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viernes, 22 de julio de 2022

CARTA L. Protección que debe a la literatura la riqueza de las personas particulares.

CARTA L. 

Protección que debe a la literatura la riqueza de las personas particulares

Mi querido hermano: Quisiera poderte decir con razón, lo que sin ella dijo Gabriel Aquilino en su comentario a la dialéctica de Aristóteles, impreso en París 1519, el cual vi en la biblioteca de Belén de Barcelona: moriar, lector, si te legisse poe niteat

¿Qué te parece de la fanfarronada? ¿Será aplicable a la lectura de mis cartas

Dios me libre de tal pensamiento. Aunque tan desagradables como la dialéctica de Aristóteles... no, eso no. Conozco que más deleitables podían ser de lo que son, si no me viese precisado a tratar de tantas menudencias fastidiosas. Pero de esto no tengo yo la culpa, sino el estado en que se hallan las pruebas de nuestra historia, que por la mayor parte yacen enterradas todavía en el silencio de los archivos, sin que haya quien se dedique a darles la vida que esperan. Acuerdóme haber leído una oración inaugural de los estudios de Barcelona, que recitó in Lucalibus el docto Cosme Damián Ortolá, antes que fuese abad de Vilabertrán, hacia la mitad del siglo XVI. Pues este sabio catalán, bien conocido en la república de las letras por la destreza con que hermanó el estudio florido de las humanidades con el grave y sólido de la santa escritura, tomando por tema en aquella ocasión las palabras de S. Pablo: Lucas est mecum solus, las aplicó con singular gracia al desamparo en que él veía las ciencias, lamentándose por lo que las amaba del poco caso que les hacían los grandes señores y ricos de su tiempo. Qué diría del nuestro aquel orador, déjolo a tu consideración. A centenares podrán contarse los literatos que han perecido de necesidad, agobiados de las deudas que contrajeron por causa de sus estudios, compra de libros o gastos de impresiones: y muchos más son los que por carecer de estos auxilios han dejado de ilustrar la nación, con mengua del honor de ella. El Gobierno ha podido y puede contribuir a este objeto con la creación de academias, establecimiento de bibliotecas, viajes de varias clases y otras disposiciones semejantes. Mas esta grande obra de la ilustración pública, aunque bajo las reglas que el Gobierno prescriba, sólo puede medrar por especulaciones de las personas particulares. Y ojalá tuviese cabida en esto la avaricia del hombre, como la tiene en traernos de allende dijes y muebles baladíes e insulsos. 

Es cosa que no acabo de entender. Andan con cien ojos los ricos buscando arbitrios y maneras como aumentar su caudal. Ven que los venecianos, por ejemplo, imprimen y reimprimen sin cesar obras voluminosas que compra toda la Europa, y con cuyo producto enriquecen sus casas; y sin embargo no hay entre nosotros quien se dedique a estas especulaciones, como si ellas no cupiesen en el pecho español, o se nos diese la plata y el oro para empobrecernos, engrosando tal vez a nuestros enemigos. Mengua es de los grandes señores que dejen de proteger por este medio la literatura de casa, y vean con ojos serenos como pagamos a los que trabajan en la del vecino. En lo cual no sólo causan este daño público, dejando perecer a los literatos y artistas; sino que a sí y a sus intereses hacen un daño particular. Porque claro está que el dinero que empleasen en reimprimir las obras, v. g. de S. Agustín, aunque tardasen diez años en recogerlo, al fin lo recogerían con no pequeña usura. ¿Y qué digo esas obras? Vergüenza es de todo punto insufrible que el romano Catalani haya reimpreso la colección de concilios del cardenal Aguirre: y con lo que era y es nuestro nos esté sacando el dinero, si lo queremos leer. Esto que digo de reimpresiones, sube más de punto respeto de nuestras cosas inéditas. No hay en Cataluña biblioteca grande ni pequeña donde no se halle un ejemplar de la obra intitulada Marca Hispánica. 

Prueba evidente de la loable codicia de estos naturales por saber las antiguallas civiles y eclesiásticas de su patria. Pues a la par de esto todavía está por publicar, y lo está ya casi dos siglos, la 2.a y 3.a parte de la Crónica de Cataluña, escrita por Gerónimo Pujades, llena de documentos preciosos, que a mí el primero vendrían muy bien: crónica que el autor de la Marca Hispánica apreció mucho, y hallándose por acá como visitador regio desde 1644 hasta 1651, la pidió al mismo Pujades que aún vivía, y se la llevó a París. Esta dádiva parecerá increíble al que considere que el que la recibió pagó el beneficio con el orgulloso Puiadesii inscitia notatur, que se lee en el índice de la Marca. Bien que esto no es de Pedro de Marca, sino de Balucio, que publicó y adicionó aquella obra, y en ella y en otras se aprovechó de los documentos que Pujades estuvo recogiendo por espacio de medio siglo, como asesor del duque de Cardona, de los archivos de Aragón, Cataluña, Valencia, Rosellón, Conflent &c., los cuales aquel francés disfrutó como si él por sí mismo hubiera visitado estos santos lugares. Llevada pues a París la crónica MS. nada más se supo ya de ella, ni en Cataluña la vio nadie, hasta que en 1720, hallándose en aquella capital el obispo de Gerona D. Josef Taberner y Dardena por asuntos de su familia, logró que en la biblioteca real, a donde habían ido a parar aquellos libros, se le permitiese sacar una copia de ellos. Esta única copia de que se tiene noticia, para en el archivo del Sr. marqués de Villel, como heredero por su esposa de la casa de Taberner. Y allí se está y estará desconocida, mientras la Marca Hispánica, a pesar de sus nulidades y de las injurias que hace al honor español, ha sido comprada por los catalanes, por no hallar otra cosa en que se cebe su afición a la antigüedad. Cuanto más diligentes eran los antiguos, de los cuales un diario MS. de cosas acaecidas en Barcelona dice lo siguiente: “1614 en lo mes de Setembre los Consellés donaren a mossen Pujades 500 lliures per estampar un llibre de historia; y lo doctor Rosell ne ague altres 500 liures per estampar un llibre de medicina."

He citado este ejemplar entre otros muchos que pudiera, para que veas cuan escasos estamos de nuestras mismas cosas por la cobardía de los que pudieran hacernos este bien, haciéndolo ellos a sí mismos. Dirán que no son literatos. Yo diré que no es menester que lo sean. Sí: que no era un sabio el arzobispo de Valencia D. Fr. Antonio Folch de Cardona; y sin embargo con su protección florecieron allí Corachan, Tosca y otros. Del gran Cisneros nadie dirá que fuese capaz de escribir las obras que bajo sus auspicios y valimiento se escribieron entonces. Ni el duque de Lemos tuvo más parte en el Quijote que la de amparar al genio inmortal que lo escribió. Y de papas y reyes y personajes ilustres pudieran citarse muchos, de cuya boca me parece estar oyendo en 

otro sentido lo que yo digo de mis viajes:

fungar vice cotis, acutum

Reddere quae ferrum valet, exsors ipsa secandi.

Ni para lo que estamos tratando es menester, como hicieron esos señores, buscar quien escriba y acabe obras difíciles, ni traer de lejos profesores peritos en lenguas y artes y ciencias; basta dinero, papel e impresor: basta tener amor a la patria, o deseo de la gloria póstuma, o codicia de aumentar los caudales. Porque esas cosas o juntas, o de por sí cada una, bastaron para que otros se moviesen a proteger las ciencias y artes. Y este es el manantial de donde salieron las grandes colecciones diplomáticas de todas las naciones: que ya no hay inglés, ni francés, ni alemán, ni italiano, que necesite entrar en sus archivos para ver las pruebas de los hechos antiguos, ni nación alguna de estas que no tenga escrita fluidamente la historia doméstica, con deleite del que lee, y con proporción de desengañarse el que dudare. Y nosotros ¿qué tenemos hecho en esta parte que de mil leguas pueda compararse con lo de afuera? 

Falta espíritu para emprender lo que con tanta ansia se desea; y ha sobrado en muchos de los que nos han precedido la manía de pasar por historiadores, la cual siempre será la polilla de la historia. Que si ellos en vez de ordenar sus relaciones, extractando las escrituras que disfrutaban a solas en el secreto de los archivos, las hubieran copiado e impreso, mayor bien hicieran a la historia, cuanto va del agua pura de una fuente a la de un arroyo tal vez enturbiada. Y en sus escritos pudieron ser y son tachados de error; mas en lo al todos les llenáramos de bendiciones. Fáltanos mucho que andar en esto que digo. Sólo el archivo real de Barcelona posee 7 (signo: como un “ encerrado en un círculo abierto por la parte arriba izquierda) y más vol. fol. de registros reales, donde están minutadas todas las órdenes que se dieron desde los años 1235 hasta casi entrado el siglo XVIII, relativas a comercio, artes, ciencias, náutica, agricultura, numismática, fábricas, expediciones militares, embajadas y relaciones políticas. Allí está la historia de todas esas cosas en esos siglos, de las cuales una cortísima muestra que nos dio el erudito Capmany, despierta la sed de lo demás. (N. E. Unos años después de este texto, Próspero de Bofarull y Mascaró empezará una colección que seguirá su hijo Manuel de Bofarull y Sartorio; muchos de esos tomos los he editado ya

El cómo se haga esto, no es de mi inspección decirlo. Pues las iglesias catedrales y colegiatas, y los antiquísimos monasterios de esta provincia, poseen más o menos gran número de diplomas inéditos, tocantes a la historia eclesiástica y civil. ¿Por qué no se forman colecciones parciales, en que sobre la honra que ganarían los cuerpos, no perderían nada las personas que se interesasen en ello? Líbreme Dios de pensar que sea falta de amor a la literatura. No es así; es una como cobardía, es no persuadirnos de que lo nuestro es en muchos puntos de un mérito superior a las bagatelas de esa clase que compramos de afuera. Parécenos que sólo lo extranjero tiene ser, y que nuestras cosas comparadas con las suyas, son como si no fuesen. Esta idea nos sugieren los mismos extraños; y porque ellos lo dicen de palabra y de obra, creemos que así debe de ser: y compramos, v. g. las obras de los PP. publicadas por los Maurinos, como el non plus ultra de la pericia y laboriosidad de los hombres, sabiendo lo mucho que falta que hacer en esas ediciones, porque el orgullo francés, que no hizo ascos del polvo y basura de las bibliotecas de Alemania y de otras partes, no se dignó ver las del lindar de España, donde hubiera hallado códices más antiguos y correctos que los que le sirvieron en aquella empresa, y eso aun convidado y estimulado por los españoles, como lo fue Martene por el citado obispo Taberner (a: V. Praef. in Vet. Script. Edm. Martene). 

Este desprecio de los extranjeros sólo puede remediarse con nuestra aplicación. 

Y esta aplicación que digo, no ha de ser obra del Gobierno solo, como algunos creen. Al Gobierno toca proteger al que se dedique a fomentar la prosperidad nacional; mas las empresas deben ser de los particulares. Los cuales arrostren sudores y gastos movidos de la gloria que en ello pueden adquirir, o de la utilidad pecuniaria que resulte. Estas pasiones son de cada corazón individual, y allí es donde obran con toda su fuerza, y de allí salen a poner en movimiento cuanto sirve a su objeto, el cual logran siempre que no hallen estorbos que les intimiden o embaracen su carrera. Esperar a que el Gobierno excite la atención de los sabios, y oficialmente les convide y señale pensiones a los que comisiona para esto o lo otro, es querer el premio antes del trabajo. No sé en qué ha de parar esta declamación. Ya lo sé: en nada. Me he desahogado un poco contigo, y basta. A Dios. 

lunes, 18 de octubre de 2021

OBRAS CRÍTICAS Y LITERARIAS DE GUILLERMO FORTEZA y Valentín. TOMO I.

OBRAS

CRÍTICAS Y LITERARIAS

DE

GUILLERMO FORTEZA. (y Valentín)

TOMO I.

PALMA DE MALLORCA

ESTABLECIMIENTO TIPOGRÁFICO DE P. J. GELABERT.
1882.

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LIBROS EN VENTA en el establecimiento tipográfico de Pedro José Gelabert.

OBRAS RIMADAS DE RAIMUNDO LULIO, escritas en idioma catalán provenzal, publicadas por D. Gerónimo Rosselló, un tomo rústica fóleo menor 50 rs. y encuadernado 60 rs.
(Editado por Ramón Guimerá Lorente, disponible online en regnemallorca.blogspot.com y chapurriau.blogspot.com - + glosario de aprox. 145 páginas A4)

BIBLIOTECA DE ESCRITORES BALEARES, por don Joaquín M. Bover, dos tomos en uno formando 1300 páginas, casi fóleo, 72 rs. rústica y 80 encuadernado.

POETAS BALEARES.-Siglos XVI y XVII. - Poesías castellanas, publicadas con una noticia biográfica, por Gerónimo Rosselló. - Un tomo 8° mayor de unas 400 páginas, 14 rs.

POETAS BALEARES. - Siglo XIX. - Poesías de autores vivientes, escritas en catalán, premiadas la mayor parte en los Juegos florales de Barcelona y publicadas con noticias biográficas y una traducción castellana, un tomo 8° mayor de unas 700 páginas, 16 rs.
(Es el mismo libro que Flors de Mallorca, editado por Ramón Guimerá Lorente. Disponible online en regnemallorca.blogspot.com y en Amazon Kindle)

VARONES ILUSTRES DE MALLORCA, obra adornada con más de cien retratos y otros grabados en boj, intercalados en el testo, dos tomos fóleo menor, 60 rs.

LO JOGLAR DE MAYLORCHA, per Geroni Rosselló, un tomo 4°, 20 rs.

ESCENAS BALEARES. - Los dos amores. - Un destajo a media noche. - Las mejoras. - Estas tres interesantes novelitas escritas por D. Antonio Frátes у Sureda, forman un elegante volumen en 8° mayor, de unas 332 páginas, y se vende a 8 rs. ejemplar.

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PRÓLOGO BIOGRÁFICO.

Con la satisfacción propia de quien acomete generosas y debidas empresas, damos con el segundo tomo de la BIBLIOTECA BALEAR el primero de las obras de Guillermo Forteza, que por encargo especial de este, tiene coleccionadas su íntimo amigo el conocido literato balear D. Jerónimo Rosselló (GerónimoGeroni), a quien tanto nuestro autor distinguía y veneraba.
Caería en el ridículo aquel que, a pretexto de una ausencia más o menos prolongada, ofreciera la presentación en una tertulia de quien hubiese sido de ella el más cariñoso amigo, ridículo que aparece a nuestra imaginación con tenaz insistencia al escribir estas líneas, a las que sólo queremos investir con el carácter del amigo cominero que, haciendo suya la satisfacción de extraños, se apresura a anunciar la vuelta del ausente, recordando de paso las hojas del empadronamiento o los asientos del registro, abiertos siempre para oficiosos de este género.
Y no de otro modo hemos de llenar gustosamente nuestro cometido, bien por la prioridad que logramos al ver reunidas estas obras, bien por el legítimo orgullo que sentimos al darlas a la estampa.
Menos apreciadas por su autor, vieron algunas, aunque en escaso número, la luz pública en acreditadas revistas de nuestra patria; otras se presentaron a la arena de los certámenes, ciñendo a sus sienes el laurel de la victoria; y no pocas permanecieron inéditas. Así resulta de una nota autógrafa del mismo Guillermo Forteza, que nos ha facilitado el señor Rosselló y en que es de ver la parquedad del modesto crítico y el breve juicio que de sus obras formaba, encerrando en una sola línea un título, una noticia y una crítica como la siguiente:
“Artículo titulado: Sin dineritis. (No lo tengo: es tonto.)”
No es de extrañar el abandono de Forteza, que con tan absoluto criterio juzgaba casi todas sus producciones, para ellas y para consigo; abandono que ha hecho muy difícil el trabajo del colector, así de los artículos críticos que este tomo comprende, como de los materiales suficientes para otro volumen de escritos humorísticos y de amena literatura con que ha de deleitarse un público más variado y extenso, y en el que irán incluidos algunos de los pensamientos sueltos que, con el título de Apuntes para un libro, se encontraron en el cofre de Guillermo Forteza el día de su muerte, avalorados por unas notas con las cuales podría formarse una semi-auto-biografía, ya que su autor acotaba con las palabras OJO, o MUCHO OJO aquellos que a sus circunstancias personales se referían.

Y no es de extrañar el abandono de que hablamos en quien escuchó el aplauso de los corros que en torno suyo se formaban en los centros más cultos de nuestras primeras capitales, y vio agrandarse la boca de los circunstantes con las contracciones de la risa, en que imperaba como monarca absoluto. Decidor, ocurrente, oportunista, Guillermo Forteza ha quedado entre nosotros como Quevedo en Castilla, como Mossen Vicens García en Cataluña, responsable de todos los chistes apócrifos de aquellos que sacrifican la propiedad de su ingenio huero, a una autoridad indiscutible e inapelable en estas Islas, y que logró en Madrid la admiración de todos los que acudían a los salones más aristocráticos (asistocráticos) de nuestras letras, como de los concurrentes al café, en cuyas mesas ejercía jurisdicción soberana. Y buena prueba de esa estima le dieron sus admiradores y amigos de la Corte cuando en 1865 las lesiones que sufrió por el derrumbamiento de un paredón le obligaron a guardar cama por algún tiempo. Su restablecimiento fue sabido día por día, no ya por la noticia volandera de los círculos que Forteza frecuentaba, sino por la adquirida individualmente en la misma casa de nuestro paisano. Podríamos hacer una relación extensa de las circunstancias que constituían el carácter de nuestro autor, pero reflejado todo su ser en sus propios escritos, así como los sentimientos nobilísimos de su alma que hacían olvidar por completo las debilidades de que él mismo no se absolvía, preferimos que el lector forme por sí el perfil de su fisonomía moral a la luz de los destellos de su inteligencia privilegiada y de los rasgos de su ingenio, malogrado por desgracia en la época en que debían ser más opimos (óptimos) sus frutos. Sin embargo no podemos resistir a la tentación de transcribir aquí los siguientes párrafos, que pocos años antes de su fin dirigía con acento profundamente triste a uno de sus amigos: «Considero, exclamaba, un beneficio señalado de la Providencia una amistad como la tuya. Nada ha podido entibiarla: ni la divergencia de caracteres, suave, igual y apacible el tuyo, el mío de potro resabiado, tan rebelde al freno como a la espuela; ni posiciones sociales antitéticas, ni, finalmente, ausencias prolongadas que no escasas veces producen el aflojamiento gradual de los más fuertes lazos..... Huérfano, privado de lo que hasta los mendigos poseen, el hogar doméstico; perdida la llave de mi propio corazón (Dios sólo da una a cada mortal), y sin llave de los ajenos, enemigo de mí mismo y receloso de los demás, próximo a traspasar los tenebrosos umbrales de la vejez celibataria, sin ninguno de esos profundos amores intelectuales a un arte o ciencia determinada que comunican al espíritu serenidad y sosiego y, para colmo de desventura, sintiendo hervir en mi pecho el fuego de pasiones sólo propias de la vigorosa mocedad. ¿Qué sería de mí en este naufragio total de ilusiones, de aspiraciones, de esperanzas, sin el indulgente cariño de los pocos amigos verdaderos que he podido por fortuna conservar?.....»

Es realmente deplorable que Guillermo Forteza, con más fé en sí mismo, no hubiese dado mayores estímulos a su laboriosidad; y que, por una indolencia no comprensible en un espíritu inquieto como el suyo, dejase inaprovechados los tesoros de su erudición y de sus estudios asiduos y detenidos. ¡Qué no hubieran producido su entendimiento exuberante y su depuradísimo gusto, si más atento a los intereses de su nombre y de su gloria, y con más alta y verdadera conciencia de los quilates de su talento, se hubiese impuesto el deber del trabajo para honra de las letras y regocijo de su patria!
Pero Forteza era verdaderamente en la esfera de la literatura un acaudalado mani-roto. No hacía el menor caso de la riqueza que Dios había concedido a su espíritu privilegiado, y disipaba continuamente entre los corros de sus amigos, en sabrosísimas y chispeantes conversaciones, dispuesto siempre a la francachela del arte y de la ciencia, sumas enormes de sentimientos y de ideas, de símiles y de imágenes, con que hubiera podido exhornar profusamente obras de grande empuje y de éxito seguro y estable. Desgraciadamente Forteza sólo atendía a la fruición del momento, y nada le importaba lo demás, una vez expansionado su ánimo o el goce obtenido. Y así es cómo se han evaporado y desvanecido las mejores y más sublimes emanaciones de su entendimiento.

El Gobierno y sociedades particulares recompensaron en varias ocasiones sus relevantes cualidades con títulos y nombramientos que significaban la distinción que les merecía.
En Noviembre de 1856 la Academia de Buenas Letras de Barcelona le premió un estudio referente a Capmany, y extendió a su autor el título de socio honorario, y en Diciembre del propio año el Ayuntamiento de la capital del Principado le confiaba una sección de su archivo, donde obtuvo un ascenso a los pocos meses. En el año siguiente, como autor de Influencia de la novela en las costumbres, la Real Academia Sevillana de Buenas Letras le adjudicaba el premio de la medalla de plata, nombrándole individuo de su seno. En el año 1859 obtuvo muchas y muy señaladas distinciones: en 4 de Enero fue elegido Director de la Sociedad titulada Reunión Literaria de Barcelona; en 27 de Marzo se le extendió el nombramiento de socio de la Filomática de aquella capital; en 11 de Junio la Real Academia Sevillana de Buenas Letras le participaba que luego de domiciliarse en Sevilla se le expediría el título de socio de número; en 27 de Julio la Comisión de Monumentos históricos de Sevilla le confería la misión de clasificar e inventariar los documentos que pertenecieron al archivo del extinguido monasterio de San Isidoro del Campo en la villa de Santiponce; y en 3 de Octubre de aquel mismo año los Serenísimos Señores Duques de Montpensier le invitaron a la fiesta de la inauguración de la capilla de Valma. En 1865 se le extendió la credencial, por el cuerpo de Archiveros bibliotecarios, destinándole al año siguiente por orden de la Dirección al archivo histórico nacional de Alcalá de Henares. Miembro de este ilustrado cuerpo estrechó más los vínculos de amistad que le unían con D. Tomás Muñoz Romero, regenerador de los estudios paleográficos de nuestro país y uno de los fundadores de la Escuela diplomática, amistad de que conserva gratísimo recuerdo el sucesor del linaje y de los conocimientos de aquel ilustre bibliófilo.

Guillermo Forteza que tan absoluto dominio había logrado de la lengua castellana, demostrándolo ya en las primicias de su musa, que con el título de Aspiraciones cristianas publicó en Palma, en un periódico que dirigía su amigo de siempre el Sr. Rosselló, no descuidó en absoluto el cultivo de la lengua patriaLo que diu
ľ oroneta
 (Lo que dice la golondrina,) le valió, en el primer año de la restauración de los Juegos Florales de Barcelona el premio extraordinario de un pensamiento de oro; y L´orfanet saboyart (El huerfanito saboyano,) el primer accésit al premio también extraordinario de un clavel de plata ofrecido por el consistorio. Ambas composiciones se reimprimieron en el tomo «Poetas Baleares, siglo XIX,» que en 1873 dio a luz este establecimiento tipográfico. 
(Casi igualito a Flors de Mallorca)

Restituido a su patria desde hacía algunos años murió en ella Guillermo Forteza en 30 de Diciembre de 1873 a los 43 años de edad. (Exactamente los que tengo yo: Ramón Guimerá Lorente, que estoy re-editando este texto)

Esta reducida colección de sus obras es el mejor recuerdo que puede consagrarse a la memoria del ilustre amigo, para hacerle acreedor a la consideración de propios y de extraños; y unos y otros al examinarlo podrán juzgar hasta que punto fue el malogrado Forteza, al par que excelente amigo, crítico concienzudo, fácil y castizo hablista, literato ameno, ingenioso, de flexible talento, y de sentimientos los más puros y delicados.

El Editor.

Continúa en Capmany


lunes, 1 de junio de 2020

Vita Christi, literatura en valenciano

Vita Christi, literatura en valenciano. Isabel de Villena.

Vita Christi, literatura en valenciano. Isabel de Villena.


Un libro muy recomendable para José Luis Escal, (republicano, de izquierdas, según su descripción en twitter, amante de los animales, de los libros se nota que no). Aunque como los libros de historia no tienen dibujitos, igual se aburre antes y no acaba de leerlo.


Un libro muy recomendable para José Luis Escal, aunque como los libros de historia no tienen dibujitos, igual se aburre antes.


Vita Christi, literatura en valenciano

Vita Christi, literatura en valenciano. Isabel de Villena.

Vita Christi, literatura en valenciano. Isabel de Villena.


Un libro muy recomendable para José Luis Escal, (republicano, de izquierdas, según su descripción en twitter, amante de los animales, de los libros se nota que no). Aunque como los libros de historia no tienen dibujitos, igual se aburre antes y no acaba de leerlo.


Un libro muy recomendable para José Luis Escal, aunque como los libros de historia no tienen dibujitos, igual se aburre antes.


Vita Christi, literatura en valenciano

Vita Christi, literatura en valenciano. Isabel de Villena.

Vita Christi, literatura en valenciano. Isabel de Villena.


Un libro muy recomendable para José Luis Escal, (republicano, de izquierdas, según su descripción en twitter, amante de los animales, de los libros se nota que no). Aunque como los libros de historia no tienen dibujitos, igual se aburre antes y no acaba de leerlo.


Un libro muy recomendable para José Luis Escal, aunque como los libros de historia no tienen dibujitos, igual se aburre antes.


miércoles, 7 de junio de 2017

Chen, literatura, aragonés oriental


El aragonés oriental es uno de los dialectos que componen el aragonés (junto con el aragonés occidental, el aragonés central y el aragonés meridional).
Se habla en la parte más oriental Sobrarbe y en la occidental de la Ribagorza, así como en alguna localidad del noreste del Somontano de Barbastro y del norte del Cinca Medio. (Aragón, España). Engloba poblaciones como: Gistaín, Castejón de Sos, Campo, Estadilla, Fonz, La Fueva, Graus y Benasque. Aragonés oriental Aragonés oriental Hablado en España Región Aragón Huesca Sobrarbe, Ribagorza y alguna población del Somontano de Barbastro y del Cinca Medio Familia Indoeuropeo Itálico Romance Italo-occidental Pirenaico-mozárabe Aragonés Aragonés oriental Escritura Alfabeto latino Estatus oficial Oficial en Lengua propia de Aragón.
Códigos ISO 639-1 - ISO 639-2 - ISO 639-3 -

Situación del aragonés oriental dentro del aragonés.aragonés occidental, mapa, Huesca

Sus modalidades se hablan en distintos lugares de la zona noreste de Aragón, recibiendo su nombre de la zona en que se hablan. El aragonés oriental se subdivide a su vez en distintas modalidades.


Ciertos sectores dan esta denominación a la lengua que se habla en la Franja Oriental de Aragón, inclusive aquellos considerados dialectos del idioma catalán en Aragón, como el literano o el fragatino.
A pesar de los estudios lingüísticos y de la Ley de Lenguas de Aragón de 2009, niegan que sean ni catalán ni derivados del catalán, sino una lengua distinta hablada en Aragón.

El término acuñado por estos sectores es el de aragonés oriental. El aragonés oriental se trata del bloque dialectal que engloba diferentes variedades loco-regionales, las cuales son (de oeste a este): chistabino, fovano y ribagorzano. En la siguiente tabla puede verse una clasificación de todos los dialectos del aragonés y la situación particular del aragonés occidental. Las variedades dialectales próximas presentan características comunes a pesar de pertenecer a bloques diferentes.
 El aragonés ribagorzano puede subdividirse en patués (alto y bajo), campés y bajorribagorzano; destacando en este último algunas variedades como el grausino, el estadillano y el foncense.

 Fonética

Sonorización de las consonantes sordas intervocálicas latinas en la mayor parte de los casos: meligo (ombligo), melic en chapurriau, caixigo (quejigo), forau (agujero), forat en chapurriau.
Estas tres palabras tienen consonante sorda en zonas y comarcas más meridionales del Alto Aragón, de forma que parece que la sonorización empezó de forma independiente al aragonés meridional y occidental. El fenómeno comenzó ya en el siglo X, como demuestra el texto latino extraído de Las décimas de Castejón.
La toponimia muestra que hace unos siglos el sector oriental no sonorizaba tanto, pudiendo encontrar forato en la toponimia de La Fueva.
Hay más casos que en otras variedades del aragonés de evolución de los grupos latinos -TY, -CE, -CI, -DE en posición final a -u como en catalán: peu (pie).

  Morfología

 Participios en -au, -iu producto de la sonorización de la consonante sorda T: cantau (cantado), metiu (metido)
Pasado perfecto perifrástico como el catalán moderno: el(l) ba canta(r) (él cantó) ,
Javi Solfa va cantá en chapurriau,
Buena conservación de la partícula pronómino-adverbial I, al igual que en zonas más al sur donde otras variedades (meridionales) la han perdido.


Chen, literatura, aragonés oriental


El aragonés oriental es uno de los dialectos que componen el aragonés (junto con el aragonés occidental, el aragonés central y el aragonés meridional).
Se habla en la parte más oriental Sobrarbe y en la occidental de la Ribagorza, así como en alguna localidad del noreste del Somontano de Barbastro y del norte del Cinca Medio. (Aragón, España). Engloba poblaciones como: Gistaín, Castejón de Sos, Campo, Estadilla, Fonz, La Fueva, Graus y Benasque. Aragonés oriental Aragonés oriental Hablado en España Región Aragón Huesca Sobrarbe, Ribagorza y alguna población del Somontano de Barbastro y del Cinca Medio Familia Indoeuropeo Itálico Romance Italo-occidental Pirenaico-mozárabe Aragonés Aragonés oriental Escritura Alfabeto latino Estatus oficial Oficial en Lengua propia de Aragón.
Códigos ISO 639-1 - ISO 639-2 - ISO 639-3 -

Situación del aragonés oriental dentro del aragonés.aragonés occidental, mapa, Huesca

Sus modalidades se hablan en distintos lugares de la zona noreste de Aragón, recibiendo su nombre de la zona en que se hablan. El aragonés oriental se subdivide a su vez en distintas modalidades.


Ciertos sectores dan esta denominación a la lengua que se habla en la Franja Oriental de Aragón, inclusive aquellos considerados dialectos del idioma catalán en Aragón, como el literano o el fragatino.
A pesar de los estudios lingüísticos y de la Ley de Lenguas de Aragón de 2009, niegan que sean ni catalán ni derivados del catalán, sino una lengua distinta hablada en Aragón.

El término acuñado por estos sectores es el de aragonés oriental. El aragonés oriental se trata del bloque dialectal que engloba diferentes variedades loco-regionales, las cuales son (de oeste a este): chistabino, fovano y ribagorzano. En la siguiente tabla puede verse una clasificación de todos los dialectos del aragonés y la situación particular del aragonés occidental. Las variedades dialectales próximas presentan características comunes a pesar de pertenecer a bloques diferentes.
 El aragonés ribagorzano puede subdividirse en patués (alto y bajo), campés y bajorribagorzano; destacando en este último algunas variedades como el grausino, el estadillano y el foncense.

 Fonética

Sonorización de las consonantes sordas intervocálicas latinas en la mayor parte de los casos: meligo (ombligo), melic en chapurriau, caixigo (quejigo), forau (agujero), forat en chapurriau.
Estas tres palabras tienen consonante sorda en zonas y comarcas más meridionales del Alto Aragón, de forma que parece que la sonorización empezó de forma independiente al aragonés meridional y occidental. El fenómeno comenzó ya en el siglo X, como demuestra el texto latino extraído de Las décimas de Castejón.
La toponimia muestra que hace unos siglos el sector oriental no sonorizaba tanto, pudiendo encontrar forato en la toponimia de La Fueva.
Hay más casos que en otras variedades del aragonés de evolución de los grupos latinos -TY, -CE, -CI, -DE en posición final a -u como en catalán: peu (pie).

  Morfología

 Participios en -au, -iu producto de la sonorización de la consonante sorda T: cantau (cantado), metiu (metido)
Pasado perfecto perifrástico como el catalán moderno: el(l) ba canta(r) (él cantó) ,
Javi Solfa va cantá en chapurriau,
Buena conservación de la partícula pronómino-adverbial I, al igual que en zonas más al sur donde otras variedades (meridionales) la han perdido.