Mostrando entradas con la etiqueta Ioue. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Ioue. Mostrar todas las entradas

sábado, 5 de agosto de 2023

8. 21. Sainct Denis Mont-joye

Dont vient ce cry public, Sainct Denis Mont-joye, que l' on dit avoir esté autresfois usurpé par nos Roys en champ de bataille.

CHAPITRE XXI.

Il y a en chaque Republique plusieurs histoires que l' on tire d' une longue ancienneté, sans que le plus du temps l' on en puisse sonder la vraye origine, & toutesfois on les tient non seulement pour veritables, mais pour grandement auctorisees, & sacrosaintes. De telle marque en trouvons nous plusieurs tant en Grece, qu' en la ville de Rome: Et de cette mesme façon avons nous presque tiré entre nous, l' ancienne opinion que nous eusmes de l' Auriflame, l' invention de nos fleurs de lys, que nous attribuons à la Divinité, & plusieurs autres telles choses, lesquelles bien qu' elles ne soient aidees d' autheurs anciens, si est-ce qu' il est bien seant à tout bon citoyen de les croire pour la majesté d' un Empire. Et sous cette mesme creance, à mon jugement s' est insinuée entre nous l' opinion que le commun peuple a, que nos Roys anciennement en une affaire presente, & au meillieu d' une bataille avoient accoustumé quasi pour un mot solemnel de dire Sainct Denis Mont-joye. Comme mesmes Jeanne la Pucelle respondit à ses Juges, lors qu' ils luy improperoient qu' apres qu' elle fut blecee devant Paris, elle fit une offrande de ses armes à S. Denis, par forme de gloire & orgueil, elle respondit sagement que ce qu' elle en avoit fait, estoit par devotion seulement. D' autant que sainct Denis estoit le commun cry de la France en la bouche de ceux qui se trouvoient en telles meslees, Sainct Denis Mont-joye. Or dont ce mot ait pris son origine, je ne l' ay jamais leu dans les vieux autheurs, j' entends de ceux qui nous sont de quelque merite. Maistre Raoul de Presles en la preface qu' il a faite sur les livres de S. Augustin de la Cité de Dieu, par luy traduict, qu' il addresse au Roy Charles sixiesme, dit sur le subject qui s' offre telles paroles: Clovis premier Roy Chrestien combattant contre le Roy Dandat, qui estoit venu d' Allemagne aux parties de France & qui avoit mis & ordonné son siege à Conflans saincte Honorine, dont combien que la bataille commencee en la vallee, toutesfois fut-elle achevee en la montaigne, en laquelle est à present la tour de Mont-joye, & là fut pris premierement, & nommé vostre cry en armes c' est à sçavoir Mont-joye S. Denis. Ces paroles sont mal couchees, lesquelles je ne vous ay rapportees à autre fin, que pour monstrer que du temps de Charles sixiesme cecy estoit tenu pour familier en la bouche de nos Roys. Et au surplus que maistre Raoul le rapportoit au Roy Clovis, comme aussi font tous les autres. Vray que plusieurs sont en doute de l' occasion pour laquelle Clovis usa de ce mot Mont-joye: & semble aucunement que cest autheur le vueille attribuer à cette montagne, en laquelle il dit estre situee cette tour. Toutesfois quelques uns sont d' advis que Clovis ayant esté par plusieurs fois admonnesté de sa femme Clotilde de recevoir le S. Sacrement de Baptesme; finalement s' acheminant à la guerre qu' il eut contre les Allemans, il luy promist qu' en cas de bon succés de ses affaires, il accompliroit son vouloir. Parquoy se trouvant pendant le conflict & pesle mesle de la journee de Tolbiac en grand danger de sa personne, reclama soudainement le sainct grandement reveré en France, & que nous appellons nostre Apostre, qui est S. Denis, disant S. Denis mon Iouecomme s' il eust voulu dire, qu' en cas que S. Denis eust favorisé son entreprise, il l' eust de là en avant reveré comme son Jupiter (Ioue, Jove, Iovis, Jovis), que lors comme Ethnique il adoroit sur tous les autres Dieux: Et que depuis on avroit fait de Mon Jove, un Mont-joye comme par succession de temps il est aisé d' eschanger plus estrangement les paroles. Cettecy est l' opinion de Messire Robert Cenal Evesque d' Auranches en ses Perioques de la Gaule. Toutesfois si en cecy la divination est excusable, je croirois (si tant est toutesfois que Clovis ait esté premier autheur de cette parole) que si lors de cette necessité (qui fut certes l' une des plus grandes que courut jamais ce brave Roy) il invoqua l' aide de S. Denis, il usa du mot de Mont-joye sans aucun changement, comme s' il eust voulu dire que S. Denis estoit sa joye, son espoir, & consolation, & auquel il avoit toute sa fiance, usant toutesfois d' un article impropre de mon pour ma, ainsi que nous voyons les Allemans, Anglois, Escossois pratiquer assez souvent, lors qu' ils n' ont parfaite information de nostre Langue, comme il est à presumer qu' estoit Clovis, qui jamais n' avoit fait estat que des armes entre ses gend'armes François, la plus part desquels estoient extraicts du pays de la Germanie: Ainsi ayant esté mis ce mot en avant par Clovis, par le moyen duquel il pensa que ses affaires demy desesperees, luy reussiroient à bon effect: Les Roys qui de luy furent successeurs, s' attachans estroictément à cette parole, comme sacree & pleine de grand mystere, la mirent semblablement en œuvre, lors qu' ils se trouverent pressez en quelque rencontre de guerre, sans juger s' il falloit dire ma joye, plustost que mon-joye

lunes, 4 de marzo de 2019

Del asiento y poderío de la ciudad de Barcelona


Libro XVIII.
Capítulo primero. Del asiento y poderío de la ciudad de Barcelona.


Mostró bien el Rey (por lo que en el precedente libro concluimos) tener su espíritu del todo puesto en Dios, y en acabar la empresa de la tierra santa: pues no fueron parte carne y sangre de tantos hijos y nietos para divertir su santo fin y propósito de proseguirla. Y así despedido de ellos, no paró en Zaragoza: ni en otra parte del camino hasta llegar a Barcelona, para poner en orden la armada, y juntar el ejército: dejando las cosas del gobierno de los Reynos bien concertadas antes de su partida. Fue pues muy grande el concurso de gente de todas partes, además del ejército, que vinieron a esta ciudad, no solo de procuradores y síndicos de las ciudades y villas Reales de los tres Reynos para ayudar con su extraordinario servicio a los gastos de esta empresa: pero de muchos otros, que por solo ver al Rey, y el aparato del armada, y municiones de guerra, se congregaron de toda España: mas ni fue de menor maravilla ver la mucha hartura de vituallas y el cumplimiento de alojamientos que para todos hubo en la misma ciudad de Barcelona. Por lo cual, y ser esta una de las más insignes ciudades de España, será bien que digamos algo de su asiento y origen, de su maravillosa traza y bien labrados edificios, junto con su gran poder, y valor de ciudadanos, y mucho más de la ejemplar concordia de ellos para lo que toca al beneficio y conservación de su Repub. La cual fue antiguamente llamada Fauencia: pero venida a poder de los Cartagineses la llamaron Barcino: por los del bando y parcialidad Barcina que vinieron de Carthago a regirla. Pero destruidos los Carthagineses y su ciudad asolada, los Romanos la redujeron (reduzieron) en colonia con el mismo nombre, y con esto va fuera todo lo que de su nombre después se ha comentado y fingido por algunos, pues se llama hoy día Barcelona. Y es de las bien trazadas, y mejor edificadas ciudades que haya otra. Porque está hecha como media luna, atajada por el mar al oriente, extendida sobre una espaciosa llanura a las raíces de un monte alto que da en la mar, y sirve de atalaya, para descubrir de bien lejos las naves y bajeles que a ella vienen, al cual llaman Monjuhi, que significa monte de Ioue, o Iupiter: o porque en él solían antiguamente los gentiles sacrificar a Iupiter dios de las riquezas, que las estiman tanto y guardan mejor en esta ciudad que en otras: o porque la gente de ella es muy jovial (Iovial) en sus regocijos, y de más suave trato que la mediterránea de Cataluña, que de si es saturnina y triste, y que el vengar las injurias es su alegría. De este monte se puede bien decir que vale de padre y madre a la ciudad: pues no solo con su oposición al mediodía la defiende del excesivo calor que padecería, y que con el atalayar le avisa del bien o mal que por la mar le viene: pero también la ha como parido de sus entrañas: pues nació toda de la pedrera del monte, sin disminución de él, en tanta copia, que amontonada ella, sin duda que haría otro mayor monte por si sola. Y así por ser edificada de tan excelente piedra que se endurece en el edificio, son las casas, templos, palacios y edificios públicos, con su muy torreada muralla, de lo más bien labrado, y fuerte que pueda ser otro. Con esto y estar de todas armas y artillería gruesa muy abastecida, es hoy sobre cuantas ciudades hay en España más puesta en defensa. También es muy alegre su campaña y harto fructífera: aunque su mayor abundancia de mercaderías le entra por el mar que bate su muralla: y así por las continuas entradas y salidas de bajeles con nuevas gentes que vienen de cada día, y por lo que la vista y contemplación del mar a todos mucho alegra, su mayor regalo y recreo es la marina. Puesto que no hay puerto seguro sino playa abierta por toda ella: pero se halla tan honda que se quiso antiguamente formar muelle allí, y en fin se pueden los bajeles asegurar mejor que en cualquier otra playa. De aquí le vino ser su trato de mar muy poderoso y extendido: señaladamente después que cesó el de Tarragona, por las guerras y destrucción de los Moros que pasaron por ella (según que en el precedente libro quinto se ha largamente referido) que por esto se trasladó toda la negociación de mar a Barcelona. De suerte que así por los grandes aparejos de ataraçanales, como de maderamiento, y los demás pertrechos que produce de si la tierra, los ciudadanos por mandato de sus Reyes, se dieron tanto a hacer todo género de navíos, y más de galeras, hasta ponerlas a punto de navegar y pelear con ellas, que como colonias las han siempre enviado por el mediterráneo adelante, para representar su renombre y fuerzas en diversas partes. Lo que se puede muy bien apropiar a esta ciudad, y decir de cuantas armadas ha echado en mar y proueydo así de armas y soldados, como de remeros y xarzias, que otras tantas ciudades ha edificado: porque las armadas gruesas por mar, son otro que unas muy fuertes y bien regidas ciudades, o verdadero retrato de muy concertadas Repub. y no solo esperan a los enemigos, pero también los van a buscar y sacar de sus casas, como se prueba por los grandes efectos que con ellas los mismos ciudadanos y gente Catalana han hecho por mar en servicio de sus Reyes. Por ser gente de si muy belicosa y hecha de tal compás que cuanto más rehúsa de ser pechera en la hacienda: tanto más a las necesidades y hechos de armas de sus Reyes suelen prontamente acudir con sus personas y vidas. De manera que por estas, y otras muchas comodidades y cumplimientos de valor y poder que esta ciudad siempre tuvo, meritoriamente llegó a exceder a muchas otras en el pacífico y seguro estado de gobierno que de si tiene: no tanto por su buen asiento y fortificado muro, cuanto por su mucha religión y buen gobierno, que de la sobriedad y gran concordia de los ciudadanos nace en ella. Pues dado que ellos con ellos entre si sean gente desapegada: pero en lo que toca a fidelidad con sus Reyes, y común defensa de la patria (como gente de pocas palabras) no hay Lacedemonios que más liberal y determinadamente empleen sus vidas, por la conservación de ella. Pues como llegase el Rey y fuese muy bien recibido de la ciudad y ejército, quiso luego reconocer la armada que poco antes mandó poner en orden, y como la halló tan bien provista así de vituallas, como de remeros y todo género de armas: no solo alabó mucho la diligencia y solicitud del proveedor: pero se maravilló extrañamente de la sobrada riqueza y poder de la ciudad, así para hacer y poner en el agua la armada, como para proveerla con tanta prontitud de cuanto menester era.

Del asiento y poderío de la ciudad de Barcelona