lunes, 30 de agosto de 2021

Cuan los cataláns volíen a Enrique IV, rey de Castella, com a Rey e Senyor

COLECCIÓN DE CARTAS ESCRITAS POR LA DIPUTACIÓN DE CATALUÑA,

CORRESPONDIENTES AL AÑO DE 1463.


ADVERTENCIA.

Hasta la última fecha citada, ocho de marzo de mil cuatrocientos sesenta y cinco, en que se aprueba la deliberación tomada en dos del propio mes, ninguna interrupción ha habido respecto al orden cronológico de los actos, sesiones, deliberaciones, correspondencias y demás, aun cuando, ya desde algún tiempo, ha de haberse observado la decadencia del cuerpo que representaba en cierto modo el espíritu del país, y la transformación consiguiente que aquel, por la misma causa hubo de sufrir. Así en un principio se ve obrar a la Diputación con toda su fuerza e influencia; más adelante, cuando los apuros crecen y aparecen defecciones inesperadas, aquel cuerpo se da la mano, como igualándose mutuamente sus poderes, con el concejo de la ciudad de Barcelona, en términos, que al pie de cada deliberación va la aprobación o desaprobación de la ciudad, notándose ya en este caso gran simplificación en lo concerniente a la parte que podría llamarse ceremonial del cuerpo; y por último, se llega ya al extremo de prescindirse enteramente de los individuos que componían los diferentes brazos, cuya asistencia en las sesiones del consejo general era indispensable para votar y deliberar, y se faculta a un determinado número de personas que, representando a la Diputación y a la ciudad, deliberen de común acuerdo con los pocos o muchos diputados u oidores que se hayan mantenido en su cargo hasta la fecha a que antes se ha hecho referencia, siendo de esta clase la última sesión y deliberación con que da fin el registro que concluye en la página precedente, y con la circunstancia, además, de llevar al pie una aprobación de la ciudad, cuando las que la preceden de su clase no la llevan, y de no advertirse al margen, según era costumbre, que las tres personas facultadas para deliberar con las que representan a la Diputación pertenezcan al Cuerpo municipal.
Otras variaciones pueden haberse observado en el decurso de estos importantes hechos, sobre todo en los que empiezan en el tomo anterior, a saber, la desaparición de la correspondencia oficial, desde el agosto del año mil cuatrocientos sesenta y dos en adelante, de modo que desde esta fecha quedan consignadas solamente en los registros las deliberaciones y se prescinde enteramente de toda carta; y luego la reducción del número de sesiones, en términos que, pasado el mes de enero de mil cuatrocientos sesenta y cinco, que contiene un número regular, se reducen las demás a una docena para llegar al julio del mismo año, o acaso al marzo del siguiente, pues hay que advertir, que se encuentra este mes con posterioridad al julio de mil cuatrocientos sesenta y cinco, aunque estas equivocaciones, frecuentes en las últimas páginas, son fáciles de adivinar en los demás casos y quizá se deban en gran parte al copista.
Inducen estas observaciones a pensar si podían haber influido en el ánimo de las personas que dirigían los negocios públicos, en la marcha de estos y por consiguiente en el orden y sistema de administrarlos y regirlos, ya que en todo se observa una transformación decadente, los fatales sucesos que tuvieron lugar durante el año mil cuatrocientos sesenta y cuatro, a saber, el hambre y miseria que se experimentaron en varios puntos del Principado, la inevitable entrega de Lérida al rey don Juan, la concordia entre este y don Juan de Beaumont, la batalla de Calaf, donde el condestable de Portugal, el mismo que habían aclamado por rey los catalanes, quedó vencido y derrotado,
mientras que hubieron de pasar al cautiverio la mayor parte de caudillos que representaban y defendían los principios proclamados por la Diputación; o por otra parte, si, para adoptar otro sistema menos complicado en la formación de los registros, se prefirió, desde la fecha ya citada anteriormente, separar toda la correspondencia de las actas y con ella arreglar otra colección especial de cartas, instrucciones etc. Por lo primero no sería de extrañar que los papeles concernientes a una causa vencida quedaran acaso en cierto desorden, y hubiera poco interés en coordinarlos o salvarlos: así se encuentra el único registro de cartas a que se alude presentando la fecha del primer documento que encierra, posterior de un año a la que lleva la última carta transcrita en el tomo precedente, y así se observa en la última página de aquel empezada una
carta que no concluyó, de manera que por ello no puede deducirse si faltan solamente folios al registro o si se extraviaron el volumen de cartas pertenecientes al tiempo intermedio que se indica y los que tal vez seguían al único salvado; y de lo segundo, ninguna duda puede quedar ya al lector, cuando el tomo que se conserva ofrece una serie no interrumpida de cartas, que guarda riguroso orden cronológico, con la particularidad de ser estas solamente las emitidas por la Diputación, y no a la vez las emitidas y recibidas, como se había practicado en los registros anteriores, cuando se copiaban al pie de las deliberaciones, lo que cuando menos revela un nuevo plan o sistema.
Este interesante volumen de correspondencia es el que ofrecemos, pues, a los lectores, con la idea de proporcionar todos los datos que puedan contribuir a poner en claro la turbulenta época en que reinó don Juan II, y de aglomerar materiales, aun cuando fueron inconexos (inconnexos) entre sí, para formar un conjunto diplomático sobre la misma época, con ayuda del cual, (conforme ¡remos acreditando en lo sucesivo,) pueda después el historiador trazar con toda imparcialidad y fácilmente el cuadro de los sucesos, y presentar a los que en ellos intervinieron con los grados de mérito o culpa que desapasionadamente se les deban atribuir. Sin apartarnos, por consiguiente, del sistema adoptado (odoptado) en todos los tomos ya publicados, y trasladando el volumen con la exactitud que corresponde, esto es, sencillo como puede serlo un copiador de cartas, sin que le preceda advertencia, portada o prefacio alguno, daremos principio por la primera carta que encierra, cuyo contenido es como sigue. 

Al molt alt e excellent senyor lo Rey de Portugal et cetera.
Illustrissimo e Serenissimo Senyor. Rebuda ab degut honor la letra de vostra excellencia scrita en Lisboa a VI de juliol prop passat e oyda la creença en virtut de aquella explicada per Alonso Periz apres la demostracio de bona voluntat e amicicia que vostra Altesa e los Illustrissimos Reys predecessors de aquella haveu e han hagudes als serenissimos Reys Darago de loabla memoria e a aquest Principat de Cathalunya e ciutat de Barchinona havem compres vostra senyoria haver enuig de les diferencies suscitades entre lo Rey don Johan e lo dit Principat per les quals remediar e pau e concordia procurar de bona voluntat se ofer intercessora mediadora e tractadora a efecte de esser restituhit lo dit Principat al dit Rey don Johan ab integracio de leys e libertats e seguretat de persones e bens e a la fi concloent que si fer no ho volem vostra celsitut enten valer al dit Rey don Johan avoncle seu contra los dits Principat e ciutat. Venints al fet de la resposta Senyor molt alt nosaltres som be certs de la amicicia e bona voluntat dessus dita e semblantment aquests Principat e ciutat tota via son stats afectats al servey de vostra Excellencia a la qual fem gracies infinides de la tramesa del dit embaxador e molt mes de la predita oferta la qual si en temps opportu venguda fos haguerem tant accepta quant de Rey o altre senyor del mon com aquell per lo qual desijam fer totes coses possibles lo dit empero Rey don Johan contra leys divines e humanes ha talment tractat lo dit Principat que fahent si matex e sa posteritat indignes de la senyoria ha covengut per restauracio de la cosa publica haver aquells per enemichs. E per que algun tant la Magestat vostra haje noticia de les coses jatsie aquelles amplament al dit embaxador sien stades narrades encara certificam vostra gran senyoria que feta per lo dit Rey don Johan contra tota umanitat e pietat capcio de la persona del Illustrissimo don Carles de gloriosa recordacio fill seu e cosingerma de vostra Altesa lo qual de obediencia honesta vida e conservacio ab compliment de moltes virtuts ere singularment dotat amich de Nostre Senyor Deu fahents testimoni los grans e maravellosos miracles que continuament se manifesten per merits del dit glorios don Carles lo dit Principat per satisfer a la fidelitat a que ere obligat la qual altrament salvar no podie com apres los dies del dit Rey don Johan la successio pertangues al dit don Carles primogenit seu ab molta pertinencia per mija de solemnes embaxadors prostrats ab scampament de moltes lagremes suplica e primerament de gracia e clemencia e apres de justicia insisti molt umilment per la sua liberacio fahents per aço molts actes deguts e permesos segons leys libertats e practiques del dit Principat los quals apres per lo dit Rey don Johan foren loats e approvats e ratificats ab composicio de certa capitulacio per ell e per lo dit Principat fermada solemnament jurada tirant a efecte daquiavant no poder recaure algun inconvenient entre lo dit Rey don Johan e dit don Carles fill seu ne lo dit Principat e singulars daquells. Seguida empero la mort del dit don Carles encontinent los dits cathalans usants de lur innata e intacta fidelitat ab gran amor e devocio demanaren e reberen en primogenit don Ferrando fill del dit Rey don Johan e per la sua edat admeteren en tudriu la Reyna dona Johana muller sua tot aço empero no obstant lo dit Rey don Johan retenint vers si odi contra los cathalans per destruir aquells e lurs leys e libertats hasta aliança ab lo Christianissimo Rey de França e per major eficacia de portar a fi son proposit proposit liura e mes presonera en poder de sos enemichs la virtuosissima
princesa filla sua e dona o enpenyora al dit Illustrissimo Rey de França los comdats de Rossello e de Cerdanya qui son membres units e indissolublament
agregats al dit Principat segons per lo dit Rey don Johan e sos predecesors en lo introhit de lur regiment ere stat solemnament jurat. Ignorant e no cogitant lo dit Principat tals incidies alienacions e mals tractes com aquells qui de la promesa fe jurament e paraula reyal confiaven los dits Rey don Johan dona Johana don Ferrando fidelissimament solien no resmenys tracta ab intervencio de la dita Reyna dona Johana tudriu certa cedicio e o conjuracio en aquesta ciutat de Barchinona per matar nosaltres e los consellers a qui lo carrech de la cosa publica es comanat e altres gents daquella e procurar cautalosament comocio dels homens vulgarment dits de remença prenents color de no esser tenguts no voler paguar a lurs senyors los drets e servituts que habien acostumat als quals homens asigna per capita hun pages qui ab bandera reyal oficials e gran exercit e ma armada insolta lo dit Principat per les quals causes precedints diverses embaxades a la dita Reyna axi en la present ciutat de Barchinona com en la ciutat de Gerona on apres ana suplicants fes cessar los dits actes comocions tant tameraris e de irreparable perill fou per la dita Reyna apres molts tractats respost que hi havie fet e faye lo possible axi ab provisions e manaments en scrits com altrament pero que los dits homens aquells e aquelles no volien obtemperar la qual resposta encontinent per nosaltres e los dits concellers no volents tals carrechs a la corona Reyal fossen fets per los dits homens en no optemperar los manaments reginals e per conservacio del patrimoni Reyal e cedar tals comocions e perills fou delliberat fer exercit de gent a cavall e a peu per asistir als oficials de la dita Reyna en fer optemperar sos manaments e castigar los culpables e axi fou fet e notificat a la dita Reyna del qual exercit fou capita lo comte de Pallars lo qual anant per la dita raho a la dita ciutat de Gerona per oferir se a la dita Reyna hague en contra dels dits homens de remença per celada que ells molts en nombre e hun cavaller de casa de la dita Reyna ab certa gent a cavall li havien mesa en lo cami e per gracia divina aquells rompe e desbarata e com fon prop la dita çiutat volent fora aquella atendar lo dit exercit per que no fos feta novitat alguna la dita Reyna qui ja tenia sos conceptes e tractes fets mana tancar les portes e feu acometre lo dit comte e la sua gent de ballestes e altres municions donant occasio de venir a les armes e los matexos dies lo dit Rey don Johan continuant la ruptura de la dita capitulacio per executar lo seu sinistre proposit e no volent se recordar dels grans serveys ampliacio exaltacio que lo dit Principat per sa amor e fidelitat havie fets al dit Rey e als gloriosos Reys passats entra lo dit Principat ab molta gent darmes cremant viles e lochs matant rescatant e robant homens dones e infants e apres pochs dies entraren les gents darmes de França en nombre de passats XIIII M. Pensar pot vostra Magestat aquestes coses eren de luny pastades e concertades per esser tot succehit en uns matexos dies car altrament fer no ere possible ab les quals gents franceses la dita Reyna e don Ferrando se mesclaren e lo dit don Ferrando armat e com a cap del exercit entrevenie e present ere en les execusions crueltats e inhumanitats ques fahien. En apres lo dit Rey don Johan ab son poder se ajunta ab la dita Reyna don Ferrando e francesos ab tots ensems tingueren siti per hun mes sobre aquesta ciutat per terra e per mar e discorregueren moltes parts del dit Principat cremants e destrouints prenents matants e rescatants viles castells lochs homens dones infants e esglesies ab gran inhumanitat e crueltat. Per les quals causes dessus dites e altres moltes lo dit Principat havent per indignes los dits Rey Reyna don Ferrando e posteritat lur de la Senyoria proclama en e per senyor lo Serenissimo e potentissimo senyor Rey de Castella a la corona del qual pertanyie. En axi que ni un sol moment sens Rey e Senyor star no fou nostre proposit. Si lo dit Illustrissimo Rey de Castella volia lexar e o de la sua corona segragar lo dit Principat segons pot esser cregut (vaya breva nos hubiese caído, y vaya pufo para Castilla, JA JA!!) tota via aquest Principat recorrera a Senyor pertinentment e deguda com loablament a acostumat car huncha fou ne sera sens senyor unit e ans sotz domini de Rey governat e regit vol esser. Adonchs vostra gran senyoria en ses eponderades les coses dessus dites les quals en fet e scriptura e la mes part son notories a Deu e al mon compendra nosaltres e lo dit Principat no haver fet alre que lo degut e que odiava la voluntat cupiditat de regiment bens oficis ne altres utilitats nons ha induhits mas sola necessitat de restauracio de la cosa publica a la qual apres Deu inmediadament e primer en orde stam obligats testificant ho la sacra scriptura ne duptam prosseguints tanta justicia a la qual com dessus es dit nos obligua la fidelitat e encare deute de caritat en respecte de la liberacio del dit don Carles cosingerma de vostra Magestat lo qual per levar li la succecio ere detengut. Vostra merce haura per loablas les coses per nosaltres fetes e no solament cessara fer guerra com a Rey virtuos e de molta prudencia dotat ans encara procurara tota indemnitat al dit Principat lo qual sempre sera dispost fer tots serveys possibles a vostra excellent senyoria la qual Nostre Senyor Deu mantingue e prosper longament segons desige. Scrita en Barchinona a XXVII de septembre del any MCCCCLXIII.
- De vostra excellencia devots servidors qui en gracia de aquella se recomanen los deputats del General e consell representants lo Principat de Cathalunya.
Domini Deputati et consilium mandaverunt mihi Anthonio Lombard.


//

https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_IV_de_Castilla

Míral, pareix un moret: 


lo Serenissimo e potentissimo senyor Rey de Castella

Cuan los cataláns volíen a Enrique IV, rey de Castella, com a Rey e Senyor

COLECCIÓN DE CARTAS ESCRITAS POR LA DIPUTACIÓN DE CATALUÑA,

CORRESPONDIENTES AL AÑO DE 1463.


ADVERTENCIA.

Hasta la última fecha citada, ocho de marzo de mil cuatrocientos sesenta y cinco, en que se aprueba la deliberación tomada en dos del propio mes, ninguna interrupción ha habido respecto al orden cronológico de los actos, sesiones, deliberaciones, correspondencias y demás, aun cuando, ya desde algún tiempo, ha de haberse observado la decadencia del cuerpo que representaba en cierto modo el espíritu del país, y la transformación consiguiente que aquel, por la misma causa hubo de sufrir. Así en un principio se ve obrar a la Diputación con toda su fuerza e influencia; más adelante, cuando los apuros crecen y aparecen defecciones inesperadas, aquel cuerpo se da la mano, como igualándose mutuamente sus poderes, con el concejo de la ciudad de Barcelona, en términos, que al pie de cada deliberación va la aprobación o desaprobación de la ciudad, notándose ya en este caso gran simplificación en lo concerniente a la parte que podría llamarse ceremonial del cuerpo; y por último, se llega ya al extremo de prescindirse enteramente de los individuos que componían los diferentes brazos, cuya asistencia en las sesiones del consejo general era indispensable para votar y deliberar, y se faculta a un determinado número de personas que, representando a la Diputación y a la ciudad, deliberen de común acuerdo con los pocos o muchos diputados u oidores que se hayan mantenido en su cargo hasta la fecha a que antes se ha hecho referencia, siendo de esta clase la última sesión y deliberación con que da fin el registro que concluye en la página precedente, y con la circunstancia, además, de llevar al pie una aprobación de la ciudad, cuando las que la preceden de su clase no la llevan, y de no advertirse al margen, según era costumbre, que las tres personas facultadas para deliberar con las que representan a la Diputación pertenezcan al Cuerpo municipal.
Otras variaciones pueden haberse observado en el decurso de estos importantes hechos, sobre todo en los que empiezan en el tomo anterior, a saber, la desaparición de la correspondencia oficial, desde el agosto del año mil cuatrocientos sesenta y dos en adelante, de modo que desde esta fecha quedan consignadas solamente en los registros las deliberaciones y se prescinde enteramente de toda carta; y luego la reducción del número de sesiones, en términos que, pasado el mes de enero de mil cuatrocientos sesenta y cinco, que contiene un número regular, se reducen las demás a una docena para llegar al julio del mismo año, o acaso al marzo del siguiente, pues hay que advertir, que se encuentra este mes con posterioridad al julio de mil cuatrocientos sesenta y cinco, aunque estas equivocaciones, frecuentes en las últimas páginas, son fáciles de adivinar en los demás casos y quizá se deban en gran parte al copista.
Inducen estas observaciones a pensar si podían haber influido en el ánimo de las personas que dirigían los negocios públicos, en la marcha de estos y por consiguiente en el orden y sistema de administrarlos y regirlos, ya que en todo se observa una transformación decadente, los fatales sucesos que tuvieron lugar durante el año mil cuatrocientos sesenta y cuatro, a saber, el hambre y miseria que se experimentaron en varios puntos del Principado, la inevitable entrega de Lérida al rey don Juan, la concordia entre este y don Juan de Beaumont, la batalla de Calaf, donde el condestable de Portugal, el mismo que habían aclamado por rey los catalanes, quedó vencido y derrotado,
mientras que hubieron de pasar al cautiverio la mayor parte de caudillos que representaban y defendían los principios proclamados por la Diputación; o por otra parte, si, para adoptar otro sistema menos complicado en la formación de los registros, se prefirió, desde la fecha ya citada anteriormente, separar toda la correspondencia de las actas y con ella arreglar otra colección especial de cartas, instrucciones etc. Por lo primero no sería de extrañar que los papeles concernientes a una causa vencida quedaran acaso en cierto desorden, y hubiera poco interés en coordinarlos o salvarlos: así se encuentra el único registro de cartas a que se alude presentando la fecha del primer documento que encierra, posterior de un año a la que lleva la última carta transcrita en el tomo precedente, y así se observa en la última página de aquel empezada una
carta que no concluyó, de manera que por ello no puede deducirse si faltan solamente folios al registro o si se extraviaron el volumen de cartas pertenecientes al tiempo intermedio que se indica y los que tal vez seguían al único salvado; y de lo segundo, ninguna duda puede quedar ya al lector, cuando el tomo que se conserva ofrece una serie no interrumpida de cartas, que guarda riguroso orden cronológico, con la particularidad de ser estas solamente las emitidas por la Diputación, y no a la vez las emitidas y recibidas, como se había practicado en los registros anteriores, cuando se copiaban al pie de las deliberaciones, lo que cuando menos revela un nuevo plan o sistema.
Este interesante volumen de correspondencia es el que ofrecemos, pues, a los lectores, con la idea de proporcionar todos los datos que puedan contribuir a poner en claro la turbulenta época en que reinó don Juan II, y de aglomerar materiales, aun cuando fueron inconexos (inconnexos) entre sí, para formar un conjunto diplomático sobre la misma época, con ayuda del cual, (conforme ¡remos acreditando en lo sucesivo,) pueda después el historiador trazar con toda imparcialidad y fácilmente el cuadro de los sucesos, y presentar a los que en ellos intervinieron con los grados de mérito o culpa que desapasionadamente se les deban atribuir. Sin apartarnos, por consiguiente, del sistema adoptado (odoptado) en todos los tomos ya publicados, y trasladando el volumen con la exactitud que corresponde, esto es, sencillo como puede serlo un copiador de cartas, sin que le preceda advertencia, portada o prefacio alguno, daremos principio por la primera carta que encierra, cuyo contenido es como sigue. 

Al molt alt e excellent senyor lo Rey de Portugal et cetera.
Illustrissimo e Serenissimo Senyor. Rebuda ab degut honor la letra de vostra excellencia scrita en Lisboa a VI de juliol prop passat e oyda la creença en virtut de aquella explicada per Alonso Periz apres la demostracio de bona voluntat e amicicia que vostra Altesa e los Illustrissimos Reys predecessors de aquella haveu e han hagudes als serenissimos Reys Darago de loabla memoria e a aquest Principat de Cathalunya e ciutat de Barchinona havem compres vostra senyoria haver enuig de les diferencies suscitades entre lo Rey don Johan e lo dit Principat per les quals remediar e pau e concordia procurar de bona voluntat se ofer intercessora mediadora e tractadora a efecte de esser restituhit lo dit Principat al dit Rey don Johan ab integracio de leys e libertats e seguretat de persones e bens e a la fi concloent que si fer no ho volem vostra celsitut enten valer al dit Rey don Johan avoncle seu contra los dits Principat e ciutat. Venints al fet de la resposta Senyor molt alt nosaltres som be certs de la amicicia e bona voluntat dessus dita e semblantment aquests Principat e ciutat tota via son stats afectats al servey de vostra Excellencia a la qual fem gracies infinides de la tramesa del dit embaxador e molt mes de la predita oferta la qual si en temps opportu venguda fos haguerem tant accepta quant de Rey o altre senyor del mon com aquell per lo qual desijam fer totes coses possibles lo dit empero Rey don Johan contra leys divines e humanes ha talment tractat lo dit Principat que fahent si matex e sa posteritat indignes de la senyoria ha covengut per restauracio de la cosa publica haver aquells per enemichs. E per que algun tant la Magestat vostra haje noticia de les coses jatsie aquelles amplament al dit embaxador sien stades narrades encara certificam vostra gran senyoria que feta per lo dit Rey don Johan contra tota umanitat e pietat capcio de la persona del Illustrissimo don Carles de gloriosa recordacio fill seu e cosingerma de vostra Altesa lo qual de obediencia honesta vida e conservacio ab compliment de moltes virtuts ere singularment dotat amich de Nostre Senyor Deu fahents testimoni los grans e maravellosos miracles que continuament se manifesten per merits del dit glorios don Carles lo dit Principat per satisfer a la fidelitat a que ere obligat la qual altrament salvar no podie com apres los dies del dit Rey don Johan la successio pertangues al dit don Carles primogenit seu ab molta pertinencia per mija de solemnes embaxadors prostrats ab scampament de moltes lagremes suplica e primerament de gracia e clemencia e apres de justicia insisti molt umilment per la sua liberacio fahents per aço molts actes deguts e permesos segons leys libertats e practiques del dit Principat los quals apres per lo dit Rey don Johan foren loats e approvats e ratificats ab composicio de certa capitulacio per ell e per lo dit Principat fermada solemnament jurada tirant a efecte daquiavant no poder recaure algun inconvenient entre lo dit Rey don Johan e dit don Carles fill seu ne lo dit Principat e singulars daquells. Seguida empero la mort del dit don Carles encontinent los dits cathalans usants de lur innata e intacta fidelitat ab gran amor e devocio demanaren e reberen en primogenit don Ferrando fill del dit Rey don Johan e per la sua edat admeteren en tudriu la Reyna dona Johana muller sua tot aço empero no obstant lo dit Rey don Johan retenint vers si odi contra los cathalans per destruir aquells e lurs leys e libertats hasta aliança ab lo Christianissimo Rey de França e per major eficacia de portar a fi son proposit proposit liura e mes presonera en poder de sos enemichs la virtuosissima
princesa filla sua e dona o enpenyora al dit Illustrissimo Rey de França los comdats de Rossello e de Cerdanya qui son membres units e indissolublament
agregats al dit Principat segons per lo dit Rey don Johan e sos predecesors en lo introhit de lur regiment ere stat solemnament jurat. Ignorant e no cogitant lo dit Principat tals incidies alienacions e mals tractes com aquells qui de la promesa fe jurament e paraula reyal confiaven los dits Rey don Johan dona Johana don Ferrando fidelissimament solien no resmenys tracta ab intervencio de la dita Reyna dona Johana tudriu certa cedicio e o conjuracio en aquesta ciutat de Barchinona per matar nosaltres e los consellers a qui lo carrech de la cosa publica es comanat e altres gents daquella e procurar cautalosament comocio dels homens vulgarment dits de remença prenents color de no esser tenguts no voler paguar a lurs senyors los drets e servituts que habien acostumat als quals homens asigna per capita hun pages qui ab bandera reyal oficials e gran exercit e ma armada insolta lo dit Principat per les quals causes precedints diverses embaxades a la dita Reyna axi en la present ciutat de Barchinona com en la ciutat de Gerona on apres ana suplicants fes cessar los dits actes comocions tant tameraris e de irreparable perill fou per la dita Reyna apres molts tractats respost que hi havie fet e faye lo possible axi ab provisions e manaments en scrits com altrament pero que los dits homens aquells e aquelles no volien obtemperar la qual resposta encontinent per nosaltres e los dits concellers no volents tals carrechs a la corona Reyal fossen fets per los dits homens en no optemperar los manaments reginals e per conservacio del patrimoni Reyal e cedar tals comocions e perills fou delliberat fer exercit de gent a cavall e a peu per asistir als oficials de la dita Reyna en fer optemperar sos manaments e castigar los culpables e axi fou fet e notificat a la dita Reyna del qual exercit fou capita lo comte de Pallars lo qual anant per la dita raho a la dita ciutat de Gerona per oferir se a la dita Reyna hague en contra dels dits homens de remença per celada que ells molts en nombre e hun cavaller de casa de la dita Reyna ab certa gent a cavall li havien mesa en lo cami e per gracia divina aquells rompe e desbarata e com fon prop la dita çiutat volent fora aquella atendar lo dit exercit per que no fos feta novitat alguna la dita Reyna qui ja tenia sos conceptes e tractes fets mana tancar les portes e feu acometre lo dit comte e la sua gent de ballestes e altres municions donant occasio de venir a les armes e los matexos dies lo dit Rey don Johan continuant la ruptura de la dita capitulacio per executar lo seu sinistre proposit e no volent se recordar dels grans serveys ampliacio exaltacio que lo dit Principat per sa amor e fidelitat havie fets al dit Rey e als gloriosos Reys passats entra lo dit Principat ab molta gent darmes cremant viles e lochs matant rescatant e robant homens dones e infants e apres pochs dies entraren les gents darmes de França en nombre de passats XIIII M. Pensar pot vostra Magestat aquestes coses eren de luny pastades e concertades per esser tot succehit en uns matexos dies car altrament fer no ere possible ab les quals gents franceses la dita Reyna e don Ferrando se mesclaren e lo dit don Ferrando armat e com a cap del exercit entrevenie e present ere en les execusions crueltats e inhumanitats ques fahien. En apres lo dit Rey don Johan ab son poder se ajunta ab la dita Reyna don Ferrando e francesos ab tots ensems tingueren siti per hun mes sobre aquesta ciutat per terra e per mar e discorregueren moltes parts del dit Principat cremants e destrouints prenents matants e rescatants viles castells lochs homens dones infants e esglesies ab gran inhumanitat e crueltat. Per les quals causes dessus dites e altres moltes lo dit Principat havent per indignes los dits Rey Reyna don Ferrando e posteritat lur de la Senyoria proclama en e per senyor lo Serenissimo e potentissimo senyor Rey de Castella a la corona del qual pertanyie. En axi que ni un sol moment sens Rey e Senyor star no fou nostre proposit. Si lo dit Illustrissimo Rey de Castella volia lexar e o de la sua corona segragar lo dit Principat segons pot esser cregut (vaya breva nos hubiese caído, y vaya pufo para Castilla, JA JA!!) tota via aquest Principat recorrera a Senyor pertinentment e deguda com loablament a acostumat car huncha fou ne sera sens senyor unit e ans sotz domini de Rey governat e regit vol esser. Adonchs vostra gran senyoria en ses eponderades les coses dessus dites les quals en fet e scriptura e la mes part son notories a Deu e al mon compendra nosaltres e lo dit Principat no haver fet alre que lo degut e que odiava la voluntat cupiditat de regiment bens oficis ne altres utilitats nons ha induhits mas sola necessitat de restauracio de la cosa publica a la qual apres Deu inmediadament e primer en orde stam obligats testificant ho la sacra scriptura ne duptam prosseguints tanta justicia a la qual com dessus es dit nos obligua la fidelitat e encare deute de caritat en respecte de la liberacio del dit don Carles cosingerma de vostra Magestat lo qual per levar li la succecio ere detengut. Vostra merce haura per loablas les coses per nosaltres fetes e no solament cessara fer guerra com a Rey virtuos e de molta prudencia dotat ans encara procurara tota indemnitat al dit Principat lo qual sempre sera dispost fer tots serveys possibles a vostra excellent senyoria la qual Nostre Senyor Deu mantingue e prosper longament segons desige. Scrita en Barchinona a XXVII de septembre del any MCCCCLXIII.
- De vostra excellencia devots servidors qui en gracia de aquella se recomanen los deputats del General e consell representants lo Principat de Cathalunya.
Domini Deputati et consilium mandaverunt mihi Anthonio Lombard.


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https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_IV_de_Castilla

Míral, pareix un moret: 


lo Serenissimo e potentissimo senyor Rey de Castella

jueves, 26 de agosto de 2021

Al tren. En el tren. Leopoldo Alas, Clarín.

AL TREN (en chapurriau)

Leopoldo Enrique García-Alas y Ureña (Clarín).

Lo duc del Pergamino, marqués de Numancia, comte de Peñasarriba, consellé de ferrocarrils de vía ampla y de vía estreta, ex ministre de estat y de Ultramar...


Lo duc del Pergamino, marqués de Numancia, comte de Peñasarriba, consellé de ferrocarrils de vía ampla y de vía estreta, ex ministre de estat y de Ultramar... está que bufe y agarre lo sel... ras del coche de primera en les mans; y al seu juissi té raó que li sobre. Figúronse vostés que ell ve desde Madrid sol, tombat tot lo llarg que es a un reservat, en lo que ha tingut que contentás, perque no va ñabé a la seua disposissió, per torpesa dels empleats, ni coche-llit, ni cosa pareguda. Y ara, cuan milló dormíe, a mija nit, a la mitat de Castilla, li obrin la porta del seu departamén y li demanen mil perdóns... perque té que admití la compañía de dos viachés nada menos: una siñora enlutada, cuberta en un vel espés, y un tinén o teniente de artillería.

¡De cap manera! No ña cortessía que valgue; lo noble español es mol inglés cuan viache y no se entreté en miraméns medievals: defén lo home lo seu resservat poc menos que al sport que ha adeprés a Eton, a Inglaterra, lo noble duc castellá, estudián inglés.

¡Un consellé, un senadó, un duc, un ex-ministre, consentí que entron dos desconeguts al seu coche, después de habé consentit en pressindí de una berlina-llit, al que té dret! ¡impossible! ¡Allí no entre ni una mosca!

La dama de dol, avergoñida, confusa, procure desapareixe, buscá refugi a consevol furgó aon pugue ñabé gossos mes fins... pero lo tinén de artillería li tanque lo pas ocupán la eixida, y en molta tranquilidat y finura defén lo seu dret, lo dels dos.

- Caballé, no nego lo dret de vosté a reclamá contra los descuidos de la Compañía... pero yo, y per lo vist esta siñora tamé, ting billet de primera; tots los demés coches de esta classe venen plens; an esta estassió no ña manera de aumentá lo servissi... aquí ñan assientos de sobres, y aquí mos embutirem. Lo jefe de la estassió apoye en timidés la pretensió del tinén; lo duc se creix, lo jefe sedix... y lo artillé cride a un cabo de la Guardia Sivil, que, enterat del cas, aplique la ley marsial al reglamén de ferrocarrils, y decrete que la viuda (ell la creu viuda) y lo seu tinén se quedon al resservat del duc, sense perjuissi de que este se queixo dabán de qui correspongue.

Pergamino proteste; pero acabe per calmás y hasta li oferix un magnífic puro al militar, del que acabe de sabé, acsidentalmen, que va al expresso a incorporás al seu regimén, que se embarque cap a Cuba.

- ¿Aixina que va vosté a Ultramar a defendre la integridat de la patria? - Sí siñó, al radé sortech (o sorteo) me ha tocat la china.- ¡Y vaya chinada? -
Dixo a ma mare y a la meua dona dolentes y dixo dos chiquets de menos de sing añets. - be, sí; es lamentable... ¡Pero la patria, lo país, la bandera!

- Ya u crec, siñó duc. Aixó es lo primé. Per naixó hi vach. Pero séntigo separám de lo segón. Y vosté, siñó duc, ¿aón sen va?

- Phs... per lo pronte a Biarritz, después al Nort de Fransa... pero tot aixó está mol vist; passaré lo Canal y repartiré los mesos de agost y de setembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn...
La dama del dol y del vel, ocupe silensiosa un racó del resservat. Lo duc no sen fixe en ella. Después de repassá un periódic, seguix la conversa en lo artillé, que es de poques paraules.

- Alló está mol mal. Cuan yo, per novatada de ministre, vach admití la cartera de Ultramar, pera adependre, me vach convense de que tenim que cauterisá la administrassió ultramarina, si se vol salvá.

- Y vosté ¿no va pugué aplicál?

- No vach tindre tems. Vach passá al estat, per los meus merits y servissis. Y ademés... ¡ñan tans compromisos! Oh, pero la insensata rebelió no durará; los nostres

héroes defenen alló com a leóns; miro vosté que es magnífica la mort del general Zutano... víctima de la seua valentía a la acsió de Tal... Zutano y un atre valén,

un capitá... Lo capitá... no sé cuáns, van perí o morí allí pel mateix valor y lo mateix patriotisme que los mes renombrats martirs de la guerra. Zutano y lo atre, lo capitá aquell, se mereixen estatues; lletres de or a una lápida del Congrés... Pero de totes maneres, alló está mol futut... No tenim una administrassió... Conque ¿vosté se quede aquí pera pendre lo tren que lo porto a Santander? pos venga, bona sort, mols llorés y poques bales... Y si vol vosté algo per aquí... ya sap vosté, lo meu tinén, durán lo estiu, isla de WightCowesRydeVentnor y Osborn...

Lo duc y la dama del dol y lo vel se queden sols al resservat. Lo ex-ministre procure, en discressió relativa, conversá.

La dama conteste en monossílabos, y a vegades en señes.

Lo de Pergamino, despechat, se aburrix. A una estassió, la enlutada mire en impassiensia per la finestreta.

- ¡Aquí, aquí! - cride de repén -; Fernando, Adela, aquí...

Una parella, tamé de dol, entre al resservat: la enlutada del coche los abrasse, plore damún del pit de l´atra dona, sofocán los gañols. Lo tren seguix lo seu viache. Despedida, abrassos un atra vegada, ploreres...

Se van torná a quedá sols la dama y lo duch.
Pergamino, mort de impassiensia, se aventure al terreno de les possibles indiscressións. Vol sabé a tota costa lo origen de aquelles penes, la causa de aquell dol... Y obté freda, seca, irónica, entre llágrimes, esta breve resposta:

- Soc la viuda del atre... del capitá Fernández.

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EN EL TREN.


El duque del Pergamino, marqués de Numancia, conde de Peñasarriba, consejero de ferrocarriles de vía ancha y de vía estrecha, ex ministro de Estado y de Ultramar… está que bufa y coge el cielo… raso del coche de primera con las manos; y a su juicio tiene razón que le sobra. Figúrense ustedes que él viene desde Madrid solo, tumbado cuan largo es en un reservado, con que ha tenido que contentarse, porque no hubo a su disposición, por torpeza de los empleados, ni coche-cama, ni cosa parecida. Y ahora, a lo mejor del sueño, a media noche, en mitad de Castilla, le abren la puerta de su departamento y le piden mil perdones… porque tiene que admitir la compañía de dos viajeros nada menos: una señora enlutada, cubierta con un velo espeso, y un teniente de artillería.

¡De ninguna manera! No hay cortesía que valga; el noble español es muy inglés cuando viaja y no se anda con miramientos medioevales: defiende el home de su reservado poco menos que con el sport que ha aprendido en Eton, en Inglaterra, el noble duque castellano, estudiante inglés.

¡Un consejero, un senador, un duque, un ex-ministro, consentir que entren dos desconocidos en su coche, después de haber consentido en prescindir de una berlina-cama, a que tiene derecho! ¡Imposible! ¡Allí no entra una mosca!

La dama de luto, avergonzada, confusa, procura desaparecer, buscar refugio en cualquier furgón donde pueda haber perros más finos… pero el teniente de artillería le cierra el paso ocupando la salida, y con mucha tranquilidad y finura defiende su derecho, el de ambos.

-Caballero, no niego el derecho de usted a reclamar contra los descuidos de la Compañía… pero yo, y por lo visto esta señora también, tengo billete de primera; todos los demás coches de esta clase vienen llenos; en esta estación no hay modo de aumentar el servicio… aquí hay asientos de sobra, y aquí nos metemos.

El jefe de la estación apoya con timidez la pretensión del teniente; el duque se crece, el jefe cede… y el artillero llama a un cabo de la Guardia civil, que, enterado del caso, aplica la ley marcial al reglamento de ferrocarriles, y decreta que la viuda (él la hace viuda) y su teniente se queden en el reservado del duque, sin perjuicio de que éste se llame a engaño ante quien corresponda.

Pergamino protesta; pero acaba por calmarse y hasta por ofrecer un magnífico puro al militar, del cual acaba de saber, accidentalmente, que va en el expreso a incorporarse a su regimiento, que se embarca para Cuba.

-¿Con que va usted a Ultramar a defender la integridad de la patria?

-Sí señor, en el último sorteo me ha tocado el chinazo.

-¿Cómo chinazo?

-Dejo a mi madre y a mi mujer enfermas y dejo dos niños de menos de cinco años.

-Bien, sí; es lamentable… ¡Pero la patria, el país, la bandera!

-Ya lo creo, señor duque. Eso es lo primero. Por eso voy. Pero siento separarme de lo segundo. Y usted, señor duque, ¿a dónde bueno?

-Phs… por de pronto a Biarritz, después al Norte de Francia… pero todo eso está muy visto; pasaré el Canal y repartiré el mes de Agosto y de Septiembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn…

La dama del luto y del velo, ocupa silenciosa un rincón del reservado. El duque no repara en ella. Después de repasar un periódico, reanuda la conversación con el artillero, que es de pocas palabras.

-Aquello está muy malo. Cuando yo, allá en mi novatada de ministro, admití la cartera de Ultramar, por vía de aprendizaje, me convencí de que tenemos que aplicar el cauterio a la administración ultramarina, si ha de salvarse aquello.

-Y usted ¿no pudo aplicarlo?

-No tuve tiempo. Pasé a Estado, por mis méritos y servicios. Y además… ¡hay tantos compromisos! Oh, pero la insensata rebelión no prevalecerá; nuestros héroes defienden aquello como leones; mire usted que es magnífica la muerte del general Zutano… víctima de su arrojo en la acción de Tal… Zutano y otro valiente, un capitán… el capitán… no sé cuántos, perecieron allí con el mismo valor y el mismo patriotismo que los más renombrados mártires de la guerra. Zutano y el otro, el capitán aquél, merecen estatuas; letras de oro en una lápida del Congreso… Pero de todas maneras, aquello está muy malo… No tenemos una administración… Conque ¿usted se queda aquí para tomar el tren que le lleve a Santander? Pues ea; buena suerte, muchos laureles y pocos balazos… Y si quiere usted algo por acá… ya sabe usted, mi teniente, durante el verano, isla de Wight, Cowes, Ryde, Ventnor y Osborn…

El duque y la dama del luto y el velo quedan solos en el reservado. El ex-ministro procura, con discreción relativa, entablar conversación.

La dama contesta con monosílabos, y a veces con señas.

El de Pergamino, despechado, se aburre. En una estación, la enlutada mira con impaciencia por la ventanilla.

-¡Aquí, aquí! -grita de pronto-; Fernando, Adela, aquí…

Una pareja, también de luto, entra en el reservado: la enlutada del coche los abraza, sobre el pecho de la otra mujer llora, sofocando los sollozos.

El tren sigue su viaje. Despedida, abrazos otra vez, llanto…

Quedaron de nuevo solos la dama y el duque.

Pergamino, muerto de impaciencia, se aventura en el terreno de las posibles indiscreciones. Quiere saber a toda costa el origen de aquellas penas, la causa de aquel luto… Y obtiene fría, seca, irónica, entre lágrimas, esta breve respuesta:

-Soy la viuda del otro… del capitán Fernández.

FIN.