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lunes, 28 de agosto de 2023

IV. Versiones euskaras de tres composiciones de don Antonio de Trueba.

IV.

Versiones euskaras de tres composiciones de don Antonio de Trueba. (Dialecto guipuzcoano)

IV.

Versiones euskaras.

(N. E. No está la página 93, pero sí el texto)

El deseo de iniciar un renacimiento en favor de las letras bascongadas, harto abandonadas por nuestra incuria, predicando con el ejemplo la necesidad de la conservación y el desarrollo de la prehistórica lengua euskara, y el de contribuir en la escasa medida de mis fuerzas a popularizar más y más en el país mismo en que tuvieron su cuna, algunas de las preciosas composiciones del distinguido escritor D. Antonio de Trueba, el más bascongado de todos los poetas euskaros por más que sus obras se hallen escritas en lengua española, me movió en la primavera del año próximo pasado a intentar la versión al vascuence de algunas de las bellísimas poesías del tierno y sencillo cantor de Vizcaya.

El Sr. Trueba primero y otros escritores del país después, atendiendo sin duda más que al mérito de mi modesto trabajo al noble impulso a que obedecía, aplaudieron mi resolución y tributaron elogios más que merecidos a algunas de aquellas versiones, que vieron la luz en las columnas del periódico La Paz, de asunto eminentemente vascongado, escritas con verdadero cariño filial y profundo amor a la euskalerría, séame permitido hoy reproducir en las últimas páginas de este libro, que es el lugar que les corresponde por su escaso mérito, tres de estas versiones, de las preciosas poesías incluidas por Trueba en su excelente Libro de las montañas, con los títulos respectivos de Cantabria, Libertades y lluvias, y Tierra de las libertades.

Son tan bellas y tan sentidas las composiciones del poeta vizcaíno como pobres y desaliñadas mis humildes versiones, en las que más que a las reglas poéticas he procurado ceñirme, en cuanto es factible dada la varia índole de ambas lenguas, al espíritu y a la letra de las producciones originales, que trataba de copiar con la fidelidad posible.

Sirva mi noble propósito de atenuación a los defectos de que indudablemente adolecen dichas traducciones, y que la impresión que estas pudiesen producir se vea compensada con la lectura de las bellísimas producciones originales del Sr. Trueba, que acompaño a las versiones euskaras.


1. Cantabria.


Arboledas seculares,

mansos ríos, claras fuentes,

auras puras, montes altos,

vallecitos siempre verdes,

casas blancas, torres negras,

mares agitados siempre,

paz y alegría en las almas,

santo sudor en las frentes...

esto inspira mis cantares

y esto mi Cantabria tiene.

Si me pierdo, que me busquen

desde Higuer a Finisterre.


(Trueba. - El libro de las montañas.)



I. Cantauria.


Zugazti seculárrac,

Ibai chit malsoac,

Iturricho garbiac,

Aizecho gozoac,

Mendi tantayac, ibar

Betikotz berdeac,

Eche churi eder asko,

Dorre beltz galantac, (2)

Ichas zabal-zabála

Betiko ibilleran, (3)

Bake eta atseguiña

Biyotz guzietan,

Eta izerdi dontsua

Kopet prestuetan... (4)


(1) Eche churi eder asco, mucha hermosa casa blanca.

(2) Dorre beltz galantac, altas torres negras. 

(3) Ichas zabal-zabala betiko ibilleran, ancho, anchísimo o vasto mar en continua agitación.

Ichas por ichaso o itsaso.

(4) Izerdi doantsua kopet prestuetan, santo sudor en las honradas frentes... - Doantsu-a, santo. Kopet por kopeta.


Ona emen nere canta

Erasi garriac,

Eta gauza oyec ditu

Nere Cantauriac.

Iñoiz galdutzen bánaiz

Billanazatelá,

Higuer-ko puntatikan

Finister puntará.

(J. Manterola. - Traducción.)


II. Libertades y lluvias.


1.


Tierra euskara, tierra euskara, 

cuando el santo Jaungoicúa 

sacó del caos tenebroso 

los montes y las llanuras, 

te erizó de altas montañas 

y de cavernas profundas 

para que a España sirvieras 

de fortaleza segura

que extranjeros ni tiranos

no pudieran rendir nunca,

y el providencial destino

aún cumples noble y augusta,

que aún en ti las libertades

seculares, se refugian!

Estériles son las rocas

y las ásperas alturas

si el riego y las libertades

no las honran y fecundan,

y Dios, sin duda queriendo

fecundar y honrar las tuyas,

las libertades les guarda

y les envía las lluvias.


II.


Madre España, madre España,

yo he cruzado tus llanuras

de Portugal, de Castilla,

de Aragón, de Estremadura,

de Toledo, de Valencia,

de Andalucía y de Murcia,

de las cuatro estaciones

que durante el año turnan,

en tres las he visto tristes

y desoladas y mustias,

porque Dios que les ha dado

cielo azul, tierra fecunda

y anchurosos horizontes,

les ha negado las lluvias

y las nobles libertades

que dan perpetua hermosura

a los valles y montañas

que el Ebro y el mar arrullan.


III.


Madre España, madre España, 

tú que eres cristiana pura 

y única nación del mundo 

que en serlo su gloria funda; 

tú que por Dios valerosa 

luchaste siete centurias 

y la cruz de Dios pusiste 

sobre la infiel media luna, 

tú a Dios tan propicio tienes 

que no te desoye nunca. 

Si en terrenal paraíso 

quieres trocar tus llanuras 

que he visto incultas y tristes 

y desoladas y mustias, 

levanta corazón y ojos 

al que invocaste en la lucha, 

diciéndole: Señor, dame 

la inestimable ventura 

que diste a la tierra euskara:

su libertad y sus lluvias!


(Trueba. - El libro de las montañas.)


Libertade ta euriac. (1)


I.


Euskal-erriya, Euskal-erriya,

Gure Jaun-goiko santubac

Lenembiziko nazpilla illundic (2)

Arguitu zituenean

Zeru ta lurrac, mendi-zelayac,

Ta beste gauza guztiyac,

Mendi goitituz bete zinduen

Eta arzulo ondokoyaz, (3)

Españarentzat izan zindezen

Gaztelu segurutsuba

Menderatu (4) ezin zezatekena

Iñoiz ere ta seculan

Ez erbesteko ekerzitubac (5)

Ez ta ere bidagueac; (6)

Eta aiñ ongui betandetuzu, (7)

Noblia ta gurgarria, (8) 

Zure señalpen letartakoa, (9)

Oraindic dutela zugan

Guztiz seguru gordalekua

Libertade sekularrac.

Soillac dirade arrokac eta 

Goitasun aundi ta latzac

Ez onrratu ta ugaritzera (10) 

Libertade eta ugaintzac; (11) 

Bañan nayaz, dudaric gabe,

Onrratu ugaritubaz

Zure arroka ta goitasunac

Gure Jaungoiko maiteac,

Gordedizkate libertadeac, 

Bigaltzendizkate euriac.


(1) Euriac. Dícese hoy más comúnmente eudiyac o ebiyac (las lluvias), pero uso esta palabra por considerarla más pura, y por ser la empleada por todos los buenos hablistas.

(2) Nazpilla illuna, caos tenebroso. - nazpill-a, materia sin forma, confusión sin distinción de cosas, caos. - Sin.: naztapilla. - illun-a, oscuro, tenebroso.

(3) Arzulo ondokoyaz, de cavernas profundas. De arzulo (contracción de arri-zulo-a), caverna, antro, y el adjetivo ondokoya, profundo, profunda.

(4) Menderatu, rendir, vencer, dominar. Probablemente este verbo se ha formado del nombre mendia, pues por su elevación dominan los montes cuanto les rodea.

(5) Erbesteko ekerzituba, ejército extranjero. La voz erbesteko es contracción de erri-besteko, de pueblo extraño. Como sinónimos de ekerzitu-a se usan las voces diande-a, martiztia y yendeostea, esta última labortana.

(6) Bidague-a, tirano; voz contracta probablemente de bide-gabea, el que hace lo que no debe.

(7) Betandetuzu por betandetu dezu - Betandetu, cumplir.

(8) Gurgarri-a, soberano, venerable. - Sin.: done-karra, beakurgarri-a, ohoragarria y benerablea.

(9) Señalpen letartako-a. Destino o misión providencial.

(10) Ugaritu, fecundar. - Sinón.: Ioritu, narotu, oparotu.

(11) Ugaintz-a, el riego. - Sinón.: urtaera, erreguera. 


II.


Ama Españiya, ama Españiya,

Portugal ta Extremaduran,

Murziyan eta Aragoyen,

Gaztela ta Andaluziyan,

Zure zelayac, (1) batetic beste

Ibildunaiz ikusiyáz,

Ta urtearen lau egoitzetatic (2)

Billatu ditut irutan

Izugarrizko triste ta illunac,

Landabague ta mukerrac, (3)

Bada Jainkoac emanagatic

Zeru urdiñ ain ederra.

Marboill (4) zabal ta lur ugariac,

Ukatudiyeste uriac

Ta leñarguizko libertade

Betiroko edertasuna

Ematendúenac mendi ta ibar

Serbitzen diotenai mugaz

Españiako baster onetan

Epruak eta itsasoak.


(1) Zelai-a, llano, llanura, campo extenso. - Sinónimos: zeladura, nauada, nabatasun-a, plauntasun-a, lauba, laubatasun-a. La voz Zelai-a, es, sin embargo, la más conocida y la más comúnmente empleada. (N. E. apellido Celaya, Zelaya)

(2) Egoitz-a, estación.

(3) Muker, mukerra, mustio, mustia, marchito, marchita. 

(4) Marboill-a, horizonte.


III.


Ama Españiya, ama Españiya,

Zerade kristau garbia,

Eta munduko dierri (1) bakarra

Onetan zure gloriya

Paradezúna: zuc Jaunagatic,

Indartzu ta balerosa,

zazpi eunkitan (2) jazartu dezu (3)

Ipiñiaz azkenean

Fedeko gurutze santuba

Zeadakien (4) gañean,

Eta ain daukazu zure alderdira

Ipiñia Jangoikua

Entzungabe utzi ez dizula iñoiz

Zuc eskatu diyozuna.

Baldin biurtu nai badituzu

Paradisu lurtarrian (5)

Zure zelayac triste ta muker

Nic ikusiditudanac,

Alchaturican Jaunarengana

Zure biyotz ta beguiac,

Eska zayozu eman deizula

Estimezgarriko dicha (6)

Euskal-erriari emandiyona:

Libertade ta euriac.


(1) Dierri-a, nación.

(2) Eunki-a, de cien; esto es, un siglo.

(3) Jazartu, combatir, luchar, pelear.

(4) Zeadaki-a, media luna (Larr.)

(5) Lutarra o lurtarra, terrenal.

(6) Dicha, dicha, bienestar. - Sinón.: doaya, doai ña, zoriona, doatsundea, etc.


III.

Tierra de las libertades.


En este rincón de España

que pueblan montes excelsos

y de linderos le sirven

el Océano y el Ebro,

las libertades antiguas

tienen su asilo postrero,

y cuando el hacha romana

y el alfanje sarraceno

las lanzaron de Castilla,

también aquí le tuvieron...

¡Tierra de las libertades

que en ti descansen mis huesos!

(Trueba. - El libro de las montañas.)


III.

Libertadeen erria.


Mendi tantayez diatutako (1)

Españiako bazter ontan,

zeñari mugaz servitzen dioten

Epruac eta itsasoac,

beren azkenco gordalekua (2)

dute libertade zarrac.

Erromatarren aizkorac eta 

alfange afrikatarrac

bultzaka bota zituztenean

Gaztelako lurtatikan,

orduban ere libertadeac 

arkituzuten gure artean

chit seguruzku gordalecua.

ta emenchen guelditu ziran.

Libertadeen erri maitea, 

Zure lurrean, ni iltzian,

Arkidezate atseden leku (3) 

azkenekoa nere ezurrac.

(J. Manterola. - Traducción.) 

(1) Diaitu, poblar. Diaitutako-a, poblado.

(2) Gorda-leku-a, sitio o lucrar de refugio, asilo. (N. E. gorda : garde : guarda) - Sin.: Iestegui-a, iguestegui-a, iesleku-a, iguesleku-a. 

(3) Atseden leku-a, lugar de descanso. (N. E. ad sedem locum, locis)



Fé de erratas. 

(Corregidas)


Índice de materias. (Se omite)


domingo, 27 de agosto de 2023

Segunda serie. Tomo III. Cantos históricos.

Segunda serie. 

Tomo III. 

Cantos históricos. 

1878.

Al Sr. D. Antonio de Trueba y la Quintana.

Mi querido amigo y respetable compañero: A ninguna de mis modestísimas obras he dispensado hasta hoy la cariñosa solicitud que a este pequeño volumen; predilección que se explicará V. perfectamente al saber que se trata de los Cantos Históricos de nuestra querida tierra, a cuya propaganda y más perfecto conocimiento he querido contribuir también en la escasa medida de mis fuerzas.

Al formar el plan de este humilde trabajo y antes aun de iniciarlo, hice el propósito de dedicárselo a V. como débil testimonio de afectuosa consideración al amigo, de admiración y de respeto al incansable cronista de Vizcaya, al popular cantor vascongado, y al distinguido narrador y poeta español, gloria de nuestro suelo y honra de su patria; y hoy que lo veo terminado, estampo con el mayor gusto al frente de estas páginas y junto a mi humildísimo nombre el de V., tan conocido como justamente respetado en el mundo de las letras.

Pobre, como mío, es el recuerdo que le ofrezco; confío, sin embargo, en que lo aceptará con su acostumbrada benevolencia y lo juzgará con su proverbial bondad.

Soy siempre de V. con la más distinguida consideración, afectísimo amigo

Q. B. S. M. 

José Manterola.

San Sebastián 13 de junio de 1878. 

Prólogo.

El estudio de los Cantos Históricos de los bascos es el objeto del presente volumen.

A su importancia histórica reúnen estas composiciones un gran valor filológico, pues muestran el sello originalísimo de la literatura especial de que forman parte, y contribuyen a la vez de una manera notable a dar a conocer el genio característico de esta antiquísima raza euskara, admirada del mundo por su heroísmo y su fiero amor a su independencia y su libertad, pero poco apreciada todavía en sus manifestaciones literarias, en las producciones de su inteligencia o de su fantasía.

Dos únicos monumentos de esta índole, de verdadero carácter histórico, conserva en el día la lengua euskara: el Canto de Lelo, o de los Cántabros, y el denominado de Altabiscar.

Aquel recuerda la guerra cantábrica; éste la derrota del ejército de Carlo-Magno en Roncesvalles.

El primero, cuya antigüedad se hace remontar al siglo de Augusto, es una relación sobria y austera de las luchas de Roma con los Cántabros, de las que nos muestra interesantes detalles; el segundo constituye un rudo y varonil canto que describe con gran verdad y colorido, cual pudiera hacerlo un testigo presencial, la catástrofe y las horribles angustias de las huestes francas, sorprendidas por los Bascos en los angostos desfiladeros de Altabiscar y de Ibañeta, de regreso a su país después de la fracasada intentona de Carlo-Magno de extender su ya vasto imperio por este lado de los Pirineos.

Ambas composiciones ofrecen, pues, una verdadera importancia histórica, por los grandes hechos a que se refieren, y aparte de ella muestran no menor valor, bajo el aspecto meramente literario, por su sabor verdaderamente primitivo, y por el carácter de originalidad que se observa en todas sus partes y detalles.

Del Canto de Lelo, al que la crítica literaria ha concedido un preferente lugar, y del que se han ocupado numerosos literatos nacionales y extranjeros desde que a principios de este siglo lo dio a conocer al mundo científico el sabio prusiano Guillermo de Humboldt (Wilhelm), ofrezco no solamente el texto original escrupulosamente copiado de la antigua Crónica de Íñiguez de Ibargüen, el rebuscador de este canto, sí que también el mismo texto aclarado por los diversos comentaristas e ilustrado con abundantes notas filológicas y gramaticales; una traducción completamente literal en prosa castellana, otra versión poética hecha ya con alguna libertad por el distinguido cronista del Señorío de Vizcaya, D. Antonio de Trueba, y extensos apuntes críticos en los que se indica brevemente la historia de esta composición, se analizan detenidamente su fondo y su forma, se exponen las principales opiniones emitidas por los literatos de más nota que se han ocupado en su estudio, y se refutan aquellas ideas expuestas, que en mi humilde sentir, son absurdas o poco verosímiles. Análogo trabajo he practicado sobre el magnífico y memorable Canto de Altabiscar, cuyo texto original en vascuence bajo-navarro ofrezco íntegro al lector, acompañado de una versión literal castellana, e ilustrado con numerosas notas y observaciones, y extensos apuntes críticos. A este canto sigue además una excelente traducción libre en verso castellano.

A estos dos documentos, únicos en su género y de su importancia que conserva la literatura euskara, siguen una breve noticia histórica de la famosa batalla de Beotivar, el exiguo fragmento que nos ha llegado del canto conmemorativo del triunfo obtenido en dicho punto por las fuerzas guipuzcoanas sobre las francesas y navarras el 19 de septiembre de 1321, y por último, el himno al Árbol de Guernica del famoso bardo guipuzcoano D. José María de Iparraguirre, que por su asunto y su significación se ha elevado en nuestros días a la categoría de un verdadero canto histórico-popular entre los Bascos.

Este último canto, así como los de Lelo y Altabiscar, va acompañado de una traducción literal castellana, ilustrado con diversas notas y observaciones, y precedido de un ligero juicio en que se traza a grandes rasgos su historia y se expone su significación.

Tales son los trabajos, objeto de estudio del presente volumen.

El laborioso escritor francés M. Michel incluye también en su excelente obra Le Pays Basque entre los cantos históricos de los Euskaldunas, unos versos en elogio de Domenjon González de Andia, célebre guipuzcoano de fines del siglo XV, (1) un canto anónimo en dialecto bajo-navarro, de los últimos años del siglo pasado, dedicado al Vizconde de Belsunce, (2) otro de la misma fecha en honor del Conde d' Estaing, escrito en vascuence labortano, (3) y aun alguno más, pero ninguna de estas composiciones reúne ni con mucho la importancia histórica y el valor literario de los Cantos de Lelo ni de Altabiscar, ni ha alcanzado tampoco la popularidad que el himno al Árbol de Guernica, por cuya razón he creído poder omitir su reproducción en este volumen.  

He puesto cuanto estaba de mi parte para que este estudio salga lo más completo posible, y será grande mi satisfacción si he conseguido aclarar con mi humilde esfuerzo cualquiera punto dudoso, o añadir un solo nuevo dato, de alguna importancia, a los ya conocidos sobre los Cantos Históricos de esta querida tierra vascongada, objeto del presente volumen. 

José Manterola. 


San Sebastián 1.° de junio de 1878. 


(1) Tan sólo se conserva de ellos la siguiente cuarteta:

"Sagarra eder, guezatea,

Guerriyan ere espatea,

Domenjon de Andia,

Guipuzcoaco erreguiá."

Domenjon de Andia, "el rey de Guipúzcoa", como se le apellida en este cantar, es uno de los personajes que más descuellan entre los que han intervenido en la dirección del régimen autonómico de Guipúzcoa, habiéndole cabido también una parte importantísima en el apaciguamiento de los Bandos Oñacino y Gamboino, (1457) en el Convenio de recíprocas indemnizaciones entre Inglaterra y Guipúzcoa celebrado el año 1474, y en el Tratado de Comercio estipulado por ambas partes contratantes en 1482. 

(2) Consta este canto, que puede verse en la citada obra de Michel, páginas 244 a 247, de 10 estrofas de a siete versos, con rima perfecta.

He aquí, por vía de muestra, dos de sus principales estrofas:

8.a

"Belzunceren izena,

Eta haren aomena

Urrunda hedatcen:

Erregueren gortetan,

Iri eta campañetan,

Norc ez du entzuten

Belsuncez mintzatzen?

9.a

Zuhaurren herritarrec,

Bai eta Laphurtarrec,

Goraki diote: 

"Euskualdunen lilia, 

Eta ohoragailla,

Zu zira, Belsunce.

Luzaz bici zaite."

Traducción. El nombre de Belsunce y su fama se extienden por do quiera. ¿Quién no oye hablar de Belsunce, ya en la Corte del Rey, ya en los pueblos, ya en los campos?

Tus propios conciudadanos, así como también los labortanos dicen en alta voz: "Tú eres, ¡oh Belsunce!, la flor y el orgullo de los Bascos. Que Dios te guarde largos años."

(3) Es una imitación del canto en elogio del Vizconde de Belsunce, hecha por D. J. Larregui, rector de Basussari, villa del Cantón de Bayona, y que consta de quince estrofas de a cuatro versos, consonantados por parejas.

He aquí para que el lector se forme una ligera idea de esta composición, que puede verse íntegra en la citada obra de Michel, pág. 248 a 252, las siguientes estrofas:

"Zuc gherla ghizonetan ¡oh d' Estaing noblea!

Daramazu, segur da, zuzenki lorea;

Ethorkiz zare jausten puruenetaric

Francian diren etche zaharrenetaric.


Maiz zure arbasoac dire seiñalatu,

Franciaco khoroa dute sustengatu,

Cembat ere odolac baitzaitu goratzen,

Zure bihotzac zaitu hobeki bistatzen."


Traducción. Sobre todos los guerreros, ¡oh noble señor d' Estaing!, has alcanzado la palma en buena ley. Por tu origen desciendes de lo más puro, de una de las más antiguas casas de Francia.

En muchas ocasiones se han distinguido tus antepasados: ellos han sido sostén de la Corona de Francia.

Pero aún más que tu rango te elevan tu valor y tus propios merecimientos.

Canto de Lelo

Canto de Altabiscar