sábado, 27 de abril de 2024

3-7, De la venida de los Egipcios, y valor de Theron.

Capítulo 7.

De la venida de los Egipcios, y valor de Theron.

Vencido Senacherib rey de Babilonia por Tarraco, a quien la divina Escritura Reg. 4. cap. 19. e Isaías cap. 37 llama Tharnea, pasó a España este rey con los Egipcios: llegó a Cataluña que estaba prevenida y en Arma (armas) desde Ebro hasta los Pirineos con su capitán Theron, y sus amigos: hicieron frente al enemigo, le vencieron en varios encuentros, y escaramuzas y en algunas batallas con gran pérdida de los enemigos; poco daño, pero grande gloria nuestra: no obstante el poder de la armada marítima de los Egipcios armaron los nuestros algunos vasos para impedirles los hurtos, y aunque pocos no fueron vencidos, e impidieron al enemigo los progresos, y para más estrecharle, mandó Theron que los bastimentos se retirasen a los montes, con soldados de resguardo; y las familias: le valió el ardid, y más el valor, pues habiendo deshecho, y muy disminuido al enemigo, le obligó a dejar la tierra, y retirarse a la marina fortificándose en Tarragona, que se dice le dio su nombre, y la volvió a reedificar, porque se hallaba destruida por la seca, y no poblada: se detuvo en ella, perdidos dos tercios de su ejército, y quedó acobardado el otro. 

Bajaron de los montes los Celtas, o catalanes que con las familias se habían retirado, volvieron a sus pueblos, fundaron otros con los que victoriosos siguieron a Theron. Viendo Tarraco perdida su armada, y destruido su ejército, con algunos pocos vasos le habían quedado, y otros que vinieron para defenderle, volvió a su tierra, triste, y vencido. (1: Florián lib. 1, cap. 4 y l. 2. Vilada. cap. 11, lib. 2. Pujades Coro. de Cat. lib. 2, cap. 7.)

Murió Theron en una batalla delante de Cádiz; duraron estas guerras 35 años; la partida de Tarraco fue antes de Cristo 764 y del mundo 3205.

BOTTÉRO, Jean, CASIN, Elena, y VERCOUTTER, Jean (1990): Los imperios del Antiguo Oriente III. La primera mitad del primer milenio. Siglo XXI, Madrid. ISBN 84-323-0118-3
GALLAGHER, William R. (1999): Sennacherib's campaign to Judah: New Studies. Brill Press, Boston. ISBN 90-04-11537-4
LIVERANI, Mario (2003): El Antiguo Oriente. Crítica, Madrid.
ISBN 84-7423-623-1
LEICHTY, Erle (2011): The Royal Inscriptions of Esarhaddon, King of Assyria (689-669 BC). Eisenbrauns, Winona Lake.
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LUCKENBILL, D.D. (1924): The Annals of Sennacherib Archivado el 22 de mayo de 2013 en Wayback Machine., Chicago, Universidad de Chicago.
OPPENHEIM, Leo (2003): La antigua Mesopotamia. Retrato de una civilización extinguida. Gredos, Madrid. ISBN 84-249-2368-5.
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SANMARTÍN, Joaquín (1998): Historia antigua del Próximo Oriente. Akal, Madrid. ISBN 84-460-1032-1
SMITH, S. (1921): The First Campaign of Sennacherib, King of Assyria, BC 705-681, Londres, Luzac.

De su esposa principal, la reina Tasmetusarrat, tuvo probablemente los siguientes hijos documentados:

Asurnadinsumi, príncipe heredero y rey de Babilonia (699-694 a. C.), fallecido en 694 a. C. a manos de los elamitas.
Asurilimubalisu, sacerdote en Assur.
Asursumusabi, fallecido hacia 700 a. C.
Ardamulissi (o Urdumulissu), que conspiró con Nergalsumuibni para asesinar a su padre.
Nergalsumuibni, que conspiró con Ardamulissi para asesinar a su padre.

De su concubina favorita, Naqi'a, tuvo al menos un hijo y una hija:

Asarhaddón, rey de Asiria (681-668 a. C.)
Saditu

3-6, De la entrada de los Phrigios, Phenisses, y del valor de Theron Catalan.

Capítulo 6.

De la entrada de los Phrigios, Phenisses, y del valor de Theron Catalan.

Parece que la felicidad de las otras Provincias, se ha seguido a la infelicidad nuestra (N. E. Un ploramiques en toda regla. Más adelante vendrá el Espanya ens roba.); pues los daños antecedentes, y nuestras pérdidas trajeron las naciones a esta tierra: el oro que no conocían, o despreciaban nuestros antiguos catalanes, solícitos los extranjeros le recogieron para su tesoro, y daño de estos reinos, hechos teatro de la guerra por sus riquezas: los primeros que acudieron al Potosí del tesoro fueron Phrigios, descendientes de esta tierra (N. E. charnegos frigios, ¡ja ja ja! què 'm pixu), e hijos de los que salieron de ella reinando Brigo, como hemos visto; que como buenos cuidaron de acudir a su antigua Patria, pero para su provecho. (N. E. “Els nostres ens roben”, decía aquella pobre gente que no sabía ni qué era el oro, ni plata, aunque tuvieron ríos de ella. Y ahora, en 2024, hay sequía de agua.)

Los Phenisses de las ciudades de Tiro, que también descienden de los antiguos paisanos nuestros como se refirió cap. 4 de Brigo, lib. 2, y los de Sidón, con sus armadas marítimas, y Sicheo marido de la reina Dido, vinieron a provar el oro, que desecharon sus mayores: con la simpatía del origen, y buen trato, entendiendo la ocasión del viaje, les enseñaron los paisanos los estanques de los apetecibles metales, de los cuales, hechas sus cargas, llevaron abundancia a la Asia; y esta es la primera venida, que sucedió año 828 antes de Cristo. Llegaron pues a Tiro ricos, y contentos, con general aplauso, y pasmo de aquellos pueblos, por la cantidad del tesoro, cuya ansia les obligó a volver a España para poblarse entre tanta riqueza: volvieron pues, muerto ya Sicheo, con otro valiente caudillo llamado Pigmaleon (N. E. No Pig Demont o Puigdemont), que desembarcó en Cádiz, y formó su Corte: se dilató hasta el Reino de Valencia; y resistiéndole los Saguntinos, volvió al mar, robó las costas, y desembarcó en Cádiz. Disgustados de esto los Saguntinos formaron armada de mar, nombraron por General a un eminente capitán natural de la Cetubalia, que es Cataluña, donde residió, y se llamaba Theron. Llegaron con la armada a Cádiz, y hallándose los enemigos prevenidos de vasos, y fuegos, nos quemaron algunos bajeles, obligando a retirarse nuestra armada: Sentidos los Saguntinos con su General, y por vengarse, unidos con los Celtíberos poblados en Aragón, y Valencia, juntándoseles los Celtas, y Celtíberos, entraron en Castilla, Andalucía, y Portugal con grande daño de aquellos pueblos, y poblaron varias ciudades, y lugares: se podrá ver en Florián, y Garibay, que no es de mi intento. (1: San Agustín, y Vives, lib. 8, cap. 9 de Civitate Dei. Flor. lib. 2, cap. 6. Tarafa cap. Phenisses. Viladam. cap. 11. Medineo, lib. 1, cap. 36. Marineo, lib. 1 cap. 13.)

Vivieron los Phenisses, y los demás con nuestros paisanos, hasta la venida de los Egipcios 29 años: sucedió todo esto hasta el año del mundo 3140, y antes de Cristo 799, sigo a Tarafa. (2: Tarafa Cor. de Esp. cap. de Egyptijs. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 6.)

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FRANCISCO PÉREZ BAYER

3-5, Del incendio de los Pirineos.

Capítulo 5.

Del incendio de los Pirineos.

Como el trato de aquellos antiguos siglos era las manadas de ganado, y para los pastos fuesen muy útiles los montes Pirineos de Cataluña, los pastores acostumbraban a encaminar a aquellos montes los ganados para el apetecido sustento: hallándose algunos pastores en el monte que en Cataluña se llama Cabo de Cruces (Cap de Creus), pusieron fuego a unos prados para que quemándose los abrojos, y espinos saliesen nuevas hierbas, para mejorar el pasto de sus manadas, como se acostumbra: se pegó el fuego de un espino a otro, y de allí a las ramas secas: no acudieron como debían al remedio, sopló viento fuerte, y se prendió el fuego en los árboles, de unos a otros, y de una a otra montaña, ardiendo muchos días, sin que fuerzas humanas bastasen a extinguirle, dilatándose por muchas leguas en aquellos montes, con tal vigor que hasta las piedras, y pedernales ardieron: en varias partes fue tal el incendio, que de las más provincias de España, se divisaron las llamas, y aún se añade que participó del calor hasta lo último y hondo de la tierra, deshaciéndose los metales de las abundantes minas en raudales de oro, plata, y otros metales, que se precipitaron hasta los valles; de donde les quedó a los valles, y a todo el término, el nombre que hoy goza de Vallespir; y el terreno del mayor raudal de los metales se llamó Confluens, que es Conflent, que aún mantiene el nombre. 

(1: Beuter lib. 1, c. 6. Annio de Beroso lib. 1, c. 21. Flor. lib. 2, c. 5. Viladamor c. 11. Marian. lib. 1, c. 14. Marineo Sículo de rebus His. Episc. Gerun. Para. lib. 1, de monti. qui. Forcat. lib. 1, Hier. Pau. Bar. & lib. de montibus. Medina lib. 1, cap. 13.)

Por este incendio mudaron de nombre los montes que antes se llamaban Setubales, que son nuestros Pirineos, por Pir (pyr, pyros, piros) que en griego significa fuego, y puede ser; pero otros sienten que se llamaron con tal nombre por ser en lo más alto como pira, u hoguera, y otros dan diferentes razones del nombre; véanse los citados autores. (2: Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 5.)

Por acuerdo del incendio, en el llano cerca de donde sucedió, los pastores fundaron un pueblo con nombre de Pirpineanea, que corrompido el vocablo se llama Perpiñán. (3: Comp. cap. 5. Pineda lib. 2, cap. 14 § 4.) 

Pero entonces sería poca cosa, teniendo tan cerca a Russino.

Es Perpiñán la mejor, y mayor villa de Cataluña, cabeza del condado de Rosellón, plaza importante, defendida con sus muros, fortalecida con el dilatado, y fuerte castillo, adornada de bellos templos, y edificios, cuatro parroquias, y ocho conventos, aplaudida por su Universidad: En este tiempo ocupada por Francia, antes gloria de Cataluña, ejemplo de lealtad, y valor: ponderada por nuestros Señores Reyes, estimada de la Provincia, admirada de todas las naciones: su terreno es fertilísimo, o de los más fértiles de Cataluña, tiene cuatro mil vecinos, y mucha nobleza que la ilustra. (4: Zurita pág. 1, lib. 5, cap. 24. Marin. sicul. de reb. hisp. lib. 18. Bosch, tit. de hon. de Cata. lib. 1, cap. 12. Privil. Reg. Ferdinandus II (Ferrán, Ferrando, Ferdinando, Fernando II de Aragón, el católico). Cris. de Cat. pág. 1, cap. 9 § 12. Pujades Cor. de Cat. lib. 2, cap. 5.)

Estos nombres, y lugares han quedado en Cataluña para acuerdo de aquel desgraciado suceso, quiera Dios por su infinita misericordia favorecernos, como lo esperamos. Se conservaron solos los Rodios con los catalanes sin otras naciones 52 años.

Es Perpiñán la mejor, y mayor villa de Cataluña