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viernes, 21 de abril de 2023

CARTA CLIII. Noticia de algunas bibliotecas de Palma de Mallorca y de sus libros y códices más raros y no conocidos.

CARTA CLIII. 

Noticia de algunas bibliotecas de Palma de Mallorca y de sus libros y códices más raros y no conocidos. 

Mi querido hermano: Los ratos y días en que no estaban accesibles los archivos he empleado, según mi costumbre, en el escrutinio de algunas bibliotecas de esta ciudad, notando y apuntando algunas cosillas bibliográficas, dignas de la noticia pública, y no conocidas de nuestros bibliógrafos. Esta colección hubiera sido mucho más completa, si mi salud me permitiera ver todas estas librerías. Pero no ha sido posible examinar más que las tres o cuatro que diré.

Y no me he propuesto hablar de los escritores naturales de la isla. Esta empresa es para otros más desocupados que puedan fijarse exclusivamente en la averiguación de todos los pormenores necesarios para escribir una Biblioteca de provincia. Cosa que aquí está por hacer todavía y que es de esperar no tarde en verificarse, según la buena disposición y amor al bien público que veo en mi amigo el presbítero Don Josef Barberi, el cual de los sujetos que he tratado aquí, es casi el único capaz de esta empresa, para lo cual no basta talento y erudición si no hay genio particular para esta clase de trabajo. En resolución, esto no me toca a mí. Y ya que tomé las notas que digo, allá van y valgan lo que valieren: siempre será añadir algo al acervum mercurii.

En primer lugar en la biblioteca pública episcopal establecida y dotada por el Obispo Don Juan Díaz de la Guerra, vi un cod. ms. fol., cuyas hojas, parte son de pergamino y parte de papel, escrito a dos columnas. Contiene la Summa fratris Monetae, ordinis fratrum Praedicatorum contra hereticos. Es sin duda alguna de fines del siglo XIII, y más antiguo que los pocos códices que disfrutó para la impresión que hizo de esta obra en el siglo pasado el Italiano P. M. Fr. Tomás Agustín Ricchini, de mi orden. Entre algunas variantes que hubieran ilustrado más el escrito hallo que en el lib. 3, cap. 3, donde dicho padre leyó que Moneta escribía su obra en el año 1244, nuestro códice dice: non enim sunt plus quam mille ducenti XL et unus annus, quod ipse (Christus) factus est homo.

Otro códice fol. ms. en papel en el siglo XV, contiene las obras siguientes: Incipit pastoralis liber magistri Francisci Eximeneç; es la obra ya conocida de este doctísimo Franciscano, dedicada a Don Hugo, Obispo de Valencia, y escrita a instancias de Miguel de Miracle, rector de la iglesia de Penaguila, como se ve en su dedicatoria. =

Tractatus de principatu Papae editus a Fr. Augustino de Roma, ordin. heremitarum S. August. = Propositio adversus quosdam curiosos detractores ecclesiae, quia possidet, et super statu eius: facta coram sanctissimo et beatissimo Romano Pontifice Dno. Nicolao quinto, viro devotissimo. Esta obra es de Lope de Espejo, natural de Orihuela, de la cual Don Nicolás Antonio dio una noticia completa y muy conforme con este códice, que se escribió en Italia.

Otro códice, igual al pasado, comienza por el Salustio, que está entero, con todas sus invectivas, y las oraciones de Cicerón tocantes a aquellas guerras. Contiene varias obrillas de ingenio de autores Italianos; y también el Bartolomei Facii ad Karolum Vintimilium de origine inter Gallos ac Britannos belli: cosa del siglo XV. Entre estos escritos se halla uno que más nos interesa, y es: Oratio coram Sanctissimo D. N. Papa facta per reverendissimum in Xpo. patrem dominum Jo.

Maioricen. Episcopum, et Serenissimi Domini Regis confessorem. Es la que ya dije del Obispo Don Fr. Juan García, y que envié con el episcopologio. Estos son los únicos manuscritos que aquí he hallado dignos de atención. También la merecen algunas ediciones raras del siglo XV. Tal es una ignorada de Don Nicolás Antonio (y no sé si del P. Méndez, cuya obra no tengo a mano) de uno de los escritos más famosos de Raimundo Lull. Es un vol. fol. a 2 col. Incipit liber divinalis vocatus Arbor scientiae editus a reverendissimo doctore magistro Raymundo Lull. = Pr.: Deus cum tua virtute incipit arbor scientiae. In desolatione et fletibus stans Raymundus. = Al fin se lee: Deo dante arbor scientiae reverendissimi magistri Raimundi Lull presens opus nuncupatum in nobili civitate Barchinone per Petrum Posa, presbiterum et Cathalanum XXII. augusti anni M.CCCC.LXXXII. correctissime fideliterque completum fuit. Deo gratias. Amen.

Otro impreso hallé aquí, y es el primero de esta isla, del cual daré razón, por si no lo conoció el P. Méndez. Es un tomito en 4.°, de unas treinta hojas, sin foliatura. Empieza así: Incipit tractatus magistri Johannis de Gersonno, Cancellarii Parisiensis de regulis mandatorum. - Prol. Agamus nunc interim quod natura, etc. - Al fin se halla este epígrafe:

Doctissimi magistri Johannis de Gersonno presens opus: opera et impensis reverendi Bartholome Caldenteii, sacre theologie proffessoris impressum est: arte vero et industria ingeniosi Nicolai Calafaii (f. Calafati) Balearici in maiori ex Balearibus imprimentis, anno salutis MCCCCLXXXV, die vero XX mensis junii.

- Sigue: Jacobi Olesie civis balearici vice impressoris ad lectorem epygramma.

Perstrinxit legis praxim moresque Joannes,

Cui de Gersonno nomen habere datur.

Si ergo tuum, lector, pectus celestia tangunt,

Hunc eme: plus solus quam tibi mille dabit.

Iste docet mores sacros, animumque perornat,

Vitaque sit nobis qua peragenda via: 

Quid sit honestum, quid iustum, quid denique sanctum,

Quidve pium monstrat, quae fugienda mala.

Detegit hic celum, et callem flagrantis averni

Neu phlegethonteis afficerere malis.

Ad summam: hic vigili ducit rectore carinam,

Quae mundi immergi naufraga posset aquis.

Huic igitur grates tanto pro munere, lector,

Redde; sed est nobis gratia habenda magis. 

Ille opus exegit: fateor; sed copia habendi 

Nostra est per terras multiplicata manu.

No debo olvidar la noticia de algunas ediciones extranjeras, por ser de aquellas clásicas que con tanto conato examinan y celebran los bibliógrafos de otras naciones. Y sea la primera el Comentario del jurisconsulto Juan Andrés sobre las constituciones llamadas Clementinas, impreso en Roma en 1473, en folio, del cual hay aquí un ejemplar, con este epígrafe final copiado a la letra: "Presens harum Clementinarum preclarum opus Jo. An. iuris canonici lumen. alma in urbe Roma. totius mundi regina et dignissima Imperatrix. que sicut pre ceteris urbibus dignitate preest. ita ingeniosis viris est referta. non attramento plumali calamo neque stilo ereo. sed artificiosa quadam adinventione imprimendi seu caracterizandi sic effigiatum. ad Dei laudem industrieque est consumatum. Per Udalricum Gallum Almanum. et Simonem Nicolai de Luca. Anno Domini M.CCCC.LXXIII. die vero sexta mensis Julii.” Quiso de buena fe el impresor advertir que el libro no estaba escrito con pluma, no tanto por su semejanza con los manuscritos, que es muy grande, cuanto por precaver el daño que sufrieron en París los compradores de las Biblias que imprimió Fausto N., el cual vendió los ejemplares impresos a precio tan subido, como si fueran escritos de mano. Y yo sospecho que este ejemplar está impreso de plancha, y no con caracteres sueltos; y que a eso alude la palabra effigiatum. En fin, de esto podrá decirse más, si conviene, viendo los bibliógrafos modernos.

Lo mismo podrá hacerse con la antigua y primera edición de Apuleyo, de que hay aquí un ejemplar muy bien conservado, en un vol. fol. sin signaturas ni foliatura, donde están todas sus obras, con el Breviario que trabajó Alcinoo de la vida y doctrina de Platón. Allá va su epígrafe final: Lucii Apuleii platonici madaurensis philosophi metamorphoseos liber: ac nonnulla alia opuscula eiusdem: necnon epitoma Alcinoi in disciplinam Platonis desinunt. Anno salutis M.CCCC.LXIX. Paulo Veneto regnante secundo. anno eius quinto. die vero ultima mensis Februarii. Rome in domo Petri de Maximo. No honra menos a esta biblioteca la posesión de otra edición extranjera, pero que puede reputarse por española por serlo el sabio monje de Poblet Blas Romero que la procuró, a quien debe Italia la correctísima impresión de las obras morales de nuestro Séneca, que es la de que hablo. Es la misma de que en mi viaje de Francia encontré dos ejemplares en Perpiñán. No me será desagradable dar aquí su noticia. Es un vol. fol. que contiene todas las obras morales de aquel filósofo, y al fin de sus Proverbios se halla este epígrafe: Sub domino Blasio Romero, monacho Populeti, philosopho ac theologo celebri est impressum hoc opus in civitate Neapolis anno Domini M.LXXIIIII (sic), Divo Ferdinando regnante. En la nota numeral falta la de los centenares que debe ser CCCC. Y aunque al fin no se halla nota de edición, mas es la misma desde el principio al fin del volumen, y no queda duda en que toda es de ese año 1475.

Todos estos libros eran antes de la santa iglesia catedral, de cuyo archivo los sacó el M. I. Cabildo y regaló a esta biblioteca el año 1798 para la común utilidad. Y los ha encuadernado curiosamente y a sus costas el bibliotecario Don Guillermo Remón, presbítero.

En la biblioteca de este convento de mi orden he visto algunas ediciones antiguas, dignas de memoria. Una hay de la Ética y otros libros de Aristóteles, fol., cuya época no pude saber por carecer el libro de las primeras y últimas hojas. Pero ciertamente es de las primeras producciones de la tipografía, como se ve no sólo en que carecen de foliaturas, sino en el aire que se da a los manuscritos, y por un no sé qué que se echa ya de menos a proporción que este arte se fue extendiendo.

De la obra De regimine Principum de fray Egidio Romano, del orden de San Agustín, se halla aquí la versión lemosina en dos diferentes ediciones de Barcelona. La primera concluye así: "Referida gracia al omnipotent Deu es dat fi a la preclarissima e divina obra de moral philosophiae a recolligida de tot lo discors de ethica, iconomica e politica del princep dels philosophs Aristotil per lo litteratissim e (leo litteratissime) reverend mestre en sacra theologia frare Egidi Roma del orde de Sant Agosti, en vulgar catalá, ab algunes gloses molt specials posades en la fi dels capitols, prenent lo vocable textual sobre lo qual es la glosa. Impressa en la insigna ciutat de Barcelona per mestre Nicolau Spindeler empremptador, a despeses del venerable en Johan Çacoma, venedor de libres; emendat e corregit per lo reverend mestre Aleix, regint les scoles en dita ciutat: lo segon dia de noembre, any M.CCCC.LXXX.” Es un vol. fol. sin foliaturas, impreso magníficamente a plana entera. La otra edición tiene el mismo epígrafe final, sino que se dice impresa per Johan Luschner, alemany, empremptador, a despeses del honorabile Franch Torber, mercader alemany... a XXII de octubre, any M.CCCC.XCVIII. Vol. fol. a dos col. sin foliatura. Va lo dicho por si es especie nueva y no conocida, que aquí no me es fácil reveer mis trabajos anteriores ni lo que publicaron algunos bibliógrafos. En la misma duda estoy acerca del autor de esta traducción lemosina, de quien el libro no da indicio alguno.

También se halla el opúsculo del Papa Inocencio III antes de subir a la Silla de San Pedro, De vilitate conditionis humanae, impreso en Barcelona por el presbítero Pedro Posa, año 1499, de cuya obrita ya he hablado otras veces.

Más apreciable es otra edición no conocida de nuestros bibliógrafos, porque tampoco lo es la obrita que contiene. Su autor, el noble Valenciano D. Francisco Carroz, está reconocido por Bayer en la Bibl. vetus de Nicolás Antonio, como poeta de fines del siglo XV. Mas aquí entre los tomos de Varia en 4.° hay un escrito suyo en prosa lemosina, que es y debe llamarse poema moral. Comienza por este título, estampado en la primera hoja con letras grandes: Moral consideracio contra las persuassions, vicis y forces de amor. Sigue en la segunda hoja una carta con este epígrafe: Fon demanada diverses voltes per una persona de gran stima a Don Francesch Carroç Pardo de la Costa una sua moral consideracio; lo qual trames aquella ensemps ab la present lletra. Sigue una carta dirigida al que le pedía su obra, la cual dice que tenía compuesta diez o doce años había. A la carta sigue otra vez el título así: Regoneixença e moral consideracio contra les persuasions, vicis e forces de amor, feta per lo noble Don Francesch Carroç Pardo de la Costa. La obrita con lo dicho compone veinte y ocho hojas de bellísima letra; mas no consta el lugar ni año de impresión, que también carece de foliatura; pero siendo tan parecida a las de aquella ciudad, de donde era natural y donde vivía el autor, es claro que debe tenerse por de la misma, y según conjeturo del año 1480 al 1490. Para muestra de su composición y lenguaje limado copiaré aquí el trozo siguiente. Después que al estilo de los poetas de aquel tiempo personifica a la razón que rebate los argumentos de la pasión y persuade la vanidad y locura de los que sirven al amor (en que hay cosas graciosísimas), el autor, que supone haber oído estos razonamientos en el silencio de la noche y en el secreto de su corazón, concluye así su tratado: "De tan gran excellencia foren vistes a mi les coses hoydes e contemplades, que mes avant los dubtes de ignorancia, la diversitat dels contrasts, e los combats d' importuna temptacio, no trobaren loch en mi. Axi que per gran benaventura mia, vent (veent, veient) la causa de amor condemnada, e la mia flaca força defesa; ¿com pore yo callar e detenirme que les mies altes veus no criden:? ¡O mortals, o mortals! y mes vosaltres enamorats! obriu, obriu los ulls: que aquell, a qui naixer li have, morir li resta: y al que segueix error dolor li es aparellada. No durmau, que temps es de vellar. Vellau, vellau; e si la pesada son dafectio enganosa vos te occupats, tant que clar iuhy nous consenta, desperteus la vostra propria naturaleza, de la qual grans clamors hoig esent que son los que dona. Mirau que diu: liberts, carts, simples, tractables, sens enveja, sens vana gloria, sens superbia, sens crueldat, sens frau, sens cobdicia vos engenrri. De mi no enganos pensament, no cautela simulada, no la fe corrompuda, no falsa religio, ni les tantes diversitats de mals rebés. Hon es lo reçel, hon la vergonya, en veure que pijors finam, que no començam? Esi (E si) aquesta (veu) no basta, que tant y mes de quant bastar deuria, despertenvos los incomportables dans, que de vostres breus y dolorosos delits sentiu. Despertenvos les forces de la raho, e lo premi de la virtut: la una volent, e laltra seguint, sereu guiats, sereu defensats, seran spargits los nuvols que porten ceguedat a la vista, etc.” Tampoco quiero omitir que hablando de los males y precipicios a que el amor ha conducido a los que le siguen, entre los varios ejemplares de los antiguos que cita a este propósito, pone los dos siguientes: Lo nostre Massias, l'  espanyol Oliver de si mateix amant foren homeyers. ¿Quién serán estos Masias y Oliver, homicidas de sí mismos por la fuerza y violencia de su amor? Sin duda serían desgracias recientes y conocidas de todos en tiempo del autor. Item: he advertido que a lo que ahora llamamos minutos de hora, él todavía llama puntos, cuando pintando la vanidad que suele reinar en los profesores de las artes y ciencias dice: "Pasem al astrolech: sent com les steles e los signes, los planets tarts o langers en hores e punts ab lo seu moviment les spheres discorren.” Debes saber que hasta fines del siglo XV no se conoció el nombre de minutos. Y baste de su libro: el cual, si me queda ocio para ello, he de copiar entero. Vamos a otra cosa.

Hállase aquí la edición que creo ha de ser rara de la obra siguiente de medicina: Johannis Maliani, Mediolanensis quaestio de caliditate corporum humanorum tempore hiemis et estatis, et de antiparistasi, ad celebrem philosophorum et medicorum universitatem Ticinensem. = Al fin del tratado dice el autor: Finita Galiate X octavo mensis novembris M.CCCC.LXXII. Luego sigue este dístico tipográfico:

Mira Parmensis Zaroth me Antonius arte

Anguigeri prima fecit in urbe ducis. 

M.CCCC.LXXIIII. die XX. septimo augusti.

Es un vol. en fol. de sesenta y dos hojas, impreso a dos columnas sin foliatura ni signatura alguna, muy bien conservado.

De la obra lemosina de albeiteria de Manuel Díez se halla aquí una edición no conocida, y sin duda anterior a las que lo son. Dice así el epígrafe final: "Fonch estampat lo present tractat molt necessari e profitos per qualsevol cavaller ho gentil home, ço es, per saber coneixer qualsevol malaltia ho accident que pot venir al cavall ho a la mula e saber curar aquelles. E fonch estampat en la insigne ciutat de Barçelona al Bany nou per Dimas Bellestar y per Joan Gigló. E fonch acabat a XVIII del mes de juyn del any M.D.XXIII.”

Del Español Salvador Matamoros habló Nicolás Antonio, mas no tuvo noticia de la siguiente obra suya: "Reveren. D. Bacalaurei Salvatoris Romani Matamoros Hispani. = Computus novus ecclesiasticus sive Romanus, in quo multa ad diversarum rerum notionem continentur, aureus scilicet numerus, concurrens sive epacta, littera dominicalis, dierum festorum mobilium inventio, lunae coniunctiones, etc. = Quae omnia unusquisque perpetuo absque breviario, calendariove, summa brevitate facillime per sinistrae manus iuncturas consequi poterit; noveritque quantam ipse reveren. baccalaureus Salvator ecclesiasticis nedum, sed et laicis omnibus utilitatem miro attulerit artificio. = Venetiis apud Jacobum Picaiam excudebat 1570.” Todo es del frontis del librito en 4.° dedicado al Cardenal Cervantes, Arzobispo de Tarragona. El autor dice que concluyó esta obrita idibus aprilis 1567 in Romana curia.

Estas y otras antiguallas bibliográficas hay en esta librería, que ciertamente no merecen el desprecio y olvido en que yacen, que respeto de algunas de ellas llega a algo más que a desaliño y poca curiosidad.

La biblioteca de los PP. Capuchinos llamó particularmente mi atención, y llamará la de cualquiera que tenga gusto de ver una pieza aseada, y unos libros colocados y cuidados como se merecen tan fieles amigos. Esto debe la que digo a su bibliotecario el P. Fr. Luis de Villafranca, que no sólo la ha enriquecido con su diligencia, sino que ha encuadernado por su mano los libros, restituyendo a muchos la vida, que estaban a punto de perder en manos de especieros, y de otros que no lo son. Valiole para esto un conocimiento no vulgar en la bibliografía, amén de los que posee en la historia de su patria. Pero lo que más le agradecí fue la colección de ediciones del siglo XV, que tiene reunidas con algunas obras manuscritas, de los cuales me he propuesto indicar las más notables para ilustración de los extranjeros, que en esto, como en otras cosas, debían habernos tratado con menos orgullo.

Posee, pues, esta biblioteca la primera impresión de los XXXVII libros de Historia natural de Plinio, impresos en Venecia por Juan Spira en 1469; en un vol. fol. max., y tan bien conservado, que yo dudo puedan estarlo más los que posean otras naciones.

Una Biblia fol., a dos col., sin principio ni fin; mas su carácter, abreviaturas, tinta y otras notas, la hacen atribuir al 1470, o por ahí.

El opúsculo que el Papa Sixto IV escribió, siendo Cardenal, sobre la famosa cuestión De relicto in terris Sanguine Christi; al cual sigue el otro tratado suyo, también conocido, De potentia Dei. Todo compone un vol. fol. entero y bien conservado, sin año ni nombre de impresor. Mas debe advertirse que al libro precede una epístola dedicatoria al mismo autor, siendo ya Papa; y en ella, al fin, se lee lo siguiente: Johannem Philippum de Lignami Messanen. Siculum insuper, B. pater, ita commendatum in omnibus habeas, ut S. tuae servum, ut egenum, ut fidelissimum, immortalitatisque et laudum tuarum studiosissimum. Cabalmente este Felipe de Ligname era un impresor de Roma, de quien quedan algunas ediciones de los años 1470, 73 y 75. ¿Y no bastará la circunstancia de expresarse su nombre en aquella carta para decir que él la imprimió con toda la obra? Porque si fuera otro el artífice, no es regular que él, con sus mismas manos, eternizara el nombre de otro artífice; y en caso de recomendación al Papa, buscaría la suya primero que la ajena. Todavía queda que observar en este libro; y es que al fin, después del registro de los cuadernos, hay en medio de la plana estas palabras, y de esta manera:

GOD

.AL

Las cuales no sé explicar. Y si alguno quiere que expresen el nombre y apellido del impresor, y si es así en la realidad, entonces vendrá abajo la conjetura que dejo apuntada. Sea enhorabuena; venga abajo; entretanto no me pesa de haberla indicado. Tal vez sea Deo gratias en alemán (Gott sei Dank).

Un vol. en 4.° contiene las obras del Petrarca. Al fin de sus canciones y sonetos se halla esta nota: Qui finisce le canzone et sonecti del Petrarcha, poeta excellentissimo, facte in Roma nel tempo del Sanctissimo in Xpo. Patre et Signor nro. S. Paulo per la divina providentia Papa II. et del suo pontificato anno septimo. Nelli anni del nro. Signor jho. xpo. M.CCCC.LXXI. a di X. di luglio. A este epígrafe siguen todavía otras canciones del mismo, y un compendio de su vida. Conocen los extranjeros las ediciones de estas poesías del año 70 y 73; mas esta del año 71 no la conocen.

Lo mismo sucede con la impresión de la suma Defecerunt de San Antonino de Florencia de 1476, hecha en Venecia por Juan de Colonia y Juan Manthen de Gherretzhem. Del mismo Santo está la edición ya conocida de la Suma, impresa en 1477. Lo mismo con la del libro IV de los Sentenciarios de mi Angélico Doctor Santo Tomás de 1478, cuyo epígrafe final dice así: Preclarum hoc opus Quarti scripti Sancti Thome de Aquino artificiosa quadam adinventione imprimendi seu caracterizandi, absque ulla calami exaratione sic effigiatum, et ad Eusebiam Dei industrie est consummatum Venetiis per magistrum Leonardum Vvild (Wild) de Ratispona anno Domini millesimo quadringentesimo septuagesimo octavo. die decima octava mensis marcii. Lo mismo con esta otra: Fenestellae de magistratibus romanorum opus clarissimum ac perutilissimum. Impressum Mediolani in kalendis mensis Februarii. M.CCCC.LXXVII., en 4.°, sin foliatura. = Dejo aparte otras muchas de escritores de mi orden, que estas las he notado en su Biblioteca particular, donde lo lucirán bien.

No tengo ocio para examinar si las que voy a decir son o no conocidas; mas ellas son antiguas, y merecen serlo. = Un vol. fol.: Expletum est opus istud moralium beati Gregorii pape diligentissime correctum et emendatum per D. Bartholomeum Cremonen. canonicum regularem. Impressum Venetiis per Reynaldum de Novimagio Teoteutonicum anno Domini millesimo quadringentesimo octuagesimo, quartodecimo Junii, presidente Venetiis inclito duce Joanne Mozenigo. = Otro idem: Excellentissimi historici Platinae in vitas summorum pontificum ad Sixtum IIII. pontificem maximum preclarum opus feliciter explicit. accurate castigatum ac impensa magistri Joannis Vercellensis. M.CCCC.LXXXV. die X. Februarii. = Otro en 4.°: Expliciunt Sermones Giliberti super cantica canticorum Salomonis per Nicolaum Florentie, anno Domini. M.CCCC.LXXXV. sexto decimo chalendas maias. = Otro idem: La Suma de ecclesiastica potestate del Agustiniano Fr. Agustín de Ancona, en Venecia, 1487, por Juan Leoviler de Hallis. = Otro en fol.: Opera et libri Thomae de Kempis hac charta quam salutari fine clauduntur in vigilia Andreae Apostoli anno Xpi. 1494. Nuremberge per Caspar Hochfeder Opificem accuratissime impressi. = A este tenor hay otras muchas ediciones extranjeras de escritores de otras naciones, cuyo catálogo sería larguísimo; y que no omito por eso, sino porque quiero decir lo que hay de cosas nuestras. Pero antes me ocurre no dejar en el olvido una impresión, que es sin duda alguna de las primeras, aunque no se notó ni el año ni el lugar, con ser así que el volumen, que es en 4.°, está completo; el cual tiene la singularidad de notar los folios en cifras romanas al pie de las planas: y son en todo ciento ocho. Contiene los siguientes tratados: Epistola beati Eusebii ad Damasum Portuensem episcopum, ad Theodosium Senatorem romanum, de morte gloriosi Jheronimi doctoris eximii: = Epistola beati Cirilli secundi Jherosolimitani episcopi ad Augustinum Aurelium doctorem Iponen. episcopum de miraculis beati Jheronimi doctoris eximii. Vamos ahora a nuestras cosas.

Del célebre Antonio de Nebrija dice Don Nicolás Antonio que el año 1508 todavía no había publicado su famoso Diccionario. ¿Cómo podré yo creer tal cosa, cuando le hallo aquí ya impreso en 1507, y lo que es más, traducido al idioma catalán? Pues ello es así. Tienen estos PP. un vol. fol., que comienza por la dedicatoria de Nebrija a Don Juan de Zúñiga, traducida del latín al catalán, e impresa a dos columnas. Sigue el Diccionario del latín a la correspondencia catalana; y al fin de él este epígrafe tipográfico: "Aelii Anthonii Nebrissensis grammatici lexicon ex sermone latino in hispaniensem Barchinone impressum per Karolum Amorosis impençis fratris Guabrielis Busa, ordinis divi Augustini anno M.D.VII.” = Después de esto, en la misma plana final, dice de letras muy gruesas: Vocabularius Aelii Anthonii Nebrissensis. Y en la plana siguiente empieza la dedicatoria al mismo Zúñiga del Diccionario castellano al latín, traducido también al idioma catalán lo que aquel sabio escribió en castellano: y luego el Diccionario catalano-latín. Al fin del cual hay esta nota: "Aelii Anthonii Nebrissensis grammatici dictionum hispanarum in latinum sermonem translatio explicita est. Ac denuo ex hispano in acetanicum idioma accuratissime nitidissimeque transcripta: impressaque Barcinoni per Carolum Amorosis, impensis fratris Gabrielis Busa. anno millesimo quingentesimo septimo, nono calendas octobris.” Antes de pasar adelante, reflexiona dos cosas: 1.a, que en estos epígrafes claramente se dice que la versión catalana se hizo de la edición castellana: 2.a, la rareza de llamar acetanicum al idioma catalán, en lo cual sin duda quisieron decir Lacetanicum, aludiendo a los pueblos Lacetanos, que en tiempo de los Romanos eran el territorio de Barcelona y sus inmediaciones. Todavía me falta decir algo de este libro, y es un epigrama que el impresor Carlos Amorós puso al fin, de esta manera: Idem Carolus ad lectores de impressione tetrastichon.

Si quando nostris placuit candore metallis

Hanc eme, que tota candida parte nitet: 

Hanc eme; nec pavidus faciat deponere pallor

Nummorum, quando venditur aureolo.

No es menos apreciable la edición del Tito Livio, traducido al castellano, del año 1516, que ni Nicolás Antonio, ni Pellicer (Biblioteca de traductores), ni otro alguno que yo sepa, conocieron. Y el caso es que yo tampoco conozco al traductor. Pero aquí está su obra en un vol. fol. de ciento ochenta hojas, a dos columnas, que contiene las tres Décadas primeras de dicho historiador. La nota de la impresión dice así: Aquí se acaban las decadas de tito livio nuevamente emprimidas en la imperial ciudad de Toledo por Juan de Villaquiran imprensor (sic) de libros. Acabose a veynte dos dias del mes de Março año del nascimiento de nuestro redemptor et salvador Jesuchristo de mill et quinientos et deziseis años.

Al fin del mismo vol., en que está la edición de Fenestella que cité arriba, se hallan los dos breves escritos de nuestro Diego de Muros: Breve epithoma rerum apud Malacam gestarum anno M.CCCC.LXXXVII. editum

per D. Murum Reverendissimi D. Cardinalis Hispaniae secretarium: ad reverendissimum patrem et amplissimum dominum D. Jo. Episcopum  Albanensem Cardinalem Andegavensem ex castris missum. Son cuatro hojas en 4.° = Ad Reverendissimum D. Cardinalem Andegavensem Didaci Muros R. D. Cardinalis Hispaniae secretarii de victoria Serenissimi Regis Hispaniarum contra mauros granatenses anno LXXXVIII. feliciter parta Epistola incipitur. Esta carta está fecha en Murcia a 4 de las calendas de agosto, año 1488. Estas dos obrillas, aunque impresas, son de las que deben reputarse por manuscritas, porque su misma pequeñez las ha hecho raras; y así irán copiadas para nuestras Colecciones. De ellas hizo mención Don Nicolás Antonio. Mas, ¿de dónde sacaría este bibliógrafo que Diego de Muros era religioso Mercenario y Obispo de Tuy en el año 1473? Porque estos escritos de los años 1487 y siguiente suponen que no hubo tal cosa, si bien lo miramos.

A continuación de estos impresos se halla otro,

intitulado: "Oratio Antonii Geraldini prothonotarii apostolici, poetaeque laureati, ac regii oratoris, in obsequio canonice exhibito per illustrem Comitem Tendille per prothonotarium Methimnensem, et per ipsum prothonotarium Geraldinum nomine Serenissimorum Ferdinandi regis et Helisabet regine Hispanie Innocentio octavo eius nominis pontifici maximo.” También irá copiada, para el objeto que dije, esta oración, al fin de la cual se dice: habita Rome XIII. kal. Octobris anno salutis sexto et octogesimo supra CCCC. et M. Y digo que la copiaré, no sólo por pertenecer a cosas de España, como es la embajada de nuestros Reyes al Papa, sino también porque yo tengo a su autor Geraldino por Español. Muéveme a ello: primeramente el verle encargado de dicha embajada, junto con otros dos Españoles, y por unos Reyes que ninguna necesidad tenían de dar este honor a un extraño. Por otra parte, en mi Viaje a la iglesia de Gerona, en un códice manuscrito, donde el curioso Catalán Pedro Miguel Carbonell dejó escritas varias cartas y poesías de sus amigos, hallé algunas poesías latinas de este Antonio Geraldino, y de otro del mismo apellido, llamado Alejandro, apellidándose ambos Amerenses. Lo impuestos que ambos se muestran en nuestras cosas en aquellas composiciones, y la particular amistad con nuestros literatos de aquel tiempo, me han movido siempre a tenerlos por nacidos en Amer, villa de Cataluña, y por unos de aquellos Españoles, a quienes el benéfico reinado de Alfonso V de Aragón atrajo a Italia, donde con mucho honor nuestro cultivaron las ciencias.

Todavía queda otra cosilla en este volumen; y es: Valasci Ferdinandi, etc., illustrissimi Regis Portugalliae Oratoris ad Innocentium octavum pontif. max. de obedientia oratio: la cual tampoco es conocida, que yo sepa.

Vaya ahora la breve noticia de una obrita lemosina, sino que no conozco a su autor, ni aun consta el año de la impresión ni el lugar; pero es indubitablemente de fines del siglo XV. Es un tomito en 4.°, de ciento veinte hojas, en la primera de las cuales, que es la portada, se ve dibujado un penitente confesando sus culpas a un religioso, y al pie de la estampa se lee:

Dels confessors la vera guia

Dels confitens segura via.

En la hoja siguiente, al principio de la obra, se lee este título: Enterrogatori e confessional en quatre parts suptilment dividit. Es lo que indica: método para confesarse.

Hay también un Diario de los sucesos de la armada de la liga, mandada por el Serenissimo Señor Don Juan de Austria en los años 1571, 72, 73 y 74: escrito por Fr. Miguel Cerviá, religioso Franciscano, natural de Mallorca, Vicario general de la armada (según se dice) y confesor de dicho Don Juan, como él mismo lo dice, al fin del año 1572. Es un tomito corto, manuscrito, en 4.°, que dándolo Dios copiaré antes de marchar.

Del notario Catalán Francisco Solsona está el Stilus capibreviandi, o de ordenar los Cabreos (capbreus), de una edición muy anterior a la que indica Nicolás Antonio del año 1561, y esta es de 1547, en Barcelona, por Salvador Leget. Y ya que lo nombré, allá va su título entero: Stilus capibreviandi, cum multis questionibus, ac aliquibus regie audientiae decissionibus ad rem facientibus, cum formis creandi iudices, concessionum territoriarum, stabilimentorum, novarum laudationum, recognitionum, amortizationum, et aliquarum litterarum ordinario et alcaldis missarum. Al fin del tratado, dice de sí mismo el autor que nació en la villa de Anglesola, que lo es de Cataluña.

Manum de tabula, porque si hubiera de notar todas las impresiones que voy hallando omitidas por nuestros bibliógrafos, faltaría al principal objeto de mi viaje. Esa ocupación sería muy propia de la biblioteca real, por ejemplo, que ya debió aumentar y enmendar la Biblioteca nova de Nicolás Antonio, cuando la reimprimió en 1783, y no dárnosla tal cual la dejó su autor. Y no porque yo tenga esta carga por tan propia de aquel establecimiento, dejo de apuntar cuanto puede contribuir a aquel objeto, sino que no lo digo aquí, porque su lectura sería muy molesta. Además de todo esto hay en la misma librería los códices rituales propios de esta diócesi, de que ya hablé en lo de ritos, y otros Misales impresos a fines del siglo XV y principios del siguiente; de todo lo cual se sirve Dios, como sabes, para la historia general de nuestros ritos antiguos.

Un caballero particular de esta ciudad, llamado Don Antonio Ignacio de Pueyo, posee una biblioteca curiosa con algunos mss. que merecen memoria, y son:

Un códice fol. men. en vit. ms. en 1291, como se lee en el frontis, y contiene todos los privilegios y franquezas concedidas hasta aquella época a los habitadores de Mallorca, así por el Rey Don Jaime I de Aragón, como por su hijo Don Jaime, heredero de estas islas, antes y después de reconocerse feudatario de su hermano Don Pedro III de Aragón. Están copiadas enteras las mismas escrituras, pero traducidas al lemosín; y aunque esto desmerece en la diplomática es apreciable para ver el uso que se hacía del idioma lemosín y su riqueza. ¿Y qué había de hacer sino copiarlo todo para aumentar con este los cuerpos de legislación del siglo XIII y XIV que tengo recogidos? Allá va pues (a: Ap. núm. XII.). Sólo he omitido los Usatges de Barcelona que están al fin del libro, porque estos ya son conocidos en el continente. El códice debió servir para alguna curia o corte o dígase juzgado de esta isla; si no es que digamos que sirvió para uso de algún Judío o de su aljama de esta ciudad en atención a algunos letreros rabínicos que se hallan en algunas hojas. Al lado de este códice está colocada y muy bien otra colección de los privilegios concedidos a los Judíos de Mallorca en los siglos XIII y XIV; de la cual he podido copiar pocos documentos.

Otro códice, fol. max., de mayor mérito, aunque no de tanto provecho, es el que contiene las obras del poeta Stacio Papinio Surtulo, es a saber, los XII libros del Thebaidos, los V del Achileidos (a) y los IV de las Silvas. Es sensible que a todas estas obras falten algunas hojas al principio, porque el códice es de gran lujo y indubitablemente del siglo XII, como se ve en la letra minúscula del texto. Y aunque los Italianos del tiempo de Alfonso V de Aragón remedaron estas antiguallas, esta sin embargo la tengo por del siglo que he dicho. 

Hay también un fragmento (en dos hojas en fol. que habían servido de cubiertas a algún libro) del concilio IV Toledano, esto es, desde su cap. 42 hasta el 70, ms. del siglo XI, y en el que he notado algunas variantes.

Posee también dicho caballero algunos opúsculos raros ya entre los literatos. Item: la obra del Cardenal Besarion Adversus calumniatorem Platonis, de la edición romana del siglo XV, sin nota de año, por Conrado Suueynbeym y Arnoldo Panartz.

(a) Después de mi regreso al continente he visto algunas ediciones de este poema Achilleidos, en las cuales sólo se conocen sus dos libros primeros. Si los tres restantes son de Stacio y no se han publicado aún, ¿cuánto más sube el precio de este códice?

Item el Teophrasto De historia et causis plantarum, impreso en Tarvisio en 1483, con algunas otras curiosidades.

Y esto y no más digo de las bibliotecas de Mallorca.

A Dios. Palma, etc.

viernes, 10 de febrero de 2023

CARTA CXXV. Universidad de Barcelona. = Bibliotecas públicas. = Academias, escuelas y museos.

CARTA CXXV. 

Universidad de Barcelona. = Bibliotecas públicas. = Academias, escuelas y museos. = Comercio de libros. = Escuela gratuita de sordomudos. = Biblioteca de Don Ignacio Dalmaces y Ros, y sus preciosos códices. = Inscripción Romana muy rara. = Otra sepulcral. = Muchas otras relativas a Santa Eulalia. = Descuido en los cementerios. = Noticias del famoso arquitecto Pedro Blay. = Baños públicos en el siglo XII.

Mi querido hermano: Cuando los Reyes de Aragón hubieron asegurado sus estados y engrandecídolos con las conquistas de Mallorca y Valencia, pensaron también en ennoblecerlos con un estudio general donde acudiesen sus vasallos sin necesidad de expatriarse para aprender las ciencias. Así Don Jaime II erigió en el año 1300 la universidad de Lérida, situada casi en el centro de sus estados, cuyos estatutos, privilegios y otros papeles tocantes a su establecimiento, recogí y envié ya en el Viaje a aquella iglesia. Creciendo después la población fue necesario crear otras universidades, para mayor comodidad de cada reino en particular. Barcelona, como otras ciudades episcopales, se contentó en lo antiguo con las escuelas eclesiásticas. La catedral tenía maestro de gramática desde principios del siglo XIII, según lo dispuesto por el concilio Lateranense III. Ejerciendo este oficio murió en 1327 el maestro Andrés Baquer. Poco después de este año se estableció allí mismo la lectura de teología, que obtenían sujetos doctos de cualquiera orden religiosa, a elección del Obispo y Capítulo. Mas no bastando esto para su vecindario, que ya en el año 1464 era de más de 7.160 vecinos (a), trató de proporcionarse el estudio general, bien que ya disfrutaban Valencia y otras ciudades. 

(a) En un Diario manuscrito antiguo se halla la nota siguiente: “En el mes de juliol de 1464 io Jaume Çafont, notari, desitjos de saber ab veritat quants fochs avia en la present ciutat de Barcelona, personalment me despongui en cercarho; he de fet parti la ciutat en quatre corters en creu, fahent la dita creu a la plasa de Sent Jaume, ço es, lo del Pi, de la Seu, de Santa Maria, e de Sent Jaume; e trobo que ab tota veritat en Barcelona avia 337 illas de alberchs, en las quals avia 7,160 fochs habitans, menys de moltas casas vuidas, en les quals noy avia ningun llogater.” 

Esta gracia alcanzaron del Rey Don Alfonso V, el cual impetró en 1450 la correspondiente bula del Papa Nicolao V, en que concedió a la nueva universidad las mismas gracias que disfrutaban las de Lérida y Tolosa. Así se lee en las Constituciones de la universidad de Barcelona, impresas por Don Pedro Lacavalleria en 1629. No debió tener por entonces efecto este establecimiento, puesto que a principios del siglo XVI se trató de lo mismo, como si de nuevo se ordenara. De algunos Diarios de aquel tiempo se sabe que en 1507 deliberó el Consejo de esta ciudad que hubiese en ella estudio general, y se destinase para ello la torre llamada de Santa Eulalia, que entonces era el Portal de Bocaria (Boqueria actual). Comenzáronse las lecciones públicas ese año, día de San Lucas, todo a costa de la ciudad. Más adelante, en 1535, se aumentó el estudio, así en lo material como en lo formal, y en cierto modo puede decirse que entonces comenzó. Construyose un nuevo edificio al extremo de la Rambla, en la plaza llamada dels Bergants, cuya primera piedra se colocó solemnemente día 18 de noviembre por Mosen Berenguer Desvalls, Conseller primero (Conseller en cap), habiendo para ese acto acudido al lugar en procesión el clero de la iglesia catedral, y celebrado allí mismo de pontifical el Arzobispo de Tesalia Don Juan de Miralles, auxiliar, a lo que creo, de esta diócesi (a: En un Diario coetáneo se refieren sobre esto las circunstancias siguientes: “En lany 1535 per algunes persones devotes y lletrades fonch festa oferta als Conselles de algunas rendas e pecunies comptants per fer e principiar un estudi general en la present ciutat: y entes per los Conselles lo tal benefici per la cosa publica, feren eleccio de persones de tots estaments per concertar lloch y mestres y llisons, hoc encara per anar per ciutat per cercar mayors caritats. E lo dia de S. Llorens, a 10 de agost, entre la renda que ia la ciutat tenia ab antiquo, que era 150 ll. t. per lo studi, fonch trobat tenia 500 ll. t. de renda, y 1000 ll. t. comptants pasades per obrar lo collegi. E fonch donat lloch al cap de la Rambla, del portal de S. Sever, aont se pesaba la palla, fins al portal aont estaven los bergants brasers. E lo iorn de S. Bertomeu comensaren a duri pedra, etc.”)

Floreció luego en letras esta ciudad, buscándose de varias partes maestros que las enseñasen, entre los cuales es uno el Valenciano Pedro Juan Núñez, de quien por esta causa hay por acá algunos manuscritos. No obstante esto, se quejaba amargamente el sabio Cosme Damián Ortolá de la poca afición de los nobles a la literatura y a la nueva academia. Sobre lo cual dijo una elegante oración latina en la abertura del curso, día de San Lucas del año 1554, tomando graciosamente por tema lo de San Pablo: Lucas est mecum solus (II ad Timoth.), la cual se imprimió el mismo año por la viuda de Juan Carlos Amorós. Dejo de contar los sabios que ha producido esta academia de Barcelona en los dos siglos no completos de su duración. Cosa tanto más para admirar, cuanto es innegable, que de esta ciudad, como de plaza de armas, fronteriza y de mucha importancia, han huido en varias épocas las musas, que a la postre, por la misma razón, han trasladado y fijado su domicilio en Cervera. Artículo de gran dolor para la literatura Catalana, en que debe interesarse la de toda la nación. Cuanto se ha declamado contra la corrupción moral de los estudiantes en las grandes ciudades, no demuestra que estén exentos de igual riesgo en las pequeñas. Por otra parte, ¿qué progresos no deben esperarse en las letras cuando estas se enseñan en uno de los grandes teatros del mundo, donde cada día se presentan extranjeros, que juzguen de maestros y de discípulos, donde el estímulo de honor es continuo, las escuelas varias, las bibliotecas copiosas, y los sabios en crecido número? Pocas ciudades hay en España que puedan presentar tantos auxilios para una universidad como Barcelona. Cuatro bibliotecas públicas cuenta dentro de su recinto, es a saber: la del Seminario episcopal, y las de los PP. Dominicos, Franciscos y Carmelitas descalzos, bien provistas de libros, y la última muy rica de códices manuscritos. Hay en ella varios establecimientos literarios, que mutuamente pueden y deben estimularse en los progresos de su objeto. Tales son la academia de bellas letras, sucesora de la antigua de los Desconfiados, cuyo objeto es expurgar la historia Catalana de las fábulas con que la han viciado nacionales y extranjeros: la academia de ciencias y artes, que es como una sociedad de amigos del país: y las acreditadas escuelas de cirugía, química y matemáticas. Esto sin contar las de gramática, filosofía y teología en el Seminario episcopal, y casi todas las comunidades religiosas: cuyos ejercicios y actos públicos son el más vivo estímulo de la juventud. Ennoblece además a esta capital la casa llamada de la Llotja, o de contratación, donde el Consulado ha sabido reunir las escuelas de las nobles artes, frecuentadas diariamente de más de seiscientos discípulos, la de náutica, de taquigrafía, de maquinaria y otras, expendiendo sobre los caudales que para esto se necesitan grandes sumas en los pensionados que por varios ramos está actualmente manteniendo en Roma, Florencia, París, Valencia y otras ciudades, donde brillan las artes. Tampoco faltan aquí literatos dedicados a ciertos puntos de erudición recóndita y costosa, como son la numismática y la historia natural. Pons elogió como debía el museo del boticario Salvador, que en el día se halla mucho más aumentado. En su línea es muy respetable el monetario que ya dije del P. M. Fr. Juan Izquierdo, del orden de San Agustín, el cual es muy de desear que concluya las adiciones, que tiene muy adelantadas, a la obra de las medallas del P. M. Flórez, produciendo muchísimas inéditas, las cuales él posee, sobre las que tiene recogidas el capitán Don Vicente García de la Huerta. Sobre todo esto florece en Barcelona el comercio de libros, y sus impresores pudieran ser, y lo serían sin duda, los Venecianos de España. Dejo de hablar de otros establecimientos literarios y artísticos, cuyas luces se propagarían más, y ayudarían no poco a las reunidas aquí, en el punto céntrico de un estudio general.

Y ya que estamos en ello no puedo dejar en el tintero la noticia de la escuela gratuita de sordo-mudos, que con tanto amor y pericia regenta en su propia casa el presbítero Don Salvador Vieta, beneficiado de la catedral. En el discurso de las Antigüedades de España de Ambrosio de Morales (que ahora no tengo a mano) me acuerdo haber leído en otro tiempo lo que en este punto adelantó no sé qué monje Español, de la orden de San Benito. Sin embargo, se ha llevado un extranjero la gloria del invento, merced a la desconfianza y timidez española. A lo menos ningún extranjero podrá negar a este eclesiástico Catalán la gloria de haber adelantado en esta enseñanza hasta el punto de hacerles leer cuanto se les presenta y pronunciar el debido nombre de los objetos que se les señalan. Hablo de los más provectos, que llegarán sin duda a vencer del todo la dificultad de la naturaleza y hablar aunque tardamente un discurso seguido. La enseñanza es muy sencilla, aunque de gran paciencia. Cada letra tiene su signo, que consiste en cierto movimiento y aptitud de la mano, lo más semejante que puede ser a la de la lengua y labios en la articulación de vocales y consonantes. El mudo observa la lengua y labios y mano del maestro, y conforma con ellas las suyas: y echando afuera la voz o sonido natural, articulan casi con tanta claridad como nosotros; sólo experimentan todos gran dificultad en pronunciar la I vocal. Vencida esta primera barrera, sigue el silabario y lo demás como en las otras escuelas, haciendo en estos los signos lo que en los otros hace la voz del maestro. Con este ejercicio, a que son extremamente aplicados aquellos infelices, llegan a pronunciar las palabras con sólo verlas escritas, sin tener ya necesidad de signos del maestro, aunque ellos por la costumbre acompañan regularmente con sus manos lo que pronuncian, a no ser algunos más adelantados que ya no necesitan de este auxilio. Para remediar la escasez que padecen de los nombres propios de cada cosa, les está formando su maestro un Diccionario donde pinta con un ligero dibujo los objetos más obvios con su nombre propio al canto, a cuyo repertorio acuden ellos siempre que les presentan algún objeto, cuyo nombre no saben, y hallado lo pronuncian seguidamente. Por este camino han aprendido no sólo a contar, sino todos los rudimentos de doctrina cristiana, sirviendo ya los más adelantados de maestros para los nuevos. No puedo ponderar la complacencia que tuve con la especulación de este establecimiento tan benéfico de la humanidad y tan honroso para toda la nación en sus progresos; los cuales serían mucho mayores, si el autor pudiese dedicarse a este objeto con más comodidad y sin las obligaciones de residencia personal a la catedral, y en lugar público y bajo la protección del gobierno. Dos cosas hacen resaltar el mérito de esta escuela: una es la humildad del maestro, que está en la firme persuasión de que cualquiera puede hacer por sí mismo otro tanto, y extraña que nadie lo haya hecho hasta aquí: otra es que esta no es cosa discurrida por él después de establecida la escuela Francesa, sino ejecutado ya ha más de quince años, cuando servía de vicario en la parroquia del lugar de Vilanova, donde con el mismo método enseñó a una niña muda, llamada Josefa Martí, lo necesario para salvarse. En resolución, así el invento como la ejecución merecen toda la atención de nuestro gobierno, como cosa tan útil a la humanidad y tan honrosa para la nación.

Entre las cosas notables de Barcelona lo ha sido en tiempos pasados la biblioteca que recogió Don Ignacio Dalmaces y Ros, autor de un tratado sobre la patria de Orosio. De ella se aprovechó hacia los años 1740 el Ab. Xaupi para publicar sus Recherches historiques sur la noblesse des citoyens honorés de Perpignan et de Barcelone. Poco después de la muerte de dicho Don Ignacio se deshizo aquella colección, que debía ser curiosa y apreciable según parece por las reliquias que de ella quedan en casa de Don Ramón Dalmaces. Tal es un cód. 4.° vit., adornado con curiosos dibujos, que contiene varias poesías provenzales muy parecidas en el lenguaje al romance de la rosa de Juan de Mena. Las que componen el cuerpo principal de la obra son de autor desconocido: su epígrafe final dice así:

Cy fenissent les cent balades

et apres sen suivent les responses:

et premierement Regnault de Trie.

Balada se llama una canción de tres estrofas de varia rima, que finaliza en un mismo verso. Las respuestas a dichas cien baladas lo son ellas también. Sus autores se indican al principio de algunas de ellas con letras de oro o de bermellón así: Regnault de Trie, Chambrillart, Monseigneur Dorleans, Jaquet Dorleans, Tignonville, Monseigneur de Berri, Jehan de Mally, Yury, Duey, La Trimoulle, Auberchicourt, Le batart de Coussy. 

No es menos curiosa una oración latina ad probandum iura digestorum pene innumerabilia post Christi adventum fuisse constituta, dedicada por su autor Juan Raimundo Ferrer, Catalán, al Arzobispo de Tarragona Don Pedro, con fecha de Bolonia de 15 de marzo de 1448. Es propiamente una disputa entre el dicho Ferrer et Antonium Siculum, ambos estudiantes en aquella universidad, los cuales nombraron por jueces a algunos catedráticos de ella, cuyos pareceres y sentencia a favor del primero existen al fin originales. Sus nombres son Antonius de Pratoveteri (prado viejo, Prat vell), Scipio de Gozadinis, Baptista de Santo Petro, hijo de Florián de S. Pedro, Gaspar de Arrengheria y Johannes Lamola.

Entre varios libros tocantes a la historia y literatura de este país hay un códice vit. fol. del siglo XIV y acaso de fines del anterior, que comprende las Consuetudines Illerdenses (Costums de Lleida), divididas en tres libros, recogidas por G. Botet en 1228, siendo cónsules de aquella ciudad el mismo Botet, G. de Çagraa, P. de Offegat y G. de Solsona. Las he copiado enteras por ser importantísimas para la historia de la legislación. En el libro II hay este título: De eo qui vadit sine lumine. = Pulsata campana de nocte nullus vadat sine lumine per villam: alias det V. solidos, vel V. azotos accipiat in platea. Esta especie me hizo acordar la costumbre que está muy en su vigor en el reino de Valencia, donde por la noche, media hora antes de la señalada para el toque de almas, se toca lentamente una campana, y a esto llaman la queda; como si dijeran, la señal de recogerse y no andar por las calles. Es de notar que cuando el Rey Don Jaime el I echó a los Moros de Valencia y su reino hacia el año 1260, poco más o menos, fueron a repoblarle gran parte de los vecinos de Lérida y su diócesi; y acaso introdujeron en esta su costumbre con algunas otras. En el mismo códice hay dos Cronicones, que he creído dignos de ser ingeridos en nuestra colección: uno de ellos comienza como el que publicó Baluzio, llamado Barcinonense, y está continuado con grande exactitud y prolijidad hasta entrado el siglo XV por Guillermo Mascharó, beneficiado de la catedral, que murió en 1452. Vi en la misma biblioteca una copia buena del Discurso sobre la moneda de vellón, que al presente se labra en Castilla, y es traducción hecha por el mismo P. Juan de Mariana, que lo publicó en latín. Item hay allí un volumen fol. vit. que contiene las actas del concilio Efesino, general tercero, las cuales ha cotejado con las impresas el señor Don Ramón Ignacio de Sans y Rius, doctoral de esta iglesia, y ha formado un juicio muy aventajado de la importancia de este códice. Omito la noticia de otros códices, débiles reliquias de la grandeza antigua de dicha biblioteca.

¿De qué trataremos ahora? No ocurriéndome por lo pronto otra cosa te hablaré de una inscripción Romana. En un esquinazo de la casa de Don José Llauder, junto a la parroquia de San Justo, está colocada para su mal y total destrucción la famosa inscripción de L. Cecilio Optato, en que hizo un legado a favor de los baños y espectáculos Romanos de Barcelona; piedra rara y de las más estimables de España, que mereció la declarara difusamente el sabio Don Antonio Agustín en el Diál. IX, de las medallas y antigüedades. Otros muchos la han copiado posteriormente, y yo hubiera hecho lo mismo si no estuviera ya derrotada y en estado de durar poco. He oído a muchos eruditos de esta ciudad lamentarse sentidamente del abandono con que son miradas esta y otras antiguallas, y de la paciencia con que se ha sufrido que los zapateros aguzasen en esta piedra sus trinchetes, y los muchachos hiciesen con ella su genio y lo que acostumbran. También sé de cierto que el erudito señor Don Mariano Oliveras, Capiscol de esta iglesia, propuso a quien podía verificarlo el proyecto de reunir esta y las demás antiguallas de todas clases en un paraje público, que podía ser el paseo que llaman de la Esplanada, levantando de trecho en trecho los pedestales correspondientes, que al mismo tiempo servirían a la decoración y honrarían la ciudad, y por la noche podían ser guardadas por los mismos guardas del paseo. Igual proyecto podía adoptarse en todas las ciudades, recogiendo los monumentos antiguos en las casas de ayuntamiento, o aduanas, o escuelas, o colegios, o paseos; lo cual, sobre ser tan conforme a las sabias providencias que sobre esto ha tomado el Gobierno, honraría mucho a las ciudades, y ahorraría infinito trabajo a los forasteros. En este plan debían comprenderse también todas las inscripciones hasta el siglo XV, a excepción de las que están fijadas en su debido lugar, v. gr., memorias de la época de edificios, de consagraciones de iglesias y de sepulcros, que aún subsisten, y otras así. Pero todas las demás que se hallen sueltas y dislocadas, así de los Romanos como de la edad media, siendo, como son, documentos de la historia, merecen ser recogidas en un lugar, poco menos que lo merecen los instrumentos y escrituras de los archivos. Aunque no sea de este género, copiaré aquí un letrero sepulcral que se halla en mármol en la casa procura del monasterio de Ripoll en esta ciudad, que acaso antes debió ser propia del de San Cucufat del Vallés, por lo cual en él verás que, reducido a nuestra lectura común, dice así: Cespite sub duro ubi cubat corpus Gescafredi monachi filium condam Senofredi et fratri Ramioni presbyteri, qui obiit VI. id. Jni. era DCCCC.LXXXVII. Dni. anno DCCCC.XXXVIIII. anno III. regnante Lodoici Regi, intercede per eum Cucufas beate. Amen. 

Cualquiera que sea el mes en que falleció este Gescafredo, sea enero o junio (Jni.), es cierto que el año 939 corresponde exactamente al III de 

Luis Transmarino (Ultramarino), que comenzó a reinar a 20 de junio de 936; y así es claro que el cantero añadió un X de más al cómputo de la era, que no ha de ser 987, sino 977. Es notable el mismo aumento en la era, en la piedra que dije de la parroquia de San Justo, que es del mismo tiempo. Te envío copiada otra, que del 1387, está en el patio del palacio del General, junto a la puerta de la Aduana o del mar.

Dimecres a XIII. de Noembre

Del any de la nativitat de nostre Señor

M.CCC.LXXXVII. regnant lo molt

Alt Senyor Rey En Johan, lo primer

Any de son regne fo comensat

Aquest portxe per ço quel gra

Se venes a cubert; e fo acabat

et XV. Dagost del any M. =

CCC.LXXXIX.

Muy modernas son las que se hallan grabadas en el pedestal de la pirámide erigida en la plazuela llamada antiguamente del Blat y ahora del Ángel por la estatua del que hay sobre dicha pirámide. Este monumento recuerda el milagro que sucedió en la traslación de Santa Eulalia, referido en sus actas, que fue la inmovilidad del cuerpo hasta que se restituyó un dedo que se le había hurtado (a: Ap. núm. IV.). 

Las inscripciones que lo dicen son estas: 

I. 

Ab investigabili antiquitate

Pervetusta PP. religione

Erectum

Hoc

Illabilis et gratae memoriae

Labile monumentum

Etsi marmoreum

A saeculorum caducitate

Redemtum et refectum.

anno MDCXVIII.

Tandem

Viciniae rubina oppressum

Diuque sepultum

III.is Ad.m Barchinonen. Senatu

D. D.

Praetoris et Decurionum

Jussu 

Resurgit

Anno Dom. M.DCCXLVIII. 


II. 

Discite Cives 

Integritatem in moribus,

Quam nec in sacris exuviis,

Vel in minimo

Passa est laedi

Integerrima Virgo

Locum venerare, 

Viator 

Et virtutem. 


III. 

Angelicus testis

Rursus 

In monumento marmoreo, 

Ingentis prodigii

Adstruit fidem

Utrumque mirum:

Et quod

Nuper a cruce depositum corpus

E loco ubi posuerunt illud,

Recesserit

Virtute propria:

Et quod

Jamdiu cruce passa Eulalia

Ex hoc

Sustolli non posset

Aliena. 


IIII.

Stator Sacer

Ubi olim

Angelicae Eulaliae corpus

Sublato pio latrocinio digito

Haesit immobile

Restituto sublatum est.

Tanto misterio

Dedicatum locum

Indigitat (.)

Ya que hemos tratado de Santa Eulalia y de inscripciones, añadiré las siguientes que en honor de la misma Santa se leen en otra pirámide erigida a la entrada de la puerta de San Antonio entre el convento de Gerónimas y la iglesia del hospital de San Lázaro, vulgo el Padro (Padró).

Frente a la puerta de San Antonio.

I. 

Siste Viator

Ac limen hoc urbis sacrum

Martirij ubi palmam

Fauste Eulalia meruit

Ovantem

Summa Pietate

Prosequere. 


Anno nascentis ecclesiae

CCC.III.

Eulalia virgo prius martyr quam

Pubes

Post carceres, flagella, aculeum,

Flammas ac crucem

Ab hoc solo ad coelos usque

Ad instar columbae

Evolavit non diu hic vivens ut

In eternum viveret.

Obstupesce viator et vide in

Duello Puellam

Nedum dimicantem

Sed et victricem. 


A la derecha entrando por dicha puerta de San Antonio.


II.

S. P. Q. B.

Sub excelso Eulaliae patrocinio tutus

Hoc marmoreum fastigium

Ad inmortalem eius famam extruxit.

Anno M.D.C.LXXII.

Erecta Piramis

Ut faelici auspicio

Sic religione

Consulum

Raphelis GIRMOSACH

Civis honorat.

Gasparis Sabater

Civis honorat.

Don Josephi Peguera

Y Vilana

Petri Pont Mercatoris

Josephi Marti Miro

Pharmacop.

Josephi Torner Sutoris

Duret

Eternum crescat q.3 pos-

teris in monumentum

Eulaliae Divae

Et cultum martirii. 


A la izquierda, a saber, a la parte que mira a la pared de las Gerónimas. 


III.

Immorare parumper hospes

Et hanc constructam

Eulalie molem

Tuis extolle votis

Ut quae attrita

Martirio Deo crevit

Ad meritae laudis

Cacumen evehatur. 


Anno M.D.C.LXXXVI.

Piramis jam pridem erecta

Meliora forma data

Pervigili cura

Consulum

Josephi Melich civis honorati 

Nob. D. Dominici de Vardier V. J. D.

Michaelis Natali Medicinae Doctoris

Josephi Duran

Raphaelis Roca Pharmacopei

Josephi Rafar Tintoris Pannor. Lanae

Perennet

In gratum assequuti per Eulaliam

Triumphi monumentum. 


Detrás de la primera y frente a la iglesia del hospital de San Lázaro. 


IIII.

D. O. M. 

Et Barcinonensis huius centum vitalium voto

Civitatis

Eulaliae inclitae

Ad superos usque triumphatrici

Sacratur Patronae.


Anno M.D.C.LXX.III.

Perfecta Piramis

Ut venustate publica

Sic devotione Consulum

Nobilis D. Caroli de Calders

Francisci Respall, civis honor.

Josephi Melich, civis honor.

Pauli Feu Mercatoris

Jacinthi Borras Notar. Publicar.

Jacobi Vintro Pannor. Paratoris

Perennet

Et tutamine divo

Eulalia nostra

Regnans in coelis

Vivat in cives.

Otra cosa quiero notar que me ha dado en rostro en esta ciudad, y es que no sólo no se ha adoptado el plan de cementerios, sino que los de las parroquias están abiertos por todas partes, a excepción del de la catedral, y expuestos a las irreverencias de los muchachos y a los insultos irregulares, pero no imposibles, en las pasiones del hombre. 

El de Santa María del Mar sirve de calle y muy frecuentado de gente. 

En el de San Pedro de las Puellas hay una piedra que dice haberlo renovado no sé qué parroquianos en el siglo XV; está muy destruida y dentro de pocos años nada se podrá leer, y algún curioso sospechará si es piedra Romana u otra cosa muy importante.

Ya se me pasaba darte las noticias que he podido recoger del arquitecto Pedro Blay, mientras no se publica el Diccionario de arquitectos Españoles. Sábese que era vecino de Barcelona, de donde pasó a construir la iglesia de la villa de la Selva, diócesi de Tarragona, que es la mejor que tiene aquel arzobispado. En ella entendió el año 1584, cuando a 21 de noviembre resolvió el Capítulo de aquella metropolitana que con otros comisionados pasase a revisar algunas obras construidas en Puigdelfí y el azud de cantería de Francolí. En la resolución capitular le llaman: Magistro fabricae ecclesiae de la Selva

En 1591 estaba avecindado en Tarragona, como director de las obras de la catedral. Permanecía allí mismo en marzo de 1595, en que presentó dos diseños para el monumento de la Semana Santa. Tiénese por obra suya el sepulcro de Don Antonio Agustín, en lo cual y en la conclusión de la capilla del Sacramento entendió como sucesor del arquitecto Bernardo Caseres, de quien se sabe ciertamente que comenzó aquella excelente capilla. También serán sin disputa del Blay las dos capillas elegantes de San Fructuoso y San Juan Evangelista, y aun sospecho que entendería en el gracioso sepulcro del señor Teres (Terés), aunque en tiempo de la muerte de este Prelado ya estaba ocupado en Barcelona en la fábrica celebrada de la diputación; la cual, como dice Feliu (Anal. tom. III, página 220), estaba ya muy adelantada en el año 1597. "Propusieron, dice este escritor, al Rey algunos poco afectos al principado que fabricaban en Barcelona una casa fuerte que dominaba a la ciudad. Envió la diputación a Pedro Blay, mi visabuelo, y al doctor Juan Sentís para poner en manos del Rey la traza y modelo de la obra de la diputación y explicar la forma que había de tener, etc.” Bien claro se ve aquí que Blay era el arquitecto, como quien había de dar razón de la obra, aunque Feliu calló esta circunstancia que era tan honrosa para él. Dicha obra se concluyó en 1620, y Pedro Blay murió el año siguiente, según consta de un Diario coetáneo muy exacto en todas las noticias, que dice así: A 3 de juliol de 1621 mori mestre Pere Blas, mestre de casas, que ha fet la obra nova de la diputacio a la part de San Jaume, gran arquitecto. 

No es de omitir la cruz que fabricó en 1609 a la parte exterior de la puerta del mar.

A Dios. Barcelona, etc. 

P. D. La memoria que hago en esta carta de la piedra que habla y dota los baños de Barcelona, me obliga a no omitir la noticia de haberlos establecido en la misma ciudad el Conde Don Ramón Berenguer IV, concediendo al Alfaqui Abram un huerto que el Conde había comprado de Pedro Ricard para que plantificase allí los baños, y cediéndole una tercera parte del producto, entrando también el Conde por dos terceras partes a los gastos de cubis, de vassis, de galletis, de mandilis, de caldariis, etc. Fue esto a 9 de junio, año 23 del Rey Luis el Joven (1160) (a: Ap. núm. V.). Poco más de treinta años (después), es a saber, en 1199, pasó este establecimiento a manos de Guillermo Durfort, a quien el Rey Don Pedro II de Aragón cedió sus dos terceras partes. Van los documentos citados, de los cuales ni de otros que he visto, no consta donde estaban situados dichos baños: sólo se sabe que estaban junto al castillo nuevo (a: Ap. núms. VI y VII.).

Universidad de Barcelona, catalanismo, imbéciles, idiotas, separatistas, incultos

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lunes, 21 de febrero de 2022

JUAN BAUTISTA MUÑOZ FERRANDIS.

D. JUAN BAUTISTA MUÑOZ Y FERRANDIS.

1799.

D. JUAN BAUTISTA MUÑOZ Y FERRANDIS.  1799.


Nació en Museros, cerca de Valencia, en 12 de junio de 1745. Quedó muy niño huérfano de padre, y en medio de esta desgracia, tuvo la fortuna de que se encargase de su educación un hermano de su madre, religiosos dominico del convento del Pilar.

El cual, aunque no era gran literato, nada omitió para que los fuese su sobrino, inspirándole con las máximas religiosas y el temor de Dios, fundamento del verdadero saber, amor al trabajo, afición al estudio, y deseos de aventajar a los de su edad. Recordaba frecuentemente con ternura y gratitud el Sr. Muñoz estos buenos oficios, a los cuales atribuía en gran parte sus progresos en las letras. Tuvo además otra fortuna, y fue el haber aprendido las humanidades y la retórica con el célebre D. Antonio Eximeno, de quien hablaremos en el año 1898, que era tal vez el mejor maestro de España en aquel tiempo, a cuyo cuidado y esmero debió el haber sido el más aprovechado de sus condiscípulos. Contrajeron entonces una verdadera amistad, que se conservó a pesar de las vicisitudes de los tiempos, y de la distancia de los lugares; habiendo cuidado en Madrid el Sr. Muñoz de la edición de las obras filosóficas de su maestro, y dedicándole este el Espíritu de Maquiavelo, que publicó en italiano en Cesena en 1795, y la traducción castellana impresa en Valencia en 1799 (1).

(1). Concluye la advertencia de esta edición con las siguientes palabras: “Estando el manuscrito de esta traducción para entregarse al impresor, me vino la desagradable noticia de la inopinada muerte de mi amigo y discípulo D. Juan Bautista Muñoz, a quien estaba dedicado el original italiano: pérdida muy sensible para la república literaria de España , que ha ilustrado con sus escritos y con su vasta erudición, y sensible en particular para mí por haber perdido en él un amigo, que no quiso jamás olvidarse de haber sido mi discípulo. Por esto no he creído deber suprimir la carta dedicatoria traducida del italiano, porque dejándonos los hombres doctos en sus escritos vivo su espíritu, nos hablan y podemos hablar con ellos como si estuvieran vivos.” Y en la dedicatoria dice: “Así me fuera lícito gozar más de cerca estos maduros frutos de V. y de otros sus contemporáneos, de los cuales unos en la carrera literaria, otros en la militar honran a la patria, y se honran a sí mismos. Pero como a Colón de las colonias que plantó, así a mí tempestuosos vientos me arrojaron lejos de la tierra que rompí y cultivé, dejándome sólo el consuelo de que ni la gran distancia, ni la contraria fortuna, han podido desarraigar de tan generosos ánimos aquel primer tierno afecto con que se asieron a la mano que los introdujo en el camino de la ciencia y de la virtud. Y ya que V. del suyo me ha dado tan repetidas pruebas, le suplico me le conserve mientras con ánimo sincero y agradecido soy su apasionado servidor y amigo = Antonio Eximeno.

Empezó con tan buenos fundamentos la filosofía en esta universidad en 1757, con D. José Pérez, partidario todavía de la peripatética, que abandonó después, y dedicándose a los buenos estudios, procuró y consiguió, hecho arcediano de Chinchilla en la iglesia de Murcia, fomentarlos con indecible ardor, y no sin contradicciones en el seminario de S. Fulgencio, que conserva todavía fresca su memoria. Pero la instrucción en la verdadera filosofía, que no le podía dar su maestro, se la proporcionó D. Vicente Blasco, de quien se hablará en el año 1813, que haciéndose superior con la sublimidad de su talento a las preocupaciones literarias, generales entonces en toda España, la aprendió por sí mismo, y la enseñaba privadamente a los jóvenes de mejores esperanzas. De aquí la suma deferencia del Sr. Muñoz al Sr. Blasco, el respeto casi filial con que le miró siempre, y la amistad que le profesó hasta la muerte. Graduado de bachiller y de maestro en artes, se dedicó a la teología en 1760, a cuyo estudio añadió el de las matemáticas y lengua griega. Y obtenidos los grados de bachiller y doctor en teología en 1765, empezó las oposiciones a cátedras de filosofía. Y como ya el Sr. Blasco había allanado el camino para la introducción de la moderna, se declaró por ella a banderas desplegadas, explicándola, y defendiéndola en toda su extensión en las conclusiones anuales, a las cuales añadía para cumplir con los estatutos de la escuela en una proposición general las opiniones de los peripatéticos tomistas. Ya no se atrevían estos a negar abiertamente su utilidad en globo; pero clamaban que era tan inútil para la teología como necesaria la aristotélica: artificio con el cual querían atraer a su partido a los jóvenes, que no tenían claras y exactas ideas del verdadero saber, y esperaban además que las ciencias eclesiásticas les proporcionasen honor y subsistencia. Trató el Sr. Muñoz de remediar este daño, añadiendo a las conclusiones de 1767 una disertación: de recto Philosophiae recentis in Theologia usu, escrita con tanta elegancia y pureza, con tanta solidez y copia de erudición, que parecería increible que su autor sólo tuviera entonces veinte y dos años, si no constasen por otra parte los rápidos progresos que hacen en las letras la aplicación y el talento cuando están bien dirigidos. Manifiesta en ella la utilidad de la filosofía natural, y para la revelada, para las disputas con los herejes y deístas, para la interpretación de las escrituras, para instruir al pueblo, y desarraigar las supersticiones, hijas de la ignorancia y madres fecundas de ella. Y después de haber referido algunos de los errores capitales de Aristóteles, las declamaciones de muchos padres contra su doctrina, y su condenación por varios concilios, concluye señalando cuándo y por qué se introdujo en las escuelas, y ejerció en ellas su tiránico dominio. Aunque quedaron oprimidos sus émulos con el peso de tan graves razones, no es de extrañar sin embargo que ni tuviesen la grandeza de ánimo, que tanto los hubiera honrado, de confesarse vencidos: porque

Quo semel est imbuta secens,

servabit odorem testa diu:

Horat. Epist. 2. lib. 1. vers. 69.

ni tampoco que se propusiesen, desentendiéndose rateramente del asunto de la disputa, desacreditar a Muñoz, atribuyéndole falsa y maliciosamente la altanería, insufrible en cualquiera, y más en un joven, de despreciar a todos los aristotélicos, y a toda la antigüedad. Impostura maligna, que rebatió victoriosamente en las conclusiones del año próximo, en que después de haber distinguido dos clases de peripatéticos, buenos y malos, y manifestando que estos últimos, en cuya clase coloca a sus émulos, ni leían a Aristóteles, ni podían entenderlo, aunque lo leyesen, porque estaban enteramente destituidos de los conocimientos necesarios para entender al que sin razón, y sólo por mera voluntariedad, y espíritu de partido, llamaban su maestro; añade que es tan injusto despreciar a los antiguos, como no apreciar a los modernos: qwe se han de leer unos y otros para tomar de todos lo bueno y útil, sin declararse ciego partidario de ninguno, ni alistarse en ninguna secta especial: y que ese era el sistema que había abrazado, y pensaba seguir. Lo mismo repite en el prefacio a la Lógica de Verney, que para proporcionar buenos libros a los jóvenes, imprimió a su costa en esta ciudad en 1769, mejorando mucho la edición de Roma. (1). 

(1). En las conclusiones del año 1768 dice: “Nostris autem Scholasticis auctores sumus, immo et ipsos etiam rogamus atque obsecramus, ne institutae rei philosophiae instaurationi moras iniiciant. Neque id nostra caussa petimus... sed optimorum adolescentium, qui ut imbelles fere timidique sunt ac nullius consilii; facile et pollicitationibus excitantur, et deterrentur minis; sibique nullo negotio persuaderi sinunt, eadem ipsis via insistendum esse, qua veteres Scholastici ad summos honores pervenerunt. Non ita est, clarissimi iuvenes, non ita est. Pererunt tempora longi servitii. Non iam quid Plato, quid Aristoteles dixerit, curamus, quamquam et haec nosse oportet; sed quid rationi, quid experientiae conformetur, id vero est quod in praesentia disquirimus. Praepostere et inique de huiud temporis hominibusiudicat, qui veteribus omnino adhaerescendum arbitratur; perinde ac naturaeconditor omnia in illos munera effoderit; nobis vero aut tam praestans ingenium, aut nova inveniendi, veteraque emendandi facultatem minime concesserit....

Sed, ¿quorsum haec, inquiet aliquis? Nempe ut intelligant, qui Peripatetici nomine gloriantur, quos viros sequi atque imitari debeant, quae studia Aristotelis lectioni praemittere, quosque versari interpretes. Multos enim in ea opinione esse video, ut existiment valde se in Aristotelis doctrina profecisse, ubi cursus illos, ut vocant, Philosophiae Peripateticae addidicerunt, horridasque scholae voces, signate, exercite, reduplicative, specificative, quasificative, formaliter, materialiter, ceteras, noverint tertio quoque verbo, enormi linguae (lingnae) volubilitate, effutire: eximium vero esse peripateticum, qui factionis suae decreta, quibus a puero imbutus est, contumaciter praefracteque defendat; quod si ratione aut experientia convicatur, tum demum ingenii vires exserat, et cuattuor distinctiunculis omnia adversariorum tela sine ulla conctatione depellat.

¡O imitatores servum pecus! ut mihi saepe

Bilem, saepe iocum vestri movere tumultus.

Utrique (tam veteres quam recentes auctores) versandi; cum iudicio tamen, eoque animo ut veritatem per omnium sectas dispersam inveniamus. Apes, inquit Seneca, debemus imitari, quae vagantur, et flores ad mel faciendum idoneos carpunt; deinde quidquid attulere disponunt, ac per favos digerunt, et, ut Virgilius noster ait

…...... liquentia mella

Stipant, et dulci distendunt nectare cellas.

Certe ingratus est erga venerandum antiquitatem, si quis fateri pleno ore renuat quantum veteribus Scriptoribus in omni artium et scientiarium genere debemus; nostris autem temporibus iniquus, nisi hominum, qui extremis his saeculis vixerunt, singularem ac prope incredibilem diligentian., eruditionem, atque utilissima inventa demiretur. Haec mihi mens est, hic animus. Trahit sua quemque voluptas. Varia enim, ut inquit Plinius, sunt hominum iudicia, variae voluntates. Et Persius

Mille hominum species, et rerum discolor unus.

Velle suum cuique est, nec voto vivitur uno.

Me mea delectant. In nullius verba iuravi. Aliquid iudicio meo tribuendum duxi. Si licuit Aristoteli a Magistro Platone dissentiri; si ab Aristotele, Theophrasto; si D. Thomae, ab Alberto Magno; cur non idem mihi liceat, ut veritatem omnibus praeferam. Neque Academicus sum, nec Peripateticus, nec Cartesianus, nec Newtonianus, uno verbo nullius Philosophi sectae omnino addictus. Christianum me esse profiteor: idque vitae etiam dispendio testatum faciam. Y en el prefacio a la lógica de Vernei “Nunc iterum vos (adolescentes) moneo et hortor, ut quemadmodum nos vestra caussa, dulces vigilias, dulcem quoque vetulorum indignationem rati, utilitatem iuvandi placendi gratiae praetulimus; ita in verae Philosophiae studia totis viribus incumbatis. Hac via existimationi famaeque nationis nostrae consulemus. Sin minus, jure quodam nostro eruditis exteris, in nostratium vitiis carpendins oculatissimis, contemtui ac ludibrio erimus. Iacere enim etiamnum in Hispania philosophicas disciplinas, ut non dolere vehementer, sic etiam diffiteri non possumus... Acerbissimo dolore disrumpor, quoties mecsum ipse reputo, Hispanos homines, quum exterorum nemini, aut ingeniii praestantia, aut acie iudicandi, concedant; longe ab illis, bonarum artium cognitione, industria, inventis, omnimoda denique eruditione superari. Expergiscimi, optimi adolescentes; expellite hunc pulverem, quem vestris oculis barbaries, vetustas, et ignorantia offudit. *Deiic*te a cervicibus vestris grave hoc iugum servitutis. Rationem dedit vobis Deus, ut libero omnia iudicio expenderetis. Quod si non facitis, indigni profecto eritis, qui hominum, nedum Philosophorum nomine censeamini. Belluarum enim more facere illi mihi videntur, qui in aliorum sententias coeco impetu, non rationis feruntur arbitrio... Quapropter, si aliquid apud vos solida eruditio, si veritatis amor, si publicae felicitatis desiderium potest, adolescentes, nulli Philosophorum omnino credite: date aliquid iudicio vestro... Amavi ego semper prudentem hanc philosophandi libertatem. Ea enim nata olim philosophia, educata, aucta et propagata fuit. 


Promovido en 1769 a la cátedra de filosofía, a pesar y despecho de sus émulos, que nada omitieron para impedirlo, y creyendo fundadamente que ya no era necesario usar entonces del prudente temperamento adoptado antes por el Sr. Blasco, desterró enteramente de su curso todos los restos del galimatías peripatético, y aprovechándose de su mucha lectura, de la superioridad de su genio y de su maduro juicio, escogió como filósofo ecléctico, lo mejor de los autores más acreditados, lo coordinó, lo perfeccionó, añadiendo mucho de caudal propio, y dictó a sus discípulos una Lógica concisa, clara, exacta, sólida, comparable en la pureza y sencillez del lenguaje con las obras didácticas de Cicerón, más útil para enseñar a discurrir que bibliotecas enteras de rancios escolásticos, y en nada inferior, y tal vez superior a cuanto se había publicado en las demás naciones cultas de Europa. Emplearon los partidarios de la ignorancia sus últimos esfuerzos para conservar una presa que veían escapárseles de las manos, acusándole de quebrantador escandaloso de los estatutos de la escuela, y empeñando al rector para que le obligara a cumplirlos. Pero estos esfuerzos, lejos de desacreditar los buenos estudios, desacreditaron aquellos estatutos, y se estrellaron todos en el carácter decidido y resuelto del señor Muñoz, que seguía impávido su comenzada carrera, y hubiera llegado con honor y gloria al fin de ella, si el señor don Carlos III no le hubiese nombrado cosmógrafo mayor de Indias en 1770. Sin embargo dejó tan adelantada la buena filosofía en esta universidad, manifestó de tal manera su utilidad y ventajas, y fueron tantos los jóvenes que la siguieron, que avergonzados y confundidos los viejos, ya no tuvieron valor para declamar en público contra ella, contentándose sólo con murmurar en los rincones, y deplorar la grande fatalidad de quedar sepultadas ignominiosamente en perpetuo olvido aquellas cualidades y heccedades, reduplicaciones y entes de razón, que habían aprendido en sus primeros años y eran sus delicias en la edad achacosa de la vejez y las canas. Tan cierto es que

… Turpe putant parere minoribus, et quae,

Imberbes didicere, senes perdenda fateri (1).

Trasladado a Madrid, continuó allí en los ratos que le dejaban expeditos sus nuevas ocupaciones la reimpresión de las obras latinas del P. Fr. Luis de Granada, que había empezado en Valencia, publicando en 1766 los seis tomos de los sermones de tempore, y en 1768 los tres de los santos y la retórica. A los cuales añadió en 1771 la Sylva locorum communium en dos tomos, y en 1775 la Collectanea Moralis Philosophiae en uno. Corrigió en estas obras las erratas, cotejó y enmendó las citas, añadió las que faltaban, formó copiosos índices, y puso a cada una de ellas prólogos análogos a su contenido. Y aunque están escritos todos con pureza, erudición y solidez, merecen particular consideración, así el que precede a la retórica, en que explica el origen y progresos de ella entre los griegos y romanos, las varias épocas de la elocuencia eclesiástica, y los estudios necesarios para adquirirla; como el de: Scriptorum gentilium lectione, et profanarum disciplinarum studiis ad christianae pietatis normam exigendis, que está al frente de la: Collectanea philosophiae moralis. De cuya corrección cuidó por encargo suyo Fr. Gerónimo Despuig, del Carmen calzado, a quien alaba por su buen juicio e instrucción en las humanidades, y la teología. Como su objeto era reimprimir todas las obras latinas de Granada, suplica a los literatos le comuniquen las que hayan llegado a su noticia, y añade al fin de los sermones de los santos las dos cartas sobre las cuestiones del dominicano Astudillo, y sobre el compendio espiritual de Fr. Bartolomé de los mártires. Pone finalmente el apreciable y docto comentario latino de todas las obras de Granada, que escribió a instancias suyas Fr. Luis Galiana, dominico de mérito conocido. La exactitud, inteligencia y celo con que desempeñaba su destino, y los trabajos literarios que voluntariamente emprendía, lo acreditaron mucho en la corte. Pero lo que más contribuyó a afianzar y fijar para siempre su crédito fue el juicio, que imprimió en Madrid en 1778 sobre el tratado de educación claustral, que acababa de publicar en italiano el P. D. Cesáreo Pozzi, comensal del eminentísimo señor cardenal Colona, entonces nuncio de España. Había conseguido su autor sorprender con sus manejos al consejo de Castilla hasta el punto de mandar que se tradujera su obra, para que sirviese de modelo en los estudios de los regulares de España. Y creyendo el Sr. Muñoz comprometido en cierto modo el honor de la literatura española, si los extranjeros, deseosos siempre de zaherirnos, juzgaban del mérito de ella por el ninguno que tenía la obra recomendada, se propuso quitar la máscara a su autor, y presentarlo a la faz de la república literaria tal cual era. Con este objeto publicó el mencionado juicio, en el cual demuestra en primer lugar, que las dos terceras partes del ensayo son un puro plagio de autores herejes y libertinos: nota algunas de las muchas inconsecuencias e ignorancias, el mal gusto en escribir con estilo impropio y afectado, y el malísimo orden con que se han amontonado retazos de diferentes libros. Trata después de las alucinaciones de mayor consideración, empezando por las proposiciones arriesgadas o falsas en materias de religión y costumbres, y dando fin por las erradas opiniones en varias disciplinas. Descúbrese en este escrito, aunque corto, la mucha lectura de su autor, su estilo puro y nervioso, su memoria feliz, su atinado juicio, y su celo así por el honor de la literatura española, como por la pureza de la fe y costumbres. Y es además una prueba práctica de los mucho que contribuyen los buenos estudios para defender las verdades de la religión contra los ataques de los libertinos. No puede expresarse la aceptación con que fue recibido, y el ventajoso concepto que hicieron de él los mayores literatos. Baste citar lo que escribía a su autor el Sr. Azara, ministro de España en Roma en 14 de enero de 1779: “En cuanto al libro de V., ¿ qué quiere V. que le diga? Está convincente, docto y cristiano, y añado en buen castellano, cosa que yo estimo mucho... La nación debe quedar agradecida a V. que la ha vindicado; y yo en mi pequeñez quedo muy agradecido a la bondad de V.”

Chasqueado y despreciado Pozzi, no tuvo valor para permanecer en España; pero todavía se atrevió a publicar en Perpiñán en 1780 una apología, a la cual respondió Muñoz con mucha copia de doctrina y erudición: respuesta que no publicó, ya porque se trataba en la inquisición de prohibirla, como en efecto se prohibió juntamente con el ensayo; ya por las nuevas ocupaciones en la comisión de que en breve hablaremos; ya finalmente por seguir los consejos del Sr. Azara, que le decía: “Luego que supe que V. trataba de impugnar a Pozzi, me figuré que caía V. en un error mayor de los que V. ha encontrado en su libro.” Y prosigue dando varias y convincentes razones, que omitimos, porque hacen poco honor a la memoria de Pozzi, que arrepentido después, se retiró precipitadamente a su patria Bolonia, en donde murió con sentimientos de penitente y verdadero monje (1: Eximeno en la dedicatoria de la traducción castellana del Espíritu de Maquiavelo, página 8).

Los aplausos con que fue recibido el juicio de Muñoz, excitaron la envidia en algunos pocos literatos de Madrid, temerosos de perder en la república literaria la supremacía, que creían haber logrado hasta entonces, y pertenecerles de derecho. Alarmáronse todos, y formaron contra él un partido, que nunca cesó de incomodarlo, aunque siempre con manejos ocultos, con arterías y medios poco decorosos. Aumentóse la envidia con la nueva honra que le dispensó su majestad, comisionándolo en 17 de julio de 1779 para escribir la historia del Nuevo Mundo, y mandando al mismo tiempo que se le franquearan los papeles y documentos necesarios de archivos, oficinas y bibliotecas, así del público como de comunidades y particulares. Todos obedecieron gustosos esta real orden, procurando cada uno por su parte contribuir a las miras ilustradas del gobierno. Pero la academia de la historia, aunque quien se comunicó además orden especial en 20 de enero de 1788, representó que “hallándose distinguida con el empleo de cronista mayor de las Indias perpetuamente desde el año 1755... no le era lícito mirar con indiferencia que se hubiese fiado su desempeño a una persona particular, que ni aun era del número de sus individuos, encargándole con desaire suyo, las más esenciales y preciosas funciones de su empleo. Y que debiendo estar en poder de la academia como cronista, según la ley 3, título 12 de la recopilación de Indias, toda especie de documentos pertenecientes a América, no sólo se la defraudaba de este derecho, permitiendo que Muñoz conservase los manuscritos que había copiado de varios archivos, sino que se pretendía enriquecer la colección de este con los mismos documentos de su archivo, que son su peculiar patrimonio, y fruto de su aplicación, y de sus tareas. No pretendía la Academia disminuir el mérito del sujeto, de cuya laboriosidad y literatura tenía muy buen concepto; pero cualesquiera que fuesen sus luces y conocimientos, juzgaba que trabajando a su vista, y bajo de su dirección y auxilios, debían estar más seguros de su desempeño no sólo el gobierno y el público, sino también el mismo autor; pues agregándole al gremio de sus individuos, y subordinando su comisión al voto y dirección del cuerpo, quedarían conciliados el honor e interés de aquel, con el decoro y justa consideración que se debe a este.” La contestación fue: “que su majestad había resuelto continuase Muñoz la comisión, que le estaba conferida, de escribir la historia general del Nuevo Mundo: que para su decoro le despachase el título de académico que le ofrecía el cuerpo: que como a tal le franquease los libros y papeles que necesitase; y que promoviese y fomentase tan útil empresa, de la cual la resultaría el honor de que uno de sus individuos se aplicase a desempeñar una obra tan deseada en todos tiempos (1: noticia histórica de la academia de la historia, tomo 1, página LXVI).” De resultas de esta orden fue nombrado académico supernumerario. Después de reconocidos todos los papeles pertenecientes a Indias que podía haber en la corte, pasó a Simancas, Sevilla, Cádiz, Lisboa, Salamanca, Palencia, Granada, Málaga, Tolosa en Guipúzcoa y otras partes. Examinó con detención y escrupulosidad archivos públicos y particulares, puso en algunos el orden que les faltaba, reunió papeles dispersos, desenterró otros sumergidos en el olvido, salvó documentos que hubiesen sido pasto de la polilla, y sacando ya copias íntegras, ya en extracto, consiguió al cabo de cinco años, y de un trabajo no interrumpido, juntar una colección de manuscritos muy superior a lo que se podía esperar y casi desear, y enteramente necesaria para escribir la historia del Nuevo Mundo con novedad, exactitud y acierto. Para que se vea el grande servicio que hizo con ella a la nación, y a la república de las letras, añadimos al fin del artículo una copia puntual de los manuscritos que se le encontraron en su muerte, y se entregaron a su majestad, a quien los había legado. Lo cual al paso que honrará la memoria del difunto, será de no poca utilidad a los literatos aficionados a esta especie de estudios. Con tanta abundancia de materiales, copiados muchos de su mano, e ilustrados una buena porción con notas suyas marginales, empezó a escribir su historia “haciendo lo que han practicado en distintas ciencias naturales los filósofos a quienes justamente denominan restauradores. Púseme, dice, en el estado de una duda universal sobre cuanto se había publicado en la materia, con firme resolución de apurar la verdad de los hechos y sus circunstancias hasta donde fuese posible en fuerza de documentos ciertos e incontrastables: resolución que he llevado siempre adelante, sin desmayar por lo arduo del trabajo, lo prolijo y difícil de las investigaciones (1: historia del Nuevo-Mundo, página 4 del prólogo).” Pensaba dividirla en tres épocas, comprendiendo la primera el reinado de los reyes católicos, la segunda el del emperador Carlos V, y la tercera el de Felipe II y sus sucesores; y dar en el cuerpo de ella la narración simple y desembarazada de citas, disputas y combinaciones, añadiendo al fin de cada reinado un apéndice de pruebas e ilustraciones históricas, y publicando separadamente una buena colección de documentos y escritos inéditos. Presentó a la censura el primer tomo en 1791, pero se difirió su publicación por varios incidentes hasta el 1793 (2).

(2): Pasóse por orden de su majestad en agosto de 1791 al examen y censura de la academia. Cuatro individuos comisionados por el cuerpo dieron su dictamen, juzgando la obra digna de toda recomendación con algunas ligeras advertencias sobre algunos apéndices y sumarios que echaban de menos. La academia en vista de estas prevenciones, y de algunas dudas que se suscitaron en la junta sobre la idea general de la geografía que ocupa el libro primero; acordó se leyese en la próxima sesión, para mayor instrucción de los académicos, y más solemne examen de la obra en esta parte, a fin de poder dar al rey y al consejo el juicio que la tenía encargado sobre el mérito e importancia de dicha historia. Un académico sin embargo de haberse conformado con la junta con el favorable juicio de los expresados censores, y en especial con los términos de recomendación que a pluralidad de votos se había resuelto incluir en el informe; leyó con permiso de la junta su voto singular, fundado en algunos reparos que a mejor luz había hallado en los cuatro primeros libros de la referida historia. Y en vista de las dudas y escrúpulos que suscitó la lectura de dicho papel, se acordó a pluralidad de votos, que el manuscrito original se leyese y reconociese de nuevo por la academia plena en sesiones extraordinarias semanales, y con asistencia de los cuatro censores. Después de celebradas diez juntas en que se iba prosiguiendo la revisión de dicha historia con la madurez que exigía la naturaleza de la obra, el crédito de la nación, el concepto de la academia, y la delicadeza del encargo que como a cronista de Indias se dignó hacerla el rey, recibió con fecha de 8 de enero de 1792 otra real orden previniéndola “cesase en su revisión, devolviendo al consejo el manuscrito original, acompañado del dictamen de los cuatro censores que había comisionado el cuerpo a este fin, por estar ya vista, examinada y aprobada con elogios por los mismos, en quienes había comprometido todas sus facultades; siendo contra costumbre de la misma academia mandarla ella leer y examinar de nuevo. la academia obedeció con mucha prontitud y complacencia.” Noticia histórica de la academia de la historia, tomo 1, página 68.    

Compiten en él la pureza del lenguaje, la concisión, la claridad, la exactitud, el juicio, la moderación y el amor a la verdad; y bastaría por sí solo para acreditar en la posteridad el mérito de su autor (1: noticia histórica de la academia de la historia, tomo 4, página 21). “He escrito, dice, la verdad pura, como dicen, según mi leal saber y entender; y he dicho todas las verdades de importancia sin callar alguna por respetos del mundo. Tal es el derecho y la obligación del historiador, en cuyo uso y cumplimiento no hay lugar a la menor fuerza o dispensa. Deje el delicado oficio, como hiciera yo, quien por cualquiera causa no haya de ejercerlo con libertad. Pero esta libertad tiene sus leyes prescritas por la prudencia y el buen gusto, por la honestidad y utilidad pública, por la caridad, en una palabra, por la razón y la religión (2: historia del Nuevo-Mundo, página 26 del prólogo).” Tradujéronlo inmediatamente los alemanes, y sólo esperaban para traducirlo los franceses e ingleses a que se completase la época de los reyes católicos. pero empeñados sus émulos en desacreditar a cualquiera costa la historia, después de haber empleado cinco años de trabajo y estudio, publicaron finalmente en 1798 dos folletos, no tanto contra ella cuanto contra la persona de su autor (3), llenos de superchería y mala fe, que sirvieron sólo para descubrir la baja envidia de que estaban poseídos, y el mérito del escrito que impugnaban. Y aunque no merecían más contestación que el desprecio, contestó sin embargo el Sr. Muñoz con el nombre de Mateo Alemán en dos cartas breves, pero tan convincentes y sólidas, que no se atrevieron sus contrarios indicados con nombres supuestos, pero que todos entendían, a intentar segundo ataque. Hubiera sido de desear que, desembarazado de todo otro negocio y ocupación, se hubiese podido dedicar enteramente a su historia. Pero no fue así. A más de haber de cumplir con el destino de cosmógrafo mayor de Indias, y de oficial de su secretaría de Gracia y Justicia, despachó varios informes, censuras, y comisiones del gobierno, entre otras las ordenanzas para el real colegio de S. Telmo de Málaga, impresas en 1787. Había publicado en el año anterior un folleto en defensa del Sr. Bayer, contra Tychsen. Y después habiendo ascendido de académico supernumerario a la clase de número, y sujetándose a los nuevos estatutos de la academia, que obligaban a presentar un trabajo digno de insertarse en las Memorias, leyó en 1794 la que trata de las apariciones y culto de nuestra señora de Guadalupe de Méjico, que se imprimió en 1817 en el tomo 5. Vense felizmente hermanadas en ella la crítica, la circunspección, y la religiosidad: porque al paso que demuestra a falta de solidez y verdad de aquellas apariciones, sostiene lo justo y razonable del culto que se da a aquella sagrada imagen, siempre respetable, aun cuando no haya sido aparecida.     (3): Para prueba de esto, copiaremos lo que se dice en la página 19 de la satisfacción a la carta crítica sobre la historia del Nuevo Mundo. Léese en el libelo: que los antiguos valencianos eran bestiales... más fieras que hombres por ingenio...aborrecedores del estudio de las ciencias. Cítase para esto a Mariana (hist. I. 6), que haba de los españoles en general sin decir palabra de valencianos. Estos (sigue el libelo) eran tan aseados, que para comer con limpieza se lavaban las manos con orines. En prueba se cita a Mobred (así por Mohed), tomo 2, página 114, cuyo lugar es este a la letra: Diodoro reprende el estilo poco aseado de lavarse los españoles así hombres como  mujeres con la orina. Estrabón dice: que esto era también común a los galos; y no lo atribuye a todos, sino sólo a los pueblos septentrionales, con especialidad a los cántabros. Fingirse aquí valencianos, y fingir el objeto del lavatorio como por recargo, ¿ qué disposiciones indica de cerebro y corazón? ¡Miserables! Reconoced con los Mohedanos que los pueblos marítimos de la corona de Aragón fueron los primeros en admitir la cultura. Si luego que la recibió Sagunto, hubiese un viajante griego juzgado de las artes y ciencias de todos los españoles por las que observaba en aquella ciudad; con razón notáramos su ligereza. Igual nota merecen vuestros raciocinios ridículos.... Con vuestras artes groseras sólo habéis logrado dar al mundo un ejemplo nuevo, de que más enemigos hace la envidia que la injuria.

Sirvió a la academia en el año siguiente en un negocio, que aunque de poca monta en sí, era de bastante importancia para el decoro de la corporación. La cual acababa de aprobar la ilustración a la inscripción hebrea de nuestra señora del Tránsito de Toledo remitida a su censura por orden del rey, creyendo sencillamente y de buena fe que el original de ella estaba, como decía su ilustrador, bien conservado, y con letras claras e inteligibles. Pero habiendo hecho presente poco después uno de los comisionados en la censura, que por estar enfermo no asistió a la aprobación, que la copia sacada por el Sr. Bayer en 1752 se diferenciaba bastante de la de Heydeck, juzgó la academia comprometido su honor, si como era de recelar, le faltaba a la publicada por este la exactitud necesaria. Y para certificarse, encargó a los señores Muñoz y Sánchez, que las confrontasen con el original. EL resultado de esta comisión, y de otra que se envió después, fue convencerse plenamente de la exactitud de la copia del Sr. Bayer; y de que Heydeck había suplido a su arbitrio el texto hebreo, y dádolo por original, formándolo sobre la traducción castellana de Rades de Andrada en su historia de las tres órdenes militares, o sobre otras memorias que pudieron llegar a sus manos: en una palabra, que no sólo no había copiado la inscripción, pero ni la había visto, ni aun podido verla toda entera, como la publicó: porque ya faltaba una parte de ella cuando la reconoció el Sr. Bayer. Con lo cual quedó descubierto el fraude del impostor, y salvo el honor de la academia. La cual conserva además otro documento de su laboriosidad y literatura en el elogio de Lebrija, que le encargó en cumplimiento de uno de sus nuevos estatutos, que previene se elogie algún español célebre en las juntas públicas trienales. Correspondió el Sr. Muñoz a esta honrosa confianza, leyendo en la primera junta trienial de 11 de julio de 1796 el mencionado elogio, que se imprimió en el tomo 3.° de sus Memorias publicado en 1799, en el cual desempeña completamente, con la solidez y verdad que le eran características, lo que ofrece al principio, que es presentar a su héroe como “un humanista de primera nota, tan instruido y versado en variedad de lenguas, ciencias y facultades, tan dedicado a comunicar su doctrina, que merece de justicia los dictados de erudito universal, de restaurador del gusto y solidez en toda buena literatura, de maestro por excelencia de la nación española.” Añade que “su elogio será histórico, esto es, ajustado a la realidad de los hechos: será un retrato fiel, pintado de lleno con colores propios, hermoso sí, porque lo es su original, pero con ciertos lunarcillos que descubren la condición humana aun en los mayores héroes.”

Las penosas y no interrumpidas tareas del Sr. Muñoz, y la multitud y gravedad de negocios a que debía atender, habían debilitado notablemente su salud desde el año 1793: debilidad que le duró cinco años. En los cuales, aunque su genio aplicado y laborioso no le permitió entregarse enteramente al descanso, como debiera, no pudo tampoco trabajar con el ardor y tesón antiguo. Recobrado de esta indisposición en 1798, se dedicó enteramente a su obra. Ufano y alegre escribía al canónigo Blasco, que tenía casi concluido el segundo tomo, en que terminaba la época de los reyes católicos., le describía el arreglo de su vida, y el método con que trabajaba, ponderándole las muchas fuerzas y la grande robustez que había adquirido, con las cuales esperaba concluir, lo que antes no creía, las dos primeras épocas de la historia, las más interesantes y difíciles; porque la tercera, decía, cualquiera puede escribirla. Vióse entonces, como en otras muchas ocasiones, cuan vanas suelen ser las esperanzas de los hombres. Acometióle a las ocho de la noche del siguiente día, a tiempo que iba a tomar el sombrero para ir a su oficina, un ataque apoplético tan fuerte, que murió sin volver de él a las ocho y cuarto de la mañana próxima, el 19 de julio de 1799, a los cincuenta y cuatro años de edad; y se encontró lo que había trabajado en su historia el mismo día del insulto. Fue cosmógrafo mayor de su majestad, y oficial de la secretaría de estado y del despacho universal de Gracia y Justicia de Indias, académico de la real academia de ciencias de Lisboa, de la real sociedad médica de Sevilla, socio literario de la vascongada, individuo de la academia de la historia, grande humanista, insigne filósofo y matemático, y esclarecido historiador, con todas las dotes para desempeñar dignamente este encargo, el más difícil y escabroso tal vez de todos los de la república literaria; porque reunía cosas que difícilmente se encuentran juntas, a saber, memoria feliz, imaginación viva, exacto juicio, imparcialidad, amor a la verdad, laboriosidad en buscarla, docilidad para abrazarla, intrepidez y valor para decirla, lenguaje puro sin afectación, nervioso sin dureza, conciso sin oscuridad, claro sin redundancias. Su carácter franco y abierto, su genio apacible sin soberbia ni altanería, tan enemigo de adular a los poderosos, como aficionado a servir a los desvalidos, le conciliaron la estimación general. Cumplió con los deberes de buen ciudadano, de amigo fiel, de esposo amable, y de padre tierno. Sintióse generalmente su muerte, verificándose en ella que 

Urit enim fulgore suo, qui pragravat artes

infra se positas: exstinctus amabitur idem (1: Horat. Epist. 9. libro 2, v. 13).

Compró la universidad de Valencia todos sus libros y manuscritos, que se incendiaron en 7 de enero de 1812 por el bombeo del mariscal Suchet. Perdiéronse entonces la respuesta a Pozzi, una lógica en latín, parte de las Instituciones filosóficas, que empezó a trabajar, y no pudo concluir por atender a la historia del nuevo mundo, muchas apuntaciones relativas a la vida de Vives, que reservaba otio senectutis, su vida literaria, que escribió a imitación de Pedro Daniel Huet, y podría servir de dechado a los que desearan llegar, como él llegó, a la cumbre del saber; una traducción de la vida de Clemente XIV, que no imprimió por haberse adelantado otro, y otras cosas sumamente apreciables, fruto de sus tareas y vigilias. Ofreció el canónigo Blasco al marqués Caballero, ministro entonces de gracia y justicia, que pues conocía el estilo del difunto, y era tan poco lo que faltaba para completar el segundo tomo, que apenas llegaría a medio pliego, él se encargaría gustoso de concluirlo, y de darlo a la prensa con las ilustraciones y documentos correspondientes: con lo cual se completaba la primera época de la Historia de América. No admitió la propuesta, y contestó que ya dispondría lo conveniente. Ignórase lo que dispuso. Sólo se sabe que quedaron sepultados aquellos trabajos todos los nueve años que siguió en el ministerio hasta el infausto año de 1808. En cuyo estado han continuado después, y todavía continúan. Sus obras son: 

1. Disertación de recto philosophiae recentis in theologia usu, en las conclusiones para cátedras de filosofía, impresas en esta ciudad en casa de la viuda de Orga en 1767.

2. El tratadito de bonis et malis Peripateticis en las del año 1768, en la misma imprenta.

3. El prólogo a la lógica de Verney, reimpresa allí mismo en 1769, en 4.° 

4. Los que añadió a los seis tomos de los sermones de tempore del P. Granada, a los tres de los de los santos, y a la retórica, a la Sylva locorum communium, y a la Collectanea Moralis Philosophiae, que reimprimió en la misma imprenta en los años 1766, 1768, 1771 y 1775, en 4.° 

5. Juicio del tratado de educación de Pozzi. Madrid, 1778, en casa de Ibarra, en 8.° mayor.

6. Carta latina del Sr. D. Olao Gerardo Tychsen, al Ilmo. Sr. D. Francisco Pérez Bayer, con su traducción castellana. Madrid, 1786, por la viuda de Ibarra, en 8.° 

7. Ordenanzas para el real colegio de S. Telmo de Málaga. Madrid, 1787, en la misma imprenta, en folio.

8. Historia del Nuevo-Mundo. Madrid, 1793, en la misma imprenta, en 4.° 

9. Memoria sobre las apariciones y el culto de nuestra señora de Guadalupe de Méjico, impresa en el tomo quinto de las Memorias de la academia, 1817.

10. Elogio de Lebrija, impreso en el tomo tercero de dichas memorias, 1799.

11. Satisfacción a la carta crítica sobre la Historia del Nuevo-Mundo. Valencia, 1798, en casa de Orga, en 8.° 

12. Carta segunda de D. Antonio Alemán, en que se descubre el mérito de la segunda pseudocrítica sobre la Historia del Sr. D. Juan Bautista Muñoz. En el mismo lugar y año, en 8.° 

COPIA

DE LOS MANUSCRITOS

QUE RECOGIÓ 

D. JUAN BAUTISTA MUÑOZ

EN SUS VIAJES,

Y SE ENTREGARON EN SU MUERTE

A SU MAJESTAD.

Un tomo en folio, cuyo rótulo dice: Echeverría: Historia de Nueva-España. Contiene la historia del origen de las gentes que poblaron la América septentrional, que llaman Nueva-España, con noticia de los primeros que establecieron la monarquía que en ella floreció de la nación Tolteca, y noticias que alcanzaron de la creación del mundo. Su autor D. Mariano Fernández de Echeverría y Beytia &c. Está en cuarenta y cuatro cuadernillos con tres dibujos coloridos del calendario Tulteco, y unas tablas cronológicas para ajustar aquel con el nuestro, por el mismo autor. Sigue el libro tercero hasta el capítulo octavo exclusive, que parece continuación de la obra, y cuatro dibujos del calendario en papel de marquilla. Tiene algunas hojas sueltas de letra del Sr. Muñoz, que son notas a la obra.

Otro tomo en folio rotulado: Echeverría: Historia de la Puebla de los Ángeles, y de nuestra señora de Guadalupe. Contiene la historia de la fundación de la ciudad de la Puebla de los Ángeles en la Nueva-España, su descripción, y presente estado. Su autor el licenciado D. Mariano Fernández de Echeverría y Beytia, que murió en 25 de febrero de 1780. Tiene cuarenta y ocho cuadernillos, y un índice de letra del Sr. Muñoz.

Un tomo en folio rotulado en el lomo: Boil: Derrotero de Escalante. Contiene primeramente noticias del V. P. Fr. Bernardo Boil, del célebre monasterio de santa María de Monserrat, primer predicador del santo evangelio, y vicario apostólico en las Indias occidentales &c. Por D. Jaime Caresmar, ex-abad del monasterio de Bell-puig, en veinte y ocho fojas, con algunas cartas de D. José Vega, y Fr. José Herrero, en ocho fojas, con algunas notas de mano de nuestro Muñoz. El segundo legajo en 4.° con cincuenta y seis fojas escritas, y una carta misiva a dicho Muñoz por el Sr. Albert, desde Palma en Mallorca. Comprende cincuenta y tres cartas latinas de Arnaldo Cos, a Fr. Bernardo Boil, y otros sujetos. El tercer legajo en folio contiene la correspondencia entre Arnaldo Cos, y Fr. Bernardo Boil, en cuarenta y seis fojas. Hay dos cartas, una del Sr. Albert, y otra del P. D. Antonio Raimundo Pascual, dirigiendo dichas cartas al referido Muñoz. El cuarto legajo en ocho fojas en folio, es una copia hecha de mano de nuestro Muñoz, del prólogo que Fr. Bernardo Boil puso a la traducción castellana que hizo de la obra titulada: Isaac de Religione. Lleva algunas notas del Sr. Muñoz, en dos fojas en 4.°, y una cedulita sobre el año mortuorio de dicho Boil. El quinto legajo en folio con ochenta y ocho fojas y nueve mapas, forman la descripción y derrotero de las costas del mar del sur pertenecientes al reino de tierra-firme por el capitán Diego Ruiz de Campos, año 1631. Esta obra está cotejada por nuestro Muñoz.

El sexto legajo son apuntamientos de geografía, navegación, y otras materias sacadas del itinerario de Escalante Mendoza: obra inédita de gran mérito, en treinta y seis fojas en folio, y cinco en 4.° todo de mano de Muñoz.

Un tomo en folio, cuyo título es: Oviedo: Adiciones y enmiendas a los veinte y dos libros de 1.° a 19. Primera parte. Comprende las adiciones hechas por el capitán Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdéz (1: nació este Oviedo en Madrid año 1478, y murió en Valladolid en 1557, de edad de 79 años), sacadas del ejemplar de mano del autor existente en el archivo del real monasterio de Monserrat de Madrid. Está dividido en cinco cuadernos. El primero, que tiene cincuenta y nueve pliegos, contiene las adiciones a los ocho primeros libros de la historia de Oviedo. El segundo, los libros 8 y 9 de la primera parte, comprobado con el manuscrito de Monserrat, añadido lo que hay de más, y cotejado todo. El tercero es libro 11 y 12 en los mismos términos, y tiene cuarenta y cuatro fojas. El cuarto, que tiene sesenta y dos fojas, es el libro 17, desde el capítulo 20 de la historia de Oviedo, y dícese inédito. El quinto, las adiciones del libro 19, y tiene diez fojas. El sexto, en diez y seis fojas de letra del Sr. Muñoz, es la tabla sumaria de los 19 libros de la historia de Oviedo. 

Otro tomo en folio rotulado por fuera: Oviedo libros 29 a 32, manuscrito.

Este tomo comprende desde el libro de la ha general de Indias, por Gonzalo Fernández de Oviedo, que es el libro 10 de la segunda parte. El libro 30 tiene tres capítulo (segunda parte libro 13): consta este volumen de trescientas diez y ocho fojas. Hay además, en seis fojas de letra de Muñoz, dos cartas de D. Antonio de Mendoza, virrey de la Nueva-España, a Gonzalo Fernández de Oviedo. 

Otro volumen en folio rotulado: Oviedo libros 33 a 38, manuscrito, y por dentro: Volumen 2.° de la segunda parte de la historia natural y general de las Indias, por Gonzalo Fernández de Oviedo, tomo 2.°

Este tomo comprende los libros 33 hasta el 38 inclusive (y son desde el 14 al 19 de la segunda parte), y consta de cuatrocientas sesenta y dos fojas. 

Un tomo en folio en el rótulo de fuera: Vivero de Japón Econ. político. Derroteros.   

En el primer legajo se comprenden los discursos de D. Rodrigo de Vivero y Velasco, primer conde de Valle de Orizava, con varias cédulas pertenecientes a los servicios y cargos del autor. Sacáronse parte a la letra, parte en resumen (como advierte el Sr. Muñoz), de una mala copia que poseía D. Diego Panes, teniente coronel de artillería. Está en cincuenta y seis fojas. Sigue en el mismo legajo un Tratado económico político del mismo Vivero, en cincuenta y una fojas. El segundo legajo contiene la descripción de las islas de Indias, aunque este título no es del autor, ni se sabe quién es, como advierte de su mano el Sr. Muñoz. Está comprendido en catorce cuadernillos o sea ochenta y cuatro fojas. 

El tercer legajo contiene un derrotero de las costas occidentales de América, desde el seno de California hasta el grado once, latitud cinco: tiene muchos mapas y vistas todo de mano sin nombre de autor, en sesenta y cuatro fojas a parecen parte de otro cuaderno mayor.  

Un tomo en folio, cuyo rótulo es: Atienza del Perú (,) Sigüenza (Carlos de Sigüenza) y Pez (Andrés de Pez). Orrixs Metalurgia (Xavier Alejo de Orrixs; metalogia). 

(Atienza y Sigüenza no están muy lejos, en España, y acaban en enza. Segontia, en Guadalajara; Atienza, más próxima a Soria : Numantia, Numancia)

Legajo primero: Compendio historial del estado de los Indios del Perú etc. por Lope de Atienza, clérigo presbítero, criado de la serenísima reina doña Catalina de Portugal &c., dirigido al Ilmo. Sr. licenciado D. Juan de Ovando, del consejo de estado, presidente del real consejo de las Indias. Está la obra dividida en dos partes en diez y siete cuadernillos o ciento y dos fojas. Es copia. 

El legajo segundo comprende:

1.° La representación del almirante D. Andrés de Pez, sobre la población y fortificación de la bahía de Panzacola (dos cosas que tengo yo, en abundancia la primera), a 2 de junio de 1689. Es copia antigua.

2.° Descripción de dicha bahía por D. Carlos de Sigüenza y Góngora, 1693.

3.° y 4.° Certificaciones de pilotos (de naves, barcos, no de aviones), y del dicho almirante, sobre la antecedente descripción.

5. ° Representación de D. Carlos de Sigüenza y Góngora, sobre la necesidad de ocupar dicha bahía.

6.° Resolución de la junta general de Méjico de 2 de junio de 1693 para fortificar dicha bahía.

7.° Dictamen de D. Carlos de Sigüenza, sobre el modo de poblarla y fortificarla.

8.° Representación de D. Andrés de Arriola contra D. Carlos, acerca de la descripción y parecer de este, y larga respuesta de Sigüenza llena de noticias importantes, 1699. Todas son copias de buena letra antigua, que parece hicieron parte de algún códice. Lleva un índice de mano del Sr. Muñoz. Son sesenta y seis fojas.

Legajo tercero: Metalogia o física de los metales (metalurgia más arriba), por el P. Xavier Alejo de Orrixs, profeso de la compañía de Jesús, natural de la ciudad de Pamplona (y antiguo reino de Pampilona : Navarra), tomo 1, en ciento cincuenta y cuatro fojas. 

Un tomo en folio rotulado por fuera: Tello Morfi: Noticias de las provincias internas de Nueva-España. Comprende un legajo compuesto de nueve cuadernos con este título: noticias extractadas de la historia manuscrita, que compuso el R. P. Antonio Tello, y comprende la de las provincias de Xalisio (Jalisco?), Nueva-Vizcaya, y Nuevo-Méjico. = Número 7. Y una pieza grande compuesta de trescientas sesenta y nueve fojas útiles, con el siguiente título: Copia del viaje de indios. = Diario del Nuevo-Méjico. = Número 6. Y más adelante dice: Memorias para la historia de Texas, por el R. P. Fr. Juan Agustín Morfi.

Un tomo en folio intitulado: Simón: Noticias de tierra-firme. Parte segunda, y por dentro tiene este título: Segunda parte de las noticias historiales de las conquistas de tierra-firme, en el nuevo reino de Granada, Indias occidentales, que ha compuesto Fr. Pedro Simón, religioso de S. Francisco en la provincia de Cartagena etc. año 1624.

Después de este título, y al principio de la obra tiene este: Primera noticia historial de las conquistas de tierra-firme. Comprende las noticias primera y cuarta, y constan de cuatrocientas diez fojas, sin contar seis de letra de nuestro Muñoz, que son el índice de los capítulos de este tomo, y noticia de haber copiado la obra de un manuscrito, al parecer original, de la biblioteca del conde Fernán Núñez. 

Otro tomo en folio rotulado: Simón: Noticias de tierra firme. Parte segunda, tomo 2.°

Este tomo, que es continuación del antecedente, comprende las noticias quinta, sexta y séptima historiales de las conquistas de tierra-firme. Tiene quinientas cincuenta y cuatro fojas. 

Un tomo en folio con su rótulo: Simón: Noticias de tierra-firme. Parte tercera, tomo primero. Por dentro tiene este título: Tercera parte de las noticias historiales de las conquistas de tierra-firme, en las Indias occidentales, que ha compuesto un fraile de S. Francisco, hijo de la provincia de Cartagena, llamado Fr. Pedro Simón etc. año 1625. Está dedicado al Sr. D. Juan Hurtado de Mendoza, marqués de Cañete. Comprende las noticias primera y cuarta inclusive. Es copia, y tiene al margen algunas breves notas del Sr. Muñoz. Tiene trescientas sesenta y seis fojas.

Otro tomo rotulado: Simón: Noticias de tierra-firme. Parte tercera, tomo 2.° Es continuación del antecedente, y contiene las noticias quinta y sexta inclusive, con que concluye la tercera parte. Es copia, y tiene trescientas noventa y cuatro fojas.

Un tomo manuscrito en folio, encuadernado en pasta, rotulado: Ixtliloxcoc: Historia antigua de la Nueva-España, copiada de un ejemplar lleno de erratas que poseía el teniente coronel D. Diego Panes (el segundo ejemplar de Panes bastante dudoso). Está sin foliatura, y contiene: Relaciones de historia antigua de la Nueva-España, por D. Fernando de Alba Ixtlixuchtil (bastante parecido al Ixtliloxcoc de arriba).

Información sobre la muerte del Casonci, y sus bienes a Nuño de Guzmán. 

Ejecutoria del pleito de los herederos de doña Isabel Motezuma. (Moctezuma)  

Relación de la jornada contra los Chichimecos del virrey (pone Virey) D. Antonio de Mendoza en 1541 (1: el P. Bernabé Cobo, jesuita, nació en Jaén por los años 1570, se embarcó para América en 1595, en 1653 permanecía en la América meridional, donde al parecer estuvo 57 años). 

Un tomo en folio manuscrito, en pasta, rotulado por fuera: B. Cobo, Hist. de Lima, en doscientas treinta y dos fojas escritas. Es la fundación de Lima (patrona de los presos), escrita por el P. Bernabé Cobo, de la compañía de Jesús, año 1639. Está dividida en tres libros, y se copió de una copia que poseía en Sevilla D. Manuel de Ayora, caballero cordobés, y es casi coetánea. Está copiada y cotejada por el Sr. Muñoz, de cuya mano es el prólogo. 

otro tomo manuscrito en folio, encuadernado en pasta, su rótulo es: B. Cobo, Hist. nat. de Indias, tomo 1.° Es la primera parte dividida en cinco libros, escritos en trescientas ochenta y cinco fojas, sin el índice de capítulos. Hay al principio sueltas cuatro fojas en 4.° de notas del Sr. Muñoz; y una carta dirigida a él sobre la obra de Cobo. Es copia de la que hay en S. Acasio de Sevilla.

Otro tomo en folio igual al anterior, con el mismo rótulo, y tomo 2.° Sigue la primera parte en los libros desde el seis hasta el diez ambas inclusive, en trescientas noventa y ocho fojas, sin los índices de los capítulos: también sacado de S. Acasio de Sevilla.

Un tomo en folio, rotulado por fuera: Alcina Hist. nat. D. L. Bisayas, tomo 1.° La obra tiene este título: Historia de las islas e indios de Bisayas, parte mayor y más principal de las islas Filipinas. Divídese en dos partes: la primera natural, del sitio, fertilidad y calidad de estas islas y sus moradores &c: la segunda eclesiástica y sobrenatural de su fe, y aumentos en ella, con el magisterio y enseñanza de los padres de la compañía de Jesús. In doctrinis glorificate Dominum in Insulis maris nomen Domini. Isai. 24. Recogido uno y otro, y compuesto por el P. Francisco Ignacio Alcina, de la misma compañía, después de más (de) 30 años en ellas, y entre ellos de ministerio. Ad majorem gloriam Dei et Mariae Matris eius sine labe conceptae.  Año 1668. Contiene este tomo los libros primero y segundo, y al fin hay diez y siete dibujos de árboles, plantas y animales. Consta de cuatrocientas y una fojas. 

Otro tomo en folio con el mismo rótulo y tomo 2.°, y es continuación del tomo anterior. Comprende este los libros 3.° y 4.° Concluida la obra, hay una epístola en verso que tiene este título: Soledad de Alcino, pescador y cazador de estos mares y montes de Bizaya a Bronfido su amigo y compañero en Manila. Dale cuenta de su ocupación y ejercicios en su ausencia. Al fin del tomo hay tres dibujos de barcos y otras curiosidades. Tiene este tomo trescientas cuarenta y dos fojas.

Cuatro tomos en folio rotulados: Aguado: H. de Santa Marta, y N. R. de Granada.

El autor de esta obra fue Fr- Pedro Aguado, fraile menor; la escribió antes del año 1575 en cuatro volúmenes, y trata de los descubrimientos del nuevo reino de Granada y tierra-firme. Están estos cuatro tomos divididos en dos partes, todos sin foliar, y no se  sabe de dónde se copiaron. 

Un tomo en folio rotulado: Establecimientos de España en América. El título de la obra es: razón de los establecimientos de españoles en América, dividida en cuatro partes. 

La primera contiene los descubrimientos hechos en América por el famoso Cristóbal Colón (Cristoval Colon), con la descripción de las islas y colonias, al weste (oeste; west) de las Indias.

La segunda, sus establecimientos en aquel continente.

Tercera, sus establecimientos en el Perú, Chile, Paraguay, y Río de la plata. 

(argentum: argente : argent : AG: plata; Argentina; river plate)   

Cuarta, sus establecimientos en tierra-firme; sus diferentes posiciones al sur de la América, habitadas de indios &c., con la descripción de las islas Canarias. Impreso en Edimburgh (sic; Edinburg, etc), por A. Donaldron (quizás Donaldson, hijo de Donald, no del famoso pato, duck) y J. Reid, por el autor y A. Donaldron, 1762. Parece traducción del inglés, por las muchas enmiendas y borrados que tiene el manuscrito. 

Otro tomo en folio, cuyo rótulo es: Marmole: Hist. de Chile. Es la que escribió el capitán Alonso de Góngora Marmolejo, na

Un tomo en folio con el rótulo siguiente: Fuentes: Hist. de Guatemala. El título de la obra es: Recordación florida, discurso historial, natural, material, militar y político del reino de Guatemala: al rey de las Españas D. Carlos II, nuestro señor y rey del imperio de las Indias, que escribe y ofrece a la veneración y obsequio de su real augusto nombre, el capitán D. Francisco Antonio de Fuentes y Guzmán, año 1690.

Es copia mandada sacar por el Sr. Muñoz, y comprobada por el original del autor que posee D. Manuel de Ayala, ministro del supremo consejo de las Indias. Al principio y fin hay muchas notas y apuntamientos de letra de dicho Muñoz, y de ella es el índice de los capítulos. Tiene este tomo ciento seis fojas, y dentro un mapa de mano.

Otro tomo en folio con el rótulo por fuera: Antiguas de Nueva-España, conquista y después de ella. Octava maravilla. Contiene este volumen, primero: Fragmentos de historia de Nueva-España, copiados de un malísimo ejemplar de D. Diego Panes. El autor, según nota separada del Sr. Muñoz en una cuartilla, conoció a Magallanes: los primeros obispos de Nueva-España. Está el manuscrito en treinta y un cuadernillos de cuatro fojas cada uno.

2.° Cédula de encomienda del pueblo de Tacuba, hecha por Cortés en 1526, a favor de doña Isabel, hija mayor del emperador Motezuma, y expresión de sus descendientes. En siete pliegos copiados de un ejemplar suelto de D. Diego Panes. 

3.° Octava maravilla, o antigüedades y conquista de Nueva-España, en verso heroico, por Bartolomé de Góngora en 1628. Son seis pliegos de mano del Sr. Muñoz, y un árbol genealógico de Cortés. La octava maravilla empieza en la estrofa ciento treinta y una del libro tercero, y sigue el libro cuarto en cuatro cuadernillos. Hay tabla alfabética de los sujetos que se hallaron en la conquista de Nueva-España en trece cuadernillos: todo sacado de una copia de D. Diego Panes.    

Un tomo en folio en pergamino, rotulado: Varia de Stat

Trae al fin mapas muy feos de Portugal, Algarve y Andalucía.

Un tomo en folio con el rótulo: historia de las revoluciones del Perú entre sus conquistadores. Por dentro tiene este título: libro III de las guerras civiles del Perú. No tiene nombre de autor, aunque sí una nota del Sr. Muñoz en dos cuartillas sobre el tiempo en que vivió. La obra está dividida en doscientos treinta capítulos, y escrita por el tiempo que se refiere, aunque no todo es de una mano.

Un tomo en cuarto, rotulado: Chirino: historia de Filipinas, manuscrita. Contiene la primera parte de la historia de la provincia de Filipinas por el P. Pedro Chirino, de la compañía de Jesús. Aunque esta parte según la tabla de los capítulos comprendía cinco libros, en este tomo no hay sino tres; y al fin de la página 700, que es la última, hay esta nota original de mano del autor que dice: revista y corregida por el mismo autor: en Manila 7 de abril de 1618. = Pedro Chirino. Está escrita en papel de china. 

Otro tomo en cuarto sin encuadernar, rotulado: Montesinos: Memorias antiguas y anales del Perú. Contiene noticias para la vida del licenciado Fernando Montesinos, trabajadas por el Sr. Muñoz. 

El libro primero de las memorias antiguas historiales del Perú en cuarenta y ocho fojas, y el libro segundo de las mismas en cinco cuadernillos. Finalmente el libro primero de los anales del Perú en ciento sesenta fojas. Estos anales están incompletos.

Otro tomo en cuarto, que comprende la copia de Castellanos y sus elogios de varones ilustres de Indias. Es tomo primero de la parte segunda.

Cinco tomos en cuarto, que comprenden la misma copia de Castellanos, y son el tomo 2.° parte 2.a; tomo 3.° parte 2.a; tomo 1.° parte 3.a; tomo 2.° parte 3.a; y tomo 3.° parte 3.a

Un tomo en folio, rotulado: S. Cubero: viajes: descripción de África etc. Comprende los viajes por las cuatro partes del mundo, hechos y escritos desde 1671 hasta el 1699, por el Dr. D. Pedro Cubero Sebastián, presbítero. Hay descripciones generales de África y Europa, particulares de provincias y ciudades, y en especial un epítome histórico de Gibraltar: tiene doscientas cincuenta y tres fojas foliadas, y algunas pocas sin foliar al fin.

Un legajo en cuarto, que contiene el manuscrito de la obra intitulada: Baluartes de Méjico: relación histórica de las cuatro sagradas imágenes de nuestra señora la virgen María que se venera en sus extramuros, por D. Mariano Fernández de Echeverría y Veitia, en 1778.

Esta obra va comprendida en sesenta y seis medios pliegos sin encuadernar. Sigue en un cuaderno en cuarto otra obra del mismo autor, sobre el modo con que los indios celebraban sus fiestas, con dibujos de sus figuras ridículas.

Otro legajo en cuarto forrado en papel, con su rótulo, que es: Río de la Plata, puerto de S. Julián: reconocimientos hechos en 1745 y siguientes. Contiene ocho legajos.

1.° Borradores del tiempo del rey católico, pertenecientes a Indias.

2.° Viaje marítimo de D. Joaquín de Olivares en 1745, desde el Río de la Plata hasta el de Gallegos.

3.° Diario del mismo viaje por el piloto mayor Diego Tomás de Andia.

4.° Relación del mismo viaje por el padre Quiroga.

5.° Relación del mismo viaje por el padre Pedro Lozano.

6.° Relación del viaje al puerto de S. Julián por José Michel en 1760, y otra relación duplicada de otro viaje a la misma bahía en 1785. Hay también un papel duplicado sobre la necesidad de poblar la bahía de S. Julián.

7.° Diario de Jorge Barne, y reconocimiento de las costas hasta el puerto de S. Julián. Es original con un mapa de mano.

8.° Es el mismo diario que el antecedente con un mapa igual, y las cartas originales al marqués de la Ensenada, de D. José Andonaegui, capitán general de las provincias del Río de la Plata en 1753.

Un legajo en cuarto, rotulado: C. Stellae de rebus Indicis 1. Es una copia del manuscrito de Juan Cristóbal Calvete de Stella sobre las cosas de Indias, copiado del archivo del Monte Sacro de Granada. El autor dividió su obra en veinte libros escritos en latín. Contiene este tomo los cinco primeros, aunque no completos, en trescientas cuarenta y nueve fojas.

Otro legajo en cuarto, rotulado: C. Stellae de rebus Indicis 2. Es continuación del anterior, y sigue el libro quinto, y continúa el sexto, desde el folio 350 al 705.

Un otro legajo en cuarto, con su rótulo que dice: Varios. Contiene dos líos. El primero: discurso sobre la navegación al mar (océano) Pacífico, e informe sobre la comunicación del mar Atlántico y Pacífico, por Mr. de Fer, y dictamen del Sr. Muñoz sobre él. El segundo contiene en tres cuadernos las fiestas que los indios hacían al demonio, y parece borrador de lo que escribió Beitia.

Otro legajo en cuarto, rotulado: Quiroga de Chile, manuscrito.

Contiene en nueve cuadernos el compendio histórico de los más principales sucesos de la conquista y guerras del reino de Chile hasta el año 1656, sacado fielmente del manuscrito del maestre de campo D. Gerónimo Quiroga.

Un legajo en cuarto, rotulado por el canto: Miscelánea, contiene varias cedulitas de títulos de algunos papeles, que eran sin duda apuntamientos del Sr. Muñoz.

Colección de memorias de Nueva-España, que en virtud de orden de su majestad, del Exmo. Sr. conde de Revillagigedo, y del M. R. P. ministro provincial Fr. Francisco García Figueroa, colectó, extractó y expuso en treinta y dos tomos en folio un religioso de la provincia del santo evangelio de Méjico, por el año 1792.

Todos ellos están encuadernados en pasta, y contienen documentos de dos clases: los de la primera, que son los once primeros tomos, comprenden las coplas de los manuscritos que pidió su majestad determinadamente en su real orden de 21 de febrero de 1790. La segunda clase, comprendida en los veinte y un tomos siguientes, forman un cuerpo de noticias arregladas y copiadas con escrupulosa exactitud, según la real orden, y conducen a ilustrar las antigüedades, la geografía y la historia civil, eclesiástica y natural de América. En cada tomo hay certificación del R. Fr. Francisco García Figueroa, de estar copiadas exactamente las piezas que contiene.

Tomo 1.° rotulado: Colección de memorias de Nueva-España. Comprende diez y ocho piezas selectas del museo de Boturini. Hay también en el mismo, el informe del Ilmo. Sr. D. Juan de Palafox al conde de Salvatierra; el memorial de D. Carlos de Sigüenza y Góngora, y las cartas del V. P. Juan María de Salvatierra. Todo en trescientas treinta y nueve fojas útiles. 

Tomo 2.° rotulado: piezas correspondientes al orden real.

Contiene el teatro de virtudes políticas escrito por D. Carlos de Sigüenza y Góngora. Traducción de la vida y martirio de los niños de Tlaxcala. Relaciones del Nuevo Méjico, por el P. Fr. Gerónimo de Zarate Zalmerón. Carta del P. Fr. Silvestre Vélez Escalante. Restauración del Nuevo Méjico por D. Diego de Vargas Zapata. Todo en trescientas noventa y cuatro fojas.

Tomo 3.° rotulado: piezas correspondientes al orden real. Comprende el informe del P. Fr. Alonso de Posadas sobre Nuevo Méjico: relación breve tocante a la población de Nueva-España: calendario índico: cantares de N. Nezahualcayotzin, emperador de Tescuco: Viaje de indios, y diario del Nuevo Méjico. Todo en trescientas veinte y seis fojas.

Tomo en 4.° tiene el siguiente rótulo: relación de D. Fernando de Alva Iktlilxochitl

Comprende la creación del mundo y origen de los indios. Historia de los Tultecas: fundación de Tula y sus reyes: vida de los reyes Tultecas hasta su destrucción en cinco relaciones: la historia de los Chichimecas hasta la venida de los españoles, en once relaciones: ordenanzas de Nezahualco y Otzin: orden y ceremonias para hacer a un señor: venida de españoles, y entrada de estos en Tescuco: trece relaciones sobre las naciones pobladoras, gigantes, Tultecas, Chichimecas y reyes sucesores: sumaria relación de la historia general de Nueva-España: conducta de Nuño de Guzmán, presidente de la real audiencia de Nueva-España: merced y encomienda a la descendencia de Motezuma: expedición a los Chichimecas. Todo en cuatrocientas seis fojas. 

Tomo 5.°, rótulo: Nueva-Galicia. Contiene la conquista del reino de la Nueva-Galicia, escrita por D. Matías de la Mota Padilla, dividida en noventa y seis capítulos, en quinientas trece fojas. Hay al principio un mapa de mano, delineado por el capitán de ingenieros D. Nicolás de Lafora, y D. José Urrutia, teniente del regimiento de América, y es comprensivo de toda la frontera de los dominios del rey en la América septentrional.

Tomo 6.° rotulado: Nueva-Galicia. Es continuación del antecedente desde el capítulo 53, y sigue su foliatura desde el quinientos catorce al mil treinta y seis, que son quinientas treinta fojas.

Tomo 7.° rotulado: Aparato a la crónica de Mechoacán. Esta obra la escribió el R. P. Fr. Pablo Beaumont. Este aparato con el libro primero de la primera parte de dicha crónica, forma el tomo primero de la crónica de la provincia por antonomasia apostólica de los gloriosos apóstoles S. Pedro y S. Pablo de Mechoacán. En ella se trata de las vidas ejemplares de sus hijos, y de otras noticias de la provincia. En este tomo séptimo, sólo se comprenden los veinte y tres capítulos primeros del aparato de los cuarenta y dos que contiene. Trae los mapas copiados de mano de los que el Sr. Anville imprimió, y se ven en la obra del P. Charlevoix. El primero de la isla Española o Santo Domingo, el otro de la isla Española o Hayti (Haití). Tiene el tomo trescientas veinte y cinco fojas, sin la portada, advertencias e índices.

Tomo 8.° rotulado: Continuación del aparato a la crónica de Mechoacán. Sigue desde el capítulo 24, y con la foliatura desde el número 325 al 649, en trescientas veinte y cuatro fojas, con un mapa de mano, copiado del plano geográfico que sacó el año 1641 D. Carlos Sigüenza y Góngora, perteneciente a los que se llama Nueva-España, y enmendado por el autor de esta colección.

Tomo 9.°, su rótulo: Crónica de Mechoacán. Comprende el libro primero de la primera parte de la crónica de dicha provincia de S. Pedro y S. Pablo, y está dividido en veinte y siete capítulos, comprensos (comprendidos) en trescientas treinta y dos fojas útiles: trae tres mapas, o por mejor decir láminas, que representan los trajes de los indios al tiempo de la conquista. Se copiaron por los que se hicieron en la ciudad de Tzintzontzan al principio del descubrimiento.

Tomo 10. Libro 2.° de la crónica de Mechoacán. Este libro se divide en treinta y un capítulos; pero en este tomo sólo se comprenden los diez y ocho primeros en trescientas catorce fojas útiles, con tres láminas: la primera representa la primera conversión de los indios, la segunda la planta y vistas de la ciudad capital de los reyes Tarascos, y la tercera de varias figuras de cabezas, armaduras y útiles. 

Tomo 11. Continuación del libro 2.° de la crónica de Mechoacán. Comprende lo que falta del libro 2.°, y continúa el capítulo 1.° del libro 3.°, con la foliatura desde el 314 a 726, que son cuatrocientas trece fojas útiles. Trae un mapa o lámina en que están las armas del señor, o de la ciudad de Tzintzontzan, las de la ciudad Patzcuaro de Mechoacán a las de Valladolid de la ciudad de Guayangareo.

Tomo 12. Crónica mejicana. Escribióla D. Fernando de Alvarado Tezozomoc por los años de 1598, dividióla en ciento y diez capítulos, hasta que llegó a Méjico Flilancalqui, mensajero del rey Motezuma (Moctezuma). En cuatrocientas diez y seis fojas.

Tomo 13. Historia Chichimeca. Escribióla D. Fernando de Alva Ixtlilxochitl, y la dividió en capítulos, y de ellos se conservan noventa y cinco, aunque con algunas lagunas. Ocupa trescientas veinte fojas útiles. Pudiera tal vez suplirse lo que falta de el ejemplar que existía en la librería de Balucio.

Tomo 14. Memorias de Méjico. Este tomo que tiene trescientas nueve fojas, no comprende todos los objetos brillantes de la capital de Nueva-España. Su materia es muy limitada, y se ciñe a unas descripciones del estado de Méjico, escritas en el siglo diez y siete por el P. Fr. Baltasar Medina, y el P. Andrés de Rivas; a un trozo de la historia eclesiástica, y alguna noticia del famoso desagüe. El fondo de las noticias se ha sacado de varios autores impresos y manuscritos. Trae un plan geográfico de Méjico, hecho en 1776 por D. Ignacio Castera, maestro mayor de arquitectura. Hay otro mapa o plan geográfico de Méjico y su comarca según se hallaba en 1618.

Tomo 15, rotulado: memorias para la historia de Sinaloa. Comprende los documentos para la historia de dicha provincia desde 1592 al 1657: hay entre estas memorias treinta anuas o cartas de oficio, en que los jesuitas daban la noticia más exacta del estado de sus provincias a su general: también tiene varias relaciones y cartas; las más de estas son del P. Juan Bautista Velasco, Martín Pérez, Andrés Pérez, Pedro Velasco y Juan Varela. Tiene el tomo cuatrocientas veinte y siete fojas útiles.

Tomo 16. Historia de Sonora. Contiene la descripción geográfica natural y curiosa de la provincia de Sonora, por un amigo del servicio de Dios y del rey nuestro señor, año 1764. El autor es un anónimo jesuita. Extiéndese esta relación en ciento treinta y dos fojas, con un mapa copiado del que delineó D. Gabriel de Prudhom, que gobernó la provincia ocho años. Sigue en trescientas diez y ocho fojas un estado de la misma provincia, al que acompañan cartas, representaciones, instrumentos de jesuitas, capitanes generales y otras personas. Se trata de la conversión de los Pimas de la misión de Nevomes, y de la entrada de los jesuitas en las naciones Chinipas, Varchios, Guailopos, Gazaparis, Temoris y otras. Todo el tomo tiene cuatrocientas cincuenta fojas útiles, y propiamente son materiales para escribir la historia de la Sonora.

Tomo 17. Título: Continuación de Sonora. En trescientas ochenta y seis fojas útiles contiene varias cartas de D. Agustín de Vildorola al padre provincial de los jesuitas, y de los padres Juan Mendoza, Bartolomé Sánchez, Lorenzo García, Juan Salgado, Manuel Aguirre, Juan Pineda, Juan Montaño, del bachiller Pedro de Aragón, Bernardo Varea, Pedro Bringas, con varios informes de los padres Quino, y Cedelmair. Se trata también de las entradas a las naciones de los Yumas, y estado de la Pesmeria y de los indios de Suaquí. Está también el diario de los descubrimientos del alférez Juan Mateo Manc. Hay al principio un mapa de mano, y al folio 177 otro mapa, o por mejor decir estado de la población de la Sonora.

Tomo 18. Título: Cartas para la historia de Sinaloa y So. Contiene este volumen: cartas de sujetos principales, y son: 29 del Exmo. Sr. marqués de Lacois: 39 del Sr. D. José de Gálvez: 9 del Ilmo. Sr. D. Pedro Tamazón, obispo de Durango: 7 de D. Eusebio Ventura Beleña: 6 del capitán D. Antonio de Esparza: 6 del coronel D. Domingo Elizondo: 3 del sargento mayor D. Matías Armona: 57 de D. Lorenzo Cancio: una de D. Juan José Echeveste, otra de D. Manuel de Azuela: 2 del capitán D. Gabriel de Vildasola: 9 de Fr. Antonio de los Reyes: 4 de Fr. Francisco Garcés: 4 de Fr. Mariano de Buena, y 3 de Fr. Francisco Roig, en trescientas fojas útiles.

Tomo 19. Documentos para la historia de la Nueva-Vizcaya. Tiene este volumen trescientas sesenta y cinco fojas útiles, y es el libro primero que comprende la descripción de la Nueva-Vizcaya, noticias de Durango, las anuas y cartas de varios jesuitas y otros sujetos desde el año 1595 al 1678. Comprende también algunas relaciones, memoriales y decretos concernientes a la historia de la Nueva-Vizcaya. Sacáronse estas noticias de los manuscritos originales de los padres observantes de dicha provincia. 

Tomo 20. Rótulo: Documentos para la historia de la Nueva-Vizcaya. Es el libro segundo de los documentos para dicha historia, sacados de los manuscritos originales de los jesuitas, y del archivo de padres observantes de la referida provincia: contiene en doscientas cuarenta y dos fojas útiles varias cartas, relaciones y memorias concernientes a las misiones del Parral, Durango, Serranos, Acaxas y otras, desde el año 1600 hasta el 1777.

Tomo 21. Rotulado: Misión de California. En doscientas doce fojas útiles comprende este volumen diez y seis cartas, de las que doce son del V. P. Salvatierra; una del V. P. Nicolás Taramal, otra del P. Miguel del Barco; una de un jesuita misionero, y la última del P. Wenceslao Linck. El colector se aprovechó de estas y de otras muchas del P. Salvatierra y de diversos manuscritos para escribir el establecimiento y progresos de las misiones de la antigua California, desde el año 1531 al 1762. El mismo colector formó sobre las memorias de los jesuitas la historia natural de la California.

Tomo 22. Rotulado: Noticias de la Nueva-California. Comprende en trescientas veinte y tres fojas útiles el libro primero de las noticias que escribió el R. P. Fr. Francisco Palou. Consta de dos partes: el original de esta obra existe en el archivo de los padres del colegio de S. Fernando de Méjico.

Tomo 23. El mismo rótulo que el anterior. Sigue la segunda parte del libro antecedente desde el capítulo 37. Continúa después la tercera y cuarta parte del mismo autor. Tiene trescientas cuarenta y seis fojas útiles.

Tomo 24. Rotulado: Diarios de derroteros. Comprende en trescientas diez y siete fojas los diarios de Fr. Francisco Garcés en 1777, de Fr. Antonio Barbastro 1781, de Fr. Pedro Font 1775, de Fr. José María Alegre 1771, de D. José Antonio Vildosola 1780, de D. Juan Bautista de Anza 1773, de la fragata Santiago a las costas del mar del sur 1775, los de D. Bernardo Urrea, D. Miguel Gallo, D. Juan Manuel Romero, y las cartas del capitán D. Pedro Fagés de 1782, la carta y diario de Vildosola, y de D. Diego Peirán. Hay una carta geográfica en pequeño del viaje que hicieron Fr. Francisco Garcés, y Fr. Pedro Font en Ures el año 1776. Estas memorias se sacaron del colegio de S. Fernando de Méjico, y de las librerías de particulares, que las franquearon. 

Tomo 25. Su rótulo es: Documentos del Nuevo-Méjico. Tiene trescientas cuarenta y ocho fojas, y comprende varios informes, cartas y descripciones del Nuevo-Méjico. El colector, al examinar los archivos de la provincia, abrevió y compendió los originales, cercenando las noticias y especies predicables e impertinentes que había en ellos. Comprende esta colección las noticias e informes de los prelados y de los padres Delgado, Sanz de Lezaun, Trigo, Morfi, Sierra, Ayeta, Martínez y de otras personas, desde el 1676 al 1782. Comprende también las entradas a Moqui por varios religiosos franciscanos, la descripción del paso del río del norte y misiones de la Cebolleta y Encinal. Hay un mapa de mano de la provincia interna del Nuevo-Méjico, copiado del que hizo D. Bernardo de Miera y Pacheco en 1779, y otro del río del norte, desde Sanhelceareo hasta S. Pascual, hecho también por Miera.

Tomo 26. Rotulado: Documentos del Nuevo-Méjico. Comprende la traducción de cinco capítulos de la descripción de la isla occidental de Juan Laet, que tratan del Nuevo-Méjico, y los documentos sacados de los autos existentes en el oficio del superior gobierno de Méjico, que tratan del levantamiento del 1680. Finalmente el diario y derrotero de los nuevos descubrimientos a los rumbos norte, noro-este y oeste del Nuevo-Méjico, por los padres Fr. Silvestre Vélez, Escalante, y Fr. Francisco Arapasio Domínguez, con un mapa hecho por D. Bernardo Miera, que acompañó a dichos padres en esta expedición el año 1776: tiene el tomo trescientas setenta y dos fojas.

Tomo 27. Rotulado: Documentos para la historia de Tejas. Tiene trescientas treinta fojas, y comprende cuarenta y una piezas, que el colector recogió para suplir la historia de Tejas, que escribió el P. Fr. Agustín de Morfi, y se dejó sin acabar por su muerte. Se contiene en este tomo un breve compendio de los sucesos de Tejas por el Sr. Bonilla, el derrotero del general Alonso de León, otro de D. Alejandro Bruno, otro para las misiones de los presidios internos, y varios pareceres, cartas, informes, representaciones y diarios pertenecientes a la provincia de Tejas.

Tomo 28. Rotulado: Documentos para la historia de Tejas. En doscientas sesenta y seis fojas se comprende el diario del viaje del marqués de san Miguel de Aguayo (o Agnayo) en 1722, y varias cartas, consultas y representaciones. Hay diez y seis cartas del teniente coronel D. Atanasio de Mesieres.

Tomo 29. Rotulado: Provincia de Coahuila, y seno mejicano. Contiene en trescientas cuarenta fojas útiles el testimonio de la fundación de la misión de S. Juan de Coahuila, el despacho del duque de Alburquerque, cinco cartas de Fr. Francisco Ortiz, vista de las misiones del río grande del norte, fundación del presidio de S. Juan Bautista, y algunas otras piezas desde el año 1701 al 1756. Comprende también noticias del seno mejicano, el estado de las misiones del colegio de S. Fernando de Méjico, misiones fundadas por D. José Escandón, misiones del Nuevo-Santander, diarios, cartas y representaciones de Fr. Pedro del Fierro, Fr. Ignacio Ciprián, de Fr. Gaspar Gómez, Fr. Buenaventura Cuéllar, del Exmo. Sr. D. Juan Francisco de Huemes, del general Escandón en 1755, y de los colegios de san Fernando y de Zacatecas. Lleva el plano geográfico de Coahuila, que es moderno y de mano. El del seno mejicano, también de mano, que hizo el general Escandón en 1755: está aumentado. Al fin hay un estado de las fundaciones hechas en la colonia del Nuevo-Santander, con los nombres de sus poblaciones, misiones y número de personas.

Tomo 30. Rotulado: Documentos de Tampico. Pertenecen al Nuevo Reino de León, desde el año 1626 al 1790. Comprende dos estados de las misiones de Tampico en los años 1748 y 1790. Sobre el nuevo reino de León hay el mandamiento de su capitán general D. Francisco de Mier, consultas y cartas de D. Francisco Barbadillo, cartas del P. Losada, Fr. Alonso Flores, D. Antonio León de Guevara, Fr. Gonzalo Cardeña y del P. Portilla, con los pareceres de los indios del nuevo reino de León, despacho del duque de Linares, dictamen fiscal y del auditor sobre dicho reino. Pertenecen al río verde un testimonio del estado de la custodia de dicho río por Fr. Pablo Sarmiento; visitas, informes, cartas y descripción individual de las misiones de esta custodia. Todo el tomo tiene doscientas diez y seis fojas, aunque en la primera página pone doscientas cuarenta y tres.

Tomo 31. Su título es: Noticias de varias ciudades. Comprende en trescientas quince fojas, noticia de la antigua Vera-Cruz, sacada del manuscrito del P. Andrés de Rivas, provincial de los jesuitas de la villa de Córdoba, de la ciudad de Oaxaca, de la ciudad de la Puebla, de Tepotzotlán. Todas estas noticias del P. Andrés de Rivas. Las de la ciudad de Queretaro están sacadas de la crónica de Mechoacán del P. Larrea, de la crónica apostólica de Fr. Isidro Félix Espinosa, y de las glorias de Queretaro de D. Carlos de Sigüenza: todas obras impresas en Méjico. Noticias de la ciudad de Guanayato, escritas por D. Francisco Xavier Gastañeta. Contienen los tristes sucesos de esta ciudad, acaecidos desde 1.° de enero hasta 27 de julio de 1780. Noticias Zacatecas, sacadas de la historia manuscrita del P. Andrés de Rivas. Finalmente noticias de Nutka, con un plano de mano hecho por D. Gonzalo López de Haro, y representa el puerto de Noca en la costa del norte de la California. Las noticias están tomadas del tercer viaje de Cook, y de las que adquirió el virrey de Nueva-España D. Manuel Antonio de Flores en la expedición que de orden de su majestad mandó hacer en 1778, para saber si era cierto el establecimiento de los rusos. Al principio del tomo hay un mapa de mano de una porción de costa del seno mejicano sin nombre de autor.

Tomo 32. Rotulado: Memorias de la nación indiana. Este último volumen contiene ciento sesenta y ocho fojas útiles. Memorias piadosas de la nación indiana, recogidas de varios autores por el P. Fr. José Díaz de la Vega, predicador general, e hijo de la provincia del santo evangelio de Méjico, año 1782. Esta obra tiene diez y ocho capítulos, y aunque sus noticias en parte son comunes en varios libros impresos, el colector las juzgó dignas de ocupar lugar en esta gran colección, ya porque hay cosas nuevas, y ya porque reunidas hacen honor a la nación Indiana. Se habla de un indio Tlascalteca de edad pueril que murió mártir: de otros dos niños mártires de la misma nación: de las vidas ejemplares de algunas indias de la América septentrional, como de la sierra de Dios Salvadora de los Santos, India Otomite, y de otras Indias Iroquesas, y algunos indios mártires de esta nación. Habla de algunas apariciones de María Santísima, de S. Miguel &c.

Colección miscelánea de D. Juan Bautista Muñoz.

Un tomo en folio, rotulado: Cabrera: memorias de Felipe III, y otros papeles del siglo XVII. Contiene lo siguiente:

1.° Extractos de Luis Cabrera de Córdoba, y de sus relaciones, de los años 1599 al 1614, en noventa y cinco pliegos, muchos de mano del Sr. Muñoz, con una carta al principio del Sr. Llaguno.

2.° Traslado de ciertos capítulos o instrucciones del rey Jacobo VI, y carta al archiduque Alberto, en dos pliegos.

3.° Apuntamiento impreso sobre la plaza de matemático mayor, y cosmógrafo mayor de Castilla. 

4.° Carta a Rodrigo Caro, sobre la multitud de órdenes religiosas, en seis fojas, fecha en Baeza 14 de septiembre de 1626, y memorial por los legatarios de la reina doña Margarita de Austria, en nueve fojas.

5.° Gobierno de España y Francia en tiempo del conde duque, y cardenal Richelieu, en veinte y ocho fojas.

6.° Fr. Pedro Quesada, sobre moneda vellón y arbitrio para introducirla en Tenerife, en diez fojas, y el papel titulado: El compás, en ocho fojas.

7.° Relación que hizo Simón Contareni a la república de Venecia al fin del 1605 de la embajada que hizo en España, y de lo que entendía de su estado, en cuatro cuadernos.

Otro tomo en folio, que contiene:

1.° Un papel de Macanaz en 1714, sobre la inmunidad eclesiástica, en siete cuadernos.

2.° Otro informe de D. Isidoro Gil de Saz sobre asilos en 1770.

3.° Pastoral del arzobispo de Utrech, sobre la canonización del Sr. Palafox, en cinco cuadernos.

4.° Dictamen de los obispos y generales del consejo extraordinario, sobre la pastoral del Sr. Climent, obispo de Barcelona, en once fojas.

5.° Consulta de 12 de mayo de 1696 de D. José Ledesma, sobre el modo de proceder la inquisición, en treinta pliegos.

6.° Dictamen del consejo extraordinario sobre prohibición de libros.

7.° Papel sobre la prohibición del catecismo de Mesengui en 1763, en seis cuadernos.

8.° Informe o representación del consejo extraordinario, sobre la sentencia jesuítica, en tres cuadernos.

Otro tomo en folio, rotulado: Papeles varios. Contiene:

1.° Apuntamientos de un diccionario manuscrito, latino, griego y español, de Fr. Gerónimo de Guazti, monje benedictino, en un pliego. Hállase en el archivo de S. Isidro de monjes Benitos, a un cuarto de Dueñas, donde sacó estas noticias y las escribió el Sr. Muñoz, en un pliego.

2.° Relación del noble linaje de Luján, en seis fojas de letra antigua, con las armas de los Céspedes.

3.° Testamento del rey don Alonso, era 1322, en tres cuadernos.

4.° Carta del conde almirante viejo a su majestad católica, en cuatro hojas.

5.° Representación contra los estatutos hechos por el cardenal Silíceo en la santa iglesia de Toledo, escrito del doctor Vergara, en tres cuadernos.

6.° Instrucción del relator por el obispado de Cuenca, contra Pedro Sarmiento, y el bachiller Marcos García de Mazarambros, sobre la cizaña que vertieron en Toledo contra los descendientes de hebreos, en un cuaderno.

7.° Una hoja en que se manifiestan los motivos que tuvo Clemente VII para conceder Breves a los cristianos nuevos. Es un apuntamiento en portugués sacado de la Torre del Tombo. Sigue en un pliego, y del mismo archivo, artículos de cartas del rey al conde de Portalegre, y de este al rey, sobre los cristianos nuevos. En otro pliego hay una propuesta a Sixto V, y la carta de este contra el escrúpulo de los que negaban a los descendientes de hebreos las dignidades.

8.° Carta del cardenal Siliceo a Carlos V, sobre el pleito del adelantamiento de Cazorla, en dos cuadernos.

9.° Carta del licenciado Busto de Villegas, gobernador del arzobispado de Toledo, al rey, sobre la venta de las cosas de las iglesias, en 15 de julio de 1574, duplicada, en os cuadernos.

10. Nueva construcción de artillería en piezas por José Bono, propuesta al rey, en cuatro fojas.

11. Reducción del reino de Inglaterra a la unidad de la iglesia en 1544. Es copia de la carta de Felipe II para el Papa, fecha en 30 de noviembre de 1554, y de la carta del cardenal Polo a Julio III, en Londres a 30 de noviembre de 1554. Súplica de la absolución del reino hecha por los reyes de Inglaterra, y absolución concedida, en cinco fojas.

12. Parecer dado a Felipe II, sobre paces generales, taza del pan, castigo de regatones y otros puntos, sin fecha ni nombre de autor.

13. Un papel en nueve cuadernos (pero incompleto), escrito en Madrid a 26 de agosto de 1654 por F. A. T., cuyo título es: Una peregrinación al reino del buen gobierno descubierto hasta hoy en el mundo, escrita por amor.

14. Carta de D. Juan Idiáquez a su hijo, en un pliego.

15. Sobre las revoluciones de Flandes, y modo de pacificarlas.

16. Títulos de España, linajes y sus rentas, artillería y oficiales de la guerra, en cuatro cuadernos.

17. Proposiciones del archiduque de Austria D. Fernando al rey de España, en un pliego, y respuesta del rey, en dos cuadernos.

18. Motivos que tuvo D. Juan de Austria para dar la batalla naval al Turco: copia del original que hay en el Escorial: un pliego.

19. Discurso sobre las formas de navíos, dirigido al coronel D. Cristóbal Mondragón, castellano, de la villa de Amberes: no tiene nombre de autor: en ocho fojas.

Un tomo en folio sin encuadernar, rotulado: Opuscula. Contiene:

1.° Un legajo en 4.° de letra extranjera, pero en castellano, y es una historia del tumulto de Madrid, 1766, con los edictos impresos. No lleva nombre de autor.

2.° Una representación a su majestad por el rector del colegio de S. Albano de los Leses de Valladolid, a fin de que se le aplique o restituya el de S. Gregorio de Sevilla, para aumento de plazas. Dentro hay doce fojas de apuntamientos varios.

3.° Ordenanza para el archivo general de Indias, en veinte y dos pliegos numerados, y algunas hojas sueltas.

4.° Inscripciones de D. Juan V de Portugal. Dentro dos hojas de apuntaciones.

5.° Carta del inquisidor general D. Lorenzo Calvo de Cantera, en dos cuadernos.

6.° Reflexiones del Sr. Azara, sobre la congregación tenida en 1777 en la causa del V. Palafox, en un cuaderno.

7.° Varios papeles impresos y manuscritos, sobre instrucciones y cédulas que rigen en el archivo de Simancas.

8.° Reales decretos de 1717, 47, 54 y 87, en un legajo.

9.° Breve noticia de legislación portuguesa, y una noticia de Vives.

10. Diploma del príncipe D. Carlos, original, que nombra por procurador a Ambrosio de Morales, en la causa de S. Diego de Alcalá. Item. Viaje de Morales.

11. Un legajo de cartas de Fr. Alonso Chacón, D. Manuel José Díaz de Ayora, y de D. Diego García de León, en tres pliegos.

12. Razón de la obra del Sr. Muñoz, en un legajo.

13. Diálogo de Antonio de Ovando, entre el alcaide y sereno, en un cuaderno y un pliego.

14. Norte de príncipes, de Antonio Pérez.

15. Apuntamientos, y un fragmento de la vida a lo que parece de Fr. Hernando de Talavera.

Otro tomo en folio sin encuadernar, rotulado: Pózima. Borradores sobre la disputa que tuvo el Sr. Muñoz con Pozzi, acerca de la educación de religiosos que imprimió este extranjero. Es un gran legajo.

Otro lío en folio, rotulado: Número 6. Manuscritos varios. Contiene:

1.° Una disertación sobre el primer poblador de España, por D. Antonio Hilarión Domínguez de Riezú en 1726, en treinta y cuatro pliegos. Es original.

2.° Epítome histórico de los sucesos de España, desde el día que salió el Sr. Carlos II, hasta la muerte de D. Juan de Austria.

4.° Memoria dirigida al Sr. Moñino estando en Roma en 1773.

5.° Papel impreso de los ocurrido con Macanaz y los eclesiásticos de S. Felipe o Játiva.

Un tomo en 4.° rotulado: Borradores. Comprende los cuatro libros primeros de la historia del Nuevo Mundo, que están impresos por el Sr. Muñoz.

Otro tomo rotulado: Borradores. Contiene diversos borrones sobre el archivo de Sevilla concerniente a Indias.

Otro tomo con el mismo rótulo, contiene en un legajo varios borradores de D. Fernando de Echeverría.

Un legajo rotulado: Borradores. Número 6. Miscelánea. Contiene lo siguiente:

1.° Reflexiones sobre el alfabeto fenicio del abate Barthelemy.

2.° Norte de príncipes, de Antonio Pérez.

3.° Condiciones que deben tener los que pretenden becas del colegio de Oviedo.

4.° Libertad de la literatura española, memorial al Sr. Carlos III. 

5.° Introducción manuscrita a la gramática inglesa.

6.° Borrador de una oración latina al serenísimo príncipe de Asturias. 

Otro legajo rotulado: Borradores. Número 7. Miscelánea. Contiene:

1.° Un informe sobre el libro de Fr. Francisco Álvarez de Villanueva, acerca de las misiones de Ucayala.

2.° Trigonometría plana, manuscrita.

3.° De re logica seu de arte recte cogitandi.

4.° Apuntamientos para la vida del Sr. Pérez Bayer, Pedro Juan Núñez, y muerte de Clemente XIV.

Otro legajo en 4.°, rotulado: Borradores. Número 8. Miscelánea. Contiene borrones concernientes al archivo de Sevilla.

Otro rotulado: Borradores. Número 9. Miscelánea. Apuntamientos sobre la patria de Colón, hostilidades de Trujillo, borradores de Simancas, retratos del viejo testamento, Valerins de crítica, sociedad anti-Hispana, el marqués más conturbado, versos de Forner, pastoral del Sr. Despuig.

Otro legajo rotulado: Borradores. Número 10. Miscelánea. Contiene:

Apuntamientos sobre el folleto de Tychsen.

Una oración latina del Sr. Muñoz, para un Sr. consejero &c.

Borradores de cosas de Sevilla.


Obras pertenecientes al señor Muñoz.

Un legajo en 4.°, rotulado: Borradores de la historia del Nuevo-Mundo, pertenecientes al tomo 2.° Contiene los borradores del tomo 2.° de la historia del Nuevo-Mundo, hasta el último apuntamiento que hizo su autor en la mañana del día de su accidente.

Borradores originales del tomo 1.° de la historia del Nuevo-Mundo, por D. Juan Bautista Muñoz: un tomo en folio.

Copia del tomo 1.° de la misma historia: un tomo en folio.

Un legajo en 4.°, rotulado: Borradores. Número 4. Miscelánea. Contiene: Iohan. Bapt. Munizii Valentini institutiones philosophicae ad usum auditor. suor. Pars 1. de re logica.

Otro legajo en 4.°, rotulado: Borradores. Número 5. Miscelánea. Es una traducción que hizo de joven el Sr. Muñoz de la introducción a la sabiduría de Luis Vives.

Un tomo en folio, rotulado: Santelmo: universidad de mareant. Contiene varios legajos.

1.° Informe del contador y fiscal de Nueva-España sobre el colegio de Santelmo en 1785, en veinte y cuatro pliegos.

2.° Sobre la universidad de mareantes de Sevilla. Es un informe del fiscal en 1783, en seis pliegos, tres sobre coordinación de papeles. Escribió este papel D. Francisco Xavier de la Vega, al pasar de archivero a oficial de secretaría, según una nota del Sr. Muñoz. Va en cuarenta y cinco artículos y seis advertencias.

3.° Copia de un pedimento de José Miguel de Flores, en respuesta a la alegación fiscal sobre el colegio de Santelmo en 1780.

4.° Borradores de las ordenanzas para el real colegio de Santelmo de Sevilla, en veinte y ocho cuadernillos, sin ocho pliegos más de apuntaciones y primeros borradores del Sr. Muñoz; siguen en varias plicas un número de siete borradores de ordenanzas, cartas y apuntaciones sobre el colegio de Santelmo, y lo más de mano del Sr. Muñoz.

Un legajo en 4.°, con el rótulo: Discursos. Contiene uno sobre la navegación por el cabo de Hornos, y varios informes al consejo sobre geografía del Perú. Todas obras del Sr. Muñoz.

Un tomo en 4.°, rotulado: Vidaurre. Es la historia geográfica natural y civil del reino de Chile, por D. Felipe Gómez de Vidaurre, presbítero, ex-jesuita, quien la dirigió al Exmo. Sr. D. Antonio Porlier, desde Bolonia en 28 de enero de 1789. Contiene cuatrocientas noventa y cuatro fojas.

Un tomo en folio, rotulado: Miscelánea: Indias. Entre otros papeles está la relación del terremoto de Quito e 1797, con un mapa de mano.

Relación del descubrimiento de las ruinas de Guatemala en 1785. Acompañan los dibujos de varios planes, edificios, estatuas y otros útiles.


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El libro ya está acabado. Está disponible en DOC en el grupo privado de facebook "yo parlo chapurriau"

BIBLIOTECA VALENCIANA.

Las otras partes que no están en este blog están en mi blog de chapurriau

https://chapurriau.blogspot.com/2022/03/francisco-xavier-borrull-y-vilanova.html

https://chapurriau.blogspot.com/2022/03/biblioteca-valenciana-tomo-2-parte-3.html

https://chapurriau.blogspot.com/2022/03/biblioteca-valenciana-tomo-2-escritores.html

https://chapurriau.blogspot.com/2022/02/escritores-siglo-xix-19-biblioteca-va.html

https://chapurriau.blogspot.com/2022/02/biblioteca-valenciana-tomo-2-parte-2.html