sábado, 18 de mayo de 2024

4-12. Victorias de Escipión: se ajustan las provincias de España a la Citerior, la nombran Tarraconense: guerras de Cataluña.

Capítulo 12.

Victorias de Escipión: se ajustan las provincias de España a la Citerior, la nombran Tarraconense: guerras de Cataluña.

Conseguida la victoria tan cumplida de Cartago nueva, se le juntaron varios pueblos a Escipión, y agradecidos los Ilergetes que seguían a Indíbil, y Mandonio, con Edeso, dejaron el campo cartaginés, y se presentaron al romano Escipión, que les admitió, y volvió las prendas con toda voluntad, y aprecio.

El año 205 antes de Cristo, se encaminó contra Asdrúbal el romano Escipión, hallándose el africano engrosado con el socorro de Cartago, y con el africano rey Massinissa se embistieron fuertes los dos ejércitos con varia fortuna duro, y sangriento combate, que se concluyó con victoria del romano, huida de Asdrúbal, y Massinissa, libertad de los Celtíberos. españoles rendidos, prisión, y esclavitud de los cartagineses. 

Se detuvo Escipión en Andalucía, y al invierno vino a Tarragona, y noticioso de que Asdrúbal Barcino había pasado a Italia, o que en España quedaba Massinissa, y Asdrúbal Gizón divididos, y que de África había llegado con fuerzas Hanón Barcino, el cual se había juntado con Magon, se encaminó al oposito de estos, y les venció, y triunfaron gloriosos del africano Marco Julio Silano, y Lucio Escipión elegidos (erigidos) contra Asdrúbal Gizón.

No faltaba a Escipión más, que concluir con Massinissa, lo logró pues concertándose, hecho amigo de los romanos volvió a África; y los que quedaron de Cartago con Asdrúbal Gizón desistiendo del dilatado campo de España, se retiraron a un ángulo que fue Cádiz. 

Viéndose los romanos señores de España, quisieron corresponder, y premiar a la Citerior España, que era entonces lo que es Cataluña, a quien debían todo su crédito, y victorias, dilatando sus términos; y como antes en la Citerior, sólo se comprendía lo que es Cataluña, le añadieron lo restante de España, menos Andalucía, Portugal, y Estremadura, que tenían el nombre de España ulterior; y la Citerior, por la cabeza de la Citerior Tarragona, también se comenzó a llamar España Tarraconense.(1)

En este tiempo enfermó Escipión con peligro de muerte, que se publicó con varias novedades, y movimientos causados por los soldados romanos, por los españoles celtíberos, y catalanes españoles celtas que seguían a Indíbil, y Mandonio, queriendo sacar estos a los romanos de España, como lo habían conseguido de los cartagineses: fomentó Magon estos movimientos desde Cádiz, y escribió a Cartago por asistencias.

Salió el sol, y se serenó el tiempo con la salud de Escipión, que castigó a los romanos soldados, y quiso vengarse de nuestros españoles citeriores, y ulteriores; y entendido de Mandonio, e Indíbil, juntaron estos sus celtas, o catalanes, con algunos celtíberos que les seguían, y formaron un ejército de veinte mil infantes, y dos mil y quinientos caballos, se fortificaron en los pueblos sedetanos, y suessetanos de Cataluña, juzgando prevalecer al poder romano que ya dominaba a España: se previno el romano, y acudió a oponérseles, se dieron vista los ejércitos, se embistieron, y pelearon fuertes, y con gran constancia los catalanes, y de pequeños encuentros vinieron a campal batalla, en la cual murieron muchos catalanes, o de la Tarraconense Provincia, y también de los romanos.

No perdieron el ánimo, ni (descaecieron) decayeron los celtas catalanes, pues el siguiente día volvieron contra el romano ejército valientes, y resueltos; pero fueron vencidos, y retirados a la montaña, y Escipión consiguió la victoria, siguiendo a los se retiraban; de los cuales pereció la mayor parte, pero con pérdida de 1500 de los romanos, y pasados de 3000 heridos: Indíbil, y Mandonio, con el residuo del ejército que se salvó en la montaña, se ajustaron con los romanos con crédito, y cumplido aplauso de unos, y otros. (N. E. Olé, aplausos por perder.)

Viendo Escipión quietas las dependencias de España con gusto de Roma, volvió a la Patria triunfante, y glorioso, dejando en España por procónsules a Lucio Cornelio Lentulo, y a Lucio Manlio Accidino. (2)

dejando en España por procónsules a Lucio Cornelio Lentulo, y a Lucio Manlio Accidino.

viernes, 17 de mayo de 2024

4-11. Valor, y cortesía de Escipión con las mujeres que se hallaron en Cartagena.


Capítulo XI. 

Valor, y cortesía de Escipión con las mujeres que se hallaron en Cartagena. 

Nunca el cruel es valiente, ni descortés el noble: valiente Escipión venció a sus enemigos, noble defendió la inocencia, y cortés amparó a las mujeres, pues con la debida atención, favoreció a las que se hallaron en la rendida Cartagena, y con mayor cuidado a la mujer de nuestro Ilergete Mandonio, y a las hijas de Indíbil, y de Edeso español celtíbero, tratándolas con toda atención, cuidado, y respeto, lastimándose de su desgracia en la valerosa oración de la catalana mujer de Mandonio, que siempre Cataluña fue dichosa Patria de mujeres heroycas, como veremos. Esta Señora, no desmayando en la desgracia, se presentó con sus sobrinas, y otras mujeres delante de Escipión, suplicándole que las favoreciese cuidando de su crédito, y punto, a la cual satisfizo con las lágrimas el general, y las encargó a un noble, y anciano romano, para que fuesen con todo decoro servidas, ponderando el valor, y honor de las mujeres de esta Provincia. Esta gloriosa Amazona, con su valor puso freno a la inclinación, y afecto que Escipión tenía a la mujer del celtíbero Edeso, pues aunque in prendado, mandó él mismo guardarla donde no la viese, mandó buscar a su marido, y padre, se la entregó, y despreciando el oro que le ofrecían por rescate, la volvió al marido, obligando la acción a esta Provincia a seguirle fina, por tan relevantes prendas de valor heroico. (1)

4-10. Derrota, y muerte de los Escipiones, su sepulcro

Capítulo 10.

Derrota, y muerte de los Escipiones, su sepulcro: venida de Nerón, y del hijo de Escipión: rendimiento de Cartagena.

Derrota, y muerte de los Escipiones, su sepulcro:

Con inteligencias, y arte atrajo Escipión a la parte romana los celtíberos, que seguían a Cartago, juzgando que con unos, y otros españoles echaría a su enemigo de España; pero no debía fiar de quien sólo servía por interés, y servía al tiempo, buscando sólo su seguridad, como lo comprobó en su daño, perdiéndose cuando se juzgaba más seguro, y fuerte, año antes del divino Nacimiento 209.

Juntó su ejército Escipión, y se previnieron los capitanes cartagineses a la oposición llamando a nuestro catalán Indíbil, que acudió puntual con sus amigos, y con cinco mil catalanes sussetanos asistidos, y pagados: se movieron los cartagineses, y se previno Escipión; y como los de Cartago tenían dividido su ejército en tres, Escipión le dividió en dos partes, encargando la una a su hermano Gneo Escipión para el oposito de Asdrúbal Barcino, y partió con la otra a encontrar (a) Asdrúbal, y Gizón, que gobernaban las dos partes del ejército cartaginés. 

Llegando a vista un ejército de otro, encargó Asdrúbal Barcino a sus celtíberos, que enviasen algunos de los suyos, a los que seguían al romano, para persuadirles que le desampararan, con pretexto de defender sus haciendas, por la guerra que les movían en sus tierras los de la parte de Cartago, y lo lograron, pues dejaron a Escipión: el cual viéndose sin la gente de quien confiaba, cuidó salvarse en la retirada, que con arte, y militar disciplina encaminó hasta pasado el Ebro seguido de los advertidos africanos, que le embistieron sin haberse podido fortificar, por la prisa que daba el enemigo, sino es sólo con el matalotaje del ejército, que no pudieron romper los africanos: cobraron con esto ánimo los romanos, pero irritados con motes, sin advertirlo quitaron los estorbos, embistieron con muerte del general Gneo Escipión, y de la mayor parte de su ejército, librándose en la montaña los que lograron la defensa en su agilidad.

Mientras se hallaba Gneo Escipión tan atrabajado, no lo estaba menos Cornelio su hermano seguido de Indíbil, y Massinissa, que no les juzgaban en el ejército contrario, pero como valeroso capitán emprendió combatir con Indíbil, y sus catalanes; pero entendiéndolo los africanos, que se hallaban cerca, acudieron al combate que fue feroz, y de muchas horas, con grandísima multitud de muertos de ambas partes, y más de los romanos, y alentando a estos Escipión, pasado de una lança murió soldado, y con su muerte dio la victoria a Cartago, huyendo su ejército, o los que pudieron librarse con la fuga, a ampararse de Tito Fonteyo; de que se infiere, que aún tenían otras fuerzas los romanos en España. (1)

Perdió su ejército, y la vida primero, Publio Cornelio Escipión, y pasados algunos días Gneo con general sentimiento de Cataluña, y con mayores demostraciones de Tarragona, y Barcelona, como más obligadas, dejando monumento para la memoria de los venideros, en el sumptuosísimo mausoleo de sus cuerpos, o sus cenizas, en el camino de Barcelona a Tarragona, algunos 6500 pasos de Tarragona, del cual dudan algunos ser de los Escipiones; pero es lo más verosímil, y probable haberse consagrado a su memoria (2) por las señas, y letras que se leen en la Torre que son las siguientes.

ORN (. elevado): TE (.) EAQVAE (.):

L (.): O (.): VNVS (.): VER (.):

BVSTVS (.): I (.): S (.): NEGL (.):

VI (.): VA (.): FL (.): BVS (.): SIBI.

PERPETVO REMA-

NERE.

Se recogieron los que se salvaron de los dos ejércitos al que tenía

Tito Fonteyo hacia Tarragona, y Lucio Marcio caballero romano al

que, de los perdidos, y fugitivos, había vuelto a juntar; y con las guarniciones de las plazas, y el favor de Cataluña emprendió ponerse en defensa, y resistir a Asdrúbal, que venía resuelto de acabar con los romanos: No sólo defendió el partido Marcio, pero valiente rompió al enemigo, y (destroçòle) le destrozó, retirándole (retirándose) con vergonzosa huida, y no le siguió Marcio por el trabajo, y (cansacio) cansancio de los suyos.

La detención de Marcio, la juzgó Asdrúbal falta de fuerzas, y creyendo había padecido su ejército iguales quiebras, volvió al lugar de la batalla, tan confiado como si no se hallara enemigo, y tan cerca, que entendiéndolo Marcio alentó a los suyos, y les obligó a vengar la locura, o desprecio: no lo dijo a los *Tordos; pues luego con buen orden dieron feroces contra el africano, que descuidado buscó su defensa en los pies, pereciendo los más perezosos.

Venía a este tiempo a engrosar el cartaginés ejército, Magòn (Magón), que ignorante de la pérdida se encaminaba descuidado, y de su descuido le advirtieron los vencedores romanos promptos en encontrarle; y encontrado quedó roto, y deshecho, perdido su ejército, y muertos, o prisioneros los soldados: estas batallas fueron dadas en Cataluña a orillas de Ebro, o bien a la parte de Valencia, como sienten algunos. (3)

Vino en este tiempo a Cataluña, y desembarcó en Tarragona, Cayo Claudio Nerón, que juntando los catalanes llegó a unirse con el vencedor ejército, y juntos pasaron a Andalucía, donde se hallaba Asdrúbal, que se defendió, y escapó por la ignorancia, y falta de arte de Nerón, que corrido volvió a Roma, o le llamó el Senado. (4)   

Año antes de Cristo 208 se juntó el Senado romano, para elegir procónsul, y general de España por la muerte de los Escipiones, y no hubo quien se atreviese, porque la derrota antecedente los tenía pasmados: acudió a Roma Publio Cornelio Escipión hijo del muerto Publio Cornelio Escipión, y alentó a su descaecida (decaída) patria, sucesor del valor del padre, ofreció cumplir con las obligaciones de padre, y patria: se admiró el Senado por la poca edad de Publio, que sólo llegaba a los 24 años, y prendado de su valor constante, le eligió procónsul.

Defendió a su patria en sus ejércitos Publio, y vengó la muerte de su glorioso padre: llegó a Cataluña, desembarcó en Ampurias: cumplió con los amigos pueblos de Cataluña hasta llegar a Tarragona, adonde acudió toda la Céltica, que es Cataluña, alegre, y contenta por ver otro Escipión en el hijo: correspondió atento Publio Cornelio Escipión al agasajo, retornando por su persona a todos los pueblos el cortejo: repartió en sus cuarteles los soldados, y se volvió a pasar el invierno a Tarragona.

Pasada la inclemencia del invierno, mandó juntar el ejército, llamó a los pueblos de Cataluña, mandó acudiesen al lugar adonde se juntaba a orillas de Ebro: eligió cinco mil catalanes para su guarda, y defensa (tal era el crédito, valor, y lealtad de la nación, aun en aquellos tiempos

Berenguer de Palasol. Bérenguer, Berengiers, Berenguier de Palazol, cataloigna

(N. E. Los catalanes de entonces se reproducían más rápido que las ratas, pero ahora paren menos si no reciben ayudas del estado, que es toda España; excluida la familia Pujol, que se han reproducido como conejos y no les hacen falta las ayudas, ya que son muy trabajadores.)

llegó con estos a unirse con el ejército, al cual con elegante estilo le previno su empeño, y le alentó para el feliz acierto

Partió para Cartagena, dejando a Cayo Marcio en Cataluña llegó a Cartagena, formó sus cuarteles, levantó sus fuertes, dio sus avances, y aunque se defendieron valientes los cercados, el arte de unos pescadores de Tarragona, por el estanque, dio la plaza a los romanos: fueron parte robados, parte presos, y parte muertos los enemigos, reservando Escipión a niños, y mujeres, del cruel, y sangriento teatro.