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martes, 30 de abril de 2024

4-6 Victorias de Escipión, destrucción de Atanagria, y Ausa, y prodigios.

Capítulo 6.

Victorias de Escipión, destrucción de Atanagria, y Ausa, y prodigios.

Vencido, y muerto Leonero, ajustado Escipión con los Ilergetes eligió pasar a Ausa contra Amusito que era el gran amigo que tenía dentro de Cataluña Asdrúbal: avisado Amusito por sus espías pidió socorro a los Jacetanos de Jaca, los cuales entraron por Cataluña con algunos Ilergetes que se les juntaron hasta veinte mil hombres, que juzgaron pasar a Ausa, no teniendo embarazo en el camino, esperanzados en su valor, y robustez, y no menos en los hielos, y nieves de aquel tiempo juzgándoles intolerables a los romanos (N. E. pues imaginaos a los africanos musulmanes que entraron en el 711 D. C.); pero estos burlaron su confianza, no descuidados como juzgaban los Jacetanos, y prendieron a los que iban con el aviso a Ausa del socorro, y del modo con que se había de introducir, entendiendo de los tales la venida del ejército de Ilergetes, y Jacetanos.

El ardid para introducir el socorro era, que a la noche saliesen los del pueblo a poner fuego en el Real del enemigo, y que los Jacetanos a un tiempo darían sobre los romanos, y se encaminarían a la plaza: entendido el ardid, mandó salir Escipión de las líneas nueve mil catalanes (N. E. con sus correspondientes nueve mil barretinas rojas), y salió él mismo con mil romanos puestos en celada, y encubiertos hacia el lugar por donde habían de pasar los Jacetanos para lograr su intento: llegaron estos alentados, dieron los encubiertos en los descuidados, les rompieron, y hay quien dice que murieron dos mil, otros doce mil (N. E. diez mil arriba, diez mil abajo); no es nada la diferencia, lo cierto es, que los Jacetanos escaparon por las montañas, y les valieron los pies para su defensa. (N. E. Quien no conozca esa zona, que vaya, y use los pies, y verá qué buen sitio para escaramuzas, sobre todo en invierno.)

Jaca, Chaca, Iacam, Jacetanos, Jacetania

Vencido el socorro, volvió Escipión a su Real, se halló quieto por no haber salido los de la plaza ignorantes del designio, por no saber de los amigos, ni haber visto la seña ajustada.

Bien juzgó Escipión, que faltando socorro se rendirían los cercados, pero no usaba en aquellos tiempos, en que más fuertes se defendieron, y en varias surtidas (salidas) dieron que merecer a los romanos: intentaron los cercados quemar los cuarteles del enemigo, pero la nieve que era copiosa, apagó, o no dejó prender el fuego.

Estrecharon más los romanos el asedio, y avanzaron en daño de la plaza, con que desesperado Amusito de poder mantenerla, salió de Ausa, y pasó a Cartagena, donde se hallaba su amigo Asdrúbal: desamparada Ausa de su caudillo, convino con los romanos, y se entregó la plaza, asegurados honor, vida, hacienda, privilegios, y leyes con que se gobernaba. 

Entraron algunas compañías de romanos dentro, con pretexto de  defenderla de los enemigos, se dieron las arras, y algunas monedas, para los gastos de la guerra, y quedaron los de Ausa confederados con los romanos. (1) 

Bueno fuera entender qué ciudades son estas, de Ausa, y (Atana-nagria) Atanagria: lo más seguido es que sean Vique, y Manresa: otros que Tarraga (Tárrega), o Sanahuja: y hay quien diga que fueron ciudades de Navarra, lo dejo a la discreción; lo cierto es que el nombre de Ausa concuerda con Ausonia que es Vique; y Manresa es antiquísima, como hemos visto (Minorissa), y se hallan obras grandes de los romanos en ella, porque los puentes de un collado a otro de la acequia de la agua de Llobregat que se toma dos leguas antes en Sellent, el puente sobre Cardener, la torre del Breny, que es como la de los Escipiones, de que se hablará, dan señas de la grandeza romana, y del aprecio de la ciudad, y puede ser fuesen las dos nombradas; pero de Manresa lo dudo, por juzgarla con lo referido favorecida, y no derruida por los romanos. 

Pasado algún tiempo, se disgustaron los romanos con las nombradas ciudades, y estas apartándose de los romanos les movieron cruda guerra, y los de Atanagria degollaron la guarnición: acudieron los romanos con su ejército a la venganza, asediaron a Ausa, y después

de varios lances la entraron, y destruyeron de forma, que sólo quedó una calle, y por ella en latín se nombró Vicus, y en catalán Vique (Vich, Vic).


Mayor fue la ruina de Atanagria derribada hasta los cimientos, como si no hubiese habido pueblo, llamando al lugar Manurrassa, y en catalán Manresa, y esto es de Beuter: y puede ser que de Hércules le quedase el nombre de Minorissa, que se olvidó, y por la ruina la llamasen Manurrassa; pero no obstante, la estimación que los romanos hacían de Manresa, y los favores que de ellos recibió se oponen al sentir de Beuter; pero pueden ser las memorias, y favores romanos después de la reedificación de Manresa.

Victorioso Escipión se fue a Tarragona para descansar, la aumentó, y dividió el despojo de los vencidos entre los catalanes, y romanos que le seguían: sacó a los soldados de la ciudad, por ocasión de las riñas que tenían con los paisanos, les mandó residir en sus pabellones, y tiendas, quedando la ciudad quieta, y aliviada.

Sucedió esto, hasta todo el año antes de Cristo 215, en el cual sucedieron horrendos prodigios en Cataluña, en el aire, y tierra: se oyeron en el aire tristes gemidos, y golpes como de armas, y soldados, que peleaban: aparecieron formidables fantasmas, y espantosas visiones: en la tierra hubo partos monstruosos de ganados, y otros brutos (N. E. de ahí vienen Oriol Junqueras, Albert Pla, Roger Torrent, etc.): algunas fuentes dieron sangre por agua: todo fue terror de la Provincia, que aturdida recurrió al sacrificio de los fingidos Dioses. (2)

Oriol Junqueras, pasapalabra, España

viernes, 5 de agosto de 2022

Tomo 8. VIAJE A LAS IGLESIAS DE VIQUE Y DE SOLSONA. 1806 y 1807.

TOMO VIII

VIAJE A LAS IGLESIAS DE VIQUE Y DE SOLSONA.
1806 y 1807.

ADICIÓN AL TOMO V DE ESTE VIAJE. 

Mi erudito amigo el Sr. D. Jaime Barcalli, canónigo de la santa iglesia de Tortosa, me ha hecho advertir la equivocación que padecí en la pág. 115 del tomo V de mi viaje, por no haber podido disfrutar de los documentos que ahora me comunica. Dice pues lo siguiente: “El obispo conocido aquí con el apellido de Campaña o Campana, se llamó D. Juan Bautista Veschi, y era natural de la ciudad de Campaña, en la provincia del principado ulterior de Nápoles. Hallose en los dos sitios que pusieron los franceses a esta ciudad (Tortosa) en 1642 y 1647, en el último de los cuales, entrando el enemigo a saco, estuvo a pique de perecer. En el primero hizo voto de fundar el convento de religiosas de la Purísima Concepción. El cual cumplió cuando el papa Alejandro VII, que le era muy amigo, le trasladó a la sede de Puzol (esto debió ser a fines del año 1655, pues en el siguiente ya tenía sucesor). Porque antes de partir pagó el sitio del convento y la fábrica que había, en tres mil ducados de plata. Al paso por Génova concertó con algunos artífices el altar mayor de finos mármoles en 3500 escudos de plata doble; el cual se ha conservado aun del furor de la última invasión de los franceses, como también el sepulcro, que era del gusto italiano, y con la estatua del obispo de rodillas hacia la Virgen, así como solía orar. Pero amenazando la pared, y por otras dificultades que con más dinero se pudieran superar, la urna sepulcral y la estatua quedan a la parte interior de la grada o corillo de las religiosas, resultando invisible la inscripción que se le puso. Muerto el obispo en 1660 lograron las monjas al cabo de 14 años que se trajese acá el cadáver de su fundador; lo cual se hizo con la debida autenticidad, y celebrándose aquí solemnemente sus exequias a 17 de Octubre de 1674, en que dijo la oración fúnebre el P. Josef Perera, jesuita. El epitafio lo compuso el P. Bernardo Rey, también jesuita. Lo he leído varias veces, y es el siguiente:

D. O. M. 

Hic iacet Illustrissimus et Reverendissimus

D. D. F. Ioannes Baptista Veschi de Campania

Neapolitanus

Qui

Postquam singulari dexteritate, et prudentia

totius Seraphicae familiae clavum tenuit,

Ad Dertusenses infulas evectus,

omnium sibi animos, et vota devinxit;

Marianae puritatis inconcussus

aeque, ac amantissimus fuit assertor:

Pro cuius gloria extollenda, 

nullis pepercit studiis,

nullis sumptibus, ac vigiliis indulsit.

In huius pietatis tesseram, et pignus, 

hoc templum, et coenobium,

sub tantae matris stemmate, et auspiciis

erexit.

Dertusensi tamen invidens ecclesiae

Puteolana sedes,

Parentem nobis eripuit, et pastorem.

Cumque dignissimo nobilitaretur Praesule,

communem omnibus iacturam

praematurâ morte persolvit

Puteolis 

die XI Novembris MDCLX. (1660)

De la fundación de dicho convento hay un tomo escrito por el P. Cristóbal de Berlanga, jesuita, impreso en Barcelona por Martín Gelabert, 1695 en 4. 


ÍNDICE DE LAS CARTAS QUE CONTIENE ESTE TOMO. (las páginas no concuerdan con este formato odt, ni html)

Carta LX. Viaje al monasterio de Santa María de Ripoll. Origen de esta casa. Catálogo de sus abades. Cuatro consagraciones de su iglesia. Descripción de su fábrica material. Noticia de sus sepulcros. Archivo de esta casa y códice precioso de los salmos. Noticias antiguas de la biblioteca: su estado actual y descripción de algunos códices notables y obras inéditas. Iglesia de S. Pedro y de la de S. Eudaldo M.: traslación de este santo a Ripoll en el siglo X... 1.

Carta LXI. Viaje a S. Juan de las Abadesas. Origen de este nombre: error de Pedro de Marca sobre ello. Pruebas de la existencia de monjas en aquel monasterio desde el siglo IX: expulsión de ellas a principios del XI. Erección del obispado de Besalú, y si esta iglesia fue la sede. Muéstrase la equivocación del P. Flórez sobre esto. Canónica Aquisgranense y Agustiniana en S. Juan: sujeción a S. Víctor de Marsella: nueva introducción de monjas: decreto y época de un concilio de Tolosa sobre la restauración de los Agustinianos: su restablecimiento total a principios del siglo XII. Catálogo de sus abades. Noticia de un capítulo de canónigos Agustinianos en Lérida. Estado actual de esta colegiata. Códices, templo, sepulcro del V. Mirón. Noticia de una forma depositada en la cabeza de una imagen de J. C. 61.

Carta LXII. De la obra intitulada Marca Hispánica. De las historias particulares de ciudades e iglesias. Falta que hace la biblioteca de escritores catalanes: algunas condiciones con que debe escribirse esta obra. 96.

Carta LXIII. Viaje al monasterio de S. Pedro de la Portella: su fundación, titular, dedicación, y cofradía notable instituida en él. Consagración de Guislaberto, obispo de Barcelona. Actas originales de un concilio de Narbona. 107.

Carta LXIV. Casa de Puig en Berga. Viaje al monasterio de Serrateix: origen de esta casa y de su abadía: memorias de S. Urbicio y de otros santos venerados allí. Fábrica y renovación del templo. Sepulcro del conde Oliva Cabreta: códices: catálogo de los abades. 118.

Carta LXV. Viaje a Cardona: archivo de su abadía. Memorias antiguas de esta villa, y del origen de su vizcondado. Su segunda carta-puebla en el año 986. Principio del vizcondado hereditario, y serie de los primeros vizcondes. A qué condado pertenecía este señorío. 144. 

Carta LXVI. Memorias antiguas de la iglesia de Cardona: su canónica Aquisgranense y Agustiniana: su sujeción a S. Rufo de Aviñón. Consagración del templo actual: su descripción y sepulcros. Catálogo de sus abades. 167. 

Carta LXVII. Reliquias insignes que se veneran en Cardona: las de los SS. Emeterio y Celedonio cómo vinieron acá. Noticia de la parroquial de S. Miguel, y de otras iglesias de esta villa y de fuera de ella, sujetas a la de S. Vicente: entre otras la colegiata de Calaf. 194. 

Apéndice de documentos. 209. 

ERRATA. 

(corregida)

Página 1 dice Carta LII; léase LX.

viernes, 15 de julio de 2022

TOMO VI. VIAJE A LA IGLESIA DE VIQUE.

TOMO VI.

VIAJE A LA IGLESIA DE VIQUE.

AÑO 1806.

VALENCIA

EN LA IMPRENTA DE OLIVERES, ANTES DE ESTEBAN (Estévan), 1821,

ADVERTENCIA. 

Más de catorce años han transcurrido desde que se publicó el tomo V de este viaje literario, hasta el presente en que se permite su continuación. La invasión francesa, al paso que me impidió proseguir examinando los archivos de las provincias ocupadas por los enemigos, también me estorbó publicar lo que hasta el año 1808 tenía trabajado en la de Cataluña. A aquellos seis años de destrozo y de gloria para España, sucedieron otros tantos en que tampoco me fue dado imprimir el fruto de mis tareas. 

Y no habiendo causa alguna pública que lo impidiese, tuve que sufrir entre otros males el dolor de que pareciese verosímil lo que esparcían algunos mal intencionados, esto es, que desde el año 1802, en que me encargué de esta comisión, no había hecho sino holgar y andar huyendo de la vida del claustro, y malgastando los escasos auxilios que se me dieron para la empresa. Lo que hay de cierto es, que ni el Gobierno publicó lo que faltaba, ni permitió que otro a sus propias expensas lo hiciese. No entro yo ahora en los motivos que para ello pudo tener; pero digo ingenuamente que no tanto me dolía el verme sin el honor que de la impresión de estas obras pudiera resultarme, como el que por haber sido yo el viajero, y no otro más exento de tachas, se malograsen estas útiles investigaciones en daño del público que no tenía la culpa de esta elección. El deseo que siempre he tenido de servir con lo que puedo a mi patria, y que es lo que me sostuvo en la incomodidad de mis viajes, al fin halló cabida en el corazón de nuestro monarca el Sr. D. Fernando VII; el cual, oído el dictamen de la Academia de la Historia, y vista la Noticia que poco antes se imprimió acerca del objeto, plan y fruto de mi comisión, atendiendo al provecho común y no a la pequeñez del que lo procura, mandó con su Real orden de 7 de Diciembre del año pasado 1820 que se continuase la impresión de estos libros.

Conforme pues a los designios del Gobierno, presento al público la continuación de mis viajes, comenzando por el de la santa iglesia de Vique, que ya en 1808 había entrado en prensa. Que aunque la restauración de esta iglesia es casi un siglo posterior a la de otras catedrales antiguas de Cataluña, los documentos de los siglos X y XI que en ella se conservan, proporcionan una cumplida demostración de lo que fueron estas canónicas en ese tiempo: punto que era preciso dejar averiguado para todas estas iglesias en la primera que se hablase de ellas. Lo cual es uno de los motivos porque le di la preferencia, amén de lo importante que puede ser a la historia y literatura la noticia de sus antiguallas y las de los monasterios de su diócesis, entre los cuales se cuenta el famoso de Ripoll.

He conservado el estilo epistolar con que escribía a mi hermano. Porque así como entonces era este medio más expedito y de menos trabas para mis descripciones; así ni entonces ni ahora desdice de la gravedad y mucho menos de la sinceridad de la historia. Mas estas cartas se imprimen sin las observaciones con que mi hermano publicó las de los cinco tomos primeros; y se ha procurado también que no las necesiten, para que no crezca demasiado el número de volúmenes. 

El lector no debe olvidar que este viaje que se imprime en 1821, se hizo y escribió en 1806; por lo cual sólo se habla en él de las personas que entonces vivían. Y si acaso se ofrece mentar cosas que hayan acaecido posteriormente, hácese por medio de notas, que en nada alteran la narración como entonces quedó ordenada. 

Por último, es justo que se tenga presente lo que en la Noticia de este viaje se dijo con más extensión, y es, que en los apéndices de documentos sólo se publica un pequeño número de los inéditos, dejando en las cartas señalado a los lectores el lugar donde pueden ver los ya publicados por otros. La impresión de todos vendrá bien, cuando se verifique nuestra colección general diplomática, que fue el principal objeto de este viaje. En tanto que llega este día, bastará que se dé una muestra de lo que en ello nos falta que andar; lo cual, al paso que sirva de prueba de lo que se afirma en las cartas, dispierte también la curiosidad de los españoles. 


ESTADO CRONOLÓGICO DE LOS REYES DE FRANCIA.  

Sabido es que en Cataluña se calendaron las escrituras por los años de los reyes de Francia desde el siglo VIII hasta todo el XII, siendo poquísimas las que datan por otros cómputos. Esta costumbre que tuvo su origen en el feudalismo de este país al imperio francés, cesó del todo cuando ya no quedaba rastro de aquella primitiva dependencia (N. E. reyes de Aragón); y no por ley que se estableciese en el supuesto concilio de Tarragona del año 1180, sino porque así se fueron yendo las cosas, como se van otras que nacen y mueren. Y pues en este tomo de la iglesia de Vique comienza a verse el uso de este calendario, me ha parecido poner aquí un estado cronológico de aquellos príncipes, no precisamente de los años que reinaron, sino de los en que fueron acá reconocidos por reyes según la cuenta más común. Muchas observaciones ocurren sobre el uso que los notarios hicieron de estas épocas; mas esto no tiene lugar aquí. 

Reyes Principio Fin. 


Carlo Magno24 Septiembre 768Coronado emperador 25 Diciembre 801

28 Enero 814.


Ludovico Pío. 28 Enero 814. Emperador 29 Octubre 816. 20 Junio 840.


Carlos Calvo. 20 Junio 840. Emperador 25 Diciembre 876. 6 Octubre 877.


Ludovico Balbo. 6 Octubre 877. 10 Abril 879.

(llave) Ludovico 10 Abril 879 4 Agosto 882.

(llave) Carloman. 10 Abril 879. 11 Dic. 884.

Carlos Craso. 11 Diciembre 884. Nov. 887.

Odón Noviembre 887. 3 Enero 898.

Carlos el Simple 3 Enero 898 7 Octubre 929.

Rodulfo, no reconocido aquí. 13 Julio 923. 15 Enero 936.

Ludovico Ultramarino 20 Junio 936. 10 Septiembre 954.

Lotario 10 Septiembre 954. 2 Marzo 986.

Ludovico 3 Marzo 986. 21 Mayo 987.

Hugo Capeto. 3 Julio 987. 24 Octubre 996.

Roberto 24 Octubre 996. 20 Julio 1031.

Enrique 20 Julio 1031. 4 Agosto 1060.

Felipe 4 Agosto 1060 29 Julio 1108.

Ludovico el Gordo 2 Agosto 1108 1 Agosto 1137.

Ludovico el Joven (Junioris) 1 Agosto 1137 18 Septiembre 1180.

Felipe Augusto 18 Septiembre 1180 14 Julio 1213.

https://es.wikipedia.org/wiki/Anexo:Monarcas_de_Francia