lunes, 8 de agosto de 2022

CARTA LXVI. Memorias antiguas de la iglesia de Cardona:

CARTA LXVI. 

Memorias antiguas de la iglesia de Cardona: su canónica Aquisgranense y Agustiniana: su sujeción a S. Rufo de Aviñón. Consagración del templo actual: su descripción y sepulcros. Catálogo de sus abades. 

Mi querido hermano: Ya quedó dicho en el correo anterior que desde el siglo IX hay memoria de iglesia existente en Cardona; aunque con el título de S. Vicente M. no la hay hasta el año 981, que es la primera que yo he visto, y de que ya te di noticia (a: El P. Massot (hist. de los ermitaños de S. Agustín) dice que la iglesia de S. Vicente de Cardona es fundación de S. Paulino de Nola. ). 

La expresión ad DOMUM Sancti Vincentii, de que usa aquella escritura, y que se repite también en la carta-puebla que dije, indica que ya a fines del siglo X había aquí congregación o reunión formada de clero, al cual llama suficiente la escritura de restauración del año 1019, de que hablaré luego. En otras anteriores a esta última época las donaciones suenan hechas beato Vincencio, et servientibus Deo in prefata ecclesia. No puede dudarse pues que antes de ese año hubo aquí canónica o forma de vida clerical con algún superior que la dirigiese, que por lo que vemos en Solsona y otras iglesias se llamaría prior, aunque no queda rastro alguno de ello.

El año sobredicho 1019 es el que forma la primera época conocida de esta iglesia, que es cuando la dotó y ordenó el vizconde Bremundo por medio de la escritura que va copiada del archivo abacial (a: Apend. n. XXXII), y cuya fecha es la siguiente: Regnante in perpetuum Christo domino Salvatore nostro, anno incarnationis ipsius millesimo nono decimo, indictione secunda, era millesima quinquagesima octava, VI. die nonarum Iulii, feria V. facta est hec dos anno vigesimo quarto regnante Roberto. Siendo jueves como lo era el día 2 de Julio del año 1019, en que rigió la let. dom. D., se ha de tener por cierto que en ese año se hizo esta escritura; aunque el notario dio a la era española 39 años de antelación a la cristiana, y notó el año XXIV de Roberto, que en rigor no comenzaba hasta el día 24 del Octubre siguiente. Y ni en lo uno ni en lo otro hizo mundo nuevo; que otros también siguieron esa misma cuenta de la era española, conforme a la opinión de Mayans y Mondéjar, y eso aun en escrituras anteriores al mes de Septiembre, en las cuales no cabe la solución que se da en las posteriores a ese mes, cuando junto con la indicción solían ya contar la era del año siguiente. Pues en los años de Roberto también contaron algunos por primero de su reino todo el 996; y esto vemos usado en este documento. En él dice el vizconde Bremundo que habiendo tomado consejo de Oliva, obispo de Vique y de su clero, propuso y resolvió engrandecer la iglesia de S. Vicente M. de Cardona, restituyéndole lo que sus antecesores le habían usurpado y haciéndole nuevas donaciones, entre las cuales por la primera vez que yo sepa se hace mención de moneda, sin duda propia de Cardona, y dando a su clero que llama suficiente un abad canonical, que no conociese el uso de las armas, o no las manejase, y que con su ciencia y vida ejemplar fuese maestro de los otros; al cual en muriendo procurasen el vizconde, clero y pueblo elegir sucesor de la misma iglesia, y no habiendo en ella persona a propósito se buscase de otra parte. Cumplió el vizconde lo que tenía resuelto, con acuerdo y aprobación de la condesa de Barcelona Ermesindis y de su hijo Berenguer, del conde de Urgel Ermengol II, y de S. Ermengol obispo de Urgel, a cuya diócesi pertenecía Cardona. El primer abad que entonces se eligió se llamaba Guillermo. La condición de que armorum penitus expers esset, manifiesta el estado que las cosas tenían en aquel tiempo, en que el clero no se vio libre de las facciones y bandos de familias, y en que hubo muchos obispos asesinados y también tachados de asesinos. Tal es el origen de esta insigne abadía, que hasta hoy permanece, aunque con diferente carácter. También se debe reputar esta por la primera memoria de canónica en dicha iglesia. Quin etiam, dice el vizconde Bremundo, talem sufficienti clero eiusdem ecclesiae CANONICUM abbatem praeficerem. Estas palabras, según las interpretaciones de varias personas, o significan que un canónigo debía ser elegido abad, o que este debía profesar la vida canónica, o que debía ser canónico, esto es, elegido canónicamente. De cualquier modo que sea, se ve claro que aquí empezó la canónica de Cardona, bajo la disciplina de un abad, cuya prelacía la supone y era inútil sin ella. Ahora ocurre la misma cuestión que en otras iglesias; es a saber, ¿qué especie de canónica era la de Cardona en esta época? Era sin duda alguna la Aquisgranense. Prueba de ello es que esta y no otra era la de las catedrales de Vique y Urgel, de cuyos prelados y clero se informó nuestro vizconde, y con cuya aprobación procedió a restaurar y sublimar, como él dice, esta iglesia. Que cierto parece regular que aconsejasen para este clero el mismo género de vida que ellos profesaban, antes que otro que les fuese desconocido. Además de esta conjetura, que no es despreciable, tengo a mano el argumento concluyente de que me he valido otras veces, tomado de los testamentos y otras escrituras, por las cuales consta que los individuos de esta canónica disponían libremente de bienes propios: cosa que sólo cabía en la canónica Aquisgranense, y era su carácter. Así el primer abad Guillermo, además de varias compras y permutas que de él nos quedan, hizo testamento en el año 1041, el cual he visto original, en que deja varias mandas a la capilla de S. Jaime, debajo de la de S. Vicente &c. 

Del sucesor Bernardo me consta por las escrituras que existen que compró viñas y vendió tierras que le pertenecían, como él dice, per comparatione. El abad Hugo en 1078 y en 1081 hizo donaciones de su herencia propia, con ser él, en cuyo tiempo se introdujo la canónica Agustiniana, según la opinión común. No consta fijamente el año en que se verificó esta mudanza de vida. Los nombres de refectorio, monacus, prior y praeposito, que suenan en escrituras de los años 1083, parecen indicar esta reforma; pero es cierto que los hubo en otras partes donde no se conocía esa vida reglar. Sin embargo es imposible no fijar dicha variación en alguno de esos años, hallándose ya en el de 1087 (XXVIII del rey Felipe) una escritura fecha a 27 de Diciembre, en que expresamente se dice de uno que renunció a todo lo que poseía para vivir regularmente en la iglesia de Cardona. Aianricus clericus, dice, qui propter amorem Dei saeculo, et omnibus quae possidebam, renuntiavi... dono... ecclesiae sanctissimi martyris Vincentii Cardonensis, cui me ipsum tradidi REGULARITER serviturum, cuncta quae hereditario iure mihi contingunt &c. En el año 1090 se verificó la restauración de la canónica de Orgañá, a cuyo acto asistieron los canónigos de Urgel, de Cardona y de Solsona; y la escritura que de ello se hizo llama a los primeros simplemente canónicos, y a los otros religiosos canónicos; como dando a entender con el dictado religiosos el nuevo género de profesión regular más estrecha que habían adoptado, la cual no admitieron los de Urgel.

Esta mudanza de vida fue obra de la casa de canónigos Agustinianos de S. Rufo en Aviñón, que por estos tiempos se había hecho muy célebre y tenía grande influjo para con los condes de esta provincia, por cuyo medio logró que se le sujetasen muchas de nuestras canónicas, que llamaban obedientias suyas. Indícalo el breviario que conservaba la iglesia de San Miguel de esta villa, y que no ha muchos años se llevó a su monasterio de las Avellanas el P. D. Jaime Pascual, donde está y lo he visto. En este códice al principio del oficio de tempore se lee: Incipit breviarium secundum ordinem beati Ruphi compilatum. 

Y pues el libro era de aquí, claro está que en esta iglesia se adoptaron las costumbres y ritos de la de San Rufo, y por consiguiente que aquella tuvo algún influjo en la reforma de esta. Confirman esto mismo otros documentos que al mismo tiempo descubren la resistencia que esta iglesia opuso al yugo extranjero. En el archivo episcopal de la Seo de Urgel se conserva original la carta que el cardenal Boso escribió al obispo Urgelense S. Odón acerca de esta canónica de Cardona. Es documento curioso, del cual consta que ese cardenal lo fue del título de Santa Anastasia, y y que de verdad fue legado pontificio en España: cosas de que se duda en las vidas de los papas de Chacón. Y pues fue honrado con el capelo por el papa Pascual II, claro está que esta carta es posterior al año 1099 en que comenzó aquel pontificado, pero no pasa mucho del 1100. En ella pues leerás (a: Apend. n. XXXIII) cómo a pesar del precepto de la silla apostólica y del legado y obispo sobredichos, todavía el abad de esta iglesia, y por lo menos algunos de sus canónigos, se resistían a reconocer aquella sujeción; por lo cual manda el legado que sean excomulgados. También se infiere que esta resistencia era ya antigua, esto es, desde que se intentó la sujeción. Otras curiosidades contiene aquella carta que no son de este  lugar. De esta misma oposición de Cardona, y de haber al fin cedido al rigor de las censuras, es prueba la bula del papa Anastasio IV del año 1154, dirigida al abad Bernardo, donde después de confirmar todas las posesiones y costumbres de esta iglesia, la cual toma bajo su protección apostólica, y de conceder su libre administración al abad y sucesores, dice lo siguiente: "Obeunte vero te, nunc eiusdem loci abbate, seu tuorum quorumlibet successorum, nullus ibi qualibet subreptionis astuciâ, seu violentiâ praeponatur, nisi quem fratres communi consensu, vel fratrum pars consilii sanioris, secundum Deum, et B. Augustini regulam providerit eligendum; salvo nimirum illius tenore sententiae, quae inter te, dilecte fili, supramemorate abbas, et dilectum filium nostrum abbatem Sancti Ruphi, auctoritate apostolicâ lata esse dignoscitur.” 

Estas últimas palabras indican que el abad de S. Rufo tuvo alguna pretensión en las elecciones de los de acá, y que algún derecho le quedó salvo en ellas. Pero a mí no me consta nada de eso, ni más de lo dicho; antes sé ciertamente que la confirmación de dichas elecciones se pedía al obispo de Urgel, a quien los electos prestaban obediencia canónica.

En resolución, con dependencia o sin ella, aquí duró la canónica Agustiniana desde fines del siglo XI hasta los tiempos de Clemente VIII que la suprimió, elevando la iglesia a colegiata, dejándole por primera dignidad la abacial con el uso de pontificales, así en su templo propio como en la parroquia de S. Miguel y en la iglesia de S. Jaime de Calaf, y con declaración de iglesia exenta. Antes de salir de esto que tratamos, añadiré que a pesar de cuanto se ha dicho hay motivo para sospechar que esta iglesia era reglar de tal manera, que una parte de su clero fuese secular, que no admitía la profesión canónica y conservaba la propiedad de sus bienes. Muéveme a creerlo así el ver que en Calaf, donde, como se dirá, se introdujo la misma canónica bajo la dirección de Cardona, sucedía lo mismo. En el año 1209 decía uno de aquellos clérigos: "Ego Berengarius de Salau, clericus Sancti Iacobi de Calaf, et beneficiatus, non tamen regularis, diffinio et renuntio beneficio, et canonicaturae, quam habebam in ecclesia illa... Haec renuntiatio fit a me, eo quod nolui recipere habitum regularem.” 

O digamos que esa sería la época en que se introdujo allí la vida reglar, la cual no sufría que los canónigos fuesen propietarios, pero sí los beneficiados. En 1228 el rey D. Jaime I dio un privilegio de protección a esta iglesia de Cardona, en el cual recomienda a los clericos regulares et saeculares dictae ecclesiae Sancti Vincentii. A esta mezcla permitida y autorizada de clérigos seculares y regulares, debe atribuirse el hallarse aquí algunos testamentos hechos con libertad y en la forma ordinaria por los canónigos de esta iglesia; y aun por los que obtenían los primeros oficios monásticos. Tal es uno del año 1446 ordenado por Juan Camp, canonicus, prior, et eleemosinarius (limosnero) monasterii Sancti Vincentii castri Cardonae. Está en el archivo del abad (miscel. n. 15). Basta haber dejado dicho esto, por si acaso el tiempo descubriese más con que probar la analogía de esta canónica con la de Vique y Urgel. El titular de la iglesia fue siempre, como en el día, de S. Vicente M. Los vizcondes le juraban fidelidad antes de tomar posesión del señorío; sobre lo cual hay estatuto solemne que aún hoy se observa, recibiendo el abad sentado dicho juramento al nuevo señor o al que hace sus veces, y entonces es cuando este los recibe de los bailes que se hallan presentes. De aquí nace que algunas donaciones de los vizcondes antiguos a la sobredicha iglesia, se dicen hechas seniori meo Sancto Vincentio. El documento más antiguo que he hallado de la obligación de hacer ese juramento, es la escritura de dedicación de esta iglesia hecha en el año 1040, en la cual el vizconde que entonces era y algunos de sus sucesores dejaron escrito y mandado, ut nemo successorum... accipiat potestatem Cardonensis castri, usquequo sacramento se obliget honorem praetexti martyris habitum vel habiturum nequaquam auferre &c.

El templo actual es el mismo que comenzó a fabricar el vizconde Bremundo, verdadero restaurador de esta iglesia en lo formal y material. El necrologio antiguo que dos siglos atrás existía aún en el archivo, y del cual queda una copia auténtica sacada en tiempo del conde Don Enrique, en el óbito de Bremundo dice lo siguiente: XIV. Kal. Octobris. Ipso die obitus Bermundi vicecomitis, cuius benignâ dispositione ecclesiae huius fundamenta sunt locata: ad extremum vero ab eodem plurima dona sunt ei collata. El edificio se concluyó tan pronto, que ya en el año 1040 pudo ser dedicado: solemnidad que ejecutó Eriballo hermano del fundador, obispo de Urgel y juntamente vizconde de Cardona, con asistencia de Arnulfo, obispo de Roda. La escritura que va copiada del original (a: Apend. n. XXXIV) contiene toda la dotación de la iglesia, así lo que los vizcondes anteriores le dieron, como lo que añadieron los actuales Eriballo y Guisla viuda de Fulco con su hijo Raimundo. También contiene (y esto debe notarse mucho para evitar dudas) las donaciones que hicieron algunos vizcondes posteriores, Bernardo con su mujer Almodis, y Raimundo Folch; de los cuales el primero lo fue entrado ya el siglo XII, y el segundo es uno de los de ese nombre a fines del mismo siglo o del siguiente. Por último se halla una copiosa donación de Reverterio, vizconde de Barcelona, hecha con la condición que el abad instituyese la vida reglar en la iglesia de S. Pablo de Guardia. Estas y otras donaciones, aunque muy posteriores, las hallarás extendidas en esta misma escritura; en la cual, como en casi todas las de su clase, se dejaron de propósito muchos huecos en blanco, para que ingiriéndose en ellos las dádivas de los venideros, contuviese un solo documento toda la dote de la iglesia, la cual constase de un golpe si se ofrecía en juicio. Por esta razón y para añadir el peso de la autoridad, se hallan en este tantas firmas de obispos que vivieron uno y dos siglos después, señaladamente los de aquellas sillas, en cuyo territorio estaban las heredades o iglesias concedidas a la nuestra, y entre ellos los de la de Urgel por estar ella en su diócesi, como lo expresa el obispo dedicante Eriballo en su firma de esta manera: Heriballus episcopus + qui hoc confirmat ad honorem sancte sedis Urgellensis, ut ipsa ecclesia Sancti Vincentii sub eius diocesi sit.

La fecha de la escritura es del día 23 de Octubre del año 1040, X del rey Enrique, la misma puntualmente que la de la consagración de la catedral de Urgel, y con sola la diferencia de un día la del testamento del mismo prelado. En el episcopologio de aquella iglesia verás combinadas estas fechas, que cierto parecen incompatibles, y más en asuntos tan graves como los de que tratan, y en tanta distancia de lugares. Mas la contradicción es aparente por el vario modo de contar los años que los notarios usaban, lo cual no quita la verdad de los hechos. Y en cuanto a esta dedicación de Cardona, me afirmo en que fue a 23 de Octubre de 1040, pues, como consta en el acta, estaba ya ese día viuda la vizcondesa Guisla, que según dije el correo pasado no lo estaba en el mismo día del año anterior, no habiendo muerto su marido Fulco hasta el Febrero de 1040. 

Se me olvidaba decir que esta escritura se halla ya publicada en la Marca Hisp. (ap. n. CCXXI); y he dicho mal: debí decir insinuada o indicada, que no tiene más que diez o doce lineas de ella; y aun en eso poco tan equivocada, que tuve por bien empleado el trabajo en copiarla entera de mi mano.

El sitio del templo era en el recinto del castillo (in castro), y allí permanece, aunque ya inutilizado y cortado en varios almacenes, desde que fue convertido en fortaleza en 1794 con motivo de la guerra de Francia. Tratose luego de construir otro templo nuevo dentro de la villa, y mientras se acaban de vencer las dificultades que en ello han ocurrido, tiene el capítulo su residencia en la iglesia de los PP. observantes de San Francisco. Consérvase todavía en el templo viejo una confessio o capilla subterránea debajo del altar mayor. Es de tres naves pequeñas de ocho palmos o poco más cada una, divididas por columnitas, cuatro por lado, muy parecida a otra capilla que hay en la colegiata de Ager; sino que esta tiene su entrada por delante del altar mayor, como las que hay en Barcelona, Roda y aquí mismo en la parroquia de S. Miguel. Algunos habrán creído que esta fuese la iglesia primitiva, sobre la cual levantase la otra el vizconde Bremundo. Yo juzgo que se construyó al mismo tiempo, con el objeto de depositar en ella las reliquias de S. Vicente M. y de otros santos, para que según la disciplina antigua se verificase que estaban sub ara maxima. Y así se llamó ya muy de atrás, como ahora, la capilla de las reliquias; aunque el nombre primitivo con que era conocida en el siglo XI era el de confessio Sancti Vincentii, como consta entre otros documentos de una donación que el primer abad Guillermo hizo X. Kal. Iulii, luna XI, anno X. regnante Henrici regis, donde dice: Ego Willelmus sacer vel abba Sancti Vincentii dimitto atque concedo ad titulum Sancti Iacobi, qui est consecratum intus in ipsa CONFESSIONE Sancti Vincentii Cardonensis &c. El titulus S. Iacobi era un altarcito en honor de este apóstol, al cual dio ciertos alodios para dotación de una lámpara, misa y capellanía a presentación de los abades que por el tiempo fueren. Había también en el mismo templo muchos sepulcros de los señores de la casa de Cardona. Los ciertos y averiguados por el actual Sr. abad son 23; los cuales han quedado casi todos destruidos con la profanación sobredicha y su motivo. Algunos cadáveres he visto guardados, como por compasión, en un cuartito de la ermita de la Trinidad. Entre ellos está el del cardenal D. Jaime de Cardona, obispo de Vique, Gerona y Urgel, del cual se dará mayor noticia en lo de esta última iglesia. Ten por cierto que ninguno de dichos señores se enterró dentro del templo hasta pasado el siglo XIII. Y aun en escritura de 1314 (archivo del Sr. abad) he visto que uno de ellos elige sepultura in Galiera (Galilea) monasterii canonicorum Cardone, que era el atrio de la iglesia.

Ahora para completar la historia de ella, y para conocimiento de algunas otras cosas, pondré la serie de todos sus abades, tal cual la he formado por los documentos originales que he visto, y a falta de ellos por otras noticias antiguas de esta canónica, y por el necrologio de la de Solsona. 

Guillermo. Este es el primer abad elegido por el clero de la iglesia, según ordenó en su restauración el vizconde Bremundo en el año 1019. En varias escrituras desde el año 1021 siempre es llamado sacer vel abba. Es notable esta prelacía, por haberse en ella arreglado el plan de la vida canónica, determinado sus posesiones, edificado y consagrado su templo. 

Mucho debió influir en todo esto el celo del abad, por el cual y por otras virtudes mereció toda la confianza del vizconde y obispo Eriballo, que le nombró albacea en su testamento en el año 1040. Del mismo año es el que él ordenó; mas no murió hasta el día 11 de Octubre de 1046. El día consta del necrologio; el año lo deduzco de una piedra hallada en el de 1788, donde está su inscripción sepulcral, aunque muy maltratada. Léese entre mil roturas lo siguiente: ...Guilelmus abba... qui primus fuit abba Sancti Vincentii Cardonensis... anno XV. regn... y nada más. Con la dicción primus abba está marcada esta persona: y la nota anno XV. regn... no puede acomodarse en aquel tiempo sino al año XV de Enrique, que es el 1046. Existe esta piedra en la ermita sobredicha de la Trinidad, donde la depositó el actual Sr. abad.

Umberto Berenguer. Ignórase la época de su gobierno, y sólo consta su óbito en el necrologio. Mas es de los antiguos, y me ha parecido colocarle aquí, donde hallo un hueco de siete u ocho años.

Bernardo. De este hay varias memorias desde el año 1053 hasta el de 1071. Este fue el hostatico o persona dada en rehenes (hostage; hostatge) por el vizconde de Cardona Raimundo Folch y su madre Guisla, al obispo de Urgel Guillermo Guifredo, cuando firmaron con él la concordia sobre el asesinato del vizconde antecesor Fulco, atribuido a dicho obispo. Cuento ruidoso, del cual se dirá en el viaje a aquella iglesia. 

Hugo. Hay ya memorias de él en el año 1080. En su tiempo se introdujo la reforma que dije de la canónica Agustiniana, y sin duda fue el que llevando a mal la sujeción a S. Rufo de Aviñón, se resistió a prestar la obediencia que el papa le mandaba, basta que Boso, legado pontificio, le compelió con censuras, como se dijo arriba. Aunque más bien creo que el compelido fue el abad sucesor; porque la carta escrita a S. Odón con este objeto acaso será posterior al año 1101, y nuestro Hugo sin duda murió en ese mismo año, como parece inferirse de la contestación que este monasterio de S. Vicente dio a la encíclica con que el de Ripoll participaba la muerte de su abad Bernardo en 1102; en cuya respuesta firma R. abbas Cardonensis NUPER electus, y da noticia de que su antecesor Hugo había fallecido día 13 de Noviembre, que mirado todo creo ser el de 1101.

Raimundo Bernardo, electo como acabamos de ver a fines de 1101 o principios del siguiente, murió en Febrero de 1127.

Pedro. Sólo hallo memoria suya en 1128.

Bernardo, existía en 1132.

Raimundo, en 1133 y 1141. 

Bernardo, al fin de 1141.

Raimundo, en 1145 y 1148.

Bernardo, en 1151 y 1182.

Berenguer de Falchs, en 1182 y 1185.

Pedro Conill, 1186: murió en Mayo de 1199.

Guillermo Passarell, 1202: murió a 21 de Abril de 1214.

Arnaldo Pujalt, 1215: murió a 21 de Noviembre de 1216.

Pedro de Vilanova, 1217: renunció en 1236.

Geraldo, electo a 30 de Junio de 1236. En el decreto de su elección, dirigido al obispo de Urgel, se halla entre otras firmas la de: Petrus condam Cardonensis abbas. Donde está claro que este abad antecesor no cesó en la abadía por muerte, sino por renuncia, quedándose como súbdito y uno de los electores en la misma canónica. Geraldo murió en el mes de Julio de 1247, habiendo obtenido del rey D. Jaime I, nueve años antes, un privilegio de protección, que copié del original y queda para la colección con otros muchos.

Raimundo de Vilanova, electo en 1247: murió a 2 de Enero de 1270.

Pedro Sala, electo en 1270: murió en Julio de 1280. 

Jaime Ferrer, electo en 1280: murió en Noviembre de 1301.

Bernardo Guinard, electo a 22 de Noviembre de 1301: murió a fines de 1339. En su tiempo, esto es, en 1307 se fijaron las obligaciones que tenía cada uno de los oficios de este monasterio, las cuales se escribieron en un libro llamado lo cabreu o preciosa, de donde he tomado varias notas para lo de ritos. Y pues no hace mucho me hablaste de las nebulas o tortas con lardo, aquí entre las cargas del sacrista verás lo que dice de ello: Fuit etiam assuetum, quod fiunt nebulae, que transmituntur de campanili in ecclesia, die Sancti Vincentii, dum cantatur Prosa ad missam, et transmittitur stupa igne accensa simul cum nebulis. Quae omnia procurat praepositus maior. Tamen cellararius debet dare ligna ad conficiendum nebulas, et carnes salsas ad ungendum nebularios; quas carnes recipiuntur de brona de una perna.

Pedro Solá, 1340: murió a 25 de Julio de 1348.

Bonanato de Buxo (Boix; Boj), electo a 24 de Agosto de 1348: continúan sus memorias hasta 1372.

Raimundo, de 1373 hasta 1376.

Francisco Voltet, 1377: murió hacia la mitad de 1396. 

Francisco de Besora, 1397: hay memorias hasta 1424.

Guillermo Mijans, 1427: hay noticias hasta 1464.

Pedro Raimundo Martí, 1465: murió a 3 de Agosto de 1494.

Juan de Navell, electo a 1.° de Septiembre de 1494: murió a 20 de Julio de 1507.

Juan Conill, electo en Julio 1507: murió a 19 de Enero de 1508.

Juan Escolá, 1508: murió a 11 de Noviembre de 1555.

Miguel Payí (pa y vi, pan y vino, como Marcelino), electo a 2 de Febrero de 1556: murió a fines de 1558.

Juan Meix Crexans, electo en Febrero de 1559; murió a 1.° de Agosto del mismo año.

Miguel Serrano, electo a principios de 1560: murió a 16 de Mayo de 1577.

Francisco de Torme y Liori, electo a 15 de Junio de 1577 por todos los votos, menos uno. Y a pesar de su derecho, y de haber tomado ya posesión, y de la protección que le dispensaba el duque de Cardona, tuvo que renunciar, cediendo a la prepotencia de su competidor

Juan de Agramunt, electo por aquel único voto, confiriéndole de nuevo la abadía el papa Sixto V, durante aún el pleito que continuó muchos años. En este estado fue secularizada la iglesia en 1592, y el pleito siguió hasta que Agramunt renunció en manos de S. S. en 1596. Y entonces se declaró vacante la abadía por muerte del abad Serrano. 


Abades seculares. 

Francisco Ferrán, tomó posesión a 15 de Abril 1597: murió en 29 Agosto 1615. Este abad solicitó y logró de Clemente VIII en 1599 que se le conservase a sí y a sus sucesores el uso de pontificales que sus antecesores tenían: gracia que confirmó el mismo papa en 1603, aun cuando el abad celebrase en la iglesia parroquial de S. Miguel y en la colegiata de S. Jaime de Calaf. También confirmó al mismo el papa León XI la jurisdicción civil y criminal, que sus antecesores ejercieron en las mismas iglesias. El breve es de 25 de Abril de 1605. Algunos documentos hay de haber sido compelidos los individuos de estas iglesias subalternas a reconocer dicha jurisdicción. Ahora no sé qué estado tiene esto.

Cristóbal Puigredón, tomó posesión a 3 de Julio de 1617: murió a 1.° de Octubre de 1646. 

Josef Stornell de Soriano, tomó posesión a 8 de Febrero de 1654: murió a 20 de Febrero de 1708. En los partidos de la guerra de aquel tiempo fue nombrado por los austriacos Pablo Vilana Perlas, y por el duque que seguía a Felipe V, Jaime Portell. Ambos fueron confirmados por el papa. El primero después de tomada posesión, siguió al archiduque y en Nápoles fue hecho arzobispo de Brindis, renunciando esta abadía a 10 de Noviembre de 1715. El segundo, que entonces se hallaba con una dignidad de la iglesia de Orense, obtuvo nueva presentación del duque, la cual confirmó S. S.; y así es contado en este catálogo

Jaime Portell y Font, tomó posesión a 4 de Marzo de 1717: murió a 14 de Diciembre de 1729.

Ramón Nogués, tomó posesión a 10 de Noviembre de 1730: renunció a 22 de Junio de 1734, por haber sido electo obispo de Jaca.

Francisco Alejandro González de Mena, tomó posesión a 9 de Octubre de 1734: murió a 27 de Febrero de 1756.

Agustín de Lezo y Palomeque, tomó posesión a 6 de Septiembre de 1756: renunció en Diciembre de 1769, por haber obtenido el arcedianato de Antequera en la iglesia de Málaga, de donde salió para obispo de Pamplona en 1780, y tres años después pasó a la silla de Zaragoza.

Manuel de la Fuente y Caro, tomó posesión a 25 de Mayo 1773: murió a 26 de Diciembre de 1783. Siempre estuvo en Madrid.

Lorenzo Ortiz de Zárate, abad actual, tomó posesión a 28 de Octubre de 1784: y cuenta ya 23 años de dignidad.

A Dios.

CARTA LXIV. Casa de Puig en Berga. Viaje al monasterio de Serrateix:

CARTA LXIV. 

Casa de Puig en Berga. Viaje al monasterio de Serrateix: origen de esta casa y de su abadía: memorias de S. Urbicio y de otros santos venerados allí. Fábrica y renovación del templo. Sepulcro del conde Oliva Cabreta: códices, catálogo de los abades. 

Mi querido hermano: La misma tarde que salí de la Portella llegué a la villa de Berga, que es de un vecindario respetable, y en lo antiguo mereció ser cabeza del condado de su nombre. Me hospedó el comerciante D. Pedro Puig, que es al mismo tiempo arquitecto inteligente, y ha transformado su casa en una academia de las nobles artes, en las cuales se ocupan con fruto todos los individuos de su dilatada familia: tiene sus talleres separados de dibujo, de escultura, de pintura, y también un salón de música con la orquesta a punto, y varios instrumentos y colección de buenos papeles, y un órgano completo que se deja atrás a los de algunas iglesias. Viéneles de casta la afición a las artes de gusto, bien así como descendientes del célebre pintor Viladomat, cuyos estudios y borrones heredaron y conservan con el debido aprecio; los cuales, digo la curiosidad de verlos, fue la ocasión de que yo pudiese conocer a esta apreciable familia, y disfrutar de su afabilidad y trato dulce y festivo, que rara vez dejan de acompañar a los que estudian la naturaleza. Pocas horas me detuve, y esas bastaron para desengañarme de que el archivo de la iglesia parroquial no contiene ninguna de las otras delicias que yo apetezco; y así me pasé a la soledad del monasterio de Serrateix que abunda en ellas, cuyo abad el M. I. S. D. Felipe Antonio Escofet me recibió no sólo con el agrado propio de la hospitalidad monástica, sino con los deseos que suelen acompañar a un literato. El monasterio está situado a dos horas al E de Cardona en un llano que se forma en lo más alto del monte, que las escrituras llamaron Serra Texii, de Taxo, de Texo (árbol teixtejo; taxus baccata), de donde vino la dicción Serrateix. Pertenecía al appendicio o distrito de castro Edrale o Herralle, y tenía además su castillo y lugar, que algunas escrituras llaman Vico Serratex, y nos conservan memoria de guayta y bada, que no había sino en lugares poblados. Disfruta de un horizonte muy despejado, y de puntos de vista deliciosos.La primera memoria que hasta ahora se conoce de esta casa, es la publicada en la Marca Hisp. del año 977. Mas antes de eso es cierto que existía ya el monasterio, como consta del contexto de ese mismo instrumento, de que hablaré después. Y existía ya había 37 años, como se ve en una escritura que aquí está original (arm. de la camarería) fecha II. Idus Ianuarii, anno V. rege Ledevico filio Karloni, que es el Ultramarino (año 940 de Cristo); y contiene la donación de un alodio en el lugar de Arboceda junto al castro Edrale, hecha por Onofredo vizconde y su mujer Guinedella; los cuales dicen: Tradimus a domino Deo, et eius matri Sancte Marie CENOBII Serratexi, Sanctique Urbicii martiris, qui in presenti eius ecclesia requiescit. Había pues ya monasterio e iglesia dedicada a Santa María y S. Urbicio. Todavía se suponía en ese tiempo que la casa era anterior, pues en una escritura de que hablaré en la serie de los abades del año 987, se dice de ella: quam hedificavit Guifredus comes bone memorie. Y si hablaba de los Wifredos de Barcelona, ya se sabe que el III y último de ellos murió en 912. O pudo ser que lo aplicasen al Wifredo que fue conde de Besalú desde el año 950 hasta el 967. Con ser esto así, también lo es que no estaba allí señalada la regla de su profesión, ni tenían los monjes abad, ni la casa se hallaba autorizada por la potestad civil y eclesiástica. Todo esto dicen que se verificó a 15 de Octubre del año 977, en que se extendió la solemne escritura que hallarás en la obra citada (apend. n. CXXII.), la cual nota Balucio que se copió de un pergamino viejo de Manresa. En este monasterio se halla original, harto conforme con la copia impresa, cuanto basta para excusarme el trabajo de trasladarla de nuevo. Sólo hallo que aquí se nota en la fecha el año XXII de Lotario, y Balucio o equivocadamente o de propósito puso el año XXIII. Es cierto que si se sigue la cuenta usada de los años de aquel rey o desde el 10 de Septiembre de 954, o excluidos los meses de él, desde todo el 955, el día 15 de Octubre de 977 corresponde al año XXIII de ese rey. Mas yo entiendo que el notario no se equivocó en ello, sino que muy de acuerdo puso el año XXII, por ser de los que atrasaban un año la época de este reinado. Y para creer esto bastaría pensar que no es fácil hubiese equivocación de pluma, o ignorancia del autor en cosa tan principal como es la fecha de una escritura de la importancia que esta, en la cual subscribieron condes y obispos, y se trataba de la jurisdicción parroquial, de la erección de un monasterio y de su dotación. Pero hay además otros muchos ejemplares que apoyan esa cuenta que siguió el notario; y algunos verás en el episcopologio de Urgel. Basta ahora para prueba otra escritura de esta casa, donde se refiere la elección del primer abad Froyla, que sólo es ocho días anterior a la otra; cuya fecha entera dice: anno trabeationis Xpi DCCCCLXXVII, era millesima XV, indictione V, nonis Octubrii, anno XXII regnante Leutario Francigeno rege. Si en ambas escrituras en tan poca diferencia de días puso el notario el año XXII de aquel rey; ¿por qué le hemos de enmendar nosotros la plana, presentando el documento de otro modo que él lo dejó escrito? ¿Hay quien se atreva a decir que se equivocó, porque no se acomodó en su cómputo al nuestro? En resolución los documentos antiguos deben publicarse como están, y las correcciones que en ellos haya que hacer se hacen por medio de notas, pero no en el texto. Vengamos ahora al origen de esta abadía. Balucio como vimos la fijó en el 15 de Octubre de 977, apoyado en la escritura citada, donde se refiere esta elección del abad Froyla. Pero bien claro está en el texto de aquel documento que ya entonces la supone hecha, y fundado también el monasterio; porque aquella escritura no es más que de la dotación de la nueva casa, y está muy distante del carácter y manera de las que son verdaderamente de elección. La del primer abad Froyla está aquí mismo original, hecha ocho días antes, de la cual he copiado lo necesario, suprimiendo las cláusulas de estilo que pongo a la larga en otra de otro abad posterior, porque la copié primero. En resolución la cosa pasó de esta manera. El monje Froyla, por revelación de Dios y de su santa madre, quae demonstravit sibi suum proprium oratorium, edificó la primera iglesia, donde se recogió con algunos monjes, cuyos nombres pone la escritura de elección de abad. Lo cual visto por el conde Oliva Cabreta y su hermano el obispo Mirón, con el consentimiento de Wisado II, obispo de Urgel, resolvieron formalizar el monasterio, señalándole por distrito (parrochia) toda la sierra de Taxo, dándole el derecho de elegirse su propio abad con consentimiento del fundador y sus sucesores y de los obispos de Urgel, y determinando su alimento, vestido, camas &c., todo según la regla de S. Basilio y S. Benito, mandando por último que el monasterio sea iglesia mayor, esto es, parroquial con facultad de bautizar y enterrar a todos los que en aquel lugar vivieren. Y esta es una nueva razón para decir que allí debió haber población que mereciese llamarse Vicus como dije. El conde Oliva lo era entonces solamente de Cerdaña; y pues él obraba en este territorio como señor, y mandaba que los abades no se eligiesen sin el consentimiento de sus sucesores, claro está que este condado de Berga a que pertenecía el monasterio, estaba incorporado entonces y unido con el de Cerdaña. Lo mismo se verá mas adelante, cuando hallemos que solos los condes de Cerdaña dan su consentimiento para elegir estos prelados. Este es el origen del monasterio, cuyas vicisitudes en lo formal y material se dirán en el catálogo de los abades. Su titular siempre fue Santa María; mas juntamente nombran todas las escrituras antiguas y modernas a S. Urbicio M. (o Urbano, como le llama la de elección del abad Froyla), añadiendo qui ibidem quiescit. Y yo no dudo que este santo será el que en el viaje a Ripoll viste llamado patriae nostrae martyr (a: V. sup. pág. 26). Modo de hablar que claramente denota la tradición de que San Urbicio padeció martirio por estos países. Y ahora hallo en esta casa un martirologio del siglo XI, en el cual día 6 de Agosto hay escritas al margen y de letra del siglo XII estas palabras: VIII. Idus Augusti. Eodem die in Spaniis, in vico que nuncupant Taxo, depositio Sancti Urbicii martiris, qui cum esset in fide Xpi perseverans, a paganis iugulatus est, et sepultus infra baselica Dei genitricis Marie: et cum eo alii duo, Felicule et Victoris, cuius memoria habetur XVI. Kal. Marcii. La expresión a paganis iugulatus indica que este santo y sus compañeros fueron martirizados por los moros en alguna de las correrías que hicieron por acá: y que ellos vivirían en este lugar que después se llamó Vicus. El vulgo siguiendo la antigua tradición llama roc de Sent Urbici a un peñasco no lejos de este monasterio, señalándolo como el lugar de su martirio. Su fiesta se celebra aún aquí el día 6 de Agosto. El cuerpo no es inverosímil que estuviese debajo del altar mayor, donde hay una cavidad bastante capaz a modo de capilla o confesión pequeña. Hoy está en su altar propio, colocado en una urna recién hecha; la anterior que será obra del siglo XIV se conserva en el archivo. Ambas le representan como obispo y mártir, y con ese rito es venerado. Aténgome a los monumentos antiguos, que como viste sólo le llaman mártir. Sospecho que el añadirle el dictado de obispo pudo nacer de la opinión de los que ponen un S. Urbicio obispo de Urgel, en el siglo I.° de la iglesia, segundo después de S. Ctesifon (Tesifón). Lo cual aunque fuese así, y no tan incierto como es, no basta para confundir aquel prelado con estotro que bien claramente se da a entender que era lego y no más. También se veneran aquí los cuerpos de Santa Felícula, S. Víctor y S. Cenón en urnas nuevas. 

La iglesia actual es obra de fines del siglo XI y principios del siguiente. Además de su fábrica, lo dice una nota coetánea que hay al fin del martirologio citado con estas palabras: Anno XVII. Philipo rege, XVII. Kal. Septembris, feria IIII. post assumptionem Sancte Marie, sic inquoavit domnus abba Petrus, et Miro Sanla ipsa opera Sancte Marie. Es decir que empezó la fábrica de la iglesia miércoles a 16 de Agosto del año 1077 en que regía la let. dom. A. Más de 40 años tardó a concluirse el edificio, el cual finalmente consagró S. Olaguer, arzobispo de Tarragona, a petición y con asistencia del obispo de Urgel Pedro Berenguer, y del de Vique Ramón Gaufredo, y del abad Guillermo. No he topado con la escritura de este acto; pero sé que existía en el año 1586, cuando visitó esta casa el obispo de Elna Pedro, como subdelegado del nuncio apostólico César obispo de Novara; el cual en el inventario que formó de todas las escrituras, extracta esta que digo, copiando también su fecha de esta manera: anno MCXXVI. trabeationis Xpi, III. Kal. Octobris, anno XVI. Ludovico rege Francorum regnante. Consiguiente a esto es la costumbre que aún dura de celebrarse acá la fiesta de la dedicación el 29 de Septiembre; que es otra prueba de ser el mismo templo. Sin embargo lo mezquino e incómodo del edificio y la ninguna proporción y aun fealdad de su bóveda, obligó al señor abad actual a valerse de la pericia del arquitecto que dije D. Pedro Puig, para que sin alterar la substancia de la obra se le hiciese un adorno interior de buen gusto en el orden corintio, el cual está ya casi concluido. Y yo acordándome de la queja que tenemos de nuestros mayores, que por modestia o por pereza no nos dijeron cuatro palabras de sus edificios y de sus cosas, puse una sencilla inscripción por donde conste a los venideros, que este templo es el mismo del siglo XII. Con estas noticias de su fábrica ciertas y seguras, como tomadas de las memorias originales de la casa, no cuadra bien lo que nos dice la Marca Hisp. (col. 469 y 1189), que este monasterio fue unido y sujeto al de S. Martín de Canigó y a su abad Pedro Suñer en el año 1091. Porque si esto quiere decir que este monasterio quedó reducido a obediencia o priorato del otro, debe tenerse por falso; pues no faltó acá entonces la serie de abades propios, como lo verás luego. Y así no cabe aquí el derecho que se dice darse al de S. Martín sobre todo lo de esta casa, scilicet, de largiendis honoribus, et monachis mutandis, et regularibus disciplinis dandis &c. Mucho menos viene bien la causa que se alega para dicha cesión, que es lo arruinado y relajado que se hallaba el monasterio. De la relajación de los monjes nada diré; mas la ruina y descuido del edificio no cabe que se ponderase tanto en el año 1091 (XXXI. anno Philippi regis Francigeno), cuando acabamos de ver que catorce años antes el abad Pedro ya puso la primera piedra de la iglesia, y que poco después ya estaba concluida. Así que o la cesión que se supone hecha por Guillermo conde de Cerdaña es falsa, o pertenece a otra época que ignoramos. Aténgome a lo que me enseñan mis documentos domésticos. Entrando en esta iglesia a mano izquierda hay un sepulcro viejo de piedra sin inscripción alguna, ni empresa en los escudos que son llanos; sólo se ve sobre él tendida la figura de un caballero armado con daga y espada. La tradición ha dicho que esta es la sepultura del conde de Cerdaña y después de Besalú Oliva, apellidado Cabreta, que murió en 990, el cual quiso enterrarse aquí como fundador de esta casa, obra tan principal de sus manos y liberalidad. Esta circunstancia hace muy verosímil la tradición, y mucho más no habiéndose hasta ahora descubierto lugar alguno de la sepultura de aquel príncipe. Porque lo que se lee en la Marca Hisp. (col. 497) que está enterrado en la iglesia de Custoya del Rosellón, debe tenerse por una voluntariedad de Balucio que todo lo quisiera meter en Francia. El obispo de Elna hizo algunas donaciones a aquella iglesia por el alma de este conde; mas no dice ni hay rastro de su sepultura en ella. Y así yo estoy por el entierro de Oliva en Serrateix, mientras no se me demuestre lo contrario. Por consiguiente apoyé el pensamiento del actual señor abad, acerca de grabar en el pedestalón sobre que descansa el sepulcro una inscripción breve, de cuyo autor sé que quisiera fuese mejor y enteramente digna de príncipe tan católico, a quien tan sin razón han injuriado algunos escritores. Antes que se me olvide, en la escritura que dije de la consagración de esta iglesia, entre varias cosas con que entonces la dotaron, se halla lo siguiente: "Item, de dominicatura de Serrateix, cum ecclesia Sancti Petri, que ibidem est fundata, cum decimis &c." 

Existe todavía esta iglesita de S. Pedro, separada del monasterio.

Pocos códices antiguos quedan aquí, merced a las invasiones de los franceses, de cuyas manos es maravilla que se salvase lo que queda. Sin embargo se guarda un buen leccionario MS. del siglo XII, del cual se han tomado algunas notas para las vidas de santos &c. Mucho más apreciable es el martirologio que ya dije MS. del siglo XI, donde están alargadas las actas de los mártires, y la fiesta de la Anunciación de nuestra Señora a 18 de Diciembre, con otras vejeces de esta clase. Es sensible que le falten las hojas de más de la mitad del mes de Noviembre. Al fin del códice, y después de varios metros, se halla el calendario con la noticia de varios óbitos de personas de cuenta para la historia, con otras que nada le importan. De ello es el extracto que va adjunto (a: Apend. n. XXV).

El siguiente catálogo de los abades de esta casa, que he formado por escrituras la mayor parte originales, dirá también alguna cosilla curiosa tocante a la historia de este lugar.

Abades de Santa María de Serrateix. 

Froyla o Froylano (Froilán, Froilo), Ya se dijo que este es el que edificó la iglesia y monasterio, en el cual vivía con otros monjes en el año 940. Su santa vida llamó la atención del conde Oliva y de su hermano Miro y del obispo de Urgel Wisado II, bajo cuyos auspicios fue elevado el monasterio a abadía de la orden de S. Benito, dotada por ellos abundantemente, y elegido este varón para su primer abad día 7 de Octubre de 977, como verás en el extracto que dije del acta que acerca de ello se formó (a: Apend. n. XXVI), donde subscriben los monjes electores. Ocho días después confirmaron todo lo hecho los citados señores, con la escritura que dije publicada en la Marca. Hisp. Antes que muriese este abad, y a los diez años de su elección, hallamos otro llamado

Nimbla, es a saber, en el año 988, cuando Ermemiro vizconde de Cardona concedió a él y a su monasterio dos cargas de sal en cada semana, las cuales tomasen desde el jueves hasta el sábado. La fecha entera de esta escritura es era 1025, año de la Encarnación 987, año I. del rey Hugo, día 25 de Marzo. Y como ese rey no subió al trono hasta el 3 de Julio de 987, es claro que el día 25 de Marzo de su año I era el de 988; en el cual no sólo les duraba el año anterior, sino que contaron la era que a él correspondía. Y es de advertir que el 25 de Marzo era el primero de la Encarnación de 988, y sin embargo todavía lo contaron aquí como perteneciente al anterior. El estudio de la diplomática obliga a observar estas menudencias, de las cuales siempre se saca partido. Yo he copiado esta escritura que está aquí original (a: Apend. n. XXVII), no sólo por eso, sino porque claramente dice que el vizconde Ermemiro estaba entonces en el año II de su vizcondado; lo cual servirá bien para cuando se hable del origen de aquellos señores de Cardona. Hace también memoria de que este monasterio había sido edificado por el conde Wifredo: y expresamente menciona y aun tiene la firma original de Jozfredo o Jozcefredo, hermano del conde de Barcelona Borrell, que entonces aún vivía. Poco después debió morir este abad Nimbla, puesto que luego vuelve a comparecer en el gobierno de esta casa el mismo

Froylan, que debió separarse de él por su edad avanzada, como consta que lo hizo segunda vez en el año 993 de Cristo, VI del rey Hugo, en que hallándose ya muy viejo y falto de fuerzas, trató de dejar la abadía, o a lo menos de que se le nombrase coadjutor. Es para extrañar que no se halle el óbito de estos primeros abades en el necrologio que dije, hallándose el de los sucesores. Lo que puedo decir es que Froylan vivía a 20 de Abril anno VI. Ugo magno regi, que es el año 993, día en que Baro y su mujer Kemo hicieron una permuta ad Froylane abba, et Wadamiro monaco, et Blandinus monacus, et Sentelles monacus, et Eimilus sacer. Vivía también el día 5 de Junio del mismo año, que es el en que el mismo pidió que se le eligiese sucesor, con estas palabras: Ego Froylus abba non possum 

obedienciam Sancte Marie, sanctique Urbici exercere et gubernare, nec legem meam adimplere, quia defecit virtus mea, et loquela mea. Así hablaba él mismo cuando con los demás monjes procedió a elegir al sucesor 

Emilo o Eimilo, que era monje en aquella casa, el mismo que poco ha vimos era sacerdote. Halláronse presentes a este acto la condesa Ermengardis (variantes Armengola, Hermenegilda, Ermengauda) viuda de Oliva Cabreta, con sus cuatro hijos Bernardo (Tallaferro) conde de Besalú, Wifredo de Cerdaña, Oliva intitulado conde, después obispo de Vique, y Berenguer obispo de Elna, junto con Salla obispo de Urgel y varios nobles del país. De esta elección se extendió la escritura que va adjunta (a: Apend. n. XXVIII), la cual copié por entero, y por eso en la del primer abad que hallé después omití las cláusulas de estilo. En la fecha tiene el original algunas roturas; pero es cierto que es del día 5 de Junio del año VI del rey Hugo, que es 993. Habiendo sido Emilo aclamado abad ese día, es fuerza que pertenezca al año siguiente otra escritura original del día 9 de Marzo del mismo año VI del rey Hugo, en la cual Wiscafredus vicario, et uxori sue Ranlo firman una permuta de alodios, sitos en el término de Viver, con este monasterio, cuya congregación se expresa así: Froilus abba, et Emilus abba, Bladunis monachus, et Sentelles monachus, et Dato presbiter, et Ermemirus presbiter, et Wifredus presbiter. Aquí se ve que Froilán vivía y era abad juntamente con Emilo, lo cual, digo la coexistencia de dos abades, no es nueva en estos países. Emilo murió día 26 de Enero, que nota el necrologio, y debe ser el del año 1005, en que pocos días después fue electo el sucesor

Rainardo, como consta de la escritura que de ello se hizo fecha anno trabeationis Xpi millesimo V, era millesima quadragesima III. Indictione III, XVII. Kal. Aprilis, anno VIIII regnante rege Roberto Francigeno, aput nos autem imperante Domino nostro Ihesu Christo, cui honor &c. Todos estos datos cuadran entre sí. La elección se hizo cum consensu domni Wifredi comitis, necnon et domni Sanlani gerarchice sedis Vico, esto es, obispo de Urgel. El Wifredo era conde de Cerdaña; y esto es lo que me obligó a decir antes que a aquel condado estaba unido este de Berga al tiempo de la fundación del monasterio. Sigue la memoria de este abad en el año 1018, anno XXIII. quod Robertus rex Gotorum regnandi sumpsit exordium. Esta es la fecha de la donación de un alodio que hicieron a este monasterio Ansulfus Berengarii, et uxor Ollovara que vocant Blancha. Et facio hoc, dicen, propter metum famis, quia venit super me angustia, et dereliquerunt me filii mei, et filiae, et omnes propinqui mei, et deffecta sum usque ad mortem, donec aprehendit me domnus Rainardus abba et monachi Sanctae Mariae in helemosina Sanctae Mariae. Observa el dictado de rex Gotorum que dan a Roberto; que cierto debía equivaler a rey de la que llamaban Gotia. El óbito de este abad lo pone el necrologio VIII. Kal. Augusti, sin decir el año; mas es cierto que vivía aún en el de 1026: y con todo eso también lo es que seis años antes, en el XXV de Roberto, suena ya abadMiro, que ciertamente fue el sucesor, y ahora sólo sería su coadjutor. Del tiempo de este abad y del año XXI del rey Enrique 1051 de Cristo, hay una escritura en que Miro Sanllani (Sallani antes) da un alodio al monasterio propter misericordiam, quam fecit mihi Deus, et Sancta Maria; quia veni ad exitum mortis, tantum quod habuissent iam facta ipsa fossa in ipso loco Sancte Marie, et ipsum celum (sic) sive omnia vestimenta iam facta, unde induissent mihi ipsi mei homines; et Deus, et sua mater fecerunt mihi misericordiam. Acaso este Miro Sanla es el mismo que algunos años después emprendió la reedificación de esta iglesia, en acción de gracias del beneficio recibido. Las memorias del abad continúan hasta el año 1064 o siguiente (V del rey Felipe). Sucedió 

Pedro, en cuyo tiempo se construyó la iglesia actual, y gobernó hasta por los años 1089. Su óbito está a 3 de Febrero.

Bernardo lo fue hasta el 1093.

Guillermo existía ya en 1097, y siguen sus memorias hasta 1126 en que se consagró esta iglesia. Su óbito está en el 6 de Noviembre.

Miro existía en 1135. Desde este año no se halla noticia de ningún abad hasta el de 1167 en que suena otra vez 

Miro, que debe ser distinto del anterior, y cuyas memorias duran hasta 1191. El necrologio sólo menciona el óbito de un Miro.

Pedro lo fue desde 1195 hasta el día 13 de Octubre de 1246 en que murió. Apellidábase de Solio o de Solerio, porque no está muy clara una escritura del año 1230 en que el mismo dotó una lámpara en esta iglesia de los réditos del molino que él había construido in alveo de Anavel, el cual comenzó a moler dicho año. El año siguiente a la muerte de este prelado día 7 de Enero se vio en este monte el fenómeno que dice el necrologio, donde lo hallarás y excuso repetir aquí.

Benito gobernó desde 1249 hasta el 8 de Julio de 1267 en que murió. De su tiempo quedan aquí unos metros latinos que he copiado y van adjuntos (a: Apend. n. XXIX); en los cuales verás cómo el día 31 de Julio de 1251 llegaron acá varios nobles del país persiguiéndose unos a otros, cuyos nombres describe el poeta, y pugnando por apoderarse de los que se habían refugiado en la iglesia, mataron en ella a dos hombres y prendieron a otros, y cómo el obispo de Urgel (Ponce de Vilamur) purificó el templo violado en el jueves 15 de Junio del año siguiente. Parece que la invectiva principalmente es contra los habitadores de Cardona, a los cuales llama: homines VICI SALSI mortalis. En fin ello es una curiosidad, allá te lo hallarás.

Arnaldo existía en 1267.

Bernardo en 1269 y en 1271. Creo que este es el apellidado de Cura, cuyo óbito pone el necrologio día 1.° de Junio, y debe ser de ese último año.

Bertrando en 1272.

Arnaldo, según el necrologio murió en 1277. 

Bertrando. Hay memorias suyas hasta 1303. 

Berenguer de Llusá desde 1303 hasta 1329 en que murió.

Bernardo de Pons, electo 1329, murió en 1340. 

Mateo Juliá: 1340: murió en 1346.

Simón de Pons, en cuyo tiempo se hizo la torre de las campanas, electo en 1348, murió en 1373.

Berenguer de Sorigues, de 1377 a 1412 en que murió. 

Galcerán Canudes, de 1415 a 1429 en que renunció.

Gabriel Mas electo 1429, murió en 1466.

Bernardo Pujol renunció en 1469.

Luis de Claramunt murió en 1505.

(comendatarios, los 5 siguientes)

Enrique, obispo 1505 1508.

Gabriel Camp 1510 1529.

Lorenzo de Marimón. 1530 1533. 

Miguel Puig 1535 1541. Fue obispo de Elna, Urgel y Lérida. 

Bernardo Capeller 1544 1563.


Francisco Senjust, 1566, murió en 1593.

Ángel Juallar, de 1594 a 1600 en que pasó a la abadía de Canigó.

Luis de Alentorn, 1600, trasladado a Bañolas en 1611.

Juan Cristóbal Abella, 1611, 1613.

Bernardo Cedó, 1613, murió 1616.

Juan de Aymerich, 1616, murió 1627.

Francisco Camps, 1627, murió 1632.

Gil Jorge Bru, 1632, 1645.

Pedro Fontellas, 1645, 1648. 

Francisco Pascual, 1648, 1653.

Josef Bover, 1653, trasladado a Gerri en 1671. 

Miguel de Guanter, 1672, pasó a Gerri en 1686.

Gerónimo Abrich, 1686, murió 1687.

Jaime Ginestar, 1690, murió 1704.

Gerónimo Vidal y de Nin, cisterciense, 1710.

Onofre Nogues (Nogués) y de Anglesill, 1721, murió 1727.

Juan de Berart y Cortiada, 1728, murió 1761. 

Martín Martínez de Aspurz, 1762, murió 1780.

Francisco Escofet y de Roger, 1781, trasladado a la Portella en 1784, costeó el claustro que se reformó bajo la dirección del arquitecto D. Pedro Puig. 

Josef Ignacio de Figueras, 1785, murió el mismo año.

Peregrín de Verthamon, 1797, trasladado a Amer 1789. 

Miguel de Nicuesa, 1790, pasó a San Juan de la Peña 1793.

Juan Benito Carcavilla, 1795, murió 1797.

Felipe Antonio Escofet, 1798, actual.

A Dios y me paso a Cardona. 

CARTA LXIII. Viaje al monasterio de S. Pedro de la Portella

CARTA LXIII. 

Viaje al monasterio de S. Pedro de la Portella (a: Este viaje y los que siguen en este tomo se hicieron a fines del año 1807.): su fundación, titular, dedicación, y cofradía notable instituida en él. Consagración de Guislaberto, obispo de Barcelona. Actas originales de un concilio de Narbona. 

Mi querido hermano: Desde el monasterio de Ripoll, la segunda vez que en él estuve, saliendo del obispado de Vique tomé la ruta hacia poniente y al antiguo condado de Berga, que antes fue de la diócesi de Urgel, y hoy pertenece a la nueva sede de Solsona. El primer punto a donde me dirigí, fue el monasterio de S. Pedro apellidado de la Portella, cuyo abad D. N. Blanco, consumido de años y de achaques, se resistió a dejarme ver las antiguallas diplomáticas de la casa. El disgusto que tuve con esta negativa, después de un viaje tan incómodo por caminos ásperos y sumamente peligrosos, creció sobre manera, viéndome a media tarde (porque esa era la hora) solo en aquel desierto tan desapacible y con tan poca compañía. Porque has de saber que el monasterio no es más que la iglesia y tres o cuatro casas sueltas sin cerca, con otros tantos monjes, de los cuales en aquel momento no hallé ninguno. Mas a poco rato volviendo de su paseo, y enterados de mi situación, me ayudaron a vencer la resistencia o digamos manía de aquel venerable viejo, con el cual me pasaron cosas que no son para escritas, y sabrás algún día dándolo Dios, y reirás con ellas. Pues digo que aquellos venerables solitarios lograron que su superior abriese el archivo peculiar de su dignidad, que era una arquilla metida en un rincón, y depósito de cosas harto apreciables.

Y lo primero que me pusieron en la mano fue una escritura original, cuyo exordio es este: Anno ab incarnationis Domini nostri Ihesu Christi nongentesimo, era nongentesima XXXVIII, indictione X, die chalendarum Decembrium, anno II. regnante Karolo rege. 

Todo esto va bien, dije, menos la indicción que no era la X sino la III: y esto que parece una equivocación del notario, no lo es en una escritura original como esta, sino que tengo para mí que algunos siguieron en las indicciones una cuenta diferente de la nuestra; de lo cual hay muchas y repetidas pruebas. El año II del rey Carlos el Simple está bien: y esta es una demostración de que en Cataluña se calendaron las escrituras de su tiempo, comenzando a contar su reinado desde el año 898 en que murió Odón. Continué leyendo, y me hallé con la dedicación o como decían consagración de la iglesia de Santa María, S. Saturnino y S. Hilario del lugar de Lacorre, que antiguamente había sido de idólatras, y estaba en lo alto de una roca: cuya solemnidad y confirmación de la dote y distrito o parroquia de la iglesia hizo el obispo de Urgel Nantigiso a ruegos de los vecinos de aquel lugar, cuyos nombres se expresan: imponiendo además al sacerdote que allí hubiese la obligación ut per singulos annos terciale censum persolvat de annona modios V. et solidos II. denarii. Dijéronme los monjes que dicha iglesia (hoy llamada de Lacor) dista poco del monasterio, al cual se unió con el tiempo, y esta es la razón de hallarse en él esta escritura; la cual copié y ya adjunta (a: Apend. n. XXI).

No estaba entonces fundado este monasterio, ni lo estuvo hasta un siglo después, es a saber, hasta por los años de Cristo 1003. Pereció la escritura primordial de la fundación, pero de los documentos que iré alegando y de otros cuya mención no es necesaria, consta que los fundadores fueron Wifredo, hijo de Portella y de Doda su mujer, casado con Ermetruit; los cuales dotaron la casa para que en ella se profesase la regla de S. Benito. Todo esto, con el año que dije, consta de un cabreo, o relación de los predios del monasterio, que queda en él, cuyo principio es el siguiente a la letra: Anno ab incarnatione Domini nostri Ihesu Christi millesimo trigesimi tertii, era millesima septuagesimi primi, indictione prima, epacta VII, anno tertio regnante Aenrico rege Francorum (todos estos datos están conformes), et anno TRIGESIMO quo domus haec constructa, et ex quo hic monachi sunt coadunati, Deo annuente, sub regula almi patris Benedicti vivere cupientes, adiuvante Christo: exinde simul fratres in unum congregati, definitum est ab illis ut ex prediis eiusdem cenobii cartula deberetur inquiri &c. Esta escritura tan próxima a la fundación del monasterio, no deja duda en que se verificó treinta años antes, esto es, en el de 1003. (N. E. anno TRIGESIMO quo domus haec constructa)

Los nombres de los fundadores constan en otra escritura de donación hecha por ellos cinco años después, en el de 1008, XII del rey Roberto; la cual vi en la misma abadía, y va copiada sólo por esto (a: Apend. n. XXII). Dícese en ella: Ego Doda femina, cum filio meo Wifredo, PROLES Portelle, donatores sumus &c. De otra escritura del año 1035, que diré luego, consta que la mujer de Wifredo se llamaba Ermetruit, y que los que hasta ahora no suenan más que como sus bienhechores, eran sus constructores, como allí se dice. 

Averiguado esto, pasemos a ver el título del monasterio. Todas las escrituras antiguas le llaman de S. Pedro de Fronteñá (Sancti Petri Frontanianensis, o de Fronteniano), por estar en el territorio (appendicio) del castillo de ese nombre. Ahora, y yo no sé desde cuando, es conocido con el dictado de la Portella. Sólo diré que al fundador Wifredo su misma madre Doda le llama hijo de Portella, y parece ser que este nombre del padre vino a ser propio de un castillo cercano de que era señor, como aparece de otra escritura del año 1069 en que un hijo de este Wifredo y nieto de Portella se llama a sí mismo senior castrum Portellensis. Mas como al mismo tiempo continuaban intitulando al monasterio de Fronteniano, debe decirse que no se introdujo entonces el otro dictado, pero que al fin de ese castillo se derivó. Volvamos al examen de las escrituras.

Entre las cuales me presentaron una muy apreciable, en cuyo análisis me detendré con gusto y no sin provecho. En primer lugar veamos la fecha que está en el exordio: Anno ab incarnationis Dominice XXXV. post millesimum, era MLXXIII, inditione III, epacta XX, XI. Kal. Octobris, anno V. regni Aienrici regis. Todos estos cómputos cuadran con el día 21 de Septiembre del año de Cristo 1035. En ese día, que cayó aquel año en domingo, se congregaron en este monasterio el arzobispo de Narbona Wifredo, S. Ermengol obispo de Urgel y Wifredo de Carcasona (que es el que antes lo había sido de Besalú). Los motivos de esta reunión fueron tres: 

1.° consagrar al nuevo obispo de Barcelona Guislaberto: 

2.° dedicar la iglesia de este monasterio y confirmar su dotación: 

3.° erigir una cofradía de los que ayudasen con sus bienes a la nueva fundación.

En cuanto a lo primero, que sin duda fue el principal objeto de esta reunión, como lo indica la escritura, así como es curioso el hallar el principio del pontificado de Guislaberto, ignorado hasta ahora, también es notable que para su consagración se reuniesen en lugar tan áspero aquellos prelados. Y aunque al mismo tiempo se propusiesen hacer las otras cosas, como es así la verdad, yo entiendo que del venir aquí Guislaberto pudo ser otra la causa, que era el ser él de por acá, y el estar heredado en este condado de Berga. Cosa que indican las muchas escrituras que de él y con sus firmas y las de sus padres Udalardo y Rachel o Richilde, se hallan en el archivo de Solsona. Mas esto no pasa de conjetura. Algo más es el hallarle ya firmando de su mano, Guislabertus levita, en escritura del año 1005: cosa que no viene bien con el estado de matrimonio que le atribuyen los historiadores. Esto ya no es de aquí; mejor será examinarlo en lo de Barcelona. 

Lo segundo que se propusieron aquellos prelados fue consagrar la iglesia del monasterio, dedicándola a nuestro Señor Jesu Cristo, a S. Pedro, S. Juan Bautista y S. Martín confesor, que serían los tres altares que en ella habría, y confirmando todo lo que sus fundadores Wifredo y su madre Doda y su mujer Ermetruit le habían dado, y cuanto en el día de su consagración ofrecieron los nobles y pueblo que concurrieron a aquella solemnidad.

Lo tercero que hicieron los obispos fue dar su consentimiento y aprobar la cofradía que instituyó el obispo territorial S. Ermengol, concediendo varias indulgencias a sus individuos, y mandándoles que mutuamente se auxiliasen en sus enfermedades, y estableciendo sufragios para los finados; todo ello en favor de los que contribuyeren al monasterio con pan, vino, oro o plata.

No para en esto el contenido del documento, sino que establecidas las dos últimas cosas, mandaron aquellos prelados al fundador del monasterio Wifredo, que con la escritura que de ello se extendió se presentase al futuro concilio de Narbona, y obtuviese de los obispos asistentes en él la aprobación de todo. Obedeciendo Wifredo se llevó consigo la escritura con un gran hueco en blanco entre el remate de lo acordado en este acto, y las firmas del arzobispo de Narbona y de S. Ermengol, para que en el concilio se continuase a renglón seguido el decreto de los obispos, como en efecto lo está. Y esta es la razón de hallarse la firma original de S. Ermengol después del decreto de aquel concilio, al cual ya no pudo asistir, pues consta que murió a los 42 días de haber aquí consagrado a Guislaberto y la iglesia del monasterio &c., es a saber, a 3 de Noviembre del mismo año 1035. 

Pusiéronse pues los decretos conciliares, primero aprobando canónicamente la dotación del monasterio, y segundo confirmando la hermandad instituida por S. Ermengol en favor de la misma casa. Mas en este último se especifican y amplían los favores y gracias mucho más que lo hizo aquel santo obispo. 

A esto siguen las firmas de los metropolitanos Wifredo de Narbona y Raiambaldo de Arlés, con las de 31 obispos de los siglos XI y XII que sucesivamente fueron aprobando la cofradía. No me es fácil averiguar a punto fijo por falta de libros cuales son de todos ellos los XVII que se hallaron en aquel concilio, como dice el decreto, porque sus suscripciones andan mezcladas con las de otros obispos ciertamente posteriores, que firmaban donde hallaban vacío, como saben todos los prácticos en esto. Tampoco se sabe el año en que se tuvo aquel concilio, pero es innegable que ha de ser anterior al 1046, puesto que todavía firma como asistente Oliva, obispo de Vique, que murió en ese año. Yo me atreva a decir que se tuvo en Narbona en 1043, y que es el que mencionan las colecciones de concilios; aunque dan de él tan escasa noticia. Mas al fin se sabe que asistieron a él el arzobispo de Arlés y otros obispos que suenan en el nuestro. Para cuando se haga una nueva edición de aquella obra no vendrá mal este documento que va copiado (a: Apend. n. XXIII) con la nota de los años en que lo fueron los obispos de nuestras iglesias. Por último no eches en olvido la existencia de S. Ermengol en este año 1035, al cual todos suponen muerto lo más tarde en 1033. En el episcopologio de Urgel se demostrará hasta la evidencia que no falleció hasta el 3 de Noviembre del año que dije. Y basta de esto.

Del año 1069 vi otra escritura que también copié (b: Apend. n. XXIV), y es la donación de la iglesia de Santa María de Quarr (Quart), hecha a este monasterio por Bernardo Guifredo, señor del castillo de la Portella, y por su mujer Migdonia, los cuales habían comprado su territorio al vizconde de Cerdaña Bernardo Seniofredo y a su mujer Guillia, por precio, scilicet, dice, XXV uncias de auro optimo probato, quem dicunt henés. No sé qué oro sería este llamado henés. Firma en la escritura Bernardo, obispo de Urgel, uno de los de ese nombre en el siglo siguiente. En este documento se hace mención del abad de este monasterio Ponce, el primero de quien tenemos noticia. Muy escasas son las que tengo de los sucesores. En 1265 lo era Arnaldo: en 1285 Romeo: en 1338 murió Bernardo: en el mismo año a 4 de Julio fue electo Guillermo de Rovira, confirmado por Arnaldo, obispo de Urgel: en 1396 lo era Raimundo, en 1442 Francisco: en 1530 Pedro de Vilatorta.

Nada más tengo que decir de esta casa, ni de su parte material, sino que me despedí de ella tan contento como había entrado triste. Buen agüero, dije para mí: no va mal en la nueva diócesi de Solsona. A Dios.