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martes, 3 de enero de 2023

Carta CIX. Noticia de códices, pinturas y otras curiosidades que poseen algunas personas de la ciudad de Lérida.

CARTA CIX.

Noticia de códices, pinturas y otras curiosidades que poseen algunas personas de la ciudad de Lérida. 

Mi querido hermano: No sólo los archivos y depósitos públicos son los asilos donde se han salvado los monumentos de la historia y literatura. Tal vez en las casas de no pocos sujetos particulares se hallan algunas curiosidades literarias, tanto más apreciables, cuanto son recogidas en pocos años, supliendo el afán y pericia de sus dueños a toda la espera y lentitud con que el tiempo suele reunirlas. De algunas de estas riquezas parciales he hablado en tal cual correo; y el de hoy se empleará en dar razón de las que posee Don Anastasio Pinós, abogado de los reales Consejos de esta ciudad de Lérida. Y comenzando por la noticia de los libros raros que posee, sea el primero:

La nombrada Tragicomedia de Calisto y Melibea, o sea la Celestina, de edición desconocida y mucho anterior a las sabidas hasta aquí. Que si por las que se hicieron en España desde el 1534, Don Nicolás Antonio y el Abate Andrés probaron el aprecio que los españoles hicieron de este drama; mucho mejor se evidencia lo mismo por esta edición hecha en Barcelona por Carlos Amorós, año 1525, como lo expresa la siguiente estrofa al fin del libro:

El carro de Febo: sus vueltas ha dado

mil y quinientas: y XXV en rueda

ambos los hijos: entonces de Leda

a Phebo en su casa: tienen posentado

cuando este muy dulce: y breve tratado

después de revisto: y bien corregido

dentro Barcelona: pintado y leído

por Carlos Amorós: impressa acabado.

Del prefacio que se puso en esta edición se infiere que hubo también otras anteriores; porque hablando de la diversidad de pareceres que había sobre esta comedia, dice: aun los impresores han dado sus punturas poniendo rúbricas o sumarios al principio de cada acto, narrando en breve lo que dentro contiene: una cosa bien excusada según lo que los antiguos escritores usaron. Por donde parece que son muchas las ediciones españolas de este drama anteriores a la primera conocida de 1534. El corrector de esta impresión fue Alonso de Proaza, el cual puso al fin algunas estancias en loor de la comedia, como la copiada arriba del año de la impresión. En una de ellas indica el secreto con que ocultó su nombre el continuador de esta pieza en las iniciales de las once coplas que puso al principio, las cuales unidas dicen: el bacriller (bachiller) Fernande de Roias (Fernando de Rojas) acabó la comedia de Calysto y Melybea: fue nascido en la Puebla de Montavan (Puebla de Montalbán, Toledo). Este comenzó su continuación desde el segundo acto, donde dice: Hermanos míos, etc., reduciendo a un acto solo todo lo que halló en Salamanca, donde estudiaba la jurisprudencia, escrito, según algunos dicen, por Juan de Mena, et segun otros Rodrigo Cota. Esto y lo demás que hay sobre el mérito intrínseco de este drama, es sabido entre los literatos. 

Los dichos y hechos de Alfonso V de Aragón. Esta obrita, bien conocida en latín, en cuyo idioma la compuso Antonio Panormitano, no lo es tanto en la traducción castellana que aquí hallo hecha por un anónimo, que indica haber ya hecho otras versiones en lengua española. Esto dice el mismo en la dedicatoria a un sobrino del Infante Don Enrique, hermano de dicho Rey. Al fin, después de la alocución de dicho Príncipe a los Cardenales sobre su empresa contra el Turco con que acaba el libro IV, añade el triumpho que al Rey Don Alonso fue dado en la misma ciudad de Nápoles despues de todo el reyno conquistado. Finalmente, por cumplir algunas hojas que quedavan vacias se puso una adición de varios casos y sucesos históricos, o más bien cuentos, etc. Todo fue impreso en Zaragoza en casa de Agustín Millán, a costas de Miguel Çapilla, en 1552, en 8.°

Perutile Danielis Sisonis grammaticale compendium ad generosum Franciscum de Luna dicatum incipit feliciter. Este es el epígrafe de un vol. fol. impreso a dos columnas sin nota del lugar y editor. El Don Francisco de Luna era hijo del famoso Don Juan de Luna. La patria y oficio del autor consta del epígrafe final: Danielis Sisonis Fragensis, Montissoni gymnasii magistri maioris perutile grammatices compendium ad humanisimum virum Franciscum de Luna delectum. Anno christianae salutis MCCCCXC. tertio (1493) kal. octobrias feliciter explicitum. Deo gratias. El carácter de la edición es de las de España en aquel tiempo. El autor se propuso extender el gusto de la latinidad, que había introducido el Nebrisense (Nebrija). Entiendo que ni el autor ni la edición es conocida. Tú lo dirás.

Allí mismo vi un tomo en 8.° de 318. fol., intitulado: Consuelo de nuestra peregrinación, obra del Cartujo y después Obispo de Urgel Don fray Andrés Capilla, impresa con la aprobación de Don Antonio Agustín en Lérida en 1574 por Pedro de Robles y Juan de Villanueva. Esta es la que creyó Don Nicolás Antonio ser el tratado de Passione Dominica. Consta de 33 capítulos: 1.° del origen de los errores y del principio de la religión christiana. Último: de la sanctidad y perfección de la ley evangélica quanto a lo que en ella se manda.

También posee el mismo las dos raras traducciones españolas que hizo el canónigo de Urgel Don Jaime Bertomeu: 1.a Historia de los XII Césares de Suetonio Tranquillo, impresa en Tarragona, 1596, 8.° 

2.a Historia de las guerras civiles de Apiano Alejandrino en Barcelona, 1592, en 4.°, por Sebastián Cormelles. Esta última tiene la continuación que indicó Pellicer (Bibliot. de traductores).

Item una edición no conocida del siglo XV, que contiene dos opúsculos en 4.°: 1.° Incipit liber Lotarii levitae et Cardinalis de vilitate conditionis humanae, qui Lotarius postea Innocentius Papa III dictus est. 2.° D. Bernardi Abbatis ad humanae conditionis cognitionem meditationes: ambos impresos en Barcelona por Pedro Posa en 1499.

Otras ediciones raras tiene el mismo recogidas. Tal es la de Aulo Gelio en fol., de Roma, de 1469, conocida en el Orlandi. Las categorías y predicamentos de Fr. Francisco Mairón, franciscano, enmendadas por Bartolomé Granyo, maestro en artes, impresos en Lérida por Enrique Teutónico (Heinrich en alemán) año 1485. Este impresor es el Enrique Botel, que como dije ha algunos meses, publicó allí mismo el Sacramental de Clemente Sánchez de Verceal. Es indubitable que este artista había fijado aquí su oficina, como lo prueban las ediciones que de él se hallan, y según exigía esta ciudad, ilustrada con la famosa universidad que en ella florecía había ya casi dos siglos.

Dejo de decir de otras ediciones y libros curiosos, como también de una buena colección de monedas, así romanas como de los tiempos medios, que posee dicho señor. Entre las primeras hay algunas inéditas, y de solas las de Lérida hay cinco o seis no conocidas. 

Vi ademas una porción de sellos grabados en cornerinas y en piedras preciosas y bronces y otras antiguallas, entre las cuales merece particular memoria una taza de cobre árabe con curiosos relieves, de la cual llevaron dibujo los señores del Viaje pintoresco.

Allí mismo leí una breve disertación, trabajada por el mismo Pinós, sobre una inscripción romana que hoy día se conserva en la calle de la Palma, y según dice el historiador Pujades estuvo antes en la parte exterior de la muralla, junto a la puerta de Boteros. Dice así:

AFRANIA

L.    L. 

CRHOCALE

S. 

Hablan de ella Antonio Agustín, Marca, Finestres. Este último interpretó la palabra Crhocale (o como debió escribirse Crocale), apellido de la liberta Afrania, dándole la correspondencia de pulchri-color. Pinós añade que Crozallis en Plinio significa una piedra preciosa,  que cerasum representat, y que a este color determinadamente se alude en dicha palabra. Trae para esto varia erudición que omito. De modo que la lectura de este letrero sea: Afrania Lucii liberta Crocale sibi. 

Un fragmento de otra inédita me hizo ver en casa de un amigo suyo; la cual descubrió el Segre años pasados en una de sus inundaciones, y es como sigue, suplida en su rotura por otras de esta clase:

NERO. CLAVDIVS (DIVI)

CLAVDII. F. GE(RMAN. CAES. AVG. NEPOS)

TI. CAES. AVG. (PRON. DIVI)

AVG. ABN. C(AES. AVG. GERMANICVS)

PONT. MAX. T(RIBVN. POT.)

IMP. VIA. AVG(VSTA)

Su lectura e inteligencia es notoria, y también el objeto con que se debió poner, que fue algún reparo hecho por el Emperador en el camino público. No sé si habrá otras inscripciones de Nerón que escapasen como esta de la general proscripción con que se mandaron quitar todas sus memorias públicas. 

También me franqueó otro fragmento de una inscripción inédita y todavía enterrada en una caballeriza, la cual gozó un momento de la luz del día, mientras a beneficio de una excavación la leyó dicho Sr. Pinós, y luego volvió a quedar sepultada en sus ruinas y obscuridad. Poco es lo que dice, porque sólo se lee en ella: 

MARCIAE

TEMPESTIVAE 

Pero eso poco ¿qué mal haría a la vista de los literatos, ofendida a cada paso con objetos indecorosos a la nación?

En casa de Don Ignacio Gomar vi algunos buenos cuadros, entre los cuales son de mérito un Sansón en el seno de Dalila (pone Dálila), de escuela romana, y ocho grandes láminas de cobre con asuntos apaisados, de los cuales son graciosos un David, a quien salen a recibir las doncellas, y el rapto de Europa. En este último parece estar indicado el autor de todos ellos con las siguientes iniciales: A.W. IN. F.

Otro cuadro de mucho menor mérito representa a San Pablo, primer ermitaño, visitado por San Antonio, cuyo autor no quiso ser ignorado, escribiendo al pie su nombre: Pedro Martir Atanasio faciebat.

Algunas otras buenas pinturas vi en otras casas y sujetos de varias clases aficionados a ellas. Cuando se extiendan más los influjos que ha comenzado a esparcir la Academia de Barcelona, merecerá esta ciudad subalterna una escuela de dibujo que proporcione a su gran vecindario esta nueva carrera tan brillante en la sociedad.

Por último, remito un extracto de un códice ms. del archivo de esta ciudad (a: Ap. núm. XI.)