jueves, 5 de enero de 2023

Tomo XVI. Apéndice I. Instrumentum concordiae inter Raimundum Berengarii, Comitem Barchin. et Avifelel Dominum castri de Lerida,

APÉNDICE DE DOCUMENTOS. 

I. 

Instrumentum concordiae inter Raimundum Berengarii, Comitem Barchin. et Avifelel Dominum castri de Lerida, post eius civitatis a predicto Comite expugnationem: an. MCXLIX. (1149) (Vid. pág. 4.)

Ex transl. in arch. eccl. Ilerdens. saec. XIII exarato.

Haec est conveniencia quae est facta inter Alchaid (Alcaide, alcalde, çaid, zayt, zeyt, cid, sir, señor, dominus, castellano, castlán, catalán, &c.) Avifelel et Domnum Raimundum Barchinonensem Comitem et Marchionem quod de ista hora in antea sint amici inter se et fideles sine ullo malo ingenio et enganno, sicut bonus senior debet esse fidelis amicus suo fideli homini et amico, et sicut fidelis homo debet esse fidelis et verus amicus suo meliori seniori absque ullo enganno. Propter hoc convenit praedictus Comes jam dicto Alchaid ut habeat illi viginti galeas et de geralis tantos ut posit Alchaid mittere ducentos cavallos inter Christianos et Sarracenos et posset (f. passet) illum ad Majoricas (Mallorcas). Propterea convenit praefatus Alchait de Lerida praenominato Comiti ut mittat illi * harrahenas filios suos et tantos de suis hominibus unde Comes bene sit fides quod ipse Alchaid donet Comiti Calamnera et Cegdi et Escarps et Seros et Calaterra et Aitona et Lebut et Castel de Ases et Alcholea, et donet illi Albesa et Afesta, et Monte accuto, et Alchaid teneat Soses per suum alodium et suos molinos in Lerida et suos alodios. Quod si Alchaid vult honorem habere in Barchinonam et in Gerundam donet illi Comes ad laudamentum de suis amicis, et Alchaid sit illi valedors et ajudadors, et hoc totum sicut superius scriptum est praefatus Alchaid attendat totum jam dicto Comiti per fidem sine enganno, et jurat illi Alchaid per Deum et per suam legem quod ita illi faciat et ex toto attendat sine malo ingenio et sine ullo enganno, sicut superius scriptum est et de Tortosa et de alia Hispania sit illi ajudadors sine malo enganno. Et hoc quod Alchaid voluerit habere de his habeat per manum Comitis, et si tenet Alchaid castellum et civitatem donet inde potestatem ad Comitem sine enganno. De palies quae exierint de les terres habeat inde Comes medietatem et Alchaid aliam medietatem, de hoc quod Alchaid tenuerit per Comitem, et jam totum quod Alchaid tenuerit per Comitem habeat et teneant filii sui et Comes illius natura per Comitem et per suam naturam. Quando autem Alchaid liberaverit praedictos castros jam dicto Comiti et ipse Comes habeat illi naves ubi Alchaid possit suos homines mittere et passare ad Majoricas, et hoc totum si Deus concesserit, sit factum usque ad exitum mensis augusti venientem primo. Actum est hoc XVIII kalendas decembris anno XIII. regni Leovici Regis. = Sig+num Raimundi Comes. (a)

Factum est autem hoc in presentia Guillermi Dalmacii et Arnaldi Berengarii, et Martini Umberti, et Berengarii Bernardi Dapiferi. = Sig+num Salamonis capellanus et judex qui hoc scripsit praefato die et anno. 

(a) Additur hic subscriptio quaedam arabico sermone, quam quod autographa non sit, scribere negleximus; tum quod vitiata valde reperiatur.


Sigue el II: Costums de Lleida - consuetudines ilerdenses

CARTA CXIII. Episcopologio moderno.

CARTA CXIII. 

Episcopologio moderno. 

Mi querido hermano: En mis cartas anteriores no hice más que dar una ligera tintura de la historia y curiosidades literarias de esta iglesia. 

Su historia completa no puede darse sin la serie de sus ilustres Prelados. Trabajo útil, pero muy costoso para quien ha podido ayudarse poco de los Catálogos impresos en varias Sinodales, que cierto antes estorban con sus inexactitudes clásicas. De algún auxilio han sido dos Catálogos manuscritos que se guardan en el archivo de la Catedral: uno formado por el señor Finestres, canónigo de esta iglesia, con acotación de algunas escrituras y documentos que fijan bien las épocas de los Prelados, y otro brevísimo que formó el padre Don Jaime Caresmar, sin duda con el objeto de que se imprimiese en alguna nueva edición de Sinodales. Mas ni uno ni otro han podido eximirme del trabajo de examinar por mí mismo las escrituras, procesos, bulas, actas capitulares y semejantes instrumentos, únicas fuentes para averiguar las épocas de cada pontificado y los hechos dignos de memoria. Aun en esto soy muy deudor al señor canónigo archivero Don Rafael Barnola, que con su práctica en este archivo y más con su pericia diplomática ha adelantado considerablemente mi trabajo. Hanme servido para completar y perfeccionar algunos artículos los archivos particulares de esta ciudad, singularmente el civil, de donde son algunas noticias de costumbres y sucesos civiles, que insertaré en los artículos correspondientes para amenizar cuanto se pueda esta narrativa, de suyo árida y poco agradable. Los hombres aman por lo común una lectura fluida y filosófica, donde no se tropiece con citas y examen de cosas menudas. El que tal sea, no lea, pero no espere poder leer la historia de esta iglesia, si primero no se publica. 

GUILLERMO PÉREZ, 

de 1149 a 1176.

Llamado así según la costumbre usada entonces de los apellidos patronímicos; porque ya dije en el catálogo de Roda que sus padres fueron Pedro Gauzperto y Urraca, como consta de una donación que hizo a aquella iglesia en 1173 de una almunia que sus padres, a quienes nombra, poseían delante de la villa de Monzón. Igualmente se dijo en aquel Catálogo que Guillermo asistió con el título de electo Rotense, a una junta de Prelados y nobles del reino, tenida a 27 de noviembre de 1143, donde el Conde Don Ramón de Barcelona hizo varias donaciones a los Templarios, y fue la introducción y establecimiento jurídico de esta cruzada en nuestros dominios. También te acordarás que allí se advirtió que este Obispo no usó otro dictado que el de Rotense durante todo el sitio de Lérida; y que con él firmó III idus junii de 1149 la permuta que hizo con los Templarios y su Maestre Pedro de Roveria de la iglesia de San Juan de Monzón por la de Fonç in podio de Garden in obsidione Illerdae.

Verificada la conquista de esta ciudad a 24 de octubre del mismo año 1149, luego tomó el título de Ilerdense, del cual usaba unas veces solo y otras junto con el de Rotense. Costumbre que imitaron algunos de los Obispos inmediatos; pero que por punto general quedó abolida en consideración de ser esta la Sede propia, de quien la de Roda sólo había sido vicaria. Entendió luego el Prelado en lo más necesario, que era la consagración de la iglesia Catedral; y este nombre dieron a una mezquita que estaba dentro de la fortaleza, la cual consagró día 30 del mismo mes y año, con asistencia de Bernardo de Fort, Arzobispo de Tarragona y de los Obispos Pedro Redorta, de Vique, Guillermo Torroja, de Barcelona, Bernardo Sanz, de Urgel y Bernardo, de Zaragoza, y de muchos nobles del reino, como verías en la escritura que ya fue copiada que es propiamente la dotación de esta iglesia por el Conde conquistador, de lo que ya se habló en las cartas anteriores. De modo que el día 30 de octubre del año 1149 es el primero de la iglesia de Lérida en su estado moderno.

Es muy verosímil que luego entendiese el Prelado en el orden del clero y establecimiento de la canónica. Cosa tanto menos difícil cuanto que con él bajaron de Roda varios Arcedianos a residir en esta Catedral; todos ellos canónigos regulares de San Agustín. Así es fácil de entender que las varias memorias que hay de admisiones en canónigos y de canónica en los años 1156, 58 y 64, deban entenderse de la canónica Ilerdense establecida ya con su Prior y Prepósitos, tal cual confiesan todos que existió los años adelante. Mayormente que lo que hasta ahora se ha creído constitución fundamental de esta canónica en 1168, lo es del gobierno económico de ella, mas no de su principio y origen, según ya dije días atrás, como también de la constitución cibaria hecha ese mismo año, en que hay cosas curiosas.

Grande atención necesitaba la nueva iglesia en su pastor para zanjar con acierto las relaciones de jurisdicción e intereses, que entonces comenzaba a tener con otros cuerpos, y de que dependía su prosperidad futura. El Conde Ermengol de Urgel y la nueva orden de los Templarios, cada cual por su parte entró en arduas contestaciones con nuestro Prelado y su nuevo clero; largas de contar y poco útiles para la historia general; las cuales al fin se terminaron por solemnes concordias (a: Aps. núms. XXI, XXII y XXIII.).

Los canónigos de San Rufo de Aviñón, heredados aquí por su gran protector el Conde Don Ramón de Barcelona, y establecidos a poca distancia de esta ciudad, experimentaron luego la beneficencia de nuestro Obispo y su Capítulo, los cuales les cedieron la iglesia que se les había consignado, y dieron licencia para poder edificar otra derribando la vieja, y para tener cementerio para los canónigos de San Agustín y sus comensales, con tal que su primer Prior el maestro Guillermo y los sucesores prestasen obediencia al Obispo Ilerdense. Hízose esto en 1155 (a: Ap. núm. XXIV.). Más adelante, en 1173, les concedió el mismo Prelado las oblaciones de los que equitando, vel pedibus ambulando, ad monasterium se transtulerint. Va copia (b: Ap. núm. XXV.). Hallose también el Obispo Guillermo en la junta que celebró el mismo Conde en Morel, castillo de Aragón, a 15 de marzo de 1157 para ceder a la casa de San Rufo de la Provenza los monasterios, o como llamaban obedientias de Santa María de Besalú, San Pedro de Terrasa, y el sobredicho de San Rufo de Lérida, cuya escritura publicó Aguirre. En 1158 a fines de octubre congregó un sínodo en Roda, donde terminó el pleito que pendía entre el Abad de Alaón y el Arcediano de Roda Raimundo Oriol sobre la posesión y derechos de la iglesia de San Juan de Elins. Había ya diez años que Ponce, Abad de aquel monasterio, recobró dicha iglesia por sentencia de nuestro Obispo Guillermo, dada en Benavarre en 1148 (illo anno capta fuerat Almaria). Pertenecía ya de muy atrás a dicho monasterio por donación de Ponce, Obispo de Barbastro, el día que consagró la iglesia de San Salvador y San Bartolomé de Calasanz. Ahora en 1158 el Arcediano de Roda pretendía recobrar sus derechos en la dicha iglesia de Elins, videlicet, stabilimentum, cenam, mensuraturas de ipso granèr, pregariam, fidaucias clericorum et placitos et prohibitionem in clericos et in ecclesia. Nada de esto le fue concedido al Arcediano sino sólo una cena al año para él y para tres criados con sus caballerías. Mandose además que aun cuando el Obispo quisiese poner entredicho y censuras en la iglesia y clérigos, no lo notificase a ellos, sino al sobredicho Abad. De todo esto dan cumplida razón las dos escrituras adjuntas (a: Aps. núms. XXVI y XXVII.), copiadas de unos trasuntos que he hallado en el convento de mi orden de esta ciudad. Hallose en un concilio provincial en Tarragona en 1170, donde compuso el pleito del Abad de la O con el de Ripoll, etc. (Vid. Solsona hablando de Gualter).

Otras memorias hay de su cuidado y celo pastoral y del amor con que miró a la tierna planta de su iglesia, no cesando de establecer y reformar en ella cuanto pudo. Así en 1173, a 1.° de marzo (1174) dotó la enfermería de esta Catedral para alivio de los ancianos y salud de los dolientes. Quoniam, dice, infirmorum et senum mansionem intra claustra canonicorum a Praelatis fieri digne oportet, ut ibidem et subsidiis ecclesiasticis quibus indigent, et fratrum amminiculis misericorditer sustententur; idcirco, etc. Entre otras cosas cede a este fin la iglesia de Scarp, con diezmos, etc. No tiene data. El traslado es XIV kal. martii MCLXXIIII. Poco antes de morir, en 1176, confirmó a Roda varias donaciones de sus antecesores, videlicet, Raimundi Dalmacii, Poncii ac beatae memoriae Sancti Raimundi, Petri quoque et Gaufridi Episcoporum et Domini Ranimiri Regis.

Llamole Dios para sí día 17 de diciembre de 1176; y cuando se construyó la Catedral fue enterrado al lado de la capilla de Santa María ad nives, o de les Gralles. Costeó su sepulcro, y dotó una lámpara Gombaldo, entonces canónigo, y después Obispo, como se dirá en su artículo. Andan algunas copias de la inscripción sepulcral; mas no pudiendo yo salir responsable de su veracidad la omito. Y esto quede dicho para los sucesores.

BERENGUER 

de 1177 a 1191.

Hijo natural de Ramón Berenguer, Conde de Barcelona y conquistador de esta ciudad. Era ya Abad de Montearagón y electo Obispo de Tarazona en 1170. De él, y de cómo conservó siempre la citada abadía y residió siempre en ella, aun siendo sucesivamente Obispo de Tarazona y Lérida y Arzobispo de Narbona, y de cómo lo depuso de ella el Papa Inocencio III en 1204, trata largamente el padre Huesca (tom. VII de las iglesias de Aragón, pág. 381). Pero acerca de la época de su pontificado en Lérida se debe creer muy anterior al día 11 de junio de 1178, que es la fecha de la escritura de Roda, que alega el citado escritor, y yo vi también en aquel archivo: regnante... Berengarius electus in Illerda et in Rota. Anterior es la noticia que hay ya de su existencia a 10 de marzo de la era 1215 (año 1177), que es la fecha de la escritura en que Fortún de Stada y Sancha, su mujer, hacen varias concesiones a los pobladores de Masalcorex. Entre las firmas se halla: Berengarius electus in Sede Illerdae. Esta escritura vi en el archivo de Benifazá. Anterior es también otra de 18 de enero de 1178 (Lib. ver. fol. 90). Y mucho más adelantada la del 17 de abril de 1177, día en que subscribió el privilegio dado por su hermano Don Alfonso II, estando en Lérida, de la traslación de la iglesia parroquial de Hix a la villa de Puigcerdá, con estas palabras : Signum Berengarii Illerdensis ecclesiae electi, et Abbatis monasterii Arig.s No debe extrañarse la inexactitud con que se expresó la abadía de Montearagón. Mayor fue la de otra escritura de Roda de 1183, que dice: regnante... Episcopus Berengarius Mondensis Abbas in Sede Illerda et Rota. Pues, como he dicho, tardó poco en suceder al Obispo Guillermo Pérez, que murió en diciembre de 1176, y el nuestro ya lo era en abril de 1177. Desde esta época son frecuentes sus memorias. La principal es la que refiere Zurita (lib. II, cap. 38) de la embajada que su hermano Don Alonso II, Rey de Aragón, le encargó para el de Castilla sobre la restitución del castillo de Hariza (Fariza), y la guerra contra Don Fernando, Rey de León. Esto fue en 1179. En el de 1186 le hallamos en esta iglesia a XI de las calendas de marzo jurando conservar y mantener ilesas todas las concesiones hechas a la canónica por su predecesor, confirmadas ya por el Cardenal Legado Jacinto Bobo y por el Papa Alejandro III. Firma también en esta escritura, que existe original, Gombaldo, Arcediano de Lérida. Parece que este Obispo intentó eximirse de la jurisdicción de su Metropolitano en alguna parte, y aun (e incluso) que había impetrado letras para ello. En razón de esto (archivo de Tarragona) hay un convenio entre el Arzobispo Berenguer y la canónica de Lérida sobre mutua custodia, y los de Lérida ofrecían impedir los intentos sobredichos de su Obispo. Esta escritura no tiene fecha, mas el carácter de ella demuestra ser de fines del siglo XII. Sobre todo, lo evidencia el nombre del Arzobispo Berenguer, del cual no ha habido otro Arzobispo en Tarragona que Don Berenguer de Vilamuls; y lo fue desde 1174 hasta 1194.

El remate de su pontificado fue por traslación a la Silla de Narbona, la cual en la Gallia Christiana se fija en el año 1191; y debió ser a últimos de ese año, porque el día XV kal. novembris del mismo todavía suena aquí Obispo en escritura de poca monta.

Con esto se ve que no murió en 1179. Si esto fuese así, debiéramos decir que hubo dos Obispos Berengueres. ¿Mas quién se atreverá a multiplicar tan fácilmente las personas? Y más, que las equivocaciones de dicho catálogo son frecuentes; y no es menos continua la memoria del Berenguer que entró en 1176 hasta el 1191, siempre con la añadidura de Abad de Montearagón.

El obispado de Huesca que le atribuyó Aynsa (Aínsa) y otros escritores Aragoneses hacia el año 1180, es una fábula, desvanecida ya por el citado Padre Huesca (tom. VI, pág. 202). 

GOMBALDO O GOMBALLO DE CAMPORRELLS

de 1192 a 1205.

Hijo de Raimundo de Camporrells y de Lombarda, siendo este el primer Obispo en esta iglesia que dejó de apellidarse con el nombre patronímico y tomó el de familia. De sus padres y de dos hermanos Bernardo y Raimundo hace mención él mismo en la donación que hizo a esta canónica de un alodio en el término de Badells, entre Tamarite y Nacha. Otra semejante hay en el Libro verde, (fol. 215). Por donde me doy a entender que eran oriundos de Aragón, y acaso señores de Camporrells, lugar de aquel reino, aunque también hay otro lugarcillo del mismo nombre cerca de Balaguer, en Cataluña; y las conjeturas que en esto solo estriban, siempre son muy voluntarias. De un sobrino suyo, llamado Bernardo de Cepilio, hay noticia en escritura de 1175 (Lib. ver. fol. 226). Vivía también en Balaguer un Gisperto de Camporrells que hizo testamento en 1407, en el cual impuso a su heredero la obligación de dar de comer y lavar los pies en su casa a trece pobres el día de Jueves Santo ad faciendam, dice, horam nonam.

De su niñez se sabe que la pasó en Roda, o al menos que en aquella iglesia fue educado bajo la disciplina del Obispo Guillermo Pérez antes de la conquista de Lérida, como lo dice él mismo, haciendo en el año 1200 varias donaciones a dicha iglesia para remedio del alma de Guillermo qui me nutrivit. También consta que gobernó como Rector la iglesia de Santa María de Tamarite, villa que suena recién conquistada en 1169 por Pedro de Estopaniano (Estopiñá y variantes), como se ve en la donación de las décimas que a esa iglesia y a Gomballo hicieron ese año, a 30 de abril, Sancho y Bernardo de Estopaniano, Berenguer de Tamarid y Guillermo de Finestres (Lib. ver. fol. 79). En 1185, día 11 de junio, dio el mismo a Arnaldo, Prior, y al Capítulo de Lérida quendam excusatum in ipsa mea turre de Sancta Maria de Tamarith, nomine Johannem Gord... ad opus et honorem sepulcri venerabilis memoriae Domini mei G. Illerdensis Episcopi primi... ut et sepulcrum construatur, et eo constructo cuidam lampadi oleum ad ipsam illuminandam tam in diebus quam in noctibus, per singulos annos sufficienter continue amministretur, et continue ante ipsum ardeat. 

En esta escritura firma y se llama Arcediano de Lérida, porque cierto es que lo fue, y canónigo también, mucho antes de ser Obispo.

He visto en el archivo de Roda el decreto de su elección, sin fecha alguna, y firmado sólo por los canónigos de aquella iglesia. Circunstancia que hace sospechar que en los años anteriores al 1244, en que se hizo la concordia que se dijo en la de Roda, ambos Capítulos por entero entendían en la elección de Obispo, y que cada uno de ellos formaba separadamente el decreto de elección para pedir la confirmación al Metropolitano. El que digo va dirigido a Berenguer de Vilademuls, Arzobispo de Tarragona, pero sin fecha alguna de mes ni de año. Sin embargo, es claro que no pudo ser el de 1179, como dicen los Episcopologios manuscritos; porque además de constar la existencia de su antecesor Berenguer el día XV kal. novemb. de 1191, en escritura que firma dicho Obispo con Gombaldo, Arcediano, se sabe que el año 1192, a 10 de las calendas de marzo, Gombaldo se llama Obispo electo. Y yo entiendo que esa fecha no se ha de tomar por año de Encarnación, de modo que corresponda a 1193, sino al 1192; porque en 6 de abril del último año, y más claramente en otra escritura, que expresa además la era 1230, IV kal. julii, se añade pontificatus Domini Episcopi primo. Es pues averiguado que comenzó su pontificado hacia primeros de enero del año 1192. El instrumento que últimamente he citado es la constitución con que aumentó el vestuario a los canónigos de Roda, y mandó que no fuesen recibidos los canónigos sino en el día de San Vicente Mártir, titular de aquella iglesia. En el mismo mes de junio dio la iglesia de San Vicente de Huesca, propia de la de Roda, a un Juan de Huesca, con la obligación de pagar en el primer año 10 sueldos, y en los siguientes 20, y de recibir y hospedar a los canónigos de Roda, como a sus señores, cuando allá fuesen. Ambos documentos vi en aquel archivo.

Halló este Obispo a su reciente Catedral inquietada en la posesión de las de Barbastro, Belsa, Gestau y Alquézar, que pretendía para sí el Obispo de Huesca, insiguiendo las ideas de su antecesor el famoso Esteban. Sobre esta ruidosa causa había comisionado el Papa Celestino III a los Obispos J. de Tarazona, M. de Osma y G. de Calahorra; los cuales, sabiendo que el de Huesca después de varios efugios había marchado a Roma, enviaron a Su Santidad todo el proceso de la causa por manos de nuestro Obispo Gombaldo, cuya causa recomiendan en la carta que da razón de lo dicho, fecha en Tudela a 30 de noviembre de 1194. Va copiada del archivo de Roda (a: Ap. núm. XXVIII.). Por ella se ve que Gombaldo viajó a Roma para oponerse a la acción de su adversario. A este viaje aludía el mismo Papa en el breve que le dirigió, sujetándole los monasterios de San Victorián y de Ager, el cual he visto en el Libro verde (fol. 30), sin data alguna, que debió suprimir el copiante. Mas en otras partes la he visto dada en Letrán a 5 de las kalendas de julio, año VI de su pontificado, que era 1196. Dice allí el Papa: Licet bonae opinionis tuae odor iam pridem ad nos usque pervenerit... postquam ad nostram praesentiam accesisti, etc. 

El Papa procedió en esto según los informes que le dio nuestro Obispo, el cual creía que los límites de su obispado se extendían por Cataluña y Aragón mucho más de lo que tenía señalado. Aquellos dos Abades se resistieron a esta sujeción, y a las excomuniones que fulminó nuestro Obispo. A esta causa puso término la final sentencia de Inocencio III, contenida en su larguísima bula, que va copiada del Libro verde (fol. 9), aunque sin fecha (a: Ap. núm. XXIX).

Con el mismo tesón, y acaso con mejor éxito, defendió otros derechos de su iglesia; en particular recobró los que tenía usurpados el Conde de Urgel Ermengol VIII, que hizo de todos ellos restitución solemne, entregándose por canónigo de esta iglesia en el mes de julio de 1193, autorizando la escritura que se hizo, Dulcia, su madre, y Alvira su mujer. No menos glorioso fue para él ese mismo mes y año, en que por sentencia de Gregorio Diácono, Cardenal de San Angelo, Legado del Papa, recobró de los Templarios los diezmos de los molinos de Lérida que el Conde Don Ramón había dado a esta iglesia en 1149, y ahora le disputaban los individuos de aquella orden. Ambas escrituras existen originales en este archivo. Copiada está en el Libro verde (fol. 37) la cesión que los canónigos de San Rufo hicieron en 1203 a nuestro Obispo del palacio real en la Zuda, que les había dado el Rey Don Pedro: en cambio les dio el Obispo unas tierras y facultad para construir una iglesia in almunia vestra de Alcano.

X. kal. jun. ann. VI pontific. (1203) el Papa Inocencio III dio comisión al Obispo de Huesca y Prepósito de Jaca para que procediesen como sus delegados en la causa pendiente entre el Arzobispo de Tarragona, Obispos de Urgel y Vique y nuestro Obispo, el cual pedía a aquellos muchas iglesias que decía haberle usurpado durante el cautiverio de Lérida, con cuyo territorio se habían engrandecido ellos. No sé el éxito que esto tuvo; mas es cierto que no hubo cuerpo con quien no litigase sobre los derechos de su iglesia. A este tenor y de esta especie hay muchas memorias que contar de su vida, que interesan poco a la historia, y que sólo sirven para acreditar su existencia y el celo con que trabajó por la conservación y aumento del decoro debido a la iglesia de Dios. Acaso por los pleitos pasados no hubo lugar para entender en la construcción de un templo nuevo, y la Sede episcopal estaba todavía en la primera mezquita que había consagrado Don Guillermo Pérez. Nuestro Obispo, desembarazado de aquellos cuidados y asegurada la dotación de su esposa, entró en el vasto proyecto de edificar la iglesia con toda la grandeza y gusto que permitían aquellos tiempos. Tuvo la satisfacción de que concurriesen el Rey Don Pedro y el Conde Ermengol de Urgel a poner la primera piedra, como se verificó a 22 de julio de 1203. De esto ya se habló en otra carta. XII kal. jan., 1204, se firmó la escritura en que este Obispo concedió a Doña Elvira, Condesa de Urgel, el permiso para fundar un monasterio de monjas Cistercienses en la iglesia de San Hilario, junto a esta ciudad de Lérida. Vi la copia de Caresmar, sacada del convento de Tamarite. Poco más sobrevivió este grande Obispo, pues murió a 22 de abril de 1205. Depositaron interinamente su cadáver ante al altar de Santo Tomás; y después fue trasladado al sepulcro de su antecesor y maestro Guillermo Pérez, junto a la capilla de Santa María ad nives, en el que había dos inscripciones, que no copio por las razones dichas otras veces.

Sólo me falta advertir que no confundas este Gombaldo con el Gombaldo de Santa Oliva, Obispo de Tortosa, que floreció por este mismo tiempo. La distinción de estas dos personas quedó ya demostrada en el Episcopologio de Tortosa, a que me remito.

Poco tardó en suceder

BERENGUER DE ERIL,

de 1205 a 1236.

Noble Catalán y acaso nacido en alguno de los lugares de este nombre, propios de su familia. Fue Abad de Çaidin (Zaidín, Çaidí), a la orilla del Cinca. Entró a gobernar esta diócesis poco después de la muerte de Gombaldo, constando (Lib. vir. fol. 49) que era ya Obispo sin el dictado de electo a XI de las kalendas de enero (22 de diciembre) de 1205. A los treinta años que le duró el pontificado no corresponde el número de memorias que quedan de él; sin embargo, las pocas que se conservan le hacen harto memorable para esta ciudad y provincia. Porque en primer lugar son de su tiempo las fundaciones de la mayor parte de las comunidades religiosas, algunas de las cuales permanecen hoy día aunque en sitio diferente de su fundación, y otras se han arruinado o trasladado a otra parte. Débele también el monasterio de Santa María de Labax la introducción en él de la regla Cisterciense por encargo del Papa Honorio III con su breve dat. Signiae VIII. idus julii pontific. anno VII. (1223). Ya dije otro día que este monasterio era de Benedictinos desde los tiempos de Cario Magno, y que a fines del siglo XI pasó a ser de canónigos seculares, los cuales ahora quisieron unirse a la orden del Císter y al monasterio de Bonafont. En la Colección del Cardenal Aguirre se publicó el sobredicho breve. Glorioso es también para este Prelado e iglesia el concilio que aquí celebró Juan, Cardenal Sabinense, Legado de Gregorio IX, a 29 de marzo de 1229, que fue el principio de la reforma de la disciplina eclesiástica en esta provincia, y de tantos concilios Tarraconenses que con él comenzaron. El Cardenal Aguirre no publicó sus actas. Yo las tengo de varios códices que he ido encontrando por acá, mucho más completas y casi dobladas que las que publicó Mansi en el tomo II de sus apéndices a la Colección de Labbé. Y aun en ellas falta, si no me engaño, la noticia de los Prelados que asistieron a este congreso, los cuales indica la siguiente nota de uno de los códices que decía: Haec statuta quae sequntur, celebravit D. Joannes Sabinensis Episcopus Apost. Sedis Legatus in generali concilio Illerdensi praesentibus S. (Sparago) Terrachonen. Archiepiscopo et B. (Berengario de Palou) Barchinonensi, G. (Guillermo de Cabonellis) Gerundensi, G. (Guillermo de Tavartet) Vicensi, P. (Petro de Puigvert) Urgellensi, B. (Berengario de Eril) Illerdensi, P. (Poncio de Torrella) Dertusensi et G. (García de Gudal) Oscensi Episcopis; necnon Abbatibus et aliis ecclesiarum Praelatis in anno Domini M.CC.XXIX. IIII kalendas aprilis. No deja de ser extraño que no quede aquí memoria ninguna de tan célebre concilio, ni del lugar donde se tuvo, ni de cosa a él perteneciente. La mayor parte de estos Obispos se hallaron en el primer concilio provincial Tarraconense, que se tuvo ya el año siguiente 1230. Mas el nuestro no asistió a él si no es por procurador, como se lee en alguno de estos códices. Y llamo a este primero en el estado moderno, porque los dos que se suponen del siglo XII son una fábula, como diré de propósito cuando tenga ocio. 

En el año 1232 hizo con su Capítulo la ordinación en que se confirmó el número de veinte y cinco canónigos, y excluyó de toda voz activa en la iglesia a los honorarios, es a saber; Arzobispos, Obispos, Abades, etc., y aun algunos legos, a quienes se concedía la porción y honor canonical, quedando excluidos de todo lo demás. Fue copiada (a: Ap. núm. XV). Otras constituciones suyas y del Capítulo quedan del año 1234, en las cuales se arregló la porción que se debía dar a los canónigos de Roda cuando viniesen a Lérida por causa justa: quacumque hora venerint, dice, vel recesserint a pulsatione aurorae usque ad pulsationem cimbali, quod latronis communiter appellatur, tribus diebus suam accipiant portionem. Lo mismo se establece a proporción respecto de los canónigos Ilerdenses extravagantes seu volatiles, a los cuales define así: qui ad minus per octo menses residentiam non fecerint personalem. En Roda consagró el altar de San Vicente a 9 de julio de 1234, y del año siguiente me acuerdo haber visto en aquel archivo una memoria de su existencia, aunque ahora ni sé cual es, ni el día de su fecha. Y me fuera importante, porque en los Episcopologios manuscritos se dice que murió este Obispo en 1234. Pero a falta de aquella hay aquí otra del día VIII. kalendas februarii de 1234 (que es nuestro 1235), y es la escritura con que el Obispo Berenguer dio a Bernardo Pichario honorem cum capud manso de Alfagis. Suscribe en ella como testigo Magister Petrus de Albalate Sacrista Illerdensis, que es el Obispo sucesor; el cual como veremos no fue electo hasta el mes de octubre de 1236. Así que no hay necesidad de anticipar tanto la muerte de nuestro Berenguer; que atendida la costumbre de entonces en la poca duración de las vacantes, debe fijarse a mitad del mismo año 1236. 

PEDRO DE ALBALAT,

de 1236 a 1238.

Sacrista de esta iglesia desde antes del año 1228, y en 1233 juntamente Prepósito de San Andrés. Este es el llamado comúnmente magister, dictado con que suscribe en varias escrituras del 1232, 34 y aun del 36. Esta última es notable para fijar el principio de su obispado. Se reduce al establecimiento de un censo que él mismo hizo V idus jannuarii anno Domini M.CC.XXXV. (que es el 9 de enero de 1236) en que firma magister P. de Albalato, Illerdensis Sacrista. 

Con esto es claro que no fue electo Obispo en todo el 1235. Mas no son menester conjeturas, habiéndosenos conservado en el archivo de Roda el decreto de su elección que he copiado (a: Ap. núm. XXX.). En él verás que por la muerte del Obispo Berenguer de Eril los Capítulos de Lérida y Roda eligieron magistrum Petrum, Sacristam nostrum, y que esto fue el día 14 de octubre de 1236, que es la fecha del decreto, o muy pocos días antes. Va dirigido al Arzobispo electo y administrador de Tarragona Guillermo de Mongrí. Con esto está dicho que si este Obispo fue monje de Poblet, como pretenden los historiadores de aquella casa, sería después de su promoción a esta Silla, porque hasta esa época suena Sacrista Illerdense. La reputación en que estaba este Prelado puede inferirse del encargo que el Papa Gregorio IX le hizo junto con San Bernardo Calvó, Obispo de Vique, y San Raimundo de Peñafort para elegir el primer Obispo de la nueva iglesia de Mallorca y consagrarle a nombre de Su Santidad, buscando para ello otros Obispos que no fuesen de la provincia Tarraconense, recibiendo del candidato el juramento de obediencia a la Silla Romana. Este punto de nuestra historia no conocido hasta ahora, lo verás en el Viaje de Mallorca. La data de dicha bula es de 15 de julio de 1237. Eligieron en efecto a Don Raimundo Torrelles, primer Obispo de aquella isla, donde a principios del año siguiente estaba ya desempeñando su oficio.

Poco más de un año gobernó el nuestro esta iglesia, mas en eso poco hizo una solemne constitución a 11 de diciembre de 1237, fijando el número de canónigos en veinte y cinco, como estaba mandado, y el de las doce preposituras servideras por los mismos canónigos, las cuales diesen las décimas de sus frutos a la obra de la iglesia, mientras durase su fábrica. Entre las porciones canonicales señala la que se debía dar magistro scolarium qui in grammatica regat et doceat, como entonces, por falta de dotación, no produjese aquella escuela los frutos que solía antiguamente. Muy pocos días pasaron después de establecida esta constitución que no fuese promovido a la Silla de Tarragona, en la cual consta que se hallaba ya a principios de 1238, que como Metropolitano se halló en la conquista de Valencia desde la mitad de ese mismo año, en cuyo sitio recibió el palio, según hallo notado en un Croniconcito de Mallorca. Con esto cuadra la elección del sucesor, de que ya se trató a 29 de abril del mismo. Conforme a estos datos ciertos, debe explicarse la nota que hay en un Episcopologio manuscrito de este archivo, de cierto establecimiento de alfages por censo de una libra de pimienta, hecho por nuestro Obispo XI kal. martii de 1238, que según la cuenta usada entonces corresponde al 19 de febrero de 1239. Si se hallase el instrumento original, se vería si hay yerro en esta fecha. Mas cuando sea la misma, debe decirse que contó el notario los años Julianos, como tal cual vez lo hacían contra la costumbre común. De modo que no cabe duda que el Obispo Pedro de Albalat sólo lo fue hasta los principios de 1238. En el Catálogo de Arzobispos Tarraconenses hallarás lo demás que pertenece a su vida y operaciones pastorales. Pertenece al tiempo de este Prelado la celebración de un Concilio tenido en esta ciudad el año 1237, en el cual se encargó a varios religiosos Dominicos y Franciscanos la inquisición contra los Judíos del reino. Esto dice la Historia de Languedoc, lib. XXV. 

RAIMUNDO DE CISCAR (o SISCHAR), (o Siscar)

de 1238 a 1247.

Del cual los historiadores del monasterio de Poblet dicen que fue monje en aquella casa; y esto, atendida la costumbre de aquellos tiempos, no se opone a que hubiese sido, como realmente lo fue y diré luego, canónigo de la iglesia de Roda. Del archivo de dicha iglesia me consta que a 27 de abril de 1238 se juntaron ambos Capítulos para esta elección, la cual hicieron por compromiso en siete canónigos, cuatro de Lérida y tres de Roda. Recayó la elección ese mismo día en nuestro Raimundo de Ciscar, de la noble familia de este apellido, hoy arraigado en el reino de Valencia. La primera memoria que hay de su pontificado es del día 26 de abril de 1239, en que hizo con el Precentor de Lérida una permuta que está copiada en el Libro verde (fol. 197). Aun antes de ese día, en el 18 de abril, sabemos que asistió al primer concilio provincial, que juntó el Arzobispo Pedro de Albalat. Hallose también en el de Valencia de 8 de mayo de 1240, en el de 5 de mayo de 1243, en el de 12 de enero de 1244, y por último en el de 1 de mayo de 1246.

Por este tiempo se suscitó el pleito entre este Capítulo y el de Roda sobre la concurrencia del último a las elecciones del Obispo y otros puntos. El de Lérida recusó por juez en esta causa a nuestro Obispo Raimundo por haber sido canónigo de Roda y por su mucha adhesión a aquella iglesia. Esto pasaba en el año 1243 cuando se nombraron otros jueces árbitros en la causa, como ya se dijo en la historia de la iglesia de Roda. Sin embargo, se halla que en el año siguiente el Obispo con el Metropolitano de Tarragona dieron la sentencia final, como allí se explicó, la cual rigió hasta que por reservas papales y por concordato los Capítulos quedaron privados de elegirse su Pastor.

Dos años después, digo en el de 1246, se tuvo aquí el concilio o junta de Obispos en la causa de la absolución y penitencia impuesta al Rey Don Jaime I por haber cortado parte de la lengua y desterrado de sus reinos al Obispo de Gerona Berenguer de Castellbisbal. Cosa de que ya se habló en la carta XXXIV. Y es bien notable el silencio y ningún documento que hay aquí de negocio tan famoso como cierto, que acaso podía recibir mayor ilustración. Quédanos de este Obispo un copioso sínodo que celebró en su Catedral: que es el primero que se ha conservado de aquellos tiempos. Sus Constituciones versan sobre los ritos en los sacramentos, sacrificio de la Misa y reforma del clero. Van copiadas del códice que ya dije del archivo de la cofradía de Santa María y San Salvador (a: Ap. núm. XXXI). 

Su muerte debe fijarse hacia la mitad del año 1247. Porque es cierto que vivía aún el día 22 de abril de ese año, en que se celebró concilio provincial en Tarragona, al que envió por su procurador a G. Vitalis, sin duda por hallarse ya enfermo. Con esto no es menos cierto que había ya fallecido mucho antes del noviembre del mismo año, como vamos a ver en el sucesor

FRAY GUILLERMO BARBERÁ,

de 1248 a 1254.

De la orden de Predicadores, electo por autoridad pontificia, siendo el primero en esta iglesia en quien la Sede apostólica usase de su derecho en causa de apelación. Fue así, que no concordando los Capítulos de Lérida y Roda en el nombramiento de Obispo, resolvieron enviar a Roma dos comisionados, que fueron Mateo, Arcediano de Terrantona, y Pedro de Lerato, Precentor de Lérida; a los cuales otorgaron poderes VI idus de noviembre de ese año 1247 para que pudiesen ellos solos elegir Obispo de voluntad y consentimiento del Papa. Resintiose el Metropolitano Don Pedro de Albalat de esta apelación, ya por tocarle a él la elección devoluta, y acaso también por la circunstancia de haber él sido antes Obispo de esta misma iglesia. 

Y así envió a Roma su embajador, pidiendo que se conservase ileso su derecho y se declarasen inhábiles para elegir Obispo los dos enviados por los electores. El Papa Inocencio IV cortó este negocio con prudencia, y con su breve dat. IX. kal. jan. pontific. anno V, (que es a 24 de diciembre del mismo año 1247) dio comisión al mismo Arzobispo de Tarragona, a San Raimundo de Peñafort y a Fr. Miguel (Fabra sin duda), ambos religiosos Dominicos, para que proveyesen de Obispo a esta iglesia. Dos meses y medio tardaron en ello, y a 2 del marzo siguiente 1248 nombraron a nuestro Fr. Guillermo, entonces Prior del monasterio de Santa Catalina de Barcelona; el cual seis días después, a 8 de marzo, fue confirmado por el Metropolitano, y juró en sus manos la obediencia canónica. Todo esto consta parte de este archivo y parte del proceso que extracté en el de Tarragona, cuya copia va adjunta (a: Ap. núm. XXXII). El día 15 de marzo del mismo año le hallamos ya asistiendo al concilio provincial de Tarragona, como también sabemos que acudió el año siguiente al que se juntó en Alcañiz, poco conocido hasta ahora, y del cual he recogido algunas Constituciones sueltas. Tampoco faltó al que tuvo Don Benito Rocaberti, Arzobispo de Tarragona a 8 de abril de 1253. 

Estos cuidados no le estorbaron el que le merecía su iglesia. Así nos queda de él un sínodo que aquí celebró, aunque ignoramos el año. Va copia (a: Ap. núm. XXXIII.) de sus Constituciones sobre la residencia de los párrocos y la moderación de su porte, etc. Otras hizo para el régimen interior de la Catedral en el Capítulo general del año 1251, que se tuvo, según costumbre, en la vigilia de la Asunción, que es el titular de la iglesia. Estableciose, pues, que ninguno fuese admitido en canónigo que no prestase obedientiam manualem Episcopo y jurase canonicam servare. Item, que el libro donde se escribían las Constituciones capitulares se guardase en una arca en la sacristía, de la que tuviese una llave el Deán y otra el Sacrista. Es posible que la palabra Deán se substituyese en las copias que yo he visto a la de Prior. Porque cierto es que en ese año no se había aún introducido aquí la dignidad de Deán, porque se substituyó tres años después a la de Prior, resolviéndolo así nuestro Obispo con el Capítulo día XVI. kal. nov. del 1254, como ya se dijo. Firma en esta escritura el Obispo de su mano, llamándose frater Guillermus, como también he visto en otra escritura original X kal. julii del mismo año. Con esto queda evidenciado que este Obispo no murió hasta fines de ese año lo más pronto; y aun yo juzgo que vivió hasta más de la mitad del siguiente, pues estaba la Sede vacante XV kal. decembris de 1255; y estas vacantes no solían ser largas. Como quiera Fr. Guillermo murió en Barcelona, y está enterrado en la iglesia de su convento en la capilla de Santa Ana.

BERENGUER DE PERALTA.

1256.

Canónigo de esta iglesia, como he visto en escrituras del 1243. Y en la escritura que antes dije de la erección del deanato, XVI. kal. nov. de 1254, se halla su firma original así: Ego B. de Peralta, Sacrista Illerdensis subscribo. Debió ser electo a principios del 1256: pues como ya dije XV. kal. decembris de 1255 Arnaldus de Verneto (Arnaldo, Arnau de Vernet), decanus et helemosinarius Sedis Illerdae consilio totius Capituli, Sede vacante, estableció en censo a Domingo de Talavera un huerto. Murió dentro del mismo año 1256 el día 2 de octubre, como se lee en su inscripción sepulcral, en la cual se le da el dictado de electo, no permitiéndole consagrarse o la brevedad de su pontificado o su humildad. Sin embargo, asistió al Capítulo general de la fiesta de la Asunción, y en él hizo la Constitución de creatione notarii, que después confirmó el Obispo Pedro de Rege en 1299, llamándola Statutum clarae memoriae B. electi Illerdensis (Lib. constit. let. A, fol. 38). Dícese que fue religioso Dominico, y en ese traje le pintaron en una tabla antigua de la Catedral vieja. Repito que esto nada tiene de singular en aquellos tiempos, y como este se podían citar muchos ejemplares. Lo cierto es que falleció con grande opinión de santidad, y que se le dio culto en esta iglesia hasta después de todo el siglo XIV. Así es que a 2 de diciembre de 1370 Juan de Peralta, canónigo y acaso pariente del Obispo, obtuvo licencia del Capítulo para instituir quandam cappellaniam in et super altari seu sepultura SANCTI Berengarii Sedis Illerdensis. El mismo título de Santo se le da en el Catálogo de aniversarios para leer en la Pretiosa el día 6 de marzo. 

Por una consecuencia de esto la puerta de la iglesia inmediata a su sepulcro se llamaba de San Berenguer. Más es que todo esto la costumbre de esta iglesia, de que hay todavía testigos oculares, de que en algunas procesiones el clero hacía estación ante su sepulcro, turificaba y decía las oraciones de la fiesta.

GUILLERMO DE MONCADA,

de 1257 a 1282.

Deán de esta iglesia y de la nobilísima familia de este nombre (Montechateno y variantes) en Cataluña. Debió ser promovido a esta Silla a fines del 1256 o a principios del 1257 y muy poco después de la muerte del antecesor, pues ya se halló como Obispo electo en las cortes que Don Jaime I celebró en Lérida a 4 de abril de 1257 para confirmar a las iglesias todos sus derechos y privilegios, cuyas actas se hallarán en la Marca Hisp. y en la Colección de concilios de Aguirre. Acaso por no estar confirmado no asistió ni envió procurador al concilio de Tarragona, tenido pocos días después, a 16 de mayo del mismo año, como resulta de sus actas. En escrituras de 1261 suena todavía electo. Del mes de agosto de este año quedan las Constituciones que estableció con los canónigos en el Capítulo general sobre la residencia de los beneficiados y obligación del Succentor en cuidar de ellos y dar cuenta al Obispo, Deán o Precentor. Item que los que ultra el número de veinticinco canónigos consiguiesen expectativas, no tuviesen voz en Capítulo ni prepositura hasta que de hecho consiguiesen la prebenda futura. Item se fijó el orden con que debían firmar los capitulares; es a saber: en la una parte el Obispo, el Deán, el Arcediano de Lérida y el de Ribagorza. En la otra el Precentor, Sacrista, y los Arcedianos de Terrantona y Benasque; los canónigos por antigüedad de recepción. Otras se hicieron de secreto Capituli, de capis sericis, de volentibus ire ad studium y de testamentis, mandando en esta última que los bienes de los canónigos intestatos quedasen a disposición del Capítulo.

Del año 1262, a 4 de mayo, se conserva la escritura original de cierta concordia que este Obispo y su Capítulo hicieron con Pelay Periz, Maestre de la orden de Santiago. Cuelga en ella estampado en cera el sello de nuestro Prelado, que representa la imagen de un Obispo con báculo y en ademán de dar la bendición, y en el reverso un lirio (divisa de Lérida) con dos escuditos al lado del tronco o vástago, de los cuales el uno son los ocho panecillos de Moncada, (N. E. ¿serán 8 eslabones de cadena, cathena, cada; u 8 mantecados?) y el otro las barras de Cataluña, leyéndose al rededor: Exaudi orationem meam cum deprecor. En 1266 se halló en el concilio provincial de Tarragona que celebró su Arzobispo Don Benito de Rocaberti a 21 de octubre, y también al de 1273. En el Libro verde (fol. 295) está copiada la escritura de concordia que nuestro Obispo hizo día 5 de julio de 1272, con el Capítulo de la iglesia de Roda y su Prior Bernardo de Galliner, cediéndole la jurisdicción de las torres de aquella villa, y no obligándole a mantener allí al Obispo de Lérida más de dos días, menos (excepto) que fuese allá por negocios de aquella iglesia. Mediaron en esto Fr. Pedro de Copons, guardián de los frailes Menores de Monzón, y Fr. Miguel de Conchell, de la misma orden. 

Concluyose por estos tiempos la fábrica de la antigua Catedral, y pudo ya consagrarla nuestro Obispo en 1278, a 31 de octubre, como se dijo en su lugar. También se nos ha conservado un sínodo que tuvo en su Catedral, aunque no nos consta el año. Van copiadas sus Constituciones (a: Aps. núms. XXXIV y XXXV.)

No murió este Obispo hacia el 1280, como algunos dijeron. Porque es cierto que vivía aún a 13 de septiembre de 1281, fecha de la escritura original, con que nuestro Obispo aprobó la licencia que el Arcediano Guillermo de Moncada y todo el Capítulo habían dado a Arnaldo de Vernet, Deán, para construir un altar de Santa Ana detrás del mayor (a: Ap. núm. XXXVI.). Hay en ella un sello propio del Obispo de Moncada, el mismo que describí arriba. Y el Arcediano Guillermo de Moncada era persona distinta de nuestro Obispo, que en varias escrituras, durante este pontificado, suena canónigo desde 1268.

Más es, que en 1282, a 8 de septiembre, todavía hay licencia dada por este Obispo al mismo Deán para labrarse un sepulcro junto al altar sobredicho de Santa Ana. Así que debe fijarse su muerte a fines de ese año 1282: y esto cuadra muy bien con los principios del gobierno del sucesor. Dícese que tenía su sepulcro en la capilla de San Pedro de la Catedral antigua, la cual mandó construir su sobrino Don Pedro de Moncada en el testamento que hizo el año 1300. De su tiempo es la curiosa constitución que remito del Rey Don Jaime prohibiendo a los barberos de Lérida afeitar en día de fiesta (a: Ap. núm XXXVII.). 

GUILLERMO B. (BERNARDO) DE FLUVIÁ,

de 1283 a 1284.

Canónigo de esta iglesia desde antes del 1268, y posteriormente Arcediano de Ribagorza. No consta el día de su elección en Obispo; pero debió ser en los principios de 1283, puesto que en la fundación de cierto aniversario del día 24 de febrero de ese año se llama todavía electo. También se sabe que se halló en el concilio provincial celebrado por el Arzobispo Don Bernardo Olivella de 23 de enero del mismo año, en el cual se pone su nombre en el último lugar. Aunque yo entiendo que estas dos memorias, o a lo menos la última, puedan y deban pertenecer al año siguiente 1284; porque es cierto que esta fue la costumbre común entonces de contar por los años de la Encarnación. De todos modos, por lo dicho del remate del pontificado anterior, se ve que este no comenzó hasta el 1283. En el Capítulo general del mismo año, vigilia de la Asunción, hizo la constitución de los siete canónigos presbíteros obligados al turno de las conventuales, por semanas. Además de estos sólo debían ser sacerdotes el Deán, el capellán de San Pedro y el del Conde. En 1284, a 23 de octubre, consagró el altar que poco ha decía de Santa Ana, y en el siguiente, a 17 de septiembre, consagró el de San Vicente. Ambas memorias quedaban en sendas inscripciones de la Catedral vieja. Nada más nos consta de su vida ni de su muerte, cuya época es muy oscura, por serlo igualmente la de la entrada del sucesor

GERALDO DE ANDRIANO, O ANDRIA (Andría) O ANDIRÁ, 

de 1291 a 1298.

De todos estos modos expresan su apellido los monumentos que de él nos quedan. Dícese que era extranjero; en cuyo caso no sé cómo sería su elección en Obispo. Hállase ya como tal asistiendo al primer concilio provincial que celebró el Metropolitano Don Rodrigo Tello a 15 de marzo de 1291, donde se escribe el nombre de Geraldo Illerdense en el último lugar de los que asistieron. No se sabe si se halló en alguno de los otros tres que juntó el mismo Arzobispo, porque en las actas que yo tengo de ellos no se ponen los nombres de los sufragáneos. Aunque es indubitable que se halló en el tenido en Lérida día 1.° de agosto de 1294. Porque cierto es que nuestro Obispo se hallaba entonces aquí, donde a 6 de marzo del mismo año había celebrado sínodo diocesano en su Catedral, de quien sólo nos queda una Constitución sobre la audacia de los curas y clérigos que burlaban las censuras episcopales (a: Ap. núm. XXXVIII.). Hallábase en Barcelona VI kal. martii anno Domini MCCLXXXXII, cuando con esta fecha concedió indulgencias a los que en su obispado diesen limosna a los cuestores del hospital de Santa Eulalia del Campo de Barcelona. Et Deo datae, dice, seu conversae hospitalis praedicti propter magnam paupertatem quam sustinent, non possint multitudini egenorum, et infirmorum ad ipsum confluentium, nec etiam infantibus qui frequenter inibi exponuntur, quibus habent nutrices conducere prout expedit necessaria ministrare (Archivo de Santa Ana de Barcelona, original copiado por Martí en las Avellanas).

El año siguiente 1293 había concedido a los paheres de esta ciudad que aun en tiempo de entredicho pudiesen tocarse, según costumbre, las campanas llamadas cimbala latronis et aurorae, que ya se dijo otro día lo que eran. Lo más notable de su pontificado es la entrega del Santo Pañal a esta iglesia, verificada en 1297, cuidando este Obispo que se tomase jurídica declaración al dador Arnaldo de Solsona. De esto se dio completa noticia en los correos anteriores. Sábese que existía aún día 28 de junio de 1298, en que dio la colación de la iglesia de Crespá a Bononato Mazareto, presentado por el Castellán o Comendador de Monzón. Por desgracia está gastado el sello de esta escritura original, en que sólo se descubre una flor de lirio. Lo destruido nos daría alguna noticia más de su persona.

Ignórase el día de su muerte, pero debió sobrevivir muy poco a esta época, pues a mediados del año siguiente se halla ya gobernando esta iglesia el sucesor 

PEDRO DE REGE, 

de 1299 a 1307. 

Llamado así, como conjetura el Sr. Caresmar en la brevísima cronología que escribió de los Obispos de esta iglesia, eo quod nutritus fuerit in domo Regis. En alguna escritura he hallado que se nombra de Regio; con lo cual queda lugar para sospechar si su apellido sería Rey o Reig. Lo que consta ciertamente es que era hermano del famoso Jaime de Roca, Sacrista de esta iglesia, Deán de la de Valencia y después Obispo de Huesca; el cual en la escritura de fundación del altar de San Nicolás de esta Catedral, hecha en 1268, ya habla de nuestro Obispo, canónigo entonces de la misma. Sucesivamente fue Sacrista y Precentor. Era juntamente canónigo de Valencia en el mes de agosto de 1269, cuando el Rey Don Jaime I le nombró Prior del monasterio de San Vicente Mártir de aquella ciudad. Llámale Pedro de Rege. Existe la noticia de esta provisión en el Archivo real de Barcelona (Reg. IX. Jac. 1, part. 2.a fol. 195). 

Hallámosle ya presidiendo como Obispo en el Capítulo general de la Asunción de nuestra Señora de 1299, en el cual hizo varias Constituciones, la del turno de semanas de los canónigos, diáconos y subdiáconos que debían ejercer su oficio en los domingos y fiestas colendas. En otra se mandó que los bautizos se hiciesen sólo en la Catedral, quoniam, dice, Illerdensis ecclesia mater nostra hedificata seu constructa est in montis celsitudine, propter quod a parrochianis eiusdem consuevit rarissime visitari. Item se confirmó la costumbre antigua de que el capellán del Conde dijese la misa de la aurora. A más de esto recopiló todas las Constituciones útiles de sus antecesores, cuya colección está en el libro de ellas, let. A. Otras muchas Constituciones estableció en el mismo Capítulo general del año 1304. Más trascendentales y curiosas son las que ordenó en el sínodo que celebró en esta Catedral, día 5 de diciembre de 1301, de las cuales nada digo ahora, que harto es haberlas copiado por extenso (a: Ap- núm. XXXIX). De varias escrituras, que citaré en el artículo siguiente, se colige que nuestro Obispo murió antes del día 16 de mayo de 1307. 

En la Consueta antigua de esta iglesia, que vi en Roda, hablando de las estaciones en el día de Ánimas, se dice enterrado en la capilla de San Nicolás; que es puntualmente la fundada por su hermano Jaime de Roca. Lo mismo querrá indicar el libro antiguo de aniversarios cuando dice que tenía su sepultura junto al Portal del (dels) Fillols. En su sello pintaba tres barras con una torre y dos peñas o rocas y dos estrellas, y al rededor el lema: Gratia Dei sum id quod sum.

Memorable será siempre su pontificado para esta ciudad por la fundación de su Academia literaria en el año 1300, en que es de creer que tuviese grande influjo el Prelado, que tan estimado era del Rey como suponen.

El sucesor fue

PONCE DE AQUILANIU (DE AQUILANIDO), (nido de águila

de 1307 a 1313.

Electo (como dicen los Episcopologios manuscritos de esta iglesia) en 1307, como que ya subscribió en dos escrituras de disposición testamentaria del Obispo anterior, una del 16 de mayo y otra del 6 de septiembre de ese año. En el archivo de Roda, de cuya iglesia era Prior, se lee que fue electo en 1308. Y por la verdad sus firmas en las sobredichas escrituras no prueban que fuese ya Obispo en los días de sus fechas, pudiendo subscribir confirmándolas mucho después. Lo que yo puedo asegurar es que era ya Obispo confirmado y consagrado el día 9 de diciembre de 1308, en que celebró aquí un sínodo, cuyas Constituciones van copiadas, como todas las demás (a: Ap. núm. XL.).

Tampoco fue tan breve su pontificado como se ha creído. A lo menos me consta del mismo archivo de Roda que vivía a 21 de octubre de 1313, aunque ya enfermo, y que por esta causa no pudo confirmar la elección de Prior de aquella iglesia, que recayó en Bernardo de Avellana. Mas debió morir de esa misma enfermedad, constando que a mitad de abril del año siguiente 1314 ya era Obispo el sucesor. 

(Continuará en otro tomo. Ahora siguen los apéndices al tomo XVI)

CARTA CXII. Ritos, arquitectos y varones ilustres de Lérida.

CARTA CXII.

Ritos, arquitectos y varones ilustres de Lérida

Mi querido hermano: Tras esto no me falta más sino dar noticia de algunos ritos anticuados de esta iglesia con que desempalagar de otras tareas. Uno de ellos y muy célebre era la representación de la venida del Espíritu Santo en los términos que expresa la siguiente deliberación capitular, copiada del libro que comienza en las del año 1518:

“Die Jovis intitulato XV mensis aprilis, anno a Nativitate Domini 1518, convocati et congregati Rmus. Dnus. Episcopus, Sacrista Cortit, locum tenens Decani Pinyol, Tort, Garoça, Olcinelles, Creixença, Salvador, Beramon, Mahull, Torés et Pou, canonici, capitulantes et attendentes, hactenus fore servatum quod singulis annis in die Pentecostes misterium illud, quod vulgo dicitur la Colometa in memoriam illius Spiritus Sancti in Mariam Virginem sacratissimam, ac Christi Redemptoris Matrem et Apostolos missionis, non ab re fiebat, seu representabatur in ecclesia Illerdensi; considerantes tamen ex eo ut experientia docuit, ex tonitruum igniumque multiplicationibus necnon et fumo sulfureo, ex aspectantiumque murmuratione divinum oficium perturbari: altaris quoque et ecclesiae huiusmodi, ac in eis ministrantium et asistentium paramenta atque vestes non modicum periclitari et aliquotiens concremari; volentes ut dixerunt praedicta in melius comutare, et periculis damnis, et aliis premissis prout convenit obviare, deliberarunt quod a cetero singulis annis in praefato die Pentecostes infra missarum solemnia, de solemnitate ac mysterio diei populo fiat sermo, et premissa ne quam fiant: sperantes in Domino, meliores fructus ex dicto sermone, quam de representatione praedicta, Christi fidelibus devenire."
Usose esto en todo el siglo XV, en que solían pagarse ochenta sueldos al que dirigía la máquina. También consta el gasto de almuerzo y merienda a los que representaban los Apóstoles, sobre quienes bajaba la paloma. Así parece que debió practicarse aquel año. Mas el pueblo, acostumbrado a aquella diversión religiosa, pudo tanto con sus instancias, que el Capítulo por evitar otros daños, tuvo que revocar esta constitución el año siguiente 1519, sábado, en la vigilia de Pentecostés, mandando que en el día siguiente se practicase dicha representación, y en adelante quedase a disposición del Capítulo o continuarla o mandar que hubiese sermón en su lugar. Tomose esto con tanto calor que el mismo (leo mis-mismo) día por la tarde multaron en treinta sueldos al nuevo Sacrista de esta iglesia Don Pedro Agustín, hermano de Don Antonio Agustín, que había entrado en dicho oficio día 18 de enero de 1518, porque non fecerat servitium in vesperis et completorio... dels tronadors, alias cüets, de la Colometa. Por donde parece que esta ceremonia se hacía también la vigilia de dicha fiesta, y que el gasto de los cohetes estaba a cargo del Sacrista. El año siguiente, a 25 de mayo, se mandó suspender dicha ceremonia, porque no incomodase al Obispo, que quería celebrar de pontifical, sin eximir por ello al Sacrista de pagar ignes flammantes, sive cohets tronadors. En una Consueta de esta iglesia, que vi en Roda, manuscrita en el siglo XIV, se establece el rito del Obispo de los niños (Ver episcopellum, obispillo, en tomos anteriores) in secundis vesp. S. Johannis Evangelistae, diciendo: "Dum dicitur Magnificat pueri cum eorum Episcopo in pontificalibus praeparati extra chorum post Magnificat incipiunt añam. commemorationis Innocentium (leo Innocentum), scilicet, Splendent Bethlehem nitidi campi... et eiiciunt Dominum Episcopum de cathedra sua et intret Episcopus scolarium in loco Episcopi, et ibi faciant officium... et fiat processio ad altare S. Joannis... Postea Episcopus scolarium det benedictionem episcopalem... In missa fiat sermo per Episcopum puerorum. Finito sermone, duo pueri dicant: Princeps ecclesiae, scilicet, unus dicat: Princeps; et alter respondeat cum mansuetudine.” 

La elección de este Obispo se hacía la vigilia de San Nicolás, Obispo. En el día de este Santo dice así: “In vigilia S. Nicolai post vesperos et collatione facta, dum dicitur completorium, scolares debent remanere in Capitulo, et ex eis eligere Episcopum. Quo facto, Episcopus det dignitates et comittatur eis officium diei SS. Inocentium (santos inocentes), scilicet lectiones et omnia alia. Et spectant quod completorium totaliter sit finitum, et intrabunt cum electo eorum alta voce: Te Deum laudamus, et illud dicendo ad altare maius ibunt. Et dictus electus dicat orationem Concede nos, etc. Postea dabit benedictionem circumstantibus. Et stans sine mitra ibit cum superpellicio suo tantum.” Esta con otras representaciones prohibió el Concilio provincial de Barcelona de 1566. Sus Constituciones publicó Don Antonio Agustín en 1567, (Ritual.) Y no hay duda que duró hasta su tiempo esta clase de representaciones, puesto que entre las constituciones de la iglesia se halla una de 22 de diciembre de 1537 en que el Capítulo ordenó quod ab inde non solvatur illud regale quod dabatur canonicis in festivitatibus post natale qui se vestiebant ad innocentiam et quod a cetero nullatenus se faça lo Innocent, nisi in vesperis et in die Sanctorum Innocentium. Para estas fiestas se guardaba en lo antiguo en la sacristía mitram pro pueris y annulum puerorum, (mitra del obispillo, y anillo) como dice un inventario de 1344, y en otros de 1381 se lee que de las capas usadas solían hacer otras pequeñas pro scolaribus.

Del rito del Santo Pañal se dijo ya en su lugar. Nada diré de la práctica de la Sibila en la noche de Navidad y del Evangelio Liber generationis, que se cantaba después de los maitines, como en los de la Epifanía el otro Factum est autem cum baptizaretur, etc., y otras cosas de esta clase comunes a todas las iglesias de esta provincia.

La fiesta del Corpus no estaba aún aquí introducida en el año 1300 ni los dos siguientes, cuando entre los días feriados para la universidad no se cuenta este entre los muchos que prescriben sus estatutos. 

Pero se hace ya mención de ella y de su solemne procesión en una deliberación del Consejo general de esta ciudad del día 21 de junio de 1340, en que prohíbe entalamar (entoldar) (N. E. de tálamo) las calles por causa de alguna novia, si no es el frente de la casa de donde sale o donde entra, a excepción de casamiento de Reina o la fiesta del Corpus Christi ó per les ledanies, que serían las rogaciones (letanías). En las actas siguientes hallo que el Consejo general publicaba el bando acostumbrado, señalando la carrera (: calle; recorrido) de la procesión. Desde principios del siglo XVI se halla que cuando esto se resolvía, juntamente se solía acordar que se corriesen toros en las solemnidades acostumbradas, que eran San Juan, San Pedro y Santa María Magdalena, mandando hacer barreras, pero nada indican por donde se colija que eran toros de muerte. Volviendo a la procesión del Corpus hallo en 1671 que el Capítulo de esta iglesia resolvió a 20 de diciembre que se hiciese un Drach (drac; draco; drago; dragó; dragón) como el que había antes de las guerras (de Felipe IV) para dicha procesión en memoria, dicen, del que matà lo Comte de Barcelona en la montayna de Monserrat. Con esto es regular que hubiese también otras representaciones que todavía duran.

El origen de los monumentos no es aquí anterior al siglo XV. En el antecedente todos los Misales y Consuetas dicen que el jueves santo se deposita el cuerpo del Señor en la sacristía. Habíalo ya en 1482 cuando el Capítulo resolvió que cada canónigo pagase un cirio para el monumento. Más antiguo que esto es el uso de las matracas o tenebres (matraques) en los días de Semana Santa, de cuya construcción y uso con mazoles hay ya memoria en 1362 cuando se compusieron las viejas. En los oficios de esta misma semana hay varias curiosidades rituales notadas en mis legajos, para cuando Dios conceda escribir la historia de este ramo de erudición. Me han servido para ello abundantemente tres Rituales antiguos de esta iglesia, que me ha franqueado Don Juan Ángel de Arriola, canónigo limosnero de la iglesia de Roda. El primero es del siglo XV y de los principios de la tipografía española, sin nota de editor ni año ni lugar; pero sin foliatura, y con todas las señas del tiempo que digo, y por consiguiente perteneciente al pontificado de Don Luis Juan del Milá, Cardenal y Obispo de esta iglesia. El segundo es ordenado por el Obispo Don Jaime Conchillos, impreso en 1532 en León por Dionisio de Harsy. 

En el frontis se pinta el escudo de armas del Obispo, que era una cruz con tres conchas, y en la vuelta la imagen de San Vicente Mártir, cosa que es reparable, no teniéndole esta iglesia por titular. El tercero es dispuesto por el famoso Don Antonio Agustín, y por lo mismo y por lo raros que se han hecho sus ejemplares mucho más estimable. Imprimiose en Lérida en 1567, en 4.°, por Pedro de Robles. Dícelo al fin, donde se lee: Petrus Roburius Illerdae, mense maio, anno salutis M.D.LXVII., colocando entre las dos lineas el escudo de armas de esta ciudad. De esto se dirá algo más en el artículo de este grande Obispo. Sólo añado por prevenir tu reconvención que he copiado su prefacion y dos edictos suyos insertos en este Sacerdotale, que así le llama, el uno sobre la clausura de las monjas, dado en 1564, y el otro sobre la decencia en misas, ornamentos, procesiones, etc., fecha dos años después. Hasta las semínimas hubiera recogido de lo establecido en este libro: pero no hay de ello mal recaudo, y mis circunstancias no permitieron más, ni creo que sea menester.

Con gran cuidado observé si había algo en ellos sobre lo que hoy se usa en esta iglesia en las procesiones, que delante del estandarte llevan un farolón grande de hierro con labores muy menudas. Aludirá a que no falte luz en este acto sagrado. 

ARQUITECTOS.

1.° Pedro Dercumba o de Cumba (de Coma) (N. E. antes añade Cescomes, ipses comes, çes comes, y yo encuentro también de Cumbis) era arquitecto director de la fábrica de la Catedral de Lérida, que comenzó el año 1203 y todavía se conserva. Dícelo la inscripción que entonces se grabó, cuando se puso la primera piedra, y ya publicamos arriba. En 1364 era maestro de la obra Jaime Castayls. Dos años antes hallo que construía el retablo mayor B. Robio, como principal fabricante. Así se ve en las cuentas de la obra de aquellos años.

2.° Pedro de Peñafreyta, cuya lápida sepulcral en el claustro antiguo saliendo de la puerta de las fuentes bautismales, decía así: Anno Domini M.CC.LXXXVI. (1286) XI kal. octobris obiit Petrus de Pennafreita, magister operis huius ecclesiae, qui constituit sibi aniversarium XV solidorum, et unam cappellaniam in hac Sede, cui assignavit CXX sol. censuales, cuius anima requiescat in pace. En 1392 era magister operis Guillermo Çolivella, a quien entonces se encargó la visura y cuidado de las vidrieras que fabricó Juan de San Amat para tres óvalos de la iglesia con vidrios pintados con historias de Apóstoles. Es de notar que le llaman magister operis Sedis Illerdensis y lapicida. Por el primer dictado le dan claramente a conocer como arquitecto; y en eso le distinguen de los llamados obreros (operarii), que eran regularmente canónigos, a quien tocaba recoger y gastar las rentas de la fábrica. Ambos oficios se distinguen abiertamente en la inscripción ya mencionada. Por lo segundo se ve que el nombre de lapicida (lapis : piedra + scindere, escindir) no significaba precisamente lo que ahora llamamos cantero; porque estos regularmente eran llamados pica petras. (Como Pedro y Pablo, los picapiedra, y los apóstoles. Pedro, Petrus, Pietro, Peter, Petra, piedra, Pere, Peire, Peira, pera, Petrvs, Petronila, Peronella, &c.; Saulo, Saúl, sauló, Paúl, Paul, Paulo; un tipo de piedra arenosa que aún se llama en Beceite sauló). 

Pero es indubitable que el mismo trabajaba de escultura: pues en 1391 el maestro de la obra hizo dos estatuas de los Apóstoles, que hoy se conservan en la iglesia de San Pablo, por precio de 240 sueldos cada una. De este arquitecto hallo todavía memorias en 1404. Seguramente murió luego, porque en 1410 le había ya sucedido en la dirección de la obra del campanario, que aquel había comenzado, Carlos Galtes de Ruan. En la conclusión de esta torre entendía en 1416 el maestro Carlí, que sin duda es el mismo Carlos Galtes. Poco después y hasta la mitad del siglo XV suena maestro arquitecto de la Catedral Jorge Çafont (ipsa, sa, ça + font y variantes), el cual debió morir a fines de 1456 o principios del siguiente, porque a 21 de enero de 1457 nombró ya el Capítulo por sucesor a Andrés Pi, a quien concedieron ese día la porción canonical, como era costumbre: y añaden que no era su intención, que por eso dimittat opus hospitalis civitatis, quod ipse magister Pi facit. Y es así que la obra del hospital había comenzado en 1454, poniéndose la primera piedra día 13 de abril. En 1418 Fr. Pedro Creus (no consta de qué orden) magister organorum, repuso el órgano viejo de la Catedral. En 1490 era maestro arquitecto Francisco Gomar, con quien pactó ese año el Capítulo la construcción de huna croera ho volta se ha de fer sobre lo portal dels Apostols per preu de setse mil sous. En 1520 se contrató con Pedro Hom de Deu, vecino de Tarragona, y pintor que pintase al óleo el retrato de San Joaquín y Santa Ana en la sacristía de la Catedral, donde debía depositarse la Eucaristía y el Santo Pañal. El precio de la pintura novanta (: noranta) lliures. Comisionado Don Pedro Agustín. En 1564 fue admitido por maestro de la obra y lapicida Jaime de Oduga.

VARONES ILUSTRES. 

Una de las cosas que más honran a las iglesias es el contar entre sus individuos sujetos ilustres por su saber y virtud, y por la ocupación de las dignidades y primeros puestos de la iglesia. La de Lérida, además de los Obispos que la gobernaron en los dos primeros siglos de su restauración que, según costumbre, se elegían de entre los individuos del Capítulo, tiene la gloria de haber dado a otras iglesias, y aun a la de San Pedro, Obispos y Pastores dignos de tan altas Sillas. Diré de algunos que me ocurren por lo visto en otros archivos y en el de acá. En el siglo XIII era Sacrista de Lérida Ponce de Vilamur, electo Obispo de Urgel en 1230, que murió en 1257. Al mismo tiempo era también canónigo de ella Pedro de Albalat, que de Obispo suyo pasó a ser Arzobispo de Tarragona en 1238, y vivió allí hasta 1251 ilustrando la provincia con nueve concilios por lo menos. Hacia el 1268 era Sacrista de esta iglesia el Deán de la de Valencia Jaime Çaroca, Obispo después de Huesca en 1273, varón muy sabio y guerrero, que mandó una galera armada a sus costas en la desgraciada expedición que emprendió el Rey Don Jaime I para conquistar la Tierra Santa (Vid. Marsilio. lib. IV. cap. 24). Hacia el 1332 fue electo Obispo de la Her Gonzalo, Arcediano de Benasque, por el Papa Juan XXII, y la vacante se dio a Pedro, Cardenal del título de Santa Práxedis. La bula de esta última provisión está fecha III idus septembris pontific. ann. XVI. Desde antes de 1223 hasta la mitad de ese siglo hay varias memorias de Petrus frater Domini Jacobi Regis Arag. canonicus Illerd. Canónigo era también de esta iglesia ya desde fines del siglo XIV el noble Don Hugo de Urries, electo Obispo de Huesca en 1421, de cuya silla aún no había tomado posesión, ni estaba consagrado el día 9 de agosto (Vid. Lib. delib. cap. de ese año y día). Gobernó aquella Silla hasta el 1443, en que murió. Por el mismo tiempo fue provisto de un canonicato de esta iglesia, y de otro de la de Valencia Pedro de Cardona, hijo de Juan Ramón Folch, Conde de Cardona, que entonces tenía cinco años de edad, para cuando cumpliese la de nueve años. La bula de Martino V es de 16 de enero, año primero de su pontificado, que es el 1418. Este fue después largos años Obispo de Urgel. A la misma época pertenecen Don Gonzalo de Híjar (Ixar), de stirpe regia Aragonum procreatus, como le llama Martino V en bula del año 1424 para permutar su canonicato de Lérida: fue Arzobispo de Tarragona. Don Dalmacio de Mur, Arzobispo también de Tarragona, que tomó posesión a 19 de junio del arcedianato de Ribagorza. Esta dignidad dejaba entonces Don Otón de Moncada, canónigo de esta iglesia desde el 1403, provisto en el arcedianato de Valencia, que gobernó la Silla de Tortosa desde el año siguiente 1415 hasta 1473, y fue Cardenal. Don Francisco Tovía, canónigo de esta iglesia desde 17 de febrero de 1404, fue después Obispo de Urgel en 1413 hasta el 1436. Del mismo 1404, a 24 de julio, es la admisión en canónigo del Cardenal de Catania, que entiendo ser Pedro Serra, natural de Játiva. Un César de Borja entró en posesión de un canonicato en 1488, y pagó por capa 75 libras. En 1505 el Cardenal de Santa Sabina Francisco de Loris, tomó posesión de la camarería. Por remate de este largo catálogo merece contarse Calixto III, que fue por muchos años canónigo de esta iglesia. Dícelo él mismo en una bula que expidió pridie kalendas maii del 1458, en que confirmando la de su antecesor Nicolao V, que estableció aquí un canonicato para magisterio de teología, y las calidades de los que habían de ser recibidos en canónigos, mencionando el afecto con que miraba las cosas de esta iglesia, dice de ella y de sí mismo: in qua dudum in adolescentia constitui canonicatum et praebendam recolimus habuisse. He buscado con diligencia las memorias que de ello quedasen aquí, y hallo que a 23 de marzo de 1412 era ya canónigo y oficial, es decir, Vicario general Sede vacante. Del mismo año hay otras tres memorias, es a saber, de 16 de septiembre, 4 de noviembre y 17 de diciembre; sino que en estas tres últimas fechas no se le llama oficial, y suenan Vicarios generales auctoritate apostolica Sede vacante Juan Castells y Miguel de Noya. Efectivamente vacaba la Sede por muerte de Don Pedro de Cardona, Obispo; y como los Papas andaban entonces tan celosos en cercenar la autoridad de los Capítulos, inhibiendo los Vicarios generales que estos cuerpos nombraban conforme a su derecho antiguo, ellos instituían otros que por lo mismo eran los fiscales y enemigos de cualquier conato que el Capítulo hiciese para elegir Obispo. A esta existencia de Vicarios generales no se opone que Alfonso de Borja fuese oficial al mismo tiempo, como se verá que lo fue hasta el año 1417. Eran muy distintos estos cargos. El oficial tenía al suyo toda la parte de judicatura, y el Vicario general la gubernativa de la diócesi. Aquel usaba del sello propio de su tribunal, que siempre fue un báculo asido de una mano con el lirio, como he visto en documentos de varios siglos. Este usaba, o del sello del Capítulo, Sede vacante, o del del Prelado que le eligió. Continuando pues las memorias de este insigne hombre, hallo en el registro Recoll. ann. 1400 a 1432, fol. 147, que día lunes a 10 de diciembre de 1413 Alfonso de Borja, canónigo y oficial Illerdense U. J. Doctor, et ordinarie legens in studio Illerdensi, propuso al Capítulo Sede vacante y a su Vicario general Juan Castells, que el Papa, junto con la gracia hecha a la universidad de 500 florines para dotación de los catedráticos, había mandado que sólo hubiese tres clavarios para la universidad, es a saber, un canónigo, un ciudadano y un individuo del mismo estudio, como hasta entonces se usase haber seis, dos de cada clase, conforme el Capítulo con esta propuesta. 

A los 19 de junio de ese año 1414 fue uno de los que dieron posesión a Dalmacio de Mur del arcedianato de Ribagorza, vacante por promoción de Otón de Moncada al arcedianato de Valencia. A 6 de julio del mismo asistió y votó, porque el canónigo Martín de Boix, electo clavario del estudio general, pudiese asistir a la elección de catedráticos y su dotación, que aún entonces hacían los mismos estudiantes antes de prestar el juramento acostumbrado. Otras memorias de su existencia aquí se hallan en lo restante de ese año y todo el 1415, en que por lo común le cuentan el último. A 21 de abril de 1416 asistió al Capítulo, en que Juan Senant, Sacrista de esta iglesia, presentó quandam bullam citatoriam de concilio Constantiae (Konstanz, Constanza) una cum quadam littera regia super hoc idem destinata, como dicen los libros de deliberaciones capitulares de estos años, de donde son estas noticias. A 4 del mayo siguiente fue uno de los que resolvieron sobre este gran negocio, y aún mereció ser nombrado procurador de la iglesia para el concilio. Dice así la resolución: Concordarunt omnes in hoc voto super mittendo ad Constantiam; videlicet, quod si alia Capitula vel maior pars mittunt ad Constantiam, Capitulum ecclesiae Illerdensis debet mittere; super quibus habeatur primo informatio ab aliis ecclesiis; et si mittunt, eo casu dat vocem Domino Alphonso de Borja ad dictum viagium; ita tamen quod procuratorium causetur honeste. Parece que por varias razones políticas no se resolvían los cuerpos y Obispos a asistir ni enviar a aquel concilio; y así se mandó tener una junta en Barcelona para deliberar sobre ello, y quiénes habían de ser los enviados. Para asistir a esta junta fueron dados los poderes a nuestro Alfonso de Borja por este Capítulo a 28 de julio del mismo año. Nada más sé del resultado de este gran negocio, y sólo puedo conjeturar que no hizo aquel viaje, puesto que se halla existente aquí a 15 de diciembre de 1416, y hasta el 6 de mayo de 1417, en que hay memoria de otro viaje que hizo a la corte del Rey para negocios del Capítulo, el cual resolvió ese día entregar de pecuniis eleemosinae Domino Alphonso de Borja, canonico et officiali Illerden. ibi etiam praesenti centum florenos auri pro viagio seu itinere quod facit ad Dominum Regem pro censualibus emfiteotich. No dice más. Hizo el viaje, y allí renunció, que es la última memoria que de ello nos conservan los citados libros. Sábese, sin embargo, que no renunció el canonicato hasta el año 1421, lo cual hizo en manos del Papa por su procurador Jorge de Ornos, notario pontificio y después Obispo de Vique, y famoso en los cuentos del concilio de Basilea. La vacante se dio a Bartolomé Rovira con bula de Martino V, dat. VIII. idus junii, año cuarto de su pontificado. La he visto en el Reg. de bulas de 1403.

En los libros de Registro de esta ciudad nos quedan algunas memorias suyas. En el Manual de 1419 (fol. 38) consta que había leído lectura de cánones a la hora de prima en esta Universidad. Ya vimos arriba el año 1413 que era ordinarie legens in studio Illerdensi. En un registro de cartas de 1421 hay una, fecha de 27 de noviembre de ese año, en que los paheres avisan a la Reina Doña María, Gobernadora de estos reinos, que al mismo tiempo que ella había nombrado Canciller de esta universidad al canónigo Melchor Queralt, su marido, el Rey Don Alfonso V, que estaba ausente del reino, había provisto el mismo oficio en Alfonso de Borja. Ruegan a la Reina que haga porque se mantenga su nombramiento, alegando que el Queralt era de mayor virtud y nobleza que Borja, y que había gran diferencia de persona a persona. 

Si Borja no hubiera sido canónigo el día de la fecha de esta carta, este era sin duda el principal motivo que los Cónsules debían alegar contra él; puesto que por la constitución de la universidad no podía ser su Canciller quien no fuese canónigo de Lérida. Y esto hace sospechar que la fecha de la bula de Martino V cuando proveyó la vacante de este canonicato estará errada en la copia del Registro, que antes citaba, y que debe ser del día 6 de junio del año quinto de su pontificado, que corresponde al 1422; en el cual y a 17 de septiembre están fechas las ejecutorias de aquella gracia a favor del sucesor. 

Con esto dice mejor la noticia de otro Registro de cartas de 1423 en que sabemos que Alfonso de Borja acababa de regentar el oficio de Vice-canciller, y que había sido nombrado para el obispado de Vique. Hay en dicho libro una del día 1.° de diciembre de ese año (fol. 139), en que los paheres dicen al Rey Don Alfonso lo siguiente: 

A la vostra molt alta et excellent Senyoria ab tenor de la present significam, que lo offici de la vice-cancellaria del studi de aquesta ciutat, vague à present per promociò de Micer Alfonso de Borja, doctor en quiscun dret del bisbat de Vich, ò per dimissio de la canongia de aquesta ciutat per ell feta. 

Dos causas alegaban los paheres para probar la vacante de la vice-cancillería: una la promoción de Borja al obispado de Vique, y otra es la vacante del canonicato. Nada más sé de esto, y después de dicha época ya no se halla memoria de su residencia en esta ciudad.

Junto con este canonicato obtenía otro al mismo tiempo en la Catedral de Barcelona, y regentaba el curato de la parroquia de San Nicolás de Valencia. Consta esto de la bula de Martino V, que he visto aquí dada V. id. sept., anno 2.°, en que le concede por un quinquenio los frutos de las tres prebendas, por estar ocupado en el séquito del Rey, cuyo consejero era, o si le importaba asistir y permanecer en algún estudio general.