sábado, 11 de febrero de 2023

CARTA CXXX. Noticia de algunos códices que se hallan en el archivo del Palau de Barcelona.

CARTA CXXX. 

Noticia de algunos códices que se hallan en el archivo del Palau de Barcelona. 

Mi querido hermano: Hay en esta ciudad un edificio llamado el Palau, el cual, según dicen, se llamaba antiguamente del Gobernador. No sé en qué época sería esto. Lo que sé es que lo poseyeron los Templarios, por cuya extinción pasó a la orden de San Juan de Jerusalén, de quien lo compró para sí y sus sucesores el Obispo de Vique Don Berenguer Çaguardia el año 1323 a 27 de septiembre. Esta es la única noticia que conservo de la escritura que vi en alguno de los archivos de la ciudad de Vique, y cuya copia o extracto se me ha traspapelado. De esta adquisición hay otra memoria en el necrologio de aquella catedral, donde entre varios elogios de dicho Prelado, que murió en 1328, se dice lo siguiente: domum quoque templi Barchin. cum pulchris appendiciis (que sería la huerta, que aún hoy se conserva), et capella suis successorumque iuribus et usibus applicavit. No me consta por qué camino pasó de mano de este poseedor a las de Doña Estefanía de Requesens, viuda de Don Juan de Çúñiga (: Zúñiga), que lo poseía en 1547, en el cual hallo que Don Fr. Juan Jubi (Jubí), religioso Franciscano, Obispo titular de Constantina, a 10 de mayo consagró la iglesia que hay dentro de este edificio, dedicada a Santa María. Hoy lo posee todo la casa del Marqués de Villafranca, quien tiene dotada la sobredicha iglesia con un competente número de clérigos y una buena capilla de música. 

Esto poco se me ha ofrecido decir de esta casa, ya que he de hablar de algunos códices y otros papeles curiosos que examiné de su archivo, merced a la franqueza con que me trató su actual administrador Don Antonio Cabrer. Lo primero que me pusieron en las manos fue un Devocionario, que por sus miniaturas y adornos llamaba con preferencia la atención del que me acompañaba. En efecto, es códice curioso, escrito en vitela hacia la mitad del siglo XIV, según puede colegirse por su calendario. Y como no hay libro malo que no tenga algo bueno, así no hay manuscrito por común y usual que sea, a quien el capricho del escritor no añada algo digno de reparo. Examinando con este designio el libro, a pesar de haber visto muchos de esta especie, hallé el oficio de maitines del Viernes Santo, y a su frente una plana en que se representa de miniatura y con muy vivos coloridos el sitio y toma de Jerusalén por los Romanos. Los sitiadores se ven usar de artillería gruesa, esto es, de dos cañones más anchos de boca que de cámara, los cuales con gran llamarada despiden pelotas que también arrojan llamas. Quede dicho esto para que lo digieran los que tengan tiempo de indagar el origen de la pólvora. Vamos ahora a otros códices.

Uno en lemosín se intitula: Llibre de les floretes e d' amoretes. Son unos tratados de materias espirituales. Al fin del último tratado dice: "açi fenexen aquelles paraules qui son appellades lo Libre d' amoretes, per ço com ell se cambia, es muda, e salta de una raho en altra. En axi com amor escalfa lo cor … yo prech aquell qui aquest libre legira, que si ha cosa qui li desplacia, que la esmen tot planament, e no faça força en ço que lo pobre hermita feu a bon enteniment per ... lunyar alguns dels frares de vans pensaments, etc. = Aci fenex lo libre de amoretes: pregats per lo pobre hermita quil ha fet.” Esto es lo único que del libro se puede sacar acerca de su autor, esto es, que era un ermitaño, que probablemente sería de la montaña de Monserrate, donde vivió a fines del siglo XV el Bernardo Boil, conocido ya por otras obras lemosinas, y no sería extraño que fuese suya también esta.

Tampoco me es conocido el autor de otro volumen, que tiene este título: "Aquest libre es apellat Suma de collacions o de justaments:” (en otro anterior pone aiustaments) es como una compilación de sentencias sobre cada uno de los principales estados de la república, dispuesta para que las tuviesen a mano los predicadores; al fin dice: "lo cual feu escriure Mossen Borra en la ciutat de Valencia, demorant ab lo Senyor Rey de Navarra: e fo acabat lo dit libre a VIII de mars del any M.CCCC.XXXVIII.” 

Este Mossen Borra es el de quien hablé antes, que tiene su entierro en el claustro de la catedral de esta ciudad.

Hállase también aquí el Tratado de la confesión del Dominicano Fr. Antonio Canals del siglo XIV en lemosín, sino que le falta la primera hoja, donde estaba la dedicatoria, cuyo exordio está suplido en una nota de esta manera: "A la molt excellent y alta Senyora la Senyora Reyna Doña Violant frare Antoni Canals del orde dels Preycadors, mestre en la sancta theologia, e lector dels canonges de la Seu de Valencia, humill e prompta reverentia, etc.”

De un religioso Franciscano llamado fray Nicolás Quiris, Quills, hay aquí la obrita siguiente: "Aci comence lo libre de Tulli, de officis compost de lati en romans per frare Nicholau Quiris, del orde dels frares Menors de Barchña.” El epígrafe final dice así: "Conclosio del reverent arromançador donant fi a son bell treball. = Aci ffenex la traslacio dels libres de officis del gran Philosof Tulli de lati en nostra lengua comuna posada: lo qual traslat es estat fet per mi frare Nicolau Quils, del horde dels frares Menors, de manament e instancia no pocha del molt honorable ciutada en Franch de Conomines (: Coromines) de la insigna ciutat de Barchna ... le finat la vigilia de la Nativitat de la Verge Maria, e liurat a notoria scriptura.” No dice el año, mas el carácter del códice es del siglo XV.

Al mismo tiempo pertenece otra obrita de otro religioso Franciscano, que dice: "Comença lo breu parlament de les virtuts dels antichs Philosofs, compost per Mestre Johan Galens, frare del orde dels frares Menors.” 

A este tratado sigue la traducción dels prohemis de les Tragedies de Seneca: les quals son X en nombre. Después de la traducción de estos prólogos continúa: "Aci comença la setena tragedia de Seneca, la cual es intitulada de Medea.” Sigue su versión entera en lemosín, la cual con grande sentimiento dejé de copiar, como me acontece aun ahora con otras preciosidades por ser ellas muchas y yo solo con el religioso mi compañero. Hay también una versión castellana del Salustio entero, cuyo autor no conozco ni hallo rastro de él en nuestras bibliotecas. Al fin dice: "Muchas gracias, aya el que me dejó comenzar esta obra et le plugo que la acabase, que es el Rrey de los Rreyes, el alto Dios, del cual viene toda dádiva muy buena et todo acabado don; a él sea gloria en los siglos de los siglos. Amen.”

Aquí es donde se halla la obrita no conocida del Arzobispo de Tarragona Don Juan de Aragón, de que hablaré en lo de aquella iglesia. Su título es este: Tractatus brevis de articulis fidei compilatus a D. Johanne, Patriarcha Alexandrie, acministratore ecclesiae Terraconen. pro instructione simplicium clericorum.

Dejando de hablar de otras obritas lemosinas anónimas, diré por último de un cod. fol. manuscrito del siglo XIV, que contiene los cuatro Evangelios traducidos literalmente al mismo idioma. Para ahorrarme de dar descripciones inexactas en cosa de tanta importancia he copiado y van adjuntos por muestra dos o tres capítulos del Evangelio de San Juan, que no te pesará leer, y que tengo por dignos de que se publiquen 

(a: Ap. núm. XIX.).

Se me olvidaba darte razón de un Misal del siglo XIV, del cual he sacado algo para nuestros ritos. Ahora me ocurre decir solamente que las pasiones en las ferias de Semana Santa se escriben seguidamente sin interposición de letra u otro signo, como que entonces todavía las cantaba uno solo. En la del Viernes Santo se advierten de mano moderna de fines del siglo XV añadidas las letras C. P. A., señalando con la primera lo que ahora llamamos texto, con la segunda las palabras de Cristo, y con la tercera las de Pilatos, etc.

Por último copié en este archivo algunas cartas originales del siglo XVI, dirigidas desde Roma a la Duquesa de Calabria por Bernardino Gómez Miedes, sobrino del docto Arcediano de Murviedro en Valencia del mismo nombre. Tratan de muchas cosas secretas y públicas de aquel tiempo. Para muestra, por no cargar ni cansar, va sólo la adjunta, en que hay cosas harto notables de los cuentos de nuestros Reyes con el Papa en aquel tiempo. Allá lo verás (a: Ap. núm. XX.).

Basta de Palau. A Dios. Barcelona, etc.


(No sé si es este, Duana:)

Basta de Palau. A Dios. Barcelona, etc.

CARTA CXXIX. Prosiguen libros y papeles preciosos, biblioteca Carmelitas descalzos Barcelona.

CARTA CXXIX. 

Prosiguen las noticias de libros y papeles preciosos, que se conservan en la referida biblioteca de Carmelitas descalzos de Barcelona.

Mi querido hermano: Poco queda que examinar en la biblioteca de los PP. Carmelitas descalzos de esta ciudad. Mas no sé si lo podré hacer con pocas palabras. Hay aquí un códice fol. ms. más conocido por el nombre y la materia, que por otras circunstancias dignas de publicarse. Contiene la historia del Rey Don Jaime I de Aragón, escrita en latín por el P. Fr. Pedro Marsilio, Dominico, y dedicada a Don Jaime II en el año 1314. Aunque este códice es de escritura de ese mismo tiempo, mas no es el original, pues este debió quedar en el archivo de mi convento de Mallorca, como pidió su autor al Rey. Tampoco es la copia que de orden del Rey mandó sacar su tesorero, en pergamino, adornada con letras de oro, y varios dibujos; copia que presentó el autor a dicho Príncipe estando oyendo misa en la iglesia de Santo Domingo de Valencia, día de la Santísima Trinidad, de 1314; y el Rey la recibió, y aun leyó después un capítulo paseando por el claustro. Consta todo esto del memorial, decreto del Rey y nota de la presentación que se hallan al principio de este códice. La obra se divide en IV libros. El I trata del nacimiento, infancia, matrimonio, cortes, y otros hechos del Rey Don Jaime, hasta el año 1229 en XXVI capítulos. El II habla de la conquista de Mallorca, Menorca e Iviza, en XLIX capítulos. El III, de la conquista del reino de Valencia, en LXXVIII capítulos. El IV, de la del reino de Murcia hasta la muerte del Rey, y son LIX capítulos. Es de notar que faltan al fin del libro algunas hojas, desde el capítulo 45. Por de contado, y mientras no se dispone otra cosa mayor, envío copia de todos los títulos, sacada de los que están al principio de cada capítulo, porque al índice que hay al principio le falta una hoja perteneciente al libro II y III. También va el prólogo, que es curioso, con las notas que antes decía. Con esto podrás formar alguna idea de lo que es esta obra (a: Ap. núm. XIII.) 

Rey Don Jaime I de Aragón, Bernardino Gómez Miedes
(Libro sobre Jaime I de Bernardino Gómez Miedes)

Lo que yo veo en ella es una casi total identidad con la llamada: Comentarios del Rey Don Jaime I, que corre en lemosín, y aun se dice ser obra del mismo Rey. Había pensado hacer palpable esto, poniendo en dos columnas ambos textos, digo, algunos de sus lugares. Pero creo que descansarás sobre mi palabra, que los he cotejado en muchas partes que la suerte me ha ofrecido. De modo que no hay más diferencia entre las dos obras, sino que el P. Marsilio habla del Rey Don Jaime I en tercera persona, y en la lemosina habla este Príncipe en persona propia.

De esta identidad en obras de diferente idioma resulta la cuestión, quién fue el autor y quién el traductor. La importancia de la materia, y la celebridad del nombre del Rey Don Jaime, merece todo el trabajo que me he propuesto emplear en su declaración. La opinión común es que la obra lemosina lo es de aquel Príncipe, el cual a imitación de Julio César, escribió todos sus hechos políticos y militares; y por consiguiente, que el P. Marsilio, que florecía en los tiempos de Don Jaime el II, tradujo aquella obra en latín. No se puede negar que antes del P. Marsilio existían algunas memorias en lemosín de los hechos de Don Jaime I, las cuales él ordenó y puso en latín. Dícelo él mismo en su prólogo por estas palabras: valde consonum in oculis illustrissimi Domini Jacobi Regis (Don Jaime II) ... apparuit, ut victoriosissimi avi sui gesta pristinis temporibus, veraci stilo sed vulgari collecta ... reducerentur in medium, atque latino sermone discreta et per capitula iuxta conclusionum varietatem distincta, unum ystorialem et cronicum redderent codicem. Ni era posible que el P. Marsilio, que comenzó a escribir más de treinta años después de la muerte de aquel Rey, dijese con tanta puntualidad sus hechos, y hasta las semínimas de ellos, si no las tomara del que las escribía al mismo tiempo que sucedían, y que sólo parecen bien en boca del que las presenció. Así que es indubitable que el P. Marsilio tradujo y ordenó en latín ciertos escritos lemosines extendidos en vida del Rey conquistador. Y en este sentido no es autor sino traductor de la crónica del Rey Don Jaime. Mas si la cuestión versa sobre la obra del citado Padre, comparada con la que corre escrita en nombre y persona de aquel Monarca, es otra cosa. Porque yo sospecho que esta se zurció muchos años después de la de Marsilio; y tengo por cierto que el Rey Don Jaime ni escribió esta su Crónica lemosina, ni aun aquellas otras memorias que sirvieron a Marsilio de original. Yo me guardaré bien de reproducir aquí los argumentos con que Don José Villarroya probó esta que parecerá paradoja en las cartas que imprimió en Valencia en el año 1800. Se reducen a que aquel Príncipe calló y dijo lo que no debía, e incurrió en anacronismos que no caben en quien escribe su misma vida. Cosas que según las reglas de críticas, deben deducir las dudas de esta especie. A esto tengo yo que añadir un argumento negativo tomado del silencio del P. Marsilio, donde debía decir que aquellos Comentarios lemosines eran obra del Rey Don Jaime. Habla en su prólogo de la escasa noticia que tenía el mundo de las hazañas de aquel Príncipe, y se queja amargamente de que el Arzobispo Don Rodrigo tocase tan ligeramente en las alabanzas de héroe tan famoso; y por esto dice que le mandó Don Jaime II poner y ordenar en latín los hechos de su abuelo veraci stilo sed vulgari collecta, ac in archivis domus regiae ad perpetuam suae felicitatis memoriam reposita. Pues si estas escrituras vulgares que él se proponía ordenar y traducir al latín, hubieran sido obra de Don Jaime el I, ¿cómo era posible que lo ignorara el P. Marsilio y que lo callara, siéndole tan importante el decirlo para autorizar más su traducción, y siendo esta la mayor alabanza de aquel Príncipe, a quien elogia tan encarecidamente en el prólogo ¿Ni cómo había de permitir y aprobar este silencio Don Jaime II, que tanto amaba las glorias de su abuelo? Además, si ya existían los Comentarios, obra de dicho Rey, ¿cómo pudo quejarse Marsilio de la falta de su Crónica y del silencio de la de Don Rodrigo que con tanta ventaja compensaba esta de que se trata? ¿Y qué causa tan urgente había para traducirla en latín en un tiempo en que el lemosín era el idioma de las cortes de Aragón, Provenza y Sicilia y entendido en la de Castilla? Especialmente los mallorquines, ¿qué necesidad tenían de esa traducción, para los cuales parece se hizo principalmente? ¿Había más que sacar varias copias de aquella obra para extender la memoria de las hazañas de este Príncipe tan famoso? Por otra parte, el P. Marsilio en las palabras citadas dice que ordenaría por capítulos las memorias lemosinas, de modo que formasen un códice de Crónica seguida. Supone, pues, que no tenían orden ni división de capítulos. ¿Quién conocerá por estas señas los Comentarios que corren en nombre del Rey Don Jaime? Los impresos están divididos por partes y capítulos, y los manuscritos que he visto, aunque carecen de esta enumeración, forman una narración crónica continuada. De modo que podemos creer que ni Marsilio, ni Don Jaime II, ni personaje alguno de la corte conoció esta obra lemosina, sino otras escrituras que debió componer alguno de los que acompañaron al Rey Don Jaime I en sus expediciones. Pues Marsilio, que tan llanamente confiesa la existencia de estas y que las vertía al latín, ¿qué interés podía tener en ocultar las otras? Y si hubiera sido justamente reprendido por Don Jaime II y los de su corte en caso de callar el paradero de aquellas memorias y arrogarse el título de autor, ¿cuánto más lo debía ser callando la obra de tal Rey, si tal hubiera? Cuanto más vueltas doy al prólogo de la obra de Marsilio, más fuerte me parece el argumento que nace de su silencio en esta materia. Qué será si añadimos el del principal cronista de Cataluña Ramón Muntaner, que nació once años antes que muriese Don Jaime el Conquistador, y comenzó a escribir su Crónica en 1325 a los sesenta de su edad? Pues ello es cierto que llegando Muntaner al capítulo VII y excusándose de la brevedad con que escribía las cosas de aquel Príncipe, dice así: no ho vull tot comptar per ordre, e per ço menstich (men stich, me 'n estic) com ya seu (sen, s 'en) son feyts molts libres de la sua vida, e de les sues conquestes, e de la sua bonesa de caballeries e asaygs e proeses. 

Aquí, donde no debía, calla Muntaner que aquel Rey hubiese escrito de sí y de sus cosas, y sólo excusa su brevedad con los libros que hablaban de él, que eran sin duda los de Marsilio, publicados ya doce años había.

Adelantemos un paso más. ¿Dónde quedó esta obra original del Rey? 

En el archivo real no estaba; porque en él sólo había ciertas memorias, que, como acabamos de ver, no eran obra de aquel Príncipe. La opinión común es que quedó en el real monasterio de Poblet, de donde al (el) Arzobispo Pedro de Marca la sacó y llevó a París. Y aun sé que en esta inteligencia se escribió desde aquí los años pasados al embajador de España en aquella corte, el Excelentísimo Señor Don Nicolás de Azara, para que buscase alhaja tan preciosa. Confieso que me irritan las calumnias de esta clase que oigo cada día por acá contra la memoria de tan grande hombre como era el Señor Marca. Vean los archiveros respectivos si les falta algún documento de los que él cita y publica; y si falta, otra será la ocasión, que hartas ha tenido esta frontera para perder del todo sus archivos, no la vileza que suponen, sin probarla jamás.

Y por lo que toca a nuestro propósito, necesariamente hemos de confesar que tal obra manuscrita no existía en Poblet en los años 1314 y 1325, puesto que ni Marsilio ni Muntaner hacen memoria de tal cosa. ¿Y quién dirá que podía ser ignorado el paradero del libro por personas que debieron visitar algunas veces aquel depósito del cuerpo del autor, y que trataban de publicar lo mismo que en él estaba escrito? Tampoco existía en 1343, época que debes tener muy presente para lo que se ha de decir. 

En este año el Abad de Poblet, Don Ponce de Copons, mandó escribir el ejemplar de los Comentarios lemosines del Rey Don Jaime I, que existe en esta biblioteca de los PP. Carmelitas descalzos (H. 335). No puedo dejar de copiar aquí el epígrafe final. Dice así: Aquest libre feu scriure lonrat en Ponç de Copons, per la gracia de Deu Abbat del honrat monestir de Sancta Maria de Poblet. En lo qual monestir iau lo molt alt Senyor Rey en Jacme, aqueyl de que aquest libre parla dells feyts que feu, ni li endevenguerem (endevengueren, esdevingueren) en la sua vida. = E fo escrit en lo dit monestir de Poblet de ma den Celesti destorrens (d' es, dez Torrens, Torrents), e fo acabat lo dia de Sent Lambert a XVII dies del mes de setembre en lany de M.CCC.XLIII. (1343) No hay aquí la menor expresión que diga ser copia del original que existiese en Poblet, ¿Y no era muy regular que se autorizase con esto una copia hecha en aquel monasterio y por mandado de su Abad? 

Y pues advirtió lo que era notorio, es a saber, que el cuerpo del Rey Don Jaime yacía en aquella casa, y que de él y sus hazañas hablaba el libro, ¿cómo pudieron olvidar lo que tan honroso era al Príncipe y al monasterio? Conjetura lo que quieras de este silencio: la consecuencia que yo saco es que no había tal original, y acaso ni otro ejemplar de quien sea esta copia, pues no dice que lo sea.

En resolución y acabemos con esto, antes de ese año 1343 nadie que sepamos conoció esta obra, escrita en nombre y persona del Rey Don Jaime I. Vémosla comparecer entonces sin decir de dónde se tomó, y eso que se escribió donde suponen que estaba el original. ¿Qué diremos? ¿qué entonces se forjó y zurció de los Comentarios latinos del padre Marsilio, poniendo en lemosín y en primera persona lo que aquel escritor dijo en tercera? Yo no lo afirmo; pero las sospechas son vehementes.

Lo cierto es que hasta ahora no se ha encontrado otro ejemplar más antiguo que este. De él es la copia que sacó en 1619 el Presbítero Ramón Vila, como se ve en el epígrafe final, que copió a la letra, y en las miniaturas y todo él. Y en el prólogo dice este copiante que le dejó aquel códice un caballer desta ciutat de Barcelona anomenat Jotxim Llatzer Bolet, que era un llibre molt antich de sa casa escrit de ma en pergami de lletra molt antigua y conforme me habia certificat molt temps abans son pare Pere Pau Bolet … fonch copiat lo seu llibre del original que lo matex Rey Don Jaume escrigue de sa propia ma que esta recondit en lo monestir de Sta. Maria de Poblet … com ia en alguna manera consta de altra part per las darreras clausulas de la fi del present llibre. 

Estas cláusulas son las que ya dije del códice de los Padres descalzos. 

En las cuales no sé como el copiante Vila halló que el original del Rey Don Jaime estuviese en Poblet, porque allí nada hay que aluda a ello. 

Por otra parte el testimonio de Pere Pau Bolet, que floreció a fines del siglo XVI, no sé como pueda servir de prueba de lo que pasó a mitad del siglo XIV. Oyendo, pues, en esta obra hablar al Rey de sí mismo, fue fácil creer la obra suya, y como tal la han citado siempre los historiadores, aunque los más cautos como Zurita, nunca se la han atribuido absolutamente sino con la restricción de corre en su nombre, escrita en su nombre y otras semejantes. Expresión muy verdadera; pero que tampoco se halla en los tres testigos que alegué del siglo XIV. Si verifico el viaje que tengo proyectado a Mallorca, acaso podré adelantar algo en este punto con el escrutinio de los ejemplares de la obra del Marsilio que dicen hay en aquellos archivos (a: En Mallorca sólo está el libro II, copiado allí con lujo en 1330, y luego traducido al lemosín. Luego no había tal historia lemosina del Rey Don Jaime. Porque a haberla ¿a qué traducir en vulgar la latina de Marsilio? Item ¿por qué con tanta ansia pidieron copia del texto latino de este padre, si ya tenían la historia del Rey?)

De Don Antonio Agustín no he hallado aquí tantos manuscritos como me habían ponderado en Tarragona. Sólo hay suyos los Diálogos de las armas y linajes de España. Es una copia (M. 530) como de fines del siglo XVII: están incompletos, como los que publicó Mayans en 1734. Sólo tiene de notable que como explicando las cifras de los interlocutores A. B. C., que van impresas, las aplica a Arzobispo, Beneficiado y Canónigo; cosa que no dice bien con la explicación que dio Andrés Scoto a las mismas iniciales de que usó en los Diálogos de las medallas, y aun creo que en los De emendatione Gratiani. Hállase también en este ejemplar un prólogo breve del que lo escribió, que no dice otra cosa sino que esta copia se sacó, como otras muchas, de la que tenía Don Galcerán Albanell, Arzobispo de Granada.

Más interesante es para las noticias del Don Antonio Agustín la colección de cartas que aquí se conserva (D. 292) de varios sujetos ilustres de su tiempo, muchos de ellos sus amigos. Ya tuvo de ellas noticia Don Gregorio Mayans; y si las hubiera podido disfrutar no hay duda que saliera mucho más completa la vida que publicó de aquel Prelado. 

Tienen esta ventaja las cartas familiares de los grandes hombres, que no sólo deleitan con su lenguaje y erudición, sino que suministran muchas noticias pertenecientes a su vida política y literaria, que acaso no existen en otra parte. De las que aquí hay, publicó la mayor parte Don Ignacio de Aso. Mas quedan todavía algunas inéditas que, halladas después, se encuadernaron junto con las publicadas; y aun omitieron tres de estas. Son en todas cuarenta y cuatro, es a saber: una de Alvar Gómez, ocho de Don Rodrigo Çapata, una del Obispo de Segovia Covarrubias, dos de Gerónimo Zurita (Cronista aragonés, Anales de Aragón); y por no detenerme en esto, las hay de Andrés Darmaro, su famoso amanuense, de Martín Vaylo, de Sebastián de León, de Luis Pons de Icart, de varios Obispos y otros de menos cuenta; las hay latinas, castellanas y griegas, todas útiles, y algunas de ellas muy importantes. Apenas se halla una que no trate de literatura y literatos, ediciones de libros, lápidas, monedas, manuscritos, etc. No obstante, te envío por ahora cinco que me han venido a las manos, a saber: dos de Gerónimo Zurita, una de Zapata, otra de Vaylo y otra de Marsá (a: Aps. núms. XIV, XV, XVI, XVII y XVIII.). Cuanto he dicho será regular que dispierte en ti un gran deseo de ver estas cartas. Pronto se cumplirá, y las verás impresas e ilustradas con notas por mi erudito amigo y favorecedor el señor Don José de Vega y Senmanat, vecino de esta ciudad. Este caballero, estimulado con el ejemplo del sabio Español Don Juan Andrés, que acaba de publicar en Italia varias cartas latinas de Antonio Agustín, con un prolijo examen de las noticias que resultan, ha emprendido publicar las que hay aquí de sus amigos: y porque las que publicó el señor Aso (Asso) están en gran parte malamente copiadas, ha tomado la resolución de imprimirlas todas, y en ello está entendiendo ahora. Cosa que el público debe aprovechar, y a mí dispensarme de un trabajo superfluo, para el cual no tengo ahora todo el ocio que esto requiere. Porque ponerse a averiguar las vidas de los que escribían a Antonio Agustín, y de los personajes que mencionan, y las causas de ciertas expresiones, y de las disputas literarias, y combinar fechas y pareceres, que todo esto es menester, y aun más, ni yo lo puedo ahora hacer, ni tampoco debo.

El parecer que el mismo Don Antonio Agustín dio de un manuscrito que se guarda en esta biblioteca (O. 293), me obliga a hacer mención de él. Es el Catálogo de los Arzobispos Tarraconenses, que escribió Luis Pons de Icart, ya conocido por su libro impreso de las Grandezas de Tarragona. Yo esperaba que medraría algo con la lectura de aquel catálogo, el cual, con no poco trabajo, formé yo de aquellos Prelados. Pero he visto verificado el juicio que de ello hizo Don Antonio Agustín, que en carta a Zurita de 8 de diciembre de 1577, decía del libro que estaba escrito con alguna diligencia, pero no sin errores; y no merece que se imprima por muchas causas que serían largas de contar (a: Vid. Mayans Vida de Don Antonio Agustín, núm. 96.).

De Arias Montano se halla aquí el tratado que intituló Joseph sive de arcano sermone, incompleto, copia muy cercana a aquel tiempo, idéntica con el impreso. A este sigue otro con este título: Communes et familiares hebraicae linguae idiotismi (idiotismos), Benedicto Aria Montano auctore: habla de ello en cuatro hojitas gramaticalmente, y luego siguen los idiotismos ordine alphabetico digesti; que sólo llegan a la C., y la palabra Cervix donde acaba el libro.

Por último daré noticia de un códice (B. 273) muy apreciable a lo que entiendo. Su título es: Sozomeni Presbiteri Pistoriensis, ac Florentie educati Cronice incipiunt. Principio: Scripturus ab orbe condito, etc. Divide su obra en dos volúmenes: el I hasta C. César y la batalla de Farsalia; y el II desde esa época hasta su tiempo, que era del siglo XIII. Este códice es el volumen I completo y muy bien conservado, manuscrito fol. max. vit. Precede a la obra una descripción del orbe en general y particular de todas las ciudades de Italia. La conclusión del libro es un elogio de un cierto Vespasiano, que debía ser uno de los doctos escribientes que llamaban librarii. Dice así: Haud te Vespasiane liberarie (librari), urbisque Florentine civis, silentio praeterire in huius primi voluminis calce mihi est consilium. Nam si Ciceronis coetaneus fuisses, te peroptime dignum suis aureis litterarum monumentis decorasset, inmortalemque fecisset. Tu profecto in hoc nostro deteriori saeculo hebraicae, grecae atque latinae linguarum omnium voluminum dignorum memoratu notitiam eorumque auctores memoriae tradidisti. Quam ob rem ad te utique omnes Romanae, atque aliarum ecclesiarum Pontifices, Reges, Principes, aliique trium linguarum eruditi, si humanitatis cognitionem habere cupiunt, gressus suos dirigunt. Ego autem ipse, ut pro veritate loquar, auxilio tuo in doctorum virorum documentis ab eis relictis potissimum usus sum: quorum multa mihi a te demonstrata, ac deinde diligenter perquisita, in hoc primo nostro volumine conserui. Esto ergo inmortalis, ut ita dixerim, dumodo (dummodo) haec mea scripta satis inepte pro ingenioli mei facultate prolata, tu etiam permanebis.

Este códice es sin duda el de que hablaba Luis Pons de Icart a Don Antonio Agustín, en carta fecha de Tarragona a 7 de mayo de 1573, con estas palabras: En Barcelona en casa de un sastre o remendó qui ven tambe libres, y te casa a las voltas devant Sant Sebastia, trobi sis ho set dies ha un libre de pregami (pergamí) tot, de forma gran, scrit de molt bona lletra de má, y es una historia de Sosomeno presbitero … Yo lin donave trenta sous, y no lam volgue donar. Dix lo desfaria per fer cubertes a librets; yo li encareti, que non (nou : no ho) fes, que creye que es libre que no es estampat; y perquen volie cinquanta reals lo dexi. Puis me paregue libre molt curios y raro, y V. S. te lo poder y es amich de tals libres, me ha paregut ferho a saber a V. S., perque si li parra, scriure a Barcelona a mestre Nunnez ...

Un códice muy raro y curioso he hallado asimismo en esta biblioteca (O. 405) de un tal Albertano, abogado de Brescia en Italia, que vivía a mitad del siglo XIII. Está dividido en tres libros: 1.°, Comienza: Albertanus. 

De doctrina dicendi et tacendi, filio Stephano. 

En lemosín. In fine sub M.CCXV. (1215) 2.°. También en lemosín, concluye: Explicit liber consolationis et consilii, quem Albertanus, Causidicus Britxensis de Ore S. Agatae compilavit, atque composuit sub M.CC.XLVI. (1246) in mensibus aprilis et madii. Dicat. filio Johanni, qui in arte cirurgiae meditando te exerces. 3.° concluye: Explicit liber de amore et dilectione Dei et proximi, et aliarum rerum, et de forma vitae, quem Albertanus, Causidicus Britxiensis (Brescia) de Ore S. Agatae compilavit ac scripsit, cum esset in carcere Dni. Imperatoris Frederici in civitate Cremonae, in qua possitus fuit, cum esset capitaneus Gavardi ad deffendendum locum ipsum ad utilitatem communis Brixie, anno Domini M.CC.XXX.VIII. de mense augusti, in die S. Alexandri, quando obsidebatur civitas Britxiae ab ipso Imperatore. Fuit directus filio suo Vincentio.

A Dios. Barcelona, etc.

CARTA CXXVIII. Biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona.

CARTA CXXVIII. 

Biblioteca del Carmen descalzo de Barcelona. Noticia de la vida del canónigo Don José Gerónimo Besora y de los muchos libros raros y preciosos que con toda su selecta librería legó al referido convento.

Mi querido hermano: La biblioteca de los PP. Carmelitas descalzos de esta ciudad es uno de los objetos que excitan la curiosidad de los viajeros. Y lo es ya desde el año 1654 en que el sabio canónigo de Lérida Don José Gerónimo Besora legó a esta comunidad toda su exquisita librería compuesta de 5567 volúmenes, gran parte de ellos manuscritos. La grandeza de este don, hecho a toda la república literaria, me obliga a honrar la memoria de tan insigne bienhechor con las noticias que he podido recoger. Era natural de Barcelona y canónigo de Lérida, prebenda que obtuvo el día 21 de octubre de 1621, tomando posesión por él su padre Agustín Francisco de Basora, ciudadano de Barcelona. Estuvo varias veces ausente de su iglesia, encargado de sus negocios en Barcelona, donde fue uno de los diputados del principado en 1656. Vivía todavía en 1663 en que explicó una inscripción y estatua Romana que se halló en Tarragona, como dice Roig, Historia de Gerona, pág. 401. Consta que hizo un viaje a Roma, mas no se sabe cuándo ni con qué objeto. Murió en Barcelona en su casa propia, sita en la calle del portal del Ángel, día 14 o 15 de febrero de 1665. En el último de estos días se hizo la publicación de su testamento, el cual tenía hecho de su letra desde el año 1654 y había entregado cerrado a Bartolomé Plea, notario, a 3 de diciembre del mismo. Empieza con su lema ordinario, que escribía al frente de todos sus libros: Jesús, María, Joseph, Spes mea D. O. M. 

Nombra por testamentarios a Don José de Corts, Arcediano de Santa María del mar y canónigo de Barcelona, a los PP. procuradores de la Cartuja de Montealegre y del convento de San José de Barcelona, y a Pablo de Salvador, vecino de Ascó, diócesis de Tortosa. Elige sepultura en Montealegre “en lo claustro petit devan la porta de la iglesia que esta prop de la cadira prioral del cor; y vull que sobre lo lloc del cadáver se asente una llosa quadrada de jaspe negre, la cual fassa com a paviment y estrado a dita porta; en la cual llosa estiguen esculpides tres linees, ço es, la primera dient: José. Hiero. Besora; la segona: Praesbiter; la tercera: requiescat in pace. Despues un poc mes avall estiguen esculpides dos linees; la primera dient: universa vanitas; la segona omnis homo vivens. Sino fos que moris professant en algun orde, per que en tal cas vull ser enterrat junt als religiosos de aquell orde.” 

La erudición de este ilustre Catalán se ve en la oración in laudem Sanctae Theresiae, que dijo en un certamen en las fiestas de la beatificación de dicha Santa que se hicieron en Barcelona, y anda en el tomo que sobre este asunto se imprimió en 1615. También se descubre en las notas que puso de su mano al catálogo de los Obispos de Lérida en el ejemplar impreso que poseía, y a la biblioteca de escritores Jesuítas compuesta por Alegambe. Otro libro tenía de su mano, que intituló de cosas memorables; pero no parece. Acaso del viaje a Roma nació la correspondencia que conservó con Juan Bautista Laura de Perusia, en cuya centuria 2 Epistolarum, impresa en Roma en 1621, hay una carta suya en que da gracias a nuestro Besora por la oración que le envió de Santa Teresa, de la cual hace grande aprecio. Otra hay de Besora al mismo. Pero nada de esto conservará tan viva la memoria de su saber como su biblioteca. Es verdad que algunas veces el ansia en acopiar libros no tiene más causa ni objeto que la vanidad. De lo cual (¡) ojalá hubiera muchos ejemplares que contraponer a los muchos y muy dolorosos estragos que hace aquella violenta pasión! El sabio Besora no tuvo otro móvil en sus preciosas adquisiciones, que el amor a la literatura recóndita y poco vulgar, y fue uno de aquellos genios que no pudiendo contenerse en la esfera de las ciencias abstractas, desean conocer los sabios que han trabajado antes que nosotros, conservar la memoria de sus escritos rescatándolos de las manos descuidadas e ignorantes, y procurarles un depósito digno de sus autores y del público para quien se trabajaron. Esto logró aumentando tan copiosamente con su biblioteca la que ya tenía esta comunidad. La franqueza con que estos PP. me han tratado, singularmente el P. Fr. José de la Virgen, bibliotecario, reprende y avergüenza la envidia de otros, que se llaman y tienen a sí mismos por sabios, olvidados ciertamente del capítulo VII del libro de la Sabiduría. Pero dejemos esto y vamos a lo que importa, que es la descripción y noticia de algunos manuscritos de esta biblioteca, de los cuales hablaré por el orden que se me antojare.

Lo primero que vi fue un tomito en 8.° (B. 42) de varias poesías, parte buenas y parte malas. Pero es muy apreciable por contener algunas de las del P. M. Fr. Luis de León más completas y exactas que las ya publicadas, las cuales o copié del todo o noté las variantes más sustanciales. Tales son la famosa canción: Virgen que el sol más pura, etc. y los salmos 1, 4, 12, 41, 44, 113, 124, 129, 136, 147 y algunos otros. Hállanse además tres salmos mezclados con los que son ciertamente suyos, y cuyo lenguaje y frase poética me parecieron al pronto de la misma mano. Son el 83, Quam dilecta, el 119, Ad Dominum y 122, Ad te levavi oculos meos. Mas no hallándolos en las ediciones que publicaron Quevedo y Mayans, sospeché que fuesen de otro de los buenos de aquel tiempo. Y efectivamente, son del M. Fr. Pedro Malón de Chaide, el cual los ingirió en su Conversión de la Magdalena. De todo esto he dado puntual razón al P. M. Fr. Antolín Merino con el deseo de cooperar al mayor esmero de la colección de las obras del maestro León, que ha comenzado a publicar. Ojalá se hubiera hecho otro tanto con las obras inéditas del célebre humanista y filósofo Valenciano Pedro Juan Núñez, que se hallan en esta biblioteca (F. 325 sig.) y se enviaron a Madrid para este efecto y volvieron a su lugar sin conseguirlo. Cuatro vols. en fol. manuscritos se le atribuyen. Los tres primeros contienen varios escritos filológicos, es a saber: vol. I. Institutiones oratoriae ex variis scriptoribus ac praesertin ex Hermogene. = La oración pro M. Marcello, traducida al español. = Escolios sobre su texto latino, y varias fórmulas de elocuencia escogidas de ella. Actio 1.a in Verrem, y la Philipica nona, ambas traducidas con escolios como la antecedente. Vol. II. Praecepta ad epistolas artificio contexendas atque illustrandas. = M. T. Ciceronis epistolae selectae per genera con la traducción española, escolios y análisis de sus frases. In Aphthonii progymnasmata dictata acuratissima. = Oratio XIII. pro lege Manilia, con la versión castellana, escolios, etc. Vol. III. De historia Romana (son escolios al Epítome de L. Floro). Scholia in libros de finibus M. T. Ciceronis. = Traducción en prosa de la Égloga VII de Virgilio: Forte sub arguta con sus escolios. = De examine orationis M. T. C. pro lege Manilia. = Scolia in quoddam fragmentum orationis pro L. Corn. Balbo, con su versión. = Quam viam sequatur Valerius Maximus ad colligenda exempla. El vol. IV sólo contiene unos comentarios latinos a la geografía de Dionisio Africano. Y aunque no se hallan atribuidos en el título a Núñez, como se observa en los antecedentes, se sabe por Don Nicolás Antonio y Ximeno que son obra suya. Al fin de ella y a renglón seguido de la obra se lee lo siguiente: His scribendis finem imposuit Berenguarius á Castro, filius primogenitus Baronis Lacunae (Laguna), et Vice-Comitis Hillae (Illa) tertio kal. maias ann. 1576, donde se ve la laboriosidad y amor a la literatura de este caballero Don Berenguer de Castro, que copió de su mano todos esos cuatro tomos, como se ve por la uniformidad del carácter del último con los tres antecedentes.

Tras estos me vinieron a las manos dos códices que contienen algunas obras lemosinas de San Pedro Pascual. El 1.° (N. 356) contiene la conocida con el nombre de Biblia parva, cuyo prólogo es: Com yo Religios é Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Castella açi anomanat hagues legit XXX. anys theologia. (N. E. Ver más abajo otro prólogo parecido que empieza: “Com yo Religios e Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jaen del regne de Castella...” 

Título o capítulo 1.° Del peccat de Adan, quin fon, ne la manera com se havia á quitar. El último de la gloria de Paradis. Son XXXVIII en todo; los cuatro más que se hallan en la obra latina impresa en Madrid 1676. Son extensión del artículo de la ley de Moisés, que aquí es uno solo, y faltan los que en el impreso son 9, 10, 11, 12. Llaman aquí a este libro Catecismo de San Pedro Pascual, y con razón y más propiedad que Biblia parva, pues su contexto es de preguntas y respuestas. Mas dejando aparte esta disputa de nombre, digamos de una real y verdadera; quiero decir de otra obra del mismo Santo que aquí se conserva manuscrita en fol. (L. 329) con este título: Disputa del Bisbe de Jaen contra los Jueus sobre la fé catholica. De la cual porque no hallo noticia en ninguno de los autores de Bibliotecas, copiaré el índice y prólogo, y tú juzgarás si es obra común con las ya conocidas: Titol I. Qui comensa la questio sobre la ley de Moyses. = Tit. II. Que la ley de Moyses no fon dada acabadament. = Tit. III. Quina diferencia ha de grau maior a menor. = Tit. IV. A que aprofitá la ley de Moises a aquells qui la tingueran, pus no era acabada per haber salvacio. = Tit. V. De la lig de Moyses e de les images. = Tit. VI. Del aiustament de Deu ab home. Tit. VII. De la lig de Moyses e de la canticha de Moyses. = Tit. VIII. Del peccat de Adan e de la manera com se havia a quitar. (Nota que este capítulo y los demás que se hallan con el título idéntico en la Biblioteca parva están tratados de otro modo y son diferente escrito). = Tit. IX. Com les animes anaven en infern. = Tit. X. Si les colpes de Adam egualment foren pagades. = Tit. XI. dels crits que les animes fahien en infern. = Tit. XII. Com lo cors de Jhu. Xpist. fó mes en lo sepulcre. = Tit. XIII. Quin captaniment feu Lucifer quant vehe la Sancta anima de Jhu. Xst. en los inferns. = Tit. XIV. Quin Captaniment feu la anima de Adam quant vehe la Sancta anima de Jhu. Xpist en los inferns. = Tit. XV. Que vol dir com dix Deu: yo son Deu e no hom. = Tit. XVI. De la Circuncisio de Jhu. Xst. = Tit. XVII. De la Resurreccio de Jhu. Xst. = Tit. XVIII. Si la remso es feta, perque hom viu ab suor de sa cara e perque la dona infanta ab dolor? = Tit. XIX. Com Deu dix, yo he amat Jacob, e he hagut en hoy Esau; e dix mes: la casa de Jacob será foch, e la de Josep será flama. = Tit. XX. Del meniar de carn del porch. = Tit. XXI. Que lo Macies es vengut, ço es, Jhu. Xst. = Tit. XXII. Ques pot, es deu afermar quel Macies es Deu. = Tit. XXIII. Com les animes dels salvats ensemps ab lo cors muntaran al cel apres la resurreccio. = Tit. XXVI. De la Sancta Trinitat primerament de la semblansa de la crehensa. = Tit. XXV. De la Sancta Trinitat. = Tit. XXVI. Perque lo fill sencarna, e no lo Pare, ni lo Sanct Sperit. = Tit. XXVII. Com son tres persones en la Divinitat, e totes tres un Deu. = Tit. XXVIII. Del Sagrament de la Misa. = Tit. XXIX. Perque lo cors precios de Jhu. X'st (más arriba no se ve el apóstrofe, pero hay un espacio) es alsat dues vegades per lo prevere sots semblansa de pa e de vi, com no sia sino un sol Deu. = Tít. XXX. Com Jhu. X'st. sia un sol hom, com pot esser en una hora en tants altars hon se fa lo sacrifici cascun jorn. = Tit. XXXI. Del orde quis tindrá al general juy. = Tit. XXXII. Quants inferns son, e les penes que los dampnats hauran. = Tit. XXXIII. De les benenuyranses de la gloria de Paradis. = Tit. XXXIV. Com se fa que en una pocha forma de hostia capia lo cor de Jhu. X'st., qui es axi gran com una forma de home. = Titol XXXV. Com Deu se aiusta ab hom. = Titol XXXVI. Com per fe verdadera se salven los Xpristians. = Tit. XXXVII. Com la temptatio de Adam fo del Diable e no de la serpent. = Tit. XXXVIII. De les vuyt batalles fetes per lo Diable. = Tit. XXXIX. De Mafumet e de la sua secta. = Tit. XL. De la doctrina de Mafumet. = Tit. XLI. De la semblansa de la lig de Moyses. = Tit. XLII. De la virginitat de la Verge Maria. = Tit. XLIII. Com Deu se volch encarnar en cors de fembre, qui naturalment ha moltes coses leges. = Tit. XLIV. Del fust de la Sancta vera Creu. = Tit. XLV. Qui tracte del Sanct babtisme. = Tit. XLVI. Que vol dir de la sal que donan al bateiar. = Tit. XLVII. Del drap, de la capida, á (e) del oli sanct de la sancta crisma. = Tit. XLVIII. De les aygues fora lesgleya, que no son sagrades per lo prevere sis pot bateiar en aquelles. = Seguexense (la g parece q) los XII. articles de la fe, ço es, lo Credo in Deum, fet per los dotze Apostols. 

Aquí acaba la disputa de San Pedro Pascual con los Judíos, cuyo argumento declara el mismo en el prólogo, que es parecido al de la Biblia parva, y dice así: "Com yo Religios e Bisbe per la gracia de Deu de la ciutat de Jaen del regne de Castella, e açi no anomenat, com per mia ventura fos pres en poder del Rey de Granada: E vehent molts dels Xpians esser catius no sabents letres, ne be de la fe dels Xpians, tot die qui un qui laltre se tornaven a la mala secta dels Moros: E vehent yo aço fiantme en la aiuda de Deu, misme a ensercar los libres de la Biblia e de tots los Prophetes qui parlat havien de la Encarnacio, e del Naximent, e de la Adoracio, e de les altres coses de Jhu. Xst, e de la virginitat de la Verga Maria nostra dona; mostrantho yo als Xipians qui aqui eran presos, los cuals per molts Juheus que aqui eran tot dia venian per ells amonestar e inclinar a creura la falsa secta dels Moros: e yo reptant aquells de so que fahian e dehian, so es, los Juheus als Xpians qui daso los crehien, alguns soptils Juheus specialment dos assi anomenats, primerament Moxi Rabbi, e Jacobi Moxi Rabbi, sabent que yo contradehia a la lig dels Juheus, e dels Moros, e aço per mantenir la fe christiana catholica, moguts de gran fellonia e malicia ferent scrits, e aquells tramateren a mi. En los quals scrits havia moltes e diverses demandes, e no res menys a mi, e devant mi volgueren disputar. E yo confiantme en la misericordia de Deu, Pare e Fill e Sanct Sperit, tres persones en un Deu, en mantenir la sancta fe catholica dich a tu Juheu Moxi Rabbi, e Jacobi Mavi (f. Moxi ut supra) que digats tot ço queus vullats contra mi, axi com per los mestres vostres e actors Juheus atrobarets scrit e glosat; demanant lo dit Rabbi Juheu a mi primerament dient axi.” 

Sigue la disputa sobre el título I, proponiendo los Rabinos varias dificultades contra la fe Católica, y soltándolas el autor. Diálogo gracioso y de erudición sólida, y muy digna del Santo. A este tratado siguen la explicación de los diez Mandamientos y del Pater noster, que es obra suya; y a renglón seguido, en el folio 197 del volumen, se halla la letra que trames un Juheu a un altre Juheu, en que aprovave la sancta fé catholica. Esta carta es la mismísima de Rabí Isaac de Sujulmeza a Rabi Samuel, cuya traducción lemosina hallé en el convento de San Miguel de los Reyes, extramuros de Valencia, y de que ya se dijo en la carta XVI (a: En la citada carta, si te acuerdas, dije equivocadamente que la del Judío Isaac era inédita, ignorando que se hubiese publicado seis o siete años antes por el P. Fr. Manuel de Santo Tomás de Aquino (Tragia), Carmelita descalzo, en la obra intitulada Única religión verdadera, impresa en Valencia 1795. Efectivamente, se halla en el tomo 1, página 338, no sólo en lemosín, como está en San Miguel de los Reyes, sino con la versión castellana del P. Fr. Francisco (no Vicente) Vives, bibliotecario de aquella casa. De paso noté en la pág. 337 estas palabras: "al fin de ella (la respuesta de Rabí Isaac a Rabí Samuel) da a entender que no distaba mucho de Marruecos, pues le dice que dentro de treinta días se verán. Por esto, y por hallarse manuscrito en Valenciano, se puede creer que escribió desde Marruecos a Valencia, y que Rabí Isaac era de este reino”. Lo que hay en esto es que Rabí Isaac se hallaba en Sujulmeza, ciudad del mismo reino de Marruecos, distante poco de la capital donde estaba Rabí Samuel; y que, así como este le escribió en arábigo, Isaac le contestó en el mismo idioma, lo cual hiciera, aun cuando fuese Valenciano y hubiera estado en Valencia, donde el idioma lemosín no se introdujo hasta su conquista. (N. E. Craso error para un autor valenciano, siempre que se refiera a la conquista de Jaime I.) Así que por ninguno de los dos capítulos se infiere que el Isaac fuese Valenciano. Cuanto más que el mismo texto lemosín del códice de San Miguel está indicando que es del siglo XIII, casi doscientos años después de los dos Rabinos. 

¿El hallarla ahora aquí, junto con las obras ciertas de San Pedro Pascual, la consonancia del lenguaje, y el versar ella sobre un argumento que con tanto calor trató él mismo en la Disputa que antes decía, no podrá servir de conjetura para hacerle autor de esta versión lemosina? No me atrevo a afirmarlo, mayormente siguiendo a esta carta otros escritos que son de otra mano, es a saber, la versión de algunos sermones de los PP., y dos tratados con estos títulos: Libre del plant del mon, e de les miseries de aquell quels homens sostenen. = Libres de natures de besties, e daucells, e de la lur significacio.

Tampoco es fácil creer que sean del mismo Santo Obispo los tratados que se le atribuyen comúnmente, y se hallan aquí en otro volumen 4.° manuscrito (I. 298), y son los siguientes: Comença la ystoria de Sant Latzer, com visque, ne com fo reconciliat, ne apres la mort, com fon resuscitat, ne com visque, e com mori Bisba de la ciutat de Marsella, e hon mori, o hon iau lo seu cors. = Contemplacio del dimecras sant com Jhu. X'st., e la Verge Maria parlaren molt familiarment ensemps, e de que parlaren. = Aquesta es la Passio del nostro Redemptor Deu Jhu X'st, la qual cascum feel crestiá deu devotament e piadosa contemplar. (Este tratado incluye el de la Santa Corona y el de San Dimas). La historia dels Sants Ignocents, los quals moriren martirs per Jhu X'st, e com ne en quina manera foren conservats fins al dia de vuy, e seran fins a la fi del mon. = Com ni perque dix Sant Johan Baptista lo primer Agnus Dei, e hon lo dix, ne aqui (a qui) ó dix e com nos devem per son dit millorar. = Com Sant Johan ach vist la visio del primer Agnus Dei, e desigava veura lo segon, e com lo ves, e com lo contempla, e com nos devem per son dit millorar sil contemplam. Lo tercer Agnus Dei, e com Mossen Sant Johan veu la tercera part de la sagrada Passio Jhu. X'st. = Al fin de este tratado se hallan estas palabras: Fon spleguat de ascriura per mi Johan Ferrandez, scrivent en Barcelona dimecres a XXV de juny en la dita ciutat de Barchina. anny M.CCCC.XXXVIII. Debo añadir que al principio del volumen hay un tratado lemosín Dichos de doce Santos hermitaños, y al fin: Vida de Sancta Angelina, la qual scrivi lo seu confessor. Entre estos dos tratados se hallan los de San Pedro Pascual, digo los que comúnmente se le atribuyen, de los cuales no te digo más, porque son los mismos que copiamos habrá cinco o seis años de un códice del real monasterio del Escorial.

También he hallado aquí un volumen, de quien daré noticia sólo por ser continuación de una obra de que ya hablé en la carta XXXIII, y es el Compendio historial que de orden del Rey Don Pedro IV de Aragón escribió el maestro Fr. Jaime Domenech, Dominico, Inquisidor de Mallorca y de los condados de Rosellón y Cerdaña. En la citada carta da noticia de los dos libros primeros de esta obra, los cuales existen en la biblioteca de mi convento de Valencia, y llegan hasta el tiempo de la Encarnación del Hijo de Dios. Pues aquí se halla el tercer volumen y libro que continúa la historia desde ese día hasta el año 626 de Cristo. La identidad de la obra y del autor, y el enlace de estas épocas consta del epígrafe y prólogo, que omito por no alargar mucho mi narración; mayormente que estos libros no tienen otro mérito que el de presentar recogidos los hechos más insignes de la historia, sacados de Orosio, Sigeberto, Don Rodrigo y otros escritores, cuyos nombres nota al margen. Hablando de las persecuciones de la iglesia cuenta las actas de los Mártires, según el orden del calendario. El manuscrito es del siglo XV, el códice está señalado L. 326.

Quisiera dar una muy detenida noticia de un libro en 4.° manuscrito del mismo tiempo (G. 627), que contiene casi tantas obritas como hojas y es muy grueso. El compilador, que se llamaba Narciso Guall o Gall, lo intituló Jardinet de orats (Jardinito de locus), aludiendo con esto a las piezas que contiene así en prosa como en verso, por la mayor parte poéticas, y del tiempo de la ciencia gaya. Hay muchas de autores Catalanes, cuya noticia vendría bien, si este principado tuviera su Biblioteca de escritores, como la tienen ya casi todas las provincias de la nación. Efectivamente sería cosa ridícula antes de publicar los principales escritos de los sabios, darles a conocer por lo que sólo fueron ocios o ensayos de sus tareas e ingenio. Así que sólo contaré de este volumen lo que ilustre o añada algo a lo que ya se sabe de otros. Tal es la Vida de Sancta Ana feta per lo magnifich Mossen Johan Roiz de Corella, cavaller de Valencia e studiant en sacra teologia, dirigida a la magnifica Senyora Montpalava de Castellvi. En su breve dedicatoria se dice que esta Señora era casada con Mossen Luis de Castellvi, y esto más se sabe de lo que dijo Ximeno de este escritor. Del mismo siendo ya profesor de teología son Les lamentacions de Mirra, e Narcisso e Tisbe; item la Tragedia de Caldesa y otras cosas mitológicas que se saben de él. = Cobles fetes per Mossen Fenollar e per Mossen Joan Scriva, Valencians, contemplant en Jesus crucificat. = Questio moguda per Mossen Fenollar Prevere a Mossen Joan Vidal Prevere, an Verdanxa, e an Vilaspinosa, notaris de Valencia. La cuestión es sobre cual es la cosa que más fomenta el amor; la vista, el gusto, el oído o la voluntad, aunque mejor lo dirá la primera estancia que copiaré aquí:

Fenollar

“Per be que lo mon en tals fets huy sia

No prou favorable, past es singular

E vist que damor se parla tot dia

De quatre luquets saber yo volria

Qual mes la enten e la fa doblar.

Yo dich que lo veure, que mostra carrera

A tot quant apres li dona combat.

Mossen Vidal veig del Grat fa bandera.

Verdancha l' Entendre diu que la prospera.

E Vilaspinosa deffen voluntat. 

Tales son por la mayor parte las flores de este Jardinito.

Más juiciosa y de mucho mayor aprecio es otra colección (O. 372) de papeles y cartas tocantes a negocios de los siglos XVI y XVII, los cuales acaso merecen la atención del que desee instruirse en algunos negocios políticos de aquel tiempo, y antes que diga de ellos, y porque no se me olvide, sepas que hay en este libro un pergamino manuscrito del siglo XIV que contiene nada menos que lo que voy a decir: Epistola S. Bernardi ad quemdam militem, de cura et modo rei familiaris gubernandae. = Gratioso et felici militi Domino Raimundo Castri S. Ambrosii Bernardus in senium deductus, salutem. Cupis a nobis de cura doceri et modo rei familiaris utilis gubernandae, etc. Está dividida en varios títulos, es a saber: De gubernatione domus. = De sumtibus seu expensis. = De gulosis. = De avaritia. = De superbia. = De foeminis familiaribus suspectis. = De vestibus fiendis. = De amicis. = De consilio amico dando. = De jocunditatibus spernendis. = De familia repellenda, etc., y así otros que ya me canso. De esta misma carta posee una traducción lemosina el muy R. P. M. ex-Provincial de la orden de San Agustín Fr. Juan Izquierdo entre los manuscritos antiguos que conserva, de que hablé otro día. ¡Ahí es una friolera! ¡Una carta de San Bernardo desconocida a los PP. Mabillon y Martene! Grande hallazgo por cierto si no fuera, como es, parto legítimo, no de San Bernardo de Claraval, sino de Bernardo Carnotense (a: Atribuye a San Bernardo esta carta Pedro Díaz de Toledo en el Comentario al proverbio XXXVI del Marqués de Santillana, edición de Anvers de 1552.). Véase el Mansi en la edición de la Biblioteca latina de Fabricio y basta. Vamos a los papeles ciertos y no equívocos de este tomo de Miscelánea que digo, y son: Relación de la venida a Ferrara de la Reina de España Doña Margarita de Austria, con algunos otros políticos. = Copia de la carta que escribió el licenciado Busto de Villegas, Gobernador del Arzobispado de Toledo al Rey Don Felipe II, sobre el breve de las jurisdicciones de las iglesias y ventas de ellas. Tres cartas originales de Fr. Mariano Azaro (o Azazo), Carmelita descalzo, escritas desde Lisboa el año 1584 al duque de Sessa y Somma en Baena. Tratan particularmente de las llagas, raptos, etc., de Sor María de la Visitación y de otros puntos curiosos. Acaso las copiaré. Un papel hay también que tiene este título: El orden que se guarda en esta Academia (de Poesía) de Toledo, siguiendo el que se ha observado en las de Madrid. Al fin dice:

Los Poetas de la Academia de Toledo admitidos en ella siendo Presidente Don Diego López de Ayala, Conde de Fuensalida, por su orden como están en la tabla. = El Conde de Fuensalida. = El Maestro Joseph Valdivielso (como Val de Belsa o Bielsa). = Martín Chacón. = El licenciado Gerónimo Maranyoso. = Martín de la Fuente. = El jurado Andrés de Quirós. = Juan Martínez. = El doctor Gregorio de Angulo Jurado. = El licenciado Juan de Sepúlveda. = Diego Antiveros. = Don Pedro Vaca de Herrera. = Alonso Castellón. = José Noguel (o Nogués). = El doctor Matías de Porras. = El doctor Christóbal Pérez. = Don Juan Gaitán de Menesses. = El licenciado Juan Antonio de Herrera Teminyo. = El doctor Francisco de Pisa. = Miguel Maréjon. = José de Tovar. = Alonso de Contreras. = Gil Pérez Sarmiento. = Agustín Castellanos y el Pintor.

Con esta noticia ¿quién no se acuerda del conato con que nuestros antepasados cultivaron las buenas letras formando academias privadas, y estimulándose mutuamente al estudio de la poesía, oratoria y de los conocimientos que para ellas se requieren? El siglo XVII fue el más fecundo en estas juntas puntualmente cuando más decaídas estaban la poesía y oratoria. Entonces se erigió en esta ciudad la famosa academia dels Desconfiats, a quien sucedió la que hoy se llama de Buenas letras, de cuya forma y tareas diré algún día. Otra había en Gerona, cuya alma fue el célebre García, cura de Vallfogona. En Valencia a fines del siglo XVI estaba en grande auge la academia llamada de los Nocturnos, de quien dio noticia Don Francisco Cerdá y Rico en sus notas al Canto del Turia, pág. 515. Otra había allí mismo hacia los años 1691, cuya constitución 2.a dice así: Las materias que se han de tratar por agora en la Academia serán: 1. Política. 2, Matemáticas. 3, Poesía. 4, Música. 5, Danza. Por esta muestra se ve la utilidad que podían sacar los nobles y todos los individuos de estas academias, que no eran precisamente, como el vulgo piensa, juegos de ingenio los que en ellas se trataban. No sería perdido el trabajo que se pusiera en recoger las memorias de estos pequeños cuerpos literarios, si se lograba con ello dispertar la ociosidad de muchos y el deseo de saber algo, que tan tirado anda. Además ¡cuánto ganaría la historia de la poesía!

Mas ya que no puedo remediar esto, déjame que diga de una obra compuesta por uno, individuo de la más célebre academia de estas que decía, que fue la de Tolosa, erigida en 1323 con el nombre del gay saber o de la ciencia gaya. Don Antonio Bastero, en su Crusca Provenzal, pág. 94, habló de un célebre poeta llamado Arnaldo Vital de Castelnovo D' arri, a quien los VII trobadores de aquella academia adjudicaron en 1324 el premio de la violeta de oro. Yo hallo aquí dos obras de un Juan de Castellnou, escritas en ese mismo año, con la circunstancia de llamarse ya entonces uno de los VII mantenedores de aquella academia; siendo así que, según dice Bastero, no se introdujo este dictado hasta el año 1354. Como quiera que esto sea, allá va la noticia de estas obras, aunque sea breve. La primera es un compendio de los defectos o vicios del lenguaje, así en prosa, como en verso. Veraslo en el epígrafe: 

Aquest es le compendis de la conexença dels vicis ques poden esdevenir en los dictats del gay saber, axi fora sentença, com en sentença. Lo qual compendi ha feyt Mossen Johan de Castellnou, us (un) dels VII mantenedors del Consistori de Tholosa de la gaya sciencia de trobar. 

El lenguaje y el tiempo en que escribía este trobador, lo verás mejor en la segunda obra, que es la siguiente: Començe lo doctrinal de trobar, am la glosa o correccio, o declaracio sua. Este Doctrinal es obra de Ramón de Cornet, a la cual pone sus notas Castellnou glosándola verso por verso. En el prólogo dice así: Ad honor del mout aut, poderos Senhor mon Senhor lenffant en Peyre del mout aut poderos Senhor en Jayme de bona memoria Rey Darago fill, per la gracia de Deu Comte de Ribagorça e Dampuries, yeu Johan de Castellnou vuells far aquesta obra apelhada 

Glosari, sobre aquest Doctrinal, etc. Para muestra de su método pondré la glosa de los primeros versos:

Quare sabers mo permet. Glosa: Veus frevol comenssament qar a lauzor de si, e no de Dieu comensa. 

Yeu Ramons de Cornet

Capelas ordonats 

A Santh Antoninats. 

Glosa: veus aqui replicacio can dits ninats, y e es gran vicis.

Faray un doctrinal

Ab rethorica tal 

Que bo romans demostre.

Glosa: mal dits; car rethorica no esse ha bo romans parlar, mas bel parlar.

Esta glosa parece hecha el mismo año en que se trabajó el Doctrinal, que como se dice al fin, fue en 1324 en el mes de septiembre, y dedicadas ambas al mismo Infante Don Pedro.

Con estas obras hay otras de la misma materia y son: Mirall de Trobar, compuesto por Berenguer de Noya. Es una explicación de figuras poéticas y declaración de la fuerza de cada letra del alfabeto. = Regles de trobar, compuestas por Ramón Vidal de Besalú (a) y explicadas por Jofre Foxa. 

(a). Este se supone el fundador de la academia de Tolosa de 1323 (V. a Don Tomás Sánchez, tom. 1.° de la Colección de Poesías anteriores al siglo XV, pág. 5). 

= Doctrina de Cort. Comienza así:

En lo nom de Dieu ques subirans

Pare, Fill, e Sperit Sans 

E guidans de tots pecadors 

Faut mon accord perls amadors 

...

...

Don ieu Teramayguis de Pisa

Comens en aquesta guisa: 


Comensament de doctrina provincial vera, e de rahonable locucio. 


Tot en aysi con le rubis

Sobre totas peyras es fis

E laurs sobres metails cars, 

Sobre tots razonats parlars

Parladura lemoyzina

Es mays avinens e fina. 


Sigue: 


Flors del gay saber. 


Las flors del gay saber 

Qui las voldrá saber 

No sia de cor sopte 

Qar sol qui trop nos sopte 

El punhemen no dopte 

Gran odor sentra sopte

Quil gitara de dopte.


El autor de este tratado es Guillermo Moliner. Libre de concordances, appellat Diccionari, ordenat per en Jachme March, a instancia del molt alt e poderos Senyor en Pere per la gracia de Deu Rey de Arago, e fou feyt en lany MCCCLXXI (1371). De esta obra ni de su autor no se tenía noticia, hasta que la dio Sánchez (loc. laud., pág. 77) citando un manuscrito de la santa iglesia de Sevilla. Don Francisco Cerdá, en sus notas al Canto del Turia (página 487) publicó algunas octavas, que se hallan aquí también. Y esto basta por ahora hasta que venga ocasión de hablar de ello más extendidamente. Todo es del vol. N. 352. 

En un códice fol. (N. 359) hay una traducción lemosina del Arbre des batailles, (Libre de les batalles más abajo) compuesto en idioma provenzal por Honorato Bonet (a), Prior de Salon, en la Provenza

(a) En una edición de este libro hecha en Lion por Olivier Arnoullet de principios del siglo XVI, que he visto después en Sevilla en la biblioteca Colombina, se llama el autor Honore Bonhor, y se dice que floreció en el reinado de Carlos V, Rey de Francia.

Casimiro Oudin es el que da más extendida noticia de este escritor y su libro (de Script. ecclesiast., tom. III, pág. 1271), donde cita una edición hecha en París en 1493. Yo puedo añadir lo que resulta de esta versión, por la cual consta que fue nacido y educado en la Provenza, que era doctor en decretos, y que floreció a fines del siglo XIV, en los tiempos del Rey de Francia Carlos VI, a quien, siendo aún joven, dedicó la presente obra; así que debió escribirla poco después del 1380, y cuando más enardecido estaba el cisma entre Clemente VII y Urbano VI, de lo cual habla como de cosa presente, según diré después. Llámase aquí Prior de Salon, como también le llaman algunos escritores Franceses citados por Oudin, y así también diría el original por donde se hizo esta versión, que, según muestra el carácter, es muy próxima a aquel tiempo. Oudin corrige Gaillon por Salon. Era esta una Cartuja de la diócesi de Rouan (Rouen). Intitúlase aquí constantemente y repetidas veces Libre de les batalles, y así le llama su autor en el prólogo, no arbre, como dijeron algunos de sus paisanos, engañados con un capricho del autor, el cual, antes del libro, que en nada alude a la metáfora del árbol, quiso pintar uno para manifestar la discordia del actual cisma. Dícelo él así concluido el prólogo: mes puys que aço he feyt, ne cove trobar materia de la qual io fassa mon hobratge. E si mes vengut un aital smaginament que io fassa un arbre de dol en lo comensament de ma obra. Et primerament de sus larbre vos porets veure los regents de la Sancta Sglesia en cruel tribulacio... El artificio del actual árbol se reduce a que en lo más alto de él está figurada una rueda, y sobre ella este lema:

Superiora infimis, infima superioribus

Gaudemus: hoc continuo ludo ludemus

Fortuna. 

A la derecha del círculo hay estas palabras: Clemens. Hic pingat pictor Papam Clementem, et suos Cardinales, et eius debellatores. A la parte izquierda dice: Hic pingat pictor Antipapam et suos Cardinales, et eius bella... (debellatores, de bellum) A una y otra parte del medio del tronco se mandan pintar los Reyes que son de ambos partidos, y más abajo los grandes señores principales, y las naciones. Al rededor hay algunas palabras de la Escritura alusivas a lo indicado. Y este es todo el artificio del árbol; mas en esto poco se ve que el autor escribió viviendo aún los Pontífices sobredichos; porque a haber ellos finado pusiera los nombres de sus sucesores en el cisma. También se ve que seguía el partido de Clemente VII, que era el de Carlos VI, coronado por el mismo Papa. A este árbol sigue el libro, dividido en cuatro partes: 1.a Contiene la aplicación del Apocalipsi, digo, de las visiones de los Ángeles a las calamidades anteriores de la iglesia; entre ellas está el cuento de Johanna Papissa. 2.a Habla del poder de los imperios antiguos, señaladamente del de Roma. 3.a y 4.a De las guerras y su justicia, causas, leyes, derechos de vencedores, prisioneros, escudos y banderas militares, con buenos documentos para los Reyes. Algunos creen que esta obra sea la que se atribuye al mismo, intitulada Somnium viridarii. Mas en este códice falta la hoja primera de la primera parte, que es donde debía constar en todo caso la ficción del sueño. Por lo demás la obra nada presenta con este aspecto. Y por no cansarte más copiaré algo de su prólogo, con que te certificarás de gran parte de lo dicho. “A la sancta corona de Fransa la qual al iorn de vuy per la hordonansa de Deu regna Carles lo VI en aquel nom fort ben amat (así es conocido con el nombre de el Amado) e per tot lo mon redobtat, so es duna gloria e lausor sobre totes senyories terrenals molt gran Princep yo mapel per mon dret nom honorat Bonet, Prior de Salon en Provincia, doctor en decrets. Soven e moltes hores he agut en volentat de fer algun libre ...”  Y alegando las razones que le obligaron a ello dice: "Primerament com lestat de sancta mare Esgleya es en semblant tribulacio, que si nostre Senyor noy pren algun remedi e Vostra Senyoria, la qual es acostumada de metre a fi, he acabar les cruels aventures de la fé cristiana, io non veyg via ni cami, que sia bona, ni breu acordarse. La segona raho, car io veyg tota sancta crestiandat axi gremada de guerres e de enveges, de rancos e de discordies, que a grans penes pot hom nombrar una petita terra, si es de Compte, de Duch, ho Baronia, que ben sien en pau.

La terça raho es car la terra de Provincia, don io son nat e nodrit, es de present tal tornada ... Perque aquestes rahons man forsat de fer alguna cosa novella per tal que vostra Joventut sia enformada de molts enteniments de la Sancta Scriptura ...”

Hasta aquí lo que me propuse copiar del prólogo. Al fin del libro ofrece escribir sobre les continenses que totes persones sien eclesiastichas o seglars, homens o fembres deven aver. Lo cual no sé si se cumplió. Me he extendido algo en este artículo por amor de los extranjeros, a quienes no les es tan fácil ver esta versión y lo que de ella resulta. El idioma lemosín, que en el siglo XIII había sido el de las cortes de Aragón, Sicilia y Provenza, conservaba todavía en los siglos XIV y XV toda su grandeza, y era lo que ahora el francés en cuanto al número de traducciones. Apenas había obra filosófica, política e historial que no sonase en lemosín. La pequeña corona de Aragón cultivaba entonces a maravilla las ciencias, singularmente las de gusto. Son innumerables los códices que a cada paso se hallan ignorados, y sus autores también. Cuando el principado de Cataluña presente la Biblioteca de sus escritores, y la añada a las que ya han publicado los reinos de Aragón y Valencia, entonces conocerá la Europa que en la corona de Aragón era la literatura la causa de los progresos en la marina, milicia, comercio, artes e industria. A cada paso lamento la falta de esta obra, que me obliga a dejar en el silencio muchas obritas, cuya noticia vendría bien, si fueran ya conocidos sus autores. Esto he dicho porque nadie tilde mi silencio respecto de algunos códices Catalanes de poca consideración. Vamos adelante con los que merezcan ser apuntados, que todavía quedan algunos en esta biblioteca.

De Francisco Alegre, que hizo una elocuente versión en lemosín de los libros de los Metamorfosis de Ovidio, impresa en Barcelona en 1498, queda aquí otra obrita inédita (F. 274), y es la traducción de la primera 

guerra púnica, compuesta en latín por Leonardo Aretino. Dice así en la dedicatoria: Al magnifich cavaller, e maior germa Mossen Anthoni de Vilatorta prefacio de Francesch Alegra en lo trasladar de la primera guerra punica. Al fin dice: Fi de la primera guerra punica acabada de traduir en vulgar catalá, aiudant aquell interminat començ e fi qui nostres fets be començats endressa a X V. de juny del any M. CCCC. setanta dos (1472). Otros ocios mitológicos del mismo autor se hallan en el ya dicho Jardinet de Orats.

De otro escritor que hasta ahora no conozco, y es de mi orden, y de algún mérito, quiero dar noticia, por si otro más feliz que yo alcanza a saber quién es. Su obra es un tomo fol. manuscrito vit. del siglo XIV (B. 320), y tiene este epígrafe: Exposicio de tots los libres de Seneca feyta per frare Luchas, Bisbe Auximen. del ordre dels Preycados, al Senyor Papa Clement VI. Este Papa murió en 1352. El obispado Auximen. será acaso de la iglesia de este nombre en la Marca de Ancona; mas en parte alguna he hallado quién sea este Lucas, que era Catalán y muy docto, como lo muestra este libro. En la inicial de la dedicatoria están entretejidas estas palabras: Jaume buesa ma escrit.

No menos sería digno de saberse el autor de otro tomazo en lemosín (B. 243), que tiene este título: Aquest libre es apellat Suma de collacions u de aiustaments. Es una instrucción de todos los estados y condiciones de la vida humana; pero tan completa, limada y elocuente, que podía ser de gran provecho traducida al idioma común de la nación. La obra se divide en siete partes, y cada una de ellas en muchos capítulos.

También es anónima otra obra, con este título: Tractatus de vita et moribus philosophorum, et de quibusdam dictis eorum. En el prólogo se dice dedicada a Don Pedro, Obispo de Calahorra y de la Calzada, asistente del Papa Sixto IV. Al fin hay: Additio in vitas Ipocratis et Terentii. El epígrafe final descubre algo más lo que ello es.

Dice así: Explicit de vita et moribus philosophorum, poetarum, oratorum ac grammaticorum in civitate Calciatensi tertio kal. aprilis 1482.

En la letra N. 311 se ve un vol. 4.°, que contiene el Tractat dirigit al molt alt Senyor lo Senyor Don Alfonso, Duch de Gandia, reduit de latí en vulgar sobre lo rahonament fet entre Scipio Africa e Anibal, e la batalla entre ells seguida: obra inédita de Fr. Antonio Canals, de mi orden. Contiene en once capítulos lo que sobre esto escribió Francisco Petrarca.

Sigue a esto un escrito anónimo: Tractat de una disputa e demandes fetas per un Prior dels frares de la orde dels Prehicadors del covent de Bolunya ab la anima ho spirit de Guido de Corvo, ciutada de Bolunya a XVI de setembra del any MCCCXXXIIII. Tras esto sigue: Epistola Fr. Bernardi de Riparia ad Guidonem Episcopum Maioricarum de visione et locutione quam habuit Fr. Johannes Gobi, Prior conventus Alestensis, quod idem dicit ac Bononiensis cum Guillermo de Corvo defuncto.

Merecen lugar aquí la vida de Carlos V, escrita por Pedro Mejía, en cinco libros incompletos, de cuya obra inédita cita algunos manuscritos Nicolás Antonio: esta está señalada N. 345. Desconocido es otro manuscrito (N. 343), que trata de los Linajes de toda España, por orden alfabético. Lo compuso el licenciado Don Alonso Coronado, de quien sé que lo escribía a fines del siglo XVI, que es donde concluye la genealogía de las familias, con la expresión de hoy posee este mayorazgo, reside en Madrid, y otras a este tenor; y la descendencia de los Condes de Barcelona la continúa hasta Felipe II y el año 1582. A este tenor podía decir de otros códices, pero sería molesto a mí más que a ti, y de poca utilidad para los dos.

De los privilegios antiguos y costumbres de Cataluña en los siglos XIII y siguientes, hay en esta biblioteca un repertorio, o sea extracto formado en el año 1476 por Francisco Martí y Bernardo Soler, siendo conselleres Galceran Carbó, Berenguer de Junyent, Gerónimo Rayola, Bernardo Marquíllez (Marquilles) y Salvador Spano. Es un vol. fol. vit. (M. 556). escrito con lujo y grande exactitud. Contiene, como digo, el extracto de todos los privilegios, diplomas y cartas de Reyes, que se hallan en cuatro libros del archivo de la ciudad, a los cuales llama primero y segundo verdes, primero y segundo colorados. Los que no puedan disfrutar los originales, tienen en este prontuario las noticias que puedan apetecer para la historia del comercio y artes de Barcelona, y aun muchas eclesiásticas de que acaso haré uso algún día: aunque ya poco hay que añadir a lo que publicó Don Antonio Capmany en sus Memorias. Otro vol. hay en fol. que sirve al mismo objeto, y contiene las cortes celebradas en Cataluña desde el año 1449 hasta el 1452. Propiamente son las actas y proceso de las cortes, de donde el político puede aprovechar conforme sus ideas. Yo he copiado algunas cartas y cosillas, así tal cual, que a su tiempo verás.

Todo entero debe ser copiado y publicado un códice (N. 347) que lo está ya en latín, y por mano extranjera, que tanto ha sido menester para que disfrutase el mundo de cosa tan preciosa. Hablo del libro de los oficios de la Casa real de Aragón, ordenados por el Rey Don Pedro IV, a 18 de octubre de 1344, el cual publicaron los editores de las Actas de los Santos, y después segunda vez en el tomo I del Thesaurus ecclesiasticae antiquit. donde recogieron todos los documentos y cosas más particulares de aquella vasta obra. Aquellos editores dicen que lo copiaron de un códice de Antuerpia, cuya historia refieren ellos mismos. Lo que yo sé decir es que he careado con esta edición el ejemplar que aquí hay en lemosín, y sé que aunque faltan al nuestro todos los dibujos que adornan al de Antuerpia, es mucho más exacto y expresivo que la traducción, y en algunos lugares más completo. El título dice así: 

Libre de tots los officis de Casa del Senyor Rey, del que quiscu ha de fer segons son offici. Al fin hay estos versos:

Qui scripsit scribat, semper cum Domino vivat.

Johannes Roig vocatur qui scripsit benedicatur. Amen.

Die XX. mensis octobris ann. M.CCCCLXVII. (1467) 

Sirva esta noticia por si no pudiere ver otros ejemplares, que según me dicen hay en el archivo real, y algunos de ellos con figuras y representaciones de los oficios. Lo que digo que debía hacerse con este códice, he hecho yo, y con no poco trabajo, con otro documento histórico tan largo y embrollado como útil. Es el caso que en un vol. fol. men. (L. 335) manuscrito en vit. se halla lo siguiente: Varios sermones de Conceptione, ortu et Assumptione Beatae Mariae Virginis, de Inventione Sanctae Crucis etc. Item constitutiones D. Joannis Sabinen. Episcopi in Illerda. = Synodus Barcinone habita a D. Petro de Albalat 1241. No es provincial, como creerá alguno, sino diocesano, vacando esta iglesia. Synodus D. Fr. Petri de Centelles, Episcopi Barcin. 1243: fragmentos del de 1244 y algunas otras cosillas que no pierdo de vista, y que se llevarían toda la atención, si no se hallaran entre ellas 28 hojas que contienen un Cronicón entero desde la era I de España hasta la 1340. Obsérvase en él alguna variedad de caracteres y tintas, lo cual prueba que es obra de diversas manos, y esto lejos de desautorizar el escrito, le da más autoridad. ¡Ojalá en esta clase de obras se observara siempre esa diferencia; por donde pudiera inferirse que escribían las noticias testigos oculares o coetáneos! Sin embargo, en la que digo no se advierte que haya trabajado ninguna mano anterior al siglo XII, y aun a duras penas se podrá decir que sea de ese tiempo el que formó el plan de toda ella, escribiendo en los cuadritos que resultan de varias lineas horizontales y verticales, todos los cómputos, eras, años de Cristo, indicciones, epactas, áureo número, ciclos y días de la Pascua. Y aunque son muchos los que en él trabajaron, sobresale la mano de algún monje Benedictino de Santa María de Ripoll, que tuvo cuidado de notar los óbitos de sus Abades y aun de algunos monjes, y las varias dedicaciones de su iglesia, y aun al año 935, dice así: In isto anno fuit secunda dedicatio huius coenobii Rivippulli. Así que sin impropiedad he creído deberle llamar Cronicón de Ripoll, y aunque sean conocidos otros con el mismo nombre, este es mucho más completo, no sólo en el número de artículos en que no hay comparación, sino también en la extensión con que escribe los ya publicados en otros. Particularmente se ve esto, si se compara con un Cronicón que hay en el día en dicho monasterio, del cual tengo copia exactísima, o más bien un dibujo, y sólo comprende desde el año de Cristo 27 hasta el 1191, con poquísimas y escasas noticias. No carece el nuestro de inexactitudes, singularmente en la cronología de los Papas de los primeros siglos, y aun en la de los Emperadores; pero es tan exacto como abundante desde el siglo X. Por esta razón, he querido copiarle todo, como está, para nuestra colección, no siendo difícil a los doctos corregir las erratas, y más con la ventaja de disfrutar entero este documento, que es el más completo de los Ripollenses. Con él y el que ahora dije de aquel monasterio, y los dos que copié en Tortosa, y el que he copiado aquí en mi convento de Santa Catarina, tenemos cinco Cronicones que regalar al público, y endulzar un tanto nuestras tareas. Descansemos hoy de ellas, que harto queda para otros correos.

A Dios. Barcelona. 


https://es.wikipedia.org/wiki/Convento_del_Carmen_(Barcelona)