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jueves, 26 de agosto de 2021

Al tren. En el tren. Leopoldo Alas, Clarín.

AL TREN (en chapurriau)

Leopoldo Enrique García-Alas y Ureña (Clarín).

Lo duc del Pergamino, marqués de Numancia, comte de Peñasarriba, consellé de ferrocarrils de vía ampla y de vía estreta, ex ministre de estat y de Ultramar...


Lo duc del Pergamino, marqués de Numancia, comte de Peñasarriba, consellé de ferrocarrils de vía ampla y de vía estreta, ex ministre de estat y de Ultramar... está que bufe y agarre lo sel... ras del coche de primera en les mans; y al seu juissi té raó que li sobre. Figúronse vostés que ell ve desde Madrid sol, tombat tot lo llarg que es a un reservat, en lo que ha tingut que contentás, perque no va ñabé a la seua disposissió, per torpesa dels empleats, ni coche-llit, ni cosa pareguda. Y ara, cuan milló dormíe, a mija nit, a la mitat de Castilla, li obrin la porta del seu departamén y li demanen mil perdóns... perque té que admití la compañía de dos viachés nada menos: una siñora enlutada, cuberta en un vel espés, y un tinén o teniente de artillería.

¡De cap manera! No ña cortessía que valgue; lo noble español es mol inglés cuan viache y no se entreté en miraméns medievals: defén lo home lo seu resservat poc menos que al sport que ha adeprés a Eton, a Inglaterra, lo noble duc castellá, estudián inglés.

¡Un consellé, un senadó, un duc, un ex-ministre, consentí que entron dos desconeguts al seu coche, después de habé consentit en pressindí de una berlina-llit, al que té dret! ¡impossible! ¡Allí no entre ni una mosca!

La dama de dol, avergoñida, confusa, procure desapareixe, buscá refugi a consevol furgó aon pugue ñabé gossos mes fins... pero lo tinén de artillería li tanque lo pas ocupán la eixida, y en molta tranquilidat y finura defén lo seu dret, lo dels dos.

- Caballé, no nego lo dret de vosté a reclamá contra los descuidos de la Compañía... pero yo, y per lo vist esta siñora tamé, ting billet de primera; tots los demés coches de esta classe venen plens; an esta estassió no ña manera de aumentá lo servissi... aquí ñan assientos de sobres, y aquí mos embutirem. Lo jefe de la estassió apoye en timidés la pretensió del tinén; lo duc se creix, lo jefe sedix... y lo artillé cride a un cabo de la Guardia Sivil, que, enterat del cas, aplique la ley marsial al reglamén de ferrocarrils, y decrete que la viuda (ell la creu viuda) y lo seu tinén se quedon al resservat del duc, sense perjuissi de que este se queixo dabán de qui correspongue.

Pergamino proteste; pero acabe per calmás y hasta li oferix un magnífic puro al militar, del que acabe de sabé, acsidentalmen, que va al expresso a incorporás al seu regimén, que se embarque cap a Cuba.

- ¿Aixina que va vosté a Ultramar a defendre la integridat de la patria? - Sí siñó, al radé sortech (o sorteo) me ha tocat la china.- ¡Y vaya chinada? -
Dixo a ma mare y a la meua dona dolentes y dixo dos chiquets de menos de sing añets. - be, sí; es lamentable... ¡Pero la patria, lo país, la bandera!

- Ya u crec, siñó duc. Aixó es lo primé. Per naixó hi vach. Pero séntigo separám de lo segón. Y vosté, siñó duc, ¿aón sen va?

- Phs... per lo pronte a Biarritz, después al Nort de Fransa... pero tot aixó está mol vist; passaré lo Canal y repartiré los mesos de agost y de setembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn...
La dama del dol y del vel, ocupe silensiosa un racó del resservat. Lo duc no sen fixe en ella. Después de repassá un periódic, seguix la conversa en lo artillé, que es de poques paraules.

- Alló está mol mal. Cuan yo, per novatada de ministre, vach admití la cartera de Ultramar, pera adependre, me vach convense de que tenim que cauterisá la administrassió ultramarina, si se vol salvá.

- Y vosté ¿no va pugué aplicál?

- No vach tindre tems. Vach passá al estat, per los meus merits y servissis. Y ademés... ¡ñan tans compromisos! Oh, pero la insensata rebelió no durará; los nostres

héroes defenen alló com a leóns; miro vosté que es magnífica la mort del general Zutano... víctima de la seua valentía a la acsió de Tal... Zutano y un atre valén,

un capitá... Lo capitá... no sé cuáns, van perí o morí allí pel mateix valor y lo mateix patriotisme que los mes renombrats martirs de la guerra. Zutano y lo atre, lo capitá aquell, se mereixen estatues; lletres de or a una lápida del Congrés... Pero de totes maneres, alló está mol futut... No tenim una administrassió... Conque ¿vosté se quede aquí pera pendre lo tren que lo porto a Santander? pos venga, bona sort, mols llorés y poques bales... Y si vol vosté algo per aquí... ya sap vosté, lo meu tinén, durán lo estiu, isla de WightCowesRydeVentnor y Osborn...

Lo duc y la dama del dol y lo vel se queden sols al resservat. Lo ex-ministre procure, en discressió relativa, conversá.

La dama conteste en monossílabos, y a vegades en señes.

Lo de Pergamino, despechat, se aburrix. A una estassió, la enlutada mire en impassiensia per la finestreta.

- ¡Aquí, aquí! - cride de repén -; Fernando, Adela, aquí...

Una parella, tamé de dol, entre al resservat: la enlutada del coche los abrasse, plore damún del pit de l´atra dona, sofocán los gañols. Lo tren seguix lo seu viache. Despedida, abrassos un atra vegada, ploreres...

Se van torná a quedá sols la dama y lo duch.
Pergamino, mort de impassiensia, se aventure al terreno de les possibles indiscressións. Vol sabé a tota costa lo origen de aquelles penes, la causa de aquell dol... Y obté freda, seca, irónica, entre llágrimes, esta breve resposta:

- Soc la viuda del atre... del capitá Fernández.

// 

Se puede comprar aquí:

EN EL TREN.


El duque del Pergamino, marqués de Numancia, conde de Peñasarriba, consejero de ferrocarriles de vía ancha y de vía estrecha, ex ministro de Estado y de Ultramar… está que bufa y coge el cielo… raso del coche de primera con las manos; y a su juicio tiene razón que le sobra. Figúrense ustedes que él viene desde Madrid solo, tumbado cuan largo es en un reservado, con que ha tenido que contentarse, porque no hubo a su disposición, por torpeza de los empleados, ni coche-cama, ni cosa parecida. Y ahora, a lo mejor del sueño, a media noche, en mitad de Castilla, le abren la puerta de su departamento y le piden mil perdones… porque tiene que admitir la compañía de dos viajeros nada menos: una señora enlutada, cubierta con un velo espeso, y un teniente de artillería.

¡De ninguna manera! No hay cortesía que valga; el noble español es muy inglés cuando viaja y no se anda con miramientos medioevales: defiende el home de su reservado poco menos que con el sport que ha aprendido en Eton, en Inglaterra, el noble duque castellano, estudiante inglés.

¡Un consejero, un senador, un duque, un ex-ministro, consentir que entren dos desconocidos en su coche, después de haber consentido en prescindir de una berlina-cama, a que tiene derecho! ¡Imposible! ¡Allí no entra una mosca!

La dama de luto, avergonzada, confusa, procura desaparecer, buscar refugio en cualquier furgón donde pueda haber perros más finos… pero el teniente de artillería le cierra el paso ocupando la salida, y con mucha tranquilidad y finura defiende su derecho, el de ambos.

-Caballero, no niego el derecho de usted a reclamar contra los descuidos de la Compañía… pero yo, y por lo visto esta señora también, tengo billete de primera; todos los demás coches de esta clase vienen llenos; en esta estación no hay modo de aumentar el servicio… aquí hay asientos de sobra, y aquí nos metemos.

El jefe de la estación apoya con timidez la pretensión del teniente; el duque se crece, el jefe cede… y el artillero llama a un cabo de la Guardia civil, que, enterado del caso, aplica la ley marcial al reglamento de ferrocarriles, y decreta que la viuda (él la hace viuda) y su teniente se queden en el reservado del duque, sin perjuicio de que éste se llame a engaño ante quien corresponda.

Pergamino protesta; pero acaba por calmarse y hasta por ofrecer un magnífico puro al militar, del cual acaba de saber, accidentalmente, que va en el expreso a incorporarse a su regimiento, que se embarca para Cuba.

-¿Con que va usted a Ultramar a defender la integridad de la patria?

-Sí señor, en el último sorteo me ha tocado el chinazo.

-¿Cómo chinazo?

-Dejo a mi madre y a mi mujer enfermas y dejo dos niños de menos de cinco años.

-Bien, sí; es lamentable… ¡Pero la patria, el país, la bandera!

-Ya lo creo, señor duque. Eso es lo primero. Por eso voy. Pero siento separarme de lo segundo. Y usted, señor duque, ¿a dónde bueno?

-Phs… por de pronto a Biarritz, después al Norte de Francia… pero todo eso está muy visto; pasaré el Canal y repartiré el mes de Agosto y de Septiembre entre la isla de Wight, Cowes, Ventnor, Ryde y Osborn…

La dama del luto y del velo, ocupa silenciosa un rincón del reservado. El duque no repara en ella. Después de repasar un periódico, reanuda la conversación con el artillero, que es de pocas palabras.

-Aquello está muy malo. Cuando yo, allá en mi novatada de ministro, admití la cartera de Ultramar, por vía de aprendizaje, me convencí de que tenemos que aplicar el cauterio a la administración ultramarina, si ha de salvarse aquello.

-Y usted ¿no pudo aplicarlo?

-No tuve tiempo. Pasé a Estado, por mis méritos y servicios. Y además… ¡hay tantos compromisos! Oh, pero la insensata rebelión no prevalecerá; nuestros héroes defienden aquello como leones; mire usted que es magnífica la muerte del general Zutano… víctima de su arrojo en la acción de Tal… Zutano y otro valiente, un capitán… el capitán… no sé cuántos, perecieron allí con el mismo valor y el mismo patriotismo que los más renombrados mártires de la guerra. Zutano y el otro, el capitán aquél, merecen estatuas; letras de oro en una lápida del Congreso… Pero de todas maneras, aquello está muy malo… No tenemos una administración… Conque ¿usted se queda aquí para tomar el tren que le lleve a Santander? Pues ea; buena suerte, muchos laureles y pocos balazos… Y si quiere usted algo por acá… ya sabe usted, mi teniente, durante el verano, isla de Wight, Cowes, Ryde, Ventnor y Osborn…

El duque y la dama del luto y el velo quedan solos en el reservado. El ex-ministro procura, con discreción relativa, entablar conversación.

La dama contesta con monosílabos, y a veces con señas.

El de Pergamino, despechado, se aburre. En una estación, la enlutada mira con impaciencia por la ventanilla.

-¡Aquí, aquí! -grita de pronto-; Fernando, Adela, aquí…

Una pareja, también de luto, entra en el reservado: la enlutada del coche los abraza, sobre el pecho de la otra mujer llora, sofocando los sollozos.

El tren sigue su viaje. Despedida, abrazos otra vez, llanto…

Quedaron de nuevo solos la dama y el duque.

Pergamino, muerto de impaciencia, se aventura en el terreno de las posibles indiscreciones. Quiere saber a toda costa el origen de aquellas penas, la causa de aquel luto… Y obtiene fría, seca, irónica, entre lágrimas, esta breve respuesta:

-Soy la viuda del otro… del capitán Fernández.

FIN.

viernes, 31 de mayo de 2019

reyna Petronila, comte Ramon Berenguer IV, Alfonso II

An esta genealogía del siglo XIV apareixen representats la reyna Petronila, peronella, Petrvs, lo conde Ramon Berenguer IV y lo rey Alfonso II, fill dels dos. Se apressie perfectamén los que están representats EN corona (rey, reyna), y qui está representat SENSE corona (conte, comte, conde, NO rey).

reina Petronila, lo conde Ramon Berenguer IV y lo rey Alfonso II

reyna Petronila, comte Ramon Berenguer IV, Alfonso II

An esta genealogía del siglo XIV apareixen representats la reyna Petronila, peronella, Petrvs, lo conde Ramon Berenguer IV y lo rey Alfonso II, fill dels dos. Se apressie perfectamén los que están representats EN corona (rey, reyna), y qui está representat SENSE corona (conte, comte, conde, NO rey).

reina Petronila, lo conde Ramon Berenguer IV y lo rey Alfonso II

reyna Petronila, comte Ramon Berenguer IV, Alfonso II

An esta genealogía del siglo XIV apareixen representats la reyna Petronila, peronella, Petrvs, lo conde Ramon Berenguer IV y lo rey Alfonso II, fill dels dos. Se apressie perfectamén los que están representats EN corona (rey, reyna), y qui está representat SENSE corona (conte, comte, conde, NO rey).

reina Petronila, lo conde Ramon Berenguer IV y lo rey Alfonso II

jueves, 11 de octubre de 2018

Ramón Berenguer I

Es curios lo cas del catalanista que se fa passá per l´actó caracterisat com lo rey Fernando II de Aragó, pero com si fore lo conde Ramón Berenguer I. En dos collóns.

Ramón Berenguer I , Fernando II de Aragó

retratadas, raza superior


Compte dels Comtes Ramon Berenguer I, III i IV. De tant en tant es posa un,de tant en tant l´altre. Parlem d'història. 

Fernando II de Aragó




Fernando II de Aragón, llamado «el Católico» (Sos, 10 de marzo de 1452-Madrigalejo, 23 de enero de 1516),​ fue rey de Aragón (1479-1516), de Castilla (como Fernando V, 1474-1504), de Sicilia (como Fernando II, 1468-1516), de Nápoles (como Fernando III, 1504-1516), de Cerdeña (como Fernando II, 1479-1516) y de Navarra (como Fernando I, 1512-1515).

Fue además regente de la Corona castellana entre 1507 y 1516, debido a la inhabilitación de su hija Juana I, tras la muerte de Felipe el Hermoso.



Fernando II de Aragón, firma
firma de Fernando lo católic

Ramón Berenguer I

Es curios lo cas del catalanista que se fa passá per l´actó caracterisat com lo rey Fernando II de Aragó, pero com si fore lo conde Ramón Berenguer I. En dos collóns.

Ramón Berenguer I , Fernando II de Aragó

retratadas, raza superior


Compte dels Comtes Ramon Berenguer I, III i IV. De tant en tant es posa un,de tant en tant l´altre. Parlem d'història. 

Fernando II de Aragó




Fernando II de Aragón, llamado «el Católico» (Sos, 10 de marzo de 1452-Madrigalejo, 23 de enero de 1516),​ fue rey de Aragón (1479-1516), de Castilla (como Fernando V, 1474-1504), de Sicilia (como Fernando II, 1468-1516), de Nápoles (como Fernando III, 1504-1516), de Cerdeña (como Fernando II, 1479-1516) y de Navarra (como Fernando I, 1512-1515).

Fue además regente de la Corona castellana entre 1507 y 1516, debido a la inhabilitación de su hija Juana I, tras la muerte de Felipe el Hermoso.



Fernando II de Aragón, firma
firma de Fernando lo católic

Ramón Berenguer I

Es curios lo cas del catalanista que se fa passá per l´actó caracterisat com lo rey Fernando II de Aragó, pero com si fore lo conde Ramón Berenguer I. En dos collóns.

Ramón Berenguer I , Fernando II de Aragó

retratadas, raza superior


Compte dels Comtes Ramon Berenguer I, III i IV. De tant en tant es posa un,de tant en tant l´altre. Parlem d'història. 

Fernando II de Aragó




Fernando II de Aragón, llamado «el Católico» (Sos, 10 de marzo de 1452-Madrigalejo, 23 de enero de 1516),​ fue rey de Aragón (1479-1516), de Castilla (como Fernando V, 1474-1504), de Sicilia (como Fernando II, 1468-1516), de Nápoles (como Fernando III, 1504-1516), de Cerdeña (como Fernando II, 1479-1516) y de Navarra (como Fernando I, 1512-1515).

Fue además regente de la Corona castellana entre 1507 y 1516, debido a la inhabilitación de su hija Juana I, tras la muerte de Felipe el Hermoso.



Fernando II de Aragón, firma
firma de Fernando lo católic

Contra la intolerància

Contra la intolerància, mes eruditos que no saben de qué parlen @contraintoleran 


Contra la intolerància VS Golden Jacob

Contra la intolerància VS Golden Jacob 2

Contra la intolerància

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Contra la intolerància VS Golden Jacob

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viernes, 28 de septiembre de 2018

SEGONA JORNADA. NOVELA OCTAVA.

Lo conde de Amberes, acusat en fals, va al exili; dixe a dos fills seus a diferéns puestos de Inglaterra y ell, al torná de Escocia, sense sé conegut, los trobe en bon estat; entre com palafrené al ejérsit del rey de Fransa y, reconeguda la seua inossénsia, es restablit al seu primé estat.

Mol van suspirá les Siñores per les diverses calamidats de la hermosa dona: pero ¿quí sap quina raó movíe los seus suspiros? Potsé ne ñabíe que per anhel de tan frecuentes nupsies en ves de per llástima suspiraben. Pero dixán aixó pel momén presén, habénsen alguna enrit per les raderes paraules de Pánfilo, y veén per elles la Reina que la seua novela habíe acabat, se va girá cap a Elisa y li va di que continuare en una de les seues; ella, fénu, va escomensá :

Al sé lo imperi de Roma dels fransesos als tudescos transportat, va náixe entre una nassió y l’atra grandíssima enemistat y ágra y continua guiarra, per la que, tan per a deféndre lo seu país com per a atacá als atres, lo rey de Fransa y un fill seu, en tota la forsa del seu Reino y jun en los amics y paréns, van organisá un grandíssim ejérsit per a marchá contra los enemics; y abáns de que an alló se ficaren, per a no dixá lo Reino sense gobern, sabén que Gualterio, conde de Amberes, ere un home noble y sabio y mol fiel amic y criat seu, y com tamé coneixíe lo arte de la guerra los pareixíe an ells mes apte per a les coses delicades que per a les fatigoses, an ell al puesto de ells van dixá com a vicari general sobre tot lo gobern del Reino de Fransa, y sen van aná a les seues campañes.
Va escomensá, pos, Gualterio en juissi y en orden lo ofissi encomanat, sempre consultánli totes les coses a la Reina y a la seua nora; y encara que a la seua custodia y jurisdicsió habíen sigut dixades, com a les seues Siñores y prinsipals en lo que podíe les honrabe. Ere lo dit Gualterio hermossíssim de cos y teníe uns coranta añs, y mol amable y cortés, y ademés de tot aixó, ere lo mes galán y lo mes delicat caballé que an aquell tems se coneguere, y lo que mes emperifollat anabe.
Va passá que, están lo rey de Fransa y son fill a la guerra, habén mort la dona de Gualterio y habénlo dixat en un fill y una filla, encara minuts, y sense dingú mes, frecuentán ell la corte de les dites Siñores y parlán en elles frecuenmen de les nessessidats del Reino, la dona del fill del rey va ficá en ell los seus ulls y considerán en grandíssim afecte la seua persona y les seues costums, en amagat amor se va inflamá per nell; y veénse jove y fresca y an ell sense dona, va pensá que siríe fássil fé realidat lo seu dessich. Y pensán que cap cosa se oposabe an alló mes que la vergoña de manifestálay, se va disposá del tot a desfés de la vergoña, y están un día sola y pareixénli adecuat, com si atres coses en ell parlá vullguere, va enviá a per nell. Lo conde, que no sospechabe lo pensamén de la Siñora, sense tardá gens sen va aná aon ella; y sentánse, com ella va volé, en ella damún de un llit, a una cámara los dos sols, habénli ell preguntat per qué lo habíe fet vindre, y ella callán, al final, espentada per l´amor, tota roija de vergoña, casi plorán y tremolán, en paraules entretallades, aixina va escomensá a di: 

- Mol volgut y dols amic y siñó meu, vos podéu, com home sabio, fássilmen vore cuánta es la fragilidat dels homes y de les dones. Per está lluñ lo meu home no puc yo als estímuls de la carn ni a la forsa del amor oposám, y están yo sola, les fleches del amor m´han portat a enamorám. Vos sou digne de sé amat per una dona com yo, y tos ting pel mes hermós, lo mes amable y mes galán y lo mes sabut caballé que al Reino de Fransa pugue trobás; y tal com yo puc di que sense home me vech, vos tamé sense dona. Pel que yo tos rogo, pel tan gran amor com es lo que tos ting, que no me neguéu lo vostre, que la meua juventut, com lo gel al foc, se consumix per vos. Al arribá an estes paraules li van vindre als ulls tantes llágrimes que ella, que encara intentabe rogáli mes, se va encaná y no va pugué parlá mes, y baixán la cara y plorán, a la faldeta del conde va dixá caure lo cap. Lo conde, que ere un lealíssim caballé, en mols serios renecs li va escomensá a rependre lo loco amor y a rechassála perque ya al coll volíe tirásseli, y en juraméns, afirmán que preferiríe sé descuartissat a fé tal cosa contra lo honor del seu siñó y lo seu.
La Siñora, olvidán l´amor y cabrejada li va di:

- ¿Sirá, pos, roín caballé, burlat aixina per vos lo meu dessich? Voléu fém morí. Y dién aixó, se va ficá les máns als pels, despentinánsels y esturrufánsels, y después de habés esgarrat lo vestit per la part del pit, va escomensá a cridá fort:

- ¡Ajuda, ajuda, que lo conde de Amberes vol forsám!

Lo conde, veén aixó, y tenín mes temó de la enveja dels cortessáns que de la seua consiénsia, y tenín po de que se creguéren la mentira de la Siñora, se va eixecá y tan depressa com va pugué, de la cámara y del palau va eixí y va escapá cap a casa seua, aon, sense péndre datre consell, va ficá als seus fills a caball y montán ell tamé, tan a escape com van pugué sen va aná cap a Calais. Als brams de la Siñora van córre mols, y veénla y coneixén la raó dels seus crits, no sol van doná fe a les seues paraules, sino que van afegí que la galantería y les adornades maneres del conde habíen sigut una excusa per a pugué arribá an alló. Van córre, pos, cap als palaus del conde per a arrestál; pero com no lo van trobá an ell, los van saquejá tots y después hasta los solaméns los van fé solsí (assolá).
La notíssia va arribá en les huestes al rey y al fill, que, mol enfadats, a perpetuo exili al conde y als seus dessendéns van condená, prometín lo rey una grandíssima recompensa a qui viu o mort lay portare. Lo conde, apocadet perque, sén inossén, al fugí, se habíe fet culpable, va arribá sense donás a conéixe o sé reconegut, en sons fills a Calais, va passá a Inglaterra y en pobres vestits va aná cap a Londres, aon abáns de entrá, en moltes paraules va adoctriná als dos minuts fills seus, y sobretot en dos coses: primera, que soportaren lo estat pobre al que sense culpa de ells la fortuna los habíe portat, y segona, que en máxima prudénsia se guardaren de manifestá a dingú de aón eren ni fills de quí, si amaben la seua vida.
Ere lo fill, de nom Luigi, de uns nou añs, y la filla, que teníe per nom Violante, ne teníe uns sat. Segóns lo que permitíe la seua tendra edat, mol be van compéndre la lecsió del pare, y en lo comportamén u van mostrá después. Y per a que alló milló puguere fes li va paréixe cambiáls los noms; y aixina u va fé, y va cridá al chic Perotto y Giannetta a la chiqueta; y entrán a Londres en pobres vestits, igual que veém fé als pordiosseros fransesos, se van dedicá a pidolá limosna. Y están per cassualidat en esta ocupassió un matí a una iglesia, va passá que una gran dama, que ere dona de un dels mariscals del rey de Inglaterra, al eixí de la iglesia, va vore al conde y als seus dos fillets que demanaben limosna, y li va preguntá de aón ere y si seus eren aquells dos chiquets. A lo que va contestá que ell ere de Picardía y que, per un delicte de un fill mes gran, habíe tingut que fes vagabundo en aquells dos, que eren seus. La dama, que ere piadosa, va ficá los ulls en la mosseta y li va agradá mol perque hermosa y gentil y agrassiada ere, y va di:
- Bon home, si vullgueres dixá que vingue en mí esta filleta teua, perque té bon aspecte, la enseñaré de bona gana, y si se fa dona virtuosa la casaré al tems que sigue convenién, de manera que viurá be.
Al conde mol li va agradá esta petissió, y va contestá que sí, y en llágrimes lay va doná. Y habén aixina colocat a la filla y sabén be a quí, va pensá no quedás allí, y demanán limosna va atravessá la isla y en Perotto va arribá hasta Gales no sense gran esfors, perque no estáen acostumbrats a caminá a peu. Allí ñabíe un atre dels mariscals del rey, que gran estat y mols criats teníe, y a la seua corte lo conde y lo fill, per a ressibí algo de minjá, mol se aturáen. Y están an ella algún fill del mariscal y datres sagals de gen noble, jugán an algúns jocs de sagals com conillet a amagá, y atres de córre y de saltá, Perotto va escomensá a ajuntás en ells y corríe tan depressa o mes que consevol dels atres. Veénlo alguna vegada lo mariscal, y agradánli mol la manera y los modos del sagal, li va preguntá quí ere. Li va di que ere fill de un pobre home que alguna vegada a demaná limosna veníe allí. Lo mariscal va fé cridá a son pare y li va demaná al mosset, y lo conde lay va consedí, per mol disgust que tinguere separánse de ell. Tenín, pos, lo conde lo fill y la filla colocats, va pensá que no volíe quedás mes a Inglaterra y sen va aná a Irlanda, y arribán a Stanford, se va colocá com a criat, y fée totes les faenes que un criat o un palafrené fan, y allí sense sé may reconegut per dingú, a disgust y en patiméns se va quedá mol tems.
Violante, cridada Giannetta, en la noble Siñora a Londres va aná creixén en añs, en estatura y en bellesa, y en tan favor de la Siñora y del seu home y de consevol atre de la casa y de consevol que la coneguere, que ere cosa maravillosa de vore; y no ñabíe dingú que les seues costums y les seues maneres mirare que no diguere que teníe que sé digna de tot be y honor. Per naixó, la noble Siñora que la habíe ressibit de son pare, sense habé pogut may sabé quí ere ell, se habíe proposat casála honradamen segóns la seua condissió. Déu, just protectó dels mérits dels demés, sabén que ere dona noble, y portabe sense culpa la peniténsia del pecat de un atre, u va disposá de esta manera: per a que a máns de un home vil no parare la noble jove, té que créures que, lo que va passá, ell per la seua misericórdia u va permétre (permití).
Teníe la noble Siñora en la que Giannetta vivíe un fill únic del seu home a qui ella y lo pare mol amaben, tan perque ere son fill com perque per virtut y mérits u valíe, perque ere mes cortés y valén y arrogán y hermós de cos que cap atre. Teníe uns sis añs mes que Giannetta, y veénla hermossíssima y grassiosa, tan se va enamorá de ella que no vée res mes que an ella. Y com imaginabe que ere de baixa condissió, no sol no osabe demanála a son pare y a sa mare per dona, sino que tenín temó de que lo renegáren per amá a una dona de baixa estofa, lo seu amor portabe amagat. Aixó lo estimulabe mol mes que si lo haguere descubert; y va passá que per massa pena se va ficá dolén, y grave. Habén sigut cridats diferéns dotós al seu cuidado, y no podén trobá la seua enfermedat, tots juns desesperaben de la seua salvassió; pel que lo pare y la mare del jove teníen tan doló y melancolía que mes gran no hauríe pogut tíndres; y moltes vegades en piadosos rogs li preguntaben la raó del seu mal, als que o suspiros per resposta donabe o se desmayabe. Va passá un día que, están assentat jun an ell un meche jove, pero ple de siénsia, y tenínlo agarrat pel bras an aquella part aon busquen lo pols, la muñica, Giannetta, que, per respete per la mare, li servíe, per alguna raó va entrá a la cámara a la que lo jove estabe gitat. Cuan lo jove la va vore, sense di cap paraula o fé cap gesto, va sentí en mes forsa al cor lo ardó amorós, pel que lo pols va escomensá a palpitá mes fort del acostumbrat; lo meche u va notá y se va extrañá, y va está cotet per a vore cuán rato durabe aquell fenómeno. Al eixí Giannetta de la cámara los latits se van calmá, pel que li va paréixe al meche habé entés algo de la raó de la enfermedat del jove; y poc después, com si algo li vullguere preguntá a Giannetta, encara aguantán al dolén pel bras, la va fé cridá. Ella va vindre; encara no habíe entrat a la cámara cuan lo pols se li va torná a abalotá al jove, y cuan ella sen va aná, lo pols se va afoná. Pareixénli al meche tindre plena sertesa, se va eixecá y portán apart al pare y a la mare del jove, los va di:

- La salut del vostre fill no está als reméis dels meches, sino en máns de Giannetta, a la que, tal com hay vist per serts signos, lo jove vol encara que ella no sen haygue donat cuenta pel que yo vech. Ya sabéu lo que teniu que fé si voleu la seua vida.

Lo noble siñó y la seua dona, sentín aixó, se van ficá conténs per una part, ya que se podríe salvá al fill, pero mol los penabe tindre que donáli a Giannetta a son fill per dona. Ells, pos, sen van aná al dolén, y li va di la Siñora:

- Fill meu, no hauría cregut may que me amagáres algún dessich teu, y espessialmen veénte, per no tíndrel, fluixejá. Grássies que nostre Siñó se ha apiadat de tú, y per a que de esta enfermedat no te mórigues me ha amostrat la raó del teu mal, que no es datra cosa que un exessiu amor que séns per alguna jove, sigue qui sigue ella. Y en verdat, de manifestá aixó no hauríes de avergoñít perque la teua edat u demane, raro seríe que no estigueres enamorat. Pel que, fill meu, no te amagos de mí, descubríxme en confiansa lo teu dessich, y la melancolía y lo pensamén que tens y del que esta enfermedat ve, aviáls fora, y consólat y convensíxte de que res ñaurá per a la teua satisfacsió, que tú me demanos, que yo no faiga si está a les meues máns, perque mes te vull que a la meua vida. Fot a fora a la vergoña y a la temó, y dísme si puc fé algo pel teu amor. Lo jove, sentín les paraules de sa mare, primé va tindre vergoña; después, pensán que dingú milló que ella lo podríe ajudá, li va di aixina:

- Mare, res me ha fet tíndretos amagat lo meu amor mes que habém donat cuenta de que la mayoría de les persones, después de entrá en añs, no volen enrecordássen de habé sigut joves. Pero com que en aixó tos vech discreta, no sol no negaré que es verdat alló de lo que tos hau donat cuenta, sino que tos faré manifest de quí; en la condissió de que me prometigáu que tot lo que estigue a les vostres máns faréu, y aixina podréu sanám.
A lo que la Siñora, confián massa en que passaríen les coses com ella creíe, li va contestá que en confiansa lo seu pit li obriguere, que ella sense tardá se ficaríe en acsió per a que ell lo seu plaé tinguere.
- Madama - va di entonses lo jove - , la alta hermosura y les loables maneres de la nostra Giannetta y lo no podé manifestálay ni féla apiadás del meu amor y lo no habé osat may manifestáu a dingú me han portat aon me veéu: y si lo que me hau prometut de un modo o atre no se fa, estáutos segura de que la meua vida sirá curta.
La Siñora, a qui li pareixíe milló consolál que renegál, sonrién li va di:
- ¡Ay, fill meu!, ¿aixina que per naixó te has dixat ficá tan dolén? Consólat y díxam a mí fé, y te curarás.
Lo jove, ple de esperansa, en mol poc tems va mostrá signos de grandíssima millora, pel que la Siñora, mol contenta, se va disposá a intentá lo modo en que puguere cumplís lo que li habíe prometut; y cridán un día a Giannetta, en bromes y discretamen li va preguntá si teníe algún amán. Giannetta, tota colorada, va contestá:
- Madama, a una donsella pobre y treta de casa seua, com soc yo, y que está al servissi de un atre, com fach yo, no se la demane ni li está be serví a Amor.

A lo que la Siñora va di:
- Pos si no lo teniu, volém donáton un, en lo que contenta vigáu y disfrutéu la vostra bellesa, perque no es convenién que una damissela tan maja com vos sou estigue sense novio. A lo que Giannetta va contestá:
- Madama, vos, traénme de la pobresa de mon pare, me hau criat com a una filla, y per naixó lay dec tot; pero no tos voldría contentá en aixó, creén que me fach be. Si tos agrade donám un home, an ell enteng voldre y no a datre; perque si de la herénsia de mons yayos res me ha quedat mes que la honra, enteng guardála y observála tan com duro la meua vida. Estes paraules li van paréixe a la Siñora mol contráries a lo que volíe conseguí per a cumplí la promesa feta a son fill, encara que, com dona discreta, mol estimare al seu interió a la donsella; y li va di:

- Cóm, Giannetta, si monseñor lo rey, que es un jove caballé, y tú eres una hermossíssima donsella, buscare al teu amor algún plaé, ¿lay negaríes?
Y ella de repén li va contestá:
- Forsám podríe lo rey, pero may en lo meu consentimén. La dama, veén lo seu ánimo, va dixá de parlá y va pensá ficála a proba; y li va di a son fill que, en cuan estiguere curat, la faría aná en ell a una cámara y que ell se ingeniare en conseguí de ella lo seu plaé. Lo jove no va está contén de cap manera y de repén va empijorá mol; veén aixó la Siñora, va manifestá la seua intensió a Giannetta pero, trobánla mes tossuda que may, contánli al seu home lo que habíe fet, encara que du los pareguere, de mutuo consentimén van pensá donálay per dona, preferín a son fill viu en dona que no li corresponíe que mort y sense cap dona; y aixina, después de moltes históries, u van fé. Giannetta se va ficá mol contenta y va agraí a Déu que no la haguere olvidat. Lo jove se va curá, se van selebrá les nupsies, y mes contén que cap atre home va escomensá a donás bona vida en ella.
Perotto, que se habíe quedat a Gales en lo mariscal del rey de Inglaterra, creixén mol, va trobá la grássia del seu siñó y se va fé hermossíssim de persona y mol valén, mes que consevol atre que ñaguere a la isla, tan que ni als torneos ni a les justes ni a consevol atre assunto de armes ñabíe dingú al país que valguere lo que ell; pel que per tots, que lo cridaben Perotto lo picardo, ere conegut y famós. Y aixina com Déu no habíe olvidat a san germana, va demostrá igualmén tíndrel an ell al pensamén; perque, sobrevinguda an aquella comarca una pestilén mortandat, que a la mitat de la gen se va emportá, sense contá que grandíssima part dels que van quedá van escampá, per temó, a datres comarques, pel que tot lo país pareixíe abandonat.
En esta mortandat lo mariscal lo seu siñó y la seua dona y un fill seu y atres mols germáns y nebots y paréns tots van morí, y no va quedá mes que una donsella ya en edat de casás, y entre algúns atres criats, Perotto. Frenada una mica la pestilénsia, la donsella, com ere home honrat y valén, en plaé y en lo consell de algúns llauradós que habíen quedat vius, per home lo va péndre, y de tot alló que an ella per herénsia li habíe tocat lo va fé siñó; y poc tems va passá hasta que, enteránsen lo rey de Inglaterra de que lo mariscal habíe mort, y coneixén lo valor de Perotto lo picardo, al puesto del que mort habíe lo va ficá y lo va fé mariscal seu. Y aixó es lo que va sé dels dos fills del conde de Amberes, dixats per nell com a perduts. Ya habíen passat devuit añs desde que lo conde de Amberes, fugín, sen habíe anat de París cuan, sén habitán de Irlanda, habén patit moltes coses a la seua vida misserable, veénse ya vell, li va vindre lo dessich de sabé, si puguere, qué habíe sigut dels seus fills.

Veénse del tot cambiat de aspecte, y sentínse mes fort pel mol ejercicio que li tocabe fé, mol mes del que fée cuan ere jove, sen va aná, pobre y mal vestit, de aon mol tems habíe estat, cap a Inglaterra, y allá aon a Perotto habíe dixat se va adressá, y va trobá que éste ere mariscal y gran siñó, y lo va vore sano y fort y hermós, lo que li va agradá mol, pero no va volé donás a conéixe hasta sabé qué habíe sigut de Giannetta. Pel que, ficánse en camí, no va descansá hasta arribá a Londres; y allí preguntán cautamen per la Siñora a qui habíe dixat la seua filla pel seu estat, va trobá a Giannetta dona del fill, lo que mol li va agradá; y totes les seues desgrássies passades va tindre per poca cosa, ya que vius habíe trobat als seus fills y en bon estat. Y dessichós de puguéla vore va escomensá, demanán limosna, a arrimás a la vora de casa seua, aon, veénlo un día Giachetto Lamiens, que aixina se díe lo home de Giannetta, tenín compassió de ell perque apuradet y vell lo va vore, va maná a un dels criats que a casa seua lo portare y li donare de minjá, lo que lo criat va fé de bona gana.
Habíe Giannetta tingut ya de Giachetto uns cuans fills, dels que lo mes gran no teníe mes de vuit añs, y eren los mes hermosos y los mes grassiosos chiquets del món, y cuan van vore minjá al conde, tots juns se li van ficá en rogle y van escomensá a féli festes, com si per amagada virtut hagueren sabut que aquell home ere son yayo.

Ell, sabén que eren los seus nets, va escomensá a demostráls amor y a féls caríssies y cussigañes; pel que los chiquets no volíen separás de ell, per mol que los cridare lo maestre que los vigilabe. Giannetta, sentínu, va eixí de una cámara y va aná cap allí aon estabe lo conde, amenassánlos en pegáls una surra si no féen lo que lo seu mestre volíe. Los chiquets van escomensá a plorá y a di que volíen quedás en aquell home honrat, que los volíe mes que lo seu mestre; del que la Siñora y lo conde sen van enriure. Se habíe eixecat lo conde, no com pare sino com mendigo, per a saludá a la filla com a Siñora y un maravillós plaé al vórela habíe sentit a l´alma. Pero ella ni entonses ni después li va conéixe de res, perque estabe mol cambiat, vell, canós, barbut, prim, moreno, y pareixíe un atra persona que lo conde. Y veén la Siñora que los chiquets no volíen separás de ell, sino que al vóldrels separá ploraben, va di al mestre que los dixare quedás un rato mes. Están, pos, los chiquets en lo home honrat, va passá que son pare de Giachetto va torná, y pel mestre se va enterá de alló; pel que, com despressiabe a Giannetta, va di:
- Dixéulos en la roína ventura que Déu los dóno, que són imache de aon han naixcut: per sa mare dessendixen de vagabundos y no ña que maravillás que en los bohemios los agrado está. Estes paraules va escoltá lo conde, y mol li van dóldre; pero arronsánse de muscles va patí aquell despressio com mols atres ne habíe patit. Giachetto, que habíe sentit les festes que los fills li féen al home honrat, es di al conde, son yayo, encara que li va desagradá, tan los amabe que, abáns de vórels plorá va maná que si lo home honrat volíe quedás per a fé algún servissi, que fore ressibit. Ell va contestá que se quedaríe de bona gana pero que no sabíe fé res mes que cuidá caballs y bésties de cárrega, a lo que tota la seua vida s´habíe dedicat. Donánli, pos, un alazán, cuan lo habíe arreglat, se ficabe a jugá en los chiquets. Mentres la fortuna aixina com se ha contat conduíe al conde de Amberes y als seus fills, va passá que lo rey de Fransa, consertades moltes tregües en los alemáns, (tedescos), va morí, y al seu puesto va sé coronat lo fill, de qui ere dona aquella per qui lo conde habíe sigut perseguit. Éste, habén expirat la radera tregua en los tudescos, va escomensá un atra cruga (crúa) guerra, y a la seua ajuda, lo rey de Inglaterra va enviá molta gen a les órdens de Perotto lo seu mariscal y de Giachetto Lamiens, fill del atre mariscal. Lo conde hi va aná, y sense sé reconegut per dingú se va quedá al ejérsit durán mol tems com a palafrené, y allí, com home de pro, en consells y obres, mes del que li corresponíe va ajudá.

Va passá durán la guerra que la Reina de Fransa se va ficá dolenta grave; y veén ella mateixa que se moríe, arrepentida de tots los seus pecats se va confessá devotamen en lo arzobispo de Rouen, que per tots ere tingut per home bo y santíssim, y entre los demés pecats li va contá lo gran mal que per la seua culpa habíe patit lo conde de Amberes. Y no sol se va contentá en contáu, sino que dabán de mols atres homes de pro va explicá com habíe passat, rogánlos que en lo rey intersedíren per a que al conde, si estabe viu, y si no an algún de sons fills sels restituíre lo seu estat; y mol después, ya finada la seua vida, honrosamen va sé sepultada.
Y contánli al rey la confessió, después de algúns dolorosos bufits per les injuries fetes sense raó al valén home, u va fé publicá y pregoná per tot lo ejérsit, y ademés per atres parts, lo bando de que a qui sobre lo conde de Amberes o algún dels seus fills li donare notíssies, siríe recompensat maravillosamen, perque ell lo teníe per inossén de alló que lo habíe fet expatriás per la confessió feta per la Reina y enteníe restituíli lo estat que teníe y aumentálay. Estes coses va sentí lo conde transformat en palafrené y veén que eren verdat, se va adressá a Giachetto y li va rogá que en ell y en Perotto aniguere, perque volíe amostráls lo que lo rey estabe buscán. Reunits, pos, los tres, li va di lo conde a Perotto, que ya teníe lo pensamén en descubrís:
- Perotto, Giachetto que aquí está té a tan germana per dona; y may va tindre cap dote; y per naixó, per a que tan germana no estigue sense dote, vull que sigue ell y no datre qui obtingue lo benefissi que lo rey prometix, que es mol gran, y que te declaro com fill del conde de Amberes, y a Violante, tan germana y la seua dona, y a mí, que lo conde de Amberes y lo vostre pare soc.
Perotto, sentín aixó y miránlo fíxamen, enseguida lo va reconéixe, y plorán se va aviá als seus peus y lo va abrassá dién:
- ¡Pare meu, siguéu mol benvingut!
Giachetto, sentín primé lo que habíe dit lo conde y veén después lo que Perotto fée, se va extrañá mol y tanta alegría teníe que apenes sabíe qué se teníe que fé; pero donán fe a les paraules y avergoñínse mol de les paraules ofensives que habíe fet aná en lo conde palafrené, plorán se va dixá caure als seus peus y humildemen de totes les ofenses passades li va demaná perdó, y lo conde, mol benignamen, eixecánlo de peu, lo va perdoná.

Y después de contás les aventures de cadaú, y habén plorat y habénse alegrat mol juns, volén Perotto y Giachetto vestí al conde, de cap manera se va dixá, sino que va di que primé se teníe que obtíndre la recompensa prometuda (promesa), y que tal com estabe vestit sel emportare.

Giachetto, pos, en lo conde y en Perotto se va presentá al rey y li va oferí portáli al conde y a son fill si, segóns lo bando publicat, vullguere recompensál. Lo rey rápidamen va fé portá una maravillosa recompensa dabán dels ulls de Giachetto y va di que se la emportare si de verdat li amostrabe, com prometíe, al conde y als seus fills. Giachetto entonses, fénse atrás y ficán a dabán de ell al conde, lo seu palafrené, y a Perotto va di:
- Monseñor, aquí están lo pare y lo fill; la filla, que es la meua dona y no está aquí, pronte vindrá en la ajuda de Déu.
Lo rey, sentín alló, va mirá al conde, y per mol cambiat que estiguere, sin embargo después de habél mirat una mica lo va reconéixe, y en llágrimes als ulls, al conde, que achinollat estabe, lo va fé ficá de peu y lo va abrassá y lo va besá, y amigablemen va ressibí a Perotto; y va maná que lo conde en vestits, criats y caballs y arnesos fore convenienmen provit, segóns requeríe la seua noblesa, cosa que inmediatamen se va fé. Ademés de aixó, mol va honrá lo rey a Giachetto y va vóldre sabéu tot sobre les seues aventures passades. Y cuan Giachetto va agarrá la gran recompensa per habé mostrat al conde y a son fill, li va di lo conde:

- Tí estos dons de la magnifissénsia de monseñor lo rey, y enrecórdaten de di a ton pare que los teus fills, nets seus y meus, no són per part de sa mare naixcuts de cap mendigo. Giachetto va agarrá los dons y va fé vindre a París a la seua dona y a sa sogra; va vindre la dona de Perotto; y allí en grandíssima alegría van está en lo conde, al que lo rey habíe restituít tots los seus bens y lo habíe fet mes alt del que ere abáns; después, cadaú en la seua venia sen va entorná a casa seua, y ell hasta la mort va viure a París en mes honor que may.


NOVENA

martes, 28 de agosto de 2018

Ramiro II de Aragó

Tal dia com avui de l’any 1137, fa 881 anys, el rei Ramir II d’Aragó i el comte independent Ramon Berenguer IV de Barcelona bla,bla,bla,bla…

https://www.elnacional.cat/ca/efemerides/marc-pons-arago-confirma-donacio-regne-ramon-berenguer-iv_299133_102.html


Conde independén ? Es que sa mare lo va fotre fora de casa y se va independisá ? ja,ja,ja,ja... No se pot sé conde y independén perque está per daball del marqués, del príncipe y del Rey.


Kraustex Kraus Tex

Campana de Huesca, Rey Ramiro II
Campana de Huesca




  • BELENGUER, Ernest«Aproximación a la historia de la Corona de Aragón», en Ernest Belenguer, Felipe V. Garín Llombart y Carmen Morte García, La Corona de Aragón. El poder y la imagen de la Edad Media a la Edad Moderna (siglos XII - XVIII), Sociedad Estatal para la Acción Cultural Exterior (SEACEX); Generalitat Valenciana; Ministerio de Cultura de España, Lunwerg, 2006, pág. 26. ISBN 84-9785-261-3.
  • FATÁS CABEZA, Guillermo, «El escudo de Aragón», en Aragón, reino y corona, Gobierno de Aragón, Ayuntamiento de Madrid y Secretaría de Estado de Cultura, págs. 170-172. Catálogo de la exposición celebrada en el Centro Cultural de la Villa de Madrid del 4 de abril al 21 de mayo de 2000. ISBN 978-84-8324-084-7
  • FATÁS CABEZA, Guillermo y Guillermo Redondo, Blasón de Aragón: El escudo y la bandera, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1995.
  • FUERTES DE GILBERT ROJO, Manuel, «La Casa de Aragón: Genealogía de una monarquía mediterránea. (Sinopsis)»I Colloquio Internacionale de GenealogiaInstitut International d’études généalogiques et d’histoire des familles, Roma, Senado de la Répública, 7-11 de octubre de 2003.
  • GARCÍA-GALLO, Alfonso«El derecho de sucesión del trono en la Corona de Aragón»Anuario de Historia del Derecho Español, 36, 1966, págs. 5-187. Cita de las páginas 67 y 68 en: Armand de Fluvià, «De oro, cuatro palos de gules, escudo de los Condes de Barcelona», Hidalguía, vol. XLIV, n.º 256/257, 1996, pág. 460-461. ISSN 0018-1285
  • LALINDE ABADÍA, Jesús«Las Cortes y Parlamentos en los Reinos y tierras del Rey de Aragón», en Esteban Sarasa Sánchez et al.Aragón: Historia y Cortes de un Reino, Cortes de Aragón y Ayuntamiento de Zaragoza, 1991, págs. 89-90. ISBN 978-84-86807-64-1
  • LAPEÑA PAÚL, Ana Isabel, Ramiro II de Aragón: el rey monje (1134-1137), Gijón, Trea, 2008. ISBN 978-84-9704-392-2
  • MONTANER FRUTOS, AlbertoEl señal del rey de Aragón: Historia y significado, Zaragoza, Institución «Fernando el Católico», 1995. ISBN 84-7820-283-8.
  • Alberto Montaner Frutos PDF
  • UBIETO ARTETA, AntonioLa creación de la Corona de Aragón, Zaragoza, Anubar (Alcorces, 2), 1977
  • https://es.scribd.com/doc/149875449/Ubieto-Arteta-Antonio-Historia-de-Aragon-Creacion-y-Desarrollo-de-La-Corona-de-Aragon-1987
  • —, La formación territorial, Zaragoza, Anubar (Historia de Aragón), 1981.
  • —, Los esponsales de la reina Petronila y la creación de la Corona de Aragón, Zaragoza, Diputación General de Aragón, 1987a.
  • —, Creación y desarrollo de la Corona de Aragón, Zaragoza, Anubar (Historia de Aragón), 1987b
  • VICENTE DE CUÉLLAR, Benito, «Los "condes-reyes" de Barcelona y la "adquisición" del reino de Aragón por la dinastía bellónida»Hidalguía, vol. XLIII, n.º 252, 1995, págs. 619-632.