Mostrando entradas con la etiqueta Crudiliis. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Crudiliis. Mostrar todas las entradas

sábado, 10 de diciembre de 2022

CARTA XCVI. Concluye el Episcopologio Gerundense. (Hasta 1600)

CARTA XCVI.

Concluye el Episcopologio Gerundense.

Mi querido hermano: Continuemos la serie de los Obispos de Gerona.

GUILABERTO DE CRUILLAS (Cruilles, Cruylles, CrudiliisCrudilis)

de 1334 a 1355.

Canónigo de esta iglesia desde antes de 1283; de 1308 he visto escrituras en que al mismo tiempo se llama Sacrista de Lérida, y a esto alude lo que dice un inventario que he visto de aquella iglesia hecho en 1340, donde se lee: It. Capella Domini Gilaberti, Episcopi Gerundensis. Este es el que, como dijimos, fue electo Obispo por el Capítulo en 1324, cuya elección casó el Papa. Ahora fue segunda vez electo por el mismo Capítulo por vía de compromiso, con entera uniformidad de votos; lo cual prueba así el mérito del electo como los esfuerzos que hacía el Capítulo contra la novedad de las reservaciones. Fue la elección día 25 de agosto de 1334, y del mismo está fecha la escritura en que nombra a Guillermo de Cornella, canónigo, y Jazperto Folcradi, Sacrista, como procuradores para pedir su confirmación al Prepósito de la metropolitana de Tarragona, vacante en esa ocasión: a donde añade que no iba él personalmente propter senectutem et propter estivos calores (Arm. de Bisbes. leg.° 4, núm. 3). Verificose la confirmación; mas el Papa anuló todo lo hecho, y atendiendo a los méritos del electo, de nuevo le nombró Obispo. Todo esto dice la bula fecha en Aviñón a 12 de octubre del año XIX de su pontificado (1334). De la misma consta que sólo era diácono al tiempo de su promoción. Luego vino a consagrarle a esta Catedral Galcerán Çacosta, Obispo de Vique; lo cual se verificó domingo día 1.° de enero de 1335, con asistencia de los Obispos Berenguer Xposolimi y P. Montis maraneñ (que vino para esto desde Aviñón), y de los Abades P. de Bañolas y G. de Calligans (Galligans). La escritura que de esto se hizo, y he visto en la curia episcopal, añade el juramento que prestó el consagrado. Fue brevísimo y de solos seis meses su pontificado, y no hallo que contar de él mas que un decreto que hizo sobre clausura de las monjas Benedictinas de San Daniel a 7 de mayo de ese año 1335. A 6 de junio siguiente ya ordenó su testamento, en el cual elige sepultura in Capitulo S. Mariae Sedis Gerunde ante altare S. Mariae in solo terrae, taliter, dice, quod tumulus meus non sit altior solo, nisi duobus digitis (ni 2 dedos sobre el suelo). Murió a 12 del mismo mes y año. Dicen que fue enterrado en la capilla de San Pedro y San Pablo, donde había fundado un beneficio y lámpara. He visto del tiempo de su vacante una apoca de 1600 florines a favor de la curia Romana por las bulas del obispado del difunto. De él y de su liberalidad en el adorno del altar mayor se habló los correos pasados.

ARNALDO DE MONRODÓ (DE MONTE ROTUNDO)

de 1335 a 1348.

Canónigo de esta iglesia desde el año 1297, en que tomó posesión. Zurita le supone nacido en el vizcondado de Cardona. Lo que yo sé es que apenas hubo cosa de importancia en los 38 años de su canonicato en que no haya muestras de su actividad. No me queda duda que debió su promoción al Capítulo, y que esto fue a mediados del mes de agosto del mismo año 1335; porque del día 4 de ese mes hay varias escrituras en que todavía se llama Canónigo y Prepósito de diciembre; mas en el día 18 del mismo ya tomó posesión del palacio episcopal por sus procuradores, que lo llaman electo y confirmado (Curia episc. lib. IX. Notul. fol. 67), y a 20 del mismo mes y año prestó la obediencia canónica al Arzobispo de Tarragona super altare B. Teclae, siendo testigo Ferrer, Obispo de Barcelona, y a 29 del mismo ya se llama Obispo absolutamente; con que debía ya estar consagrado; y cierto lo estaba en las órdenes que celebró en las témporas inmediatas de septiembre. A tan prolijas observaciones obliga la exactitud histórica. Halló nuestro Obispo en su ingreso algo perturbado este país con las pretensiones del Conde de Empurias Don Pedro, que no quería sujetarse al juicio y ley de la paz y tregua, y a su ejemplo hacían lo mismo otros nobles. En carta de los jurados de Gerona de 1336 he visto la siguiente recomendación de dicha ley: "Certificamvos que Vos (hablan con el Rey) en lo bisbat de Gerona no havetz nuyla res ab que iusticia puga esser tenguda dels nobles è dels poderosos, sino la pau è la treua. Car certa cosa es è notoria que vuy on cas ses deveu que contra aytals sa à fer exegució de iusticia, fer nos pot sens que primerament no sien apelatz è aiustats los homes de lesgleya que son en nombre de X mille, è la dons noy se fa ab gran dificultat è peril. E per aquesta rahon los vostres predecessors è lurs oficials se son esforzats de tenir fort car la pau è la tregua, è les constitucions fetes sobre aquela.”

A pesar del cuidado que debían causar a nuestro Obispo estos cuentos no olvidó lo que era más principal, es a saber, la visita de su iglesia Catedral, la cual tenía ya concluida a 14 de febrero de 1337, en que publicó varios estatutos y confirmó los que había hecho en su visita el Arzobispo de Tarragona Don Juan de Aragón (Curia episc. lib. X. Notul. fol. 21). Creo que asistió a las cortes que se tuvieron el mismo año en Castellón de Burriana, reino de Valencia. Así lo da a entender una carta que el Infante Don Pedro escribió a los jurados de esta ciudad, y queda en los Manuales de ese año, avisándoles que al fin de las cortes un Legado del Papa había mandado al Arzobispo de Zaragoza que compareciese ante S. S. Pondérales el bien que por este medio se seguiría separando al Arzobispo del lado del Rey, de cuya desavenencia con la Reina Doña Leonor él era la causa. Finalmente ruega a los jurados que no impidan que se efectué esta citación, antes escriban a S. S. para que se verifique. Del mismo año 1337, día 24 de abril, queda la constitución original con que, renovando la antigua, mandó que ningún canónigo o beneficiado de San Félix obtuviese al mismo tiempo igual prebenda en la Catedral, sino que tuviese sólo una de las dos. Además de la razón que da ne numerus servitorum diminuatur in ecclesia S. Felicis, añade la otra de estar prohibido en el derecho quod duas prebendas quis in eadem civitate in duabus percipiat ecclesiis. A principios del año siguiente se tuvo concilio provincial en Tarragona, á (al) que asistió nuestro Obispo, desde donde escribió acá para que se hiciese cuestuación en todo el obispado, a efecto de fortificar con torres las fronteras de Lorca, amenazadas por el Rey de Algarbe, a quien el de Granada había cedido allí 25 castillos. Nada más dice la carta que he visto en los mismos manuales, donde hay también otras de los jurados de Lorca sobre lo mismo. Del 1339 he visto en la curia episcopal la carta que escribió a Ferrer, Obispo de Barcelona, rogándole que exhortase a Doña Tibors, mujer de Don Bernardo, Vizconde de Cabrera, que volviese a cohabitar con su marido. Dicha señora se había retirado al castillo de Monclus (Monclús, se encuentra con y sin t, por eso el presidente de la Ascuma en Calaceite no sabe si poner su apellido con o sin t. Yo le llamo Juaquinico Legrasse. A mí también me pasa, no sé si escribir Guimerá o Wimara, me hago un lío, y eso que tengo la partida de nacimiento del registro a mano :)).

Grandes desavenencias se suscitaron en este tiempo entre el Rey Don Pedro y nuestro Obispo y su Capítulo, cuya causa serían, o los cuentos del Rey de Mallorca, o los impuestos y exacciones de los vasallos de la iglesia. Lo que sé de cierto por el documento adjunto (a: Ap. núm. I.), es que nuestro Prelado fue desterrado por el Rey, cuya orden le intimó su veguer, Berenguer de Montbui día 7 de enero de 1341, y el día siguiente fue públicamente y a guisa de pregón excluido de la paz y tregua. Obedeció el Obispo, llevándose consigo gran parte de su Capítulo, que por lo que se ve en las actas de la Catedral sufrieron la misma pena. Así es que se hallan algunos capítulos tenidos en las villas de Castellón de Empurias y de Bascara pro eo, dicen las actas, quia D. Epus. et omnes de ipso Capitulo sunt et fuerunt banniti per Vicarium Gerundae autoritate regia et a pace et tregua etiam diu est ejecti. Entiendo que el 7 de enero de 1341 se contaba por la Encarnación, y así pertenece a nuestro 1342; prueba es de ello que nuestro Obispo celebró órdenes en esta Catedral en todas las témporas de 1341, hasta las del mes de septiembre inclusive. Las de Santo Tomás las celebró en la Bisbal, después de las cuales no tuvo otras hasta el septiembre de 1342, que las hizo ya en esta Catedral. (V. Reg. de órdenes de ese año, curia episcopal). Los Episcopologios dicen que este ruidoso negocio paró en una concordia hecha a 15 de mayo de 1342. Yo no he visto este documento, pero sí he visto otra escritura en la curia episcopal, por la que consta que el destierro cesó, y el Obispo volvió a la gracia del Rey antes del 25 de julio de 1342, día en que se hallaba ya este Prelado en su palacio de Gerona, a donde convocó varios Abades para tratar de algunos impuestos reales, y dio el arcedianato mayor de esta iglesia per annuli traditionem a Vidal de Blanes, Abad de San Félix y después Obispo de Valencia, la abadía vacante a Berenguer de Cruilles, Arcediano de Besalú, y esta resulta a Bertrando de Monrodó, su sobrino y ambos Obispos después de esta iglesia. También es cierto que el Rey estuvo ese mismo año en Gerona y se hospedó en el palacio episcopal. Oldoino (tom, 2.°, col. 478), dice: que el Rey alzó el destierro por haber sido excomulgado por el Papa Benedicto XII, de cuya censura le absolvió Bernardo, Legado Pontificio. Lo que yo puedo asegurar es, que Bernardo, presbítero Cardenal de San Ciriaco in Termis, Legado de Clemente VI, subdelegó en el Prior de Santo Domingo de esta ciudad, Fr. Guillermo Arnal, para que ad cautelam absolviese al Obispo y a los canónigos de la irregularidad en que incurrieron, haciendo celebrar durante entredicho. Verificose esto a 4 de agosto de 1343. (V. lib. Notul. cur. ep. eo anno, fol. 25).

Vacó el mismo año la abadía de Amer por muerte de Ferrer, hermano de nuestro Obispo, y no concordando los monjes en la elección la pusieron en sus manos, quien a 17 de agosto nombró a Fr. Raimundo de Rocasalva. A pesar de esto y de haber ya prestado su obediencia el electo y estar en posesión, tuvo que renunciar la dignidad porque el Papa nombró por sucesor de Ferrer a Guido (Ibid. lib. XVI. Notul. fol. 74).

Hallábase por este tiempo adelantada la fábrica del cap de la iglesia, y aunque nuestro Obispo había sido aun desde canónigo el alma de esta empresa, fijó particularmente su atención en la capilla de los Santos cuatro mártires Gerundenses, Germano, Paulino, Justuro y Sicio, a cuyo altar, construido a sus costas, trasladó las reliquias de estos Santos, que ya antes se veneraban en la misma catedral: Y no contento con esto y con el culto que en ella tenían, hizo por ordenar lecciones propias de su fiesta, a cuyo fin había hecho un viaje a Roma siendo canónigo, de donde trajo las que algún impostor le forjó falsas en muchos puntos, y en su todo fingidas. De esto trató largamente Dorca (pág. 87 y sig.). En esta misma capilla fundó un beneficio e hízola mucho más famosa con la fiesta de Carlo Magno que instituyó en 1345, cuya imagen colocó en el mismo altar, donde todavía permanece. El motivo de la fiesta consagrada a este Príncipe ya se dijo en las cartas antecedentes. El Prelado ordenó casi todo el oficio propio para las horas canónicas, el cual envío copiado de un breviario coetáneo (a: Ap. núm. II.). En lo demás me remito a lo dicho de propósito en los correos anteriores. De este año 1345 a 20 de mayo está fecho un decreto del Rey Don Pedro, en que mandó so pena de la vida que nadie casase con mujer sin el consentimiento de padre o madre, o dos de los parientes más cercanos o de los tutores. La mujer pierda su herencia, la cual pase a sus hermanos, y si no los tiene sea la mitad del fisco real y la otra mitad se dé a los pobres. Este decreto he visto en el Cartoral de la ciudad (fol. 70 b.). En 1346 prohibió nuestro Obispo a los frailes de la Merced de esta ciudad que recibiesen oblaciones pro nuptiis, y que las celebrasen en su iglesia, mandándoles restituir al Sacrista segundo de la catedral la cera, pan y vino que por ello habían percibido el año anterior (archivo de la Cated., arm. de Sacrist. segund.). En el archivo de la Catedral de Vique vi una carta de 20 de septiembre de 1347, en que nuestro Obispo habla de haber sido juez árbitro sobre un pleito que tenía aquel Capítulo con los frailes menores de aquella ciudad.

A esta época sólo sobrevivió un año el Obispo Arnaldo, muriendo en 21 de noviembre de 1348 como se ve en los necrologios. En el testamento que tenía hecho a 6 del febrero anterior, eligió sepultura in Capitulo, in tumulo quem nos in eo jam fieri fecimus cum aliis Episcopis ecclesiae Gerunden. (Se halla en la Curia episcopal, lib. XVIII. Not. fol. 26 b.), y un codicilo en 13 de noviembre (ibid. lib. XXI fol. 12). A pesar de esto le hallamos enterrado en la sobredicha capilla de los Santos Mártires al lado del Evangelio, con inscripción que está muy maltratada y en estado de no servir. Suplirá su falta el elogio que verás en el necrologio que nos da la noticia de haber instituido este Obispo la fiesta de la Corona de Cristo, en reverencia de la Santa Espina que ya entonces se veneraba en esta iglesia. Del tiempo de nuestro Obispo hallo que celebró órdenes en la capilla de este palacio Don Arnaldo, Obispo Valonen., IX kal. octobris 1346. Item, Don Fr. Bernardo, Obispo Civitatense en las témporas desde el mayo de 1347 hasta el septiembre de 1348, en que las tuvo Fr. Arnaldo, Obispo Galtellinense, el cual continuó en la vacante y los años siguientes (Reg. ordin). De lo dicho hasta aquí conocerás cuán errado está el cómputo que siguen los Bollandistas (act. SS. VIII junii) diciendo que nuestro Obispo lo fue desde 1198 hasta 1216. Lo confundieron con Arnaldo Crexell. El año de la muerte de este Prelado será para siempre memorable en la Europa, y particularmente en esta provincia y diócesi por la cruel peste que mató dos terceras partes de sus habitantes, según las noticias de los cronicones antiguos. En el inventario de los bienes de un difunto, hecho a 1.° de diciembre, dicen los marmesores que lo formaron ellos mismos quia non potuimus, dicen, habere scriptorem qui conscriberet inventarium, etc. por causa de la mortandad (Archivo de la Colegial de San Félix). A lo mismo se atribuye la elección de Prior del monasterio de Santa María de Rivas de canónigos de San Agustín, hecha por un solo individuo que se salvó de la peste, muertos todos los demás (Cur. epis. lib. XX. Not. fol. 76). Otra elección más singular referí ya en las cartas del monasterio de Bages, diócesi de Vique. El docto Premonstratense Don Jaime Caresmar atribuye a esta devastación la despoblación actual de Cataluña respecto de los siglos anteriores a ese año; y sobre ello escribió una docta y difusa carta al Barón de la Linde, de que en otra ocasión se hablará. Un cronicón de acá dice: anno MCCCXLVIII fuit maxima mortalitas hominum et mulierum, taliter quod ex peste perierunt in ista diocesi Gerund. et etiam provintia Terrachone duae ex tribus partibus hominum et mulierum: et tunc major pars mansorum pagensium venerunt ad defectum heredum et fuerunt derelicti et desabitati praesertim in montibus. La regla que se siguió por esta causa en lo tocante a la posesión de las heredades y derechos que percibía en ellas la iglesia, indicará de algún modo la nota adjunta (a: Ap. núm. III.). Más apreciable te será la copia de la carta de un veguer de Narbona, que refiere a los jurados de Gerona la causa de aquella mortandad, atribuyéndola a ciertos polvos venenosos que algunos pobres mendigos mezclaban con el agua, víveres, etc., inducidos por los enemigos de la Francia; de los cuales algunos habían sido severamente castigados en Narbona, Carcasona y el lugar de la Crassa (b: Ap. núm. IV.).

Nada más por ahora y vamos al sucesor

BERENGUER
DE CRUILLES.


de
1348 a 1362.


Tío
de su antecesor Guilaberto y canónigo y Capiscol mayor de esta
iglesia; fue provisto su Obispo por el Papa Clemente VI, el cual con
fecha de Aviñón a 17 de enero del año VII de su pontificado
(1349), dio comisión a Antonio, Arzobispo Jerosolimitano, para que
consagrase al electo. Verificolo en esta misma Catedral, asistido de
los Obispos también titulares Fr. Adán o Juan Abtense, y Fr.
Arnaldo Galltellinense o Galtelliense (Galtellinense más arriba)
(Curia episcopal, lib. XXI. Not. fol. 93 b.) Así que el principio de
su pontificado es el enero de 1349, desde el cual son continuas las
memorias de su gobierno, pero pocas de entidad. Es sin embargo
notable que en su tiempo acabó la cuenta de los años de la
Encarnación, y el uso de los idus, nonas y calendas, mandando el Rey
Don Pedro IV que en adelante se contase à nativitate y por los días
del mes. También se erigió en su tiempo el ducado de Gerona para el
primogénito del Rey (N. E. principado de Gerona en algunos textos):
cosas conocidas y de que se dijo ya otro día, las cuales se
verificaron en las famosas cortes de Perpiñán de 1351, donde se
halló nuestro Obispo, y donde el día 28 de febrero asistió como
testigo al juramento y homenaje que prestaron los síndicos de Gerona
al nuevo Duque el Infante Don Juan, en manos de su ayo y maestro el
noble y docto Bernardo de Cabrera. En algunas notas he visto que a 6
de septiembre de 1353 nombró por patrono del lugar de Lledó a San
Lamberto mártir, cuya iglesia parroquial sé que visitó en 1354 el
Arzobispo de Tarragona Don Fr. Sancho. En las Constituciones que
tengo copiadas del concilio de Tarragona de ese mismo año no consta
de su asistencia; en las del 1357 se expresa que envió su
procurador. Acaso andaba en la corte del Rey donde estaba el año
siguiente, en que ejercía los pontificales el obispo Galtelliense
(pone Galtelliese), que fue siempre su auxiliar, y ya en 1352
consagró en el convento de Santo Domingo los altares de los
Inocentes en la sacristía y de San Miguel en el capítulo, en los
días 14 y 15 de septiembre. De lo dicho en los correos anteriores
colegirás lo liberal que anduvo este Prelado con su iglesia, y la
mucha parte que tuvo en los adornos del altar mayor, y en el
adelantamiento de la fábrica del templo, para la cual extendió por
otros cincuenta años el estatuto de anatas. Las sinodales recuerdan
el celo y fortaleza con que sostuvo los derechos de su esposa contra
las tentativas de Don Raimundo, Conde de Empurias, a quien a pesar de
ser hijo del Rey de Aragón y de los ruegos de su padre, no levantó
la sentencia de excomunión que contra él había fulminado hasta que
dio satisfacción competente pagando por los daños causados 20.000
sueldos. En uno de los Cartorales de la ciudad, fol. 137 b., leí el
decreto con que el Rey mandó a 6 de octubre de 1356 que se
fortificase el lugar de Palamós, dando para ello comisión a nuestro
Obispo y al veguer de esta ciudad Raimundo de Plegamans. En 1362, a
21 de abril, instituyó el mismo Prelado que en los sábados, después
de la misa de la Virgen, se cantase in jubilo la antífona Salve
Regina, y luego se dijesen los VII salmos penitenciales. Estaba a la
sazón en Barcelona, o pasó allá luego, porque es cierto que murió
en aquella ciudad día 26 de julio del mismo año 1362. Los
necrologios añaden que está enterrado allá en la iglesia de los
frailes Menores.

ÍÑIGO
VALLTERRA

de
1362 a 1369.



Valenciano
y de noble linaje, fue electo Obispo de Gerona el mismo año en que
murió su antecesor; y yo he visto acá algunos actos de su
procurador, que le llama electo, y son del día 30 de octubre. Estaba
ya personalmente en esta iglesia en los capítulos pascuales del año
siguiente. Convocadas cortes en Lérida para el día de San Lucas de
1364, nuestro Obispo envió por su procurador a Guillermo Tagamanent.
Quedan de este Prelado muchas constituciones y la colección de todas
las sinodales hasta su tiempo, que irán copiadas otro día. También
renovó la de que los sínodos se tuviesen en la feria IV post
dominicam in albis, como hoy se observa. Estaba en Tarragona en las
témporas de diciembre de 1366 cuando celebró órdenes. En 1368
quitó el uso de las colaciones en el refectorio por evitar los
abusos de mezclarse seglares. Del año anterior he visto también las
disposiciones que tomó para remediar la disminución de rentas de la
prepositura de noviembre, por la despoblación entera del lugar de
Lloret, que era propio de ella, con ocasión de la peste anterior de
1348. Siguió gobernando esta iglesia hasta principios de 1369.
Todavía dio órdenes Sábado Santo, 31 de marzo, mas luego fue
trasladado a la de Segorbe y Albarracín, y de ella a la de
Tarragona, donde vivió hasta 1407. En los Viajes de ambas iglesias
hallarás lo que aquí falta.

JAIME
ÇATRIA (DE TRILIA O TRILEA) (ça : ipsa, Çatrilla)


de
1369 a 1374.


Era
ya canónigo de esta iglesia en 1330. También fue Arcediano de la
Catedral de Mallorca, en cuyas actas capitulares de 1373 en ciertas
cuentas, hay un item de treinta y dos libras que se le habían pagado
por el viaje que hizo a la corte real en nombre de todo aquel clero
sobre asuntos de imposiciones, y así no hay duda que residió allá;
no sé por qué camino ocupó esta Sede, de la que tomó posesión a
mediados del año 1369, y juró personalmente los estatutos de la
iglesia día 21 de agosto del mismo (Cur. ep., libro L. Not. fol.
79). En las témporas inmediatas dio órdenes Don Jaime, Obispo
titular Triliense de licencia de nuestro Don Jaime, y siguió con el
mismo oficio hasta el 1371. Del año siguiente a 13 de julio está
firmado en los registros de esta ciudad un diploma del Rey Don Pedro
IV, nombrando a este Obispo capitán de Gerona y su veguería, con
especial encargo y jurisdicción de entender en lo relativo a
víveres, hospedaje, quietud y demás necesario en el tránsito de
Bertrán Claquí y sus compañías que regresaban a Francia. El año
siguiente 1371 fue encargado de recibir a la Infanta de Francia,
esposa de Don Juan, primogénito de Aragón, Duque de Gerona y Conde
de Cervera, para lo cual tuvo que pasar a Montpeller, como lo dice él
mismo en una escritura de poderes que hizo el día 14 de agosto
(Ibid. libro LIV. Not., fol. 40). De poca importancia son las otras
memorias que nos quedan hasta el día 1.° de marzo de 1374 en que
murió, no el 30 del mismo, como dicen los necrologios. Porque en los
Registros de órdenes consta, que a 18 de este mes los Vicarios
generales sede vacante dieron facultad para celebrar órdenes a Don
Fr. Francisco, Obispo Cunaviense, que también las celebró a 27 de
mayo en las témporas de la Trinidad, y con facultad de los mismos
vicarios generales.

BERTRÁN
DE MONRODÓ


de
1374 a 1384.


Sobrino
de su antecesor Arnaldo del mismo apellido, y canónigo y Arcediano
de Besalú ya mucho tiempo había en esta iglesia.
Fue provisto
en la dignidad episcopal poco después de la muerte del Obispo Jaime,
y una nota del libro llamado de Estatuts, que supone muerto el
antecesor a 1.° de marzo, dice que el nuestro fue electo a 11 del
mismo mes. No salgo fiador de esto. Lo que sé es que con el dictado
de Obispo suena ya en escritura del día 2 de junio de 1374. El día
8 del mismo mes y año juró personalmente los estatutos (Lib. Notul.
cur. episc. eo anno). Pocas cosas hallo que contar del tiempo de su
gobierno, si no es que a 13 de enero de 1376 bendijo solemnemente en
esta Catedral a Ponce, Abad Cisterciense de Santa María la Real en
Mallorca. En el mismo año prohibió la entrada de seglares en el
convento de religiosas de San Nicolás de Camprodon. Lo mismo hizo el
año siguiente con las de San Daniel de esta ciudad, imponiendo para
ello pena de excomunión a su abadesa Ermesindis, aunque poco después
moderó en parte esta constitución.


A
4 de abril de 1377 mandó que en toda la diócesi, desde el día de
la Anunciación hasta Todos Santos, se digan en maitines, misa y
vísperas la antífona Gaudent in coelis, etc., con la oración de
los Santos Abdón, Senén y Macario, y que después de la misa mayor
se tocase la campana para que el pueblo dijese un Pater. Todo como
rogativa por las cosechas (Reg. eo anno). El mismo año celebró
órdenes aquí Don Fr. Martín, Arzobispo de Seleucia (Seluciensi), y
también en 1379. En el Libro verde, fol. 36, queda la escritura de
venta que con varios Abades hizo al Rey Don Pedro del derecho de
bovage (bovaje, bouage; bou, bovis) en ocasión de la guerra de
Sicilia, contando a razón de ciento y diez sueldos de moneda
Barcelonesa de terno por cada foc (Ver censo de Pedro IV, foch :
fuego, hogar). Fue esto en 1379. Algunas constituciones hizo
oportunas para el gobierno de la iglesia, cuya noticia no sirve para
su historia ni para la general. Vivió hasta el año 1384, en que
murió martes 4 de octubre hora prima diei, como dicen los registros
de la curia. Tiene su entierro en la capilla de los Santos Mártires,
en la pared lateral de la epístola. Le sucedió  

BERENGUER
DE ANGLESOLA


(de
Angularia decían en latín)


de
1384 a 1408.


De
la noble casa de este apellido en Cataluña. Fue electo por este
Capítulo, y por compromiso en tres de sus individuos, día 18 de
octubre de 1384. Hallábase el electo en Villafranca de Panadés,
donde se le notificó y aceptó. A pesar de esto y de haber sido
confirmado por su Metropolitano, y de haber jurado los estatutos de
la iglesia día 15 de febrero de 1385, no se consagró hasta el año
siguiente, domingo día 5 de agosto, por el Obispo de Vique Don
García Fernández de Heredia, asistido de Juan, Obispo Doliense, y
Fr. Arnaldo Ortanense u Ottanense. Asistieron también a este acto el
Duque de Gerona Don Juan con su mujer Yolante (Violante, Yolanda,
como la húngara que fue mujer de Jaime I) y Don Martín, ambos hijos
del Rey Don Pedro, y los nobles Gastón de Moncada y Berenguer de
Cruilles. Consta esto de los registros de la curia episcopal. No
esperó el Prelado a esto para comenzar a manifestar su celo
pastoral. Del día 2 del junio anterior ya nos quedan algunas
constituciones suyas, que por su conexión con la parte ritual van
copiadas (a: Ap. núm. V.). Lo mismo quise hacer con la bula de
Gregorio XI, condenatoria de los errores de Raimundo Lull, Mallorquín
(Lulio, Ramón o Ramon Lull, como él escribía su apellido; ver
obras rimadas suyas edición de Gerónimo Rosselló, online en
regne Mallorca blogspot, que he editado), dat. VIII. kal.
februar., año VI de su pontificado, y que fue presentada a nuestro
Obispo día 29 de julio de 1388, y la mandó publicar. Mas
considerando que está ya publicada, lo dejé. Algunos muy delicados
en esta materia han dicho que este documento fue fingido por Fr.
Nicolás Eymerich, inquisidor y actor principal en esta causa. Si el
haberse perdido el libro de registro Pontificio donde debía estar
dicha bula, vale para sospechar su suplantación, mucho más valdrá
para asegurar la verdad y legitimidad de tan famoso instrumento el
hallarse, como se halla, registrado ad longum en los libros
originales de esta curia episcopal, como efectivamente se halla en el
Manual, o sea protocolo núm. XVI, fol. 71, escrito como todos los
demás a proporción que sucedían los negocios. Con lo mismo se
desmiente lo que han supuesto sin probar, que la tal bula no se
conoció en la provincia Tarraconense antes del año 1393. También
es del tiempo de nuestro Obispo la persecución de los Judíos, que
tuvo aquí lugar como en toda España. Sucedió en esta ciudad día
10 de agosto de 1391, un mes después de la de Valencia. Hablan de
esto así en globo y sin especificar circunstancia alguna, varias
notas coetáneas.


El
Prelado continuó su gobierno, aunque ausente algún tiempo de esta
iglesia, donde tenía por auxiliar a Fr. Raimundo, Obispo de
Terranova, de la orden de Santo Domingo, como he visto en varias
memorias hasta fines de este siglo. Más adelante hallo otros Obispos
titulares ejerciendo acá los pontificales; es a saber, Fr.
Francisco, Obispo Civitatense, alias Terrenove desde 1398 (así le
llaman los registros) y Fr. Pedro, Episcopus Suellen. a 3 de junio de
1406. Se me olvidaba la noticia de haber celebrado aquí órdenes Don
Bernardo, Arzobispo de Cáller (pone Caller; en Cerdeña), en 1389,
día 3 de abril, Don Fr. Juan, Arzobispo Arborense en 1401 y los dos
siguientes. Electo Papa el famoso Pedro de Luna (Benedicto XIII, de
Illueca, aragonés como pocos), fue uno de sus más fuertes
defensores y de los que más trabajaron en embajadas, y por otros
caminos para sostener su derecho al papado. Remuneró el Pontífice
sus servicios y méritos haciéndole Cardenal presbítero con el
título de San Clemente, lo cual se verificó en el diciembre de
1397, dejándole con la administración de la iglesia Gerundense, a
que después se añadió la Portuense. Las bulas de la nueva dignidad
se presentaron al Capítulo día 22 del mismo mes y año.


Su
madre Constanza de Anglesola murió en Gerona a 26 de mayo de 1400, y
para la solemnidad de su entierro se suspendió el entredicho que
aquí había, no sé por qué causa, aunque esto era en aquellos
tiempos muy frecuente, merced al vigor en que estaban las
constituciones sinodales sobre la inmunidad. El año siguiente
acompañó él mismo el cadáver de su madre a Poblet al entierro
 de
sus mayores. A pesar de los negocios que ocuparon continuamente al
Obispo, no perdió de vista el cuidado de su diócesi. Visitó la
catedral en 1386 y 1404. En 1396 prorrogó las anatas para la fábrica
de la iglesia. En 1401 hizo una curiosa constitución que va copiada
(a: Ap. núm. VI.) sobre los vestidos de los clérigos y otras muchas
que omito. Asistió a los concilios provinciales que se tuvieron en
su tiempo. Finalmente, acudió a Perpiñán para el que había
convocado el Papa Luna en 1408; mas antes de comenzarse sus
principales actas, falleció allí mismo día 22 de agosto del mismo
año. Trájose acá su cadáver, y se depositó en un buen sepulcro
de mármol en el presbiterio de esta catedral a la parte del
Evangelio, donde no se ve inscripción alguna.

FRANCISCO
DE BLANES

1408.

Canónigo
de esta Catedral desde el 1386, y Arcediano de la Selva en 1404. Fue
electo Obispo por el Capítulo a 27 de agosto del mismo año en que
murió su antecesor, y tomó posesión día 8 de octubre. Un Cronicón
coetáneo dice que fue hecho Obispo este día 8 de octubre, y que fue
trasladado a la iglesia de Barcelona a 5 de enero de 1409. De tan
breve pontificado no queda otra memoria que la presencia del Prelado
en esta ciudad, donde celebró órdenes. Sucediole muy pronto

FR.
RAIMUNDO DE CASTELLÁ 
(DE
CASTLARIO.)

de
1409 a 1415.

Benedictino
y Abad de Ripoll y Obispo de Elna. En el Abadiologio de Ripoll dije
de sus tragedias, siendo Abad de aquella casa. El Cronicón citado
dice, que fue hecho Obispo día 6 de enero del mismo año. Sábese
que tomó posesión a 9 del mismo, y que celebró ya aquí órdenes a
1.° del junio inmediato. A 12 del junio próximo pasó por esta
ciudad el Papa Luna, regresando de Perpiñán a Tarragona con toda su
corte. Fueron convocados todos los Abades, Priores y Prepósitos de
la diócesi. Es constante por el registro de órdenes, que el Obispo
estuvo siempre presente en esta ciudad hasta el 18 de marzo de 1413,
en que celebró las últimas que constan en el libro. Debió
ausentarse luego, y como por estos tiempos sucedieron las revueltas
por causa de la muerte del Rey Don Martín, los jurados de esta
ciudad persuadidos de la falta que hacía en ella el Prelado,
escribieron al Papa que le permitiese volver a su grey, y aun a él
mismo lo rogaron repetidas veces. Las cartas he visto en los Manuales
de la ciudad del 1410 y siguientes. Mas creo que no lograron su
deseo, porque el Papa deseaba ardientemente tenerle consigo, como se
ve en una carta que se conserva en un vol. de Miscelánea del
archivo, en que manda a nuestro Obispo por segunda vez pasar a su
curia para los graves negocios que tenía que encargarle, fecha a 25
de febrero de 1409. Finalmente el Obispo murió en Valencia, donde se
hallaba el Papa Luna, domingo a 5 de mayo de 1415, dum medium
silencium tenerent omnia et nox in suo cursu esset, dice el libro del
secretariato de la Catedral a 1402, fol. 1. Llegó acá la noticia el
miércoles siguiente, vigilia de la Ascensión. Con fecha del día 10
del mismo mes y año, ya escribieron los jurados
 al
Papa y al Rey para que nombrasen por sucesor a Don Narciso de San
Dionís, natural de esta ciudad, y cubiculario del Papa Luna. Con
todo eso el sucesor fue 

DALMACIO
DE MUR

de
1415 a 1420.
Electo por este Capítulo, según se dice a 9 del
diciembre siguiente. Sé que tomó posesión el día último de dicho
mes, o el 1.° de enero de 1416. Era antes Arcediano mayor de esta
misma iglesia, donde obtuvo canonicato en 1409. Vino luego a
gobernarla personalmente, y puso grande atención en la continuación
de la fábrica del templo, que se continuaba de una sola nave,
conforme se dijo en los correos anteriores. Tras esto visitó la
Catedral e hizo algunas constituciones. El 1418 pasó por esta ciudad
un Legado del Papa Martino V, a quien se hizo recibimiento solemne,
de cuya ocasión se aprovecharon algunos malsines para robar y aun
destruir la Sinagoga del Call, sus libros, etc. Esto excitó la
atención de los jurados y jueces reales, que castigaron con
severidad este atentado contra la fé pública. El Legado juntó
luego en el septiembre del mismo año un concilio en Lérida, al cual
asistió nuestro Obispo, donde se trató sin fruto por entonces de
acabar con las reliquias del cisma, y también de varias imposiciones
al clero. En el libro llamado de Calzada de esta Catedral quedan
escritas las actas, y digamos un diario por menor de lo ocurrido en
aquel concilio, ignorado hasta en el nombre. Por esta razón debí
resolverme a copiarlo todo, pero es muy difuso. Su autor es Dalmacio
de Raset, canónigo de esta iglesia y Arcediano de la Selva, y
asistió en el congreso como procurador del Capítulo.

Muchos
y graves negocios manejó nuestro Prelado, de quien se valieron los
Papas y Reyes en varias ocasiones delicadas. Esta iglesia le disfrutó
muy poco, porque fue trasladado a la de Tarragona el año 1420 por el
enero, según dice un Cronicón coetáneo de esta Catedral, y es el
que más dilata esta translación, que otras memorias la fijan en la
mitad del año anterior. Aun ausente de acá siempre conservó un
particular afecto a esta ciudad e iglesia, como se ve en las cartas
que quedan en el archivo de la ciudad, y particularmente en la Biblia
que regaló a la Catedral años adelante, conocida con el nombre de
Carlo Magno. De esto ya se dijo días atrás.

Es
notable este pontificado para Gerona por haberse erigido durante él,
es a saber, a 19 de febrero de 1416, el título de principado de
Gerona
, con que el Rey Don Fernando I de Aragón quiso
fuese reconocido el primogénito de esta corona, de lo cual tratan
nuestros 
historiadores.

ANDRÉS
BERTRÁN

de
1420 a 1431.

Valenciano
famoso en su conversión del judaísmo, de lo que he hablado ya otras
veces. Era limosnero del Papa Benedicto XIII,

quien
le dio el obispado de Barcelona en 1416, y de allí le trasladó a
Gerona al mismo tiempo que Don Dalmacio de Mur pasó a la
metropolitana. Tomó posesión día 14 de febrero del mismo año
1420, como dice el citado Cronicón. Hallábase ya aquí día 30 del
mayo siguiente, cuando con el Capítulo hizo constitución de que la
fiesta de los Santos cuatro Mártires no se celebrase en adelante el
día 31 de mayo, por evitar la concurrencia de la Ascensión o
Pentecostés, sino el lunes después de las octavas de Pentecostés
(V. 
Dorca,
pág. 88). Desde ese día hasta el año 1431, en que volvió a la
Sede de Barcelona, hay aquí memorias frecuentes de su gobierno, y
algunas constituciones de poca monta en el lib. de Calzada, fol 214.

En
el mismo, fol. 451, están las actas o diario del concilio provincial
que celebró el Arzobispo Dalmacio de Mur en 1424, donde nuestro
Obispo fue nombrado Embajador al Papa Martino V. Por estos años
sintiéronse acá muchos terremotos que ocasionaron grandes daños.
Dícelo una nota coetánea en la Catedral con estas palabras:

"Anno
MCCCCXXVII die festi Purificationis... fuit magnus terremotus, non
antea visus nec auditus... et propter maximas tres concussiones quae
fuerunt in terra illo die, dicitur quod interierunt in eodem die
intus ecclesias audientes divinum officium, ultra mille personas.
Ruerunt enim, et fuerunt solo coaequatae inter alia loca, villae
Amerii, S. Felicis de Payarolis, Oloti, Rivipulli, Campirotundi,
locus et ecclesia S. Stephani de Oculo. Duravit ista tribulatio usque
ad annum MCCCCXXXIIII.” (1434) En una de las procesiones de
rogativa que se hicieron ese mismo año por el mes de septiembre se
sacó la imagen de nuestra Señora, que llamaban donada per lo Sant
Rey Carlos, como decían los jurados en la resolución que sobre ello
queda en sus libros de Registro. A esta calamidad se añadían las
discordias civiles que afligían particularmente a Gerona, y
ejercitaron mucho el celo y amor a la paz de nuestro Prelado, por
cuya mediación, y la de Jofre de Canet, Comendador de la orden de
San Juan, se concordaron las nobles familias que andaban reñidas.
Mas luego, en 1429, se suscitaron nuevos bandos entre Mossen
Francesch de San Martí, domiciliado en esta ciudad, y Juan Margarit,
para cuya composición, y para evitar los grandes daños que se
causaban mutuamente ambos partidos, los jurados pidieron al Rey que
pusiese entre ellos la tregua real (así se explican) por el mayor
tiempo que pudiese ser. Estuvo este Obispo en las cortes de Tortosa
de 1430, y el siguiente, a 5 de mayo, fue restituido a la silla de
Barcelona, que antes obtenía. Comúnmente se fija este día de su
translación. Yo sé que todavía se hallaba aquí como Obispo
propio, día 2 del mismo mes y año, en que dio a la iglesia ciento y
cincuenta florines de oro de Aragón para fabricar una custodia del
Corpus. También puedo añadir que el día 5 se declaró aquí la
vacante de la silla. En el mismo año le sucedió

FR.
JUAN DE CASANOVA

de
1431 a 1436.

Natural
de Barcelona, donde se hizo religioso Dominico en 1403. Por su grande
erudición le nombró Martino V maestro del Sacro Palacio en 1418, y
en 1420 a 16 de noviembre, le confirió en encomienda el priorato de
Santa María de Besalú, entonces monasterio de canónigos de San
Agustín. Poco después, en 1424, le promovió a la sede de Bossano
en Cerdeña. Al mismo tiempo era capellán y penitenciario del Papa.
En el Bullario de la orden de Santo Domingo hay un diploma del mismo
Pontífice de 19 de diciembre, año IX de su pontificado (1425), en
que se supone le tenía consignada una pensión de 200 florines sobre
la mensa del Archimandrita del monasterio de San Salvador de Lingua
fari, extramuros de Messina. Llámale en él electo Elnense. Acaso no
tomó posesión de esta silla de Elna hasta el 1429, que es la época
que fijan comúnmente de su obispado Elnense, que por error de
imprenta se llama en Oldoino Eluense. Promoviole al capelo el mismo
Papa en 1430, mas no pudo publicar su nombramiento por haber
fallecido a 20 de febrero de 1431. Verificolo luego el sucesor
Eugenio IV el mismo año, dándole el título de Cardenal de San
Sixto, y al mismo tiempo la administración de esta silla de Gerona,
de la cual tomó posesión día 3 de octubre de 1431. Dicho se está
que esto fue por procurador, y que se mantuvo ausente de su silla.
Por esta razón, y por la falla que aquí había de Obispo, le
escribían los jurados de esta ciudad con fecha de 22 de abril de
1432, que pues él estaba en Roma, hiciese porque fuese nombrado su
auxiliar Fr. Pedro Spital, Dominico, a quien elogian encarecidamente.
Sé que no se verificó la petición, y Fr. Pedro murió simple
religioso. A fines del mismo año 1432 ya hallo en los Registros de
órdenes que las celebraba aquí, y era vicario general del Prelado
el Obispo Laodicense Fr. Julián, y continuó hasta 1434, cuando
empieza a nombrarse su auxiliar Pedro, Obispo Sambariense, y suena
todavía en 1434 (pone 1454, los 3 y 5 se parecen demasiado en este
tipo de letra del pdf). La única cosa que hallo de su gobierno es la
excomunión que fulminó contra los gobernadores de la ciudad, que
exigían del estado eclesiástico los derechos de pan, vino y carne.
Murió el Obispo Cardenal día 18 de marzo de 1436, y llegó acá la
noticia el 28 del mismo. La dilación cierta de estos diez días es
una prueba evidente de que no murió en Barcelona, como dice Diago,
sino en Florencia, como dice Oldoino. Otra cosa es que su cadáver se
trajese a Barcelona y que se enterrase en el convento de su orden, en
lo que nada tengo que decir ni en pro ni en contra. Acaso será su
sepulcro el de un Cardenal que se ve allí en el claustro sin
inscripción alguna. Defendió 
este
Prelado los derechos de Eugenio IV contra el concilio de Basilea,
publicando para ello estos escritos: Tractatus de potestate Papae
super concilium. = Tractatus contra schismaticos Basileenses, si
tamen sunt distincti, dice Echard, forte in biblioteca Vaticana
servati. Con esto se ve que no andan impresos. Muy diferente fue en
este punto de controversia la conducta del Obispo sucesor

BERNARDO
DE PAU (de Pavo y de Paulo) (llaman también pago al pavo en algunos
textos)

de
1436 a 1457.

Familia
antigua de Cataluña, que después fue más conocida por el erudito
Gerónimo Pau o Paulo. En alusión al primer modo de latinizar su
apellido, pintaba este Obispo por armas un pavo, y por respeto acaso
al segundo construyó la capilla de San Pablo de esta Catedral, y en
ella tiene su sepulcro. Era canónigo de esta iglesia desde el 1417,
y fue vicario general de su antecesor Andrés Bertrán. Tomó
posesión de esta silla a 18 de junio del mismo año de la muerte del
Cardenal Casanova 1431. No tengo duda en que debió su promoción a
la elección del Capítulo, ya porque nuestro Rey Don Alfonso andaba
entonces indispuesto con el Papa Eugenio IV, ya porque si el
Pontífice lo eligiera, no es regular que tan abiertamente siguiera
el partido del concilio Basileense, como lo siguió, y consta por los
documentos siguientes. Día 24 de mayo de 1437, confirmando aquel
concilio el estatuto de no admitirse en esta Catedral por canónigos
sino a los que fuesen de genere militari, dice que lo hace en virtud
de la súplica hecha pro parte Bernardi Episcopi, qui nostrae
congregationi incorporatus existit, et Capituli praedictorum
(Gerundensium). Hállase el decreto ad longum en el libro llamado de
Calzada, (den Calçada en otro tomo anterior) fol. 171 b. Hállase
también en el mismo libro el decreto con que fue depuesto el Papa
Eugenio IV. Item a 26 de junio de 1439 dicho concilio, a ruegos de
nuestro Obispo Bernardo, comisionó a los Abades de Vilabertrán y
San Quirico de Colera para el arreglo de ciertos beneficios en esta
iglesia de Gerona (V. el mismo libro, fol. 172). Todo lo cual
evidencia que el Prelado y su Capítulo reconoció por legítimo
aquel congreso y sus actos, a lo menos mientras el Rey de Aragón se
mantuvo contra Eugenio IV. Sin embargo, a pesar de las órdenes de
este Príncipe para que nuestros Prelados acudiesen a aquel congreso,
el de Gerona se mantuvo acá, como consta claramente de los libros de
órdenes, las cuales siempre las dio él aquí. No sé el éxito de
la causa de nuestro Prelado. De una carta de los jurados al Papa,
fecha en 1444 a 6 de mayo, consta que S. S. le había llamado a Roma,
y haciendo un grande elogio de sus virtudes pastorales le ruegan que
le permita restituirse luego a su grey. Lo mismo suplicaron al Rey
(V. Reg. de cartas de la ciudad en estos años).

En
los Registros de órdenes de ese año nos queda la noticia de que
este Prelado partió de Gerona para Roma a 8 de mayo de 1444, y que
estuvo allá dos años y medio, de donde volvió sano y con el
aumento de renta de la abadía de San Pedro de Rodas, jueves a 3 de 
noviembre
de 1446, desembarcando a media noche en San Feliu de Guixols. Durante
su ausencia celebraba órdenes aquí Don Fr. Antonio, Obispo Rondense
in Castella, el cual, en 1446, suena con el título de Obispo
Solsitanense, si no es otra persona distinta y antes del título
Rondense, y de no a otro Antonio, Obispo Civitatense, alias de
Terranova. En los Registros que decía de la ciudad se hallará la
ordinación de los mismos del 12 de agosto de ese año 1446, en que
mandaron a ciertas personas entredichas, en virtud de las
constituciones Tarraconenses, que saliesen todos los días de la
ciudad y su término desde las seis horas de la mañana hasta las
diez de ella, dejando este espacio de tiempo suficiente para que se
administrase la extremaunción y enterrasen los muertos. Cosas que no
podían hacerse estando ellos en la ciudad. También mandaron el 6 de
septiembre siguiente que la casa de la ciudad que se llamaba nova
lotga (llotja; lonja) se dijese en adelante casa del Consell de la
ciutat. Es también memorable ese año por haberse instaurado en él
la pretensión de universidad literaria, de que se hablará otro día.
Por este tiempo hubo inundaciones furiosas del Ter, que en 1445 subió
enormemente, inundando la ciudad hasta el pozo de la escalera de San
Martín. Dejando ahora estas y otras memorias civiles, nuestro
Prelado se hallaba en esta ciudad a 23 de enero de 1449, en que por
hallarse enfermo de gota estipuló con Fr. Pedro, Obispo Sambariense,
el ejercicio de los pontificales como su auxiliar, dándoles 120
florines de oro de Aragón, que valían 66 libras de Barcelona de
terno. (Cur. ep. Man. de ese año). En el de 1450 a 14 de abril, su
vicario general, Dalmacio Raset, que ya nombré arriba, estando
ausente el Obispo, mandó en pública constitución que el día 
martes
3 de la Pascua de Pentecostés fuese colendo, y se hiciesen en él
procesiones de rogativa por la plaga del granizo (ibid). A 4 de
agosto de 1452 regaló el Obispo a la Catedral dos emperials posats
sobra carmesi vermell ab les portopises ò tovalloles negres ab los
seus senyals del
pago. Item un misal complit, etc. Regaló
además varios tapices, bordones y otras alhajas: item, la graciosa
fuente bautismal de que ya dije días pasados. De lo cual hacen
mención su epitafio y el necrologio. En 1454 daba órdenes aquí
Fray Gonzalo, Obispo Auguriense. El mismo año dio nuestro Obispo
licencia a los jurados para construir dentro de la casa del consejo
una capilla dedicada a Santa María y a San Miguel. Andaba por este
tiempo muy adelantada la fábrica de la Catedral, para cuya
continuación prorrogó por otros cincuenta años en el de 1455 la
aplicación de los beneficios vacantes a aquel objeto. En octubre de
1456 admitió por su auxiliar a Don Miguel, Obispo de Nido o
Niocense.

El
Obispo sobrevivió poco a esta época, constando que murió en su
palacio día 26 de marzo del año siguiente 1457 entre nueve y diez
de la noche, de edad de 73 años poco menos, y veinte y uno de
obispado (veinte y dos dice el epitafio). Todo esto consta en los
registros de la Cur. epis., y concuerda con el Cronicón coetáneo de
Breda, el que añade que estuvo de cuerpo presente siete días. Está
enterrado en la capilla de S. Pablo de esta Catedral, en un magnífico
sepulcro de labores varias y caprichosas, donde en un libro abierto y
sostenido por dos genios se lee esta inscripción:

Hoc
in sepulcro conclusus marmore jacet

Doctor
de Pavo Bernardus genere clarus

Sedi
bis denis et binis praefuit annis

Ut
pastor pius, clemens et valde benignus

Hic
quanta fecit fabuntur opera semper

In
Sancti Pauli capellam struxit honorem

Quam
comendandam remittimus aspicienti

Hanc
pulcram binis beneficiis praedotavit.

Duplam
in festo ac vesperis accomodavit

Ad
mortis diem anniversarium egit

Quo
vix est ullum hac in ecclesia visum

Altare
maius quo pallio magnificavit

Capa
casullis et pannis auro de textis

Attendant
cuncta dum dantur maxima festa

Qui
si vixisset, maiora quoque dedisset.

Obivit
mortem in die vicessimo sexto

De
mense marci anno L septimo

Post
quadringenum millenum Domini annum

Orent
ad Christum pro ipso prospicientes.

El
elogio que le hace el necrologio dice también, que el aniversario
que fundó para sí era inaudito en esta iglesia. Muerto el Obispo
Bernardo Pau, el Capítulo procedió a nueva elección, que recayó
en el canónigo y Prepósito de esta iglesia 
Roger
de Cartella (de Cartilliano), de familia distinguida en este país.
Mas él por su humildad o por otros respetos no quiso admitir la
elección ni pedir su confirmación, quedándose simple canónigo
hasta su muerte, que fue a 11 de febrero de 1467, y se enterró en el
claustro delante del altar de Nuestra Sra. de Bellulla. La Sede
siguió vacante más de dos años, en cuyo tiempo hallo notado en el
libro dicho de Estatutos, fol. 178, que el día del Corpus de 1458
asistió a la procesión de pontifical el Obispo de Sta. Justa de
Cerdeña, añadiendo que por estar el tiempo lluvioso se hizo la
procesión con solas sobrepellices sin capas pluviales, menos los
ocho precentores y el Preste. Al fin fue nombrado Obispo sucesor

JAIME
DE CARDONA

de
1459 a 1462.

De
la noble familia de ese apellido, y Obispo ya de la iglesia de Vique,
a cuyo Episcopologio me remito. Por lo que toca a esta ciudad, los
jurados a los nueve días de la muerte del antecesor Bernardo Pau, ya
dirigieron al Papa sus súplicas para que proveyese la vacante en
nuestro Don Jaime, Obispo de Vique. Hacen presente que no piden por
un ciudadano, sino por una persona la más oportuna para calmar los
bandos y males consiguientes que reinaban y trastornaban esta ciudad.
La carta he visto en los Registros de su archivo, fecha a 4 de abril
de 1457. Sin embargo, el Papa no se resolvió a hacerlo hasta que
pasaron dos años, siete meses y diez y nueve días de vacante. El
provisto tomó posesión a 14 de noviembre de 1459 por medio de sus
procuradores Manuel de Monsuar, Deán de Lérida, y el noble Don
Miguel de Borja. No creo que los jurados lograron el fin de su
petición. A lo menos de una carta que el Prelado les escribió desde
Barcelona a 4 de agosto de 1460 (que he visto en el registro
correspondiente), consta que el Rey le detenía en su Corte sin
dejarle venir a su iglesia. Entonces logró del Rey el permiso para
construir de piedra la cañería de la fuente llamada de Lladoners,
tan útil a la ciudad. Por otra parte, el sínodo que se tuvo a 15 de
abril de 1461 fue presidido por su auxiliar Don Pedro de Villena,
Obispo de Santa Justa, por hallarse ausente el Sr. Cardona. Lo mismo
suponen todos los actos de sus Vicarios generales Francisco Vilella,
Abad de San Félix, y Bertomeu Traveser, canónigo de Urgel, que
después tuvo el mismo oficio con el Obispo de Barcelona Don Rodrigo
de Borja en 1478. Finalmente, nuestro Prelado gobernó esta silla
hasta 17 de febrero de 1462, en que fue 
trasladado
a la iglesia de Urgel, donde suena con el título de Cardenal,
dignidad que no sé si obtuvo estando acá todavía. Murió en
Cervera en 1467, como se dice en su lugar respectivo. Acá dejó
instituida la fiesta de la Corona del Señor o de la Santa Espina, en
el viernes después de la octava de la Ascensión. En su traslación
dejó hueco para el grande y famoso Obispo

JUAN DE MARGARIT

de
1462 a 1484.

A
quien Oldoino y otros añaden el primer apellido de Moles. Era
natural de esta ciudad, y de familia arraigada en ella y enlazada con
la de Pau, de la cual era sin duda la madre de nuestro Obispo, pues
se llama alguna vez sobrino del antecesor Bernardo de Pau. De este
Prelado, famoso por sus escritos y conducta en los negocios críticos
de su tiempo, han hablado largamente Nicolás Antonio, Oldoino y
otros. Yo no tengo tanto ocio que pueda repetir lo que ellos dijeron.

Harto
haré con añadir lo que he hallado de nuevo con que aclarar y
certificar ciertos puntos de su historia. Es pues muy cierto que este
Prelado, criado por decirlo así en esta iglesia, obtuvo
sucesivamente casi todos los oficios y dignidades de ella hasta
llegar a ser su cabeza, como se lee en una de sus visitas en 1478.
Era ya canónigo en 1434, en que hizo permuta con otro compañero
(Act. cap. eo anno fol. 67 b.). Había sido promovido a la silla de
Elna, de donde lo trasladó a esta el Papa Pío II, y tomó posesión
a 18 de febrero de 1462 por su procurador y Vicario general el
canónigo Andrés Alfonzello, a quien debo la mayor parte de las
noticias de este pontificado. Fue recibido acá con gran júbilo,
porque además de lo dicho era persona muy acreditada en varias
embajadas.

Sus
primeras operaciones ya fueron una prueba de su fidelidad al Rey Don
Juan el II. Había ya más de catorce años que los rústicos
llamados homines de redimentia (pagesos de remensa) se rebelaron
contra sus señores seculares y eclesiásticos, negándose a pagar lo
que ellos llamaban abusos. Esta conmoción, como todas las populares,
paró en negar al Rey sus derechos y aun la obediencia. La prisión
decretada y ejecutada del Príncipe Carlos de Viana, enardeció los
ánimos, y fue el apellido de la rebelión que por tantos años
afligió a este país. Por lo que toca a esta ciudad, en el primer
año de este pontificado fue sitiada dos veces por los enemigos del
Rey. La primera día 6 de julio por el Conde de Pallás, que la dejó
libre el día de San Apolinar. La segunda el día 2 de noviembre y
duró un mes. En el mayo del año siguiente la sitió Rui Díaz de
Mendoza. Siguiéronse otras invasiones más o menos fuertes, teniendo
que ceder en algunas de ellas a la fuerza la fidelidad de los
habitadores de Gerona. De algunas cosas particulares que en ello
pasaron y de la alternativa de aquel gran suceso, sobre lo que dicen
con extensión los cronistas, singularmente Zurita, no te dará
pesadumbre leer lo que apuntó el citado Alfonzello en los libros de
secretariato de Capítulo, de las cuales notas envié ya copia en los
correos anteriores. También se habló del incendio de su curia
acaecido en su 
tiempo.
Nuestro Obispo era tan amado del Rey como aborrecido de los
partidarios de Barcelona; que si estos le pregonaron con otros muchos
como traidor a la patria, el Príncipe, mirándole como uno de los
apoyos de su causa, le concedió en privilegio particular del año
1465 que pudiese así él como su hermano poner sobre el escudo de
armas de su familia las del Rey. Tráelo Oldoino, que me ahorra decir
más en esto. A este mismo afecto y gratitud del Rey debe atribuirse
la gracia extraordinaria de conferirle el cancillerato de la
universidad de Lérida, que por condición precisa de su fundador Don Jaime II, sólo podía proveerse en un canónigo de aquella iglesia.
En escritura que he visto en la Curia episcopal de 1468, nuestro
Obispo como canciller hizo nombramiento de subdelegado en la persona
de Manuel de Monsuar, Deán de Lérida. A pesar de seguir con tanto
tesón el partido real en las revueltas sobredichas, se quejó
altamente de las violaciones de las iglesias que sus soldados y
ministros hicieron y mandaron, tomándose la plata y alhajas de
ellas, y saqueando particularmente el monasterio de Ripoll en 1464,
donde se apoderaron del altar mayor o frontal de oro, muy semejante
al de esta Catedral, de peso de 30 marcos de oro, con otras alhajas,
según dice el citado Alfonzello. Entonces fue cuando nuestro Prelado
escribió el libro que intituló Templum Domini, que ningún
bibliógrafo refirió entre sus escritos, del cual vi un ejemplar en
la biblioteca de la Catedral de Barcelona, en cuyas cartas se hará
su descripción. Y que sea obra de nuestro Obispo consta no sólo de
lo dicho allí, sino particularmente del testigo ocular Alfonzello,
que 
además
de expresar la causa porque lo escribió, que es la misma que el
autor indicó en su prólogo, hace también la exacta descripción
del libro con estas palabras: "Et inde coactus est componere
unum aureum tractatum quem vocavit Templum Domini, in quo tractat
quanta reverentia debeatur ecclesiis, ostendens quod apud Sarracenos
templa etiam idolorum et falsorum Deorum fuerunt venerata,
describendo malos et bonos, videlicet, qui in utraque etiam lege
mosayca et evangelica bene vel male mortui sunt ex reverentia vel
irreverentia templorum.”

El
padre Roig dice que vio en el archivo de la iglesia de Barcelona un
libro escrito por nuestro Obispo en que refiere con extensión las
revueltas de aquellos tiempos, excediéndose, como supone, en
acriminar algunas personas y abultar los hechos que pasaron. No dice
más Roig, y creo que basten esas señas para tener por obra
diferente la que él dice, de la que yo acabo de hablar.

Tampoco
respetó este Obispo a la carne y sangre, cuando se atravesaba la
causa de la iglesia. Así en 1470 excomulgó a Juan de 
Garriera
(se encuentra Çarriera y Çariera), capitán de Gerona, casado con
su sobrina Yolante, hija de Bernardo Margarit su hermano, por haber
encarcelado a un clérigo de la Colegiata de San Félix. Las actas
capitulares advierten que no atreviéndose nadie a tocar la campana
en el acto de excomulgar a aquel capitán por respeto a su persona y
poder, la tocó el Obispo por su misma mano.

El
año siguiente 1471 propuso al Capítulo la erección de un colegio
de niños de canto para el servicio de esta iglesia. Dotole más
adelante, y comenzaron a servir en 1478, día 14 de agosto,
puntualmente el mismo en que recibió la primera noticia por parte
del Rey de Castilla Don Fernando el Católico, de las diligencias que
se practicaban en Roma para honrarle con el capelo. Tardó esto en
verificarse algunos años, como se dirá luego. En el de 1479 se
halló en Barcelona en la muerte del Rey Don Juan II, acaecida a 19
de enero entre siete y ocho de la mañana, y como lo avisó él mismo
al Capítulo en carta fecha el mismo día. En 1480 a 24 de mayo se
hallaba aquí visitando y extrayendo algunas reliquias de los Santos
Mártires Germano, Justuro, etc. Poco después de esto le nombró el
Rey por su embajador al Papa Sixto IV, al Rey de Nápoles y al Dux de
Venecia; y estando ya para emprender este viaje a 24 de marzo de
1481, encargó los pontificales a su auxiliar Don Basilio, Obispo
Plonassense en Cerdeña, como consta de escritura que para ello se
hizo dicho día y está en los Notul. de la cur. episc. Partió de
esta ciudad dos días después, como dice un Cronicón coetáneo de
San Salvador de Breda, de que hablaré en su artículo; el cual añade
que esta embajada fue dirigida a Provenza y Génova, y con ocasión
de la guerra que los Turcos hacían contra Italia. En otro artículo
añade que fue enviado a Venecia. Lo que ejecutó en esta embajada
refieren los historiadores. En carta que le dirigieron los jurados a
4 de febrero de 1483 y he visto en los Registros de ese año, le dan
el parabién per haber, dicen, foragitat per miga de V. S. la
tempeste de Italia é iniunga (f. iniuria) de la religio Xpiana, é
donada introductio de pau é repós á la militant sglesia. Además
le suplican que como hijo de esta ciudad proteja su solicitud de
erigir en ella universidad, y logre las bulas del Papa, así como
había alcanzado la licencia real. De esto último se hablará otro
día. Los servicios que hizo a la iglesia durante 
su
embajada le merecieron el honor de la púrpura romana, a la cual fue
promovido día 15 de noviembre de 1483. Esto que dicen los escritores
consta con más claridad, en la carta con que él avisó a esta
ciudad su exaltación, que por ser tan curiosa como breve copiaré
aquí de su original, que está en el archivo de la ciudad.

"Als
magnifichs y savis los Jurats de Gerona amichs nostres 
carisimos.
Yo titt. S. Lucie in Silice Presbiter Cardinalis Gerund. = Molt
magnifichs y com á frares. Perque som certs pendreu pleer en nostre
promocio á Cardenal, vos avisam com ayr plague á nostre Senyor lo
Papa y lo Collegi dels R.mos Car.es
pronunciarmos en Cardenal ensemps ab quatre altres Prelats, dels
quals som lo segon jatsia indigne. Lo primer hun Arcabisbe de Thors
Frances (Tours) de singular vida y doctrina: lo terç y quart dos
barons Romans, y lo quint un Milanes. Perque siau (pone sian) certs
serem ara Cardenal á tota honor vostra com dabans, y utilitat
daqueixa ciutat, á la qual sobre totes altres portam affectio
singular: y no mes. De Roma á XVI
de noembre 1483. = Yo Card. de Gerona a vostra honor.”

Esta
noticia se recibió aquí con mucha alegría, como era regular.

Por
esta carta se ve también que no le dieron el título de Santa
Balbina, como dicen los Episcopologios, sino el de Santa Lucia in 
silice.
También consta de lo dicho cuan equivocados están nuestros
Episcopologios, que le suponen Cardenal en 1476. Aunque en esto
pudieron ser engañados por un Diario antiguo de Barcelona, que
diciendo como el Rey Don Juan II puso la primera piedra del muelle de
Barcelona en 1477, añaden que la bendijo el Obispo de Gerona, qui
era Cardenal. Mientras este Prelado estaba ausente de su Sede, su
Vicario general, el citado Alfonzello, instituyó el mismo año 1483
en la parroquial de Castellón de Empurias la fiesta de San Lope
Confesor (V. reg. de la cur. episc.) Otras curiosidades he visto de
ese mismo
año. Tal es el pregón que hicieron los jurados a 18 de marzo
prohibiendo severamente los juramentos y blasfemias para templar la
ira de Dios que amagaba a este país con la epidemia que había en
Rosellón. Al mismo tiempo impusieron la pena de azotes públicos a
quien ocultase algún apestado procedente de aquel país. Más
hicieron por el mismo motivo y por haberse manifestado la enfermedad
en Barcelona. Deliberaron que por parte de la ciudad se enviase un
peregrino a Santiago, a quien se entregasen nueve libras de las
catorce que para ese efecto se habían recogido de limosna para la
ciudad: item 52 libras más, de las cuales mandase celebrar cinco
misas en Monserrate, por donde había de pasar para implorar la
misericordia de Dios; y en Santiago comprase un cirio de 22 libras
que ardiese en aquella iglesia, donde se emplease la restante
cantidad en misas, rogando al Santo Apóstol por esta ciudad y su
comarca. Nombraron para esta expedición a un tal Bartolomé Fresch.
El Capítulo nombró por su parte y con las mismas condiciones a
Bartolomé Triter, presbítero. Ambos salieron día 12 de abril de
ese año, asistiendo antes en la Catedral a la misa y sermón, de
donde se formó una procesión solemne que los condujo hasta el
hospital de Santa Catarina. Mandaron acudir a ella a todos los niños
de la ciudad, a quien se dio un dinero para que al regreso de la
procesión diguen lo crit de Senyor ver Deu misericordia, y también
al tiempo de la elevación de la hostia. Los romeros volvieron a 8 de
junio, y fueron recibidos con la misma solemnidad. No cesando el
peligro de la epidemia, mandaron repetir igual peregrinación hacia
la mitad del julio siguiente. A todo esto nuestro Prelado se hallaba
ausente en Roma, donde permaneció hasta su muerte acaecida a 21 de
noviembre de 1484. La noticia llegó acá el 3 de diciembre
inmediato. Dícese que era de edad de 80 años, y que fue allí
enterrado en Santa María del Pópulo. De todo esto y de la
inscripción que mandó después grabar (pone gravar) en Nápoles su
pariente, Julio Moles habla Oldoino. Sólo añadiré que he visto una
copia de su testamento y que la he copiado (a: Ap. núm. VII.).

BERENGUER
DE PAU

Desde
1484 a 1506.

Canónigo
de esta iglesia desde 1468, y precentor en 1472, hecho por su tío y
antecesor Don Juan Margarit. Luego que se supo la noticia del
fallecimiento de aquel Cardenal, se resolvió el Capítulo proceder a
nombramiento de Obispo, congregándose para ello viernes a 10 de
diciembre del mismo año 1484, y fijando para la elección el día 13
inmediato, en el cual salió electo por vía de escrutinio nuestro
Berenguer, que a la sazón se hallaba en Roma muy estimado, como
también su pariente Gerónimo Pau. Creo que 
esta
circunstancia alentó al Capítulo a usar de su derecho antiguo,
confiados en que las calidades del electo inclinarían a la
aprobación el ánimo de su Santidad, a quien escribieron con fecha
del mismo día y también los jurados. Era Papa a la sazón Inocencio
VIII, que no podía olvidar los servicios del difunto Cardenal, y así
luego que su sobrino se presentó con las cartas sobredichas, no sólo
fue recibido con mucha humanidad, sino despachado como se deseaba.
Dícelo el mismo electo en la contestación a los jurados fecha en
Roma a 13 de febrero de 1485. Sin embargo de esto es cierto que no
tomó posesión hasta el 3 de febrero del año siguiente. Hallábase
ya en esta ciudad a principios de 1487, en que a 7 de enero hizo
convite solemne a los jurados y todos los ciudadanos de Gerona, según
dice una nota coetánea, y debió ser con ocasión de entrada en su
diócesis. Los Episcopologios dicen poco de este Prelado. Yo hallo
que en la peste que afligió a esta ciudad en 1490 nuestro Obispo,
lejos de desampararla, asistió a una procesión de rogativa que se
hizo al monasterio de Santa Clara, día 3 de mayo, llevando él mismo
la Santa Espina que se venera en esta Catedral. El año siguiente
1491, a 16 de octubre, consagró en la misma a Fray Vicente, profesor
de teología de la orden de los Menores, Obispo Geropolitano, con
asistencia de los Obispos Francisco Tagatense y Bernardo Iponense.
Entiendo que el Geropolitano es el fray Vicente Trilles, que se
mantuvo casi siempre en Lérida, auxiliar del Obispo Cardenal Don
Luis Juan del Milá. En 1493, a 7 de septiembre, entró en esta
ciudad el Rey Don Fernando con su mujer Doña Isabel, que iban a
tomar posesión de los condados de Rosellón y Cerdaña. Fueron
recibidos con suma alegría e introducidos en la Catedral cantando el
Te Deum, después de haber jurado, según costumbre, guardar las
libertades e inmunidades de esta iglesia. Acompañaban al Rey Don
Gerónimo de Albanell y Don N. Malferit. Esto dicen las actas
capitulares y no más. El mismo año se imprimieron en Barcelona por
Juan Rosembach algunos códices rituales de esta iglesia. Esta
noticia nos conservó la prefacion al Misal de ella misma de 1557,
que prohíbe el uso de estos que digo más antiguos. El año 1495
asistió nuestro Prelado a las cortes de Tortosa, donde a una
propuesta del Rey respondió en nombre de todos con una majestuosa
arenga, tomando por tema lo de Samuel a Saúl: unxit te Dominus in
Regem, et tu liberabis populum ejus, etc. La he visto en el Manual de
ese año en el archivo de
esta ciudad. Acaso le tocó esta función como consejero que era del
Rey, título que este Príncipe le dio cuando le nombró capitán a
guerra de Gerona, junto con Mosen Terrades primer conseller en cap de
la misma ciudad. La carta he visto original en el mismo archivo,
fecha en Almansa a 20 de mayo de 1496. Este nombramiento fue con
ocasión de la guerra que comenzaba con Francia, por cuya causa vino
el Rey a esta ciudad, día 11 del agosto siguiente, donde recibió la
nueva de la muerte de su suegra la Reina Doña Isabel de Castilla
(Isabel de Portugal, reina consorte, esposa de Juan II, 15 de
agosto), y mandó celebrar exequias solemnes a que asistió él mismo
y que celebró de pontifical el Obispo: hiciéronse el día 12 de
septiembre. Del mismo año 1496 nos queda memoria de un amplísimo
jubileo que el Papa Alejandro VI concedió a toda esta diócesis por
espacio de 22 días, desde el sábado de Lázaro hasta la dominica de
Quasimodo. Fue comisionado para su ejecución el Arcediano mayor Juan de Margarit, que después fue Obispo. En 1499 renovó
con el Capítulo la antigua constitución que privaba de toda porción
a los canónigos y presbíteros de Capítulo, que pasaban un mes sin
decir misa por negligencia. A 31 de agosto de 1500 estableció
igualmente que la lectura de escritura que se tenía después de
prima se mudase a las doce del día, en que podía asistir el clero
en mayor número. Nada más nos queda que contar de los años
siguientes hasta el de 1506 en que nuestro Obispo se despidió del
Capítulo, día 17 de agosto, para ir a Sicilia, acompañando a la Reina,
madre del Rey Don Fernando, a ruegos de este Príncipe. Sé que dejó
entonces aquí por su auxiliar al Obispo Iponense Guillermo Serra.
Apenas llegó a Nápoles murió día 5 de noviembre, cuya nueva llegó
acá a 17 del mismo mes. Luego el Capítulo en prosecución de sus
derechos convocó a elección de Obispo, fijándola en el día 5 de
diciembre próximo: en el cual resolvieron postular a la Sede
Apostólica por Obispo a Don Francisco de Aragón, sobrino del Rey de
Nápoles Don Fernando, ya difunto (las actas capitulares dicen:
nepotem ex filio Regis Neapolit.), e hijo de otro Don Francisco de
Aragón, hermano de aquel Príncipe. Creo que efectivamente
escribieron a su Santidad; a lo menos en un Registro de elecciones y
confirmaciones de Abades que he visto en esta curia se halla el
borrador de la carta, fecha dicho día y año. Nada se sabe de lo que
hubo en ello, sino que esta silla se proveyó en otra persona, que
fue

JUAN
DESPÉS O DE ESPÉS.

de
1507 a 1508.

Acaso
el Deán de la iglesia de Huesca y sobrino del Obispo de aquella
silla Don Antonio Despés (V. Fr. Ramón de Huesca, Teatro de las
iglesias de Aragón, tom. VI, página 307 y sigs.) No sé el día
fijo de su provisión en esta Silla, sino que tomó de ella posesión
a 11 de junio de 1507 por su procurador Pedro de Pueyo, Aragonés.
Fue consagrado en Zaragoza. Hízose su entrada pública en esta
ciudad a 18 del diciembre siguiente. Luego pidió al Capítulo
permiso para asistir al coro con sólo sobrepelliz, sin capa, attenta
temporis necessitate. A 4 de mayo de 1508 intimó la visita en la
Catedral y diócesi. Todo quedó por hacer, constando que a 5 de
septiembre vacaba la silla por su renuncia. Muchos años después, en
1515, tomó posesión del obispado de Urgel, el cual gobernó hasta
su muerte en 1530. Por otra parte se sabe cierto que el sucesor,
Guillermo de Boil, 
tomó
posesión de esta Sede de Gerona a 14 de septiembre de ese año 1508.
Como en el espacio desde 4 de mayo hasta el septiembre,

no
hay noticia alguna de Obispo, queda lugar para un nuevo Obispo que
nos indica Finestres (Historia de Poblet, tom. IV. pág. 98), llamado
Guillermo Raimundo; el cual a 5 de julio de ese año concedió 40
días de indulgencia al altar de San Onofre de aquel monasterio.
Ninguna interpretación cabe aquí, si no suponemos equivocación en
aquel escritor. Y yo sospecho que ese Obispo Guillermo Raimundo es el
sucesor Boil, que se llama alguna vez con ambos nombres. Menos sé
cómo entender lo que dice Oldoino (tom. III, col. 338), que el
Cardenal Julio de Medicis, después Papa Clemente VII, entre otras
iglesias, gobernó como administrador esta de Gerona. Bástame por
ahora proponer estas dudas. Las memorias ciertas de esta iglesia no
dan de sí tales especies, y al pontificado de Don Juan Despés
suponen inmediato el de

FRAY
GUILLERMO RAMÓN BOIL

de
1508 a 1532.

El
apellido de este Prelado me trae a la memoria la disputa que hay
sobre el famoso Fr. Bernardo Boil, monje o ermitaño de Monserrate,
primer Patriarca o Vicario Apostólico de las Indias, y últimamente
Abad del monasterio de Cuxá: disputa, digo, muy embrollada sobre su
patria, persona y oficios, por ser muchos los Boiles que entonces
brillaron en la república civil y eclesiástica, de donde nació que
la profesión y sucesos de uno se atribuyen a otro. Así es que a
nuestro

Obispo
le confunden algunos con el Fr. Bernardo, que fue tío suyo, según
parece: otros le hacen religioso Mínimo, vestido por la mano de San
Francisco de Paula. El padre Caresmar en una Disertación que
escribió sobre esta familia, después de hacerle natural de
Tarragona, le supone monje de Ripoll, y sucesivamente Prior de Meyá,
prebenda filial de aquella abadía. Roig viene a decir lo mismo. A
estos escritores, que no alegan prueba alguna de su opinión, opondré
yo los documentos que voy a citar por lo tocante a la persona de
nuestro Obispo, dejando para el fin de mis viajes la Disertación
sobre el célebre Fr. Bernardo, que no te pesará leer.

Pues
señor, nuestro Obispo era natural de la ciudad de Valencia, donde su
familia nobilísima, descendiente de Aragón, estaba ya de antiguo
arraigada con el señorío del lugar de Manises y de otros. Consta
esto del epitafio de su sepulcro y de las actas capitulares, que en
varios artículos expresan claramente la patria y alcurnia de este
Prelado. Dícenlo también las memorias del convento de Santa
Engracia de Zaragoza, de que hablaré luego. Hízose monje de la
orden de San Gerónimo en el monasterio de Cotalva, cerca de Gandía,
el cual gobernó como prior, siendo el 25 de ellos. Desde allí pasó
con el mismo encargo al de Santa Engracia, cuya prelacía fue el
cuarto que la obtuvo, y por dos trienios incompletos, desde el año
1502 hasta el 1508, en que fue promovido al obispado por el Rey
Católico. Esto leí en las Memorias de aquella casa, que en 1661
escribió el P. Fr. Miguel Palain (: Palaín), natural de Graus; el
cual dice que las bulas de la promoción al obispado de nuestro Boil
existían entonces en aquel archivo, donde debió dejarlas como en
prenda de lo que la casa le dio para la expedición de ellas. El
mismo escritor cuenta las varias obras que hizo en sus dos prioratos,
y son: la sacristía, el busto de plata de San Lupercio, la imagen de
San Gerónimo entera y también de plata, que aún existe en el
relicario, con las armas de los Reyes Católicos, trabajada por
maestre Tapias en Barcelona, la cena y juicio del refectorio, y
algunas imágenes que había en la escalera principal, pintado todo
por el maestre Ponte, pintor del Rey Católico, año 1505. Omito
otras varias pequeñas noticias, y vengo ya a las que acá tenemos de
nuestro Obispo.

Sábese,
pues, que tomó posesión de esta Silla día 14 de septiembre de
1508, y que a 30 del octubre inmediato hizo su entrada pública en
esta ciudad. Las Actas capitulares, al hablar de él en este acto,
dicen que era olim Prior monasterii Sanctae Engratiae civitatis
Caesaraugustae, ordinis Sancti Hieronymi, con lo cual se confirma la
verdad de lo dicho. Dedicose tan pronto al desempeño de sus
obligaciones, que en el día 16 del inmediato noviembre ya comenzó
la visita de su Catedral. Desde esta época son continuas y ciertas
las memorias de su existencia en esta ciudad en los Registros de
todas clases, que es ocioso citar. En la dominica II de diciembre de
1509 fulminó excomunión contra los que a 11 de noviembre anterior
habían invadido la iglesia del lugar de Santa Pelaya durante los
oficios divinos, matando en ella a algunas personas, y cometiendo los
excesos horribles que refieren las Actas capitulares. Entre otras
circunstancias de aquel anatema se lee allí mismo que acompañaban
al Obispo doce canónigos con capas pluviales negras y cruz cubierta
con velo también negro; y que al pronunciar el Prelado la excomunión
arrojaron todos en tierra y pisaron las candelas negras que tenían
encendidas, las cuales, recogidas después, fueron arrojadas al río
Ter. Agravó la censura en los dos días siguientes, arrojando contra
los reos tres piedras fuera del templo al tiempo que se decía el
salmo Deus, laudem, etc., todo conforme al rito usado.

A
29 del octubre anterior había celebrado la primera misa de
pontifical en esta iglesia, haciendo antes publicar en toda la
diócesi que los que asistiesen a ella ganarían la indulgencia
concedida por el Papa Julio II. Con esto no es extraño que acudiesen
quince mil personas, como dicen las Actas. Este concurso obligó al
Obispo a decir toda la misa en la cátedra alta, a espaldas del altar
mayor, y al clero a que se colocase en el presbiterio. Otra función
semejante hizo veinte años después, día 8 de septiembre, en la
cual se halló su pariente Don Gaspar Mercader, canónigo de
Barcelona y poco después de esta iglesia. Hallose en las cortes de
Monzón de 1510, 
celebradas
por el Rey Don Fernando, y también en las que dos años después
convocó allí mismo su mujer Doña Germana. Al mismo tiempo cuidó
de imprimir Breviarios para su diócesis, según se colige de algunas
enunciativas de las Actas capitulares, en 1511. Visitando la iglesia
de San Feliu de Guixols en el mes de agosto de 1515, examinó per
ignem el Santo Sudario, que se guardaba en la ermita de San Telmo de
aquella villa, y de consiguiente le declaró legítimo y aprobó su
veneración. En estos y otros ejercicios pastorales le hallamos por
acá ocupado hasta el año 1520, que es el primero en que consta que
no celebró órdenes, y en que suena su visitador y coadjutor Don
Juan de Cardona, Obispo Plonacense. Más adelante, en 1524, suena
junto con este Lorenzo, Obispo Aurense. A 21 de septiembre, 1525,
ordenaba aquí de licencia del Prelado Don Pedro Fernando, o
Fernández, de Jaén, Obispo Drivascense, el cual había sido
consagrado en Roma a 2 de abril del mismo año. Desde 1527 se nombra
su Vicario general Don Juan Miralles, Arzobispo de Tesalónica, en
cuyo oficio duraba confirmado de nuevo a 24 de septiembre de 1532.
Todo esto fue necesario durante la ausencia de nuestro Obispo de esta
diócesi, y su permanencia en la corte Romana por espacio de ocho
años, como dicen las Actas Capitulares hablando
de su regreso; y pues volvió a principios de 1528, es claro que no
partió de aquí hasta el 1520, que es el primer año en que se
nombran sus auxiliares. La causa del viaje no está averiguada;
pudieron ser encargos del Rey, o negocios particulares de su
dignidad: mas ni de uno ni de otro hay noticia por acá. Lo cierto es
que alcanzó allá el fin del pontificado de León X, y se dice que
fue el primero que avisó su elección a Adriano VI, que se hallaba
en Victoria, adelantándose el correo que él destinó a cuantos se
le enviaron en aquella ocasión. Ignoro si se halló en el saco de
Roma por las tropas de Carlos V, verificado en 1527, pues es cierto
que regresaba de Italia por mar en el diciembre de ese año, y que le
apresaron por las fiestas de Navidad unos piratas Franceses, que le condujeron a Marsella, donde estuvo hasta julio del año siguiente,
rescatado de aquella infelicidad por la liberalidad de este clero y
pueblo. La consideración de los ultrajes que en aquella ciudad recibió con los doce familiares que le acompañaban, y la larga
ausencia de su iglesia, obligó al Capítulo a hacerle el
recibimiento acostumbrado en la primera entrada. El pueblo salió alborozado con el más vivo afecto. El Obispo venía con barba larga, pobre y quebrantado; los familiares con tunicelas en traje de cautivos. En resolución, lo que hubo en la entrada solemne de este Obispo lo verás en la nota adjunta (a: Ap. núm. VIII.). Sucedió día12 de julio de 1528
No fue menor la gratitud de nuestro Prelado, que
se dedicó con nuevo esmero a remediar las necesidades de sus
feligreses, afligidos por aquellos años con sequías y otros males.
Una de las cosas que dispuso con su Capítulo para implorar del cielo el beneficio de la lluvia fue que se dijese en la ciudad sin cesar el salterio, repartiendo las horas del día y de la noche entre los cuerpos eclesiásticos de ella. La curiosidad de esta oración
continua me ha hecho copiar el artículo adjunto de las Actas
capitulares, donde lo verás más claro (a: Ap. núm. IX.). También
ordenó varias procesiones de rogativa pro pluvia, y una muy numerosa
a San Feliu de Guixols llevando la cabeza del Santo Mártir Félix,
que allá fue despeñado en el mar. Resolviose esto a 9 de marzo de
1529, suscitándose al mismo tiempo en el Capítulo la duda, si debía
mojarse o no la dicha cabeza en el mar (an sit spargendum aqua), o
rociarse con ella. Hubo ya entonces quienes se opusieron a esto como
a superstición, mas prevaleció la costumbre; y así en esta
procesión como en las que se hicieron por la ciudad, cualquiera
imagen o reliquia que se llevase en ella, o la sumergían en las
fuentes, o la rociaban a lo menos. También resolvió con los jurados
que fuesen a Santiago dos peregrinos, uno por la ciudad y otro por el
Capítulo, al modo que se hizo en uno de los pontificados anteriores,
que ahora no me acuerdo cuál es. Mas la disposición y ceremonias
del de este año van notadas en la adjunta relación, que no te
disgustará (b:
Ap. núm. X.). Todo esto es del año 1529, al cual, y
al día
5 de abril, pertenece la constitución que hizo con su
Capítulo, que en adelante, cuando se dijese la
Aña. Regina coeli se
arrodillase todo el clero de cara al altar mayor, como hasta allí,
según dice, no se arrodillasen hasta el ora pro nobis Deum. Antes de
eso, y a 6 de febrero, había tenido noticia de la muerte de su
hermano N. Boil, Señor de Manises. Las Actas no expresan más. El
Capítulo comisionó dos de su cuerpo que subiesen con vestidos de
luto a darle el pésame. De estos tiempos es la noticia de la maza de
San Benito, de que se habló en los correos anteriores. Hallábase ya
nuestro Obispo muy indispuesto de mal de piedra y con muchas llagas
en las piernas el año 1531; mas con todo eso continuaba su
asistencia a los divinos oficios, y para poderlo hacer con menos
incomodidad, a instancias suyas el Capítulo le concedió, día 12 de
octubre, que pudiese estar en el coro sentado, y quedarse en él,
cuando el clero salía a alguna procesión. Agravándose la
enfermedad, pidió al mismo cuerpo a 25 de noviembre inmediato
permiso para enterrarse en el refectorio antiguo, que con esta
ocasión se convirtió en capilla por nuestro Prelado, como hoy se ve
con la advocación de Nuestra Señora del Claustro, por haberse
trasladado a ella la imagen
de del mismo título, que estaba
donde hoy es el altar de Nuestra Señora de Bellulla. Esta traslación
se verificó a 23 de marzo de 1532, siendo este suceso una prueba del
afecto y atención del Capítulo al Obispo, por cuyo respeto se
sosegó la gran contradicción que hubo en quitar la imagen del
claustro. Finalmente, el Prelado, próximo a morir, recibió el
viático día 21 de noviembre de 1532, y murió el 28 siguiente a las
tres de la tarde, tan pobre como cargado de deudas, por cuya razón
sólo se le hizo funeral mediano sin capell ardent, cual se hacía a
los demás Obispos. No es poco elogio el que hacen de nuestro Prelado
las Actas capitulares, diciendo que no tenía acá pariente ninguno
que lo llorase e hiciese el duelo de costumbre. Esta ceremonia
desempeñaron sus familiares; pero lágrimas no fue menester
procurarlas, que hartas derramaron los pobres y todos los de la
ciudad. Porque cierto, era Prelado de gran mansedumbre y caridad. Su
cuerpo se depositó interinamente en el pavimento delante del altar
de dicha capilla, de donde los años siguientes se trasladó a un
sepulcro de mármol al lado del evangelio de la misma, que
corresponde poco a la pobreza en que murió su dueño. Yo no dudo que
los de su familia cuidaron de construirlo conforme al mérito del
Prelado. Lo cierto es que no hay en esta Catedral otra pieza que le
aventaje en gusto. Está la urna colocada debajo de un arco o nicho,
sobre ella hay una estatua de Obispo en ademán de dormir
sosteniéndose la cabeza con la mano derecha, y en parte más elevada
el escudo de sus armas, en que figura un
buey (bovis, bou) y
un castillo. En el plano hay esta sencilla inscripción:

Ecce
Boill stirpe natus nobilique Guilelmus

Amena
patria Valencie regni.

Hic
pastor vixi per tot discrimina rerum

Ut
requiescam bone viator ora.

M.D.XXX.II.

Muerto
el Obispo Guillermo Boil, aunque los canónigos trataron luego de
pedir por sucesor a Don Juan de Margarit, sin embargo no fueron oídos
tan pronto, que no pasase año y medio antes de ocupar esta silla.
Acaso en este hueco podrá creerse que fuese nombrado a ella Don
Gaspar de Ávalos, Murciano, Arzobispo después de Granada y de
Santiago, y Cardenal de la S. R. I.
Oldoino (tom. III, col. 688)
copia el epitafio que este ilustre Prelado tiene en la Catedral de Santiago, donde se cuenta esta iglesia de Gerona entre las que
gobernó. Y será así que fue nombrado a ella; mas ni de posesión
ni de otro acto suyo, ni aun de su nombre hay memoria en ninguno de
los registros de aquel tiempo. Antes es cierto que desde la muerte
del Sr. Boil hasta la provisión de Margarit, las Actas capitulares
siempre suponen vacante la iglesia, y se dijeron 
siempre
la oración y preces pro futuro Pastore. Así que quede esto dicho
como dudoso, puesto que por otra parte no altera la cronología de
estos Prelados, de los cuales el sucesor fue

JUAN
DE MARGARIT

de
1534 a 1554.

Fue
sobrino del otro que dijimos del mismo nombre y apellido, y de un
pontificado tan ilustre como el de su tío. Era también hijo de esta
ciudad, y canónigo y Arcediano mayor de su Catedral ya desde el año
1494, y de 1504 Prior comendatario de San Pedro Cercada: hombre de
mucho saber y talento político, y como tal ocupado en los 
negocios
más arduos de la iglesia, asistencia a cortes y concilios, etc.
Luego que murió el Obispo Boil, y aun el mismo día, el Capítulo
resolvió escribir al Rey pidiendo por sucesor a su Arcediano,
ocupado entonces en la testamentaria del difunto. Sobre su gran
mérito alegan la experiencia y conocimiento de los negocios
eclesiásticos. Es regular que los jurados pidiesen lo mismo. Mas no
tuvo efecto la demanda que renovaron el año siguiente 1533 a 2 de
mayo, habiendo visto la buena acogida que le hizo el Emperador en las
pocas horas que descansó en la casa de postas de esta ciudad el día
21 del abril anterior. Con todo eso su nombramiento se difirió un
año hasta el abril de 1534. Llegó acá la noticia de ello a 10 de
dicho mes, y tomó posesión el 27 de julio inmediato por su
procurador el canónigo Pedro Fernando Felices. Con esta ocasión
dicen las Actas, que las bulas habían sido protractae per annum et
medium. Hizo su entrada pública día 6 de agosto. A 23 de noviembre
partió para Barcelona para consagrarse, y volvió tan pronto, que
domingo día 13 de diciembre ya celebró su primera misa de
pontifical con indulgencia particular, según se dijo de los Obispos
anteriores. A fines del año de su licencia daba órdenes en esta
ciudad Francisco, Obispo Fesseñ o Fessano, que por otras memorias sé
que ya estaba aquí en 1529, y consagró un altar de San Antonino en
el convento de Dominicos. Otro hubo en 1539 llamado Don Baltasar de
Heredia, Obispo Cirenense. Otro Obispo coadjutor tuvo años adelante,
que fue Fr. Domingo Romeu, Dominico, Obispo de Utica, que después de muchos
años de lectura en esta Catedral y la prelacía de su convento, fue
creado Obispo en 1544. Las actas capitulares nos conservan esta nota:
"Die jovis XIX junii 1544 Rmus. Dominus Episcopus Uticensis Fr.
Dominicus Romeu, magnus theologus de ordine Praedicatorum, qui multos
annos verbum Dei in hac urbe evangelizavit, octavo die Corporis
Christi fecit processionem vestibus episcopalibus
et mitra ornatus. Sit ad laudem Altissimi et ad multos et jocundos
annos: quia hic dies primus quo ipse incepit officium pastorale
exercere.” Era natural de Cervera, hijo de Antonio Romeu, notario,
donde fundó algunas obras pías. En 1559 fundó en esta Catedral
sermón para todos los domingos del año con limosna de seis sueldos.
Permaneció siempre en esta ciudad, donde murió a 5 de enero de 1563
en la casa dicha el arcedianato mayor. La nota del Registro de la
curia de ese año donde esto se lee, le llama sufragáneo del Obispo
de Gerona. Obtuvo en encomienda el priorato de San Pedro Cercada
desde el año 1551 hasta su muerte.

No
extrañes esta digresión: sabes que no pierdo ocasión de hablar de
los Obispos auxiliares, y de este como de todos dije lo que he
hallado de cierto y averiguado. Ahora volvamos a nuestro Prelado Don
Juan de Margarit, que desde luego hizo varias constituciones; trató
de reimprimir Misales y emprendió otras cosas útiles a su diócesi.
Comenzó la visita de la Catedral a 1.° de enero de 1535, mas tuvo
que interrumpirla a fines de marzo para visitar al Rey que venía a
Barcelona. A la misma ciudad volvió en febrero de 1536 al parlamento
general que se juntó después de la conquista de Túnez. Convocado
particularmente al concilio de Mantua, se propuso asistir a él,
aunque tan viejo, y lo intimó al Capítulo en febrero de 1537, mas
no lo verificó. Parece que a pesar de la satisfacción con que fue
recibido en esta ciudad, no le faltaron enemigos crueles desde los
primeros días de su pontificado, que tiznaron su honor calumniándole
ante el Rey y el Papa de varios delitos, y entre ellos de herejía.
Tuvo por compañero en esta tribulación al Abad de Bañolas Don
Miguel Sampsó, hijo también de esta ciudad. Sus jurados y el
Capítulo se mantuvieron firmes en la defensa de ambos, mayormente
cuando fueron citados a Roma a principios de 1539, escribiendo cartas
enérgicas en su abono así al Papa como al Rey. De este último se
conserva en el registro de Actas capitulares la contestación al
Capítulo, en que exime de aquel viaje a los acusados, y que por
serles tan en abono copiaré a la letra: "A los venerables y
amados nuestros los canónigos y Cabildo de la iglesia de Gerona. =
El Rey. = Venerables y amados nuestros. Vimos lo que escribis
sobre la citacion del Obispo vuestro Prelado y del Abad Sampsó, y
tenemos crehido que procede todo de pasion. Lo qual esperamos que se
remediará por lo que tenemos scripto á Roma, y entretanto no les
convendrá acudir a la citacion, pues allá se dará la razon que
conviene. Y vosotros hiziestes bien en avisarnos dello, y lo mismo
hareis de qualquiera otra cosa que suceda, stando siempre conformes
con el dicho Obispo, como lo haceis: que Nos lo recibiremos en mucho
servicio. Dat. en Toledo a XXVIII de abril, año MDXXXVIIII. = Yo el
Rey. = Comalonga, Secret. = Maius, Vic. =”.
Nada más he sabido
de esto, ni de los autores y calidad de la acusación, sino que el
Prelado disgustado de ella, o porque creyó que ya su persona no
sería útil en esta Sede, solicitó del Emperador ser trasladado a
la de Tortosa, vacante por muerte de su Obispo Don 
Fr.
Antonio de Calcena. Lo cual sabido por los canónigos y jurados
escribieron a 20 de marzo de 1540 al Monarca, rogándole que no les
privase de su Pastor, haciendo de él grandes elogios. El 31 del
mismo el Obispo tuvo a su Capítulo un grave razonamiento,
asegurándole que no desamor de esta iglesia ni deseo de mayor renta
en la de Tortosa le obligó a pedir su traslación, sino la
malignidad de sus émulos y perseguidores. Va copia de él (a: Ap. núm. XI). En fin la borrasca calmó, y el Prelado continuó
gobernando pacíficamente su diócesis, y ordenando algunas cosas
curiosas y notables para la disciplina. En 1539 a 6 de septiembre
hizo un grave decreto sobre la decencia del clero en el coro,
prohibiendo las confabulaciones y aptitudes menos decorosas. En esta
y otras constituciones usaba de gran copia de doctrina, y era tan
fecundo que persuadía fácilmente lo bueno, aunque fuese arduo y
contra la corriente. En 1540 a 17 de abril, prohibió que los
mendigos subiesen al coro alto a pedir limosna durante los oficios,
para evitar la incomodidad del hedor, etc., y se contentasen con
pedirla desde el coro bajo. Exceptuó de esta ley a las cuatro
órdenes mendicantes, permitiéndoles subir al alto a pedir limosna
en los sábados a la hora de vísperas, según costumbre. A los
cuestores por los pobres ocultos o vergonzantes se negó enteramente
la entrada en el coro, encargando esta limosna a dos beneficiados. El
mismo año 1540 pasaron por esta ciudad ciertos anacoretas
Esclavones, que venían de Jerusalén o iban en romería a Santiago.
Dióseles permiso para predicar en esta Catedral, y lo verificaron en
lenguaje italiano. Así las Actas capitulares, de donde es todo lo
que voy refiriendo. En 1541 a 12 de octubre, resolvió a instancias
del Rey que se hiciese oración continua, como la que dije en el
artículo anterior, por la prosperidad de la expedición contra
Argel, y al mismo tiempo que se procediese con excomuniones contra
los facinerosos o compañías armadas que llamaban Delats, y no sé
por qué. Del mismo año hay algunos estatutos sobre la ceremonia del
Obispillo de Inocentes, de que se dijo en lo de ritos. Tras esto en
1542 a 12 de abril abrió segunda visita de su Catedral, con un
elocuente discurso sobre la conducta honesta del clero y buen orden
del coro, puntos de que trataba con frecuencia, y siempre con calor y
erudición. También se dio entonces comisión a los canónigos
Narciso Reig y Juan Torrell, para que corrigiesen el Misal de esta
iglesia en estado de poderse entregar al impresor de Barcelona. No sé
si esto se verificó: lo que consta de las actas es que el Misal se
imprimía en Lyon en 1546, y que presentándose algunos pliegos al
Capítulo día 4 de mayo parecieron muy bien, y en consecuencia
Obispo y Capítulo concedieron a Juan Gordiola, impresor de
Barcelona, a cuya costa se hacía la edición, privilegio exclusivo
de ella por quince años en esta ciudad y diócesi. Más adelante se
reimprimió con la prefacion del mismo Torrell, Vicario general de
nuestro Obispo, en Lyon, en la oficina de Cornelio Septemgrangiis en
1557, del que posee un ejemplar el Sr. Marqués de Capmany, sujeto
muy curioso y versado en
las antigüedades del país. Por ese tiempo pasó por aquí una Reina fingida o verdadera, la cual se presentó al Capítulo, donde pasó
lo que dice la nota adjunta (a: Ap. núm. XII.). Más cierta es la
llegada a esta ciudad del Cardenal de Portugal, Legado del Papa, para
tratar la paz entre España y Francia. Recibiolo con solemnidad el
Duque de Alba, Capitán general del ejército Español acantonado acá
para contener las tentativas del de Francia, día 24 de septiembre de
1542. A los cincuenta y seis días regresó por acá dicho Legado mal
satisfecho del Emperador. Detúvose hasta el 12 de diciembre, en que
tomó el camino de Perpiñán, de donde volvió el 22, no
atreviéndose a pasar la Francia. Con esta ocasión asistió a los
oficios de la Catedral, y el Capítulo le cumplimentó con los
regalos entonces acostumbrados de gallinas, vino, frutas, etc. El año
1543 dio ocasión a nuestro Prelado y su Capítulo de mostrar su
piedad y valor en las nuevas tristes de la invasión de los Franceses
en el Rosellón, y del desembarco de los Turcos en las próximas
costas a principios de octubre, en que destruyeron a Rosas, Palamós
y otras villas. De este género hubo en los años siguientes
continuas alarmas, y en todas se acudió con dinero, gente y
rogativas, cosas en que brillaba el ingenio de la caridad. En el
agosto de 1547 se hallaba este Obispo en las cortes de Monzón, donde
al mismo tiempo se convocó concilio provincial. El síndico
destinado por este Capítulo estuvo encargado de proponer dos cosas
importantes a la provincia: primera, si convendría procurar algún
remedio en que las causas beneficiales se tratasen en primera y
segunda instancia ante el ordinario, para evitar los gastos de los
que indistintamente eran citados a Roma: segunda, si convendría
pedir al Papa el uso del rito Romano, atendido que muchos ignoraban
el de sus iglesias Catedrales. El deseo que esta y otras iglesias
manifestaron en adoptar el Breviario de Quiñones, se convirtió
después en repugnancia, cuando se trató de admitir el de San Pío
V, como se dijo ya. Sin embargo de esto, nuestro Obispo no cesaba de
procurar a su diócesi los códices litúrgicos, y en este mismo año
dispuso un Ordinario que se imprimió en Lyon dos años después. Al
mismo tiempo que esto se disponía, es a saber en octubre de 1548,
nuestro Obispo hospedó magníficamente al Príncipe Don Felipe, que
pasó por aquí en su viaje a Augusta, con motivo de la enfermedad de
su padre. Fue esta ciudad la primera donde entró con pompa por
tomarse de ella el título de Príncipe en Cataluña. Por estos
tiempos se trataba de la continuación del concilio de Trento. Carlos
V, que fue el principal móvil de aquella asamblea, y que exhortó a
todos los Prelados Españoles a asistir a ella, escribió al nuestro
con fecha de Augusta 21 de diciembre de 1550, que puesto que su
ancianidad y muchos achaques no le permitían hallarse en el
concilio, nombrase un procurador docto y prudente que acudiese a
Trento para los principios o mitad de abril de 1551. Estaba el Obispo
en Barcelona, desde donde, con fecha de 19 de febrero de este último
año, respondió a S. M. que había nombrado para que asistiese en su
nombre al concilio al Obispo Jubí, que es, dice, muy buen teólogo,
y bien docto en otras facultades y buen religioso de la orden de San
Francisco; añadiendo que no podía partir antes de la Pascua por
hallarse obligado a predicar diariamente durante la cuaresma, que ya
tenía comenzada en la Catedral de Barcelona. Ambas cartas van
copiadas de las Actas capitulares de ese año, fol. 117 (a: Ap. núm. XIII.). El Obispo nombrado procurador se llamaba Fr. Juan Jubí o
Jubin, era titular Constantinense, de quien ya hablaré en el Viaje
de Barcelona. Nicolás Antonio asegura que se halló en dicho
concilio en 1551; mas yo no lo encuentro entre los procuradores de
Obispos en la edición del concilio hecha por Gallemart. Con el
motivo de dicho concilio pasaron por esta ciudad, día 8 de octubre
de 1551, ocho o diez Obispos Españoles, que al mismo tiempo
acompañaban al Rey de Bohemia Maximiliano, casado con Juana, hija de
Carlos V. Los cuales al otro día oyeron misa en esta Catedral, que
dijo el Obispo de Zamora, y por la tarde partieron para Rosas, donde
los esperaba la escuadra de Andrés Doria, Príncipe de Melfi, para
conducirlos a Italia. Acá se hospedaron en el palacio episcopal.
Nuestro Prelado se quedó acá empleando lo poco que le quedó de
vida en gobernar y enriquecer esta iglesia con varias dádivas; entre
las cuales es notable una rica tapicería con dibujos de la historia
de David y del Hijo pródigo, que regaló. El mismo año 1551 acabó
también varias obras con que engrandeció y adornó el palacio
episcopal. Poco antes de morir recibió el aviso del casamiento del
Príncipe Don Felipe. Va copia (a: Ap. núm. XIV.). En 1554, a 16 de
marzo, pasó el Cardenal Legado Poggio hacia Perpiñán: hízose
recibimiento como al otro Legado anterior. A 7 de mayo intimó el
Obispo visita en la Catedral. Finalmente murió domingo, día 21 de
octubre de 1554, entre seis y siete de la tarde. Depositose el
cadáver interinamente en la nueva capilla de nuestra Señora de los
claustros, de donde al cabo de cinco años lo trasladaron a la
sepultura del coro. Dicen que murió de edad de 86 años, lo cual no
se tendrá por inverosímil, si a los 20 años de pontificado
añadimos los cuarenta, por lo menos, en que fue Arcediano mayor, y
la edad regular que debía tener para entrar en esta dignidad. Una
cosa no quiero omitir que hace notable la historia de este
pontificado, y es que este Obispo es el primer juez apostólico del
tribunal llamado del Breve, por el que expidió el Papa Paulo III,
día 5 de junio de 1540, a instancias del Emperador Carlos V, dándole
la facultad de juzgar en los delitos atroces de los eclesiásticos.
Esta gracia era para su persona, aun cuando fuese trasladado a otra
silla; mas después el Papa Julio III se la confirmó al mismo como
Obispo Gerundense para él y sus sucesores, día 18 de marzo de 1551.
Estos documentos con la historia de este tribunal, quejas en la corte
contra él, etc., se podrán ver en la obra que Juan Luis López
publicó en Barcelona en 1696 con el título Defensio iuris privati,
etc. Por último, se me olvidaba la noticia de haber obtenido este
Prelado la abadía del monasterio de Gerri en encomienda, desde 1534
hasta 1541, como se dirá en aquel catálogo.

ARIAS
GALLEGO

de
1555 a 1565.

De
linaje noble y creído natural de Jerez de los Caballeros. Lo que
puedo decir es que el Papa Paulo IV le llama clérigo Pacense por la
diócesi de Badajoz, en las bulas que despachó a su favor, día 8 de
abril de 1556. La muerte del Papa Marcelo II y algunos otros negocios
atrasaron la confirmación pontificia del nombramiento que un año
antes había ya hecho Felipe II en nuestro Obispo, quien lo notificó
al Capítulo con su carta fecha en Zaragoza a 18 de abril del año
anterior, la cual dicen las Actas capitulares que contentó mucho por
la ternura de sus expresiones. Continuó en Zaragoza, donde era 
Inquisidor
aun después de tomar posesión de esta Sede, en 11 de junio de 1556.
Finalmente llegó a esta ciudad a 18 de noviembre siguiente. Era
sujeto muy docto y muy amante de la gravedad y propiedad en el culto
divino, del cual mientras estuvo aquí, trabajó por desterrar
ciertas ceremonias y prácticas que quedaban de los tiempos pasados.
Así tratándose el año 1560 a 29 de noviembre de hacer una
procesión de rogativa pro pluvia, se negó a celebrar de pontifical
en la iglesia de San Francisco, ya que el Capítulo no consintió que
se omitiese, como él deseaba, la práctica antigua de mojar las
cruces en la fuente de la plazuela llamada del vino. A él se debe
también la total abolición de la ridícula ceremonia del Obispillo
de Inocentes, aunque no se verificó hasta algunos meses después de
concluido su pontificado. Lo más notable de él es su asistencia a
la conclusión del concilio de Trento, para la cual fue convidado por
el Rey en el mes de octubre de 1561. Era nuestro Obispo sexagenario y
cargado de achaques; y con todo eso se puso en camino para aquella
ciudad a 22 de noviembre inmediato, a donde llegó antes del 8 de
febrero siguiente, escribiendo ya ese día al Capítulo. Habíase
llevado consigo como teólogos al doctor Masó, profesor de letras
sagradas y beneficiado de esta Catedral, y al maestro Fr. Pedro
Mártir, Dominico, que creo es el Pedro Mártir Coma, después Obispo
de Elna. Al tiempo de su despedida sobre la exhortación acerca de la vida
honesta del clero, en que era frecuente, encargó estrechamente la
corrección en la impresión de nuevos Breviarios de esta diócesi.

El
papel que nuestro Prelado hizo en el concilio consta de los lugares
siguientes de la historia de Pallavicino.


1.
Lib. XVII, cap. XI, núm. 15. Jam dimissus erat conventus, etc.

2.
Lib. XXIII, cap. VIII, núm. 4, circa med.

3.
Vid. etiam Psalmaeum part. 2 Collect. monument. conc. Trid. (concilio
Tridentino, de Trento) pág. 360 et 361, ubi nostri cum laude
meminit.

Restituyose
a la silla día 5 de marzo de 1564, y como luego en el septiembre se
convocase concilio provincial para la admisión del Tridentino,
partió para él día 22 de septiembre, de donde regresó a 20 de
diciembre, consagrando al paso la parroquial de Santa María de
Calella, día de San Andrés. Ya diré algún día de propósito como
en el concilio provincial se suscitaron algunas dudas sobre cinco o
seis artículos, que impedían la entera admisión del Tridentino, y
cómo sobre ellos se consultó al Papa. Nuestro Obispo hizo acá lo
que Don Antonio Agustín en Lérida, que fue empeñarse en que se
admitiese, a pesar de lo dispuesto en la provincia; mas el Capítulo
estuvo firme a lo que en ella se dispusiese. En agosto del mismo año
el Prelado pidió al Capítulo le concediese para su sepultura aquel
mismo punto del presbiterio, en que dicha la misa de nuestra Señora
los sábados por la mañana, y rezados los salmos penitenciales,
solía colocarse el hebdomario para decir las letanías por los
difuntos. Concediósele con tal que no pusiese escudo de armas ni
inscripción. Pidió además que el Capítulo costease su funeral,
quia ipse, dicen las Actas, intendebat mori pauper. Ninguna de estas
cosas fue menester, porque nuestro Prelado fue trasladado el año
siguiente a la silla de Cartagena, donde murió, según dicen, a 27
de abril de 1575.

A
27 de octubre de 1565 ya se notificó al Capítulo la provisión del
sucesor, que fue

PEDRO
CARLOS O CARLES

de
1565 a 1572.

Así
lo llama el proceso del concilio provincial de 1567 que existe en
Tarragona. Era de noble linaje, doctor en teología y de la orden de
Santiago. Tomó posesión al día siguiente 28 de noviembre por
procurador. Él se hallaba ya en Barcelona a 26 de abril de 1566. Aun
estando él ausente, es a saber, a 5 de abril de ese año, hizo el
Capítulo constitución, aboliendo para siempre las representaciones
de las tres Marías en Pascua, y las colaciones de la tesorería y
claustro en el Jueves Santo. También es del mismo año la absoluta
prohibición del Obispillo. Estos bienes se deben a las instancias
del Prelado anterior. Estaba aquí ya el nuestro día 27 de mayo del
mismo año, en que propuso al Capítulo la erección del Seminario
Tridentino, operación que por todos respetos debió ser la primera
del nuevo Obispo. Tratose el negocio con tanto calor, que a los dos
años estaba ya concluido y verificada la erección de la casa con su
dotación, como diré otro día. El año siguiente 1567, por
noviembre, se hizo el concierto con Miguel Ortiz, impresor de
Barcelona, para que imprimiese 700 Misales Gerundenses, 1500
Breviarios y otros tantos Diurnos. Por ahora no sé si esto se
verificó; aunque habiendo tardado a admitirse acá el Breviario
Romano hasta 1574, no extrañaré que se imprimiesen, como hicieron
en Lérida, aun después del decreto de San Pío V. Este mismo año
en que vamos, 1567, introdujo acá los padres Observantes de San
Francisco en lugar de los Claustrales. El resto del pontificado lo
empleó en promover y consolidar la observancia del concilio
Tridentino, en lo cual, como en todo lo demás, procedía con tan
buen modo y suavidad, que las Actas hacen a cada paso el debido
elogio de tan recomendables cualidades. Así fue general el
sentimiento que causó su muerte, acaecida a 1.° de junio de 1572.
Tiene su entierro en la sepultura del coro. Le sucedió


FR.
BENITO DE TOCCO

de
1572 a 1583.

Monje
Benedictino de Monserrate y dos veces Abad de aquella casa, del cual
hablé ya en el Viaje de Vique, donde fue también Obispo, y de cuya
iglesia fue trasladado a la nuestra a 20 de noviembre de 1572.
Hallose en el concilio provincial del año siguiente, y en cuantos se
celebraron después. En su tiempo, y no sin su influjo, se admitió
aquí el uso del Breviario Romano, y se abolió el de decir la Salve
Regina al fin de la misa, sustituyéndose en su lugar el evangelio In
principio, conforme al Misal de Roma. Ambas constituciones son del
1574, como se dijo en lo de ritos. El mismo año, día 21 de marzo,
bendijo solemnemente la campana de las horas, poniéndole el nombre
de San Benito: ceremonia a que asistieron como padrinos Don Francisco
de Marimón y Doña Cecilia de Cardona y Xatmar. No sé con qué
motivo pasó a Castilla en el verano de 1576, y de vuelta se retiró
a Monserrate y a su ermita de la Santísima Trinidad. Regresó a esta
ciudad a 27 de septiembre, y a 2 de octubre inmediato hizo un
elocuente razonamiento al Capítulo sobre la reforma de costumbres y
régimen del coro, recordándoles con cuánta razón esta iglesia se
había adquirido el título de Mater caeremoniarum. En 1578, a 23 de
julio, se dio cuenta en Capítulo de cómo nuestro Obispo había
salido por suerte Diputado general eclesiástico de Cataluña. De su
tiempo y de su cuidado son igualmente las fundaciones de los padres
Jesuitas y Capuchinos en esta ciudad. También costeó en gran parte
la de los padres Menores 
recoletos
en la villa de la Bisbal en 1580. Sábese por último que abolió la
fiesta de la traslación de San Benito por no hallarse en el
Breviario Romano, y que la del día propio de dicho Santo la hizo
solemne, como hasta su tiempo sólo se celebrase con un rito regular.
Vean esto los que juzgan que en la antigüedad se profesó en esta
Catedral la regla Benedictina. Finalmente fue trasladado a la iglesia
de Lérida a 15 de junio de 1583, y murió dos años después en
Monserrate, donde tiene su sepulcro, cuya inscripción envié ya, no
sé si en el Viaje de aquella casa o en el de Vique. En fin, allá
está.

JAIME
CASSADOR (Caçador; Cazador)

de
1583 a 1597.

Natural
de Barcelona, canónigo de aquella Catedral, y sucesivamente dignidad
de Capiscol de la de Vique y Sacrista de la de Tortosa. Estaba ya
nombrado Obispo de Gerona día 14 de octubre de 1583, en que
participó al Capítulo su promoción: mas no tomó posesión hasta
el 27 de enero del año siguiente, e hizo acá su entrada a 25 de
marzo del mismo. Luego, a 6 de septiembre, intimó la visita de esta
Catedral, en la cual, como en otros actos pastorales, manifestó gran
celo y fortaleza: corregía los desórdenes con calor, y
frecuentemente con lágrimas: en muchos artículos se opuso a los
privilegios del Capítulo y costumbres antiguas sobre
administraciones y otros ramos; cosas que ocasionaron algunas
discordias, con poca medra espiritual. En 1590 fue electo Diputado
eclesiástico de Cataluña, y 
siéndolo
asistió al concilio provincial de 1591, y a la consagración de la
iglesia de Monserrate en 1592. Finalmente, después de haber dotado
la fiesta de San Jaime Apóstol (: Santiago) en esta Catedral, murió
en este su palacio, adornado también a sus costas, día 19 de mayo
de 1597, poco antes de medio día, de un insulto apopléctico
(apoplegía, ictus, embolia). Caresmar, en algunas notas a este Episcopologio,
dice que su cadáver se trasladó a Barcelona al sepulcro de sus
mayores, en el convento de San Agustín, en cuyo epitafio se lee:
Jacobus Caçador Episcopus (et Cardinalis designatus) Gerunden., y
que murió año 1593. Ni la dignidad de Cardenal ni el año emortual
convienen a nuestro Obispo; así que aquel sepulcro será de otro
Prelado, porque el nuestro tiene el suyo en esta iglesia en el plano
delante de la reja del presbiterio, con la siguiente inscripción,
grabada en una losa de mármol blanco:

D. O. M. = Reconditum in
hoc monumento custoditur corpus Jacobi de Cassador hujus almae
Gerunden. ecclesiae Episcopi, in qua haec in animae suae suorumque
refrigerium peragenda suffragia instituit: unum missae sacrificium
quotidie in altari privilegiato hora XI perpetuo offerendum: XII.
cornua, ut vulgus ait, altaris, totidemque anniversaria solemniter
singula cum suis nocturno et laudibus prima cuiusque mensis die non
impedita cantanda. Tandem festum Divi Jacobi sui totiusque Hispaniae
Patroni ampliori cultu et sumptu celebrandum curavit. Obiit XVIIII
maii anno a Christo nato MDLXXXXVII. Lo que dice cornua altaris son
mementos particulares en las misas, de los cuales hay muchos fundados
aquí y en otras partes. El sucesor fue

FRANCISCO
ARÉVALO DE ÇUAÇO (Zuazo)

de
1598 a 1611.

El
necrologio diario le llama Segoviense, indicando ser natural de
aquella ciudad, lo cual asegura el P. Roig. Sé que era Deán de
aquella Catedral, y que fue promovido al gobierno de esta Silla
después de haber renunciado el arzobispado de Mesina, siendo
Inquisidor de Barcelona, donde se consagró a 26 de julio de 1598.
Tenía ya tomada posesión a 31 de mayo por procurador, y lo hizo
personalmente cuando vino acá, que fue a 21 de agosto. Su primer
cuidado fue el Seminario conciliar, en lo cual entendió tan pronto y
con tanta actividad, que a los quince días, esto es, el día 5 de
septiembre inmediato, hizo su formal erección y dotación, aunque la 
instalación
de los seminaristas no se verificó hasta principios del año 1599,
conforme se dirá otro día. A tan buen principio correspondió el
resto de su gobierno, que cierto es uno de los más notables de esta
iglesia, así por las muchas constituciones y dotaciones con que
reformó el clero, y aumentó y dio nuevo lustre al culto, como por
la singular dulzura con que procedía en todo, no disgustando a nadie
en cosas menores por lograr lo que era más principal. En esta clase
podían citarse muchos ejemplos. Otra prueba de su celo y cuidado
pastoral es la Colección de sinodales que él hizo en el que tuvo en
1606, en la cual reunió y compiló las más notables y útiles,
establecidas por sus antecesores. Imprimiéronse el mismo año en
Barcelona, poniendo al principio el catálogo sucinto de Obispos que
había dispuesto el P. Fr. Francisco Diago, del orden de
Predicadores.

Como
su antecesor Don Jaime Cassador trasladó la fiesta de San Narciso
del día 29 de octubre, en que de tiempo inmemorial se celebraba en
Gerona con feria y gran concurso, al día 18 de marzo, en que lo
fijaba el nuevo Martirologio Romano: y como con esto la devoción
parecía venir a menos, nuestro Obispo, instado por los jurados, no
quiso por sí solo restituir la fiesta al día antiguo, y así
consultando al Cardenal Baronio recibió el permiso en contestación,
que por no haberse publicado, que yo sepa, la pondré a la letra.

"Molto
Illtre. é Rmo. Signore. = Se bene con giusto pretesto fu mutato il
giorno del celebrare la festa di S. Narciso, Vescovo Gerundense per
conformarsi con il Romano Martirologio; non dimeno per esserne
seguito diminutione del culto del Santo, Ntro. Sr. si contenta che
facci l' anticca festa secondo il suo solito: non pero si lassi farne
particolar memoria di esso nel giorno posto nel Romano Martirologio;
é cosi doppiamente venghi esser honorato il Santo. Altro non mi
occorre che offerirmegli salutandola sempre nel Signore. = Di Roma li
24 di Giugno del 1601. = Di V. S. Rma. = fratello amorevolissimo per
servirla. = Ces. Card. Baronio."

Visitó
tres veces la iglesia Catedral, y siempre con satisfacción y sin
disgusto del Capítulo. En 1608 registró la mesa del altar mayor,
creyendo hallar allí el cuerpo de San Félix. Comenzó la obra de la
torre de las campanas, contribuyendo anualmente con lo que permitían
sus rentas. También comenzó la escalera de la iglesia, obra que
después se refundió y acabó bajo otro plan. Defendió con vigor
los derechos de su dignidad, singularmente el de juez del Breve,
haciendo para ello un viaje a Madrid en 1601. Murió en Arenys, otros
dicen en Mataró, de una caída que dio al tiempo de retirar la
cabeza, cuando desde una ventana se divertía en tirar pedrezuelas a
sus pajes que jugaban en el zaguán. Fue esta desgracia a 10 de enero
de 1611. Tiene acá su entierro con esta inscripción: D. O. M. =
Don. Franciscus Arevalo de Çuaço Segovien. huius almae ecclesiae
Episcopus, qui suam sponsam multipliciter decoravit, et Seminarium
pro pueris educandis instituit. Coenobia SS. Dominici et Francisci
magnis edificiis illustravit. In antiqua lite super iurisdictione
villae episcopalis plurimis laboribus ac sumptibus sententiam
reportavit, multaque alia successoribus imitanda reliquit.


























































































































































Vixit
in episcopatu XIII annos. Obiit X januarii 1611. = Monserratus Guilló
Archidiaconus Bisuldunen. et canonicus de dicto Domino Episcopo
benemeritus posuit.

Continúa a partir de 1600