miércoles, 30 de agosto de 2023

I. Poesías alegóricas. Apolo eta Musak, Eusebio M.a Dolores de Azcue.

I.

Poesías alegóricas.

Apolo eta Musak,

por Eusebio M.a Dolores de Azcue.

(Dialecto bizcaíno.)


Apolo eta Musak,

por Eusebio M.a Dolores de Azcue.


El insigne bascófilo P. Uriarte decía, refiriéndose a Azcue, que la lengua euskara tenía en él un poeta popular de primer orden.

Y si es muy cierta esta afirmación, tratándose de las muchas composiciones de costumbres que forman parte de las poesías de este estimadísimo escritor bizcaíno, preciso es reconocer también que en el Parnaso bascongado no hay otro poeta popular de los vuelos del Sr. Azcue.

La flexibilidad de su talento, su carácter observador y su rica imaginación, unidos a un gran estudio de la lengua y de sus recursos, de las leyes de la poesía y la métrica bascongada, y a los conocimientos generales que poseía, le dieron elementos más que suficientes para cultivar con éxito géneros entre sí bien distantes, y que exigen ciertamente disposiciones también muy diversas.

Y así, si en Mundaca-ko arraiñ saltzaillak, Bermeo-ko astodunai, Baserritarren erromerija Castro-ko arrantsarinai, Enbasuko neskatillen kantak, Mundaca-ko emakumia, Gaztelu gachera promesa, Baserritarren jai domeketako batsarrak, y otras muchas de la misma índole, se ve al poeta popular, asimilándose al pueblo en cuyo contacto vivía, pintar en cuadros, sencillos pero de verdadero carácter y adecuado colorido, tipos del país, fiestas, costumbres, usos y aun abusos, tratando a veces de corregir estos últimos, de presentar otras como modelos dignos de imitación prácticas que van cayendo en desuso, y describiendo y fotografiando siempre con hábil pincel, tiempos, hombres y cosas; en cambio en sus poesías religiosas, en la excelente versión del sombrío y terrible Dies irae, en la del himno Ave maris stella, en la oda original a la Concepción de la Virgen María, (Ama Birjiñaren Concepciñoari), en su Salve, y en otras varias composiciones análogas, se ve al poeta sacudir con fuerza sus alas, remontar su vuelo, y cantar lleno de fé y con inspirado acento, los misterios de la religión.

Y ya entonces, el poeta popular pierde su carácter de tal, y se le admira como a un verdadero artista de mayores bríos, y capaz de más altas concepciones.

Si pasamos inmediatamente al estudio de sus fábulas, sus sátiras y sus epigramas, veremos sembrados en ellos, sazonados con abundantes rasgos cómicos, prudentes consejos y atinadas moralejas, al lado de chispeantes caricaturas, trazadas con tanta gracia como punzante intención, y agudezas de ingenio que dan a conocer en el Sr. Azcue un excelente escritor satírico.

Y si examinamos, por último, detenidamente la colección completa de sus poesías inéditas, encontraremos en ella composiciones morales tan bellas y de tanto gusto, como las tituladas Iñor ez dago gogo beterik bere zorijagaz, Munduko zerua, y Ama eta arima orban bagia; una pequeña serie de Gabon-kantak (Villancicos); descripciones como la del zortzico (zortzicoa), Gerria, gosia ta pestia (la guerra, el hambre y la peste); Gabá (la noche), y Denporia, (El tiempo) (N. E. t: d, m: n: tempore: denporia); cantos guerreros y patrióticos como el denominado Santo Domingo Españantzat, (Santo Domingo para España); poesías amorosas, como la dedicada a Elisa; político-filosóficas como la oda Pio IX eta Napoleon III, y aun alegóricas, como la titulada Apolo eta musak, a la que sirven de prefacio estas líneas.

Su extensa colección, de gran precio para las letras bascongadas, revela los vastos conocimientos y las grandes condiciones que como hablista y versificador reunía el Sr. D. Eusebio María Dolores de Azcue, a quien corresponde de derecho el primer puesto, al menos hasta hoy, entre los poetas bizcaínos, y un lugar señaladísimo en el Parnaso bascongado.

Y, sin embargo, ¡mentira parece!, poeta de tal valía, a pesar de sus privilegiadas dotes y de haber escrito tanto, no era conocido, ni aun en el mismo país euskaro, sino de media docena de bascófilos, hasta que en los meses de mayo y julio de 1878 di cabida en el Cancionero a varios de sus trabajos, acompañándolos de ligerísimos apuntes de su autor. (1)

Ciñamos, pues, a sus sienes, aunque sea tarde, la corona de laurel, grabemos su nombre en la lista de los más preclaros poetas euskaros, y contribuyamos en beneficio de las letras bascongadas, harto necesitadas del ilustrado concurso de tan valiosos sacerdotes, a dar la debida publicidad a sus interesantes escritos.

 *

* *

Dos palabras ahora sobre la composición Apolo eta Musak.

Nuestros poetas populares apenas han ofrecido en todo tiempo, como fruto de su inspiración, otra cosa que tiernos idilios y sencillas canciones, en que se cantan la naturaleza, el amor, los placeres del hogar, las alegrías de la vida rústica, y su cariño al suelo nativo.

De ahí que la literatura euskara no tenga realmente más poesía que la lírica. El teatro le es completamente desconocido, pues no merecen el nombre de tal los ensayos de carácter verdaderamente primitivo, practicados en la región de Soule o Suberoa; no cuenta con cantos épicos, ni ofrece tampoco composición alguna de carácter propiamente didáctico o docente.

(1) Véanse serie II, tomo II, páginas 55 a 67, y tomo IV, páginas 21 a 32, y 63 a 69.

Apolo eta Musak, poema mitológico en que se describen de una manera poética y revestidos del carácter y atributos que la tradición les señala, el dios Apolo y las nueve deidades habitadoras del Parnaso, es, pues, un trabajo de índole nueva y carácter especialísimo dentro de nuestra literatura.

El Sr. Azcue quiso, sin duda, demostrar con él la flexibilidad de su ingenio y su capacidad para el cultivo de los diversos géneros de poesía, y no sólo lo ha conseguido, sino que ha probado también a la vez, que la lengua euskara es susceptible de todos los tonos, desde el más elevado al más familiar, y se amolda perfectamente a la expresión de las concepciones literarias más diversas.

Apolo eta Musak está escrito con gran conocimiento de las tradiciones mitológicas, y si todo él basta para dar a conocer al Sr. Azcue como excelente poeta, por la naturalidad con que está trazado y por el tono que ha sabido conservar en este poema descriptivo, merece sobre todo gran elogio la pintura de las musas, y muy especialmente la de alguna de ellas, la de Melpómene, por ejemplo, trazada de mano maestra.

Aquella personificación de la tragedia, "semejante por su armadura a Minerva, al sombrío Plutón por su torvo ceño, y al guerrero Marte por su siniestra mirada", es toda una concepción poética.

El lenguaje es fácil y espontáneo, y la versificación, - toda ella en pareados de a catorce sílabas - tan natural y correcta como en todas las composiciones de su autor.

Respecto a la ortografía no he hecho sino introducir ligerísimas modificaciones para uniformarla a la adoptada para esta obra, y sólo debo llamar la atención del lector sobre la pronunciación de la j (sin puntito) bizcaína, que es exactamente la misma de nuestra y, y la propiamente bascongada, pues la j española, de procedencia árabe, es relativamente muy moderna entre nosotros. Para distinguirlas usaré de la j (sin punto), J para indicar la pronunciación bizcaína, y de la j. J para expresar la española. (N. E. En el texto dejaré j minúscula o J mayúscula, y punto.)

He respetado la ortografía común en los nombres propios y exóticos, como Olimpo, Castalia, Dafne, Clicie, Leucotoe, Cupido, Venus, ninfa, etc.

En cuanto a la traducción castellana de que acompaño el original, en ésta como en todas las que forman parte de esta obra, he procurado ceñirme en cuanto es posible, dada la índole diversa de ambas lenguas, al espíritu y letra de las composiciones euskaras, más bien que recargarlas con galas propias, por cuya razón han de aparecer pobres en más de una ocasión.

He aquí, ahora, el poema del Sr. Azcue:



Apolo eta musak. (1)

Ezagunak ez bozuz jaungolko paltsoak

ez eizuz irakurri urrengo bersoak.


Apolo.


Argijaren aita eta bersolarojena

Apolo zan Olimpo jaunik galantena:

Jupiter eban aita eta ama Latona,

Junok zeloakgaiti estuak emona. (2)


Jaun aundija izan arren Apolo zeruan

Ez balitz legez jauna bizi zan munduan:

¡Zenbait ta zenbait ninfa (3), eder ta gaztiak

Apolo gaiti egozan galdu ta izatiak! (4)


Azkenengo amoria eukala gogoan

Ikusi eban Castalia beiñ baten basoan,


APOLO Y LAS MUSAS.

Si no conoces a los falsos dioses 

no leas los siguientes versos.


Apolo.

Apolo Belvedere, Roma Museos Vaticanos. Copia en mármol hecha en tiempos de Adriano de un probable original en bronce de Leocares, documentada desde 1509 en el Vaticano, donde se describía como «famoso nel mondo»


Padre de la luz y de los poetas era Apolo el dios más grande del Olimpo: tenía por padre a Júpiter, y por madre a Latona, a quien la diosa Juno trajo a mal andar por causa de celos.

Pero a pesar de ser Apolo señor importante en el Cielo vivía en el mundo como si no fuera tal dios: ¡Cuántas y cuántas ninfas, jóvenes y bellas, estuvieron perdido el seso por Apolo!

Con el pensamiento fijo en su último amor vio cierto día en el bosque a Castalia, tan joven, tan hermosa y tan bien adornada que Apolo quedó completamente cegado, (prendado de sus gracias.)


Aiñ gaztia ta ederra ta aiñ ondo apaindurik,

Ze Apolo gelditu zan guztiz itsuturik.


¡Ninfa bardin bakoa, - así zan esaten, -

Etorrija mundura zorijonen baten!

¡Munduan erregiña Ninfa guztijena

Eta Olimpo gañian Venus bigarrena!


¡Iñoz iñun billatu ez zaitudazana !

¡Neure penak kenduten zatoz gaur neugana!

¿Ze Jaunek emon deutzu dozun izatia? (5)

¿Nun idiki deutsue zeuri gaur atia?


Ni naz Apolo jauna, ni naz eguzkija,

Ni naz argitasunen iturri bizija;

Nik emon deutsut zeuri gaur neure bijotza

Isetuko (6) dabena zeuria bada otsa:


Erdu (7) neuk eguzkijan daukadan burdira,

Neure gauza guztijak zeuretzako dira:

¿Zetan, Ninfa maitia, igas asten zara,

Gero bere alkarrenak izango bagara?


Baña ninfa Castalia igas joian beti

Parnasoko mendira Apolon aurreti;

Eldu zanian gora ez eukan indarrik;

Apolo urrian... bertan; Castalia bakarrik.


Asi zan negar baten (8) eskatuten jaunai

Ego bi ondo lotuta bere lepo bijai, (9)


- "Ninfa sin par - comenzó a decir Apolo - bajada al mundo en un momento de dicha, reina en el mundo de todas las ninfas y segunda Venus sobre el Olimpo!"

- "¡Ninfa a quien jamás hallé en parte alguna, vienes hoy a mí a quitarme mis penas! ¿Qué dios te ha dado el ser de que gozas? ¿Dónde te se han abierto hoy las puertas? (es decir ¿de dónde has brotado o salido hoy?)

- "Yo soy el dios Apolo, soy el sol, soy la fuente viva de la luz, y te he entregado hoy mi corazón, que calentará el tuyo, si se halla frío.

- "Ven al carro que tengo en el sol; Todo cuanto poseo es tuyo. - ¿Por qué, ninfa querida, comienzas a alejarte (a huir), si al fin hemos de ser el uno del otro?"

Pero la ninfa Castalia seguía huyendo al monte Parnaso delante de Apolo (o llevando la delantera a Apolo); y cuando llegó a la cumbre se encontró sin fuerzas. Apolo estaba cerca... muy cerca, y Castalia sola.

Comenzó a pedir llorando a los dioses la dotaran de alas bien sujetas a sus espaldas, o la arrancaran inmediatamente del mundo, como Apolo al menos no se quedara ciego.


Edo kendu leijela orduan mundutik,

Geldituten ez bazan Apolo itsuturik.


Errukitu ta Jaunak, ninfa eder armiña

Biurtu eben iturri ur-korront ariña (10):

Ura edaten ez badau an bertsolarijak

Egingo dituz bertso gauza-ezak (11) guztijak.


Laster Apolo eldu zan zabalik besoak,

¿Baña zer topau eban? Ezer ez gaisoak:

Orduan biurtu zan guztiz karga astuna

Apolo jaunarentzat betikotasuna.


Eukan bijotza gaiso ta illuna gogoa (12);

Baña entsun eban laster musika gozoa

Arech arte bateti urteten ebana,

Zeiñ laster igarten zan mundutarra ez zana.


Aiñ musika gozoa entsun ebanean

Uzte eban zegoala Olimpo ganian,

Aiztu jakan Castalia, Dafne (13) bera aiztu zan,

Ta Clice, ta Bolina, Leucotoen gizan (14).

Compadecidos los dioses convirtieron a la hermosa y pura ninfa en fuente de limpia y ligera corriente; si el poeta no bebe en ella (su inspiración) sólo ofrecerá o producirá malos o insustanciales versos.

Compadecidos los dioses convirtieron a la hermosa y pura ninfa Castalia en fuente de limpia y ligera corriente


Bien pronto Apolo llegó abiertos los brazos (para estrecharla en ellos), ¿pero qué encontró? Nada, el pobrecillo: y desde aquel momento se convirtió para él en pesada carga el don de la eternidad (que poseía).

Tenía el corazón enfermo, triste el pensamiento, pero pronto oyó una dulce música que salía de entre unos robles, y que desde luego se dejaba notar que no era terrenal.

Al escuchar tan grata música creyó hallarse sobre el Olimpo, y se olvidó de Castalia, olvidó a la misma Dafne, y a Clice, y a Bolina, como había olvidado antes a Leucoto.

Nundi etorren ta zer zan musika berrija (15),

Apolok jakiteko eukan naijarija:

Bide zior (16) bateti sartu zan aurrera,

Ta billatu zituzan ninfa asko batera.


Guztijac gaztiak ta irudi onekoak

Iñoiz bere gizonek ukutu bakoak (17);

Urre, lora ta ereiñotz koroiak buruan,

Erregiñac daukelez oraingo munduan.


Caliope, bai ta Clío, Erato irugarren,

Euterpe ta Melpomene, Polimnia seigarren,

Talia ta Terpsikore, Uránia bere bai:

Ezin eutsen sinistu Apolok begijai.


Jupiter-en alabak gazte ta bizijak

Eta Mnemosina-nak zirian guztijak:

Ez egoan gizonik ez pada Ninfa utsak

Bakarrik ninfa eurak, bederatzi Musak.

An agertu zanian Apolo gaztia

Guztiz andija izan zan bertako nastia:

Baña laster zirían amaitu atsakabak

Jakiñik ziriala Apolon arrabak.


Len ija esan da daukat guztijen izena,

Bai ta urrengo bertsoan aitêna ta amêna (18):

Aurreko bertsoatan imiñiko dot nik

Bakocha kuadru (19) baten jantzi ta apaindurik.


Pronto entró en deseo de saber de dónde procedía y qué era aquella música nueva (desconocida): penetró por un estrecho sendero y encontró reunido un grupo de ninfas.

Todas jóvenes y de buen aspecto (bellas) a las cuales no había llegado jamás hombre alguno, y que ostentaban en sus cabezas, a manera de las reinas actuales, coronas de laurel, flores y oro.

Calíope y Clío, Erato la tercera, Euterpe y Melpómene, Polimnia la sexta, Talía y Terpsícore, y Urania. Apolo apenas podía dar crédito a sus ojos.

Jóvenes y alegres, todas eran hijas de Júpiter y Mnemosina; y no había (en aquel lugar) hombre alguno, sino sólo las ninfas, sólo ellas, las nueve musas.

Gran confusión se armó al aparecer entre ellas el joven Apolo, pero pronto acabaron las penas (o el descontento) al saber que eran hermanas de Apolo.

He expuesto ya los nombres de todas ellas, y en la siguiente estrofa los de su padre y madre; en los que vienen ahora pondré a cada una de ellas en un cuadro vestida y adornada (con sus propios atributos).

(1) El P. Larramendi pretende que la voz musa, numen poético, pudo venir “del bascuence musua, que significa semblante y labios, y porque el numen poético mudaba el semblante con lo que llamaban entusiasmo y furor, y hacía explicar los labios".

(N. E. Ya me tiene hasta los cojones Manterola citando al idiota de Larramendi en materia de etimología inventada a su gusto. “La palabra musa nos viene del latín, en que se empleaba preferentemente en plural Musae, para referirse a unas divinidades menores inspiradoras de las artes... https://etimologias.dechile.net/?musa)

(2) Sabido es de cuantos conocen la mitología, que Juno, por vengarse de su rival Latona, una de las múltiples amantes del dios Jove, la desterró de la tierra y la hizo perseguir por la serpiente Pyton. Neptuno tuvo compasión de ella, y según cuenta la tradición, hizo brotar de las aguas la isla de Délos, donde Latona dio al mundo a Diana y Apolo, fruto de sus amores con Júpiter. A esta persecución alude el poeta en la frase zeloak-gaiti estuak emona.

(3) Como equivalente de ésta, el bascuence tiene su voz propia, y por cierto bellísima, anyerusa, citada ya por Larramendi, y usada, entre otros escritores, por el malogrado Vilinch en su preciosa traducción de los sáficos de Villegas. (V. serie II, t. I, p. 60.) 

(4) Galdu ta izatiak, perdido el seso.

(5) Izatia emon, dar el ser.

(6) Isetu. Este verbo, exclusivamente usado en Bizcaya, equivale al guipuzcoano berotú, calentarse.

(7) Erdu. Es segunda persona singular del imperativo del verbo erdú, bizc., venir, llegar, que más comúnmente se escribe eldu.

(8) Negar baten, lit. en un lloro...

(9) Lepoa significa propiamente el cuello, y en tal acepción se emplea en los div. dial. Aquí el autor lo usa indudablemente como sinónimo de costado o espalda.

(10) Refiere la tradición mitológica que Castalia, huyendo de su perseguidor, se arrojó en una fuente y se ahogó en ella. Esta fuente que tomó el nombre de la casta ninfa, se consagró a las musas, y se concedió a sus aguas la virtud de otorgar la divina inspiración. A esto alude el poeta en los dos últimos versos de esta estrofa.

(11) Berso gauza-ezak. Versos fútiles, insustanciales. De gau-z-a, cosa, y la negación ez, gauza eza equivale a cosa inútil, que no sirve al fin a que se destina.

(12) Illuna gogoa, triste, sombrío el pensamiento...

(13) Dafne. Fue el primer amor de Apolo, desterrado del cielo por esta causa por su padre Júpiter. La madre de esta diosa, para librarla de las persecuciones de que era objeto por parte del galanteador Apolo, la convirtió en laurel, emblema que por está razón vino luego a concederse como recompensa a los poetas.

(14) Apolo, valiéndose del fingimiento y de la sorpresa, sedujo a Leucotoe, hija de Orcamo, rey de Babilonia, y una de las jóvenes más bellas de aquel estado, y delatado el hecho a su padre por su hermana y rival Clycie, que amaba asimismo al dios, fue condenada a ser enterrada viva. No pudiendo Apolo otorgarle nueva vida, por oponerse a ello el destino, roció de néctar la tierra que cubría su cuerpo, y brotó de ella el árbol del incienso. Así lo refiere la tradición mitológica.

(15) Barrija, bizc., berria, g. nuevo, nueva.

(16) Bide ziorra, camino de herradura, atajo, sendero. 

(17) Jamás tocadas por hombre alguno, dice literalmente el original.

(18) Aiténa ta aména, contractos por aitaren ta amarena. 

(19) El bascuence tiene, sin necesidad de mendigar, esta voz completamente exótica, la propia laurka, cuadrado o de cuatro lados.


I.

CALIOPE.


Len zirian gizonak jaunakaz berdiñak, (1)

Miragarrizko gauzak armetan egiñak:

Onek gaiti Caliope-k libru ederrak ta artez. (2)

Eskribidu (3) zituzan Poetân bitartez. (4)


Ereiñotzezkoa dau koroia buruan,

Famiaren trompia eskumako eskuan, (5)

Libru bat ezkerrian, iru aldamenian,

Homero ta Virjilio ta Ennion izenian.


Oraingo gauzentsako da eskuko librua,

Guk ez dogu ikusiko iñoz amaitua;

Irurak baña dagoz beterik guztijak

Asko zirialako len gizon andijak.


(1) Jaunakaz berdiñak, iguales con los dioses, o semejantes a los dioses.

(2) "Arte, facultad que enseña a hacer rectamente las cosas, viene del bascuence arte, artea, que en un dialecto significa rectitud, derechura; y así decimos banoa artez artez, vóime en derechura, derechamente, y a los caminantes dirigimos con la misma voz, zoaz artez artez." (LARR. Diccionario trilingüe.) (N. E. Voz patrimonial del latín ars, artis habilidad, profesión, arte. Ramón Lull seguramente aprendió la palabra Arte del vascuence. Es insoportable desde el principio del libro leer a Larramendi citado por Manterola.)


I.

Calíope.


Antiguamente los hombres, que habían realizado por medio de las armas hechos admirables, eran (considerados) como semejantes a los dioses. Por eso Calíope escribió con arte por medio de los poetas hermosos libros, (en que se relatan estas hazañas.)


Una corona de laurel en la cabeza, la trompa de la Fama en la diestra mano, un libro en la izquierda, y tres al lado con los nombres de Homero, Virgilio y Ennio, (he aquí la imagen que personifica a esta diosa.)


El libro que aparece en su mano derecha es para relatar los hechos presentes, y nunca lo veremos nosotros terminado. En cambio los restantes se hallan completamente llenos, pues eran muchos los hombres preclaros en los tiempos antiguos.


(3) El mismo ilustre bascófilo cree que el verbo bascongado izkribatu, síncope de izkirak batu, unir o encadenar las letras, ha dado origen a los correspondientes latino y castellano. (N. E. Hace falta mirar en qué siglo aparece scribere y variantes por primera vez en la lengua latina. Raíz indoeuropea *skribh-, relacionada con la idea de rayar. )

(4) Poetan contracto por poetaen. La palabra bitartez viene aquí a confirmar el sello bascongado de la palabra arte.

(5) Eskumako eskuan, en la diestra mano.


II.

CLIO. (1) (N. E. Este nombre lo inventó un vascuence de allende el Pirineo que se apellidaba Renault. El de Diana, Dyane, uno que se llamaba Zyt-röen


Buruan dauko Cliok Jupiter en doia,

Diamantez beterik urrezko koroia,

Paper bat esku baten erdi zabaldurik (2)

Ta lapizeru eder bat bestian arturik.


Len igaroko gauzak dagoz libruetan,

Jakin nai dituzanak, irakurri euretan,

Emon badeutsê Cliok ikusteko argija

Imiñi dituzanaî izango da egija.


Ez dau Cliok ikasi iños bere euskara,

Historija (3) bakoak euskaldunak gara: (4)

¡Zembat gauza andi armetan emen egindira!

¡Ta lumak tinta barik! ¡ta Clío begira!


II.

Clío.


Clío goza de la gracia de Júpiter, y en su cabeza ostenta corona de oro llera de diamantes; un papel entreabierto (sostiene) en una mano, y en la otra un hermoso lapicero.

Los libros contienen (la relación) de los pasados hechos, y en ellos debe leer quien quiera conocerlos, pues ellos manifestarán la verdad, si al menos Clío ha concedido a sus autores la luz necesaria para alcanzarla.

Jamás Clío aprendió la lengua euskara; los bascongados no tenemos historia. ¡Cuánta y cuánta hazaña gloriosa se ha realizado aquí por medio de las armas, y, sin embargo, las plumas continúan sin tinta y Clío mirando!

(1) El nombre de esta musa, hija de Mnemosina y de Júpiter, significa en griego celebrar, glorificar, y personifica la Historia. Se la representa coronada de laurel y teniendo por atributos en una mano un papirus, y en la otra, ya un lápiz o punzón, ya la trompeta alegórica de la Fama, ya, por último, una cítara, instrumento del cual le atribuyen algunos la invención.

He aquí cómo J. B. Rousseau ha pintado a Clío:

"Mais la déese de Mémoire,

Favorable aux noms éclatants,

Soulève l' equitable histoire

Contre l' iniquité du temps;

Et dans le registre des âges,

Consacrant les nobles images

Que la gloire lui vient offrir,

Sans cesse, en cet auguste livre,

Notre souvenir voit revivre

Ce que nos yeux ont vu perir."

(2) Erdi zabaldurik, medio abierto, entreabierto.

(3) El bascuence tiene como propia equivalente a esta la voz Kondairá.

(4) La frase Historija bakoak euskaldunak gara, que literalmente dice los bascos o euskaldunas no tenemos historia, es un justo lamento del poeta por el abandono y la incuria con que ha sido mirada la historia de esta región, muchas de las hazañas de cuyos hijos yacen relegadas al olvido, sin que una sola pluma las haya consignado en el gran libro de los tiempos.


III.

ERATO. (1)


Eraton kantak dira bertso suabe, ederrak,

Eta kantetan dituz lira baten berak:

Bertso onak iminteko billatu biar dau

Poeta lirikuak musa kantarijau.


Mirtozko koroiagaz eta larosakaz

Bekoki ta burua apaindu ta daucaz;

Aldamenian dauko Cupido armaturik,

Geure bijotzen billa dabillena itsurik.


¡Erato, Musa ederra, arren betatuizuz, (2)

Onek bertso bigunok grazijaz eta suz!

Irakurri deijezan poeta euskaldunak,

Franzea, Nafar ta Guipuz ta neure lagunak.

(1) Esta musa, cuyo nombre procede de la voz griega eros, amor, y a la que se atribuyen la invención de la flauta, la zampoña, y aun la lira, preside la poesía lírica y especialmente la anacreóntica. Se la representa generalmente como una ninfa vivaracha y alegre, coronada de mirtos y de rosas, con una lira en la mano izquierda y un arco en la derecha, teniendo cerca de ella a Cupido, y varias tórtolas que se acarician, emblema de los asuntos eróticos que esta musa trata con preferencia.

Los poetas la cantan principalmente como la musa de los amantes. "Erato des amours célebre les conquétes,

Se couronne de myrte et préside á leurs fétes." (DANCHET.)

(2) Arren betatuizuz... Por favor, llena estos versos, ¡oh hermosa Erato! de gracia y de fuego, para que sean leídos de los poetas bascos...


III.

ERATO.

Las canciones de Erato, que ella misma canta al son de la lira, son siempre dulces y hermosas: y el poeta lírico debe buscar el apoyo de esta musa si quiere escribir buenos versos.

Coronadas ostenta su frente y su cabeza de rosas y de mirto, y tiene a su lado a Cupido armado, que ciego busca nuestros corazones.

¡Oh Erato, hermosa musa! Por favor, concede tu fuego y tu gracia a estos versos, para que sean leídos por los euskaros poetas, por mis compañeros los franceses, los navarros y guipuzcoanos.


IV.

EUTERPE. (1)


Apolok bere arrabai bota eutsen irauna, (2)

Bera zala bakarrik musikian jauna;

Ta izango zan luzaro alan irautia

Erakutsi ez baleutso Euterpe-k flautia.


Euterpe-k egin eban flauta lenengoa,

Ta beragaz poztu eban Apolon gogoa; (3)

Orduan egin eutsan neba onek grazija

Izateko musikan beti nagosija.


Lorazko koroiagaz flauta ederra joten

Egoten zan Euterpe denporia emoten:

Bertsoetan iminten beste batsuetan

Artzañen bizitsia ta gero kantetan.


(1) Personifica esta musa la poesía lírica y la música. Representábanla los antiguos coronada de flores, rodeada de instrumentos músicos (musicales), y con una doble flauta en la mano.

(2) Tanto esta voz irauna como la palabra irautia que aparece en el verso tercero, empleadas ambas indudablemente por el autor en sentido figurado, me han dado bastante que pensar. Por el texto parece deducirse que irauna está usado en concepto de afirmación, creencia, reto, bravata, u otro semejante, pero no conozco en bascuence palabra alguna ni parecida a irauna con tal significación.


IV.

EUTERPE.

Apolo dijo a sus hermanas (las Musas) que sólo él era el señor en cuanto a la música: y hubiéralo sido, en efecto, por mucho tiempo, si Euterpe no le hubiera enseñado la flauta.

Euterpe fue la que hizo (o inventó) la primera flauta, y con ella regocijó el deseo de Apolo; entonces éste hermano le hizo (o le concedió) la gracia de ser para lo sucesivo reina y señora de la música.

Coronada de flores, Euterpe pasaba su tiempo, ya tocando hermosa flauta, ya poniendo en verso y luego en música la vida de los pastores.


La raíz iraun se emplea propiamente con la significación de durar, e irautia con la de duración, pero aquí, por lo visto, el autor ha usado la voz irauna en el concepto que queda dicho. Esta estrofa se traduciría, pues, literalmente, en mi opinión, de este modo: "Apolo lanzó a sus hermanas (las musas) LA BRAVATA de que sólo él era señor en cuanto a la música, y esta creencia hubiera continuado por largo tiempo, si Euterpe no le hubiera enseñado la flauta."

(3) Gogoa poztu, regocijar el ánimo, encender el deseo.


MELPÓMENE. (1)


Melpómene-n begija otza da ta itzala,

Esku batian dauko billosik puñala,

Ta bestian zetroa, (2) koroia buruan,

Enperadore batek daroian moduan.


Pluton itzalen antza bekoki illunian

Marte gudarijena begirakunian,

Minerva legez dauko jantzija soñian

Korchozko (3) soruakaz zapatak oñian. (4)


Bere kuadru danetan ez dago besterik

Gizon andijak, baño odolez beterik:

Berak irakasi dau dala Trajedija

Furiak egiñeko odol iturrija.


(1) Personificación poética de la tragedia. Representábanla los antiguos como una joven ricamente vestida, calzada de coturno, armada de puñal, y ostentando la diadema, el cetro y la máscara trágica.

(2) El bascuence tiene como equivalentes propias de cetro las voces urrezigorra, zillarzigorra, formadas de urre (oro), y zillar (plata) y zigor (sinónimo de makila o makilla), palo; es decir, palo o bastón de oro y plata. Tal es el cetro.

(3) El padre Larramendi designa al corcho con la palabra artelazkia, voz muy propia que viene a expresar tanto como cosa del alcornoque, y ya se sabe que el corcho es la corteza superior de este árbol, conocido en el país euskaro con el nombre de artelatza.

(4) El calzado de suela de cuero es el coturno, que usaban antiguamente los reyes y los poderosos, y también los actores en las representaciones trágicas, pues (puesto) que contribuía a elevar su estatura. De ahí que la frase calzar el coturno haya venido a ser sinónima de representar tragedias.


V.

MELPÓMENE.

De mirada fría y sombría, Melpómene ostenta en una mano desnudo puñal, el cetro en la otra, y una corona en la cabeza, a la manera que llevan los emperadores.

Parecida al tétrico Pluton por su oscuro ceño, al guerrero Marte en su mirada, hállase vestida (o cubierta de armadura) a semejanza de Minerva, y calzada de zapato de suela de cuero. (4)

En todos sus cuadros no se ven sino grandes hombres, pero llenos de sangre, y ella (Melpómene) enseña que la Tragedia es fuente de sangre creada por las Furias.


VI.

POLIMNIA. (1)


Lagun askon aurrian berba ondo egitia

Gichik dabe munduan lograu (2) jakitia.

Berba aldijak neurritu (3) zituzana lenen

Izan zala Polimnia sinistuten zan len.


Edurra legez daukaz jantsi soñekoak,

Ta arri piñez beterik zapata oñekoak;

Lora utzakaz egin da koroia buruan

Baña diamante piñak loren inguruan.


Eskumako besoa guztiz luzaturik,

Beste eskuan paperak biribill baturik;

Emakume gaztia, eder ta noblia,

Majestadez (4) beterik zan bere portia. (5)


(1) Preside esta musa la poesía lírica, y especialmente la mímica. Según algunos autores Polimnia inventó la armonía. Se la representa en actitud severa y silenciosa, coronada de flores, vestida de blanco, castamente envuelta en un manto, esperando la inspiración. Sus atributos son el cetro, el rollo de papyrus y el laurel.

(2) Como equivalentes propios de lograr, alcanzar o conseguir, el bascuence tiene los verbos artetsi, erdetsi, erdietsi, irichi, jadetsi, yadietsi, itsi, istu (este último peculiar del dial. bizc.) 

(3) Berba aldijak neurritu, medir los discursos, es decir, sujetarlos a reglas.

(4) Sinónimo puro de esta voz: andientza.

(5) Como equivalente de esta voz en el bascuence se usa generalmente la palabra ichura, aspecto o porte.


VI.

POLIMNIA.

Pocos son en el mundo los que han logrado saber hablar bien delante de mucha gente (o poseer el arte de la oratoria): antiguamente se creía que Polimnia fue la primera que midió los discursos.

Ostenta (esta Musa) vestiduras blancas como la nieve, calzado cubierto de piedras finas, y una corona en la cabeza de flores recamadas de diamantes.

El brazo derecho completamente extendido, y en la mano izquierda un rollo de papeles; mujer joven, hermosa y noble, tenía un porte lleno de majestad y de grandeza.


VII.

TALÍA. (1)


¿Komedijako echian (2) iñoz egon zara?

¿Ez zara baldin joan barre egiten ara?

Bertan dago Talía, eta ez dozu ikusten,

Ez badeutzut nik orain emen erakusten.


Komediantiak dira Talian semiak,

Ta euren esakerakaz egin leiz barriak:

Paperian Talíak esan da daukana,

Komediantiak dakar bizirik gu gana.

Buruan koroia bat egiña lorakaz,

Ta eskuan maskaria, (3) Ninfa ederrak daukaz:

Beti barreka diñoz egijak garbijak,

Ekandu deungetati kenduteko errijak.


(1) Esta hermosa musa, a quien representan coronada de flores y con una máscara en la mano, personifica la Comedia.

(2) Komedijako echian, lit. en la casa de la comedia, esto es en el Teatro. Desígnase más propiamente este lugar con el nombre de jostirudiko biltokia, definición completa y exactísima que vale tanto como lugar de reunión (bil-toki-a), en que se hacen o representan ficciones (irudiak) recreativas, o cuyo objeto es agradar, divertir (jost-atu).

(3) Como equivalente a máscara, el bascuence tiene la voz propia muzorro-a.


VII.

Talía.

¿Has estado alguna vez en el Teatro? ¿Nunca has ido por ventura a reírte? Pues allí está Talía, a quien no ves si no te la muestro aquí ahora.

Los cómicos, con cuyos dichos puede uno reírse, son hijos de Talía: y lo que esa musa tiene escrito en el papel, el cómico lo representa dándole nueva vida.

La hermosa ninfa ostenta una máscara en la mano, y corona de flores en la cabeza; y, siempre riendo, dice claras verdades para librar a los pueblos de tristes desdichas.


VIII.

TERPSÍKORE. (1)


Parnasoko mendijan egiteko dantsan,

Terpsíkore bakarrik nagosi izaten zan:

Apolok esan eutsan dantsan ikusirik:

Zu zara arraba ederra asia bizirik.


Aldamenian dauko urrezko kopia (2)

Ardáoz beterik Bacok beretsako opia,

Ta untzurri makilla bat Tirso (3) dereichona,

Dantsak arteztuteko Sileno-k (4) emona.


Ez dau asko edan biar nai dabenak dantsau, (5)

Edan ezkero laster loak artuten dau;

Dantsan iñarduteko (6) zalago (7) buruak

Ordijak baño dauk ez enamoraduak.


(1) Preside esta musa la danza y el canto en coro. Se la representa ordinariamente como una joven de festivo rostro, coronada de guirnaldas o de una diadema, y con un harpa o una lira en la mano.

(2) Kopa, g., kopia, b., voz bascongada, según el P. Larramendi. 

"Se dijo de gopa, gopea, de goi, arriba, superior, y pea, bea, abajo, inferior; y es lo que cuadra a la copa, cuya parte superior baja, y la inferior sube, al beberse por ella." (Dicc. tril., tomo 2, voz Copa.)

(3) TIRSO. "Vara enramada cubierta de hojas de parra y yedra, de la cual usaban los gentiles en los sacrificios de Baco." (Acad. esp. Dicc.) - El poeta ha usado con gran acierto de la voz untzurri-a, compuesta de untz-a, la hiedra, y orri-a, hoja; hoja de hiedra.


VIII.

TERPSÍKORE.

En los bailes que se celebraban en el monte Parnaso la diosa Terpsíkore era la única que los presidía: y habiéndola visto bailar Apolo la dijo: Tú eres, hermosa hermana, la que has crecido viva (ligera, aérea o esbelta).

Tiene a su lado una copa de oro llena de vino, deseada por Baco para sí, y una vara enramada, llamada Tirso, dada por Sileno para dirigir los bailes.

No debe beber mucho el que quiera bailar, pues pronto le coge el sueño a quien bebe; para bailar tienen más despejada la cabeza los enamorados que los ebrios.

(4) Sileno. Semi-dios, hijo de Pan y de una ninfa cuyo nombre se ignora, ayo y compañero de Baco, a quien alimentó y educó como si fuera su propio hijo.

(5) Además de la voz dantzatu, g., dantzau, b., el bascuence tiene con igual significación, aunque es menos usado, el verbo oinkaritu, que vale tanto como andar moviendo incesantemente los pies.

(6) Iñardun (y también jardun), bizc., andar, ejercitarse u ocuparse en algo. - Dantzan iñarduteko, para bailar...

El verbo jardun se emplea comúnmente en el dial. bizc., como sinónimo del guip. ari.

(7) Zalago, zoliago, bizc., mejor, más despejado...


IX.

URANIA (1)


Musai etorri jaken bein baten gogora

Igaroteko egun bat echeti kanpora;

Izentau (2) zan eguna, baña gos-alde atan

Jausi zan edurra ta jolasa galdu zan.


Ordurik gora (3) Uraniak artu eban kargua

Irakurteko gabaz ta egunaz zerua,

Lenagoti igarteko izarren bitartez

Geroko denporia duda barik artez.


Globo baten neurtuten neurri ziurragaz

Izar bide guztijak dago konpasagaz: (4)

Izarrezko koroia dauko, ta jantsija

Azul zeleste izarrez ereiñ ta guztija. (5)


EUSEBIO M.a DOLORES DE AZCUE.

(AGOSTO DE 1860.)


IX.

URANIA.

Ocurrióles un día a las Musas pasar un día (de campo) fuera de casa; desígnase el día, pero aquella madrugada bajó la nieve (cayó) y perdióse (aguóse) la fiesta.

Para lo sucesivo Urania tomó el encargo de leer (o consultar) el cielo día y noche, para adivinar de antemano por mediación de las estrellas, y sin duda ninguna, (o con toda seguridad), el tiempo venidero.

Hállase (Urania) con un compás en la mano midiendo en un globo con segura medida la dirección de las estrellas; ostenta (en su cabeza) corona de estrellas, y su traje es de color azul celeste tachonado de estrellas.


J. MANTEROLA.

(OCTUBRE DE 1879.)


(1) Musa que representa la astronomía y la geometría. Se la representa vestida de azul, coronada de estrellas, rodeada de esferas, y con un compás en la mano.

(2) De izen-a, nombre, izentau, b., izendatu, g., nombrar, designar.

(3) Ordurik gora... lit. de entonces para arriba..., esto es, para en adelante, para lo sucesivo.

(4) Konpasagaz. La lengua euskara tiene las voces propias equivalentes oinkida y ziakida.

(5) Izarrez ereiñ ta guztija... Todo tachonado o cubierto de estrellas.

Algunas observaciones sobre ortografía euskara. Abreviaturas.

Algunas observaciones sobre ortografía euskara.

La falta de una Academia que regulara la parte material de la escritura, la carencia de cátedras, la escasez de obras literarias escritas en este idioma, y la misma variedad de sus dialectos y sub-dialectos, ha sido causa de la lamentable confusión que ha existido y existe todavía respecto a la ortografía euskara.

Los bascos de aquende el Bidasoa han aceptado y seguido generalmente la ortografía castellana; los labortanos, suletinos y bajo-navarros, han adoptado a su vez, en casi todas sus partes, la ortografía francesa; y no proveyendo ninguna de ellas de una manera suficiente a la expresión de todos los sonidos propios del idioma euskaro, ha habido necesidad de aumentar el alfabeto con nuevos signos que han sido creados de una manera caprichosa y arbitraria, originando así no poca confusión.

De aquí la necesidad que existe de proceder a uniformar nuestra ortografía, si queremos facilitar la lectura de las obras en bascuence; y si bien ésta es tarea difícil y espinosa por la resistencia que encuentran siempre todas las innovaciones que al fin tienen que luchar con una tradición más o menos larga y arraigada, no lo es tanto tratándose del bascuence, ya por ser muy limitado el número de los escritores que le cultivan en la esfera literaria, como por el poco caudal de obras publicadas que existe, y por la escasa costumbre que desgraciadamente hay de escribir en ella para los usos vulgares.

El benemérito Príncipe Luis Luciano Bonaparte, a quien tanto deben la lengua y la literatura euskaras, ha sido uno de los que con más empeño han trabajado en esta materia, y como quiera que ha tenido que tratar de todas las variedades dialectales del bascuence, en la mayor parte de las cuales, si no en todas, ha dado a luz estudios de más o menos importancia y extensión, de ahí que se haya visto forzado a proveer de signos hasta para aquellos sonidos particulares, peculiares de cada región, cuando no de una sola localidad.

Su alfabeto que aparece en la página II de su importantísima obra El verbo bascongado en cuadros, es completísimo, va acompañado de interesantes observaciones, y puede servir perfectamente de norma, en mi opinión, para expresar con claridad todos los sonidos especiales del bascuence, y para llegar a la uniformidad de la ortografía euskara.

Por otra parte, el alfabeto propuesto por el Príncipe filólogo, tiene la ventaja de haber sido ya aceptado y puesto en uso por casi todos los escritores bascongados de uno y otro lado del Bidasoa, y cuenta, por lo mismo, con todas las probabilidades de alcanzar completo éxito en un plazo más o menos largo.

La principal dificultad que existe para llegar al fin apetecido, es la carencia en las imprentas de algunos de los tipos necesarios para publicar obras de alguna extensión con arreglo a dicho sistema; pero este obstáculo, si bien es de importancia por el momento, ha de ir desapareciendo paulatinamente, según vaya aumentando el movimiento literario que impulsará a los tipógrafos bascongados a proveer a esta necesidad.

Por otra parte, la nueva ortografía euskara no es tan complicada como suponen muchos que no se han fijado debidamente en ella, por la repugnancia que les imponen por un lado la costumbre y por otro el amor a la tradición rota, y lejos de ello es mucho más racional que la comúnmente usada hoy, basada en la ortografía castellana, algo más difícil, más costosa y erizada de obstáculos, por las muchas anomalías que ofrece.

Donde se tocan principalmente estas dificultades es en las escuelas de primeras letras, donde los señores profesores tienen que perder muchísimo tiempo y no menos paciencia para hacer penetrar a los niños los diferentes usos y sonidos de las letras c, q, g y j, según vayan seguidas de unas u otras vocales o aparezcan con éstas interpuestas; y estas dificultades, que son las que más retrasan los adelantos en el arte de la lectura, desaparecen con la nueva ortografía bascongada, que facilita sobre manera los medios de aprender a leer en esta lengua.

En el alfabeto euskaro podemos desde luego señalar como subsistentes, las siguientes letras del castellano (nota): A, B, Ch, D, E, F, G, I, J, K, L, Ll, M, N, Ñ, O, P, R, S, T, U, Y, Z.

Desde luego las cinco vocales A, E, I, O, U, se usan generalmente con la misma pronunciación que tienen en la lengua castellana, así como también las consonantes b, d, l, m, n, p y t.

La Ch, en los dialectos basco-hispanos, se pronuncia a la española, como en chakurra, choriya, chikiya, chortena, etc. Los basco-franceses suelen distinguir el sonido de la ch española del de la ch francesa, de uso en sus dialectos, escribiendo en el primer caso tch, como en etchea, y ch en el segundo, por ej. en hechur (hueso); signo tch, en el que existe una letra, la t, que no se pronuncia para nada, y que nosotros suprimiríamos de buen grado, dejando la ch, con el sonido y usos de la ch española e inglesa, y marcando la ch francesa, para evitar toda confusión, con este nuevo signo s (signo s con rayita encima, a partir de aquí lo escribiré sh).

La F en bascuence suena lo mismo que en castellano y francés, si bien su uso es de moderna introducción, según la opinión de los más autorizados escritores, y es poquísimo empleada en los dialectos basco-hispanos, en los que se ve frecuentemente sustituida por la p, y aun algunas veces por las afines b, m y n.

Creemos, sin embargo, que ni puede ni debe desterrarse en absoluto, pues subsiste de hecho en el dialecto labortano, en el que nunca pronuncian alperra, sino alferra, y aun en los basco-hispanos está hoy bastante admitido su uso.

La LL, aunque poco usada, pues nunca se emplea como consonante inicial, tiene en bascuence el mismo sonido que en castellano. Al principio de dicción, suele anteponérsele siempre una vocal, generalmente la e, algunas veces la a. Así, ningún bascongado dice Llodio, sino Ellodio.

La R, y RR, se usan también con la misma pronunciación que en castellano y francés. No obstante, nunca ésta letra se ve en bascuence como inicial. Las voces compuestas Recalde, Rentería, Recacoechea, etc., todas bascongadas, están escritas con imperfección, les falta la E inicial, y debe decirse Errecalde, Errentería, Errecacoechea, etc.

La h es letra poquísimo usada, y aun completamente inútil en los dialectos basco-hispanos, pues no tiene valor eufónico alguno; no así en los basco-franceses, entre los que la h, que aspiran a la manera germánica, tiene su razón de ser, si bien creemos que se abusa algo de ella.

La v, no existe propiamente en bascuence, pues no tiene sonido especial ninguno, y es además poquísimo y aun innecesariamente usada, razón por la que puede y debe suprimirse en absoluto, así como también la x, pues los sonidos que con ella se representan, sin más norma que el capricho individual, se sustituyen ventajosamente con los grupos ts y tz.

Entremos ahora en las innovaciones más esenciales. La G debe usarse para marcar un sonido suave, idéntico al que tiene en castellano en voces como ganancia, guijarro, dejando la j para el sonido gutural fuerte que se nota en jinete, gigante, jenízaro (ginete y genízaro en el original). De esta manera se emplea un solo signo para un solo sonido, al revés de lo que sucede en castellano, que escribe con j voces como pasaje, gorjeo, y con g, gente, etc., a pesar de ser uno mismo el sonido; y desaparece la u muda, que en esta última lengua tiene que introducirse para suavizar el sonido de la g, fuerte, por regla general, delante de e, i. Con arreglo a este principio se escribirán con g, y sin u muda, las palabras gizon, egin, gizen, etc., y no, como sucedía hasta ahora, guizon, eguin, guizen, et. De este modo tampoco hay necesidad de usar la ü con diéresis, en los casos en que antes se escribía, pues claro es que allí donde se vea la u debe pronunciarse.

Quiere decir que la g, se usará siempre para marcar el sonido suave de esta letra, en oposición a la j, que expresará en todos casos el sonido gutural fuerte, como en janaria, jakintsua, jechi, jendea, jira, jo, jostorratza, etc. La letra K, aunque al principio un tanto extraña a la vista, puede sustituir con ventaja a la q, y a la c, en las combinaciones ca, co, cu, ac, ec, ic, oc, uc, evitando así uno de los mayores escollos que ofrece la ortografía castellana, y suprimiendo también en absoluto la u muda de la q en las combinaciones que, qui, origen de tantas confusiones. (N. E. Es kara la kakatúa ? - Ahí va la ostia con el batúa)

De este modo, puede usarse con ventaja la k en las palabras kabia, katea, katua, kendu, kezka, kia, koblakaria, koipea, kutuna, kolkoa, etc., evitando la dificultad de usar dos letras para un mismo sonido, como sucedía al escribir cabia, quendu, catua, quezca, catea, quia, etc.

Pero la k, se dirá, es letra exótica, extraña a la vista, escasa en nuestras fundiciones tipográficas, y por tanto, ofrece una serie de resistencias; pues bien, si no quiere adoptarse una innovación tan radical, puede usarse la c, sin confusión ninguna, en las combinaciones finales, ac, ec, ic, oc, uc, dejando la k para las sílabas ka, ke, ki, ko, ku, solución que encuentro muy aceptable. (N. E. Solución para katetos que se ve en alguna propuesta de ortografía castellana, en el libro Biblioteca histórica de la filología castellana, del Conde de la Viñaza)

Donde sí debe desterrarse por completo, en mi opinión, la c, por superflua, dificultosa y perjudicial, así como también la ç que todavía siguen usando algunos basco-franceses, es en las sílabas ce, ci, pues es uno de los grandes escollos de la ortografía castellana, y se da también el caso de dos letras para un mismo sonido, como se ve en los vocablos cielo, hechizo, cigüeña, cacique, etc., debiendo, por tanto, usarse de la z, en las voces zerua, guzia, zenbat, bizia, zeñ, etc., evitando así la anomalía de escribir cerua, gucia, bizia, luzea, ya con c, ya con z, como venía sucediendo.

Son también origen de confusión en el bascuence, las letras j e y, que con frecuencia se usan indistintamente. Entre los bascongados antiguos no se pronunciaba la primera con el sonido gutural que tiene en la lengua castellana, sino como la j latina en janua, Jesus, etc. Los árabes dejaron en España ese vestigio que ha pasado a la lengua castellana, y aun en la euskara se ha hecho extensivo al dialecto guipuzcoano, a parte de Nabarra y algunos pocos pueblos rayanos de Bizcaya. ¿Cómo evitar, pues, la confusión entre la j española, la j latina y la y griega?

(N. E. Aquí habría que mirar las j guturales del arameocaldeosiríaco, etc., por si las usaban pobladores que habitasen la Vasconia anteriores a la invasión árabe de 711 D. C.)





El Principe Louis Luciano Bonaparte ha empleado en sus obras tres tipos de jjj distintas, para indicar dichos tres sonidos; pero como quiera que en nuestros establecimientos tipográficos no existe esta abundancia de signos, hay que resolverse, como lo he hecho, a usar de la j (con punto superior) para expresar la pronunciación de la j castellana y de la j sin punto superior para indicar la de la j francesa o bizcaína, análoga al sonido de nuestra y griega, o decidirse resueltamente a usar de la j para la pronunciación análoga castellana, y sustituir siempre con la y griega la j francesa y bizcaína. Este es uno de los puntos que exije (exige) una solución, si hay que evitar toda confusión y ha de practicarse la principal regla a que debe sujetarse toda ortografía racional: la de que todas las palabras se escriban como deben pronunciarse. (N. E. Por ejemplo, en francés, eau se debería escribir o)

Tenemos, por último, las letras Ñ, ñ, que se pronuncian como ñ castellana y gn francesa; la y, que se pronuncia con el mismo sonido que tiene en castellano en las palabras haya, yuxtaposición, aunque algo más fuerte, y la z, que por el contrario suena más dulcemente que entre los castellanos.

La s suele adoptar diversos matices, que el citado Príncipe Bonaparte distingue con otros tantos tipos diversos; pero como quiera que las diferencias de pronunciación no son tan notables, la hemos mantenido en pie como única, dejando que los habitantes de cada una de las regiones la maticen según los casos.

Además de las letras enunciadas, tiene el bascuence las dobles ts, sonido especial que es preciso escuchar de viva voz, y que es a la s lo que la z a la tz; y la tz que equivale a la z fuerte italiana o z alemana.

En el dialecto bajo-nabarro se usan también los grupos kh, th, ph, que, según Van-Eys, se pronuncian como k, t, p, seguidas de una ligera aspiración, pero fuera de dicho dialecto, apenas tienen aplicación alguna.

Por último, además de la sh (s con rayita), cuya conveniencia hemos explicado, para sustituir a la ch francesa, y cuyo sonido es análogo al de esta letra, o la sh inglesa, hace falta también, en algunos casos, un nuevo signo, la t (con rayita encima), para indicar la pronunciación especial que se da a la t en algunos pueblos (como Rentería, por ejemplo), en la voz aita y otras, y que equivale a una t líquida palatal (ty húngara).

El alfabeto euskaro puede, pues, completarse en esta forma: a, b, ch, d, e, f, g, h, i, j, j (sin punto), k, kh, l, ll, m, n, ñ, o, p, ph, r, rr, s, s (con rayita), t, t (con rayita), th, ts, tz, u, y, z, a cuyos signos agrega además el Príncipe Bonaparte los grupos dj (para el dialecto suletino), como expresión de la g dulce italiana, un poco líquida, y dz, de pronunciación análoga a la z dulce italiana. (1)

Ahora bien los nombres propios y apellidos deben escribirse en bascuence con arreglo a la nueva ortografía euskara? Cuestión es ésta que no me atrevo a resolver, pues su solución ofrece bastantes inconvenientes. En este punto he dejado, pues, en completa libertad a cada uno, y así en este mismo volumen aparecen nombres mitológicos como los de Cupido y Baco, en los que la c no ha sido sustituida por la k, apellidos como el de Elcano, escritos indistintamente con una u otra de estas letras, y otros varios. (ElciegoElzieko)

Los que ofrecen mayores dudas y dificultades son, especialmente aquellos en que interviene la g, y este punto merece meditarse mucho antes de resolverse. ¿Debe seguirse escribiendo en bascuence Guipuzcoa, Otaegui, etc. o puede optarse resueltamente por la nueva ortografía con todos sus inconvenientes y en todos sus extremos, y escribirse Gipuzkoa, Otaegi (o como el etarra Otegi)...?

Puntos son estos que no pueden resolverse solamente con el criterio individual, y que hacen desear más y más la creación de una Academia de la lengua bascongada, en la que tuvieran representación las personas más competentes en la materia de las siete provincias que forman lo que podemos llamar la Heptarquía euskara, y a cuyo criterio y autoridad pudieran someterse esta y otras cuestiones.


                 J. Manterola


(1) El mismo ilustre filólogo incluye además en su alfabeto la a (con rayita) (dialecto suletino) que se pronuncia aproximadamente como an nasal francesa; la æ, como a breve inglesa (entre a y ē); la b, expresión de la b española labial continua, para distinguirla de la b francesa labial explosiva; la d roncalesa, con un sonido especial entre d y r; la ē  suletina, semejante a la in nasal francesa; la ī suletina (i nasal, im final portuguesa); la n (con puntito arriba) española gutural, para distinguirla de la n española y francesa dental u ordinaria; y la o (con rayita), semejante a la on nasal francesa, para diferenciarla de la o común; distingue la s bascongada de España (entre s dura francesa y s bascongada de Francia) de la s basca de Francia (entre s dura y ch francesa), y la s basca dulce (entre z y j francesa); la u (con rayita) suletina, (con un sonido aproximado al de la ou nasal, um final portuguesa), de la ü (u francesa y alemana) (N. E: La alemana, Umlaut, se pronuncia casi como iu con los labios hacia adelante), la (u francesa nasal), y la u de Aezcoa, (entre ou y u francesa); la y (y española consonante) de la y (con rayita) (y nasal roncalesa) y la y inicial labortana; y por último, la z (s francesa dura) de la z francesa.


Explicación de las abreviaturas usadas en este volumen, y especialmente en su vocabulario final.


adj. Adjetivo.

adv. Adverbio.

alt.° nav.° o a.° n.° dialecto alto-navarro, o de la Navarra española.

Apol. "Apología de la lengua bascongada", de Astarloa.

Ast. Astarloa.

b., bizc. dialecto bizcaíno.

B. Ochand. bizcaíno Ochandianense, (variedad dialectal).

basc. bascuence, bascongados.

basco-franc.8 basco-franceses.

basco-hisp.8 basco-hispanos.

bn. dialecto bajo-navarro, o de la Navarra francesa.

Bot. Término de Botánica.

Com. Comúnmente.

Comp. compuesto.

Conj. Conjunción.

Cont. Contrac. Contracción, contracto.

d. d. en los diversos dialectos.

Dem. Pronombre demostrativo.

Deriv. Derivado, derivación.

ej. ejemplos.

Etim. Etimología.

Fig.° sentido figurado.

g., guip. dialecto guipuzcoano.

Goy. Goyerri, (alta Guipúzcoa).

Imp. imperativo.

Ind. Indudablemente.

Inf. Infinitivo.

Interj. Interjección.

Interp. Interpuesta.

Lab.°, l. dialecto labortano.

Lard. Lardizábal.

Larr. Larramendi.

Lit. Literal, literalmente.

Met. Metáforametafóricamente.

Nav. Dialecto de la Navarra española.

Nom. Nominativo.

Part. Partícula.

Part.° participio.

Pas. Voz o forma pasiva.

p. ej. por ejemplo.

Prob. Probablemente.

Pronunc. Pronúnciase.

Pron. Pronombre.

Pron. Pers. Pronombre personal.

Pron. Pos. Pronombre posesivo.

Ronc. Dialecto suletino - roncalés o hispano – suletino. 

s.° - s. dialecto suletino.

Sem. Hisp.-basc. “Semana hispano - bascongada”, por Sorreguieta.

Sin. Sinónimo.

s.° ronc. - s.° r.s dialecto suletino- roncalés o hispano – suletino.

Subs. Substantive.

Sust. Sustantivo.

T. term. Término.

Term. Terminación, terminaciones.

Trad. Tradúcese.

V. verbo activo.

Zool. Término de zoología.

Las correspondencias francesas van dentro de un paréntesis (); los números 1, 2, 3, etc. expresan las diferentes acepciones de una misma voz; el artículo, en las palabras euskaras, va separado del nombre, al que comúnmente se agrega, por un guioncito, en esta forma: baratz-a, zaldi-a, aragi-a, antz-a, etc., y la misma separación hacemos del pronombre, en los verbos castellanos que pueden emplearse indistintamente en la forma activa y reflexiva.

martes, 29 de agosto de 2023

Serie III.

Serie III.

Seguida de un extenso vocabulario basco – castellano - francés.

San Sebastián.

Establecimiento tipográfico y librería de Antonio Baroja.

1880.


J. C. Cebrián

1801, Octavia St.

San Francisco. California.


PRÓLOGO.

En estos tiempos, en que todo cuanto al país bascongado se refiere es objeto de continua discusión y de apasionada controversia, háblase mucho, y no siempre desgraciadamente con suficiente conocimiento de causa, de la lengua y de la literatura de este pequeño pueblo, enclavado entre el mar Cantábrico que baña sus costas y el gigante y abrupto Pirineo que corona sus fronteras, y original, por serlo en todo, hasta en sus medios de expresión, que constituyen un idioma y una literatura especial, tan característicos como dignos de ser estudiados.

Discútese mucho, sobre el origen y la antigüedad de esta maravillosa lengua, que la ciencia moderna, a pesar de sus adelantos, no ha podido determinar todavía, y que continúa siendo un misterioso enigma para la filología; se estudian, sin gran fruto hasta el presente, sus relaciones con los demás idiomas; se discute su importancia, que en vano tratan de negar sus detractores, más atentos a fines políticos que a especulaciones científicas, se examinan los caracteres esenciales de su modesta literatura y se analizan los rasgos distintivos de su poesía popular.

Se ha dicho y repetido hasta la saciedad, que los bascongados no tienen literatura propia especial; no ha faltado quien ha negado a nuestro hermoso idioma, que no conoce quizás rival por lo armonioso, condiciones para la poesía, y tantos y tantos cargos y de tal naturaleza, se han acumulado desde muy antiguo sobre la maravillosa lengua de los hijos de Aitor, que no es extraño sea ésta mirada con tanta indiferencia, cuando no con aversión, por la mayoría de los españoles, que la consideran como una jerga bárbara, por haber tomado como artículo de fé, la aserción sentada con más pasión que conocimiento por el historiador Mariana, y repetida por otros escritores que siguieron más tarde sus huellas.

No es esta la ocasión ni el lugar de discutir tales aserciones, cien veces contestadas y reproducidas otras cien veces; debo, sin embargo, sentar aquí una afirmación, y es que, lejos de hallarse en decadencia, jamás la poesía bascongada, ha adquirido el vuelo, la elevación, ni la importancia que alcanza hoy.

Todo el que estudie un poco el modesto tesoro de nuestra humilde literatura, fruto en su mayor parte del ingenio de oscuros y sencillos bardos populares, no podrá menos de reconocer que el Parnaso euskaro no cuenta hasta nuestros días con poetas de la elevación y el varonil estro de Arrese y Beitia; de la pureza y corrección de formas del P. Arana; de la espontaneidad, la gracia y la habilidad descriptiva de Iturriaga; de la fecundidad de Azcue, o de la delicadeza y el sentimiento de Vilinch y de Elizamburu; ni con traductores que sepan verter pensamientos formulados en una lengua extraña, con la severidad, la exactitud y la elegancia a la par de Otaegui.

No: la literatura euskara no nos ofrece hasta hoy un canto tan inspirado, tan robusto, tan varonil ni tan grandioso como el Ama euskeriari azken agurrak, del poeta bizcaíno Arrese y Beitia; odas tan correctas como la dedicada a Elcano por el P. Arana; fábulas tan discretas como las de Iturriaga; poemas descriptivos del mérito y la novedad del que lleva el título de Apolo eta musak, de Azcue; poesías amorosas tan tiernas y delicadas como las de Vilinch o Elizamburu; ni versiones euskaras como las que ha hecho el Sr. Otaegui de las odas A la Ascensión y La vida del Campo del insigne Fray Luis.

Poesía que tales composiciones produce no está en decadencia, está muy lejos de la agonía, como quiere suponerse; lejos de ello, hay que afirmar sin rebozo, y lo decimos con satisfacción, en el país bascongado se opera en los momentos actuales un verdadero renacimiento literario, que promete ser fecundo en resultados, y que indudablemente contribuirá a dar un gran desarrollo y vida más robusta a la lengua y la poesía euskaras.

Nuestra poesía, hasta hoy meramente popular, hija de la sencilla inspiración de humildes rústicos que cantaban sin darse cuenta de ello, como cantan las aves, obedeciendo a una necesidad de la naturaleza, comienza a ser practicada con estudio, a ser cultivada por hombres de ilustración, peritos en el manejo de lenguas y literaturas extrañas, penetra ya en el campo de lo trascendente, y éste renacimiento, cuyos albores saludamos con inmensa satisfacción, no puede ocultarse a la vista de nadie que fije su atención en el desarrollo que empieza a adquirir el movimiento literario en la tierra euskara.

Felicitémonos, pues, de ello, y contribuyamos cuantos consideramos al bascuence como el primero y el más característico de los rasgos peculiares de nuestra raza, a empujar y a dar vida y calor a ese movimiento, nacido en buen hora, y que es feliz augurio de los frutos que en plazo no lejano puede ofrecer todavía nuestra hasta hoy modestísima poesía.

Tales consideraciones han sido las que me han impulsado al formar esta tercera serie del Cancionero a elegir de entre las de nuestros poetas contemporáneos, todas las composiciones que en ella figuran, excepción hecha únicamente de un Villancico, escrito en castellano aunque imitando la manera de hablar bizcaína, por una ilustre escritora, honra de las letras, y cuyo origen bascongado y conocimiento, más o menos profundo de este idioma, viene a corroborar más y más este pequeño fragmento.

Los escritores cuyos nombres figuran en esta colección son: el P. Arana, Arrese y Beitia, Artola (Ramón), Arzac y Alberdi, Azcue, Baroja, Berjes (Joannes), Bizcarrondo (Vilinch), Dibarrart (Pierre), Elizamburu, Guilbeau, Mendibil, Otaegui, y el P. Uriarte, además del Lic.° Suescum, del que incluyo una antigua octava, (vertida del famoso Lope de Vega), junto a otra traducción moderna de la misma, hecha por el erudito P. Arana.

Todas las composiciones van precedidas de breves noticias o comentarios, acompañadas de versiones castellanas, e ilustradas con las notas más indispensables para su más fácil inteligencia.

Las producciones de los escritores basco-franceses van seguidas además de traducciones literales a la lengua de Boileau y de Racine, y a una de ellas (Artzain dohatsua) acompaña así bien una versión inglesa debida al laborioso e inteligente bascófilo R. Wentwhor Webstter.

En obras como el Cancionero, que a un fin literario, reúnen una tendencia filológica, concedo una importancia capital a las traducciones, que sirven de poderoso auxiliar para la más fácil y exacta comprensión del texto original, y de útil guía para vencer los principales escollos, y aun a trueque de reducir el número de las composiciones que habían de figurar en este volumen y de imponerme una tarea tan difícil como penosa, he ensayado la ejecución de versiones interlineales de algunas de las principales poesías, de cuyo mérito toca juzgar al lector.

En mi humilde opinión, esta clase de traducciones son utilísimas para el conocimiento de la lengua y de sus más característicos giros especiales y modismos, pueden servir de guía a los principiantes o poco peritos en el manejo del bascuence, y practicadas y desarrolladas con arreglo a un bien meditado plan, sustituir, quizás con ventaja, a un método puramente teórico de enseñanza.

En esta inteligencia, y aunque sin pretender que mi trabajo no sea susceptible de grandes mejoras, presento acompañadas de traducciones interlineales basco castellanas cuatro fábulas inéditas del Padre Uriarte, dos de D. Eusebio M.a Dolores de Azcue, (dialecto bizcaíno), otras dos fábulas labortanas, las preciosas versiones hechas por Iturriaga de las Églogas I y III de Virgilio, y dos composiciones labortanas más del género bucólico.

Estas traducciones, que han ocupado por sí solas gran número de páginas, me han obligado a suprimir algunas de las secciones que pensaba incluir en esta serie, entre las que se cuentan las de los Villancicos y las Poesías de carácter popular, omisión que no dudo han de dispensarme los suscritores a la obra.

Por último la novedad más importante introducida en este volumen es la del extenso Vocabulario basco – castellano - francés, que aparece al fin del mismo.

La falta de un diccionario de esta índole era el obstáculo con que luchaban para la traducción, no sólo los principiantes y poco peritos en el conocimiento de la lengua bascongada, sino aun muchas personas que poseyendo muy bien uno cualquiera de los dialectos, no tienen la necesaria práctica en sus similares de las provincias vecinas.

El deseo de cooperar a la desaparición de esta gran dificultad, y de facilitar a la vez el estudio comparativo de los varios dialectos de la lengua euskara, que arroja una gran luz sobre el sistema fonético, aun no bien determinado de este idioma, y sobre las etimologías de muchas palabras, me impulsó a la formación de un pequeño vocabulario de esta clase, en el que tuvieran cabida, por riguroso orden alfabético, todas aquellas voces menos conocidas que pudieran aparecer en las poesías contenidas en el texto, y aquellas que ofrecieran diferencias dialectales más notables. Y a fin de que este Vocabulario pudiera aun aumentar su utilidad y contribuir más y más a la propagación de los estudios acerca del bascuence, que cada día van adquiriendo mayor importancia en el extranjero, me decidí a agregar a los significados castellanos de todas las voces sus equivalentes francesas, por ser esta lengua la que reúne en el día mayor carácter de universalidad.

Tal era mi pensamiento sobre la materia, pero encariñado con este trabajo, que no ha dejado de ofrecerme grandes dificultades, y aguijoneado quizás por esto mismo, he ido dándole gradualmente mayor desarrollo y una extensión, quizás hasta perjudicial a mis intereses editoriales, y no contento con incluir las palabras del texto menos conocidas o de alguna dificultad, como era mi ánimo, he agregado todas las que figuran en este volumen, y he aumentado todavía todas aquellas más usuales en el trato diario, llegando así a formar un Vocabulario de más de cien páginas de compacta impresión, a dos columnas, conteniendo más de dos mil voces, con expresión de sus diferencias dialectales, sus significaciones castellanas y francesas, y buen número de etimologías y de sinónimos, en términos que este ensayo de diccionario puede, en mi concepto, suplir con bastante provecho la gran falta que se notaba de un libro léxico de esta índole.

Este exceso de trabajo, unido a las muchas e invencibles dificultades materiales con que he tenido que luchar para la impresión de esta serie, han sido la causa del retraso que ha sufrido su aparición.


Confío, sin embargo en que los señores suscritores a la obra disculparán tanta tardanza, en gracia siquiera a las mejoras introducidas en ella, pues al fin les ofrezco un libro que satisface ventajosamente a las condiciones que me había impuesto en el prospecto, y que reúne por sí solo tanta o más lectura como las dos primeras series juntas del Cancionero.


José Manterola.


Ortografía euskara y abreviaturas.

Apolo eta Musak

Fábulas inéditas de Agustín Iturriaga

Fábulas inéditas del P. Uriarte