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jueves, 5 de marzo de 2020

Rómulo, Remo, cataláns

Rómulo, Remo, cataláns

Los Historiadores tendremos que repasar la historia escrita; según La Vanguardia, que cada día se parecen más a Jorge Bilbeny, Alberto Codinas y Víctor Cucurull del INH:

Texto de https://www.facebook.com/Corona.Daragon/
Rómulo y Remo eran catalanes.
Si estamos perdiendo la confianza en los gobernantes que nos manipulan a su antojo, no lo son menos los medios de su propaganda tanto en prensa escrita, como televisada.

No me voy a extender en explicar esta falsedad intencionada que seguro algunos les enorgullece; desconozco si apareció con el cráneo un lazo amarillo, una camiseta del FC Barcelona con el nombre de Messi o una de sus espantosas chorradas en catalán (va de coña), del instituto de la nueva historia INH.
Parece ser, que el cráneo, el cual no llevaba la Barretina, se encontró en el interior del recinto amurallado. Este dato nos da a entender que pertenecía a un partidario de Pompeyo que estaban siendo atacados por las tropas de Julio César (como veis ambos muy catalanes), en la segunda guerra civil de la República romana, perdón, catalana, en el 49 a.c., y cuya primer batalla en la península “catalana” tuvo lugar en las cercanías de Lerida (la segunda también tuvo lugar en la ciudad catalana de Córdoba).
Por supuesto las tropas de Pompeyo eran todas muy catalanas, tanto las regulares como las mercenarias, de hecho, también eran las de Julio César, y las de Gengis Kan.
Nota: Ojo al dato, está en el apartado de Cultura ¡cómo no van a salir niños tontos!

Rómulo, Remo, cataláns

Rómulo, Remo, cataláns

Los Historiadores tendremos que repasar la historia escrita; según La Vanguardia, que cada día se parecen más a Jorge Bilbeny, Alberto Codinas y Víctor Cucurull del INH:

Texto de https://www.facebook.com/Corona.Daragon/
Rómulo y Remo eran catalanes.
Si estamos perdiendo la confianza en los gobernantes que nos manipulan a su antojo, no lo son menos los medios de su propaganda tanto en prensa escrita, como televisada.

No me voy a extender en explicar esta falsedad intencionada que seguro algunos les enorgullece; desconozco si apareció con el cráneo un lazo amarillo, una camiseta del FC Barcelona con el nombre de Messi o una de sus espantosas chorradas en catalán (va de coña), del instituto de la nueva historia INH.
Parece ser, que el cráneo, el cual no llevaba la Barretina, se encontró en el interior del recinto amurallado. Este dato nos da a entender que pertenecía a un partidario de Pompeyo que estaban siendo atacados por las tropas de Julio César (como veis ambos muy catalanes), en la segunda guerra civil de la República romana, perdón, catalana, en el 49 a.c., y cuya primer batalla en la península “catalana” tuvo lugar en las cercanías de Lerida (la segunda también tuvo lugar en la ciudad catalana de Córdoba).
Por supuesto las tropas de Pompeyo eran todas muy catalanas, tanto las regulares como las mercenarias, de hecho, también eran las de Julio César, y las de Gengis Kan.
Nota: Ojo al dato, está en el apartado de Cultura ¡cómo no van a salir niños tontos!

Rómulo, Remo, cataláns

Rómulo, Remo, cataláns

Los Historiadores tendremos que repasar la historia escrita; según La Vanguardia, que cada día se parecen más a Jorge Bilbeny, Alberto Codinas y Víctor Cucurull del INH:

Texto de https://www.facebook.com/Corona.Daragon/
Rómulo y Remo eran catalanes.
Si estamos perdiendo la confianza en los gobernantes que nos manipulan a su antojo, no lo son menos los medios de su propaganda tanto en prensa escrita, como televisada.

No me voy a extender en explicar esta falsedad intencionada que seguro algunos les enorgullece; desconozco si apareció con el cráneo un lazo amarillo, una camiseta del FC Barcelona con el nombre de Messi o una de sus espantosas chorradas en catalán (va de coña), del instituto de la nueva historia INH.
Parece ser, que el cráneo, el cual no llevaba la Barretina, se encontró en el interior del recinto amurallado. Este dato nos da a entender que pertenecía a un partidario de Pompeyo que estaban siendo atacados por las tropas de Julio César (como veis ambos muy catalanes), en la segunda guerra civil de la República romana, perdón, catalana, en el 49 a.c., y cuya primer batalla en la península “catalana” tuvo lugar en las cercanías de Lerida (la segunda también tuvo lugar en la ciudad catalana de Córdoba).
Por supuesto las tropas de Pompeyo eran todas muy catalanas, tanto las regulares como las mercenarias, de hecho, también eran las de Julio César, y las de Gengis Kan.
Nota: Ojo al dato, está en el apartado de Cultura ¡cómo no van a salir niños tontos!

sábado, 21 de abril de 2018

Pilar Rahola. A Manuel Valls le pasa como a Vargas Llosa:

A Manuel Valls (catalán de nacimiento) le pasa como a Vargas Llosa: fracasan estrepitósamente en la política de su país, y se vienen a España a machacar la independencia catalana. Son unos tracks.

Respuesta de jesusarbu: Hombre. Vargas Llosa ganó un Nobel y Manuel Valls fue primer ministro (de Francia). Si eso es fracasar. ¿Tú fuiste diputada hace años, no?

Pilar Rahola. A Manuel Valls le pasa como a Vargas Llosa:

Pilar Rahola Martínez (Barcelona, 21 de octubre de 1958)​ es una filólogapolítica, y periodista española, tertuliana radiofónica, y habitual de TV3 y de televisión española de ideología independentista catalana. Fue diputada por Barcelona en el Congreso dentro del Grupo Parlamentario Mixto entre 1993 y 2000.

wiki



Pilar Rahola Martínez


​Es columnista en el diario La Vanguardia​ y es o ha sido colaboradora o tertuliana de programas radiofónicos y televisivos como Julia en la onda, 8 al día o La noria. Fue miembro del Consejo Asesor para la Transición Nacional, un organismo adscrito al Departamento de la Presidencia de la Generalidad creado en 2013 para asesorar sobre el proceso de independencia de Cataluña. Esquerra Republicana de Catalunya, Partit per la Independència Militante y dirigente de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) en su carrera política, y tras su abandono de la formación siendo una de las cabezas visibles del Partit per la IndependènciaRahola se autodefinió en 2006 como «de izquierda».

Tv3%, Tv3, Catalunya, arma de aborregamiento masivo, arma aborregament massiu


Fue calificada como «periodista de izquierda» en 2004, aunque se ha señalado más recientemente su acercamiento a posiciones de la centro-derechista Convergència Democràtica de Catalunya (CDC). Fue autora también en 2010 de la biografía —calificada por analistas críticos con formato «de loa»—​ de Artur Mas, presidente de CDC, de CIU y de la Generalidad de Cataluña y en la que parte de la crítica señaló en 2010 un «profundo resentimiento» hacia ERC y el tripartito de izquierdas.


Ha sido destacado su papel como «gran amiga del pueblo de Israel». También se la ha caracterizado como «hipercrítica» respecto al mundo Islámico.


Fue la única representante de Esquerra Republicana de Catalunya en el Congreso de los Diputados en la V y VI Legislatura (1993-2000), así como teniente de alcalde de Barcelona.


Formó parte de diversas comisiones de investigación, entre ellas, la comisión Roldán, que investigó el caso más grave de corrupción del último gobierno socialista (anterior a los ERE) de Felipe González.


También ha sido miembro de múltiples comisiones parlamentarias, entre ellas la comisión de exteriores. En 1996 abandonó ERC para fundar, junto a Ángel Colom y Joan Laporta, el Partit per la Independència (PI), que no obtuvo representación parlamentaria. Tras el fracaso político del PI abandonó la política activa para volver al periodismo y la escritura.


Desde 2013 fue miembro del Consejo Asesor para la Transición Nacional, órgano de la Generalitat encargado de preparar una consulta por la independencia de Cataluñabutifarréndum, hasta que este fue suprimido el 27 de octubre de 2017 por el gobierno de España en aplicación del artículo 155 de la Constitución española.


Y Montoro dice que no hay malversación.


Rahola es licenciada en Filología Hispánica y Filología Catalana por la Universidad de Barcelona. Es autora de diversos libros publicados en castellano y catalán, ha colaborado con diversos periódicos españoles, como El País, y ahora es colaboradora fija del periódico La Vanguardia. También ha colaborado con el diario argentino La Nación y el periódico electrónico Diario de América que se edita en Estados Unidos. Desde 1987 hasta 1990, fue directora de la editorial catalana Pòrtic, con diversas colecciones literarias a su mando.


Publicó, entre otros, Bella del señor de Albert Cohen y La hoguera de las vanidades de Tom Wolfe


Además, hasta 2003 fue directora de la Fundación Acta, para la difusión del pensamiento y el debate.





Como periodista, estuvo en diversos conflictos como la guerra entre Etiopía y Eritrea, la guerra de los Balcanes, la primera guerra del Golfo (desde Jerusalén), la caída del muro de Berlín, el asalto al Parlamento Ruso y el proceso de independencia de los países bálticos.


Ha sido colaboradora en varios programas de televisión como Els Matins de TV3 y 8 al día de 8tv, en ambos con Josep Cuní o Crónicas MarcianasLa noria Sábado Deluxe de Telecinco. En la radio presentó Vis à vis, programa de entrevistas - exclusivamente a hombres - que se emitió en Ona Catalana de 2000 a 2003 y que en 2006 se adaptó a la televisión para emitirse por BTV.





Desde 2007 colabora en el programa de radio Julia en la Onda en Onda Cero, con Julia Otero, en el que da su opinión sobre diversos temas, entre los que se cuentan el nacionalismo catalán, los derechos de la mujer y el conflicto árabe-israelí. Respecto a este último tema, su posicionamiento a favor de Israel y sus críticas hacia determinados aspectos del islam la ha llevado a recibir críticas en varios medios, algunos de ellos de tendencia islámica.


Ha dado conferencias en Universidades de Argentina, la boluda, Colombia, Brasil, menos samba e mais trabalhar, México, Costa Rica, Israel, Perú y Chile. También las ha dado en diversas ciudades norteamericanas, entre ellas Miami, San Diego, Palm Beach, así como en Puerto Rico, en el Palacio Legislativo de Uruguay y en Panamá, donde Jordi Pujol llevaba calerons, aparte de a Andorra la vièlha.


Diversos familiares se han dedicado a la política. Uno de ellos, Pedro Rahola, fue dirigente de la Lliga Catalana, diputado, senador, ministro sucesivamente de Marina y sin cartera en los últimos gobiernos del bienio radical-cedista durante la Segunda República y amigo de Francisco Cambó. Otro, Frederic Rahola, fue el primer Síndico de Agravios (Síndic de greuges) de Cataluña tras la restauración de la Generalidad.
También es familiar de 
Carles Rahola, intelectual catalán condenado a muerte (lo que hacía Companys) por el franquismo en 1939.


Está casada y tiene tres hijos, dos de ellos adoptados en BarcelonaSiberia respectivamente. Este último no es de raza pura catalana, si conseguís la independencia lo van a mirar con malos ojos.


En 2014 saltó la noticia de que la versión en español de su Curriculum en su página web personal había estado errado durante varios años, acreditándose en él dos doctorados inexistentes. Se lo hizo su colega Pedro Sánchez.

martes, 12 de septiembre de 2017

Carta, Josep Tarradellas, La Vanguardia, 1981

Via muro Juan Pablo de la Fuente

Creo que en estos momentos resulta muy adecuado releer la carta que el Molt Honorable Josep Tarradellas escribió al Director de La Vanguardia el 16 de abril de 1981.

Aunque os parezca un poco larga, ruego a aquellos que no la conozcan que la lean. Y a los que ya la conocen, que la recuerden.

En Tarradellas se unían tres cualidades que hace que esta carta sea de obligada lectura:

1.- Amor incondicional a Cataluña.

2.- Profundo conocimiento de lo que ya estaba pasando en 1981 con la llegada de Pujol al poder.

3.- Preclara inteligencia para ver con claridad a donde nos llevarían esas acciones. Por desgracia, ahora, en 2017, sus palabras resultan proféticas.


Carta, Josep Tarradellas, La Vanguardia, 1981


--------

“Mi querido amigo:
Al día siguiente de nuestra conversación del 25 de marzo quería escribirle (…) Siendo como es usted castellano viejo y al mismo tiempo un ciutadà de Catalunya (…) le escribo hoy.
Para empezar, sepa que al día siguiente de haber tomado posesión el nuevo presidente de la Generalitat, es decir, el 9 de mayo del año pasado, manifesté que se había roto una etapa que había comenzado con esplendor, confianza e ilusión el 24 de octubre de 1977, y que tenía el presentimiento de que iba a iniciarse otra que nos conduciría a la ruptura de los vínculos de comprensión, buen entendimiento y acuerdos constantes que durante mi mandato habían existido entre Cataluña y el Gobierno. Todo nos llevaría a una situación que nos haría recordar otros tiempos muy tristes y desgraciados para nuestro país. En primer lugar, porque todo me hacía prever que las inmejorables y afectuosas relaciones que existían con las autoridades civiles y militares del Estado en Cataluña, que tanto y tanto me costó conseguir, de ahora en adelante se irían deteriorando y acabarían por ser tirantes, y comportarían situaciones muy difíciles para la aplicación del Estatuto.
Después (…) era inevitable la ruptura de la unidad de nuestro pueblo. (…)
Ya sabe que por encargo del presidente Suárez, fui delegado del Gobierno para dar posesión de la presidencia de la Generalitat de Cataluña al señor Jordi Pujol. Días antes, le indiqué que me parecía normal que en este acto acabara mi parlamento con las palabras tradicionales de siempre, es decir, gritando vivas a Cataluña y a España. Esta propuesta me parecía lógica, pero con gran sorpresa no fue aceptada. (…)
Ya sabía que él solamente quería tener presente a Cataluña, pero para mí esto era inaceptable: eran ambos pueblos los que debían ir unidos en sus anhelos comunes (…) Entonces, y ante una situación tan enojosa, decidí no tener presente lo que hasta entonces había hecho en todos los actos oficiales. Hoy, al pensar en ello con calma, creo que no podía hacer otra cosa si quería evitar un escándalo de consecuencias imprevisibles.
Estoy seguro de que el presidente Pujol consideraba normal esta actitud, porque afirmaba una vez más su conducta nacionalista, que era y todavía es hoy la de utilizar todos los medios a su alcance para manifestar públicamente su posición encaminada a hacer posible la victoria de sus ideologías frente a España. (…) el hecho de que el presidente Garaicoechea también comparta su pensamiento y actitud en esta cuestión, debía entender (…) que les permitiría por tanto ser más exigentes con el Gobierno del Estado.
Al día siguiente voces autorizadas del Gobierno me preguntaban en forma amistosa qué era lo que había ocurrido (…). Preferí callar, aunque ello me acarreó disgustos, pero de ninguna manera podía defenderme, ya que esto podría representar que la actitud del presidente Pujol se hiciera pública y en consecuencia, que se iniciara en todas partes, y principalmente en todos los demás pueblos de España, una campaña de la cual Cataluña podía salir muy perjudicada. (…)
En conjunto, puede creerlo, todo me produce tristeza y una honda inquietud de cara al futuro (…) durante estos últimos diez meses todo ha sido bien orquestado para llegar a la ruptura de la política de unidad, de paz y de hermandad aceptada por todos los ciudadanos de Cataluña. El resultado es que, desgraciadamente, hoy podemos afirmar que debido a determinadas propagandas tendenciosas y al espíritu engañador que también late en ellas, volvemos a encontrarnos en una situación que me hace recordar otras actitudes deplorables del pasado.
Siempre recordaré que el 6 de octubre del año 1934, a las 5 de la tarde, acompañado del diputado señor Juan Casanelles, fue a la Generalitat a visitar al presidente Companys para manifestarle nuestra disconformidad con la política que una vez más se realizaba, rogándole que evitara todo lo que indicaba que iba a suceder aquella misma noche, es decir: la ruptura por la violencia de las relaciones con el Gobierno. No se nos escuchó, la demagogia y la exaltación de un nacionalismo exacerbado pesó más que la opinión de aquellos que preveíamos, como así ocurrió, un fracaso rotundo. (…) La demagogia había hecho su obra y el desastre se produjo.
Sé muy bien que ahora no se proclamará el Estado Catalán ni la República Federal Española, ni los partidos lanzarán sus militantes a la calle, ni los responsables de todo cuanto sucede morirán por Cataluña, nada de eso. Lo que se hará y ya ha empezado estas últimas semanas, es querer hacer olvidar las actitudes irresponsables de los mismos que ya han hecho fracasar nuestra autonomía, consiguiendo la desunión de Cataluña y el enfrentamiento con España; y por eso la actitud de los autores de esta situación es imperdonable. (…)
Es desolador que hoy la megalomanía y la ambición personal de algunos, nos hayan conducido al estado lamentable en que nos encontramos (…) ¿Cómo es posible que Cataluña haya caído nuevamente para hundirse poco a poco en una situación dolorosa, como la que está empezando a producirse? (…)
Si se ha llegado a esta situación es debido, a mi entender, simplemente a un pensamiento y actitud que empezó el mismo día que tomó posesión del cargo el actual President de la Generalitat, y como era natural, los resultados habían de ser los que ahora sufrimos. (…)
Están utilizando un truco muy conocido y muy desacreditado, es decir, el de convertirse en el perseguido, en la víctima; y así hemos podido leer en ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos recorta en Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia nosotros (…)
/ Espanya ens roba, nota de Moncho /

Es decir, según ellos se hace una política contra Cataluña, olvidando que fueron ellos los que para ocultar su incapacidad política y la falta de ambición por hacer las cosas bien (…) empezaron una acción que solamente nos podía llevar a la situación en que ahora nos hallamos.
Por ejemplo, es necesario tener el coraje de decirlo, los problemas de la lengua y de la escuela, es la actual Generalitat quien en gran parte los ha provocado (…) la cuestión de la lengua se ha convertido en un problema político y partidista (…)
La división cada día será más profunda y se alejará más y más de nuestros propósitos de consolidar para nosotros y para España la democracia y la libertad a la vez que los equívocos que surgirán entre nosotros serán cada día más graves.
Por otro lado, las declaraciones de la semana pasada del president Pujol, en las cuales decía todo lo contrario de lo que ha hecho y dicho durante estos últimos diez meses, y que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos, constituye un doble juego ya muy gastado en la política catalana para que sea merecedor de credibilidad. (…)
Si tenía que hablar de Cataluña me tenía que dirigir también al presidente de nuestro Parlamento, señor Heribert Barrera. Esto lo hice el 23 del pasado mes en una larga carta en la que hacía constar mi disconformidad con la política sectaria, discriminadora y carente de todo sentido de responsabilidad por parte de la Generalidad.
También le hacía constar mi más enérgica protesta ante la política de provocación que Cataluña inició el mismo día de la toma de posesión del presidente Pujol y que todavía continúa, debido por una parte a la política de intimidación engañosa que se hace desde la Generalitat y por otra, abusando de la buena fe de los que hay que reconocer que están tendenciosamente informados. (…)
España, unos dicen que bosteza y otros que está dormida. Todo es posible, pero me parece que en el país existe todavía suficiente savia nueva para despertarlo, sacudirlo y darle nobles ambiciones (…) En cuanto a Cataluña, creo que es urgente que se recupere la unidad que se rompió en mayo de 1980, y que se olvide todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos.
Con la amistad de siempre, le saluda afectuosamente.

Josep Tarradellas



Josep no va probá este paté de salmón 😁

Josep Tarradellas va enviar una carta al director de La Vanguardia, Horacio Sáenz Guerrero, que va ser publicada en aquest mitjà el 16 d’abril de 1981. Pruebe a leerla desde la Cataluña prusesista de 2017 y después abra una suscripción popular para nombrar profeta al viejo president.

Doncs sí, en Tarradellas ho va fer molt malament quan era conseller d’en Companys. Fue responsable del saqueo masivo de los bancos, del latrocinio de la propiedad y de las atrocidades de la Cataluña de Sant Companys
Però va arribar a vell, i el seu nacionalisme es va anar apaivagant fins a prioritzar el seny i la convivència. Y en esta carta está todo: el nacionalismo como causa de ruptura convivencial, la deriva hacia las tragedias del pasado, el pujolismo excluyente que ya ejecutaba lo que después se llamaría Programa 2000, las campañas de vaciado mental nacionalista, el victimismo, la demagogia, la imposición lingüística, el hipócrita doble juego Madrid-Barcelona, el sectarismo, la provocación, la intimidación engañosa… tot lo que avui ja d’ha desfermat obertament i que ja s’endevinava el 1981.
El lenguaje de Tarradellas todavía deja regusto nacionalista, pero sus intuiciones son clarividentes. Quizás hoy sí se hubiera decidido a gritar el “Viva España” que Pujol le prohibió, quizás hoy ya no identificaría a Cataluña con la Generalitat, quizás el viejo president ya no reverenciaría a la nació fabulada. Y quizás, sin los 35 años de pujolismo, el nombre de Tarradellas no sería hoy para la mayoría de catalanes sólo la marca de una pizza de plástico.
Quizás hoy Tarradellas sería un dolço. 
Perquè lo que diu és ben dolço, escolti.
Dolça i tarradelliana Catalunya…
Aznar, Pujol, bandera, votar, catalanismo

Ese día, Aznar tampoco vio los sobres que Pujol repartió

Carta, Josep Tarradellas, La Vanguardia, 1981

Via muro Juan Pablo de la Fuente

Creo que en estos momentos resulta muy adecuado releer la carta que el Molt Honorable Josep Tarradellas escribió al Director de La Vanguardia el 16 de abril de 1981.

Aunque os parezca un poco larga, ruego a aquellos que no la conozcan que la lean. Y a los que ya la conocen, que la recuerden.

En Tarradellas se unían tres cualidades que hace que esta carta sea de obligada lectura:

1.- Amor incondicional a Cataluña.

2.- Profundo conocimiento de lo que ya estaba pasando en 1981 con la llegada de Pujol al poder.

3.- Preclara inteligencia para ver con claridad a donde nos llevarían esas acciones. Por desgracia, ahora, en 2017, sus palabras resultan proféticas.


Carta, Josep Tarradellas, La Vanguardia, 1981


--------

“Mi querido amigo:
Al día siguiente de nuestra conversación del 25 de marzo quería escribirle (…) Siendo como es usted castellano viejo y al mismo tiempo un ciutadà de Catalunya (…) le escribo hoy.
Para empezar, sepa que al día siguiente de haber tomado posesión el nuevo presidente de la Generalitat, es decir, el 9 de mayo del año pasado, manifesté que se había roto una etapa que había comenzado con esplendor, confianza e ilusión el 24 de octubre de 1977, y que tenía el presentimiento de que iba a iniciarse otra que nos conduciría a la ruptura de los vínculos de comprensión, buen entendimiento y acuerdos constantes que durante mi mandato habían existido entre Cataluña y el Gobierno. Todo nos llevaría a una situación que nos haría recordar otros tiempos muy tristes y desgraciados para nuestro país. En primer lugar, porque todo me hacía prever que las inmejorables y afectuosas relaciones que existían con las autoridades civiles y militares del Estado en Cataluña, que tanto y tanto me costó conseguir, de ahora en adelante se irían deteriorando y acabarían por ser tirantes, y comportarían situaciones muy difíciles para la aplicación del Estatuto.
Después (…) era inevitable la ruptura de la unidad de nuestro pueblo. (…)
Ya sabe que por encargo del presidente Suárez, fui delegado del Gobierno para dar posesión de la presidencia de la Generalitat de Cataluña al señor Jordi Pujol. Días antes, le indiqué que me parecía normal que en este acto acabara mi parlamento con las palabras tradicionales de siempre, es decir, gritando vivas a Cataluña y a España. Esta propuesta me parecía lógica, pero con gran sorpresa no fue aceptada. (…)
Ya sabía que él solamente quería tener presente a Cataluña, pero para mí esto era inaceptable: eran ambos pueblos los que debían ir unidos en sus anhelos comunes (…) Entonces, y ante una situación tan enojosa, decidí no tener presente lo que hasta entonces había hecho en todos los actos oficiales. Hoy, al pensar en ello con calma, creo que no podía hacer otra cosa si quería evitar un escándalo de consecuencias imprevisibles.
Estoy seguro de que el presidente Pujol consideraba normal esta actitud, porque afirmaba una vez más su conducta nacionalista, que era y todavía es hoy la de utilizar todos los medios a su alcance para manifestar públicamente su posición encaminada a hacer posible la victoria de sus ideologías frente a España. (…) el hecho de que el presidente Garaicoechea también comparta su pensamiento y actitud en esta cuestión, debía entender (…) que les permitiría por tanto ser más exigentes con el Gobierno del Estado.
Al día siguiente voces autorizadas del Gobierno me preguntaban en forma amistosa qué era lo que había ocurrido (…). Preferí callar, aunque ello me acarreó disgustos, pero de ninguna manera podía defenderme, ya que esto podría representar que la actitud del presidente Pujol se hiciera pública y en consecuencia, que se iniciara en todas partes, y principalmente en todos los demás pueblos de España, una campaña de la cual Cataluña podía salir muy perjudicada. (…)
En conjunto, puede creerlo, todo me produce tristeza y una honda inquietud de cara al futuro (…) durante estos últimos diez meses todo ha sido bien orquestado para llegar a la ruptura de la política de unidad, de paz y de hermandad aceptada por todos los ciudadanos de Cataluña. El resultado es que, desgraciadamente, hoy podemos afirmar que debido a determinadas propagandas tendenciosas y al espíritu engañador que también late en ellas, volvemos a encontrarnos en una situación que me hace recordar otras actitudes deplorables del pasado.
Siempre recordaré que el 6 de octubre del año 1934, a las 5 de la tarde, acompañado del diputado señor Juan Casanelles, fue a la Generalitat a visitar al presidente Companys para manifestarle nuestra disconformidad con la política que una vez más se realizaba, rogándole que evitara todo lo que indicaba que iba a suceder aquella misma noche, es decir: la ruptura por la violencia de las relaciones con el Gobierno. No se nos escuchó, la demagogia y la exaltación de un nacionalismo exacerbado pesó más que la opinión de aquellos que preveíamos, como así ocurrió, un fracaso rotundo. (…) La demagogia había hecho su obra y el desastre se produjo.
Sé muy bien que ahora no se proclamará el Estado Catalán ni la República Federal Española, ni los partidos lanzarán sus militantes a la calle, ni los responsables de todo cuanto sucede morirán por Cataluña, nada de eso. Lo que se hará y ya ha empezado estas últimas semanas, es querer hacer olvidar las actitudes irresponsables de los mismos que ya han hecho fracasar nuestra autonomía, consiguiendo la desunión de Cataluña y el enfrentamiento con España; y por eso la actitud de los autores de esta situación es imperdonable. (…)
Es desolador que hoy la megalomanía y la ambición personal de algunos, nos hayan conducido al estado lamentable en que nos encontramos (…) ¿Cómo es posible que Cataluña haya caído nuevamente para hundirse poco a poco en una situación dolorosa, como la que está empezando a producirse? (…)
Si se ha llegado a esta situación es debido, a mi entender, simplemente a un pensamiento y actitud que empezó el mismo día que tomó posesión del cargo el actual President de la Generalitat, y como era natural, los resultados habían de ser los que ahora sufrimos. (…)
Están utilizando un truco muy conocido y muy desacreditado, es decir, el de convertirse en el perseguido, en la víctima; y así hemos podido leer en ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos recorta en Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia nosotros (…)
/ Espanya ens roba, nota de Moncho /

Es decir, según ellos se hace una política contra Cataluña, olvidando que fueron ellos los que para ocultar su incapacidad política y la falta de ambición por hacer las cosas bien (…) empezaron una acción que solamente nos podía llevar a la situación en que ahora nos hallamos.
Por ejemplo, es necesario tener el coraje de decirlo, los problemas de la lengua y de la escuela, es la actual Generalitat quien en gran parte los ha provocado (…) la cuestión de la lengua se ha convertido en un problema político y partidista (…)
La división cada día será más profunda y se alejará más y más de nuestros propósitos de consolidar para nosotros y para España la democracia y la libertad a la vez que los equívocos que surgirán entre nosotros serán cada día más graves.
Por otro lado, las declaraciones de la semana pasada del president Pujol, en las cuales decía todo lo contrario de lo que ha hecho y dicho durante estos últimos diez meses, y que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos, constituye un doble juego ya muy gastado en la política catalana para que sea merecedor de credibilidad. (…)
Si tenía que hablar de Cataluña me tenía que dirigir también al presidente de nuestro Parlamento, señor Heribert Barrera. Esto lo hice el 23 del pasado mes en una larga carta en la que hacía constar mi disconformidad con la política sectaria, discriminadora y carente de todo sentido de responsabilidad por parte de la Generalidad.
También le hacía constar mi más enérgica protesta ante la política de provocación que Cataluña inició el mismo día de la toma de posesión del presidente Pujol y que todavía continúa, debido por una parte a la política de intimidación engañosa que se hace desde la Generalitat y por otra, abusando de la buena fe de los que hay que reconocer que están tendenciosamente informados. (…)
España, unos dicen que bosteza y otros que está dormida. Todo es posible, pero me parece que en el país existe todavía suficiente savia nueva para despertarlo, sacudirlo y darle nobles ambiciones (…) En cuanto a Cataluña, creo que es urgente que se recupere la unidad que se rompió en mayo de 1980, y que se olvide todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos.
Con la amistad de siempre, le saluda afectuosamente.

Josep Tarradellas



Josep no va probá este paté de salmón 😁

Josep Tarradellas va enviar una carta al director de La Vanguardia, Horacio Sáenz Guerrero, que va ser publicada en aquest mitjà el 16 d’abril de 1981. Pruebe a leerla desde la Cataluña prusesista de 2017 y después abra una suscripción popular para nombrar profeta al viejo president.

Doncs sí, en Tarradellas ho va fer molt malament quan era conseller d’en Companys. Fue responsable del saqueo masivo de los bancos, del latrocinio de la propiedad y de las atrocidades de la Cataluña de Sant Companys
Però va arribar a vell, i el seu nacionalisme es va anar apaivagant fins a prioritzar el seny i la convivència. Y en esta carta está todo: el nacionalismo como causa de ruptura convivencial, la deriva hacia las tragedias del pasado, el pujolismo excluyente que ya ejecutaba lo que después se llamaría Programa 2000, las campañas de vaciado mental nacionalista, el victimismo, la demagogia, la imposición lingüística, el hipócrita doble juego Madrid-Barcelona, el sectarismo, la provocación, la intimidación engañosa… tot lo que avui ja d’ha desfermat obertament i que ja s’endevinava el 1981.
El lenguaje de Tarradellas todavía deja regusto nacionalista, pero sus intuiciones son clarividentes. Quizás hoy sí se hubiera decidido a gritar el “Viva España” que Pujol le prohibió, quizás hoy ya no identificaría a Cataluña con la Generalitat, quizás el viejo president ya no reverenciaría a la nació fabulada. Y quizás, sin los 35 años de pujolismo, el nombre de Tarradellas no sería hoy para la mayoría de catalanes sólo la marca de una pizza de plástico.
Quizás hoy Tarradellas sería un dolço. 
Perquè lo que diu és ben dolço, escolti.
Dolça i tarradelliana Catalunya…
Aznar, Pujol, bandera, votar, catalanismo

Ese día, Aznar tampoco vio los sobres que Pujol repartió

Carta, Josep Tarradellas, La Vanguardia, 1981

Via muro Juan Pablo de la Fuente

Creo que en estos momentos resulta muy adecuado releer la carta que el Molt Honorable Josep Tarradellas escribió al Director de La Vanguardia el 16 de abril de 1981.

Aunque os parezca un poco larga, ruego a aquellos que no la conozcan que la lean. Y a los que ya la conocen, que la recuerden.

En Tarradellas se unían tres cualidades que hace que esta carta sea de obligada lectura:

1.- Amor incondicional a Cataluña
2.- Profundo conocimiento de lo que ya estaba pasando en 1981 con la llegada de Pujol al poder
3.- Preclara inteligencia para ver con claridad a donde nos llevarían esas acciones. Por desgracia, ahora, en 2017, sus palabras resultan proféticas.


Carta, Josep Tarradellas, La Vanguardia, 1981


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“Mi querido amigo:
Al día siguiente de nuestra conversación del 25 de marzo quería escribirle (…) Siendo como es usted castellano viejo y al mismo tiempo un ciutadà de Catalunya (…) le escribo hoy.
Para empezar, sepa que al día siguiente de haber tomado posesión el nuevo presidente de la Generalitat, es decir, el 9 de mayo del año pasado, manifesté que se había roto una etapa que había comenzado con esplendor, confianza e ilusión el 24 de octubre de 1977, y que tenía el presentimiento de que iba a iniciarse otra que nos conduciría a la ruptura de los vínculos de comprensión, buen entendimiento y acuerdos constantes que durante mi mandato habían existido entre Cataluña y el Gobierno. Todo nos llevaría a una situación que nos haría recordar otros tiempos muy tristes y desgraciados para nuestro país. En primer lugar, porque todo me hacía prever que las inmejorables y afectuosas relaciones que existían con las autoridades civiles y militares del Estado en Cataluña, que tanto y tanto me costó conseguir, de ahora en adelante se irían deteriorando y acabarían por ser tirantes, y comportarían situaciones muy difíciles para la aplicación del Estatuto.
Después (…) era inevitable la ruptura de la unidad de nuestro pueblo. (…)
Ya sabe que por encargo del presidente Suárez, fui delegado del Gobierno para dar posesión de la presidencia de la Generalitat de Cataluña al señor Jordi Pujol. Días antes, le indiqué que me parecía normal que en este acto acabara mi parlamento con las palabras tradicionales de siempre, es decir, gritando vivas a Cataluña y a España. Esta propuesta me parecía lógica, pero con gran sorpresa no fue aceptada. (…)
Ya sabía que él solamente quería tener presente a Cataluña, pero para mí esto era inaceptable: eran ambos pueblos los que debían ir unidos en sus anhelos comunes (…) Entonces, y ante una situación tan enojosa, decidí no tener presente lo que hasta entonces había hecho en todos los actos oficiales. Hoy, al pensar en ello con calma, creo que no podía hacer otra cosa si quería evitar un escándalo de consecuencias imprevisibles.
Estoy seguro de que el presidente Pujol consideraba normal esta actitud, porque afirmaba una vez más su conducta nacionalista, que era y todavía es hoy la de utilizar todos los medios a su alcance para manifestar públicamente su posición encaminada a hacer posible la victoria de sus ideologías frente a España. (…) el hecho de que el presidente Garaicoechea también comparta su pensamiento y actitud en esta cuestión, debía entender (…) que les permitiría por tanto ser más exigentes con el Gobierno del Estado.
Al día siguiente voces autorizadas del Gobierno me preguntaban en forma amistosa qué era lo que había ocurrido (…). Preferí callar, aunque ello me acarreó disgustos, pero de ninguna manera podía defenderme, ya que esto podría representar que la actitud del presidente Pujol se hiciera pública y en consecuencia, que se iniciara en todas partes, y principalmente en todos los demás pueblos de España, una campaña de la cual Cataluña podía salir muy perjudicada. (…)
En conjunto, puede creerlo, todo me produce tristeza y una honda inquietud de cara al futuro (…) durante estos últimos diez meses todo ha sido bien orquestado para llegar a la ruptura de la política de unidad, de paz y de hermandad aceptada por todos los ciudadanos de Cataluña. El resultado es que, desgraciadamente, hoy podemos afirmar que debido a determinadas propagandas tendenciosas y al espíritu engañador que también late en ellas, volvemos a encontrarnos en una situación que me hace recordar otras actitudes deplorables del pasado.
Siempre recordaré que el 6 de octubre del año 1934, a las 5 de la tarde, acompañado del diputado señor Juan Casanelles, fue a la Generalitat a visitar al presidente Companys para manifestarle nuestra disconformidad con la política que una vez más se realizaba, rogándole que evitara todo lo que indicaba que iba a suceder aquella misma noche, es decir: la ruptura por la violencia de las relaciones con el Gobierno. No se nos escuchó, la demagogia y la exaltación de un nacionalismo exacerbado pesó más que la opinión de aquellos que preveíamos, como así ocurrió, un fracaso rotundo. (…) La demagogia había hecho su obra y el desastre se produjo.
Sé muy bien que ahora no se proclamará el Estado Catalán ni la República Federal Española, ni los partidos lanzarán sus militantes a la calle, ni los responsables de todo cuanto sucede morirán por Cataluña, nada de eso. Lo que se hará y ya ha empezado estas últimas semanas, es querer hacer olvidar las actitudes irresponsables de los mismos que ya han hecho fracasar nuestra autonomía, consiguiendo la desunión de Cataluña y el enfrentamiento con España; y por eso la actitud de los autores de esta situación es imperdonable. (…)
Es desolador que hoy la megalomanía y la ambición personal de algunos, nos hayan conducido al estado lamentable en que nos encontramos (…) ¿Cómo es posible que Cataluña haya caído nuevamente para hundirse poco a poco en una situación dolorosa, como la que está empezando a producirse? (…)
Si se ha llegado a esta situación es debido, a mi entender, simplemente a un pensamiento y actitud que empezó el mismo día que tomó posesión del cargo el actual President de la Generalitat, y como era natural, los resultados habían de ser los que ahora sufrimos. (…)
Están utilizando un truco muy conocido y muy desacreditado, es decir, el de convertirse en el perseguido, en la víctima; y así hemos podido leer en ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos recorta en Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia nosotros (…) /Espanya ens roba , nota de Moncho/
Es decir, según ellos se hace una política contra Cataluña, olvidando que fueron ellos los que para ocultar su incapacidad política y la falta de ambición por hacer las cosas bien (…) empezaron una acción que solamente nos podía llevar a la situación en que ahora nos hallamos.
Por ejemplo, es necesario tener el coraje de decirlo, los problemas de la lengua y de la escuela, es la actual Generalitat quien en gran parte los ha provocado (…) la cuestión de la lengua se ha convertido en un problema político y partidista (…)
La división cada día será más profunda y se alejará más y más de nuestros propósitos de consolidar para nosotros y para España la democracia y la libertad a la vez que los equívocos que surgirán entre nosotros serán cada día más graves.
Por otro lado, las declaraciones de la semana pasada del president Pujol, en las cuales decía todo lo contrario de lo que ha hecho y dicho durante estos últimos diez meses, y que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos, constituye un doble juego ya muy gastado en la política catalana para que sea merecedor de credibilidad. (…)
Si tenía que hablar de Cataluña me tenía que dirigir también al presidente de nuestro Parlamento, señor Heribert Barrera. Esto lo hice el 23 del pasado mes en una larga carta en la que hacía constar mi disconformidad con la política sectaria, discriminadora y carente de todo sentido de responsabilidad por parte de la Generalidad.
También le hacía constar mi más enérgica protesta ante la política de provocación que Cataluña inició el mismo día de la toma de posesión del presidente Pujol y que todavía continúa, debido por una parte a la política de intimidación engañosa que se hace desde la Generalitat y por otra, abusando de la buena fe de los que hay que reconocer que están tendenciosamente informados. (…)
España, unos dicen que bosteza y otros que está dormida. Todo es posible, pero me parece que en el país existe todavía suficiente savia nueva para despertarlo, sacudirlo y darle nobles ambiciones (…) En cuanto a Cataluña, creo que es urgente que se recupere la unidad que se rompió en mayo de 1980, y que se olvide todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos.
Con la amistad de siempre, le saluda afectuosamente.

Josep Tarradellas



Josep no va probá este paté de salmón 😁

Josep Tarradellas va enviar una carta al director de La Vanguardia, Horacio Sáenz Guerrero, que va ser publicada en aquest mitjà el 16 d’abril de 1981. Pruebe a leerla desde la Cataluña prusesista de 2017 y después abra una suscripción popular para nombrar profeta al viejo president.
“Mi querido amigo:
Al día siguiente de nuestra conversación del 25 de marzo quería escribirle (…) Siendo como es usted castellano viejo y al mismo tiempo un ciutadà de Catalunya (…) le escribo hoy.
Para empezar, sepa que al día siguiente de haber tomado posesión el nuevo presidente de la Generalitat, es decir, el 9 de mayo del año pasado, manifesté que se había roto una etapa que había comenzado con esplendor, confianza e ilusión el 24 de octubre de 1977, y que tenía el presentimiento de que iba a iniciarse otra que nos conduciría a la ruptura de los vínculos de comprensión, buen entendimiento y acuerdos constantes que durante mi mandato habían existido entre Cataluña y el Gobierno. Todo nos llevaría a una situación que nos haría recordar otros tiempos muy tristes y desgraciados para nuestro país. En primer lugar, porque todo me hacía prever que las inmejorables y afectuosas relaciones que existían con las autoridades civiles y militares del Estado en Cataluña, que tanto y tanto me costó conseguir, de ahora en adelante se irían deteriorando y acabarían por ser tirantes, y comportarían situaciones muy difíciles para la aplicación del Estatuto.
Después (…) era inevitable la ruptura de la unidad de nuestro pueblo. (…)
Ya sabe que por encargo del presidente Suárez, fui delegado del Gobierno para dar posesión de la presidencia de la Generalitat de Cataluña al señor Jordi Pujol. Días antes, le indiqué que me parecía normal que en este acto acabara mi parlamento con las palabras tradicionales de siempre, es decir, gritando vivas a Cataluña y a España. Esta propuesta me parecía lógica, pero con gran sorpresa no fue aceptada. (…) 
Ya sabía que él solamente quería tener presente a Cataluña, pero para mí esto era inaceptable: eran ambos pueblos los que debían ir unidos en sus anhelos comunes (…) Entonces, y ante una situación tan enojosa, decidí no tener presente lo que hasta entonces había hecho en todos los actos oficiales. Hoy, al pensar en ello con calma, creo que no podía hacer otra cosa si quería evitar un escándalo de consecuencias imprevisibles.
Estoy seguro de que el presidente Pujol consideraba normal esta actitud, porque afirmaba una vez más su conducta nacionalista, que era y todavía es hoy la de utilizar todos los medios a su alcance para manifestar públicamente su posición encaminada a hacer posible la victoria de sus ideología frente a España. (…) el hecho de que el presidente Garaicoechea también comparta su pensamiento y actitud en esta cuestión, debía entender (…) que les permitiría por tanto ser más exigentes con el Gobierno del Estado.
Al día siguiente voces autorizadas del Gobierno me preguntaban en forma amistosa qué era lo que había ocurrido (…). Preferí callar, aunque ello me acarreó disgustos, pero de ninguna manera podía defenderme, ya que esto podría representar que la actitud del presidente Pujol se hiciera pública y en consecuencia, que se iniciara en todas partes, y principalmente en todos los demás pueblos de España, una campaña de la cual Cataluña podía salir muy perjudicada. (…) 
En conjunto, puede creerlo, todo me produce tristeza y una honda inquietud de cara al futuro (…) durante estos últimos diez meses todo ha sido bien orquestado para llegar a la ruptura de la política de unidad, de paz y de hermandad aceptada por todos los ciudadanos de Cataluña. El resultado es que, desgraciadamente, hoy podemos afirmar que debido a determinadas propagandas tendenciosas y al espíritu engañador que también late en ellas, volvemos a encontrarnos en una situación que me hace recordar otras actitudes deplorables del pasado.
Siempre recordaré que el 6 de octubre del año 1934, a las 5 de la tarde, acompañado del diputado señor Juan Casanelles, fue a la Generalitat a visitar al presidente Companys para manifestarle nuestra disconformidad con la política que una vez más se realizaba, rogándole que evitara todo lo que indicaba que iba a suceder aquella misma noche, es decir: la ruptura por la violencia de las relaciones con el Gobierno. No se nos escuchó, la demagogia y la exaltación de un nacionalismo exacerbado pesó más que la opinión de aquellos que preveíamos, como así ocurrió, un fracaso rotundo. (…) La demagogia había hecho su obra y el desastre se produjo.
Sé muy bien que ahora no se proclamará el Estado Catalán ni la República Federal Española, ni los partidos lanzarán sus militantes a la calle, ni los responsables de todo cuanto sucede morirán por Cataluña, nada de eso. Lo que se hará y ya ha empezado estas últimas semanas, es querer hacer olvidar las actitudes irresponsables de los mismos que ya han hecho fracasar nuestra autonomía, consiguiendo la desunión de Cataluña y el enfrentamiento con España; y por eso la actitud de los autores de esta situación es imperdonable. (…) 
Es desolador que hoy la megalomanía y la ambición personal de algunos, nos hayan conducido al estado lamentable en que nos encontramos (…) ¿Cómo es posible que Cataluña haya caído nuevamente para hundirse poco a poco en una situación dolorosa, como la que está empezando a producirse? (…)
Si se ha llegado a esta situación es debido, a mi entender, simplemente a un pensamiento y actitud que empezó el mismo día que tomó posesión del cargo el actual President de la Generalitat, y como era natural, los resultados habían de ser los que ahora sufrimos. (…)
Están utilizando un truco muy conocido y muy desacreditado, es decir, el de convertirse en el perseguido, en la víctima; y así hemos podido leer en ciertas declaraciones que España nos persigue, que nos boicotea, que nos recorta en Estatuto, que nos desprecia, que se deja llevar por antipatías hacia nosotros (…) Es decir, según ellos se hace una política contra Cataluña, olvidando que fueron ellos los que para ocultar su incapacidad política y la falta de ambición por hacer las cosas bien (…) empezaron una acción que solamente nos podía llevar a la situación en que ahora nos hallamos.
Por ejemplo, es necesario tener el coraje de decirlo, los problemas de la lengua y de la escuela, es la actual Generalitat quien en gran parte los ha provocado (…) la cuestión de la lengua se ha convertido en un problema político y partidista (…)
La división cada día será más profunda y se alejará más y más de nuestros propósitos de consolidar para nosotros y para España la democracia y la libertad a la vez que los equívocos que surgirán entre nosotros serán cada día más graves.
Por otro lado, las declaraciones de la semana pasada del president Pujol, en las cuales decía todo lo contrario de lo que ha hecho y dicho durante estos últimos diez meses, y que nos ha llevado a la situación en que nos encontramos, constituye un doble juego ya muy gastado en la política catalana para que sea merecedor de credibilidad. (…) 
Si tenía que hablar de Cataluña me tenía que dirigir también al presidente de nuestro Parlamento, señor Heribert Barrera. Esto lo hice el 23 del pasado mes en una larga carta en la que hacía constar mi disconformidad con la política sectaria, discriminadora y carente de todo sentido de responsabilidad por parte de la Generalidad.
También le hacía constar mi más enérgica protesta ante la política de provocación que Cataluña inició el mismo día de la toma de posesión del presidente Pujol y que todavía continúa, debido por una parte a la política de intimidación engañosa que se hace desde la Generalitat y por otra, abusando de la buena fe de los que hay que reconocer que están tendenciosamente informados. (…) 
España, unos dicen que bosteza y otros que está dormida. Todo es posible, pero me parece que en el país existe todavía suficiente savia nueva para despertarlo, sacudirlo y darle nobles ambiciones (…)  En cuanto a Cataluña, creo que es urgente que se recupere la unidad que se rompió en mayo de 1980, y que se olvide todo lo que ahora nos separa, porque nuestro país es demasiado pequeño para que desprecie a ninguno de sus hijos y lo bastante grande para que quepamos todos.
Con la amistad de siempre, le saluda afectuosamente.
Josep Tarradellas”
Doncs sí, en Tarradellas ho va fer molt malament quan era conseller d’en Companys. Fue responsable del saqueo masivo de los bancos, del latrocinio de la propiedad y de las atrocidades de la Cataluña de Sant Companys
Però va arribar a vell, i el seu nacionalisme es va anar apaivagant fins a prioritzar el seny i la convivència. Y en esta carta está todo: el nacionalismo como causa de ruptura convivencial, la deriva hacia las tragedias del pasado, el pujolismo excluyente que ya ejecutaba lo que después se llamaría Programa 2000, las campañas de vaciado mental nacionalista, el victimismo, la demagogia, la imposición lingüística, el hipócrita doble juego Madrid-Barcelona, el sectarismo, la provocación, la intimidación engañosa… tot lo que avui ja d’ha desfermat obertament i que ja s’endevinava el 1981.
El lenguaje de Tarradellas todavía deja regusto nacionalista, pero sus intuiciones son clarividentes. Quizás hoy sí se hubiera decidido a gritar el “Viva España” que Pujol le prohibió, quizás hoy ya no identificaría a Cataluña con la Generalitat, quizás el viejo president ya no reverenciaría a la nació fabulada. Y quizás, sin los 35 años de pujolismo, el nombre de Tarradellas no sería hoy para la mayoría de catalanes sólo la marca de una pizza de plástico.
Quizás hoy Tarradellas sería un dolço. 
Perquè lo que diu és ben dolço, escolti.
Dolça i tarradelliana Catalunya…
Aznar, Pujol, bandera, votar, catalanismo
Ese día, Aznar tampoco vio los sobres que Pujol repartió