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domingo, 28 de abril de 2024

3-9, De la hambre, peste, y segunda sequedad de España.

Capítulo 9.

De la hambre, peste, y segunda sequedad de España.

Aliviada España del proceder de Nabucodonosor, según el cómputo de los años, tuvieron algunos de quietud los españoles, y en ellos se olvidaron de los castigos antecedentes, pues provocaron nuevamente la suma justicia, que les castigó algunos años, y parecía volver la destrucción de España toda: pues aquellos años no favoreció el Cielo a la tierra con agua, cerrándose las fuentes de sus favores: faltando el Cielo, faltaron las fuentes, y ríos, se consumieron los bastimentos antiguos, acudió la hambre, llamó la peste, y de una, y otra fantasma de la vida pereció la mayor parte de los nacidos; creció el contagio, se multiplicaron las muertes; y sobre tanto mal, aún no satisfecho Dios ofendido, el año 500 antes de su divino nacimiento, abrió Eolo sus cuevas, y cavernas, salieron los huracanes, y torbellinos, tembló la tierra, reventó en volcanes, de forma, que todo era azote, venganza, e ira contra los desconocidos a los favores divinos: quien más sintió el castigo fue Cataluña en los Pirineos, o por más culpada, o para que excediese a los demás pueblos en el arrepentimiento de los pasados errores. (1: Flor. lib. 2, cap. 40 y 41. Garibay lib. 5, cap. 5. Marián lib. 2, cap. 19. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 10.)

Lo más admirable fue, abrirse uno de los Pirineos, rompiéndose en una grandísima boca, que publicaba el secreto que escondía en lo precioso de la plata, ya hecho público a fuerza del violento temblor:

llegó la noticia a los Phocenses que se hallaban poblados en Alba; los cuales codiciosos, olvidados de los pasados castigos acudieron al monte, vieron la plata, avisaron a Marsella, se llevaron para la prueba, y conocido su valor cargaron cuanto quisieron, sin estorbo de nuestros paisanos que aún no lo entendían (N. E. Los atontados catalanes aún existen, y votan); bien que los Rodios del Ampurdán ya usaban moneda, pero debía ser de otro metal, o no era aún admitida en los otros pueblos de esta Provincia. (N. E. Muy bien, haces una moneda para intercambiar con los de tu pueblo. Amb dos collons.) 

(2: Pujadas lib. 2, cap. 10.)

moneda catalana, Barcino, Carol II, rex, Carlos II, 1674, Hisp.

Partieron los marselleses ufanos, gastaron largo, adornaron su ciudad; y aumentada con tal comercio, venían, y volvían cuando les parecía, y se levaron un inmenso tesoro. (N. E. Todo esto delante de las narices de los imbéciles catalanes de aquel tiempo.)

Vino la noticia a Cartago por los marselleses que allí contrataban, culparon a los agentes que tenían ya en Andalucía, se excusaron por vivir lejos, y más cercanos los de Marsella: confirmados con la disculpa se aseguraron del hecho, dieron crédito a la fama, dispusieron armada para venir a Cataluña, nombraron capitanes a los dos hermanos Asdrúbal, y Amiclar: pasaron estos a Cerdeña, se detuvieron embarazados por las guerras, murió Asdrúbal, y no pudo venir Amiclar por las revueltas de Sicilia.

Acabada la guerra de Sicilia, tuvo segundo orden Amiclar de pasar a Cataluña, y que antes ocupase a Mallorca: quiso ejecutar el orden: 
le enviaron delante algunas naves, que divididas a fuerza del temporal, fueron arrojadas unas a Ibiza, otras a Andalucía, y otras a Valencia, que esperando a Amiclar no pasaron adelante: había vuelto de Sicilia a Cartago Amiclar, pero no pudo venir, detenido para acudir a la guerra particular, y de la república, y a la de África: esto sucedió desde el año 500 antes de Cristo: y el 478 entraron los Ciudadanos de Cartago como veremos. En toda esta circunferencia de tiempo, no hallo que en Cataluña dominase nación extraña, habiéndose hermanado con los naturales (N. E. ¿qué naturales, los descendientes del inmigrante sin papeles Tubal?) las que habían entrado, gobernándose uniformes. 

(3: Medina lib. 1, cap. 18. Flor. lib. 2, cap. 41, 42 y 43. Beuter lib. 1, cap. 13. Mar. lib. 1, cap. 19. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 11.)

En la Andalucía, y otras partes de España, el año 562 antes de Cristo entraron los cartagineses con su capitán Messeo, primero tuvieron agentes, luego colonias, y últimamente dominaron toda Andalucía, Castilla, y aquellas Provincias: los hechos, guerras, y fundaciones dejo a los curiosos, que lo podrán ver en Morales, Garibay, y Mariana.

entraron los cartagineses con su capitán Messeo

miércoles, 24 de abril de 2024

2-2, De Hibero segundo rey, y de sus hechos.

Capítulo 2.

De Hibero segundo rey, y de sus hechos.

Hibero, sucedió a su padre Tubal en el gobierno de esta Provincia, residió durante su vida junto al Ebro, al cual dio nombre, y a España, o por su respeto los Hiberos. (1: Pujades, Cor. lib. 1. ca. 11 y 12.)

Fundó Illiberis (Elna) en el llano de Rosellón, y otros pueblos en los Pirineos, como Sureda, Albera, y Magdalot. (2: Compte, cap. 2, 7, 8. Pujades, Cor. lib. 1. cap. 12.) 

Fundó la ciudad de Iberia cerca de Tortosa: dicen Dionisio Alexandrino, y Prisciano, que de esta Provincia, y de otras de España, salieron a poblar la Asia menor, entre los Colcos, Albanos, y Caspios; y que a Hibernia la fundó un capitán español llamado Hibero.

En este tiempo los Celtas de Francia, guerrearon con los Hiberos españoles por los términos, tan antigua es la antipatía de Cataluña con la Francia. Murió Hibero año del Mundo 1982. Reinó 38 años. (4: Garibai, Garibay, lib. 4, cap. 6. Pujades, Cor. lib. 1. cap. 12.)

Celtas cortos, música

domingo, 27 de agosto de 2023

III. Beotibarco gudua.

III.

Beotibarco gudua.

(Fragmento.)

Beotibarco gudua.

Como quiera que del canto conmemorativo de esta batalla sólo nos queda un insignificante fragmento, conservado por Garibay y reproducido más tarde por numerosos escritores nacionales y extranjeros, no creo inoportuno dar en este lugar algunas noticias acerca de dicho combate, valiéndome al efecto de lo que sobre él han referido el eminente historiador guipuzcoano citado, el Bachiller Zaldivia, Baltasar de Echave, el Doctor Lope de Isasti, Iztueta, y otros cronistas.

Cansada Guipúzcoa de sufrir vejaciones que en los últimos tiempos había recibido del reino de Navarra, al cual estuvo unida durante setenta y siete años consecutivos, siguiendo la suerte ya próspera, ya adversa del mismo, acordó su separación de esta, y su libre y espontánea incorporación a la Corona de Castilla, como así se verificó en 1200 y en el reinado de D. Alfonso VIII. (1: Garibay, compendio historial, libro IX, cap. VI, folio 408, y libro I, cap. III, pág. 11.) 

Suscitáronse diferencias entre los Navarros y Guipuzcoanos, sobre diversos puntos, y entre ellos sobre la posesión del castillo de Gorriti, situado cerca de Berástegui, en los límites de ambas provincias, escisiones que según el parecer de Isasti eran encendidas y alimentadas principalmente por los franceses. (1)

Irritados los navarros por la separación de Guipúzcoa de aquel reino, negáronse a entregar el castillo de Gorriti, que ocupaban a la sazón, y desde él se entregaban de noche a repetidas correrías por los pueblos 

fronterizos de Guipúzcoa, incendiando y saqueando varios de estos, y asesinando a su habitantes.

No pudiendo ya los guipuzcoanos sufrir por más tiempo tan insignes atropellos, decidiéronse a hacerse dueños a toda costa del citado castillo de Gorriti, y dirigiéndose sobre él se apoderaron a viva fuerza en término de hora y media, dice Iztueta, (2) haciendo prisionera a toda su guarnición que fue pasada a cuchillo.

La noticia cundió con la velocidad del rayo por los ámbitos de Navarra, encendiendo en cólera a sus habitantes y decidiendo al Virrey D. Ponce de Morentana que gobernaba el reino a nombre del Rey de Francia, a levantar un poderoso ejército con el que pudiera vengar aquella afrenta.

"Juntaron gran ejército los Navarros - dice el Bachiller Zaldivia (3) - y entraron en la Provincia muy poderosamente, y lo que en su entrada sucedió se sigue aquí, según está asentado ab antiguo al principio del Cuaderno viejo de la Provincia: y se halla escrito en 


(1) Compendio historial de Guipúzcoa, libro II, cap. IV, párrafo 5, pág. 272. 

(2) Condaira de Guipúzcoa, parte III, cap. XI, pág. 288-289.

(3) Suma de las cosas Cantábricas y Guipuzcoanas, escrita en 1564 por el Bachiller Juan Martínez de Zaldivia. - Este tratado de poca extensión, pues sólo consta de 27 capítulos, permanece inédito. 


la Iglesia de Puente de la Reina, Villa principal de Navarra; año a nativitate Domini millessimo, trigentessimo primo; sea que vino de Francia Don Ponce de Morentana, Vizconde de Oña y gobernador general de Navarra, el día miércoles ante la fiesta de Santa Cruz de septiembre, que vino la nueva, que los guipuzcoanos habían tomado el Castillo de Gorriti; y mandó dicho Gobernador juntar cuanta gente pudo: y todo esto no fue por otra cosa, salvo por destruir a Guipúzcoa; y salió el dicho Gobernador de Pamplona con gran gente un día domingo víspera de Santa Cruz, que era la gente sin cuenta, y partieron el dicho día de Santa Cruz y anduvieron recogiendo la gente toda la semana hasta que se juntaron de Navarra, y Gascones y Franceses setenta mil combatientes, (1: Sobre esta cifra se nota alguna variedad en los diversos escritores que se ocupan del suceso) y entraron en Guipúzcoa día viernes ante la fiesta de San Matheo; quemaron a Verástegui, e hicieron mucho daño a la Iglesia de ella; y el sábado siguiente llegaron hasta Beotibar, allí Gil López de Oñaz, que era Señor de la casa de Larrea, principal al tiempo en el lugar de Amasa con ochocientos Guipuzcoanos, y desbarataron toda gente, y tomaron preso a Martín de Aybar hombre de mucha estimación en Navarra, el cual decía que había pechar a los Guipuzcoanos, que quisiesen calentarse al sol, y que vendería el sol por dineros; e a tercero día le mataron a Juan López de Urroz Merino de las Montañas, e a Pedro de Oibar, e a Martín de Eusu, fijo (hijo) del dicho Martín de Oibar, y a Pedro Sotes, e a Pedro García, e Juan de Urti, fijo del dicho Pérez, e bien a otros cincuenta y siete Caballeros, e otra mucha gente, e Don Miguel Sanz Albarez (Álvarez), e D. Martín Hiertu, e D. Martín Roncal, e mucha otra gente de la Ciudad fueron presos y muertos, e el Sr. Rosenil, e Juan Corboran e Juan Martínez de Medrano, e Juan Enrri-quez, e murió el hermano del Gobernador e Bernat Caritut, e D. Martín de la Pelena; e volvieron (N. E. bolbieron en el original) Gil López, e su compañía, y toda la hostillamenta de bestias, y armas de la Hueste que montaba cien mil libras; y escapó el Gobernador en camisa, y todos los otros fueron presos e muertos; y esto acaeció el dicho día sábado, año de mil trescientos veinte y uno, por lo qual quejándose los Navarros del término de Beotibar, donde fue la batalla, antiguo dicho suyo es: Beotibar, Beotibar, hic daucac Martín de Oibar.” (1)

Sobre el ardid de guerra de que se valieron los guipuzcoanos para alcanzar tan brillante victoria, dice Baltasar de Echave en sus Discursos de la antigüedad de la lengua Cántabra-bascongada, (2) y reproduce 

Isasti en su Compendio historial:

(1) Isasti cita también sobre el mismo asunto este proverbio anónimo: "Arreosibai, arreosi, Martín de Oibar an erre eta egosi.”

(2) Un tomo en 8.° impreso en Méjico en la Emprenta de Henrrico Martínez. Año de 1607. Cap. 21, p. 75. 

"Lo cual visto por los nuestros (la invasión de la Provincia), acudieron de repente con hasta ochocientos soldados que se juntaron, llevando por Caudillo y Capital general a Gil López de Oñez (Oñaz), señor de la casa de Larrea, en la villa de Amasa, persona bien diestra y ejercitada en todo trance, por cuya orden habiendo llevado y subido muchas cubas deshechas, que proveyeron todas aquellas caserías de la comarca, a las 

Montañas que están a los lados del Valle que se llama Beotibar, que quiere decir Valle de yeguas, por donde los enemigos habían de pasar, y llenándolas de piedras a tan buen tiempo las dejaron rodar, que desbarataron toda la avanguardia (N. E. vanguardia; avant garde) de los Franceses, y visto los enemigos el daño de los delanteros, dieron a huir todos ellos, y los nuestros a seguirlos en las angosturas y asperezas, donde hicieron mucha riza y matanza..." 

En conmemoración de este gloriosísimo combate, del que se han ocupado la mayor parte de los historiadores que han tratado de los asuntos del país vascongado, se compuso una canción en lengua euskara, de la que tan solo se conserva la primera estrofa, recogida por el insigne Garibay, y reproducida después en un sin número de obras antiguas y modernas.

Indudablemente el canto debió existir completo y lástima es que por nuestra desidia o por la poca costumbre que ha habido siempre en nuestro país de escribir tales canciones, fiadas únicamente a la memoria 

del pueblo, se haya perdido también esta nueva composición, que remonta según todas las apariencias a la época misma de la batalla de Beotivar, dada como se ha dicho el 19 de septiembre de 1321.

He aquí el insignificante fragmento que nos ha quedado de este canto:

"Milla urte igarota (1) 

Ura bere bidean,

Guipuzcoarrac sartu dira 

Gazteluco (2) echean,

Nafarraquin batu (3) dira

Beotibarren pelean.” 


El Bachiller Zaldivia, e Isasti han traducido esta estrofa en la siguiente forma:

“Al cabo de años mil

vuelve el agua a su cubil.

Así los guipuzcoanos han vuelto

a ser castellanos, 

y se han topado en Beotibar

con los navarros.”


(1) Igaro, pasar. Milla urte igarotá... después de pasar mil años...

(2) Desígnase a Castilla con el nombre de Gaztela. (N. E: de gaztelu, castillo, Castilla.) 

(3) Batu equivale a unirse. Aquí más bien encontrarse.

Todos los años celebra todavía la villa de Tolosa el día de su patrono S. Juan con un baile conocido con el nombre de pordon-dantza, (baile de palos), creado en conmemoración de la célebre batalla de Beotibar.

No concluiré estos apuntes sin recomendar al lector la lectura de la preciosa tradición escrita sobre el asunto por el distinguido literato guipuzcoano D. Juan V. de Araquistain, con el título de Beotibarco celaya.