto, guip., vizc., mejor, comparativo irregular de ondo.

(16) Nabarbendu, nabarbentzen., guip., nabarbentu, nabarbentzen. Empléase este verbo, cuya significación tantas dudas parece ofrecer a M. Van-Eys, en las acepciones generales de exagerar, poner de relieve, resaltar (o hacer resaltar), así como también la voz nabarbena, exagerado.

(17) Ezur, ezura, guip., vizc., hezur, hezura, lab., bn., hueso. - Ezurrac, los huesos. 

(18) Gaicho, gaicha, gaisso, gaissa, guip., vizc., gaizo, gaiza, lab., bn., pobre, pobrecillo. Es expresión de ternura, de cariño o de compasión.

(19) Janari, guip., vizc., janhari, lab., bn., alimento, (de jan-ari.)

(20) Jarri, jartzen, guip., lab., jarri, jasarri, vizc., jar, jarri, jartzen, bn., ponerse. Lodi, en los div. dial. grueso, gordo.

(21) Dago, es 3.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo egon, egondu, egoten, (egoiten en lab.), estar, permanecer. Este verbo se conjuga bien en la forma regular, nago, ago, dago, etc., bien con el auxiliar, egoten naiz, egoten zera, egoten da, etc.

(22) Ichura, guip., vizc., itchura, lab., bn., apariencia, aspecto.

Artu, artzen, guip., vizc., hartu, hartzen, lab., bn., aceptar, tomar, recibir.

(23) Din, diña, bastante, lo suficiente. Empléase también esta voz en el concepto de igual, tanto, como en este ejemplo: Aren diña banaiz, soy tanto como aquel, o no soy menos que aquel. Mr. Chaho juzga 

que din y diña, sean quizás una abreviación de ber-diñ, berdiña, (bardiñ, bardiña, en vizc.), igual, semejante, opinión que no juzgo desacertada, pues berdiñ y berdiña, no son a su vez, en mi concepto, otra cosa que una contracción de beardiñ, beardiña, lo necesario o lo suficiente.

(24) Argal, argala, guip., vizc., débil; en bn. escaso. - De la misma raíz proceden la voz argaltasun, argaltasuna, y el verbo argaldu, argaltzen, debilitarse.

(25) Iruqui, iduqui, guip., euqui, vizc., tener.

(26) Barauric, en ayunas. Babautu, barurtu, estar en ayunas. En vez de este verbo se emplea mejor y más comúnmente el adjetivo barau con ayuda del auxiliar. 

(27) Luzaro, guip., bn., luzaran, lab., en mucho tiempo.

(28) Flaquia, flaquiya, guip., debilidad, falta de alimentación. Es una de las rarísimas voces que en lengua euskara se encuentran con la inicial f, pues esta letra no es vascongada, y no se halla sino en palabras tomadas de otros idiomas. (N. E. flaqueza, flaco, flaca)

(29) Muguitu, muguitzen, guip., mover.

(30) Anca, anka, ank'ezurra, guip., vizc., lab., pata, pierna, cadera, muslo. El P. Larramendi, hace esta voz originaria del euskara. Mr. Chaho se inclina a creer que procede de la griega *ankos, que significa curvatura ángulo saliente.

(31) Giraca, a vueltas. De gira, círculo, vuelta.

(32) Carriatu, carreatu, garrayatu, acarrear, llevar cargas de cualquiera manera, y carreatu, propiamente cuando se trasportan en carro, según el P. Larramendi. 

(33) Arquitu o arkitu, arkitzen, guip., aurkitu, vizc., aurkitu, lab., bn., encontrar, hallar.

(34) Cupitu, cupitzen, compadecerse.

(35) Zartzera, guip., vejez, de zar, zarra, guip., zaar, zaarra, vizc., zahar, zaharra, lab., bn., viejo.

(36) Achitu, achitzen, atzitu, atzitzen, guip., alcanzar, coger.

(37) Naguitu, (de la voz nagui, nagi, guip., lab., bn., perezoso), desmedrar, acortar, disminuir.

(38) Guisagaizoa, pobrete, procede indudablemente de las voces guisa, gisa, modo, manera, aspecto, apariencia, y gaiso, gaisa, pobre.

(39) Jai, jaya, guip., vizc., lab., jei, jeya, lab., fiesta. De ahí jayegun, jayeguna, día de fiesta.

(40) Nastu, nasten, guip., naastu, vizc., nahas, nahasi, nahasten o nahastatzen, lab., bn., mezclar, (y también importunar.) 

(41) Maquiñabat urte. Hace bastantes años.

(42) Eriotz, eriotza, guip., vizc., erijotz, erijotza, vizc., heriotz, heriotze, bn., muerte; de eri, enfermedad, dolor, y otz, otza, frío.

(43) Eraguin, erain, guip., vizc., eguin arazi, lab. hacer hacer u obligar a hacer. 

(44) Miñez, guip., enfermo, de miñ o min, mal, dolor.

(45) Indar, indarra, en los div. dial., fuerza, esfuerzo.

(46) Neque, nequea, guip., vizc., lab., trabajo, fatiga.

(47) Obizdea, epitafio, procede de la raíz obi, guip. hobi, lab., bn., tumba, fosa. Iztueta emplea con la misma acepción la voz Obiandea. (N. E. óbito, obiit, obitum &c.)

(48) Azquenak, los restos, de asken, askena, lo último, lo postrero.

(49) Mami, mamia, guip., magro, sin hueso. Mami-puzcac, expresa aquí los pedazos de carne. La voz mami suele emplearse también en el concepto de cosa de dentro, íntima, y así se dice: adisquide mami bat, un amigo íntimo, ogui mamia, miga de pan.

(50) Bele, belia, belhia, en los div. dial., cuervo.

Poesía por don Indalecio Bizcarrondo, 

Vilinch. 

(Dialecto guipuzcoano) 


Zaldi baten bicitza.


Entre las poesías festivas y satíricas del país vasco, no habrá quizás una que haya alcanzado mayor popularidad que esta del malogrado vate donostiarra Vilinch. Había allá por los años 1860 - si mi memoria no me es infiel, - un carro tirado por un jamelgo blanco, destinado a la limpieza de las calles de San Sebastián. El pobre penco, encargado de tan penosa tarea cotidiana, había enflaquecido hasta lo imposible, a fuerza de palo y de trabajo, y quizás también de la no sobra de alimento.

Aquella arpa viviente, aquella sombra de caballo, que recorría sin cesar las calles de la ciudad uncido a su carro, inspiró al pobre Vilinch esta composición, llena de gracia, conocida vulgarmente con el nombre 

de Zaldi zuriyarena.

Esta poesía, una de las pocas festivas de Vilinch, acreditó más y más el nombre de este desgraciado poeta, e inmortalizó a aquel infeliz caballo blanco, casi tan popular en nuestro país como lo es en Castilla el famoso Rocinante del celebérrimo Don Quijote de la Mancha. 

Zaldi baten bicitza, con todo y estar escrita sobre un asunto tan pobre y vulgar, sobrevivirá mientras se hable la lengua euskara como una de las mejores composiciones satíricas escritas en dicho idioma, por la espontaneidad que revela, por lo gráfico de la pintura, la viveza del colorido, y la pureza del lenguaje. 

Algunos versos hay, (el 1.° y 14.° de cada estrofa), que, leídos, quedan cortos en buena ley métrica; sin embargo, yo no sé cómo, pero la verdad es que ajustan perfectamente a la música especial a que se hallan acomodados, sin que quepa introducir en ellos reforma ni cambio alguno.

Solamente debe exceptuarse de este juicio mío el verso noveno de la tercera estrofa, Zaldi orri nic, que es muy corto a todas luces, y que en mi humilde concepto, quedaría mejor corregido en esta forma:

Zaldi gaiso orri, el José-Mari, a quien se alude, era el dueño o encargado del caballo en cuestión.

A los pocos meses de escrita la composición de Vilinch, hubo necesidad de dar muerte a aquel pobre penco, viejo, enfermo, e inútil para todo trabajo, y entonces añadió Bizcarrondo a dicha poesía las dos estrofas que aparecen a su final, destinada la primera a lamentar el triste fin de aquel pobre caballo blanco, y la segunda que constituye su Epitafio, (!) las cuales en nada desmerecen del resto de la obra. 

El asunto, manejado por Vilinch con tanta gracia y habilidad, es muy común a los poetas vascos, y son varias las composiciones de análoga índole que he visto escritas en los diversos dialectos, pero en ninguna encuentro el mérito ni la perfección que en la del malogrado Bizcarrondo, por más que la mayor parte de ellas ofrezcan rasgos aislados, especialmente en la descripción, que no carecen de gracia.

Recuerdo, entre otras, las poesías tituladas Ikhazketaco mandoa, escrita en un dialecto mixto, (alto y bajo-navarro), dada a conocer por los ilustrados filólogos MM. Michel y Sallaberry, en sus respectivas colecciones; Ampleren Zamaria é Ichkerraren zamaria, que sin más cambio que el nombre del título y una que otra ligera diferencia son la misma composición en dialecto suletino; otra anónima, en el mismo 

dialecto, denominada Asto zahar bat; otra más, anónima también, que comienza con el verso Behor bat erosi dut, adin onecua..., reproducida también por M. Michel; otra de un modesto pero laboriosísimo artesano de esta ciudad, que lleva el título de Erdaldun baten zaldiyari, escrita en 

dialecto guipuzcoano, y de fecha muy reciente; unos Verso berriac, en el mismo dialecto, impresos en Tolosa, en casa de la viuda de Mendizábal, en 1867, sin otro título, y que comienzan así:

Zaldi ecuscarri bat 

Irunen saldu da..., 

y por último, otros, anónimos también, impresos en la misma casa y forma, sin fecha de impresión, y que principian:

Marcos Lasartecuac

Saldu du zaldiya..., 

pero ninguna de dichas producciones me satisface en conjunto, ni con mucho, lo que la afortunada inspiración de Vilinch, que tengo el gusto de ofrecer en este tomo a los lectores del Cancionero.

Si siempre es difícil la traducción de cualquiera composición de una lengua como la euskara, tan original y tan diversa en su construcción de todas las demás conocidas, esta dificultad crece de punto cuando se trata, en general, de poesías satíricas, y mucho más cuando éstas tienen el colorido local especial de la de Vilinch.

En vez de ofrecer, pues, una versión literal de ella, completamente desnuda de galas, y que había de carecer necesariamente de toda la gracia del original, prefiero reproducir en su lugar la traducción hecha 

ad libitum en romance castellano por mi amigo Serafín Baroja, que aunque inferior indudablemente al original, no carece de cierto mérito.

Zaldi baten bicitza ha sido puesta en música por D. Juan José Santesteban, y arreglada para canto y piano por su hijo J. A. forma parte de la notable Colección de Aires Vascongados de dicho Maestro, en la que figura con el núm. 18.

He aquí ahora la composición original de Vilinch:

Zaldi (1) baten bicitza. (2)


Orra (3) sei berso cale-

Garbitzalleari, (4)

Ceña (5) bere icenez (6) 

Dan José Mari:

Erreza (7) lezazquique

Iru Ave Mari,

Indarra etortzeco

Zaldi zuriari,

Animali ori 

Urriqui (8) zait neri,

Falta du ugari (9)

Egoteco guri, (10)

Cartoyaquiñ eguiña

Dala diruri. (11)


Goizero (12) bear diyo,

Eraso (13) lanari,

Ciquiñac (14) bildu arte

Erri danari:

Berriz ere obeto (15) 

Bici ez danari,

Nabarbenduco zaizca (16) 

Ezurrac (17) ugari:

Ez naiz chanchaz ari 

Eta Joshé Mari,

Zaldi gaisoari, (18)

Nai aña janari (19)

Eman zayozu, ea 

Jartzen dan lodi. (20)


Dago (21) esqueletuen

Ichurac arturic; (22)

¡Diña (23) jan ezac dauca

Orrela galduric!

¿Nola ez da egongo 

Oso argalduric, (24) 

Iruquitzen (25) badute 

Ascotan barauric? (26) 

Zaldi orri nic (a: Véase la observación de la página 4.a)

Ez det esperoric 

Ecer icusteric 

Ezurrac besteric,

Ez du beintzat izango 

Odol golperic.


Lana sobra du bañan 

Janaria falta,

Urriquigarria da

Dacarren planta:

Gaisoac ez lezaque 

Luzaro (27) aguanta, 

Flaquiarequin (28) ecin 

Muguitu (29) du anca, (30) 

Pentsu guchi jan ta

Calean giraca, (31)

Gaizqui bici da ta

Indarric ez daca,

Ecin carriatu du (32) 

Carro bat caca.


Munduan ez liteque 

Zaldiric arquitu, (33) 

Duenic orrec aña 

Pena sufritu:

Biotzic gogorrena, 

Lezaque cupitu, (31) 

Ez du zartzera (35) charra 

Gaisoac achitu, (36) 

Pausua naguitu, (37) 

Ecin da muguitu,

Zaldi orrec ditu

Zazpi espiritu,

Bestela bicirican

Ecin guelditu. 


Guisagaisoaz (38) danac 

Pena artzazute,

Baldin biotz biguñac

Badituzute:

Asi zan egunetic

Eta orain arte,

Serbitzuba eguin du 

Errian bastante,

Igande ta aste

Jayarequin (39) naste (40)

Maquiñabat (41) urte 

Pasa dizquitzute:

Orain erretirua

Mereci luque.


Zaldiaren eriotza. (42)


Indarra cecan arte 

Ciquiña carrayo, 

Eraguiten (43) cioten 

Maquiñabat zayo: 

¡Bañan miñez (44) jarri da! 

¡Indarra (45) juan zayo!

¡Nequearen (46) pagua

Balaz eman zayo! 


Obizdea. (47)


Azquenac (48) emen daude 

Zaldi argal baten, 

Ceñac ez zuen iñoiz

Pentzu on bat jaten.

¡Guelditu zaizcan mami (49) 

Puzcac eramaten,

Beliac (50) lan ascoric

Apenas daucaten.

R. I. P. Amen.



La vida de un caballo.


José-Mari, si no tienes

De pórfido el corazón,

Reza tres Ave-Marías

Al cristo de tu fervor

Por si recobra las fuerzas

Tu penco blanco, sinó

Te se muere el mejor día

Al uncirlo al carretón.

Entre las gentes no se habla

De otra cosa, créelo:

¿Sabes tú lo que se dice?

Que el caballo es de cartón.


Con el alba ya comienza

A recorrer todo el pueblo

Arrastrando las basuras

Que José va recogiendo.

¡Qué animal fuera capaz 

De resistir tal trecheo

Sin quedarse en cuatro días

Tan sólo con el pellejo! 

Sin bromas, José María,

No le niegues el sustento,

Y con el susto le matas,

Que quizá gane con ello.



Tiene ya de un esqueleto

La triste, horrorosa pinta;

¿Cómo no, si es almanaque

Que apunta siempre vigilia,

Mientras que el pobre trabaja 

Sin cesar de noche y día?

Me temo que se le vayan

Desarmando las clavijas

Y amojone las callejas

Con puntos de sus costillas.

De fijo que no se muere

De ataque de apoplejía. 


Sóbranle palo y trabajo,

Fáltanle paja y cebada,

Lastimosísima y lúgubre

Es ya su estirada estampa;

El infeliz ya no puede

Sobrellevar tantas cargas,

Pues de puro flaco y débil

Se le entumecen las ancas.

Perdidas las fuerzas todas,

A pesar de lo que alampa,

No le es posible, no puede,

Con un carretón de ca... (caca) 

En el universo mundo

No existe ningún caballo

Que haya sufrido como este

Los rigores de su esta...blo (establo).

A su presencia se ablanda

El corazón más ingrato.

¡Vaya una vejez tranquila 

La que al pobre le ha tocado!

Encogidos los tendones

Le sale a calambre el paso,

Debe tener siete espíritus,

De fijo, como los gatos.


Señores, es necesario

Compadecernos de él ya,

Si todavía tenemos

Amor a la.... humanidad.

Desde que vino a este valle

De llanto y de votovás. 

Sin pretexto de Domingos

Ni de fiestas de guardar,

Ha prestado sus servicios

A toda la vecindad.

¿No merece con justicia

Que se le jubile ya? 


La muerte del caballo. 


Mientras conservó las fuerzas,

Uncido siempre a su carro, 

A la sociedad sirvió

Su suciedad ahuyentando.

Pero al fin no pudo más:

¡El pobrete cayó malo!

¡Y el premio de sus servicios

A balazos se le ha dado!


Epitafio. 


Yacen aquí los mortales

Restos de un pobre corcel,

Quien no consiguió en su vida 

Un pienso bueno comer.

¡Chasco se llevan los cuervos

Que se abalancen sobre él!

R. I. P. Amen.


NOTAS FILOLÓGICAS Y GRAMATICALES. 

aquimequedo

(1) Zaldi, zaldia, zaldiya o zaldija, en los div. dial., caballo.

De esta palabra proceden las voces zaldiz, a caballo, zaldun, zalduna, (Zaldi-dubena o duena), caballero, zaldi-dun, zaldi-duna, (como se dice por la parte de Guethary), y zaldizcoa, de a caballo. Empléase también para expresar el caballo, especialmente en los dial. sulet., lab. y bn., la voz zamaria, que expresa mejor la idea de bestia de carga, de zama, carga, fardo, etc., derivándose de ella las voces zamaldun, bn., caballero, y zamariz, lab., bn., sulet., a caballo.

(2) Bicitza, bizitza, guip., bizitze, bizitzea, vizc. vida. 

(3) Orra, guip., vizc., horrá, lab., bn., he aquí.

(4) Garbitzallea, el que limpia una cosa, de garbi, limpio, puro, propio, y garbitu, garbitzen, limpiar. Cale-garbitzallea, es, pues, el encargado de la limpieza de las calles. (Cale : kale, kalea)

(5) Ceña, zeña o zeina, en los div. dial., pronombre relativo, que, el cual, de zeñ, zein, que, cual.

(6) Icen o izen, en los div. dial., nombre. De ahí la voz izengoiti, izengoitia, guip., vizc., lab., izen-goith*, a, bn., sobre-nombre, apodo, y los verbos izendatu, izendatzen, guip., lab., bn., nombrar, e izendau, vizc., designar.

(7) Erreza, errezatu, errezatzen. Rogar a Dios, rezar. Mr. Chaho opina que este verbo procede del latino recitare, leer en alta voz, recitar, etc.

(8) Urriquitu, urriquitzen, guip., vizc., urrikaltu, urrikaltzen, lab., bn., tener compasión, excitar compasión.

(9) Ugari, guip., vizc., abundante.

(10) Guri, guria, guriya, en los div. dial., grueso, mantecoso. En el dial. guip., empléase también, en la misma acepción, la voz mardul, mardula.

(11) Dirudi, es 3.a pers. del pres. de indic. del verbo irudi, iruditzen, guip., vizc., iduri, iduritzen, lab., bn., iduri, iduritu, bn., parecer, parecerse, asemejar. De los irregulares de este verbo colige el P. Larramendi que es irudi y no iduri, aunque es más usado en esta última forma, "pues no se dice didurit sino dirudit, etc." El mismo origen reconocen las voces iduripen, iduripena, suposición, figuración, e idurikoz, por conjetura.

(12) Goizero, cada mañana, de goiz, guip., lab., bn., goich o gox, vizc., temprano, goiza o goicha, la mañana.

(13) Eraso, erasotzen, acometer.

(14) Ciquin o ziquiñ, ziquiña, guip., vizc., lab., zikhin, bn., sucio, suciedad, porquería.

(15) Obeto, guip., vizc., mejor, comparativo irregular de ondo.

(16) Nabarbendu, nabarbentzen., guip., nabarbentu, nabarbentzen. Empléase este verbo, cuya significación tantas dudas parece ofrecer a M. Van-Eys, en las acepciones generales de exagerar, poner de relieve, resaltar (o hacer resaltar), así como también la voz nabarbena, exagerado.

(17) Ezur, ezura, guip., vizc., hezur, hezura, lab., bn., hueso. - Ezurrac, los huesos. 

(18) Gaicho, gaicha, gaisso, gaissa, guip., vizc., gaizo, gaiza, lab., bn., pobre, pobrecillo. Es expresión de ternura, de cariño o de compasión.

(19) Janari, guip., vizc., janhari, lab., bn., alimento, (de jan-ari.)

(20) Jarri, jartzen, guip., lab., jarri, jasarri, vizc., jar, jarri, jartzen, bn., ponerse. Lodi, en los div. dial. grueso, gordo.

(21) Dago, es 3.a pers. del sing. del pres. de indic. del verbo egon, egondu, egoten, (egoiten en lab.), estar, permanecer. Este verbo se conjuga bien en la forma regular, nago, ago, dago, etc., bien con el auxiliar, egoten naiz, egoten zera, egoten da, etc.

(22) Ichura, guip., vizc., itchura, lab., bn., apariencia, aspecto.

Artu, artzen, guip., vizc., hartu, hartzen, lab., bn., aceptar, tomar, recibir.

(23) Din, diña, bastante, lo suficiente. Empléase también esta voz en el concepto de igual, tanto, como en este ejemplo: Aren diña banaiz, soy tanto como aquel, o no soy menos que aquel. Mr. Chaho juzga 

que din y diña, sean quizás una abreviación de ber-diñ, berdiña, (bardiñ, bardiña, en vizc.), igual, semejante, opinión que no juzgo desacertada, pues berdiñ y berdiña, no son a su vez, en mi concepto, otra cosa que una contracción de beardiñ, beardiña, lo necesario o lo suficiente.

(24) Argal, argala, guip., vizc., débil; en bn. escaso. - De la misma raíz proceden la voz argaltasun, argaltasuna, y el verbo argaldu, argaltzen, debilitarse.

(25) Iruqui, iduqui, guip., euqui, vizc., tener.

(26) Barauric, en ayunas. Babautu, barurtu, estar en ayunas. En vez de este verbo se emplea mejor y más comúnmente el adjetivo barau con ayuda del auxiliar. 

(27) Luzaro, guip., bn., luzaran, lab., en mucho tiempo.

(28) Flaquia, flaquiya, guip., debilidad, falta de alimentación. Es una de las rarísimas voces que en lengua euskara se encuentran con la inicial f, pues esta letra no es vascongada, y no se halla sino en palabras tomadas de otros idiomas. (N. E. flaqueza, flaco, flaca)

(29) Muguitu, muguitzen, guip., mover.

(30) Anca, anka, ank'ezurra, guip., vizc., lab., pata, pierna, cadera, muslo. El P. Larramendi, hace esta voz originaria del euskara. Mr. Chaho se inclina a creer que procede de la griega *ankos, que significa curvatura ángulo saliente.

(31) Giraca, a vueltas. De gira, círculo, vuelta.

(32) Carriatu, carreatu, garrayatu, acarrear, llevar cargas de cualquiera manera, y carreatu, propiamente cuando se trasportan en carro, según el P. Larramendi. 

(33) Arquitu o arkitu, arkitzen, guip., aurkitu, vizc., aurkitu, lab., bn., encontrar, hallar.

(34) Cupitu, cupitzen, compadecerse.

(35) Zartzera, guip., vejez, de zar, zarra, guip., zaar, zaarra, vizc., zahar, zaharra, lab., bn., viejo.

(36) Achitu, achitzen, atzitu, atzitzen, guip., alcanzar, coger.

(37) Naguitu, (de la voz nagui, nagi, guip., lab., bn., perezoso), desmedrar, acortar, disminuir.

(38) Guisagaizoa, pobrete, procede indudablemente de las voces guisa, gisa, modo, manera, aspecto, apariencia, y gaiso, gaisa, pobre.

(39) Jai, jaya, guip., vizc., lab., jei, jeya, lab., fiesta. De ahí jayegun, jayeguna, día de fiesta.

(40) Nastu, nasten, guip., naastu, vizc., nahas, nahasi, nahasten o nahastatzen, lab., bn., mezclar, (y también importunar.) 

(41) Maquiñabat urte. Hace bastantes años.

(42) Eriotz, eriotza, guip., vizc., erijotz, erijotza, vizc., heriotz, heriotze, bn., muerte; de eri, enfermedad, dolor, y otz, otza, frío.

(43) Eraguin, erain, guip., vizc., eguin arazi, lab. hacer hacer u obligar a hacer. 

(44) Miñez, guip., enfermo, de miñ o min, mal, dolor.

(45) Indar, indarra, en los div. dial., fuerza, esfuerzo.

(46) Neque, nequea, guip., vizc., lab., trabajo, fatiga.

(47) Obizdea, epitafio, procede de la raíz obi, guip. hobi, lab., bn., tumba, fosa. Iztueta emplea con la misma acepción la voz Obiandea. (N. E. óbito, obiit, obitum &c.)

(48) Azquenak, los restos, de asken, askena, lo último, lo postrero.

(49) Mami, mamia, guip., magro, sin hueso. Mami-puzcac, expresa aquí los pedazos de carne. La voz mami suele emplearse también en el concepto de cosa de dentro, íntima, y así se dice: adisquide mami bat, un amigo íntimo, ogui mamia, miga de pan.

(50) Bele, belia, belhia, en los div. dial., cuervo.

caballo, blanco, delgado, flaco, Rocinante, zuriyarena


jueves, 7 de enero de 2021

Lo Camí, XVIII.

XVIII.

Com atres moltes dones, la Pesteta gran va despressiá lo amor mentres cap home li va proposá voldre y sé volguda. A vegades, la Pesteta sen enríe de que lo únic amor de la seua vida haguere naixcut pressisamén del seu zel moralisadó. Sense lo seu afán de recorre los montes durán los crepúsculs dels domenges no haguere enfadat a los mossos del poble, y, sense enfadá als mossos del poble, no li haguere donat a Quino, lo Manco, la oportunidat de deféndrela y sense esta oportunidat, may se haguere ubert lo sec cor de la Pesteta gran, massa señit y tancat entre les costelles. Ere, la del seu primé y únic amor, una cadena de causalidat y cassualidat que si pensabe en ella la abrumabe. 

Són infinitos los camíns del siñó. Los amors de la Pesteta y Quino, lo Manco, van tardá en sabés al poble. Ademés, van progressá en lentitut. Ere un pas definitiu.
Quino, lo Manco, ya habíe pensat en ella, en la Pesteta, antes del insidén en los mossos. La Pesteta no ere jove y ell tampoc. Per un atre costat, la Pesteta ere seca y prima y teníe un negossi en marcha; y un evidén talento comersial. Pressisamén lo que ell no teníe. Raderamen, Quino estabe asfixiat per les hipoteques. Ben mirat, propiedat dell, lo que se diu dell, no quedabe ni lo gram del hort. Ademés, la Pesteta ere prima y teníe los músculs reblanits. Bueno, u pareixíe. Naturalmen, ni ell ni dingú li van vore may los músculs a la Pesteta. En fin, la Pesteta gran constituíe pera nell una solusió congruén y pintiparada, ni feta aposta.

Cuan Quino, lo Manco, la va defendre dels mossos al pon no u va fé en mires egoístes.
U va fé perque ere un home noble y digne y detestabe la violensia, sobre tot en les dones. ¿Que después se va embolicá la cosa y la Pesteta lo va mirá de este o datre modo, y li va besá ardorosamen lo muñó y ell, al besál, va sentí com a cussigañes o una rampa o calambre pel bras y se va conmoure? Be. Eslabóns de una mateixa cadena. Insidensies nessessaries pera abordá un propósit ineluctable. Dessignios de Deu. Lo bes a la carn retortigada del muñó va serví tamé pera que Quino, lo Manco, constatare que encara existíe al seu cos la forsa y la eficassia de la virilidat. Encara no estabe neutralisat com a sexo; encara contabe. Y se va ficá a pensá en eventualidats susceptibles de sé portades a la práctica. Y aixina va naixe la idea de embutíli o coláli una flo cada matí a la Pesteta, per deball de la porta de la tenda, antes de que lo poble se despertare.
Quino, lo Manco, sabíe que en esta ocasió teníe que aná en peus de plom. Lo poble aburríe a la Pesteta y la Pesteta ere una puritana y l´atra Pesteta un gat escaldat (o sucarrat en una lupa). Teníe que actuá, pos, en cautela, sigilo y discressió. Cambiabe de flo cada día y si la flo ere gran embutíe sol un pétalo. Quino, lo Manco, no ignorabe que una flo sense intensió se la emporte lo ven y una flo intensionada té mes forsa persuassiva que un filó de or. Sabíe tamé que la assiduidat y la constansia acaben mellán lo ferro (lo gat pesat se emporte lo ratolí o la rata). Ademés, tot este caudal de ternures va acabá sabénlo, com no podíe sé de un atra manera, don José, lo mossen, que ere un gran san.

Li va di la Pesteta:

- Don José, ¿es pecat dessichá desmayás als brassos de un home?

- Depén de la intensió - va di lo mossen.

- Sense mes intensió que desmayás, don José.

- Pero, filla, ¿als teus añs?

- Qué vol, siñó retó. Dingú sap cuán li arribará la hora. Lo amor y la mort, a traissió.

Y si es pecat dessichá desmayás als brassos de un home, yo vic en pecat, don José, lay advertixco. Y lo meu no té remey. Yo no podré voldre datra cosa encara que vosté me digue que eixe es lo pecat mes gran del món. Eixe dessich pot mes que yo. Y plorabe.

Don José movíe lo cap de un costat al atre maquinalmen, com un péndul.

- Es Quino, ¿verdat? - va di.

La pell de la Pesteta gran se va enroijí.

- Sí, ell es, don José.

- Es un bon home, filla; pero es una calamidat - va di lo mossen.

- No importe, don José. Tot té remey.

- ¿Qué diu tan germana?

- No sap res encara. Pero ella no té forsa moral pera parlám. Siríe inútil que me donare consells.

Irene, la Pesteta menuda, sen va enterá al final.

- Pareix mentira, Lola. ¿Has perdut lo señ? - va di.

- ¿Per qué me dius aixó?

- ¿No u saps?

- No. Pero tú tampoc ignores que a casa nessessitam un home.

- Cuan lo meu en Dimas no ne nessessitabem cap.

- Es diferén, germana.

- Ara la que ha perdut lo oremus has sigut tú; no ña cap diferensia.

- Quino té vergoña.

- Tamé Dimas pareixíe que ne teníe.

- Anabe a per los teus doblers (com diuen en mallorquí). Dimas va durá tan com les sing mil pessetes. Tú u vas di.

- ¿Es que te creus que Quino se arrime per la teua persona?

La Pesteta gran va saltá, ofenguda:

- ¿Quíns motius tens pera dudáu?

La Pesteta menuda va di:

- A la vista, no cap, desde luego.

- Ademés, yo no me hay de amagá com tú. Yo sometiré lo meu cariño a la ley de Deu.

Li brillaben los ulls a la Pesteta menuda:

- No me parlos de alló; te u demano per la beneída memoria dels nostres pares.

Encara al poble no se barruntabe res del festech. Va sé pressís que la Pesteta y Quino, lo Manco, recorregueren los carrés emparellats, un domenge per la tarde, pera que lo poble sen enterare al final. Y contra lo que Quino, lo Manco, suposabe, no se van semá los geranios als balcóns, ni se van sorollá les vaques als seus corrals, ni se va badá la terra, ni se van desmoroná les montañes al difundís la notissia. Apenes unes sonrissetes incissives y unes insinuassións en doble sentit. Menos no podíe esperás.

Dos semanes después, la Pesteta gran va aná a vore a don José.

- Siñó retó, ¿es pecat dessichá que un home me beso a la boca y me apreto entre los seus brassos en tota la seua forsa, hasta cruixím?

- Es pecat.

- Pos yo no puc remediáu, don José. Peco a cada minut de la meua vida.

- Tú y Quino tos hau de casá - va di lo mossen.

Irene, la Pesteta menuda, va ficá lo crit al sel al sabé la sentensia de don José:

- Li portes deu añs, Lola; y tú ya ne tens sincuanta. Has de sé sensata, reflexiona.
Per l´amor de Deu, torna en tú abáns de que sigue tart.

La Pesteta gran acababe de descubrí que ñabíe una bellesa al sol amagánse detrás dels montes y al chirrit de una carreta o un carro plena de fenás, y al vol tranquil dels miláns al sel llimpio de agost, y hasta al mero y simple fet de viure. No podíe renunsiá an ella ara que acababe de descubríla.

- Estic dessidida, germana. Tú tens la porta uberta pera anáten cuan vullgues - va di.

La Pesteta menuda va arrencá a plorá, después li va fotre un patatús pels ñirvis, y se va gitá en fiebre. Aixina va está una semana. Lo domenge habíe desaparegut la calentura. La Pesteta gran va entrá a la habitassió de puntetes y va escorre les cortines en alegría.

- Venga, maña, eixécat - va di -. Don José lligirá avui, a missa, la meua primera amonestassió. Avui té que sé pera tú y pera mí un día inolvidable. La Pesteta menuda se va alsá sense di ni chut, se va arreglá y sen va aná en san germana gran a escoltá la primera amonestassió. De tornada, ya a casa, la Lola va di:

- Anímat, germana, tú sirás la meua padrina.

Y, efectivamen, la Pesteta menuda va fé de padrina a la boda. Tot alló sense rechistá.
Als pocs mesos de casada, la Pesteta gran, extrañada de la sumissió y de que Irene no parlare, va maná cridá a don Ricardo, lo meche.

- Esta chica ha patit una impressió massa forta. No raóne. De totes maneres no es perillosa. Lo seu trastorno no done cap mostra de violensia - va di lo meche. Después li va resseptá unes inyecsións y va marchá. La Pesteta gran se va ficá a plorá apenada.

Pero a Daniel, lo Mussol, res de aixó li va causá cap sorpresa. Escomensabe a donássen cuenta de que la vida es pródiga en fets que antes de passá pareixen mentira, són inverossímils, y después, cuan passen, sen acate un de que no tenen res de inextricables ni de sorprendéns. Son tan naturals com que lo sol se assomo cada matí, o com les plogudes, o com la nit, o com lo ven als oróns. Ell va seguí la marcha de les relassións de la Pesteta y Quino, lo Manco, per la Uca-uca. Va sé un fet curiós que tan pronte com va sabé estes relassións, va sentí que se ni anabe totalmen lo seu antic aburrimén per la chiqueta. Y al seu puesto brotabe com un vago impuls de compassió.

Un matí la va trobá furgán per la malea, a la riba del riu.

- Ajúdam, Mussol. Se ha amagat aquí una gribeta que casi no vole.

Ell se va afaná per a enchampá al muixó. Al final u va conseguí, pero lo animalet, probán de escapá, se va pressipitá insensatamen al riu y se va aufegá en un momén. Entonses la Mariuca-uca se va assentá a la vora, en los peus sumergits a la corrén. Lo Mussol se va assentá al seu costat. Als dos los entristíe la mort del muixonet. Después, la tristesa se va dissipá.

- ¿Es verdat que ton pare se casará en la Pesteta? - va di lo Mussol.

- Assó diuen.

- ¿Quí u diu?

- Ells.

- ¿Tú qué dius?

- Res.

- Ton pare, ¿qué diu?

- Que se case pera que yo tinga una mare.

- Ni pintada voldría yo una mare com la Pesteta - va di lo Mussol.

- Lo pare diu que ella me rentará la cara y me pentinará les trenes.

Va torná a insistí lo Mussol:

- Y tú, ¿qué dius?

- Res.

Daniel, lo Mussol, pressentíe la pena inexpresada de la menuda, lo valor heroic del seu hermetisme, tan dignamen soportat.

La chiqueta va preguntá:

- ¿Es sert que tú ten vas a la siudat?

- De aquí tres mesos. Hay cumplit ya onse añs. Mon pare vol que progressa.

- Y tú, ¿qué dius?

- Res.

Después de parlá sen va doná cuenta lo Mussol de que se habíen cambiat les tornes; de que ere ell, ara, lo que no díe res. Y va compendre que entre ell y la Uca-uca eixíe de repén un pun comú de rara afinidat. Y que no su passabe mal charrán en la chiqueta, y que los dos se assemellaben en que teníen que acatá lo que mes los conveníe a sons pares sense que an ells sels demanare opinió. Y va advertí tamé que están aixina, charrán de unes coses y atres, se estabe be y no sen enrecordabe pera res de la Mica.

Y, sobre tot, que la idea de marchá a la siudat a progressá, tornabe a fésseli difíssil, insoportable. Cuan tornare de la siudat de progressá, la Mica, seguramen, hauríe perdut lo cutis y tindríe, en cambi, una dotsena de chiquets. Ara se trobabe en la Uca-uca mes assobín y ya no la esquivabe com u fée abáns.

- Uca-uca, ¿cuán es la boda?

- Peral juliol.

- Y tú, ¿qué dius?

- Res.

- Y ella, ¿qué diu?

- Que me portará a la siudat, cuan sigue ma mare, pera que me traguen les peques.

- Y tú, ¿u vols?

La Uca-uca acachabe los ulls:

- Claro.

Lo día de la boda, Mariuca-uca no va apareixe per cap puesto. Al fes de nit, Quino, lo Manco, se va olvidá de la Pesteta gran y de tot y va di que se habíe de buscá a la chiqueta costare lo que costare. Daniel, lo Mussol, observabe fascinat los preparatius. Los homens en tochos, cresols y llinternes, en los peus calsats en grosses botes en claus que feen un soroll chirrián per la carretera. Daniel, lo Mussol, al vore que passabe lo tems sense que los homens tornaren de les montañes, se va aná omplín de ansiedat.
Sa mare plorabe a la seua vora y no parabe de di: "Pobre criatura". Per lo vist no ere partidaria de donáli a la Uca-uca una mare postisa. Cuan Rafaela, la Chancha, la dona del Cuco, lo factó, va passá a la formachería dién que ere probable que a la chiqueta la haguere devorat un llop, Daniel, lo Mussol, va tindre ganes de cridá en tota la seua alma. Y va sé en eixe momén cuan se va confessá que si a la Uca-uca li traíen les peques, li trauríen la grassia y que ell no volíe que a la Uca-uca li tragueren les peques y tampoc que la destripare y minjare un llop. A les dos de la matinada van torná los homens en los tochos, les llanternes y los farols y la Mariuca-uca al mich, mol blanca y desgreñada, despelussada, en lo pel esturrufat.
Tots van corre cap a casa de Quino, lo Manco, a vore arribá a la chiqueta y a besála y a apretála y a selebrá la aparissió. Pero la Pesteta se va adelantá a tots y va ressibí a la Uca-uca en dos galtades, una a cada galta. Quino, lo Manco, apenes va pugué aguantá una blasfemia, pero li va cridá la atensió a la Pesteta y li va di que no li agradabe que li pegaren a la chiqueta y doña Lola li va contestá irritada que "desdel matí ere ya sa mare y teníe que educála". Entonses Quino, lo Manco, se va assentá a una banqueta de la tasca y se va dixá caure de morros damún del bras que apoyabe a la taula, com si plorare, o com si acabare de sobrevíndreli una gran desgrassia.